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Navidad 2011 -
4 participantes
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Navidad 2011 -
//este post está ambientado en el pasado. Los hechos que aquí se relatan corresponden a la madrugada del 25 de Diciembre de 2011//
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Ir en las vacaciones a Ingleterra era rutina ya. Todos los años, al día siguiente que la escuela de Sofie iniciaba receso, ya fuera de invierno o verano, ella y su madre tomaban sus baúles, a Obelix, ponía la alarma y viajaban al castillo Luttrell en vasija de plata, o cerámica esmaltada o lo que hiciera de traslador en esa ocasión. Del mismo modo, dos días antes de que el ciclo lectivo muggle se reiniciase, tomaban otro objeto inútil y volvían al piso 13 de su céntrico edificio en Barcelona.
Sofie amaba viajar, y sobretodo ir a Inglaterra: ver a sus primos y tíos, a su abuela que adoraba, pasearse por el castillo y vivir la magia en cuerpo y alma todo el santo día como una cosa extraordinaria. En cambio su madre lo sufría y se le notaba más que en el rostro: una semana antes de partir su humor se ponía insufrible, los cojines empezaba a flotar y las copas de vino se acumulaban en el fregadero...
Vacacionar en Castle Combe era una situación compleja. Jessy, su madre, se la pasaba del alba al atardecer, todos los santos días, sentada en el mismo banco de hierro mirando el horizonte de los campos que le pertenecían por herencia, con un cigarrillo encendido en la derecha y la copa de vino a medio tomar marcada con labial en la izquierda. Apenas hablaba con nadie o llegaba a tiempo para la cena, y Sofie, desde prudente distancia se preguntaba qué estaría pensando, que estaría mirando exactamente, sin obtener por más que le increpase a la cara respuesta alguna...
En algún momento Jessy, por razones que parecían no estar más que dentro de su cabeza, se levantaba del sitio, buscaba a Sofie interrumpiéndola sin importar si estaba almorzando, jugando, charlando o duchándose y decía "Nos vamos de paseo"…. A veces, viajaban hasta Rusia para ver un espectáculo de sirenas albinas, otras a México a tomar tequila en la playa, y cada tanto simplemente conducía su new bettle hasta la casa de algún amigo... Ahí empezaban las vacaciones según Sofie, pues en cuanto ponían un pie fuera de Castle Combe, su madre volvía a ser quien era, mal humorada si, pero al menos con voz y sonrisas de ocasión.
Siendo víspera de navidad, llegaron a la residencia Rayder, habiendo comprado en el camino unas cuantas botellas de Champagne, varios paquetes de dulces y cargando consigo la canasta de regalos… Ambas Luttrell tenían la costumbre de nunca presentarse con las manos vacías y era a modo de ver de Sofie, una muy buena costumbre… Luego del brindis feliz, los regalos… Para Dave unas botas texanas medio vintage medio de colección, a Sandra el chiste del vibrador por 5 vez y una cartera monísima de louis vuitton… para Loulou unos jeans todos rotosos a la moda de esas marcas que segurísimo no maltratan animales, a Zack la consola y a Luke un reloj sumergible, de esos todo terreno con mil botones…..
- Van a salir no? – Sugirió/ordenó Jessy a los menores, mientras ayudaba a recoger los trastos con una mano y sostenía una copa de vino con la otra. – Sofie… hoy estoy tan generosa que te prestaré el auto si quieres…. – Sofie se rió por demás, por las tonterías que decía su madre, desde que había sacado el carnet hacía unos meses que conducía, incluso toda la noche habían estado hablando de esa novedad, pero así era Jessy: loca y algo borracha…
La joven alzó los hombros pues en verdad no habían organizado nada y miró a Loulou y a Luke buscando confirmaciones. Ni que ella pudiera decir como ni donde en medio de esa cuidad desconocida, aunque conducir por la derecha o por la izquierda no le implicaba problema, y tampoco era de beber como para poner esa excusa. Además quería salir, claro que si! más con Luke, porque Loulou era media extraña y sus amistades más, pero quizá el chico tuviera sus propios planes con sus amigos y… - entonces Luke... vamos a dar una vuelta? o Ya has hecho planes con tus amigos?... Puedo unirme si no te molesta… me quedo calladita y te hago de chofer…
Ir en las vacaciones a Ingleterra era rutina ya. Todos los años, al día siguiente que la escuela de Sofie iniciaba receso, ya fuera de invierno o verano, ella y su madre tomaban sus baúles, a Obelix, ponía la alarma y viajaban al castillo Luttrell en vasija de plata, o cerámica esmaltada o lo que hiciera de traslador en esa ocasión. Del mismo modo, dos días antes de que el ciclo lectivo muggle se reiniciase, tomaban otro objeto inútil y volvían al piso 13 de su céntrico edificio en Barcelona.
Sofie amaba viajar, y sobretodo ir a Inglaterra: ver a sus primos y tíos, a su abuela que adoraba, pasearse por el castillo y vivir la magia en cuerpo y alma todo el santo día como una cosa extraordinaria. En cambio su madre lo sufría y se le notaba más que en el rostro: una semana antes de partir su humor se ponía insufrible, los cojines empezaba a flotar y las copas de vino se acumulaban en el fregadero...
Vacacionar en Castle Combe era una situación compleja. Jessy, su madre, se la pasaba del alba al atardecer, todos los santos días, sentada en el mismo banco de hierro mirando el horizonte de los campos que le pertenecían por herencia, con un cigarrillo encendido en la derecha y la copa de vino a medio tomar marcada con labial en la izquierda. Apenas hablaba con nadie o llegaba a tiempo para la cena, y Sofie, desde prudente distancia se preguntaba qué estaría pensando, que estaría mirando exactamente, sin obtener por más que le increpase a la cara respuesta alguna...
En algún momento Jessy, por razones que parecían no estar más que dentro de su cabeza, se levantaba del sitio, buscaba a Sofie interrumpiéndola sin importar si estaba almorzando, jugando, charlando o duchándose y decía "Nos vamos de paseo"…. A veces, viajaban hasta Rusia para ver un espectáculo de sirenas albinas, otras a México a tomar tequila en la playa, y cada tanto simplemente conducía su new bettle hasta la casa de algún amigo... Ahí empezaban las vacaciones según Sofie, pues en cuanto ponían un pie fuera de Castle Combe, su madre volvía a ser quien era, mal humorada si, pero al menos con voz y sonrisas de ocasión.
Siendo víspera de navidad, llegaron a la residencia Rayder, habiendo comprado en el camino unas cuantas botellas de Champagne, varios paquetes de dulces y cargando consigo la canasta de regalos… Ambas Luttrell tenían la costumbre de nunca presentarse con las manos vacías y era a modo de ver de Sofie, una muy buena costumbre… Luego del brindis feliz, los regalos… Para Dave unas botas texanas medio vintage medio de colección, a Sandra el chiste del vibrador por 5 vez y una cartera monísima de louis vuitton… para Loulou unos jeans todos rotosos a la moda de esas marcas que segurísimo no maltratan animales, a Zack la consola y a Luke un reloj sumergible, de esos todo terreno con mil botones…..
- Van a salir no? – Sugirió/ordenó Jessy a los menores, mientras ayudaba a recoger los trastos con una mano y sostenía una copa de vino con la otra. – Sofie… hoy estoy tan generosa que te prestaré el auto si quieres…. – Sofie se rió por demás, por las tonterías que decía su madre, desde que había sacado el carnet hacía unos meses que conducía, incluso toda la noche habían estado hablando de esa novedad, pero así era Jessy: loca y algo borracha…
La joven alzó los hombros pues en verdad no habían organizado nada y miró a Loulou y a Luke buscando confirmaciones. Ni que ella pudiera decir como ni donde en medio de esa cuidad desconocida, aunque conducir por la derecha o por la izquierda no le implicaba problema, y tampoco era de beber como para poner esa excusa. Además quería salir, claro que si! más con Luke, porque Loulou era media extraña y sus amistades más, pero quizá el chico tuviera sus propios planes con sus amigos y… - entonces Luke... vamos a dar una vuelta? o Ya has hecho planes con tus amigos?... Puedo unirme si no te molesta… me quedo calladita y te hago de chofer…
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Así de linda *-*
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Así de linda *-*
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Última edición por Sofie Luttrell el Dom Sep 16, 2012 11:59 pm, editado 1 vez
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
En Navidad no había gira y esa era una ley a la que nadie en la casa Rayder se atrevía a contradecir a Sandra Larson. Podía compartir a Dave seis o siete meses al año con una banda que no terminaba de hacerlo feliz y con música que no era del todo lo que él quería tocar, pero aquellas fechas consideraba le pertenecían a ella y a sus hijos, que tal vez Loulou y Luke estuvieran ya algo mayores para emocionarse con detalles así, pero a Zack seguía haciéndole ilusión poder pasar algo de tiempo con su padre en nochebuena. Ella creía que, de los tres, era él más joven quien mantenía el mayor parecido con el Dave Rayder que había conocido en Hogwarts hacía más de veinte años atrás. Ese del que se había enamorado irremediablemente y que por inmadurez casi perdía. Y lo seguía amando tanto como el primer día, aunque ni ellos mismos terminaran de comprender del todo aquella disfuncional dinámica en la que se habían sumergido donde las peleas eran constantes y la tensión iba siempre presente, pero al mismo tiempo no lograba concebir su vida sin él ni todo lo que había construido a su lado.
Recibir la visita de las Luttrell había sido una grata sorpresa. No había esperado aquella lechuza que llegó desde el castillo de la excéntrica dinastía pero su llegada le había alegrado así como a Dave, Jessy siempre había sido alguien importante en sus vidas y por lo mismo su hija también. Les habían esperado desde temprano pues no sabían bien porque medio llegarían, pero por un instante al recibirla Sandra volvió a sentirse de 16 años. Podía decir sin temor que la rubia había sido su mejor amiga en aquellos días y de alguna manera aún lo era, a pesar del comienzo algo violento que habían tenido, o cosas como que ni siquiera ella sabía a certeza quien era el padre de la niña Sofie. Jessy nunca había querido decir, Sandra nunca le había insistido.
El intercambio de regalos ocurrió entre copas de licor y el ya tradicional número del Ruiseñor por parte de Luke y Loulou, dónde él tocaba el piano y ella, ya fuera cosa de falta de pudor - ahora que era más consciente que no valía para cantar -, por espíritu festivo o simples ganas de reír un rato cantaba a todo pulmón como cuando habían sido niños. Sandra murió de risa abriendo el regalo de la rubia, a lo que Zack había respondido sonrojándose de cien tonos distintos y cubriéndose el rostro con las manos, demasiada información para manejarla él.
No tenía ningún plan en concreto con el qué responder a Jessy Luttrell cuando les preguntaba - u ordenaba con disimulo - salir de casa. No sabía si Loulou lo tendría, aunque era problable, pues las pocas vacaciones que tenía de Brigantia, a donde él también iría el próximo septiembre a menos de cambiar de opinión, era su oportunidad para ponerse al corriente con sus amigos muggles y veganos radicales de la ciudad. Él era un poco más desapegado. No es que fuera a salir corriendo a la chimenea para ir a buscar a Brackminster o Crawford o nadie más. Y de hecho, si estaba Sofie ahí, no tenía intenciones de ir a ningún otro lado...
- No digas tonterías, qué chofer ni qué nada. Además seguro chocas porque no vas a saber ni por qué carril conducir. - Le respondió con una risa algo boba y la tomó con cuidado por la cintura para dirigirla al recibidor, haciendo una seña hacia sus padres para que se enteraran que en efecto iban a salir antes de que descorcharan la tercera o cuarta botella y perdieran el conocimiento volviendo a creerse adolescentes.
Tomó el abrigo de Sofie y se lo colocó sobre los hombros con cuidado. Siempre había sido caballeroso con sus amigas, y con Loulou muy a su estilo también aunque su manera de tratarla era muy distinta, pero podía hacerlo sin remordimientos porque era su sangre. Él mismo se colocó su abrigo negro encima y sólo por reafirmarse que todo estaba en su lugar se tocó los bolsillos del pantalón, tranquilo al sentir que la cajita que había guardado ahí seguía en su lugar. - Ven, vamos a dar una vuelta. Sirve que te doy tu regalo. Zack va a perderse en su cuarto con su consola y no sé porqué tengo la corazonada que la bolsa con marihuana que guardo en mi cajonera no va a estar ahí cuando regrese. - Aquello último lo dijo ya con cierta malicia tras escuchar una carcajada que no le quedó muy claro si era de su propia madre o de Jessy Luttrell.
Recibir la visita de las Luttrell había sido una grata sorpresa. No había esperado aquella lechuza que llegó desde el castillo de la excéntrica dinastía pero su llegada le había alegrado así como a Dave, Jessy siempre había sido alguien importante en sus vidas y por lo mismo su hija también. Les habían esperado desde temprano pues no sabían bien porque medio llegarían, pero por un instante al recibirla Sandra volvió a sentirse de 16 años. Podía decir sin temor que la rubia había sido su mejor amiga en aquellos días y de alguna manera aún lo era, a pesar del comienzo algo violento que habían tenido, o cosas como que ni siquiera ella sabía a certeza quien era el padre de la niña Sofie. Jessy nunca había querido decir, Sandra nunca le había insistido.
El intercambio de regalos ocurrió entre copas de licor y el ya tradicional número del Ruiseñor por parte de Luke y Loulou, dónde él tocaba el piano y ella, ya fuera cosa de falta de pudor - ahora que era más consciente que no valía para cantar -, por espíritu festivo o simples ganas de reír un rato cantaba a todo pulmón como cuando habían sido niños. Sandra murió de risa abriendo el regalo de la rubia, a lo que Zack había respondido sonrojándose de cien tonos distintos y cubriéndose el rostro con las manos, demasiada información para manejarla él.
No tenía ningún plan en concreto con el qué responder a Jessy Luttrell cuando les preguntaba - u ordenaba con disimulo - salir de casa. No sabía si Loulou lo tendría, aunque era problable, pues las pocas vacaciones que tenía de Brigantia, a donde él también iría el próximo septiembre a menos de cambiar de opinión, era su oportunidad para ponerse al corriente con sus amigos muggles y veganos radicales de la ciudad. Él era un poco más desapegado. No es que fuera a salir corriendo a la chimenea para ir a buscar a Brackminster o Crawford o nadie más. Y de hecho, si estaba Sofie ahí, no tenía intenciones de ir a ningún otro lado...
- No digas tonterías, qué chofer ni qué nada. Además seguro chocas porque no vas a saber ni por qué carril conducir. - Le respondió con una risa algo boba y la tomó con cuidado por la cintura para dirigirla al recibidor, haciendo una seña hacia sus padres para que se enteraran que en efecto iban a salir antes de que descorcharan la tercera o cuarta botella y perdieran el conocimiento volviendo a creerse adolescentes.
Tomó el abrigo de Sofie y se lo colocó sobre los hombros con cuidado. Siempre había sido caballeroso con sus amigas, y con Loulou muy a su estilo también aunque su manera de tratarla era muy distinta, pero podía hacerlo sin remordimientos porque era su sangre. Él mismo se colocó su abrigo negro encima y sólo por reafirmarse que todo estaba en su lugar se tocó los bolsillos del pantalón, tranquilo al sentir que la cajita que había guardado ahí seguía en su lugar. - Ven, vamos a dar una vuelta. Sirve que te doy tu regalo. Zack va a perderse en su cuarto con su consola y no sé porqué tengo la corazonada que la bolsa con marihuana que guardo en mi cajonera no va a estar ahí cuando regrese. - Aquello último lo dijo ya con cierta malicia tras escuchar una carcajada que no le quedó muy claro si era de su propia madre o de Jessy Luttrell.
Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
La Navidad le gustaba porque su papé les contaba las mil historias de la gira, eran días tranquilos y difícilmente los chicos Rayder salían cuando estaba su padre en casa, era casi un acontecimiento si era por más de tres días pero su madrecita linda había hecho que se quede por una semana, seguramente una semana en la que él dormiría mucho y ellos se comportarían como un trío de tontuelos consentidores de su padre, pero es que parecían retroceder en el tiempo cuando las historias de infancia se repetían una y otra vez, siendo tan interesantes como cuando tenían menos de quince o de diez.
A la casa siempre iban el tío Ed, sus primos, sus abuelos y demás familiares cercanos además de los que eran como familia para ellos, nunca faltaba comida y espacio para que se quedase alguien, la casa era enorme exactamente porque cuando finalmente tuvieron el dinero suficiente para darse el lujo de elegir dónde y cómo vivir, tanto Sandra como Dave decidieron que lo que más querían era un lugar para ellos y los que querían, entonces espacio tenía que haber para esas oportunidades.
No se vistió de forma especial porque esa tarde se había ido a un refugio de animales porque tenían la feria de adopciones más grande del año, en las que convocaban a algunos famosillos y a cantantes para que les colaborasen con la convocatoria de gente que con suerte adoptaría uno de los muchos animales abandonados que tenían allí, ella misma sería capaz de adoptarlos a todos si supiese que tenía el tiempo para ello, pero con la universidad le era imposible. Estuvo allí hasta las ocho de la noche y luego fue a casa, era navidad y después de seis horas su madre no debía estar nada feliz con ella.
Estaban todos elegantes y ella oliendo a perros, gatos, canarios y jerbos; seguramente a alguna otra cosa, por eso mismo su madre la mandó a cambiarse antes de caer en una risa loca por algún chiste de seguro. Regresó no demasiado tiempo después ya vestida (se los pongo luego) como gente, un vestido no muy escandaloso pero que le parecía que iba bien para la ocasión. Comieron, brindaron, rieron y conversaron hasta tarde, les dieron casi las dos de la mañana cuando un ruido en la puerta les indicó que tenían visita.
Abrió la puerta y el sonido de las voces indicaba que obviamente ya habían llegado Jessy y las chicas, además de todo el resto de la familia que las recibía como si fuesen Larson o Rayder. Había estado hablando con Luke hacía rato pero ahora con Sofie en el lugar apenas le hacía casi su hermano, sabía que siempre había habido algo entre ellos, ahora con el muchacho algo en copas al igual que ella algo no demasiado bueno podía ocurrir, Sofie jamás había concretado nada con él y llevaban buen tiempo así. Nuestras madres estaban ya muy tomadas, Dave no tanto y Sofie apenas había bebido jugo, por eso cuando ofreció ser chofer de Luke no hizo más que incluirse sin ser invitada, Zack estaba tan entretenido con su regalo que apenas le hizo caso cuando le dijo si quería ir o no.
-¿Y a dónde vamos, chicos? ¿Podemos pasar por un amigo mío? Lo llamo al celular en un rato.-ojalá le contestase, no quería verlos abrazados y besándose mientras ella se aburría.-
A la casa siempre iban el tío Ed, sus primos, sus abuelos y demás familiares cercanos además de los que eran como familia para ellos, nunca faltaba comida y espacio para que se quedase alguien, la casa era enorme exactamente porque cuando finalmente tuvieron el dinero suficiente para darse el lujo de elegir dónde y cómo vivir, tanto Sandra como Dave decidieron que lo que más querían era un lugar para ellos y los que querían, entonces espacio tenía que haber para esas oportunidades.
No se vistió de forma especial porque esa tarde se había ido a un refugio de animales porque tenían la feria de adopciones más grande del año, en las que convocaban a algunos famosillos y a cantantes para que les colaborasen con la convocatoria de gente que con suerte adoptaría uno de los muchos animales abandonados que tenían allí, ella misma sería capaz de adoptarlos a todos si supiese que tenía el tiempo para ello, pero con la universidad le era imposible. Estuvo allí hasta las ocho de la noche y luego fue a casa, era navidad y después de seis horas su madre no debía estar nada feliz con ella.
Estaban todos elegantes y ella oliendo a perros, gatos, canarios y jerbos; seguramente a alguna otra cosa, por eso mismo su madre la mandó a cambiarse antes de caer en una risa loca por algún chiste de seguro. Regresó no demasiado tiempo después ya vestida (se los pongo luego) como gente, un vestido no muy escandaloso pero que le parecía que iba bien para la ocasión. Comieron, brindaron, rieron y conversaron hasta tarde, les dieron casi las dos de la mañana cuando un ruido en la puerta les indicó que tenían visita.
Abrió la puerta y el sonido de las voces indicaba que obviamente ya habían llegado Jessy y las chicas, además de todo el resto de la familia que las recibía como si fuesen Larson o Rayder. Había estado hablando con Luke hacía rato pero ahora con Sofie en el lugar apenas le hacía casi su hermano, sabía que siempre había habido algo entre ellos, ahora con el muchacho algo en copas al igual que ella algo no demasiado bueno podía ocurrir, Sofie jamás había concretado nada con él y llevaban buen tiempo así. Nuestras madres estaban ya muy tomadas, Dave no tanto y Sofie apenas había bebido jugo, por eso cuando ofreció ser chofer de Luke no hizo más que incluirse sin ser invitada, Zack estaba tan entretenido con su regalo que apenas le hizo caso cuando le dijo si quería ir o no.
-¿Y a dónde vamos, chicos? ¿Podemos pasar por un amigo mío? Lo llamo al celular en un rato.-ojalá le contestase, no quería verlos abrazados y besándose mientras ella se aburría.-
Loulou Rayder- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 12/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Antes de que Luke le pusiera la chaqueta sobre los hombros, pero luego de confirmar que saldrían al menos a dar una vuelta, su madre le arrojó por el aire a Sofie las llaves del coche y a lo Marilyn, (entrada en años y copas, y para diversión de todos los que estaba allí) hizo su gestito cómplice de guiño de ojos, mostrándose como lo que era: una madre más pendeja y descarriada que su propia hija. Pero Sofie la quería así como era y por seguirle el juego, le correspondió el guiño con otro y más a su estilo saludó al resto de la familia ajena con un suave agite de su mano derecha...
- No me tienes fe, Luke... eso es lo que pasa. - Le bromeo sacándole la lengua divertida. Ya había superado todos sus miedos de principiante con el auto, incluso Jessy le había rentado uno viejo para que lo chocara varias veces y se entrenara en el qué hacer cuando esas cosas sucedían, además Sofie estaba sobria, era una persona correcta, tenía carnet y confianza en si misma. No necesitaba más... Sonrió algo cohibida por el comentario de la mariguana y cruzó el umbral pensando que Loulou no los acompañaría, pero se equivocaba.... No era que le desagradase la idea pero...
- Pues no se, donde quieran... y si, supongo que podemos pasar... - Que iba a decir? Obvio que no había problema, pero Loulou era capaz de querer ir a buscar a un amigo a la Europa continental con tal de joderla, o peor aun, hacerla conducir por un barrio precario en medio de la noche. Se metió sin más en el auto y como los otros dos, sacándose la chaqueta y arrojandosela a la Rayder que iba detras. Miró a Luke y luego a su hermana para que alguno le dijera para donde ir... - Pues... yo conduzco pero no soy un gpc...-
Total que hasta que Loulou se comunicara con el chico y ellos salieran de los suburbios, había tiempo. Auto en marcha y andando... - Me gustaría haberte comprado algo más personal que un reloj, pero no se me ocurría nada... Para la próxima navidad tienes que hacerme una listita como al barrigón - El barrigón era Papá Nuel obviamente.- Supuse que algo de Quidditch te hubiera venido mejor, pero la tienda de Barcelona ya estaba de vacaciones, y por no se que problema de lechuzas, el Callejón Diagon tampoco hacía envíos así que... Pues nada.. Puedes guardarlo en un cajón y ya... yo se que ustedes con el sol y las estrellas se arreglan para saber la hora, pero tiene cronómetro y es sumergible... y luz nocturna también -
De alguna manera u otra Sofie siempre terminaba exponiendo el malestar que sentía por no haber ido a Hogwarts, no con ceño fruncido ni con la voz embroncada, es más lo más probables es que hubiera una sonrisa acompañando cualquier tipo de frase, pero era su tema característico, pues en verdad sentía que se perdía la mitad de las cosas, cuando luego se juntaba con los Rayder o los Burrough o con la misma Gianna... Estaba decidido, el año entrante iría a Brigantia por mucho que le pesase a su madre y punto final. Al menos hacer la experiencia y ver como era, y pues si no le gusta o no se adaptaba volvía a Barcelona y ya.
- No conduzco tannn mal. Solo asegúrate de que no tome alcohol porque eso es ilegal...jajajaj... Doblo aquí no? -
- No me tienes fe, Luke... eso es lo que pasa. - Le bromeo sacándole la lengua divertida. Ya había superado todos sus miedos de principiante con el auto, incluso Jessy le había rentado uno viejo para que lo chocara varias veces y se entrenara en el qué hacer cuando esas cosas sucedían, además Sofie estaba sobria, era una persona correcta, tenía carnet y confianza en si misma. No necesitaba más... Sonrió algo cohibida por el comentario de la mariguana y cruzó el umbral pensando que Loulou no los acompañaría, pero se equivocaba.... No era que le desagradase la idea pero...
- Pues no se, donde quieran... y si, supongo que podemos pasar... - Que iba a decir? Obvio que no había problema, pero Loulou era capaz de querer ir a buscar a un amigo a la Europa continental con tal de joderla, o peor aun, hacerla conducir por un barrio precario en medio de la noche. Se metió sin más en el auto y como los otros dos, sacándose la chaqueta y arrojandosela a la Rayder que iba detras. Miró a Luke y luego a su hermana para que alguno le dijera para donde ir... - Pues... yo conduzco pero no soy un gpc...-
Total que hasta que Loulou se comunicara con el chico y ellos salieran de los suburbios, había tiempo. Auto en marcha y andando... - Me gustaría haberte comprado algo más personal que un reloj, pero no se me ocurría nada... Para la próxima navidad tienes que hacerme una listita como al barrigón - El barrigón era Papá Nuel obviamente.- Supuse que algo de Quidditch te hubiera venido mejor, pero la tienda de Barcelona ya estaba de vacaciones, y por no se que problema de lechuzas, el Callejón Diagon tampoco hacía envíos así que... Pues nada.. Puedes guardarlo en un cajón y ya... yo se que ustedes con el sol y las estrellas se arreglan para saber la hora, pero tiene cronómetro y es sumergible... y luz nocturna también -
De alguna manera u otra Sofie siempre terminaba exponiendo el malestar que sentía por no haber ido a Hogwarts, no con ceño fruncido ni con la voz embroncada, es más lo más probables es que hubiera una sonrisa acompañando cualquier tipo de frase, pero era su tema característico, pues en verdad sentía que se perdía la mitad de las cosas, cuando luego se juntaba con los Rayder o los Burrough o con la misma Gianna... Estaba decidido, el año entrante iría a Brigantia por mucho que le pesase a su madre y punto final. Al menos hacer la experiencia y ver como era, y pues si no le gusta o no se adaptaba volvía a Barcelona y ya.
- No conduzco tannn mal. Solo asegúrate de que no tome alcohol porque eso es ilegal...jajajaj... Doblo aquí no? -
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Y por fin habían llegado las navidades. No podía negar que aquella fiesta de carácter muggle me agradaba, desde luego. Ya no solo por las vacaciones en sí, sino también por todo el significado de ellas. Pese al trasfondo comercial de estas, prefería pensar en ellas como un nexo de unión de la familia. Fl fin y al cabo, todos los miembros Rumsfeld solíamos pasar aquella noche juntos en mi casa, degustando un sabroso banquete patrocinado por mi madre. Pese al gran talento que derrochaba normalmente en la cocina, en aquellas fiestas siempre lograba superarse a si misma cada año. Y habitualmente acabábamos todos tan llenos que terminábamos por irnos a dormir temprano para intentar hacer la digestión y evitar el dolor de estómago consiguiente.
Este año, de todas formas, era diferente. Sí que echaba de menos a mis padres, pero al estar en la universidad con mis dos hermanos a la vez marcaba la diferencia. Después de haber dejado el colegio, no podía negar que me había sentido solo sin las constantes discusiones de Chris o el fervor que ponía en cuidar a mi hermanita; todo había quedado atrás un par de años antes cuando, mi hermano, también había ingresado y este año, por fin, lo había hecho mi hermana. También ayudaban las lechuzas que nos enviábamos mis padres y yo.
Tras el banquete y el típico brindis con champagne, había llegado la hora de darnos los regalos. No me solía considerar una persona materialista, ni mucho menos. De hecho, era de los que disfrutaba más comprando regalos que a la inversa. Tenía como una habilidad especial para saber que regalarle a cada persona. Con tantos familiares, aquella parte de la noche se alargaba casi más que la propia comida. Entre rasgar papeles y la presencia de las botellas de alcohol sobre la mesa, las paradas para servir las copas y beberlas, solían darnos las tantas. Aunque aquella noche había hablado con Loulou para ir a dar una vuelta. Mis padres dormirían y, según me había parecido escuchar, mis hermanos también saldrían. Así que no habría problema. Además con las primeras calificaciones, más que favorables, de lo que había transcurrido de curso, me habían dado carta blanca para hacer lo que quisiera. Podría decirse que era una ventaja por mi esfuerzo, una completa muestra de confianza que depositaban en mí. Menos mal que habíamos hecho un pacto entre hermanos de no hablar de las cosas que sucedían en Brigantia, sino seguramente esa realidad fuese bastante diferente.
En un par de ocasiones en el transcurso de aquella tradición había mirado la pantalla de mi móvil ya que había quedado en avisarme cuando supiese algo. La montaña de regalos ya había sido descubierta. Yo me había probado un par de jerseys y pantalones que me habían regalado y había ido a mi habitación a guardar todas las cosas para dejar medianamente recogido el salón hasta el día siguiente. Los invitados comenzaban a marcharse ya para regresar a sus casas y descansar. Yo cogí mi móvil y decidí enviarle un sms a mi amiga: " Desde este momento ya soy completamente libre, mis tíos están comenzando a marcharse y mi hermano ya ha salido a dar una vuelta, así que tengo carta blanca. Avísame y me acerco a donde quieras".
Acto seguido fui al baño para pasarme algo de agua por el cabello y peinármelo, y lavarme los dientes. Me acordé del pequeño regalo que le había comprado a mi amiga y me lo recordé varias veces mentalmente para cogerlo antes de irme. Ya estaba vestido así que no iba a cambiarme. Tras terminar de acicalarme, agarré la bolsa y salí de mi casa tras despedirme de mis padres y de mi hermana. Abrí la puerta y comencé a caminar por las calles. Había bastante bullicio; parecía que hoy saldría mucha gente por la noche. Había algunos que, por su forma de andar, parecían bastante afectados por el alcohol. Yo me había tomado un par de copas, así que lo único que notaba es que pensaba con un poco menos de rapidez. Agarré el móvil para tenerlo a mano, esperando a que me dijese a donde tenía que ir.
Este año, de todas formas, era diferente. Sí que echaba de menos a mis padres, pero al estar en la universidad con mis dos hermanos a la vez marcaba la diferencia. Después de haber dejado el colegio, no podía negar que me había sentido solo sin las constantes discusiones de Chris o el fervor que ponía en cuidar a mi hermanita; todo había quedado atrás un par de años antes cuando, mi hermano, también había ingresado y este año, por fin, lo había hecho mi hermana. También ayudaban las lechuzas que nos enviábamos mis padres y yo.
Tras el banquete y el típico brindis con champagne, había llegado la hora de darnos los regalos. No me solía considerar una persona materialista, ni mucho menos. De hecho, era de los que disfrutaba más comprando regalos que a la inversa. Tenía como una habilidad especial para saber que regalarle a cada persona. Con tantos familiares, aquella parte de la noche se alargaba casi más que la propia comida. Entre rasgar papeles y la presencia de las botellas de alcohol sobre la mesa, las paradas para servir las copas y beberlas, solían darnos las tantas. Aunque aquella noche había hablado con Loulou para ir a dar una vuelta. Mis padres dormirían y, según me había parecido escuchar, mis hermanos también saldrían. Así que no habría problema. Además con las primeras calificaciones, más que favorables, de lo que había transcurrido de curso, me habían dado carta blanca para hacer lo que quisiera. Podría decirse que era una ventaja por mi esfuerzo, una completa muestra de confianza que depositaban en mí. Menos mal que habíamos hecho un pacto entre hermanos de no hablar de las cosas que sucedían en Brigantia, sino seguramente esa realidad fuese bastante diferente.
En un par de ocasiones en el transcurso de aquella tradición había mirado la pantalla de mi móvil ya que había quedado en avisarme cuando supiese algo. La montaña de regalos ya había sido descubierta. Yo me había probado un par de jerseys y pantalones que me habían regalado y había ido a mi habitación a guardar todas las cosas para dejar medianamente recogido el salón hasta el día siguiente. Los invitados comenzaban a marcharse ya para regresar a sus casas y descansar. Yo cogí mi móvil y decidí enviarle un sms a mi amiga: " Desde este momento ya soy completamente libre, mis tíos están comenzando a marcharse y mi hermano ya ha salido a dar una vuelta, así que tengo carta blanca. Avísame y me acerco a donde quieras".
Acto seguido fui al baño para pasarme algo de agua por el cabello y peinármelo, y lavarme los dientes. Me acordé del pequeño regalo que le había comprado a mi amiga y me lo recordé varias veces mentalmente para cogerlo antes de irme. Ya estaba vestido así que no iba a cambiarme. Tras terminar de acicalarme, agarré la bolsa y salí de mi casa tras despedirme de mis padres y de mi hermana. Abrí la puerta y comencé a caminar por las calles. Había bastante bullicio; parecía que hoy saldría mucha gente por la noche. Había algunos que, por su forma de andar, parecían bastante afectados por el alcohol. Yo me había tomado un par de copas, así que lo único que notaba es que pensaba con un poco menos de rapidez. Agarré el móvil para tenerlo a mano, esperando a que me dijese a donde tenía que ir.
Sebastian B. Rumsfeld- Mensajes : 43
Fecha de inscripción : 12/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Al momento en el que Loulou anunciaba que ella también iba con ellos le recorrió un escalofrío por la nuca que le hizo congelar una sonrisa falsa en el rostro. Que por su hermana hacía cualquier cosa, hasta romper narices a cualquiera que venía a a restregarle ese odioso póster en la cara (bien por la causa, mal por el culo de Loulou en marquesinas de 50 metros). De acuerdo, que navidad era una fiesta que se pasaba en familia, pero si tenía la oportunidad de quedar un rato a solas con Sofie, ¿en realidad tenía que venir ella a hacer de mal tercio? ¡Joder!
Frunció ligeramente el ceño de una manera muy parecida a los gestos que ella misma hacía cuando le recalcaba lo mal que cantaba, pero ya qué, no iba a decirle que no podía acompañarlos. - La verdad no sé, pero ya se nos ocurrirá. Llevamos chofer y todo. - Miró a Sofie de soslayo que ya se hacía de las llaves del coche. - ¿Tienes alguna idea? - Tendría que arreglárselas de alguna manera, o dependiendo de quién fuera el amigo aquel al que quería recoger con suerte la tendría entretenida lo suficiente en lo que él intentaba avanzar un poco en el terreno incierto que era eso que tenía con Sofie. Lo había intentado el verano pasado y no había salido muy bien. Estaba decidido a volver a probar.
Se subió al coche, muy intencionalmente dejando a Loulou en el asiento trasero y se encogió un poco de brazos cuando le preguntaba por donde ir, su hermana era la que decidía que él no sabía a quién quería recoger. Apenas y prestó atención a todo lo que Sofie le decía sobre regalos y sus mensajes ocultos entre líneas, apenas y asintiendo o sonriendo distraídamente. Comenzó a buscar entre las estaciones de radio algo que escuchar, aunque todo lo que había eran villancicos, como era de esperarse. Repentinamente se sentía nervioso.
Por tranquilizarse trató de hablar de cualquier tontería que se le viniera a la cabeza. Hasta que finalmente llegaron a donde tenían que llegar y dejó que Loulou se bajara a recoger a su amigo que bien podría ser cualquier persona. Miró hacia atrás para asegurarse que su hermana estaba en a puerta y no dentro del coche y miró a la rubia.
- Oye, toma. - Se sacó la cajita del bolsillo y se la entregó. - Tu regalo, ya sabes. Ojalá te guste. - Y es que hasta no saber qué amigo era el que Loulou traería no podía realmente planear nada.
Frunció ligeramente el ceño de una manera muy parecida a los gestos que ella misma hacía cuando le recalcaba lo mal que cantaba, pero ya qué, no iba a decirle que no podía acompañarlos. - La verdad no sé, pero ya se nos ocurrirá. Llevamos chofer y todo. - Miró a Sofie de soslayo que ya se hacía de las llaves del coche. - ¿Tienes alguna idea? - Tendría que arreglárselas de alguna manera, o dependiendo de quién fuera el amigo aquel al que quería recoger con suerte la tendría entretenida lo suficiente en lo que él intentaba avanzar un poco en el terreno incierto que era eso que tenía con Sofie. Lo había intentado el verano pasado y no había salido muy bien. Estaba decidido a volver a probar.
Se subió al coche, muy intencionalmente dejando a Loulou en el asiento trasero y se encogió un poco de brazos cuando le preguntaba por donde ir, su hermana era la que decidía que él no sabía a quién quería recoger. Apenas y prestó atención a todo lo que Sofie le decía sobre regalos y sus mensajes ocultos entre líneas, apenas y asintiendo o sonriendo distraídamente. Comenzó a buscar entre las estaciones de radio algo que escuchar, aunque todo lo que había eran villancicos, como era de esperarse. Repentinamente se sentía nervioso.
Por tranquilizarse trató de hablar de cualquier tontería que se le viniera a la cabeza. Hasta que finalmente llegaron a donde tenían que llegar y dejó que Loulou se bajara a recoger a su amigo que bien podría ser cualquier persona. Miró hacia atrás para asegurarse que su hermana estaba en a puerta y no dentro del coche y miró a la rubia.
- Oye, toma. - Se sacó la cajita del bolsillo y se la entregó. - Tu regalo, ya sabes. Ojalá te guste. - Y es que hasta no saber qué amigo era el que Loulou traería no podía realmente planear nada.
- Regalo:
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Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Conocía a su hermano y era una apuesta segura el asumir que no le gustaba nada que se metiese en sus asuntos y menos en su salida con Sofie, Loulou podía parecer poco interesada en asuntos que no tuviesen que ver con sus cosas pero definitivamente había prestado atención a todo aquel asunto que se cocía entre ellos. Sofie no era su persona favorita pero le encantaba para su hermano, y lo que Luke no entendía era que si ella estaba allí metida jodiendo era para meterle presión al asunto, siempre pretendía cuidar de su hermano pequeño y a veces no le daba el suficiente crédito como en ese momento.
Ni las malas caras ni las respuestas con voz de mierda la afectaban, ya había pasado suficientes veces por situaciones en las que no era bienvenida como para ofenderse, y sobre todo si se trataba de Luke, para ella todo era un berrinche que le agradecería luego porque ella sabía qué era mejor para él. Equivocada o no eso no importaba, lo que importaba era que ahora estaba en el asiento trasero y que había enviado un mensaje de texto a Sebastian porque si alguien podía ayudarla era él, él entendía de hombres y sabría cómo hacer que Luke finalmente se lance al ruedo.
Ve al bar de siempre, te veo en diez minutos. Es noche de pasiones. Lou.
Siempre, ya sea por correo muggle o por lechuza, le firmaba de ese modo a él, aunque creía que sonaba a un viejo cincuentón y calvo que manejaba un gran camión rojo que llevaba gasolina por toda América.
Se puso los audífonos mientras ellos intercambiaban sus ñoños regalos, pero se los quitó apenas Luke entregó un paquete a Sofie para indicarle las calles por las que había que ir. Se sabía el camino de memoria, mil veces lo había recorrido manejando ella misma, Rumsfeld sabía dónde quedarse para que fuesen por él y así, sin tardar más de diez minutos porque el tráfico era benevolente, llegaron a aquel bar en el que siempre se reunía con él para tratar asuntos importantes, como quejarse de cualquier cosa.
- Oríllate, oríllate, que allí está Sebastian. Luke lo conoce, ¿no? A ti te lo presentaré, Sofie. ¿Se quieren quedar en el bar o tienen otros planes, de hecho me da igual a donde vayamos. -bajó la ventana y sacó la cabeza para apresurar a Sebastian, antes de que Luke creyese que era mejor idea dejarla allí con él para ir a hacer niñerías con Sofie y desperdiciar otra noche de besos pasionales con ella.- ¡SÚBETE, SÚBETE! ¡Esto es como en Little Miss Sunshine!
Ni las malas caras ni las respuestas con voz de mierda la afectaban, ya había pasado suficientes veces por situaciones en las que no era bienvenida como para ofenderse, y sobre todo si se trataba de Luke, para ella todo era un berrinche que le agradecería luego porque ella sabía qué era mejor para él. Equivocada o no eso no importaba, lo que importaba era que ahora estaba en el asiento trasero y que había enviado un mensaje de texto a Sebastian porque si alguien podía ayudarla era él, él entendía de hombres y sabría cómo hacer que Luke finalmente se lance al ruedo.
Ve al bar de siempre, te veo en diez minutos. Es noche de pasiones. Lou.
Siempre, ya sea por correo muggle o por lechuza, le firmaba de ese modo a él, aunque creía que sonaba a un viejo cincuentón y calvo que manejaba un gran camión rojo que llevaba gasolina por toda América.
Se puso los audífonos mientras ellos intercambiaban sus ñoños regalos, pero se los quitó apenas Luke entregó un paquete a Sofie para indicarle las calles por las que había que ir. Se sabía el camino de memoria, mil veces lo había recorrido manejando ella misma, Rumsfeld sabía dónde quedarse para que fuesen por él y así, sin tardar más de diez minutos porque el tráfico era benevolente, llegaron a aquel bar en el que siempre se reunía con él para tratar asuntos importantes, como quejarse de cualquier cosa.
- Oríllate, oríllate, que allí está Sebastian. Luke lo conoce, ¿no? A ti te lo presentaré, Sofie. ¿Se quieren quedar en el bar o tienen otros planes, de hecho me da igual a donde vayamos. -bajó la ventana y sacó la cabeza para apresurar a Sebastian, antes de que Luke creyese que era mejor idea dejarla allí con él para ir a hacer niñerías con Sofie y desperdiciar otra noche de besos pasionales con ella.- ¡SÚBETE, SÚBETE! ¡Esto es como en Little Miss Sunshine!
Loulou Rayder- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 12/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Loulou no era tan mala dando indicación, la verdad sea dicha. En cuestión de minutos ya estaban en camino, con música de villancicos incluida. Y unos segundos después ya tenía que estacionar para que la Rayder hiciera el santo y seña a su acompañante eventual. Fue en ese momento mientras Loulou sacaba medio cuerpo afuera y gritaba a los cuatro vientos para que algún muchacho se subiera al auto que Luke sorpresivamente le daba un regalo.
La sorpresa no era en si que tuviera un regalo para ella, pues alguna otra navidad ya le había regalado algo, pero toda la situación de que casi fuera a escondidas, de que fuera una cajita tan mona, de que la mirara así… Sofie le agradeció primero sin importarle que era el objeto ni nada, le besó en a mejilla pro esa misma razón y luego recién abrió el paquete para ver de que se trataba. De inmediato una sonrisa enorme apareció en su rostro y los ojos le brillaban de ilusión.
– Es bonísimo… es… perfecto…. gracias – El desconocido subía al auto, y Loulou volvía también a estar presente así que toda intención de Sofie por abrazar a Luke o agradecerle más sensiblemente quedó trucada, pero si se hizo el tiempo para sostenerle la mirada y casi suspirarle a los ojos antes de volver a poner el auto en marcha y volver a acudir a Loulou en busca de indicaciones…
La verdad que a Sofie no le molestaba hacer lo que la muchacha quisiera, solo quería salir un rato y que tannn malo podía ser el lugar que la morocha sugiriera…. - Entonces, te llamas Sebastián, y eres brujo también? – Preguntó la rubia al amigo de Loulou, que si no era brujo no entendería nada y la creería borracha y ya… Todo eso como conversación casual, y de reojo miraba a Luke, que parecía como siempre el menos animado de todos.
Hubo un par de idas y venidas en la toma de decisión mientras Sofie por su parte se dedicaba a esquivar transeúntes borrachos, o grupitos de chicas en mini-minifalda vestidas de mamá noel, pero finalmente decidieron lugar y estacionado el coche pudieron volver a usar las piernas como medio de transporte. Hizo el amage de bajar, para que los del asiento de atrás si lo hicieran, pero tomó a Luke del brazo para que él no aun.
- Me lo pones? – se refería al collar claro. Se quitó la chaqueta negra que ya dejaría allí, y se hizo el pelo aun lado dándole la espalda para que, así todo cliché, el chico le prendiera el collar hermoso aquel. Mientras sentía sus manos en la espalda tuvo que hablar por disimular el momento o porque simplemente Sofie era una máquina verbal – Es hermoso, en serio… Lo elegiste tu?... Tienes muy buen gusto, creo que de tan lindo no me lo quitaré nunca… Pero nunca, de verdad lo digo….-
Un escalofrío involuntario le recorrió el cuerpo y ya mejor salir del auto e incorporarse a la noche desaforada londinense… - Ey! Esperen! – dijo a Loulou y Sebastián que ya estaban casi perdiéndose entre la multitud, y tomó a Luke del brazo para apurar el paso hacia ellos.
La sorpresa no era en si que tuviera un regalo para ella, pues alguna otra navidad ya le había regalado algo, pero toda la situación de que casi fuera a escondidas, de que fuera una cajita tan mona, de que la mirara así… Sofie le agradeció primero sin importarle que era el objeto ni nada, le besó en a mejilla pro esa misma razón y luego recién abrió el paquete para ver de que se trataba. De inmediato una sonrisa enorme apareció en su rostro y los ojos le brillaban de ilusión.
– Es bonísimo… es… perfecto…. gracias – El desconocido subía al auto, y Loulou volvía también a estar presente así que toda intención de Sofie por abrazar a Luke o agradecerle más sensiblemente quedó trucada, pero si se hizo el tiempo para sostenerle la mirada y casi suspirarle a los ojos antes de volver a poner el auto en marcha y volver a acudir a Loulou en busca de indicaciones…
La verdad que a Sofie no le molestaba hacer lo que la muchacha quisiera, solo quería salir un rato y que tannn malo podía ser el lugar que la morocha sugiriera…. - Entonces, te llamas Sebastián, y eres brujo también? – Preguntó la rubia al amigo de Loulou, que si no era brujo no entendería nada y la creería borracha y ya… Todo eso como conversación casual, y de reojo miraba a Luke, que parecía como siempre el menos animado de todos.
Hubo un par de idas y venidas en la toma de decisión mientras Sofie por su parte se dedicaba a esquivar transeúntes borrachos, o grupitos de chicas en mini-minifalda vestidas de mamá noel, pero finalmente decidieron lugar y estacionado el coche pudieron volver a usar las piernas como medio de transporte. Hizo el amage de bajar, para que los del asiento de atrás si lo hicieran, pero tomó a Luke del brazo para que él no aun.
- Me lo pones? – se refería al collar claro. Se quitó la chaqueta negra que ya dejaría allí, y se hizo el pelo aun lado dándole la espalda para que, así todo cliché, el chico le prendiera el collar hermoso aquel. Mientras sentía sus manos en la espalda tuvo que hablar por disimular el momento o porque simplemente Sofie era una máquina verbal – Es hermoso, en serio… Lo elegiste tu?... Tienes muy buen gusto, creo que de tan lindo no me lo quitaré nunca… Pero nunca, de verdad lo digo….-
Un escalofrío involuntario le recorrió el cuerpo y ya mejor salir del auto e incorporarse a la noche desaforada londinense… - Ey! Esperen! – dijo a Loulou y Sebastián que ya estaban casi perdiéndose entre la multitud, y tomó a Luke del brazo para apurar el paso hacia ellos.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Al adentrarme en aquel ambiente "folklorico-festivo" que dominaba las calles inglesas, había decidido ponerme los auriculares para alejarme de aquel ruido que acompañaba al bullicio de gente. Cuando comenzó a sonar Can't stop this feeling de Franz Ferdinand por lo que no pude evitar esbozar una sonrisa. Mentiría sino reconociese que era una de mis canciones favoritas: adoraba su ritmo. Además era capaz de que, aunque estuviese de un humor de perros mi día mejorase casi instantáneamente. No era el caso, ni mucho menos, pero eso no significaba que no pudiese escucharlo.
Justo cuando estaba atravesando un gran grupo de adolescentes borrachos que parecía que tan si quiera lo habían visto, ya que varios habían tropezado con él, vio como se iluminaba la pantalla del móvil indicándole que se dirigiese al bar de siempre. Sonreí automáticamente, ya que aquello era lo que estaba haciendo exactamente. Sabía exactamente que ella querría que fuese hacia aquel lugar de encuentro que era tan nuestro, por lo que desde que había salido de casa había marcado mi rumbo hacia allí.
Al alcanzar mi destino, me apoyé en una de las paredes junto a la puerta del establecimiento a esperar que hiciese su aparición mientras me quitaba los auriculares de los oídos para poder escucharla en caso de que me gritase desde el coche y no bajase para avisarme. Mi madre a veces me decía que tenía una pequeña obsesión por la música, que era un tanto melómano. Yo no podía discutirlo ya que si que me daba cuenta de que sin importar el trayecto que tuviese que cubrir, aunque fuesen dos minutos, siempre iba escuchando la música que tenía guardada en el móvil. Era como mi fuente de distracción, algo que me permitía evadirme del mundo y poder estar tranquilo en aquel espacio que consideraba mío sin que nadie me molestase.
La luz de los faros de un coche me sacó de mi ensimismamiento al tiempo que escuchaba la voz de Loulou gritándome desde la ventanilla del coche. Lancé unas suaves risotadas socarronas fijándome en la estampa mientras me acercaba al coche. Entonces abrí la puerta y me introduje en el interior, en el asiento de atrás junto a mi amiga. Delante me fijé que iban Luke, el hermano de Loulou, y una joven que debía ser una amiga suya o algo más. Más tarde habría tiempo para averiguarlo - Feliz navidad - Dije a modo de saludo una vez que estuve colocado en el asiento y tras ponerme el cinturón. Acto seguido me acerqué a la mejilla de mi amiga y le di un dulce beso, como hacía siempre que saludaba a alguna de mis amigas. Solo que ella no era como e resto, desde luego. Ella era una de las personas, por no decir en la que más confiaba. Mientras me separaba de ella le dediqué una sincera sonrisa - Tenía ya ganas de verte, pensé que resultaría imposible echarte de menos pese a tu carácter... Pero veo que me equivocaba - Bromeé con ella. Era una joven de fuerte carácter y por eso me gustaba tanto su compañía. Valoraba a las personas que luchaban por sus ideales por encima de todo y eso es lo que hacía que me uniese a ella en sus manifestaciones. Lograba que me creyera las cosas por las que luchaba sin ningún tipo de duda.
El coche se puso en marcha y una pregunta de la chica he de admitir que me sorprendió. - Tu debes ser Sofie, ¿cierto? - Añadí antes de responderle a lo que me había dicho. Loulou me había avisado de la presencia de la joven aquella noche y había tenido la amabilidad de indicarme su nombre antes para evitar así las presentaciones.- Es un placer - Dije de forma educada mientras miraba de reojo a Loulou. Sabía que me había pedido que fuese para evitar que se sintiese una carabina y, en el fonod, porque tenía ganas de verme - Y no te preocupes, soy maho. Creo que pronto nos veremos por Brigantia, sino me equivoco.
La joven puso rumbo hacia otro lugar y, cuando me fijé que hacía el amago de bajar del coche, seguí su ejemplo y salí. Esperé a que hiciese lo mismo Loulou y comencé a caminar a su lado, dejándole algo de intimidad a Luke y Sofie. - ¿Buena velada familiar? - caminaba a su ritmo para ir a su altura. Cuando iba solo caminaba bastante más rápido pero no me gustaba forzar a la gente a que siguiesen mi paso. Mientras me respondía, extraje un sobre de mi chaqueta y se lo tendí cuando hubo terminado de hablar - Feliz navidad. Es una tontería, pero unos amigos muggles me hablaron del tema y pensé que podría gustarte. Me gusta más hacer este tipo de cosas no en momentos esperados, sino fuera de ellos para sorprender más. Pero bueno, no pude resistirme. Espero que te guste - Le guiñé un ojo y observé con ilusión como lo abría. Había adoptado en su nombre un animal muggle, llamado ballena que me había enterado que estaban en peligro de extinción. Me habían dado una fotografía del animal con una breve reseña de su historia y con su nombre, además de hojas de información sobre la especie y sobre el peligro que corría.
Le pareció escuchar el grito de Sofie intentando llamar su atención y se paró en seco, viendo la reacción de Loulou. Miró extrañado como se acercaban y entonces entornó de nuevo la vista hacia ella - Entonces... ¿Son novios? - pregunté con curiosidad en bajo para que ellos no me escuchasen mientras seguían acercándose a nosotros.
Justo cuando estaba atravesando un gran grupo de adolescentes borrachos que parecía que tan si quiera lo habían visto, ya que varios habían tropezado con él, vio como se iluminaba la pantalla del móvil indicándole que se dirigiese al bar de siempre. Sonreí automáticamente, ya que aquello era lo que estaba haciendo exactamente. Sabía exactamente que ella querría que fuese hacia aquel lugar de encuentro que era tan nuestro, por lo que desde que había salido de casa había marcado mi rumbo hacia allí.
Al alcanzar mi destino, me apoyé en una de las paredes junto a la puerta del establecimiento a esperar que hiciese su aparición mientras me quitaba los auriculares de los oídos para poder escucharla en caso de que me gritase desde el coche y no bajase para avisarme. Mi madre a veces me decía que tenía una pequeña obsesión por la música, que era un tanto melómano. Yo no podía discutirlo ya que si que me daba cuenta de que sin importar el trayecto que tuviese que cubrir, aunque fuesen dos minutos, siempre iba escuchando la música que tenía guardada en el móvil. Era como mi fuente de distracción, algo que me permitía evadirme del mundo y poder estar tranquilo en aquel espacio que consideraba mío sin que nadie me molestase.
La luz de los faros de un coche me sacó de mi ensimismamiento al tiempo que escuchaba la voz de Loulou gritándome desde la ventanilla del coche. Lancé unas suaves risotadas socarronas fijándome en la estampa mientras me acercaba al coche. Entonces abrí la puerta y me introduje en el interior, en el asiento de atrás junto a mi amiga. Delante me fijé que iban Luke, el hermano de Loulou, y una joven que debía ser una amiga suya o algo más. Más tarde habría tiempo para averiguarlo - Feliz navidad - Dije a modo de saludo una vez que estuve colocado en el asiento y tras ponerme el cinturón. Acto seguido me acerqué a la mejilla de mi amiga y le di un dulce beso, como hacía siempre que saludaba a alguna de mis amigas. Solo que ella no era como e resto, desde luego. Ella era una de las personas, por no decir en la que más confiaba. Mientras me separaba de ella le dediqué una sincera sonrisa - Tenía ya ganas de verte, pensé que resultaría imposible echarte de menos pese a tu carácter... Pero veo que me equivocaba - Bromeé con ella. Era una joven de fuerte carácter y por eso me gustaba tanto su compañía. Valoraba a las personas que luchaban por sus ideales por encima de todo y eso es lo que hacía que me uniese a ella en sus manifestaciones. Lograba que me creyera las cosas por las que luchaba sin ningún tipo de duda.
El coche se puso en marcha y una pregunta de la chica he de admitir que me sorprendió. - Tu debes ser Sofie, ¿cierto? - Añadí antes de responderle a lo que me había dicho. Loulou me había avisado de la presencia de la joven aquella noche y había tenido la amabilidad de indicarme su nombre antes para evitar así las presentaciones.- Es un placer - Dije de forma educada mientras miraba de reojo a Loulou. Sabía que me había pedido que fuese para evitar que se sintiese una carabina y, en el fonod, porque tenía ganas de verme - Y no te preocupes, soy maho. Creo que pronto nos veremos por Brigantia, sino me equivoco.
La joven puso rumbo hacia otro lugar y, cuando me fijé que hacía el amago de bajar del coche, seguí su ejemplo y salí. Esperé a que hiciese lo mismo Loulou y comencé a caminar a su lado, dejándole algo de intimidad a Luke y Sofie. - ¿Buena velada familiar? - caminaba a su ritmo para ir a su altura. Cuando iba solo caminaba bastante más rápido pero no me gustaba forzar a la gente a que siguiesen mi paso. Mientras me respondía, extraje un sobre de mi chaqueta y se lo tendí cuando hubo terminado de hablar - Feliz navidad. Es una tontería, pero unos amigos muggles me hablaron del tema y pensé que podría gustarte. Me gusta más hacer este tipo de cosas no en momentos esperados, sino fuera de ellos para sorprender más. Pero bueno, no pude resistirme. Espero que te guste - Le guiñé un ojo y observé con ilusión como lo abría. Había adoptado en su nombre un animal muggle, llamado ballena que me había enterado que estaban en peligro de extinción. Me habían dado una fotografía del animal con una breve reseña de su historia y con su nombre, además de hojas de información sobre la especie y sobre el peligro que corría.
Le pareció escuchar el grito de Sofie intentando llamar su atención y se paró en seco, viendo la reacción de Loulou. Miró extrañado como se acercaban y entonces entornó de nuevo la vista hacia ella - Entonces... ¿Son novios? - pregunté con curiosidad en bajo para que ellos no me escuchasen mientras seguían acercándose a nosotros.
Sebastian B. Rumsfeld- Mensajes : 43
Fecha de inscripción : 12/09/2012
Re: Navidad 2011 -
- Felz Navidad - Luke saludó a Sebastian con tan buen ánimo como le era posible considerando las circunstancias, todo porque era navidad. Pero en algo tenía razón Loulou y eso era que el chico Rayder no se encontraba en la mejor de la disposición para salir con su hermana y su amigo en ese momento. ¿En serio pretendía ayudarlo? Porque teniéndolos a los dos ahí no le quedaba muy en claro cómo hacer cualquier cosa para tratar de salir de ese agujero en el que Sofie lo tenía encasillado. Genial
No dijo la gran cosa mientras llegaban a donde fuera que iban, no creía ya tener mando en aquella situación. Si acaso contestó o respondió a un par de comentarios sobre cómo habían pasado las fiestas y ya. Se entretuvo mirando por la ventana del coche los adornos luminosos y las personas que se movían por las calles a esas horas, casi todos grupos como el de ellos de gente joven buscando un plan para seguirlo pasando bien, como si a todos aquellos que entraran en un grupo demográfico de mayores de 30 años se les encendiera un interruptor de instinto hogareño que les hiciera preferir el quedarse en casa relatando historias y festejando muy sanamente… o emborrachándose como había sucedido en casa – lo de que sospechaba que por la mañana ya no quedaría nada de su marihuana lo decía en serio.
Ya iba a bajar cuando Sofie aparcó el coche, como todos los demás, cuando la rubia lo sujetaba del brazo para instarle a quedarse. Esa fue la primera sonrisa que apareció en su rostro desde que habían dejado la casa. – ¿Entonces te gustó? – Va, no le pedía que se quedara precisamente para lanzarse sobre él y besarlo como desesperada, pero algo era algo. Y con Luke, cuando menos, las cosas eran siempre más sutiles, más de gestos, le gustaba hacer a las chicas sentirse especiales y que vieran lo que le importaban antes de tratar de meterles las manos bajo las faldas. Y Sofie en particular le importaba demasiado.
- Claro que lo elegí yo, qué creías. – Rio por lo absurdo que le pareció el comentario, aunque tal vez Sofie tuviera la impresión de que habría pasado muchísimo tiempo perdido en las tiendas londinenses buscando algo en concreto para ella. No era del todo cierto ni del todo mentira. Si, había pasado tiempo buscando, pero no en ningún centro comercial. Se había dedicado a hacerlo en uno de aquellos portales online donde se promocionaban productos hechos a mano y así había llegado con la joyería de una chica que le aseguraba que nadie iba a tener una pieza exactamente igual y por lo mismo era única. Esa clase de cosas que le hubiera gustado decirle a Sofie si estuvieran a solas, no con su hermana y Sebastian rondando por ahí. Cuando cerró el seguro del collar no pudo resistir el impulso de acariciarle el cuello, y aquel habría sido el momento perfecto para decirle algo o cuando menos intentarlo de no ser porque Sofie salía del auto, dejándolo con las palabras en la boca una vez más.
Entornó los ojos y salió el también. Lo dicho, seguía sin hacerle mucha gracia el reunirse con la otra mitad de aquel cuarteto improvisado. Y entonces tuvo una idea que hizo que sus labios se afilaran en una media sonrisa. Apretó el paso hasta tomar a Sofie de la mano para llamarle la atención y mirándola con complicidad le hizo un gesto a que la siguiera, adentrándose en un callejón que quedaba entre dos edificios y sin decirle más le tomó de las manos. Acto seguido: un chasquido y la absorbente y sobrecogedora sensación que te invadía al desaparecer.
No creía que ni a Loulou ni a Sebastian les importara. Que sí, quería poder estar con ella a solas. Se le ocurrió que una de las cabinas en el London Eye sería buen lugar para poder estar tranquilo a su lado y, quien sabe, con algo de suerte poder tratar sobre lo que ocurría entre ellos. No importaba que la gigantesca rueda de la fortuna estuviera cerrada a esas horas, desde donde estaban alcanzaban a ver un paisaje espectacular con la luz de la luna reflejada en el agua y las luces navideñas alumbrando todo cuanto alcanzaban a ver. – Ja, de haber planeado esto con anticipación me hubiera traído una botella o algo más… ¿estás bien? ¿Tienes frío? -
No dijo la gran cosa mientras llegaban a donde fuera que iban, no creía ya tener mando en aquella situación. Si acaso contestó o respondió a un par de comentarios sobre cómo habían pasado las fiestas y ya. Se entretuvo mirando por la ventana del coche los adornos luminosos y las personas que se movían por las calles a esas horas, casi todos grupos como el de ellos de gente joven buscando un plan para seguirlo pasando bien, como si a todos aquellos que entraran en un grupo demográfico de mayores de 30 años se les encendiera un interruptor de instinto hogareño que les hiciera preferir el quedarse en casa relatando historias y festejando muy sanamente… o emborrachándose como había sucedido en casa – lo de que sospechaba que por la mañana ya no quedaría nada de su marihuana lo decía en serio.
Ya iba a bajar cuando Sofie aparcó el coche, como todos los demás, cuando la rubia lo sujetaba del brazo para instarle a quedarse. Esa fue la primera sonrisa que apareció en su rostro desde que habían dejado la casa. – ¿Entonces te gustó? – Va, no le pedía que se quedara precisamente para lanzarse sobre él y besarlo como desesperada, pero algo era algo. Y con Luke, cuando menos, las cosas eran siempre más sutiles, más de gestos, le gustaba hacer a las chicas sentirse especiales y que vieran lo que le importaban antes de tratar de meterles las manos bajo las faldas. Y Sofie en particular le importaba demasiado.
- Claro que lo elegí yo, qué creías. – Rio por lo absurdo que le pareció el comentario, aunque tal vez Sofie tuviera la impresión de que habría pasado muchísimo tiempo perdido en las tiendas londinenses buscando algo en concreto para ella. No era del todo cierto ni del todo mentira. Si, había pasado tiempo buscando, pero no en ningún centro comercial. Se había dedicado a hacerlo en uno de aquellos portales online donde se promocionaban productos hechos a mano y así había llegado con la joyería de una chica que le aseguraba que nadie iba a tener una pieza exactamente igual y por lo mismo era única. Esa clase de cosas que le hubiera gustado decirle a Sofie si estuvieran a solas, no con su hermana y Sebastian rondando por ahí. Cuando cerró el seguro del collar no pudo resistir el impulso de acariciarle el cuello, y aquel habría sido el momento perfecto para decirle algo o cuando menos intentarlo de no ser porque Sofie salía del auto, dejándolo con las palabras en la boca una vez más.
Entornó los ojos y salió el también. Lo dicho, seguía sin hacerle mucha gracia el reunirse con la otra mitad de aquel cuarteto improvisado. Y entonces tuvo una idea que hizo que sus labios se afilaran en una media sonrisa. Apretó el paso hasta tomar a Sofie de la mano para llamarle la atención y mirándola con complicidad le hizo un gesto a que la siguiera, adentrándose en un callejón que quedaba entre dos edificios y sin decirle más le tomó de las manos. Acto seguido: un chasquido y la absorbente y sobrecogedora sensación que te invadía al desaparecer.
No creía que ni a Loulou ni a Sebastian les importara. Que sí, quería poder estar con ella a solas. Se le ocurrió que una de las cabinas en el London Eye sería buen lugar para poder estar tranquilo a su lado y, quien sabe, con algo de suerte poder tratar sobre lo que ocurría entre ellos. No importaba que la gigantesca rueda de la fortuna estuviera cerrada a esas horas, desde donde estaban alcanzaban a ver un paisaje espectacular con la luz de la luna reflejada en el agua y las luces navideñas alumbrando todo cuanto alcanzaban a ver. – Ja, de haber planeado esto con anticipación me hubiera traído una botella o algo más… ¿estás bien? ¿Tienes frío? -
Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Se acomodó en el hombro de Sebastian cuando se hubo subido, era muy confianzuda con él porque era el hermano mayor que le faltaba, Luke estaba muy chiquito y enamorado para anteponerla a sus calenturas, ni importaba que hacía dos días había sido su cumpleaños y que le había prometido una gran fiesta y hasta ahora nada. Igual aunque el gesto de él hubiese sido dulce y todo lo mandó a callar con una risa cuando le dijo que a pesar de pesada y eso la había extrañado, le dio un golpecito en el estómago con el reverso de su mano como tildándolo de atrevido y majadero por decir eso.
No intervenía en lo que hablaba con Sofie porque estaba grandecito como para desenvolverse solo, de hecho tenía más tacto que ella y era mejor de ese modo, no la obligaba a sentirse en la necesidad de introducirlos y armar conversación de la nada, le pasó entonces una mano por los hombros a Luke como para calmarlo por si pensaba que le iba a joder el plan con su sola presencia, no sería capaz.
Ya habiendo al lugar en el que supuestamente nos quedaríamos me bajé y esperé a Sebastian para seguir, pero no de la mano, que no teníamos tres años y tampoco éramos novios de toda la vida como para hacer cositas de viejos. Le preguntó sobre cómo había ido la noche y ella volteó a echarle un ojo a la parejita aquella, era su hermano menor, era sobreprotectora aunque a Luke lo avergonzase ese pensamiento. Le sonrió y le contó lo que había sido la noche, con Jessy, la mejor amiga de su madre y esa forma adorable que tenía de ser y con Dave un rato, le dijo también lo de que en un periódico americano dijeron una mentira sobre otra hija de Rayder, pero que era una locura.
Loulou no sabía que lo de la otra hija era real, hasta ese momento la felicidad navideña era entera. Recibió extrañada el regalo de Sebastian porque ella no le había llevado uno y no pensaba que le fuese a dar algo, sobre todo porque no sabía que lo iba a ver esa noche, ya le había enviado algo por su cumpleaños hacía un par de días y eso era un exceso.
-No serán cincuenta libras, ¿verdad? Que no estás tan mayor como para ser mi abuelo y darme dinero para mis compras tontas.-si era eso que mejor le diese cien para el refugio. Abrió el sobre y miró primero la fotografía, era un animal precioso que no había visto pero que sabía que existía, vio el certificado de adopción y los papeles con la información, si no lo besaba es porque seguía leyendo todo para saber si podía visitarla o algo.-
El llamado se Sofie la hizo voltear y por eso no le profesó amor eterno, pero de todos modos se abrazó a él como toda muestra de agradecimiento pegando su cabeza contra el hombro de él porque era más alto que ella, se quedó mirando a ese par y se rió por lo bajo ante la pregunta, ya después le diría por qué aquello estaba algo fuera de lugar, pero no iba a arruinarle la vergüenza –o el empujón- a Luke ahora. Sin embargo no los siguieron, se escabulleron hacia algún lugar ayudados de las sombras nocturnas, negó con la cabeza pero sonrió, esperando que significase que su hermano finalmente se había decidido.
-Bueno, se fueron, ¿a dónde me vas a llevar ahora? En una gasolinera te puedo comprar un regalo de navidad, la verdad ni te compré algo, es tu culpa por no avisarme por lechuza o por mensaje.
No intervenía en lo que hablaba con Sofie porque estaba grandecito como para desenvolverse solo, de hecho tenía más tacto que ella y era mejor de ese modo, no la obligaba a sentirse en la necesidad de introducirlos y armar conversación de la nada, le pasó entonces una mano por los hombros a Luke como para calmarlo por si pensaba que le iba a joder el plan con su sola presencia, no sería capaz.
Ya habiendo al lugar en el que supuestamente nos quedaríamos me bajé y esperé a Sebastian para seguir, pero no de la mano, que no teníamos tres años y tampoco éramos novios de toda la vida como para hacer cositas de viejos. Le preguntó sobre cómo había ido la noche y ella volteó a echarle un ojo a la parejita aquella, era su hermano menor, era sobreprotectora aunque a Luke lo avergonzase ese pensamiento. Le sonrió y le contó lo que había sido la noche, con Jessy, la mejor amiga de su madre y esa forma adorable que tenía de ser y con Dave un rato, le dijo también lo de que en un periódico americano dijeron una mentira sobre otra hija de Rayder, pero que era una locura.
Loulou no sabía que lo de la otra hija era real, hasta ese momento la felicidad navideña era entera. Recibió extrañada el regalo de Sebastian porque ella no le había llevado uno y no pensaba que le fuese a dar algo, sobre todo porque no sabía que lo iba a ver esa noche, ya le había enviado algo por su cumpleaños hacía un par de días y eso era un exceso.
-No serán cincuenta libras, ¿verdad? Que no estás tan mayor como para ser mi abuelo y darme dinero para mis compras tontas.-si era eso que mejor le diese cien para el refugio. Abrió el sobre y miró primero la fotografía, era un animal precioso que no había visto pero que sabía que existía, vio el certificado de adopción y los papeles con la información, si no lo besaba es porque seguía leyendo todo para saber si podía visitarla o algo.-
El llamado se Sofie la hizo voltear y por eso no le profesó amor eterno, pero de todos modos se abrazó a él como toda muestra de agradecimiento pegando su cabeza contra el hombro de él porque era más alto que ella, se quedó mirando a ese par y se rió por lo bajo ante la pregunta, ya después le diría por qué aquello estaba algo fuera de lugar, pero no iba a arruinarle la vergüenza –o el empujón- a Luke ahora. Sin embargo no los siguieron, se escabulleron hacia algún lugar ayudados de las sombras nocturnas, negó con la cabeza pero sonrió, esperando que significase que su hermano finalmente se había decidido.
-Bueno, se fueron, ¿a dónde me vas a llevar ahora? En una gasolinera te puedo comprar un regalo de navidad, la verdad ni te compré algo, es tu culpa por no avisarme por lechuza o por mensaje.
Loulou Rayder- Mensajes : 48
Fecha de inscripción : 12/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Claro que le había gustado el collar, le había encantado, le parecía perfectísimo y trató de trasmitirlo con toda la verborragia verbal de elogios y con la sonrisa de gloss navideño también. También le reconfortó a Sofie el saber que Luke era capaz de elegir algo que tan bien parecía ir con ella, era halagador que la conociera tanto. Pero ahí el escalofrío de ella por la textura de las manos de Luke sobre su piel y mejor salir corriendo, aunque fuera para minutos después perderse en un callejón oscuro..
- que haces? A donde vamos? – preguntó nerviosa pero sin temor, pues solía ser ella más intrépida que Luke, y en todo caso contaba que él jamás podría dejarla en peligro. Con la emoción de la incertidumbre lo miró intensamente y le tomó las manos con fuerza esperando alguna cosa extraña. Y si! que más extraño que desmaterializarse de un sitio para aparecer en otro. La magia era fantástica pero mejor cuando la ejercía otro.
- ohh my…- susurró a penas sin soltarse del chico, sin respirar siquiera por no perder el momento hermoso de contemplación de aquel paisaje que miraba por los lados del rostro de Luke sin animarse a moverse lo más mínimo… Ladeó la cabeza a un lado y a otro y terminó por soltarlo de una sola mano, para tener la libertad de girar de cuerpo en tero y verlo todo, todo, pero a la vez no perder ni el contacto ni la garantía de seguridad que estarse sujetada a Luke le daba, aun a cien o más metros de altura… - estoy bien… - contestó autómata porque los ojos se le chispeaban de emoción infantil -… ahora no se que regalo es más bonito, si este – se tomó el collar con la mano libre enseñándoselo a Luke – o todo esto – y se rió contentísima mirando todo alrededor, antes de sentirse una tonta total por andar diciendo semejantes niñerías… Pero bueno, él lo había provocado al llevarla a ese sitio y no a otro…
- ay Luke, tus ideas son fantásticas… te das cuenta? Puede verse toda la ciudad desde aquí… bueno no toda pero… Me pregunto que hormiguita será tu hermana… - Se soltó por fin y fue de lleno a pegarse a un ventanal. Algo de vértigo le dio, pero podía más su curiosidad… - hablando de Loulou… ese es el novio o solo un amigo como dice?... Igual no creo que se preocupen por nosotros, no?... De todos modos puedes mandarle un patronus para luego combinar el regreso… has traído tu varita? Yo no… siquiera se si está en el auto…- hablaba y hablaba con Luke, pero con las palmas sobre el vidrio, sus ojos seguían como buscando alguna cosa más allá, ubicarse más o menos en que parte de Londres estaban con respecto a donde había dejado el coche, o reconocer alguna calle por la que había conducido o simplemente memorizar como todo se veía desde tan selecta posición….
- Ni se te ocurra poner a andar esta cosa eh! Que ahí si muero del mareo aunque no haya bebido nada.
- que haces? A donde vamos? – preguntó nerviosa pero sin temor, pues solía ser ella más intrépida que Luke, y en todo caso contaba que él jamás podría dejarla en peligro. Con la emoción de la incertidumbre lo miró intensamente y le tomó las manos con fuerza esperando alguna cosa extraña. Y si! que más extraño que desmaterializarse de un sitio para aparecer en otro. La magia era fantástica pero mejor cuando la ejercía otro.
- ohh my…- susurró a penas sin soltarse del chico, sin respirar siquiera por no perder el momento hermoso de contemplación de aquel paisaje que miraba por los lados del rostro de Luke sin animarse a moverse lo más mínimo… Ladeó la cabeza a un lado y a otro y terminó por soltarlo de una sola mano, para tener la libertad de girar de cuerpo en tero y verlo todo, todo, pero a la vez no perder ni el contacto ni la garantía de seguridad que estarse sujetada a Luke le daba, aun a cien o más metros de altura… - estoy bien… - contestó autómata porque los ojos se le chispeaban de emoción infantil -… ahora no se que regalo es más bonito, si este – se tomó el collar con la mano libre enseñándoselo a Luke – o todo esto – y se rió contentísima mirando todo alrededor, antes de sentirse una tonta total por andar diciendo semejantes niñerías… Pero bueno, él lo había provocado al llevarla a ese sitio y no a otro…
- ay Luke, tus ideas son fantásticas… te das cuenta? Puede verse toda la ciudad desde aquí… bueno no toda pero… Me pregunto que hormiguita será tu hermana… - Se soltó por fin y fue de lleno a pegarse a un ventanal. Algo de vértigo le dio, pero podía más su curiosidad… - hablando de Loulou… ese es el novio o solo un amigo como dice?... Igual no creo que se preocupen por nosotros, no?... De todos modos puedes mandarle un patronus para luego combinar el regreso… has traído tu varita? Yo no… siquiera se si está en el auto…- hablaba y hablaba con Luke, pero con las palmas sobre el vidrio, sus ojos seguían como buscando alguna cosa más allá, ubicarse más o menos en que parte de Londres estaban con respecto a donde había dejado el coche, o reconocer alguna calle por la que había conducido o simplemente memorizar como todo se veía desde tan selecta posición….
- Ni se te ocurra poner a andar esta cosa eh! Que ahí si muero del mareo aunque no haya bebido nada.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Para Luke, la expresión de Sofie en ese momento hacía que cualquier cosa, cualquier mal rato y disgusto que se hubiera llevado valiera la pena. Tan solo eso necesitaba para quitarse del rostro la expresión de apatía que tan usual era en él y que había llevado desde que salieron de casa. Sonrió ampliamente, dejando las manos dentro de los bolsillos de su abrigo gris de lana porque repentinamente se sentía un poco nervioso y no tenía muy en claro qué hacer con ellas.
- ¿Debo tomar eso como que te ha gustado? – Le respondió bromista, prestando mucha más atención de lo acostumbrado al hecho de que Sofie no lo soltaba de la mano aún. Y le pareció que estar así con ella, con sus manos entrelazadas observando el paisaje decembrino a la luz de la luna se sentía demasiado natural. Notaba el estómago hecho un nudo y sabía muy bien por qué. No era ningún conquistador completamente seguro de sí mismo como lo eran Joseph o Adair, y ocurría que Sophie le gustaba y demasiado. Se lo había dicho el verano pasado, y bueno, aunque en un principio creyó que ella le correspondía…
No tenía ya idea de cómo convencerla que su miedo a ser una Rayder también era una locura absoluta. Sabía que la reputación de Jessy Luttrell no era la mejor, pero dudaba mucho que se tratara de una persona tan cruel y cínica como para sentarse a la mesa en navidad con su madre, que la consideraba su mejor amiga, después de hipotéticamente haberse cagado en ella, acostado con su esposo y parido a su hija no legítima para luego nombrarlo padrino de la niña. Ni mucho menos creía a Dave capaz de hacer algo así. Por eso aquellos rumores que comenzaban a correr en los tabloides americanos le tenían sin cuidado. La relación de sus padres no era la más normal, ¿pero eso de tener hijos bastardos por ahí? Él mismo estaba de gira con él. Cada groupie que intentaba acercarse se encontraba con un rechazo – uno que todo sea dicho, el bajista de la banda sabía aprovechar a su favor.
- ¿Loulou? No sé, será la hormiga que veas echándole pintura roja a otra. – Bromeó. Eso, o posando desnuda para campañas ecologistas… puto cartel de sus pesadillas. Aunque hubiera sido para una buena causa le daba grima imaginar la cantidad de quinceañeros que debían estar cascándosela pensando en su hermana. Nunca había estado de acuerdo con aquel poster para la campaña de PETA.
Respondió con un escueto “No” a si Loulou y Sebastian eran novios, y otro escueto “Sí” a si llevaba la varita con él. Nunca la soltaba, siempre la llevaba en el bolsillo de su pantalón o en ese caso, en el abrigo. Le constaba que Sofie no estaba acostumbrada a ello pero si en realidad estaba contemplando a Brigantia entre sus planes como él quizá debería comenzar a hacerse al hábito.
- Tranquila, si lo pusiera a andar me cargo todo el secreto mágico en ese instante. ¿Me ves cara de KAU? – Hubiera estado bien llevarla cuando la atracción estuviera abierta pero le parecía que esa oportunidad de estar así, a solas con ella, era mucho mejor. Y en definitivo, si acaso la desperdiciaba, es que era un idiota y se merecía que Loulou se burlara de él hasta el cansancio.
Así que en silencio y aprovechando que ella estaba pegada al cristal observando el paisaje él se acercó por su espalda. No había mucho elemento sorpresa si podía verlo con claridad en el reflejo del vidrio. Pero decidido a hacer un nuevo intento para hacerle ver lo mucho que la quería le envolvió la cintura entre los brazos, pegando su pecho a la espalda de la rubia con cuidado. No quería mostrarse demasiado invasivo y que comenzara a pensar barbaridades de lo que pretendía. Apoyó la barbilla en su hombro y entonces le besó el cuello, esperando a tantear su reacción antes de hacer nada más. – Con todo y lo impresionante del paisaje, no puedo dejar de mirarte a tií. -
- ¿Debo tomar eso como que te ha gustado? – Le respondió bromista, prestando mucha más atención de lo acostumbrado al hecho de que Sofie no lo soltaba de la mano aún. Y le pareció que estar así con ella, con sus manos entrelazadas observando el paisaje decembrino a la luz de la luna se sentía demasiado natural. Notaba el estómago hecho un nudo y sabía muy bien por qué. No era ningún conquistador completamente seguro de sí mismo como lo eran Joseph o Adair, y ocurría que Sophie le gustaba y demasiado. Se lo había dicho el verano pasado, y bueno, aunque en un principio creyó que ella le correspondía…
No tenía ya idea de cómo convencerla que su miedo a ser una Rayder también era una locura absoluta. Sabía que la reputación de Jessy Luttrell no era la mejor, pero dudaba mucho que se tratara de una persona tan cruel y cínica como para sentarse a la mesa en navidad con su madre, que la consideraba su mejor amiga, después de hipotéticamente haberse cagado en ella, acostado con su esposo y parido a su hija no legítima para luego nombrarlo padrino de la niña. Ni mucho menos creía a Dave capaz de hacer algo así. Por eso aquellos rumores que comenzaban a correr en los tabloides americanos le tenían sin cuidado. La relación de sus padres no era la más normal, ¿pero eso de tener hijos bastardos por ahí? Él mismo estaba de gira con él. Cada groupie que intentaba acercarse se encontraba con un rechazo – uno que todo sea dicho, el bajista de la banda sabía aprovechar a su favor.
- ¿Loulou? No sé, será la hormiga que veas echándole pintura roja a otra. – Bromeó. Eso, o posando desnuda para campañas ecologistas… puto cartel de sus pesadillas. Aunque hubiera sido para una buena causa le daba grima imaginar la cantidad de quinceañeros que debían estar cascándosela pensando en su hermana. Nunca había estado de acuerdo con aquel poster para la campaña de PETA.
Respondió con un escueto “No” a si Loulou y Sebastian eran novios, y otro escueto “Sí” a si llevaba la varita con él. Nunca la soltaba, siempre la llevaba en el bolsillo de su pantalón o en ese caso, en el abrigo. Le constaba que Sofie no estaba acostumbrada a ello pero si en realidad estaba contemplando a Brigantia entre sus planes como él quizá debería comenzar a hacerse al hábito.
- Tranquila, si lo pusiera a andar me cargo todo el secreto mágico en ese instante. ¿Me ves cara de KAU? – Hubiera estado bien llevarla cuando la atracción estuviera abierta pero le parecía que esa oportunidad de estar así, a solas con ella, era mucho mejor. Y en definitivo, si acaso la desperdiciaba, es que era un idiota y se merecía que Loulou se burlara de él hasta el cansancio.
Así que en silencio y aprovechando que ella estaba pegada al cristal observando el paisaje él se acercó por su espalda. No había mucho elemento sorpresa si podía verlo con claridad en el reflejo del vidrio. Pero decidido a hacer un nuevo intento para hacerle ver lo mucho que la quería le envolvió la cintura entre los brazos, pegando su pecho a la espalda de la rubia con cuidado. No quería mostrarse demasiado invasivo y que comenzara a pensar barbaridades de lo que pretendía. Apoyó la barbilla en su hombro y entonces le besó el cuello, esperando a tantear su reacción antes de hacer nada más. – Con todo y lo impresionante del paisaje, no puedo dejar de mirarte a tií. -
Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Aunque se lo tomara a gracia, parecía que Luke nunca le iba a perdonar a su hermana las fotos desnudas por la causa, y Sofie lo entendía o tenía su propia opinión al respecto de que todos pensaban que Loulou había cruzado un límite con eso, pero nadie quería pararle el carro de frente y terminaban bromeando con el tema para canalizar la vergüenza… Lo mismo de que Loulou no podía cantar ni el feliz cumpleaños, la dejaban ser por no romperle la ilusión… Y no estaba tan mal tampoco, así funcionaban las familias supuestamente.
- cara de que?... ah si! cara de Per… pues no! – y soltó una risita infame. Sofie sabía poquísimo de política mágica, no porque no supiera los hechos concretos (aunque de hecho no sabía ni por asomo toda la historia del mundo mágico) sino porque no vivía esa realidad. Estudiar de un libro o ir al mundo mágico en Navidad, no la hacía una bruja… Así como leer a Mao y saber la definición de comunismo, no la hacía china.
No evitó el contacto con Luke, e incluso le tomó las manos con las suyas, porque se la hacía natural aquello, de la misma forma en que aferrada a él se había paseado por la cabina mirándolo todo. Sofie era cariñosa, a veces demasiado confianzuda y terminaba prestándose a confusiones, pero eso sucedía después, pues en el momento ni lo pensaba actuaba así porque gustaban las demostraciones de afecto y no tenía miedos ni recelos al contacto físico… Ahora el beso… y luego la frase… pues… - Y yo dándote la espalda, que mal educada! – los nervios? Tener que contestar cualquier tontería para no hacerse cargo del piropo, pero no negarlo tampoco?...
- Sabes?... me he decidido… iré a Brigantia aunque mamá estalle en llamas… Ya no soy una niñita y haré lo que me de la gana, le guste o no… Pero primero me aseguraré de que me compre el vestido más caro para mi graduación… Y luego me pelearé con ella. – Es que Sofie sabía que si se ponía firme con eso, Jessy iba a poner el grito en el cielo, pero… Era un riesgo que estaba dispuesta a correr. Al menos tenía que intentarlo y si el mundo mágico no funcionaba para ella podía volver al muggle…
También si iba a Brigantia podría pasar mucho más tiempo con Luke y eso no era secreto para ninguno de los dos. Olvidó el paisaje y despegándose del chico, buscó verle a la cara mientras iba a sentarse al banco central que tenía la cabina. Dio dos palmaditas sobre la madera para invitarlo a sentarse con ella y pues… charlar un rato. Que era tan descortés como darle la espalda, estar ahí con él y ignorarlo viendo el paisaje.
- cuéntame algo… o si no te contaré yo de mis aburridos vestidos de graduación… Por cierto, tu con quien fuiste a tu graduación?
- cara de que?... ah si! cara de Per… pues no! – y soltó una risita infame. Sofie sabía poquísimo de política mágica, no porque no supiera los hechos concretos (aunque de hecho no sabía ni por asomo toda la historia del mundo mágico) sino porque no vivía esa realidad. Estudiar de un libro o ir al mundo mágico en Navidad, no la hacía una bruja… Así como leer a Mao y saber la definición de comunismo, no la hacía china.
No evitó el contacto con Luke, e incluso le tomó las manos con las suyas, porque se la hacía natural aquello, de la misma forma en que aferrada a él se había paseado por la cabina mirándolo todo. Sofie era cariñosa, a veces demasiado confianzuda y terminaba prestándose a confusiones, pero eso sucedía después, pues en el momento ni lo pensaba actuaba así porque gustaban las demostraciones de afecto y no tenía miedos ni recelos al contacto físico… Ahora el beso… y luego la frase… pues… - Y yo dándote la espalda, que mal educada! – los nervios? Tener que contestar cualquier tontería para no hacerse cargo del piropo, pero no negarlo tampoco?...
- Sabes?... me he decidido… iré a Brigantia aunque mamá estalle en llamas… Ya no soy una niñita y haré lo que me de la gana, le guste o no… Pero primero me aseguraré de que me compre el vestido más caro para mi graduación… Y luego me pelearé con ella. – Es que Sofie sabía que si se ponía firme con eso, Jessy iba a poner el grito en el cielo, pero… Era un riesgo que estaba dispuesta a correr. Al menos tenía que intentarlo y si el mundo mágico no funcionaba para ella podía volver al muggle…
También si iba a Brigantia podría pasar mucho más tiempo con Luke y eso no era secreto para ninguno de los dos. Olvidó el paisaje y despegándose del chico, buscó verle a la cara mientras iba a sentarse al banco central que tenía la cabina. Dio dos palmaditas sobre la madera para invitarlo a sentarse con ella y pues… charlar un rato. Que era tan descortés como darle la espalda, estar ahí con él y ignorarlo viendo el paisaje.
- cuéntame algo… o si no te contaré yo de mis aburridos vestidos de graduación… Por cierto, tu con quien fuiste a tu graduación?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Como patada en la boca del estómago, así sentía la esquiva de la rubia cuando intentaba acercarse a ella. Claro que le sentaba mal y lo hacía sentir un imbécil, pero tenía aún algo de esperanza a que tal vez era porque no estaba siendo lo suficientemente directo. Quería que Sofie entendiera que si meses después de haberle dicho lo que sentía por ella por primera vez era porque Luke iba muy en serio. Era así con todas las chicas por las que sentía algo, cuando al fin se decidía a hablar era porque ya lo llevaban prendado por completo. Por eso que mientras el historial de conquistas de sus amigos crecía y crecía él había estado tan solo con dos personas.
Así que la siguió a sentarse, volviendo a meter las manos a los bolsillos del abrigo. – O sea que vas a lanzarle el ataque a traición. ¿Estás segura de que eso te va a salir bien? – Sostenía que la madre de Sofie era algo extraña y no lograba descifrar a esa mujer a pesar de conocerla de toda la vida, que ahí estaban las fotografías de 18 años de antigüedad como evidencia. Cuando menos podía decir que él no tenía esa problema con sus padres. Por lo menos con su madre, que siempre había sido muy abierta con ellos y dejándolos hacer lo que quisieran sin recurrir a chantajes ni peleas. No que Dave fuera muy distinto, aunque eso solo cuando estaba en casa.
- Nunca entendí por que las niñas se ponen tan locas con el vestido de graduación. Tú eres bonita te pongas lo que te pongas, hasta un costal de papas. – Lo decía en serio, las dos cosas. ¿En verdad creían que ellos se fijaban en el corte o la tela o lo que fuera que ellas consideraban para escoger un vestido? Cosas de mujeres. Aunque sí, tenía buenos recuerdos y decenas de fotografías de su fiesta de graduación así como del after party, donde había terminado sin camisa, con la corbata amarrada en la cabeza y despertado en el piso de la sala común de Gryffindor con una botella en la mano. Por poco perdía el Expreso para regresar a Londres de no ser porque Regina lo había despertado. La peor resaca de su vida pero bien había valido la pena.
Justo con Regina había ido a esa fiesta. La seguía queriendo muchísimo, aunque no de la misma manera, lo que era obvio considerando lo que trataba de hacer ver a Sofie. De todas formas, no le parecía que hablarle de su ex novia fuera lo más apropiado para el momento. Sospechaba además que se estaba haciendo la desentendida. Había estado casi 10 meses con Regina, eso no era algo que se pasara por alto muy fácilmente.
- ¿Qué te cuente algo? – Venga Luke, valor. Bajó la mirada un instante hacia la mano de Sofie que al instante entrelazó con la suya, sintiéndole demasiado pequeña y suave. Nada que ver con la suya, de palmas ásperas por sus días de golpeador y dedos curtidos por haber cogido su primera guitarra antes siquiera de aprender a leer, o las baquetas antes de ser lo suficientemente alto como para alcanzar los pedales.
Le buscó la mirada. Estaban solos, en el lugar con la vista más espectacular de todo Londres, con sus manos entrelazadas y tan cerca el uno del otro que la única manera de acortar distancias sería teniéndola sentada en su regazo. No le disgustaría, pero imaginar eso solo reafirmaba los deseos que tenía de recorrerle la espalda desnuda y los muslos por debajo del vestido. Mejor oportunidad no podía tener y si la desaprovechaba es que era un pobre diablo. Apenas apartó la mirada de sus ojos se centró en sus labios, que acarició con el pulgar al acercar la palma de su mano al rostro.
- Te cuento que muero por besarte. – Sin pedir permiso, sin darle oportunidad a rechazarlo. Tan solo esa confesión en un susurro ronco antes de unir sus labios a los de ella.
Así que la siguió a sentarse, volviendo a meter las manos a los bolsillos del abrigo. – O sea que vas a lanzarle el ataque a traición. ¿Estás segura de que eso te va a salir bien? – Sostenía que la madre de Sofie era algo extraña y no lograba descifrar a esa mujer a pesar de conocerla de toda la vida, que ahí estaban las fotografías de 18 años de antigüedad como evidencia. Cuando menos podía decir que él no tenía esa problema con sus padres. Por lo menos con su madre, que siempre había sido muy abierta con ellos y dejándolos hacer lo que quisieran sin recurrir a chantajes ni peleas. No que Dave fuera muy distinto, aunque eso solo cuando estaba en casa.
- Nunca entendí por que las niñas se ponen tan locas con el vestido de graduación. Tú eres bonita te pongas lo que te pongas, hasta un costal de papas. – Lo decía en serio, las dos cosas. ¿En verdad creían que ellos se fijaban en el corte o la tela o lo que fuera que ellas consideraban para escoger un vestido? Cosas de mujeres. Aunque sí, tenía buenos recuerdos y decenas de fotografías de su fiesta de graduación así como del after party, donde había terminado sin camisa, con la corbata amarrada en la cabeza y despertado en el piso de la sala común de Gryffindor con una botella en la mano. Por poco perdía el Expreso para regresar a Londres de no ser porque Regina lo había despertado. La peor resaca de su vida pero bien había valido la pena.
Justo con Regina había ido a esa fiesta. La seguía queriendo muchísimo, aunque no de la misma manera, lo que era obvio considerando lo que trataba de hacer ver a Sofie. De todas formas, no le parecía que hablarle de su ex novia fuera lo más apropiado para el momento. Sospechaba además que se estaba haciendo la desentendida. Había estado casi 10 meses con Regina, eso no era algo que se pasara por alto muy fácilmente.
- ¿Qué te cuente algo? – Venga Luke, valor. Bajó la mirada un instante hacia la mano de Sofie que al instante entrelazó con la suya, sintiéndole demasiado pequeña y suave. Nada que ver con la suya, de palmas ásperas por sus días de golpeador y dedos curtidos por haber cogido su primera guitarra antes siquiera de aprender a leer, o las baquetas antes de ser lo suficientemente alto como para alcanzar los pedales.
Le buscó la mirada. Estaban solos, en el lugar con la vista más espectacular de todo Londres, con sus manos entrelazadas y tan cerca el uno del otro que la única manera de acortar distancias sería teniéndola sentada en su regazo. No le disgustaría, pero imaginar eso solo reafirmaba los deseos que tenía de recorrerle la espalda desnuda y los muslos por debajo del vestido. Mejor oportunidad no podía tener y si la desaprovechaba es que era un pobre diablo. Apenas apartó la mirada de sus ojos se centró en sus labios, que acarició con el pulgar al acercar la palma de su mano al rostro.
- Te cuento que muero por besarte. – Sin pedir permiso, sin darle oportunidad a rechazarlo. Tan solo esa confesión en un susurro ronco antes de unir sus labios a los de ella.
Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Sofie no se dejaba ni imaginar que Luke iba en serio, prefería entenderlo como chistes y halagos lógicos pues le daba terror de solo pensarlo por millones de motivos, así como tampoco se permitía a si misma detenerse en que las cosquillas en su estómago podía ser más que la linda sensación de quererlo tanto y bien. Se había instigado de que no le convenía de ningún modo ponerse a pensar demasiado sobre cosas que lo involucraban, como porqué lo extrañaba tanto que terminaba escribiéndole tres veces por cada una de él de ansiosa total con excusa cualquier de que se había olvidado un tonto detalle…. O si en realidad quería ir a Hogwarts no por defender su derecho a la brujes, sino para ver en primera fila que hacía Luke y con quien en vez de enterarse de oído por Gianna o por el mismo… O cuanto de su fascinación por saber de las giras musicales se debía a seguirle los pasos a Dave, o si en realidad era por ver que Luke no saliera en las noticias… Estaba negada al tema, no por maldad conciente, sino porque no le veía nada bueno a eso.
- pues… no se si saldrá bien, pero tengo que intentarlo no? – el tema Jessy era complicado por demás, pero que relación padre e hijos no lo era? Sofie estaba acostumbrada a ella, la amaba con locura, a veces no entendía sus posiciones y se frustraba por demás, pero pasado el tiempo siempre resultaba que Jessy llevaba la razón y no le quedaba otra que aceptarlo. Quizá con Brigantia también fuera así…
Sonrió como tonta cuando le decía bonita, con ese gesto ingenuo de bajar las pestañas y terminó por reír ampliamente a la mención del costal de papas. No había reparado en lo de Regina, no porque no lo supiera sino porque preguntó sin pensar realmente, solo quería charlar con él de cualquier tontería, pasar el rato, reír de sus frases como “costal de papas” y volver a Barcelona feliz porque había vivido una velada de lujo con la persona que más quería en el mundo, luego de su mamá claro.
- si! cuéntame cualquier cosa – le afirmó con ese espíritu alegre tan suyo que se intensificaba por nada, por ejemplo por la simpleza de sentir sus manos entre las suyas y afirmar el contacto naturalmente, también el de sostener las miradas, sin por asomo imaginar lo que seguiría… La caricia en el rostro le llevó a cerrar los ojos alagada y lo oído no pudo procesarlo a tiempo, que Luke ya estaba apoyando los labios sobre los suyos y produciéndole esa sensación seductora que le erizaba la piel y la conducía a entre abrir los labios y olvidar el mundo sosteniendo el contacto demasiado tiempo como para que su mente no recayera en pensar diez mil tonterías que le quitaban la alegría.
Se separó suavemente, bajo la mirada a observar sus manos tomadas y sin brusquedad fue retrayéndola hacia así. Sabía lo que seguía a esa sensación alucinante de besarlo, lo sabía con perfección y por eso huía de eso, por más placentero que fuera hacerlo. – ahora nos vamos a pelear, no? – le dijo con dificultad sin levantar la mirada, mordiéndose el labio a penas porque se había entristecido por dentro sin remedio alguno. Ahora los argumentos, la discusión, y volver a Barcelona con una angustia total. El frío la atacó de repente y se frotó los brazos largando un suspiro – no me gusta pelear contigo… no deberías besarme- Que esperaba Luke? Que Sofie rompiera todas su barreras por una noche adorándolo con todo su ser, para al otro día volver a Barcelona, no verlo hasta las próximas vacaciones y quedarse con el corazón en la mano junto a un pote de helado meses y meses?
- pues… no se si saldrá bien, pero tengo que intentarlo no? – el tema Jessy era complicado por demás, pero que relación padre e hijos no lo era? Sofie estaba acostumbrada a ella, la amaba con locura, a veces no entendía sus posiciones y se frustraba por demás, pero pasado el tiempo siempre resultaba que Jessy llevaba la razón y no le quedaba otra que aceptarlo. Quizá con Brigantia también fuera así…
Sonrió como tonta cuando le decía bonita, con ese gesto ingenuo de bajar las pestañas y terminó por reír ampliamente a la mención del costal de papas. No había reparado en lo de Regina, no porque no lo supiera sino porque preguntó sin pensar realmente, solo quería charlar con él de cualquier tontería, pasar el rato, reír de sus frases como “costal de papas” y volver a Barcelona feliz porque había vivido una velada de lujo con la persona que más quería en el mundo, luego de su mamá claro.
- si! cuéntame cualquier cosa – le afirmó con ese espíritu alegre tan suyo que se intensificaba por nada, por ejemplo por la simpleza de sentir sus manos entre las suyas y afirmar el contacto naturalmente, también el de sostener las miradas, sin por asomo imaginar lo que seguiría… La caricia en el rostro le llevó a cerrar los ojos alagada y lo oído no pudo procesarlo a tiempo, que Luke ya estaba apoyando los labios sobre los suyos y produciéndole esa sensación seductora que le erizaba la piel y la conducía a entre abrir los labios y olvidar el mundo sosteniendo el contacto demasiado tiempo como para que su mente no recayera en pensar diez mil tonterías que le quitaban la alegría.
Se separó suavemente, bajo la mirada a observar sus manos tomadas y sin brusquedad fue retrayéndola hacia así. Sabía lo que seguía a esa sensación alucinante de besarlo, lo sabía con perfección y por eso huía de eso, por más placentero que fuera hacerlo. – ahora nos vamos a pelear, no? – le dijo con dificultad sin levantar la mirada, mordiéndose el labio a penas porque se había entristecido por dentro sin remedio alguno. Ahora los argumentos, la discusión, y volver a Barcelona con una angustia total. El frío la atacó de repente y se frotó los brazos largando un suspiro – no me gusta pelear contigo… no deberías besarme- Que esperaba Luke? Que Sofie rompiera todas su barreras por una noche adorándolo con todo su ser, para al otro día volver a Barcelona, no verlo hasta las próximas vacaciones y quedarse con el corazón en la mano junto a un pote de helado meses y meses?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Honestamente, hablar de Jessy Luttrell era lo último que le pasaba por la cabeza en ese momento. Tampoco quería contarle detalles sobre su baile de graduación ni hacer mención a antiguos amores, porque le daba la impresión de que no había nada más anticlimático ni poco afín a sus intenciones que una charla que se desviara hacia aquellos rumbos.
Lo que quería era centrarse por completo en el como sus labios se amoldaban a la perfección a la de él. Porque por más que Sofie insistiera en lo contrario, él era muy consciente de la manera en que entreabría la boca y contenía la respiración, en como incluso la sentía estremecerse junto a él y apretaba un poco más su mano. Que por mucho que dijera "no", no era capaz de disimular el "sí" de su cuerpo. Que no importaba las veces que le dijera que no era prudente que entre ellos surgiera nada que sobrepasara los límites platónicos de una amistad, lo quería tanto como él a ella y lo único que se interponía era un miedo infundado.
¿O qué más iba a ser si no? ¿La distancia? La distancia para un mago no es nada. Le regalaría una docena de espejos comunicadores y tomaría traslador tras traslador para aparecer en Barcelona todos los días si eso significaba que dejaría de engañarse y tener miedo. ¿Qué acaso no veía todo lo que le ofrecía y quería darle? ¿No se daba cuenta que lo tenía vuelto loco?
Y como siempre pasaba, por un segundo, tan sólo un breve segundo cuando le sintió corresponderle, sonrió en medio del beso. No obstante aquella calidez en el pecho le duró tan solo un instante porque, como siempre también, Sofie daba marcha atrás. No le gustaba verla así, por supuesto que no. ¿Cómo iba a sentarle bien saber que lo pasaba mal? Pero tenía él la esperanza de que, si lo intentaba una y otra y otra vez, si perseveraba y era paciente, ella vería que tan en serio, que tan sincero era todo eso para él. Quizá algo de Hufflepuff había heredado de su madre después de todo.
Retuvo la pequeña mano de Sofie entre las de él con suavidad antes de que terminara ella por soltarse. Cerró los ojos. No, no quería pelear. Sí, justo lo que deseaba era que por fin bajara la guardia frente a él, pero era obvio que no lo había conseguido. - No tenemos por qué pelearnos. Sofie, es que... - Inspiró. Tranquilo, Lucas. En calma y en control.
El no había dejado de mirarla, no podía hacerlo. Al verla tratando de resguardarse del frío sintió deseos tremendos de tenerla entre sus brazos, pero si lo intentaba después de haberla alterado así se iba a llevar como mínimo una bofetada. En vez de eso y con calma volvió a llevar la mano hacia la mejilla de la rubia, acariciándola con suavidad. - Ni a mi me gusta pelear. Lo sabes. Pero te quiero y lo que yo quisiera es poder besarte todos los días, siempre, sin que tú tengas miedo. - Porque eso le quedaba muy claro, de entre ellos dos quien se acobardaba era ella.
Lo que quería era centrarse por completo en el como sus labios se amoldaban a la perfección a la de él. Porque por más que Sofie insistiera en lo contrario, él era muy consciente de la manera en que entreabría la boca y contenía la respiración, en como incluso la sentía estremecerse junto a él y apretaba un poco más su mano. Que por mucho que dijera "no", no era capaz de disimular el "sí" de su cuerpo. Que no importaba las veces que le dijera que no era prudente que entre ellos surgiera nada que sobrepasara los límites platónicos de una amistad, lo quería tanto como él a ella y lo único que se interponía era un miedo infundado.
¿O qué más iba a ser si no? ¿La distancia? La distancia para un mago no es nada. Le regalaría una docena de espejos comunicadores y tomaría traslador tras traslador para aparecer en Barcelona todos los días si eso significaba que dejaría de engañarse y tener miedo. ¿Qué acaso no veía todo lo que le ofrecía y quería darle? ¿No se daba cuenta que lo tenía vuelto loco?
Y como siempre pasaba, por un segundo, tan sólo un breve segundo cuando le sintió corresponderle, sonrió en medio del beso. No obstante aquella calidez en el pecho le duró tan solo un instante porque, como siempre también, Sofie daba marcha atrás. No le gustaba verla así, por supuesto que no. ¿Cómo iba a sentarle bien saber que lo pasaba mal? Pero tenía él la esperanza de que, si lo intentaba una y otra y otra vez, si perseveraba y era paciente, ella vería que tan en serio, que tan sincero era todo eso para él. Quizá algo de Hufflepuff había heredado de su madre después de todo.
Retuvo la pequeña mano de Sofie entre las de él con suavidad antes de que terminara ella por soltarse. Cerró los ojos. No, no quería pelear. Sí, justo lo que deseaba era que por fin bajara la guardia frente a él, pero era obvio que no lo había conseguido. - No tenemos por qué pelearnos. Sofie, es que... - Inspiró. Tranquilo, Lucas. En calma y en control.
El no había dejado de mirarla, no podía hacerlo. Al verla tratando de resguardarse del frío sintió deseos tremendos de tenerla entre sus brazos, pero si lo intentaba después de haberla alterado así se iba a llevar como mínimo una bofetada. En vez de eso y con calma volvió a llevar la mano hacia la mejilla de la rubia, acariciándola con suavidad. - Ni a mi me gusta pelear. Lo sabes. Pero te quiero y lo que yo quisiera es poder besarte todos los días, siempre, sin que tú tengas miedo. - Porque eso le quedaba muy claro, de entre ellos dos quien se acobardaba era ella.
Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Estaba pasmada, inmóvil. Era tonto e ingenuo de su parte, pero así le sucedía: las palabras de Luke le llegaban como novedades que tenía que procesar desde cero y en ambos sentidos, aquel que podía su cuerpo a vibrar dulcemente, a curvar sus labios hacía arriba con timidez y coquetería, y aquel otro que pujaba desde opuesto frente recolectando las razones del “no”. Para quien lo viera de afuera, para Luke por ejemplo, las señales habían estado siempre y ese podía ser incluso un último intento, para ella en cambio eran confesiones de primera vez, no solo porque Luke nunca antes había sido tan explícito y dicho todo todito en una sola frase, sino porque cada vez que una señal sucedía, la maquinita mental de Sofie la borraba, empequeñecía o ninguneaba.
Se estaba volviendo aquello, de un segundo a otro, una situación tan estresante que hasta ganas de llorar sin saber exactamente porqué la estaban atacando, como si ya no tuviera suficiente con el enredo mental entre pensamientos y sentimientos, entre las ganas de decirle “yo también pero no así” o “si! tengo miedo” o “deja las tonterías” o “bésame ya” o mil opciones más… Lo único seguro, era que ninguno quería pelear y que era navidad. De eso se aferraría para hacer frente a la situación aunque no pudiera prever las consecuencias.
Giró el rostro para verlo, y de tan suave que él la tomaba sus dedos quedaron sobre los labios de la rubia, haciéndole tambalear lo que aun no había decidido decir. Luke podía estar orgulloso de ser quien mejor dejaba a Sofie sin palabras, y no es que no hubiera en esa cabecita rubia mil millones de frases hechas o ingeniosas taladrando por salir para explicarle a Luke cada punto del conflicto, sino que lo quería tanto tanto que no podía darse el lujo de meter la pata…. lo quería tanto tanto que siquiera podía decirle “yo no te quiero, ya déjalo” y ahorrarse los problemas.
- no se que decir… porque siento que tu ya lo sabes todo y mejor que yo… incluso – iba a llorar, si aquello seguía así se iba a ahogar en llanto sin remedio. -… lo siento... – apartó el rostro mirando más allá porque se sentía de lo más tonta (y no era la imagen que quería dar a Luke en absoluto) pero se arrepintió al sentir como el contacto físico se perdía. Buscó a tientas cualquier parte de Luke, conteniendo la respiración, hasta que sus dedos rozaron apenas los del chico, y de alguna manera muy extraña, eso mínimo le bastó para que el alma le volviera al cuerpo.
- Que hacemos?... que tengo que hacer? – estaba preguntando todo y nada, con un tono lastimero y rendido, como si le preguntara con los ojos cómo hago para hacerte feliz? – No se que esperas de mi… No es miedo, es… “olvidar que el mundo existe, olvidar que el mundo es mundo!” – entrecomilló con los dedos, negó con el rostro, signo de resignación y se levantó para ponerse a andar, aunque no fuera a ningún sito… - Y si fuera miedo? ¿qué? Puede solucionarse?... – lo miró una vez más y se dió la vuelta hablándole a la nada -… todos los días no es posible, vives al otro lado de Europa, tienes tus calderos, tus amigos, tu música, las giras con tu papá… y yo aun no termino el colegio, y las clases de magia, LOS EXTASIS!!!!, y este lunar!!... Soy primera princesa de mi clase! y ni te lo he podido contar aun…. Tengo un baile que armar, una pareja pactada por la comisión… Ni siquiera puedo invitarte al baile porque no existes en el mundo muggle. – Eso si que era increíble!! Porque no había un solo mundo y ya!?!?!?
No levantaba el tono, pero decía con énfasis expresivo cada palabra, se desconocía de estar reconociendo tan fácil todas esas cosas en las que nunca había querido ni pensar. Pero al menos, verbalizarlas para ella misma, le estaba ayudando de algún modo. Era positivo, aunque Luke sufriera un dolor de cabeza instantáneo. Se dio tres golpecitos a la frente, deseando que Luke tuviera la solución a todo o que se apiadara de ella, la abrazara y le dejara pasar el hecho de que ella era una desquiciada -… yo me conformo con robarte una sonrisa tres veces al año… - Ahí ya se estaba mintiendo de nuevo! No, no se conformaba en absoluto, por algo le escribía a cada rato y se apropiaba de él cuando coincidían en espacio-tiempo, por algo buscaba tenerlo agarradito de la mano, o saber todo de su vida - Porque tu no?
Se estaba volviendo aquello, de un segundo a otro, una situación tan estresante que hasta ganas de llorar sin saber exactamente porqué la estaban atacando, como si ya no tuviera suficiente con el enredo mental entre pensamientos y sentimientos, entre las ganas de decirle “yo también pero no así” o “si! tengo miedo” o “deja las tonterías” o “bésame ya” o mil opciones más… Lo único seguro, era que ninguno quería pelear y que era navidad. De eso se aferraría para hacer frente a la situación aunque no pudiera prever las consecuencias.
Giró el rostro para verlo, y de tan suave que él la tomaba sus dedos quedaron sobre los labios de la rubia, haciéndole tambalear lo que aun no había decidido decir. Luke podía estar orgulloso de ser quien mejor dejaba a Sofie sin palabras, y no es que no hubiera en esa cabecita rubia mil millones de frases hechas o ingeniosas taladrando por salir para explicarle a Luke cada punto del conflicto, sino que lo quería tanto tanto que no podía darse el lujo de meter la pata…. lo quería tanto tanto que siquiera podía decirle “yo no te quiero, ya déjalo” y ahorrarse los problemas.
- no se que decir… porque siento que tu ya lo sabes todo y mejor que yo… incluso – iba a llorar, si aquello seguía así se iba a ahogar en llanto sin remedio. -… lo siento... – apartó el rostro mirando más allá porque se sentía de lo más tonta (y no era la imagen que quería dar a Luke en absoluto) pero se arrepintió al sentir como el contacto físico se perdía. Buscó a tientas cualquier parte de Luke, conteniendo la respiración, hasta que sus dedos rozaron apenas los del chico, y de alguna manera muy extraña, eso mínimo le bastó para que el alma le volviera al cuerpo.
- Que hacemos?... que tengo que hacer? – estaba preguntando todo y nada, con un tono lastimero y rendido, como si le preguntara con los ojos cómo hago para hacerte feliz? – No se que esperas de mi… No es miedo, es… “olvidar que el mundo existe, olvidar que el mundo es mundo!” – entrecomilló con los dedos, negó con el rostro, signo de resignación y se levantó para ponerse a andar, aunque no fuera a ningún sito… - Y si fuera miedo? ¿qué? Puede solucionarse?... – lo miró una vez más y se dió la vuelta hablándole a la nada -… todos los días no es posible, vives al otro lado de Europa, tienes tus calderos, tus amigos, tu música, las giras con tu papá… y yo aun no termino el colegio, y las clases de magia, LOS EXTASIS!!!!, y este lunar!!... Soy primera princesa de mi clase! y ni te lo he podido contar aun…. Tengo un baile que armar, una pareja pactada por la comisión… Ni siquiera puedo invitarte al baile porque no existes en el mundo muggle. – Eso si que era increíble!! Porque no había un solo mundo y ya!?!?!?
No levantaba el tono, pero decía con énfasis expresivo cada palabra, se desconocía de estar reconociendo tan fácil todas esas cosas en las que nunca había querido ni pensar. Pero al menos, verbalizarlas para ella misma, le estaba ayudando de algún modo. Era positivo, aunque Luke sufriera un dolor de cabeza instantáneo. Se dio tres golpecitos a la frente, deseando que Luke tuviera la solución a todo o que se apiadara de ella, la abrazara y le dejara pasar el hecho de que ella era una desquiciada -… yo me conformo con robarte una sonrisa tres veces al año… - Ahí ya se estaba mintiendo de nuevo! No, no se conformaba en absoluto, por algo le escribía a cada rato y se apropiaba de él cuando coincidían en espacio-tiempo, por algo buscaba tenerlo agarradito de la mano, o saber todo de su vida - Porque tu no?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Para empezar dime que sí, y ya de ahí partimos. Hubiera querido contestarle con algo de risa o cualquier otra cosa para poder empezar a quitar la tensión que se hacía alrededor de ellos. No obstante, el millón de excusas que Sofie comenzaba a hilar una tras otra tras otra le hicieron exhalar con resignación y apartar la mano de donde la tenía, acariciándola. No lo hizo con brusquedad, pero si era palpable la derrota que sentía. Pero justo cuando quería poner distancia ella volvía a buscarlo, y sentía el roce de sus manos, y volvía a hacerle creer que sí que había algo ahí, una oportunidad. ¿Por qué si no esa angustia? Nada cambiaba, todo seguía igual, allá iban de nuevo...
Tal vez debió haber entendido ahí, justo en ese momento, que si ella lo quisiera tanto como él lo hacía, el que el mundo fuera "mundo" dejaría de serle impedimento. Si hubiera tenido cabeza para ello se habría ahorrado demasiados dolores de cabeza, presentes y venideros. ¿Qué esperaba de ella? Que se decidiera de una vez. O un sí, o un no, pero no algo que quedaba en medio. Un "sí, quiero estar contigo", un "no, no te quiero de esa manera", pero no más "te quiero, pero no podemos estar juntos porque es complicado". Que lo llamaran ingenuo o tarado sin remedio, pero creía que querer a alguien era arriesgarse, anteponerse al miedo y a todas las excusas vacías y hacer una locura por esa otra persona porque así te lo pedía el corazón. No le estaba pidiendo que dejara todo; escuela, familia y amigos, y se fuera de gira con él a América ni tampoco fugarse a Las Vegas y casarse en secreto o qué sabía él, lo único que le pedía era una oportunidad para mostrarle que no tenía nada de que sentirse intimidada.
¿Por que todo lo que le decía? No valía de nada. Hablaba por hablar. Que si ella estaba en Barcelona y él viajaba demasiado. Que si ella seguía estudiando y él ya había terminado. ¡¿Y qué?! ¿Que acaso el tener vida propia significaba que no podía incluirla en ella? Cada cosa que decía lo frustraba aún más, y lo juraba, se sintió invadido por un deseo tremendo de tomarla por los hombros y sacudirla a ver si así reaccionaba y se daba cuenta de la sarta de estupideces que salían de sus labios. - Sofie, Sofie, coño, ¿te estás escuchando? Somos magos. Si nos da la gana nos aparecemos en este preciso instante en Honolulu y no pasará nada más grave que el que nos miren como dementes por ir abrigados hasta las orejas en la playa. No pongas nada de eso como barrera. Ni siquiera estás pensando lo que dices, ¿que no existo en el mundo muggle? ¿¿Te escuchas?? - ¿Qué acaso no recordaba como era que Dave se había hecho de fama y por qué Loulou posaba desnuda para campañas ambientalistas y su cara salía en la de los tabloides americanos?
- Deja de hablar por hablar sin decir nada, solo dí la verdad. Tienes miedo y no te puedes sobreponer a él. No me mientas. - La conocía demasiado como para creerse nada de lo que decía. Sabía que pensaban que era una persona muy seca al expresarse, por lo menos con las palabras que con la música era distinto, pero es que nunca había sido muy dado a aquello de dar mil rodeos y justificaciones. Le gustaba ser claro y directo, así nunca había malentendidos. Así siempre había sido y seguiría siendo.
Ya iba a abrazarla con fuerza, a tomarle el rostro entre las manos y hacerla que lo mirara bien fijo a los ojos. Que le dijera entonces que no lo quería, sin titubear ni sin dar aquella apariencia que iba a llorar por el dolor que sentía, y entonces se lo creería. Pero el intento de caricia a su mejilla se quedó solo en eso, un gesto interrumpido, cuando le dijo aquello último. Su gesto se tornó severo al instante. Apartó la mano y le miró con el cejo fruncido. Eso, eso había dolido y demasiado. ¿Que por qué no se podía conformar con lo que tenían? ¿Qué clase de persona creía que era?
- ... porque no soy el chico con el que juegas a querer solo tres veces al año. - Ella era más que eso. Él era más que eso. - Ni tú tampoco la chica a la que solo beso cuando me acuerdo de ella. - Había que ver como resultaban las cosas. Sofie había logrado herirlo esta vez, ahora de verdad.
- ... esto no fue una buena idea. Vámonos. Te regreso a casa. - ¿Para que iba a quedarse? Ya lo había dejado todo claro.
Tal vez debió haber entendido ahí, justo en ese momento, que si ella lo quisiera tanto como él lo hacía, el que el mundo fuera "mundo" dejaría de serle impedimento. Si hubiera tenido cabeza para ello se habría ahorrado demasiados dolores de cabeza, presentes y venideros. ¿Qué esperaba de ella? Que se decidiera de una vez. O un sí, o un no, pero no algo que quedaba en medio. Un "sí, quiero estar contigo", un "no, no te quiero de esa manera", pero no más "te quiero, pero no podemos estar juntos porque es complicado". Que lo llamaran ingenuo o tarado sin remedio, pero creía que querer a alguien era arriesgarse, anteponerse al miedo y a todas las excusas vacías y hacer una locura por esa otra persona porque así te lo pedía el corazón. No le estaba pidiendo que dejara todo; escuela, familia y amigos, y se fuera de gira con él a América ni tampoco fugarse a Las Vegas y casarse en secreto o qué sabía él, lo único que le pedía era una oportunidad para mostrarle que no tenía nada de que sentirse intimidada.
¿Por que todo lo que le decía? No valía de nada. Hablaba por hablar. Que si ella estaba en Barcelona y él viajaba demasiado. Que si ella seguía estudiando y él ya había terminado. ¡¿Y qué?! ¿Que acaso el tener vida propia significaba que no podía incluirla en ella? Cada cosa que decía lo frustraba aún más, y lo juraba, se sintió invadido por un deseo tremendo de tomarla por los hombros y sacudirla a ver si así reaccionaba y se daba cuenta de la sarta de estupideces que salían de sus labios. - Sofie, Sofie, coño, ¿te estás escuchando? Somos magos. Si nos da la gana nos aparecemos en este preciso instante en Honolulu y no pasará nada más grave que el que nos miren como dementes por ir abrigados hasta las orejas en la playa. No pongas nada de eso como barrera. Ni siquiera estás pensando lo que dices, ¿que no existo en el mundo muggle? ¿¿Te escuchas?? - ¿Qué acaso no recordaba como era que Dave se había hecho de fama y por qué Loulou posaba desnuda para campañas ambientalistas y su cara salía en la de los tabloides americanos?
- Deja de hablar por hablar sin decir nada, solo dí la verdad. Tienes miedo y no te puedes sobreponer a él. No me mientas. - La conocía demasiado como para creerse nada de lo que decía. Sabía que pensaban que era una persona muy seca al expresarse, por lo menos con las palabras que con la música era distinto, pero es que nunca había sido muy dado a aquello de dar mil rodeos y justificaciones. Le gustaba ser claro y directo, así nunca había malentendidos. Así siempre había sido y seguiría siendo.
Ya iba a abrazarla con fuerza, a tomarle el rostro entre las manos y hacerla que lo mirara bien fijo a los ojos. Que le dijera entonces que no lo quería, sin titubear ni sin dar aquella apariencia que iba a llorar por el dolor que sentía, y entonces se lo creería. Pero el intento de caricia a su mejilla se quedó solo en eso, un gesto interrumpido, cuando le dijo aquello último. Su gesto se tornó severo al instante. Apartó la mano y le miró con el cejo fruncido. Eso, eso había dolido y demasiado. ¿Que por qué no se podía conformar con lo que tenían? ¿Qué clase de persona creía que era?
- ... porque no soy el chico con el que juegas a querer solo tres veces al año. - Ella era más que eso. Él era más que eso. - Ni tú tampoco la chica a la que solo beso cuando me acuerdo de ella. - Había que ver como resultaban las cosas. Sofie había logrado herirlo esta vez, ahora de verdad.
- ... esto no fue una buena idea. Vámonos. Te regreso a casa. - ¿Para que iba a quedarse? Ya lo había dejado todo claro.
Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Navidad 2011 -
Luke no se daba cuenta que le estaba pidiendo demasiado, y Sofie peor aun no reparaba en que sus palabras dolían a él. Eso era un desastre. Un completo desastre. No importaba cuanto hubiera querido ella que la navidad no se arruinara al ver como Luke deshacía el gesto de acariciarla, y sentía sobre ella la mirada severa, se le rompió el corazón y tuvo que reconocérselo a si misma para hacerse cargo, tragar saliva y no doblegarse ante las lágrimas.
Poco importaba decirle ya, que él se equivocaba que ella no era una bruja pues jamás se le hubiera ocurrido aparecerse en lululu o donde fuera. Él no la entendía, sino sabría que no buscaba dañarlo, solo estaba tratando de aclararse, de pensar, de compartirle sus miedos, mala forma pero suya… y por tal debía ser que Luke estaba enamorado de alguien más que no era la Sofie real que estaba allí desconcertada junto a él. Pensar eso le dolió el doble, si es que era posible.
Bajó la mirada un instante, se mordió el labio y negó con el rostro. No. No había sido una buena idea, pero “regresarla a casa” tampoco le parecía. Sofie había evitado llegar a esas situaciones más de una vez, ahora lo sabía, pero estaba todo a flor de piel esa noche como para volver pasos atrás. Que tan peor podían quedar las cosas? Pues, miedo infame en Sofie a que mucho peor y de todos modos se estaba pensando seriamente en seguir con eso, en no huir. Tan intenso que sentía sus músculos vibrar imperceptibles… o sería el frío?.
-Yo te quiero siempre – nada de tres veces al año. Y se lo dijo aunque en inglés le sonara mucho más pesado que en su español natal… No era la primera vez que le decía eso, pero el contexto era obvio diferente y no importó, quizá porque la angustia de perder lo que fuera que hubiera entre ellos, era el peor de los pronósticos. – en verdad lo digo – concluyó mirándolo a la cara, muriendo por buscar su mano, pero espantada de que pudiera rechazarla. Sonrió sintiéndose la tonta más indefensa del mundo y se cruzo de brazos por abrazarse a si misma dando un paso para atrás.
-Siempre hago tonterías… lo siento… Ni soy una bruja, no se me ocurrió ir a lúlu-lulú ..- y tuvo que reír, aun con ojos cristalinos, porque ese lugar no debía llamarse así, sonaba extremadamente mal dicho, ridículo – Si quiera podría regresarme sola si se te ocurre dejarme acá dentro. – Y ahí volvió a mirarlo fugaz a los ojos, ese si era un miedo real. Aunque Luke no era capaz de hacerle eso por muchísimo que la odiara, por ser una tonta, que no asumía nada, que no se animaba a nada, que tenía miedo a todo… una Sofie que no veía al amor como una entrega loca por la cual arriesgar lo que hubiera que poner en juego, sino que siempre lo había pensando como lo contrario: la comodidad, la seguridad, la complicidad, lo que tenía con Luke hasta esa noche.
Poco importaba decirle ya, que él se equivocaba que ella no era una bruja pues jamás se le hubiera ocurrido aparecerse en lululu o donde fuera. Él no la entendía, sino sabría que no buscaba dañarlo, solo estaba tratando de aclararse, de pensar, de compartirle sus miedos, mala forma pero suya… y por tal debía ser que Luke estaba enamorado de alguien más que no era la Sofie real que estaba allí desconcertada junto a él. Pensar eso le dolió el doble, si es que era posible.
Bajó la mirada un instante, se mordió el labio y negó con el rostro. No. No había sido una buena idea, pero “regresarla a casa” tampoco le parecía. Sofie había evitado llegar a esas situaciones más de una vez, ahora lo sabía, pero estaba todo a flor de piel esa noche como para volver pasos atrás. Que tan peor podían quedar las cosas? Pues, miedo infame en Sofie a que mucho peor y de todos modos se estaba pensando seriamente en seguir con eso, en no huir. Tan intenso que sentía sus músculos vibrar imperceptibles… o sería el frío?.
-Yo te quiero siempre – nada de tres veces al año. Y se lo dijo aunque en inglés le sonara mucho más pesado que en su español natal… No era la primera vez que le decía eso, pero el contexto era obvio diferente y no importó, quizá porque la angustia de perder lo que fuera que hubiera entre ellos, era el peor de los pronósticos. – en verdad lo digo – concluyó mirándolo a la cara, muriendo por buscar su mano, pero espantada de que pudiera rechazarla. Sonrió sintiéndose la tonta más indefensa del mundo y se cruzo de brazos por abrazarse a si misma dando un paso para atrás.
-Siempre hago tonterías… lo siento… Ni soy una bruja, no se me ocurrió ir a lúlu-lulú ..- y tuvo que reír, aun con ojos cristalinos, porque ese lugar no debía llamarse así, sonaba extremadamente mal dicho, ridículo – Si quiera podría regresarme sola si se te ocurre dejarme acá dentro. – Y ahí volvió a mirarlo fugaz a los ojos, ese si era un miedo real. Aunque Luke no era capaz de hacerle eso por muchísimo que la odiara, por ser una tonta, que no asumía nada, que no se animaba a nada, que tenía miedo a todo… una Sofie que no veía al amor como una entrega loca por la cual arriesgar lo que hubiera que poner en juego, sino que siempre lo había pensando como lo contrario: la comodidad, la seguridad, la complicidad, lo que tenía con Luke hasta esa noche.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
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Lun Jul 15, 2013 1:57 pm por Gerhard Immëndorff
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Sáb Abr 06, 2013 5:04 pm por Morten J. Harket
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