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¿Lujos? Bah...
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¿Lujos? Bah...
Después de aquél día en el que Draken y Selvaggi hablaron de aquel tema que tanto les hacía estar comiéndose la cabeza, tras aclarar, o algo así si le podría decir, por que joder... fue todo demasiado extraño; apenas se habían vuelto a encontrar dentro de la universidad por las obvias razones: entre que cada uno pertenecía a una facultad diferente, y además de ello, habían estado atestados, cada uno por su parte, con tareas y en horarios que no conseguían coincidir acorde para encontrarse por un rato siquiera. Stall se había decidido a verle la cara a su mejor amigo-pareja lo que se suponía que fueran, y que mejor que mandarle un patronus con el mensaje de “Te espero en veinte minutos en Hogsmeade”.
No le iba a dar chance a que rebatiese aquello, lo dijo en un tono lo suficientemente serio como para que Elazar supiera que era algo que quería y no una pura coña como podía haber parecido si lo decía con alguna que otra risilla suelta por ahí o con cualquier tono bromista, jovial... ag joder, ya.
El metamorfomago simplemente se vistió con su característica ropa oscura, cómoda y no demasiado arreglada, pero yendo con buen aspecto, y una capa que evitaría que mientras estuviesen en la calle, tuviese frío y que dentro de donde fueran a ir, lugar que ya decidirían después, si no estaba a una temperatura demasiado alta, no le sobraría.
Cuando fue el momento en el que debían de encontrarse, tras haberse asegurado de coger su bolsa con las cosas que llevaba en ella siempre, la varita y tabaco, se apareció en el lugar en el que solían quedar siempre. Aunque Draken hubiese dicho que quedaban en Hogsmeade, el italiano tenía que saber de sobra a donde se refería, siempre quedaban en el mismo lugar, no era muy difícil adivinar pues.
Mientras esperaba, de pie ligeramente apoyado en la pared al lado de aquella tasca; aque aquello no quería decir que fueran a entrar ahí, se encendió un cigarrillo para hacer tiempo hasta que el rubio apareciese por ahí; dándole una honda calada al cigarrillo, expulsando el humo un poco por la nariz y a la vez por la boca, teniendo los ojos cerrados en ese gesto.
No le iba a dar chance a que rebatiese aquello, lo dijo en un tono lo suficientemente serio como para que Elazar supiera que era algo que quería y no una pura coña como podía haber parecido si lo decía con alguna que otra risilla suelta por ahí o con cualquier tono bromista, jovial... ag joder, ya.
El metamorfomago simplemente se vistió con su característica ropa oscura, cómoda y no demasiado arreglada, pero yendo con buen aspecto, y una capa que evitaría que mientras estuviesen en la calle, tuviese frío y que dentro de donde fueran a ir, lugar que ya decidirían después, si no estaba a una temperatura demasiado alta, no le sobraría.
Cuando fue el momento en el que debían de encontrarse, tras haberse asegurado de coger su bolsa con las cosas que llevaba en ella siempre, la varita y tabaco, se apareció en el lugar en el que solían quedar siempre. Aunque Draken hubiese dicho que quedaban en Hogsmeade, el italiano tenía que saber de sobra a donde se refería, siempre quedaban en el mismo lugar, no era muy difícil adivinar pues.
Mientras esperaba, de pie ligeramente apoyado en la pared al lado de aquella tasca; aque aquello no quería decir que fueran a entrar ahí, se encendió un cigarrillo para hacer tiempo hasta que el rubio apareciese por ahí; dándole una honda calada al cigarrillo, expulsando el humo un poco por la nariz y a la vez por la boca, teniendo los ojos cerrados en ese gesto.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
El patronus de su ¿pareja? Mejor amigo. Le pillo totalmente desprevenido, estaba estudiando para una prueba oral que tendría al día siguiente. No era nada demasiado difícil y había que decir que llevaba muy bien los estudios ese año. No quería volver a pasarse todo el verano encerrado estudiando así que se había puesto en serio y bien duro desde el principio. Si le pillaba el toro después se lamentaría y no, ni de coña. Esta vez quería poder aprovechar cada noche cálida en una playa italiana y a poder ser con el metamorfomago.
Total, que el patronus que le llegó a la habitación hizo que se sobresaltara y se girara rápidamente al reconocer la voz. El mensaje fue muy claro, pero tan solo veinte minutos… se miró, estaba hecho un auténtico desastre, sobre todo el pelo.
Abandonó la mesa de estudio, dejó todo por medio, por ese día sus compañeros tendrían que disculparlo, para bien, pues su pelo era mil veces más importante que el hecho de que tuviera las cosas desordenadas. Corrió al baño, se aplicó el conjuro que hacía que le quedara perfectamente liso y mientras le hacía efecto el conjuro fue sacando la ropa. Parecía a punto de volverse loco con tanta prisa, pero al final logró el aspecto que quería… después de peinarse se autodespeinó un poco, se puso una camiseta ancha sin mangas y unos pantalones rotos y desgastados. Quería que pareciera que no había ocupado los quince primeros minutos corriendo para vestirse para la ocasión pero quería estar perfecto… y la última vez dijo que no le gustaba por parecer una tía, pues ahí que iba, intentando parecer lo más hombre posible.
Al final terminó retrasándose un poco. Sobre aquella ropa tan común se había puesto se atavió con una capa de color azul muy oscuro, casi negro, pero sin llegar a serlo, y una vez así se apresuró a aparecerse donde había quedado con él.
Cuando llegó y lo vio en esa pose, tan… jodidamente atractivo como siempre, con un cigarrillo en la boca, los ojos entrecerrados y expulsando el humo por la nariz. Joder.
Se acercó a él, estando casi por completo cubierto por la capa, se notaba bastante que empezaba a hacer más frio ya.
-¿Me vas a ofrecer un cigarrillo o tendré que sacarme los míos del bolsillo? – dijo aquello a modo de saludo, realmente estaba mucho más tranquilo con él después de lo que pasó en su casa la otra vez. Se acercó hasta estar tan próximo a él que podría incluso darle un beso o algo así, pero se contuvo, nada de besos por el momento, al menos… por el momento – me citaste muy precipitadamente ¿pasó algo?
Total, que el patronus que le llegó a la habitación hizo que se sobresaltara y se girara rápidamente al reconocer la voz. El mensaje fue muy claro, pero tan solo veinte minutos… se miró, estaba hecho un auténtico desastre, sobre todo el pelo.
Abandonó la mesa de estudio, dejó todo por medio, por ese día sus compañeros tendrían que disculparlo, para bien, pues su pelo era mil veces más importante que el hecho de que tuviera las cosas desordenadas. Corrió al baño, se aplicó el conjuro que hacía que le quedara perfectamente liso y mientras le hacía efecto el conjuro fue sacando la ropa. Parecía a punto de volverse loco con tanta prisa, pero al final logró el aspecto que quería… después de peinarse se autodespeinó un poco, se puso una camiseta ancha sin mangas y unos pantalones rotos y desgastados. Quería que pareciera que no había ocupado los quince primeros minutos corriendo para vestirse para la ocasión pero quería estar perfecto… y la última vez dijo que no le gustaba por parecer una tía, pues ahí que iba, intentando parecer lo más hombre posible.
Al final terminó retrasándose un poco. Sobre aquella ropa tan común se había puesto se atavió con una capa de color azul muy oscuro, casi negro, pero sin llegar a serlo, y una vez así se apresuró a aparecerse donde había quedado con él.
Cuando llegó y lo vio en esa pose, tan… jodidamente atractivo como siempre, con un cigarrillo en la boca, los ojos entrecerrados y expulsando el humo por la nariz. Joder.
Se acercó a él, estando casi por completo cubierto por la capa, se notaba bastante que empezaba a hacer más frio ya.
-¿Me vas a ofrecer un cigarrillo o tendré que sacarme los míos del bolsillo? – dijo aquello a modo de saludo, realmente estaba mucho más tranquilo con él después de lo que pasó en su casa la otra vez. Se acercó hasta estar tan próximo a él que podría incluso darle un beso o algo así, pero se contuvo, nada de besos por el momento, al menos… por el momento – me citaste muy precipitadamente ¿pasó algo?
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Al escuchar la voz de su compañero sonrió ladeado, cabrón, y abrió los ojos por completo para clavar la mirada en los del contrario, quitándose el cigarrillo de los labios, y humedeciéndose los labios con la punta de la lengua antes de morderlos un poco. - Quizás te haga que compres un paquete entero de cigarrillos para que nos los fumemos mientras estamos tirados en cualquier sitio sin hacer nada.
Dejó de estar apoyado contra la pared y le acercó el mismo cigarrillo que había estado él mismo fumando, a los labios del italiano, haciendo que se lo quedase en un principio, para ahora responder a la pregunta que acababa de recibir mientras le dejaba fumar un poco; así ya no se quejaría de que no le daba de sus cigarros, ¿no?
- Sin mas... me apetecía pasar un rato contigo, ¿no puede ser o qué? - Frunció un poco el ceño, habiendo susurrado aquello casi en un gruñido, mirando fijamente las orbes de Selvaggi. - Además, después de lo que pasó en mi casa, cada uno a estado por su lado con las clases trabajos y tal, yo creo que nos merecemos un maldito respiro... y que cojones, ¿si quiero pasar un rato contigo a caso tengo que buscar una mierda de excusa?Se acercó al rubio que en esos momentos estaba expulsando el humo de la calada que acababa de dar, y le pasó el brazo por encima de los hombros, sonriendo ladeado, cabrón, y se inclinó un poco para darle un suave bocado en el lóbulo de la oreja a su compañero, solo queriendo joderle un poco por ir preguntando por esas tonterías.
- Aunque quien sabe... quizás es que quería ver como de bueno te ponías para mi en tan poco tiempo. - Le guiñó el ojo, ahora si, queriendo joderle; apartándose enseguida sabiendo que recibiría un golpe por parte del rubio, riéndose incluso un poco, divertido. - Con eso de que tardas taanto tiempo en arreglarte...
Dejó de estar apoyado contra la pared y le acercó el mismo cigarrillo que había estado él mismo fumando, a los labios del italiano, haciendo que se lo quedase en un principio, para ahora responder a la pregunta que acababa de recibir mientras le dejaba fumar un poco; así ya no se quejaría de que no le daba de sus cigarros, ¿no?
- Sin mas... me apetecía pasar un rato contigo, ¿no puede ser o qué? - Frunció un poco el ceño, habiendo susurrado aquello casi en un gruñido, mirando fijamente las orbes de Selvaggi. - Además, después de lo que pasó en mi casa, cada uno a estado por su lado con las clases trabajos y tal, yo creo que nos merecemos un maldito respiro... y que cojones, ¿si quiero pasar un rato contigo a caso tengo que buscar una mierda de excusa?Se acercó al rubio que en esos momentos estaba expulsando el humo de la calada que acababa de dar, y le pasó el brazo por encima de los hombros, sonriendo ladeado, cabrón, y se inclinó un poco para darle un suave bocado en el lóbulo de la oreja a su compañero, solo queriendo joderle un poco por ir preguntando por esas tonterías.
- Aunque quien sabe... quizás es que quería ver como de bueno te ponías para mi en tan poco tiempo. - Le guiñó el ojo, ahora si, queriendo joderle; apartándose enseguida sabiendo que recibiría un golpe por parte del rubio, riéndose incluso un poco, divertido. - Con eso de que tardas taanto tiempo en arreglarte...
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Aquel saludo le gustó, bastante. No solo le estaba ofreciendo un plan para el resto del día en el que estaban solos y juntos, sino que además le ofrecía fumar. Dentro de la escuela lo hacía tan poco que notaba como le faltaba algo en el cuerpo.
Aceptó gustoso el cigarro que el otro se acababa de quitar de los labios y le dio una buena calada. Oyó su “escusa” y realmente le encantó. Draken a veces era tan jodidamente perfecto para él que no se lo creía… pero claro, con el humo en la boca no pudo decirle nada, no pudo responderle que él también quería pasar un rato con el chico desde hacía días ni nada… y el metamorfo pareció malinterpretar su silencio, quejándose sobre vete a saber que escusa. Maldito idiota…
-No ha… – se le quebró la voz del todo al sentir sus labios en el lóbulo de la oreja. ¿De que iba?... no es que llevaran poco tiempo sin tener encuentros más íntimos… carajos, que era un hombre, era humano y hasta hacía demasiado poco tiempo había estado un tanto reprimido sexualmente hablando, no podía andar haciéndole esas cosas, le ponía la piel de gallina – eres un imbécil.
Aquello lo musitó sin apenas fuerza, se defendía de todo. Su mejor amigo se metía con él, se reía un poquito más de él cada vez que abría la boca.
-No tardo en arreglarme, y hoy ni siquiera lo intenté… estaba estudiando así mismo – esperaba que no se le notara que si estaba todo más que preparado. Se alegró demasiado de haber escogido el look “casual” por esa vez – yo estoy bueno siempre, me encuentres donde y cuando me encuentres.
Negó con la cabeza, un tanto picado por aquello, pero sabiendo de sobra, por experiencia, que Draken tan solo querría joderle, un poquito, o mucho, pero solo joder.
-Vamos a entrar ahí un momento – arrugó el morro, sabía que era el objetivo principal de su chico, entrar beber un ratito, fumar… estar juntos en un lugar que no sea en el pasillo de la universidad. A él, ese bar de mala muerte no le terminaba de agradar, para nada, pero lo toleraba siempre y cuando fuera con Draken, con el toleraba todo – y bueno, si quieres ver que llevo debajo de la capa vas a tener que convencerme de ello – se humedeció los labios y apagó el cigarrillo, ya consumido, en el suelo, con el pie y sin mucho cuidado, y una vez tuvo las manos libres se acercó al chico, más aún, sin importarle si alguien más los estaba viendo - ah, para estar ahí entro el tiempo suficiente y normal me gustaría un soplo de aire fresco… un buen beso tuyo.
Aceptó gustoso el cigarro que el otro se acababa de quitar de los labios y le dio una buena calada. Oyó su “escusa” y realmente le encantó. Draken a veces era tan jodidamente perfecto para él que no se lo creía… pero claro, con el humo en la boca no pudo decirle nada, no pudo responderle que él también quería pasar un rato con el chico desde hacía días ni nada… y el metamorfo pareció malinterpretar su silencio, quejándose sobre vete a saber que escusa. Maldito idiota…
-No ha… – se le quebró la voz del todo al sentir sus labios en el lóbulo de la oreja. ¿De que iba?... no es que llevaran poco tiempo sin tener encuentros más íntimos… carajos, que era un hombre, era humano y hasta hacía demasiado poco tiempo había estado un tanto reprimido sexualmente hablando, no podía andar haciéndole esas cosas, le ponía la piel de gallina – eres un imbécil.
Aquello lo musitó sin apenas fuerza, se defendía de todo. Su mejor amigo se metía con él, se reía un poquito más de él cada vez que abría la boca.
-No tardo en arreglarme, y hoy ni siquiera lo intenté… estaba estudiando así mismo – esperaba que no se le notara que si estaba todo más que preparado. Se alegró demasiado de haber escogido el look “casual” por esa vez – yo estoy bueno siempre, me encuentres donde y cuando me encuentres.
Negó con la cabeza, un tanto picado por aquello, pero sabiendo de sobra, por experiencia, que Draken tan solo querría joderle, un poquito, o mucho, pero solo joder.
-Vamos a entrar ahí un momento – arrugó el morro, sabía que era el objetivo principal de su chico, entrar beber un ratito, fumar… estar juntos en un lugar que no sea en el pasillo de la universidad. A él, ese bar de mala muerte no le terminaba de agradar, para nada, pero lo toleraba siempre y cuando fuera con Draken, con el toleraba todo – y bueno, si quieres ver que llevo debajo de la capa vas a tener que convencerme de ello – se humedeció los labios y apagó el cigarrillo, ya consumido, en el suelo, con el pie y sin mucho cuidado, y una vez tuvo las manos libres se acercó al chico, más aún, sin importarle si alguien más los estaba viendo - ah, para estar ahí entro el tiempo suficiente y normal me gustaría un soplo de aire fresco… un buen beso tuyo.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Le miró de arriba abajo cuando le escuchó decir aquello de que no se había arreglado; en cuanto a la ropa no podía saberlo ya que la tenía oculta tras la capa que prácticamente le cubría hasta los pies; sobre el pelo... ya alguna otra vez le había visto con el peinado semejante a ese; sabía que el pelo, al menos, se lo arregló; sabía de sobra que Selvaggi no podía evitar arreglarse generalmente, queriendo presentar una buena apariencia.
Suspiró y sonrió ladeado, capullo, mientras negaba un poco con la cabeza.
Giró después el rostro hacia donde el mismo italiano había dicho de entrar; entonces el metamorfomago arrugó la nariz; simplemente le había dicho de quedar ahí por que era el sitio de siempre; aquello no quería decir que fueran a entrar ahí, por mucho que las formas en las que lo había dicho Selvaggi, pareciera que incluso quería entrar. Stall no era tonto, y sabía de sobra que aquél sitio no era agradable; lo que si era tranquilo (cuando no habían peleas) y no había nadie que se fijase en nada. Era lo único de agradecer de aquél sitio (y que era también de donde se proveían de tabaco y demás cosas).
Salió de sus pensamientos y cavilaciones cuando escuchó las palabras del rubio, sonriendo sin poder evitarlo y mordiéndose el labio inferior. Acababa prácticamente de retarle, y conseguiría ver que era lo que llevaba bajo la capa.
Lo siguiente le pilló un poco por sorpresa, pero no lo mostró; él seguía con la idea de que a Elazar no le gustaba mostrar aquel tipo de “afectos” en público y demás mierda y blablabla... la cosa era que sonrió de forma algo mas amplia y asintió un poco. Le besaría, y después... ya verían a donde ir.
Simplemente se inclinó lo justo para hacer desaparecer el pequeño espacio que quedaba entre ambos, entrecerrando los ojos y asomando la lengua entre los labios para lamer los del contrario, pasando una mano por su espalda, subiéndola hasta su nuca, obligándole a pegarse a él, para profundizar el beso; ávido y fugaz, pero lo suficientemente intenso para hacer sentir que en un momento necesitasen coger una bocanada de aire para recomponerse.
El metamorfomago se separó un poco de él, relamiéndose, con un par de dedos enredados en los cabellos claros de su compañero, hasta que acabó por separarse por completo de él, retrocediendo un par de pasos.
- La verdad es que no pensaba en meternos ahí, pero si insistes... - Quería ver como reaccionaría ahora.
Suspiró y sonrió ladeado, capullo, mientras negaba un poco con la cabeza.
Giró después el rostro hacia donde el mismo italiano había dicho de entrar; entonces el metamorfomago arrugó la nariz; simplemente le había dicho de quedar ahí por que era el sitio de siempre; aquello no quería decir que fueran a entrar ahí, por mucho que las formas en las que lo había dicho Selvaggi, pareciera que incluso quería entrar. Stall no era tonto, y sabía de sobra que aquél sitio no era agradable; lo que si era tranquilo (cuando no habían peleas) y no había nadie que se fijase en nada. Era lo único de agradecer de aquél sitio (y que era también de donde se proveían de tabaco y demás cosas).
Salió de sus pensamientos y cavilaciones cuando escuchó las palabras del rubio, sonriendo sin poder evitarlo y mordiéndose el labio inferior. Acababa prácticamente de retarle, y conseguiría ver que era lo que llevaba bajo la capa.
Lo siguiente le pilló un poco por sorpresa, pero no lo mostró; él seguía con la idea de que a Elazar no le gustaba mostrar aquel tipo de “afectos” en público y demás mierda y blablabla... la cosa era que sonrió de forma algo mas amplia y asintió un poco. Le besaría, y después... ya verían a donde ir.
Simplemente se inclinó lo justo para hacer desaparecer el pequeño espacio que quedaba entre ambos, entrecerrando los ojos y asomando la lengua entre los labios para lamer los del contrario, pasando una mano por su espalda, subiéndola hasta su nuca, obligándole a pegarse a él, para profundizar el beso; ávido y fugaz, pero lo suficientemente intenso para hacer sentir que en un momento necesitasen coger una bocanada de aire para recomponerse.
El metamorfomago se separó un poco de él, relamiéndose, con un par de dedos enredados en los cabellos claros de su compañero, hasta que acabó por separarse por completo de él, retrocediendo un par de pasos.
- La verdad es que no pensaba en meternos ahí, pero si insistes... - Quería ver como reaccionaría ahora.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
A él si que le pillo por sorpresa que el chico le diera aquel beso. Lo había dicho por probar, por ver si tenía suerte, por… bueno, porque le apetecía sentir sus labios contras los propios casi tanto como le apetecería fumar después de diez horas sin hacerlo.
Por supuesto, aunque no se habría esperado que hiciera aquello tan “en público” (que realmente pasaba poca gente en ese momento, posiblemente nadie les miraba), él no se echó atrás, dejó que el chico llevara el control de la situación, que lo pegara a él, que lamiera sus labios… ese gesto siempre lograba su objetivo, despertaba deseo y ansia. Hacía que el rubio entreabriera los propios e intentara besarlo en serio.
Por un segundo, Selvaggi, apoyó las manos en la cintura de su mejor amigo, buscando de ese modo algún tipo de apoyo en él, sentía que podría morir asfixiado y eso no le impedía continuar el beso con las mismas ansias que hasta ese momento.
Pero el chico rompió el momento, se alejó y trajo de vuelta a Elazar a la realidad. El muchacho miró a su alrededor, con un levísimo rubor en sus mejillas, y sabiendo este dato se llevó ambas manos a la cara, se las pasó por encima y aprovechó para peinarse un poco más el pelo. Si es que le había entrado hasta calor, joder, maldito Draken y malditos sus perfectos besos.
-¿No pensabas meterte ahí? ¿Y que pensabas hacer entonces? – suspiró al oír aquello, él si pensaba meterse ahí, comprar tabaco y quedarse toda la puta tarde con Draken… aunque claro, tabaco tenía, podría pasar sin entrar a esa tasca – A mi me da igual hacer una cosa que otra, si quieres… si lo prefieres… está la cabeza del puerco, o las tres escobas o… bueno, el restaurante ese es demasiado horrible – si, el desconcierto y la sorpresa le había puesto un poco nervioso, lo justo para no saber ni que ofrecerle hacer. Carraspeó un poco y se echó atrás la capa, con calor, dejando al descubierto la ropa sin siquiera pensarlo – por mi nos quedamos aquí mismo fumando todo el rato. Pero pensaba que tenías alguna idea o algo.
Por supuesto, aunque no se habría esperado que hiciera aquello tan “en público” (que realmente pasaba poca gente en ese momento, posiblemente nadie les miraba), él no se echó atrás, dejó que el chico llevara el control de la situación, que lo pegara a él, que lamiera sus labios… ese gesto siempre lograba su objetivo, despertaba deseo y ansia. Hacía que el rubio entreabriera los propios e intentara besarlo en serio.
Por un segundo, Selvaggi, apoyó las manos en la cintura de su mejor amigo, buscando de ese modo algún tipo de apoyo en él, sentía que podría morir asfixiado y eso no le impedía continuar el beso con las mismas ansias que hasta ese momento.
Pero el chico rompió el momento, se alejó y trajo de vuelta a Elazar a la realidad. El muchacho miró a su alrededor, con un levísimo rubor en sus mejillas, y sabiendo este dato se llevó ambas manos a la cara, se las pasó por encima y aprovechó para peinarse un poco más el pelo. Si es que le había entrado hasta calor, joder, maldito Draken y malditos sus perfectos besos.
-¿No pensabas meterte ahí? ¿Y que pensabas hacer entonces? – suspiró al oír aquello, él si pensaba meterse ahí, comprar tabaco y quedarse toda la puta tarde con Draken… aunque claro, tabaco tenía, podría pasar sin entrar a esa tasca – A mi me da igual hacer una cosa que otra, si quieres… si lo prefieres… está la cabeza del puerco, o las tres escobas o… bueno, el restaurante ese es demasiado horrible – si, el desconcierto y la sorpresa le había puesto un poco nervioso, lo justo para no saber ni que ofrecerle hacer. Carraspeó un poco y se echó atrás la capa, con calor, dejando al descubierto la ropa sin siquiera pensarlo – por mi nos quedamos aquí mismo fumando todo el rato. Pero pensaba que tenías alguna idea o algo.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Una amplia sonrisa se dibujó en sus labios. Había sido demasiado fácil, y rápido, la forma en la que consiguió averiguar la ropa que llevaba Selvaggi debajo de aquella gran capa. - Gané. - Le dijo guiñándole el ojo y haciéndole un gesto con la mano para que entendiese a que se refería con aquello; a lo de ver la ropa que llevaba bajo la capa, evidentemente.
Reparó en el sonrojo que ahora teñía ligeramente las pálidas mejillas del italiano, seguramente a causa del beso. ¿Vergüenza por hacer aquello en público? Era lo que Stall pensaba,... si era por que les viesen, le parecería menos raro que is fuese por que a Elazar le daba palo que le viesen siendo besado por otro hombre. Arrugó la nariz y gruño. Aquello era bastante estúpido, siempre confundían a su mejor amigo con una mujer por mucho que incluso llevase ropas de hombre. Ese no era el caso, joder. Selvaggi estaba sonrojado por él, por el beso que acababa de darle, y eso le quedaba jodidamente bien; ese contraste con su piel tan endemoniadamente blanca... ya.
Le hizo un gesto con la cabeza para que le siguiese mientras empezaban a caminar de forma tranquila por la calle, pensando de paso, que era lo que podrían hacer, o mas bien, a donde podrían ir.
- Está la opción de aquél tugurio peor que el Cabeza de Puerco, o al mismo cabeza de puerco... sino también... las tres escobas o... la mierda pija esa, ya sabes, de la que tanto se escucha hablar ultimamente. - Torció un poco el morro; la verdad es que nunca había estado en Pantomime Horse, pero por las habladurías sabía que era un sitio bastante refinado, pijo... incluso para estar donde estaba, podría considerarse un sitio de lujo; y dudaba que con las ropas que llevaban, o al menos Elazar, esa vez iba muy informal para como solía vestir; él simplemente iba de negro, les dejasen entrar.
- Podemos ir allí y tal si te apetece... pero no se si nos tendríamos que cambiar de ropa. - Tenía hambre, y era aproximadamente la hora de comer (por ello las prisas en quedar). Se descrubrió la capa para que el italiano viese como iba vestido.
Reparó en el sonrojo que ahora teñía ligeramente las pálidas mejillas del italiano, seguramente a causa del beso. ¿Vergüenza por hacer aquello en público? Era lo que Stall pensaba,... si era por que les viesen, le parecería menos raro que is fuese por que a Elazar le daba palo que le viesen siendo besado por otro hombre. Arrugó la nariz y gruño. Aquello era bastante estúpido, siempre confundían a su mejor amigo con una mujer por mucho que incluso llevase ropas de hombre. Ese no era el caso, joder. Selvaggi estaba sonrojado por él, por el beso que acababa de darle, y eso le quedaba jodidamente bien; ese contraste con su piel tan endemoniadamente blanca... ya.
Le hizo un gesto con la cabeza para que le siguiese mientras empezaban a caminar de forma tranquila por la calle, pensando de paso, que era lo que podrían hacer, o mas bien, a donde podrían ir.
- Está la opción de aquél tugurio peor que el Cabeza de Puerco, o al mismo cabeza de puerco... sino también... las tres escobas o... la mierda pija esa, ya sabes, de la que tanto se escucha hablar ultimamente. - Torció un poco el morro; la verdad es que nunca había estado en Pantomime Horse, pero por las habladurías sabía que era un sitio bastante refinado, pijo... incluso para estar donde estaba, podría considerarse un sitio de lujo; y dudaba que con las ropas que llevaban, o al menos Elazar, esa vez iba muy informal para como solía vestir; él simplemente iba de negro, les dejasen entrar.
- Podemos ir allí y tal si te apetece... pero no se si nos tendríamos que cambiar de ropa. - Tenía hambre, y era aproximadamente la hora de comer (por ello las prisas en quedar). Se descrubrió la capa para que el italiano viese como iba vestido.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
No le respondió prácticamente nada, pero sí que notó su mirada, fija, intentando leer en él. ¿Qué quería saber que no supiera ya? Se había vestido de la manera más masculina que había encontrado en el armario, había intentado poder pasar por su amigo por mucho que en mitad de la calle se le antojara darle un beso… porque la última vez le había dado permiso para ello ¿no? Lo que acababan de hacer, lo del beso, era como una forma de cerrar ese tratado secreto que hicieron la última vez que estuvieron a solas. Él había comenzado un beso y el otro lo había seguido y nadie les iba a decir nada por ello, lo sabía.
Cuando comenzaron a caminar y le oyó decir de ir a comer a Pantomime Horse frunció el ceño.
Siempre. SIEMPRE. Siempre salía arreglado, peinado, vestido, perfecto. Hoy se había empeñado en parecer lo que no era. En parecer un chico cualquiera, un tipo duro, un tipo que podría entrar en la Tármica sin miedo a ensuciarse la ropa. Pero ese día, justo ese día, quería llevarlo a comer a uno de los lugares más elegantes de la zona. Y él, por supuesto, no estaba dispuesto a ir así, o si, quizás lo dejarían entrar después de decir quién era, delante de Draken fingía no gustar de esos sitios, pero con Dadú había ido muchas veces, lo conocían. Pero quizás lo miraban raro.
Se abrochó de nuevo la capa, asegurándose de estar totalmente cubierto con ella, como si tuviera frío y agachó un poco la cabeza.
-La verdad es que tengo un poco de hambre… – dijo en voz baja, mordiéndose la boca un tanto incómodo, ahora de pronto se avergonzaba de si mismo, maldito Draken y maldito don de la oportunidad. Ya podría haber especificado que por una vez en la vida quería ir a un lugar bien a comer con él –tu vas muy bien – se fijó en sus ropas, iba muy normal, muy elegante a su manera, el negro viste bien – parece que hoy, en cierto modo, hemos cambiado papeles - bromeó, intentando sonar despreocupado – yo creo que podríamos intentar ir así sin más…
Suspiró un poquito de nuevo y se paró en seco, haciendo que Draken así parase junto a él.
-¿Te importa si voy así vestido? No creo que no me dejen pasar… en realidad ya estuve ahí un par de veces antes con Dadou.
Agachó un poco la cabeza e hizo un gesto muy fácil de leer, quería un beso, quería que Draken le diera la confianza que le faltaba por no ir vestido para la ocasión. Demonios, debió avisar…
Cuando comenzaron a caminar y le oyó decir de ir a comer a Pantomime Horse frunció el ceño.
Siempre. SIEMPRE. Siempre salía arreglado, peinado, vestido, perfecto. Hoy se había empeñado en parecer lo que no era. En parecer un chico cualquiera, un tipo duro, un tipo que podría entrar en la Tármica sin miedo a ensuciarse la ropa. Pero ese día, justo ese día, quería llevarlo a comer a uno de los lugares más elegantes de la zona. Y él, por supuesto, no estaba dispuesto a ir así, o si, quizás lo dejarían entrar después de decir quién era, delante de Draken fingía no gustar de esos sitios, pero con Dadú había ido muchas veces, lo conocían. Pero quizás lo miraban raro.
Se abrochó de nuevo la capa, asegurándose de estar totalmente cubierto con ella, como si tuviera frío y agachó un poco la cabeza.
-La verdad es que tengo un poco de hambre… – dijo en voz baja, mordiéndose la boca un tanto incómodo, ahora de pronto se avergonzaba de si mismo, maldito Draken y maldito don de la oportunidad. Ya podría haber especificado que por una vez en la vida quería ir a un lugar bien a comer con él –tu vas muy bien – se fijó en sus ropas, iba muy normal, muy elegante a su manera, el negro viste bien – parece que hoy, en cierto modo, hemos cambiado papeles - bromeó, intentando sonar despreocupado – yo creo que podríamos intentar ir así sin más…
Suspiró un poquito de nuevo y se paró en seco, haciendo que Draken así parase junto a él.
-¿Te importa si voy así vestido? No creo que no me dejen pasar… en realidad ya estuve ahí un par de veces antes con Dadou.
Agachó un poco la cabeza e hizo un gesto muy fácil de leer, quería un beso, quería que Draken le diera la confianza que le faltaba por no ir vestido para la ocasión. Demonios, debió avisar…
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Suspiró y escuchó en todo momento lo que el italiano le tenía que decir, asintiendo un poco con la cabeza en un principio cuando comentó aquello de que tenía algo de hambre, negando después cuando le dijo que él iba bien y todo el resto de bobadas que soltó en apenas un ratito. - Quizás... - Se quedó un momento en silencio y se mordió la boca, frunciendo un poco el ceño.
- Puedo comprarte algo de ropa por aquí si quieres. - Se encogió de hombros y se giró a mirar a Elazar. - Podrías salir con la ropa que se comprase directamente y llevar la que llevas puesta en una bolsa... - Se encogió de hombros y volvió la vista al frente, para dejar de mirar a su amigo tan fijamente. Aquello era únicamente una fácil y rápida solución; era cierto que también podían aparecerse, cambiarse de ropa y volver, pero bue... ya que estaban ahí, total... si a Elazar se le ocurría de irse a cambiar y volver, simplemente le esperaría.
Arrugó la nariz y siguió caminando un poco tras hacerle un gesto al italiano para que siguieran andando. - De todas formas creo que en ese sitio hay que hacer reserva o algo, ¿no? Es bastante pijo, y quizás ni siquiera quede sitio... se puede ir ahora a preguntar, y si hay sitio reservar si eso y ya ocuparse del aspecto. - Cosa que al metamorfomago le daba totalmente igual, pero bueno... - Estas cosas os pegan mas a ti y a la de las tetas que a mi.
- ¿Qué te parece? - Dijo mirándole de nuevo, a los ojos esta vez. - Di algo que pareces tonto tan callado, Bollete... sabes que a mi me da igual, como si vas desnudo, yo estaré jodidamente bien contigo. - Se rió un poco y le acarició un poco el pelo antes de pasarle el brazo por los hombros, para besarle sin previo aviso, separándose. - Venga, entremos así tal cual, si nos dejan entrar bien, y sino nos pillamos una pizza en londres y listo. - Le dijo guiñándole un ojo. - Será por pijadas y mierdas varias.
- Puedo comprarte algo de ropa por aquí si quieres. - Se encogió de hombros y se giró a mirar a Elazar. - Podrías salir con la ropa que se comprase directamente y llevar la que llevas puesta en una bolsa... - Se encogió de hombros y volvió la vista al frente, para dejar de mirar a su amigo tan fijamente. Aquello era únicamente una fácil y rápida solución; era cierto que también podían aparecerse, cambiarse de ropa y volver, pero bue... ya que estaban ahí, total... si a Elazar se le ocurría de irse a cambiar y volver, simplemente le esperaría.
Arrugó la nariz y siguió caminando un poco tras hacerle un gesto al italiano para que siguieran andando. - De todas formas creo que en ese sitio hay que hacer reserva o algo, ¿no? Es bastante pijo, y quizás ni siquiera quede sitio... se puede ir ahora a preguntar, y si hay sitio reservar si eso y ya ocuparse del aspecto. - Cosa que al metamorfomago le daba totalmente igual, pero bueno... - Estas cosas os pegan mas a ti y a la de las tetas que a mi.
- ¿Qué te parece? - Dijo mirándole de nuevo, a los ojos esta vez. - Di algo que pareces tonto tan callado, Bollete... sabes que a mi me da igual, como si vas desnudo, yo estaré jodidamente bien contigo. - Se rió un poco y le acarició un poco el pelo antes de pasarle el brazo por los hombros, para besarle sin previo aviso, separándose. - Venga, entremos así tal cual, si nos dejan entrar bien, y sino nos pillamos una pizza en londres y listo. - Le dijo guiñándole un ojo. - Será por pijadas y mierdas varias.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Todo lo que él decía le daba la sensación de que realmente no iba a ataviado para lo que iban a hacer, y la opción de ir a comprar ropa juntos estaba bien… pero no era lo que quería, él no quería terminar vestido como siempre, por una vez quería ir con Draken así, quería probar como le gustaba más, como le miraba más, por mucho que él dijera que le daba igual el aspecto era obvio que a nadie le daba del todo igual el mismo. Siempre había algún punto que le llamara más la atención o menos, y bueno, amor propio aparte, ese pantalón le hacía muy buen culo, lo sabía de sobra.
-No quiero comprarme más ropa nueva, tengo demasiada, después es muy complicado escoger entre tanta… si quieres de verdad comer ahí me aparezco y me cambio y todo lo demás… pero si no…
Negó un poco con la cabeza, él iba a ofrecerle comer en las tres escobas, hacían unos platos gigantes de patatas con queso y carne picada que estaba de muerte (grasa al cuerpo, pero de vez en cuando…). Pero cuando dijo aquello de que habría que reservar y todo lo demás el rubio le restó importancia, a él nunca le había hecho falta reservar, aunque claro, había que decir que cuando Depaul y él se ponían para ir a ahí le daban al restaurante la mejor de la publicidad, ella, tan bonita, exuberante, llamativa y a la vez elegante, como pocas veces se ponía. Él, todo un caballero, con la capa impoluta, los pantalones perfectos y los zapatos más pulcros del mundo mágico. Si, aquel era uno de esos teatros en los que hacían de pareja, pero oye, se comía muy bien ahí.
-Pues… al par de tetas - dijo arrugando el morro al oír como volvía a llamarla así – y a mí nos dejan pasar sin reserva, pero hoy no tengo ni ganas, prefiero la otra opción - él ya había hablado, lo había “insultado” y a la vez le había hecho sonreír, estaba bien con él de todas las formas, eso significaba que el otro pequeño apodo era una tontería entre colegas, era obvio – no voy ni a intentar entrar. Vamos a por comida a Londres, una buena pizza gigante y después volvemos aquí para lo que sea.
Lo que le hizo estar tan seguro fue el jodido beso que le plantó. Era cierto, a Draken le daba igual su aspecto, y si había intentado pensar en ir a comer ahí seguramente era por él, y ahora le tocaba a él pensar un poco en su pareja, no le gustaría ese sitio, lo sabía.
-Eso sí, capas fuera o nos veremos muy raros… ¿pasamos por tu apartamento a soltarlas o las guardas en tu bolsa? – le pasó una mano por el pelo, estaba sonriendo abiertamente, no podía ser más feliz…
-No quiero comprarme más ropa nueva, tengo demasiada, después es muy complicado escoger entre tanta… si quieres de verdad comer ahí me aparezco y me cambio y todo lo demás… pero si no…
Negó un poco con la cabeza, él iba a ofrecerle comer en las tres escobas, hacían unos platos gigantes de patatas con queso y carne picada que estaba de muerte (grasa al cuerpo, pero de vez en cuando…). Pero cuando dijo aquello de que habría que reservar y todo lo demás el rubio le restó importancia, a él nunca le había hecho falta reservar, aunque claro, había que decir que cuando Depaul y él se ponían para ir a ahí le daban al restaurante la mejor de la publicidad, ella, tan bonita, exuberante, llamativa y a la vez elegante, como pocas veces se ponía. Él, todo un caballero, con la capa impoluta, los pantalones perfectos y los zapatos más pulcros del mundo mágico. Si, aquel era uno de esos teatros en los que hacían de pareja, pero oye, se comía muy bien ahí.
-Pues… al par de tetas - dijo arrugando el morro al oír como volvía a llamarla así – y a mí nos dejan pasar sin reserva, pero hoy no tengo ni ganas, prefiero la otra opción - él ya había hablado, lo había “insultado” y a la vez le había hecho sonreír, estaba bien con él de todas las formas, eso significaba que el otro pequeño apodo era una tontería entre colegas, era obvio – no voy ni a intentar entrar. Vamos a por comida a Londres, una buena pizza gigante y después volvemos aquí para lo que sea.
Lo que le hizo estar tan seguro fue el jodido beso que le plantó. Era cierto, a Draken le daba igual su aspecto, y si había intentado pensar en ir a comer ahí seguramente era por él, y ahora le tocaba a él pensar un poco en su pareja, no le gustaría ese sitio, lo sabía.
-Eso sí, capas fuera o nos veremos muy raros… ¿pasamos por tu apartamento a soltarlas o las guardas en tu bolsa? – le pasó una mano por el pelo, estaba sonriendo abiertamente, no podía ser más feliz…
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Sonrió ladeado al escuchar que el último plan que había soltado como última opción, y seguramente la que sería mas agradable para ambos, había sido la escogida por el italiano. Harían como antaño; irían a una pizzeria que había cerca del apartamento que Stall tenía en Londres, pillarían lo que se les antojase y lo comerían por ahí, o en su defecto, lo podrían llevar al mismo apartamento y ahí podrían estar tranquilamente sin hacer absolutamente nada. Aquel era uno de los planes que solían tener algo a menudo cuando estaban en la escuela, y ahora que estaban en la universidad; nunca estaba de más retomar viejas costumbres, ¿no?
Sin avisar ni nada, le agarró a Selvaggi de las nalgas y aprovechó aquello para aparecerse en su propio apartamento, separándose un poco de él, ,lo justo, para poder desabrocharse la capa y poder dejarla encima del sofa extendida. - Creo que esto responde a tu pregunta, ¿no? - Le guiñó el ojo y se separó algo mas, vigilando a ver el estado del piso; era cierto que hacía un par de días fue para probar alguna nueva poción, y de paso para limpiar (con magia, no iba a perder el tiempo), pero quizás se había ensuciado o llenado rápido de cualquier mierda; por suerte no era así, y el piso seguía impoluto.
- ¿Ya sabes lo que quieres? Si eso podemos pedir desde aquí, ya sabes... si no te apetece mover el culo y tal. Sino siempre podemos ir en un momento a por las pizzas y cervezas... y también te decides de que quieres.
Aquella comida, desde el primer momento que Stall se la presentó a Selvaggi, le había gustado; y lo había tomado en cuenta siempre; aunque quizás el rubio no se hubiese enterado, dado cuenta de ello.
Sin avisar ni nada, le agarró a Selvaggi de las nalgas y aprovechó aquello para aparecerse en su propio apartamento, separándose un poco de él, ,lo justo, para poder desabrocharse la capa y poder dejarla encima del sofa extendida. - Creo que esto responde a tu pregunta, ¿no? - Le guiñó el ojo y se separó algo mas, vigilando a ver el estado del piso; era cierto que hacía un par de días fue para probar alguna nueva poción, y de paso para limpiar (con magia, no iba a perder el tiempo), pero quizás se había ensuciado o llenado rápido de cualquier mierda; por suerte no era así, y el piso seguía impoluto.
- ¿Ya sabes lo que quieres? Si eso podemos pedir desde aquí, ya sabes... si no te apetece mover el culo y tal. Sino siempre podemos ir en un momento a por las pizzas y cervezas... y también te decides de que quieres.
Aquella comida, desde el primer momento que Stall se la presentó a Selvaggi, le había gustado; y lo había tomado en cuenta siempre; aunque quizás el rubio no se hubiese enterado, dado cuenta de ello.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Cuando notó como las manos del chico le cogían por el trasero sonrió, fue solo un segundo porque el típico mareo que producía el ser aparecido mediante la magia de otra persona le hizo pensar que efectivamente solo le había sobado para hacer aquello. Maldito aprovechado… pero él también aprovechó, en cuanto su pareja-amigo se quitó la capa se lo quedó mirándole el trasero, el cuerpo entero, era tan jodidamente atractivo.
Él mismo lo imitó, quitándose la capa, dejando ahora sí que sí, que su mejor amigo viera la ropa que llevaba, la camiseta la podría reconocer, era una que hacía años le robó a él, o más bien que Draken le dejó tras un pequeño incidente con una poción del metamorfomago que había estropeado la que el rubio llevaba, aún no se la había devuelto ni tenía pensamiento de ir a hacerlo aún.
Negó con la cabeza a su pregunta, pedir para que lo llevaran al piso estaba bien, pero… mientras llegaba, la media hora que solían tardar ¿Qué harían? Él, por su parte, sabía la respuesta, no pararía de besar a Draken, y tampoco estaba del todo seguro, a pesar de que su relación habían avanzado un gran enorme y relajante paso, de que eso fuera lo que su mejor amigo quería que sucediera. Además, cuando empezaban con besos terminaban siempre con algo mucho más serio, y eso, en media hora… bueno, que decidiera él un poquito también.
-Yo creo que es lo que quiero, como siempre… pizza barbacoa – se quedó en silencio un segundo porque a veces se le olvidaba como se llamaba, pero lo recordó rápidamente, era su pizza favorita y había probado muchas ya, era de las pocas cosas del mundo muggle que se conocía muy, pero que muy bien – por mi estaría bien que fuéramos a comerla fuera, pero como tu decidas – [b]yo… – se mojó un poquito le labio y se acercó al chico, lo suficiente como para que su tripas se rozaran incluso – creo que si me quedo aquí contigo no pararé de besarte en todo el rato y quizás eso no sea lo que más te apetezca.
Lanzó la respuesta muy clara, él quería quedarse ahí para poder estar a solas con el metamorfomago, que el otro decidiera si ir ellos mismos a por las pizzas o si hacer caso al instinto totalmente básico del rubio y usar el sofá para el uso que mejor les convenía en ese momento.
Él mismo lo imitó, quitándose la capa, dejando ahora sí que sí, que su mejor amigo viera la ropa que llevaba, la camiseta la podría reconocer, era una que hacía años le robó a él, o más bien que Draken le dejó tras un pequeño incidente con una poción del metamorfomago que había estropeado la que el rubio llevaba, aún no se la había devuelto ni tenía pensamiento de ir a hacerlo aún.
Negó con la cabeza a su pregunta, pedir para que lo llevaran al piso estaba bien, pero… mientras llegaba, la media hora que solían tardar ¿Qué harían? Él, por su parte, sabía la respuesta, no pararía de besar a Draken, y tampoco estaba del todo seguro, a pesar de que su relación habían avanzado un gran enorme y relajante paso, de que eso fuera lo que su mejor amigo quería que sucediera. Además, cuando empezaban con besos terminaban siempre con algo mucho más serio, y eso, en media hora… bueno, que decidiera él un poquito también.
-Yo creo que es lo que quiero, como siempre… pizza barbacoa – se quedó en silencio un segundo porque a veces se le olvidaba como se llamaba, pero lo recordó rápidamente, era su pizza favorita y había probado muchas ya, era de las pocas cosas del mundo muggle que se conocía muy, pero que muy bien – por mi estaría bien que fuéramos a comerla fuera, pero como tu decidas – [b]yo… – se mojó un poquito le labio y se acercó al chico, lo suficiente como para que su tripas se rozaran incluso – creo que si me quedo aquí contigo no pararé de besarte en todo el rato y quizás eso no sea lo que más te apetezca.
Lanzó la respuesta muy clara, él quería quedarse ahí para poder estar a solas con el metamorfomago, que el otro decidiera si ir ellos mismos a por las pizzas o si hacer caso al instinto totalmente básico del rubio y usar el sofá para el uso que mejor les convenía en ese momento.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Sonrió un poco y asintió con la cabeza, yendo al sofá para tirarse sobre él, o mas bien, para dejarse caer, quedando sentado de forma perezosa, suspirando; habiéndose asegurado de no dejarse caer sobre la capa de Elazar o quizás se habría llevado algún grito... ya lo conocía muy bien, y que la capa le quedase arrugada era algo que le molestaba; así que...
Vio como el chico se le acercaba, no le había quitado el ojo de encima en ningún momento, incluso cuando se había sentado; esa camiseta era suya, y ahora al parecer, se la había puesto para estar con él... aquello se podría interpretar como una forma de provocarlo, o simplemente, de decir de una forma indirecta que “era suyo”... por decirlo de alguna manera, o cualquier mierda, o algo, tsk.
Sintió la proximidad de ambos cuerpos cuando el rubio prácticamente se pegó a él, haciendo que le metamorfomago suspirase contra sus labios y sonriese de lado, ligeramente cabrón.
- Entonces me parece perfecta la idea de que tengamos que pedir las cosas... deberías de saber de sobra que soy un jodido vago, y que además propongas eso, no ayudará a mis ganas de mover el culo, Selvaggi. - Sonrió de forma amplia y no tardó en alcanzar el teléfono; una de las pocas cosas que veía realmente “útiles” del mundo muggle; ya que ahí no estaban los elfos, tener aquello para pedir que te llevasen las cosas a casa era muy agradable.
Según marcó pidió lo de siempre; una pizza al gusto de cada uno, y un par de botellines de cerveza para acompañarlo. Colgó y dejó el teléfono a un lado. - Media hora... ya sabes, como siempre. - Giró el rostro para clavar los ojos en las orbes azules de su compañero, y le rodeó con los brazos por la cintura, haciendo que se pegase un poco contra si mismo. - Y bueno... ¿alguna sugerencia a parte de la ya dada, de como pasar el tiempo de espera? Sino no nos quedan mas cojones que esa... - Susurró prácticamente contra sus labios, rozándolos mientras hablaba.
Vio como el chico se le acercaba, no le había quitado el ojo de encima en ningún momento, incluso cuando se había sentado; esa camiseta era suya, y ahora al parecer, se la había puesto para estar con él... aquello se podría interpretar como una forma de provocarlo, o simplemente, de decir de una forma indirecta que “era suyo”... por decirlo de alguna manera, o cualquier mierda, o algo, tsk.
Sintió la proximidad de ambos cuerpos cuando el rubio prácticamente se pegó a él, haciendo que le metamorfomago suspirase contra sus labios y sonriese de lado, ligeramente cabrón.
- Entonces me parece perfecta la idea de que tengamos que pedir las cosas... deberías de saber de sobra que soy un jodido vago, y que además propongas eso, no ayudará a mis ganas de mover el culo, Selvaggi. - Sonrió de forma amplia y no tardó en alcanzar el teléfono; una de las pocas cosas que veía realmente “útiles” del mundo muggle; ya que ahí no estaban los elfos, tener aquello para pedir que te llevasen las cosas a casa era muy agradable.
Según marcó pidió lo de siempre; una pizza al gusto de cada uno, y un par de botellines de cerveza para acompañarlo. Colgó y dejó el teléfono a un lado. - Media hora... ya sabes, como siempre. - Giró el rostro para clavar los ojos en las orbes azules de su compañero, y le rodeó con los brazos por la cintura, haciendo que se pegase un poco contra si mismo. - Y bueno... ¿alguna sugerencia a parte de la ya dada, de como pasar el tiempo de espera? Sino no nos quedan mas cojones que esa... - Susurró prácticamente contra sus labios, rozándolos mientras hablaba.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
No evitó sonreír cuando el muchacho dijo que la amenaza de los besos no era escusa para ir a comprar la comida en persona, si no que más bien le hacía decidirse por quedarse allí. Eso era… genial.
Dejó que él manejara todo el tema telefónico. Aún no terminaba de pillarle el truco a aquello. En un principio le resultó incómodo el vivir como muggle durante un tiempo, estuvo… una semana y media o dos allí, con él, por placer, por convivir con él cuando aún guarreaban a gusto cuando querían, era un lugar propio, sin interrupciones ni nada, no estuvo mal.
Oyó todo lo que pidió y asintió al aviso del tiempo, después de haber soltado el teléfono. En ese instante justo se sintió un poquito presionado. Había dicho que iba a besarle hasta morir y bueno… debía hacerlo él. Empezar ¿no?
Pero como siempre Draken tomó un poco la iniciativa, pegándole totalmente a su cuerpo, clavando los ojos en los propios, hablándole de tal forma que podría hacer que le se le levantara con un par de palabras más…
-Yo… no tengo sugerencias – negó suavemente con la cabeza. Se le ocurrían más cosas que hacer, pero solo quería besarle, comérselo entero, y eso era lo que harían si no decía nada más – mejor esperamos aquí mismo.
Entrecerró los ojos, aquellos que tenía clavados desde hacía rato en las azules orbes de su mejor amigo. Estaba un tanto ansioso, y sentía la urgentísima necesidad de comenzar así que no esperó más solamente pasó la lengua por su labio inferior, y lo mordió un poco antes de comenzar el beso, antes de abrir los ojos de nuevo y así evitar perderse en los de él, que eran jodidamente perfectos.
Notó como el chico le seguía el beso, y queriendo llevar por un momento las riendas de aquello en lugar de aflojar el ritmo aceleró un poquito, jugando con su lengua en la boca ajena, y aprovechando que estaba “encima de él”, sentado a su lado pero más bien inclinado hacía el chico, le comenzó a acariciar un poco por la zona pectoral, subiendo hacía el cuello para acariciar un poquito más su nuca, sería media hora de aquello, podría morir feliz.
Dejó que él manejara todo el tema telefónico. Aún no terminaba de pillarle el truco a aquello. En un principio le resultó incómodo el vivir como muggle durante un tiempo, estuvo… una semana y media o dos allí, con él, por placer, por convivir con él cuando aún guarreaban a gusto cuando querían, era un lugar propio, sin interrupciones ni nada, no estuvo mal.
Oyó todo lo que pidió y asintió al aviso del tiempo, después de haber soltado el teléfono. En ese instante justo se sintió un poquito presionado. Había dicho que iba a besarle hasta morir y bueno… debía hacerlo él. Empezar ¿no?
Pero como siempre Draken tomó un poco la iniciativa, pegándole totalmente a su cuerpo, clavando los ojos en los propios, hablándole de tal forma que podría hacer que le se le levantara con un par de palabras más…
-Yo… no tengo sugerencias – negó suavemente con la cabeza. Se le ocurrían más cosas que hacer, pero solo quería besarle, comérselo entero, y eso era lo que harían si no decía nada más – mejor esperamos aquí mismo.
Entrecerró los ojos, aquellos que tenía clavados desde hacía rato en las azules orbes de su mejor amigo. Estaba un tanto ansioso, y sentía la urgentísima necesidad de comenzar así que no esperó más solamente pasó la lengua por su labio inferior, y lo mordió un poco antes de comenzar el beso, antes de abrir los ojos de nuevo y así evitar perderse en los de él, que eran jodidamente perfectos.
Notó como el chico le seguía el beso, y queriendo llevar por un momento las riendas de aquello en lugar de aflojar el ritmo aceleró un poquito, jugando con su lengua en la boca ajena, y aprovechando que estaba “encima de él”, sentado a su lado pero más bien inclinado hacía el chico, le comenzó a acariciar un poco por la zona pectoral, subiendo hacía el cuello para acariciar un poquito más su nuca, sería media hora de aquello, podría morir feliz.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
No iba a quejarse por aquello, en absoluto, no era un gilipollas, joder.
Continuó con los besos que el italiano había comenzado, se dedicó tranquilamente a seguirle el juego, dejarle llevar un rato el control con los besos, dejarle hacer que cambiase el ritmo suave de los besos del principio a uno mas ávido.
Cuando la mano de su mejor amigo pasó a acariciar su cuello después de cruzar la mano por su pecho, con la más sutil de las caricias se sintió estremecer; suspiró y se quedó con los ojos entreabiertos, mirándole apenas un momento, aprovechando también para separar sus labios de los de él.
- Ya tomaste demasiado el mando... - Dijo bromeando, pero sabiendo que aquél comentario le molestaría.
Sonrió ladeado, de forma algo cabrona y terminó por hacer lo que tuvo en mente. Llevó una de las manos a los cabellos casi albinos de su compañero para echarlos hacia un lado, y entonces, acercó los labios a su cuello para empezar a besarlo, primero en suaves y cortos besos, seguido de hacer asomar la lengua entre los labios para lamer un poco,... hasta que dejó aquél juego para empezar a besar, lamer y mordisquear su cuello de la forma que se debía; sin gilipolleces.
Las manos recorrían la espalda de Selvaggi en un continuo movimiento, hasta que las llevó hasta su cintura, y en un simple gesto incitó y ayudó al mismo a que se sentase sobre su regazo, sobre sus piernas, para poder seguir con aquél juego de besos y caricias de una forma mas cómoda para ambos.
Separó los labios de su cuello y se quedó mirándole por un momento fijamente a los ojos, llevando una de las manos a un mechón de pelo del rubio, para pasarlo por detrás de una de sus orejas. - Eres un jodido cabrón, maricona. - Le dijo sonriéndole ladeado antes de, aprovechando la situación de aquella misma mano, desviarla hacia su nuca para obligarle a pegarse a él, volviendo a los besos de antes.
Continuó con los besos que el italiano había comenzado, se dedicó tranquilamente a seguirle el juego, dejarle llevar un rato el control con los besos, dejarle hacer que cambiase el ritmo suave de los besos del principio a uno mas ávido.
Cuando la mano de su mejor amigo pasó a acariciar su cuello después de cruzar la mano por su pecho, con la más sutil de las caricias se sintió estremecer; suspiró y se quedó con los ojos entreabiertos, mirándole apenas un momento, aprovechando también para separar sus labios de los de él.
- Ya tomaste demasiado el mando... - Dijo bromeando, pero sabiendo que aquél comentario le molestaría.
Sonrió ladeado, de forma algo cabrona y terminó por hacer lo que tuvo en mente. Llevó una de las manos a los cabellos casi albinos de su compañero para echarlos hacia un lado, y entonces, acercó los labios a su cuello para empezar a besarlo, primero en suaves y cortos besos, seguido de hacer asomar la lengua entre los labios para lamer un poco,... hasta que dejó aquél juego para empezar a besar, lamer y mordisquear su cuello de la forma que se debía; sin gilipolleces.
Las manos recorrían la espalda de Selvaggi en un continuo movimiento, hasta que las llevó hasta su cintura, y en un simple gesto incitó y ayudó al mismo a que se sentase sobre su regazo, sobre sus piernas, para poder seguir con aquél juego de besos y caricias de una forma mas cómoda para ambos.
Separó los labios de su cuello y se quedó mirándole por un momento fijamente a los ojos, llevando una de las manos a un mechón de pelo del rubio, para pasarlo por detrás de una de sus orejas. - Eres un jodido cabrón, maricona. - Le dijo sonriéndole ladeado antes de, aprovechando la situación de aquella misma mano, desviarla hacia su nuca para obligarle a pegarse a él, volviendo a los besos de antes.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Y su mejor amigo no se equivocaba. Con él nunca lo hacía. El comentario lo picó un poco. ¿Cómo que demasiado tiempo?
Solo para molestar intentó quedarse así un poco más, haciendo lo que hasta ese momento estuvo, iniciando él los besos… pero el chico interrumpió cualquier intento que pudiera haber tenido, joder, era el punto débil de todo el mundo ¿no? El cuello. No había parte más sensible al roce en un ser humano que ese… o así pensaba el rubio, cuya experiencia física había sido tan reducida que casi no debía contar como experiencia real.
No evitó soltar un suspirito de placer, no era nada, solo eran besos, pero para él era como un gran triunfo. Draken haciéndolo sentir bien, podría pasar una y mil veces, pero a él seguiría sabiéndole a gloria hasta el más mínimo de los roces. Se dejó hacer, olvidándose de lo que le había molestado aquel primer gesto, olvidándose de todo en general.
Casi sin darse cuenta terminó sentado sobre él, suspirándole contra el pelo casi mientras dejaba el otro seguir con el juego en el cuello.
-¿Vas a volver a marcarme? – susurró mientras sentía aún sus besos, la última vez no trató de esconderlo y esta vez tampoco lo haría. A Elazar no le importaba que los demás supieran que estaba teniendo algo con Draken, o con cualquiera, se sentía dichoso por ello, no sentía la necesidad de esconderlo.
Con el leve gesto del cabello le arrancó una sonrisa, dulce, solo para él. Supuso que no habría oído su pregunta o que simplemente la pasó por alto. Después sus palabras… no las entendió, pero no se molestó en intentar hacerlo, ahí estaba su mano de nuevo, y sus besos. Joder con sus besos… hacían que se le olvidara hasta su propio nombre.
Le siguió los besos, acariciaba su pelo, su nuca, su espalda. Bebía de sus labios. Mordía con suavidad su lengua. Para cuando el beso se pausó un poco se separó de él lo justo que sus narices le permitían, dejándolas unidas, mirando a sus ojos, embobándose.
- No soy un cabrón… si acaso lo serías tu… – le susurró aquello contra los labios – que me tienes jodidamente enganchado a ti.
No se molestó en aclarar nada más, volvió a besarle, bajando el ritmo, ya notaba como estaba “animándose” y no quería seguir por ese camino, la pizza estaría al llegar y por mucho que quisiera hacer de todo con él también quería comer.
Solo para molestar intentó quedarse así un poco más, haciendo lo que hasta ese momento estuvo, iniciando él los besos… pero el chico interrumpió cualquier intento que pudiera haber tenido, joder, era el punto débil de todo el mundo ¿no? El cuello. No había parte más sensible al roce en un ser humano que ese… o así pensaba el rubio, cuya experiencia física había sido tan reducida que casi no debía contar como experiencia real.
No evitó soltar un suspirito de placer, no era nada, solo eran besos, pero para él era como un gran triunfo. Draken haciéndolo sentir bien, podría pasar una y mil veces, pero a él seguiría sabiéndole a gloria hasta el más mínimo de los roces. Se dejó hacer, olvidándose de lo que le había molestado aquel primer gesto, olvidándose de todo en general.
Casi sin darse cuenta terminó sentado sobre él, suspirándole contra el pelo casi mientras dejaba el otro seguir con el juego en el cuello.
-¿Vas a volver a marcarme? – susurró mientras sentía aún sus besos, la última vez no trató de esconderlo y esta vez tampoco lo haría. A Elazar no le importaba que los demás supieran que estaba teniendo algo con Draken, o con cualquiera, se sentía dichoso por ello, no sentía la necesidad de esconderlo.
Con el leve gesto del cabello le arrancó una sonrisa, dulce, solo para él. Supuso que no habría oído su pregunta o que simplemente la pasó por alto. Después sus palabras… no las entendió, pero no se molestó en intentar hacerlo, ahí estaba su mano de nuevo, y sus besos. Joder con sus besos… hacían que se le olvidara hasta su propio nombre.
Le siguió los besos, acariciaba su pelo, su nuca, su espalda. Bebía de sus labios. Mordía con suavidad su lengua. Para cuando el beso se pausó un poco se separó de él lo justo que sus narices le permitían, dejándolas unidas, mirando a sus ojos, embobándose.
- No soy un cabrón… si acaso lo serías tu… – le susurró aquello contra los labios – que me tienes jodidamente enganchado a ti.
No se molestó en aclarar nada más, volvió a besarle, bajando el ritmo, ya notaba como estaba “animándose” y no quería seguir por ese camino, la pizza estaría al llegar y por mucho que quisiera hacer de todo con él también quería comer.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Simplemente no respondió a sus preguntas, al menos, no a la primera. Le marcaría, claro que si, siempre que tenía ocasión lo había hecho, y esa vez no iba a ser menos.
Sonrió ladeado cuando tras seguir con los juegos, Selvaggi volvió a hablar. - Puede que sea un cabrón... pero si estás así por este cabrón, me alegro de serlo. - Susurró contra sus labios, habiéndole hecho creer que tras esas palabras iría un beso; pero no.
Lo que el metamorfomago hizo fue buscar su cuello para, sin avisar, lamer su nuez y tras pasar a un lado de su cuello, succionar un pedazo de piel con la intención de marcarle, haciéndolo de hecho, separándose con una media sonrisa, triunfal de haber conseguido marcar de nuevo el cuello del italiano, esta vez, de forma mas notoria que la vez anterior; contrastaba aún mas en su pálida piel.
Se quedó mirándole apenas un instante a los ojos, y justo en el momento en el que Stall iba a ponerse a hacer algo más, se escuchó como la pizza llegaba. Gruñó y maldijo entre dientes mientras se incorporaba, haciendo que el italiano se quitase de encima de él, que remedio, y terminó por ir a coger dinero muggle de donde lo tenía para, tras el proceso de siempre, intercambio de dinero por comida, cerrar la puerta y volver a donde estaba Selvaggi, dejando lo que pidieron sobre la mesa frente al sofá.
- Creo que me arrepiento bastante de haber pedido algo de comer... - Susurró en un gruñido y se giró a apuntar con la varita a la puerta para que se cerrase de todas las maneras posibles.
Se sentó en el sofá y apoyó la cabeza en el respaldo, cerrando los ojos y suspirando pesadamente; se había calentado bastante con la mierda de los besos, joder; ahora tendría que relajarse, comer y ya después, ya se vería que harían.
Sonrió ladeado cuando tras seguir con los juegos, Selvaggi volvió a hablar. - Puede que sea un cabrón... pero si estás así por este cabrón, me alegro de serlo. - Susurró contra sus labios, habiéndole hecho creer que tras esas palabras iría un beso; pero no.
Lo que el metamorfomago hizo fue buscar su cuello para, sin avisar, lamer su nuez y tras pasar a un lado de su cuello, succionar un pedazo de piel con la intención de marcarle, haciéndolo de hecho, separándose con una media sonrisa, triunfal de haber conseguido marcar de nuevo el cuello del italiano, esta vez, de forma mas notoria que la vez anterior; contrastaba aún mas en su pálida piel.
Se quedó mirándole apenas un instante a los ojos, y justo en el momento en el que Stall iba a ponerse a hacer algo más, se escuchó como la pizza llegaba. Gruñó y maldijo entre dientes mientras se incorporaba, haciendo que el italiano se quitase de encima de él, que remedio, y terminó por ir a coger dinero muggle de donde lo tenía para, tras el proceso de siempre, intercambio de dinero por comida, cerrar la puerta y volver a donde estaba Selvaggi, dejando lo que pidieron sobre la mesa frente al sofá.
- Creo que me arrepiento bastante de haber pedido algo de comer... - Susurró en un gruñido y se giró a apuntar con la varita a la puerta para que se cerrase de todas las maneras posibles.
Se sentó en el sofá y apoyó la cabeza en el respaldo, cerrando los ojos y suspirando pesadamente; se había calentado bastante con la mierda de los besos, joder; ahora tendría que relajarse, comer y ya después, ya se vería que harían.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Se dejó hacer, como siempre, el muy cabrón, esas palabras… esos gestos. Lo tenía totalmente a su merced. Sonaba halagador, a veces lo que decía, por muy así que fuera, incluso podía rozar el “romanticismo” pues por ejemplo ahora acababa de decirle que estaba bien ser cabrón mientras él estuviera feliz y pillado por él. Suspiró ante sus palabas y exigió el beso que le correspondía, estiró el cuello para conseguirlo pero lo único que logró fue que un ronco gemidito escapara de entre sus finos labios. El muy cabrón iba a volver a atacar su cuello y él ya estaba… totalmente feliz. Todo su cuerpo mejor dicho.
Notó de pronto el mismo sonido que su pareja había sentido, la respiración de Elazar ya estaba a un ritmo totalmente frenético. Deseaba tener un poquito más de él, pero viendo que, realmente, no iba a poder obtener si es que quería comer… se dejó caer a un lado del sofá, intentando respirar, intentando relajarse y en cuanto su pareja se sentó en el sofá de aquel modo, con aquellas palabras, él se giró y se montón a horcajadas sobre él. Divertido, aprovechando la posición en la que estaba para poder sobar todo su torso.
-¿Te arrepientes de haber pedido? No tienes porque – dijo en un tono muy bajito, sugerente o al menos intentándolo –siempre podemos dejar que se enfríe… o bueno, yo seguiré aquí después de comer, podríamos almorzar y ya después. O si lo prefieres podríamos seguir por donde estábamos y ya después comer… o comer y ya después probar la pizza.
Frotó un poquito sus partes más bajas con las piernas del chico, no es que tuviera la gran cosa, pero una vez se le endurecía sí que era notable, más aún si se dedicaba a hacer presión del miembro contra el chico. Quería que supiera que él no era el único arrepentido por el ansia de comida que les dio antes.
-Estamos solos y somos magos, podemos calentarlo todo después… yo prefiero ahora calentarte a ti – dicho aquello se lanzó a devorarle la boca. Si el otro quería comer pues que lo intentara mientras él hacía todo lo que estuviera en su mano para volver a probar el colchón que había en el altillo del apartamento.
Notó de pronto el mismo sonido que su pareja había sentido, la respiración de Elazar ya estaba a un ritmo totalmente frenético. Deseaba tener un poquito más de él, pero viendo que, realmente, no iba a poder obtener si es que quería comer… se dejó caer a un lado del sofá, intentando respirar, intentando relajarse y en cuanto su pareja se sentó en el sofá de aquel modo, con aquellas palabras, él se giró y se montón a horcajadas sobre él. Divertido, aprovechando la posición en la que estaba para poder sobar todo su torso.
-¿Te arrepientes de haber pedido? No tienes porque – dijo en un tono muy bajito, sugerente o al menos intentándolo –siempre podemos dejar que se enfríe… o bueno, yo seguiré aquí después de comer, podríamos almorzar y ya después. O si lo prefieres podríamos seguir por donde estábamos y ya después comer… o comer y ya después probar la pizza.
Frotó un poquito sus partes más bajas con las piernas del chico, no es que tuviera la gran cosa, pero una vez se le endurecía sí que era notable, más aún si se dedicaba a hacer presión del miembro contra el chico. Quería que supiera que él no era el único arrepentido por el ansia de comida que les dio antes.
-Estamos solos y somos magos, podemos calentarlo todo después… yo prefiero ahora calentarte a ti – dicho aquello se lanzó a devorarle la boca. Si el otro quería comer pues que lo intentara mientras él hacía todo lo que estuviera en su mano para volver a probar el colchón que había en el altillo del apartamento.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Escuchó todo lo que el italiano le tenía que decir, sintiéndose cada vez mas jodidamente tentado a mandar a la mierda la comida que acababan de recibir, para centrarse en su compañero, en las atenciones que sentía que estaba dándole aunque ni él mismo se lo hubiese pedido. En cierto modo le hizo gracia que tratase de dar aquellas opciones en las que eran las unas tan parecidas a las otras, e incluso parecía haberse liado en el momento de explayarse.
Sonrió ladeado, divertido, y miró de arriba abajo al rubio que ahora, en ese momento exacto, estaba literalmente friccionándose contra su pierna; era un cabrón, sabía como tentarle... pero las últimas palabras que dijo habrían sobrado por completo. - A mi ya me tienes caliente, y probablemente mas que lo caliente que está la pizza. - Susurró contra su boca, correspondiendo al beso ansioso y necesitado que empezó el italiano, acariciando con las manos su cuerpo, aprovechando que se había sentado encima de él, para llevar las manos al filo de su prenda superior, de aquella camiseta que en algún momento había sido suya, y se la sacó con un simple tirón que separó los labios de ambos, aunque no por demasiado...
Acariciaba su cuerpo, suspiraba contra sus labios, su boca con según que movimiento del cuerpo del rubio. - Eres un cabronazo, yo también estoy jodidamente enganchado a ti, Selvaggi... - Susurró apenas contra su boca, con voz ronca; volviendo a los besos mientras sus manos, ya conocedoras de aquél cuerpo que tenía encima, acariciaban sus costados, espalda, abdomen, pecho... desnudo.
Juguetón llevó el dedo indice a uno de los pezones de su pareja para empezar a friccionarlo un poco, notando como se endurecía, sin poder, ni querer evitar sonreír ante aquello. - Conozco demasiado bien tu cuerpo... y tu también el mío. - Susurró. - No costará nada que nos calentemos aún más. Y sabes de sobra, que ahora ya no se va a quedar esto tal cual...
Sonrió ladeado, divertido, y miró de arriba abajo al rubio que ahora, en ese momento exacto, estaba literalmente friccionándose contra su pierna; era un cabrón, sabía como tentarle... pero las últimas palabras que dijo habrían sobrado por completo. - A mi ya me tienes caliente, y probablemente mas que lo caliente que está la pizza. - Susurró contra su boca, correspondiendo al beso ansioso y necesitado que empezó el italiano, acariciando con las manos su cuerpo, aprovechando que se había sentado encima de él, para llevar las manos al filo de su prenda superior, de aquella camiseta que en algún momento había sido suya, y se la sacó con un simple tirón que separó los labios de ambos, aunque no por demasiado...
Acariciaba su cuerpo, suspiraba contra sus labios, su boca con según que movimiento del cuerpo del rubio. - Eres un cabronazo, yo también estoy jodidamente enganchado a ti, Selvaggi... - Susurró apenas contra su boca, con voz ronca; volviendo a los besos mientras sus manos, ya conocedoras de aquél cuerpo que tenía encima, acariciaban sus costados, espalda, abdomen, pecho... desnudo.
Juguetón llevó el dedo indice a uno de los pezones de su pareja para empezar a friccionarlo un poco, notando como se endurecía, sin poder, ni querer evitar sonreír ante aquello. - Conozco demasiado bien tu cuerpo... y tu también el mío. - Susurró. - No costará nada que nos calentemos aún más. Y sabes de sobra, que ahora ya no se va a quedar esto tal cual...
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Le encantaba saber que sabía calentarle. No había cosa más placentera en esta vida que saber que la persona que puede hacer contigo lo que quiere siente una debilidad similar hacía ti. Y eso es lo que pensaba en ese momento el rubio, que Draken lo tenía totalmente a tiro, que podría pedirle cualquier cosa y él la haría con los ojos cerrados, pero su mejor amigo y amante acababa de admitir que su situación era similar, que quería hacerle de todo y quería hacerlo en ese momento, que estaba caliente y cachondo por él. Por su culpa…está bien, si era así había que darle solución y a poder ser aprovechar el momento.
Draken al parecer pensaba como él. Le siguió el beso y lo intensificó y para dar a entender lo que iba tras aquello no tardó en sacarle a Elazar la camiseta que llevaba por la cabeza, dejándola de lado, y por un momento Selvaggi no iba a preocuparse por cómo se veía, si la pequeña cicatriz que tenía en la parte baja del abdomen era más o menos bonita (aunque apenas era visible, pero a él le obsesionaría siempre), no iba a preocuparse por si la camiseta se arrugaba por haber caído en mal lugar… daba igual. Solo le importaban las manos del chico, sus gestos, su mirada. Sus besos.
Pegó sus pectorales a los de él antes de que el otro metiera la mano por medio de ambos y comenzara a sobar por todas partes. Se mordió el labio ante sus palabras y volvió a comerle la boca, a devorarla más bien, ansiaba todo de él. Todo.
Gimoteó un poquito ante el gesto del chico, jugando con sus pezones, por algún motivo los tenía jodidamente sensibles, en cuanto lo tocaba en esa zona el rubio se estremecía y pegaba su cuerpo completamente al otro para intentar evitar que siguiera con eso, pero en ese momento no podía hacerlo, y asintió a sus palabras.
-Creo que estás demostrando eso, de manera demasiado literal - dijo casi en una queja, un poco hastiado, pero solo porque estaba cachondo y no quería ser el único en ese estado – desnúdate… quiero verte.
Su voz sonó ansiosa, sobre todo porque en el momento en el que empezó a hablar, seguramente para divertirse, o joderle, Draken había apretado un poco el pellizco que tenía en torno a su pezón y eso solo empeoró un poquito su voz, haciendo que lanzara un pequeño quejido.
-No seas cabrón… – bajó las manos, para ayudarle en la tarea de su futura desnudez. Lo mejor de ese piso es que solo era para ellos, podrían desnudarse en cualquier lugar sin miedo a ser vistos, y eso era justo lo que el italiano estaba procurando hacer, ya tenía la camiseta del chico medio sacada, solo esperaba su colaboración y el pantalón se lo trataba de desabotonar con la única mano libre, mientras Draken seguía poniéndolo nervioso con sus caricias.
Draken al parecer pensaba como él. Le siguió el beso y lo intensificó y para dar a entender lo que iba tras aquello no tardó en sacarle a Elazar la camiseta que llevaba por la cabeza, dejándola de lado, y por un momento Selvaggi no iba a preocuparse por cómo se veía, si la pequeña cicatriz que tenía en la parte baja del abdomen era más o menos bonita (aunque apenas era visible, pero a él le obsesionaría siempre), no iba a preocuparse por si la camiseta se arrugaba por haber caído en mal lugar… daba igual. Solo le importaban las manos del chico, sus gestos, su mirada. Sus besos.
Pegó sus pectorales a los de él antes de que el otro metiera la mano por medio de ambos y comenzara a sobar por todas partes. Se mordió el labio ante sus palabras y volvió a comerle la boca, a devorarla más bien, ansiaba todo de él. Todo.
Gimoteó un poquito ante el gesto del chico, jugando con sus pezones, por algún motivo los tenía jodidamente sensibles, en cuanto lo tocaba en esa zona el rubio se estremecía y pegaba su cuerpo completamente al otro para intentar evitar que siguiera con eso, pero en ese momento no podía hacerlo, y asintió a sus palabras.
-Creo que estás demostrando eso, de manera demasiado literal - dijo casi en una queja, un poco hastiado, pero solo porque estaba cachondo y no quería ser el único en ese estado – desnúdate… quiero verte.
Su voz sonó ansiosa, sobre todo porque en el momento en el que empezó a hablar, seguramente para divertirse, o joderle, Draken había apretado un poco el pellizco que tenía en torno a su pezón y eso solo empeoró un poquito su voz, haciendo que lanzara un pequeño quejido.
-No seas cabrón… – bajó las manos, para ayudarle en la tarea de su futura desnudez. Lo mejor de ese piso es que solo era para ellos, podrían desnudarse en cualquier lugar sin miedo a ser vistos, y eso era justo lo que el italiano estaba procurando hacer, ya tenía la camiseta del chico medio sacada, solo esperaba su colaboración y el pantalón se lo trataba de desabotonar con la única mano libre, mientras Draken seguía poniéndolo nervioso con sus caricias.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Entre una cosa y otra, caricias, besos, alientos entremezclados, jadeos,... avanzaron hasta el punto de la necesidad de tocar el uno la piel del contrario sin nada de por medio. El metamorfomago ya había avanzado con aquello, pero el italiano, en ese preciso momento, trataba de avanzar un poco con aquello.
Sonrió cabrón al escuchar a su amante decir aquello, al escuchar como le ordenaba a quedarse desnudo para él.
Ver como el mismo tiraba con una de las manos hacia arriba de la prenda del pelimorado, y con la otra mano intentaba deshacerse del abotonamiento de la camiseta; a Draken aquello le parecía entre gracioso y adorable. Ver que Selvaggi lo quería solo, entero y en ese preciso momento, ansioso, solo para él...
Terminó por ceder, ayudando al rubio a quitarle la camiseta, dejándola a un lado abandonada junto con la que ya había sido despojada. - Eres un poco impaciente, Bollete... - Susurró contra sus labios antes de ser ahora él quien devoraba los labios del contrario, quien bebía de su saliva y quien se alimentaba del placer que conseguía proporcionar al otro.
- Creo que el sofá no es la mejor opción ahora mismo... no la más comoda para hacer lo que nos de la gana... - Desvió apenas un segundo la vista hacia arriba, a la cama situada en el altillo, enorme y perfectamente arreglada como de costumbre; y sin demorarse más, hizo que se aparecieran ahí, tal cual estaban; el italiano sentado sobre el ingles.
Este último se dejó caer de espaldas para acabar tumbado bocarriba mientras recorría con un rápido vistazo todo su cuerpo, seguido de hacer un recorrido parecido con sus manos. - Creo que este era en un principio tu fin... ¿Echabas de menos dormir en mi cama? - Dijo en un tono divertido, pícaro.
Sonrió cabrón al escuchar a su amante decir aquello, al escuchar como le ordenaba a quedarse desnudo para él.
Ver como el mismo tiraba con una de las manos hacia arriba de la prenda del pelimorado, y con la otra mano intentaba deshacerse del abotonamiento de la camiseta; a Draken aquello le parecía entre gracioso y adorable. Ver que Selvaggi lo quería solo, entero y en ese preciso momento, ansioso, solo para él...
Terminó por ceder, ayudando al rubio a quitarle la camiseta, dejándola a un lado abandonada junto con la que ya había sido despojada. - Eres un poco impaciente, Bollete... - Susurró contra sus labios antes de ser ahora él quien devoraba los labios del contrario, quien bebía de su saliva y quien se alimentaba del placer que conseguía proporcionar al otro.
- Creo que el sofá no es la mejor opción ahora mismo... no la más comoda para hacer lo que nos de la gana... - Desvió apenas un segundo la vista hacia arriba, a la cama situada en el altillo, enorme y perfectamente arreglada como de costumbre; y sin demorarse más, hizo que se aparecieran ahí, tal cual estaban; el italiano sentado sobre el ingles.
Este último se dejó caer de espaldas para acabar tumbado bocarriba mientras recorría con un rápido vistazo todo su cuerpo, seguido de hacer un recorrido parecido con sus manos. - Creo que este era en un principio tu fin... ¿Echabas de menos dormir en mi cama? - Dijo en un tono divertido, pícaro.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Ignoró por completo que le llamara así, le daba igual, que Draken le “insultara” o llamara por motes estúpidos. Si, había estado gordito, y si, él había sido una meta para el rubio para lograr ser lo que era en ese momento. Así que si lo quería llamar como antaño no le importaba, era su bollete, solo suyo, y si quería comérselo lo tendría siempre disponible.
Sonrió ampliamente porque ahora tenía a su disposición el cuerpo entero del chico, todo para él, solo para él. Disfrutaba de su roce y su calor a la vez que de sus besos. Besos que fueron interrumpidos por palabras a las que no veía sentido, no hasta que notó como el chico los hizo aparecer a ambos ahí arriba, joder, que forma más cómoda de llegar a cualquier lugar.
-Aquí… mucho mejor – se relamió un poquito viendo como el chico se había tumbado, ofreciéndole la visión perfecta de su cuerpo, jodidamente genial. Draken era… todo lo que él deseaba – sabes que sí. No existe cama más cómoda que esta – el tono del italiano fue igual que del contrario, porque en ese momento de manera muy literal estaban casi enfrentándose, uno a otro, en un cuerpo a cuerpo por lo que sería la supremacía en la cama… pero era una batalla ganada para Draken, ambos sabían cómo terminaría aquello y ambos conocían a la perfección el gusto del otro.
Poco a poco lograron desnudarse, jugando uno con el cuerpo del otro, beso aquí, lamida allá. Se inspeccionaron los cuerpos y reconocieron los mismos al detalle solo con el roce de sus manos. Disfrutaron del tacto del otro, lograron llegar al punto en el que más cómodos se sentían e hicieron todo lo que desearon, sin preocuparse por el tiempo, por las interrupciones ni por nada.
Para cuando ambos se sintieron saciados, cómodos y a gusto había pasado un tiempo considerable, como mínimo, el que las pizzas necesitan para enfriarse. Elazar sabía esto y, justo antes de ponerse en pie para huir al baño le dio un buen beso en la boca a su pareja, que parecía un tanto agotado.
-Te robo el baño un minuto… tu… puedes calentar la pizza, seguro que se enfrío ya… – le dedicó una sonrisa burlona, y una mirada descarada por toda su desnudez, cubierta únicamente en la parte más comprometida por un trozo de tela que se había colocado el chico por vete a saber qué motivo – te veo abajo.
Robándole la idea de la aparición el rubio se movió así hasta el baño, haciendo sus labores de aseo mínimas tras el sexo. En realidad se moría de hambre, no estaba acostumbrado a atrasar la cena…
Sonrió ampliamente porque ahora tenía a su disposición el cuerpo entero del chico, todo para él, solo para él. Disfrutaba de su roce y su calor a la vez que de sus besos. Besos que fueron interrumpidos por palabras a las que no veía sentido, no hasta que notó como el chico los hizo aparecer a ambos ahí arriba, joder, que forma más cómoda de llegar a cualquier lugar.
-Aquí… mucho mejor – se relamió un poquito viendo como el chico se había tumbado, ofreciéndole la visión perfecta de su cuerpo, jodidamente genial. Draken era… todo lo que él deseaba – sabes que sí. No existe cama más cómoda que esta – el tono del italiano fue igual que del contrario, porque en ese momento de manera muy literal estaban casi enfrentándose, uno a otro, en un cuerpo a cuerpo por lo que sería la supremacía en la cama… pero era una batalla ganada para Draken, ambos sabían cómo terminaría aquello y ambos conocían a la perfección el gusto del otro.
Poco a poco lograron desnudarse, jugando uno con el cuerpo del otro, beso aquí, lamida allá. Se inspeccionaron los cuerpos y reconocieron los mismos al detalle solo con el roce de sus manos. Disfrutaron del tacto del otro, lograron llegar al punto en el que más cómodos se sentían e hicieron todo lo que desearon, sin preocuparse por el tiempo, por las interrupciones ni por nada.
Para cuando ambos se sintieron saciados, cómodos y a gusto había pasado un tiempo considerable, como mínimo, el que las pizzas necesitan para enfriarse. Elazar sabía esto y, justo antes de ponerse en pie para huir al baño le dio un buen beso en la boca a su pareja, que parecía un tanto agotado.
-Te robo el baño un minuto… tu… puedes calentar la pizza, seguro que se enfrío ya… – le dedicó una sonrisa burlona, y una mirada descarada por toda su desnudez, cubierta únicamente en la parte más comprometida por un trozo de tela que se había colocado el chico por vete a saber qué motivo – te veo abajo.
Robándole la idea de la aparición el rubio se movió así hasta el baño, haciendo sus labores de aseo mínimas tras el sexo. En realidad se moría de hambre, no estaba acostumbrado a atrasar la cena…
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
De forma perezosa y tras permanecer por un par de minutos tirado en la cama, el metamorfomago se terminó por incorporar y asomó la cabeza desde la cama al piso bajo, arrugando un poco la nariz para quedarse mirando la comida en la mesa, después desviando la mirada hacia la puerta del baño y resopló. - Que jodida pereza... - Se quejó para si mismo y tras alcanzar la ropa interior y los pantalones, se vistió con lo mismo y bajó a la parte de abajo. El baño estaba ocupado, ya después se encargaría de asearse.
Abajo se lavó las mano en el grifo de la pequeña cocina que había en el piso, y se giró para, con la varita, no iba a perder mas el tiempo, hacer que la temperatura de la comida fuese una agradable.
Se acomodó en el sofá y se quedó ahí sentado, esperando a que el italiano saliese del bño para empezar a comer. - Como no salgas ya empezaré a comer la pizza sin ti, capullo. - Anunció, no tardando en ver aparecer a su mejor amigo por la puerta; podría decirse que aquella llamada de atención sirvió de algo, cosa que le hizo sonreír.
- ¿Te quedarás a dormir aquí? Yo si que me quedaré aquí. - Comentó mirándole de soslayo, invitándole o algo de forma... muy poco disimulada a que se quedase a pasar la noche con él. - Siempre es mejor poder dormir en un sitio donde ningún imbécil vaya a quejarse por cualquier mierda. - Arrugó la nariz y destapó ambas pizzas, ofreciéndole después una de las cervezas que se había encargado de enfriar después de calentar las pizzas.
Cogió una de las porciones de la pizza que había pedido para si mismo, y no tardó en empezar a devorar el pedazo, al igual que su compañero, que parecía ahora mas bien poco preocupado por como se pudiese ver comiendo aquello; a fin de cuentas eso le gustaba a Stall, no tener que ver como Selvaggi trataba de estar siempre perfecto, impoluto para él, comiendo con cuidado... A fin de cuentas le había visto en situaciones-posiciones peores, ¿no? Le parecía ridículo que a Elazar a veces le diese incluso vergüenza o algo que le viesen comer, al menos, Draken.
Abajo se lavó las mano en el grifo de la pequeña cocina que había en el piso, y se giró para, con la varita, no iba a perder mas el tiempo, hacer que la temperatura de la comida fuese una agradable.
Se acomodó en el sofá y se quedó ahí sentado, esperando a que el italiano saliese del bño para empezar a comer. - Como no salgas ya empezaré a comer la pizza sin ti, capullo. - Anunció, no tardando en ver aparecer a su mejor amigo por la puerta; podría decirse que aquella llamada de atención sirvió de algo, cosa que le hizo sonreír.
- ¿Te quedarás a dormir aquí? Yo si que me quedaré aquí. - Comentó mirándole de soslayo, invitándole o algo de forma... muy poco disimulada a que se quedase a pasar la noche con él. - Siempre es mejor poder dormir en un sitio donde ningún imbécil vaya a quejarse por cualquier mierda. - Arrugó la nariz y destapó ambas pizzas, ofreciéndole después una de las cervezas que se había encargado de enfriar después de calentar las pizzas.
Cogió una de las porciones de la pizza que había pedido para si mismo, y no tardó en empezar a devorar el pedazo, al igual que su compañero, que parecía ahora mas bien poco preocupado por como se pudiese ver comiendo aquello; a fin de cuentas eso le gustaba a Stall, no tener que ver como Selvaggi trataba de estar siempre perfecto, impoluto para él, comiendo con cuidado... A fin de cuentas le había visto en situaciones-posiciones peores, ¿no? Le parecía ridículo que a Elazar a veces le diese incluso vergüenza o algo que le viesen comer, al menos, Draken.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: ¿Lujos? Bah...
Se tomó su tiempo en el baño, una cosa era perder la vergüenza y ciertas cosas más estando con él y otra era sentirse… “lleno”. Resultaba incómodo. Una ducha fugaz fue lo que se dio mientras el otro preparaba todo fuera, y como no tenía ropa propia allí, más que la había abandonado por todo el apartamento del muchacho se puso unos bóxers que Draken tenía en uno de los cajones del baño, para “imprevistos”. No se molestó en pedir permiso, sabía que si lo hacía el chico diría que no solo por molestarle, o le insultaría por siquiera preguntar, con el tiempo esas cosas se aprenden.
Salió de allí en cuanto oyó su queja, había estado entreteniéndose frente al espejo. En realidad la tontería de que uno se veía radiante después de follar a él pareció más real que nunca, no había sonreído tan abiertamente en mucho tiempo, muchísimo en realidad. Y ahí estaba, solo por un polvo.
Aceptó la cerveza y la abrió, se había sentado (en ropa interior) en el sofá, demedio lado, intentando encarar a Draken todo el rato. Intentaba no pensar en su aspecto, en lo que contenía en la pizza, en que engordaba, en nada. Tenía hambre y aquello sabía a dioses.
-No sé cómo pude vivir tantos años sin conocer esta comida… – dijo aquello justo antes de oír la pregunta del chico, en otro momento el habría avergonzado quizás un poco, en ese momento solo lo hizo sonreír de manera muy abierta, feliz, contentísimo más bien –por supuesto que me quedo aquí a dormir, tu cama es como mil veces más cómoda que la de mi habitación, además… si en mitad de la noche me dan ganas de hacer ejercicio y quemar todas las calorías de la pizza me aseguro de tener a alguien que me va a ayudar con ello.
Se lamió un poquito el labio antes de acercarse la cerveza a los mismos y beber, terminó con una sonrisita. Era obvio que había ganado confianza con el tiempo y en ese momento esa misma cualidad sobresalía, mucho, en él.
Salió de allí en cuanto oyó su queja, había estado entreteniéndose frente al espejo. En realidad la tontería de que uno se veía radiante después de follar a él pareció más real que nunca, no había sonreído tan abiertamente en mucho tiempo, muchísimo en realidad. Y ahí estaba, solo por un polvo.
Aceptó la cerveza y la abrió, se había sentado (en ropa interior) en el sofá, demedio lado, intentando encarar a Draken todo el rato. Intentaba no pensar en su aspecto, en lo que contenía en la pizza, en que engordaba, en nada. Tenía hambre y aquello sabía a dioses.
-No sé cómo pude vivir tantos años sin conocer esta comida… – dijo aquello justo antes de oír la pregunta del chico, en otro momento el habría avergonzado quizás un poco, en ese momento solo lo hizo sonreír de manera muy abierta, feliz, contentísimo más bien –por supuesto que me quedo aquí a dormir, tu cama es como mil veces más cómoda que la de mi habitación, además… si en mitad de la noche me dan ganas de hacer ejercicio y quemar todas las calorías de la pizza me aseguro de tener a alguien que me va a ayudar con ello.
Se lamió un poquito el labio antes de acercarse la cerveza a los mismos y beber, terminó con una sonrisita. Era obvio que había ganado confianza con el tiempo y en ese momento esa misma cualidad sobresalía, mucho, en él.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
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