¿De dónde vienen los golpes?

Su estadía en Brigantia no estaba comenzando tan bien como había creído que sería y por supuesto le hubiera gustado que pasara. Y no era a causa de situaciones a las que pudiera darle la espalda y simplemente hacerse el desentendido como tendía a hacer cuando todo se complicaba demasiado y a él le invadía aquel sentimiento de apatía que le decía no valía la pena pasar por tantos problemas. Porque la única manera de alejarse de eso sería marchándose de la universidad y ocurría que no tenía intenciones de hacer eso cuando ni siquiera completaba un mes de clases.

El problema con Sofie y Adair era sólo uno de ellos. Demasiado tiempo enamorado de ella como para desencantarse de lo que sentía en cuestión de apenas días, por mucho que le hubiera hecho daño. Demasiados malos recuerdos de peleas con Adair justamente por situaciones similares como para fingir que esta no le importaba. Sumado a ello estaba la noticia que Dave acababa de hacerle saber y que seguía bien sin saber cómo procesar; su media hermana llegaba a Brigantia.

Se había enterado del asunto hacía unos meses. La primera vez que había escuchado del tema había montado en cólera por que la matemática no le cuadraba con aquello de que existía otra hija que era mayor que él pero menor que Loulou. Por mucho que el ambiente en el un rockstar se desenvolvía se prestara a excesos no era algo que fuera a tomar tan a la ligera. Luego le habían explicado cómo era que se habían dado las cosas, que en aquel momento sus padres habían estado separados - qué sorpresa - y ahí ya habían terminado por confundirlo aún más. De alguna manera hasta creía que él lo había tomado peor que su madre.

Y era extraño, porque aunque frío al principio, ahora no sabía qué hacer. Que ella no tenía la culpa de ningún drama en el que sus padres estuvieran enredados y ni siquiera estaba enterada de que era Rayder hasta ese momento. No podía decir que la considerara familia, pero por supuesto que no la odiaba, y no sabía cómo se supone que debería reaccionar. Y todo aquello le confundía, porque estando de gira con la música y el ritmo de vida acelerado era una cosa, pero ahí en Brigantia y sabiendo que sus dos hermanas estaban ahí... se sentía extraño. Por mucho que tratara de llevarlo de la mejor manera y toda la madurez posible a sus 19 años, era extraño.

Por lo menos ahora se había convencido que lo de Sofie nunca iba a ser, estuviera Adair o no, porque en cuanto la rubia se enterara de ello jamás iba a poder sacarle de la cabeza esa idea de que ella también podría ser hija de Dave. Es decir, ya había otra por ahí caminando por la facultad de Arianhord...

Había estado bebiendo. Cuando se había hartado de todo, fue a buscar al puto de Crawford para ir a conseguir licor y armar algún desastre con lo que fuera que el Cerridwen pudiera conseguir. Sin mencionar ni por asomo que le habían rechazado por enésima vez porque aquello era demasiado de marica pero creía haberle dicho algo como que a Anne no se la podía follar tampoco porque además decían que era demasiado parecida a su papá y eso sería muy raro, aunque a él se le veía bastante interesado en aquella prima de Shadow.

Había decidido cruzar por el bosque para que la caminata le diera tiempo a que todo dejara de darle vueltas y el volviera a su estado más o menos normal. Mala suerte que de todo el puto Brigantia, se encontraba justo al último a quien quería ver.

- Levántate. - Le ordenó. Demasiada frustración como para intentar arreglar las cosas de buena manera.

¿Para qué? Porque él decía y no había más. Porque para variar, Adair iba a tener que escucharlo por una puñetera vez en su vida cuando le hablaba, no desechar todo con una de sus risas e ignorar por completo lo que tuviera que decir sobre sí mismo, sobre Sofie o sobre nadie más. El descaro con el que respondía le dio asco, un asco que se traducía en rabia, más el verlo como se quitaba la chaqueta con toda la parsimonía del mundo. No fuera a arruinarse la preciosa prenda. Idiota.

- ¿A mi? - Respondió con una irreverencia y altanería que no eran común en él, no en aquel Lucas de carácter tranquilo y poco conflictivo que era cuando estaba sobrio. Y por supuesto, la sobriedad no entraba dentro de las cosas que experimentaba en ese momento. Dentro de su lógica impedida Adair acababa de joderlo una última vez y no iba a dejarlo pasar, porque no podía tener control sobre las cosas que los demás hacían o decidían, a quién se follaban o qué corazón rompían - y perfectamente consciente estaba de lo marica que se escuchaba, pero Sophie le había hecho daño -, pero si podía tener la satisfacción de reventarle su careto de niño bonito hasta desahogarse de una vez por todas.

- ¿Por qué mejor no me dices tú qué mierdas haces para tener a una completa desconocida mojando las putas bragas por ti tras apenas 30 minutos de plática, hm? - Nunca habría hablado de Sofie así, con aquel tono, con aquel "zorra" implícito. Pero poco control tenía sobre sí mismo o lo que hacía o decía. Arrastraba sus palabras, y de hecho la risa sórdida que escapó de su garganta poco hacía por tranquilizar los ánimos. - No me explico como no se te ha caído la polla por gangrena todavía. - Porque por favor que alguien le explicara como él, que procuraba todo por hacer sentir a la chica la persona más especial del mundo había salido tan jodido de aquella situación, y Adair, a quien nunca le había visto llamar a nadie después de usarlas para lo que se le antojara, la tenía vuelta loca. ¿¿Donde coño estaba la lógica en eso??

El problema con Luke era, y Adair lo sabría, que no se trata de una persona acostumbrada a tratar de solucionar tensiones aquellas por la vía diplomática. Luke golpeaba primero, preguntaba después Por eso había sido tan buen golpeador. De ahí que su respuesta reflejo frente a los últimos reclamos de Brackminster fuera cerrar el enorme puño y golpear directamente su rostro sin ninguna clase de miramiento, y es que a pesar de que el licor en su cuerpo afectaba su equilibrio y coordinación lo dotaba de una completa deshinibición necesaria como para canalizar toda su frustración en aquel golpe. Si le había dado en la cuenca del ojo o conectado en la nariz daba igual toda la fuerza que era capaz de reunir iba impresa en aquel gancho.

- QUE SI TE LA VAS A FOLLAR SOLO PARA DEJARLA AL PUTO DÍA SIGUIENTE MEJOR HACEMOS ESTO DE UNA VEZ. -

Ni siquiera sonrió ni festejó de alguna manera el crack que se escuchó en la nariz de Adair cuando su golpe acertaba y la sangre empezaba a brotar de ella. Si acaso que afirmara no tener idea de lo que Luke le reclamaba lo hacía enfurecer aún más, asumiendo que, seguramente, entre todas con las que ya habría tenido que ver poder identificar a Sofie no es algo que le sería sencillo. Así había sido siempre con él, ¿por qué iban a cambiar las cosas ahora?

Tampoco fue lo bastante rápido como para evitar el puño que se enterraba en su boca. Ni sus reflejos eran los de siempre ni su equilibrio el mejor de todos, y la fuerza del impacto le hizo retroceder un par de pasos, ya sintiendo el sabor metálico fluir cuando sus dientes se habían enterrado en la carne de sus labios. Escupió la sangre. Ni le importaba. No sería la primera vez que le pasaba ni sería la última, de eso estaba seguro. Mientras tanto Adair trataba de impedirle moverse manteniéndolo sujeto, pero no iba a ceder tan fácilmente. Forcejeó con violencia, tratando de sacárselo de encima cuando buscaba golpearle el estómago con los codos. Muy acertado no había sido, porque Adair lo soltaba por voluntad propia, empujándolo.

Que no había tenido nada que ver con nadie más que con Sofie. Ya. Que conveniente. Y que afirmara tan convencido que ni la conocía fue algo que, mientras al mismo tiempo le hacía soltar un amago de risa sardónica. - Claro que la conozco.Te he hasta hablado de ella, cabrón, aunque imbécil de mi, con Sofie viviendo en otro PUTO PAÍS nunca pensé que tendría que darte salto y seña sobre ELLA. - La boca seguía sangrándole y mucho, pero ni siquiera le pasaba por la cabeza el tratar de hacer algo por ello. Se mantenía en pie, si acaso algo tambaleante, pero en pie.

¿¿Y es que acaso tenía que darle una lista con nombres completos, fotografías y direcciones de las personas que le importaban?? Tal vez hasta tendría que incluir a su media hermana ahí cuando tuviera más información de ella, porque ya no podía dar nada por hecho, eso seguro. Y racionalmente entendía que Sofie no había tenido manera de saber que Adair era tan amigo suyo, y que él a Brackminster, por mucho que le contara sobre aquella chica que lo tenía loco nunca le había dicho tal cual que su nombre era Sofie Luttrell, que era rubia y que tenía un lunar sobre los labios y cuando se reía arrugaba la nariz y se le hacían hoyuelos en las mejillas. Que la culpa había sido suya por aferrarse a ella y no entender que por mucho que Sofie lo besara y a veces le diera señas de que estaba decidida a dejar sus miedos atrás, no lo quería como él lo hacía. Si así fuera nada de eso habría pasado. La última persona a la que él había besado era Regina, y eso antes de que Sofie se le metiera de aquella forma a la cabeza...

¿Cuanto tiempo tenía en esa situación? ¿Dos años? Dos años de que le vieran la cara y estuvieran jugando con él de aquella manera, y peor aún, que él la hubiera dejado jugar así con él. Era demasiado. Toda aquella frustración le hizo arremeter en furia contra él, no para golpearlo sino para tumbarlo sobre el césped y ahora si, dar de puñetazos en sus costados, en su estómago, donde fuera. - ¡¡Hazla llorar una sola vez y ni tu propia madre te va a reconocer!! ¿ME OYES? - Que estuviera bien consciente de que aquella no era ninguna amenaza hueca. No podía impedir que nada pasara entre ellos. Que hicieran lo que les viniera en gana. No iba a atarlos de manos, ni iba a volver a verla a ella igual. Pero si acaso Adair llegaba a lastimarla...

Adair gana 14 puntos de experiencia
Luke gana 9 puntos de experiencia