Tratando de escribir

Crónicas Brigantes.
Septiembre, 2012

El Sol del verano no es tan intenso por estos lares, y me recuerda de inmediato a las costas de Barcelona que dejé atrás. Fue acaso una buena decisión?

En el norte, el sol...

Barcelona, como te extraño! maldito el día en que te dejé!

- Al menos esa frase es sincera! Se dijo para si misma Sofie, suspirando por su incapacidad de escribir. No siempre era así, en general podía escribir cualquier cosa, de cual quier tema, con rapidez incluso. Pero por alguna razón la inspiración no había viajado con ella a Brigantia, parecía haberse quedado en las playas españolas bronceándose o en algún sitio en el camino....

Como fuera no iba a darse por vencida! Podía ser que llevara tres hojas de su libreta completamente tachadas y que esto nunca le hubiera pasado antes; que el sol no fuera tan cálido y que por las noches el frío le quemara los huesos, pero iba a seguir intentándolo, y no se refería solo a escribir, sino también a hacer amigos, a conocer Brigantia a entender el universo cerrado y clasista mágico británico...

Estaba en la biblioteca, sentada al lado de un gran ventanal, calentándose la espalda con los rayos del sol que entraban por el cristal. Mordisqueaba la lapicera con los dientes, pues las únicas plumas que gustaba de usar eran las vuela plumas, y cada tanto fruncía el ceño culpa de la constipación mental. Pero no se rendiría! No señor!... Aunque ojala llegara alguien pronto para poder dejar eso de lado y hacer algo más divertido y menos frustrante!

Leyes, leyes y más leyes era lo único que se le pasaba a Adrian por la cabeza mientras recogía los libros de su habitación, ¿Por qué los magos necesitaban tener todo tan meticulosa y detalladamente escrito? A veces creía que los grandes libros de leyes que tenia que estudiar superaban en grosor a los de historia de la magia y de hecho más de una vez se había sentado cerca de un estudiante de dicha carrera y con todo su descaro le había colocado un libro de tradiciones legales al lado para comparar.

No era aquel el caso, había recogido los libros de su habitación para dirigirse a la biblioteca pero no para compararlos sino para devolver algunos y llevarse otros que le harían falta en el semestre entrante. Así que sin muchas ganas se dirigió hacia el imponente lugar, era curioso la relativa facilidad con la que un novato podía perderse entre tantas estanterías de libros, apenas no llegaba a ver el final de la biblioteca. Por suerte esta estaba dividida por secciones y la suya estaba en la zona Cerridwen, aun así se iba aquejando para si mismo mientras llevaba aquellos pesados libros entre los pasillos, cansado de llevarlos sacó su varita y los encantó para que flotasen a su lado.

Entrego todos los libros a la bibliotecaria y se dirigió a por otros nuevos, no obstante en su enfrascada búsqueda entre estante y estante en una mesa frente a un ventanal, sentada se hallaba un rostro conocido, el joven se acercó y rápidamente reconoció a su amiga Sofie, la chica que por casualidades del destino paso una agradable tarde con ella en Barcelona y posteriormente se la encontró en la universidad no hacia muchos días.

El Cerridwen se acercó por detrás, ella parecía muy concentrada en algo importante aun así este le puso las manos frente a los ojos mientras a su vez sacaba la punta de la lengua por un lado de la boca, siempre que efectuaba alguna tontería lo hacia, desde que era pequeño.

-¿Quién soy?- Dijo entre un susurro

Al sorprender a la chica le dio un toquecito juguetón en la nariz y le preguntó:

-¿Sabes que todavía no toca estudiar, verdad?

Dijo entre una sonrisa picara a la vez que burlona y justo en ese momento se escucho un fuerte SHHHHH, se había olvidado de susurrar…

Esa voz! Lo reconoció al instante no porque lo conociera de todo la vida o porque fuera un cantante famoso del que había escuchado todos los discos mil veces, sino que la historia con Adrian era muy loca y hacía unos días no más se había reencontrado con él y escuchádolo mil horas hablar!!. Sin pensarlo dos veces puso sus manos sobre las de él y entre dientes-por tener la lapicera en la boca- se burló amable.

- Alguien que va a matarme de un susto- Que si! que su primer instinto cuando siquiera sabes que estás acompañado y de pronto una sombra te tapa los ojos, es una cosa que te da un tirón en el estómago involuntario total. De inmediato lo jaló suavemente de las manos para mirarlo a la cara y sonreirle, quitarse la lapicera de los labios e iniciar una conversación decente. Pero en eso el "SHHHH" no se hizo esperar y tuvo que reprimir una risita tapándose la cara con su libreta.

- si... lo se... solo intentaba escribir algo... pero... no funciona, la musa no vino a mi... Tu? que haces en la biblioteca si no es estudiar? vienes a bailar?- Le bromeó sacándole la lengua y se hizo un poco a un lado para que el chico se sentara y más de cerca pudieran charlar y escucharse con claridad sin subir la voz, dejó su libreta de lado dejándose en claro a si misma que mil veces más prefería perder el tiempo con Adrian que seguir intentando lo imposible, hoy no escribiría ni un párrafo por mucho que lo intentara. - Que suerte que apareciste... estaba muy aburrida...-

Sonrió al notar el sobresalto de la joven, le divertía aparecer así de improvisto, era lo más parecido a una entrada espectacular pero sin lo espectacular. Noto la calidez de las manos de su amiga y a su vez una fragancia muy agradable le embargo, Sofie olía muy bien.

Levantó la cabeza por encima para vislumbrar una libreta llena de tachaduras mientras la escuchaba, efectivamente no era su día, era incapaz de leer algo comprensible.

-He venido a por unos libros que me harán falta y bueno… no sería muy apropiado bailar en una biblioteca, no, no vengo a bailar…

Sonrío a la joven, se encontraba bien con ella entre bromas y sonrisas. Vio que se hizo a un lado para dejarle un sitio y este no se lo pensó mucho, se sentó, ya no se acordaba a que había venido… le pasaba muy a menudo, salía de un sitio a otro y al llegar no se acordaba que hacia allí no obstante era capaz de memorizar paginas y paginas de libros durante años.

Fue sentarse a su lado y la chica dejar a un lado la libreta, realmente su presencia no era molestia, caso contrario hubiese seguido con lo suyo. El calor que Sofie desprendía al roce con su ropa era realmente agradable, podría quedarse allí embobado con aquel olor todo el día, recordaba las noches de invierno cuando le gustaría tener una estufita a quien abrazar en la cama como su amiga. Adrian no tardo en volver al mundo real cuando ella le agradecía su presencia, pues se aburría.

-Oh, me alegro no estorbarte entonces, a veces cuando se esta concentrado no gusta que te incordien.

Sonrió, él al principio ni siquiera se había preocupado en apreciar si la joven estaba concentrada, tan solo se acercó a ella y pum, hola. Se quedo un momento mirándola, su amiga era bastante guapa y recordó lo que le había dicho antes, “¿vienes a bailar?” y por un segundo la biblioteca se convirtió en una discoteca en la que ellos dos se lo pasaban en grande bailando. Le guiñó un ojo a su acompañante, la cogió de la mano y la llevó detrás de unas estanterías donde no había nadie, en uno de los estantes podía leerse, Derecho Muggle, con razón no había nadie.

-¿Te apetece bailar? Siempre es un buen lugar, aunque en este lugar solo se me ocurre baladas así que…

Se acercó a ella en pose de bailar abrazados y varita en mano recito un conjuro en susurro, una música pausada, lenta empezó a sonar en sus oídos, solo para ellos dos, Adrian seguía con la mano tendida esperando la respuesta de la Cerridwen.

-Vamos, ¿no te aburrías? Hace buen día para bailar.

Parece ser que al final, si que había venido a bailar… a la biblioteca.

En ningún momento de la insipiente charla sobre libros y aburrimiento pensó que iba a pasar lo que sucedió!. Es decir, no conocía de nada a Adrian, pero el guiño de ojo y aquella linda locura de jalarla hacia un pasillo desierto y ponerle música en los oídos estaba muy lejos de lo que su imaginación podría haber previsto que sucedería... No le molestaba, claro que no!... Pero era como un galanteo y por naturalidad esas cuestiones le sacaban una risita nerviosa.

- estás loco! le susurró entre risas, negando con el rostro. Definitivamente no iba a ponerse a bailar allí! Era una ridiculez! No, no no!!.... bueno... que tan malo podía ser.... mm... Para colmo la balada romántica sonaba en sus oídos y no la dejaba pensar con claridad!- bueno.. susurró para si misma, dando un paso al frente y dejándole a él que hiciera el primer movimiento en rodearla con sus brazos.... Sofie lo abrazó por el cuello con mucho cuidado, quizá excesivo cuidado a no quedar cerca cuando en realidad no había forma de no terminar apoyando su mejilla en su hombro.

No dijo nada, porque no sabía que decir. Rezaba para que su perfume siguiera intacto, para no pisarle un pie y para que las cosas no se pusieran "raras". Adrian no era su amigo, pues apenas lo conocía, menos que menos era un pariente o eso esperaba!... entonces... Que estaban haciendo exactamente?... Sofie era simpática y extrovertida, no ponía distancias con casi nadie, pero no le gustaba complicarse mentalmente con cosas al estilo "me gusta, no me gusta? le gusto, no le gusto?"

- si nos ve alguien que pensará?- susurró a su compañero casi tocándole la mejilla con los labios... Estaba un poco desconcertada, pero trataba de tomárselo con naturalidad, quizá en el mundo mágico todo mundo bailaba en las bibliotecas.... Además se venía a dar cuenta de lo guapo que era Adrian justo ahora, que lo tenía demaciado cerca!!! Y para que negarlo! le encantaba andar "coqueteando", si se le podía decir así a eso, con los chicos guapos!!! así que no iba a ser tan tonta de salir corriendo.

Se dejo llevar mientras permanecía pegado a ella, le gustaba coquetear de aquella manera tan estrambótica, de alguna manera había conseguido abrazarse a aquella chica y de hecho allí estaban, ambos bailando entre libros. El joven sonreía, simplemente estaba bailando, no pensaba nada más excepto en que aquella chica olía realmente bien.

Un susurro le despertó de su fantasía de príncipes y princesas, Sofie preguntaba que pasaría si alguien los veía, seguramente nada, no hacían ruido ni molestaban a nadie, lo que si que podría pasar era que…

-Si nos ven seguramente se piensen que estamos saliendo o algo.

Se paro un momento a pensar y añadió

-Y que somos un poquito raros…

Sonrió, realmente aquello de tan raro era divertido. Justo en ese momento recordó a que había venido, tenia que recoger dos libros que se encontrarían por allí, se separó lentamente de la chica y finalizo el hechizo.

-¡Bailas muy bien!

¿QUE? No era eso lo que quería decir, pero de alguna manera y sin pensarlo le había salido, así que lo pensaba de manera total y sincera.

-Había venido a por unos libros ¿Me ayudas a buscarlos? Uno es “Fundamentos del derecho mágico, nivel III” y el otro es… ¿Quieres que quedemos alguna noche para tomar una copa juntos?

El joven era así de espontaneo, le gustaba ser así, sin pensar mucho además que realmente disfrutaba en presencia de Sofie.

Pues eso mismo pensaba ella! Por eso estaba tan nerviosa de andar abrazada a escondidas a un casi desconocido. Su cerebro le increpaba a separarse de in-me-dia-to! pero los brazos no respondieron a la orden y se quedaron donde estaban, enlazado en la nuca de Adrian, hasta que tuvo que usarlos para contener la risita indiscreta que le surgió de inmediato por eso de ser "raros". Pero no es que se separó de él y se tapó los labios, sino más bien que lo abrazó más para poder llegar con las palmas a su boca. Involuntario total! si hubiera estado pensando nada de eso estaría pasando. NADA!

La música terminó y con eso el momento, pero no el encanto... Ya se enteraría al otro día que su mejor amiga Gianna gustaba de ese chico gustamente y Sofie se pellizcaría los brazos para castigarse por haber estado tonteando con él... Pero por ahora, hoy mismo, justamente en ese momento no lo sabía y no era adivina tampoco como para conocer de lo que se enteraría a la mañana siguiente. Le respondió "gracias, tu también" de inmediato, por cortesía más que porque fuera realmente cierto, pues esa frase no era lo que esperaba él dijera...

Por un instante llegó a alegrarse de volver a un tema normal, puso sus ojos en las estanterías escuchándolo atento dispuesta a ayudarlo, a pensar que el baile había sido una cuestión simpática sin nada que ver con el coqueteo. Pero la ilusión de "comodidad" se le esfumó rapidísimo en forma de carcajada sonora y nerviosa! Ese chico tenía todos los recursos! Todos todos!... era guapo, buena gente, simpático, divertido, ocurrente! A Sofie le gustaba mucho la ocurrencia (siempre que no fuera grotesca). Esta vez no se tapó la boca, ya era muy tarde para amortiguar el sonido. Respiró profundo y bajo la vista hasta los zapatos de ambos. - Debo estar toda ruborizada-

No contestó a su pregunta, porque ella también dijo la primero que se le ocurrió: la verdad irrefutable de sentir las mejillas arder. Tampoco era un color exagerado, y el maquillaje diario ayudaba, pero lo sentía! Sentía lo cálido en el rostro y eso tenía una imagen evidentemente rosada!... Levantó la vista y sonriendo de su tontería se tocó las mejillas para que el frío de la palma le ayudase a volver a la normalidad. - Yo estoy tonta, pero tu ayudas poniéndome nerviosa!-

Lo peor! Aun no había respondido nada. Inició a caminar para salir de ese pasillo desierto pero asegurándose que Adrian la siguiera a ritmo. - Era una broma?... O ... Puedo contestar con seriedad? - No creía que fuera una broma. Lo mataba ahí mismo si era una broma! Pero contestar con una pregunta era una gran estrategia para ganar tiempo y evaluar las situaciones. Contestar con una pregunta "pasaba la pelota" y hacía seguir el juego sin perder puntos. Para cada situación una estrategia, para cada persona una forma y a ella le gustaba mucha hacerse la coqueta.

Sintió como la joven se interesaba realmente por intentar encontrar los libros que había venido a buscar y río de manera sonora para escuchar nuevamente un “Shhhhh” al ver como la chica se ruborizaba. Era curioso como le gustaba siempre ir de aquí para allá preocupándose poco o nada de lo que puedan pensar los demás y quizás ese fue el fallo, no había pensado mucho que lo de ir a tomar una copa podía interpretarse como una cita. En un primer momento no lo era o al menos el joven lo había dicho más para pasar un rato divertido en buena compañía que como una cita, pues realmente la joven le caía muy bien y quería conocerla mejor. De alguna manera prefirió no aclarárselo directamente y que ella actuase como pensase actuar, era divertido ver como se comportaban las personas y más si en la información que se daba faltaba algún elemento importante para entenderlo todo.

Le dijo que le ponía nerviosa y volvió a reír, pero esta vez sin hacer tanto ruido, soltando algo de aire por la nariz.

-No estabas tan nerviosa aquella tarde en Barcelona.

Le gustaba mostrarse pícaro, la joven empezó a salir del pasillo y el chico la siguió, no sin antes coger al vuelo el libro que necesitaba de la estantería, el cual sabia de sobras donde se encontraba.

-No, no te lo digo en broma, realmente quiero ir a tomar algo contigo y que me cuentes más de ti, vivo con la esperanza que me invites este verano a Barcelona, tengo muchas ganas de volver por allí, ahí y que me enseñes a hablar mejor el español… Uhmm, aunque pensándolo mejor quizás te sentirías muy incomoda estando a solas conmigo, si te apetece puedes venir con alguien más, no me importa si así te encuentras mejor.

Sonrío de forma agradable.

-Créeme que cuando llevemos varios días de clase agradecerás que te haya dicho de ir a tomar algo, porque lo necesitaras.

Lo escuchó atenta, pero sin mirarlo a la cara pues iba pensando y repensando que debía contestar, que estaba proponiendo él exactamente y donde diablos había quedado la ventana en donde su libreta y bolígrafo la esperaban!!!

- No me siento incomoda contigo... - con tanto sonrrojo y risitas era obvio que el chico pensase eso, no?... pero eran sus reacciones normales al susto o sorpresa o a no saber que hacer... O quizá porque la palabra "incomodidad" solo la veía con su sentido negativo, ella la usaba para situaciones en donde NO quería andar con esa persona cerca y no era el caso con Adrian! not at all! -... solo ando algo tonta!... Y en barcelona no estaba nerviosa porque no eras brujo..-

Y no dio más explicaciones, porque no las tenía y las que tenía en mente no iba a compartirlas tan fácil. Podían tildarla de racista pero en su mundo el muggle se sentía más confiada, lo conocía, sabía todo! En cambio, los brujos... los brujos eran otra cosa y ella pretendía que allí le saliera todo bien como en el otro!. Podía decirle eso sin sonar como una niña altanera y airada? mmm...

-... eso es lo que anda diciendo todo mundo! - lo miró y sonrió. Aquello de que para sobrevivir en la uni había que beberse hasta el agua de los floreros. No lo entendía pero tenía que creerlo pues todos pensaban así y ella "la nueva" no era quién ni tenía con qué ir desconfiando de la experiencia ajena. -... Tendré que acostumbrarme a tontas cosas nuevas.. Ni mis amigos tecnológicos funcionan aquí!... pero eso del alcohol pues... - es que era una tonta que con un vaso de vino podía terminar desnuda recitando las mañanitas en medio del aula magna. -... Prometo que cuando necesite una copa, serás al que avise primero!... Y espero que estés disponible en ese momento, que si no mi oferta de vacacionar en Barcelona se cancela... Es un trato? -

Se giró hacia él y le extendió la mano para pactar aquello. Era una forma de decir "si" sin tener que cumplirlo al día siguiente. Lo miró a los ojos y de inmediato pensó que capaz terminaban siendo grandes amigos y todo! A menos que en los días venideros se enterara de que era un patán mentiroso que sacaba puros trolls. Allí detras de Adrian, como uluminación divina la ventana dodne había estado!!

-... Si!... mi bolígrafo!! -terminado el trato fue corriendo a recuperarlo, quedando como loca enamorada altamente desesperada por las tintas y cartuchos! Pero tenía un valor monetario ese bolígrafo, y sobre todo uno sentimental.

La joven le confesó que no se sentía incomoda con él si no más bien atontada por la sorpresa del momento y le dijo algo que le sorprendió, ¿Qué tenia que ver que fuese brujo o dejase de serlo? Él era la misma persona… No lo entendía así que con tono curioso le preguntó:

-¿Qué tiene que ver que ahora sea brujo? Tu también lo eres.

Se llevo la mano a la boca simulando que se acababa de enterar de aquello y le sonrió. Continuaron hablando sobre quedar una noche para tomar algo, la chica le dijo que harían un trato en el que él seria el primero a quien acudiría cuando necesitase un trago y que debía de estar disponible.

-por supuesto que si, además me muero de ganas de volver a Barcelona. Piensa que al acompañarte no tendrás que preocuparte por beber más o menos porque te vigilare y cuidare para que no hagas nada raro.

Le guiño un ojo y se dieron la mano, sabia de gente que era beber un poco y volverse otra persona, suponía que no era el caso de Sofie, pero seguro que así al menos transmitía seguridad. La joven le miro a los ojos, ¿en que estaría pensando? Aunque no tardo mucho en descubrirlo al ver como por idea divina se acordó de sus enseres y se dirigió a por ellos.

-Cuanto amor por tus pertenencias, aunque bueno he visto que hoy no era del todo tu día para escribir.

Miro la tapa de su libro y se quedo allí de pie unos segundos pensando.

-Yo ya tengo el libro que necesitaba ¿vamos fuera juntos o te quedas aquí a ver si viene la inspiración?

Eso de "te vigilare y cuidare para que no hagas nada raro" le encantó. Así simple. Tenía amigas, en el mundo muggle claro, que se hubiera desganado con frases de ese estilo sobre protector y entendiendo que las trataban por demás de niñas ingenuas y desvalidas, pero Sofie no. Ella se sentía muy a gusto en esas relaciones y en esa posición; su madre le decía, casi burlonamente, que era por andar buscando el padre que le faltaba en cualquier sitio. Pero como fuera, si decían que cuidarían de ella, Sofie creía y creer le daba confianza. Tampoco era la joven más temerosa del mundo, pero sus nervios eran evidentes y la pasaba mucho mejor cuando entendía exactamente en que se metía, cual era el mundo que la rodeaba o quien la acompañaba.

- Ah esto? si!! - dijo levantando el bolígrafo - Es que me lo regaló mi padrino y pues.. nada, tonterías de niñita.. jajaj... Quizá lo conoscas... Se llama Dave Rayder, es un...- se quedó un momento pues el ingles a veces muy pocas veces se le escaba- Rokero muy conocido en USA... -

Sofie no sabía que tan informados andaban los magos sobre la música muggle, como tampoco contaba con el dato de que Adrian era amigo de Luke, el hijo del mismísimo rokero del que le estaba hablando... A su vez lo que Adrian no sabía ni sabría jamás, es que a Sofie más que por ser el regalo de su padrino, le importaba porque podía llegar a ser el de su padre....Como tenía la coartada perfecta de hablar sobre Dave con emoción, porque era su padrino de ley y un rockstard y esas cosas, aprovechaba para hacerlo, aunque en verdad aun no se decidía si creerse sus propias mentiras o no... un embrollo muy grande como para comentárselo a nadie.

- no no... Vamos afuera!... ya ni modo con la inspiración dichosa esa! tomó sus dos cosas y salieron de allí.

- - -
Cierro!