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mención horrorífica
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mención horrorífica
Aun las clases no iniciaban y había más que tiempo de sobra. Se sumaba a esto que Sofie no era de aquellas personas que pudiera mantenerse mucho quieta, menos aun en silencio, menos aun sin estar pensando alguna cosa en esa cabecita rubia que traía desde siempre. Creía haber recorrido lo suficiente de su facultad, que dentro de todo le agradaba bastante, y concluido aquello había decidido reconocer las demás instalaciones. Descartados bares y cafecitos donde ya había recolectado más de 5 historias a contar; y lo mismo el campo de quidditch terminó adentrándose en el salón de los trofeos, un espacio bastante raro...
Más allá de las usuales puertas gigantes y los techos inalcanzables, aquel espacio de vitrinas y contadores de gemas, era a simple vista un laberinto. No solo porque los mostradores de medallas se retorcían y doblaban generando nuevos pasillos, sino porque cada objeto contenía una inscripción y cada una una obvia historia detrás. Quien sería por ejemplo, Alfons Rupert Crain "mención horrorífica" en la vitrina que rezaba "Encantamientos Conductores"... Sofie siquiera sabía lo que era una encantamiento conductor y eso que había sido muy aplicada en sus estudios sobre magia...
Como costumbre llevaba en mano su libreta y bolígrafo, pero aun no había anotado demasiadas cosas. Todo aquello era puro dato y no había forma, ni tenía sentido, retenerlo todo... Fue así buscando que podía ser útil de toda esa basura que se preguntó si alguien que ella conociera habría dejado su huella en ese lugar... Obvio que su madre no, porque no había ido a la uni, y si su padre si tampoco lo sabría... Pero había muchos más Luttrells en el mundo y ella no era la primera generación que asistía a la universidad. Así que ahora con un objetivo claro corrió hasta la puerta de entrada para iniciar todo el recorrido de nuevo.
Más allá de las usuales puertas gigantes y los techos inalcanzables, aquel espacio de vitrinas y contadores de gemas, era a simple vista un laberinto. No solo porque los mostradores de medallas se retorcían y doblaban generando nuevos pasillos, sino porque cada objeto contenía una inscripción y cada una una obvia historia detrás. Quien sería por ejemplo, Alfons Rupert Crain "mención horrorífica" en la vitrina que rezaba "Encantamientos Conductores"... Sofie siquiera sabía lo que era una encantamiento conductor y eso que había sido muy aplicada en sus estudios sobre magia...
Como costumbre llevaba en mano su libreta y bolígrafo, pero aun no había anotado demasiadas cosas. Todo aquello era puro dato y no había forma, ni tenía sentido, retenerlo todo... Fue así buscando que podía ser útil de toda esa basura que se preguntó si alguien que ella conociera habría dejado su huella en ese lugar... Obvio que su madre no, porque no había ido a la uni, y si su padre si tampoco lo sabría... Pero había muchos más Luttrells en el mundo y ella no era la primera generación que asistía a la universidad. Así que ahora con un objetivo claro corrió hasta la puerta de entrada para iniciar todo el recorrido de nuevo.
Última edición por Sofie Luttrell el Sáb Sep 29, 2012 12:00 am, editado 1 vez
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: mención horrorífica
Las clases aun no comenzaban, podría estar disfrutando de lo último de su tiempo libre antes de entrar en un altísimo margen de riesgo de morir aplastada por una avalancha de libros. Había recorrido ya todas las instalaciones, probado las cosas que más se le antojaban en la cafetería e incluso dado una asomadita por el bar. Había caminado un raro por el bosque y aunque no llegó al lago, metió los pies desnudos en el cauce de un arroyo mientras hacía una pequeña pausa para, simplemente, escuchar los sonidos de todo.
Sí, había visitado prácticamente todas las instalaciones, las zonas cercanas y hasta parte de las grutas, pero había un sitio que todavía no había pisado. El cuarto de trofeos. Beatrice había evitado el de Hogwarts por años, después de que la obligaran a pasar horas y horas de un sábado limpiando a la manera muggle todos los trofeos, como castigo por algo que ya ni podía recordar. Pero el desprecio por los salones de trofeos permanecía. Era algo un poco tonto, sí, pero todo el mundo tenía sus mañas.
Pero quizás pudiera hacer una excepción por el salón de trofeos de Brigantia. Estaba consciente de que su desprecio por el de Hogwarts tenía una explicación medianamente decente, pero evitar el de Brigantia era una tontería, un simple capricho. Se suponía que iba a dejar esa clase de comportamiento atrás, que para eso había tomado todo aquel año libre. Bueno, también para “encontrarse a sí misma” o algo por el estilo, pero la verdad la meta inicial había sido solo divertirse y ya.
Así que en aquella mañana cualquiera, después de desayudar una gran pila de tostadas untadas con mermelada, Beatrice se encaminó hacia el estúpido salón de trofeos.
El sitio no estaba tan mal, la verdad. De hecho parecía incluso más grande que el de Hogwarts, lo que era extraño considerando que Hogwarts debía de ser más antiguo. Como fuese, el silencioso ambiente de la habitación resultaba incluso agradable, pacífico. Podía imaginarse leyendo allí en lugar de la biblioteca; en su experiencia personal, las bibliotecas no eran buen sitio para estudiar, demasiados cuchicheos, que a la larga eran ruidos aun más molestos que los de conversaciones normales.
Se internó entre los pasillos de vidrieras y mostradores, sin prestar realmente demasiada atención a los nombres de las placas y trofeos. Iba un poco distraída, porque moría de sueño; el mayor reto de su nueva vida sería ajustarse a un horario normal.
Fue por eso que no escuchó los pasos apresurados que iban en su dirección, y cuando dobló una esquina…
- ¿¡QUE QUIERES, MATARME!? – Exclamó con una voz muy aguda, cuando alguien chocó con ella. Su súbito ataque de rabia sin control fue cortado cuando vio con quien había chocado:era solo una chica, parecía recién graduada de Hogwarts.- ¡Oh! Disculpa, es que no he dormido demasiado bien últimamente. ¡No soy una troll de montaña! Lo juro por mi garrote.
Sí, había visitado prácticamente todas las instalaciones, las zonas cercanas y hasta parte de las grutas, pero había un sitio que todavía no había pisado. El cuarto de trofeos. Beatrice había evitado el de Hogwarts por años, después de que la obligaran a pasar horas y horas de un sábado limpiando a la manera muggle todos los trofeos, como castigo por algo que ya ni podía recordar. Pero el desprecio por los salones de trofeos permanecía. Era algo un poco tonto, sí, pero todo el mundo tenía sus mañas.
Pero quizás pudiera hacer una excepción por el salón de trofeos de Brigantia. Estaba consciente de que su desprecio por el de Hogwarts tenía una explicación medianamente decente, pero evitar el de Brigantia era una tontería, un simple capricho. Se suponía que iba a dejar esa clase de comportamiento atrás, que para eso había tomado todo aquel año libre. Bueno, también para “encontrarse a sí misma” o algo por el estilo, pero la verdad la meta inicial había sido solo divertirse y ya.
Así que en aquella mañana cualquiera, después de desayudar una gran pila de tostadas untadas con mermelada, Beatrice se encaminó hacia el estúpido salón de trofeos.
El sitio no estaba tan mal, la verdad. De hecho parecía incluso más grande que el de Hogwarts, lo que era extraño considerando que Hogwarts debía de ser más antiguo. Como fuese, el silencioso ambiente de la habitación resultaba incluso agradable, pacífico. Podía imaginarse leyendo allí en lugar de la biblioteca; en su experiencia personal, las bibliotecas no eran buen sitio para estudiar, demasiados cuchicheos, que a la larga eran ruidos aun más molestos que los de conversaciones normales.
Se internó entre los pasillos de vidrieras y mostradores, sin prestar realmente demasiada atención a los nombres de las placas y trofeos. Iba un poco distraída, porque moría de sueño; el mayor reto de su nueva vida sería ajustarse a un horario normal.
Fue por eso que no escuchó los pasos apresurados que iban en su dirección, y cuando dobló una esquina…
- ¿¡QUE QUIERES, MATARME!? – Exclamó con una voz muy aguda, cuando alguien chocó con ella. Su súbito ataque de rabia sin control fue cortado cuando vio con quien había chocado:era solo una chica, parecía recién graduada de Hogwarts.- ¡Oh! Disculpa, es que no he dormido demasiado bien últimamente. ¡No soy una troll de montaña! Lo juro por mi garrote.
Beatrice Witchcombe- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 25/09/2012
Re: mención horrorífica
- AHHHHHHHHHHHH -
Gritó Sofie lanzando al aire su libreta y su bolígrafo preferido, acto tan involuntario como el grito, pero no por eso menos sincero y estridente. No había visto a la chica, se había asustado horrores por la presencia y ni mencionar el golpe que ambas se habían llevado. Sofie respiró tres veces cien antes de volver a abrir los ojos, pues el terror fue demasiado y de la taquicardia el corazón se le notaba en el pecho... Negó una y mil veces, llevándose la mano al escote tratando de volver en sí. hacía rato que no vivía algo tan ominoso.
- Montaña? Garrote?... disculpa si no te sigo, pero aun estoy tratando de que me vuelva el alma al cuerpo. - Le dijo lo más amablemente que pudo, llevándose la mano a la garganta tratando de que el corazón le volviera a su sitio. Incluso tuvo que bajar el torso y apoyar sus manos en las rodillas, como cuando agotado terminas una carrera de 100 metros, pues no lograba volver en si. - Que susto!... - se le escapó entre resoplido y resoplido, pero con un hilo de voz.
Desde esa posición vio su bolígrafo sangrando sobre el suelo unos metros más allá, es decir roto y perdiendo tinta, en un charco azul oscuro... Ay que ganas de llorar. Infantil si, pero ese estúpido bolígrafo significaba mucho para ella. Se erigió con pesar mordiéndose un labio y con total resignación arrastró los pies hasta el objeto... - Ay que pena!... - Ni se animó a tocarlo, era una cadáver sangrante... Se repasó el rostro con una mano y recién ahí volteó a ver a la chica con atención por primera vez.
- No te guardo rencor... pero que sepas que eso -ya no se le podía llamar de otro modo a lo que supo ser su bolígrafo preferido - era muy importante para mi...
Gritó Sofie lanzando al aire su libreta y su bolígrafo preferido, acto tan involuntario como el grito, pero no por eso menos sincero y estridente. No había visto a la chica, se había asustado horrores por la presencia y ni mencionar el golpe que ambas se habían llevado. Sofie respiró tres veces cien antes de volver a abrir los ojos, pues el terror fue demasiado y de la taquicardia el corazón se le notaba en el pecho... Negó una y mil veces, llevándose la mano al escote tratando de volver en sí. hacía rato que no vivía algo tan ominoso.
- Montaña? Garrote?... disculpa si no te sigo, pero aun estoy tratando de que me vuelva el alma al cuerpo. - Le dijo lo más amablemente que pudo, llevándose la mano a la garganta tratando de que el corazón le volviera a su sitio. Incluso tuvo que bajar el torso y apoyar sus manos en las rodillas, como cuando agotado terminas una carrera de 100 metros, pues no lograba volver en si. - Que susto!... - se le escapó entre resoplido y resoplido, pero con un hilo de voz.
Desde esa posición vio su bolígrafo sangrando sobre el suelo unos metros más allá, es decir roto y perdiendo tinta, en un charco azul oscuro... Ay que ganas de llorar. Infantil si, pero ese estúpido bolígrafo significaba mucho para ella. Se erigió con pesar mordiéndose un labio y con total resignación arrastró los pies hasta el objeto... - Ay que pena!... - Ni se animó a tocarlo, era una cadáver sangrante... Se repasó el rostro con una mano y recién ahí volteó a ver a la chica con atención por primera vez.
- No te guardo rencor... pero que sepas que eso -ya no se le podía llamar de otro modo a lo que supo ser su bolígrafo preferido - era muy importante para mi...
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: mención horrorífica
Beatrice se quedó mirando a la chica mientras esta intentaba controlar su respiración. La reacción de esta resultó tan exagerada que incluso se sintió tentada a reírse, pero no estaba segura de si aquello sería educado.
Igual soltó una risita, no podía evitarlo. Viéndolo en perspectiva, si fue bastante gracioso. ¿A dónde habían ido a parar las cosas de la chica? Una rápida barrida visual por el suelo del salón le llevó a localizar la pequeña libreta. Se imaginó que la chica estaría allí tomando notas para algún informe o algo así, ¿tal vez una biografía de alguna figura importante que estudió en Brigantia en algún momento de su vida?
Como fuese, recogió la libreta mientras la chica se refería al susto como si Beatrice realmente se hubiera parecido a un troll de montaña por un segundo. Le agradaba la chica, le recordaba a una de sus hermanas menores.
Cuando la chica se levantó y comenzó a lamentarse por su bolígrafo Beatrice no pudo tomársela muy en serio, era como ver a una niña pequeña haciendo un puchero porque alguien le había llenado de arena su vestido favorito.
- Lo siento. –Se disculpó, aunque sus labios se curvaban ligeramente revelando una sonrisa.-La próxima vez que estés practicando para iniciar el club brigante de atletismo, trataré de mantener la distancia.
Ya, no fue capaz de aguantarse. Dejó escapar una risita ahogada, por todo el asunto. Luego notó que la chica parecía realmente triste por el tonto bolígrafo, y la sonrisa se borró gradualmente de su rostro.
- Vamos, vamos… ¿Eres una bruja, no?
Se acercó al bolígrafo, que continuaba chorreando tinta. Aquello quizás no funcionara del todo, pero al menos lo haría lucir mejor y la chica podría guardarlo de recuerdo sin deprimirse por su deplorable estado. Sacó la varita de su bolso y apuntó con ella hacia el bolígrafo moribundo.
- Reparo.-Musitó, agitando su varita.
Igual soltó una risita, no podía evitarlo. Viéndolo en perspectiva, si fue bastante gracioso. ¿A dónde habían ido a parar las cosas de la chica? Una rápida barrida visual por el suelo del salón le llevó a localizar la pequeña libreta. Se imaginó que la chica estaría allí tomando notas para algún informe o algo así, ¿tal vez una biografía de alguna figura importante que estudió en Brigantia en algún momento de su vida?
Como fuese, recogió la libreta mientras la chica se refería al susto como si Beatrice realmente se hubiera parecido a un troll de montaña por un segundo. Le agradaba la chica, le recordaba a una de sus hermanas menores.
Cuando la chica se levantó y comenzó a lamentarse por su bolígrafo Beatrice no pudo tomársela muy en serio, era como ver a una niña pequeña haciendo un puchero porque alguien le había llenado de arena su vestido favorito.
- Lo siento. –Se disculpó, aunque sus labios se curvaban ligeramente revelando una sonrisa.-La próxima vez que estés practicando para iniciar el club brigante de atletismo, trataré de mantener la distancia.
Ya, no fue capaz de aguantarse. Dejó escapar una risita ahogada, por todo el asunto. Luego notó que la chica parecía realmente triste por el tonto bolígrafo, y la sonrisa se borró gradualmente de su rostro.
- Vamos, vamos… ¿Eres una bruja, no?
Se acercó al bolígrafo, que continuaba chorreando tinta. Aquello quizás no funcionara del todo, pero al menos lo haría lucir mejor y la chica podría guardarlo de recuerdo sin deprimirse por su deplorable estado. Sacó la varita de su bolso y apuntó con ella hacia el bolígrafo moribundo.
- Reparo.-Musitó, agitando su varita.
Beatrice Witchcombe- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 25/09/2012
Re: mención horrorífica
Sofie también intentó reír, pero... Era su bolígrafo especial y estaba muerto! Sabía perfectamente que estaba quedando como una tonta delante de la desconocida sin embargo no podía evitarlo, porque era lo único que tenía de su casi padre no reconocido y se había aferrado a ese objeto en un juego ingenuo de compensar la falta.
- una bruja? - no entendía a que venía eso. Claro que era una bruja, sino no podría estar pisando esos campos. Pero qué tenía que ver aquello? Dejó hacer a la chica pues más opciones no había y comprendió todo cuando la muchacha ejercía la magia. Siempre se le olvidaba ese pequeño detalle, como por ejemplo cargar su varita con ella. Ahora si, se rió de su misma negando con el rostro y tomó el bolígrafo con dos dedos para no llenarse de tinta.
- Gracias... soy... - un poco tonta? - bastante muggle. -Sacó un pañuelo de papel del bolsillo y envolvió el otro objeto para no ensuciarse en absoluto. Ahora sobre la tinta que había quedado como evidencia en los antiguos pisos del salón ya no podía encargarse... - mmm... Podrías con otro hechizo limpiar eso... - Vio a la chica hacer magia de nuevo y volvió a sonreír de su estupidez y sus malas costumbres muggles.
- Soy Sofie... ahh... perdón por todo. A veces olvido la magia... Siquiera llevo mi varita conmigo... y ya se! Es un tonto bolígrafo pero me he encariñado con él... Tu te llamas? - hubiera querido explicarle mejor, justificarse con toda su historia porque siquiera tenía inculcada la costumbre de llevar la varita consigo pero no conocía a la chica de nada como para ponerse a monologar sobre si misma. Eso si, ya le había dicho su nombre y esperaba que la bruja dijera el suyo y pues... SI quería preguntarle porque era tan tonta, pues que lo hiciera.
- una bruja? - no entendía a que venía eso. Claro que era una bruja, sino no podría estar pisando esos campos. Pero qué tenía que ver aquello? Dejó hacer a la chica pues más opciones no había y comprendió todo cuando la muchacha ejercía la magia. Siempre se le olvidaba ese pequeño detalle, como por ejemplo cargar su varita con ella. Ahora si, se rió de su misma negando con el rostro y tomó el bolígrafo con dos dedos para no llenarse de tinta.
- Gracias... soy... - un poco tonta? - bastante muggle. -Sacó un pañuelo de papel del bolsillo y envolvió el otro objeto para no ensuciarse en absoluto. Ahora sobre la tinta que había quedado como evidencia en los antiguos pisos del salón ya no podía encargarse... - mmm... Podrías con otro hechizo limpiar eso... - Vio a la chica hacer magia de nuevo y volvió a sonreír de su estupidez y sus malas costumbres muggles.
- Soy Sofie... ahh... perdón por todo. A veces olvido la magia... Siquiera llevo mi varita conmigo... y ya se! Es un tonto bolígrafo pero me he encariñado con él... Tu te llamas? - hubiera querido explicarle mejor, justificarse con toda su historia porque siquiera tenía inculcada la costumbre de llevar la varita consigo pero no conocía a la chica de nada como para ponerse a monologar sobre si misma. Eso si, ya le había dicho su nombre y esperaba que la bruja dijera el suyo y pues... SI quería preguntarle porque era tan tonta, pues que lo hiciera.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: mención horrorífica
Beatrice se quedó mirando a la chica con cierta condescendencia. Aquella mirada y sonrisa escondían la ligera irritación que le causaba el ligero tono despectivo en la palabra muggle; no importaba si la chica lo decía con aquella intención o no, pero le sonaba extraño, como cuando la gente usaba la palabra gay para referirse a cualquier cosa negativa.
- Mi papá es muggle como pocos.-Mencionó distraídamente, mientras limpiaba la mancha del suelo con un movimiento de varita.- Pero creo que hasta él hubiese pensado en que un hechizo de segundo año de Hogwarts podría...
Entonces la chica, que se presentó como Sofie, hizo un comentario de lo más curioso. Beatrice no pudo hacer más que quedarse mirándola como si acabara de decir la barbaridad más grande del mundo. ¿A quién se le podía olvidar la magia? Vivían en una sociedad que se sostenía únicamente de eso, de la magia y de mantenerla oculta de los muggles. Escuchó el último comentario sobre el bolígrafo, pero no le dio demasiada importancia; ella era igual con algunas cosas, como un conejito de felpa extremadamente sucio sin el cual no podía dormir si no quería pasar una horrible noche.
- Llámame Bea. –Dijo con una sonrisa. Sofie le parecía cada vez más… peculiar, pero le comenzaba a agradar.- ¿Y dónde estudiaste? Digo, ahora que lo noto tu acento es algo curioso, y sin duda no estuviste en Hogwarts.
Aquello último se podría interpretar de dos formas. Beatrice había salido del colegio hacia solo un año, así que era fácil suponer que ella reconocería al menos de vista a alguien de uno o dos cursos menores. Por otro lado, si Sofie tenía algo de malicia, notaría la segunda intención de la pregunta; una forma educada de decir: “¿Dónde te enseñaron a hacer magia? Porque no suena como si hubieran hecho el mejor trabajo.” Claro, no quería sonar elitista ni nada, pero aquello de no llevar varita, ni imaginarse que podía reparar el bolígrafo con un sencillo hechizo y andar por ahí con una libreta, hacían parecer a Sofie más una periodista muggle que logró escabullirse de algún modo en la universidad antes que una estudiante.
- No serás una muggle que se coló en la universidad, ¿verdad? Odiaría tener que borrar tu memoria. –Se mordió el labio inferior con una sobreactuada expresión de angustia.- Odiaría tener que lanzarte un hechizo modificador de memoria… Especialmente porque nunca he usado uno, así que probablemente acabaría haciéndote creer que eres un poodle o algo así.
- Mi papá es muggle como pocos.-Mencionó distraídamente, mientras limpiaba la mancha del suelo con un movimiento de varita.- Pero creo que hasta él hubiese pensado en que un hechizo de segundo año de Hogwarts podría...
Entonces la chica, que se presentó como Sofie, hizo un comentario de lo más curioso. Beatrice no pudo hacer más que quedarse mirándola como si acabara de decir la barbaridad más grande del mundo. ¿A quién se le podía olvidar la magia? Vivían en una sociedad que se sostenía únicamente de eso, de la magia y de mantenerla oculta de los muggles. Escuchó el último comentario sobre el bolígrafo, pero no le dio demasiada importancia; ella era igual con algunas cosas, como un conejito de felpa extremadamente sucio sin el cual no podía dormir si no quería pasar una horrible noche.
- Llámame Bea. –Dijo con una sonrisa. Sofie le parecía cada vez más… peculiar, pero le comenzaba a agradar.- ¿Y dónde estudiaste? Digo, ahora que lo noto tu acento es algo curioso, y sin duda no estuviste en Hogwarts.
Aquello último se podría interpretar de dos formas. Beatrice había salido del colegio hacia solo un año, así que era fácil suponer que ella reconocería al menos de vista a alguien de uno o dos cursos menores. Por otro lado, si Sofie tenía algo de malicia, notaría la segunda intención de la pregunta; una forma educada de decir: “¿Dónde te enseñaron a hacer magia? Porque no suena como si hubieran hecho el mejor trabajo.” Claro, no quería sonar elitista ni nada, pero aquello de no llevar varita, ni imaginarse que podía reparar el bolígrafo con un sencillo hechizo y andar por ahí con una libreta, hacían parecer a Sofie más una periodista muggle que logró escabullirse de algún modo en la universidad antes que una estudiante.
- No serás una muggle que se coló en la universidad, ¿verdad? Odiaría tener que borrar tu memoria. –Se mordió el labio inferior con una sobreactuada expresión de angustia.- Odiaría tener que lanzarte un hechizo modificador de memoria… Especialmente porque nunca he usado uno, así que probablemente acabaría haciéndote creer que eres un poodle o algo así.
Beatrice Witchcombe- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 25/09/2012
Re: mención horrorífica
Asintió con dos parpadeos, método que utilizaba para grabarse la información mentalmente,en este caso el nombre de la muchacha y rió porque su acento siempre la delataba - soy española - respondió rápido dando pasos hacia ningún lado e invitando a la chica a que la siguiera. Era una mala costumbre no poder quedarse quieta, pero en comparación con otros malos vicios no era nada.
- no! no me borres la memoria - interrumpió por la preocupación inmediata de que la chica alzara su varita contra ella sin darle tiempo a explicarse, pero acabó carcajeándose y limpiándose el sudor inexistente de la frente al terminar de escucharla. Que ingenua estaba siendo, Bea haciendo chistes y ella tan tonta de tomárselos en serio. - No soy muggle, soy una bruja... solo que una un poco extraña... Aunque yo si he usado un hechizo desmemorizante cuando rendí mis Éxtasis... Igual no temas que ya dije no traigo mi varita conmigo - intentó bromear ella también.
- te explicaré... solo déjame pensar por donde empiezo... - frunció los labios hacia un lado y comenzó - Fui a un colegio muggle toda la vida y tomaba clases de magia como actividad extracurricular... Así como estudiaba danzas contemporáneas los lunes, los martes me tocaba encantamientos, pero con una institutriz vieja que usaba un águila de sombrero... - Sonrió al recordar a su pobre profesora, era tan extraña esa mujer y graciosa a la vez. Tomó aire y dudó un segundo pero finalmente explicó el porque de todo aquello- a mi mamá no le gusta el mundo mágico, así que procuró desde siempre para mi, una vida lo más alejada de eso posible... Cuando mi magia se manifestó hasta intentó negarlo, pero en cuanto los estallidos de magia se hicieron repetitivos y no había una copa que sobreviviera, cedió a que al menos me educara para aprender a controlarlo... Y pues nada.... no fui a Hogwarts, pero tengo el certificado de todos los éxtasis -
No todos exactamente, Astronomía no y Aritmancia tampoco, pero solo porque no le interesaban. Sofie era en conclusión una bruja de libro, que había aprendido transformaciones del mismo modo que la historia universal o el sistema digestivo. Había aprobados sus exámenes y ahora que era mayor de edad estaba probando suerte en ese mundo que se le había negado. Quizá funcionase, quizá era una muggle sin retorno, pero había que intentarlo al menos.... - Que más te explico para que no practiques desmemorizantes conmigo? Te aseguro que soy mucho más amable con mis recuerdos en su sitio -
- no! no me borres la memoria - interrumpió por la preocupación inmediata de que la chica alzara su varita contra ella sin darle tiempo a explicarse, pero acabó carcajeándose y limpiándose el sudor inexistente de la frente al terminar de escucharla. Que ingenua estaba siendo, Bea haciendo chistes y ella tan tonta de tomárselos en serio. - No soy muggle, soy una bruja... solo que una un poco extraña... Aunque yo si he usado un hechizo desmemorizante cuando rendí mis Éxtasis... Igual no temas que ya dije no traigo mi varita conmigo - intentó bromear ella también.
- te explicaré... solo déjame pensar por donde empiezo... - frunció los labios hacia un lado y comenzó - Fui a un colegio muggle toda la vida y tomaba clases de magia como actividad extracurricular... Así como estudiaba danzas contemporáneas los lunes, los martes me tocaba encantamientos, pero con una institutriz vieja que usaba un águila de sombrero... - Sonrió al recordar a su pobre profesora, era tan extraña esa mujer y graciosa a la vez. Tomó aire y dudó un segundo pero finalmente explicó el porque de todo aquello- a mi mamá no le gusta el mundo mágico, así que procuró desde siempre para mi, una vida lo más alejada de eso posible... Cuando mi magia se manifestó hasta intentó negarlo, pero en cuanto los estallidos de magia se hicieron repetitivos y no había una copa que sobreviviera, cedió a que al menos me educara para aprender a controlarlo... Y pues nada.... no fui a Hogwarts, pero tengo el certificado de todos los éxtasis -
No todos exactamente, Astronomía no y Aritmancia tampoco, pero solo porque no le interesaban. Sofie era en conclusión una bruja de libro, que había aprendido transformaciones del mismo modo que la historia universal o el sistema digestivo. Había aprobados sus exámenes y ahora que era mayor de edad estaba probando suerte en ese mundo que se le había negado. Quizá funcionase, quizá era una muggle sin retorno, pero había que intentarlo al menos.... - Que más te explico para que no practiques desmemorizantes conmigo? Te aseguro que soy mucho más amable con mis recuerdos en su sitio -
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: mención horrorífica
Bea siguió los pasos de Sofie sin prestar mucha atención a donde se dirigían. Estaba más concentrada en el lenguaje corporal de la chica, que se mostraba innecesariamente incómoda en su presencia.
Sin embargo, mientras el relato de Sofie avanzaba Beatrice comenzó a comprender el por qué de aquella actitud, y no pudo sino experimentar cierta empatía por la chica. Ella también había sido un poco “rarita” en ocasiones, cuando había llegado a países de los cuales no sabía prácticamente nada, ni siquiera una noción básica de la lengua. Sus situaciones eran bastante diferentes, claro; Sofie parecía ser la típica chica buena que apenas comenzaba a descubrir el mundo fuera de su ventana , mientras que ella ya se encontraba bastante lejos de la inocencia cuando comenzó su viaje después de graduarse de Hogwarts. Como fuera, realmente comenzaba a agradarle aquella chica. Esperaba que no se la comieran viva en la universidad.
- No tiene que explicar más, señorita… Como sea que se apellide.-Sonrió, dejando la fachada de remilgada educación pronto como trató de levantarla. No podía, los modales británicos clásicos de las damitas y ella no se mezclaban.- tan Aun no pasas por bruja, pero me convences.
Guardó su varita, un simple gesto para dejar claro que estaban en el mismo nivel.
- Te daré un voto de confianza y dejaré tus recuerdos en su sitio, tranquila. –Sus ojos recorrieron el perímetro de la sala, no estaba muy segura de si aquello estaba permitido. No era como si realmente importara, claro, pero no tenía ni un mes en la universidad, no quería problemas. Abrió su bolso y mostró los contenidos de este a Sofie.- Sí, sí, en lugar de libros cargo por ahí un montón de bolsitas de comida chatarra muggle. Soy una gordita muggle por dentro y no me importa en absoluto. Aunque no estoy muy segura de si en España tienen algunas de estas cosas…
Sacó una chocolatina y abrió el empaque con los dientes.
- Me comienzas a agradar, Sof.-Dijo antes darle un gran mordisco a la barrita.- Se lo jodido que es llegar a un sitio totalmente nuevo y no tener mayor idea de qué hacer… Si alguien te da problemas solo tienes que decirme y te ayudo a molerlo a bombardas.
Sin embargo, mientras el relato de Sofie avanzaba Beatrice comenzó a comprender el por qué de aquella actitud, y no pudo sino experimentar cierta empatía por la chica. Ella también había sido un poco “rarita” en ocasiones, cuando había llegado a países de los cuales no sabía prácticamente nada, ni siquiera una noción básica de la lengua. Sus situaciones eran bastante diferentes, claro; Sofie parecía ser la típica chica buena que apenas comenzaba a descubrir el mundo fuera de su ventana , mientras que ella ya se encontraba bastante lejos de la inocencia cuando comenzó su viaje después de graduarse de Hogwarts. Como fuera, realmente comenzaba a agradarle aquella chica. Esperaba que no se la comieran viva en la universidad.
- No tiene que explicar más, señorita… Como sea que se apellide.-Sonrió, dejando la fachada de remilgada educación pronto como trató de levantarla. No podía, los modales británicos clásicos de las damitas y ella no se mezclaban.- tan Aun no pasas por bruja, pero me convences.
Guardó su varita, un simple gesto para dejar claro que estaban en el mismo nivel.
- Te daré un voto de confianza y dejaré tus recuerdos en su sitio, tranquila. –Sus ojos recorrieron el perímetro de la sala, no estaba muy segura de si aquello estaba permitido. No era como si realmente importara, claro, pero no tenía ni un mes en la universidad, no quería problemas. Abrió su bolso y mostró los contenidos de este a Sofie.- Sí, sí, en lugar de libros cargo por ahí un montón de bolsitas de comida chatarra muggle. Soy una gordita muggle por dentro y no me importa en absoluto. Aunque no estoy muy segura de si en España tienen algunas de estas cosas…
Sacó una chocolatina y abrió el empaque con los dientes.
- Me comienzas a agradar, Sof.-Dijo antes darle un gran mordisco a la barrita.- Se lo jodido que es llegar a un sitio totalmente nuevo y no tener mayor idea de qué hacer… Si alguien te da problemas solo tienes que decirme y te ayudo a molerlo a bombardas.
Beatrice Witchcombe- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 25/09/2012
Re: mención horrorífica
Bea no podía tenerlo más claro, Sofie ERA la típica chica buena que apenas comenzaba a descubrir el mundo fuera de su ventana, y su ventana era una muy pequeñita para colmo. Quizá no tan escueta pero en comparación de la vida de otros que vivían los dos mundos a pleno, que conocían a toda clase de gente, que habían experimentado la noche, el día y el más allá, pues definitivamente si. Saldadas las cuentas de presentaciones y acabados los chistes desmemorizantes, Sofie le siguió el ritmo a la rubia-rosada mirando sin tapujos dentro del bolso ajeno.
- Puedo? – y se agarró ella una chocolatina también –mmm… si hay de estas pero no tan sabrosas, o será que hace mucho, como dos días, que no como un chocolate.- A la española también le gustaba la comida chatarra, aunque no era de excesos ni de andar cargando alimento con ella. A ella con su libreta, una pluma y la curiosidad adentro le bastaba, y si estaba suficientemente entretenida podía olvidar comer, beber o incluso las redes sociales (que había tenido que abandonar ni bien puso un pie en el universo mágico, que Internet llegaba a cualquier sito era un mito comprobado).
- Pues gracias Bea… espero no tener mayores problemas, pero tendré en cuenta tu ofrecimiento… No se porque todo el mundo me ve algo “débil”… Mi prima Loreen me aconsejó mil cosas y Parker me dijo que me iban a comer viva… Pero acá estoy, casi un mes y aun sigo en pie… De todos modos, las historias sobre el nodo mágico, sobre criaturas extrañas en el bosque, me asustan más que algunos personajes que he conocido… - De inmediato pensó en un par pero no iba a decir nombres, a ver si metía la pata y eran amigos de la peli-rosa.
Se terminó la chocolatina y continuó. - Lo peor es sentir que todo el mundo se conoce de Hogwarts y que no tienes mayor tema de conversación con nadie… Como que cada cual ya tiene su grupito de amigos y no piensa incorporarte… Pero hay un par de extranjeros como yo, o chicas del colegio francés que tampoco conocen a muchos… Está un tal Hakan que es islandes, y Pearlie que viene del colegio galo…. Tu tienes muchos amigos por aquí?
- Puedo? – y se agarró ella una chocolatina también –mmm… si hay de estas pero no tan sabrosas, o será que hace mucho, como dos días, que no como un chocolate.- A la española también le gustaba la comida chatarra, aunque no era de excesos ni de andar cargando alimento con ella. A ella con su libreta, una pluma y la curiosidad adentro le bastaba, y si estaba suficientemente entretenida podía olvidar comer, beber o incluso las redes sociales (que había tenido que abandonar ni bien puso un pie en el universo mágico, que Internet llegaba a cualquier sito era un mito comprobado).
- Pues gracias Bea… espero no tener mayores problemas, pero tendré en cuenta tu ofrecimiento… No se porque todo el mundo me ve algo “débil”… Mi prima Loreen me aconsejó mil cosas y Parker me dijo que me iban a comer viva… Pero acá estoy, casi un mes y aun sigo en pie… De todos modos, las historias sobre el nodo mágico, sobre criaturas extrañas en el bosque, me asustan más que algunos personajes que he conocido… - De inmediato pensó en un par pero no iba a decir nombres, a ver si metía la pata y eran amigos de la peli-rosa.
Se terminó la chocolatina y continuó. - Lo peor es sentir que todo el mundo se conoce de Hogwarts y que no tienes mayor tema de conversación con nadie… Como que cada cual ya tiene su grupito de amigos y no piensa incorporarte… Pero hay un par de extranjeros como yo, o chicas del colegio francés que tampoco conocen a muchos… Está un tal Hakan que es islandes, y Pearlie que viene del colegio galo…. Tu tienes muchos amigos por aquí?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: mención horrorífica
Beatrice se abstuvo de mencionar el detalle de que siempre cargaba comida consigo porque cuando fumaba ganja no podía resistirse a la tentación de llenarse el estomago con cualquier “comido de confort” que encontrara disponible. La chica parecía impresionable, le recordaba a una de las cuatrillizas.
Escuchó a Sofie hablar de su vida en Brigantia hasta aquel momento, mientras devoraba con avidez su chocolate. Carajo, que sí estaba tan bueno como Sofie decía. Como fuera, le alegró escuchar que le había ido relativamente bien hasta el momento.
- No puedes culparlos por verte como si fueses débil. –Dijo con tono práctico, antes de sacar con los dientes el último trozo de chocolate del envoltorio y comenzar a chuparlo. Siempre lo hacía con el último trozo.- Eres una cuchitura, jodidamente adorable, esa cara casi grita: “Soy adorable, inocente y virginal. Ven a joderme la vida, antes de que otro lo haga.” -Arrugó el envoltorio de la chocolatina y lo introdujo en sus bolsillos, antes de agregar:- Espero que no te consigas al Crawford, o peor, a esa idiota de Lillyvick. Bah, ¿a quién engaño? Seguro que ya te cruzarás con ellos más temprano que tarde.
Se recostó de un macizo aparador y se dejó resbalar hasta el suelo, mientras que Sofie continuaba su relato. Era curioso, pero la chica le recordaba cada vez más a una particular mezcla de sus hermanitas y de ella misma. Sentía una familiaridad bastante curiosa con respecto a ella, quizás por eso le agradaba.
- Oh, no me hables de grupitos. –Sonrió, solo para aligerar el peso de aquel comentario.- Yo pasé el último año mochileando y perdí el contacto con prácticamente todas mis amistades de Hogwarts. Ahora que regresé todo el mundo parece haberse revuelto, y todos parecen revolcarse con todos, pero eso es lo de menos.
Rebuscó en su bolso por unos momentos, hasta encontrar lo que buscaba. Sacó una cajetilla de cigarrillos y un encendedor. Sabía de magos que encendían los suyos con la varita, pero ya había perdido las cejas una vez intentando aquello. Yesquero, sin duda. Encendió el cigarrillo y dejó salir lentamente el humo de sus labios. Nadie entraba en aquella aburrida habitación, era probable que ellas fueran las primeras personas ahí en mucho tiempo; imaginarse que algo pudiera pasar porque fumara ahí sería una paranoia tonta.
- Tengo un par de amigos por ahí. –Se mordió el labio inferior, recordando súbitamente el hecho de que los únicos conocidos a los que se había encontrado hasta el momento eran personas con quienes había tenido algo, en su mayoría chicas, y gente que no le agradaba en absoluto.- Pero estoy bastante abierta a nuevas amistades, ampliar mi círculo y todo eso. ¿No es de eso de lo que se trata la universidad? Claro, dejando de lado el aspecto académico… pero vamos, seguro que hasta tú estás aquí para soltarte el moño, ¿no?
Escuchó a Sofie hablar de su vida en Brigantia hasta aquel momento, mientras devoraba con avidez su chocolate. Carajo, que sí estaba tan bueno como Sofie decía. Como fuera, le alegró escuchar que le había ido relativamente bien hasta el momento.
- No puedes culparlos por verte como si fueses débil. –Dijo con tono práctico, antes de sacar con los dientes el último trozo de chocolate del envoltorio y comenzar a chuparlo. Siempre lo hacía con el último trozo.- Eres una cuchitura, jodidamente adorable, esa cara casi grita: “Soy adorable, inocente y virginal. Ven a joderme la vida, antes de que otro lo haga.” -Arrugó el envoltorio de la chocolatina y lo introdujo en sus bolsillos, antes de agregar:- Espero que no te consigas al Crawford, o peor, a esa idiota de Lillyvick. Bah, ¿a quién engaño? Seguro que ya te cruzarás con ellos más temprano que tarde.
Se recostó de un macizo aparador y se dejó resbalar hasta el suelo, mientras que Sofie continuaba su relato. Era curioso, pero la chica le recordaba cada vez más a una particular mezcla de sus hermanitas y de ella misma. Sentía una familiaridad bastante curiosa con respecto a ella, quizás por eso le agradaba.
- Oh, no me hables de grupitos. –Sonrió, solo para aligerar el peso de aquel comentario.- Yo pasé el último año mochileando y perdí el contacto con prácticamente todas mis amistades de Hogwarts. Ahora que regresé todo el mundo parece haberse revuelto, y todos parecen revolcarse con todos, pero eso es lo de menos.
Rebuscó en su bolso por unos momentos, hasta encontrar lo que buscaba. Sacó una cajetilla de cigarrillos y un encendedor. Sabía de magos que encendían los suyos con la varita, pero ya había perdido las cejas una vez intentando aquello. Yesquero, sin duda. Encendió el cigarrillo y dejó salir lentamente el humo de sus labios. Nadie entraba en aquella aburrida habitación, era probable que ellas fueran las primeras personas ahí en mucho tiempo; imaginarse que algo pudiera pasar porque fumara ahí sería una paranoia tonta.
- Tengo un par de amigos por ahí. –Se mordió el labio inferior, recordando súbitamente el hecho de que los únicos conocidos a los que se había encontrado hasta el momento eran personas con quienes había tenido algo, en su mayoría chicas, y gente que no le agradaba en absoluto.- Pero estoy bastante abierta a nuevas amistades, ampliar mi círculo y todo eso. ¿No es de eso de lo que se trata la universidad? Claro, dejando de lado el aspecto académico… pero vamos, seguro que hasta tú estás aquí para soltarte el moño, ¿no?
Beatrice Witchcombe- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 25/09/2012
Re: mención horrorífica
((Perdón la demoraaaa ))
Cuchitura?! Que sería eso?? Ni idea tenía Sofie pero era una palabra que sonaba a todo aquello que decía Bea, tiernito sobre todo. La verdad era que Sofie no renegaba de aquello, incluso gustaba de verse adorable y femenina, y definitivamente era virgen en el sentido exacto de las palabras… pero sabía que de débil no tenía mucho, que más bien podía llegar a tener un carácter fuertísimo y por tal se cuidaba horrores de sacarlo a la luz. Mejor si la gente no notaba a primera vista aquello, mucho mejor. A todo sonrió halagad y los dos apellidos mencionados los retuvo bien en la mente, pues toda información podía llegar a ser útil en el momento adecuado. Pensó en preguntar por ellos, pero se decidió a que era mejor dejarlo para más adelante.
Se sentó al lado de la chica, y aunque esta no le convidó cigarrillo, no se lo tomó como una mala educación, sino todo lo contrario. Que la considerara una fumadora se le hacía peor, pues era el vicio más asqueroso e inútil que Sofie conocía, quizás debía ser por lo mucho que fumaba su madre, o por el poco sentido que le encontraba… La hierba, es decir el porro era otra cosa, no lo había probado nunca, pero se le ocurría más natural, menos químico y por lo tanto tenía mejor fama en su estructura mental.
- de hecho yo estoy aquí más por el “moño” que por lo académico. – por la cuestión del idioma, no entendió exacto lo del moño para usar en su frase pero si creyó entender el concepto. – podría haber elegido cualquier universidad… muggle sobre todo, para estudiar periodismo. Pero estoy en Brigantia por el ambiente, para vivir la sociedad mágica desde adentro y entender de que hablan mis amigos magos que antes solo visitaba en vacaciones… - Bea entendería porque antes le había contado de su madre y de que ella misma no se consideraba muy bruja, lo que en verdad significaba para Sofie haberse matriculado en Brigantia.
- Si tu fuiste a Hogwarts tienes que conocer a mis primos, Loreen y Parker Luttrell, no? Te suenan ellos? Eran gryffindors… Tu a que casa fuiste? A mi siempre me dio curiosidad eso de las casa… lo que significan supuestamente…. – un brillo en los ojos delataba lo mucho que le hubiera gustado ir a Hogwarts, por lo menos por el jueguito de saber que colores le hubieran correspondido. Le pidó permiso a Bea y tomó otra golosina de su bolso, ella tendría el cigarrillo para entretenerse pero Sofie no y algo debía llevarse a la boca.
Le caía super bien la muchacha, le gustaba la gente con humor y la chica parecía tenerlo y ambas estaban ahí, en ese mundo, buscando amistades por lo dicho antes evidentemente, así que buscar cualquier tema para charlar suponía Sofie sería bienvenido…- Haremos una cosa, cuando tu te enteres de una fiesta me avisas y yo lo mismo... así agrandaremos nuestros círculos sociales... Y te tomaré como consejera para que me cuentes que tal los chicos que vienen de Hogwarts – alzó las cejas e hizo una sonrisita pícara. – Ya he visto muchos guapos… Estoy segura que el gen de la magia viene enlazado con uno de guapura extrema… jajaja.
Cuchitura?! Que sería eso?? Ni idea tenía Sofie pero era una palabra que sonaba a todo aquello que decía Bea, tiernito sobre todo. La verdad era que Sofie no renegaba de aquello, incluso gustaba de verse adorable y femenina, y definitivamente era virgen en el sentido exacto de las palabras… pero sabía que de débil no tenía mucho, que más bien podía llegar a tener un carácter fuertísimo y por tal se cuidaba horrores de sacarlo a la luz. Mejor si la gente no notaba a primera vista aquello, mucho mejor. A todo sonrió halagad y los dos apellidos mencionados los retuvo bien en la mente, pues toda información podía llegar a ser útil en el momento adecuado. Pensó en preguntar por ellos, pero se decidió a que era mejor dejarlo para más adelante.
Se sentó al lado de la chica, y aunque esta no le convidó cigarrillo, no se lo tomó como una mala educación, sino todo lo contrario. Que la considerara una fumadora se le hacía peor, pues era el vicio más asqueroso e inútil que Sofie conocía, quizás debía ser por lo mucho que fumaba su madre, o por el poco sentido que le encontraba… La hierba, es decir el porro era otra cosa, no lo había probado nunca, pero se le ocurría más natural, menos químico y por lo tanto tenía mejor fama en su estructura mental.
- de hecho yo estoy aquí más por el “moño” que por lo académico. – por la cuestión del idioma, no entendió exacto lo del moño para usar en su frase pero si creyó entender el concepto. – podría haber elegido cualquier universidad… muggle sobre todo, para estudiar periodismo. Pero estoy en Brigantia por el ambiente, para vivir la sociedad mágica desde adentro y entender de que hablan mis amigos magos que antes solo visitaba en vacaciones… - Bea entendería porque antes le había contado de su madre y de que ella misma no se consideraba muy bruja, lo que en verdad significaba para Sofie haberse matriculado en Brigantia.
- Si tu fuiste a Hogwarts tienes que conocer a mis primos, Loreen y Parker Luttrell, no? Te suenan ellos? Eran gryffindors… Tu a que casa fuiste? A mi siempre me dio curiosidad eso de las casa… lo que significan supuestamente…. – un brillo en los ojos delataba lo mucho que le hubiera gustado ir a Hogwarts, por lo menos por el jueguito de saber que colores le hubieran correspondido. Le pidó permiso a Bea y tomó otra golosina de su bolso, ella tendría el cigarrillo para entretenerse pero Sofie no y algo debía llevarse a la boca.
Le caía super bien la muchacha, le gustaba la gente con humor y la chica parecía tenerlo y ambas estaban ahí, en ese mundo, buscando amistades por lo dicho antes evidentemente, así que buscar cualquier tema para charlar suponía Sofie sería bienvenido…- Haremos una cosa, cuando tu te enteres de una fiesta me avisas y yo lo mismo... así agrandaremos nuestros círculos sociales... Y te tomaré como consejera para que me cuentes que tal los chicos que vienen de Hogwarts – alzó las cejas e hizo una sonrisita pícara. – Ya he visto muchos guapos… Estoy segura que el gen de la magia viene enlazado con uno de guapura extrema… jajaja.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: mención horrorífica
Beatrice abrió mucho los ojos al escuchar los nombres de los hermanos Luttrell. Con un demonio, ¡pero qué pequeño era el mundo! La rubia no pudo contener un prolongado ataque de risa que llevó lagrimillas a sus ojos. El que aquella chica inocentona y obviamente extrajera estuviese emparentada con ese par le parecía inverosímil, por decir lo menos. Después de calmarse lo suficiente, pudo contestar finalmente a su pregunta.
- ¿Qué si los conozco? –Dijo con picardía, acariciando la parte interna de sus mejillas con la punta de la lengua.- Bueno, sin duda debía conocerlos, puesto que estábamos en la misma casa. Dile a Parker que le mando saludos, abrazos, besitos y un remedio para las verrugas genitales.
Metió la mano en su bolso y rebuscó un poco, sin quitar la vista del rostro de Sofie y siempre manteniendo un aire casual. Sacó un frasquito con gotero. No tenía etiqueta ni nada, así que quien lo viera no se imaginaría que se trataba solo de la solución que se aplicaba en los ojos cuando fumaba ganja, de forma que no se le enrojecieran. Le lanzó el frasquito a Sofie, esperando con todo su corazón que realmente se lo diera a Parker. Estaba segura de que él NO apreciaría el chiste y eso solo lo hacía aun más genial.
- Y pues sí, orgullosa Gryffindor aquí presente.
Sonrió, recordando por un instante aquellos días en los que la copa de las casas parecía el Santo Grial de la mayoría de los que la rodeaban y los partidos de quidditch escolar eran considerados tan importantes como cualquier guerra civil. Suponía que, aunque Brigantia dividía a sus alumnos de manera similar, aquel nivel de competitividad y rivalidad se quedarían en Hogwarts. Examinó a Sofie, como si buscara algún defecto en su manera de vestir. Le dio una prolongada calada a su cigarrillo y sentenció:
- Hufflepuff, sin duda. –Dijo esto como si acabara de anunciar que la chica tenía potencial para ser la presidenta del mundo o algo así.- No creas lo que escuches de ellos, son geniales. No pareces tener la cabeza en el culo, como los Slytherin, y tampoco pareces una ratoncita de biblioteca o una excéntrica por naturaleza como los buenos Ravenclaw. Claro, eso deja Gryffindor… pero sin duda no eres como tus primos. –Rió nerviosamente, antes de agregar.- No eres Loreen, de eso estoy más que segura.
Terminó su cigarrillo, sin prestar especial atención a que su nueva amiga se permitiese tomar algo más de su bolso. No le importaba compartir; si se comiera por su cuenta toda la comida que solía llevar consigo habría dejado de caber en esos jeans desde hacía mucho, mucho tiempo.
- Me agradas, Sofie. –Dijo, mientras desenvolvía un caramelo de menta para disimular mínimamente el aliento de cáncer.- Me parece que tenemos un trato aquí. Y pues sí, creo que podría ayudarte a descartar a los odiosos, “chalados” –No estaba del todo segura de que significaba esa palabra, pero en España la había escuchado una que otra vez-y casos perdidos. Aunque claro, eso probablemente nos deje con poco material para trabajar, a menos que quieras un novio gay. ¿No quieres un novio gay, verdad? Porque en algunos sitios parece estar de moda, créeme.
Se metió la menta a la boca, mientras asentía con expresión de haber revelado una verdad universal con aquella última frase.
- O podrías ponerte científica, experimentar un poco. -Acarició su hombro con gesto coqueto.- Estamos solas aquí, después de todo… ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Podrías buscarte a un profesor!
Dio saltitos en su lugar, como si aquella fuese la mejor idea que se le hubiera ocurrido alguna vez.
- El de Magia del Mundo es lindo… –Tosió.- A su manera, claro... ¡Y el decano Inmendorff! Tengo entendido que él tuvo algo con una estudiante suya hace unos años. Al señor le gusta la carne fresca.- Levantó una ceja, para examinar de nuevo a Sofie.- Carne fresca, sin duda.
- ¿Qué si los conozco? –Dijo con picardía, acariciando la parte interna de sus mejillas con la punta de la lengua.- Bueno, sin duda debía conocerlos, puesto que estábamos en la misma casa. Dile a Parker que le mando saludos, abrazos, besitos y un remedio para las verrugas genitales.
Metió la mano en su bolso y rebuscó un poco, sin quitar la vista del rostro de Sofie y siempre manteniendo un aire casual. Sacó un frasquito con gotero. No tenía etiqueta ni nada, así que quien lo viera no se imaginaría que se trataba solo de la solución que se aplicaba en los ojos cuando fumaba ganja, de forma que no se le enrojecieran. Le lanzó el frasquito a Sofie, esperando con todo su corazón que realmente se lo diera a Parker. Estaba segura de que él NO apreciaría el chiste y eso solo lo hacía aun más genial.
- Y pues sí, orgullosa Gryffindor aquí presente.
Sonrió, recordando por un instante aquellos días en los que la copa de las casas parecía el Santo Grial de la mayoría de los que la rodeaban y los partidos de quidditch escolar eran considerados tan importantes como cualquier guerra civil. Suponía que, aunque Brigantia dividía a sus alumnos de manera similar, aquel nivel de competitividad y rivalidad se quedarían en Hogwarts. Examinó a Sofie, como si buscara algún defecto en su manera de vestir. Le dio una prolongada calada a su cigarrillo y sentenció:
- Hufflepuff, sin duda. –Dijo esto como si acabara de anunciar que la chica tenía potencial para ser la presidenta del mundo o algo así.- No creas lo que escuches de ellos, son geniales. No pareces tener la cabeza en el culo, como los Slytherin, y tampoco pareces una ratoncita de biblioteca o una excéntrica por naturaleza como los buenos Ravenclaw. Claro, eso deja Gryffindor… pero sin duda no eres como tus primos. –Rió nerviosamente, antes de agregar.- No eres Loreen, de eso estoy más que segura.
Terminó su cigarrillo, sin prestar especial atención a que su nueva amiga se permitiese tomar algo más de su bolso. No le importaba compartir; si se comiera por su cuenta toda la comida que solía llevar consigo habría dejado de caber en esos jeans desde hacía mucho, mucho tiempo.
- Me agradas, Sofie. –Dijo, mientras desenvolvía un caramelo de menta para disimular mínimamente el aliento de cáncer.- Me parece que tenemos un trato aquí. Y pues sí, creo que podría ayudarte a descartar a los odiosos, “chalados” –No estaba del todo segura de que significaba esa palabra, pero en España la había escuchado una que otra vez-y casos perdidos. Aunque claro, eso probablemente nos deje con poco material para trabajar, a menos que quieras un novio gay. ¿No quieres un novio gay, verdad? Porque en algunos sitios parece estar de moda, créeme.
Se metió la menta a la boca, mientras asentía con expresión de haber revelado una verdad universal con aquella última frase.
- O podrías ponerte científica, experimentar un poco. -Acarició su hombro con gesto coqueto.- Estamos solas aquí, después de todo… ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Podrías buscarte a un profesor!
Dio saltitos en su lugar, como si aquella fuese la mejor idea que se le hubiera ocurrido alguna vez.
- El de Magia del Mundo es lindo… –Tosió.- A su manera, claro... ¡Y el decano Inmendorff! Tengo entendido que él tuvo algo con una estudiante suya hace unos años. Al señor le gusta la carne fresca.- Levantó una ceja, para examinar de nuevo a Sofie.- Carne fresca, sin duda.
Beatrice Witchcombe- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 25/09/2012
Re: mención horrorífica
Verrugas genitales? Los ojos de Sofie se avergonzaron desde las pupilas hasta la ceja, luego sonrió creyéndolo un chiste pero al instante que Bea le entregaba un frasquito, ya no sabía que pensar. Sería cierto? Y si acaso era cierto, se podía hablar de esas cosas delante de cualquiera?... Bea le estaba tomando el pelo o quería hacerle un chiste a su primo por intermedio de ella? … Definitivamente era difícil entenderse completamente con gente desconocida así que Sofie tomó el frasquito lo guardó en un bolsillo de la falda y procuró poner cara de nada y seguir adelante con la conversación a como diera lugar.
- Hufflepuff?... – preguntó sonriedo, rodando los ojos como sopesando lo que sabía de esa casa y si acaso podía ser una verdadera opción. – no! no soy como mis primos. – Afirmó al instante, ella y los otros Luttrell no tenían mucho que ver, además de la sangre, estaba el carácter fuerte, pero Sofie procuraba moderarlo, cosa de la cual sus familiares en general estaban orgullosos y no tenían tapujos en demostrar que eran de armas tomar por cualquier tontería. Lo bueno es que no pareciera Sly, las demás casas daban más o menos igual, aunque las personas que más quería habían sido Rojas y por tal tenía una admiración especial por el escudo Gryffindor. - odiaría ser Sly, no se… es que todos los que me caen mejor son Gryffindor, menos 1 sly… Así que llevo la rivalidad en la sangre. Y definitivamente no soy un ratón de biblioteca, así que Huff me parece interesante….
Tu también me caes bien – apuró a decir antes de reírse ampliamente por lo de “chalados”, y negar rotundamente sobre los novios gays!.. NO. no quería un novio gay y tampoco quería como su madre rodearse de gays como amigos, no contra los gays sino que le trasmitía esa actitud de su madre su incapacidad para relacionarse con otras mujeres heterosexuales de una manera que no fuera competitiva y odiosa. – Lo se. Mi madre tiene un par de “mariditos”. – acotó sobre aquella cuestión de la moda mujer hétero acompañada del amigo gay como si fueran el matrimonio más disfuncional perfecto de la vida
Ahora la caricia en el hombro le tomó MUY por sorpresa y a la cejas alzadas le siguió una risita escondida entre los labios cerrados y un mínimo encogimiento de hombros, que no duró nada pues el gritito de Bea no le daba tiempo para cambiar tan rápido de una expresión facial a la otra. – UN PROFESOR!? – ahí si gritó sin querer desconcertada total. Que Bea estaba loca?!?!? – no se quien es el de magia del mundo pero… INMENDORFF!? – ahogó el grito de su nombre entre las manos. No sabía de que hablaba la chica y Sofie sintió por un momento que aquellos chistes de ocasión podían llegar a oídos de cualquiera, que los muros escuchaban que las copas sacaban fotografías y las vidrios de las vitrinas vibraban por cotillear.
La tomó del brazo con insistencia y la sentó a su lado de nuevo. – pero que dices? – dijo en susurro para que Bea copiara el gesto y dejara el escándalo! – estás loca? Mira si el decano iba a estar con una estudiante… Que locura! – ahora no sabía si querer saber del cotilleo o escusarse mil veces. – Y de todos modos, ni que a mi me interesaran los viejos! Prefiero a las chicas mil veces! Y los gays! – dijo por hacerse la superada y que no, no, no! -… pero… es cierto… digo lo de Inmendorf… donde lo has escuchado? Cual es la historia?
- Hufflepuff?... – preguntó sonriedo, rodando los ojos como sopesando lo que sabía de esa casa y si acaso podía ser una verdadera opción. – no! no soy como mis primos. – Afirmó al instante, ella y los otros Luttrell no tenían mucho que ver, además de la sangre, estaba el carácter fuerte, pero Sofie procuraba moderarlo, cosa de la cual sus familiares en general estaban orgullosos y no tenían tapujos en demostrar que eran de armas tomar por cualquier tontería. Lo bueno es que no pareciera Sly, las demás casas daban más o menos igual, aunque las personas que más quería habían sido Rojas y por tal tenía una admiración especial por el escudo Gryffindor. - odiaría ser Sly, no se… es que todos los que me caen mejor son Gryffindor, menos 1 sly… Así que llevo la rivalidad en la sangre. Y definitivamente no soy un ratón de biblioteca, así que Huff me parece interesante….
Tu también me caes bien – apuró a decir antes de reírse ampliamente por lo de “chalados”, y negar rotundamente sobre los novios gays!.. NO. no quería un novio gay y tampoco quería como su madre rodearse de gays como amigos, no contra los gays sino que le trasmitía esa actitud de su madre su incapacidad para relacionarse con otras mujeres heterosexuales de una manera que no fuera competitiva y odiosa. – Lo se. Mi madre tiene un par de “mariditos”. – acotó sobre aquella cuestión de la moda mujer hétero acompañada del amigo gay como si fueran el matrimonio más disfuncional perfecto de la vida
Ahora la caricia en el hombro le tomó MUY por sorpresa y a la cejas alzadas le siguió una risita escondida entre los labios cerrados y un mínimo encogimiento de hombros, que no duró nada pues el gritito de Bea no le daba tiempo para cambiar tan rápido de una expresión facial a la otra. – UN PROFESOR!? – ahí si gritó sin querer desconcertada total. Que Bea estaba loca?!?!? – no se quien es el de magia del mundo pero… INMENDORFF!? – ahogó el grito de su nombre entre las manos. No sabía de que hablaba la chica y Sofie sintió por un momento que aquellos chistes de ocasión podían llegar a oídos de cualquiera, que los muros escuchaban que las copas sacaban fotografías y las vidrios de las vitrinas vibraban por cotillear.
La tomó del brazo con insistencia y la sentó a su lado de nuevo. – pero que dices? – dijo en susurro para que Bea copiara el gesto y dejara el escándalo! – estás loca? Mira si el decano iba a estar con una estudiante… Que locura! – ahora no sabía si querer saber del cotilleo o escusarse mil veces. – Y de todos modos, ni que a mi me interesaran los viejos! Prefiero a las chicas mil veces! Y los gays! – dijo por hacerse la superada y que no, no, no! -… pero… es cierto… digo lo de Inmendorf… donde lo has escuchado? Cual es la historia?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: mención horrorífica
Beatrice frunció el seño y arrugó un poco la nariz cuando Sofie comenzó a gritar. El eco de su voz rebotó en los múltiples pasillos de antiguas condecoraciones, reverberando como una alarma especialmente aguda. Si la chica creía que aquello era escandaloso, era que no se había juntado con ella por el tiempo suficiente… y tal vez fuera mejor así, pensándolo bien.
Se dejó caer con gesto teatral cuando Sofie le dio el jalón en el brazo. Se desplomó junto a su nueva amiga y sacudió la cabeza para retirarse el cabello del rostro. La incredulidad de Sofie le parecía francamente adorable. La chica vería cosas peores más temprano que tarde, si se quedaba en Brigantia. Beatrice no tenía modo de comprobar aquella aseveración, pero bueno: era algo de esperarse, ¿no?
- ¡Ay! No exageres, Sofie.-Dijo entre risitas, mientras Sofie balbuceaba algo sobre que no le gustaban los viejos. Bea pensó que solo se trataba de que nunca había estado con un hombre mayor; ellos sabían cosas.- Vamos, vamos… Ya cálmate, que el decano es humano…
Pero claro, Sofie también era humana, y por eso era, como todos, vulnerable al chisme.
- ¿Y dónde quedó la indignación? –Dijo, señalándola con un dedo acusador y expresión severa.- Metiéndote en la vida del decano, buscando chismes… eso es de pésimo gusto, Luttrell… ¡Nah, en realidad es buena historia!
Se acomodó en su lugar, poniéndose todo lo cómoda posible. Sacó una bolsita de Doritos de su bolso y comenzó su corto, pero sustancioso, relato.
- Esto me lo contó mi prima Deirdre, antes de… bueno, un mortífago le “diera matarile”.-Se encogió de hombros. Siempre le tuvo mucho cariño a Deirdre, pero habían pasado unos años y estaba segura de que su prima estaría en un lugar mejor.- La mató Holland, o al menos eso pensamos. Como sea, el punto es que como te imaginarás por el contexto, Brigantia era un completo desastre; todo el mundo mágico era un desastre, de hecho. Y fue durante esa época que mi prima comenzó a estudiar aquí, justo en la misma carrera y semestre que Aleida Ayres. Deirdre decía que los dos lo disimulaban bien, y que nadie se hubiera imaginado nada hasta los últimos meses, antes de que bueno…
Se metió un puñado de doritos en la boca y tardó un rato en poder tragar. No era una pausa dramática ni nada, solo era una glotona.
- Se fueron a vivir juntos y la chica salió embarazada. Así, como la típica pareja de jóvenes enamorados. Suena hasta romántico el asunto, en perspectiva… Como sea, la chica nunca dio a luz: el decano y ella estaban demasiado inmiscuidos en la guerra, y como supondrás…
Las historias de esa época siempre le parecían deprimentes. Daba gracias a la Diosa por haber pasado todo ese tiempo en Hogwarts, aunque tampoco se podría decir que la influencia del régimen de Mott no se hubiera sentido con bastante fuerza en el colegio.
- Pobre tipo, ¿eh? –Dijo finalmente, para soltar luego un profundo suspiro.- Ese Mott realmente jodió muchas vidas. Tienes suerte de no haber estado por aquí para verlo, Sofie.
Arrugó la bolsa, ya vacía, y la guardó en su bolsillo. Permaneció en silencio por unos momentos, recordando lo terrible de aquellos días y preguntándose cuanto tardaría en repetirse. Mierda, ya recordaba por qué no solía hablar de nada que tuviese que ver con Deirdre.
- Bueno, como sea.-Dijo con tono alegre.- Mi punto es que el decanito se debe sentir bastante solo, pobre guapo y soltero señor, y le vendría bien algo de compañía. –Le dio una palmada en el hombro a Sofie.- Aunque seguro que planeas mantener tu pureza de cuerpo y alma, así que supongo que tendremos que conformarnos con conseguirte a un chico en sus veintes que no sea alcohólico, drogodependiente o que esté secretamente casado en al menos dos países.
Se dejó caer con gesto teatral cuando Sofie le dio el jalón en el brazo. Se desplomó junto a su nueva amiga y sacudió la cabeza para retirarse el cabello del rostro. La incredulidad de Sofie le parecía francamente adorable. La chica vería cosas peores más temprano que tarde, si se quedaba en Brigantia. Beatrice no tenía modo de comprobar aquella aseveración, pero bueno: era algo de esperarse, ¿no?
- ¡Ay! No exageres, Sofie.-Dijo entre risitas, mientras Sofie balbuceaba algo sobre que no le gustaban los viejos. Bea pensó que solo se trataba de que nunca había estado con un hombre mayor; ellos sabían cosas.- Vamos, vamos… Ya cálmate, que el decano es humano…
Pero claro, Sofie también era humana, y por eso era, como todos, vulnerable al chisme.
- ¿Y dónde quedó la indignación? –Dijo, señalándola con un dedo acusador y expresión severa.- Metiéndote en la vida del decano, buscando chismes… eso es de pésimo gusto, Luttrell… ¡Nah, en realidad es buena historia!
Se acomodó en su lugar, poniéndose todo lo cómoda posible. Sacó una bolsita de Doritos de su bolso y comenzó su corto, pero sustancioso, relato.
- Esto me lo contó mi prima Deirdre, antes de… bueno, un mortífago le “diera matarile”.-Se encogió de hombros. Siempre le tuvo mucho cariño a Deirdre, pero habían pasado unos años y estaba segura de que su prima estaría en un lugar mejor.- La mató Holland, o al menos eso pensamos. Como sea, el punto es que como te imaginarás por el contexto, Brigantia era un completo desastre; todo el mundo mágico era un desastre, de hecho. Y fue durante esa época que mi prima comenzó a estudiar aquí, justo en la misma carrera y semestre que Aleida Ayres. Deirdre decía que los dos lo disimulaban bien, y que nadie se hubiera imaginado nada hasta los últimos meses, antes de que bueno…
Se metió un puñado de doritos en la boca y tardó un rato en poder tragar. No era una pausa dramática ni nada, solo era una glotona.
- Se fueron a vivir juntos y la chica salió embarazada. Así, como la típica pareja de jóvenes enamorados. Suena hasta romántico el asunto, en perspectiva… Como sea, la chica nunca dio a luz: el decano y ella estaban demasiado inmiscuidos en la guerra, y como supondrás…
Las historias de esa época siempre le parecían deprimentes. Daba gracias a la Diosa por haber pasado todo ese tiempo en Hogwarts, aunque tampoco se podría decir que la influencia del régimen de Mott no se hubiera sentido con bastante fuerza en el colegio.
- Pobre tipo, ¿eh? –Dijo finalmente, para soltar luego un profundo suspiro.- Ese Mott realmente jodió muchas vidas. Tienes suerte de no haber estado por aquí para verlo, Sofie.
Arrugó la bolsa, ya vacía, y la guardó en su bolsillo. Permaneció en silencio por unos momentos, recordando lo terrible de aquellos días y preguntándose cuanto tardaría en repetirse. Mierda, ya recordaba por qué no solía hablar de nada que tuviese que ver con Deirdre.
- Bueno, como sea.-Dijo con tono alegre.- Mi punto es que el decanito se debe sentir bastante solo, pobre guapo y soltero señor, y le vendría bien algo de compañía. –Le dio una palmada en el hombro a Sofie.- Aunque seguro que planeas mantener tu pureza de cuerpo y alma, así que supongo que tendremos que conformarnos con conseguirte a un chico en sus veintes que no sea alcohólico, drogodependiente o que esté secretamente casado en al menos dos países.
Beatrice Witchcombe- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 25/09/2012
Re: mención horrorífica
Sofie escuchó más que atenta. Se había tomado los reclamos de Bea sobre ser cotilla en broma, y si no había sido así tampoco importaba de mucho, pues tenía la escusa de estar estudiando periodismo, y sobre todo Bea parecía dispuesta a contarlo, así que tan mal no debía caerle el cotilleo en general, si ella era artífice de eso.
- Holland? - dijo en su susurro más para si misma que por interrumpir. Había tantos dichos encontrados sobre ese profesor. Definitivamente tenía que investigar más el tema, y sacar su propia conclusión, eso sobre todo. Por ahora el hombre le caía bien, le resultaba algo agresivo pero no exageradamente y había sido hábil en incentivarla a dar todo de sí en un duelo. Conclusión le tenía alta estima, y por el otro lado no era la primera vez que escuchaba que lo tildaban de asesino. Un embrollo.
Aleida Ayres... otro nombre a recordar. Este no volvió a decirlo en voz alta pero sí cerró los ojos ante su mención, aquel método tan efectivo que tenía para no olvidar las cosas. Entonces la chica adolescente había sido enamorada por el decano, luego estaba embarazada y la mataron... Aunque quería preguntar más, el ambiente silencioso de las vitrinas y la voz de Bea, el tema en si mismo incluso, mezcla de amor y desgracia le tenía la piel de gallina y trabada la respiración.... No nada de preguntar más, ya mejor otro día... Además aun cabía la posibilidad de que la rubia le estuviese bromeando y Sofie sin darse cuenta. Aunque le parecía una historia demasiado elaborada, como para que Bea se lo hubiera currado tanto solo por molestarla.
Ella también respetó el silencio un rato, hasta que las ocurrencias de su compañera la hicieron sonreir - No creo que yo pueda remplazar ese gran amor... Si si! prefiero mejor uno en sus veintes... Si me pongo exquisita, quisiera un jugador de Quidditch!. - Y largó la carcajada, aunque lo decía en serio!
- Holland? - dijo en su susurro más para si misma que por interrumpir. Había tantos dichos encontrados sobre ese profesor. Definitivamente tenía que investigar más el tema, y sacar su propia conclusión, eso sobre todo. Por ahora el hombre le caía bien, le resultaba algo agresivo pero no exageradamente y había sido hábil en incentivarla a dar todo de sí en un duelo. Conclusión le tenía alta estima, y por el otro lado no era la primera vez que escuchaba que lo tildaban de asesino. Un embrollo.
Aleida Ayres... otro nombre a recordar. Este no volvió a decirlo en voz alta pero sí cerró los ojos ante su mención, aquel método tan efectivo que tenía para no olvidar las cosas. Entonces la chica adolescente había sido enamorada por el decano, luego estaba embarazada y la mataron... Aunque quería preguntar más, el ambiente silencioso de las vitrinas y la voz de Bea, el tema en si mismo incluso, mezcla de amor y desgracia le tenía la piel de gallina y trabada la respiración.... No nada de preguntar más, ya mejor otro día... Además aun cabía la posibilidad de que la rubia le estuviese bromeando y Sofie sin darse cuenta. Aunque le parecía una historia demasiado elaborada, como para que Bea se lo hubiera currado tanto solo por molestarla.
Ella también respetó el silencio un rato, hasta que las ocurrencias de su compañera la hicieron sonreir - No creo que yo pueda remplazar ese gran amor... Si si! prefiero mejor uno en sus veintes... Si me pongo exquisita, quisiera un jugador de Quidditch!. - Y largó la carcajada, aunque lo decía en serio!
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Sofie Luttrell- Mensajes : 524
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