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Descubriendo el campus
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Descubriendo el campus
Cuando la chica se había interesado por las grutas Adnan no había estado del todo seguro de seguirle la idea. No es que no estuviera seguro de su sentido de la orientación, si no que más bien aquellas mágicas grutas eran un poco traicioneras, podías terminar en cualquier sitio, desde los baños de las chicas de la facultad, hasta en el pueblo cercano.
Pero por supuesto al final fue incapaz de negarle nada. Era Rang, y él era su perro guardián, su amigo, su protector y sobre todo el tipo que perdía el culo con ella por cada pequeño gesto que hacía.
Terminó asintiendo, no le negó aquello ni le dejó disculparse porque le cogiera de la mano, más bien fue al contrario, según él comenzó a caminar para ir a buscar alguna de las muchas grutas que había por la escuela bajó la mano y cogió la de la chica.
-Si caminamos así por las grutas mejor – dijo a modo de escusa – hay luz suficiente dentro, pero nunca se sabe… no quiero que tropieces y caigas ni nada.
Y quería ir sintiendo la calidez de su mano, estaba claro que era aquello lo que quería, pero no iba a decírselo así. Rang era tímida, pero al ser ella la que le había cogido de la mano en primer lugar seguro que no se negaba esta vez.
No tardó mucho en encontrar una entrada que no estaba donde debía. Era una de esas grutas encantadas, a veces se movían de lugar y por ello podía ser difícil encontrar el lugar exacto.
-Aquí mismo – sonrió cálidamente y le indicó que pasara, ahí dentro parecía que hubieran salido de la escuela, era una zona muy natural, un lugar realmente bonito para ver, pero nadie debería internarse mucho en la zona si no conoce el lugar – no puedo decirte donde vamos a salir, son bastante impredecibles – le explicó según entraban y le apretaba un poco más la mano – ¿ves porque aquí es mejor ir cogidos, no? Hay luz, pero no tanta como para estar totalmente seguro al caminar, creo. No te molesta ir así ¿verdad?
Pero por supuesto al final fue incapaz de negarle nada. Era Rang, y él era su perro guardián, su amigo, su protector y sobre todo el tipo que perdía el culo con ella por cada pequeño gesto que hacía.
Terminó asintiendo, no le negó aquello ni le dejó disculparse porque le cogiera de la mano, más bien fue al contrario, según él comenzó a caminar para ir a buscar alguna de las muchas grutas que había por la escuela bajó la mano y cogió la de la chica.
-Si caminamos así por las grutas mejor – dijo a modo de escusa – hay luz suficiente dentro, pero nunca se sabe… no quiero que tropieces y caigas ni nada.
Y quería ir sintiendo la calidez de su mano, estaba claro que era aquello lo que quería, pero no iba a decírselo así. Rang era tímida, pero al ser ella la que le había cogido de la mano en primer lugar seguro que no se negaba esta vez.
No tardó mucho en encontrar una entrada que no estaba donde debía. Era una de esas grutas encantadas, a veces se movían de lugar y por ello podía ser difícil encontrar el lugar exacto.
-Aquí mismo – sonrió cálidamente y le indicó que pasara, ahí dentro parecía que hubieran salido de la escuela, era una zona muy natural, un lugar realmente bonito para ver, pero nadie debería internarse mucho en la zona si no conoce el lugar – no puedo decirte donde vamos a salir, son bastante impredecibles – le explicó según entraban y le apretaba un poco más la mano – ¿ves porque aquí es mejor ir cogidos, no? Hay luz, pero no tanta como para estar totalmente seguro al caminar, creo. No te molesta ir así ¿verdad?
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
Se había puesto realmente impaciente, incluso algo nerviosa, solo con la idea de ir a descubrir algo que podía resultar tan peligroso, al menos si iba ella sola; pero esta vez con Adnan. Siempre, desde que escuchó de las grutas de Brigantia, había dejado claro que cuando estuviese en la universidad, iría, aunque siempre que recapacitaba en ello, lo dejaba como una idea imposible. Pero ahí estaba, caminando junto a Yesenes en dirección al lugar; probablemente disfrutaría mucho de las vistas, paisajes; y si quizás encontraban alguna que otra pequeña criatura mágica, de eso también.
Cuando sintió como la mano grande del chico cogía la suya propia, sonrió tiernamente, sonrojándose apenas un poquito, las mejillas, haciendo que adquirieran un tono rosadito. - No... es mejor así... me gusta ir dada de la mano... bueno, eso no quiere decir que lo haga. - Se giró hacia él y se quedó negando repetidas veces con la cabeza. - Yo... yo solo tengo a Hyun así que... cuando suelo ir con el a algún sitio le cojo la mano por que... me gusta y bueno... por eso antes a ti también te cogí la mano... pero te solté por que pensé que te molestó. - Terminó callada y se mordió la boca, mirándole en absoluto silencio, suspirando. - Lo siento... hablé mucho.
Vio como el egipcio negaba con la cabeza con una media sonrisa y siguieron caminando, la chica mirando de vez en cuando a Adnan, pero en mayor parte, estando mirando al suelo en todo momento: por vergüenza y de paso, para evitar resbalar o pisar donde no debía y caer, apretando la mano de su compañero con fuerza, la poca que tenía, entre la propia.
La chica tras mirar un momento de forma dudosa al lugar al que el chico le indicó que pasara, lo hizo, quedándose mirando a todos lados, sorprendida en gran parte, observando con atención absolutamente todo. - Que bonito... - Murmuró mientras una sonrisita se dibujaba en su rostro.
Después al escuchar su pregunta, en un principio asintió y después negó con la cabeza, riéndose un poco. - No me molesta ir así... es mejor que vayamos cogidos dela mano... - Susurró algo bajito, sonriéndole después, ámpliamente. - Muchas gracias Adnan... de verdad. Soy muy feliz... pudiendo estar aquí, contigo. - Asintió despacito con la cabeza, suspirando de forma tonta solo de pensar en que estaba ahí con él.
Cuando sintió como la mano grande del chico cogía la suya propia, sonrió tiernamente, sonrojándose apenas un poquito, las mejillas, haciendo que adquirieran un tono rosadito. - No... es mejor así... me gusta ir dada de la mano... bueno, eso no quiere decir que lo haga. - Se giró hacia él y se quedó negando repetidas veces con la cabeza. - Yo... yo solo tengo a Hyun así que... cuando suelo ir con el a algún sitio le cojo la mano por que... me gusta y bueno... por eso antes a ti también te cogí la mano... pero te solté por que pensé que te molestó. - Terminó callada y se mordió la boca, mirándole en absoluto silencio, suspirando. - Lo siento... hablé mucho.
Vio como el egipcio negaba con la cabeza con una media sonrisa y siguieron caminando, la chica mirando de vez en cuando a Adnan, pero en mayor parte, estando mirando al suelo en todo momento: por vergüenza y de paso, para evitar resbalar o pisar donde no debía y caer, apretando la mano de su compañero con fuerza, la poca que tenía, entre la propia.
La chica tras mirar un momento de forma dudosa al lugar al que el chico le indicó que pasara, lo hizo, quedándose mirando a todos lados, sorprendida en gran parte, observando con atención absolutamente todo. - Que bonito... - Murmuró mientras una sonrisita se dibujaba en su rostro.
Después al escuchar su pregunta, en un principio asintió y después negó con la cabeza, riéndose un poco. - No me molesta ir así... es mejor que vayamos cogidos dela mano... - Susurró algo bajito, sonriéndole después, ámpliamente. - Muchas gracias Adnan... de verdad. Soy muy feliz... pudiendo estar aquí, contigo. - Asintió despacito con la cabeza, suspirando de forma tonta solo de pensar en que estaba ahí con él.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Descubriendo el campus
Le sonrió ampliamente, parecía un poco nerviosa con todo aquello, y eso que tan solo era cogerse de la mano. Era algo realmente adorable y encantadora.
-De ninguna manera podría resultarme molesto que tú me des la mano – hizo una pequeña pausa antes de hablar nada más –piensa en mí como en Young, más o menos. Él te cuida y yo también. Te doy la mano como un buen amigo… somos como amigos ¿no? Y no te preocupes por esas tonterías, no hablas mucho, ¿Qué pasa, que hay máximo de tiempo de charla?
Aquello quedó ahí, él iba más tiempo mirándola a ella que a su alrededor y ella parecía estar más concentrada en el suelo que en nada más, y eso no le agradaba demasiado, pero al fin, cuando llegaron al lugar deseado dejó de mirar solo el suelo y comenzó a mirar a su alrededor, poniendo una cara de ilusión real, encantadora. Bueno, en realidad tan bonita como siempre.
Se paró a su lado, sin intensión de avanzar más hasta que ella se hubiera complacido con las vistas. Pero lo que dijo le sorprendió un poquito. ¿Feliz de estar ahí con él o feliz por estar ahí? Bueno, tampoco importaba tanto, él no era tan inseguro como para andar dudando si se alegraba de su compañía o no, lo único importante era que estaban juntos, como fuera.
-Yo también estoy feliz – le costaba sonreír, era así de soso siempre, esa era la realidad. Pero en ese momento estaba intentando sonreír un poquito, al menos el intento – ¿Seguimos? Creo que si nos quedamos aquí parados hacemos más bien poco…
Vio como ella asentía y en cierto modo se aferró a su mano, sosteniéndola con bastante fuerza y tirando un poco de ella. Caminaron tranquilamente, despacio, sobre todo porque la chica iba mirando a todas partes.
-¿Te gustaría aparecer en alguna parte? Yo he usado esta gruta alguna vez, justo este camino… me ha llevado más de una vez al otro lado del bosque, bastante lejos de la escuela… no es mal lugar… aunque si nos perdemos por aquí podemos incluso encontrar lagos subterráneos y todo.
Ahora sí que le sonrió abiertamente. Ir a ese tipo de sitios con ella le gustaba. Sabía que la muchacha solía estar más bien sola siempre y ese año lo tendría a él, para salir y pasarlo bien además de estudiar. Aunque esperaba no entretenerla demasiado, no se le hacía muy buena idea pensar en que pudiera empeorar en clases por él.
-Por cierto, si ves que se te hace tarde me avisas, lo mejor de estas grutas es que si estamos lejos nos podemos aparecer en la entrada y si no podemos aparecernos ya sabemos que es porque estamos cerca.
-De ninguna manera podría resultarme molesto que tú me des la mano – hizo una pequeña pausa antes de hablar nada más –piensa en mí como en Young, más o menos. Él te cuida y yo también. Te doy la mano como un buen amigo… somos como amigos ¿no? Y no te preocupes por esas tonterías, no hablas mucho, ¿Qué pasa, que hay máximo de tiempo de charla?
Aquello quedó ahí, él iba más tiempo mirándola a ella que a su alrededor y ella parecía estar más concentrada en el suelo que en nada más, y eso no le agradaba demasiado, pero al fin, cuando llegaron al lugar deseado dejó de mirar solo el suelo y comenzó a mirar a su alrededor, poniendo una cara de ilusión real, encantadora. Bueno, en realidad tan bonita como siempre.
Se paró a su lado, sin intensión de avanzar más hasta que ella se hubiera complacido con las vistas. Pero lo que dijo le sorprendió un poquito. ¿Feliz de estar ahí con él o feliz por estar ahí? Bueno, tampoco importaba tanto, él no era tan inseguro como para andar dudando si se alegraba de su compañía o no, lo único importante era que estaban juntos, como fuera.
-Yo también estoy feliz – le costaba sonreír, era así de soso siempre, esa era la realidad. Pero en ese momento estaba intentando sonreír un poquito, al menos el intento – ¿Seguimos? Creo que si nos quedamos aquí parados hacemos más bien poco…
Vio como ella asentía y en cierto modo se aferró a su mano, sosteniéndola con bastante fuerza y tirando un poco de ella. Caminaron tranquilamente, despacio, sobre todo porque la chica iba mirando a todas partes.
-¿Te gustaría aparecer en alguna parte? Yo he usado esta gruta alguna vez, justo este camino… me ha llevado más de una vez al otro lado del bosque, bastante lejos de la escuela… no es mal lugar… aunque si nos perdemos por aquí podemos incluso encontrar lagos subterráneos y todo.
Ahora sí que le sonrió abiertamente. Ir a ese tipo de sitios con ella le gustaba. Sabía que la muchacha solía estar más bien sola siempre y ese año lo tendría a él, para salir y pasarlo bien además de estudiar. Aunque esperaba no entretenerla demasiado, no se le hacía muy buena idea pensar en que pudiera empeorar en clases por él.
-Por cierto, si ves que se te hace tarde me avisas, lo mejor de estas grutas es que si estamos lejos nos podemos aparecer en la entrada y si no podemos aparecernos ya sabemos que es porque estamos cerca.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
La chica asintió, empezando de nuevo a caminar un poquito junto a él, agarrándole con fuerza de la mano, suspirando y cerrando los ojos apenas un instante antes de abrirlos, con una suave y tierna sonrisita.
No podía evitar mirar con curiosidad todos y cada uno de los resquicios que sus ojos alcanzaban a vislumbrar, cualquier cosa que llamaba ligeramente su atención, en alguna que otra tirando un poquito de la mano del egipcio para acercarse juntos a mirarlo. En un momento dado le pareció ver algo moverse, momento en el que se pegó completamente a Adnan, dándose un poco de susto, mas que nada por que a la vez estuvo a punto de caerse al pisar una parte un poco resbaladiza, achuchándole en un abrazo y separándose rápidamente, suspirando y disculpándose un poquito antes de seguir andando.
- No... a mi no me importa estar un rato aquí, da igual si se me hace un poco tarde, yo no tengo mas clases hasta después de comer. - Sonrió tiernamente y suspiró, acercándose a una zona donde había un pequeño charquito, laguito o algo así, con un agua totalmente transparente, donde se podían ver alguna que otra diminuta criatura mágica, agachándose, acuclillándose para mirarlo y meter un poquito el dedo en el agua, viendo como un pequeño pez se acercó enseguida, sacando el dedo del agua.
- De todas formas, yo no puedo aparecerme aún. - Negó despacito con la cabeza y suspiró. - En no mucho ya si que podré, pero aún no tengo el permiso para ello... osea, poder puedo, pero no voy a incumplirlo... - Aclaró poniendo morritos, secándose un poco el agua que tenía en el dedo en el pantalón corto que llevaba, suspirando un poquito e incorporándose para quedarse mirando ahora desde esa posición a los pequeños seres vivos de agua.
Se giró a mirar al egipcio y le sonrió tiernamente. - Podríamos... comer juntos si quieres, o si no tienes con quien comer. - Asintió despacito con la cabeza. - Pero si ya quedaste con alguien o tienes clase no hace falta.-Negó.
No podía evitar mirar con curiosidad todos y cada uno de los resquicios que sus ojos alcanzaban a vislumbrar, cualquier cosa que llamaba ligeramente su atención, en alguna que otra tirando un poquito de la mano del egipcio para acercarse juntos a mirarlo. En un momento dado le pareció ver algo moverse, momento en el que se pegó completamente a Adnan, dándose un poco de susto, mas que nada por que a la vez estuvo a punto de caerse al pisar una parte un poco resbaladiza, achuchándole en un abrazo y separándose rápidamente, suspirando y disculpándose un poquito antes de seguir andando.
- No... a mi no me importa estar un rato aquí, da igual si se me hace un poco tarde, yo no tengo mas clases hasta después de comer. - Sonrió tiernamente y suspiró, acercándose a una zona donde había un pequeño charquito, laguito o algo así, con un agua totalmente transparente, donde se podían ver alguna que otra diminuta criatura mágica, agachándose, acuclillándose para mirarlo y meter un poquito el dedo en el agua, viendo como un pequeño pez se acercó enseguida, sacando el dedo del agua.
- De todas formas, yo no puedo aparecerme aún. - Negó despacito con la cabeza y suspiró. - En no mucho ya si que podré, pero aún no tengo el permiso para ello... osea, poder puedo, pero no voy a incumplirlo... - Aclaró poniendo morritos, secándose un poco el agua que tenía en el dedo en el pantalón corto que llevaba, suspirando un poquito e incorporándose para quedarse mirando ahora desde esa posición a los pequeños seres vivos de agua.
Se giró a mirar al egipcio y le sonrió tiernamente. - Podríamos... comer juntos si quieres, o si no tienes con quien comer. - Asintió despacito con la cabeza. - Pero si ya quedaste con alguien o tienes clase no hace falta.-Negó.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Descubriendo el campus
Cuando ella se le pegó su reacción fue quedarse totalmente rígido, no estaba acostumbrado a los abrazos y no terminaban de agradarle, era la más pura realidad. Pero aún así, que fuera la preciosa Rang quien se abrazara a él, era algo que podía tolerar perfectamente. Sobre todo porque era tan jodidamente linda que bueno… ella no le despertaba recuerdos raros ni poco deseables.
-Entonces estamos igual, libres y sin clases – dijo mientras caminaba tras ella, queriendo ver que iba a hacer, y miró como se inclinaba y jugueteaba un poco con aquel pequeño manantial subterráneo. Cuando dijo aquello de que no podía aparecerse se quedó un poquito paralizado, más bien atontado, no daba crédito a que la chica fuera tan pequeña, parecía muy madura y era tan jodidamente atractiva… -¿Aún no has cumplido los 17 años?, supongo que te quedará poquito para ello - le sonrió cálidamente y se volvió a poner a su lado, mirando él también hacía el agua, donde aún se veía algún que otro animal pequeño nadando cerca de la superficie.
Se giró mirándole con una sonrisa suave, pensando en el tema de la comida, a él le apetecía pasar todo el día con ella a poder ser, de modo que se dedicó a asentir y le pasó un brazo por los hombros, acercándola a él de manera casi obligada.
-Comeremos juntos ¿en la escuela? –la pregunta tenía un motivo muy obvio de ser, si seguían caminando igual salían de allí y podrían ir a comer fuera, era una opción, siempre válida – sigamos caminando, aquí parados no vamos a conseguir nada y no creo que salga ningún animal interesante de una charca como esa.
Negó con la cabeza y aún con el brazo sobre sus hombros, echó a caminar. De pronto se dio cuenta del gesto y se quedó por un momento quieto, parando el caminar y retiró el medio abrazo que llevaba.
-Lo siento, lo hice sin pensar – en ese momento echó a caminar, dejando un poco atrás a la muchacha. No solía hacer esas cosas, pegarse a nadie, y mucho menos abrazar a nadie en ese plan, pero había salido casi sin darse cuesta. Eso le había preocupado, ella le hacía relajarse demasiado, y ya había dicho… era una cría… no podía permitirse ese tipo de cosas con alguien de su edad – a ver, comer… podríamos seguir caminando, con algo de suerte llegamos a un punto donde me pueda aparecer y te llevo a comer algo rico a algún rincón de Islandia…
-Entonces estamos igual, libres y sin clases – dijo mientras caminaba tras ella, queriendo ver que iba a hacer, y miró como se inclinaba y jugueteaba un poco con aquel pequeño manantial subterráneo. Cuando dijo aquello de que no podía aparecerse se quedó un poquito paralizado, más bien atontado, no daba crédito a que la chica fuera tan pequeña, parecía muy madura y era tan jodidamente atractiva… -¿Aún no has cumplido los 17 años?, supongo que te quedará poquito para ello - le sonrió cálidamente y se volvió a poner a su lado, mirando él también hacía el agua, donde aún se veía algún que otro animal pequeño nadando cerca de la superficie.
Se giró mirándole con una sonrisa suave, pensando en el tema de la comida, a él le apetecía pasar todo el día con ella a poder ser, de modo que se dedicó a asentir y le pasó un brazo por los hombros, acercándola a él de manera casi obligada.
-Comeremos juntos ¿en la escuela? –la pregunta tenía un motivo muy obvio de ser, si seguían caminando igual salían de allí y podrían ir a comer fuera, era una opción, siempre válida – sigamos caminando, aquí parados no vamos a conseguir nada y no creo que salga ningún animal interesante de una charca como esa.
Negó con la cabeza y aún con el brazo sobre sus hombros, echó a caminar. De pronto se dio cuenta del gesto y se quedó por un momento quieto, parando el caminar y retiró el medio abrazo que llevaba.
-Lo siento, lo hice sin pensar – en ese momento echó a caminar, dejando un poco atrás a la muchacha. No solía hacer esas cosas, pegarse a nadie, y mucho menos abrazar a nadie en ese plan, pero había salido casi sin darse cuesta. Eso le había preocupado, ella le hacía relajarse demasiado, y ya había dicho… era una cría… no podía permitirse ese tipo de cosas con alguien de su edad – a ver, comer… podríamos seguir caminando, con algo de suerte llegamos a un punto donde me pueda aparecer y te llevo a comer algo rico a algún rincón de Islandia…
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
Negó un poco con la cabeza a la pregunta sobre su edad. - No, aun no cumplí los diecisiete, pero no queda mucho para ello. - Sonrió dulcemente y suspiró, cerrando un momentito los ojo antes de asentir un poco con la cabeza una vez mas, abrirlos y empezar a andar
Sintió el brazo del chico sobre los hombros, suspirando tontamente, feliz de que él empezase ese tipo de contacto, sabiendo de sobra que no le gustaba.
La chica se encogió de hombros en el momento en el que el chico le dijo que donde comerían, si dentro o fuera de la universidad; la verdad es que ella apenas había estado yendo a comer en todos los días que llevaba allí al comedor de la misma. Había bastante comida variada y con suerte, a las horas que ella acostumbraba a ir, no había mas que un par de personas, y si solía haber mas, solían estar en silencio, puesto que era lo que todos buscaban a esas horas; tranquilidad, calma.
- Si sabes de algún sitio mas que ni sea aquí podríamos ir... yo solamente he ido al comedor de la universidad y no conozco ningún sitio mas donde podríamos ir, y supongo que comer aquí seria aburrido.
Se rió con el comentario de que dudaba de que apareciese algún animal interesante de la charca, cosa que era demasiado evidente.
Se sintió algo dolida, por utilizar alguna palabra, al sentir que el chico se separó con aquél gesto de ella, suspirando pesadamente. - A mi no me importaba... que estuvieses abrazándome y eso. - Agachó la cabeza y puso morritos. - Sabes... sabes que me gustan los abrazos y eso... pero bueno, no pasa nada. - Sonrió tiernamente y se quedó mirando la espalda del egipcio un momentito, antes de empezar a caminar tras de el, sonriendo queriendo animarse un poco, olvidarse de la tontería que le dio en apenas un segundo al pensar que Adnan no quería abrazarle.
- Umm... - Una vez estuvo a su altura le miró de reojito y sonrió tiernamente. - Yo la verdad es que nunca he estado aquí mas que en la escuela, siempre he solido moverme por corea y por londres. - Puso un poco morritos, pensativa, después haciendo una especie de pucherito. - Cuando pueda aparecerme iré a visitar a mi primo a la casa de corea, que es donde suele estar últimamente con papá por el tema del trabajo familiar y eso...
Sintió el brazo del chico sobre los hombros, suspirando tontamente, feliz de que él empezase ese tipo de contacto, sabiendo de sobra que no le gustaba.
La chica se encogió de hombros en el momento en el que el chico le dijo que donde comerían, si dentro o fuera de la universidad; la verdad es que ella apenas había estado yendo a comer en todos los días que llevaba allí al comedor de la misma. Había bastante comida variada y con suerte, a las horas que ella acostumbraba a ir, no había mas que un par de personas, y si solía haber mas, solían estar en silencio, puesto que era lo que todos buscaban a esas horas; tranquilidad, calma.
- Si sabes de algún sitio mas que ni sea aquí podríamos ir... yo solamente he ido al comedor de la universidad y no conozco ningún sitio mas donde podríamos ir, y supongo que comer aquí seria aburrido.
Se rió con el comentario de que dudaba de que apareciese algún animal interesante de la charca, cosa que era demasiado evidente.
Se sintió algo dolida, por utilizar alguna palabra, al sentir que el chico se separó con aquél gesto de ella, suspirando pesadamente. - A mi no me importaba... que estuvieses abrazándome y eso. - Agachó la cabeza y puso morritos. - Sabes... sabes que me gustan los abrazos y eso... pero bueno, no pasa nada. - Sonrió tiernamente y se quedó mirando la espalda del egipcio un momentito, antes de empezar a caminar tras de el, sonriendo queriendo animarse un poco, olvidarse de la tontería que le dio en apenas un segundo al pensar que Adnan no quería abrazarle.
- Umm... - Una vez estuvo a su altura le miró de reojito y sonrió tiernamente. - Yo la verdad es que nunca he estado aquí mas que en la escuela, siempre he solido moverme por corea y por londres. - Puso un poco morritos, pensativa, después haciendo una especie de pucherito. - Cuando pueda aparecerme iré a visitar a mi primo a la casa de corea, que es donde suele estar últimamente con papá por el tema del trabajo familiar y eso...
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Descubriendo el campus
No es que hubiera propuesto comer fuera porque en la universidad le pareciera aburrido ni nada, lo había hecho por decir algo, o más bien ofrecer algo. Tenía por costumbre bajar a comer solo, no le agradaba mucho la compañía de tanta gente a su alrededor así que se había adaptado el horario para no tener que aguantar a los gilipollas de turno… y si además daba la coincidencia de que solía ver a Rang sentada por allí, pues era un punto a favor de las horas poco concurridas. Pero esa parte no se la iba a decir a ella, por supuesto.
Obviamente los gestos que había hecho la muchacha pasaron totalmente inadvertidos para él, quien seguía caminando muy despacio, pero un par de pasos por delante. No es que pensara que a ella le fuera a molestar realmente. Si no más bien que sentía que se pasaba un poco del límite auto impuesto con la coreana. Sentía que si se pasaba un poco de la raya en un principio al final le cogería el vicio a eso de abrazarla, y cogerla de la mano, o lo que fuera… a la larga resultaría incómodo. Al menos para él.
-No… bueno, supongo que si quieres vamos de la mano, igual que antes… es que del otro modo es un poco incómodo – se rascó un poco el cuello, en un gesto nervioso, era incómodo en otro sentido muy distinto al que ella podría pensar, no era molesto, si no demasiado agradable, y él no era del tipo de chico que se permitía sentir esas cosas.
Cuando la volvió a tener al lado le cogió la mano como ya había dicho, y la miró de reojo, no estaba seguro de si el tono que había usado ella antes era de disgusto o qué, pero ahora parecía tan feliz como siempre, con su eterna sonrisa dibujada en el rostro.
-Si quieres descubrir el exterior de la escuela yo puedo acompañarte, por aquí he salido mucho, por Londres no, no me gusta esa ciudad, pero aquí también hay sitios interesantes – una media sonrisa adornó su rostro por un segundo, pero se le pasó tan rápido como apareció, pensando que igual a ella no le agradaban el mismo tipo de lugares que a él – tu primo podría venir algún día a visitarnos, aunque supongo que ahora también estará ocupado… yo también querría verlo algo más, que en vacaciones estuvo muy ausente esta vez.
Lo que los había puesto en contacto en un principio era Young, el primo de la coreana, así que le tendría que estar agradecido por años, al fin y al cabo era la primera chica que le llegaba a gustar tantísimo. Y quizás algo más que gustar, pero bueno, no era algo que andar pensando en un momento como ese. Alejó todo aquello de su mente y simplemente volvió al tema que les corría más “prisa”, la comida.
-Pues hoy comemos en el castillo y otro día salimos fuera, un fin de semana, que son más tranquilos. No quiero que pierdas ni media clase por mi culpa, son las primeras y es importante causar buena impresión – ahora si le sonrió bien y señaló a lo lejos, se veía luz, de que la gruta estaba terminando al fin, pero aún sería imposible saber donde desembocarían – mira, ya estamos cerca de la salida. Esta vez se hizo corto el camino.
Cuando se aproximaron a la salida Adnan se adelantó un poquito, mirando a ver si podían pisar libremente el exterior, viendo que si, estaban en un claro en el bosque, muy tranquilo, casi totalmente despejado, con la señal de que alguna vez es habían encendido hogueras en el centro. Supuso que algunos estudiantes lo usarían como lugar de fiestas o vete a saber.
Obviamente los gestos que había hecho la muchacha pasaron totalmente inadvertidos para él, quien seguía caminando muy despacio, pero un par de pasos por delante. No es que pensara que a ella le fuera a molestar realmente. Si no más bien que sentía que se pasaba un poco del límite auto impuesto con la coreana. Sentía que si se pasaba un poco de la raya en un principio al final le cogería el vicio a eso de abrazarla, y cogerla de la mano, o lo que fuera… a la larga resultaría incómodo. Al menos para él.
-No… bueno, supongo que si quieres vamos de la mano, igual que antes… es que del otro modo es un poco incómodo – se rascó un poco el cuello, en un gesto nervioso, era incómodo en otro sentido muy distinto al que ella podría pensar, no era molesto, si no demasiado agradable, y él no era del tipo de chico que se permitía sentir esas cosas.
Cuando la volvió a tener al lado le cogió la mano como ya había dicho, y la miró de reojo, no estaba seguro de si el tono que había usado ella antes era de disgusto o qué, pero ahora parecía tan feliz como siempre, con su eterna sonrisa dibujada en el rostro.
-Si quieres descubrir el exterior de la escuela yo puedo acompañarte, por aquí he salido mucho, por Londres no, no me gusta esa ciudad, pero aquí también hay sitios interesantes – una media sonrisa adornó su rostro por un segundo, pero se le pasó tan rápido como apareció, pensando que igual a ella no le agradaban el mismo tipo de lugares que a él – tu primo podría venir algún día a visitarnos, aunque supongo que ahora también estará ocupado… yo también querría verlo algo más, que en vacaciones estuvo muy ausente esta vez.
Lo que los había puesto en contacto en un principio era Young, el primo de la coreana, así que le tendría que estar agradecido por años, al fin y al cabo era la primera chica que le llegaba a gustar tantísimo. Y quizás algo más que gustar, pero bueno, no era algo que andar pensando en un momento como ese. Alejó todo aquello de su mente y simplemente volvió al tema que les corría más “prisa”, la comida.
-Pues hoy comemos en el castillo y otro día salimos fuera, un fin de semana, que son más tranquilos. No quiero que pierdas ni media clase por mi culpa, son las primeras y es importante causar buena impresión – ahora si le sonrió bien y señaló a lo lejos, se veía luz, de que la gruta estaba terminando al fin, pero aún sería imposible saber donde desembocarían – mira, ya estamos cerca de la salida. Esta vez se hizo corto el camino.
Cuando se aproximaron a la salida Adnan se adelantó un poquito, mirando a ver si podían pisar libremente el exterior, viendo que si, estaban en un claro en el bosque, muy tranquilo, casi totalmente despejado, con la señal de que alguna vez es habían encendido hogueras en el centro. Supuso que algunos estudiantes lo usarían como lugar de fiestas o vete a saber.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
Caminaban dados de la mano, tranquilamente, mientras ella sonreía de forma tierna, animada, feliz por poder ir así con él. - Me siento afortunada. - Comentó riéndose un poquito de forma boba, desviando en un momento la mirada a las manos de ambos que en ese momento no era como un simple apretón de manos, sino que iban incluso con los dedos entrelazados, caminando de forma tranquila mientras conversaban.
Asintió un poquito con la cabeza y se quedó mirándole de reojillo. - Umm... podría mandarle alguna lechuza diciéndole a ver si podría venir a hacernos alguna visita, ¿no? No creo que se negase a ello... creo. - Volvió a mirar al egipcio y sonrió tiernamente.
Escuchó como finalmente el chico se decantó por que fuesen a comer en el mismo sitio, sin necesidad de salir, con la excusa de que no quería que la chica perdiese clase, a lo que ella únicamente asintió con la cabeza, suspirando un poquito. - Vale, pues entonces comeremos aquí. - Le sonrió de forma dulce y se paró un momento, quedándose pensativa. - Umm... ¿Qué hora será, Adny? ES para si eso ir yendo tranquilamente al comedor o algo... no me gusta comer con mucha gente, ni con mucho ruido a mi alrededor, resulta algo molesto. A no ser que no vayamos a comer en el comedor, no se. - Se encogió un poquito de hombros. - Que yo sepa también hay una cafetería, pero nunca fui.
Se quedó un momentito callada, mirándole.
Asintió un poquito a lo de seguir hacia donde se veía una salida, y tranquilamente siguieron paseando, manteniendo por un momentito en silencio hasta que acabaron por salir de aquella gruta. La chica se quedó mirando alrededor, suspirando un poquito con una suave y tierna sonrisita.
Se mordió un poco la boquita y adelantó unos pasos, acercándose algo al borde del lago a donde habían llegado, agachándose para tocar un poco el agua, suspirando al notar la calidez de la misma y se incorporó, acercándose a Adnan riéndose un poquito, mirándole fijamente a los ojos y alzando la mano para acariciarle la mejilla con la mano mojada. - Mira, está calentita, es muy agradable. - Suspiró un poquito y se quedó con la mano apoyada sobre la mejilla de él, con las mejillas algo sonrojadas al estar mirándose ambos tan fijamente.
- Podemos... quedarnos aquí un ratito, es un sitio muy bonito... - Asintió un poco con la cabeza y tragó saliva, apartando la mano y desviando la mirada, girando un poco el rostro, vergonzosa.
Asintió un poquito con la cabeza y se quedó mirándole de reojillo. - Umm... podría mandarle alguna lechuza diciéndole a ver si podría venir a hacernos alguna visita, ¿no? No creo que se negase a ello... creo. - Volvió a mirar al egipcio y sonrió tiernamente.
Escuchó como finalmente el chico se decantó por que fuesen a comer en el mismo sitio, sin necesidad de salir, con la excusa de que no quería que la chica perdiese clase, a lo que ella únicamente asintió con la cabeza, suspirando un poquito. - Vale, pues entonces comeremos aquí. - Le sonrió de forma dulce y se paró un momento, quedándose pensativa. - Umm... ¿Qué hora será, Adny? ES para si eso ir yendo tranquilamente al comedor o algo... no me gusta comer con mucha gente, ni con mucho ruido a mi alrededor, resulta algo molesto. A no ser que no vayamos a comer en el comedor, no se. - Se encogió un poquito de hombros. - Que yo sepa también hay una cafetería, pero nunca fui.
Se quedó un momentito callada, mirándole.
Asintió un poquito a lo de seguir hacia donde se veía una salida, y tranquilamente siguieron paseando, manteniendo por un momentito en silencio hasta que acabaron por salir de aquella gruta. La chica se quedó mirando alrededor, suspirando un poquito con una suave y tierna sonrisita.
Se mordió un poco la boquita y adelantó unos pasos, acercándose algo al borde del lago a donde habían llegado, agachándose para tocar un poco el agua, suspirando al notar la calidez de la misma y se incorporó, acercándose a Adnan riéndose un poquito, mirándole fijamente a los ojos y alzando la mano para acariciarle la mejilla con la mano mojada. - Mira, está calentita, es muy agradable. - Suspiró un poquito y se quedó con la mano apoyada sobre la mejilla de él, con las mejillas algo sonrojadas al estar mirándose ambos tan fijamente.
- Podemos... quedarnos aquí un ratito, es un sitio muy bonito... - Asintió un poco con la cabeza y tragó saliva, apartando la mano y desviando la mirada, girando un poco el rostro, vergonzosa.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Descubriendo el campus
Aquel comentario de la coreana le hizo un poquito de gracia. Que se sentía afortunada, ¿Por qué? Si solamente estaban caminando sin más. Para él sería inimaginable que esa chica pudiera estar feliz por su mera compañía, eso sería… tan raro como si él dijera que le daba igual ir a comer a algún restaurante muggle, o alguna mierda similar.
-Si le dices que venga seguro lo hace, siempre estaba hablando de ti cuando compartíamos clases así que echará de menos verte ahora que comenzó el curso de nuevo… Si vienes no olvides avisarme – hablaron un poquito más sobre la posible visita del primo de ella, era un tema que no daba para mucho si no hablaban con él antes, si no sabían si realmente podría ir o no, por lo que rápidamente cambiaron al tema comida.
Dejó que ella simplemente soltara toda aquella cosa de la hora del almuerzo, disimuladamente miró el reloj encantado que solía llevar, para ver que realmente no se les hacía tarde ni nada por el estilo. También debía tener en cuenta que la comida en el comedor era mucho mejor que en la cafetería, y allí estaba todo pagado. El otro lugar era… más para caprichos, para el día que no te gustaba lo que había o para beber café hasta morir en época de exámenes.
-Aún no hay prisas para ir, es prontito. Si cuando lleguemos al comedor hay mucha gente nos vamos a la cafetería y te invito yo mismo a comer, por haberte retrasado.
Era su forma de confirmar lo que ella le decía, no era tan complicado comer allí, es más, incluso podrían comer en el salón de convivencia si ella quería, vivían en la misma facultad y con tan solo coger algo del comedor podrían ir tranquilamente allí que estaría menos abarrotado a esas horas.
Para cuando la chica se alejó y fue a tocar el agua del lago Adnan se quedó parado allí, en pie, simplemente mirando que hacía, tanto así que cuando volvió para mojarle un poco la mejilla ni se percató de ello hasta que su mano rozó su áspero rostro.
Sin duda sus pensamientos volaban en torno a ella todo el rato. Lo guapa que era, lo linda que se ponía al sonreír… lo perfecto que era el tono de su piel al sonrojarse…
Esos pensamientos sumandos a la posición que la chica acababa de adquirir con respecto a él hizo que se pusiera un poco nervioso. Le entraron ganas de besarla, de abrazarla. Sobre todo ganas de no soltarla nunca, ni en mil años a poder ser… lo miraba con esos ojos sinceros, precioso, perfectos. Los mismos ojos que nunca lo habían mirado con miedo o desprecio.
Para cuando intentó reaccionar, besarla. Ya se había apartado y vuelto a hablar. Acababa de perder su oportunidad y se mataría por ello. La chica lo había puesto muy fácil, le había dado la oportunidad y él la había rechazado casi sin darse cuenta. O quizás nunca hubo oportunidad y eran solo imaginaciones suyas…
-Si, nos quedamos aquí un ratito más, se está bien, y el agua es agradable…
Se mordió el labio y le volvió a dar la mano, acercándose al borde del lago, se agachó un momento y se quitó los zapatos, instando a la chica a que le imitara, cosa que ella hizo después de que el muchacho le dijera que así podrían meter los pies en el agua, parecía muy agradable.
Una vez ambos se sentaron del la orilla del lago, sobre una piedra que estaba bien seca y era segura, el chico volvió a cogerla de la mano y se quedó mirando a lo lejos, por un solo instante.
-Me gusta tu sonrisa – estaba un poco nervioso, ella parecía un tanto dispuesta a estar así con él, pero no sabía bien hasta que punto, y no sabía que decir, así que simplemente pasó un poco a la acción, le pasó una mano por la espalda, terminando sobre su cintura, y la acercó un tantito más a él, entonces se inclinó, entrecerrando los ojos, y le dio un beso muy corto sobre los labios. Separándose tras eso de manera muy rápida. Había sido una pequeña osadía, pero llevaba todo el verano esperando por algo así, y ahora, solos y un lugar tan tranquilo, supuso que sería el mejor lugar.
-Si le dices que venga seguro lo hace, siempre estaba hablando de ti cuando compartíamos clases así que echará de menos verte ahora que comenzó el curso de nuevo… Si vienes no olvides avisarme – hablaron un poquito más sobre la posible visita del primo de ella, era un tema que no daba para mucho si no hablaban con él antes, si no sabían si realmente podría ir o no, por lo que rápidamente cambiaron al tema comida.
Dejó que ella simplemente soltara toda aquella cosa de la hora del almuerzo, disimuladamente miró el reloj encantado que solía llevar, para ver que realmente no se les hacía tarde ni nada por el estilo. También debía tener en cuenta que la comida en el comedor era mucho mejor que en la cafetería, y allí estaba todo pagado. El otro lugar era… más para caprichos, para el día que no te gustaba lo que había o para beber café hasta morir en época de exámenes.
-Aún no hay prisas para ir, es prontito. Si cuando lleguemos al comedor hay mucha gente nos vamos a la cafetería y te invito yo mismo a comer, por haberte retrasado.
Era su forma de confirmar lo que ella le decía, no era tan complicado comer allí, es más, incluso podrían comer en el salón de convivencia si ella quería, vivían en la misma facultad y con tan solo coger algo del comedor podrían ir tranquilamente allí que estaría menos abarrotado a esas horas.
Para cuando la chica se alejó y fue a tocar el agua del lago Adnan se quedó parado allí, en pie, simplemente mirando que hacía, tanto así que cuando volvió para mojarle un poco la mejilla ni se percató de ello hasta que su mano rozó su áspero rostro.
Sin duda sus pensamientos volaban en torno a ella todo el rato. Lo guapa que era, lo linda que se ponía al sonreír… lo perfecto que era el tono de su piel al sonrojarse…
Esos pensamientos sumandos a la posición que la chica acababa de adquirir con respecto a él hizo que se pusiera un poco nervioso. Le entraron ganas de besarla, de abrazarla. Sobre todo ganas de no soltarla nunca, ni en mil años a poder ser… lo miraba con esos ojos sinceros, precioso, perfectos. Los mismos ojos que nunca lo habían mirado con miedo o desprecio.
Para cuando intentó reaccionar, besarla. Ya se había apartado y vuelto a hablar. Acababa de perder su oportunidad y se mataría por ello. La chica lo había puesto muy fácil, le había dado la oportunidad y él la había rechazado casi sin darse cuenta. O quizás nunca hubo oportunidad y eran solo imaginaciones suyas…
-Si, nos quedamos aquí un ratito más, se está bien, y el agua es agradable…
Se mordió el labio y le volvió a dar la mano, acercándose al borde del lago, se agachó un momento y se quitó los zapatos, instando a la chica a que le imitara, cosa que ella hizo después de que el muchacho le dijera que así podrían meter los pies en el agua, parecía muy agradable.
Una vez ambos se sentaron del la orilla del lago, sobre una piedra que estaba bien seca y era segura, el chico volvió a cogerla de la mano y se quedó mirando a lo lejos, por un solo instante.
-Me gusta tu sonrisa – estaba un poco nervioso, ella parecía un tanto dispuesta a estar así con él, pero no sabía bien hasta que punto, y no sabía que decir, así que simplemente pasó un poco a la acción, le pasó una mano por la espalda, terminando sobre su cintura, y la acercó un tantito más a él, entonces se inclinó, entrecerrando los ojos, y le dio un beso muy corto sobre los labios. Separándose tras eso de manera muy rápida. Había sido una pequeña osadía, pero llevaba todo el verano esperando por algo así, y ahora, solos y un lugar tan tranquilo, supuso que sería el mejor lugar.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
La coreana asintió con la cabeza a sus palabras, mirándole un momentito de reojillo mientras le escuchaba decir que le invitaría a comer si en el momento en el que fueran a ir al comedor, estaba muy lleno. La verdad es que el plan no era para nada malo, podrían estar tranquilamente los dos juntitos comiendo algo... Negó un momento con la cabeza, repetidas veces, queriendo dejar de pensar tonterías, dejar de “fantasear” de aquella forma tan bobalicona.
Se había puesto nerviosa ella sola, tragando saliva y mordiéndose apenas en un gesto disimulado la boquita, separándose de él antes de ser conducida a la orilla de uno de los laguitos que había. Vio como el chico se descalzaba, y le hacia señas para que ella hiciese lo mismo, a lo que finalmente asintió con la cabeza y e sonrió de forma tierna, cálida. - Bueno, solo espero que no salga ningún animal mágico extraño. - Se rió un poquito y de pie, uso a Adnan como punto de apoyo, empezando a descalzarse tranquilamente; primero un pie, luego el otro. Por suerte esa vez no se había puesto aquellos calcetines tan largos que solía llevar, apenas llevaba un pantalón corto y unas deportivas de tela altas.
Cuando se deshizo de ellas se metió al agua con el chico, sonriéndole, cogiéndole de la mano y se dejó conducir hasta que terminaron sentados el uno al lado del otro, de nuevo cogidos de la mano. La chica miraba de vez en cuando de reojillo a Adnan, con las mejillas sonrojaditas y moviendo un poco los pies, haciendo que se formasen suaves hondas en el agua, con una constante suave sonrisita, tierna, como siempre, que no se le dejaba de dibujar en los labios.
Entonces escuchó la voz algo ronca del egipcio y giró la cabeza para mirarle, ladeando un poquito la cabeza, parpadeando. - ¿Mi sonrisa? - Con las mejillas sonrojadas se rió un poquito. - Es una sonrisa normal...
Desvió la mirada al agua, a sus pies mas concretamente y después, de nuevo, giró a mirarle a él, suspirando un poquito.
Sintió entonces como la mano del chico soltaba la propia y se desviaba a su espalda, cosa que hizo que la chica se quedase un poquito confusa, ya notando que se quedó quieta en su cintura y parecía acercarse algo mas... si. La chica al notar la proximidad de Yesenes entrecerró los ojos y suspiró un poquito, notando como sus mejillas se sonrojaban aún mas, y terminó por sentir el cálido gesto, la suave presión de los labios de Adnan sobre los propios, quedándose con los ojos entreabiertos pero sin realmente ver nada.
Adnan se separó y ella solo volvió a suspirar, quedándose medio atontada, totalmente roja y cuando consiguió salir del trance, alzó el rostro para mirarle a los ojos, o mas bien, al perfil, por que él ya había dirigido la vista al frente.
Se mordió un poco la boquita y llevó una de las manos al brazo del chico, cogiéndole de la manga de la prenda. - ¿Adny...?
Bajó la vista y sin mas, se lanzó a abrazarle con fuerza, escondiendo el rostro sobre su cuerpo, tratando de ocultar la cara sobre su pecho, finalmente tras hacer que él se moviese un poquito, conseguirlo, quedándose ahí escondida.
Se había puesto nerviosa ella sola, tragando saliva y mordiéndose apenas en un gesto disimulado la boquita, separándose de él antes de ser conducida a la orilla de uno de los laguitos que había. Vio como el chico se descalzaba, y le hacia señas para que ella hiciese lo mismo, a lo que finalmente asintió con la cabeza y e sonrió de forma tierna, cálida. - Bueno, solo espero que no salga ningún animal mágico extraño. - Se rió un poquito y de pie, uso a Adnan como punto de apoyo, empezando a descalzarse tranquilamente; primero un pie, luego el otro. Por suerte esa vez no se había puesto aquellos calcetines tan largos que solía llevar, apenas llevaba un pantalón corto y unas deportivas de tela altas.
Cuando se deshizo de ellas se metió al agua con el chico, sonriéndole, cogiéndole de la mano y se dejó conducir hasta que terminaron sentados el uno al lado del otro, de nuevo cogidos de la mano. La chica miraba de vez en cuando de reojillo a Adnan, con las mejillas sonrojaditas y moviendo un poco los pies, haciendo que se formasen suaves hondas en el agua, con una constante suave sonrisita, tierna, como siempre, que no se le dejaba de dibujar en los labios.
Entonces escuchó la voz algo ronca del egipcio y giró la cabeza para mirarle, ladeando un poquito la cabeza, parpadeando. - ¿Mi sonrisa? - Con las mejillas sonrojadas se rió un poquito. - Es una sonrisa normal...
Desvió la mirada al agua, a sus pies mas concretamente y después, de nuevo, giró a mirarle a él, suspirando un poquito.
Sintió entonces como la mano del chico soltaba la propia y se desviaba a su espalda, cosa que hizo que la chica se quedase un poquito confusa, ya notando que se quedó quieta en su cintura y parecía acercarse algo mas... si. La chica al notar la proximidad de Yesenes entrecerró los ojos y suspiró un poquito, notando como sus mejillas se sonrojaban aún mas, y terminó por sentir el cálido gesto, la suave presión de los labios de Adnan sobre los propios, quedándose con los ojos entreabiertos pero sin realmente ver nada.
Adnan se separó y ella solo volvió a suspirar, quedándose medio atontada, totalmente roja y cuando consiguió salir del trance, alzó el rostro para mirarle a los ojos, o mas bien, al perfil, por que él ya había dirigido la vista al frente.
Se mordió un poco la boquita y llevó una de las manos al brazo del chico, cogiéndole de la manga de la prenda. - ¿Adny...?
Bajó la vista y sin mas, se lanzó a abrazarle con fuerza, escondiendo el rostro sobre su cuerpo, tratando de ocultar la cara sobre su pecho, finalmente tras hacer que él se moviese un poquito, conseguirlo, quedándose ahí escondida.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Descubriendo el campus
Para cuando rompieron el beso se quedaron mirándose por un segundo, él nervioso, ansiando una reacción, ella sonrojada, apartando la vista…
¿Qué tipo de reacción fue esa? ¿Era buena o mala? ¿Estaba cómoda con ese beso o simplemente no se había apartado por cortesía?
El suspiro que emitió no hizo más que confundirlo de nuevo. No estaba seguro de si suspiraba por que se alegraba de que hubiera parado aquello sin llegar a más o lo hacía porque estaba aún feliz y dichosa. ¿Había deseado la chica ese beso tanto como él? ¿Había pensado en ello a cada instante? Al menos no había hecho amago de separarse de él, eso era buena señal.
Por supuesto que desvió la vista y comenzó a mirar a ninguna parte, el porqué era obvio, si seguía comiéndosela con la mirada ambos terminaría mal, él por pensar más de la cuenta, ella porque podría sentirse violada aunque solo fuera visualmente hablando. Sus ojos intentarían escudriñarle, saber que piensa… desearía poder controlar la legeremagia, pero para su poca fortuna no era así, como mucho estaba avanzando en su estudio de la oclumancia, pero eso de muy poco le servía en una ocasión como aquella.
Al notar como su pequeña mano se aferraba a su ropa giró un poco todo el torso, y también la cabeza, para mirarle. Si quería irse de ahí lo entendía, a la perfección además. No era cuestión de obligarla a permanecer con él después de algo así…
Pero no, para su total sorpresa antes incluso de haberle dado tiempo a nada la tenía envolviendo su cuerpo en un abrazo. Se sintió muy violento, no le gustaban aquel tipo de gestos, que lo envolvieran, que lo abrazaran, achucharan ni mucho menos que lo aprisionaran de ningún modo… pero oye, no se sentía del todo mal si lo hacía ella. Mantenía esa especie de lucha interna entre apartarla como haría con cualquier otro y dejarla estar así con él por el resto del día de ser necesario… por supuesto esa última opción ganó la batalla.
-Rang… - dijo él como única respuesta a cuando ella le llamó por su nombre. Le había pasado ambas manos por la espalda y la dejó permanecer inalcanzable en su pecho, le había dado también un pequeño beso en la frente, un beso mimoso y cariñoso. Tras eso solo esperó un rato más, rozándole la espalda con la yema de los dedos – ¿ha estado mal eso que hice?
Lo preguntó al ratito, en voz muy baja, quería asegurarse de que realmente no le había molestado y que si lo abrazaba era porque estaba feliz en realidad. Que lo único malo que sentía era vergüenza.
-No quería molestarte ni incomodarte… pero… llevaba mucho tiempo queriendo darte un beso. Lo siento… – ahora era él quien la mantenía presionada contra su cuerpo, para evitar que le mirase a la cara, le daba un poco de pudor admitir aquello – creo que me gustas un poquito Rang.
¿Qué tipo de reacción fue esa? ¿Era buena o mala? ¿Estaba cómoda con ese beso o simplemente no se había apartado por cortesía?
El suspiro que emitió no hizo más que confundirlo de nuevo. No estaba seguro de si suspiraba por que se alegraba de que hubiera parado aquello sin llegar a más o lo hacía porque estaba aún feliz y dichosa. ¿Había deseado la chica ese beso tanto como él? ¿Había pensado en ello a cada instante? Al menos no había hecho amago de separarse de él, eso era buena señal.
Por supuesto que desvió la vista y comenzó a mirar a ninguna parte, el porqué era obvio, si seguía comiéndosela con la mirada ambos terminaría mal, él por pensar más de la cuenta, ella porque podría sentirse violada aunque solo fuera visualmente hablando. Sus ojos intentarían escudriñarle, saber que piensa… desearía poder controlar la legeremagia, pero para su poca fortuna no era así, como mucho estaba avanzando en su estudio de la oclumancia, pero eso de muy poco le servía en una ocasión como aquella.
Al notar como su pequeña mano se aferraba a su ropa giró un poco todo el torso, y también la cabeza, para mirarle. Si quería irse de ahí lo entendía, a la perfección además. No era cuestión de obligarla a permanecer con él después de algo así…
Pero no, para su total sorpresa antes incluso de haberle dado tiempo a nada la tenía envolviendo su cuerpo en un abrazo. Se sintió muy violento, no le gustaban aquel tipo de gestos, que lo envolvieran, que lo abrazaran, achucharan ni mucho menos que lo aprisionaran de ningún modo… pero oye, no se sentía del todo mal si lo hacía ella. Mantenía esa especie de lucha interna entre apartarla como haría con cualquier otro y dejarla estar así con él por el resto del día de ser necesario… por supuesto esa última opción ganó la batalla.
-Rang… - dijo él como única respuesta a cuando ella le llamó por su nombre. Le había pasado ambas manos por la espalda y la dejó permanecer inalcanzable en su pecho, le había dado también un pequeño beso en la frente, un beso mimoso y cariñoso. Tras eso solo esperó un rato más, rozándole la espalda con la yema de los dedos – ¿ha estado mal eso que hice?
Lo preguntó al ratito, en voz muy baja, quería asegurarse de que realmente no le había molestado y que si lo abrazaba era porque estaba feliz en realidad. Que lo único malo que sentía era vergüenza.
-No quería molestarte ni incomodarte… pero… llevaba mucho tiempo queriendo darte un beso. Lo siento… – ahora era él quien la mantenía presionada contra su cuerpo, para evitar que le mirase a la cara, le daba un poco de pudor admitir aquello – creo que me gustas un poquito Rang.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
¿Nerviosa? Aquello era poco decir.
No sabía que hacer, jo, era la primera vez que alguien le daba un beso, alguien, que no fuera su propio primo, que era como un hermano, o sus padres, le daban una muestra de cariño (un simple abrazo, una caricia en la cabeza o mejilla, que le acariciasen la espalda...) y le hacían sonreír con tanta facilidad... aunque ella estuviese todo el día sonriendo, era alguien muy risueño y generalmente feliz.
Le apretó entre sus brazos y suspiró, aprovechando el pequeño huequito que consiguió hacerse en el pecho del egipcio, sonriendo suavemente, feliz, mucho realmente.
Escuchó como el chico le llamaba, o mas bien como simplemente mencionaba su nombre; pero ella alzó el rostro para mirarle, con las mejillas coloradas aún, y le sonrió tiernamente, medio escondiéndose pero mirándole fijamente a los ojos desde su posición.
Mientras notaba aquella suave caricia por parte del chico, siguió mirándole, entre atontada, nerviosa y sin saber como reaccionar o mas bien, que hacer.
Cuando escuchó su pregunta desvió la mirada y tragó saliva algo nerviosa. - N-no... no ha estado mal, no, nada. - Se escondió ahora si, con fuerza, contra su pecho, suspirando y mordiéndose la boquita. - No ha estado mal... - Repitió una vez mas, como queriendo que a Adnan le entrase en la cabeza, o algo.
Suspiró y negó con la cabeza, mirándole apenas un segundo antes de desviar una vez mas la cabeza, escuchándole hablar, poniéndose, notando, que cada vez mas nerviosa y seguramente también, roja. - No me ha molestado Adnan... no. - Suspiró. - Yo... nunca... nunca me habían dado un beso... - Confesó escondida contra él, dándole vergüenza, pero... realmente aquello, a su edad y en corea, no era algo raro. Y aunque hubiese estudiado en inglaterra y ahora allí y no en corea... siempre serían costumbres del país.
Pero Adnan... la verdad era el primer chico en el que se había fijado, aunque no es que se hubiese fijado en su vida en nada que no fuesen los estudios, todo sea dicho.
El chico la abrazaba y no tenía pinta de querer ir a soltarla ahora, pero a ella no le importaba. Y menos aún le importó cuando le escuchó decir aquello siguiente, riéndose un poquito y achuchándose a él con fuerza. - Tu... tu también. Me gustas Adnan... me gustas. - Se rió y se mordió la boquita. Estaba nerviosa. Nunca habría imaginado gustar a nadie, y menos... que él le gustase. Ay... - Y-y-yo... nunca pensé que podría gustarle a alguien... no caigo bien no... no tengo amigos, no... no se. - Había conseguido mirarle un poquitín a los ojos, totalmente roja, y se puso a achucharle con fuerza de nuevo; con la poca fuerza que tenía la chica, vamos.
No sabía que hacer, jo, era la primera vez que alguien le daba un beso, alguien, que no fuera su propio primo, que era como un hermano, o sus padres, le daban una muestra de cariño (un simple abrazo, una caricia en la cabeza o mejilla, que le acariciasen la espalda...) y le hacían sonreír con tanta facilidad... aunque ella estuviese todo el día sonriendo, era alguien muy risueño y generalmente feliz.
Le apretó entre sus brazos y suspiró, aprovechando el pequeño huequito que consiguió hacerse en el pecho del egipcio, sonriendo suavemente, feliz, mucho realmente.
Escuchó como el chico le llamaba, o mas bien como simplemente mencionaba su nombre; pero ella alzó el rostro para mirarle, con las mejillas coloradas aún, y le sonrió tiernamente, medio escondiéndose pero mirándole fijamente a los ojos desde su posición.
Mientras notaba aquella suave caricia por parte del chico, siguió mirándole, entre atontada, nerviosa y sin saber como reaccionar o mas bien, que hacer.
Cuando escuchó su pregunta desvió la mirada y tragó saliva algo nerviosa. - N-no... no ha estado mal, no, nada. - Se escondió ahora si, con fuerza, contra su pecho, suspirando y mordiéndose la boquita. - No ha estado mal... - Repitió una vez mas, como queriendo que a Adnan le entrase en la cabeza, o algo.
Suspiró y negó con la cabeza, mirándole apenas un segundo antes de desviar una vez mas la cabeza, escuchándole hablar, poniéndose, notando, que cada vez mas nerviosa y seguramente también, roja. - No me ha molestado Adnan... no. - Suspiró. - Yo... nunca... nunca me habían dado un beso... - Confesó escondida contra él, dándole vergüenza, pero... realmente aquello, a su edad y en corea, no era algo raro. Y aunque hubiese estudiado en inglaterra y ahora allí y no en corea... siempre serían costumbres del país.
Pero Adnan... la verdad era el primer chico en el que se había fijado, aunque no es que se hubiese fijado en su vida en nada que no fuesen los estudios, todo sea dicho.
El chico la abrazaba y no tenía pinta de querer ir a soltarla ahora, pero a ella no le importaba. Y menos aún le importó cuando le escuchó decir aquello siguiente, riéndose un poquito y achuchándose a él con fuerza. - Tu... tu también. Me gustas Adnan... me gustas. - Se rió y se mordió la boquita. Estaba nerviosa. Nunca habría imaginado gustar a nadie, y menos... que él le gustase. Ay... - Y-y-yo... nunca pensé que podría gustarle a alguien... no caigo bien no... no tengo amigos, no... no se. - Había conseguido mirarle un poquitín a los ojos, totalmente roja, y se puso a achucharle con fuerza de nuevo; con la poca fuerza que tenía la chica, vamos.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Descubriendo el campus
Sintió un enorme alivio al saber que realmente no le había parecido mal que le besara. El miedo por el rechazo de la muchacha le había angustiado todo aquel rato, que a él le pareció eterno. Ahora en cambio respiraba tranquilo, miraba de reojo a la chica, ella seguía medio escondida por él, pero notaba como tenía sus preciosas orbes verdes, clavadas en las propias.
Cuando ella siguió respondiéndole él decidió darle un poco más de cobijo. La pegó totalmente a su cuerpo, la envolvió en un abrazo que no podría envidiarle nada a ningún otro que le hubieran dado antes. Con el brazo derecho le rodeó el cuello, haciendo que ella pudiera quedar un poquito más oculta y con el izquierdo la sostenía por la cintura. Le dio un beso en la frente antes de hablar.
-Me gusta ser el primer chico que te besa – dijo aquello de manera bastante sincera, no le hubiera importado que otros mil lo hubieran hecho antes, él mismo no era a la primera chica que besaba… pero había que decir que tratándose de ella no le habría importado incluso que se hubiera dejado besar por muggles. No podría estar seguro de esa última afirmación, pero por lo menos si que le había pasado por la cabeza, era mucho más de lo que otras muchas habrían llegado a recibir de él.
Sintió como se abrazó a él mucho más fuerte de lo que lo había estado haciendo hasta ese momento y cuando oyó sus palabras fue como una explosión interna. ¿Le gustaba a ella? ¿Realmente podía gustarle a alguien como ella?
-A mi me caes muy bien, y seguro que cuando lleves más tiempo aquí conseguirás hacer amigos – nunca había entendido porque la chica dentro de su antigua escuela no había logrado hacer amigos, pero en la universidad tenía la esperanza de que aquello cambiara, al fin y al cabo se suponía que estaban rodeados de personas maduras y no de adolescentes jodidamente molestos –y a mí me gustas, mucho, así que nada de pensar lo contrario. También soy tu amigo, y puedo presentarte a algunos colegas, así puedes ir conociendo a más gente aquí…
La calidez de su sonrisa fue rara en él, pero quizás ella no la vio por estar aún abrazándole, achuchándole más bien.
-Cuando tengas hambre me lo dices, que estamos un poco lejos del campus y tocará caminar por otro largo rato… – se quedó pensando que igual aquello sonaba a él se quería y suspiró, suavemente antes de apoyar la cabeza en la de ella – yo pasaría aquí el resto del día contigo…
No estaba muy seguro de que había sido todo aquello, aquel beso, las confesiones. ¿Se suponía que ahora, solo por haberla besado, tenían algo más entre ellos dos? No se preocupaba nunca por ese tipo de cosas, pero con Rang estaba seguro de que no podría ser todo tan fácil…
Cuando ella siguió respondiéndole él decidió darle un poco más de cobijo. La pegó totalmente a su cuerpo, la envolvió en un abrazo que no podría envidiarle nada a ningún otro que le hubieran dado antes. Con el brazo derecho le rodeó el cuello, haciendo que ella pudiera quedar un poquito más oculta y con el izquierdo la sostenía por la cintura. Le dio un beso en la frente antes de hablar.
-Me gusta ser el primer chico que te besa – dijo aquello de manera bastante sincera, no le hubiera importado que otros mil lo hubieran hecho antes, él mismo no era a la primera chica que besaba… pero había que decir que tratándose de ella no le habría importado incluso que se hubiera dejado besar por muggles. No podría estar seguro de esa última afirmación, pero por lo menos si que le había pasado por la cabeza, era mucho más de lo que otras muchas habrían llegado a recibir de él.
Sintió como se abrazó a él mucho más fuerte de lo que lo había estado haciendo hasta ese momento y cuando oyó sus palabras fue como una explosión interna. ¿Le gustaba a ella? ¿Realmente podía gustarle a alguien como ella?
-A mi me caes muy bien, y seguro que cuando lleves más tiempo aquí conseguirás hacer amigos – nunca había entendido porque la chica dentro de su antigua escuela no había logrado hacer amigos, pero en la universidad tenía la esperanza de que aquello cambiara, al fin y al cabo se suponía que estaban rodeados de personas maduras y no de adolescentes jodidamente molestos –y a mí me gustas, mucho, así que nada de pensar lo contrario. También soy tu amigo, y puedo presentarte a algunos colegas, así puedes ir conociendo a más gente aquí…
La calidez de su sonrisa fue rara en él, pero quizás ella no la vio por estar aún abrazándole, achuchándole más bien.
-Cuando tengas hambre me lo dices, que estamos un poco lejos del campus y tocará caminar por otro largo rato… – se quedó pensando que igual aquello sonaba a él se quería y suspiró, suavemente antes de apoyar la cabeza en la de ella – yo pasaría aquí el resto del día contigo…
No estaba muy seguro de que había sido todo aquello, aquel beso, las confesiones. ¿Se suponía que ahora, solo por haberla besado, tenían algo más entre ellos dos? No se preocupaba nunca por ese tipo de cosas, pero con Rang estaba seguro de que no podría ser todo tan fácil…
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
Se sonrojó de nuevo, cuando ya el sonrojo estaba desapareciendo, cuando el egipcio dio constancia de que le había gustado aquél dato, de que él fuera el primer chico que la había besado, y ella simplemente pudo suspirar, asentir con la cabeza, y con una suave sonrisita boba, desviar la vista un poco.
Asintió un poquitin a sus palabras, mordiéndose aún la boquita, suspirando de forma algo boba. - Bueno... yo... supongo que si me presentas a tus amigos quizás a alguien le puedo caer bien... ¿no? - Se rió un poquito de forma nerviosa y sonrió, acurrucándose mejor contra le cuerpo cálido del chico, cerrando después los ojos.
Feliz. Así es como realmente estaba en esos momentos. Adnan le quería, y ni la mejor noticia del mundo haría que la sonrisa que tenía en esos momentos dibujada en los labios, dejase de ser por él solo.
Le vio un poquito sonreír y suspiró un poco tontamente, acabando por reír un poquito de nuevo y darle un fuerte achuchón, escuchando como él volvía a hablar. ¡Cierto! La comida, ya casi se le había olvidado, y no podía descuidar sus comidas o acabaría enfermándose por “maltratar” tanto su cuerpo con poco alimento y además que llevaba un par de días sin conseguir dormir demasiado. Le había desaparecido el peluche con el que solía dormir, y no lo conseguía encontrar en ningún lado de la habitación... así que no conseguía dormir, y cuando lo hacía, lo hacía poco y mal.
Suspiró queriendo olvidar aquello e hizo un pequeño pucherito, negando con la cabeza para volver a sonreír, girando el rostro para clavar las orbes claras en las de Yesenes.
- Umm... siempre podríamos ir a por algo y llevarlo al salón de convivencia de nuestra facultad. - Asintió un poquito con la cabeza. - Así estaríamos tranquilos y podríamos comer sin prisas... no sé. Por... hacer algo, solos. - Añadió finalmente, mirando al agua donde tenía los pies sumergidos, sonrojada.
Volvió a mover un poquito de nuevo los pies en el agua, quedándose en silencio un momentito antes de desperezarse, sonreír y ladear un poco la cabeza sin dejar de mirar las aguas vaporosas. - Es agradable estar aquí... es un sitio bonito... y además estás tú conmigo, Adny... - Susurró bajito, de forma tímida, como no.
Asintió un poquitin a sus palabras, mordiéndose aún la boquita, suspirando de forma algo boba. - Bueno... yo... supongo que si me presentas a tus amigos quizás a alguien le puedo caer bien... ¿no? - Se rió un poquito de forma nerviosa y sonrió, acurrucándose mejor contra le cuerpo cálido del chico, cerrando después los ojos.
Feliz. Así es como realmente estaba en esos momentos. Adnan le quería, y ni la mejor noticia del mundo haría que la sonrisa que tenía en esos momentos dibujada en los labios, dejase de ser por él solo.
Le vio un poquito sonreír y suspiró un poco tontamente, acabando por reír un poquito de nuevo y darle un fuerte achuchón, escuchando como él volvía a hablar. ¡Cierto! La comida, ya casi se le había olvidado, y no podía descuidar sus comidas o acabaría enfermándose por “maltratar” tanto su cuerpo con poco alimento y además que llevaba un par de días sin conseguir dormir demasiado. Le había desaparecido el peluche con el que solía dormir, y no lo conseguía encontrar en ningún lado de la habitación... así que no conseguía dormir, y cuando lo hacía, lo hacía poco y mal.
Suspiró queriendo olvidar aquello e hizo un pequeño pucherito, negando con la cabeza para volver a sonreír, girando el rostro para clavar las orbes claras en las de Yesenes.
- Umm... siempre podríamos ir a por algo y llevarlo al salón de convivencia de nuestra facultad. - Asintió un poquito con la cabeza. - Así estaríamos tranquilos y podríamos comer sin prisas... no sé. Por... hacer algo, solos. - Añadió finalmente, mirando al agua donde tenía los pies sumergidos, sonrojada.
Volvió a mover un poquito de nuevo los pies en el agua, quedándose en silencio un momentito antes de desperezarse, sonreír y ladear un poco la cabeza sin dejar de mirar las aguas vaporosas. - Es agradable estar aquí... es un sitio bonito... y además estás tú conmigo, Adny... - Susurró bajito, de forma tímida, como no.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Descubriendo el campus
Pensó en sus amigos, no se le ocurrían muchos que fueran adecuados para ella, pero igual podría presentarle a algún conocido de conocido, o incluso a compañeros de clases… él tampoco es que fuera mister popularidad ni nada.
Pero no iba a decirle ahora que no lo haría, es más, incluso podría pedirle a Stall el favor, él conocía a bastante más gente, más variada, no todos eran merecedores de la compañía de la coreana, pero sabía de sobra que ella, con lo buena que era, aceptaría a cualquiera como amigo.
-Por cierto Rang, como ahora somos amigo y compañeros también, sabes que tienes que contármelo todo, ¿verdad? – pensando en amigos se le vino a la mente algo a lo que estaba bastante más acostumbrado, los enemigos. Ella parecía tan buena e inocente que nadie podría querer meterse con ella, pero aún así suponía que lo mejor sería tenerla advertida, si alguien le decía o hacía algo malo, él mismo iría detrás a encargarse de que fuera lo último que hiciera o dijera – si alguien te dice algo malo me tienes que avisar, e igual, si haces amigos me dices quienes son, para saberlo también.
Procuraría no tener problemas con ningún amigo de ella. No es que en la facultad estuviera teniendo muchos líos ni nada, al contrario, se portaba lo mejor posible, en la carrera estaba aprendiendo muchas cosas que le eran realmente útiles y no quería, por ningún motivo del mundo, tener que abandonarla, como le habría pasado en la escuela de magia si no fuera por la influencia paternal.
La idea que ella había tenido sobre la comida le pareció muy buena, a esas horas ya estaría todo el comedor plagado de idiotas y realmente no era algo que le interesara aguantar, menos estando con ella. Prefería evitar las muchedumbres, no le agradaba ser toqueteado, y con ella tan cerca prefería evitar la parte borde gilipollas de su personalidad y procurar ser simplemente la mejor persona posible, así no la espantaría.
-Está decidido pues, en un ratito iremos a por la comida y nos la tomamos en el salón de convivencia. Los sillones son más cómodos – le fue a sonreír pero se quedó en intento, recordando que había que ir a clases y todo lo demás. Miró el reloj con disimulo y se mordió el labio – aún tenemos tiempo, quedan dos horas para tu clase, pero… casi mejor vamos marchandonos de aquí.
Ahora no le importaba que se notara que se quería ir, todo fuera por el bien de la carrera de la coreana, era parte de su obligación, que pasara lo que pasara ese año, la chica no se dejara llevar por el mal camino. O algo así.
-Podríamos venir otro día para bañarnos en las termales, antes de que haga más frio… – se lo dijo por el último comentario, igual le hacía ilusión o algo así. Después de eso soltó a la chica y sacó los pies del agua, secándoselos con un sencillo conjuro – pero la próxima vez con ropa de baño, que hoy sería muy poco adecuado ¿no te parece?
Se quedó poniéndose los zapatos mientras esperaba que ella le imitara y a la vez que respondiera de alguna forma a su invitación, quería que sonara casi como una cita, pero no sabía si había funcionado.
Pero no iba a decirle ahora que no lo haría, es más, incluso podría pedirle a Stall el favor, él conocía a bastante más gente, más variada, no todos eran merecedores de la compañía de la coreana, pero sabía de sobra que ella, con lo buena que era, aceptaría a cualquiera como amigo.
-Por cierto Rang, como ahora somos amigo y compañeros también, sabes que tienes que contármelo todo, ¿verdad? – pensando en amigos se le vino a la mente algo a lo que estaba bastante más acostumbrado, los enemigos. Ella parecía tan buena e inocente que nadie podría querer meterse con ella, pero aún así suponía que lo mejor sería tenerla advertida, si alguien le decía o hacía algo malo, él mismo iría detrás a encargarse de que fuera lo último que hiciera o dijera – si alguien te dice algo malo me tienes que avisar, e igual, si haces amigos me dices quienes son, para saberlo también.
Procuraría no tener problemas con ningún amigo de ella. No es que en la facultad estuviera teniendo muchos líos ni nada, al contrario, se portaba lo mejor posible, en la carrera estaba aprendiendo muchas cosas que le eran realmente útiles y no quería, por ningún motivo del mundo, tener que abandonarla, como le habría pasado en la escuela de magia si no fuera por la influencia paternal.
La idea que ella había tenido sobre la comida le pareció muy buena, a esas horas ya estaría todo el comedor plagado de idiotas y realmente no era algo que le interesara aguantar, menos estando con ella. Prefería evitar las muchedumbres, no le agradaba ser toqueteado, y con ella tan cerca prefería evitar la parte borde gilipollas de su personalidad y procurar ser simplemente la mejor persona posible, así no la espantaría.
-Está decidido pues, en un ratito iremos a por la comida y nos la tomamos en el salón de convivencia. Los sillones son más cómodos – le fue a sonreír pero se quedó en intento, recordando que había que ir a clases y todo lo demás. Miró el reloj con disimulo y se mordió el labio – aún tenemos tiempo, quedan dos horas para tu clase, pero… casi mejor vamos marchandonos de aquí.
Ahora no le importaba que se notara que se quería ir, todo fuera por el bien de la carrera de la coreana, era parte de su obligación, que pasara lo que pasara ese año, la chica no se dejara llevar por el mal camino. O algo así.
-Podríamos venir otro día para bañarnos en las termales, antes de que haga más frio… – se lo dijo por el último comentario, igual le hacía ilusión o algo así. Después de eso soltó a la chica y sacó los pies del agua, secándoselos con un sencillo conjuro – pero la próxima vez con ropa de baño, que hoy sería muy poco adecuado ¿no te parece?
Se quedó poniéndose los zapatos mientras esperaba que ella le imitara y a la vez que respondiera de alguna forma a su invitación, quería que sonara casi como una cita, pero no sabía si había funcionado.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
La chica suspiró un poquito, mordiéndose la boca de forma algo distraída, pensativa y sonrojada por lo que estaba pasando y lo que habían hablado, o mas bien, lo siguiente que escuchó salir de los labios del egipcio.
¿Compañeros? ¿Acababa de decir compañeros? ¿Qué tipo de compañeros quería decir con aquella afirmación.
Rang tragó saliva y giró el rostro para mirar fijamente a los ojos al chico.
- S-si... b-bueno... somos amigos y tu... tu me ayudas mucho y eres mi guardián. - Rió un poquito, acabando por asentir con la cabeza de forma enérgica. Claro que le contaría eso; quienes se metían con ella y quienes tenía como amigos... o como algo parecido a lo que podría considerarse un amigo.
Volvió a desviar la mirada de los ojos claros de él y miró al agua, suspirando y cerrando un momentito los ojos, apoyando la cabecita sobre el hombro, el brazo para ser mas concretos de Yesenes.
Permaneció tal cual, dándole vueltas a aquello que dijo el chico de ser compañeros. No le había quedado claro del todo en que sentido lo decía, y aquella palabra, según la parte del mundo se podía interpretar de una forma o de otra, y en corea precisamente... compañeros solía también usarse como pareja, bastante a menudo, diciéndolo de forma algo mas... disimulada.
Justo cuando fue a preguntárselo, Adnan habló. - Tengo todas las cosas ya hechas y organizadas... osea, que tengo ya todo encima del escritorio, listo para cogerlo e ir a la clase. - Se sonrió de forma tierna. - Ya tengo todos los deberes de esta semana echos, a no ser que manden algo nuevo, que no tardaré en hacerlo. - Rió un poquito mas y suspiró, cerrando un momentito más los ojos antes de volver a abrirlos.
- Vamos entonces... seguro que así podemos estar tranquilitos comiendo juntos... solos. - Se tapó un momento la cara con las manos, escuchando una pequeña risa por parte del egipcio y después, al descubrirse, vio como él se ponía en pie y hacía aquello de secarse con un hechizo.
Ella no tardó en hacer lo mismo, incorporándose y secándose también los pies con un hechizo, después medio apoyándose un poco en el cuerpo de él para calzarse sin la necesidad de tener que agacharse o de sentarse en el suelo.
- Sería guay venir a darnos un baño. - Sonrió de forma tierna. - Umm... podríamos venir el fin de semana. - Asintió con la cabeza. - Sería... traer los bañadores, toallas y um... algo de ropa y quizás también se podría traer algo de comer por si nos entra el hambre o lo que sea. - Sonrió tiernamente y tras quedarse mirándole fijamente a los ojos, le achuchó con fuerza, suspirando bobaliconamente, escondiendo el rostro en su pecho, decidida a preguntarle aquello que le estaba rondando la cabeza.
Cogió una bocanada de aire y tras expulsarla, finalmente habló. - A-adny... eso de compañeros... ¿en qué sentido lo dijiste? - Seguía escondida en él, y no pensaba, al menos por el momento, descubrirse.
¿Compañeros? ¿Acababa de decir compañeros? ¿Qué tipo de compañeros quería decir con aquella afirmación.
Rang tragó saliva y giró el rostro para mirar fijamente a los ojos al chico.
- S-si... b-bueno... somos amigos y tu... tu me ayudas mucho y eres mi guardián. - Rió un poquito, acabando por asentir con la cabeza de forma enérgica. Claro que le contaría eso; quienes se metían con ella y quienes tenía como amigos... o como algo parecido a lo que podría considerarse un amigo.
Volvió a desviar la mirada de los ojos claros de él y miró al agua, suspirando y cerrando un momentito los ojos, apoyando la cabecita sobre el hombro, el brazo para ser mas concretos de Yesenes.
Permaneció tal cual, dándole vueltas a aquello que dijo el chico de ser compañeros. No le había quedado claro del todo en que sentido lo decía, y aquella palabra, según la parte del mundo se podía interpretar de una forma o de otra, y en corea precisamente... compañeros solía también usarse como pareja, bastante a menudo, diciéndolo de forma algo mas... disimulada.
Justo cuando fue a preguntárselo, Adnan habló. - Tengo todas las cosas ya hechas y organizadas... osea, que tengo ya todo encima del escritorio, listo para cogerlo e ir a la clase. - Se sonrió de forma tierna. - Ya tengo todos los deberes de esta semana echos, a no ser que manden algo nuevo, que no tardaré en hacerlo. - Rió un poquito mas y suspiró, cerrando un momentito más los ojos antes de volver a abrirlos.
- Vamos entonces... seguro que así podemos estar tranquilitos comiendo juntos... solos. - Se tapó un momento la cara con las manos, escuchando una pequeña risa por parte del egipcio y después, al descubrirse, vio como él se ponía en pie y hacía aquello de secarse con un hechizo.
Ella no tardó en hacer lo mismo, incorporándose y secándose también los pies con un hechizo, después medio apoyándose un poco en el cuerpo de él para calzarse sin la necesidad de tener que agacharse o de sentarse en el suelo.
- Sería guay venir a darnos un baño. - Sonrió de forma tierna. - Umm... podríamos venir el fin de semana. - Asintió con la cabeza. - Sería... traer los bañadores, toallas y um... algo de ropa y quizás también se podría traer algo de comer por si nos entra el hambre o lo que sea. - Sonrió tiernamente y tras quedarse mirándole fijamente a los ojos, le achuchó con fuerza, suspirando bobaliconamente, escondiendo el rostro en su pecho, decidida a preguntarle aquello que le estaba rondando la cabeza.
Cogió una bocanada de aire y tras expulsarla, finalmente habló. - A-adny... eso de compañeros... ¿en qué sentido lo dijiste? - Seguía escondida en él, y no pensaba, al menos por el momento, descubrirse.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
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Re: Descubriendo el campus
Cogió la idea de ir a bañarse al lago. Si a ella le parecía bien por él estaba más que perfecto. La verdad es que no estaría nada mal, sobre todo teniendo en cuenta que así podría verla en ropa interior, y además estarían solos, y posiblemente podría jugar con ella allí o algo. Nunca había ido con nadie a nadar nunca, ni lagos, ni piscinas, ni playa. No estaba muy seguro de cómo podría comportarse con ella, con alguien tan así como era ella… no estaba seguro de si preferiría pasar el rato tranquilos simplemente metidos en el agua o le gustaría nadar, o qué, aunque claro, si se metían en uno de esos pequeños estanques de aguas termales no es que tuvieran mucho espacio para nadar ni nada.
En un momento hizo la lista mental de las coas que tendría que llevar, y pensó el mejor día para poder hacer algo así, llegando a la fácil y rápida conclusión de que la mejor fecha sería un domingo, día que casi todos los estudiantes dormían hasta muy tarde por las fiestas de los sábados o simplemente no estaban. Así había menos riesgo de que alguien les interrumpiera, y si alguien lo hacía, sacaría todo el puto genio que se guardaba, ya estuviera Rang delante o no, él quería estar con ella a solas, y lo harían por las buenas o por las malas, así a las claras.
Ya estaban ambos listos para marcharse, él llevaba un poquito estando preparado y dejó que ella se apoyara en su cuerpo para terminar de ponerse los zapatos también. Se conocía bastante bien el bosque como para poder volver sin perderse. Pero cuando iba a marcharse ella se quedó parada de manera un tanto “sospechosa” como si estuviera pensándose si hablar o no, y finalmente lo hizo, por lo que el muchacho no tuvo más remedio que girarse a escuchar lo que decía.
-¿Compañeros? – se planteó todas las posibilidades que tenía esa palabra, eran compañeros de facultad, también compartían algunas clases, y bueno, compañeros de estudios, y estaba la connotación de compañeros, de los que hacían cosas juntos sin más ¿no? Pero no sabía a que podría estar refiriéndose ella, para él esa palabra era otra cualquiera, pero algo le decía, por su forma de estar actuando, que ella estaba pensando en otra cosa –ahora compartimos mucha cosas, supongo que me refería a eso. Estamos juntos en la facultad y en muchas clases… si quieres podríamos ser también compañeros de estudio – le sonrió abiertamente. Él quería ser para ella ese tipo de persona en la que poder apoyarse para todo – ¿Por qué preguntabas eso?
Ahora era él quien le miraba totalmente curioso, expectante. Se había acercado e incluso le cogió una mano, para cuando quisiera marcharse no hacerlo sin ella.
En un momento hizo la lista mental de las coas que tendría que llevar, y pensó el mejor día para poder hacer algo así, llegando a la fácil y rápida conclusión de que la mejor fecha sería un domingo, día que casi todos los estudiantes dormían hasta muy tarde por las fiestas de los sábados o simplemente no estaban. Así había menos riesgo de que alguien les interrumpiera, y si alguien lo hacía, sacaría todo el puto genio que se guardaba, ya estuviera Rang delante o no, él quería estar con ella a solas, y lo harían por las buenas o por las malas, así a las claras.
Ya estaban ambos listos para marcharse, él llevaba un poquito estando preparado y dejó que ella se apoyara en su cuerpo para terminar de ponerse los zapatos también. Se conocía bastante bien el bosque como para poder volver sin perderse. Pero cuando iba a marcharse ella se quedó parada de manera un tanto “sospechosa” como si estuviera pensándose si hablar o no, y finalmente lo hizo, por lo que el muchacho no tuvo más remedio que girarse a escuchar lo que decía.
-¿Compañeros? – se planteó todas las posibilidades que tenía esa palabra, eran compañeros de facultad, también compartían algunas clases, y bueno, compañeros de estudios, y estaba la connotación de compañeros, de los que hacían cosas juntos sin más ¿no? Pero no sabía a que podría estar refiriéndose ella, para él esa palabra era otra cualquiera, pero algo le decía, por su forma de estar actuando, que ella estaba pensando en otra cosa –ahora compartimos mucha cosas, supongo que me refería a eso. Estamos juntos en la facultad y en muchas clases… si quieres podríamos ser también compañeros de estudio – le sonrió abiertamente. Él quería ser para ella ese tipo de persona en la que poder apoyarse para todo – ¿Por qué preguntabas eso?
Ahora era él quien le miraba totalmente curioso, expectante. Se había acercado e incluso le cogió una mano, para cuando quisiera marcharse no hacerlo sin ella.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
La chica, pacientemente, se quedó esperando por una respuesta; sin soltar el cuerpo del egipcio, con el rostro oculto en su pecho, y suspiró de forma suave, cerrando los ojos. - Umm... - Asintió un poquito con la cabeza cuando el chico repitió aquello de “compañeros”.
Estaba nerviosa por escuchar que respuesta daría Adnan, pero la que obtuvo no fue precisamente lo que había esperado, ni siquiera algo parecido. Simplemente suspiró y asintió un poco con la cabeza, riendo un poco de forma tonta, nerviosa. - Entiendo... no sé por que pregunté. - Se separó un poco de él y le sonrió tiernamente, parpadeando un poco de forma pausada, después volviendo a suspirar, quizás de forma algo triste...
Negó con la cabeza a la pregunta de Adnan y le cogió de la mano, mirando los dedos entrelazados de ambos antes de tirar un poquito de él para andar, moverse. - Solo... es que compañeros... puede tener algún otro sentido... al menos en corea, no se aquí o en egipcio o eso pero... - Negó con la cabeza repetidas veces, queriendo quitarle importancia al asunto, e incluso quitar el tema del medio. - Da igual, no es nada Adnan, solo son tontadas. - Asintió un poquitin y le sonrió, tirando un poquito mas de él para caminar en cualquier sentido, notando después que el egipcio no avanzaba y le daba la explicación de que ese no era el camino.
Ella como reacción únicamente se sonrojo y agachó la cabeza, haciendo una leve reverencia a modo de disculpa. - L-lo siento, me puse nerviosa, creo. Volvamos ya. - Murmuró poniendo morritos.
Escuchó la insistente pregunta del chico, repitiendo la pregunta de por qué preguntó aquello, y agachó un poquito la cabeza, notando una de las manos de Yesenes sobre uno de sus hombros, para evitar que volviese a echar a andar.
Rang cerró los ojos, tímida. - Pues... compañeros... no de estudios ni escuela ni... eso. - Se encogió de hombros, no lo diría directamente, le daba vergüenza, y mas ahora que él ni siquiera parecía haber barajado aquella posibilidad después de haberse besado.
Estaba nerviosa por escuchar que respuesta daría Adnan, pero la que obtuvo no fue precisamente lo que había esperado, ni siquiera algo parecido. Simplemente suspiró y asintió un poco con la cabeza, riendo un poco de forma tonta, nerviosa. - Entiendo... no sé por que pregunté. - Se separó un poco de él y le sonrió tiernamente, parpadeando un poco de forma pausada, después volviendo a suspirar, quizás de forma algo triste...
Negó con la cabeza a la pregunta de Adnan y le cogió de la mano, mirando los dedos entrelazados de ambos antes de tirar un poquito de él para andar, moverse. - Solo... es que compañeros... puede tener algún otro sentido... al menos en corea, no se aquí o en egipcio o eso pero... - Negó con la cabeza repetidas veces, queriendo quitarle importancia al asunto, e incluso quitar el tema del medio. - Da igual, no es nada Adnan, solo son tontadas. - Asintió un poquitin y le sonrió, tirando un poquito mas de él para caminar en cualquier sentido, notando después que el egipcio no avanzaba y le daba la explicación de que ese no era el camino.
Ella como reacción únicamente se sonrojo y agachó la cabeza, haciendo una leve reverencia a modo de disculpa. - L-lo siento, me puse nerviosa, creo. Volvamos ya. - Murmuró poniendo morritos.
Escuchó la insistente pregunta del chico, repitiendo la pregunta de por qué preguntó aquello, y agachó un poquito la cabeza, notando una de las manos de Yesenes sobre uno de sus hombros, para evitar que volviese a echar a andar.
Rang cerró los ojos, tímida. - Pues... compañeros... no de estudios ni escuela ni... eso. - Se encogió de hombros, no lo diría directamente, le daba vergüenza, y mas ahora que él ni siquiera parecía haber barajado aquella posibilidad después de haberse besado.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Descubriendo el campus
La notó nerviosa, un poco triste. Adnan era muy observador, y más aún si el objetivo de su mirada era la chica en sí. A sus ojos cualquier movimiento de la chica era analizable, no quería perderse ni el más mínimo gesto, ni un pequeño comentario, ni el batir de sus pestañitas siquiera. Y por supuesto que notaba que en ese momento el pasaba algo. Esos movimientos la delataban, bajaba la vista, le apretaba un poco la mano o la camiseta, dependiendo de que tuviera entre las suyas, y es por eso que el egipcio insistía en saber porque estaba así ¿Qué le pasaba? ¿Por qué estaba tan preocupada? Y todo porque le había respondido algo a la respuesta que ella parecía no haber esperado. Igual quería otra respuesta, otra forma de ser compañeros… quizás, como ella misma aclaró, había ciertas connotaciones menos comunes en esa palabra que simbolizaban algo un tanto más personal.
Porque si, lo había entendido, “otro sentido” era obvio hacía donde iba, ella estaba un tanto sonrojada, evitaba el contacto visual y además se había puesto nerviosa, tanto que sin saber intentaba guiarles.
Cuando al fin la chica contestó a su pregunta, admitiendo que no se refería a ese tipo de compañeros, sino a otro (el que fuera que no había admitido), la abrazó, rodeándole por los hombros, haciendo que su rostro quedara oculto en su pecho a la vez que suspiraba un poco y le besó en la cabeza, no estaba seguro de que decir. Un beso… ¿les convertía en ese tipo de compañeros? Si ella lo había planteado es porque quería… suponía.
-También somos ese tipo de compañeros ¿no? – sonrió un poco aunque ella no pudiera verle –yo quiero serlo, si eso significa que podría darte algún besito como ese más…
Hizo que se separara de él, para poder mirarla a los ojos y se inclinó un poquito, rozándole con la nariz la suya.
-¿Tu quieres ser mi… única compañera especial? – si, estaba diciéndole que si ella quería tendría exclusividad total, solo para ella, lo sería aunque no lo quisiera ella, por supuesto, pero así mejor, quería que lo supiera, que no la besaba sin más, sin pensar ni sentir nada más…
Porque si, lo había entendido, “otro sentido” era obvio hacía donde iba, ella estaba un tanto sonrojada, evitaba el contacto visual y además se había puesto nerviosa, tanto que sin saber intentaba guiarles.
Cuando al fin la chica contestó a su pregunta, admitiendo que no se refería a ese tipo de compañeros, sino a otro (el que fuera que no había admitido), la abrazó, rodeándole por los hombros, haciendo que su rostro quedara oculto en su pecho a la vez que suspiraba un poco y le besó en la cabeza, no estaba seguro de que decir. Un beso… ¿les convertía en ese tipo de compañeros? Si ella lo había planteado es porque quería… suponía.
-También somos ese tipo de compañeros ¿no? – sonrió un poco aunque ella no pudiera verle –yo quiero serlo, si eso significa que podría darte algún besito como ese más…
Hizo que se separara de él, para poder mirarla a los ojos y se inclinó un poquito, rozándole con la nariz la suya.
-¿Tu quieres ser mi… única compañera especial? – si, estaba diciéndole que si ella quería tendría exclusividad total, solo para ella, lo sería aunque no lo quisiera ella, por supuesto, pero así mejor, quería que lo supiera, que no la besaba sin más, sin pensar ni sentir nada más…
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
Tragó saliva de forma algo nerviosa, dejándose achuchar, incluso pegándose ella misma a él algo mas en el caso de poderse, agarrando entre los dedos la prenda superior del chico en el achuchón que se había formado entre ellos.
Cuando le escuchó hablar sintió como el corazón le dio un vuelco y si cabía, se hubo sonrojado aún mas. - N-no se... b-bueno... - Ahora si que tenía el rostro totalmente enterrado en el cuerpo del chico, tímida, sonrojada, vergonzosa... No sabía donde meterse, incluso se podría decir, que estaba un poco arrepentida de haber sacado ese tema, estaba taaaan avergonzada... Pero acabó por asentir con la cabeza. No quería que el chico pensase que no quería... cuando era que si, … ayyy.
- S-si... Yo... yo si que quiero... - Se escondió un poquito mas, únicamente consiguiendo que se le entendiese algo mas apagada la voz. - Me... gustas desde el verano y... y bueno... - Murmuraba de forma tímida, jugando un poquito con la camiseta del chico entre sus propias manos, notándose en ese simple gesto su nerviosismo. - Vergüenza...
Cuando Adnan le obligó a separarse, seguía totalmente colorada, y trataba evitar mirarle a los ojos. Entonces el chico se agachó para acabar con las narices, el uno del otro, rozando. La coreana suspiró y terminó por mirarle un poquito a los ojos, asintiendo suavemente con la cabeza, mordiéndose un poco la boquita para evitar poner morritos, un puchero.
Asintió a sus palabras y suspiró, cerrando los ojos con fuerza, vergonzosa. - S-si... - Antes de dejar que el egipcio hiciese o dijera nada, ella misma volvió a hacerse hueco en su pecho para achucharle con fuerza, medio meciéndose ella misma, sonriendo de manera amplia, con una gran sonrisa dibujada en su cara. - Me gustas Adny... - Suspiró y apretó un poquito mas, con todas sus fuerzas, que probablemente el mismo Yesenes apenas habría notado como si fuese un apretón de manos, o algo así.
Nunca se habría imaginado poder querer a alguien así, y menos aún, que fuera correspondido.
Cuando le escuchó hablar sintió como el corazón le dio un vuelco y si cabía, se hubo sonrojado aún mas. - N-no se... b-bueno... - Ahora si que tenía el rostro totalmente enterrado en el cuerpo del chico, tímida, sonrojada, vergonzosa... No sabía donde meterse, incluso se podría decir, que estaba un poco arrepentida de haber sacado ese tema, estaba taaaan avergonzada... Pero acabó por asentir con la cabeza. No quería que el chico pensase que no quería... cuando era que si, … ayyy.
- S-si... Yo... yo si que quiero... - Se escondió un poquito mas, únicamente consiguiendo que se le entendiese algo mas apagada la voz. - Me... gustas desde el verano y... y bueno... - Murmuraba de forma tímida, jugando un poquito con la camiseta del chico entre sus propias manos, notándose en ese simple gesto su nerviosismo. - Vergüenza...
Cuando Adnan le obligó a separarse, seguía totalmente colorada, y trataba evitar mirarle a los ojos. Entonces el chico se agachó para acabar con las narices, el uno del otro, rozando. La coreana suspiró y terminó por mirarle un poquito a los ojos, asintiendo suavemente con la cabeza, mordiéndose un poco la boquita para evitar poner morritos, un puchero.
Asintió a sus palabras y suspiró, cerrando los ojos con fuerza, vergonzosa. - S-si... - Antes de dejar que el egipcio hiciese o dijera nada, ella misma volvió a hacerse hueco en su pecho para achucharle con fuerza, medio meciéndose ella misma, sonriendo de manera amplia, con una gran sonrisa dibujada en su cara. - Me gustas Adny... - Suspiró y apretó un poquito mas, con todas sus fuerzas, que probablemente el mismo Yesenes apenas habría notado como si fuese un apretón de manos, o algo así.
Nunca se habría imaginado poder querer a alguien así, y menos aún, que fuera correspondido.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Descubriendo el campus
En un principio la chica parecía duda. ¿De verdad dudaba después de ser ella misma quien le había preguntado? Le parecía un tanto raro, por no decir MUY raro, pero tampoco iba a ponerse en plan gilipollas a exigirle una respuesta inmediata. Si había dicho algo de eso era porque ella había hablado primero, de otra forma ni se le hubiera ocurrido. No había besado a pocas mujeres que se diga, y la verdad es que nunca había tenido “novia”.
Pero la muchacha no tardó en mostrar que no era una negativa, sino más bien nervios. Parecía no saber qué decir. Y eso lo hizo sonreír, no la iba a forzar, en absoluto.
La dejó que se abrazara a él de nuevo, en parte para que dejara de sentir tanta vergüenza y en otra parte porque le gustaba poder sonreír abiertamente sin sentirse tan expuesto, y la reacción de la chica ante él era jodidamente adorable y mona, no podía decir que no estuviera feliz de todo aquello.
-Tu también me gustas mucho Rang… muchísimo.
Por un momento se quedaron así, sin hacer ni decir más. El egipcio quería que se relajara y sabía que si seguía hablando de aquello solo empeoraría su estado y ya parecía a punto de explotar de lo rojita que estaba.
Pasó un ratito más antes de que le cogiera la mano y rompiera el abrazo.
-¿Vamos a por la comida? Podríamos mirar el menú del comedor y si no nos gusta entonces ir a la cafetería y comprar lo que sea… aunque yo como casi de todo.
Comenzó a caminar, mirando de reojo a la chica, parecía haberse relajado un poco pero seguía con las mejillas coloreadas de un tono rosado que la hacía ver realmente linda. Ese tipo de cosas no solían gustarle, pero por algún motivo, en ella, quedaba adorable.
Pero la muchacha no tardó en mostrar que no era una negativa, sino más bien nervios. Parecía no saber qué decir. Y eso lo hizo sonreír, no la iba a forzar, en absoluto.
La dejó que se abrazara a él de nuevo, en parte para que dejara de sentir tanta vergüenza y en otra parte porque le gustaba poder sonreír abiertamente sin sentirse tan expuesto, y la reacción de la chica ante él era jodidamente adorable y mona, no podía decir que no estuviera feliz de todo aquello.
-Tu también me gustas mucho Rang… muchísimo.
Por un momento se quedaron así, sin hacer ni decir más. El egipcio quería que se relajara y sabía que si seguía hablando de aquello solo empeoraría su estado y ya parecía a punto de explotar de lo rojita que estaba.
Pasó un ratito más antes de que le cogiera la mano y rompiera el abrazo.
-¿Vamos a por la comida? Podríamos mirar el menú del comedor y si no nos gusta entonces ir a la cafetería y comprar lo que sea… aunque yo como casi de todo.
Comenzó a caminar, mirando de reojo a la chica, parecía haberse relajado un poco pero seguía con las mejillas coloreadas de un tono rosado que la hacía ver realmente linda. Ese tipo de cosas no solían gustarle, pero por algún motivo, en ella, quedaba adorable.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Descubriendo el campus
Sonrió tontamente, con el rostro escondido contra su pecho y suspiró pesadamente, mordiéndose la boca, cerrando los ojos con fuerza, meciéndose un poquito en el abrazo aquél que tenían en ese momento.
Cuando la chic escuchó las palabras del egipcio, el sonrojo de sus mejillas volvió a intensificarse un poquito, alzando el rostro para mirarle apenas un poquito, sonriéndole. Estaba feliz, mucho, sobre y ante todo, por saber aquello, saber que le gustaba a alguien y que ese alguien, además, era Adnan. Suspiró y cuando el chico rompió el abrazo puso un instante pucheritos, después asintiendo a lo que dijo, entrelazando los dedos con él. - Si...
Caminaron un poquito, el tiempo justo para que la chica no dejase de mirarle de reojo, desviando también a ratos la mirada cuando Yesenes le miraba, o mas bien, cuando las miradas de ambos se cruzaban y hacían sentir aquellas mariposillas en el estómago de Rang.
- Tengo... muchas ganas de hacer cosas contigo Adnan, de estar juntos mucho rato, hacer muchas cosas... - Murmuró y suspiró.
Siguieron el camino en dirección hacia el comedor, donde irían a mirar que era lo que se les ofrecía ese día para, o bien comer allí o simplemente ir directos a la cafetería para coger lo que fuera e ir al salón de convivencias de la facultad de ambos para disfrutar de un silencioso rato en donde comerían sin el alboroto que se solía formar a las horas de comer.
Cuando la chic escuchó las palabras del egipcio, el sonrojo de sus mejillas volvió a intensificarse un poquito, alzando el rostro para mirarle apenas un poquito, sonriéndole. Estaba feliz, mucho, sobre y ante todo, por saber aquello, saber que le gustaba a alguien y que ese alguien, además, era Adnan. Suspiró y cuando el chico rompió el abrazo puso un instante pucheritos, después asintiendo a lo que dijo, entrelazando los dedos con él. - Si...
Caminaron un poquito, el tiempo justo para que la chica no dejase de mirarle de reojo, desviando también a ratos la mirada cuando Yesenes le miraba, o mas bien, cuando las miradas de ambos se cruzaban y hacían sentir aquellas mariposillas en el estómago de Rang.
- Tengo... muchas ganas de hacer cosas contigo Adnan, de estar juntos mucho rato, hacer muchas cosas... - Murmuró y suspiró.
Siguieron el camino en dirección hacia el comedor, donde irían a mirar que era lo que se les ofrecía ese día para, o bien comer allí o simplemente ir directos a la cafetería para coger lo que fuera e ir al salón de convivencias de la facultad de ambos para disfrutar de un silencioso rato en donde comerían sin el alboroto que se solía formar a las horas de comer.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
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