Kyoudai 兄弟

Casi un año de viajar sola por Europa tendría que haberle dado la experiencia suficiente para ir de la estación de Hogsmeade a Brigantia, pero no. Haruka me pedía que fuera por ella, lo que significaba que más que de verdad necesitar que fuera, estaba algo así como poniendo una tregua a su vida disipada. O eso, o traía algo entre manos, por que mi hermana tenía ese buen don de no parecer estar diciendo lo que realmente quiere decir.

La vi en la estación con menos cosas de las que esperaba, preguntándole si necesitaba dinero para comprar más ropa o algo así. Se ofendió pensando que le había querido decir que se veía fatal en esos harapos, cosas que nunca dije, y nos hizo a ambos empezar muy mal nuestra primera reunión en varios meses. Le dije que necesitaba un trago y con toda la mala intención del mundo la quise llevar a un lugar feo, y donde dejaran fumar dentro, para que comprobara que seguía fumando, quizás más incluso de lo que ya lo hacía en el Japón.

Yo llevaba sus cosas como buen hermano mayor y estuve tentado a entrar a ese lugar de mala muerte llamado Cabeza de Puerco pero después me decidí por La Tármica, que tampoco se veía muy lindo. Después de preguntarle si necesitaba dinero, se lo pregunté de nuevo, lo que era raro hacer llevándola al lugar donde menos iba a gastar en ella. No tenía prisa por que llegara a Brigantia, y de hecho antes de poner un pie en la Universidad quería saber exactamente cuáles eran sus planes de vida, cosa difícil tratándose de ella.

-¿En qué carrera te matriculaste, al menos me dirás?

Se lo pregunté después de pedir dos cervezas, y ponerle una enfrente. Otra costumbre de hermano mayor, ordenar siempre por ella. Le ofrecí un cigarrillo antes de encender el mío, que traía entre los labios. Por supuesto nos hablábamos en japonés, o bueno, esperaba que me respondiera en japonés pero era capaz de hacerlo en inglés sólo por molestar. Quién sabe, quizás viajar la había hecho una mujer nueva y sería toda dulzura. Ya lo averiguaría.

A casi un año de andar viajado, su madre le había dado el ultimátum de que o bien se volvía a Japón donde juntas buscarían algo que Haruka quisiera hacer o bien empezaba a procurarse la vida por sus propios medios, por alguna cuestión extraña de que a su madre le habían llegado rumores inadecuados o quizá por un par de promesas que Hakura había pactado con ella, y nadie más, antes de emprender el viaje y que la chica no cumplió al pie de la letra…

La cuestión era que, hacía semanas que estaba en Londres, con el viaje estancado viviendo de prestado, sin un galeon, una libra o un euro en los bolsillos. También le habían robado un par de veces, pero esa no era excusa para su paupérrima situación económica, sino que la cuestión residía en la cantidad de gastos excesivos que le había ocurrido sin querer hacerse cargo y que además su madre no iba a seguir financiando. Esa era el punto, necesitaba un intermediario entre ella misma y Japón, y no conocía otra persona mejor que su hermano siempre dispuesto.

Porqué, si era eso simplemente, no le había aceptado el dinero de buenas a primera y en cambio se había hecho la ofendida? Pues… porque 2 o 100 galeons no le solucionaban su problema. Necesitaba un plan completo que incluyera no volver a Japón, hacer lo que le diera la gana, y no menos importante asegurarse la comida y la vestimenta limpia a largo plazo. Y para lo que tenía pensado necesitaba a Akira, y lo necesitaba predispuesto.

- Porque hablas en japonés? – respondió en ese idioma con rostro indignado pero aceptándole el cigarrillo – nos mirarán más raro de lo que ya lo hacen – Negó con el rostro antes de estirarlo para que Akira le encendiera el tabaco. Expiró la bocanada de humo hacía un costado observando un poco el panorama del sitio que su hermano había elegido, y continuó hablando en japonés, porque ya obvia la cuestión dar pasos hacia atrás era una tontería.

- Claro que te diré… me apliqué para ciencias del universo y me aceptaron… pero técnicamente no estoy matriculada aun – desvió la mirada hacia la cerveza y le dio un largo trago, dejando ver que estaba algo nerviosa pues suponía el discursito infame que recibiría en breve cuando terminara de explicar lo mínimo indispensable a su hermano. Algo que tenía bien en claro Haruka era que, cuanto menos supiera el otro, mejor. Aunque en este caso tendría que explayarse en varias cosas.

– tu madre no quiso enviarme el dinero para la matricula, porque no creía que fuera asistir, pero aquí estoy. – y le sonrió ladeando el rostro y exponiendo las palmas, para luego volverse a llevar el cigarrillo a los labios. – Así que tu podrías escribirle y convencerle… por favor ¿?-

Sabía que lo del idioma era sólo por joder, le gustaba hacer eso. Quise contestarle algo con mucha parsimonia, muy cerebral, algo como "En Brigantia hay gente de muchas nacionalidades, nadie nos mirará raro" pero no lo hice, por que ya le daba muchas respuestas así que de todos modos no significaban gran cosa para ella. Además ¿Nos veían raro? ¿Quién nos veía raro? Miré alrededor al lugar semi-vacío poniéndome algo incómodo, después de extenderle el fuego. Al menos no me había respondido en inglés.

Así que ciencias del Universo. Sabía que iba a terminar en una carrera de Arianrhod, o quizás en Cerridwen, pero tendría que ser el Periodismo. También le di un largo trago a la cerveza meditando lo que decía sobre su aceptación pero falta de matrícula. Empezaba a intuír por dónde iban las cosas, y cuando mencionaba a "mi madre" tenía mi respuesta. Seguramente habían decidido no enviarle más dinero para hacer de su vida un desastre y medio, y hasta cierto punto entendía la decisión. Desconfiaba un poco de su determinación por estudiar así tan de pronto, pero eso era mejor que nadie.

-Esto es tu último recurso ¿Verdad?

Sonreí con un poco de condescendencia y también fumé, mirándola por varios segundos. La verdad era que no estaba mal, su último recurso podría haber sido unirse a una comuna muggle ultra-liberal en Holanda, dedicarse a fumar hierba y a parir hijos de padres desconocidos. Que su idea fuera matricularse en Brigantia para seguir gozando de la manutención familiar era una ventaja por que hasta cierto punto la Universidad tenía cierto nivel de exigencia y tampoco le iban a permitir simplemente no estar en el campus y presentarse a sus clases, al menos.

-Sólo ayúdame a pensar en un buen argumento, que suene como algo que dirías tú, para convencerla de que no estarás haciéndola perder su tiempo. Y su dinero.

- tengo más recursos. - dijo de inmediato a la defensiva. Tampoco que Akira se creyera con tanto poder sobre ella, que aunque estuviera sin un galeon no le rogaría nada. Podía portarse educada con él y confiarle cosas, pedirle de buen modo ayuda, pero no rogarle, porque como bien él ya sabría, ella saldría huyendo ofendida en cuanto Akira la presionase demaciado, o le demostrase en la cara defectos y errores que había cometido.

- Para empezar dile que estoy aqui, contigo y que es cierto que tengo el papeleo. - tomó uno de sus bolsos y puso mil cosas sobre la mesa hasta que encontró los papeles correspondientes, con el sello brigante reluciente pero hechos un bollo arrugado, extendiendoselos a su hermano. No mentía, se había anotado y había sido aceptada. También podía mandarle esos papeles a su madre, pero la morocha no quería seguir discutiendo con su progenitora, prefería por mucho hablar con quien lo estaba haciendo. - Podrías sumar que estoy encantada con la idea de estudiar que te he tenido horas hablandote de las maravillas de Brigantia y de las ciencias esas... Y que no le he escrito yo misma porque "tipico de Haruka" estoy muy ofendida con ella.

Ahi empezaban las exageraciones. No es que Haruka no hubiera escuchado en sus viajes lo fantástico de Brigantia, y algo de curiosidad no le hubiera entrado, pero no iba a admir en voz alta que estaba dándole una oportunidad a la educación en su vida, y por tal no iba a pasarse horas hablando de aquello. Lo de ciencias del universo fue por descarte, Haruka gustaba mucho de la magia referente a los elementos básicos, aire y tierra sus favorito, y siempre había demostrado un interes especial por las tranformaciones, cuestionando desde el vamos las 5 leyes.

- Tu tampoco me crees, no?. No crees que podría aplicarme ni un poco en el estudio... Por que lo haces entonces... porque pareces decidio a ayudarme? - Estrategia de sentarlo a él en el banquillo de los acusados. Cuales eran las intenciones de Akira? Porque la ayudaba si veía aquello como otro capricho de su hermana para seguir haciendo de su vida un torbellino de nadas?.

Ahí estaba el orgullo que siempre la había caracterizado y que con toda intención había querido sacar, por que si no tenía eso entonces sí que me empezaría a preocupar por mi hermana. Quizás sí le interesaba al menos un poco la carrera que había elegido. Yo tenía muy claro que no me estaba rogando y de hecho me decepcionaría un poco que lo hiciera, así que sólo sonreí con mustiedad y volví a beber cerveza, demorándome mucho en responderle para desesperarla un poco.

Otra calada a mi cigarrillo hizo todavía más tiempo mientras mis ojos se posaban en los de ella, meditando sobre la respuesta que me había dado. No sabía si madre iba a creerme el asunto de estar encantada con la Universidad, vuelta loca de contenta y entusiasmada hasta la muerte por estudiar. Eso no sonaría muy creíble pero hasta cierto punto podía funcionar decirle un poco de eso y un poco de la verdad, que no nos importaba realmente saber de los motivos de Haruka mientras hiciera algo con su vida además de estar errando por el mundo con quién sabe qué ideas en la cabeza.

-¿Ofendida con ella?

No quería que elaborara la respuesta. Eso era más bien un regaño, por que yo pensaba que madre le había tenido suficiente paciencia y aunque ella no supiera, era la que abogaba con padre para que no se pusiera más estricto y le pusiera una reprimenda al viejo estilo samurái o algo así. Fruncí el ceño cuando se ponía una vez más algo defensiva con eso de que no le creía y demás, victimizándose un tanto a mi manera de ver las cosas.

-Por que eres mi hermana, por eso. Y sé que puedes aplicarte, en la familia no hay ningún tonto, ni ningún holgazán. Sólo es que eres una terca, pero creo que eso nunca se te va a quitar.

Y también me daba gusto verla.

Los tiempos que se tomaba Akira le desesperaban, así eran sus padres también, pero ella aunque veía virtud en esa forma de comportarse y en los efectos que producía en el diálogo con el otro, como sumar tensiones, o hacer interesante el silencio, o de plano: trasmitir una imagen sólida y confiada pero a la vez reflexiva, no podía imitarlo. Era mucho más inquieta que la mujer japonesa promedio y se desesperaba por nada, haciendo esfuerzo a ceño fruncido para aguardar los momentos eternos, sin saltarle a la yugular o increparle respuestas.

SI! ofendida, aunque no tuviera justificación para aquel sentimiento y no respondiera más que con un escueto asentimiento del rostro entre caladas a su cigarrillo. De seguro que Midori era quien de un modo u otro le había procurado libertades que hoy le permitían a Haruka estar haciendo de su vida la nada misma, porque lo sabía es que a su padre no lo había mencionado en ningún momento. Amaba a su padre como correspondía, pero con él el dialogo era imposible desde hacía tiempo, nada que no fuera irreversible, pero hoy por hoy complicadísimo.

- pues… gracias. – le respondió algo descolocada por las palabras de su hermano, algo alagada también, pues en vez de elogiar las capacidades que Haruka debía tener en algún sitio, Akira simplemente podría haber dicho otra cosa referente a que lo hacía por llevar paz a la vida de sus padres, o por quién sabe que. Bajó la mirada y tomó su cerveza con una calma nueva-… voy a estudiar. - Sentenció separando los labios de su jarro, como prometiendo que los esfuerzos que Akira hiciera no serían en vano.

Sonrió apenas y le tomó una mano. Capaz y hasta estaban llegando al punto donde Haruka aflojaba sus modos por un momento, para dar paso a la sensatez y cordialidad. – me alegra verte bien, después de tanto… hace cuanto que no nos encontrábamos?... – le soltó la mano, pero decidió contarle un poco de sus elecciones y vida – Elegí Ciencias pues me interesa, aunque luego me enteré de que el profesor anterior está de baja y pues… mejor!, es la buena suerte que me acompaña…. Tu sabes que hacer llover me es muy natural – Alzó los hombros, pues era una graciosa anécdota familiar cuando la primera demostración mágica de Haruka empapó de improviso la sala de estar de la casa, donde funcionarios mágicos muy serios tomaban el te, y nadie sabía muy bien si disculparse con los invitados o hacer una fiesta. Días después, uno de aquellos funcionarios había mandado un presente conmemorativo y las reprimendas pasaron al olvido.

- que tal tu carrera?... te gusta o la medimagia occidental es muy diferente a la nuestra? – y si, lo dijo con un aire de desaprobación, donde “deferente” hubiera podido ser remplazado por “inferior”. Si bien Hakura era conocida por renegar del orientalismo, la vida que le habían procurado sus padres, la hacían lo que hoy era con sus pros y sus contras y mantenía cierto respeto que solo demostraba en ocasiones por los oficios y creencias de sus padres. – cuéntame de Brigantia… como es?

Era como si Haruka pudiera de cierta forma leerme la mente, lo sentí cuando tomaba mi mano aunque lo hiciera de manera fugaz, dándome cuenta de que después de todo ese tiempo y esa aparente tensión familiar de su falta de ambición crónica, como decía padre, la había extrañado, la quería como a nadie y me daba gusto tenerla cerca, aunque fuera para estarla fastidiando todo el tiempo.

-Aproximadamente un año, nezumi. Y sí, esa facultad te gustará, sus métodos de aprendizaje no son los comunes, alguna vez intenté entrar a Magia del Mundo, pero me intoxiqué con tanto incienso.

Me reí, por que de inmediato tecordé la anécdota de la lluvia y le di otro trago a la cerveza, poniéndome de súbito muy optimista respecto a mi hermana en la Universidad. Le di la última calada a mi cigarrillo antes de apagarlo en el raquítico cenicero que había ahí. En ese momento pasó un mago de lo más extraño que llevaba a un cerdo tamaño perro como mascota y se dirigía al baño de hombres. Lo seguí con la mirada por que era imposible no hacerlo. Volví a la conversación en un par de rápidos parpadeos.

-Pues es interesante... hay muchos puntos en común, pero los materiales y procedimientos son un tanto diferentes. No querrás oír de eso... mejor te cuento que es un gran campus, famoso por tener una especie de nodo mágico, una fuente de poder ancestral o algo así. Hay un bar en el campus, paso buen tiempo ahí, a veces hablo con el tipo de la barra y... no sé, aparentemente hay fiestas todo el tiempo, pero he ido a pocas. Gente de todo el mundo, yo que sé, te gustará.

Cada quién hacía su propia universidad. Yo tenía un par de amigos, como Aldrich Burroughs o Rang, algunos compañeros con los que podía pasar el tiempo y una vida social muy tranquila, pero tenía claro que había compañeros míos que conocían a todo el mundo, daban fiestas en el mundo muggle y tenían una vida estudiantil definitivamente distinta a la mía. Por tanto, daba mi opinión de la universidad, pero Haruka se haría la propia, y seguro sería muy distinta.

Akira gana 12 puntos de experiencia
Haruka gana 9 puntos de experiencia