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Un regreso tranquilo
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Un regreso tranquilo
Todo había resultado ser muy raro. En el momento en el que Vernice había interrumpido el encuentro con Rang pensó que su posibilidad de entrar en la facultad de nuvo era mínima o que la había perdido del todo, mejor dicho, pero por algún motivo, la decana había presentado la… ¿petición? De que lo dejaran entrar de nuevo. Él pensaba que se debía a que había hecho lo que ella le pidió, sinceridad y demás. Cualquiera podría haberse desaparecido del lugar sin más, pero se quedó ahí hablando con ella e intentando interceder por la coreana. Quería pensar que eso había influido, claro que sí.
Y ahora estaba ahí de nuevo. Había perdido algún tiempo, clases valiosas y todo ese tipo de cosas, pero con algo de suerte podría terminar ese semestre más o menos bien y en tan solo un semestre más finalizar la carrera y poder salir de allí pero ya, con su deseo de tener ingeniería de pociones como carrera oficial y titulo y todo.
Había llegado no hacía demasiado tiempo, ya lo tenía todo acomodado en su dormitorio y ahora realmente no sabía qué hacer, si se sentaba sin más en el salón de convivencia a esperar a que pasara la coreana para sorprenderla terminaría por dormirse, había pasado unos días un tanto liado, ajetreado, sobre todo después de que le llegara el aviso de que podría volver a la facultad de nuevo, porque había tenido que organizarlo todo con su hermano, su apartamento y todo aquello, porque desde luego Ayyûb no había recibido la noticia con tanta felicidad como él, no le había agradado en demasía el volver a quedarse solo aunque el mayor le hubiera prometido ir a visitarlo a menudo.
De ese modo y pensando en qué demonios hacer para pasar el rato bajó al lugar común, iba a la “caza y captura” de cualquier compañero de clases para poder pedir apuntes, datos, fechas de trabajos… lo que fuera, quería tener cosas que hacer y de paso ponerse al día.
Pero en lugar de encontrar a ningún compañero a quien vio de lejos fue a una chica a la que reconoció con facilidad, no eran los amigos más cercanos de toda la universidad, pero sí que había pensado en ella alguna vez mientras estuvo fuera, lo ocurrido en la cafetería tuvo mucho que ver con ella y no tenía ni idea de cómo había terminado tras el golpe que le dieron o si le habían dicho algo más o lo que fuera.
-Leloup –la saludó acercándose a ella, no intentó sonreír, no era algo que él hiciera muy a menudo o algo así – ¿Cómo estás? – así una pregunta vacía pero vete a saber que podría decirle si no era eso para acercarse, él no era muy dado a las relaciones sociales, carajos.
Y ahora estaba ahí de nuevo. Había perdido algún tiempo, clases valiosas y todo ese tipo de cosas, pero con algo de suerte podría terminar ese semestre más o menos bien y en tan solo un semestre más finalizar la carrera y poder salir de allí pero ya, con su deseo de tener ingeniería de pociones como carrera oficial y titulo y todo.
Había llegado no hacía demasiado tiempo, ya lo tenía todo acomodado en su dormitorio y ahora realmente no sabía qué hacer, si se sentaba sin más en el salón de convivencia a esperar a que pasara la coreana para sorprenderla terminaría por dormirse, había pasado unos días un tanto liado, ajetreado, sobre todo después de que le llegara el aviso de que podría volver a la facultad de nuevo, porque había tenido que organizarlo todo con su hermano, su apartamento y todo aquello, porque desde luego Ayyûb no había recibido la noticia con tanta felicidad como él, no le había agradado en demasía el volver a quedarse solo aunque el mayor le hubiera prometido ir a visitarlo a menudo.
De ese modo y pensando en qué demonios hacer para pasar el rato bajó al lugar común, iba a la “caza y captura” de cualquier compañero de clases para poder pedir apuntes, datos, fechas de trabajos… lo que fuera, quería tener cosas que hacer y de paso ponerse al día.
Pero en lugar de encontrar a ningún compañero a quien vio de lejos fue a una chica a la que reconoció con facilidad, no eran los amigos más cercanos de toda la universidad, pero sí que había pensado en ella alguna vez mientras estuvo fuera, lo ocurrido en la cafetería tuvo mucho que ver con ella y no tenía ni idea de cómo había terminado tras el golpe que le dieron o si le habían dicho algo más o lo que fuera.
-Leloup –la saludó acercándose a ella, no intentó sonreír, no era algo que él hiciera muy a menudo o algo así – ¿Cómo estás? – así una pregunta vacía pero vete a saber que podría decirle si no era eso para acercarse, él no era muy dado a las relaciones sociales, carajos.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Un regreso tranquilo
Había leído antes la gacetilla de la universidad pero nunca había aparecido en ella y hacerlo no era algo de lo que se sintiera realmente orgullosa. Al menos su aparición no era vergonzosa como la de Milena, sus diferencias con Peach Finnerty eran ya de dominio público, pero se estaba entreteniendo con ella. Más por el morbo de leer la vergüenza de la semiveela que por otra cosa.
Podría estar haciendo algo de provecho como, por ejemplo, los deberes atrasados que tenía ya de zoología, pero no le apetecía. Tenía una taza te humeante en la mesita frente a ella por que estaba muriéndose de frío y levantó la vista sorprendida de que alguien la llamara y su sorpresa incrementó cuando se encontró con Adnan.
Yesenes –lo saludó y sin saber bien por qué se levantó para darle un abrazo rápido. Él tenía fama de rudo, pero no temió que la lanzara lejos con un depulso o algo similar-. Entonces es cierto que te readmitieron, pensé que eran chismes de pasillo. Ven siéntate conmigo.
Lo tomó de la mano y no lo soltó hasta que se hubo sentado a su lado en el mismo lugar en el que ella había estado antes. Nunca habían sido realmente amigos y hasta lo sucedido en la cafetería a penas se dirigían la palabra, pero ahí se había ganado todo su respeto y se sentía de cierto modo culpable por su expulsión. Verlo ahí le quitaba un gran peso de encima.
Sabía que estaba en sus últimos semestres y no soportaba la idea de que no pudiera terminar la carrera cuando le faltaba tan poquito para graduarse. Lo había pasado mal esas semanas, mucho, incluso se había vuelto un poco retraída a pesar de que su porte altivo seguía intacto, por no decir que se había acentuado. Sino hubiera sido por las Lefebvre se le habría vuelto un martirio estar en los dormitorios y los lugares comunes de la facultad.
Dicen que te vieron en el Samhain, ¿es cierto? Lo lamento, no pensé que lo sucedido en la cafetería pudiera afectarte tanto.
Podría estar haciendo algo de provecho como, por ejemplo, los deberes atrasados que tenía ya de zoología, pero no le apetecía. Tenía una taza te humeante en la mesita frente a ella por que estaba muriéndose de frío y levantó la vista sorprendida de que alguien la llamara y su sorpresa incrementó cuando se encontró con Adnan.
Yesenes –lo saludó y sin saber bien por qué se levantó para darle un abrazo rápido. Él tenía fama de rudo, pero no temió que la lanzara lejos con un depulso o algo similar-. Entonces es cierto que te readmitieron, pensé que eran chismes de pasillo. Ven siéntate conmigo.
Lo tomó de la mano y no lo soltó hasta que se hubo sentado a su lado en el mismo lugar en el que ella había estado antes. Nunca habían sido realmente amigos y hasta lo sucedido en la cafetería a penas se dirigían la palabra, pero ahí se había ganado todo su respeto y se sentía de cierto modo culpable por su expulsión. Verlo ahí le quitaba un gran peso de encima.
Sabía que estaba en sus últimos semestres y no soportaba la idea de que no pudiera terminar la carrera cuando le faltaba tan poquito para graduarse. Lo había pasado mal esas semanas, mucho, incluso se había vuelto un poco retraída a pesar de que su porte altivo seguía intacto, por no decir que se había acentuado. Sino hubiera sido por las Lefebvre se le habría vuelto un martirio estar en los dormitorios y los lugares comunes de la facultad.
Dicen que te vieron en el Samhain, ¿es cierto? Lo lamento, no pensé que lo sucedido en la cafetería pudiera afectarte tanto.
Milou Leloup- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 01/10/2012
Re: Un regreso tranquilo
Lo primero que hizo cuando sintió como la chica le abrazaba fue quedarse quieto como estatua, odiaba los abrazos tal cual, pero había que admitir que con Rang en su vida empezaba a acostumbrarse a ellos, a la coreana no podía negarle aquello y en cierto modo estaba sirviéndole para comenzar a ignorar el pequeño trauma o como quisiera ser llamado, de ser abrazado. En cuanto notó como el medio abrazo rápido (no correspondido) fue roto por ella suspiró y respiró aliviado por no haber reaccionado de ninguna forma como habría pasado meses atrás.
-Es cierto, pero apenas llegué hace horas, así que lo que habrás oído serían los chismes de pasillo, reales –dijo oyendo por primera vez que alguien hablaba de él o de su vuelta, suponía que lo que pasara con su vida le daría bastante igual a la mayor parte de los estudiantes de la universidad, al menos a los que no eran estudiantes de Ogmios, que tendrían que soportar su presencia de nuevo.
Acompañó a la chica a su asiento, y ahí se sentó, cerca de ella lo suficiente como para poder hablar con un tono que tan solo se oyeran entre ellos, a decir verdad le había venido muy bien verla, no solo porque así podría entretenerse, sino porque bueno, su intención primera y principal tras ver como recibía el golpe de la puta de Luttrell fue llevarla a la enfermería para aliviarle el malestar y pues ni modo de hacerlo tras ser expulsado, claro. Quería saber que tan mal la había tratado aquel profesor sangre sucia que tenía los santos cojones de pasearse tranquilamente intentando ser mago pero sin serlo (menudos cuidados básicos aplicaba a alumnos recién golpeados… trapitos mojaos, puaj).
-¿En el Samhain? –ladeó el morro, frunciendo en cierto modo el ceño, pensar en eso, en Vernice y todo lo demás – supongo que son rumores, estuve aquí pero es imposible que me vieran, fue… bueno, supongo que da igual si te lo digo, total, me pilló Orlowsky. Me tomé una poción multijugos, tenía algo que hacer por aquí y pues era la mejor opción. Quizás alguien oyó algo que dijo la decana y por eso corriera el rumor.
Le restó importancia, realmente le daba igual que dijeran de él o quién lo hubiera visto o qué, además negó con la cabeza a su pequeña preocupación sobre lo ocurrido en la cafetería, él tampoco sabía que sería expulsado y no había sido culpa de la chica, si no de la otra, la puta aquella que se dedicaba a ir de bárbara y había sacado toda su mala leche fuera, él que normalmente actuaba tan… ¿tranquilo? Desde que estaba en la facultad.
-No tiene importancia eso, supongo que son efectos secundarios, todos esos tipos son… bueno, ya sabes, actúan en manada y parecían a punto de ir a comerte, no pude quedarme callado – dijo sin más, a él le había afectado bastante el ser expulsado por razones más que obvias para cualquiera que supiera de su relación con la chica, pero ahora que estaba dentro de nuevo le parecía mucho menos importante – a decir verdad me preocupa más como terminó el golpe que te dieron a ti, ese inútil de Ayres no tiene ni idea de cuidados mínimos, espero que al menos te llevaran a la enfermería… – aquella era su forma sutil de preguntarle qué tal le fue a ella tras que a él lo retirasen a los despachos de los decanos a tramitar la expulsión, claro.
-Es cierto, pero apenas llegué hace horas, así que lo que habrás oído serían los chismes de pasillo, reales –dijo oyendo por primera vez que alguien hablaba de él o de su vuelta, suponía que lo que pasara con su vida le daría bastante igual a la mayor parte de los estudiantes de la universidad, al menos a los que no eran estudiantes de Ogmios, que tendrían que soportar su presencia de nuevo.
Acompañó a la chica a su asiento, y ahí se sentó, cerca de ella lo suficiente como para poder hablar con un tono que tan solo se oyeran entre ellos, a decir verdad le había venido muy bien verla, no solo porque así podría entretenerse, sino porque bueno, su intención primera y principal tras ver como recibía el golpe de la puta de Luttrell fue llevarla a la enfermería para aliviarle el malestar y pues ni modo de hacerlo tras ser expulsado, claro. Quería saber que tan mal la había tratado aquel profesor sangre sucia que tenía los santos cojones de pasearse tranquilamente intentando ser mago pero sin serlo (menudos cuidados básicos aplicaba a alumnos recién golpeados… trapitos mojaos, puaj).
-¿En el Samhain? –ladeó el morro, frunciendo en cierto modo el ceño, pensar en eso, en Vernice y todo lo demás – supongo que son rumores, estuve aquí pero es imposible que me vieran, fue… bueno, supongo que da igual si te lo digo, total, me pilló Orlowsky. Me tomé una poción multijugos, tenía algo que hacer por aquí y pues era la mejor opción. Quizás alguien oyó algo que dijo la decana y por eso corriera el rumor.
Le restó importancia, realmente le daba igual que dijeran de él o quién lo hubiera visto o qué, además negó con la cabeza a su pequeña preocupación sobre lo ocurrido en la cafetería, él tampoco sabía que sería expulsado y no había sido culpa de la chica, si no de la otra, la puta aquella que se dedicaba a ir de bárbara y había sacado toda su mala leche fuera, él que normalmente actuaba tan… ¿tranquilo? Desde que estaba en la facultad.
-No tiene importancia eso, supongo que son efectos secundarios, todos esos tipos son… bueno, ya sabes, actúan en manada y parecían a punto de ir a comerte, no pude quedarme callado – dijo sin más, a él le había afectado bastante el ser expulsado por razones más que obvias para cualquiera que supiera de su relación con la chica, pero ahora que estaba dentro de nuevo le parecía mucho menos importante – a decir verdad me preocupa más como terminó el golpe que te dieron a ti, ese inútil de Ayres no tiene ni idea de cuidados mínimos, espero que al menos te llevaran a la enfermería… – aquella era su forma sutil de preguntarle qué tal le fue a ella tras que a él lo retirasen a los despachos de los decanos a tramitar la expulsión, claro.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Un regreso tranquilo
Si, lo eran. Había escuchado a unas chicas cuchicheando en su camino al aula de pociones y escuchar el nombre de Yesenes la hizo prestar atención por que no solía escuchar conversaciones ajenas, eso era de muy la gusto. Se encogió de hombros y le restó importancia, chisme o no él ya estaba ahí.
La expresión de Adnan sobre lo sucedido en el baile no le pasó inadvertida. Fijarse en cada detalle en la apariencia de sus compañeras le habían hecho buena para captar cualquier cosa, cualquier cambio de humor, y había algunos como fruncir el entrecejo que eran iguales en todas las personas (aunque no supiera bien como interpretarlos) por muy serias que fueran. Asintió con la cabeza a modo de respuesta por su pregunta, invitándolo a continuar.
Estaba en una universidad con una facultad de periodistas y otra de videntes, después de tantos años ya se debía haber hecho a la idea de que ahí las paredes escuchaban.
Seguramente... ¿cómo le hizo Orlowsky para reconocerte? -preguntó con curiosidad a pesar de que le habían restado ya importancia al asunto, se preguntó que lo habría llevado hasta ahí. Se olvidó por completo de su novia por que, por supuesto, Émilienne le había comentado sobre la tortura de Leslie Ayres, excluyendo, obviamente, los nombres de quienes habían participado por que Milou aún no era mortifago.
Se inclinó hacia adelante para tomar su taza de té, al menos ahora sabía que no la culpaba.
Son unos montoneros, pero tu tambien estabas ahí y te lo agradezco -no necesitaba de un hombre que la defendiera por que sabía librar sus batallas sola, aunque no resultaba como ella esperaba y tendría en mente lo que había hecho. Su compañerismo le habia otorgado seguridad, su comentario le hizo esbozar una sonrisa cínica-.. Por favor, ¿quién iba a llevarme? Fue mi declaración no oficial en contra de todos ellos; pero gracias a Merlín, Bonhomme hizo un trabajo excelente, mira. No me quedó ni una marca.
Le señaló el labio perfectamente delineado y teñido de rojo, no había ni una cicatriz o indicio que sugiriera que alguna vez se lo hubieran roto.
Fue muy incómodo regresar al dormitorio con todas ellas y fingir que no sucedía nada... en fin, ¿quieres té? Esta hecho con aguamenti y es de sobre, pero no está tan mal.
La expresión de Adnan sobre lo sucedido en el baile no le pasó inadvertida. Fijarse en cada detalle en la apariencia de sus compañeras le habían hecho buena para captar cualquier cosa, cualquier cambio de humor, y había algunos como fruncir el entrecejo que eran iguales en todas las personas (aunque no supiera bien como interpretarlos) por muy serias que fueran. Asintió con la cabeza a modo de respuesta por su pregunta, invitándolo a continuar.
Estaba en una universidad con una facultad de periodistas y otra de videntes, después de tantos años ya se debía haber hecho a la idea de que ahí las paredes escuchaban.
Seguramente... ¿cómo le hizo Orlowsky para reconocerte? -preguntó con curiosidad a pesar de que le habían restado ya importancia al asunto, se preguntó que lo habría llevado hasta ahí. Se olvidó por completo de su novia por que, por supuesto, Émilienne le había comentado sobre la tortura de Leslie Ayres, excluyendo, obviamente, los nombres de quienes habían participado por que Milou aún no era mortifago.
Se inclinó hacia adelante para tomar su taza de té, al menos ahora sabía que no la culpaba.
Son unos montoneros, pero tu tambien estabas ahí y te lo agradezco -no necesitaba de un hombre que la defendiera por que sabía librar sus batallas sola, aunque no resultaba como ella esperaba y tendría en mente lo que había hecho. Su compañerismo le habia otorgado seguridad, su comentario le hizo esbozar una sonrisa cínica-.. Por favor, ¿quién iba a llevarme? Fue mi declaración no oficial en contra de todos ellos; pero gracias a Merlín, Bonhomme hizo un trabajo excelente, mira. No me quedó ni una marca.
Le señaló el labio perfectamente delineado y teñido de rojo, no había ni una cicatriz o indicio que sugiriera que alguna vez se lo hubieran roto.
Fue muy incómodo regresar al dormitorio con todas ellas y fingir que no sucedía nada... en fin, ¿quieres té? Esta hecho con aguamenti y es de sobre, pero no está tan mal.
Milou Leloup- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 01/10/2012
Re: Un regreso tranquilo
-No me reconoció, más bien me acusó de estar aquí de manera ilegal y por no meter más líos con el tema de la expulsión terminé admitiendo ser yo. No es que estuviera intentando quemar una facultad ni nada así – se permitió esa especie de broma porque en cierto modo se sentía muy cómodo con Milou, así de pronto, había pasado de tenerla en poca consideración a agraciarle, vete a saber porqué, a veces esas cosas pasaban sin más – además, supongo que es sabido por todos que la decana puede hacer cosas muy raras mentales y aún no domino la oclumancia, así que he de suponer que hubiera podido saberlo en cualquier momento.
Él, por supuesto, no iba a hacer más incapié en el tema, sobre todo porque una vez dejó de estar con Rang se volvió a aparecer para hacer cosas un tanto menos debidas aún de cara al resto de personas y por mucho que Milou fuera alguien de buena familia y demás detalles importantes a tener en cuenta había algo que aún le faltaba, por supuesto, si no también habría estado allí.
Por un momento se quedó mirándole al labio, no tanto por la sorpresa de que no hubiera marcas, eso era obvio si lo ponían en manos de un buen medimago, y le gustaba pensar que el de la escuela lo era. Si no más bien porque eran como hipnóticos o así, eran gruesos y que los llevara pintados de ese color no ayudaba mucho.
-Si, ya veo, supongo que al menos disponemos de un enfermero bien cualificado – alargó el brazo para coger el té que ella ya le había cedido, o invitado, no moría de sed ni nada, pero tener algo en la boca o en la tripa siempre le venía bien, sobre todo si llevaba un poco de azúcar, por temas más físicos – gracias, tampoco es que sea muy devoto del té, así que si me venden esto por algo de alta calidad igual hasta te creeré.
Dio un sorbo al agua tintada notando como el calor entraba directamente por su esófago ambientándole del todo ya, en esa zona del mundo hacía bastante frío aunque ahí tuvieran muchas chimeneas ambientando la gran sala que compartía la facultad para todos sus alumnos.
-Yo debería busca a alguien que me ponga al día con lo que pasó en las clases de pociones durante mi ausencia. Supongo que tiraré de Stall – se encogió de hombros un poco y se reclinó en el lugar donde estaba sentado, miró alrededor pero o veía pura gente que no tenía que ver con su carrera o personas a las que no pensaba acercarse, en la vida – no sé si estabas haciendo algo y te interrumpí de mala manera. Ya sabes, me acerqué para ver cómo te había ido y me alegra saber que bien, pero ni te pregunté si estabas ocupada.
Al fin y al cabo si estaba ahí sentada a solas podía significar que tuviera una pila de trabajo enorme y estuviera intentando bajarla ¿no?
Él, por supuesto, no iba a hacer más incapié en el tema, sobre todo porque una vez dejó de estar con Rang se volvió a aparecer para hacer cosas un tanto menos debidas aún de cara al resto de personas y por mucho que Milou fuera alguien de buena familia y demás detalles importantes a tener en cuenta había algo que aún le faltaba, por supuesto, si no también habría estado allí.
Por un momento se quedó mirándole al labio, no tanto por la sorpresa de que no hubiera marcas, eso era obvio si lo ponían en manos de un buen medimago, y le gustaba pensar que el de la escuela lo era. Si no más bien porque eran como hipnóticos o así, eran gruesos y que los llevara pintados de ese color no ayudaba mucho.
-Si, ya veo, supongo que al menos disponemos de un enfermero bien cualificado – alargó el brazo para coger el té que ella ya le había cedido, o invitado, no moría de sed ni nada, pero tener algo en la boca o en la tripa siempre le venía bien, sobre todo si llevaba un poco de azúcar, por temas más físicos – gracias, tampoco es que sea muy devoto del té, así que si me venden esto por algo de alta calidad igual hasta te creeré.
Dio un sorbo al agua tintada notando como el calor entraba directamente por su esófago ambientándole del todo ya, en esa zona del mundo hacía bastante frío aunque ahí tuvieran muchas chimeneas ambientando la gran sala que compartía la facultad para todos sus alumnos.
-Yo debería busca a alguien que me ponga al día con lo que pasó en las clases de pociones durante mi ausencia. Supongo que tiraré de Stall – se encogió de hombros un poco y se reclinó en el lugar donde estaba sentado, miró alrededor pero o veía pura gente que no tenía que ver con su carrera o personas a las que no pensaba acercarse, en la vida – no sé si estabas haciendo algo y te interrumpí de mala manera. Ya sabes, me acerqué para ver cómo te había ido y me alegra saber que bien, pero ni te pregunté si estabas ocupada.
Al fin y al cabo si estaba ahí sentada a solas podía significar que tuviera una pila de trabajo enorme y estuviera intentando bajarla ¿no?
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Un regreso tranquilo
Milou se permitió sonreírle por la broma de quemar la facultad y en sus mejillas se marcaron los ya característicos hoyuelos. Llevaba un año en la universidad, casi un año y medio, y no fue hasta ese momento que se detuvo a platicar con él; le pareció siempre en exceso serio y había escuchado hablar de su hermano, se dio cuenta de que se había dejado llevar por las apariencias o, también, quizá lo que había sucedido en la cafetería les había ahorrado y los había unido. Tal vez no como los mejores amigos pero tampoco trato cordial, a lo mejor como colegas. Asintió por lo de la decana de Arianrhod, la verdad Milou la admiraba y para ella era algo así como una santa, un ejemplo a seguir incluso.
Le pasó la azucarera que tenía también en frente por que ella no le había echado, no consumía casi nada de azúcar para no perder la línea. Cosas de niñas.
Entonces este te va a parecer el mejor que jamás hayas probado. No es por nada, pero es mi especialidad –le presumió en broma por que en realidad era lo único que sabía hacer. No sabía ni siquiera como cocinar un huevo de forma decente y el agua que no era para té o para una poción siempre se le evaporaba toda, era un desastre en la cocina.
Lo imitó y también le dio un sorbo a su té, aunque estaba un poco más frío.
¿Ocupada yo? No en lo absoluto, de hecho me salvaste de morir de… ¿aburrición? ¿Sí se dice así? –enarcó una ceja por que la palabra no le sonó del todo coherente, pero a penas llevaba un año hablando en inglés y todavía habían frases que o no entendía del todo o no les encontraba el hilo-… bueno, como sea, no estaba haciendo nada. Yo puedo pasarte algunos apuntes, si quieres, he estado yendo a pociones las últimas semanas.
La verdad, si tenía que ser honesta consigo misma, la culpabilidad le había hecho anotarse como oyente para poder pasarle a él algunas cosas para que no se perdiera del todo lo que no había alcanzado a ver, pero no se le había ocurrido cómo dárselas y ahora que estaba de regreso no se lo quería confesar por que, en sí, ni amigos eran.
¿Cuánto dijiste que te faltaba para terminar? –preguntó más por cordialidad que por otra cosa por que, en realidad, no le interesaba tanto pero no quería que se quedaran callados o que se fuera. La verdad, Milou lo estaba pasando bien.
Le pasó la azucarera que tenía también en frente por que ella no le había echado, no consumía casi nada de azúcar para no perder la línea. Cosas de niñas.
Entonces este te va a parecer el mejor que jamás hayas probado. No es por nada, pero es mi especialidad –le presumió en broma por que en realidad era lo único que sabía hacer. No sabía ni siquiera como cocinar un huevo de forma decente y el agua que no era para té o para una poción siempre se le evaporaba toda, era un desastre en la cocina.
Lo imitó y también le dio un sorbo a su té, aunque estaba un poco más frío.
¿Ocupada yo? No en lo absoluto, de hecho me salvaste de morir de… ¿aburrición? ¿Sí se dice así? –enarcó una ceja por que la palabra no le sonó del todo coherente, pero a penas llevaba un año hablando en inglés y todavía habían frases que o no entendía del todo o no les encontraba el hilo-… bueno, como sea, no estaba haciendo nada. Yo puedo pasarte algunos apuntes, si quieres, he estado yendo a pociones las últimas semanas.
La verdad, si tenía que ser honesta consigo misma, la culpabilidad le había hecho anotarse como oyente para poder pasarle a él algunas cosas para que no se perdiera del todo lo que no había alcanzado a ver, pero no se le había ocurrido cómo dárselas y ahora que estaba de regreso no se lo quería confesar por que, en sí, ni amigos eran.
¿Cuánto dijiste que te faltaba para terminar? –preguntó más por cordialidad que por otra cosa por que, en realidad, no le interesaba tanto pero no quería que se quedaran callados o que se fuera. La verdad, Milou lo estaba pasando bien.
Milou Leloup- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 01/10/2012
Re: Un regreso tranquilo
Miró la azucarera justo después de probar el té, si, un poquito de azúcar sí que le hacía falta de modo que la aceptó y cuando estuvo a su gusto (con una cantidad mínima, a él las cosas excesivamente dulces no le gustaban) volvió a removerlo y darle otro trago cortito. Sonriendo ahora sí, de manera fugaz y volvió a ponerse un poco más serio, como siempre.
Pero esa sonrisa que había intentado evitar volvió a surgir con aquella pequeña confusión de su parte con la palabra “aburrición”, negó un poquito con la cabeza y la corrigió, no por pedantería, si no para ayudarla a completar su vocabulario, suponía que no le importaría y si le importaba pues ni tan mal, no iba a hacer drama de eso.
- Aburrimiento en realidad, vamos, se dice así. No soy experto del todo en inglés, pero nunca había oído antes aburrición – ni se había reído de manera burlona, pero sí que era imposible no sonreír por que parecía que lo había dicho a modo de chiste. Ya cuando aclaró aquello de que había ido a pociones y podía pasarle apuntes se le pasó la risa y pensó que en ese momento le convenía no burlarse de ella ni nada. Confiaba en que Draken supiera decirle que habían hecho, pero el metamorfomago no tomaba apuntes de manera normal y era imposible sacar nada en claro de sus cosas así que sintió que aquel comentario de Milou era como agua en el desierto, no sabía a quien más pedírselos en realidad - no sabía que ibas a pociones, bueno… no recordaba haberte visto por allí en realidad – al instante de decirlo se sintió tonto, claro, ella misma le había aclarado que había ido las “últimas semanas”, menudo idiota - y… bueno, en realidad te agradecería esos apuntes, había pensado compensarle al decano mi ausencia con algunos trabajos basados en lo que ha estado dando en clase, de ese modo con algo de suerte la expulsión no influye demasiado en mis notas finales.
Lo dijo así sin más, a ella igual le importaba tres leches lo que él fuera a hacer o como terminasen sus notas, pero aún así lo dijo, sentía que así ella tendría algún motivo para dejarle sus apuntes.
- Por supuesto los pongo a copiarse esta tarde y te los devuelvo mañana por la mañana, por muchos que sean las vuelaplumas obran milagros con la velocidad de escritura – dijo aquello justo antes de que ella le preguntara por el tiempo que le quedaba de carrera y el egipcio por un momento frunció el gesto, ladeando un poquito la boca, contando mentalmente - dos semestres. Si este lo termino bien, para el próximo verano estaré graduado.
Le dio un corto trago al té de nuevo, no tanto por su excelente sabor como porque tenía bastante sed y la apagaba bien. En realidad el chico tenía la cabeza un poco en otra parte, en Rang, era su cumpleaños en unos días, ni siquiera la había visto aún tras su vuelta (pues había llegado hacía unas horas en realidad) y pues aquello lo mantenía distraído cuando se callaban, pero ya que estaba ahí con la francesa pues no era cuestión de seguir con la coreana en mente, no era adecuado.
-[b]Oye Milou ¿me dijeron algo de que ya se podía volver a salir? Yo aún debo ir a hablar con el decano-rector de nuestra facultad para ver en qué condiciones he vuelto, pero ese rumor bien rápido que me llegó… ¿sabes algo de eso?
Pero esa sonrisa que había intentado evitar volvió a surgir con aquella pequeña confusión de su parte con la palabra “aburrición”, negó un poquito con la cabeza y la corrigió, no por pedantería, si no para ayudarla a completar su vocabulario, suponía que no le importaría y si le importaba pues ni tan mal, no iba a hacer drama de eso.
- Aburrimiento en realidad, vamos, se dice así. No soy experto del todo en inglés, pero nunca había oído antes aburrición – ni se había reído de manera burlona, pero sí que era imposible no sonreír por que parecía que lo había dicho a modo de chiste. Ya cuando aclaró aquello de que había ido a pociones y podía pasarle apuntes se le pasó la risa y pensó que en ese momento le convenía no burlarse de ella ni nada. Confiaba en que Draken supiera decirle que habían hecho, pero el metamorfomago no tomaba apuntes de manera normal y era imposible sacar nada en claro de sus cosas así que sintió que aquel comentario de Milou era como agua en el desierto, no sabía a quien más pedírselos en realidad - no sabía que ibas a pociones, bueno… no recordaba haberte visto por allí en realidad – al instante de decirlo se sintió tonto, claro, ella misma le había aclarado que había ido las “últimas semanas”, menudo idiota - y… bueno, en realidad te agradecería esos apuntes, había pensado compensarle al decano mi ausencia con algunos trabajos basados en lo que ha estado dando en clase, de ese modo con algo de suerte la expulsión no influye demasiado en mis notas finales.
Lo dijo así sin más, a ella igual le importaba tres leches lo que él fuera a hacer o como terminasen sus notas, pero aún así lo dijo, sentía que así ella tendría algún motivo para dejarle sus apuntes.
- Por supuesto los pongo a copiarse esta tarde y te los devuelvo mañana por la mañana, por muchos que sean las vuelaplumas obran milagros con la velocidad de escritura – dijo aquello justo antes de que ella le preguntara por el tiempo que le quedaba de carrera y el egipcio por un momento frunció el gesto, ladeando un poquito la boca, contando mentalmente - dos semestres. Si este lo termino bien, para el próximo verano estaré graduado.
Le dio un corto trago al té de nuevo, no tanto por su excelente sabor como porque tenía bastante sed y la apagaba bien. En realidad el chico tenía la cabeza un poco en otra parte, en Rang, era su cumpleaños en unos días, ni siquiera la había visto aún tras su vuelta (pues había llegado hacía unas horas en realidad) y pues aquello lo mantenía distraído cuando se callaban, pero ya que estaba ahí con la francesa pues no era cuestión de seguir con la coreana en mente, no era adecuado.
-[b]Oye Milou ¿me dijeron algo de que ya se podía volver a salir? Yo aún debo ir a hablar con el decano-rector de nuestra facultad para ver en qué condiciones he vuelto, pero ese rumor bien rápido que me llegó… ¿sabes algo de eso?
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Un regreso tranquilo
De ser Adnan una persona observadora habría visto seguramente el levísimo sonrojo que apareció en las mejillas de Milou y que rápidamente intentó ocultar dándole un nuevo sorbo al té. Como educadora solía corregir la pronunciación de sus alumnos casi por inercia y también con algunos cuantos franceses con acento de camioneros y boca de alcantarilla, con estos últimos siempre con un tono presuntuoso e intolerable, pero ahora los papeles se invertían muy a menudo y era a ella a quien corregían. Pero no le molestó, en lo absoluto, que le corrigiera e incluso repitió la palabra, aburrimiento, y esperó su aprobación por unos cuantos segundos para saber si la había dicho bien, sin poder evitar contagiarse con su sonrisa y sonreírle de vuelta por que a ella también le parecía gracioso.
Había que verlo para creerlo. A penas un par de meses atrás jamás habría creído que terminaría intercambiando sonrisas y pronunciaciones con Yesenes mientras tomaban té.
No le importaba mucho que se quedara con ellos hasta el fin de año por que al fin y al cabo eran para él, ignorando que le preguntara lo mismo que ya le había dicho. No se ofendió que ya lo sabía algo indiferente .
Quédatelos el tiempo que quieras, se ve que eres bueno y que no vas a romperlos o quemarlos o algo horrible –le dijo mientras lo veía tomando el té.
Pensó en preguntarle si quería que se los diera ya mismo o si prefería esperar hasta la cena o algo, podía ir por ellos y dárselos de una vez, no le molestaba. Se quedaron un momento en silencio, pero ella no se sintió incómoda ni nada; también estaba pensando en otras cosas como, por ejemplo, que tenía que buscar una residencia en la cual vivir los fines de semana (o la noche que tenían libre de la universidad) por que no podía tomar un traslador para viajar hasta Francia cada siete días. No era un viaje largo pero si muy agotador y prefería ver mejor a su familia en vacaciones, al fin y al cabo solo sería por un par de años más.
La pregunta de Yesenes la sacó de sus cavilaciones y volteó a verlo algo distraída.
Pues eso, tengo entendido que solo podemos salir una vez por semana. ¿Por qué? ¿Trabajas o algo así?
Corría el riesgo de que pensara que era una total y completa entrometida, pero no le importaba por que ya se sentía en confianza.
Creo que se dieron cuenta de que no podían tenernos aquí, no por que sea inhumano sino por la misma reputación de la universidad. Como lo del sabotaje en el baile… creo que los decanos prefirieron darnos un poco de espacio.
Continuó sin esperar siquiera que le contestara (aunque si le interesaba saber). Estaba de más mencionar que ellos, los decanos, también lo necesitaban. Suponía que debían poseer alguna especie de hechizo o mecanismo para saber quiénes habían gastado ya su día.
¿No te parece extraño? –le preguntó cruzando una pierna por encima de la otra e inclinándose hacia delante para dejar la taza sobre la mesita.
Había que verlo para creerlo. A penas un par de meses atrás jamás habría creído que terminaría intercambiando sonrisas y pronunciaciones con Yesenes mientras tomaban té.
No le importaba mucho que se quedara con ellos hasta el fin de año por que al fin y al cabo eran para él, ignorando que le preguntara lo mismo que ya le había dicho. No se ofendió que ya lo sabía algo indiferente .
Quédatelos el tiempo que quieras, se ve que eres bueno y que no vas a romperlos o quemarlos o algo horrible –le dijo mientras lo veía tomando el té.
Pensó en preguntarle si quería que se los diera ya mismo o si prefería esperar hasta la cena o algo, podía ir por ellos y dárselos de una vez, no le molestaba. Se quedaron un momento en silencio, pero ella no se sintió incómoda ni nada; también estaba pensando en otras cosas como, por ejemplo, que tenía que buscar una residencia en la cual vivir los fines de semana (o la noche que tenían libre de la universidad) por que no podía tomar un traslador para viajar hasta Francia cada siete días. No era un viaje largo pero si muy agotador y prefería ver mejor a su familia en vacaciones, al fin y al cabo solo sería por un par de años más.
La pregunta de Yesenes la sacó de sus cavilaciones y volteó a verlo algo distraída.
Pues eso, tengo entendido que solo podemos salir una vez por semana. ¿Por qué? ¿Trabajas o algo así?
Corría el riesgo de que pensara que era una total y completa entrometida, pero no le importaba por que ya se sentía en confianza.
Creo que se dieron cuenta de que no podían tenernos aquí, no por que sea inhumano sino por la misma reputación de la universidad. Como lo del sabotaje en el baile… creo que los decanos prefirieron darnos un poco de espacio.
Continuó sin esperar siquiera que le contestara (aunque si le interesaba saber). Estaba de más mencionar que ellos, los decanos, también lo necesitaban. Suponía que debían poseer alguna especie de hechizo o mecanismo para saber quiénes habían gastado ya su día.
¿No te parece extraño? –le preguntó cruzando una pierna por encima de la otra e inclinándose hacia delante para dejar la taza sobre la mesita.
Milou Leloup- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 01/10/2012
Re: Un regreso tranquilo
Casi le hizo gracia aquella anotación sobre que era bueno, buen compañero, buen amigo quizás, incluso buen enemigo lo habían llegado a llamar, bueno en sí, sin acotación moral ni nada parecido, quizás tan solo lo había llamado Rang, y ahora ella, por algún motivo. No sabía cual, quizás que la había ayudado y medio defendido hacía algún tiempo en la cafetería, o quizás es que simplemente la chica hablaba sin darle demasiada importancia a las palabras, pero como fuera, no estaba mal ser halagado de vez en cuando de ese modo aún conociendo bastante de su carácter.
Negó con la cabeza a su pregunta acerca del trabajo. No le vendría mal trabajar para sacarse unos galeones mensuales, desde luego que no, ya no tenía modo de sacarle dinero a su padre, la familia Yesenes era rica, hasta la saciedad, él no. Había abandonado el nido y ahora, si no fuera por su hermano, ni podría permitirse seguir estudiando sin tener un trabajo a la vez.
- No, es solo que me gusta salir, hay cosas que necesito y no puedo conseguirlas en la facultad - materiales para pociones un tanto más raros que los típicos que se vendían dentro de la universidad, drogas, ver a su hermano. Cosas que no podía hacer allí dentro, desde luego. No iba a desglosarle esas cosas, las dos primeras no, por lo menos, porque hacerla participe de ello sería negativo para ambos y ver a mi hermano de vez en cuando, ha empezado a vivir solo ahora y aún no se las apaña, claro.
No habría problema con eso, ahí no había tema escamoso, solo que Yesenes tenía un fuerte sentimiento fraternal hacía él y hacía su hermana Ban, quien se acababa de fugar de casa, por cierto, debería ir a buscarla alguna vez.
- En realidad me parecía más raro el castigo que el hecho de que hayan limitado las salidas. Realmente no podemos estar aquí encerrados, somos estudiantes pero aún tenemos una vida fuera de esto, a mi me supondría un problema no poder salir – estaba totalmente convencido. Si que tenía pensamiento de dejar todo mal vicio, pero no era fácil, aún no conocía ningún conjuro que eliminara los efectos secundarios de abandonar adiciones y mientras estudiaba y se preparaba para exámenes no podía simplemente estar con fiebre, ni temblores, ni mucho menos medio loco de ansias - por cierto – ni tan siquiera se había dado cuenta hasta después de pensarlo más detenidamente - ¿saboteo del baile? Ya te digo que llegué como hace unas horas… ¿pasó algo? – no se había puesto expresamente nervioso porque hubiera usado la palabra saboteo ni por sus compañeros ni nada, pero claro, todo lo que había ocurrido en el despacho de Holland con aquella chica fue el día del baile y no sabía si ya era de dominio público o si acaso había pasado algo más de lo que él no estuviera enterado -yo después de entrar y salir de la zona del baile ya no volví…no tengo idea de que pudo pasar.
Negó con la cabeza a su pregunta acerca del trabajo. No le vendría mal trabajar para sacarse unos galeones mensuales, desde luego que no, ya no tenía modo de sacarle dinero a su padre, la familia Yesenes era rica, hasta la saciedad, él no. Había abandonado el nido y ahora, si no fuera por su hermano, ni podría permitirse seguir estudiando sin tener un trabajo a la vez.
- No, es solo que me gusta salir, hay cosas que necesito y no puedo conseguirlas en la facultad - materiales para pociones un tanto más raros que los típicos que se vendían dentro de la universidad, drogas, ver a su hermano. Cosas que no podía hacer allí dentro, desde luego. No iba a desglosarle esas cosas, las dos primeras no, por lo menos, porque hacerla participe de ello sería negativo para ambos y ver a mi hermano de vez en cuando, ha empezado a vivir solo ahora y aún no se las apaña, claro.
No habría problema con eso, ahí no había tema escamoso, solo que Yesenes tenía un fuerte sentimiento fraternal hacía él y hacía su hermana Ban, quien se acababa de fugar de casa, por cierto, debería ir a buscarla alguna vez.
- En realidad me parecía más raro el castigo que el hecho de que hayan limitado las salidas. Realmente no podemos estar aquí encerrados, somos estudiantes pero aún tenemos una vida fuera de esto, a mi me supondría un problema no poder salir – estaba totalmente convencido. Si que tenía pensamiento de dejar todo mal vicio, pero no era fácil, aún no conocía ningún conjuro que eliminara los efectos secundarios de abandonar adiciones y mientras estudiaba y se preparaba para exámenes no podía simplemente estar con fiebre, ni temblores, ni mucho menos medio loco de ansias - por cierto – ni tan siquiera se había dado cuenta hasta después de pensarlo más detenidamente - ¿saboteo del baile? Ya te digo que llegué como hace unas horas… ¿pasó algo? – no se había puesto expresamente nervioso porque hubiera usado la palabra saboteo ni por sus compañeros ni nada, pero claro, todo lo que había ocurrido en el despacho de Holland con aquella chica fue el día del baile y no sabía si ya era de dominio público o si acaso había pasado algo más de lo que él no estuviera enterado -yo después de entrar y salir de la zona del baile ya no volví…no tengo idea de que pudo pasar.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
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