El after

A lo lejos escuché como Shadow se ponía histérica lanzando hechizos de aquí para allá hacia Martin los cuales, evidentemente, no salieron. Quizás Martin tuvo suerte de que ninguno de los hechizos de Shadow funcionaran porque de lo contrario estaría por lo menos una semana en la enfermería vomitando babosas. Me quedé enfocada en Adair en lo que fuera que tuviera que decir al respecto de la situación. No iba a estar tranquila hasta que me respondiera todas mis preguntas sobre lo que acababa de hacer.

Y luego llegaba el profesor de Zoología que, sinceramente, no me agradaba. Era de esas personas que veías y simplemente te caían mal. Quizás porque parecía tan estirado que daba pereza estar junto con él. Por eso era que no entraba a la clase de Zoología, porque simplemente podría dormirme con el tío dando clases. Enarqué una ceja cuando se pasó por el arco del triunfo mi presencia. Estaba yo interrogando a Adair, él no tenía nada que hacer ahí. Era, aunque no pareciera, algo de “familia” y no tenía por qué interrumpirme. Todo eso lo pensaba al sentir que mi cuerpo se llenaba de una adrenalina muy extraña que jamás había sentido, deseando más que nunca que Adrian estuviera ahí porque no era normal querer follarme a cualquiera que se me pusiera en frente, no solo con la mirada, sino de forma física. Tragué saliva y negué con la cabeza como si quisiera apartar todos esos pensamientos de mi mente.

Le comenté a Clarisse que dejara a Angus en paz, que él no había hecho nada en el momento en que escuché que iba sobre Angus como si el licántropo tuviera la culpa de algo. No supe que responderle a la joven auror una vez me hizo las preguntas pertinentes después de desmayar a Adair. No sabía qué habían tomado, no sabía siquiera que había tomado yo. ¿Cómo quería que le respondiera? Yo solamente había tomado un vaso y Adair lo había rellenado del ron que siempre llevaba en la anforita metálica, nada más. No sabía si Adair estaba teniendo una congestión alcohólica o qué mierdas. El regaño de Bleeker llegó sin razón de ser, al menos yo lo creía así. Le dirigí una mirada como si le dijera “¿Estás hablando en serio?” Por alguna razón siempre que defendía a Sofie o algo cercano a ella terminaba siendo la regañada. Joder.

Y luego el cubetazo de agua fría. Toda la piel se me erizó y sentí angustia por arruinar el vestido. Me miré las manos empapadas y me escurrí el agua después de hacer un mohín como niña pequeña y mirar al techo exasperada. Escuché la voz de McCreary pidiendo que se llevaran a todos. Bueno, el baile ya se había arruinado, me había arreglado para absolutamente nada. Ni siquiera me había embriagado ni había bailado con nadie. Tremendo fracaso que le restregaría a Jonathan con sus amados bailes Brigantes en la cara.

Tomé la mano de Angus para salir de ahí y a pesar de que el frío seguía invadiendo mi cuerpo, sentí de la nada como una parte de mi escote se enfriaba más. Bajé la mirada y justo vi como la parte izquierda se desprendía del tirante y me dejaba expuesta ante todos. -¡Angus, espérate, espérate! ¡Mi vestido!. El licántropo se detuvo ante mis gritos y yo sentí como los colores se me subieron al rostro en el momento en que se giraba para verme. Me tapé como pude el pecho descubierto e intenté acomodar cada extremo donde tenía que ir. Angus, tan servicial como siempre, se tomó la molestia de arreglarme el vestido.

Yo no sabía si reír o enojarme por lo que había pasado, no tenía ni puta idea de quien diablos había hecho su bromita pesada pero podía tener una idea. No iba a hacer acusaciones sin pruebas, así que en cuanto mi vestido estuvo “pegado” nuevamente, miré a Angus y le señalé con el dedo índice. Entrecerré los ojos y mientras caminábamos, solamente tuve oportunidad de decirle algo como-Ni una palabra de esto a nadie o te mueres.. El licántropo rió y seguimos el camino. Confiaba en él, estaba segura de que no iba a salir gritando que me había visto las tetas porque era decente hasta lo que tenía entendido. El problema era que Aquila fuera a enterarse y quererme arrancar el cabello o romperme el vestido del otro lado.

Finalmente, después de intentar convencer a Shadow, llegamos al bar. Mientras Angus hacía a saber qué cosas fuera, yo entré encontrándome con Joe, Pearlie, Aquila y algunos más. No me había dado cuenta que aún estaba toda mojada hasta que Angus entró y secó a Aquila. Hice lo propio con mi vestido y me acomodé el cabello nuevamente. Verifiqué que el vestido siguiera en su lugar gracias al hechizo de Angus y luego me acerqué hasta donde estaba Bird y le di un beso en la mejilla mientras le pasaba un brazo por el hombro.

-Ahora que no estás rodeado de tanta gente ya te puedo saludar como es debido. Tremenda fiesta, ¿eh?

Al momento en que había caído sobre ellos el agua helada, le llegó la irrefrenable sensación de que tanto el Samhain al que le había puesto tanto esfuerzo y su cumpleaños, estaban totalmente arruinados. Hubiera hecho un berrinche de proporciones magnas, pero sinceramente estaba demasiado confundida para eso. No hilaba las cosas, para ella, ese calor que nacía en su vientre era causa de Joe, y punto. Y sí, era obvio que había un alboroto y que nada estaba bien ahí, pero tampoco era como si alguien estuviera dando explicaciones. Primero se había reído por el agua, luego empezó a temblar y después terminó sonriéndole a Joe por el saco pero…todo estaba muy jodido, no solo su cumpleaños y la fiesta…es decir…lo de Adair, ¿qué carajos significaba eso? Y buscaba a Sofie con la mirada pero no la encontraba.

Y bueno, al final no le quedó más que seguir a la concurrencia. Y agradecerle a Angus la atención, y que todo fuera pequeño y privado. Era un lindo detalle que se tomara esas molestias por no dejarlos sin nada, y se sintió con suerte de que McCreary se mostrara tan abierta con él después de todo. Una vez dentro del bar, echó una ojeada a los que estaban ahí. Al final también resultaba ser raro que los presentes fueran una extraña mezcla entre amigos de toda la vida y amigos nuevos impredecibles.

Joe la ayudó a secarse y Pearlie le regresó su saco, recordando hasta entonces que llevaba el suyo seco en su pequeño clutch, que sacó para ponerse encima. Le volvió a sonreír por el beso en al comisura antes de que se fuera a charlar con Angus para ver lo de las bebidas, pero se le notaba que seguía contrariada. Miró un reloj que estaba en una pared y notó que faltaban veinte minutos para su cumpleaños. Sonrió a Gianna desde donde estaba y se encogió de hombros como diciéndole “peor es nada”.

Cuando vio a Shadow la abrazó muchísimo, no se había dado cuenta de su percance por el ataque sexual, era más bien un abrazo de gusto de verla ahí.

-Claro que puede venir si lo logra, mira, quiero mucho a Pauline pero…igual, que nos mande patronus para que Angus le abra la puerta que anda muy loco con la seguridad.

Se mordió los labios, no terminó su frase aunque era obvia: “quiero más a Malik y Milena”. Y eso significaba prescindir de su amiga de la infancia, hubiera sido o no amistad por conveniencia lo suyo. Por cierto, sacó un espejo de su bolsita también, para dárselo a Shadow. La música perfecta de Malik la hizo sonreír un poco más.

Y el universo poco a poco volvía a su sitio, excepto quizá por Sofie y el asunto de Adair, que llegaba con Bird y todo eso. Tal vez guiada por una sensación horrible y a la vez reconfortante de sentirse afortunada de que a Joe no le hubiera pasado nada raro, antes de acercar se la rubia, volvió hasta donde su novio estaba con otros dos alfas –o sea, Malik y Angus- y lo abrazó por la cintura para darle un beso en la nuca. Casi como si quisiera recordarle que ella seguía ahí, fuera o no necesario. Luego se acercó a Sofie, que había sido la última en entrar, le tomó la mano en el acto y le lanzó una miradita a Bird de "ahorita te atiendo", haciendo que se fuera con Gianna y que ella pudiera abordarlo.

-Oye…todo fue muy raro. Mira…no importa, solo quiero saber que estás bien, ¿por eso llegaste con Stoner?

Fue torpe al hablar, generalmente no lo era pero Sofie le importaba mucho y ese asunto la tenía nerviosa, demasiado. No quería verla sufrir, ni mucho menos. Tal vez ese asunto no fuera a tomar dimensiones catastróficas esa noche, las pociones seguían haciendo lo suyo y tal, pero al menos por esa noche entonces, tenía que asegurarse de que de verdad el universo se acomodara un poco.

Me senté en uno de los bancos de la barra y recibí con bastante gusto el trago que Angus me deslizaba. Sonreí al saber que recordaba lo que había pedido la primera vez que había entrado al bar y le di un buen sorbo. Volví a sonreír con el comentario de Bird y de verdad esperaba que no se refiriera a que él también me había visto todo. Ojalá no hubiera escuchado el comentario de Martin sobre el escote porque si no, todo el mundo lo habría hecho. Me sonrojé, no pude evitarlo.

-No tengo idea.-comenzó mientras comía un par de cacahuates que Angus tenía previstos en la barra, como siempre-Un minuto estaba hablando con Adair y al siguiente Bea se le fue encima intentando comérselo.

Me encogí de hombros. La verdad era que con todo el desastre que se había armado en el grupo donde estaba no presté atención a muchas cosas ajenas a eso por lo que no tenía ni idea que Sofie y Bird se hubieran besado. De haberlo visto, quizás también hubiera abofeteado a Bird… y después lo hubiera besado, porque tenía unas ganas tremendas de hacerlo sin saber por qué, pero era lo que mi interior me estaba gritando terriblemente fuerte y era un poco imposible poderlo callar. Así que si, fue mejor así.

-Creo que le voy más al ataque mortífago de lujuria y pasión.-le di otro sorbo al Whisky e incluso le ofrecí un poco de mi propio vaso. Tenía la confianza suficiente con Bird para eso y muchas otras cosas más. De algo servía el conocernos de tan pequeños y poder hablar de cualquier cosa-No sé… para poner las drogas en la bebida alguien debió de haber llegado mucho antes, cuando no había nadie para que empezaran a hacer efecto, ¿no? Si no, la cosa se hubiera tardado más y podría haber hasta bailado contigo.

Era verdad. La situación había sido demasiado rápido. Hasta donde ella tenía entendido, lo que Jonathan le había contado de sus años oscuros, era que si alguien ponía algo en la bebida de alguien, algo así de masivo, tendría que hacerlo con bastante tiempo de anticipación para que toda la poción o la droga surtiera el efecto deseado rápido, nada de tener que esperar una o dos horas más para que el efecto comenzara a mermar las neuronas de quienes estaban bebiendo.

Me encogí de hombros y sonreí con su comentario de que al menos estaba bien. Sentí su abrazo y un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Qué me estaba pasando? ¡Por los dioses! Le observé el perfil como pude y a pesar de que ya me había calmado un poco, terminé por morderme los labios y darle un buen sorbo al whisky porque sentía que la cosa estaba por ponerse bastante fea. Respiré hondo y luego solté una risilla que callé en el momento.

-¿Sabes? Hace rato, antes de que el adorado Decano nos echara agua como perros, mientras abofeteaba a Adair, te estaba follando con al mirada. Supongo que me afectó a mi también un poco. ¡Pero ya se me pasó! Bueno, un poco… y si no tuviera novio ya te hubiera llevado al baño o a ver a donde.

Y ahí estaba la confianza que le tenía. Claro que de saber que era el Hijo del Escuchón jamás se lo hubiera dicho porque todas mis palabras podrían y serían utilizadas en mi contra, y eso no estaba bien. Solo esperaba que la cámara que llevaba no hubiera captado el momento tan vergonzoso que había pasado con mi vestido.