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LEYES MÁGICAS I
+2
Elazar Selvaggi
Alexey Nikonov
6 participantes
Universidad Brigantia de Estudios Mágicos :: Facultades :: Facultad Cerridwen :: Aulas :: Leyes Mágicas
Página 1 de 1.
LEYES MÁGICAS I
No se sentía cómodo con las clases de cosas que estaban ocurriendo en Brigantia desde hacía un par de meses hasta el día de hoy. Sentía cariño y respeto por la institución, recordaba de manera grata los días que había pasado ahí cuando joven, pero el Brigantia que recordaba no tenía nada que ver con el que lo acababa de recibir para formar parte de las filas docentes. Asesinatos y licántropos enfurecidos libres, amenazas de orgía en pleno evento escolar. Cosas como esas jamás habrían tenido lugar cuando fue estudiante, no en tiempos de paz, que era mucho más de lo que veía a algunos jóvenes valorando.
Había enviado un comunicado a los alumnos que estaban inscritos en Leyes para que se presentaran ese día puntuales y con instrucciones muy precisas sobre cómo presentarse al aula y con qué bibliografía. Había dejado también un aviso en el tablón de anuncios para poder compartir la información a los oyentes. Entendía que no había sido un buen semestre para los estudiantes, que habían tenido que areglárselas por más de dos meses básicamente por su cuenta debido a problemas de salud con quien hubiera sido el anterior profesor de su carrera. Lo tomaba en cuenta, por supuesto que sí. Esperaba poder nivelar al grupo pues si intención era por completo la de ayudarlos, no perjudicarlos.
Una de las cosas en las que creía era la disciplina. Si la clase iniciaba a las 9 de la mañana entonces a las 9 en punto se cerraban puertas, y lo sentía mucho por quienes se presentaran tarde y se encontraran con había una traba mágica en el seguro que iba a impedirles pasar. Ahora, que llegar a tiempo tampoco iba a ser garantía de poder sentarse a tomar clases. Había sido muy claro en la manera que esperaba se presentaran. No estaba exigiendo túnicas de precios exorbitantes, así que eso no era excusa, pero su clase iba a ser tomada en serio y no iba a tolerar a ningún irresponsable con pinta de haber salido de la cama cinco minutos antes de comenzar.
Su nombre ya estaba escrito en la pizarra. Estaba de frente al aula, observándolo a todos para comenzar a memorizar sus rostros, tan sólo esperando a que el reloj diera las nueve. Que fueran acostumbrándose que a la hora acordada era la hora a la que se comenzaba sin ningún tipo de retraso. Así iba a ser en los tribunales por el resto de su vidas si decidían dedicarse de lleno a las Leyes, por que sabía que no a todos los que veía ese día los despediría decidirían terminar la carrera.
- Buenos días jóvenes, si me permiten su atención vamos a comenzar con la clase. Mi nombre es Alexey Nikonov y voy a ser su Profesor lo que resta del semestre. - Comenzó a hablar con tono firme y claro, los rastros de su acento eran mínimos así que eso no debería ser ningún problema para que pudieran entenderle. Había al fondo un par de señoritas que no dejaban de cuchichear entre ellas pero eso no lo detuvo. Si pretendían enterarse de algo más les valía que se callaran de una vez, o que quien había tenido la mala fortuna de sentarse a su alrededor se decidiera a mandarlas callar para poder escuchar algo.
- Tengo entendido que han tenido problemas con el antiguo profesor en cuanto a la regularidad de las clases impartidas así que haremos lo posible por tratar de compensar el tiempo perdido, así que vamos a tratar de agilizar las presentaciones. Tengo aquí un esquema de esta que será nuestra aula de ahora en adelante donde vienen numerados los asientos disponibles. Necesito que me hagan el favor de ir anotando sus nombres en la casilla que corresponda al lugar que han tomado. Si me hace el favor... - Le entregó el pergamino al alumno que le quedaba más cerca para que empezara a hacer circular la lista. En cuanto los alumnos se fueran anotando, un letrero que mostraría sus nombres iría apareciendo frente a ellos.
- Primero que nada, dejar en claro la normativa por la que vamos a regirnos. Si el horario estipula que las clases inician a las 9, a las nueve se cierran las puertas y no hay consideraciones especiales para nadie, aunque de la misma manera me comprometo a terminar con la lección del día a la hora que tengo asignada.
Llegaran aquí presentables y con la seriedad que la materia requiere. No me importa si fuera del aula las blusas bien abotonadas y los zapatos de vestir les provocan urticaria, pero aquí se les va a formar como profesionistas y por lo mismo se les va a exigir se comporten como tal. No hay tribunal en en ningún país que vaya a permitir a un Abogado litigar viéndose como vagabundo. Caballeros, si no saben anudar corbatas, es buen momento para averiguar cómo se hace.
Me ha llegado la noticia de que algunos de sus compañeros son aficionados a iniciar... peleas dentro del aula de clases. Que sepan que eso es algo que no se tolerará aquí. Se exige ante todo respeto en la manera que tienen de dirigirse y comportarse entre ustedes. Primera persona en perder los papeles de esa manera quedará expulsada automáticamente del aula y espero goce de una mente prodigiosa como para aprobar el exámen extraordinario al final del semestre sin haber estado presente en clases. Los ensayos e investigaciones que han de entregar se reciben únicamente en la fecha acordada y fallar en la entrega es calificación reprobatoria automática. Los pergaminos se recibirán únicamente escritos con pluma y tinta negra y caligrafía prolija. Si tienen pezuñas en vez de dedos les recomiendo invertir en una vuelapluma de calidad. ¿Alguna duda hasta el momento de cómo funcionará la dinámica en esta aula? Por favor, siéntanse en libertad de hacer preguntas. ¿Dónde va ese listado, si me pueden informar? -
----
Próxima actualización el sábado por la noche.
Son libres de hacer, decir, preguntar, deshacer y gritonear lo que les de en gana mientras me pasen la lista y se anoten para tener su letrerito, ni crean que me voy a aprender todos sus nombres a la primera ¬¬
Había enviado un comunicado a los alumnos que estaban inscritos en Leyes para que se presentaran ese día puntuales y con instrucciones muy precisas sobre cómo presentarse al aula y con qué bibliografía. Había dejado también un aviso en el tablón de anuncios para poder compartir la información a los oyentes. Entendía que no había sido un buen semestre para los estudiantes, que habían tenido que areglárselas por más de dos meses básicamente por su cuenta debido a problemas de salud con quien hubiera sido el anterior profesor de su carrera. Lo tomaba en cuenta, por supuesto que sí. Esperaba poder nivelar al grupo pues si intención era por completo la de ayudarlos, no perjudicarlos.
Una de las cosas en las que creía era la disciplina. Si la clase iniciaba a las 9 de la mañana entonces a las 9 en punto se cerraban puertas, y lo sentía mucho por quienes se presentaran tarde y se encontraran con había una traba mágica en el seguro que iba a impedirles pasar. Ahora, que llegar a tiempo tampoco iba a ser garantía de poder sentarse a tomar clases. Había sido muy claro en la manera que esperaba se presentaran. No estaba exigiendo túnicas de precios exorbitantes, así que eso no era excusa, pero su clase iba a ser tomada en serio y no iba a tolerar a ningún irresponsable con pinta de haber salido de la cama cinco minutos antes de comenzar.
Su nombre ya estaba escrito en la pizarra. Estaba de frente al aula, observándolo a todos para comenzar a memorizar sus rostros, tan sólo esperando a que el reloj diera las nueve. Que fueran acostumbrándose que a la hora acordada era la hora a la que se comenzaba sin ningún tipo de retraso. Así iba a ser en los tribunales por el resto de su vidas si decidían dedicarse de lleno a las Leyes, por que sabía que no a todos los que veía ese día los despediría decidirían terminar la carrera.
- Buenos días jóvenes, si me permiten su atención vamos a comenzar con la clase. Mi nombre es Alexey Nikonov y voy a ser su Profesor lo que resta del semestre. - Comenzó a hablar con tono firme y claro, los rastros de su acento eran mínimos así que eso no debería ser ningún problema para que pudieran entenderle. Había al fondo un par de señoritas que no dejaban de cuchichear entre ellas pero eso no lo detuvo. Si pretendían enterarse de algo más les valía que se callaran de una vez, o que quien había tenido la mala fortuna de sentarse a su alrededor se decidiera a mandarlas callar para poder escuchar algo.
- Tengo entendido que han tenido problemas con el antiguo profesor en cuanto a la regularidad de las clases impartidas así que haremos lo posible por tratar de compensar el tiempo perdido, así que vamos a tratar de agilizar las presentaciones. Tengo aquí un esquema de esta que será nuestra aula de ahora en adelante donde vienen numerados los asientos disponibles. Necesito que me hagan el favor de ir anotando sus nombres en la casilla que corresponda al lugar que han tomado. Si me hace el favor... - Le entregó el pergamino al alumno que le quedaba más cerca para que empezara a hacer circular la lista. En cuanto los alumnos se fueran anotando, un letrero que mostraría sus nombres iría apareciendo frente a ellos.
- Primero que nada, dejar en claro la normativa por la que vamos a regirnos. Si el horario estipula que las clases inician a las 9, a las nueve se cierran las puertas y no hay consideraciones especiales para nadie, aunque de la misma manera me comprometo a terminar con la lección del día a la hora que tengo asignada.
Llegaran aquí presentables y con la seriedad que la materia requiere. No me importa si fuera del aula las blusas bien abotonadas y los zapatos de vestir les provocan urticaria, pero aquí se les va a formar como profesionistas y por lo mismo se les va a exigir se comporten como tal. No hay tribunal en en ningún país que vaya a permitir a un Abogado litigar viéndose como vagabundo. Caballeros, si no saben anudar corbatas, es buen momento para averiguar cómo se hace.
Me ha llegado la noticia de que algunos de sus compañeros son aficionados a iniciar... peleas dentro del aula de clases. Que sepan que eso es algo que no se tolerará aquí. Se exige ante todo respeto en la manera que tienen de dirigirse y comportarse entre ustedes. Primera persona en perder los papeles de esa manera quedará expulsada automáticamente del aula y espero goce de una mente prodigiosa como para aprobar el exámen extraordinario al final del semestre sin haber estado presente en clases. Los ensayos e investigaciones que han de entregar se reciben únicamente en la fecha acordada y fallar en la entrega es calificación reprobatoria automática. Los pergaminos se recibirán únicamente escritos con pluma y tinta negra y caligrafía prolija. Si tienen pezuñas en vez de dedos les recomiendo invertir en una vuelapluma de calidad. ¿Alguna duda hasta el momento de cómo funcionará la dinámica en esta aula? Por favor, siéntanse en libertad de hacer preguntas. ¿Dónde va ese listado, si me pueden informar? -
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Próxima actualización el sábado por la noche.
Son libres de hacer, decir, preguntar, deshacer y gritonear lo que les de en gana mientras me pasen la lista y se anoten para tener su letrerito, ni crean que me voy a aprender todos sus nombres a la primera ¬¬
Alexey Nikonov- Mensajes : 4
Fecha de inscripción : 21/10/2012
Re: LEYES MÁGICAS I
Lo que estaba pasando ese año con el profesor de leyes era algo realmente complicado de entender. ¿Qué pasaba con el posible sustituto? Hacía como mil años que podría haberse presentado ya de una vez allí y así haberles dado clases desde un principio, porque apenas habían tenido alguna que otra clase de su carrera y todo porque parecía que el profesor titular tenía algún problema raro de salud.
A él, por feo que sonara, no le importaba mucho la salud de su profesor, no era una de esas personas que se preocupan por ti o te muestran calidez humana, simplemente estaba ahí para enseñar y ni preocuparse por sus alumnos se le daba en gana, así que… bueno, él tampoco iba a preocuparse muchísimo por él ni nada parecido.
La cosa es que llegó el aviso de que al fin estaba aquí el profesor nuevo, después de tanto tiempo esperándolo había llegado y al parecer con ideas muy fijas sobre ciertos aspectos de clase. Esa mañana, impaciente por conocer al nuevo profesor se había despertado con mucho tiempo de antelación, dado una buena ducha y bueno… se entretuvo con el pelo. Entre las normas ponía mucho énfasis en el arreglo personal y no estaba seguro de que al nuevo profesor le sirviera que simplemente se alisara el pelo y lo llevara largo y bonito, así que en contra de todos sus principios (por decirlo de alguna forma) logró recogerse el cabello logrando que más o menos quedara como un recogido bastante masculino aunque el mechón más corto delante se negaba a entrar en el moño disimulado que llevaba en la nuca. Con aquello más o menos arreglado y tan bien vestido como siempre con camisa, túnica y pantalones salió a la zona común, donde, por suerte, se cruzó con Blake, compañero de carrera, pidiéndole el gran favor de anudarle la corbata que nunca usaba porque ni idea tenía de hacer aquello.
Una vez en clase se sintió aliviado por haber llegado a tiempo e incluso un poco antes y haber seguido las instrucciones, parecía un profesor muy serio y no tenía ganas de comenzar mal con él. Anotó su nombre en el borde superior del pergamino para no olvidarlo y después de apuntar su lugar en la lista, ahí donde había ido a sentarse, oyó el resto de la charla inicial.
-Profesor… Nikonov – dijo intentando recordar el apellido del mismo, para demostrar que realmente estaba atento a su presentación y demás –solo tengo una pequeña duda sobre el temario de clase, como usted a dicho estamos un poco atrasado en cuanto a materia explicada y al final de curso en los exámenes se supone que entraría todo lo que se debió dar en el semestre… ¿nos facilitará una bibliografía para consultar los temas que no dé tiempo a tocar o avanzaremos mediante trabajos… o como?
Sintió que estaba como metiendo un poco de presión quizás al profesor al hacer esa pregunta tan pronto, pero ya lo había pensado, la opción de trabajos para adelantar temas livianos no estaría mal, al menos no para él. Y ese año no quería que se repitiera lo del curso anterior que logró aprobar con la nota más baja. No. Esta vez su meta era ir sobrado, con algo de suerte.
A él, por feo que sonara, no le importaba mucho la salud de su profesor, no era una de esas personas que se preocupan por ti o te muestran calidez humana, simplemente estaba ahí para enseñar y ni preocuparse por sus alumnos se le daba en gana, así que… bueno, él tampoco iba a preocuparse muchísimo por él ni nada parecido.
La cosa es que llegó el aviso de que al fin estaba aquí el profesor nuevo, después de tanto tiempo esperándolo había llegado y al parecer con ideas muy fijas sobre ciertos aspectos de clase. Esa mañana, impaciente por conocer al nuevo profesor se había despertado con mucho tiempo de antelación, dado una buena ducha y bueno… se entretuvo con el pelo. Entre las normas ponía mucho énfasis en el arreglo personal y no estaba seguro de que al nuevo profesor le sirviera que simplemente se alisara el pelo y lo llevara largo y bonito, así que en contra de todos sus principios (por decirlo de alguna forma) logró recogerse el cabello logrando que más o menos quedara como un recogido bastante masculino aunque el mechón más corto delante se negaba a entrar en el moño disimulado que llevaba en la nuca. Con aquello más o menos arreglado y tan bien vestido como siempre con camisa, túnica y pantalones salió a la zona común, donde, por suerte, se cruzó con Blake, compañero de carrera, pidiéndole el gran favor de anudarle la corbata que nunca usaba porque ni idea tenía de hacer aquello.
Una vez en clase se sintió aliviado por haber llegado a tiempo e incluso un poco antes y haber seguido las instrucciones, parecía un profesor muy serio y no tenía ganas de comenzar mal con él. Anotó su nombre en el borde superior del pergamino para no olvidarlo y después de apuntar su lugar en la lista, ahí donde había ido a sentarse, oyó el resto de la charla inicial.
-Profesor… Nikonov – dijo intentando recordar el apellido del mismo, para demostrar que realmente estaba atento a su presentación y demás –solo tengo una pequeña duda sobre el temario de clase, como usted a dicho estamos un poco atrasado en cuanto a materia explicada y al final de curso en los exámenes se supone que entraría todo lo que se debió dar en el semestre… ¿nos facilitará una bibliografía para consultar los temas que no dé tiempo a tocar o avanzaremos mediante trabajos… o como?
Sintió que estaba como metiendo un poco de presión quizás al profesor al hacer esa pregunta tan pronto, pero ya lo había pensado, la opción de trabajos para adelantar temas livianos no estaría mal, al menos no para él. Y ese año no quería que se repitiera lo del curso anterior que logró aprobar con la nota más baja. No. Esta vez su meta era ir sobrado, con algo de suerte.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: LEYES MÁGICAS I
Blake, como siempre, siguió una rutina fácil y muy lógica. Sus años de estudio en una escuela tan disciplinada como Durmstrang habían logrado que el chico adquiriera unas costumbres muy concretas, sobre todo a la hora de la presentación en clase, que aquel profesor dijera que había que ir de tal o cual manera para él no significaba nada porque por costumbre solía ir bien presentado a esos sitios.
Se había arreglado como siempre, como la costumbre dictaba, después, para lo que era salir de normal por la escuela aquello cambiaba, pero en ese momento no estaba para ello. Una camisa, una capa y la corbata de tonos morados (oscuros) con algún motivo bien disimulado.
Al salir de camino al aula fue asaltado por Selvaggi, haciendo lo que él le pedía, al parecer el chico no tenía ni idea de cómo anudarse una corbata, pero como a él no le costaba nada ayudarlo lo hizo sin problema, dejándosela ajustada y le recordó que si la sacaba sin deshacerlo la tendría lista para usarla tantas veces quisiera.
Una vez en el aula se sentó cerca del italiano, solo porque habían estado hablando hasta el momento en el que se abrieron las puertas de entrada. Esperó a que llegara la lista para inscribirse en ella escribiendo su nombre completo con una perfecta caligrafía.
En cuanto terminó de escribirlo oyó como su compañero preguntaba aquello, eso era algo que le interesaría oír también, de modo que simplemente esperó la respuesta que el profesor diera a aquella pregunta sin decir o hacer más, tampoco tenía nada que hacer en ese momento, el profesor había hablado de normas de niños y cosas que a él… pues poco le llamaban a preguntar nada o hacer comentarios ni siquiera mínimamente interesantes, había que decir que si no avanzaba un poco, entre el retraso con sus sustitución y la lentitud de la clase no iban a terminar nunca el temario.
Se había arreglado como siempre, como la costumbre dictaba, después, para lo que era salir de normal por la escuela aquello cambiaba, pero en ese momento no estaba para ello. Una camisa, una capa y la corbata de tonos morados (oscuros) con algún motivo bien disimulado.
Al salir de camino al aula fue asaltado por Selvaggi, haciendo lo que él le pedía, al parecer el chico no tenía ni idea de cómo anudarse una corbata, pero como a él no le costaba nada ayudarlo lo hizo sin problema, dejándosela ajustada y le recordó que si la sacaba sin deshacerlo la tendría lista para usarla tantas veces quisiera.
Una vez en el aula se sentó cerca del italiano, solo porque habían estado hablando hasta el momento en el que se abrieron las puertas de entrada. Esperó a que llegara la lista para inscribirse en ella escribiendo su nombre completo con una perfecta caligrafía.
En cuanto terminó de escribirlo oyó como su compañero preguntaba aquello, eso era algo que le interesaría oír también, de modo que simplemente esperó la respuesta que el profesor diera a aquella pregunta sin decir o hacer más, tampoco tenía nada que hacer en ese momento, el profesor había hablado de normas de niños y cosas que a él… pues poco le llamaban a preguntar nada o hacer comentarios ni siquiera mínimamente interesantes, había que decir que si no avanzaba un poco, entre el retraso con sus sustitución y la lentitud de la clase no iban a terminar nunca el temario.
Blake D. Thomas- Mensajes : 53
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: LEYES MÁGICAS I
Su padre ni siquiera le tuvo que escribir para recordarle que fuera buena chica aplicada en el aula de Leyes, especialmente tomando en cuenta quién iba a ser el profesor. Pearlie sabía perfectamente que un buen rendimiento en clase con Nikonov iba a dar buenos frutos a futuro, durara siendo profesor solo ese semestre o todo lo que faltaba de la carrera. Eligió un asiento en la línea de enfrente, asunto que ya era por sí mismo una declaración de principios –era la única clase donde se sentaba ahí- y había llegado puntual también, nada de andar derrapando por los pasillos.
Sobre la presentación, pues iba vestida técnicamente como siempre y claro que encima llevaba una ligera túnica color negro, sobria y conservadora. Así que en lo que a ella respectaba, ningún maestro nunca se le iba a quejar del aspecto, porque sería una deshonra.
Y nada, callada escuchaba a cada palabra aunque tampoco era como si estuviera diciendo todavía ningunas palabras de profeta, pero aún así, era simple respeto. Claro que al llegar al aula había saludado al menos a Blake y a Elazar de lejos, que eran compañeros de carrera y facultad, igual a otros conocidos y amigos, pero en cuanto Nikonov había abierto la boca, ella cerró tal cual la suya.
Y bueno, a ella las reglas le parecían básicas, así que le pareció pertinente que el profesor enumerara su método de trabajo y sus reglas hasta para como entregar los pergaminos, porque siempre siempre había quién salía con la chistosada de “pero usted no dijo nada sobre…”. Así que nada, las cosas claras. Tampoco esperaba que llegara diciendo “saquen sus varitas, ganaremos este juicio a base de hechizos”
Fue de las primeras en anotar su nombre en la lista. No tenía letra perfecta de niña, por cierto –la mayoría la tenían, a saber por qué, como si fuera algo de los cromosomas- pero era perfectamente legible, aunque eso de invertir en una vuelapluma de calidad para entregar los trabajos no sonaba nada mal.
Total que su nombre apareció al frente y luego miró un poco hacia donde estaba Elazar para escuchar su inquietud, que técnicamente era una que seguro todos –o a los que les importaba- compartirían. Ella había hecho trabajo por su cuenta y había entregado todos los trabajos –por más tontos que fueran- que el profesor enfermo había pedido y que de seguro ni había revisado, pero sentía que técnicamente seguía en blanco en su aprendizaje.
Sobre la presentación, pues iba vestida técnicamente como siempre y claro que encima llevaba una ligera túnica color negro, sobria y conservadora. Así que en lo que a ella respectaba, ningún maestro nunca se le iba a quejar del aspecto, porque sería una deshonra.
Y nada, callada escuchaba a cada palabra aunque tampoco era como si estuviera diciendo todavía ningunas palabras de profeta, pero aún así, era simple respeto. Claro que al llegar al aula había saludado al menos a Blake y a Elazar de lejos, que eran compañeros de carrera y facultad, igual a otros conocidos y amigos, pero en cuanto Nikonov había abierto la boca, ella cerró tal cual la suya.
Y bueno, a ella las reglas le parecían básicas, así que le pareció pertinente que el profesor enumerara su método de trabajo y sus reglas hasta para como entregar los pergaminos, porque siempre siempre había quién salía con la chistosada de “pero usted no dijo nada sobre…”. Así que nada, las cosas claras. Tampoco esperaba que llegara diciendo “saquen sus varitas, ganaremos este juicio a base de hechizos”
Fue de las primeras en anotar su nombre en la lista. No tenía letra perfecta de niña, por cierto –la mayoría la tenían, a saber por qué, como si fuera algo de los cromosomas- pero era perfectamente legible, aunque eso de invertir en una vuelapluma de calidad para entregar los trabajos no sonaba nada mal.
Total que su nombre apareció al frente y luego miró un poco hacia donde estaba Elazar para escuchar su inquietud, que técnicamente era una que seguro todos –o a los que les importaba- compartirían. Ella había hecho trabajo por su cuenta y había entregado todos los trabajos –por más tontos que fueran- que el profesor enfermo había pedido y que de seguro ni había revisado, pero sentía que técnicamente seguía en blanco en su aprendizaje.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: LEYES MÁGICAS I
Charles había llegado excesivamente temprano, vestido como siempre, pero sumada la corbata, pues así parecía requerirlo el profesor. A él personalmente le daban igual esas cosas, y si vestía con chaleco y camisa era porque así había sido siempre y no porque hubiera de fondo una decisión trascendental sobre códigos de vestuario. Una vez una novia de verano le había dicho que para ser conservador y ricachón bastante mal se vestía, pero Charles alzó los hombros y siguió besándola.
Sin dudas y también por costumbre de tantos años, se sentó en el último banco posible, de la hilera más lejana a la puerta, cerca de aquellas chicas que parloteaban incluso cuando el profesor ya había tomado la palabra. Él por su parte, tenía unos libros sobre el banco, el tintero y una pluma aunque buena, gastada por el uso, y esperaba tranquilo, sosteniéndose el rostro por el mentón que la clase tomara cuerpo.
Era su último año en Brigantia, había visto varios profesores pasar, y quería creer que el ruso sería mejor que el anterior al menos, aunque seguro no superaba a su profesor del primer año; un tipo que parecía haberlo sabido todo y que sobre todo venía de la escuela inglesa. Charles no presentaba mayores prejuicios en cuanto a eso, pero una cosa era cierta: las leyes, los principios fundantes cambiaban demasiado de un territorio a otro pues se constituían en base a las vivencias y conflictos más arcaicos de los que hubiera memoria, luego se pasaban a la tinta. Y empezando por esto, cuanto podría estar adaptado el robusto hombre aquel a lo que la magia inglesa pretendía para sí?
Luego de que un rubio (Elazar) formulara la pregunta Charles pidió la palabra. No contestaría lo que al profesor competía, pero con su tono neutro lanzó una invitación anexa - los alumnos de tercero hemos empezado unas reuniones este año, a partir de la ausencia de profesor, así que... está abierta la invitación a quien tenga dudas o simplemente le plazca pasarse por allí... Nos juntamos los martes y jueves en la biblioteca, luego de la cena. - Nada más, cerró la boca justo cuando el pergamino llegaba a él para que anotase su nombre.
Eran unas reuniones totalmente informales, que habían surgido de la ausencia de clase, entre alumnos que ya se conocían de años y no tenían mayor cosa que hacer que querer recibirse, egresar de una vez y dejar el banco en Brigantia para tomar uno en el ministerio. A veces discutían a viva voz, otras charlaban de idioteces, las menos habían hecho juntos los trabajo que el profesor enfermo mandaba por correo. Pero allí estaban, entre libros y conocimientos adquiridos en dos años dispuestos a ponerlos en función de quien los necesitase.
Sin dudas y también por costumbre de tantos años, se sentó en el último banco posible, de la hilera más lejana a la puerta, cerca de aquellas chicas que parloteaban incluso cuando el profesor ya había tomado la palabra. Él por su parte, tenía unos libros sobre el banco, el tintero y una pluma aunque buena, gastada por el uso, y esperaba tranquilo, sosteniéndose el rostro por el mentón que la clase tomara cuerpo.
Era su último año en Brigantia, había visto varios profesores pasar, y quería creer que el ruso sería mejor que el anterior al menos, aunque seguro no superaba a su profesor del primer año; un tipo que parecía haberlo sabido todo y que sobre todo venía de la escuela inglesa. Charles no presentaba mayores prejuicios en cuanto a eso, pero una cosa era cierta: las leyes, los principios fundantes cambiaban demasiado de un territorio a otro pues se constituían en base a las vivencias y conflictos más arcaicos de los que hubiera memoria, luego se pasaban a la tinta. Y empezando por esto, cuanto podría estar adaptado el robusto hombre aquel a lo que la magia inglesa pretendía para sí?
Luego de que un rubio (Elazar) formulara la pregunta Charles pidió la palabra. No contestaría lo que al profesor competía, pero con su tono neutro lanzó una invitación anexa - los alumnos de tercero hemos empezado unas reuniones este año, a partir de la ausencia de profesor, así que... está abierta la invitación a quien tenga dudas o simplemente le plazca pasarse por allí... Nos juntamos los martes y jueves en la biblioteca, luego de la cena. - Nada más, cerró la boca justo cuando el pergamino llegaba a él para que anotase su nombre.
Eran unas reuniones totalmente informales, que habían surgido de la ausencia de clase, entre alumnos que ya se conocían de años y no tenían mayor cosa que hacer que querer recibirse, egresar de una vez y dejar el banco en Brigantia para tomar uno en el ministerio. A veces discutían a viva voz, otras charlaban de idioteces, las menos habían hecho juntos los trabajo que el profesor enfermo mandaba por correo. Pero allí estaban, entre libros y conocimientos adquiridos en dos años dispuestos a ponerlos en función de quien los necesitase.
Charles Luttrell- Mensajes : 109
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Re: LEYES MÁGICAS I
Ya empezaba a creer que debería cambiar de universidad si el decanato no hacía nada para procurar un buen profesor de Leyes. Había intentado no perder el curso, pasaba el día en la biblioteca leyendo libros, empapándose de conocimientos y tragándose su orgullo. pidió la lista de libros de primer curso a Charles para leer el temario que él ya había dado como alumno avanzado de carrera. Claro que no era productivo su método. Ir a ciegas sin una persona que instruyera a los alumnos, sacaba a Othilia de las casillas pero por suerte había aparecido un profesor antes de que la paciencia de la holandesa rebasara sus límites, Nikonov.
Entró en el aula vestida como solía hacer pero ese día había optado por una capa más corta y cómoda. Llevaba su cartera marrón de cuero de dragón entre la mano derecha cubierta por los clásicos guantes. Quedó en la puerta observando el aula para escoger el lugar indicado, revisó los asientos y los alumnos pero como ninguno pasó el examen mental de sangre en la cabeza de la chica (descartó directamente a aquellos que no conocía), optó por la opción más sencilla. Caminó hacia dónde se encontraba Charles, ocupando el lugar que había justo a su izquierda y solo sacó sus cosas para escribir, tomar apuntes, sin mencionar un “hola mi amor”, eso sí, alzó la cabeza, paseó una mirada por su atuendo y tras parpadear, sin emitir un juicio, volvió la cabeza hacia el frente para escuchar las primeras palabras del profesor.
Fue atenta para escuchar todas las indicaciones pese al cacareo de fondo. Los puntos sobre obligaciones del alumnado y todo pareció correcto para la rubia platino. Dedicó una mirada fría y lacerante a las chicas que osaban interrumpir la clase con su habladuría antes de voltear hacia el frente, molesta y dispuesta a hacerlas callar a su método pero guardando la compostura porque prefería aguantar ese sonido molesto de fondo que perder su plaza en la carrera de su vocación. Un chico rubio tomó la palabra o creyó que era un chico por su voz y no pasó ni dos segundos que Charles tomó la palabra, haciendo alarde de su don de sociedad y provocando que Othilia rodara los ojos muy disimuladamente.
Esperó que Charles escribiera su nombre en el pergamino, alargó la mano para tomarlo y escribió su nombre con su letra prolija justo antes de hacerlo levitar hacia la siguiente persona. Expectante, aguardó el momento que diera inicio la clase.
Entró en el aula vestida como solía hacer pero ese día había optado por una capa más corta y cómoda. Llevaba su cartera marrón de cuero de dragón entre la mano derecha cubierta por los clásicos guantes. Quedó en la puerta observando el aula para escoger el lugar indicado, revisó los asientos y los alumnos pero como ninguno pasó el examen mental de sangre en la cabeza de la chica (descartó directamente a aquellos que no conocía), optó por la opción más sencilla. Caminó hacia dónde se encontraba Charles, ocupando el lugar que había justo a su izquierda y solo sacó sus cosas para escribir, tomar apuntes, sin mencionar un “hola mi amor”, eso sí, alzó la cabeza, paseó una mirada por su atuendo y tras parpadear, sin emitir un juicio, volvió la cabeza hacia el frente para escuchar las primeras palabras del profesor.
Fue atenta para escuchar todas las indicaciones pese al cacareo de fondo. Los puntos sobre obligaciones del alumnado y todo pareció correcto para la rubia platino. Dedicó una mirada fría y lacerante a las chicas que osaban interrumpir la clase con su habladuría antes de voltear hacia el frente, molesta y dispuesta a hacerlas callar a su método pero guardando la compostura porque prefería aguantar ese sonido molesto de fondo que perder su plaza en la carrera de su vocación. Un chico rubio tomó la palabra o creyó que era un chico por su voz y no pasó ni dos segundos que Charles tomó la palabra, haciendo alarde de su don de sociedad y provocando que Othilia rodara los ojos muy disimuladamente.
Esperó que Charles escribiera su nombre en el pergamino, alargó la mano para tomarlo y escribió su nombre con su letra prolija justo antes de hacerlo levitar hacia la siguiente persona. Expectante, aguardó el momento que diera inicio la clase.
Othilia van Lieshout- Mensajes : 143
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Universidad Brigantia de Estudios Mágicos :: Facultades :: Facultad Cerridwen :: Aulas :: Leyes Mágicas
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Lun Jul 15, 2013 1:57 pm por Gerhard Immëndorff
» PANGEA RPG - !UN FORO DIFERENTE! Ven y conócenos.
Sáb Abr 06, 2013 5:04 pm por Morten J. Harket
» Anybody home?
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