Así que ya llegaste

La verdad era que estar ahí, en Brigantia, le gustaba. Creía que haberse matriculado fue una buena decisión y la verdad era que lo había meditado y mucho, no tan sólo de si inscribirse ahí o no o a qué carrera, sino el considerar en qué país hacer la carrera, o es más, si acaso decidirse por una profesión muggle o una mágica. Su padre era mago, pero músico en el mundo muggle. Su abuelo era mago, pero profesor de matemáticas en el mundo muggle. Su madre era bruja, pero tenía un negocio muggle. Ahí había claramente un patrón, y a saber, tal vez había algo en la sangre Rayder que los hiciera inclinarse más hacia a un lado de la báscula que otro.

Los dos años que había pasado ayudando en el estudio y las giras habían sido buenos y no iba a negar que lo había pasado genial, pero también le apetecía probar ese nuevo ritmo y estilo de vida de universitario. Por donde lo viera, Brigantia era muy distinto a lo que se había acostumbrado en Hogwarts. Y no era que llegara siendo un completo desconocido y desubicado, le constaba que muchos de sus amigos más cercanos rondaban por ahí en sus respectivas facultades.

Pasaba de medio día, moría de hambre y tenía tiempo libre antes de su próxima clase. Su madre decía que comía como troglodita y quizá algo de cierto había, que Luke era de estar comiendo todo el día. Faltaba todavía para que sirvieran el almuerzo en el comedor así que la cafetería le parecía su mejor opción. Antes de entrar se terminó el cigarrillo que iba fumando y se llevó las manos a los bolsillos. Apenas un par de pasos con su andar desbargado y pudo verla sentada en una mesa. Iba a reconocer aquella cara en cualquier lado.

Se acercó en silencio por detrás de Sofie, le colocó una mano sobre el hombro y sin decir nada le besó la frente para saludarla, que para besarle la mejilla se habría tenido que doblar entero. - Hey, ya se me hacía raro no haberte encontrado por aquí antes. - Se sentó en la silla que quedaba del otro lado de la mesa. Que sí, que sí, Brigantia era enorme, pero supondría que para aquellas alturas ya se la habría topado corriendo a clases o algo parecido.

Comiendo papas fritas bastón con una mano y la derecha abrazando el bolígrafo escribía garabatos en su libreta dándole vueltas a aquel temita de la gacetilla universitaria.... Era evidente el hecho de que no había una aun, al menos no una en funcionamientos pues sino algún ejemplar a esta altura debía haber llegado a sus manos, eso era un hecho que no podía entender, semejante universidad con la carrera de periodismo incluida como podía no tener un diario propio?.... Capaz había algún problema con los decanos, pero eso era más difícil de averiguar, que no era suicida como para en su segunda semana de estadía presentarse en la reunión de ellos a cuestionar que porque coño no había un periódico?!

- ahh Tu!- esa costumbre de la gente de aparecerse sin más, aunque con lo concentrada que estaba en la florcita que andaba garabateando Luke podría haber estado 15 minutos parado a su lado y no se hubiese dado cuenta... Terminó de mordisquear la papa que tenía en la mano y le deslizó por sobre la mesa la fuente para que se sirviera.

-Pues si... yo pensé que te habías arrepentido a último momento- ... le contestó sabiendo que él había tenido problemas para decidirse, así como Luke sabía que ella lo había hecho más por cabrear a su madre que por el prestigio de Brigantia.- y??... que te parece la universidad?... Yo pensé que no iba a conocer a nadie pero sucedió que tengo muchos "parientes" aquí!-... Esa no era mejor palabra para usar con Luke, pero era evidencia total de que el inconsciente nunca dormía. De todos modos, era Sofie la que padecía más esas cosas, porque era ella la que sabía lo que pensaba por dentro, la que había mal pensado en ese instante el doble sentido de su frase anterior, la que tenía que soportar a Aldrich diciendo tonterías casa vez que se lo cruzaba en el campus...

-... quiero decir... me refiero... a ... las chicas Burroughs!.. Y Gianna Vercelli que va a estudiar periodismo como yo. - Sonrió y se obligó a callar comiéndose otra papa frita! Pero no podría mantener la boca cerrada por mucho tiempo tenía tanto que contarle, pues más allá de las cosas tontas que se dijesen era su mejor amigo, mucho más amigo que Gianna incluso y que los que había dejado en el mundo muggle. -... ya tengo planes para este año, quiero hacer un periódico para la universidad, me sorprende que no haya uno. -

- Nah, lo pensé mucho, sí, pero no creo arrepentirme. - Se encogió un poco de hombros mientras cruzaba una pierna sobre la otra y contestaba con aquel tono de voz tan poco entusiasta que solía mantener como estado default. Si algo podía decir de sí mismo, aunque el tomar decisiones muy complejas no se le diera tan fácil que digamos, es que nunca se había arrepentido de una decisión tomada. Y definitivamente no creía que estar en Brigantia fuera a perder el tiempo. Si todo salía como debía ser en cosa de 5 años ya sería oficialmente un pocionista - ingeniero pocionista - en todas las de la ley. No sonaba nada mal.

- No me quejo. Andando en la gira de Dave ni siquiera tuve tiempo a acostumbrarme a no compartir habitación. - Un amago de sonrisa apareció en su rostro recordando esos últimos dos años. Habían sido buenos y una oportunidad para, irónicamente, pasar más tiempo con su padre - lo de llamarlo por su primer nombre era alguna mala maña que había aprendido de su propia madre - del que hacía cuando estaba en casa con ellos. Casi siempre le había tocado compartir habitación de hotel con uno de los encargados del sonido. Así que regresar a estudiar y volver a enfrentarse a todo el asunto de los compañeros de cuarto no supuso tanto problema en realidad.

Obviamente no fue indiferente al comentario sobre el "parentezco" que había encontrado. Le miró fijamente, apenas siendo perceptible la manera en que poco a poco una de sus cejas se arqueaba. Le fastidiaba aquella manía de Sofie por dos cosas. La primera, que iba por la vida haciéndose daño ella sola por una tontería. Que él conocía a la madre de la chica y aunque le parecía una mujera rara de cojones en según qué actitudes (tampoco que pudiera decir que su propia familia era muy normal), no creía que fuera tan cabrona como para dejar que Sofie fuera por ahí sufriendo de manera gratuita. Si no quería decirle nada sobre quién le había dado la mitad de los genes por algo sería... ¿no?

La segunda razón y más egoísta, era que el trauma que tenía ella de andar buscando papá en todos lados lo jodía directamente a él. Ahí seguía como idiota colgado de ella, y ella que seguía terca con la misma postura. Ni saber cuál de los dos era más patético.

Pero tocaba hacer lo que un amigo hacía. Tragarse el orgullo, hacer como que no escuchó nada y aceptar el menú que se acercaban a ofrecerle luego de picar una papa frita. - Ah, sí, se que Shadow anda por aquí. - A la otra Burroughs que sabía existía no la conocía pero sabía de su existencia por medio tanto de Sofie como de la rubia. Él también tenía un par de amigos ahí, eso siempre facilitaba las cosas.

- Te oyes entusiasmada. ¿Seguro que no tienen diario? ¿Y tienes idea de por dónde empezar? - Sin dejar de ver el menú volvió a agarrar otra papa ya de manera inconsciente, decidiéndose al fin por el emparedado más grande que tenían y un batido grande que pensaba pedir en cuanto viera a la mesera acercarse. Mientras su estómago no le jugara una mala pasada y no decidiera ponerse a gruñir como león malhumorado todo estaría bien. La verdad él no tenía planes. Se llevaba un día a la vez y ya, tal cual. -

Para él, el no soltar tan a menudo un “papá” no era motivo de gran drama, era simplemente como se había acostumbrado. No podía hablar por LouLou que él no se metía en su cabeza, pero era cierto que Luke se sentía más cercano a su madre, que era ella quien estaba con ellos dos siempre. No quería decir eso que sintiera a Dave Rayder como un completo desconocido o que no lo quisiera o le llamara como le llamara por algún rencor. Las cosas en casa eran como eran y él no las iba a poder cambiar, tal vez hasta les gustaba complicarse de aquella manera que ya llevaban más de 20 años así, que las relaciones dramáticas y difíciles iban de la mano del estilo de vida de rockstar, o si no los temas para escribir canciones se reducían bastante. Así que su papá era “Dave” porque de niño nadie le había dado de manazos hasta el cansancio a que se acostumbrara a decirle papá, si él solo repetía lo que su mamá hacía con su abuelo, que de toda la vida había sido Leon, y no podía ser más cercana a él porque eso ya sería hasta asfixia.

Independientemente de eso acercó la silla a Sofie cuando ella hacía lo propio. Y ya sin darse cuenta acababa de adjudicarse el plato de papas fritas, pero con el estómago vacío lo primero era satisfacer esa necesidad. No paso por alto bien que olía su cabello y lo mucho que eso se podía apreciar a esa distancia, como a flores que seguramente eran de nombre impronunciable porque entre más raras más les gustaba a las chicas echárselas en cremas al cabello.

No creía que no hubiera ya una publicación estudiantil establecida en el Campus, que era un sitio con mucha trayectoria y si tenían carrera de periodismo pues era casi obligatorio que un diario o gaceta circulara ya por ahí. Podía ser que todavía no salía el primer número y todo el problema se reducía a eso, que después de todo acababan de empezar el curso y no había mucho que reportar. Pero Sofie se veía tan ilusionada con la idea que no quería ser quien le reventara la burbuja. Seguro que si ya había una publicación de todas maneras se las ingeniaba para escribir ahí. – En Hogwarts teníamos una gaceta de publicación anónima, ¿sabes? No estaba mal. – Le dijo antes de coger otra papa. ¿Cuánto irían a tardar en tomar su pedido? El punto era que a él le entretenía leer el Escuchón con todo y sus chismorreos rosas. Las veces que su nombre habían aparecido ahí fueron pocas a decir verdad, seguro por esa tendencia suya a rehuir de todo lo que tuviera potencial a volverse drama monumental. El vivía tranquilo, y a nadie le interesaba la vida tranquila de alguien más.

- Ya lo tienes todo armado, ¿eh? Pues no se oye a mala idea. Deberías proponérsela al encargado de tu carrera y a ver qué te dice. ¿Cómo es que pretendes asociarlos? – No había leído aún sus garabatos hechos lista porque en eso la mesera se acercaba y en ese momento su estómago venía primero. Hizo su pedido y le sonrió, rogando a todo lo mágico que no se tardara mucho con su comida o iba a empezar a morder la mesa en cualquier momento.

Volvió a besar la cabeza de Sofie solo porque sí, porque la tenía cerca y le nacía y ya. – Ah, conociste a Adair. No “ganó” la copa, la ganamos, grandísimo hijo de puta egocentrista. – Aquello le sacó una risotada bastante orgullosa como buen león que había sido. – Es amigo mío y todo eso, así que si necesitas algo de él yo te lo convenzo. – Porque era tan vago y tan odioso a veces que con tal de fastidiar llevaba la contraria a gusto por puro hobbie.

Que hablando de Adair fue justo entonces que le echó un vistazo con más atención a la lista de Sofie. Hakan el extranjero calvo, Tucker cuyo nombre le sonaba familiar, una tal Tinker que en su vida había visto y Adair, con un número 5 junto a su nombre para reforzar aquel misticismo que tenía con el número y una pequeña acotación de lo más curiosa. Frunció el entrecejo mirando la libreta como si pretendiera que en cualquier momento fuera a arder espontáneamente. Buen besador. Ok. Bien. Demasiada información. Demasiada.

La mesera acababa de regresar con su pedido pero apenas y le hizo caso. Ya sentía que la ceja le temblaba en una especie de tic nervioso y no pareció reaccionar hasta que la rubia le tocaba el pecho. Inquieto se rascó la nariz y ahogó una risa de aquellas que era más que evidente que no llevaban nada de diversión en su trasfondo. – …¿eh? Ah, sí, lo que necesites. Oye, exactamente, ¿cómo fue que conociste a Adair? - ¡¡Hijo de puta!! ¡Que no llevaban ni dos semanas de clases aún!

Si... alguien le había contado lo de la gacetilla anónima, quizá el mismo Luke. Y eso le dio otra idea. En realidad hasta allí estaba pensando en un periódico serio! con todas las letras sobre la vida universitaria y alguna cosa del mundo mágico en general, pero bueno si eso no se podía, o ya estaba y no la dejaban participar, podía hacer algo anónimo y clandestino... mmm... Sonaba muy interesante, pero muyyy ilegal, y aun no le convencían esas cosas. Pero ideas eran ideas y las guardaría en un buen lugar de su mente hasta que sirviera.

Asintió dos veces con el rostro, sonriendo al cumplido. SI! tenía mucho armado y estaba muy contenta con como iba a la cosa. Cuando tuviera algo más sólido iría a hablar con el encargado, claro! Cuando lograra averiguar quien era para empezar. Y pues sobre como asociarlos... mmm... ese era el punto más complicado. - Primero pensé entrevista individuales y ya luego en la edición como tabla comparativa, pero luego se me ocurrió mmm... como una "cita a ciegas", tomarlos de dos en dos y ver que surge... Pero no se, a mi me gusta monopolizar las preguntas...-

Podía hablar mil de sus ideas, mientras gente como Luke que la escuchaba y hacía como si le importara, fuera el interlocutor. -AHH tienes razón! es la misma copa que ganaste tu!... No ves, como te necesito! para corroborar la info!...- ella también rió. divertida mal por escucharlo decir "grandísimo hijo de puta egocentrista" y tomó nota mental de que ambos chicos eran amigos, sin darse cuenta de lo que eso significaba, específicamente en aquel momento.

Fue Sofie quien recibió la comida, incluso le comento bromeando, "tienes un animal dentro, si logras terminarte esto", pero sin ser escuchada pues así como ella estaba distraída condimentándole el emparedado como suponía sabía a él le gustaba, Luke estaba muy concentrado en la libreta aquella y entrando en estado psicótico, sin que ella se percatase.

Tuvo que llamarle la atención a ver si volvía a la vida o algo. Que le había picado? Pero su contestación fue a ella a quien dejó un segundo desconcertada. Como lo conocía? y eso que tenía que ver?... Miró hacia arriba pensando y sonriendo recopiló algo de info volviendo a mirar a Luke a los ojos. - Pues nada, estaba por el campus, fui al bar a tomar algo, cuando me di cuenta que no sabía muy bien si los galeons que tenía me alcanzaban, ya sebes que aun tengo problemas con eso. Así que lo vi, le pregunté a él y al final me invitó una trago y luego yo a él porque me andaba desafiando. Que es un poco engreído! y charlamos un rato de quiddicth,quefuecapitan ytieneuntatoo,un5yluegonosbesamosyya.... Nada importante.

Esa manía de hablar hasta por los codos. No pudo preverlo, era como darse cuenta lo que estaba diciendo un segundo después de que sus palabras salían de la boca. Pero eran sentimientos contrariado, por un lado le quería contar su conquista (porque Adair era capitán de Q!!!!), por otro apresuró el paso porque a Luke se le deformaba la cara, pero a la vez le encantaba verlo celoso!!! Pero no quería hacerle daño porque lo quería muchíiisimo, pero le debía sinceridad y verdad a la vez!!. Y así todo un embrollo mental. Cerró la boca y la libreta con una mano discreta que pretendía hacerla desaparecer de las garras infames de un posible Luke cabreado.

¿Animal? ¿Él? ¿Por acabarse el emparedado? Ah no, animal el cabrón de Brackminster que parecía no ser capaz de de escuchar a otra cosa que no fuera su polla. Menos de dos semanas. Menos de dos semanas en Brigantia y ya iba leyendo cosas en la libreta de Sophie sobre lo bueno que era el hijo de puta besando. Que de acuerdo, Luke le había comentado alguna vez sobre su penosa situación con aquella "amiga de la infancia" que lo traía más idiota que nunca en su vida, y siendo justos nunca había mencionado el nombre de ella en esas conversaciones, porque 1) no iba en Hogwarts así que ni caso tenía, 2) tampoco era que se la viviera repitiendo el tema con él como niñita despechada. Así que no tenía él manera de saber que la rubia era justo esa chica con la que tenía el problema.

¿Pero cómo coños era posible que en menos de 10 días ya fuera haciéndose de esa fama, peor aún, con chicas como Sofie. Casi le daba miedo el escuchar cualquier cosa que fuera a decir, aunque por lo menos tenía la certeza de que no habían follado ni nada. O eso quería creer. No fuera a ser que ella decidiera que como el Brackminster no le sonaba de nada era imposible estar emparentada con un desconocido en otro país y que con él si podía alocarse sin dejar que sus traumas intervinieran.

¿Celos? ¡Y un huevo! ¡Claro que lo estaba! Aquel era el colmo. Cerró los ojos y mantuvo aquella falsa sonrisa mal sostenida en el rostro mientras se recargaba contra el respaldo de la silla y se cruzaba de brazos. Hasta el estómago había dejado de rugirle porque el cerebro le decía que lo primero que tocaba era atender aquella pequeña crisis y ya después de eso entonces sí el hambre, joder.

- Déjame ver si entendí. - Calmado Luke, respira, Se apretó el puente de la nariz y de nuevo ahí estaba esa risa ahogada que no auguraba nada bueno. Ignoraba su comida. Ignoraba a la gente alrededor y todo lo que Sofie le decía sobre Adair porque ya él sabía que sí, era un engreído y un supersticioso por haberse ido a tatuar un número 5. A él lo que le interesaba y afectaba directamente era que...

- Tal cuál lo conociste, te ayudó con el cambio y en ese mismo rato, ¿terminaron besándose? Sofie... - Ya no se apretaba el puente de la nariz sino que se cubrió el rostro entero con la palma de la mano, revolviéndose el cabello. Estaba enojado. Estaba celoso. ¡Estaba jodido! Que alguien le explicara que jodido caos tenían las mujeres la cabeza, porque conocía bien las tácticas de Brackminster y ahí iba la niña a caer redondita. ¿Y qué había sido de Luke la única vez que había logrado besarla? ¿Él que siempre la había tratado bien y dado su lugar? Pues la señorita se daba la media vuelta cual princesa herida y se daba a la fuga bajo la excusa de que era complicado.

- Ni siquiera conoces al tipo. Cómo es que... - Las palabras se le atoraban. Que le iba a partir la cara la próxima vez que lo viera y a dejarle otro bulto en la nariz. Pero por mientras la lógica no le daba, que además de todo Sofie era una niña de lo más ingenua e inocente y él sabía lo que pasaba con las niñas ingenuas e inocentes en esas situaciones. ¡Que mierda! Respira Luke, respira...

Ok.. Luke se había enojado?... Un poquito era esperable, de algún modo Sofie era consciente de que iba a provocarlo con eso, pero para tanto? Como si él nunca se hubiese besado con nadie!! Lo peor del caso era, que Sofie había pensando lo mismo que él, aquello de que como el apellido no le sonaba nada, eso había bajado sus defensas digamos... Pero la cosa estaba en el hecho de que quien era él para ponerse así y con que derecho la estaba señalando, por decirlo de una forma sutil, de "rápida para los mandados"...

- A ver... Esperate! que me estás queriendo decir?... - Quería calmarlo y por eso negó con el rostro, bajó la voz y apoyó la mano en su pecho para retenerlo y que la escuchara o... Ni sabía bien que quería hacer en realidad... - Solo sucedió y ya!.... y...y... Y cual es el problema si no lo conosco?.. Fue un beso nada más y lo detuve cuando se puso intenso!!- No. eso tampoco era conveniente mencionarlo. -... Luke! lo que digo es... que tan mal mi sexto sentido no puede estar, que antes dijiste que era tu amigo, o es que tu te juntas con puros gilipollas!?!- Ahí estaba: cuando no sabía como explicarse empezaba a combinar sus dos idiomas, fallándole la gramática incluso.

Suspiró contrariada y bajó la vista al suelo. Que tal su Luke llevaba la razón, y todo aquello había sido una locura, muy mala locura del momento. Era cierto, ella no era de las que andaban besando a cualquiera, pero... Pero Adair tenía algo especial, algo que le había gustado mucho, si no definitivamente aquel encuentro en el bar no se habría dado así. Acordándose de eso, se le escapó una sonrisa... Que tal si... - Ya deja de cuidarme tanto! Como es tu amigo, porque no me ayudas a que se fije en mi-... Evidentemente Sofie había perdido la cordura, porque no reconocía a quien le estaba pidiendo semejante cosa.

Que sí, que había besado a otras chicas, pero todas habían sido sus novias. No era como Adair ni como Joseph que parecían tener mira láser y donde ponían el ojo ponían la polla 9 de cada 10 veces. No sabía ser así y más importante, no quería ser así. Que dijeran lo que quisieran de él, pero trataba siempre de comportarse con las chicas de la misma manera que esperaba que se comportaran con Loulou, tratándolas con decencia, joder, porque él le iba a partir la cara con un bate de quidditch y estrangular con las cuerdas de su guitarra a cualquiera que jugara con su hermana sin importarle que ella supiera cuidarse sola. Estaba el agravante además de que Sofie le gustaba y mucho desde hacía tiempo, que Adair era su colega desde también sus buenos años e imaginárselos besándose, aunque no hubiera sido más que un ridículo pico en los labios (que conociendo al Gryffindor le constaba que eso no había sido así) le ponía a hervir la sangre. Si justo buena parte de las veces que se habían ido a los golpes había sido por cosas como esa.

- ¿Qué cuál es el problema? - ¿Y todavía se lo preguntaba? Bajó la voz él también, porque aunque sentía que los oídos le zumbaban por puro coraje no quería ni asustarla ni aramarle un escándalo en plena cafetería. Que lo detuvo cuando se había puesto intenso. Mira ya, que bien. Ahora a ver cómo carajos se quitaba de la cabeza la imagen mental de cabrón de Brackminster arrinconándola contra un muro y atacándole el cuello, que hasta donde tenía conocimiento las cosas podían haber sido bien distintas, pero dentro de su visceralidad no podía pensar en otra cosa.

- ¿Y? Es mi amigo e igual te digo que es un cabrón, una cosa no cambia la otra, Sofie, mierda… – Se pasó una mano desordenadamente por el cabello, sintiendo que hasta los dedos los tenía tensos a causa de lo que se estaba callando. Qué bien, una parte de él tenía la esperanza de que si ella salía de su burbujita de protección en España y comenzaba a abrirse a nuevas experiencias tal vez se le quitara la tontería aquella de lo horrible que sería que Dave resultara su padre también. Era muy consciente de que aventurándose a salir de esa zona de confort en la que su madre la había obligado a vivir cualquier podía llegar y encandilarla. Y se decía que si aquello pasaba y ella estaba feliz pues entonces él también tendría que estarlo, siempre y cuando se tratara de alguien que le mereciera la pena, no alguien como Adair, que para empeorar las cosas acababa de cagarlo encima una vez más y ni siquiera era consciente de ello porque él no tenía idea que era Sofie esa chica que alguna vez le había mencionado entre licor fuerte y hierba.

Lo que lo terminaba de joder todo era justo que ella le pidiera que la “ayudara” a gustarle a Brackminster. Puso los ojos en blanco y chasqueó la lengua. Resultaba ahora que eso era lo que se ganaba darle su espacio y ser paciente con ella, porque no era que nunca le hubiera dejado ver que le gustaba. Se lo había dicho bien claro por lo menos dos veces. Le había invitado a salir y pedido ser su novia, y no, porque era complicado y ella tenía miedo. Ahora resultaba que hasta eso se lo había olvidado y le pedía consejos para ligarse a otro. Al final hasta resultaba que el enfoque Crawford con las chicas era el que daba resultado, porque a aquel hijo de puta nunca lo dejaban en el papel de “amigo” nada más, o lo abofeteaban hasta casi partirle las vértebras o le daban entrada a hacer lo que quería, pero nunca el punto medio.

- Porque si se fija en ti lo que va a pasar es que te va a follar y te va a dejar botada tres días después. Por eso no te voy a ayudar. – Y no se iba a cortar nada. Nada de tratarla con pinzitas y tratar de convencerla que no le convenía. Que hiciera lo que quisiera, él pasaba de que le siguiera escupiendo en la cara pidiéndole ayuda de esa manera.

Luke no estaba hablando nada y al mismo tiempo le estaba diciendo todo, pero Sofie seguía sin entender; porque con los años había construido una barrera mental con respecto a ese tema. De que estamos hablando? De que Luke no fuera celoso por sobre protector, así como hermano todo loco, sino que lo fuera porque gustaba de ella. No era para Sofie placentero volver a esos lugares, y menos recién empezada la uni donde se lo cruzaría hasta debajo de las piedras.

La historia tenía años, no es mentir decir que se conocían desde los pañales, y mucha agua había pasado bajo el puente. Sus madres eran amigas, Dave era pues el padre de uno y el padrino de la otra, Sofie siempre lo había querido muy especialmente a Luke, mucho más que a Loulou, y como suele suceder en esas circunstancias ya de niña empezó a gustarle y toda esa cuestión rosa de andar haciendo corazones de garabatos en cualquier superficie escribible con cualquier pluma de ocasión... Sofie no podría decir cuando el tonteo inocente se convirtió en una carga pesadísima sobre sus hombros, y con ello, todo un esfuerzo para pensar a Luke como un amigo y nada más. Pero algún detonante del mundo exterior debe haber habido, donde la idea de compartir padre con él, más que con cualquier otro, sonó muy razonable y ya no podía permitirse, siquiera pensar, en que podría enamorarse de su hermano. Que era un horror toda la situación!!! Acaso ella era la única que lo veía así?!

Aun así las cosas pasaban muy a su pesar: Luke haciéndola sentir la chica más suertuda del universo, cuando le decía que le gustaba, Sofie emborrachándose para animarse a besarlo en las noches de verano, la tentación de susurrarle al oído todo lo que lo quería en cada oportunidad posible; para luego arrepentirse y rechazarle ese noviazgo con todas las letras que él estaba dispuesto a darle.... Incluso, ahora y habiéndose decidido a dejar el pasado atrás y nunca nunca más gustar de él, había veces en las que se encontraba pensando en lo lindo que era, o en el buen novio que sería o en que tal si le escribía para ir a verlo o capaz para que el viniera o quizá poder ir al cine, o una peli en la casa, comiendo palomitas en el sillón gigante del living, pero una de terror así tenía la escusa perfecta para acurrucarse en su pecho....

Como fuera, y mas allá de todo lo complicado que fuera, no iba a empezar a dar pasos hacia atrás, por mucho que Luke la tratara de puta o le dijera que su amigo era un idiota. Si Sofie podía, Luke también iba a tener que poder... Una mezcla de enojo y tristeza por escucharlo la invadió de impotencia, y apretó los labios, sacó la varita y embolsó el emparedado gigante aquel, tomó eso, su soda y su libreta y miró a Luke para salir de allí. No iba a discutir con él, pero menos lo iba a hacer donde todo mundo pudiera escuchar.

- Me duele lo que haces... a veces pareciera que no quieres que sea feliz.- Se lo lanzó a la cara como él le había había lanzado la vulgaridad anterior, y también le arrojó el emparedado al pecho con cierto desprecio... Caminaba a su lado pensando y mirando a ninguna cosa, hasta que se volteó para hacerle frente y decirle - TU... tu...- ... no sabía que pero algo!!! -Ah... mira... te das cuenta?... al final últimamente siempre acabamos enojados el uno con el otro por tonterías!...-

Lo miró a los ojos y luego al suelo, para dejar caer su cabeza contra el pecho de él y dejar los dramas por un momento... No podía con las discusiones, no le gustaba que las cosas se le fueran de las manos. Quería estar bien con todos, especialmente con Luke, que dejara de atacarla diciéndole que la iban a usar o cualquier mierda. - Lo siento- No sabía de que se disculpaba exactamente, pero sentía en verdad que debía hacerlo.

Tal vez eso era justo lo que debía hacer. Olvidarla de una puñetera vez por todas y seguir con su vida, buscarse a otra chica que no fuera a ponerle mil y un trabas y aceptara lo que él le ofrecía sin poner tanta excusa en el medio. A él no le preocupaba aquello de que hubiera una posibilidad de estar emparentados. Porque, quizá equivocadamente, él se inclinaba a una manera de pensar un poco más optimista y trataba de ver lo bueno en los demás, y por lo mismo le costaba creer que Jessy Luttrell, siendo tan amiga de su madre, le hubiera cagado follándose a su papá y luego nombrándolo padrino de Sofie. Aquello sería demasiado retorcido y cínico. Y creía que la madre de la rubia estaba algo loca, pero no que fuera mala persona.

No le dijo nada más. Se mantuvo en silencio, rodeado por aquel aire de estoicismo que tan bien se le daba cuando decidía deslindarse por completo de alguna situación que consideraba no valía la pena. Y creía que ella lo valía, y mucho, pero no que él merecía estarlo pasando tan mal cuando ella iba encaprichada con el niño bonito Brackminster o a este paso, con quien fuera. Idiota él por aferrarse a algo que debió haberse dado cuenta hacía mucho tiempo atrás que ni siquiera existía. Pero es que cuando Sofie lo besaba, aunque fuera bajo la influencia de un licor fuerte, a él le hacía sentir como que tal vez sí que había algo ahí, un potencial que si cultivaba con paciencia podría resultar en algo muy bueno. Pues no, esto estaba mostrándose como todo lo contrario a lo que había esperado.

Ni siquiera tenía hambre ya, había perdido el apetito por completo. No iba a seguirla, en verdad que no. Que hiciera lo que le diera puta gana que ya estaba grandecita y que a él le dejara al margen, que fuera ahora mismo a buscar a Adair al campo y le metiera la lengua hasta el esófago si eso quería que él no iba a mover un dedo. O esa había sido su intención, porque de igual manera terminó levantándose a regañadientes, dejando el importe de su comida sobre la mesa y le siguió, manteniendo aquella expresión seria en el rostro y guardándose ambas manos en los bolsillos de su pantalón.

- No puedes decir eso. - Le replicó con voz monótona y apática. Eso de que no quería que fuera feliz. Tamaña estupidez. Lo que él quería era todo lo contrario pero ella no se daba cuenta así que tocaba joderse y ya. Ni siquiera intentó esquivar el ataque del emparedado, aunque le molestó lo suyo ver como caía al suelo. La envoltura se abrió y los contenidos del emparedado quedaron extendidos en el suelo a sus pies, menudo desperdicio.

- ¿Qué? ¿Yo qué? - Se escuchó más a la defensiva de lo que había pretendido, que por muy dulce que ella pudiera mostrarse él seguía furioso. - Pues mi culpa no es. Yo ya te dije cómo van a ser las cosas con él, ya si me quieres hacer caso o no pues es cosa tuya. - Y por mí has de tu vida un papalote si quieres, pensó.

No obstante la manera en que se encogía y se acercaba buscando refugio en su pecho podía más que su orgullo. No se atrevió a colocar las manos sobre sus hombros y besarla, pero tampoco la apartó. Volteó hacia otro lado, escuchándola pedirle perdón, pero sin tener muy en claro que estaba esperando que le respondiera. Si si hija mía, te perdono, ahora ve y probaremos que tanta resistencia tienes para evitar dejarte seducir por aquel hijo de puta. Pues no, eso iba a ser.

- Es que tú no entiendes que lo que no quiero es que te lastimen. Pero al final vas a hacer lo que te dé la gana hacer. - Se le seguía escuchando molesto, y mucho, pero al mismo tiempo le sentaba fatal verla así. Que lo que quería era tomarla, sacudirla hasta que las ideas se le acomodaran con coherencia en esa cabecita llena de caos gratuito. Que reaccionara, que se dejara de estupidez, y es más, que dejara de jugar con él. Si no le interesaba no le interesaba y ya, pero entonces nada de acurrucarse con él cuando se tumbaban en el sofá sin nada más que hacer cuando iba de visita, ni tampoco perderse por ahí con una botella de whisky para que ella terminara besándolo y luego arrepintiéndose.

Con él las cosas claras, tal vez ese había sido su error. Y la verdad es que tan sólo se le ocurría una manera de dejarlo todo tan entendible como fuera posible. Le dejó de importar que estuvieran a mitad del campus y que alrededor de ellos hubiera trozos de lechuga y pan esparcidos y peatones cruzando de aquí para allá. Lo único en lo que pensaba era en el cómo le alzó el rostro por la barbilla y antes de darle tiempo a reaccionar a negarse, la besó. Sentía que si iba a empeñarse en fingir que entre ellos nunca había pasado nada, entonces estaba en la obligación de volver a hacerle ver el cómo eran las cosas desde su perspectiva, aunque fuera una última vez.

No estaba jugando con él, o al menos nunca lo había visto de es modo hasta aquel momento, en que ya hubiera sido evidente para cualquiera. Dejarse besar por Luke en el contexto de que minutos antes le había pedido ayuda con respecto a Adair, no solo no era buena señal, si no que convertía la existencia misma en un caos total… Y si bien es cierto que no pensó que aquello sucedería, y tampoco es que el chico le hubiera dado tiempo a negarse, cuando finalmente sus labios se juntaron, Sofie que bien podría haber dado un paso hacia atrás o un empujó o lo que fuera al instante, no lo hizo.

Simplemente se quedó perpleja, dejándose besar, sintiendo como el contacto entre sus labios volvía su mundo en una montaña rusa que viajaba a mil kilómetros por hora, de la cual era imposible salirse…. Entonces? así eran las cosas en realidad… Luke seguía sintiendo aquello por ella? Y ella que? Pues no solo no iba a detenerse a pensar en cosas tan complicadas en ese momento, sino que le bastaba la excusa de andar con alguien más para terminar con ese contacto de una vez…

Fue retrocediendo suavemente, alejándose de Luke, de modo de poder agachar el rostro hasta no ver otra cosa que el césped verde. Se tomó las manos, apoyadas en su estómago, acomodando y desacomodando sus propios anillos, sintiéndose fatal, realmente fatal; incluso no recordaba haberse sentido tan mal antes. Porque? Pues porque no debía haber nadie en el mundo a quien quisiera más que a Luke, pero tenía no solo que rechazarlo, sino resignarse a que si él seguía con eso en la cabeza (o en la parte del cuerpo que fuera), no había forma de seguir a su lado.

- tu sabes lo que pienso de esto- Dijo con un hilo de voz sin levantar la mirada, en cuanto pudo respirar profundo y poner su mente a hablar. Y Luke sabía a que se refería Sofie, pues ni importaba la excusa, como bien decía él, ella siempre tenía alguna para justificar el “no”, que nunca era rotundo cierto, pero que siempre aparecía más tarde o más temprano.

Seguramente habría quien no entendería, pero bueno, Sofie como todo el mundo tenía sus particularidades, y la genética del desequilibrio tampoco le era algo ajeno. La historia con Luke tenía mil años, y así como nadie se enamoraba de un día para él otro, tampoco sucedía con los desenamoramientos por mucho que uno se esforzase. De a un paso a la vez empezó a andar hacia cualquier sitio, sobre todo porque no quería decir alguna tontería y que Luke empezase con “pero, si tu también gustas de mi, déjate de estupideces” y todas esas cosas que como CD rayado volvían a decirse una y otra vez.

Lo peor fue, que mientras veía los trozos de emparedado desperdigados por el césped llegó a pensar que esta vez, si no hubiera estado Adair en la escena podría haber sido de otra forma la cuestión... Pero más allá de lo que dijera todo mundo, el ex capitán se había portado hermoso con ella, besándola a la luz de los fuegos artificiales… y si tenía que elegir entre eso o aparecer con Luke y que Aldrich se burlara de ella pues, era casi obvia la opción.

No supo porqué, aun andando hacia la nada, terminó diciéndole de espaldas y con seguridad – Él no es como tu dices! – Era horrible lo que le estaba haciendo a Luke y lo sabía, pero entre todo el caos que tenía en el cuerpo, Sofie al menos esta vez y por primera, le estaba dando una razón palpable, concreta, real, con nombre y apellido de rechazo... Lamentable que fuera justo un gran amigo de él.

Claro que jugaba con él, y Luke, idiota como él sólo, se dejaba hacer como ella deseaba por albergar una irreal esperanza de que en algún momento ella abriría los ojos, se daría cuenta que en realidad no tenía nada que ver y estaría con él, porque no podía negarle que algo sentía entre ellos que iba más allá de lo platónico de una amistad que venían llevando desde hacía muchísimos años atrás.

Que no importaba cuantas veces le dijera su voz que no, todo en ella le indicaba justo lo contrario. Empezando porque en efecto, bien podría haberlo apartado, empujado, abofeteado y simplemente ella apartar el rostro en cualquier momento de aquel beso que sin llegar a ser invasivo ni violento era asertivo, seguro de lo que quería y lo que buscaba. ¿Posesivo? No sabría definirlo, pero su mensaje principal era claro: este soy yo, así son las cosas y no vas a mentirme. Podía intentarlo pero no le funcionaría, porque aunque agachara la mirada o volviera a dar mil y un excusas, él había visto el sonrojo en sus mejillas y la había escuchado contener la respiración tan solo para exhalar en un suspiro que si bien casi imperceptible era toda la evidencia necesaria para convencerse de que no le era indiferente.

Pero ella se separaba, volviéndolo a desprecia una vez más y aunque se vio tentado a estirar la mano para sujetarla y retenerla ahí con él cuando ella empezaba a retroceder, no lo hizo. ¿Qué era lo que quería ella? ¿Besos bajo los fuegos artificiales? Él podía darle eso. Y paseos por el lago y salidas en fin de semana, y obsequios y detalles que le hicieran ver que no dejaba de pensar en ella, y palabras dulces susurradas a su oído que le hicieran sentir la más bonita y especial de todas, porque para él así lo era. ¿O lo que quería era la emoción de sentir como su cuerpo se amoldaba a la perfección al sentirse rodeada por un par de brazos fuertes? Podía dárselo también. Besarla hasta que fuera una necesidad, tocarla de manera que se olvidara de todo cuando le rodeaba y no quedara más que rendirse al calor en su piel, porque había pasado muchas noches perdido en imaginar lo que moría por hacerle y hacerla sentir si acaso le diera una oportunidad. Podía darle todo eso y todo lo que ella le pidiera, y además de todo algo que Adair no iba a darle, porque él era de todas y de ninguna a la vez, mientras que para Luke solo había alguien a quien entregarse y el resto dejaban de existir.

Lo que no iba a darle era la opción a seguir jugando con él de esa manera. No le rogaría. No se rebajaría. Y si ella decidía aún sabiendo lo que él sentía y lo que iba a pasar de seguir con su encaprichamiento con Brackminster – porque no mentía por disuadirla, lo que le decía era toda la verdad -, entonces él no haría nada. Y con nada quería decir ni siquiera quedarse a ver.

- Y tú sabes que creo que es una estupidez. ¿Qué es lo que te hace falta? ¿Qué vaya y le robe un pelo para que lo mandes a un laboratorio y te convenzas de una vez o vaya directamente a preguntarle yo a tu madre? Joder… – Nunca había sido tan duro con ella, si de hecho con las chicas su actitud era la de siempre tratarlas con cuidado y por eso muchos pensaban de él que era un ridículo, pero es que estaba harto. Harto de todo, de sus rechazos y su ambigüedad, de sus juegos y su indecisión, de que le diera alas para luego cortárselas de tajo, y de tener ahora que quedarse al margen mirándola, en su ingenuidad, ir a meter la cabeza directamente a las fauces de un león. Porque no había en su débil respuesta ni siquiera un indicio de le que decía no porque no sentía nada por él. Que su no era por la misma causa de siempre, por eso que “ya sabía ella pensaba.”

Sacó sus ciagarillos del bolsillo de su pantalón para encenderse uno y llevárselo a la boca, dando inmediatamente la primera calada. Casi le gana la carcajada cuando necia se ponía a defender a Adair. Que Luke lo apreciaba y hasta hacía cosa de 20 minutos le habría reventado la cabeza a cualquiera por él con los puños, pero la lealtad que le tenía nada tenía que ver con que no fuera un cabrón declarado con las mujeres. Que reconocerlo como amigo no le quitaba lo patán a ojos de nadie. – Ya, porque tus dos horas de conocerlo obviamente tienen mayor peso que los 9 años que tengo de aguantarlo. ¡Pero hey! Tú eres la periodista. Haz tu propia investigación si no me crees. Seguro no se te va a dificultar el encontrar fuentes que las hay y muchas. Puedes empezar por tu prima si quieres. – Por que no era la primera Luttrell con la que se enredaba, pero si ella quería ser la segunda a la que se follaba adelante, que hiciera lo que le diera la puta gana. O es más, tal vez y hasta fuera la tercera, que bien podría ser que se hubiera metido ya no solo con Loreen sino con su hermana. Que si se estaba pasando de cruel y duro con ella, ya no importaba ni tampoco lo medía. No alzaba la voz, pero eso no desacreditaba la rabia que sentía.

- Haz lo que quieras hacer, coño, pero no digas luego que nadie te lo advirtió. – Y cuando pasara – por que iba a pasar – que no viniera corriendo a él a contarle lo tonta que había sido por caer también en la labia de Brackminster, porque no iba a quererla escuchar.

(Para no editar mil, esto paso hace ya unos posts, y sólo el final es cuando los vi afuera, donde están ahora)

Había estado caminando por el campus tras terminar los deberes, tras tres horas sentado y escribiendo necesitaba estirar las piernas y fumaba un cigarro más por costumbre que por necesidad, no era uno de esos fanáticos de tener algo en la mano siempre, pero bueno, qué más daba. Hacía calor a esa hora y estaba con la ropa de siempre, sin capa ni nada que no era un ridículo.

Recorrió varios pasillos como dándose finalmente un tour por la Universidad, era bastante grande y nunca estaba de más saber dónde quedaba todo, aunque después de Hogwarts no podía haber camino alguno que no siguiese a la perfección, aunque sea con ayuda de la brújula que hacía con ayuda de su varita. Lo tentó el ir a la hermandad bélica pero no terminó siendo una gran idea, asomó la cabeza y estaba vacía. Siguió su camino sintiendo como la columna comenzaba a disminuir el dolor que había estado sintiendo cuando tras una puerta vio algo que hizo que cambiase de dirección para ir a los terrenos.

Faltaba para el almuerzo y no tenía mucha hambre, pero había decidido ir hasta la cafetería para comprarle un emparedado a Pearlie y otro a Shadow, que al pasar por la biblioteca la vio con Shadow, ambas enfrascadas en los libros como él había estado hacía rato y le causaron hasta ternura, es que eran su familia y aunque a Shdow apenas le llevaba unos minutos y a Pear algunos meses sentía como su responsabilidad cuidar lo mejor que pudiese de ambas, y no solo porque su padre le había casi encomendado esa labor.

Ni bien entró a la cafetería vio a Luke y a Sofie, no se lo imaginaba porque de hecho ni había pensado en alguno de ellos en todo el día, pero una sonrisa socarrona apareció en su rostro y se rió para sí mismo, disimulando el sonido con una tos falsa. Tomó aire y pasó a su lado hasta el lugar en donde estaba la muchacha a la que debía pedirle la comida, dos emparedados de jamón, pepperoni, salami y queso, a él le gustaba ese y supuso que por ser familia a ellas igual. Compró uno de jamón con queso por si acaso.

Volteó mientras le preparaban los emparedados y de nuevo esa sonrisa apareció en su rostro, no era que buscase joderlos porque ni los había saludado, solo le pasaba por la cabeza que ojalá no tuviese hijos porque saldrían como grindylows por eso de ser hijos de un mismo padre. Le indicaron que ya estaba lista su orden, pagó y se dispuso a salir del local con la idea de lo que luego sería otro clavo en su historia de joder a Sofie. Ya no estaban en el local pero los vio afuera, ya ni siquiera pasó cerca pues tenía algo mejor que hacer.

No solo Luke nunca había sido tan duro con ella, sino que Sofie no estaba acostumbrada a esos tratos. Por su simpatía se hacía querer a la primera por los desconocidos y era mimada por su extensa familia, casi con condescendencia por algunos miembros por la madre que le había tocado en suerte. Y sobre Jessy su madre, aunque ésta era muy cruda a veces, los comentarios podían ser vergonzosos o rudos pero nunca dolorosos. Si Sofie estaba acostumbrada a una burbuja donde todo se daba a su antojo, era porque su madre se lo había procurado con mucho esfuerzo (o a punta de varita)… Y tal vez hasta en las cosas más ilógicas tenía razón, pues aquello de ir al mundo mágico, no estaba siendo tan bonito como Sofie había pensado en un primer momento.

En cualquier momento los ojos se le llenarían de lágrimas, no podría evitarlo. Todo estaba horrible, ella estaba actuando espantosamente y no veía forma de que las cosas fueran a resolverse para volver a la agradable normalidad. No tenía puta idea de que hacer para componer la paz, si correr y dejar de escucharlo decir lo que se le venía en ganas a él; o si quedarse y escupirle la cara como mínimo y por la impotencia de no tener mejor argumento. Que si! Que todo el mundo ya le había dicho que no le convenía... Y?!!? Por una vez en la vida, acaso no tenía derecho de arriesgar un poco?! Y su prima que tendría que ver?… Ya no entendía nada y estaba muy cargada de problemas mentales como para incorporar otros posibles.

Se llevó las manos al rostro apretándose bien los ojos para no llorar y acto seguido levantó la frente al cielo para deshacerse en un sonoro suspiro. Le escuchó lo último, dolida, indignada y molesta por saberlo cierto, pues en otras palabras le estaba diciendo “no importa lo que te diga, harás lo que te venga en gana”...Manos a la cintura y mordiéndose el labio inferior con fuerza inusitada, volteó a verlo un instante y por alguna extraña razón se enfureció más de lo que había podido pensar al verlo allí todo furioso y haciendo como que ya le daba igual ella, al estilo: “yo tengo mis cigarros tu puedes irte a tomar por culo!”… Tampoco era demasiado para los parámetros generales de la sociedad, pero para sus modos estaba FURIOSA.

- OK!- dijo con voz fuerte, como si hubiera sido necesario pararle el discurso aunque él ya hubiera terminado. Se tomó un momento para volver a respirar y serenarse porque el corazón iba a salírsele del pecho, del agite que estaba adquiriendo y volvió a tomar la palabra con su volumen habitual y pausado. – Tienes razón… siempre tienes la razón… yo estoy equivocada…. Pero…–

Lo peor del caso es que si hubiera querido arrepentirse de sus actos no podía hacerlo, media universidad la había visto besándose con Adair en la fiesta levitadota!!! Aunque no quisiera (y peor aun, Si que quería!), no iba a dejar de buscar a Adair porque sino los demás podían llegar a pensar que había sido cosa de una noche, y Sofie no era de esas chica y NO, NO, NO, no iba a permitirse darse esa imagen. Si había besado a Adair, bajo la luz de los fuegos artificiales a sabiendas de que podía verla toda la universidad, era porque pensaba que podía haber algo entre ellos que durase mucho más que una noche casual; y no porque al día siguiente, iba a ocurrírsele que mejor se besaba con Luke, como si nada, como si fuera una cualquiera que le daba igual quien se metía en su boca o que opinaba la gente…. Conclusión:

-… ya no importa nada de esto… lo jodí todo… y aunque te de igual: en verdad lo siento… - no había notado la mirada de Aldrich oculta en las sombras, ni la lágrima de niña tonta rodándole por la mejilla… - mejor me voy ya… -

No quería tener la razón siempre. Llevar las de ganar en una discusión era algo que le tenía sin cuidado, lo que quería era que Sophie se dejara sin estupideces. Y como ella bien decía, estaba consciente de que no importaba lo que le dijera la rubia iba a terminar por hacer lo que ella quisiera sin importarle nada más. Así que al final la culpa la tenía él sólo por aferrarse, porque si ella quería exponerse a salir lastimada era cosa suya, pero nadie lo tenía ahí siendo herido como daño colateral más que sí mismo. Nadie lo obligaba, nadie lo tenía a punta de pistola o de varita ni le habían lanzado imperios para hacerle creer que sólo Sofie o nadie más. Él mismo por imbécil, y ya, no había más.

Se mantuvo en silencio porque en realidad no tenía nada más que decirle. Ya había dejado las cosas claras por su parte: que él la seguía queriendo, que Brackminster era un cabrón que le iba a hacer daño, que ya no le iba a aguantar más excusas ni medias tintas. Lo que le cagaba más de todo es que se tratara justamente de Adair, su colega de años. Si hubiera sido cualquier otro pobre diablo de la universidad no estaría sintiéndose así, pero no, de todo el puto Brigantia tenía que ir a encapricharse con él. ¿No era jodida su suerte?

- No me da igual. – Sentenció con los ojos fijos en ella. Él no era de desviar la mirada o apartar el rostro cuando las cosas no salían como él quería. Si todo el jodido problema se basaba en que no, no le daba igual lo que ella hiciera. Que lo estaba lastimando y mucho, pero obviamente ya para él no quedaba otra resolución que mejor apartarse y dejarla ser. Y es que ella sabía, sabía que él la quería. No podía fingir que aquello le caía de sorpresa. Y justo en ese momento sintió rabia contra ella por cada vez que se había atrevido a besarlo, fuera por influjo del alcohol o por un súbito arranque de valentía, haciéndole creer que si era paciente y comprensivo con ella, que si seguía cuidándola y apoyándola como siempre había hecho, tendría una oportunidad. Pero sobre todo, estaba furioso consigo mismo.

- La cosa es que no te puedo creer. – Y ahí toda la verdad. Que no le cabía en la cabeza como sabiendo bien lo que sentía fuera a pedirle tan inocente ella, consejos para hacer que un “amigo” suyo gustara de ella. Aquello había sado bajo. ¿Cómo se suponía que debía sentirse sino como que había estado jugando con él todo este tiempo? Sin tomarlo del todo pero tampoco sin soltarlo, por lo menos hasta que aparecía alguien más interesante.

- No es necesario. Me voy yo. – Vio sus mejillas húmedas, pero por mucho que tuviera el impulso de abrazarla y arrepentirse de todo lo que le había dicho para asegurarle que todo esta bien y que nada cambiaba entre ellos, no lo hizo. Si quería olvidarse de ella y dejar de pasarlo así de mal entonces le tocaba dar el primer paso, este de una manera más literal de la que había pensado, cuando sosteniendo el cigarrillo entre los labios daba la media vuelta y marchaba por otro lado.

Necesitaba una jodida botella de whisky y la necesitaba ya.