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Alternativa a la levitación
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Alternativa a la levitación
Bien, las cosas no habían terminado del modo esperado. Una mera fiesta donde se reúnen amigos para beber y conversar (tal vez también drogarse como él) se truncó en el momento que la mayoría de los invitados empezaron a levitar y entre ellos, Autumn su hermana. Adair la encontró poco después, flotando cual snitch dorada y llena de sangre a consecuencia de la herida en su labio inferior. Usó un hechizo (no sin requerir varios intentos para conjurarlo en condiciones) y logró sacarla de esa fuerza que los mantenían a todos en una fiesta en el aire.
Por eso se encontraban, Adair, Autumn y Sofie en la enfermería de la universidad. La menor de los Brackminster estaba sentada en una de las camillas mientras esperaba la llegada de alguno de los medimagos (o enfermeras) que atendieran su caso, Adair por el contrario, permanecía apoyado en la pared, cruzado de brazos y callado. El chico smertios no había abierto la boca en todo el trayecto más que para decir “gracias” a Sofie cuando altruistamente ofreció uno de sus pañuelos para detener la hemorragia. ¿Qué más podía decir? Si bien era una gilipollez enorme la herida de su hermana estaba cabreado, primero, por perderla de vista en la fiesta por un mero calentón que al final terminó en nada y segundo se culpaba de la herida. Si bien hubiera estado haciendo su trabajo como su guardaespaldas oficial (pese a que la chica detestara ese cargo autoimpuesto por el mismo Adair) no hubiera pasado nada de eso, o tal vez sí pero podría hacer algo más que esperar la llegada de un medimago.
Dicho medimago apareció en ese mismo instante. Adair posó primero los ojos en Autumn, sonrío de modo cálido y fraternal, y luego dejó sus orbes miel en el rostro inocente de Sofie, algo más serio, e hizo un gesto con la cabeza para que ambos salieran de la enfermería aunque fue el primero que salió de la sala. Quedó apoyado en la pared, imitando su posición en el interior pero libró una de sus manos para pasarla por su cara a fin de despejar los signos de la droga. Frotó la mano un par de veces, ascendió un poco más y frotó por su cabeza, enredando los dedos entre sus cortos cabellos – Necesito café aún voy colocado – murmuró casi en medio de un gruñido hacia su acompañante - ¿Quieres uno? Tardaran un rato en arreglar la cara de mi hermana– terminó posando la mano en la nuca y frotó ligeramente antes de mirar con sus ojos miel directamente a la muchacha, esperando su respuesta.
Por eso se encontraban, Adair, Autumn y Sofie en la enfermería de la universidad. La menor de los Brackminster estaba sentada en una de las camillas mientras esperaba la llegada de alguno de los medimagos (o enfermeras) que atendieran su caso, Adair por el contrario, permanecía apoyado en la pared, cruzado de brazos y callado. El chico smertios no había abierto la boca en todo el trayecto más que para decir “gracias” a Sofie cuando altruistamente ofreció uno de sus pañuelos para detener la hemorragia. ¿Qué más podía decir? Si bien era una gilipollez enorme la herida de su hermana estaba cabreado, primero, por perderla de vista en la fiesta por un mero calentón que al final terminó en nada y segundo se culpaba de la herida. Si bien hubiera estado haciendo su trabajo como su guardaespaldas oficial (pese a que la chica detestara ese cargo autoimpuesto por el mismo Adair) no hubiera pasado nada de eso, o tal vez sí pero podría hacer algo más que esperar la llegada de un medimago.
Dicho medimago apareció en ese mismo instante. Adair posó primero los ojos en Autumn, sonrío de modo cálido y fraternal, y luego dejó sus orbes miel en el rostro inocente de Sofie, algo más serio, e hizo un gesto con la cabeza para que ambos salieran de la enfermería aunque fue el primero que salió de la sala. Quedó apoyado en la pared, imitando su posición en el interior pero libró una de sus manos para pasarla por su cara a fin de despejar los signos de la droga. Frotó la mano un par de veces, ascendió un poco más y frotó por su cabeza, enredando los dedos entre sus cortos cabellos – Necesito café aún voy colocado – murmuró casi en medio de un gruñido hacia su acompañante - ¿Quieres uno? Tardaran un rato en arreglar la cara de mi hermana– terminó posando la mano en la nuca y frotó ligeramente antes de mirar con sus ojos miel directamente a la muchacha, esperando su respuesta.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Ella tampoco dijo mucho en todo el trayecto, en especial porque llevaba dentro un sentimiento medio extraño de sentir que se había quedado fuera de la diversión, la fiesta o el cotilleo por andar de puta.... No lo había pensado antes, simplemente había sucedido claro, pero ahora que ya no tenía los ojos miel de Adair sobre ella, poniéndola nerviosa, emocionándola con las posibilidades, (por decirlo de otro modo, ahora que la calentura había pasado), se daba cuenta que era la primera vez que cambiaba amigas por chicos y no estaba muy segura de que hubiera sido la mejor elección. Como fuera, la cosa ya estaba hecha y dos pasitos alejada de los hermanos sonreía a Autumn gentil, y negaba con el rostro solidarizándose con ella cuando Adair con algún gesto se pasaba de pesado...
A Sofie le gustaba verlo comportarse así, y en algún punto le hacía acordar a Luke, con sus diferencias claro está... En cambió Autumn parecía cansada de soportarlo tan entrometido y sobreprotector, y Sofie creía entender que se debía a los años acumulados, porque en verdad toda una vida de todos los días junto a un hermano que no te deja ni flotar tranquila pues... Debía ser complicado. Salió con él al pasillo no sabiendo muy bien donde la dejaba a ella toda la situación, pero convencida de que no prefería abandonarlo a su suerte medio borracho y preocupado por demás, aunque fuera por una gran tontería, aunque el silencio se volviera incómodo.
- deberías preocuparte menos - Le dijo sinceramente, presintiendo que podía llegar a mandarla al diablo en ese mismo instante. Sabía que no debía meterse en medio de relaciones de hermanos, eran complicadas por demás y ella a ellos no los conocía de nada, pero no pudo evitarlo pues Adair decía "Tardaran un rato en arreglar la cara de mi hermana" como si a la chica le hubiera destrozado el rostro un bombarda. Pero la osadía le duró lo que un suspiró, instante siguiente se encojió de hombros y le rosó la mano para que la siguiera - Ven, te haré un café... -
Andaron un par de metros y Sofie en susurros, pues parecía que cada paso aunque sutil retumbaba mil veces por el silencio general del edificio en las noches, le explicó que más allá estaban los servicios de la enfermería. Era un lugar pequeño con una mesa y una cocinita mínima donde la enfermera de la tarde se pasaba el día tomando te y pintándose las uñas, y por ese ultimo tema es que la había conocido Sofie a la mujer. Como si fuera su propia casa abrió la puerta sin tapujos y se adentró al local de techo bajo, con farolas que se encendieron de apoco por arte de magia dejando ver el tapiz a cuadros que forraba las paredes.
- Ten esto, es tuyo - Sofie le devolvió la varita y se dispuso a buscar unas tazas, el café y todo lo demás, en la alacena bajo mesada. Dándole la espalda (o más bien el culo) y con la cabeza metida dentro del armario comenzó a hablar porque no era de las personas que se llevaran bien con el silencio - Con mucha azúcar para ti porque lo necesitas... y para mi también porque me gusta lo dulce... Me animaría a jurar que será el mejor café de tu existencia, por que se me da muy bien la cocina, pero no se tanto de tu vida como para arriesgarme... - Quería ser simpática, quería charlar de cualquier cosa, con tal de que no se generaran silencios incómodo o al menos para que Adair dejase de pensar en como miércoles había dejado que su hermana se lastimase...
A Sofie le gustaba verlo comportarse así, y en algún punto le hacía acordar a Luke, con sus diferencias claro está... En cambió Autumn parecía cansada de soportarlo tan entrometido y sobreprotector, y Sofie creía entender que se debía a los años acumulados, porque en verdad toda una vida de todos los días junto a un hermano que no te deja ni flotar tranquila pues... Debía ser complicado. Salió con él al pasillo no sabiendo muy bien donde la dejaba a ella toda la situación, pero convencida de que no prefería abandonarlo a su suerte medio borracho y preocupado por demás, aunque fuera por una gran tontería, aunque el silencio se volviera incómodo.
- deberías preocuparte menos - Le dijo sinceramente, presintiendo que podía llegar a mandarla al diablo en ese mismo instante. Sabía que no debía meterse en medio de relaciones de hermanos, eran complicadas por demás y ella a ellos no los conocía de nada, pero no pudo evitarlo pues Adair decía "Tardaran un rato en arreglar la cara de mi hermana" como si a la chica le hubiera destrozado el rostro un bombarda. Pero la osadía le duró lo que un suspiró, instante siguiente se encojió de hombros y le rosó la mano para que la siguiera - Ven, te haré un café... -
Andaron un par de metros y Sofie en susurros, pues parecía que cada paso aunque sutil retumbaba mil veces por el silencio general del edificio en las noches, le explicó que más allá estaban los servicios de la enfermería. Era un lugar pequeño con una mesa y una cocinita mínima donde la enfermera de la tarde se pasaba el día tomando te y pintándose las uñas, y por ese ultimo tema es que la había conocido Sofie a la mujer. Como si fuera su propia casa abrió la puerta sin tapujos y se adentró al local de techo bajo, con farolas que se encendieron de apoco por arte de magia dejando ver el tapiz a cuadros que forraba las paredes.
- Ten esto, es tuyo - Sofie le devolvió la varita y se dispuso a buscar unas tazas, el café y todo lo demás, en la alacena bajo mesada. Dándole la espalda (o más bien el culo) y con la cabeza metida dentro del armario comenzó a hablar porque no era de las personas que se llevaran bien con el silencio - Con mucha azúcar para ti porque lo necesitas... y para mi también porque me gusta lo dulce... Me animaría a jurar que será el mejor café de tu existencia, por que se me da muy bien la cocina, pero no se tanto de tu vida como para arriesgarme... - Quería ser simpática, quería charlar de cualquier cosa, con tal de que no se generaran silencios incómodo o al menos para que Adair dejase de pensar en como miércoles había dejado que su hermana se lastimase...
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
El ofrecimiento de Sofie vino en el momento idóneo.
Adair, sin despegar aún los labios, siguió a la rubia por el pasillo, escuchando sin mucha atención las explicaciones sobre la cómoda habitación para la enfermera de turno que había solo unos metros más allá. Observó como las facciones de la chica se movían en consonancia con el sonido de su voz y frunció un poco el ceño, confuso. Tomó la varita de vuelta, la guardó tras el bolsillo de su pantalón una vez dentro de la confortable habitación, y fue directamente a sentarse encima la mesa que había en el centro mientras Sofie rebuscaba en el armario. Ladeó la cabeza según la chica ponía el culo en alto y se quedó mirando unos segundos la forma que marcaba la falda vaporosa en tonos amarillos. Embobado permaneció mirando todo lo que su ojo alcanzaba a ver pero en un momento, la voz aguda de Luttrell echó a perder su ensoñación. Irremediablemente egresó de su mundo, sacudió la cabeza y prestó atención porque por esa clase de cosas, su hermana estaba en la enfermería curándose el labio inferior.
Una de las cualidades de Sofie (quitando su obvio físico) era ese: su don innato para llenar una habitación con el sonido de su voz. Adair no tenía ni idea de cómo podía hablar tan rápido sin atragantarse pero ahí estaba, dándole a la sin hueso sin tregua alguna y él, perturbado aún por la droga, hacia esfuerzos sobrehumanos para seguirle la corriente sin perder detalle alguno. Parpadeó cuando ella terminó de hablar, verdaderamente impresionado por la verborrea pues por un segundo había incluso olvidado todo el percance con Autumn, si, su atención había sido solo de la chica – ¿El mejor café de mi vida? No sabía que había tal titulo – levantó su prieto trasero de donde estaba y caminó hasta Sofie. Volvió a echar una mirada a su trasero, alzó una ceja y puso cara de “puta interrupción” que por suerte la rubia no llegó a ver, tras el lapsus (necesario) tomó el bracito de la chica y la obligó con suavidad a levantarse ^
– Ya, deja eso – rodó los ojos de mientras - No tienes que hacerme nada cual criada, quédate quieta – la arrinconó entre el armario y su cuerpo dejando una de sus manos apoyada en el armario – ¿ Qué quieres saber de mi vida? ¿No lo sabes ya todo? – miró un momento sus labios pero decidió que mejor se guardaba de volverlos a probar no fuera a ser que esa noche provocaran un cambio climático en la escuela – El café lo prefiero sin azúcar, ya ves, no soy tan dulce como tu – sonrío de manera ladeada, tomó un minuto para ver otra vez que textura tenían los labios de Sofie y se apartó de ella.
Autocontrol. Eso era la clave y empezaba a recuperarlo después de la ajetreada noche. Miró a su alrededor, buscó la jarra de cristal para hacer café, la tomó y fue a llenarla de agua. No es que no quisiera que Sofie hiciera un café es que no quería resultar todo un lord esperando que su amada criada hiciera todo el trabajo por él después de todo su madre desde pequeño había inculcado una igualdad en ambos sexos, no por ser hijo, iba a dejar de lado las tareas de sus hermanas - ¿Crees que ya habrá pasado su tiempo de levitación? – preguntó mientras llenaba la jarra, mirando fijamente el chorro de agua.
Adair, sin despegar aún los labios, siguió a la rubia por el pasillo, escuchando sin mucha atención las explicaciones sobre la cómoda habitación para la enfermera de turno que había solo unos metros más allá. Observó como las facciones de la chica se movían en consonancia con el sonido de su voz y frunció un poco el ceño, confuso. Tomó la varita de vuelta, la guardó tras el bolsillo de su pantalón una vez dentro de la confortable habitación, y fue directamente a sentarse encima la mesa que había en el centro mientras Sofie rebuscaba en el armario. Ladeó la cabeza según la chica ponía el culo en alto y se quedó mirando unos segundos la forma que marcaba la falda vaporosa en tonos amarillos. Embobado permaneció mirando todo lo que su ojo alcanzaba a ver pero en un momento, la voz aguda de Luttrell echó a perder su ensoñación. Irremediablemente egresó de su mundo, sacudió la cabeza y prestó atención porque por esa clase de cosas, su hermana estaba en la enfermería curándose el labio inferior.
Una de las cualidades de Sofie (quitando su obvio físico) era ese: su don innato para llenar una habitación con el sonido de su voz. Adair no tenía ni idea de cómo podía hablar tan rápido sin atragantarse pero ahí estaba, dándole a la sin hueso sin tregua alguna y él, perturbado aún por la droga, hacia esfuerzos sobrehumanos para seguirle la corriente sin perder detalle alguno. Parpadeó cuando ella terminó de hablar, verdaderamente impresionado por la verborrea pues por un segundo había incluso olvidado todo el percance con Autumn, si, su atención había sido solo de la chica – ¿El mejor café de mi vida? No sabía que había tal titulo – levantó su prieto trasero de donde estaba y caminó hasta Sofie. Volvió a echar una mirada a su trasero, alzó una ceja y puso cara de “puta interrupción” que por suerte la rubia no llegó a ver, tras el lapsus (necesario) tomó el bracito de la chica y la obligó con suavidad a levantarse ^
– Ya, deja eso – rodó los ojos de mientras - No tienes que hacerme nada cual criada, quédate quieta – la arrinconó entre el armario y su cuerpo dejando una de sus manos apoyada en el armario – ¿ Qué quieres saber de mi vida? ¿No lo sabes ya todo? – miró un momento sus labios pero decidió que mejor se guardaba de volverlos a probar no fuera a ser que esa noche provocaran un cambio climático en la escuela – El café lo prefiero sin azúcar, ya ves, no soy tan dulce como tu – sonrío de manera ladeada, tomó un minuto para ver otra vez que textura tenían los labios de Sofie y se apartó de ella.
Autocontrol. Eso era la clave y empezaba a recuperarlo después de la ajetreada noche. Miró a su alrededor, buscó la jarra de cristal para hacer café, la tomó y fue a llenarla de agua. No es que no quisiera que Sofie hiciera un café es que no quería resultar todo un lord esperando que su amada criada hiciera todo el trabajo por él después de todo su madre desde pequeño había inculcado una igualdad en ambos sexos, no por ser hijo, iba a dejar de lado las tareas de sus hermanas - ¿Crees que ya habrá pasado su tiempo de levitación? – preguntó mientras llenaba la jarra, mirando fijamente el chorro de agua.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
-ah si… por supuesto… hay títulos para todo… - bromeo al tiempo que era invitada a sacar la mitad superior de su cuerpo de dentro de la alacena, ya con dos tazas en una mano y tarro de café en la otra, objeto que casi se le desliza derecho al suelo cuando Adair la arrinconaba así tan lindo. Con la excusa necesaria de ver donde apoyaba las cosas, le esquivó la mirada pues no quería caer de nuevo en eso de ponerse nerviosa a cada ratito porque él la observaba muy fuerte y muy de cerca…. Ay! Pero él seguía hablando y Sofie no podía quedarse todo el rato ladeada hacia al costado, la tortícolis le iba a garrar en el cuello… Que nadie le había dicho que si miraba así, tenía que besarla?!?!? Pues ella iba a decírselo!... después, claro.
Respiró profundo cuando Adair se daba la vuelta, prestando atención a no hacer ningún ruido que evidenciara el suspiro, y se repasó los cabellos y la blusa como si la tención en el estómago que sentía hubiera sido capaz de despeinarla… Porque era tan bonito!? Además, Sofie lo veía tan dulce como una cucharada de miel en ayunas, pero debía ser ella la loca, porque nadie opinaba así de Adair, siquiera él mismo. – entonces sin azúcar para ti… - dijo por decir y ya que él se encargaba del agua ella, ella pues buscó dos cucharitas, el azúcar… puso el café en las tazas, esas cosas entreteniéndose mientras, así no caía siquiera en la tentación de acosarlo ella con la mirada….
- Pues… no creo. Pero de seguro la están pasando genial… Me refiero: yo no me hubiera bajado nunca…. – fue hasta la mesa para dejar las dos tazas y se sentó sobre ella como, sin saberlo, Adair había hecho antes. – Flotar es… genial. Y ni siquiera es lo mismo que volar en escoba, sin desmerecer claro!... en el castillo de mis abuelos hay como si fuera un volcán de aire, y cuando te pasas por ahí pues… te puedes hasta quedar leyendo un libro suspendida. Mi prima Caterina hace meditación allí, porque dice que las energías de la tierra son distractivas… - ya estaba de nuevo hablado y hablando, pero al menos su tono de voz no era estrepitoso, ni agudo…. Jugando a alisar su falda pues ya no tenía más que hacer que esperar a que el agua estuviera lista, volvió al tema anterior sin pensar demasiado. – No se tanto de ti, porque aunque contestes a todas mis preguntas habrá algunas que nunca se me ocurrirán…. Pero no me preocupa.
Respiró profundo cuando Adair se daba la vuelta, prestando atención a no hacer ningún ruido que evidenciara el suspiro, y se repasó los cabellos y la blusa como si la tención en el estómago que sentía hubiera sido capaz de despeinarla… Porque era tan bonito!? Además, Sofie lo veía tan dulce como una cucharada de miel en ayunas, pero debía ser ella la loca, porque nadie opinaba así de Adair, siquiera él mismo. – entonces sin azúcar para ti… - dijo por decir y ya que él se encargaba del agua ella, ella pues buscó dos cucharitas, el azúcar… puso el café en las tazas, esas cosas entreteniéndose mientras, así no caía siquiera en la tentación de acosarlo ella con la mirada….
- Pues… no creo. Pero de seguro la están pasando genial… Me refiero: yo no me hubiera bajado nunca…. – fue hasta la mesa para dejar las dos tazas y se sentó sobre ella como, sin saberlo, Adair había hecho antes. – Flotar es… genial. Y ni siquiera es lo mismo que volar en escoba, sin desmerecer claro!... en el castillo de mis abuelos hay como si fuera un volcán de aire, y cuando te pasas por ahí pues… te puedes hasta quedar leyendo un libro suspendida. Mi prima Caterina hace meditación allí, porque dice que las energías de la tierra son distractivas… - ya estaba de nuevo hablado y hablando, pero al menos su tono de voz no era estrepitoso, ni agudo…. Jugando a alisar su falda pues ya no tenía más que hacer que esperar a que el agua estuviera lista, volvió al tema anterior sin pensar demasiado. – No se tanto de ti, porque aunque contestes a todas mis preguntas habrá algunas que nunca se me ocurrirán…. Pero no me preocupa.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Había mil y una respuestas a su pregunta pero jamás hubiera esperado que Luttrell soltara con toda la naturalidad del mundo ese “están pasando genial”. Adair, que estaba poniendo la jarra de agua a calentar con un hechizo, giró un poco la cabeza y levantó una ceja sin lograr comprender la diversión en todo el asunto. Bien, él ahora mismo no podía ver las ventajosas utilidades de aquella fuerza antigravitacional porque había encontrado su hermana por poco desangrada (extrapolando la situación hasta el punto de vista del dramático hermano mayor sobreprotector) así que negó con la cabeza y volvió a concentrar sus ojos miel en la jarra mientras escuchaba la parte dos del soliloquio de la brigante.
Pese a estar dando la espalda a Sofie escuchaba con detenimiento sus palabras e incluso quedó algo sorprendido ante la mención de un castillo familiar (¿eso aún existía? Ya podrían alquilar dicho “apartamento” para meter a toda su santa familia) junto a un volcán de aire. El agua estuvo preparada en menos de un minuto, Adair la retiró y fue hasta donde estaba Sofie para terminar la bebida y una vez preparada, tomó su taza para sentarse justo al lado de la chica – Soy un libro abierto – mencionó divertido cuando la chica retrocedió en la conversación para tocar otra vez el tema de su personalidad. Mentía, por supuesto, él solo mostraba lo que estaba dispuesto a entregar al resto del mundo. ¿Qué sobreprotegía a Autumn? Eso era conocimiento global pero casi nunca mostraría la faceta de esa noche ni tampoco explicaría las horas que había pasado encerrado con ella en una habitación escuchándola hablar de sus problemas ni como, sin dar tanto escándalo como con lo de sus novios, la ayudaba desde un segundo plano. No era un libro abierto, mostraba la faceta que era mejor para protegerse, la faceta donde estaba cómodo y la cual no podía jugarle una mala pasada en el futuro. Eso quería que viera Sofie, la falsa y no la verdadera para ello debía mentir.
- Ah, ¿no te preocupa? – volvió a negar divertido y bebió el primer sorbo de la bebida llena de cafeína. ¡Voilà! Fue como recuperar parte de su existencia y devolver los pies hasta el suelo – a mi tampoco. ¿Ves que yo me preocupe por saber cosas de ti? – la verdad es que las preguntas preguntadas por él en comparación a las formuladas por Sofie eran inversamente proporcionales. La volvió a mirar y sonrío de manera ladeada, encantadora dirían muchas personas – No hace falta – alargó el último comentario por eso de la pausa dramática que tanto gustaba a la gente – Ya me lo dices tu – se encogió de hombros. No había sido necesario sonsacarle información, ella solita ponía en evidencia la fortuna familiar, su fascinación por la levitación y toda la historia de pasar la infancia aprendiendo en casa en vez de tocar como todos los magos una institución mágica. ¿Qué más podía preguntar él? Absolutamente nada – Me gusta, eres capaz de llenar la habitación sin siquiera pedir colaboración – la miró por el rabillo del ojo y vio como los restos de café quedaban pegados a sus labios. Adair alargó la mano, dejó la palma sobre su mejilla y acercó el rostro de la chica hasta él para quitarle con los suyos lo que quedaba – Mucho mejor – susurró contra sus labios y volvió a apartarse para beber su café - Tenemos muchas deudas por cobrar y pagar, la economía sufre fluctuaciones diarias. ¿Quieres que nos veamos otro día lejos de las fiestas paganas de Borroughs?
Pese a estar dando la espalda a Sofie escuchaba con detenimiento sus palabras e incluso quedó algo sorprendido ante la mención de un castillo familiar (¿eso aún existía? Ya podrían alquilar dicho “apartamento” para meter a toda su santa familia) junto a un volcán de aire. El agua estuvo preparada en menos de un minuto, Adair la retiró y fue hasta donde estaba Sofie para terminar la bebida y una vez preparada, tomó su taza para sentarse justo al lado de la chica – Soy un libro abierto – mencionó divertido cuando la chica retrocedió en la conversación para tocar otra vez el tema de su personalidad. Mentía, por supuesto, él solo mostraba lo que estaba dispuesto a entregar al resto del mundo. ¿Qué sobreprotegía a Autumn? Eso era conocimiento global pero casi nunca mostraría la faceta de esa noche ni tampoco explicaría las horas que había pasado encerrado con ella en una habitación escuchándola hablar de sus problemas ni como, sin dar tanto escándalo como con lo de sus novios, la ayudaba desde un segundo plano. No era un libro abierto, mostraba la faceta que era mejor para protegerse, la faceta donde estaba cómodo y la cual no podía jugarle una mala pasada en el futuro. Eso quería que viera Sofie, la falsa y no la verdadera para ello debía mentir.
- Ah, ¿no te preocupa? – volvió a negar divertido y bebió el primer sorbo de la bebida llena de cafeína. ¡Voilà! Fue como recuperar parte de su existencia y devolver los pies hasta el suelo – a mi tampoco. ¿Ves que yo me preocupe por saber cosas de ti? – la verdad es que las preguntas preguntadas por él en comparación a las formuladas por Sofie eran inversamente proporcionales. La volvió a mirar y sonrío de manera ladeada, encantadora dirían muchas personas – No hace falta – alargó el último comentario por eso de la pausa dramática que tanto gustaba a la gente – Ya me lo dices tu – se encogió de hombros. No había sido necesario sonsacarle información, ella solita ponía en evidencia la fortuna familiar, su fascinación por la levitación y toda la historia de pasar la infancia aprendiendo en casa en vez de tocar como todos los magos una institución mágica. ¿Qué más podía preguntar él? Absolutamente nada – Me gusta, eres capaz de llenar la habitación sin siquiera pedir colaboración – la miró por el rabillo del ojo y vio como los restos de café quedaban pegados a sus labios. Adair alargó la mano, dejó la palma sobre su mejilla y acercó el rostro de la chica hasta él para quitarle con los suyos lo que quedaba – Mucho mejor – susurró contra sus labios y volvió a apartarse para beber su café - Tenemos muchas deudas por cobrar y pagar, la economía sufre fluctuaciones diarias. ¿Quieres que nos veamos otro día lejos de las fiestas paganas de Borroughs?
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Un libro abierto?! Si, Claro!... Sofie le sacó la lengua divertida para evidenciar que no le creía nada pero que, como había dicho, le daba igual, pues lo que él no dijera ya lo iba a ir aprendiendo con el tiempo, que era la cuestión fundamental para conocer a alguien, quisieran o no mostrarse en profundidad... Por el contrario y como bien señalaba Adair, ella era el libro abierto y no le molestaba en absoluto ser así, aunque como todo mundo tenía sus secretitos y sus pensamientos que no pretendían se hicieran públicos...
Se re-acomodó en su sitio, aunque no faltara espacio para que Adair se sentara a su lado, y tomó la taza entre ambas manos llevándosela al rostro para hundirse en aquel vapor aromático. Incluso cerró los ojos con cara de placer respirando bien profundo, mientras él decía cosas que no lograba decidirse sobre como interpretar: Si era que no le interesaba saber de ella porque le daba igual (así tipo desprecio) o si era que ella por hablar tanto le ahorraba el trabajo (lo cual le sonaría a elogio). Lo miró de reojo en aquella pausa dramática y sus deseos se hicieron realidad: "Ya me lo dices tu".
Sonrió hasta con las pupilas sintiéndose bien tonta, por lo cual de inmediato puso la vista al frente para tomar su café a dos manos y pretender olvidar que Adair, tan guapo y mono, estaba a centímetros de ella diciéndole cosas bonitas... Fueron unos instantes raros, de miraditas de reojo por ambos lados, escondiéndose ella hasta la nariz, con la escusa de tomar café. El calorsito dentro y no únicamente mérito de la infusión...
Luego del beso, se repasó ella misma los labios con los dedos, necesitada de no quedar en ridículo de nuevo por andar colgando babas o café... Estaba fascinada con Adair, muy muy muy fascinada. Demasiado para haberlo visto dos veces en la vida... Pero bueno, si él proponía una cita, pues... ella no la iba a rechazar, no? - Pues... - se lo estaba pensando!? Acaso estaba loca!? - tendría que acomodar mis papeles y encontrar los resúmenes y tickes... pero supongo.... se podría. - Porque diablos estaba actuando así? porque no enloquecía directamente y se lanzaba a sus brazos ya mismo?! Ni ella tenía idea... Dejó la taza a un lado y se tomó un instante sutil para estirarse hasta llegar al cuello de Adair rozarle a penas con los labios y preguntarle al oído: - Cuando?
Se re-acomodó en su sitio, aunque no faltara espacio para que Adair se sentara a su lado, y tomó la taza entre ambas manos llevándosela al rostro para hundirse en aquel vapor aromático. Incluso cerró los ojos con cara de placer respirando bien profundo, mientras él decía cosas que no lograba decidirse sobre como interpretar: Si era que no le interesaba saber de ella porque le daba igual (así tipo desprecio) o si era que ella por hablar tanto le ahorraba el trabajo (lo cual le sonaría a elogio). Lo miró de reojo en aquella pausa dramática y sus deseos se hicieron realidad: "Ya me lo dices tu".
Sonrió hasta con las pupilas sintiéndose bien tonta, por lo cual de inmediato puso la vista al frente para tomar su café a dos manos y pretender olvidar que Adair, tan guapo y mono, estaba a centímetros de ella diciéndole cosas bonitas... Fueron unos instantes raros, de miraditas de reojo por ambos lados, escondiéndose ella hasta la nariz, con la escusa de tomar café. El calorsito dentro y no únicamente mérito de la infusión...
Luego del beso, se repasó ella misma los labios con los dedos, necesitada de no quedar en ridículo de nuevo por andar colgando babas o café... Estaba fascinada con Adair, muy muy muy fascinada. Demasiado para haberlo visto dos veces en la vida... Pero bueno, si él proponía una cita, pues... ella no la iba a rechazar, no? - Pues... - se lo estaba pensando!? Acaso estaba loca!? - tendría que acomodar mis papeles y encontrar los resúmenes y tickes... pero supongo.... se podría. - Porque diablos estaba actuando así? porque no enloquecía directamente y se lanzaba a sus brazos ya mismo?! Ni ella tenía idea... Dejó la taza a un lado y se tomó un instante sutil para estirarse hasta llegar al cuello de Adair rozarle a penas con los labios y preguntarle al oído: - Cuando?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Buscó la cajetilla de tabaco por los bolsillos de su pantalón pero no tuvo fruto su búsqueda, tal vez en el ajetreo de la fiesta (o en su demencia por la droga) la caja había caído de su bolsillo y ahora algún feliz desgraciado la encontraría para adueñarse de sus pequeñas reliquias de nicotina. Durante su pequeño descuido a la búsqueda de nicotina que llevar a sus pulmones, Sofie respondió con largas a la propuesta para una futura reunión de negocios. Eso fastidió en cierta parte el ego del muchacho pero Adair volvió a dibujar una sonrisa, no tan bien lograda como habitualmente pero ahí estaba, intentando mitigar los estragos. Por mucho que Sofie creyera que aquello era una cita para Brackminster aquello no era más que parte del juego iniciado en el bar aquella bizarra noche, un encuentro para solventar problemas financiados y liquidar las deudas. O no…
- Eso te pasa por no contratar un contable que lleve tus cuentas al día…
La mirada miel de Adair se perdió en el café mientras soltaba un suspiro cansado por toda la larga noche, ya empezaba a notar esa extraña sensación de cansancio tras consumir las últimas reservas de adrenalina y extinguirse los efectos de la marihuana. Los labios de Sofie rozando su cuello e hicieron que apartara los ojos de su objetivo para mirar de soslayo a la rubia quien ahora parecía tomarse otra vez ciertas confianzas a fin de hacerse con el control de la situación.
- Cuando tu quieras – agregó esta vez si torciendo la auténtica sonrisa de sus labios – Puedo hacer un hueco en mi agenda para atender problemas de ese calibre, hay que pensar por la economía del país – y en el placer propio para algo era un hedonista nato.
Esa noche no estaba meditando ni sopesando muy bien las palabras que soltaba. Quizás hubiera necesitado un alto o una negativa por parte de Sofie, no quería cagarla con ella, estaba directamente relacionada con sus dos hermanas (Gianna iba directamente incluida en ese pack) y si acababa jodiendo el asunto como solía hacerlo siempre, acabaría muerto a manos de las varitas de aquellas dos. ¿Una noche de placer? Estaba bien. ¿Un ratito de manoseo libre que alegraba el cuerpo? Perfecto. ¿Pero pedir una reunión de negocios? Eso era ir un paso más allá y tal vez crear falsas expectativas… ¿Por qué a él no le interesaba Sofie de verdad? Era demasiado inocente para él… o no.
- Por el momento, hablemos de otros temas o mejor nos callamos… – llevó la mano derecha hasta el rostro de la chica, peinó los mechones tras su oreja y tras situar la palma de su mano en la mejilla de Sofie obligó a su rostro a acercarse al suyo para buscar sus labios y empezar a besarla, esta vez, sin tanta medición como hasta ahora. Quitó la mano del rostro y la llevó hasta el muslo de la chica, la tomó y usando un poco de fuerza, la subió encima de él para estar más cómodo a la hora de besarla en los labios, iba a pillar torticolis con tanto torcerlo – Tal vez dentro de una semana cuando haya solventado mis problemas educativos – usó las dos manos para tirar el pelo de la chica hacia atrás y así poder verle el rostro mucho mejor - ¿Qué opinas? ¿Ya habrás puesto en orden todos tus tickets?
- Eso te pasa por no contratar un contable que lleve tus cuentas al día…
La mirada miel de Adair se perdió en el café mientras soltaba un suspiro cansado por toda la larga noche, ya empezaba a notar esa extraña sensación de cansancio tras consumir las últimas reservas de adrenalina y extinguirse los efectos de la marihuana. Los labios de Sofie rozando su cuello e hicieron que apartara los ojos de su objetivo para mirar de soslayo a la rubia quien ahora parecía tomarse otra vez ciertas confianzas a fin de hacerse con el control de la situación.
- Cuando tu quieras – agregó esta vez si torciendo la auténtica sonrisa de sus labios – Puedo hacer un hueco en mi agenda para atender problemas de ese calibre, hay que pensar por la economía del país – y en el placer propio para algo era un hedonista nato.
Esa noche no estaba meditando ni sopesando muy bien las palabras que soltaba. Quizás hubiera necesitado un alto o una negativa por parte de Sofie, no quería cagarla con ella, estaba directamente relacionada con sus dos hermanas (Gianna iba directamente incluida en ese pack) y si acababa jodiendo el asunto como solía hacerlo siempre, acabaría muerto a manos de las varitas de aquellas dos. ¿Una noche de placer? Estaba bien. ¿Un ratito de manoseo libre que alegraba el cuerpo? Perfecto. ¿Pero pedir una reunión de negocios? Eso era ir un paso más allá y tal vez crear falsas expectativas… ¿Por qué a él no le interesaba Sofie de verdad? Era demasiado inocente para él… o no.
- Por el momento, hablemos de otros temas o mejor nos callamos… – llevó la mano derecha hasta el rostro de la chica, peinó los mechones tras su oreja y tras situar la palma de su mano en la mejilla de Sofie obligó a su rostro a acercarse al suyo para buscar sus labios y empezar a besarla, esta vez, sin tanta medición como hasta ahora. Quitó la mano del rostro y la llevó hasta el muslo de la chica, la tomó y usando un poco de fuerza, la subió encima de él para estar más cómodo a la hora de besarla en los labios, iba a pillar torticolis con tanto torcerlo – Tal vez dentro de una semana cuando haya solventado mis problemas educativos – usó las dos manos para tirar el pelo de la chica hacia atrás y así poder verle el rostro mucho mejor - ¿Qué opinas? ¿Ya habrás puesto en orden todos tus tickets?
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
"Cuando tu quieras" era la respuesta que estaba esperando, sin saberlo claro, pero en cuanto lo escuchó decir aquello lo supo. Sofie sonreía por que era su rostro natural pero también se reía porque las frases y gestos de Adair le eran divertidos, todo ese juego de la economía le daba gracia y calentura en proporciones iguales y altas. Y este último factor era el preocupante, pues una parte de ella se quería dejar llevar como hasta ahora, seguirle el jueguito, toquetearlo un poco, que la hiciera sentir deseada como cuando en ese instante la alzaba sobre él y le acomodaba el cabello a su antojo...
Pero otra parte, estaba hasta los nervios por no saber que venía después y en todo sentido. No solo esa tontería de cómo será tener sexo, aunque si y obvio que si!... sino todo lo que involucraba andar apasionándose tan rápido por un chico al que apenas conocía, del que ninguna referencia tenía y las que tenía no apuntaban al noviazgo perfecto. El mismo había dicho "ninguna novia, todas amigas" y Sofie no quería convertirse en eso de ninguna manera y era algo que tenía muy claro a pesar de que con Adair se le estuvieran alterando las neuronas como nunca en su vida.
Un susurro que no terminaba de ser ni un grito ahogado ni un suspiro se le escapó de los labios cuando Adair la sentó sobre sus piernas, dejando las de ella una a cada lado y haciendo flaquear los propósitos de su mini amarilla. Trataba de pensar que en el bosque la cosa había estado mucho peor, en especial porque había gente que podría estar mirando, pero esto en vez de calmarla solo le tensó más el estómago, sensación que se le hacía cada vez más agradable y necesaria. Lo escuchó a ojos cerrados, con cara de extrema comodidad pues como Adiar le tomaba el rostro, le acomodaba el cabello e incluso su tono de voz, era mejor sensación que ir a la peluquería, y eso era mucho decir.
- mmm.. si - apenas dijo antes de besarlo, primero sobre los labios, luego adentrándose en su boca, mordiéndole a penas el labio inferior. Sus manos ya estaban sobre el torso de Adair, pero apenas perceptible. No es que tuviera miedo de tocarlo, es que se le daban mejor las cosas suaves: como usaba las uñas largas y era bastante exquisita, estaba acostumbrada a primero reconocer los terrenos con la yema de los dedos y luego dejarse llevar....
Dejarse llevar pero siempre por sobre la ropa, o mejor.... Acopio de valentía, calentura y el alcohol que quedaba en sangre,y sobre todo engañándose a si misma en que solo lo estaba besando y nada más, reconoció el borde inferior de la camisa de Adair y lo superó acariciándole la piel. No era la gran cosa en si misma, pero puesto en el contexto de que solo y a apenas con Luke había llegado a algo similar pues... Ufff... Quería verlo desnudo! Quería saber si los jugadores de Quiddicth escolar eran tan lindos como los de los posters. Quería comérselo a besos, pero no solo sus labios, Todo. Acariciarle los brazos, arañarle la espalda. Lo que fuera, y aunque no lo estuviera haciendo concretamente, se le notaba en la intensidad de los besos, en la respiración, en el calor sobre la piel.
Pero otra parte, estaba hasta los nervios por no saber que venía después y en todo sentido. No solo esa tontería de cómo será tener sexo, aunque si y obvio que si!... sino todo lo que involucraba andar apasionándose tan rápido por un chico al que apenas conocía, del que ninguna referencia tenía y las que tenía no apuntaban al noviazgo perfecto. El mismo había dicho "ninguna novia, todas amigas" y Sofie no quería convertirse en eso de ninguna manera y era algo que tenía muy claro a pesar de que con Adair se le estuvieran alterando las neuronas como nunca en su vida.
Un susurro que no terminaba de ser ni un grito ahogado ni un suspiro se le escapó de los labios cuando Adair la sentó sobre sus piernas, dejando las de ella una a cada lado y haciendo flaquear los propósitos de su mini amarilla. Trataba de pensar que en el bosque la cosa había estado mucho peor, en especial porque había gente que podría estar mirando, pero esto en vez de calmarla solo le tensó más el estómago, sensación que se le hacía cada vez más agradable y necesaria. Lo escuchó a ojos cerrados, con cara de extrema comodidad pues como Adiar le tomaba el rostro, le acomodaba el cabello e incluso su tono de voz, era mejor sensación que ir a la peluquería, y eso era mucho decir.
- mmm.. si - apenas dijo antes de besarlo, primero sobre los labios, luego adentrándose en su boca, mordiéndole a penas el labio inferior. Sus manos ya estaban sobre el torso de Adair, pero apenas perceptible. No es que tuviera miedo de tocarlo, es que se le daban mejor las cosas suaves: como usaba las uñas largas y era bastante exquisita, estaba acostumbrada a primero reconocer los terrenos con la yema de los dedos y luego dejarse llevar....
Dejarse llevar pero siempre por sobre la ropa, o mejor.... Acopio de valentía, calentura y el alcohol que quedaba en sangre,y sobre todo engañándose a si misma en que solo lo estaba besando y nada más, reconoció el borde inferior de la camisa de Adair y lo superó acariciándole la piel. No era la gran cosa en si misma, pero puesto en el contexto de que solo y a apenas con Luke había llegado a algo similar pues... Ufff... Quería verlo desnudo! Quería saber si los jugadores de Quiddicth escolar eran tan lindos como los de los posters. Quería comérselo a besos, pero no solo sus labios, Todo. Acariciarle los brazos, arañarle la espalda. Lo que fuera, y aunque no lo estuviera haciendo concretamente, se le notaba en la intensidad de los besos, en la respiración, en el calor sobre la piel.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Las dos manos del smertio se sujetaron a los muslos desnudos de la chica para evitar que se cayera de encima de él. Lo dejó obnubilado por su fragancia, y esclavo, dejo que hiciera todo lo que quisiera con sus labios aunque participó activamente en el proceso, mordiendo y chupando allí donde se necesitara todo por complacer a Sofie. Las cálidas manos de la chiquilla metiéndose por debajo de su camisa solo provocaron un gruñido de placer por parte de Adair que ya traía la calentura del bosque, la tomó con más firmeza de los muslos para de un solo jalón, pegarla más a él. La continuó besando sin perder la lasciva y las manos empezaron a acariciar la zona desnuda un poco más debajo de los límites de la falda.
- Sofie, Sofie… - susurro contra sus labios, ahora ascendiendo lentamente las manos desde su posición por encima de toda la ropa de la chica, lentamente y sin tomarse prisas hasta que encontró el borde del jersey ese. Metió sin dilación las manos dentro acarició la suave piel de la chica con sus robustas y terminó sin poder hacer más nada que tirar de la prenda hacia arriba con las dos manos para quitársela. Dejó de besar unos segundos los labios de la chica, echó una mirada, para que engañar algo lasciva, a su torso desnudo y tras negar con la cabeza, volvió a adueñarse de los labios de la brigante mientras sus manos volvían a su origen a fin de toquetear con sutileza las piernas de la chica.
No se contuvo en dar jalones firmes para que no se fuera muy lejos y estuviera cerca de su alcance, gruñía de un modo bajo, trasmitiendo de eso modo lo mucho que lo excitaba tenerla así y que ella fuera la que tomó la primera decisión – Ya basta de.. – paró para estirarle con hambre el labio inferior – provocarme así… – otra vez se tomó una pausa para bajar sus labios hasta la curvatura bajo el cuello de la chica donde devoró con hambre mientras ahora las manos del muslo volvían a moverse para acariciarle la espalda, primero presionando con fuerza los dedos contra su columna para luego ser más sutil y pasar la mano con suavidad por la espalda de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo metiendo un poco sus dedos por debajo el borde de la falda. ¿Qué podía hacer él? Alguien inocente que caía rendido y a los pies de tal mujer. Era inevitable aunque también era bastante facilón.
Los besos no paraban y Adair quitó las manos para deshacer los botones de su camisa para facilitarle las cosas a la chica quien parecía demasiado entretenida en tocar por debajo, viva la libertad y sobretodo, el morbo de estar haciendo todas esas cosas en un lugar semipublico donde posiblemente alguien entraría a molestar.
- Sofie, Sofie… - susurro contra sus labios, ahora ascendiendo lentamente las manos desde su posición por encima de toda la ropa de la chica, lentamente y sin tomarse prisas hasta que encontró el borde del jersey ese. Metió sin dilación las manos dentro acarició la suave piel de la chica con sus robustas y terminó sin poder hacer más nada que tirar de la prenda hacia arriba con las dos manos para quitársela. Dejó de besar unos segundos los labios de la chica, echó una mirada, para que engañar algo lasciva, a su torso desnudo y tras negar con la cabeza, volvió a adueñarse de los labios de la brigante mientras sus manos volvían a su origen a fin de toquetear con sutileza las piernas de la chica.
No se contuvo en dar jalones firmes para que no se fuera muy lejos y estuviera cerca de su alcance, gruñía de un modo bajo, trasmitiendo de eso modo lo mucho que lo excitaba tenerla así y que ella fuera la que tomó la primera decisión – Ya basta de.. – paró para estirarle con hambre el labio inferior – provocarme así… – otra vez se tomó una pausa para bajar sus labios hasta la curvatura bajo el cuello de la chica donde devoró con hambre mientras ahora las manos del muslo volvían a moverse para acariciarle la espalda, primero presionando con fuerza los dedos contra su columna para luego ser más sutil y pasar la mano con suavidad por la espalda de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo metiendo un poco sus dedos por debajo el borde de la falda. ¿Qué podía hacer él? Alguien inocente que caía rendido y a los pies de tal mujer. Era inevitable aunque también era bastante facilón.
Los besos no paraban y Adair quitó las manos para deshacer los botones de su camisa para facilitarle las cosas a la chica quien parecía demasiado entretenida en tocar por debajo, viva la libertad y sobretodo, el morbo de estar haciendo todas esas cosas en un lugar semipublico donde posiblemente alguien entraría a molestar.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
No ahogó el suspiro al sentir que Adair tocaba su piel, ni se impuso nada para que no le quitara el jersey. A su indiscreta mirada color miel, contestó con una sonrisa coqueta e incluso, antes de volverlo a besar, se inclinó unos centímetros hacia atrás para que la viera mejor y se convenciera de que ella era un perfecto 9, si es que aun le quedaba alguna duda al muchacho. Al menos entre todos los traumas que cargaba Sofie, el de dudas con su cuerpo no estaba incluido y como en todo lo demás, usaría su estómago terso, sus pechos redonditos y su cara de niña buena o su buena ondita para hacerse querer más.
Pero en cambio, no estaba muy decidida a que Adair se diera cuenta de cuanto le ponía la situación, de lo húmeda que sentía sus bragas o el esfuerzo mental que ejercía para que sus caderas no se balancearan en búsqueda de mayor contacto con él. Alzó un mano hasta su nuca, entremezclando los dedos en su cabello ejerciendo leve presión que indicara que no quería alejar sus cuerpos. Y provocada porque Adair recorría su cuello, aquel punto débil de absoluta perdición para ella, le susurró al oído – es que… me gustas mucho –, aquellos era como decir me calientas como nadie, pero en vocabulario educado o más simple, era la traducción de un gemido a palabras.
Adair se quitaba la camisa y Sofie re pensó que miércoles estaba haciendo allí, pero en cuanto vio su torso desnudo y corroboró que más valía un golpeador en vivo y en directo que cien posters en la pared, (que su madre como de costumbre llevaba la razón) sus fantasmas se despejaron el camino, y sonriendo contenta posó ambas palmas sobre ese cuerpo recorriéndolo de abajo hacia arriba, hasta abrazarse a su hombros… Hasta aquí lo que había vivido alguna vez y ahora Adair le quitaba el sujetador, cuyos breteles ya ni su función cumplían.
Un segundo después, se encontró con que estaba tapando sus pechos desnudos con un brazo, mientras la otra mano sobre los pectorales de Adair, marcaban esa distancia que ya había ejercido en el bosque la otra vez. No era un gran gesto, pero era puro instinto y mordiéndose el labio inferior alzó lo mínimo la mirada para cruzarse con esos hermosos ojos color miel. Si Adair no había pensado que todo aquello era nuevo para Sofie, ahí tenía una señal, no estridente, pero visible para quien quisiera leerla. Le sonrió coqueta por disimular, aunque en verdad no le importase que él lo interpretara como era, y dejó caer sus brazos a los costados, exponiéndose claramente a ser mirada pues era un gusto narcisista total. Le buscó las muñecas para, con lentitud desesperante, acariciarlo hasta los hombros y poder volver a abrazarse con él y juntar los labios con los suyos.
Estaba jugando con fuego, lo sabía. Lo supo mejor en cuanto estrechó su torso desnudo contra el de él, pero estaba tan divertido que quién en su sano juicio podía negarse a ello? Pues ella misma se había negado con Luke, que le molaba igual y al que quería mucho más, que cambiaba ahora? No tenía ni puta idea, o si, que a Adair no lo conocía de nada, con lo bueno y lo malo que eso traía consigo. Pero pensar en Luke aunque fuera un milisegundo de nada, le hizo sentir una traidora total… Como podía estar pensando en eso mientras se desgastaba los labios besando a Adair? Pues fácil, siempre había pensado que tarde o temprano con quien follaría primero en su vida sería el que no estaba en la habitación y para una niña que jugaba a creer en el príncipe azul, eso pesaba.
- Me voy a vestir – le susurró al oído, no tanto advirtiéndole a él, sino más dándose una orden a si misma… Se dio un último gustito apretando su cuerpo contra el de Adair y mordiéndole apenas el lóbulo de la oreja a la cual le hablaba y concluyó con mucha menos seguridad en la voz, porque ya empezaba a arrepentirse – ya he pagado mis deudas – cerró los ojos y volvió a besarlo con ansias, ahora si arrepentida completamente. Ahora no quería soltarlo, más bien rezaba porque Adair le dijese “tu me debes uff, no te vistes nada” o que ella en vez de salir con eso de vestirse le hubiera susurrado “desnúdate”
Pero en cambio, no estaba muy decidida a que Adair se diera cuenta de cuanto le ponía la situación, de lo húmeda que sentía sus bragas o el esfuerzo mental que ejercía para que sus caderas no se balancearan en búsqueda de mayor contacto con él. Alzó un mano hasta su nuca, entremezclando los dedos en su cabello ejerciendo leve presión que indicara que no quería alejar sus cuerpos. Y provocada porque Adair recorría su cuello, aquel punto débil de absoluta perdición para ella, le susurró al oído – es que… me gustas mucho –, aquellos era como decir me calientas como nadie, pero en vocabulario educado o más simple, era la traducción de un gemido a palabras.
Adair se quitaba la camisa y Sofie re pensó que miércoles estaba haciendo allí, pero en cuanto vio su torso desnudo y corroboró que más valía un golpeador en vivo y en directo que cien posters en la pared, (que su madre como de costumbre llevaba la razón) sus fantasmas se despejaron el camino, y sonriendo contenta posó ambas palmas sobre ese cuerpo recorriéndolo de abajo hacia arriba, hasta abrazarse a su hombros… Hasta aquí lo que había vivido alguna vez y ahora Adair le quitaba el sujetador, cuyos breteles ya ni su función cumplían.
Un segundo después, se encontró con que estaba tapando sus pechos desnudos con un brazo, mientras la otra mano sobre los pectorales de Adair, marcaban esa distancia que ya había ejercido en el bosque la otra vez. No era un gran gesto, pero era puro instinto y mordiéndose el labio inferior alzó lo mínimo la mirada para cruzarse con esos hermosos ojos color miel. Si Adair no había pensado que todo aquello era nuevo para Sofie, ahí tenía una señal, no estridente, pero visible para quien quisiera leerla. Le sonrió coqueta por disimular, aunque en verdad no le importase que él lo interpretara como era, y dejó caer sus brazos a los costados, exponiéndose claramente a ser mirada pues era un gusto narcisista total. Le buscó las muñecas para, con lentitud desesperante, acariciarlo hasta los hombros y poder volver a abrazarse con él y juntar los labios con los suyos.
Estaba jugando con fuego, lo sabía. Lo supo mejor en cuanto estrechó su torso desnudo contra el de él, pero estaba tan divertido que quién en su sano juicio podía negarse a ello? Pues ella misma se había negado con Luke, que le molaba igual y al que quería mucho más, que cambiaba ahora? No tenía ni puta idea, o si, que a Adair no lo conocía de nada, con lo bueno y lo malo que eso traía consigo. Pero pensar en Luke aunque fuera un milisegundo de nada, le hizo sentir una traidora total… Como podía estar pensando en eso mientras se desgastaba los labios besando a Adair? Pues fácil, siempre había pensado que tarde o temprano con quien follaría primero en su vida sería el que no estaba en la habitación y para una niña que jugaba a creer en el príncipe azul, eso pesaba.
- Me voy a vestir – le susurró al oído, no tanto advirtiéndole a él, sino más dándose una orden a si misma… Se dio un último gustito apretando su cuerpo contra el de Adair y mordiéndole apenas el lóbulo de la oreja a la cual le hablaba y concluyó con mucha menos seguridad en la voz, porque ya empezaba a arrepentirse – ya he pagado mis deudas – cerró los ojos y volvió a besarlo con ansias, ahora si arrepentida completamente. Ahora no quería soltarlo, más bien rezaba porque Adair le dijese “tu me debes uff, no te vistes nada” o que ella en vez de salir con eso de vestirse le hubiera susurrado “desnúdate”
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Adair quería rebobinar para hallar el punto donde Sofie de apartarle la manita había pasado a tirarse encima necesitada de amor. ¿Qué si él se quejaba? Por supuesto que no, nunca, aquello sería como renunciar a su alma. Las palabras susurradas en su oído, agudas y ahogadas, provocaron un suspiro placentero en Adair y su piel reaccionó erizando cada vello de su cuerpo. Ni quiso frenar las traviesas manos de Sofie recorrer su cuerpo, allá ella y su libertad, aprovechó el momento de desucido para deshacer con una mano el cierre del sujetador y casi arrancárselo del cuerpo. Lanzó la prenda (muy bonita por cierto) lejos de ellos para jalarla otra vez de nuevo hacia él, no obstante, Sofie marcó rápidamente las distancias y Adair no pudo hacer otra cosa que enarcar una ceja. ¿A qué diablos venía eso?
- Que…
Hubiera seguido formulando la pregunta del millón si no fuera que la única neurona funcional en ese momento (Su entrepierna) gritó casi que ahí había tesoro encerrado, es decir, la chica era más virgen que el aceite. Pasó una mano por su cara y tiró el cuello hacia atrás maldiciendo el mal ojo que tenía en ese sentido, esa noche no ganaba para calentones y sustos, calentones que no terminaban enfriándose del todo. ¿Ahora que se suponía que debía hacer? Una cosa era tirarsela si ya había catado varón y otra muy distinta es… bueno, robarle su gran virtud, eso no le sentaría bien a Gabrielle, ni a Autumn y probablemente aquella chiquilla tendría algún hermano varón que como él, cuidaba por su salud.
Las buenas intenciones se esfumaron cuando notó los turgentes pechos de la brigante contra su pecho, diablos, su entrepierna reaccionó casi al unísono y él solo atinó a poner una mano en la espalda de la chica para apretarla más hacia él a fin de unir sus labios otra vez en lascivos besos que solo aumentaban en intensidad – No te vistas… - susurró en respuesta ante la primera letania de la chica quien parecía querer decir todo lo contrario e iba a responder a la segunda cuando el intenso beso de la rubia detuvo al smertios que limitó a bajar las dos manos por la curva de la espalda de la chica hasta alcanzar su trasero el cual apretó hacia él con firmeza. Gruñó de pura felicidad mientras sus manos agarraban la tela fina de la falda y sin querer (el pobre estaba perdido) la rompió entre sus dedos – Sofie, Sofie – mierda iba a arrepentirse toda su santa vida de eso pero ya veía a media universidad en turba para pedir su cabeza si continuaban así.
Tras tomarla por las caderas la alzó en el aire para dejarla encima la mesa y él tumbarse encima. La empezó a besar por el cuello con hambre y lujuria mientras sus manos recorrían su cuerpo, memorizando sus curvas y a su vez, las entrepiernas se rozaban solo con el vaivén de sus cuerpos - ¿No deberías pararme?
- Que…
Hubiera seguido formulando la pregunta del millón si no fuera que la única neurona funcional en ese momento (Su entrepierna) gritó casi que ahí había tesoro encerrado, es decir, la chica era más virgen que el aceite. Pasó una mano por su cara y tiró el cuello hacia atrás maldiciendo el mal ojo que tenía en ese sentido, esa noche no ganaba para calentones y sustos, calentones que no terminaban enfriándose del todo. ¿Ahora que se suponía que debía hacer? Una cosa era tirarsela si ya había catado varón y otra muy distinta es… bueno, robarle su gran virtud, eso no le sentaría bien a Gabrielle, ni a Autumn y probablemente aquella chiquilla tendría algún hermano varón que como él, cuidaba por su salud.
Las buenas intenciones se esfumaron cuando notó los turgentes pechos de la brigante contra su pecho, diablos, su entrepierna reaccionó casi al unísono y él solo atinó a poner una mano en la espalda de la chica para apretarla más hacia él a fin de unir sus labios otra vez en lascivos besos que solo aumentaban en intensidad – No te vistas… - susurró en respuesta ante la primera letania de la chica quien parecía querer decir todo lo contrario e iba a responder a la segunda cuando el intenso beso de la rubia detuvo al smertios que limitó a bajar las dos manos por la curva de la espalda de la chica hasta alcanzar su trasero el cual apretó hacia él con firmeza. Gruñó de pura felicidad mientras sus manos agarraban la tela fina de la falda y sin querer (el pobre estaba perdido) la rompió entre sus dedos – Sofie, Sofie – mierda iba a arrepentirse toda su santa vida de eso pero ya veía a media universidad en turba para pedir su cabeza si continuaban así.
Tras tomarla por las caderas la alzó en el aire para dejarla encima la mesa y él tumbarse encima. La empezó a besar por el cuello con hambre y lujuria mientras sus manos recorrían su cuerpo, memorizando sus curvas y a su vez, las entrepiernas se rozaban solo con el vaivén de sus cuerpos - ¿No deberías pararme?
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Apenas si pudo negar con un leve movimiento del rostro. Está bien, no se vestiría… Bueno si! tenía que hacerlo… Mejor luego…. Se estaba yendo todo al carajo: un gemido áfono se le escapó de los labios, cuando su falda se echaba a volar y en cuanto reunía algo de fuerzas para decidirse por lo sensato de largarse de allí Adair hacía algo que la deshacía en suspiros, o pronunciar su nombre o tumbarla sobre la mesa y besarla como ningún otro había hecho antes.
- no… si… si debería… - Decía sin decidirse entre una u otra cosa, al tiempo que su cuerpo actuaba solo, arqueando la espalda, buscándolo con las caderas aunque su jean estuviera raspándole la piel desnuda, acariciándole la espalda para no privarse de nada. Tenía que dejar de suspirar, de besarlo de lo que fuera que estuviera haciendo y alejarse de él. Así como Adair no era un chico de “novias”, Sofie no era una chica de “amigos” y aferrándose a ese pensamiento es que pudo empezar a improvisar con lo que mejor se le daba: hablar – debería… solo déjame pensar en… ahhh – estaba tratando de bajar su calentura pero él la besaba en el cuello y los gemidos se le escapaban sin más.
- imaginemos un… elfo doméstico ¿?… o a tu abuela en bañador… … ¿? – luego de un par de burradas logró despegarse de Adair y arrastrándose con gracia sobre la mesa, se bajó del lado opuesto. Así desnuda como andaba, solo con las bragas blancas y el cabello rubio largísimo y desordenado, siguió en su mundo pensando con esfuerzo en cualquier tontería para nada sexual con tal de bajarse ella misma la calentura, mientras buscaba sus ropas –… pasteles asesinos, hisopos asesinos, cactus asesinos, una vaca en camisón!!…. andando directo al matadero… un ogro en tutu rosa… Lo tengo! – Mezcla de haber encontrado una imagen lo suficientemente bizarra y su blusa gris - ¡¡ hipopótamos bailando la macarena!!
Buscó con la vista a Adair y se encogió de hombros queriendo trasmitirle con una sonrisita coqueta, que le disculpara todas las boberías que estaba diciendo, que ni ella misma sabía lo que hacía, para finalmente detenerse en la prenda que llevaba entre manos y ponérsela, sin sujetador ni nada, pero no le importaba, solo quería superar el momento, volver a la fría realidad. Dos preguntas se debatían en su mente: Donde estaba el resto de su ropa? Y Acaso si tenía que dar alguna explicación?
- no… si… si debería… - Decía sin decidirse entre una u otra cosa, al tiempo que su cuerpo actuaba solo, arqueando la espalda, buscándolo con las caderas aunque su jean estuviera raspándole la piel desnuda, acariciándole la espalda para no privarse de nada. Tenía que dejar de suspirar, de besarlo de lo que fuera que estuviera haciendo y alejarse de él. Así como Adair no era un chico de “novias”, Sofie no era una chica de “amigos” y aferrándose a ese pensamiento es que pudo empezar a improvisar con lo que mejor se le daba: hablar – debería… solo déjame pensar en… ahhh – estaba tratando de bajar su calentura pero él la besaba en el cuello y los gemidos se le escapaban sin más.
- imaginemos un… elfo doméstico ¿?… o a tu abuela en bañador… … ¿? – luego de un par de burradas logró despegarse de Adair y arrastrándose con gracia sobre la mesa, se bajó del lado opuesto. Así desnuda como andaba, solo con las bragas blancas y el cabello rubio largísimo y desordenado, siguió en su mundo pensando con esfuerzo en cualquier tontería para nada sexual con tal de bajarse ella misma la calentura, mientras buscaba sus ropas –… pasteles asesinos, hisopos asesinos, cactus asesinos, una vaca en camisón!!…. andando directo al matadero… un ogro en tutu rosa… Lo tengo! – Mezcla de haber encontrado una imagen lo suficientemente bizarra y su blusa gris - ¡¡ hipopótamos bailando la macarena!!
Buscó con la vista a Adair y se encogió de hombros queriendo trasmitirle con una sonrisita coqueta, que le disculpara todas las boberías que estaba diciendo, que ni ella misma sabía lo que hacía, para finalmente detenerse en la prenda que llevaba entre manos y ponérsela, sin sujetador ni nada, pero no le importaba, solo quería superar el momento, volver a la fría realidad. Dos preguntas se debatían en su mente: Donde estaba el resto de su ropa? Y Acaso si tenía que dar alguna explicación?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Estaba ciego, hubiera deseado comerse literalmente a Sofie hasta probar cada resquicio de su piel. Embriagado por su aroma, besaba, lamía y mordisqueaba a partes proporcionales su tierno cuello y sus manos recorrían con ansias su curvilíneo cuerpo. La escuchaba hablar pero no entendía que decía, estaba sordo y ciego, solo necesitaba hacer eso que quería hacer pero la culpa era de Sofie por andar devolviéndole el juego con incluso más intensidad que él… y sus gemidos, oh sus gemidos, eso si volvían loco todo su cuerpo. Sofie logró zafarse de él, Adair la miró con pasión y hambre, tenía la respiración algo alterada (o mucho) y el sudor perlado empezaba a abrillantar su frente. La miró desnuda sin esconder la lasciva mirada, gruñó algo impronunciable y sacudió la cabeza para prestar atención a sus palabras en cambio de ir corriendo, jalarla y empotrarla esta vez si de buenas contra la pared.
- ¿Hipopótamos? ¿La macarena? – gruño entre dientes mientras bajaba la cabeza para colocar dos de sus dedos en el puente de la nariz. Apoyó su cuerpo contra la mesa y quedó en silencio. No dijo nada durante un buen rato, absorto en sus pensamientos, intentando bajar su erección con algún poder mental desconocido que guardara bajo llave y que nadie supiera pero no, aquello necesitaba un poder manual. Tragó aire, suspiro un par de veces y solo cuando dejó de sentir ese entumecimiento mental, reflexionó las palabras de Sofie tanto que terminó por después de cinco minutos soltar una carcajada que llenó la habitación. ¿Qué venía contándole todas esas barbaries en medio de la calentura? – Me gustaría saber de donde has salido tu… - dijo sin poder evitar reírse.
Agachó su cuerpo para tomar su camisa antes de caminar hasta donde estaba ella, la rodeó y se quedó atrás. Dejó la camisa encima de sus hombros (probablemente la prenda quedaría sobre Sofíe como dos o tres tallas más grande, lo justo para evitar ir enseñando el culo por toda la facultad) y apartó suavemente el cabello de la chica hacia un lado para besar con suavidad su cuello – Soy un patán y desconsiderado. Nunca llamo a la mañana siguiente. Te aconsejo que no tengas tu primera vez conmigo – mordió delicadamente su oreja y usó una mano para acariciar su cintura antes de pegarla a su torso con firmeza – Aunque eso no quita que quiera quedar para solventar planes financieros, hay algo en ti… - y dejó la frase a medias. Aprovechando que la tenía agarrada por la cintura, la hizo girar y tal cual, fundió sus labios con los de ella en un último beso pasional – Bien, es hora de acompañarte a tu habitación.
- ¿Hipopótamos? ¿La macarena? – gruño entre dientes mientras bajaba la cabeza para colocar dos de sus dedos en el puente de la nariz. Apoyó su cuerpo contra la mesa y quedó en silencio. No dijo nada durante un buen rato, absorto en sus pensamientos, intentando bajar su erección con algún poder mental desconocido que guardara bajo llave y que nadie supiera pero no, aquello necesitaba un poder manual. Tragó aire, suspiro un par de veces y solo cuando dejó de sentir ese entumecimiento mental, reflexionó las palabras de Sofie tanto que terminó por después de cinco minutos soltar una carcajada que llenó la habitación. ¿Qué venía contándole todas esas barbaries en medio de la calentura? – Me gustaría saber de donde has salido tu… - dijo sin poder evitar reírse.
Agachó su cuerpo para tomar su camisa antes de caminar hasta donde estaba ella, la rodeó y se quedó atrás. Dejó la camisa encima de sus hombros (probablemente la prenda quedaría sobre Sofíe como dos o tres tallas más grande, lo justo para evitar ir enseñando el culo por toda la facultad) y apartó suavemente el cabello de la chica hacia un lado para besar con suavidad su cuello – Soy un patán y desconsiderado. Nunca llamo a la mañana siguiente. Te aconsejo que no tengas tu primera vez conmigo – mordió delicadamente su oreja y usó una mano para acariciar su cintura antes de pegarla a su torso con firmeza – Aunque eso no quita que quiera quedar para solventar planes financieros, hay algo en ti… - y dejó la frase a medias. Aprovechando que la tenía agarrada por la cintura, la hizo girar y tal cual, fundió sus labios con los de ella en un último beso pasional – Bien, es hora de acompañarte a tu habitación.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Podrían haber sido 30 segundos o 2 horas, daba igual. El silencio después de haber cortado una situación de esas, era mucho más denso que cualquier otro y Sofie se mordía ambos labios a la vez, mientras recogía de la habitación su sostén y su falda con el mayor disimulo posible. Podía no haber follado con nadie, pero no vivía en una cacerola y sabía que nunca era bien recibido dejar a alguien con la calentura a la mitad. Conclusión, fue incómodo y pensaba que lo había arruinado todo, no en plan “ya no lo conquistaré”, sino creyendo que él la despreciaría como persona por andar jugándole o algo de eso…
Pero más vale tarde que nunca Adair se tomaba con humor sus tonterías y volvía a conquistarle el corazón y la sonrisa… y luego el cuerpo entero cuando la abrazaba por detrás. Se abrazó a sus prendas destruidas para canalizar la dulce tensión de sus nuevos besos al cuello, cerrando los ojos al escucharlo hablar. Él decía lo que los rumores afirmaban, pero Sofie no lo podía ver, un patán no actuaba así, ella los conocía: los que salían con su madre eran desconsiderados, no Adair! Al menos con ella no lo estaba siendo… Las palabras se le agolpaban en la mente, quería interrumpirlo y aclararle un par de puntos, justificarse un poco, increparlo otro poco, pero sabe dios como hizo para contenerse y se mantuvo callada hasta volver a besarlo con las mismas ganas de antes.
- escucha, primero…- Si Adair quería advertirle no estaba funcionando muy bien… pero le iba a seguir el juego, si le gustaba pensarse como un mal partido, a este punto daba igual… - ya se que a los chicos no les va bien escuchar pero te aguantas – Dejó su sostén y mini amarilla sobre la mesada para tener las manos libres y poder prenderse la camisa que Adair le prestaba y empezó a decir su parte mientras alternaba los ojos entre Adair y los botones
-… Que me estás diciendo? Que enamore a “el buen chico” para la primera vez, así luego vuelvo por “el mal chico” a hacer lo divertido? – entrecomilló con los dedos aquellas frases que fácilmente en su mente podía remplazar por Luke/Adair (aunque él no lo supiera) y sonrió de lado negando. No se lo decía mal, no estaba ofendida ni le estaba peleando, solo le parecía de locos la propuesta, en especial porque era obvio para ambos que Sofie quería follar con él, estaba semidesnuda en la sala de enfermeras por su culpa!!! …. Con mucha más comicidad agregó, casi burlándose de quien fuera el pobre diablo que hiciera el papel de “buen novio” en cual fuera la historia – Es horrible! Pobre chico! …jajaj… Tu estás loco – y le dio un rápido beso en los labios, riéndose de ella, de él, del pobre X que tenía que conseguirse para que la llamara al otro día.
-… la primera o la séptima da igual… quiero hacerlo contigo… mira sino, como estoy… - se señaló a si misma para que se fijase bien en que estaba semidesnuda usando su camisa, y de inmediato se le acaloraron las mejillas de la vergüenza de darse cuenta a destiempo que le estaba diciendo en la cara que querría follárselo! Que horror! Pero… para que disimular lo obvio? -…. El problema no es ese. El punto es que así como tu no eres un chico de “novias”, yo no soy una chica de “amigos”…
Cerró los ojos un momento pero no le dejó que la interrumpa, no quería que la mal interpretase - … y no te estoy pidiendo que seas mi novio… solo digo que es… incompatible… - Se volvió a tomar sus cosas y antes de salir corriendo se tomó el atrevimiento de seguir jugando con él, porque si! eso ya no podía llamarse de ninguna forma decente. Lo jaló del brazo hasta dejar su boca a milímetros rostro y volver a susurrarle lo único importante de todo el palabrerío justo a su oído – quiero hacerlo contigo -
Pero más vale tarde que nunca Adair se tomaba con humor sus tonterías y volvía a conquistarle el corazón y la sonrisa… y luego el cuerpo entero cuando la abrazaba por detrás. Se abrazó a sus prendas destruidas para canalizar la dulce tensión de sus nuevos besos al cuello, cerrando los ojos al escucharlo hablar. Él decía lo que los rumores afirmaban, pero Sofie no lo podía ver, un patán no actuaba así, ella los conocía: los que salían con su madre eran desconsiderados, no Adair! Al menos con ella no lo estaba siendo… Las palabras se le agolpaban en la mente, quería interrumpirlo y aclararle un par de puntos, justificarse un poco, increparlo otro poco, pero sabe dios como hizo para contenerse y se mantuvo callada hasta volver a besarlo con las mismas ganas de antes.
- escucha, primero…- Si Adair quería advertirle no estaba funcionando muy bien… pero le iba a seguir el juego, si le gustaba pensarse como un mal partido, a este punto daba igual… - ya se que a los chicos no les va bien escuchar pero te aguantas – Dejó su sostén y mini amarilla sobre la mesada para tener las manos libres y poder prenderse la camisa que Adair le prestaba y empezó a decir su parte mientras alternaba los ojos entre Adair y los botones
-… Que me estás diciendo? Que enamore a “el buen chico” para la primera vez, así luego vuelvo por “el mal chico” a hacer lo divertido? – entrecomilló con los dedos aquellas frases que fácilmente en su mente podía remplazar por Luke/Adair (aunque él no lo supiera) y sonrió de lado negando. No se lo decía mal, no estaba ofendida ni le estaba peleando, solo le parecía de locos la propuesta, en especial porque era obvio para ambos que Sofie quería follar con él, estaba semidesnuda en la sala de enfermeras por su culpa!!! …. Con mucha más comicidad agregó, casi burlándose de quien fuera el pobre diablo que hiciera el papel de “buen novio” en cual fuera la historia – Es horrible! Pobre chico! …jajaj… Tu estás loco – y le dio un rápido beso en los labios, riéndose de ella, de él, del pobre X que tenía que conseguirse para que la llamara al otro día.
-… la primera o la séptima da igual… quiero hacerlo contigo… mira sino, como estoy… - se señaló a si misma para que se fijase bien en que estaba semidesnuda usando su camisa, y de inmediato se le acaloraron las mejillas de la vergüenza de darse cuenta a destiempo que le estaba diciendo en la cara que querría follárselo! Que horror! Pero… para que disimular lo obvio? -…. El problema no es ese. El punto es que así como tu no eres un chico de “novias”, yo no soy una chica de “amigos”…
Cerró los ojos un momento pero no le dejó que la interrumpa, no quería que la mal interpretase - … y no te estoy pidiendo que seas mi novio… solo digo que es… incompatible… - Se volvió a tomar sus cosas y antes de salir corriendo se tomó el atrevimiento de seguir jugando con él, porque si! eso ya no podía llamarse de ninguna forma decente. Lo jaló del brazo hasta dejar su boca a milímetros rostro y volver a susurrarle lo único importante de todo el palabrerío justo a su oído – quiero hacerlo contigo -
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Tuvo que guardarse cada una de las palabras para su fuero interno en cuanto Sofie volvió a sus quehaceres de verborrea andante. Escuchó pero prestó más atención a lo que los botones iban tapando por segunda vez en la noche, automáticamente lanzó un lamento interno, ya iban dos, dos veces que lo dejaba con la marcha puesta pero sin terminar de acelerar. Eso no podía ser sano pero por alguna razón no estaba de mala leche, las palabras de Sofie hasta se antojaban divertidas o eso o la mierda fumada aún hacia efecto porque estaba literalmente perplejo. ¿Estaba pidiendo la chica, tal cual, tener sexo? Pasó una mano por su cara, disimulando la sonrisota y la carcajada porque si estaban hablando de un tema como aquel tampoco hacia falta bromear sobre cual de los chicos supuestamente se debía llevar su virginidad como premio.
- ¿Quién ha dicho que sea incomp…? – y su pregunta fue interrumpida cuando Sofie se lanzó hacia él para susurrarle aquello al oído. Las manos de Adair se movieron solas, la tomo con firmeza de las muñecas e impidió que saliera huyendo hacia donde quisiera ir, clavó los ojos en la chica sin rastro alguno de sonrisa, estaba muy serio, demasiado serio para como solía ser él – Me estas pidiendo que resolvamos nuestras incompatibilidades. No es una pregunta – agregó, llevándola poco a poco hasta la mesa para arrinconarla allí a fin de evitar una fuga meditada. Sin pudor, llegado a esas alturas, ¿para qué tenerlo? La tomó de las nalgas y la sentó encima de la mesa para tenerla justo a la cara. Apoyó las dos manos en la mesa para hablar con voz taimada – Las cosas están así de claras, tu quieres hacerlo conmigo y yo considero que no soy chico para tu primera vez. ¿Cómo podemos resolver esto? – la besó de forma corta para callarla que Sofie capaz y soltaba el discurso del rey – Hay una reunión, veamos como se nos da. Tómalo como quieras – esta vez alargó el cuello para darle un beso más apasionado y se apartó de ella para dejarle libre paso – Me gusta como te queda mi camisa, se te ve el culo
No pudo evitar reír y con la mano indicó donde estaba la puerta. Revisó la hora que era, mierda, seguro que Autumn ya había terminado con el doctor e iba a montarle el drama del siglo - ¿Qué tal el fin de semana que viene? – mencionó caminando tras Sofie – Fuera de aquí, no quiero que un campo anti gravedad nos joda la velada – besó la cabeza de la chica – Tengo que ir por Autumn…
- ¿Quién ha dicho que sea incomp…? – y su pregunta fue interrumpida cuando Sofie se lanzó hacia él para susurrarle aquello al oído. Las manos de Adair se movieron solas, la tomo con firmeza de las muñecas e impidió que saliera huyendo hacia donde quisiera ir, clavó los ojos en la chica sin rastro alguno de sonrisa, estaba muy serio, demasiado serio para como solía ser él – Me estas pidiendo que resolvamos nuestras incompatibilidades. No es una pregunta – agregó, llevándola poco a poco hasta la mesa para arrinconarla allí a fin de evitar una fuga meditada. Sin pudor, llegado a esas alturas, ¿para qué tenerlo? La tomó de las nalgas y la sentó encima de la mesa para tenerla justo a la cara. Apoyó las dos manos en la mesa para hablar con voz taimada – Las cosas están así de claras, tu quieres hacerlo conmigo y yo considero que no soy chico para tu primera vez. ¿Cómo podemos resolver esto? – la besó de forma corta para callarla que Sofie capaz y soltaba el discurso del rey – Hay una reunión, veamos como se nos da. Tómalo como quieras – esta vez alargó el cuello para darle un beso más apasionado y se apartó de ella para dejarle libre paso – Me gusta como te queda mi camisa, se te ve el culo
No pudo evitar reír y con la mano indicó donde estaba la puerta. Revisó la hora que era, mierda, seguro que Autumn ya había terminado con el doctor e iba a montarle el drama del siglo - ¿Qué tal el fin de semana que viene? – mencionó caminando tras Sofie – Fuera de aquí, no quiero que un campo anti gravedad nos joda la velada – besó la cabeza de la chica – Tengo que ir por Autumn…
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alternativa a la levitación
Miedito le dio. O terror directo cuando Adair se imponía así, nunca le había mirado con ese rostro, ni jalado tan bruscamente, ni nada de eso, pero a pesar de que la cara de espanto era lo preponderante en ella, las snichs en el estómago no se esperaron nada para alborotarse!…. Le estaba pidiendo resolver?... bueno si!, pero no lo había pensado así, en verdad no había dicho nada de aquello por pretender cambiar a Adair, no sabía como explicárselo pero quería hacerlo y bien hizo el chico en callarla con un beso, pues a punto estaba de interrumpirlo y aclarar oscureciendo seguramente…
Entre el beso y que él repetía lo de la “reunión”, la sonrisa le fue volviendo al rostro y la calma al cuerpo, miró hacia cualquier sitio sintiéndose tonta, tonta, tonta… Entonces… lo estaba convenciendo? Al menos intentaría algo?... se mordió el labio apenas descreída de lo que estaba pasando, contenta de la vida y respondió al aquel beso con tanta osadía como le fue posible.- Eres un tonto!...jajaja – se rió de él y se bajó de la mesa acomodándose la camisa ajena de la mejor manera.
- ok… - asintió con el rostro también, con una sonrisa que ya se extendía de una oreja a la otra… No podía evitarlo, estaba feliz! Tampoco quería disimularlo… - Tu ve por Autumn, yo voy sola a mi dormitorio… Que no quiero que me van paseando semidesnuda a tu lado!... – Le sacó la lengua y se dio la media vuelta para salir, pero antes de desaparecer de su vista, se levantó la camisa apenas y le mostró el culo por bromearle, lanzando ella misma una estrepitosa carcajada al aire que hizo eco una y otra vez en los pasillos desiertos del edificio….
Salió corriendo y ya no miró atrás… Adair Brackminster gustaba de ella!!! Y había conseguido una cita con él!!!!! Tenía que ya ya pero YA! Contárselo a las chicas!!!
Entre el beso y que él repetía lo de la “reunión”, la sonrisa le fue volviendo al rostro y la calma al cuerpo, miró hacia cualquier sitio sintiéndose tonta, tonta, tonta… Entonces… lo estaba convenciendo? Al menos intentaría algo?... se mordió el labio apenas descreída de lo que estaba pasando, contenta de la vida y respondió al aquel beso con tanta osadía como le fue posible.- Eres un tonto!...jajaja – se rió de él y se bajó de la mesa acomodándose la camisa ajena de la mejor manera.
- ok… - asintió con el rostro también, con una sonrisa que ya se extendía de una oreja a la otra… No podía evitarlo, estaba feliz! Tampoco quería disimularlo… - Tu ve por Autumn, yo voy sola a mi dormitorio… Que no quiero que me van paseando semidesnuda a tu lado!... – Le sacó la lengua y se dio la media vuelta para salir, pero antes de desaparecer de su vista, se levantó la camisa apenas y le mostró el culo por bromearle, lanzando ella misma una estrepitosa carcajada al aire que hizo eco una y otra vez en los pasillos desiertos del edificio….
Salió corriendo y ya no miró atrás… Adair Brackminster gustaba de ella!!! Y había conseguido una cita con él!!!!! Tenía que ya ya pero YA! Contárselo a las chicas!!!
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Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
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