Rapidito rapidito!!

((rapidito rapidito!!! ))

- No estuvo tan mal la fiesta en tu casa... La verdad es que yo la pasé muy bien, y si me invitas otro día podemos intentar eso con la piscina bebé... y en vez de llenarla de agua, podríamos... crear lodo o algo más divertido.... -

Se había sentado para cenar junto a Regina, porque desde hace tiempo buscaba oportunidades para conocerla mejor, sabía mucho de la chica por haber sido la novia de Luke, y también porque Loreen y Parker hablaban muy bien de los Cleverly; pero realmente Sofie nunca había cruzado más de dos palabras ocasionales con ella y era algo que había que remediar de inmediato. Tan simple, como aquella cuestión de piel cuando cruzas miradas con alguien, Sofie tenía fe de que Regina y ella congeniarían super bien.

- Entonces... es cierto lo de las carreras de ratas que promocionabas?... Podemos hacer una ahora?.... - La cena estaba concluyendo y el comedor se vaciaba poco a poco, pero igual había bastante gente ahí, bastante comida sobre las mesas y suficientes sonrisas pícaras dando vueltas, como para que algo entretenido pasase esa noche -... O que tal si nos robamos un vino élfico y convertimos libros en ratones y los emborrachamos... Y luego les ponemos alas y que queden de decoración para el desayuno... jajajajaj -

Estaba solo en la sala común porque casi todos los de su facultad estaban entrenando para lo del Quidditch, él había estado acabando un resumen de diez capítulos para su clase de Artes Oscuras, había mucha investigación envuelta en el proceso y por eso tuvo que ir a dejar varios libros a la biblioteca.

Hecho eso decidió salir a los terrenos para despejarse, no le apetecía ir a ver a alguien en especial, pero acabó por sólo querer cenar y ya, estaba sumamente hambriento porque se había pasado el almuerzo en la enfermería esperando que la enfermera le diese una poción para los músculos adoloridos que tenía.

Había llegado ya al comedor, algo ido aún por la poción que tomaba cada tres horas para evitar aquel malestar y como en su mesa todos iban hablando acerca de las clases o el asesino entrenamiento buscó a alguien conocido cerca, identificó rápidamente a Regina al lado de Sofie y ante la posibilidad de esa improbable unión decidió hacer como caballero andante para calmar las aguas por si se ponían a pelear o algo.

-Hola, niñas bonitas. ¿Les importa si me siento en medio? Mira que ni me invitaste a la fiesta en tu casa, Regina.-era una queja infundada porque si bien alguien le había dicho no llegó a ir porque tenía que ir a un compromiso previo. Esperó parado entonces a que le diesen pase libre para sentarse entre ellas.-¿A quién quieres emborrachar, Sofie? Que no sea a Shadow, que mi padre te mata.

Esa fiesta había sido un fiasco, aunque no podía negar que la comida había estado buena. Primero Clayton se peleaba con Benjamín, luego la niña Burouhgs hacia su berrinche y se iba con Milena. Para terminar, Lucian ni siquiera de había aparecido y eso la amargó.

Pero Sofie sonó muy positiva y eso la animó.

Claro que sí! Aunque sólo seamos las dos, pero estaría muy padre. Podríamos llenarla de lodo y meternos, como un spa. Tal ve no suena divertido, pero hace mucho que no tengo una tarde de niñas.

Y era cierto. Por alguna razón cada que salía con sus amigas, con las que era uña y mugre, o sea Leslie y Juno, estaban o Clayton o alguno de sus novios o sus hermanos o quien sea y tampoco es que fueran la femineidad personalizada. Regina tampoco lo era y si se los pedía seguro se burlarían haya Halloween. Sofie, en cambio, si lo era.

Casi escupe el jugo de calabaza cuando escuchó lo de las carreras de ratas. A penas y podía creer que sus tonterías traspasarán los salones de Hogwarts y llegasen hasta allá.

¿Ahora? ¿Ya, aquí? -dijo con una sonrisa ilusionada dibujada en el rostro-. No está Loulou por aquí, ¿verdad?

Le dio una rápida ojeada al comedor y vio que, si bien no estaba vacío, no había ninguna brújita estirada o un profesor que no hacía la vista gorda.

Beeeh... Si. ¿Por qué no?

En eso llegó Aldrich y lo vio con falsa indignación por la "blasfemia" de que no lo había invitado.

Saca tu varita, Aldrich --dijo haciendo espacio en la mesa y sólo dejó su vaso/copa-, vamos a jugar carreras de ratas de vino

- Pues si quieres tarde, noche o mediodía de "niñas" cuenta conmigo... me encantan esas cosas!! - Si bien Sofie era consiente de que su estilo era muy femenino, no tenía tan en claro como la veía el resto de la gente y por tal Regina; por eso le fue natural aclararle, casi ofreciéndose descaradamente a que si buscaba con quien hacer cosas de niñas, si buscaba una amiga en otras palabras, allí estaba ella.

Y hubiera sido capaz, de invocar algún esmalte y un par de brillitos para allí mismo ponerse a la tarea de ser rosita bebé con todas las letras teenagers sino fuera porque lo de las ratas, y la presencia de Aldrich definían el estilo de aquella velada post-cena... Sofie siguió a Regina en sus intenciones, sacó la varita y despejó absolutamente la mesa de punta a punta con evanescos repetitivos a mil objetos, olvidándosele algunos al azar y apropósito.

- Antes de trasformarlas deberíamos atar las copas a un piolín o algo?.... no se irán a escapar, no?.... - preguntó a ambos tomando tres copas de vino y yendo hasta uno de los extremos de la mesa.(suerte que ya eran adultos, y que la uni les dejaba tomar alcohol en las cenas, que si no hubieran tenido que aplicar un agua-ron primero). - Hagamos carrera... Cada quien transforma su copa... si el hechizo no te sale a la primera, seguro pierdes... Así que.. Será con un duelo de magia.... Pero más divertido!-

Los tres en la punta de la mesa, Aldrich al medio. Cada quien con una copa de vino delante, y la varita dispuesta... - A la cuenta de tres... UNO, DOS, ... No hay revancha!! así que atentos.... UNO, DOS.... El que gana que gana?... Apostamos algo???..... - Tantas cosas que definir para una mente tan perfeccionista y ansiosa como la de Sofie, que si fuera por ella no llegaría jamás al numero tres.

La universidad era un corre que corre y nada de descanso. Comenzar una nueva carrera le estaba costando más de lo esperado. Había creído que podría hacerlo como si bebiese agua fresca en un día de calor, facilito. Ya había sobrevivido filosofía, qué tan difícil podía ser Ingeniería de Pociones? Pues... MUCHO! nada que ver lo uno con lo otro, y aunque amaba su elección, los trabajos eran fatales. Vivian en la biblioteca más que cuando estaba en Hogwarts, ya que ella a diferencia del estereotipo Ravenclaw, rara vez pasaba en la misma cuando había estado en la escuela de magia.

Finalmente el hambre venció la necesidad de terminar su trabajo de 2400 palabras sobre posibles remedios para la escasez de bezoar y saliendo de la biblioteca como un vampiro, porque la luz exterior la dejaba ciega, se dirigió al comedor.

Entró, no había tanta gente como hubiese podido encontrar media hora antes, pero aún había bullicio y caras conocidas. Saludó con desinterés y cansancio obvio. Miró a ver si en algún rincón aún quedaba comida intacta y en el camino encontró al trio fantástico de Sofie (con quien aún no dirigía palabra a pesar de que ya se habían encontrado en el mismo lugar un par de veces), Aldrich y Regina (a quien conocía por sus ratitas bellísimas, desde Hogwarts).

Los vio con varita en mano apuntando a unas copas de vino. Levantó una ceja mientras se les acercaba por detrás y escuchaba lo que parecían mantener en voz baja, o eso le pareció. Qué tramaban aquel grupito, se preguntó.

- Oigan, invitan a lo que sea que tramen? - dijo levantando un poco la voz solo para verles la reacción y esperando escuchar algún gritito de susto porque estaban como que muy concentrados en transformar copas en ratones. Hechizo básico de transformaciones, no se necesitaba ser genio para saber la idea de tener varitas apuntando a copas - Se ve interesante - atrajo una cuarta copa al trio ya dispuesto y sin importarle si aceptaban o no, y sin amarrar la suya a ninguna piola, no como que alguien fuese a extrañar una rata en un castillo medieval mágico.

- Más bien qué pasa con los que pierdan? -

Se rió un poco y tras sentarse entre ellas sacó su varita pero sin saber bien si participaría de eso o no, lo de él era ir a ver carreras de hipogrifos, pero las ratas nunca le habían gustado demasiado, además no estaba seguro de que fuese salubre llevar a esos animales sobre la mesa. Igualmente prefirió coger mediente un Accio primero unas salchichas y puré en un plato junto a la botella de vino, si querían que lo hiciesen pero no iba a comer algo que hubiese formado parte de la pista de obstáculos de esos animales.

Tras coger una copa y servirse vino mientras que su plato de comida levitaba a un lado decidió esperar a que comenzasen ellas, no las iba a detener, y hasta podrías ayudarlas si alguien se ponía especialmente delicado. Iba comiendo sintiendo que hacía un par de días que no probaba bocado, el paso del vino por su garganta también le hizo sentir un bienestar especialmente placentero.

-Ustedes jueguen, quiero ver primero la dinámica y esas cosas.-y de paso comer algo, que no se sentía capaz de conjurar algo con esa nube turbia que asomaba en su cabeza por la poción, parecía que no solo relajaba su cuerpo si no su cerebro también.-

Frotó sus ojos con ambas manos tratando de enfocar bien lo que ellas iban haciendo, volteó a ver a Abigail y la saludó con una sonrisa, bebió un poco más de su vino esperando a que comiencen. Se sirvió más de vino en la búsqueda de sentirse más lúcido, con suerte estando borracho podría parecer algo menos zombie.

Dejo su vaso ahí para que sirviera de obstáculo y también un par de cuadernos a lo largo de la mesa con el mismo fin. Casi corrió para ponerse junto a Sofie en el extremo de la mesa y se puso a transformar su copa en rata. Hacia muchísimos años que no convertía objetos en ratas, tal vez en liguitas o en agujetas, pero no en ratas.

Ella sí se sobresaltó cuando llegó Abby y sí soltó un gritito por que estaba haciendo todo rápido. Esas cosas le emocionan mucho.

Le explota la rata -contestó pensando lo primero que se le vino a la cabeza en voz alta-. Oye Sofie, si es cierto, no lo habíamos pensado. Podríamos apostar, ¿no?

Su rata comenzó a olfatear a las otras, caminado chistoso y balanceandose. Regina creía que era por que "su sangre" estaba hecha de vino y entonces, entre el infarto que le estaba provocando tanto suspenso por que no contaban 3, vio que Aldrich no había convertido aún la suya.

No. No. No. Sofie, ¡espera! ... ¿Qué? Aldrich no seas amarguete y juega. No es tan difícil, mira: la primera que llegue al extremo de la mesa y regrese gana.

Pero medito unos dos segundos en lo que amarraba bien a su rata para que no se cayera y se rompiera en mil pedacitos de cristal.

¿O lo dejamos ser el juez? ¿Qué dicen, niñas?


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Ok. Doy por sentado que es una mesa rectangular larga y no cuadrada

- OMG! - Sofie también gritó un poquito por la llegada sigilosa de Abby, pero eso no fue lo peor, sino que su hechizo tan básico, salió defectuoso vaya a saberse si por el susto en medio o porque aunque pareciera Sofie no era tan bruja... Como fuera, la rata que le correspondía, no solo andaba borracha como la de Regina sino que tenía tres colas y le faltaba una pata.... Lo iba a tener difícil para ganar, pero.... alguna trampita ocacional podía darle algo de ventaja... ya se vería en su momento.

- Inútil que le pidas a Aldrich que no sea amarguetas... - Rió hacia Regina y guiñó un ojo al muchacho para luego agarrar su rata con algo de asco y con un cordón de su propia zapatilla improvisarle una correa al cuello del animal. Dándose cuenta ahí de las falencias de su transformación - Abby, mira como dejaste a mi rata! Le falta una pata!... y me salió rimando... jajajaj - Parecía Sofie más borracha que los animales, pero no era a causa de exceso de vino, sino de alegría.... - Bueno entonces, el que pierde presta sus calzones para que el ganador lo use de sombrero.... Así que al final conviene salir segundo que es de lo más difícil.-

Dijo esto cuando, abby ya tenía su rata transformada también, con Aldrich como árbitro y la apuesta sobre la mesa, o dentro de los pantalones en realidad. Ahora si, Sofie alzó la voz y dijo - UNO, DOS, TRES... suelten las ratassssssssss - Y las ratas empezaron a correr a los tumbos...

((si!! la mesa es como las de Hogwarts y estamos a un extremo- se pueden hacer trampas!!!- aldrich podría ser el master que va diciendo como va la carrera))

Sofie y Regina parecian más que dispuestas a hacer aquella carrera que incluia un saludable uso de magia. No le hacía mal el usar magia que no utilizaba desde hacia ya bastante. No como que sintiera necesidad constante de convertir copas de cristal en ratas. Pero por otro lado, Aldrich estaba con una cara de muerto viviente que ya no saba lastima pero risa, y se negaba a participar.

No pudo evitar soltar una carcajada por las reacciones de las brujas ante su llegada y más aún por la rata mutante borracha de Sofie - Miralo por este lado, si gana podemos hacerle una marcha en honor a su valentia y levantar fondos para su recuperación- mencionó tontamente antes de volver su vista al mago que las ignoraba por completo.

- No seas aguafiestas, Aldrich, te apuesto tus boxers a que no ganas. Venga, levantar la varita no va a matarte, esta vez al menos - le dijo en tono competitivo antes de prestar atención a lo que las brujas tenían por decir. Finalmente realizó el hechizo contrario al Vera Verto para convertir su copa en rata, preguntandose si un finite incantatem hubiese bastado, porque con la de ratas que debía haber en un palacio medieval mágico, seguro y los estaban alimentando en cristalería encantada. Se estremeció ante la sola idea y trató de eliminarla de su cabeza cambiando el tema y llevandose a la boca una rebanada de tarta de frambuesa.

- Deberias poner en apuestas a Susana y Hortensia, Regi, hace rato que no las veo, ni a tus otras bebitas. Además, unos cuantos galeones no le caen mal a nadie, a diferencia de Hogwarts la gente aquí maneja más fluido - sus ojillos brillaron, con la universidad le era imposible tomar trabajos estables y los ingresos iban disminuyendo a paso vertiginoso - Yo puedo servirte de manager - dijo con tremenda seriedad - Pero por ahora veamos si aún sabes cómo manejar tus ratas - desafió a la Ogmios y le acarició la cabecita a su ahora ratita que la miraba con aquellos ojillos de "qué demonios hago aquí?"

Era evidente que Aldrich no haría nada a favor de las brujas pero luego podían aprovecharse de tal cosa. Al cuenta de tres dejó a su rata correr libre. Con ayuda de su varita hizo que un trozo de oloroso queso gruyer flotara frente a su borrachita rata lo que la hizo despertar un poco y comenzar a sortear los mil obstaculos a merced de su dueña y no de lo que su cerebro de maní le indicaba - Vamos Aldrich! tu puedes, mami confia en ti! - y SI, le había puesto Aldrich a su rata con toda la intención del universo!

No era por hacerse el interesante pero en realidad se sentía bastante fuera de sí, como si su cerebro se desconectase por momentos. No sabía qué carajo tenía esa poción, pero hubiese sido mejor haberse ido a dormir, aunque ni eso lo llegaba a razonar del todo claro porque seguía sintiéndose un poco mal. Bebió la copa de vino apresurado mientras dejaba un par de sickles sobre la mesa para apoyar a Regina, sabía que ella casi había dedicado su vida a eso en Hogwarts, quién sabía más de eso que ella.

El vino parecía surtir efecto, quizá había sido una baja de presión que el licor ayudaba a mejorar pues hasta sus hasta hacía un momento friolentos dedos comenzaban a sentirse algo más tibios. Asintió con todo gusto a lo que dijo Regina creyendo que ser juez era su mejor opción, estaría sentado con su copa y sin tener ratas sin pata bajo su responsabilidad, que hasta pena le daban esos animales de mentira.

Como nadie se quejaba asumió que era el juez y hasta hizo la finta con su varita hacia el aire para lanzarles unas débiles chispas rojas, que no querían llamar la atención de todo mundo. Se rió de alguno de esos animalejos cuando casi se cae de la mesa, aprovechó para comer sus salchichas y hecho eso con su varita puso en la línea de meta improvisada una cinta para que cruce la rata ganadora. Ya había hecho eso cuando escuchó el nombre de la rata de Abigail y acabó por reírse como tonto.

-Ya, dejen que Aldrich respire, ¡corre! No, mejor empata, para que no digan que hay preferencias.

Las ratas avanzaban como mejor podían, pero la de Sofie con su pata defectuosa acabó por caerse de la mesa, la de Regina se golpeó contra la de Abigail y terminó queriendo atacarla pero la de Abigail fue hasta el otro lado de la mesa escapando cuando la de Regina se puso loca, tanto que al llegar casi a la meta se enredó toda en la cinta que Aldrich había puesto, no llegó a cruzar, así que para el smertios todas perdieron.

-Pues perdieron todas por borrachas, y eso que no les hice exámenes de sangre. Ya, todas perdieron, van a usar mi ropa interior o qué. ¿O intercambian por sorteo? Yo como juez no me niego.

Seguía animando a Aldrich, la rata, no el mago. Y casí muere de risa al ver la rata de Sofie volar por fuera de la mesa, segundo más tarde le dio pesarcito porque estaba toda deforme y había hecho su mejor y más valiente esfuerzo - Igual y te apoyo, Policarpa! - le dijo con sentimiento, inventandole nombre sin razón alguna.

- CONTROLA A TU MALDITA RATA! - lanzó un gritito atorado con una carcajada al ver a la rabiosa rata de Regina tratar de arrancarle la cara a Aldrich-rata. Finalmente, no pudo contener la risa y mandó a volar el pedazo de queso, acto seguido su propia rata quien cobarde como nada se había retirado al otro lado de la mesa para huir de la demoniaca rata de la Ogmios más joven, se lanzó al suicidio por el quesito.

Se quedó mirando la escena en silencio, como si acabara de morir alguien y luego levantó una ceja y miró a las otras dos - Luttrell, cómo se te ocurre poner de regla que no haya revancha?! Ahora quién carajos se queda con los boxers de Aldrich?! - dijo en voz bastante alta como para que todo el comedor la escuchara y luego miró al mago en cuestión de arriba hasta abajo - bueno, como sea, te los sacas aquí mismo - muy seriamente lo dijo apuntandole a los pantalones con la varita, a ver qué iba a decir ahora sobre si se negaba o no.

Regina también se río pero ya no supo que le daba más risa, si eso o la rata chistosa de Sofie, aunque le daba la razón. Recordó que no hacia mucho, cuando eran estudiantes, él solía portarse serio por que sino no hacían nada en las tutorías . Lo tomo fuertemente de la mejilla y lo hizo hacia ella para Besarlo sonoramente en la otra.

Muy bien, Pancracia, ya escuchaste a la señorita: ten cuidado de no ir tan rápido

Le dijo a su rata como si fuera una entrenadora preparando a su pupilo para una competencia seria, lo cual tal vez era un poco tono por que seguramente ni le entendía. No era como las que tenía en casa.

Se río mucho cuando menciono a las más bonitas que tenía. De ellas, Regina sacaba todo el dinero extra por que con lo que le daban sus papas no alcanzaba. Además cobraba por que no le habían costado 3 knuts.

Las voy a traer. Están un poco fuera de forma, pero en cuanto entrenen las vas a ver. Podríamos exponerlas para carreras y cobrar, no es tan mal negocio.

Levanto una ceja y sonrió.

¿Me estas retando, Tucker? Veté quitando tus pantaletas por que Pancracia le va a ganar a tu rata

Soltó un gritito de emoción en la cuenta de tres y comenzó a echarle porras a su rata, gritándole como loca. No se le había ocurrido algo tan brillante como lo del queso.

Aqui estan mis knuts -le dijo a Aldrich, el verdadero, dándole su dinero-. ¡No Pancracia! ¡Deja a Aldrich! Vete para allá, para allá.

Y comenzó a reírse por el atolondrado final, aunque no debería por que su rata habia terminado hecha pedacitos de cristal en el suelo.

Ay no, que se repita. - entonces escuchó lo de la ropa interior-. un trato es un trato, pero yo no me quiero poner si bóxers en la cabeza. Debe estar todos sudados de quidditch

Según ella lo estaba defendiendo. La verdad ni habia escuchado bien.

- nO no!! no te suiciiiiiides- Sofie intentó, si que intentó jalar del piolín para que su rata no muriera pero nada pudo contra el destino inexorable de su engendro. La antes-copa cayó al suelo con un feo CRAK aunque no se destranformó al isntante ni mucho despues... Y por todo eso, la pena de la muerte temprana, y también la cuestión de que si había perdido debía entregar las bragas por la tonta apuesta que ella misma había sugerido. Por hacerse la desentendida, se perdió la pelea entra las dos ratas enemigas que saldrían primera y segunda.

Arrodillada junto al cadáver, escuchó a Abby y a Aldrich sin entender bien que sucedía, pero tomando el dato del empate y el nombre póstumo de su animal - Pobre Policarpa, prométanme que nunca la olvidaremos... - Actuó el limpiarse una lágrima de la mejilla y se carcajeó sin más, tocando con la punta de la varita el bollo peludo, que de inmediato se destransformó a copa de vidrio rota y sangrante de vino.

- Las reglas son inapelables! - dijo volviendo al grupo, con un tono que evidenciaba todo lo contrario: al fin y al cabo eso era un tonto juego para pasar el rato, cada quien podía hacer de las reglas un papalote y remontarlo cuando quisiera....- Ay si! deben oler horrible sus calzones.. - bromeó con Regina y la abrazo, para luego mirar a los otros dos con malicia.- Pues... si tu no quieres sus calzones y Abby se muere por verlo desnudo, yo digo que mejor nos vamos y los dejamos solitos... JAJAJAJ...

Esas ratas eran dignas hijas de sus madres, igual de desorientadas, como quienes les dieron remota vida en plena fiesta. Se rió con todo el resultado de la carrera incluso luego de su serio veredicto de juez, es que no había modo de que eso se considerase como algo para ser imparcial, al menos el segundo puesto debía ser ganado por la rata más ocurrente o tonta.

-Quítame la varita de ahí, no sabes los accidentes que pueden haber.-le dijo a Abigail con cierta seriedad pero finalmente la acercó a él mediante un abrazo no muy breve para que no creyese que lo decía con ganas de molestarla o con una mala actitud, no había forma.-

Había dejado las monedas de Regina ya sobre la mesa para con un movimiento de varita limpiar al desastre de la rata-copa muerta de Sofie.

-A ver locuras, nadie me va a desvestir aquí, al menos me tienen que invitar una copa primero o llevarme a donde no deshonre a mi abuela, no sean bárbaras.-se rió pero estaba dispuesto a hacerlo porque a fin de cuentas, estaba medicado y ya con bastante vino encima aunque no tanto como para hacer el ridículo, tenía con las tres suficiente confianza como para eso.-

Ojalá que se diesen cuenta de que no quería ir por ahí mostrándole sus joyas familiares, el bóxer era una cosa, hasta ahí podía llegar pero no más que no era un puto exhibicionista. Al menos Regina lo ayudaba, lo acompañaba en el dolor y le pasó un brazo por detrás de los hombros mientras asentía y les mentía respecto a que había estado haciendo ejercicio como loco todo el día. Le besó la mejilla como ella hizo hacía un rato para que supiese que apreciaba las ganas de dejarlo con ropa encima.

Dejó a Regina al lado de Sofie asintiendo con eso de que seguro apestaba, pero no le gustaba aquello de que lo orillasen con sus malas intenciones.-A ver, ya paguen sus deudas. Intercambien aunque sea, sin magia, váyanse a un armario o qué se yo. Eso o buscamos otra prueba para que demuestren su destreza de brujas poderosas de universidad y todo eso.

- Ya me conoces, no hay forma de que conmigo no deshonres a tu santa abuelita - le dijo tras chaquear la lengua de nuevo y mirar de reojo al par de brujas que se ponían en su contra. Terminó por guardar la varita olvidando que había dejado su rata comiendo queso y con una pata fracturada cuyos pedazos se habían vuelto cristal al desprenderse de la rata mágica.

- A mí no me dejen con este, al menos no en medio del comedor, que le tiene miedo al exhibicionismo - hizo una mueca de total desaprobación y ladeó la cabeza para verle la cara de curiosidad, sorpresa y "estos locos qué o qué?" de los demás alumnos presentes aún en el comedor. Algunos se habían acercado a ver la carrera pero como había terminado tan abruptamente, solo se habían ido entre carcajadas.

- No me mandes al armario con este par de traidoras - dijo con fingida molestia - que no me da pena quitármelas aquí mismo, que para algo nací desnuda y desnuda me he de morir - a ver si Aldrich de verdad se iba a atrever a pedirle una segunda vez que le pasara sus bragas que de verdad le hacía show en medio del salón. Que la suspendieran, habría valido la pena completamente. No como que los mismos decanos no supieran que era más que capaz de tal bestialidad.

- Yo tengo 1600 palabras restantes de pociones. Que hablando de eso ... - regresó la mirada a Aldrich - ahora caigo en cuenta, qué carajos te has tomado antes de venir? puedo abrirte y disecarte para mi presentación del Lunes? - sacó la lengua - Quieres que te de algo para eso? - cuando menos pensaran se les iba a morir Aldrich allí y ellas iban a seguir riéndose nada más, más borrachas que las ratas parecían ya.

El tono medio en serio medio en broma con la cara de espanto que Aldrich le dirigió a Abby por lo de la varita apuntando a ese lugar pudo mucho más que ella y ya todo lo que le quedaba de cordura. Ahora si se reiría hasta por cualquier cosa.

Eso, así se habla. Tienes que darte a respetar.

Nunca había entendido las costumbres de los magos conservadores, como eso de no quieres deshonrar a la abuela. A la de Regina le valía queso lo que hicieran sus nietos; aunque, claro, ellos siempre habían sido muy liberales y no era lo mismo manejar un auto sin magia que andar desnudo por la universidad.

Le sonrió a Aldrich y lo abrazó por la cintura mientras la llevaba con Sofie, a quien también abrazó. Sentía que las dos se habían llevado una impresión errónea de la otra pero que ya había cambiado y eso le gusto mucho.

Ni te imaginas -le contesto a Sofie-. He tenido que ir a los vestidores después de entrenar con el y qué espanto. No te creas, es broma... ¿Dejarlos solos? -comenzó a abanicarse con la mano en un gesto juguetón y exagerado-. Pero qué barbaridad

¿Qué diría la abuela?

A mi si me da algo de pena, ¿qué tal si nos expulsan?

Odiaba ser así de aguafiestas, pero estaba en época de ser ñoña al extremo y además por que tenía que buscar un pretexto para no desnudarse ahí mismo. No estaba muy segura de su Abby fuera capaz de hacerlo o no.

Si la Ogmios no lo hubiera mencionado, Regina ni cuenta de habría dado del estado de Aldrich.

Pero que mal te ves, corazón. Mejor dejemos la prueba para otro día o la revancha o lo de la encuerada, sino te nos va a morir aquí mismo u no queremos eso, ¿verdad Sofie