Always where I need to be

"Bienvenido a la realidad" Fueron mis pensamientos antes de levantarme de la cama a duras penas. Era el primer día de clase y me había costado dormirme el día anterior debido al cambio de horarios que siempre llevaba a cabo en verano. La costumbre de dormirme a las tantas, bien fuera leyendo o jugando con algo, ahora me pasaba factura. Las clases habían pasado amenas, no era de las típicas personas a los que les disgustaba sino que, es mas, eran de los que deseaba que terminase el verano para volver a empezar. No porque no quisiese estar con mis padres, ya que hacía lo que quería normalmente: me había ganado ese derecho por mis calificaciones. Pero mi estancia en Brigantia me parecía enriquecedora, tanto cultural como socialmente hablando. Siempre que regresaba a mi hogar echaba mucho de menos a la gente de allí, y el hecho de tener a mis dos hermanos conmigo ayudaban a no echar tan de menos mi casa.

Tras haberme pasado la mañana sin incidentes después de haber ingerido un gran café solo, decidí ir un rato sal salón de mi facultad. No solía haber demasiada gente ya que la mayoría de los estudiantes estaban en clase o disfrutando de los primeros días con sus amigos. Por mi parte, había intentado ponerme en contacto con Loulou pero no había logrado localizarla. Como no tenía demasiadas ganas, más bien por el cansancio, en un último momento había ido allí para recostarme en uno de los sofás de piel frente a la humeante chimenea y leer unos pergaminos sobre artes oscuras.

Me gustaba leer antes de tener las clases, saber ya las cosas que nos iban a preguntar para no ir atrasado. Así las aprovechaba más, llegando a entender cosas que no lograba comprender o para terminar de afianzar conceptos. Podría ser que mucha gente considerase que era bastante "friki" por mi empeño en aquel ámbito, pero lo cierto es que desde siempre había tenido las cosas bastante claras: quería terminar mis estudios y seguir aquel ejemplo que siempre me habían dado en casa.

Ya sentado en aquel sofá, comencé a ojear el pergamino con interés mientras degustaba un zumo de calabaza que había comprado en la cafetería al salir del comedor.