OGMIOS: 275 PUNTOS
CERRIDWEN: 150 PUNTOS
ARIANRHOD: 35 PUNTOS
SMERTIOS: 175 PUNTOS
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 4 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 4 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 49 durante el Miér Jul 19, 2017 4:26 am
Este foro está creado enteramente para esparcimiento y diversión sin fines de lucro. La temática, tramas y personajes son 100% originales creados por el equipo administrativo y los usuarios de este mismo foro. Todo lo demás, pertenece a J.K.Rowling.
"Universidad Brigantia de Estudios Mágicos" está protegida por una licencia creativa. Cualquier reproducción total o parcial del contenido del foro, así como el diseño, será considerado como plagio. Por favor, se original, no robes ni copies.
Una velita más
3 participantes
Página 1 de 1.
Una velita más
No era nueva en Brigantia, pero a veces Milou se sentía como si lo fuera. No se sentía como esas personas que gustan de auto compadecerse ni nada de eso, pero sí que la mayoría de sus conocidos se habían graduado y que ahora todo estaba repleto de niños. Aunque solo era un par de años más grande que los de primer ingreso se sentía mucho más grande.
Paseaba por los jardines distraídamente con su correo en la mano. Le emocionaba la idea de recibir correo de verdad y no invitaciones a algún lado u ofertas de tiendas de ropa o cartas para informarle de cualquier pago.
Se sentó en la primera banquita libre que encontró, una que estaba debajo de un árbol que ya estaba perdiendo sus hojas por el otoño y se le caían con el viento, y abrió la primera. Era de una de sus amigas de Beauxbatons.
El día anterior había sido su cumpleaños, solo que casi nadie lo sabía. De niña se lo había festejado más por obligación que por otra cosa y cuando fue creciendo dejó de hacerlo. Y es que Romée había nacido el mismo día que ella, su regalo. Sin embargo, desde su nacimiento sus cumpleaños dejaron de ser de regocijo ya que a Romée no la festejaban. “No era ninguna gracia que hubiera nacido con licantropía”.
Toda la sociedad mágica sabía de su existencia, pero casi nadie la conocía a fondo. Sabían que era enfermiza y que por eso siempre estaba en el hospital. Pero la verdad era otra y a Milou la verdad si le entristecía.
Y así, de una en una, fue descartando cartas y viendo las hojas de otoño caer.
Paseaba por los jardines distraídamente con su correo en la mano. Le emocionaba la idea de recibir correo de verdad y no invitaciones a algún lado u ofertas de tiendas de ropa o cartas para informarle de cualquier pago.
Se sentó en la primera banquita libre que encontró, una que estaba debajo de un árbol que ya estaba perdiendo sus hojas por el otoño y se le caían con el viento, y abrió la primera. Era de una de sus amigas de Beauxbatons.
El día anterior había sido su cumpleaños, solo que casi nadie lo sabía. De niña se lo había festejado más por obligación que por otra cosa y cuando fue creciendo dejó de hacerlo. Y es que Romée había nacido el mismo día que ella, su regalo. Sin embargo, desde su nacimiento sus cumpleaños dejaron de ser de regocijo ya que a Romée no la festejaban. “No era ninguna gracia que hubiera nacido con licantropía”.
Toda la sociedad mágica sabía de su existencia, pero casi nadie la conocía a fondo. Sabían que era enfermiza y que por eso siempre estaba en el hospital. Pero la verdad era otra y a Milou la verdad si le entristecía.
Y así, de una en una, fue descartando cartas y viendo las hojas de otoño caer.
Milou Leloup- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 01/10/2012
Re: Una velita más
Había estado buscando a Milou el día anterior en sus tiempos libres, que no habían sido muchos gracias a un ensayo sobre el estatuto del secreto mágico que la había enloquecido. Le había enviado una notita, pero eso no había sido suficiente y por eso se alegró mucho cuando por la mañana le llegó el regalo que había pedido a la tienda de animales mágicos, junto con una nota en la que se disculpaban por el día de atraso.
Con la caja de plástico rosa chicle llena de hoyos para respirar, Pearlie se dio a la tarea de buscar de nuevo a Milou y esta vez, encontrarla a como diera lugar. No le costó tanto trabajo, alguien le dio señales de ella, diciendo que la habían visto cerca del bosque. La encontró en una banca debajo de un árbol, con varios papeles y una expresión algo extraña en la cara, entre triste y melancólica. Gritó su nombre cuando todavía estaba algunos pasos lejos de ella, sin poner mucho cuidado en que la falda que llevaba no se alzara mucho por el viento mientras corría, porque de todos modos tenía que sostener la caja de su regalo.
Cuando llegó a ella, con una sonrisota y poca vergüenza, dejó primero la caja sobre un espacio de la banca y luego se acercó a ella para abrazarla.
-Feliz cumpleaños, sé que fue ayer, pero más vale tarde que nunca. Un ensayo me tuvo encerrada mucho rato y luego te busqué y nada de encontrarte. Y además no había llegado tu regalo.
Tenía el defecto de hablar mucho y muy rápido cuando sentía que tenía muchas cosas por decir. Se separó de ella y se sentó a su lado, tomando de nuevo la caja rosa para dársela.
-Toma, es tu regalo. Lo elegí por tu carrera pero puede que no quieras tener animales, así que puedes regresarlo a la tienda y cambiarlo si quieres por lo que te guste más.
Y nada, era un puffskein, que se veía muy tiernito porque estaba bebé, o sea que tenía pinta de micropuff, pero pronto crecería a su tamaño normal, que no era tan chico.
Con la caja de plástico rosa chicle llena de hoyos para respirar, Pearlie se dio a la tarea de buscar de nuevo a Milou y esta vez, encontrarla a como diera lugar. No le costó tanto trabajo, alguien le dio señales de ella, diciendo que la habían visto cerca del bosque. La encontró en una banca debajo de un árbol, con varios papeles y una expresión algo extraña en la cara, entre triste y melancólica. Gritó su nombre cuando todavía estaba algunos pasos lejos de ella, sin poner mucho cuidado en que la falda que llevaba no se alzara mucho por el viento mientras corría, porque de todos modos tenía que sostener la caja de su regalo.
Cuando llegó a ella, con una sonrisota y poca vergüenza, dejó primero la caja sobre un espacio de la banca y luego se acercó a ella para abrazarla.
-Feliz cumpleaños, sé que fue ayer, pero más vale tarde que nunca. Un ensayo me tuvo encerrada mucho rato y luego te busqué y nada de encontrarte. Y además no había llegado tu regalo.
Tenía el defecto de hablar mucho y muy rápido cuando sentía que tenía muchas cosas por decir. Se separó de ella y se sentó a su lado, tomando de nuevo la caja rosa para dársela.
-Toma, es tu regalo. Lo elegí por tu carrera pero puede que no quieras tener animales, así que puedes regresarlo a la tienda y cambiarlo si quieres por lo que te guste más.
Y nada, era un puffskein, que se veía muy tiernito porque estaba bebé, o sea que tenía pinta de micropuff, pero pronto crecería a su tamaño normal, que no era tan chico.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Una velita más
La francesa sonrió cuando leyó la felicitación de su amiga de Beauxbatons. No se acordaba de cuanto tiempo llevaba sin verla, tal vez un año y la extrañaba, la extrañaba demasiado. La estaba invitando a Francia para que se festejara por que, como muchas persona, no entendía esa manía suya por no querer hacer nada.
Se detuvo un momento en lo que se llevaba distraídamente la patita de sus gafas a los labios para pensar que contestarle. Solo las usaba para leer por que eran muy grandes y no había tenido la iniciativa de cambiarlas por que, aunque solía quejarse un poco de ellas, le gustaban mucho.
Volteó cuando escuchó su nombre y hasta se le iluminó la expresión cuando vio a Pearlie gritando su nombre.
Ya te oí, loca –le gritó también pero con cariño. Aunque a ella si le daba algo de vergüenza ponerse a gritar ahí y cuando llegó con ella la abrazó.
Se sentía culpable por que se había encerrado en su habitación y no había salido más que para sus clases. No quería que nadie la viera, no quería que nadie la felicitara y solo quería estar de amargada por que había sido luna llena.
La miró abriendo muchos los ojos por que estaba hablando muy rápido y se estaba conteniendo para no reírse.
¿Qué es? ¿Un perrito o algo? No te preocupes por eso, yo también estuve ocupadísima en los establos. Es asqueroso –agitó un poquito la caja. Ya había visto los hoyitos y ya le habían dicho que estaba vivo, así que no lo hizo con fuerza, solo para saber como cuanto pesaba.
Podía ser la más amargada del mundo el día de su cumpleaños, pero siempre, siempre, siempre, le gustaba recibir regalos. Soltó una especie de gritito como una mezcla entre emoción y ternura extrema cuando vio al animalito casi amarillo ahí, todo chiquito en un rinconcito.
Pero qué bonito eres –lo tomó en sus manos y lo sacó-. Gracias. Lo adoro, ¿cómo lo llamamos?
Se detuvo un momento en lo que se llevaba distraídamente la patita de sus gafas a los labios para pensar que contestarle. Solo las usaba para leer por que eran muy grandes y no había tenido la iniciativa de cambiarlas por que, aunque solía quejarse un poco de ellas, le gustaban mucho.
Volteó cuando escuchó su nombre y hasta se le iluminó la expresión cuando vio a Pearlie gritando su nombre.
Ya te oí, loca –le gritó también pero con cariño. Aunque a ella si le daba algo de vergüenza ponerse a gritar ahí y cuando llegó con ella la abrazó.
Se sentía culpable por que se había encerrado en su habitación y no había salido más que para sus clases. No quería que nadie la viera, no quería que nadie la felicitara y solo quería estar de amargada por que había sido luna llena.
La miró abriendo muchos los ojos por que estaba hablando muy rápido y se estaba conteniendo para no reírse.
¿Qué es? ¿Un perrito o algo? No te preocupes por eso, yo también estuve ocupadísima en los establos. Es asqueroso –agitó un poquito la caja. Ya había visto los hoyitos y ya le habían dicho que estaba vivo, así que no lo hizo con fuerza, solo para saber como cuanto pesaba.
Podía ser la más amargada del mundo el día de su cumpleaños, pero siempre, siempre, siempre, le gustaba recibir regalos. Soltó una especie de gritito como una mezcla entre emoción y ternura extrema cuando vio al animalito casi amarillo ahí, todo chiquito en un rinconcito.
Pero qué bonito eres –lo tomó en sus manos y lo sacó-. Gracias. Lo adoro, ¿cómo lo llamamos?
Milou Leloup- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 01/10/2012
Re: Una velita más
Sonrió inmediatamente con lo de los establos, imaginándose que de verdad era asqueroso, cosa que ilustró con una mueca elocuente de asco. También sonrió en automático porque a Milou pareció gustarle el regalo desde el primer momento. De verdad era una ternura, una bolita del amor. Se veía tímido, pero poco a poco fue acostumbrándose al toque de Milou y se volvió más dócil y confianzudo. Eran bien bonitas esas cosas. Se encogió de hombros como diciéndole “no hay de qué” y luego frunció los labios pensando en un buen nombre para la criatura.
-Es niño, deberíamos ponerle algo como Beaufort o Beauvais. Bueno esos dos suenan al tipo de nombre que le pondrían a un Burroughs si fuéramos franceses.
Se tapó la boca aguantando una risita. Su familia y su costumbre de nombres chapados a la antigua y feos le provocaban muchas bromas, aunque también molestias. Al menos a Aldrich le decían Aldrich que solo era oldfashion y no Barnabas, que era horrible.
Y hablando de Aldrich, de repente se le ocurrió que hacía bonita pareja con Milou, pero la idea le pareció tan tonta y tan sacada de la manga, que seguro sacarlo a colación en voz alta solo generaría cosas raras. Mejor le preguntaría a Aldrich primero, al fin tenía muchas fotos con Milou como para hacer un sondeo. Y la abuela encantada de emparejar a su nieto con una chica de los Leloup, y más encantada de que fuera la misma Pearlie quien hubiera concertado la chistosada.
-¿Te escribieron las de Beauxbatons?
Preguntó al darse cuenta que uno de los papeles de Milou era una hoja membretada del colegio, ella todavía tenía varios pergaminos membretados que usaba para escribir, como seguro habían hecho las amigas de Milou. Sintió un ramalazo de nostalgia sin querer y luego lanzó un hondo suspiro. Beauxbatons era su zona de confort, en Brigantia no se sentía tan acoplada, ni tan segura de nada, en Beauxbatons había estado siempre bien, casi siempre contenta.
-Es niño, deberíamos ponerle algo como Beaufort o Beauvais. Bueno esos dos suenan al tipo de nombre que le pondrían a un Burroughs si fuéramos franceses.
Se tapó la boca aguantando una risita. Su familia y su costumbre de nombres chapados a la antigua y feos le provocaban muchas bromas, aunque también molestias. Al menos a Aldrich le decían Aldrich que solo era oldfashion y no Barnabas, que era horrible.
Y hablando de Aldrich, de repente se le ocurrió que hacía bonita pareja con Milou, pero la idea le pareció tan tonta y tan sacada de la manga, que seguro sacarlo a colación en voz alta solo generaría cosas raras. Mejor le preguntaría a Aldrich primero, al fin tenía muchas fotos con Milou como para hacer un sondeo. Y la abuela encantada de emparejar a su nieto con una chica de los Leloup, y más encantada de que fuera la misma Pearlie quien hubiera concertado la chistosada.
-¿Te escribieron las de Beauxbatons?
Preguntó al darse cuenta que uno de los papeles de Milou era una hoja membretada del colegio, ella todavía tenía varios pergaminos membretados que usaba para escribir, como seguro habían hecho las amigas de Milou. Sintió un ramalazo de nostalgia sin querer y luego lanzó un hondo suspiro. Beauxbatons era su zona de confort, en Brigantia no se sentía tan acoplada, ni tan segura de nada, en Beauxbatons había estado siempre bien, casi siempre contenta.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Una velita más
La miró como si hubiera dicho la blasfemia más horrenda o una de esas groserías que harían a sus abuelitas escandalizarse y mandarlas a practicar hechizos de limpieza en la esquina o algo por el estilo.
¿Beauvais? Van a burlarse de él toda la vida, ¿así se llama alguno de tu familia?
Comenzó a acariciar a su animalito. Hacia mucho que no veía una cosita tan adorable como aquella y no podía dejar de sonreír por la carita de profundo agrado que hacia cuando Milou le daba cariñitos. Hasta cerraba los ojos de gusto y para dar a entender que le gustaba.
Lo levantó, completamente ajena a los pensamientos de Pearlie y lo examinó con ojos de zoologa. O al menos eso parecía.
Si, tienes cara de Beauvais. Ah, si –dijo regresando la mirada hacia ella cuando mencionó a sus amigas de Beauxbatons. Casi no había perdido el contacto con ellas, a pesar de que ya hacía varios años que había terminado el colegio, de hecho antes de entrar a Brigantia las veía cada semana. Ahora solo de vez en cuando-. Te mandaron saludos en…esta y en esa.
La miró suspirar y enarcó una ceja, dejando a Beauvais en su regazo por que se acercó más hacia ella. Por alguna razón ser más grande que Pearlie la hacia sentirse responsable de ella, no en el sentido acosador por que cuidadores ya tenía suficiente, sino en el sentido cariñoso. Ella siempre le confesaba todo y sabía que a Pearlie le pasaba igual.
¿Qué tienes florecilla? –le dijo acomodándole un mechón de cabello detrás de las orejas-. Y no me digas que nada por que, a menos que te hayas hecho bipolar, no eres de las que están contentas y luego se amargan por nada. Así que no te voy a creer. Mira, toma a Beauvais para que te de amor.
¿Beauvais? Van a burlarse de él toda la vida, ¿así se llama alguno de tu familia?
Comenzó a acariciar a su animalito. Hacia mucho que no veía una cosita tan adorable como aquella y no podía dejar de sonreír por la carita de profundo agrado que hacia cuando Milou le daba cariñitos. Hasta cerraba los ojos de gusto y para dar a entender que le gustaba.
Lo levantó, completamente ajena a los pensamientos de Pearlie y lo examinó con ojos de zoologa. O al menos eso parecía.
Si, tienes cara de Beauvais. Ah, si –dijo regresando la mirada hacia ella cuando mencionó a sus amigas de Beauxbatons. Casi no había perdido el contacto con ellas, a pesar de que ya hacía varios años que había terminado el colegio, de hecho antes de entrar a Brigantia las veía cada semana. Ahora solo de vez en cuando-. Te mandaron saludos en…esta y en esa.
La miró suspirar y enarcó una ceja, dejando a Beauvais en su regazo por que se acercó más hacia ella. Por alguna razón ser más grande que Pearlie la hacia sentirse responsable de ella, no en el sentido acosador por que cuidadores ya tenía suficiente, sino en el sentido cariñoso. Ella siempre le confesaba todo y sabía que a Pearlie le pasaba igual.
¿Qué tienes florecilla? –le dijo acomodándole un mechón de cabello detrás de las orejas-. Y no me digas que nada por que, a menos que te hayas hecho bipolar, no eres de las que están contentas y luego se amargan por nada. Así que no te voy a creer. Mira, toma a Beauvais para que te de amor.
Milou Leloup- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 01/10/2012
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|
Lun Jul 15, 2013 1:57 pm por Gerhard Immëndorff
» PANGEA RPG - !UN FORO DIFERENTE! Ven y conócenos.
Sáb Abr 06, 2013 5:04 pm por Morten J. Harket
» Anybody home?
Sáb Abr 06, 2013 4:57 pm por Morten J. Harket
» Morsmorde Era Tom Riddle {Elite} No es cualquier rpg de Hp
Sáb Mar 30, 2013 11:41 am por Invitado
» Morrigan's Mental Asylum FORO NUEVO DE JULIA MCREARY
Lun Mar 25, 2013 2:28 am por Julia McCreary
» San Valentín
Sáb Mar 16, 2013 12:17 am por Aldrich Burroughs
» Necronomicon [Normal]
Vie Mar 08, 2013 1:37 pm por Invitado
» Inferio RPG ~ Afiliación Elite {Nuevos Botones y Nuevo Dominio}
Jue Mar 07, 2013 5:49 pm por Invitado
» Partis Temporus [elite]
Lun Mar 04, 2013 5:04 pm por Invitado
» Into the darkness {Afiliacion Normal}
Lun Feb 25, 2013 6:34 pm por Invitado