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Now we can do everything
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Now we can do everything
Siguiendo la línea temporal de la fiesta
Antes de que sea demasiado tarde jaja
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Antes de que sea demasiado tarde jaja
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Sus cuerpos se habían separados, aunque en este caso sus labios lo habían hecho. Él había hecho un poco de tiempo tomando de su licor, mientras una pregunta implícita se colaba en el aire: "¿Continuarían?". Ambos sabían que iba a suceder si continuaban. Pero Siobhan desde que había dado un paso afuera de su facultad se había propuesto algo en mente y esa era disfrutar al máximo cada momento que se le presentara; de esa forma, al parecer todo pretendía que también se aplicara en el caso con el islandés.
No sabía muy bien si estaba esperando una respuesta hablada o algo, pero por algún motivo se acercó lentamente hacia él nuevamente, con la suficiente cercanía como si quisiera darle un abrazo, pero tan solo un toque pequeño, como todos los que había dado en la fiesta hacia el chico se hizo presente una vez más. Sus labios colisionaron una vez más, pero no en sus labios sino en su cuello. Le impregnó un beso suavemente pero cargado con una buena dosis de sensualidad que ni ella misma sabía de donde salía, pero ahí estaba. El beso no duró ni 15 segundos cuando ella ya se había separado y con una mirada un tanto pícara le levantó la ceja y le sonrió abiertamente. Ahí estaba su respuesta.
Pensó en una habitación tipo estudio, porque ¿En todo apartamento debía de tenerlo, no?, así que en primer momento tomó su mano y lo dirigió hacia ese rincón, atravesando un mosaico bastante colorido en ese lugar: los fumadores de ganja. Los típicos ebrios por ahí y por allá. Así como también algún pleito que había escuchado a lo lejos con Markus. Pero todo ese ruido atmosférico de verdad no le importaba en absoluto. Habían llegado al lugar, no sabía decir si de una manera sigilosa, ya que cada quien estaba tan en lo suyo que la verdad aunque ella hubiera pasado caminando con dos grandes platillos no le hubiera prestado atención. Abrió la puerta y el chirrido se hizo presente de abrirse, entró rápido eso sí y una vez dentro los dos cerró dicha lugar con el seguro que tenía la puerta; todo de una forma bastante normal a pesar de que había escuchado un expelliarmus más atrás.
- Lindo estudio el de Finnerty. Lástima que lo vamos a desordenar un poco - La verdad era que Siobhan en muchas ocasiones pecaba por lo ñoña y de alma noble, pero aquel comentario era necesario ameritarlo. Tras eso sin ninguna inhibición volvió rápidamente hacia él a darle un beso más apasionado, sin ningún rastro de inhibición y dejándose llevar por la ocasión.
No sabía muy bien si estaba esperando una respuesta hablada o algo, pero por algún motivo se acercó lentamente hacia él nuevamente, con la suficiente cercanía como si quisiera darle un abrazo, pero tan solo un toque pequeño, como todos los que había dado en la fiesta hacia el chico se hizo presente una vez más. Sus labios colisionaron una vez más, pero no en sus labios sino en su cuello. Le impregnó un beso suavemente pero cargado con una buena dosis de sensualidad que ni ella misma sabía de donde salía, pero ahí estaba. El beso no duró ni 15 segundos cuando ella ya se había separado y con una mirada un tanto pícara le levantó la ceja y le sonrió abiertamente. Ahí estaba su respuesta.
Pensó en una habitación tipo estudio, porque ¿En todo apartamento debía de tenerlo, no?, así que en primer momento tomó su mano y lo dirigió hacia ese rincón, atravesando un mosaico bastante colorido en ese lugar: los fumadores de ganja. Los típicos ebrios por ahí y por allá. Así como también algún pleito que había escuchado a lo lejos con Markus. Pero todo ese ruido atmosférico de verdad no le importaba en absoluto. Habían llegado al lugar, no sabía decir si de una manera sigilosa, ya que cada quien estaba tan en lo suyo que la verdad aunque ella hubiera pasado caminando con dos grandes platillos no le hubiera prestado atención. Abrió la puerta y el chirrido se hizo presente de abrirse, entró rápido eso sí y una vez dentro los dos cerró dicha lugar con el seguro que tenía la puerta; todo de una forma bastante normal a pesar de que había escuchado un expelliarmus más atrás.
- Lindo estudio el de Finnerty. Lástima que lo vamos a desordenar un poco - La verdad era que Siobhan en muchas ocasiones pecaba por lo ñoña y de alma noble, pero aquel comentario era necesario ameritarlo. Tras eso sin ninguna inhibición volvió rápidamente hacia él a darle un beso más apasionado, sin ningún rastro de inhibición y dejándose llevar por la ocasión.
Siobhan Abadeer- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Re: Now we can do everything
Como era de esperarse, el islandés se estremeció por completo al sentir los labios de Siobhan sobre su cuello. Cerró los ojos y su primera reacción física fue intentar meter las manos bajo su ropa pero la chica traía puesta una cosa muy rara como abrigo falda que le ponía las cosas muy complicadas al islandés con todo y lo acostumbrado que estaba a la ropa abrigadora en las niñas, en especial por los inviernos islandeses. Pero a ese vestuario no le encontraba ton ni son.
De todos modos Siobhan le dio a entender que no era momento de dudar y le sorprendió la seguridad que le mostraba no solamente en la sonrisa, sino en la firmeza con la que lo guiaba a través de la habitación, a la que el islandés no le prestó atención por tener la vista clavada firme en Siobhan mientras la seguía.
A su comentario, él sonrió. No era de muchas palabras cuando ya se encontraba caliente y apenas Siobhan lo volvió a besar y esta vez sabiendo que estaba en privado, fue más agresivo en sus movimientos. La arrinconó contra una de las paredes del estudio, muy cerca de un librero.
Se tomó el tiempo necesario en besarla con la dedicación que se requería en eso, acariciando su lengua con la propia, recorriendo sus brazos como si tuviera algún fetiche en hacerlo pero en realidad era solo porque era la piel más directa que tenía a la mano por el momento. Luego fue él quién pasó a su cuello, repartiendo pequeños besos por la zona que no dejaban de reflejar su ansiedad.
-¿Cómo mierda te quito esta cosa?-Terminó preguntando sobre su ropa, con riesgo de sonar como un tarado, pero no podían esperar que supiera manejar las complicadas telas femeninas que cubrían a Siobhan, que aunque tenían botones a la vista se le estaban resistiendo, ¿por qué las niñas no andaban desnudas y ya?, la vida sería mucho más fácil así. No le quedó más que reírse de sí mismo, reprobarse negando con la cabeza y volver a atacar la boca de Siobhan a besos mientras le hacía el grandísimo favor de quitarse ella misma lo que traía puesto al menos en la parte superior. Prefería eso de todos modos a cualquier otra frase cliché o a parecer más idiota pretendiendo no serlo.
Para entretenerse y ahora sabiendo que no iba a recibir un golpe de parte de Siobhan, llevó ambas manos a su trasero y con ese movimiento la acercó más a él, dejando que el espacio entre pared, él y ella, fuera el más mínimo requerido, aunque seguía pensando que esa cosa de abrigo era estorbosa a más no poder. Le gustaba mucho la chica, tanto que no recordaba un momento en que hubiera estado más ansioso por desnudar a alguien como en ese instante.
De todos modos Siobhan le dio a entender que no era momento de dudar y le sorprendió la seguridad que le mostraba no solamente en la sonrisa, sino en la firmeza con la que lo guiaba a través de la habitación, a la que el islandés no le prestó atención por tener la vista clavada firme en Siobhan mientras la seguía.
A su comentario, él sonrió. No era de muchas palabras cuando ya se encontraba caliente y apenas Siobhan lo volvió a besar y esta vez sabiendo que estaba en privado, fue más agresivo en sus movimientos. La arrinconó contra una de las paredes del estudio, muy cerca de un librero.
Se tomó el tiempo necesario en besarla con la dedicación que se requería en eso, acariciando su lengua con la propia, recorriendo sus brazos como si tuviera algún fetiche en hacerlo pero en realidad era solo porque era la piel más directa que tenía a la mano por el momento. Luego fue él quién pasó a su cuello, repartiendo pequeños besos por la zona que no dejaban de reflejar su ansiedad.
-¿Cómo mierda te quito esta cosa?-Terminó preguntando sobre su ropa, con riesgo de sonar como un tarado, pero no podían esperar que supiera manejar las complicadas telas femeninas que cubrían a Siobhan, que aunque tenían botones a la vista se le estaban resistiendo, ¿por qué las niñas no andaban desnudas y ya?, la vida sería mucho más fácil así. No le quedó más que reírse de sí mismo, reprobarse negando con la cabeza y volver a atacar la boca de Siobhan a besos mientras le hacía el grandísimo favor de quitarse ella misma lo que traía puesto al menos en la parte superior. Prefería eso de todos modos a cualquier otra frase cliché o a parecer más idiota pretendiendo no serlo.
Para entretenerse y ahora sabiendo que no iba a recibir un golpe de parte de Siobhan, llevó ambas manos a su trasero y con ese movimiento la acercó más a él, dejando que el espacio entre pared, él y ella, fuera el más mínimo requerido, aunque seguía pensando que esa cosa de abrigo era estorbosa a más no poder. Le gustaba mucho la chica, tanto que no recordaba un momento en que hubiera estado más ansioso por desnudar a alguien como en ese instante.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Now we can do everything
Lo tomó del rostro mientras sus labios se desenvolvían como nadie, de la misma forma de como la emoción el invadía cada centímetro de su ser ya que la serie de acontecimientos relativamente rápidos que los habían llevado hasta allí era simplemente excitante, así como también la manera agresiva en la que la arrinconaba hacia la pared, haciendo que tambaleara un poco la madera del librero más próximo a ellos. Abrió un poco más su boca, dejándose llevar por el ritmo que le imponía Hákan mientras su lengua hacía contacto con la suya sin ningún tipo de pausa. Jugó un poco más con su boca, mientras incluso le mordía sutilmente el labio inferior una vez terminado el roce.
Percibía el roce ansioso de Hákan friccionándole la piel de sus brazos, no sabía muy bien el motivo por el cual le hacía tanto énfasis a sus brazos, pero no le dio mucha importancia ya que lo mejor estaba por verse. Estiró un poco la cabeza a un lado, mientras un hormigueo le recorría todo su cuerpo hasta la espina dorsal cuando sintió los labios del chico en su cuello deslizándose libremente, los cuales estaban cargados con un tanto de desespero. Sin embargo, antes de que pudiera si quiera pensar en por qué estaba dando ese tipo de señales, un comentario salió de la mano indicándole claramente el motivo de los pequeños actos de ansiedad; no pudo evitar curvar sus lavios en forma de sonrisa y de una bastante particular, ya que ella misma se estaba mordiendo su labio inferior, que sin darse cuenta incluso podía hasta parecer más pícaro su gesto.
De hecho el comentario en otras circunstancias le hubiera sacado una risa ya que la prenda que traía era puro engaño, se veía complicado de quitarse pero era más sencillo que eso, pero en parte comprendía a Hákan, y a los hombres en general quienes deberían de sufrir bastante por la creatividad de los diseñadores de moda. Antes de que pudiera hacer algo más, las manos de él atraía su cuerpo todavía más surgiendo que la tensión fuera eminente y rotunda, sobre todo lo confirmaba cuando el calor se hacía más arraigado entre ellos. Suspiró un momento, ya que el acto le había dejado un tanto en blanco por unos segundos, deleitándose del momento y luego rápidamente puso una mano hacia atrás en su espalda, quitándose un botón de atrás aflojando una buena parte de su atuendo.
Como pudo hizo espacio para darse la vuelta, dándole la espalda a Hákan y mirarle por encima de su hombro con mucha sensualidad.
- ¿Me ayudas? - Ya lo siguiente era fácil, solo tenía que bajarle el cierre que ya estaba a la vista debido a que se había desabotonado un pequeño botón (valga la redundancia) que hacía que una tela ocultara el boleto a la felicidad... para el chico. Reiterando, todo era simple: bajar cierre y hasta luego con la prenda.
Percibía el roce ansioso de Hákan friccionándole la piel de sus brazos, no sabía muy bien el motivo por el cual le hacía tanto énfasis a sus brazos, pero no le dio mucha importancia ya que lo mejor estaba por verse. Estiró un poco la cabeza a un lado, mientras un hormigueo le recorría todo su cuerpo hasta la espina dorsal cuando sintió los labios del chico en su cuello deslizándose libremente, los cuales estaban cargados con un tanto de desespero. Sin embargo, antes de que pudiera si quiera pensar en por qué estaba dando ese tipo de señales, un comentario salió de la mano indicándole claramente el motivo de los pequeños actos de ansiedad; no pudo evitar curvar sus lavios en forma de sonrisa y de una bastante particular, ya que ella misma se estaba mordiendo su labio inferior, que sin darse cuenta incluso podía hasta parecer más pícaro su gesto.
De hecho el comentario en otras circunstancias le hubiera sacado una risa ya que la prenda que traía era puro engaño, se veía complicado de quitarse pero era más sencillo que eso, pero en parte comprendía a Hákan, y a los hombres en general quienes deberían de sufrir bastante por la creatividad de los diseñadores de moda. Antes de que pudiera hacer algo más, las manos de él atraía su cuerpo todavía más surgiendo que la tensión fuera eminente y rotunda, sobre todo lo confirmaba cuando el calor se hacía más arraigado entre ellos. Suspiró un momento, ya que el acto le había dejado un tanto en blanco por unos segundos, deleitándose del momento y luego rápidamente puso una mano hacia atrás en su espalda, quitándose un botón de atrás aflojando una buena parte de su atuendo.
Como pudo hizo espacio para darse la vuelta, dándole la espalda a Hákan y mirarle por encima de su hombro con mucha sensualidad.
- ¿Me ayudas? - Ya lo siguiente era fácil, solo tenía que bajarle el cierre que ya estaba a la vista debido a que se había desabotonado un pequeño botón (valga la redundancia) que hacía que una tela ocultara el boleto a la felicidad... para el chico. Reiterando, todo era simple: bajar cierre y hasta luego con la prenda.
Siobhan Abadeer- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Re: Now we can do everything
Siobhan fue amable y compasiva al ayudarle con eso. El islandés, muy paciente, se hizo hacia atrás para que la chica se diera la vuelta y pudiera desabotonarse la estorbosa prenda. Sonrió en automático al ver la manera en que le pedía que la ayudara y volvió a acortar los pasos que los habían distanciado para bajar el cierre que ahora sí estaba a la vista. Y él que había pensado que tenía que quitarlo por los botones de enfrente.
Apenas percibió su piel en la penumbra, pero no pudo evitar pasarle los dedos desde la base de su cuello hasta el borde de su pantalón. Desabrochó el sujetador aprovechando que estaba en esa posición y que era mejor que lo hiciera de una vez. Luego se acercó para besar su cuello y seguir con los besos sobre la superficie de su espalda.
Sus manos acariciaban su cintura y poco a poco fueron escalando por su vientre hasta sus pechos por debajo de la ropa. La tocaba enterrando sus dedos sobre su piel que era muy suave. Sentir la textura de sus pechos y poder apretarlos despertó más su hambre, provocando que pegara más su cuerpo al de ella, que la arrinconara más contra la pared aunque siguiera dándole la espalda.
Si detener los arrebatos de sus labios y su lengua, que no paraban de devorar su cuello y su espalda, dejó que sus manos bajaran hasta el broche de su pantalón, que no era ningún misterio. Buscaba hacerse el espacio suficiente para meter la mano dentro de su ropa. Acarició por encima de sus bragas y después quiso sentirla directamente, acariciándola, introduciendo un dedo dentro de ella mientras mordisqueaba ligeramente su piel.
Dejó de tocarla, sacó los dedos de su ropa y se los llevó a la boca para probarla antes de darle la vuelta para volver a fundir sus labios con los de ella. En verdad le gustaba mucho, era inexplicable. Terminó por deslizarle la prenda junto con el sujetador por los brazos, la miró un par de segundos y quiso pasar la lengua por encima de sus pechos, besarla hasta el cansancio mientras sus excitación crecía a cada segundo.
La fiesta, la gente, beber y todo lo que había afuera de todo eso podía esperar, podía no existir. No se arrepentía de haber ido ahí, de estar ahora buscando la boca de Siobhan y su piel con tanta necesidad. Desde que la había visto le habían dado ganas de besarla, pero tener todas esas oportunidades era todavía mejor.
Apenas percibió su piel en la penumbra, pero no pudo evitar pasarle los dedos desde la base de su cuello hasta el borde de su pantalón. Desabrochó el sujetador aprovechando que estaba en esa posición y que era mejor que lo hiciera de una vez. Luego se acercó para besar su cuello y seguir con los besos sobre la superficie de su espalda.
Sus manos acariciaban su cintura y poco a poco fueron escalando por su vientre hasta sus pechos por debajo de la ropa. La tocaba enterrando sus dedos sobre su piel que era muy suave. Sentir la textura de sus pechos y poder apretarlos despertó más su hambre, provocando que pegara más su cuerpo al de ella, que la arrinconara más contra la pared aunque siguiera dándole la espalda.
Si detener los arrebatos de sus labios y su lengua, que no paraban de devorar su cuello y su espalda, dejó que sus manos bajaran hasta el broche de su pantalón, que no era ningún misterio. Buscaba hacerse el espacio suficiente para meter la mano dentro de su ropa. Acarició por encima de sus bragas y después quiso sentirla directamente, acariciándola, introduciendo un dedo dentro de ella mientras mordisqueaba ligeramente su piel.
Dejó de tocarla, sacó los dedos de su ropa y se los llevó a la boca para probarla antes de darle la vuelta para volver a fundir sus labios con los de ella. En verdad le gustaba mucho, era inexplicable. Terminó por deslizarle la prenda junto con el sujetador por los brazos, la miró un par de segundos y quiso pasar la lengua por encima de sus pechos, besarla hasta el cansancio mientras sus excitación crecía a cada segundo.
La fiesta, la gente, beber y todo lo que había afuera de todo eso podía esperar, podía no existir. No se arrepentía de haber ido ahí, de estar ahora buscando la boca de Siobhan y su piel con tanta necesidad. Desde que la había visto le habían dado ganas de besarla, pero tener todas esas oportunidades era todavía mejor.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Now we can do everything
Las sensaciones que le estaba brindando Hákan eran tan diferentes, pero parecidas que libremente podría traducirlas como un disfrute a todo lo que le hacía. Ahora su dorso estaba más ligero una vez que le terminó de bajar el cierre y conjuntamente le había desabrochado su sujetador; aunque no le haya visto otra sonrisa entremezclada de la picardía y total diversión apareció en su rostro, pero todo cambio cuando el tacto del chico le recorría toda la espalda, haciéndola sentir inmediatamente como un cosquilleo que activaba cada uno de sus sentidos de manera inmediata. Posterior, inclinó un poco la cabeza hacia atrás como un acto reflejo y suspiró; trataba de contener algún gemido precoz, ya que no quería darle ese lujo tan rápido, aunque le era difícil entre tanto beso que hacía que cediera con facilidad.
Cuando sintió sus manos en sus pechos abrió de manera vacilante su boca, exhalando aire con un poco más de fuerza de lo normal ya que su respiración comenzaba agitarse y la presión comenzaba a aumentar, sobre todo cuando vio que no había ningún tipo de espacio entre él y la pared, en una especie de opresión pasivo-agresiva, sintiendo la fuerza del chico. No podía caer en dudas que le gustaba eso y todo lo que hacía era más que certero, ya que prácticamente de ella no había mucha resistencia.
Los besos fulminantes del chico hacía que se estremeciera cada partícula de su ser, aún cuando ella prefería que nada más en eso fuera un poco más lento para disfrutarlo todavía más. Su mano inquieta pasó de las caderas al broche de su pantalón. Instintivamente mordió sus labios, conteniéndose tan solo un poco más, aunque no hubo mayor escapatoria ya que sus dedos comenzaron a acariciarle su sexo. Su respiración se agitó enormemente y los latidos de su corazón parecían estar en desborde, sobre todo cuando las caricias dejaban de ser superficiales para pasar a ser directas. Ahogó un gemido y por un momento quería que no parara nunca.
No se arrepentía de nada y no estaba demás decir que le encantaba esa hombría que Hákan le estaba demostrando. Terminó volteándose con un poco de dirección de él y sus labios se volvieron a encontrar con los de él, pero esta vez totalmente distinto a los besos que se habían dado en la terraza, ya que estos estaban envueltos en pasión y los disfrutaba todavía más que hace un tiempo atrás. Le gustaba, le gustaba todo de él y quería que la tomara a ella y todo su ser si así se presentara la situación en esa noche.
Ahora era su turno de recorrer su piel, con su mano haciendo hincapié en su dorso bien formado. Nunca se había sentido así con alguien, ya que comenzaba a impacientarse también y contagiarle esa hambre con la que quería probar de su piel. Le besó el cuello, esta vez con mucha más intensidad, mientras que le incitaba a que también se despojara de su camisa y con su rodilla frotaba lenta y suavemente la entrepierna con cierto toque de atrevimiento hacia el chico, para luego detenerse un poco con la trayectoria que le estaba haciendo con sus manos al dorso, para abrirle la correa de su pantalón y por ende desabrocharle de igual manera.
No pudo evitar hacer lo mismo una vez que su pantalón estaba desabrochado tocando quizá con poco de inseguridad su parte baja ya que tampoco era que tuviera mucha experiencia en ese área, sin embargo estaba decidida a hacerlo, por lo que siguió frotando con convicción sin dejar de disfrutar todo.
Cuando sintió sus manos en sus pechos abrió de manera vacilante su boca, exhalando aire con un poco más de fuerza de lo normal ya que su respiración comenzaba agitarse y la presión comenzaba a aumentar, sobre todo cuando vio que no había ningún tipo de espacio entre él y la pared, en una especie de opresión pasivo-agresiva, sintiendo la fuerza del chico. No podía caer en dudas que le gustaba eso y todo lo que hacía era más que certero, ya que prácticamente de ella no había mucha resistencia.
Los besos fulminantes del chico hacía que se estremeciera cada partícula de su ser, aún cuando ella prefería que nada más en eso fuera un poco más lento para disfrutarlo todavía más. Su mano inquieta pasó de las caderas al broche de su pantalón. Instintivamente mordió sus labios, conteniéndose tan solo un poco más, aunque no hubo mayor escapatoria ya que sus dedos comenzaron a acariciarle su sexo. Su respiración se agitó enormemente y los latidos de su corazón parecían estar en desborde, sobre todo cuando las caricias dejaban de ser superficiales para pasar a ser directas. Ahogó un gemido y por un momento quería que no parara nunca.
No se arrepentía de nada y no estaba demás decir que le encantaba esa hombría que Hákan le estaba demostrando. Terminó volteándose con un poco de dirección de él y sus labios se volvieron a encontrar con los de él, pero esta vez totalmente distinto a los besos que se habían dado en la terraza, ya que estos estaban envueltos en pasión y los disfrutaba todavía más que hace un tiempo atrás. Le gustaba, le gustaba todo de él y quería que la tomara a ella y todo su ser si así se presentara la situación en esa noche.
Ahora era su turno de recorrer su piel, con su mano haciendo hincapié en su dorso bien formado. Nunca se había sentido así con alguien, ya que comenzaba a impacientarse también y contagiarle esa hambre con la que quería probar de su piel. Le besó el cuello, esta vez con mucha más intensidad, mientras que le incitaba a que también se despojara de su camisa y con su rodilla frotaba lenta y suavemente la entrepierna con cierto toque de atrevimiento hacia el chico, para luego detenerse un poco con la trayectoria que le estaba haciendo con sus manos al dorso, para abrirle la correa de su pantalón y por ende desabrocharle de igual manera.
No pudo evitar hacer lo mismo una vez que su pantalón estaba desabrochado tocando quizá con poco de inseguridad su parte baja ya que tampoco era que tuviera mucha experiencia en ese área, sin embargo estaba decidida a hacerlo, por lo que siguió frotando con convicción sin dejar de disfrutar todo.
Siobhan Abadeer- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Re: Now we can do everything
El islandés bajó el ritmo apenas un poco cuando ella también comenzaba a tocarlo. Descubrió que no solo le gustaba su boca, su cuello y la textura de su piel, sino sus manos y cómo lo recorrían. Se detuvo solo un poco para observar como lo tocaba y luego alzó la vista hacia sus ojos. Fue un momento de pausa, en el que a pesar de haber enloquecido hacia unos segundos, logró retomar la calma para tomarse el tiempo de pasarle de nuevo el cabello detrás de la oreja mientras ahogaba un gemido por sus caricias.
Volvió a besarla, pero apenas tocó sus labios volvió a sentir una onda expansiva de calor y desesperación que no pudo evitar. Necesitaba tenerla por completo para él, hacerla suya, ya fuera esa noche nada más o después, o cuando fuera. No parecía ser una decisión mental muy sana si tomaba en cuenta que acababa de conocerla hacia nada, pero en ese momento creía firmemente que no la iba a dejar ir.
Tanteó los bolsillos de sus pantalones, no recordaba si había guardado preservativos en algún lado y aunque un hechizo podía servir, porque dudaba que el bartender no tuviera suministros en su casa, no quería de ninguna manera romper la atmósfera y decidió esperar un poco más. Podía seguirla tocando, porque disfrutaba del tacto directo de sus dedos contra su humedad y el calor perceptible que se impregnaba en ellos.
Buscó con la mirada alguna superficie más alta. No estaba apresurando las cosas pero en sus movimientos seguía notándose una tajante decisión. Antes de bajarle o bajarse los pantalones, la besó de nuevo para llevarla hasta una mesa no muy alta (como mesa de centro de sala) con muchas revistas deportivas, lo que parecían películas y discos en vinilo regados por doquier. Si no hubiera estado tan ocupado con Siobhan hubiera pensado que era una habitación de tiliches bastante desaprovechada. Hizo a un lado las cosas sin drama de película, nada de aventarlas, solo haciendo el espacio suficiente pero sin ocuparlo todavía.
La volvió a besar antes de bajarle los pantalones y la ropa interior, siempre pendiente de su mirada para asegurarse de que de pronto no se había arrepentido y una vez que la tuvo hasta los tobillos, la cargó un poco tomándola por la cintura para subirla en el espacio que había en la mesa, aunque fue más un juego que porque ella necesitara ayuda.
Sin pensar en lo sumiso de su posición, se arrodilló en el suelo frente de ella y besó sus piernas, deteniéndose en sus muslos y trazándolos con la lengua. -¿Puedo?-Le preguntó sin alzar la vista aunque en realidad no esperó respuesta antes de pasar la lengua por encima de su sexo, probándola. Valía la pena hacer eso primero.
Volvió a besarla, pero apenas tocó sus labios volvió a sentir una onda expansiva de calor y desesperación que no pudo evitar. Necesitaba tenerla por completo para él, hacerla suya, ya fuera esa noche nada más o después, o cuando fuera. No parecía ser una decisión mental muy sana si tomaba en cuenta que acababa de conocerla hacia nada, pero en ese momento creía firmemente que no la iba a dejar ir.
Tanteó los bolsillos de sus pantalones, no recordaba si había guardado preservativos en algún lado y aunque un hechizo podía servir, porque dudaba que el bartender no tuviera suministros en su casa, no quería de ninguna manera romper la atmósfera y decidió esperar un poco más. Podía seguirla tocando, porque disfrutaba del tacto directo de sus dedos contra su humedad y el calor perceptible que se impregnaba en ellos.
Buscó con la mirada alguna superficie más alta. No estaba apresurando las cosas pero en sus movimientos seguía notándose una tajante decisión. Antes de bajarle o bajarse los pantalones, la besó de nuevo para llevarla hasta una mesa no muy alta (como mesa de centro de sala) con muchas revistas deportivas, lo que parecían películas y discos en vinilo regados por doquier. Si no hubiera estado tan ocupado con Siobhan hubiera pensado que era una habitación de tiliches bastante desaprovechada. Hizo a un lado las cosas sin drama de película, nada de aventarlas, solo haciendo el espacio suficiente pero sin ocuparlo todavía.
La volvió a besar antes de bajarle los pantalones y la ropa interior, siempre pendiente de su mirada para asegurarse de que de pronto no se había arrepentido y una vez que la tuvo hasta los tobillos, la cargó un poco tomándola por la cintura para subirla en el espacio que había en la mesa, aunque fue más un juego que porque ella necesitara ayuda.
Sin pensar en lo sumiso de su posición, se arrodilló en el suelo frente de ella y besó sus piernas, deteniéndose en sus muslos y trazándolos con la lengua. -¿Puedo?-Le preguntó sin alzar la vista aunque en realidad no esperó respuesta antes de pasar la lengua por encima de su sexo, probándola. Valía la pena hacer eso primero.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Now we can do everything
Siobhan nunca había sido una persona que se fuera por los extremos, pero la verdad en ese momento sentía como la desesperación se apoderaba de ella; como si en un momento inesperado se habían intercambiado roles entre el chico y ella. Cuando él comenzaba a dar pausa, ella empezaba dejarse dominar por los impulsos que le hacían recorrer cada centímetro que podía de la piel del chico y sus sentidos se activaban todavía más sobre todo al escuchar ciertos titubeos por parte de él. Ella tampoco era una gran excepción, su respiración cada vez se tornaba más entrecortada llegando al punto en que tenía que exhalar de vez en cuando de una manera un tanto ostentosa para poder ahogar los gemidos. Todavía faltaba un tanto, Hákan se lo estaba diciendo por la manera de dar el giro en la situación así que procuraba en lo más posible de seguirse conteniendo muy a pesar de que no sabía cuánto más podía estar así.
Cuando sus labios se volvieron a encontrar con los de él, en lo que parecía un vaivén donde la ansiedad reinaba en ambas partes; sus besos no parecían besos ya, puesto que en esa ocasión mordía con más frecuencia su labio inferior, mientras sus manos en lo que podía intentaban acercar más el rostro del islandés hacia donde ella, a pesar de que toda distancia entre sus bocas estaba más que acaparada, pero quería más y más. En lo que se separaron una vez más, dio una bocanada de aire ya que por fracciones de segundo se le había olvidado como respirar a pesar que desde hace rato la misma estaba entrecortada.
Sentir de esa forma como sus dedos le recorrían su interior era algo que por inercia hacía que le generara todavía más calor, que ya se estaba saliendo de sus manos. Como quería que Hákan la tomara sin más, quería pertenecerle a él y a nadie más. Fue en ese momento en que él la cargó hasta la mesa y no pudo estar más complacida de que esa fuerza masculina que tenía la demostrara en esos pequeños aspectos. Con una mirada de ella bastó para indicarle al chico que no había ningún tipo de arrepentimiento por su parte, por lo que acto seguido le bajó los pantalones y ahora estaba si desnuda frente a él, pero no le importó teniendo en mente que otro movimiento haría. Sin embargo, para ella sentía un tanto molesto los pantalones en la altura de los tobillos, por lo que unos ligeros movimientos hicieron que estos se deslizaran y cayeran al piso. Todos los besos que él le brindaban eran correspondidos con intensidad, aunque en esta ocasión habían bajado un poco precisamente por enfocar su atención en los pantalones.
Ahora sentir los labios del chico en sus piernas fue suficiente como para reactivarle un poco el desespero que había sentido en más atrás. Ella al estar sentada, se agarró un poco de la mesa ya que inconscientemente se estaba arqueando, doblegándose ante las sensaciones que le brindaba al islandés aún cuando seguía con la mirada cada uno de sus movimientos. Cuando él llegó ante su sexo, no pudo si quiera pensar en una respuesta cuando los labios y su lengua le recorrían su entrepierna. Eso en cambio fue suficiente para que se terminara de arquear, ya no le importaba nada y ahora sí una ligera manifestación de gemidos comenzaron a aparecer.
No lo podía evitar, en su exhalación hacía que se escaparan unos gemidos y cada caricia que él le hacía en ese lugar un recorrido eléctrico le pasaba por todo el cuerpo. De manera instintiva o no, sus manos querían estar ocupadas, por lo que en una de esas empezó a tocarse sus senos para brindarse aún más placer de lo que estaba sintiendo.
- Házmelo... Hákan - Dijo de repente en un acto donde su subconsciente le traicionó. Sabía que pronto el chico iría a esa parte, pero por efectos de la circunstancia hizo que se hiciera en manifiesto y por consiguiente rodeó con sus piernas los hombros del chico reduciendo todavía más la distancia.
Cuando sus labios se volvieron a encontrar con los de él, en lo que parecía un vaivén donde la ansiedad reinaba en ambas partes; sus besos no parecían besos ya, puesto que en esa ocasión mordía con más frecuencia su labio inferior, mientras sus manos en lo que podía intentaban acercar más el rostro del islandés hacia donde ella, a pesar de que toda distancia entre sus bocas estaba más que acaparada, pero quería más y más. En lo que se separaron una vez más, dio una bocanada de aire ya que por fracciones de segundo se le había olvidado como respirar a pesar que desde hace rato la misma estaba entrecortada.
Sentir de esa forma como sus dedos le recorrían su interior era algo que por inercia hacía que le generara todavía más calor, que ya se estaba saliendo de sus manos. Como quería que Hákan la tomara sin más, quería pertenecerle a él y a nadie más. Fue en ese momento en que él la cargó hasta la mesa y no pudo estar más complacida de que esa fuerza masculina que tenía la demostrara en esos pequeños aspectos. Con una mirada de ella bastó para indicarle al chico que no había ningún tipo de arrepentimiento por su parte, por lo que acto seguido le bajó los pantalones y ahora estaba si desnuda frente a él, pero no le importó teniendo en mente que otro movimiento haría. Sin embargo, para ella sentía un tanto molesto los pantalones en la altura de los tobillos, por lo que unos ligeros movimientos hicieron que estos se deslizaran y cayeran al piso. Todos los besos que él le brindaban eran correspondidos con intensidad, aunque en esta ocasión habían bajado un poco precisamente por enfocar su atención en los pantalones.
Ahora sentir los labios del chico en sus piernas fue suficiente como para reactivarle un poco el desespero que había sentido en más atrás. Ella al estar sentada, se agarró un poco de la mesa ya que inconscientemente se estaba arqueando, doblegándose ante las sensaciones que le brindaba al islandés aún cuando seguía con la mirada cada uno de sus movimientos. Cuando él llegó ante su sexo, no pudo si quiera pensar en una respuesta cuando los labios y su lengua le recorrían su entrepierna. Eso en cambio fue suficiente para que se terminara de arquear, ya no le importaba nada y ahora sí una ligera manifestación de gemidos comenzaron a aparecer.
No lo podía evitar, en su exhalación hacía que se escaparan unos gemidos y cada caricia que él le hacía en ese lugar un recorrido eléctrico le pasaba por todo el cuerpo. De manera instintiva o no, sus manos querían estar ocupadas, por lo que en una de esas empezó a tocarse sus senos para brindarse aún más placer de lo que estaba sintiendo.
- Házmelo... Hákan - Dijo de repente en un acto donde su subconsciente le traicionó. Sabía que pronto el chico iría a esa parte, pero por efectos de la circunstancia hizo que se hiciera en manifiesto y por consiguiente rodeó con sus piernas los hombros del chico reduciendo todavía más la distancia.
Siobhan Abadeer- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Re: Now we can do everything
Entre más la probaba, más iba sintiendo que creía su desesperación por estar dentro de ella, pero quería escucharla pedírselo. Era algo que no había planeado como tal, hacerla sentir que necesitaba tenerlo dentro por ese medio, pero ahora lo estaba pensando. No iba a dejar de lamerla hasta que ella le pidiera que se detuviera y solo lo haría para entrar en ella, porque no iba a aceptar otra cosa que no fuera eso. La quería para él, no lo había decidido así cuando la había visto la primera vez pero ahora estaba seguro.
No detenía los movimientos de su lengua porque ella estaba gimiendo. Le gustaba su sabor y todo lo que salía de su boca, habría seguido haciéndole lo mismo si ella hubiera querido porque quería complacerla, pero ella quería que entrara. Sin detenerse todavía, volvió a buscar dentro de sus bolsillos los preservativos. Tendría que haberlos llevado porque sino, sería un imbécil. Los encontró en un bolsillo que estaba a la altura de sus rodillas. Era un bastardo con suerte, como siempre había dicho su padre, era lo que era.
Lo abrió apresuradamente, se bajó los pantalones con la misma prisa y una vez protegido, tomó un poco a Siobhan por las piernas para movelar un poco, de manera que su cuerpo quedara a lo largo de la mesa y a él se le hiciera más fácil estar encima de ella. La acarició con los dedos antes, una vez más, antes de acercarse, besarle los pechos y ayudarse de su mano para poder entrar en ella en definitiva. No pudo contener un gemido de satisfacción total al sentirse dentro e ir siendo envuelto poco a poco por lo caliente y estrecho de su interior.
La besó inmediatamente después, porque no se cansaba de besarla y comenzó a moverse encima de ella, apoyándose en la superficie de la mesa y cuidando de no recargarle encima todo su cuerpo para no ahogarla. Le gustaba mucho, lo confirmaba cada que la miraba y había descubierto con agrado que también le gustaba su cuerpo, que lo podría recorrer un montón de veces más, que moría por verla en otras posiciones, con más luz, en otros escenarios. Pero se estaba adelantando de pura ansiedad.
Siguió moviéndose encima de ella, cerraba los ojos de repente como acto reflejo, pero la sensación era demasiado buena y la chica era demasiado guapa como para no querer verle la cara todo el tiempo. Quería escucharla gemir, sentirla moverse bajo su cuerpo, también quería sentir sus manos sobre él. No dejaba de besarla, con la misma ansiedad llena de hambre y de necesidad. Se sentía eufórico, como si se hubiera drogado, pero era solo efecto de ella. Quería decírselo, que era muy guapa, pero no podía porque de su boca solamente salían gemidos ahogados, residuos de su respiración entrecortada.
No detenía los movimientos de su lengua porque ella estaba gimiendo. Le gustaba su sabor y todo lo que salía de su boca, habría seguido haciéndole lo mismo si ella hubiera querido porque quería complacerla, pero ella quería que entrara. Sin detenerse todavía, volvió a buscar dentro de sus bolsillos los preservativos. Tendría que haberlos llevado porque sino, sería un imbécil. Los encontró en un bolsillo que estaba a la altura de sus rodillas. Era un bastardo con suerte, como siempre había dicho su padre, era lo que era.
Lo abrió apresuradamente, se bajó los pantalones con la misma prisa y una vez protegido, tomó un poco a Siobhan por las piernas para movelar un poco, de manera que su cuerpo quedara a lo largo de la mesa y a él se le hiciera más fácil estar encima de ella. La acarició con los dedos antes, una vez más, antes de acercarse, besarle los pechos y ayudarse de su mano para poder entrar en ella en definitiva. No pudo contener un gemido de satisfacción total al sentirse dentro e ir siendo envuelto poco a poco por lo caliente y estrecho de su interior.
La besó inmediatamente después, porque no se cansaba de besarla y comenzó a moverse encima de ella, apoyándose en la superficie de la mesa y cuidando de no recargarle encima todo su cuerpo para no ahogarla. Le gustaba mucho, lo confirmaba cada que la miraba y había descubierto con agrado que también le gustaba su cuerpo, que lo podría recorrer un montón de veces más, que moría por verla en otras posiciones, con más luz, en otros escenarios. Pero se estaba adelantando de pura ansiedad.
Siguió moviéndose encima de ella, cerraba los ojos de repente como acto reflejo, pero la sensación era demasiado buena y la chica era demasiado guapa como para no querer verle la cara todo el tiempo. Quería escucharla gemir, sentirla moverse bajo su cuerpo, también quería sentir sus manos sobre él. No dejaba de besarla, con la misma ansiedad llena de hambre y de necesidad. Se sentía eufórico, como si se hubiera drogado, pero era solo efecto de ella. Quería decírselo, que era muy guapa, pero no podía porque de su boca solamente salían gemidos ahogados, residuos de su respiración entrecortada.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Now we can do everything
Tenía un ritmo intermitente en cuanto a su respiración y entre cada tanto, unos gemidos se escapaban de su control. El cosquilleo a raíz de las caricias de Hákan en su sexo hacía que sentiera por todo su cuerpo entrara en una desesperación más grande, con más impaciencia de que él estuviera dentro de ella. Quería decirle o mejor dicho gritar a los cuatro vientos que lo hiciera, que lo necesitaba y estaba desesperada por ello, pero no pudo conseguir algo más que una respiración agitada sumado a una increíble dificultad para concentrarse en lo que quería decir.
Quería expresar una vez más su impaciencia por tenerlo dentro, aunque mucho antes de que pudiera tan siquiera empezar a pronunciar con claridad alguna vocal, el chico se había bajado los pantalones. Se mordió el labio mientras veía su entrepierna y se volvió a arquear cuando le siguió acariciando con sus dedos su sexo, más al roce que este le hacía con sus besos en su pecho, dando en general una sensación de calor, como si cada toque fuese una brasa que pasara por cada centímetro de su piel. Acomodó su cuerpo junto con la ayuda del chico su cuerpo para una mejor posición y que ambos estuvieran cómodos; siendo de ese modo el momento en que él entró.
Cuando lo hizo, ella dejó escapar otro alarido un poco más sonoro, mientras se sujetaba del cuello del chico. Hizo un ligero gesto de molestia, ya que en lo particular las entradas le eran un poco dolorosas, sobre todo en ese momento en el que sentía un poco más estrecha de lo habitual, pero una vez superado esto y comenzado un nuevo ritmo en un vaivén acompañado de unos besos eufóricos como sus movimientos, comenzó a relajarse de nuevo y a sentir el placer de sus cuerpos unidos. De esa misma forma, subió sus piernas y le rodeó la cadera al chico.
Su respiración por ende comenzaba a ser ya más frenética que el ritmo que comenzaban a llevar, donde su pecho se movía por inercia por el agite. Echó su cabeza para atrás y cada que exhalaba ya no era un torrente de aire desmesurado, sino que comenzaban los gemidos como tal. Ahora si no había porque contenerse, el placer que estaba sintiendo hacía que sus gemidos fueran más frecuentes y más sonoros cada vez. Le gustaba como se movía dentro de ella y quería que estuvieran todo el tiempo que se les otorgara. Le dio unos cuantos besos intercalados, mientras ejercía presión al momento de sujetarle por los hombros.
Le besó como pudo el cuello y nuevamente sus labios. Aunque ahora con un poco de capricho quería controlar el ritmo, aunque sea por unos segundos, solo que no sabía como hacerlo ya que cuando mucho podía formular una palabra y entre gemidos, que sí que los seguía haciendo, se le hacía un tanto difícil dar órdenes con claridad.
Quería expresar una vez más su impaciencia por tenerlo dentro, aunque mucho antes de que pudiera tan siquiera empezar a pronunciar con claridad alguna vocal, el chico se había bajado los pantalones. Se mordió el labio mientras veía su entrepierna y se volvió a arquear cuando le siguió acariciando con sus dedos su sexo, más al roce que este le hacía con sus besos en su pecho, dando en general una sensación de calor, como si cada toque fuese una brasa que pasara por cada centímetro de su piel. Acomodó su cuerpo junto con la ayuda del chico su cuerpo para una mejor posición y que ambos estuvieran cómodos; siendo de ese modo el momento en que él entró.
Cuando lo hizo, ella dejó escapar otro alarido un poco más sonoro, mientras se sujetaba del cuello del chico. Hizo un ligero gesto de molestia, ya que en lo particular las entradas le eran un poco dolorosas, sobre todo en ese momento en el que sentía un poco más estrecha de lo habitual, pero una vez superado esto y comenzado un nuevo ritmo en un vaivén acompañado de unos besos eufóricos como sus movimientos, comenzó a relajarse de nuevo y a sentir el placer de sus cuerpos unidos. De esa misma forma, subió sus piernas y le rodeó la cadera al chico.
Su respiración por ende comenzaba a ser ya más frenética que el ritmo que comenzaban a llevar, donde su pecho se movía por inercia por el agite. Echó su cabeza para atrás y cada que exhalaba ya no era un torrente de aire desmesurado, sino que comenzaban los gemidos como tal. Ahora si no había porque contenerse, el placer que estaba sintiendo hacía que sus gemidos fueran más frecuentes y más sonoros cada vez. Le gustaba como se movía dentro de ella y quería que estuvieran todo el tiempo que se les otorgara. Le dio unos cuantos besos intercalados, mientras ejercía presión al momento de sujetarle por los hombros.
Le besó como pudo el cuello y nuevamente sus labios. Aunque ahora con un poco de capricho quería controlar el ritmo, aunque sea por unos segundos, solo que no sabía como hacerlo ya que cuando mucho podía formular una palabra y entre gemidos, que sí que los seguía haciendo, se le hacía un tanto difícil dar órdenes con claridad.
Siobhan Abadeer- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Re: Now we can do everything
A Hákan le gustaba escucharla, poco parecía importarle si llegaban a escucharlos al otro lado de esas paredes, donde de todos modos todos parecían muy metidos en lo suyo. No quería que se contuviera en nada y tener ese estimulo auditivo ayudaba a que él mismo perdiera un poco los papeles. Lo llevaba a moverse más rápido e intentar llegar más profundo de ella.
Estaba también sobrestimulado por sus gestos, porque a cada segundo le parecía más guapa y seguía sintiéndose con demasiada suerte de poder apreciar su cuerpo sin una sola prenda encima, poder saber cómo se sentía estar dentro de ella y poder llamarla suya al menos durante lo que durara eso.
Quería consumirla por completo, apoderarse de cada espacio de su interior y hacerla gemir más, que le pidiera que no se detuviera en ningún momento. También quería sentirse atrapado por el movimiento de sus caderas, por la sensación de las piernas de Siobhan alrededor de su cuerpo, y del roce de su piel contra la de él.
Tenía una mano aferrada a la mesa para no perder el equilibrio y para no terminar por dejar caerle todo su peso, pero la otra viajaba sin parar por sus pechos y su cuello, por donde le era posible. Apretaba y acariciaba su piel queriendo fusionar sus manos con ella, por más imposible que pareciera.
No paraba de moverse, buscando los puntos donde todo parecía maximizarse, buscando dentro de ella también las formas de incrementar su placer, de hacerla explotar debajo de él y necesitarlo más, si era posible. Siguió moviéndose, sin advertir que ella quería dominar por un rato aunque él estaba abierto de todos modos a hacer todo lo que ella quisiera, si le pedía cambiar de posición, si quería que la besara más o que la tocara, la única opción que no podía contemplar era la de detenerse.
El placer iba aumentando, lo sentía en cada parte de su cuerpo, pero quería aguantar no solo por orgullo, sino por esperar con ansias a que ella terminara, quería sentirla temblar violentamente antes de correrse él mismo. Nunca había sido egoísta en esas cosas, también encontraba estimulante escuchar a las niñas correrse, la manera peculiar en la que te apresaban y temblaban cuando lo hacían.
Buscó sus labios. –Pídeme lo que quieras- le dijo entre gemidos entrecortados, refiriéndose a un contexto muy general. No paraba de moverse, no existía el cansancio, ni estaba planeando a corto plazo terminar con eso.
Estaba también sobrestimulado por sus gestos, porque a cada segundo le parecía más guapa y seguía sintiéndose con demasiada suerte de poder apreciar su cuerpo sin una sola prenda encima, poder saber cómo se sentía estar dentro de ella y poder llamarla suya al menos durante lo que durara eso.
Quería consumirla por completo, apoderarse de cada espacio de su interior y hacerla gemir más, que le pidiera que no se detuviera en ningún momento. También quería sentirse atrapado por el movimiento de sus caderas, por la sensación de las piernas de Siobhan alrededor de su cuerpo, y del roce de su piel contra la de él.
Tenía una mano aferrada a la mesa para no perder el equilibrio y para no terminar por dejar caerle todo su peso, pero la otra viajaba sin parar por sus pechos y su cuello, por donde le era posible. Apretaba y acariciaba su piel queriendo fusionar sus manos con ella, por más imposible que pareciera.
No paraba de moverse, buscando los puntos donde todo parecía maximizarse, buscando dentro de ella también las formas de incrementar su placer, de hacerla explotar debajo de él y necesitarlo más, si era posible. Siguió moviéndose, sin advertir que ella quería dominar por un rato aunque él estaba abierto de todos modos a hacer todo lo que ella quisiera, si le pedía cambiar de posición, si quería que la besara más o que la tocara, la única opción que no podía contemplar era la de detenerse.
El placer iba aumentando, lo sentía en cada parte de su cuerpo, pero quería aguantar no solo por orgullo, sino por esperar con ansias a que ella terminara, quería sentirla temblar violentamente antes de correrse él mismo. Nunca había sido egoísta en esas cosas, también encontraba estimulante escuchar a las niñas correrse, la manera peculiar en la que te apresaban y temblaban cuando lo hacían.
Buscó sus labios. –Pídeme lo que quieras- le dijo entre gemidos entrecortados, refiriéndose a un contexto muy general. No paraba de moverse, no existía el cansancio, ni estaba planeando a corto plazo terminar con eso.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Now we can do everything
"Ahhhhh" Era lo único que lograba pronunciar desde el momento en que el chico empezó a acelerar más el ritmo de sus caderas que en cierta perspectiva parecía no tener ningún fin. Sentía como todos los objetos que estaban en la mesa temblaban y algunos más se cayeron ante aquel agite de un sabor caóticamente placentero. Sus gemidos inundaban cada vez más cualquier parte en silencio del lugar, así como todo lo de Hákan hacia ella en donde ahora la fricción entre sus pieles era dueña de la situación y el calor se hacía embriagador.
Todo su cuerpo se agitaba y llegaba momentos en que perdía la noción del tiempo y del espacio, pues la verdad era que ni le interesaba el día, la hora, el lugar, ya que no había manera de que algún pensamiento ajeno llegara a arruinar algo, aunque aún tenía la ligera sensación de querer dominar, no porque no le agradara el frenesí actual, sino porque en primera prioridad no quería correrse tan rápido, prologando como fuera posible todo.
Atrapó la mano del chico la cual estaba acariciando toda el área de su pecho por un momento, para luego deslizarla hasta su boca en donde besó como pudo los dedos, para después darle unas cortas lamidas en ellos y posterior chuparlos un poco o hasta donde los movimientos cargados de poder que le propiciaba el chico le dejaban. Al finalizar el jugueteo con su mano, las de Siobhan se dirigieron al rostro de él y acercarlo al suyo, buscando sus labios para darle un beso más a la colección que ya tenían antes, de manera tal que luego se acercó a sus mejillas hasta llegar a la zona del cuello y oído. Le dio otro beso más y luego se acercó a su oído, para indicarle que quería estar un momento arriba, por lo que abrió su boca unos cuantos gemidos antes.
- Quiero... estar...a-a-arriba ahh - Logró indicarle antes de que se pudiera arquear otra vez. Y dicho eso (si me permites), sintió como nuevamente esa fuerza que tenía Hákan la acomodó como pudo, quedando él debajo, terminando de tumbar los objetos de la mesa sin querer y ahora dando un nuevo ángulo en su vista. De esa forma, sus manos le recorrieron el torso al chico aprovechando que podía besar esa zona con más tranquilidad y luego se volvió a erguir, buscando un punto en el que pudiera tener más profundidad antes de mover sus caderas estando en esa posición. De esta forma, una vez encontrado se inclinó nuevamente a su rostro sin cansarse de besarlo para empezar a dominar el ritmo que si bien era más lento que el de él, pero con más precisión y profundidad. Sus caderas agitándose sobre las de él, de manera que poco a poco se acercaba a lo que vendría siendo un orgasmo.
Su ritmo fue en aumento y de momento duró unos cuantos segundos con los ojos cerrados ya que del resto del cuerpo se sentía ajena a sus acciones. Sus gemidos ahora eran incontrolables, de manera que sus movimientos empezaron a descender y una sensación liberadora se estaba acercando. Se inclinó todavía más sobre él llegando al punto en que sin pensarlo, estando así le podía besar sus pechos sin mayor dificultad. Por alguna razón quería estar lo más cerca de él para cuando llegara el momento, agitó sus caderas por última vez hasta que sus músculos inferiores se relajaron, llevando consigo una liberación de energía de todo su cuerpo.
Todo su cuerpo se agitaba y llegaba momentos en que perdía la noción del tiempo y del espacio, pues la verdad era que ni le interesaba el día, la hora, el lugar, ya que no había manera de que algún pensamiento ajeno llegara a arruinar algo, aunque aún tenía la ligera sensación de querer dominar, no porque no le agradara el frenesí actual, sino porque en primera prioridad no quería correrse tan rápido, prologando como fuera posible todo.
Atrapó la mano del chico la cual estaba acariciando toda el área de su pecho por un momento, para luego deslizarla hasta su boca en donde besó como pudo los dedos, para después darle unas cortas lamidas en ellos y posterior chuparlos un poco o hasta donde los movimientos cargados de poder que le propiciaba el chico le dejaban. Al finalizar el jugueteo con su mano, las de Siobhan se dirigieron al rostro de él y acercarlo al suyo, buscando sus labios para darle un beso más a la colección que ya tenían antes, de manera tal que luego se acercó a sus mejillas hasta llegar a la zona del cuello y oído. Le dio otro beso más y luego se acercó a su oído, para indicarle que quería estar un momento arriba, por lo que abrió su boca unos cuantos gemidos antes.
- Quiero... estar...a-a-arriba ahh - Logró indicarle antes de que se pudiera arquear otra vez. Y dicho eso (si me permites), sintió como nuevamente esa fuerza que tenía Hákan la acomodó como pudo, quedando él debajo, terminando de tumbar los objetos de la mesa sin querer y ahora dando un nuevo ángulo en su vista. De esa forma, sus manos le recorrieron el torso al chico aprovechando que podía besar esa zona con más tranquilidad y luego se volvió a erguir, buscando un punto en el que pudiera tener más profundidad antes de mover sus caderas estando en esa posición. De esta forma, una vez encontrado se inclinó nuevamente a su rostro sin cansarse de besarlo para empezar a dominar el ritmo que si bien era más lento que el de él, pero con más precisión y profundidad. Sus caderas agitándose sobre las de él, de manera que poco a poco se acercaba a lo que vendría siendo un orgasmo.
Su ritmo fue en aumento y de momento duró unos cuantos segundos con los ojos cerrados ya que del resto del cuerpo se sentía ajena a sus acciones. Sus gemidos ahora eran incontrolables, de manera que sus movimientos empezaron a descender y una sensación liberadora se estaba acercando. Se inclinó todavía más sobre él llegando al punto en que sin pensarlo, estando así le podía besar sus pechos sin mayor dificultad. Por alguna razón quería estar lo más cerca de él para cuando llegara el momento, agitó sus caderas por última vez hasta que sus músculos inferiores se relajaron, llevando consigo una liberación de energía de todo su cuerpo.
Siobhan Abadeer- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Re: Now we can do everything
La petición de Siobhan no podía ser más acertada. Aunque por un momento Hákan se había perdido en lo que sentía, estaba todavía lúcido como para cumplirle a Siobhan lo que pedía y además, sentir ansias por poder verla desde esa perspectiva, que le daría una visión completamente diferente del cuerpo de Siobhan. La tomó por la cintura y con decisión, hizo que fuera él quien tuviera la espalda contra la mesa y ella estuviera en una posición completamente dominante. No cerró los ojos ni un segundo y otra vez se le agolpó en la cabeza la idea de que Siobhan era demasiado guapa. Y le gustaba escucharla gemir, saber que era de las que daban rienda suelta a eso sin un atisbo de vergüenza. Desde esa posición podía besarla cuando ella quería, podía acariciar sus pechos sin parar y cuando se inclinaba sobre él, podía volver a probarlos con su boca.
Darse cuenta de que estaba corriéndose encima de él, provocó que su momento llegara mucho más rápido. Se sintió incapaz de controlar por mucho más tiempo todo eso. Y terminó corriéndose también sin poder evitarlo más. La tomó fuerte por la cadera mientras su cuerpo temblaba por completo. Entonces sí cerró los ojos y se perdió por un momento en esa sensación, otra vez olvidándose de todo. Al abrirlos sentía su respiración todavía muy agitada, que sus piernas estarían lo suficientemente débiles como para intentar pararse aunque fuera solo sensación.
Otra vez le acarició el cabello a Siobhan y luego la atrajo jalándola por la nuca para besarla. Ya no lo hacía con tanta urgencia no porque su deseo por ella hubiera bajado, pero estaba en periodo de recuperación. Se tomó el tiempo para recorrer su cuerpo con las manos. Su acercamiento a ella había sido totalmente casual y sabía que lo mejor era mantener lo que tenían ese estricto tono a menos que ella demostrara lo contrario, pero eso no dictaba que fuera a quitársela de encima luego de haber cumplido el objetivo primario.
-Eres muy guapa-Se lo dijo por fin aunque lo hubiera estado pensando en todo lo que iba de la noche. Y él ni siquiera estaba borracho, así que su encuentro no era estrictamente consecuencia de una fiesta donde el alcohol hubiera corrido raudo y veloz, al menos no lo había hecho por sus venas. Sentía el peso de su cuerpo sobre el de él, pero no le molestaba, lo encontraba agradable y le daba opción para poderla seguir tocando.
Darse cuenta de que estaba corriéndose encima de él, provocó que su momento llegara mucho más rápido. Se sintió incapaz de controlar por mucho más tiempo todo eso. Y terminó corriéndose también sin poder evitarlo más. La tomó fuerte por la cadera mientras su cuerpo temblaba por completo. Entonces sí cerró los ojos y se perdió por un momento en esa sensación, otra vez olvidándose de todo. Al abrirlos sentía su respiración todavía muy agitada, que sus piernas estarían lo suficientemente débiles como para intentar pararse aunque fuera solo sensación.
Otra vez le acarició el cabello a Siobhan y luego la atrajo jalándola por la nuca para besarla. Ya no lo hacía con tanta urgencia no porque su deseo por ella hubiera bajado, pero estaba en periodo de recuperación. Se tomó el tiempo para recorrer su cuerpo con las manos. Su acercamiento a ella había sido totalmente casual y sabía que lo mejor era mantener lo que tenían ese estricto tono a menos que ella demostrara lo contrario, pero eso no dictaba que fuera a quitársela de encima luego de haber cumplido el objetivo primario.
-Eres muy guapa-Se lo dijo por fin aunque lo hubiera estado pensando en todo lo que iba de la noche. Y él ni siquiera estaba borracho, así que su encuentro no era estrictamente consecuencia de una fiesta donde el alcohol hubiera corrido raudo y veloz, al menos no lo había hecho por sus venas. Sentía el peso de su cuerpo sobre el de él, pero no le molestaba, lo encontraba agradable y le daba opción para poderla seguir tocando.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Now we can do everything
El alivio luego de haber liberado toda aquella tensión que se había formado momentos atrás era totalmente embriagadora y altamente deliciosa. Pero quizá lo que más le hacía entrar en regodeo era que él también había llegado casi al mismo tiempo que ella, y lo sabía precisamente por la baja del ritmo abrupto que hubo de repente. Más sin embargo, se había quedado aún encima de él recibiendo las caricias posteriores que este le estuviera brindando. Le sonrió y se dejó guiar por él una vez más para recibir otro beso más, lo cual hizo que decretara internamente que no importa el tiempo que pasara con él, de verdad no se iba a cansar de rozar sus labios. Disfrutó todavía más de aquel beso que estaba lleno de calma, sumado a que le dio unos cuantos toqueteos más a su dorso con suma ligereza casi como si quisiera pasarle la punta de una pluma.
Su respiración agitada estaba a empezando a normalizarse, mientras aquella sensación grata seguía en su apogeo. Siobhan era una chica que pocos encuentros como esos se habían dado, puesto que tener alguna relación sexual casual nunca había sido su mayor especialidad, más que todo porque nunca se había tomado la molestia de dejarse llevar por la ocasión y francamente podría volver a repetirlo si todas las veces que se decidía por la aventura terminaran así. Le gustaba el chico y aunque para muchas personas le bastara con el simple hecho de saber como lo hacía en la cama, era suficiente, para ella ocurría todo lo contrario, ya que ahora si tenía la necesidad de conocerlo todavía más a fondo, aunque le daba un 10/10 en la primera parte.
Le sonrió de manera amena mientras escuchaba como aquel halago hacía que se sintiera más contenta de lo usual.
- Y tú eres increíble - Le respondió de una manera bastante natural - También me pareces muy guapo - Y se lo decía en serio, porque la verdad era ahora en ese instante que no se había dado cuenta de lo atractivo que era, así como también el azul tan vivaz de sus ojos. Le gustaba. Miró a su alrededor como todo estaba fuera de su sitio, por lo que si habían logrado desorganizar un tanto el estudio del hombre lobo, rió internamente sobre eso, le miró nuevamente a sus ojos para dirigirle un nuevo beso un poco más tierno, así como más corto y luego retirarse por completo de él. La única desventaja evidente es que la mesa no permitía recostarse al lado del chico aunque sea por unos cinco minutos más, lo cual hubiera hecho, pero no se podía.
Ahora venía una parte que en particular le parecía incómoda que no precisamente se trataba de cómo dirigirle la palabra luego de tener sexo como le pasaba a muchas personas, sino el tener que buscar por la habitación su ropa interior y demás prendas que quedaron todavía más lejos, como su abrigo que si bien Hákan lo había lanzado llegando casi a la otra esquina de la habitación evidenciado la molestia que tenía sobre la prenda y que ahora si le daba un tanto de risa de la buena forma, pero sin duda quedaba grabado en su mente como algo genial para recordar.
- Esto sonará extraño - Dijo una vez puesta su ropa interior para ponerse los pantalones - ¿Te parece bien si salimos? No como una cita, sino como algo más casual, porque la verdad queda pendiente las clases de islandés - Bromeó un poco, aunque la verdad si le gustaría tener más contacto con él, ya que a Siobhan no se le daba bien las frivolidades ni nada por el estilo; por supuesto, con eso tenía más excusa para verlo y quien sabe, para repetir lo que acababan de hacer.
Su respiración agitada estaba a empezando a normalizarse, mientras aquella sensación grata seguía en su apogeo. Siobhan era una chica que pocos encuentros como esos se habían dado, puesto que tener alguna relación sexual casual nunca había sido su mayor especialidad, más que todo porque nunca se había tomado la molestia de dejarse llevar por la ocasión y francamente podría volver a repetirlo si todas las veces que se decidía por la aventura terminaran así. Le gustaba el chico y aunque para muchas personas le bastara con el simple hecho de saber como lo hacía en la cama, era suficiente, para ella ocurría todo lo contrario, ya que ahora si tenía la necesidad de conocerlo todavía más a fondo, aunque le daba un 10/10 en la primera parte.
Le sonrió de manera amena mientras escuchaba como aquel halago hacía que se sintiera más contenta de lo usual.
- Y tú eres increíble - Le respondió de una manera bastante natural - También me pareces muy guapo - Y se lo decía en serio, porque la verdad era ahora en ese instante que no se había dado cuenta de lo atractivo que era, así como también el azul tan vivaz de sus ojos. Le gustaba. Miró a su alrededor como todo estaba fuera de su sitio, por lo que si habían logrado desorganizar un tanto el estudio del hombre lobo, rió internamente sobre eso, le miró nuevamente a sus ojos para dirigirle un nuevo beso un poco más tierno, así como más corto y luego retirarse por completo de él. La única desventaja evidente es que la mesa no permitía recostarse al lado del chico aunque sea por unos cinco minutos más, lo cual hubiera hecho, pero no se podía.
Ahora venía una parte que en particular le parecía incómoda que no precisamente se trataba de cómo dirigirle la palabra luego de tener sexo como le pasaba a muchas personas, sino el tener que buscar por la habitación su ropa interior y demás prendas que quedaron todavía más lejos, como su abrigo que si bien Hákan lo había lanzado llegando casi a la otra esquina de la habitación evidenciado la molestia que tenía sobre la prenda y que ahora si le daba un tanto de risa de la buena forma, pero sin duda quedaba grabado en su mente como algo genial para recordar.
- Esto sonará extraño - Dijo una vez puesta su ropa interior para ponerse los pantalones - ¿Te parece bien si salimos? No como una cita, sino como algo más casual, porque la verdad queda pendiente las clases de islandés - Bromeó un poco, aunque la verdad si le gustaría tener más contacto con él, ya que a Siobhan no se le daba bien las frivolidades ni nada por el estilo; por supuesto, con eso tenía más excusa para verlo y quien sabe, para repetir lo que acababan de hacer.
Siobhan Abadeer- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Re: Now we can do everything
Hákan no se levantó inmediatamente aunque la mesa fuera incómoda. El momento en que Siobhan decidió levantarse para buscar su ropa, él lo aprovechó para quedarse ahí como si nada, mirándola mientras se paseaba por la habitación buscando sus cosas que habían quedado regadas en distintos lugares.
Eso solo lo hizo para confirmar que le gustaba su cuerpo, que tenía buenas caderas, que sus pechos tenían buena proporción y que el color de su piel, aunque lo viera entre sombras por la oscuridad era también agradable a la vista, más que eso. Tuvo el impulso de correr por la habitación buscando el apagador para verla a plena luz aunque fuera artificial pero se quedó donde estaba y cuando se volvió a mover fue para buscar su ropa también.
Allá afuera se escuchaba más tranquilo que antes, o sea que ya todos estaban muy borrachos hasta como para hacer ruido o Joseph ya se había ido de la fiesta. Se puso los bóxers y los pantalones, pero se demoró en encontrar su camiseta que en realidad había quedado cerca de la puerta. Pegó la oreja para escuchar, seguían oyéndose muchas voces, pero de verdad todo estaba menos ruidoso, o él estaba todavía ensimismado con los gemidos de Siobhan que se le iban a quedar en la cabeza mucho rato.
La volteó a ver de frente porque ella volvía a hablar, pero lo que le pidió no sonaba tan extraño como ella pensaba. Verla a medio vestir solo le provocaban ganas de querer volver a desnudarla y tuvo que enfocarse para no perder la cabeza y concentrarse en lo que decía ella, porque de lo contrario parecería un desinteresado que solo quería metérsela y las cosas no eran tan rústicas como eso.
No entendía cuál era la diferencia entre salir y una cita, para él las dos cosas eran lo mismo, ¿se estaba refiriendo ella a solo salir y follar? ¿a que no hubiera compromisos de por medio? Odiaba cuando el lenguaje se le interponía tan estúpidamente porque podía estar malinterpretándolo todo.
-Claro, cuando tú quieras, desde mañana mismo-Ya que no le quedaba claro qué quería decir Siobhan y no pensaba preguntar para no verse como un ignorante solo dijo que sí, que sí a todo lo que dijera y ya, lo averiguaría con el tiempo.
Eso solo lo hizo para confirmar que le gustaba su cuerpo, que tenía buenas caderas, que sus pechos tenían buena proporción y que el color de su piel, aunque lo viera entre sombras por la oscuridad era también agradable a la vista, más que eso. Tuvo el impulso de correr por la habitación buscando el apagador para verla a plena luz aunque fuera artificial pero se quedó donde estaba y cuando se volvió a mover fue para buscar su ropa también.
Allá afuera se escuchaba más tranquilo que antes, o sea que ya todos estaban muy borrachos hasta como para hacer ruido o Joseph ya se había ido de la fiesta. Se puso los bóxers y los pantalones, pero se demoró en encontrar su camiseta que en realidad había quedado cerca de la puerta. Pegó la oreja para escuchar, seguían oyéndose muchas voces, pero de verdad todo estaba menos ruidoso, o él estaba todavía ensimismado con los gemidos de Siobhan que se le iban a quedar en la cabeza mucho rato.
La volteó a ver de frente porque ella volvía a hablar, pero lo que le pidió no sonaba tan extraño como ella pensaba. Verla a medio vestir solo le provocaban ganas de querer volver a desnudarla y tuvo que enfocarse para no perder la cabeza y concentrarse en lo que decía ella, porque de lo contrario parecería un desinteresado que solo quería metérsela y las cosas no eran tan rústicas como eso.
No entendía cuál era la diferencia entre salir y una cita, para él las dos cosas eran lo mismo, ¿se estaba refiriendo ella a solo salir y follar? ¿a que no hubiera compromisos de por medio? Odiaba cuando el lenguaje se le interponía tan estúpidamente porque podía estar malinterpretándolo todo.
-Claro, cuando tú quieras, desde mañana mismo-Ya que no le quedaba claro qué quería decir Siobhan y no pensaba preguntar para no verse como un ignorante solo dijo que sí, que sí a todo lo que dijera y ya, lo averiguaría con el tiempo.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
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