OGMIOS: 275 PUNTOS
CERRIDWEN: 150 PUNTOS
ARIANRHOD: 35 PUNTOS
SMERTIOS: 175 PUNTOS
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 3 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 3 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 160 durante el Vie Nov 22, 2024 12:18 pm
Este foro está creado enteramente para esparcimiento y diversión sin fines de lucro. La temática, tramas y personajes son 100% originales creados por el equipo administrativo y los usuarios de este mismo foro. Todo lo demás, pertenece a J.K.Rowling.
"Universidad Brigantia de Estudios Mágicos" está protegida por una licencia creativa. Cualquier reproducción total o parcial del contenido del foro, así como el diseño, será considerado como plagio. Por favor, se original, no robes ni copies.
Dubai
+8
Othilia van Lieshout
Noel Cerise
Charles Luttrell
Pearlie F. Burroughs
Adnan K. Yesenes
Ayyûb K. Yesenes
Venus Wilcox
Aldrich Burroughs
12 participantes
Página 1 de 1.
Dubai
[*Totalmente libre si encuentran una excusa para ir: ser de familia conocida, puristas, acompañando a alguien que lo sea, etc. **Si quieren que su personaje de sangre limpia o de buena familia -masculino- participe en la carrera, dejé tres espacios para jinetes, no dije nombres por eso.***El blanco no tiene que ser total, pero predominante, tampoco a golpes si no.]
Varios búhos fueron enviados desde las sedes de la organización que estaba encargada del evento. La esposa del complejo mágico más elegante de Dubai hacía cada año ese evento, siempre usaba aquella casi ciudadela para albergar por dos días a las familias más influyentes del mundo mágico y a sus invitados, no se les cobraba absolutamente nada, ni siquiera lo que comían y bebían porque al haber eventos internos como subastas, carreras de hipogrifos y comida carísima que se compraba a elección ni siquiera era necesario pedir dinero. De los eventos se recolectaba el dinero y millones de galeones se movían aquel fin de semana del año, ni la crisis económica podía detener las pretensiones de quienes querían calmar sus conciencias dando una vez al año algo para pagar sus culpas.
Los sobres de las invitaciones eran idénticos todos los años y el contenido variaba según si se enviaba a una familia o a un joven o señorita en especial, se promovía la asistencia de jóvenes universitarios porque se creía que de ese modo se les inculcaban las costumbres que de mayores seguirían, los conservadores temían que el tiempo acabase por borrar sus tradiciones. Los sobres para las familias hacían extensiva la invitación para todos los miembros, los sobres enviados a los alumnos de las distintas escuelas sólo permitían un acompañante. Las listas se manejaban por apellidos, así que era posible que a alguien influyente pero sin un linaje netamente puro se le envíe invitación, era difícil pero sucedía a veces.
Había chimeneas destinadas a recibir a los invitados pero cada uno debía confirmar su asistencia para que le sea otorgado un horario de llegada, agentes de seguridad esperaban allí para confirmar la identidad de quien llegase para evitar conflictos aunque se aceptaba a los invitados ajenos al círculo social; además habían trasladores colocados en las universidades más importantes y en las principales capitales. Se especificaba en cada una de las invitaciones que los trasladores no registrados no podían ser usados y que la aparición era imposible por hechizos de protección que habían sido utilizados. Se pedía que llevasen en su maleta alguna vestimenta blanca ya que era tradición que al evento inaugural, la carrera de hipogrifos, se llegase vestido de ese modo. Iniciaría todo a las siete de la noche y acabaría a las siete de la noche del día siguiente.
Ese año el Ministerio de Magia de Inglaterra era el encargado de ayudar con el evento inaugural, entonces ellos elegirían a los muchachos que cabalgarían en la primera carrera del día. Entre los que iniciarían estaban Noel Cerise, Charles Luttrell, Aldrich Burroughs, Craig McFarlane y otros tres muchachos. A las cinco y media los muchachos ya estaban en el lugar de preparación de los jinetes, cada uno con su propio hipogrifo encargándose de que estuviese en óptimas condiciones, necesitaban crear un vínculo con la criatura para que no los terminen tirando en plena carrera. La altura reglamentaria era de diez metros a doce, si se salían de esa altura estaban descalificados.
Todos estaban vestidos con estricta ropa negra, se parecía mucho a la ropa que usaban los muggles para eventos ecuestres pero tenían algunas extravagancias extra. Se podría reconocer a cada cual por el color de la montura del hipogrifo, llevaban además un número que representaba a la obra social que cada uno representaba, quien ganase le podía dar a sus ahijados –por así decirlo- casi un cuarto de millón de galeones, que eran los regalados por los auspiciadores de la carrera. Los asistentes podían apostar desde un sickle hasta cuantos galeones quisieran, la ganancia que se podía obtener llegaba a multiplicar varias veces la cantidad apostada, alguna vez un hombre que apostó cincuenta galeones acabó llevándose unos dos millones porque nadie le apostaba a ese enfermizo hipogrifo.
Era un cuarto para las siete, los jinetes estaban preparados, cada uno de los asistentes ya había dejado las cosas en la habitación asignada –en algunos casos habitaciones de hotel, en otros departamentos medianos según se hubiese reservado al momento de responder a la invitación, entre antes hubiesen respondido, mejor su departamento o habitación- y estaban todos en las tribunas con ropa blanca esperando el inicio. Con un sonorus la mujer encargada de todo eso se daba a escuchar, hablando un poco de cómo inició todo aquello e incitándolos a donar en cada uno de los eventos que habían hasta el día siguiente.
A las siete en punto y tras un gran barullo que llegaba de la tribuna con la entrada de los jinetes y los poderosos hipogrifos comenzó la carrera, se debían dar veinte vueltas en la carrera inaugural, a los que apostasen en esa se les pagaba el doble del premio que ganasen. Con un sonido de bengalas y un conjunto de luces que formaban la bandera de los Emiratos Árabes Unidos y de Reino Unido.
Varios búhos fueron enviados desde las sedes de la organización que estaba encargada del evento. La esposa del complejo mágico más elegante de Dubai hacía cada año ese evento, siempre usaba aquella casi ciudadela para albergar por dos días a las familias más influyentes del mundo mágico y a sus invitados, no se les cobraba absolutamente nada, ni siquiera lo que comían y bebían porque al haber eventos internos como subastas, carreras de hipogrifos y comida carísima que se compraba a elección ni siquiera era necesario pedir dinero. De los eventos se recolectaba el dinero y millones de galeones se movían aquel fin de semana del año, ni la crisis económica podía detener las pretensiones de quienes querían calmar sus conciencias dando una vez al año algo para pagar sus culpas.
Los sobres de las invitaciones eran idénticos todos los años y el contenido variaba según si se enviaba a una familia o a un joven o señorita en especial, se promovía la asistencia de jóvenes universitarios porque se creía que de ese modo se les inculcaban las costumbres que de mayores seguirían, los conservadores temían que el tiempo acabase por borrar sus tradiciones. Los sobres para las familias hacían extensiva la invitación para todos los miembros, los sobres enviados a los alumnos de las distintas escuelas sólo permitían un acompañante. Las listas se manejaban por apellidos, así que era posible que a alguien influyente pero sin un linaje netamente puro se le envíe invitación, era difícil pero sucedía a veces.
Había chimeneas destinadas a recibir a los invitados pero cada uno debía confirmar su asistencia para que le sea otorgado un horario de llegada, agentes de seguridad esperaban allí para confirmar la identidad de quien llegase para evitar conflictos aunque se aceptaba a los invitados ajenos al círculo social; además habían trasladores colocados en las universidades más importantes y en las principales capitales. Se especificaba en cada una de las invitaciones que los trasladores no registrados no podían ser usados y que la aparición era imposible por hechizos de protección que habían sido utilizados. Se pedía que llevasen en su maleta alguna vestimenta blanca ya que era tradición que al evento inaugural, la carrera de hipogrifos, se llegase vestido de ese modo. Iniciaría todo a las siete de la noche y acabaría a las siete de la noche del día siguiente.
Ese año el Ministerio de Magia de Inglaterra era el encargado de ayudar con el evento inaugural, entonces ellos elegirían a los muchachos que cabalgarían en la primera carrera del día. Entre los que iniciarían estaban Noel Cerise, Charles Luttrell, Aldrich Burroughs, Craig McFarlane y otros tres muchachos. A las cinco y media los muchachos ya estaban en el lugar de preparación de los jinetes, cada uno con su propio hipogrifo encargándose de que estuviese en óptimas condiciones, necesitaban crear un vínculo con la criatura para que no los terminen tirando en plena carrera. La altura reglamentaria era de diez metros a doce, si se salían de esa altura estaban descalificados.
Todos estaban vestidos con estricta ropa negra, se parecía mucho a la ropa que usaban los muggles para eventos ecuestres pero tenían algunas extravagancias extra. Se podría reconocer a cada cual por el color de la montura del hipogrifo, llevaban además un número que representaba a la obra social que cada uno representaba, quien ganase le podía dar a sus ahijados –por así decirlo- casi un cuarto de millón de galeones, que eran los regalados por los auspiciadores de la carrera. Los asistentes podían apostar desde un sickle hasta cuantos galeones quisieran, la ganancia que se podía obtener llegaba a multiplicar varias veces la cantidad apostada, alguna vez un hombre que apostó cincuenta galeones acabó llevándose unos dos millones porque nadie le apostaba a ese enfermizo hipogrifo.
Era un cuarto para las siete, los jinetes estaban preparados, cada uno de los asistentes ya había dejado las cosas en la habitación asignada –en algunos casos habitaciones de hotel, en otros departamentos medianos según se hubiese reservado al momento de responder a la invitación, entre antes hubiesen respondido, mejor su departamento o habitación- y estaban todos en las tribunas con ropa blanca esperando el inicio. Con un sonorus la mujer encargada de todo eso se daba a escuchar, hablando un poco de cómo inició todo aquello e incitándolos a donar en cada uno de los eventos que habían hasta el día siguiente.
A las siete en punto y tras un gran barullo que llegaba de la tribuna con la entrada de los jinetes y los poderosos hipogrifos comenzó la carrera, se debían dar veinte vueltas en la carrera inaugural, a los que apostasen en esa se les pagaba el doble del premio que ganasen. Con un sonido de bengalas y un conjunto de luces que formaban la bandera de los Emiratos Árabes Unidos y de Reino Unido.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Dubai
Esta era la primera vez que Venus asistiría únicamente por su cuenta a Dubái y dadas las circunstancias, no resultaba ser precisamente una sorpresa que la asistencia de los Wilcox de Kilkenny se viese reducida aquel año, no cuando su padre había tomado por esposa a aquella mujer, enlodando así su nombre y reputación a tal grado que ni siquiera le habían enviado una invitación; y encima, la abuela se encontraba “indispuesta”. En cuanto Venus recibió su invitación se apresuró a confirmar su asistencia, asegurándose de reservar una de las mejores habitaciones. Después mandó una lechuza a casa para avisarle a su padre e indicarle a su doncella que comenzara a preparar el equipaje con sus objetos de aseo personal, perfume, íntimos, pijamas, ese tipo de cosas que no necesitaba de su supervisión, y que antes de partir, pasaría a casa para seleccionar personalmente la ropa que llevaría. Una vez arreglados todos los preparativos para el viaje, antes de su partida se tomó la molestia de mandar un patronus para avisarle a la KAU de sus planes; tenía que asegurarse de que a sus compañeros —si ya podía comenzar a llamarles así— no les cupiera la menor duda de su compromiso con la causa, aún si con eso se arriesgaba a parecer demasiado insistente. Venus estaba decidida a ganarse su lugar dentro de la organización.
Utilizó uno de los trasladores ubicados en la universidad para realizar el viaje y a su llegada la recibieron gratamente, llenándola de atenciones y sin perder mucho tiempo, la condujeron a su majestuosa habitación donde ya le esperaban sus baúles. Era una habitación bastante amplia, con una decoración más vanguardista a la que estaba acostumbrada de vuelta en Gran Bretaña pero la excelente vista al paisaje árabe lo compensaba todo.
Aunque usualmente la puntualidad para eventos de sociedad no era algo que encabezara su lista de prioridades, aquella noche quería llegar a presenciar el inicio de la carrera e incluso cavilaba sobre la posibilidad de apostar un poco. Así que aún con el reloj pisándole los talones logró estar lista a tiempo; se colocó un vestido blanco, tal como marcaba la etiqueta del evento, pero sin abandonar el estilo que la caracterizaba, ese estilo que mezclaba lo contemporáneo y la decadencia del mundo mágico de antaño, como lo demostraban las dos importantes piezas de joyería que, a pesar de haber corrido por su familia por cientos de años, lucía con la mayor naturalidad y sin ningún temor, como si fuese cosa de todos los días.
Ya en las tribunas se dedicó a pasar por varios palcos para saludar a familiares lejanos, y otros no tanto, que habían viajado desde varias partes de Irlanda para asistir al evento. Sin embargo, no se quedó con ellos por mucho tiempo pues ya había decidido “toparse” con el palco de Pearlie. Reforzar sus relaciones con ella no era algo que había consultado con Per, el controversial primo de la Burroughs, pero que sabía que podría llegar a convenirle. Así que se puso en marcha y pronto la encontró, aunque para su sorpresa, sola. Seguramente el resto de sus amistades o familiares no tardarían en llegar, pero Venus habría esperado encontrarla con el muchacho con el que se la relacionaba ahora, un muchacho a la que las malas lenguas de Brigantia no le hacían muchos favores. Pero en fin, la había encontrado sola, así que la saludó cálidamente: — ¿Te puedo hacer compañía, Pearlie? —se adentró unos pasos en el palco y ladeó la cabeza, sonriendo lánguidamente antes de continuar: —He venido sola este año y no me apetece compartir palco con el resto de mi familia. Ya sabes, todo el asunto los tiene algo trastocados…
Utilizó uno de los trasladores ubicados en la universidad para realizar el viaje y a su llegada la recibieron gratamente, llenándola de atenciones y sin perder mucho tiempo, la condujeron a su majestuosa habitación donde ya le esperaban sus baúles. Era una habitación bastante amplia, con una decoración más vanguardista a la que estaba acostumbrada de vuelta en Gran Bretaña pero la excelente vista al paisaje árabe lo compensaba todo.
Aunque usualmente la puntualidad para eventos de sociedad no era algo que encabezara su lista de prioridades, aquella noche quería llegar a presenciar el inicio de la carrera e incluso cavilaba sobre la posibilidad de apostar un poco. Así que aún con el reloj pisándole los talones logró estar lista a tiempo; se colocó un vestido blanco, tal como marcaba la etiqueta del evento, pero sin abandonar el estilo que la caracterizaba, ese estilo que mezclaba lo contemporáneo y la decadencia del mundo mágico de antaño, como lo demostraban las dos importantes piezas de joyería que, a pesar de haber corrido por su familia por cientos de años, lucía con la mayor naturalidad y sin ningún temor, como si fuese cosa de todos los días.
Ya en las tribunas se dedicó a pasar por varios palcos para saludar a familiares lejanos, y otros no tanto, que habían viajado desde varias partes de Irlanda para asistir al evento. Sin embargo, no se quedó con ellos por mucho tiempo pues ya había decidido “toparse” con el palco de Pearlie. Reforzar sus relaciones con ella no era algo que había consultado con Per, el controversial primo de la Burroughs, pero que sabía que podría llegar a convenirle. Así que se puso en marcha y pronto la encontró, aunque para su sorpresa, sola. Seguramente el resto de sus amistades o familiares no tardarían en llegar, pero Venus habría esperado encontrarla con el muchacho con el que se la relacionaba ahora, un muchacho a la que las malas lenguas de Brigantia no le hacían muchos favores. Pero en fin, la había encontrado sola, así que la saludó cálidamente: — ¿Te puedo hacer compañía, Pearlie? —se adentró unos pasos en el palco y ladeó la cabeza, sonriendo lánguidamente antes de continuar: —He venido sola este año y no me apetece compartir palco con el resto de mi familia. Ya sabes, todo el asunto los tiene algo trastocados…
Venus Wilcox- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Dubai
Habían acudido al criadero en el que Ayyûb trabajaba, como cada año ya que bien sabido era que eran los mejores en el criado y cuidado de hipogrifos (para todas las variedades y campos), para pedir que preparasen a los hipogrifos de monta que había allí para las carreras de hipogrifos. Esta especie de festejo no era muy del agrado del egipcio, le daba qué pensar de que no era una forma de tratarlos obligándolos a correr y volar sin más, sin que luego fuesen a recibir nada a cambio. Al menos podrían invertir después el dinero ganado en ellos, ¿no? El tema de los hipogrifos que eran utilizados para las guerras no era nada que viniese a cuento, pero a esos después siempre se les daban cuidados especiales y demás mierdas.
Estuvo preparando a los hipogrifos junto con el anciano que trabajaba con él en el criadero, revisando que todos y cada uno estuvieran en perfectas condiciones. Y como era de esperar todos estaban bien. No por ello se pasaba casi toda su vida cuidando de esos animales, más incluso que a si mismo.
Preparó a los animales un día antes y con todos, incluidos el hipogrifo de su hermano y el propio, en el que fue dirigiendo al resto, emprendió el vuelo para llevarlos a todos. A fin de cuentas no quedaba demasiado lejos y sería una mejor solución que estar probando suerte de si los animales viajaban tranquilo con traslador.
Una vez en el lugar llevó a cada uno al sitio en donde pasarían la noche y tras quedarse atendiéndolos hasta bien entrada la noche, él mismo decidió ir a acostarse para al menos dormir un par de horas.
A la mañana siguiente se despertó temprano para volver a atender a las criaturas, y cuando se volvió a asegurar de que estaban bien atendidas todas y que las mismas tenían las monturas puestas, dando ordenes a quienes estaban ahí para ayudar, fue a cambiarse de ropa. Para su desgracia, tenía que vestir con ropas tradicionales mientras durara ese evento, y con tal de no meterse en problemas con padre Yesenes, se puso el atuendo que iba vistiendo siempre en celebraciones importantes de ese estilo, de egipto, iguales que los ropajes que había vestido por largo tiempo mientras era niño.
En el momento en el que deberían de haber estado todos, Ayyûb salió enseguida para buscar a su hermano, que ya le había avisado de que asistiría allí a participar, y de paso indicarlos a todos como tendrían que tratar con los animales para que no les arrancasen un brazo de un picotazo o de un zarpazo.
Instruyó un poco a todos, utilizando a su propio hipogrifo como ejemplo, que aunque con él y en general con ninguno de los de ahí y de los que él había cuidado, criado o enseñado por la confianza, no necesitaba hacer aquello, debía de enseñarles. Hablaba sin muchas ganas y no quitaba e ningún momento el ojo de encima a los hipogrifos. Si alguno de aquellos tipos que harían el papel de jinete en la carrera osaba hacerles algo a los animales los torturaría hasta que se disculpasen con el animal si el mismo no se ocupaba de joderles.
Suspiró un poco y finalmente, había decidido que él mismo también participaría, pues no quería correr esa vez ningún riesgo, además de que si se daba el caso de que él ganaba, para dejar claras sus propias ideas o intenciones, haría algo mejor que donarlo a cualquier mierda, se quedaría el dinero para ayudar a los hipogrifos del lugar en donde trabajaba y cosas semejantes. Vamos, que el dinero sería para los animales y no para ningún mago huraño de mierda.
Saludando a su hermano de forma algo distante por el hecho de estar frente a compañeros del mayor, fueron finalmente todos a prepararse, poniéndose cada uno de ellos en el sitio que se les había adecuado.
Montó sobre su compañero hipogrifo y vio el tema de los sonidos de bengala. Si no hubiera acostumbrado a los hipogrifos a mantenerse serenos con ruidos estridentes y molestos, por que hasta a él mismo le molestaban esa mierda de ruidos, probablemente ya se habría arruinado la carrera antes siquiera de empezar.
Se acomodó bien, agarrando la montura del hipogrifo y en cuanto dieron la buena señal de salida, con un simple gesto el animal empezó a tomar parte de aquél juego tonto.
---
Nombre del hipogrifo: Bäelphirê
Colores del hipogrifo: Negro con las puntas de las alas plateadas al igual que el final de los cascos traseros y un poco por la zona del pico.
Color de la montura: Negra
Estuvo preparando a los hipogrifos junto con el anciano que trabajaba con él en el criadero, revisando que todos y cada uno estuvieran en perfectas condiciones. Y como era de esperar todos estaban bien. No por ello se pasaba casi toda su vida cuidando de esos animales, más incluso que a si mismo.
Preparó a los animales un día antes y con todos, incluidos el hipogrifo de su hermano y el propio, en el que fue dirigiendo al resto, emprendió el vuelo para llevarlos a todos. A fin de cuentas no quedaba demasiado lejos y sería una mejor solución que estar probando suerte de si los animales viajaban tranquilo con traslador.
Una vez en el lugar llevó a cada uno al sitio en donde pasarían la noche y tras quedarse atendiéndolos hasta bien entrada la noche, él mismo decidió ir a acostarse para al menos dormir un par de horas.
A la mañana siguiente se despertó temprano para volver a atender a las criaturas, y cuando se volvió a asegurar de que estaban bien atendidas todas y que las mismas tenían las monturas puestas, dando ordenes a quienes estaban ahí para ayudar, fue a cambiarse de ropa. Para su desgracia, tenía que vestir con ropas tradicionales mientras durara ese evento, y con tal de no meterse en problemas con padre Yesenes, se puso el atuendo que iba vistiendo siempre en celebraciones importantes de ese estilo, de egipto, iguales que los ropajes que había vestido por largo tiempo mientras era niño.
En el momento en el que deberían de haber estado todos, Ayyûb salió enseguida para buscar a su hermano, que ya le había avisado de que asistiría allí a participar, y de paso indicarlos a todos como tendrían que tratar con los animales para que no les arrancasen un brazo de un picotazo o de un zarpazo.
Instruyó un poco a todos, utilizando a su propio hipogrifo como ejemplo, que aunque con él y en general con ninguno de los de ahí y de los que él había cuidado, criado o enseñado por la confianza, no necesitaba hacer aquello, debía de enseñarles. Hablaba sin muchas ganas y no quitaba e ningún momento el ojo de encima a los hipogrifos. Si alguno de aquellos tipos que harían el papel de jinete en la carrera osaba hacerles algo a los animales los torturaría hasta que se disculpasen con el animal si el mismo no se ocupaba de joderles.
Suspiró un poco y finalmente, había decidido que él mismo también participaría, pues no quería correr esa vez ningún riesgo, además de que si se daba el caso de que él ganaba, para dejar claras sus propias ideas o intenciones, haría algo mejor que donarlo a cualquier mierda, se quedaría el dinero para ayudar a los hipogrifos del lugar en donde trabajaba y cosas semejantes. Vamos, que el dinero sería para los animales y no para ningún mago huraño de mierda.
Saludando a su hermano de forma algo distante por el hecho de estar frente a compañeros del mayor, fueron finalmente todos a prepararse, poniéndose cada uno de ellos en el sitio que se les había adecuado.
Montó sobre su compañero hipogrifo y vio el tema de los sonidos de bengala. Si no hubiera acostumbrado a los hipogrifos a mantenerse serenos con ruidos estridentes y molestos, por que hasta a él mismo le molestaban esa mierda de ruidos, probablemente ya se habría arruinado la carrera antes siquiera de empezar.
Se acomodó bien, agarrando la montura del hipogrifo y en cuanto dieron la buena señal de salida, con un simple gesto el animal empezó a tomar parte de aquél juego tonto.
---
Nombre del hipogrifo: Bäelphirê
Colores del hipogrifo: Negro con las puntas de las alas plateadas al igual que el final de los cascos traseros y un poco por la zona del pico.
Color de la montura: Negra
Última edición por Ayyûb K. Yesenes el Sáb Nov 17, 2012 12:33 pm, editado 1 vez
Ayyûb K. Yesenes- Mensajes : 174
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Re: Dubai
A él le llegó invitación individual.
Por supuesto su familia entera estaba invitada a aquel evento anual. Su padre tenía buenas relaciones con todo el mundo mágico, pero más aún con todos los que vivían en esa parte del mundo, los Yesenes eran la mayor familia mágica egipcia y por lo tanto el patriarca solía mantener las buenas apariencias frente al resto del mundo, toda su locura y la parte sociópata de su ser se la guardaba de casa pasa dentro.
Pero Adnan llevaba muchísimos años independizado. O algo así más bien. Su padre lo había pateado fuera de casa al mandarlo a Durmstrang, algo que no hacía con ninguno de sus otros hijos, y él se había tomado eso como el derecho a vivir por su cuenta, sacar dinero de donde podía (vendiendo drogas, haciendo favores a gente importante y de las manos de su hermano menor) para pagar el apartamento donde vivía y sus estudios. No sabía si se debía a eso que le hubieran mandando una nota individual para él, o si lo habían hecho porqué, como rezaba la invitación, lo querían como uno de los jinetes para la primera carrera.
Pero todo aquello le importaba a poca gente. Él tardó en responder a la invitación porque no quería encontrarse con Yesenes en persona pero estando ahí, en un evento social, dudaba que él actuara como siempre hacía, de modo que sí. El día citado llegó con todo el tiempo de antelación requerido gracias a un viaje en chimenea muy rápido y para cuando se hubo vestido como la carrera requería se dirigió al lugar donde estaban los hipogrifos.
Tenía la esperanza de que Ayyûb fuera quien se hubiera encargado de todo y que ahí, entre todas las monturas, pudiera encontrar a Ephráïm, que para su suerte y satisfacción estaba, como quien dice, esperándolo junto a su hermano menor. Un saludo rápido y escueto y se puso a acariciar a su compañero mascota de alas y pelaje gris-plateado.
Él no tenía la necesidad de hacerle coger confianza, llevaba diez años con él, fue el primer regalo de su padre y la seña de que, efectivamente, lo reconocía como hijo propio. Era más amigo que mascota, pero no iba a ponerse ahí con tonterías, solo lo montó, acomodándose y asegurando que todo estuviera en su lugar, llevaba un tiempo sin hacer aquello, sin disfrutar de una carrera, de algo de competencia sana, y ese momento, rodeado de conocidos de la universidad y otros más, era el más indicado para pasarlo bien a lomos de su montura.
Preparado para empezar esperó la señal y al igual que el resto atusó un poco al animal y rápidamente comenzaron la carrera.
Color de la montura:
-Equipación: ropa negra con distintivos plateados
-Hipogrifo: muchas tonalidades de grises y alas plateadas
Por supuesto su familia entera estaba invitada a aquel evento anual. Su padre tenía buenas relaciones con todo el mundo mágico, pero más aún con todos los que vivían en esa parte del mundo, los Yesenes eran la mayor familia mágica egipcia y por lo tanto el patriarca solía mantener las buenas apariencias frente al resto del mundo, toda su locura y la parte sociópata de su ser se la guardaba de casa pasa dentro.
Pero Adnan llevaba muchísimos años independizado. O algo así más bien. Su padre lo había pateado fuera de casa al mandarlo a Durmstrang, algo que no hacía con ninguno de sus otros hijos, y él se había tomado eso como el derecho a vivir por su cuenta, sacar dinero de donde podía (vendiendo drogas, haciendo favores a gente importante y de las manos de su hermano menor) para pagar el apartamento donde vivía y sus estudios. No sabía si se debía a eso que le hubieran mandando una nota individual para él, o si lo habían hecho porqué, como rezaba la invitación, lo querían como uno de los jinetes para la primera carrera.
Pero todo aquello le importaba a poca gente. Él tardó en responder a la invitación porque no quería encontrarse con Yesenes en persona pero estando ahí, en un evento social, dudaba que él actuara como siempre hacía, de modo que sí. El día citado llegó con todo el tiempo de antelación requerido gracias a un viaje en chimenea muy rápido y para cuando se hubo vestido como la carrera requería se dirigió al lugar donde estaban los hipogrifos.
Tenía la esperanza de que Ayyûb fuera quien se hubiera encargado de todo y que ahí, entre todas las monturas, pudiera encontrar a Ephráïm, que para su suerte y satisfacción estaba, como quien dice, esperándolo junto a su hermano menor. Un saludo rápido y escueto y se puso a acariciar a su compañero mascota de alas y pelaje gris-plateado.
Él no tenía la necesidad de hacerle coger confianza, llevaba diez años con él, fue el primer regalo de su padre y la seña de que, efectivamente, lo reconocía como hijo propio. Era más amigo que mascota, pero no iba a ponerse ahí con tonterías, solo lo montó, acomodándose y asegurando que todo estuviera en su lugar, llevaba un tiempo sin hacer aquello, sin disfrutar de una carrera, de algo de competencia sana, y ese momento, rodeado de conocidos de la universidad y otros más, era el más indicado para pasarlo bien a lomos de su montura.
Preparado para empezar esperó la señal y al igual que el resto atusó un poco al animal y rápidamente comenzaron la carrera.
Color de la montura:
-Equipación: ropa negra con distintivos plateados
-Hipogrifo: muchas tonalidades de grises y alas plateadas
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Dubai
Pues nada, claro que se había alegrado de haber recibido su invitación. Y por otro lado, tampoco consideraba eso como un protocolo aburrido con el cuál cumplir. Por mucho que saliera a conocer travestidos al Jojo’s y que estuviera enamorada del cine y que hubiera apoyado al Millwall en el mundo muggle, las cosas de su propio mundo seguían fascinándole y divirtiéndole. Y por encima de todo, seguía queriendo a su gente, así las cosas. No por haber ampliado su círculo de amistades significaba que hubiera dejado de lado a las otras personas. El punto era que, quisiera o no, eso tenía varias implicaciones morales en el momento. Las cosas poco a poco se iban aclarando de una manera decididamente política. No estaba muy segura tampoco de quienes formaban parte del grupo que le diría “Pearlie, tus compañías están muy mal, recapacita…” etc etc, pero era algo que no quería averiguar todavía. Claro que era una posición muy cómoda la suya estar rodeada de diversidad, y claro que en un mundo completamente perfecto, a nadie le importarían esas cosas. Pero no era así.
Y en ese aspecto, pues nada, resultaba que había decidido –luego de darle muchas vueltas al asunto- sí invitar a Joe, pero al final no solo lo había desinvitado tal cuál –aunque estúpidamente le había dejado la entrada- sino que también lo había mandado mucho al diablo hasta el fin de los tiempos luego de enterarse de que tenía un hijo y que el muy idiota no le había dicho nada. Pues, se podía ir mucho al diablo. Y se fue sola. Claro, le había avisado a la mayoría de sus amigas que estaría en uno de los palcos de su familia completamente en soledad y que estaban invitadas si querían. Seguramente Shadow llegaría con ella.
Al menos el viajecito le despejaría la cabeza, así que luego de cambiarse en su habitación con el dichoso vestido blanco y de dejarle una notita de amor a Shadow –porque compartían el cuarto y tal- fue hasta su palco, con Pazuzu en los btazos como un bebé porque el pobrecito kneazle no tenía la culpa del desgraciado padre que le había tocado en la vida, y ella lo amaba mal, por bonito.
En el camino se encontró a su madre, que la saludó y le preguntó por Joe a lo que ella solo respondió con un gesto de la mano de “eh? De qué hablas?” y tras otras noticias sin importancia, o más bien, tras que su madre le diera una bolsota de galeones –que no pesaba –para que los apostara a quien quisiera, luego de aclararle que obviamente ellos le apostarían una millonada a Aldrich y a su institución, se puso a revisar por quién apostar. Cuando vio a los Yesenes terminó decidiéndose por Adnan, que no eran familia ni nada y le apostó todos los galeones que su madre le había dejado –que no eran muchos tampoco, si acaso unos 300, que la millonada era para el primo- y nada, iba a ser una traidora y poner su corazón en el egipcio, aunque ver a Aldrich ganar en esas cosas no tenía precio.
Y ahí estaba, solita como ostra hasta que apareció Venus. Le dedicó una amplísima sonrisa y le hizo señas en un asiento a su lado. Le encantaba el collar que traía puesto y se lo hizo notar con un gesto de aprobación en dirección al mismo.
-Claro, siéntate. Yo también vengo sola. Bueno con Shadow, y les avisé a otras chicas. Mi familia está en el palco de al lado, por si los quieres ir a saludar.
Pues claro, con el “sola” se había referido a Joe, ¿a quién más?. Y bueno, su (ex) novio universitario había resultado un fiasco de la vida, pero al menos le había dejado un bonito kneazle que ahora reposaba en su regazo.
-¿A quién le apostaste? La familia a Aldrich, claro. Yo a Adnan, ¿le conoces? Es el de los distintivos plateados.
Y en ese aspecto, pues nada, resultaba que había decidido –luego de darle muchas vueltas al asunto- sí invitar a Joe, pero al final no solo lo había desinvitado tal cuál –aunque estúpidamente le había dejado la entrada- sino que también lo había mandado mucho al diablo hasta el fin de los tiempos luego de enterarse de que tenía un hijo y que el muy idiota no le había dicho nada. Pues, se podía ir mucho al diablo. Y se fue sola. Claro, le había avisado a la mayoría de sus amigas que estaría en uno de los palcos de su familia completamente en soledad y que estaban invitadas si querían. Seguramente Shadow llegaría con ella.
Al menos el viajecito le despejaría la cabeza, así que luego de cambiarse en su habitación con el dichoso vestido blanco y de dejarle una notita de amor a Shadow –porque compartían el cuarto y tal- fue hasta su palco, con Pazuzu en los btazos como un bebé porque el pobrecito kneazle no tenía la culpa del desgraciado padre que le había tocado en la vida, y ella lo amaba mal, por bonito.
En el camino se encontró a su madre, que la saludó y le preguntó por Joe a lo que ella solo respondió con un gesto de la mano de “eh? De qué hablas?” y tras otras noticias sin importancia, o más bien, tras que su madre le diera una bolsota de galeones –que no pesaba –para que los apostara a quien quisiera, luego de aclararle que obviamente ellos le apostarían una millonada a Aldrich y a su institución, se puso a revisar por quién apostar. Cuando vio a los Yesenes terminó decidiéndose por Adnan, que no eran familia ni nada y le apostó todos los galeones que su madre le había dejado –que no eran muchos tampoco, si acaso unos 300, que la millonada era para el primo- y nada, iba a ser una traidora y poner su corazón en el egipcio, aunque ver a Aldrich ganar en esas cosas no tenía precio.
Y ahí estaba, solita como ostra hasta que apareció Venus. Le dedicó una amplísima sonrisa y le hizo señas en un asiento a su lado. Le encantaba el collar que traía puesto y se lo hizo notar con un gesto de aprobación en dirección al mismo.
-Claro, siéntate. Yo también vengo sola. Bueno con Shadow, y les avisé a otras chicas. Mi familia está en el palco de al lado, por si los quieres ir a saludar.
Pues claro, con el “sola” se había referido a Joe, ¿a quién más?. Y bueno, su (ex) novio universitario había resultado un fiasco de la vida, pero al menos le había dejado un bonito kneazle que ahora reposaba en su regazo.
-¿A quién le apostaste? La familia a Aldrich, claro. Yo a Adnan, ¿le conoces? Es el de los distintivos plateados.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Dubai
- Entonces... va a venir Milou a verte? porque corres para la asociación de su madre, no? - Charles charlaba de idioteces con Aldrich mientras uno que se creía mucho les daba explicaciones o algo. No es que Charles fuera irrespetuoso, pero se tomaba la carrera aquella como lo que era: una simple competencia por caridad y no más, ni tanto esfuerzo ni tanta seriedad, ni decir que hacía semanas que estaban encerrados en Brigantia y no habían podido salir ni para saludar a su hipogrifo. En todo caso, para profesionalismo vendrían luego las carreras de jinetes que se dedicaban a ello full time, no aquella inaugural que era más de espectáculo desopilante donde 5 o 6 niños brujos hacían como que sabían montar en los ponys que sus familias ricas les compraban.
Strawberry era su hipogrifa, que como a todo Luttrell que se precie de tal, le había sido regalada cumplidos los 16 años. Era un bicho bastante elegante, el más bajo del conjunto, pero con unas ancas importantes y un pelaje marrón claro dominante que se volvía pura pluma oscura en las alas... Sobre todo un carácter mucho más pasivo que el de los otros animales que ya estaban abriendo sus alas, intimidándose por la muchedumbre. Le colocó la montura escarlata y enganchó en ella un pañuelo de Othilia que la chica le había entregado con toda la buena voluntad aquella de hacerse eco de los ritos y desearle suerte.
Hubiera querido encontrarla con la mirada en la tribuna, pero la luz en contra le hacía imposible la intención, aunque sabía perfectamente cual palco entero ocupaban los Luttrel, que habían puesto tanto dinero en esa cosa que hasta Charles pensaba que de semejante despilfarro en cualquier momento llegaría carta de embargue del castillo familiar o algo similar. Pero así eran los Luttrell, asquerosamente ricos y asquerosamente descuidados hasta el punto de haberse convertido en un clan de locos extravagantes a los ojos de la sociedad mágica británica.
Charles intercambió palmadas con Aldrich y Noel y una sonrisa plena de disfrute total, subió a su animal, vestido de negro absoluto, dispuesto a ganar eso, claro que si. Pero si perdía ya había luego una fiesta donde alguien lo consolase o a puro licor ahogara las penas de la derrota.... Miró a Adnan de reojo y terminó por dedicarle un saludo también, justo antes de que la señal de largara surcara el cielo.
Strawberry era su hipogrifa, que como a todo Luttrell que se precie de tal, le había sido regalada cumplidos los 16 años. Era un bicho bastante elegante, el más bajo del conjunto, pero con unas ancas importantes y un pelaje marrón claro dominante que se volvía pura pluma oscura en las alas... Sobre todo un carácter mucho más pasivo que el de los otros animales que ya estaban abriendo sus alas, intimidándose por la muchedumbre. Le colocó la montura escarlata y enganchó en ella un pañuelo de Othilia que la chica le había entregado con toda la buena voluntad aquella de hacerse eco de los ritos y desearle suerte.
Hubiera querido encontrarla con la mirada en la tribuna, pero la luz en contra le hacía imposible la intención, aunque sabía perfectamente cual palco entero ocupaban los Luttrel, que habían puesto tanto dinero en esa cosa que hasta Charles pensaba que de semejante despilfarro en cualquier momento llegaría carta de embargue del castillo familiar o algo similar. Pero así eran los Luttrell, asquerosamente ricos y asquerosamente descuidados hasta el punto de haberse convertido en un clan de locos extravagantes a los ojos de la sociedad mágica británica.
Charles intercambió palmadas con Aldrich y Noel y una sonrisa plena de disfrute total, subió a su animal, vestido de negro absoluto, dispuesto a ganar eso, claro que si. Pero si perdía ya había luego una fiesta donde alguien lo consolase o a puro licor ahogara las penas de la derrota.... Miró a Adnan de reojo y terminó por dedicarle un saludo también, justo antes de que la señal de largara surcara el cielo.
- Y ahí están... Ayyûb Yesenes a la cabeza, seguido por Noel Cerice... luego una fila de tres batiendo sus alas intentando sobrepasarse cabeza a cabeza.... Y rezagado... el rojo.... La primera vuelta no deja sorpresas, pero ahora los desafíos ----- AUSPICIADOS POR: ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más vuele en Windorstom ---- a 20 yardas ya se ve formarse, se abre el terreno a nuestros pies... la arena sede el agua arremete contra nuestros competidores.... la primera ola es un chiste.. la segunda OOUUUUHHHHH..... un hipogrifo parece fuera de competencia... Ojo de águila dígame como lo ve...
Albus amigo, desde acá se ve... Inundado....
Muchas gracias... Cerice pierde posiciones pues su hipogrifo parase gato que no le gusta bañarse Luttrell está a lo último, yo a este punto diría irremediablemente aunque falten como 593 vueltas y media... Es...es...es Burroughs VIEJO Y PELUDO BURROUGHS!!! que se libra del lagarto que apresa la pata de su animal y saltea por sobre el egipcio mayor, Adnan Yesenes, para dar de lleno contra una estampida de cuervos violetas..... Pobre Burroughs.... que en paz descanse....
Burroughs está vivo... repito... Burroughs está vivo...
Increíble pero real, nuestro amigo Ojo de águila dice que el niño del pantano está vivo!!!... Otro niño que vivó para nuestro salón de los trofeos.... ----- AUSPICIADO POR: HELADOS MARIQUITAS!, o lloras o gritas ----
Albus amigo, desde acá se ve... Inundado....
Muchas gracias... Cerice pierde posiciones pues su hipogrifo parase gato que no le gusta bañarse Luttrell está a lo último, yo a este punto diría irremediablemente aunque falten como 593 vueltas y media... Es...es...es Burroughs VIEJO Y PELUDO BURROUGHS!!! que se libra del lagarto que apresa la pata de su animal y saltea por sobre el egipcio mayor, Adnan Yesenes, para dar de lleno contra una estampida de cuervos violetas..... Pobre Burroughs.... que en paz descanse....
Burroughs está vivo... repito... Burroughs está vivo...
Increíble pero real, nuestro amigo Ojo de águila dice que el niño del pantano está vivo!!!... Otro niño que vivó para nuestro salón de los trofeos.... ----- AUSPICIADO POR: HELADOS MARIQUITAS!, o lloras o gritas ----
Última edición por Charles Luttrell el Sáb Nov 17, 2012 6:55 pm, editado 1 vez
Charles Luttrell- Mensajes : 109
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Re: Dubai
Llevaba asistiendo a eventos como aquel desde que tenía memoria, y por lo menos a él le ocurría que después de un tiempo todos le parecían lo mismo. Ni siquiera el apostar era algo que lo entusiasmara demasiado. No sabía si era solamente una cuestión suya o en algún momento de sus vidas todos los videntes sentirían más o menos lo mismo, pero los juegos de azar no tenían absolutamente nada de emocionantes cuando poseías la habilidad de ver más allá de lo que ocurría en tu presente. No importaba que no pudiera ver los resultados de una carrera en concreto en el momento en que lo deseara, sino que tan sencillo que no le provocaba ningún entusiasmo siquiera el intentarlo. Ahora, competir, ya era una cuestión distinta.
No era la primera vez que participaba en una carrera de hipogrifos, pero si en una exhibición de escala similar. Haber sido escogido como jinete por el Ministerio era algo que no había esperado, aunque tampoco pudiera decir que fuera la sorpresa más grande de su vida. Le pareció de lo más curioso competir con gente como Charles o Aldrich Burroughs, creía ser el mayor de todo ese grupo, pero poco importaba en realidad. Además, todo el asunto trataba de recaudar dinero para caridades. No era una cuestión de orgullo, no iba a lanzarle un Avada a nadie que le superase en esa situación, aunque claro, no tenía en mente el perder. Tenía una mentalidad bastante competitiva a fin de cuentas.
Siendo su madre profesora de Defensa contra las artes oscuras en Hogwarts no era ilógico que la organización que los Cerise se hubieran decidido apadrinar se encargara de apoyar a brujos de escasos recursos para que pudieran continuar con sus estudios y otorgaban varias decenas de becas al año. El hipogrifo que montaría era también propio. La verdad era que entre los Cerise no había tradición de obsequiar animales así en ningún aniversario de vida, pero en su momento ver a Charles con uno propio le había sembrado el carpicho de conseguirse uno también, y así había sido. Su nombre era Samson, y tanto la montura que llevaba como los detalles en su uniforme eran azul oscuro.
- Deberías preocuparte menos por Milou y más por tu propia mujer. -
Le dijo a su primo con una media sonrisa algo ácida, riendo por lo bajo. No era secreto lo que Noel pensaba del arreglo y la mala suerte que había tenido Charles al quedar comprometido con alguien así, de la misma manera que no entendía porque no simplemente cortaba con el compromiso y ya. En fin, procuraba no inmiscuirse demasiado en sus asuntos.
Noel, por su parte, antes de prepararse y subir a su hipogrifo buscó con la mirada a Pearlie en su palco. Sabía que había problemas en su paraíso, de la misma manera en que siempre se enteraba de las cosas que tal vez nadie quería que conociera. Se haría tiempo de buscarla y hablar con ella cuando la exhibición terminara. Tal vez se decidiera a charlar con Abner Burroughs de una vez, podía ser. En cuanto la ubicó, y ella hubo volteado hacia donde él, le sonrió.
Montó sobre Samson y en cuanto dieron la señal de partida y emprendieron carrera a toda velocidad. Habían tenido un buen comienzo, aunque al llegar al obstáculo con agua las cosas se le habían dificultado un poco. Trató de tranquilizar a Samson para recuperar el control y volver a entrar de lleno a la carrera, sin detenerse siquiera a ver por Aldrich al que había pasado de lado después de su caída. Él a lo que iba, no había más.
No era la primera vez que participaba en una carrera de hipogrifos, pero si en una exhibición de escala similar. Haber sido escogido como jinete por el Ministerio era algo que no había esperado, aunque tampoco pudiera decir que fuera la sorpresa más grande de su vida. Le pareció de lo más curioso competir con gente como Charles o Aldrich Burroughs, creía ser el mayor de todo ese grupo, pero poco importaba en realidad. Además, todo el asunto trataba de recaudar dinero para caridades. No era una cuestión de orgullo, no iba a lanzarle un Avada a nadie que le superase en esa situación, aunque claro, no tenía en mente el perder. Tenía una mentalidad bastante competitiva a fin de cuentas.
Siendo su madre profesora de Defensa contra las artes oscuras en Hogwarts no era ilógico que la organización que los Cerise se hubieran decidido apadrinar se encargara de apoyar a brujos de escasos recursos para que pudieran continuar con sus estudios y otorgaban varias decenas de becas al año. El hipogrifo que montaría era también propio. La verdad era que entre los Cerise no había tradición de obsequiar animales así en ningún aniversario de vida, pero en su momento ver a Charles con uno propio le había sembrado el carpicho de conseguirse uno también, y así había sido. Su nombre era Samson, y tanto la montura que llevaba como los detalles en su uniforme eran azul oscuro.
- Deberías preocuparte menos por Milou y más por tu propia mujer. -
Le dijo a su primo con una media sonrisa algo ácida, riendo por lo bajo. No era secreto lo que Noel pensaba del arreglo y la mala suerte que había tenido Charles al quedar comprometido con alguien así, de la misma manera que no entendía porque no simplemente cortaba con el compromiso y ya. En fin, procuraba no inmiscuirse demasiado en sus asuntos.
Noel, por su parte, antes de prepararse y subir a su hipogrifo buscó con la mirada a Pearlie en su palco. Sabía que había problemas en su paraíso, de la misma manera en que siempre se enteraba de las cosas que tal vez nadie quería que conociera. Se haría tiempo de buscarla y hablar con ella cuando la exhibición terminara. Tal vez se decidiera a charlar con Abner Burroughs de una vez, podía ser. En cuanto la ubicó, y ella hubo volteado hacia donde él, le sonrió.
Montó sobre Samson y en cuanto dieron la señal de partida y emprendieron carrera a toda velocidad. Habían tenido un buen comienzo, aunque al llegar al obstáculo con agua las cosas se le habían dificultado un poco. Trató de tranquilizar a Samson para recuperar el control y volver a entrar de lleno a la carrera, sin detenerse siquiera a ver por Aldrich al que había pasado de lado después de su caída. Él a lo que iba, no había más.
Noel Cerise- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Re: Dubai
Ella también tenía una invitación individual pero en su caso no había llegado por lechuza, más bien a mano de Charles que iba a competir en la carrera inaugural. La familia van Lieshout no estaría presente en el evento, solo ella como representante. Sus abuelos tenían problemas con una pequeña revuelta en sus cultivos de la India (nada que no se solucionara con hechizos) y su madre, trabajo a raudales en el ministerio Holandés. No importaba, Winter se encargó de hacer llegar a su hija un cofre con alguna de las joyas familiares y una caja con un vestido precioso de gasa blanca que a Othilia le pareció demasiado vivo pero perfecto para los gustos de su santa progenitora, además, un pergamino deseando suerte explícita a su prometido que la rubia hizo llegar a su destinatario justo cuando tomaron el traslador hacia Dubai.
Tras acomodarse en el hotel, esperó a la familia Luttrell para desplazarse hasta el estadio, ya envuelta en toda la opulencia y excentricidades de la familia, disimulando la marca tenebrosa con un maquillaje acertado, abrazada como la prometida del niño. Othilia igualmente no daba muchas molestias, permanecía callada, dando conversación educada cuando los padres del chico preguntaban algo sobre su carrera, la familia o como iban los preparativos de la boda que aún ni estaba prevista en su mente. En un primer lugar tuvo las dudas en apostar, tenía la obligación por Mathias (su abuelo) de dejar una cifra millonaria por los van Lieshout sobre el hipogrifo de Charles pero ella tenía su parte, unos quinientos galeones de su propio fondo personal y aunque dijo a su prometido que apostaría por otro, dejando un tono bien claro que Adnan Yesenes tenía un hipogrifo mucho más competitivo, terminó por apostar sus quinientos galeones en Charles y strawberry de montura roja.
Regresó hacia el enorme palco que ocupaba los Luttrell, tomó una copa de un combinado dorado que el elfino juro que no tenía alcohol ante la fría mirada de Othilia y preparada para ver el inicio de la carrera, tomó un poco del vuelo de su vestido blanco para ir hasta la barandilla. Disfrutaba de buena vista pero tardó unos segundos en reconocer a Luttrell entre tanto hipogrifo y desde la lejanía, aunque sabía que era inútil, amenazó mentalmente a Charles, más valía ganar para que no despilfarrará los galeones. La carrera dio inicio, Othilia tras los primeros metros de vuelo, dejó de ver el frente para buscar entre la gente a Milou, sabía que la familia Leloup estaba representados por Aldrich así que esperaba ver a su amiga entre los asistentes.
Levantó la mirada otra vez para seguir la carrera cuando observó que Charles iba el último con su flamante hipogrifo rojo. Negó con la cabeza, miró a la madre del muchacho y dijo con toda su cortesía – Permiso, voy a buscar a Milou Leloup y pedir un medimago para Charles, creo que va a necesitarlo – no dijo el comentario con el afán de resultar desagradable o así pero realmente y vista las pruebas como la pasividad de la hipogrifa, el chico terminaría en lodo como Burroughs o peor. Dedico una sonrisa que hasta bonita quedó a la señora para no ofender y salió del palco bajando un poco por el graderío realmente buscando el puesto de medimagos aunque de paso, buscaría a Leloup
Tras acomodarse en el hotel, esperó a la familia Luttrell para desplazarse hasta el estadio, ya envuelta en toda la opulencia y excentricidades de la familia, disimulando la marca tenebrosa con un maquillaje acertado, abrazada como la prometida del niño. Othilia igualmente no daba muchas molestias, permanecía callada, dando conversación educada cuando los padres del chico preguntaban algo sobre su carrera, la familia o como iban los preparativos de la boda que aún ni estaba prevista en su mente. En un primer lugar tuvo las dudas en apostar, tenía la obligación por Mathias (su abuelo) de dejar una cifra millonaria por los van Lieshout sobre el hipogrifo de Charles pero ella tenía su parte, unos quinientos galeones de su propio fondo personal y aunque dijo a su prometido que apostaría por otro, dejando un tono bien claro que Adnan Yesenes tenía un hipogrifo mucho más competitivo, terminó por apostar sus quinientos galeones en Charles y strawberry de montura roja.
Regresó hacia el enorme palco que ocupaba los Luttrell, tomó una copa de un combinado dorado que el elfino juro que no tenía alcohol ante la fría mirada de Othilia y preparada para ver el inicio de la carrera, tomó un poco del vuelo de su vestido blanco para ir hasta la barandilla. Disfrutaba de buena vista pero tardó unos segundos en reconocer a Luttrell entre tanto hipogrifo y desde la lejanía, aunque sabía que era inútil, amenazó mentalmente a Charles, más valía ganar para que no despilfarrará los galeones. La carrera dio inicio, Othilia tras los primeros metros de vuelo, dejó de ver el frente para buscar entre la gente a Milou, sabía que la familia Leloup estaba representados por Aldrich así que esperaba ver a su amiga entre los asistentes.
Levantó la mirada otra vez para seguir la carrera cuando observó que Charles iba el último con su flamante hipogrifo rojo. Negó con la cabeza, miró a la madre del muchacho y dijo con toda su cortesía – Permiso, voy a buscar a Milou Leloup y pedir un medimago para Charles, creo que va a necesitarlo – no dijo el comentario con el afán de resultar desagradable o así pero realmente y vista las pruebas como la pasividad de la hipogrifa, el chico terminaría en lodo como Burroughs o peor. Dedico una sonrisa que hasta bonita quedó a la señora para no ofender y salió del palco bajando un poco por el graderío realmente buscando el puesto de medimagos aunque de paso, buscaría a Leloup
Othilia van Lieshout- Mensajes : 143
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Dubai
Shadow había tenido que ir al menos un momento con su familia y por eso dejó a Pearlie ir sola aunque no quería, ya se imaginaba que el delincuente no tan juvenil de Crawford podía llegar porque los vándalos tenían sus métodos. Pearlie con su nueva afición cinéfila la había hecho ver varias cosas aunque Shadow eligió de la tienda una comedia romántica y una de puro malhechor en la que a cada rato señalaba a la pantalla para decirle a su prima que ese era el futuro de Joseph, que era mejor que hubiesen terminado para que no se dé la sorpresa de enterarse de mil cosas más, si no le dijo que viese si no le faltaba nada era porque el kneazle no debía escuchar esas cosas de su mal padre y de su hermanastro bastardito.
En el palco de su familia las cosas estaban bastante aburridas, como siempre, excepto su madre que era un manicomio por sí misma, había podido reconocer en ella bipolaridad, esquizofrenia, rabia espontánea y varias cosas más, aunque cada que le hablaba a ella lo hacía con cariño, debía ser porque para ella Aldrich y Shadow eran sus pequeños pajarraquitos, apodo salido del mismo que ella tuvo alguna vez. Gene, su padre, se dedicaba más bien a calmarla y a darle públicas muestras de amor a su esposa y aunque ella le dijese que la soltase –más en broma que en serio- funcionaba y acababa feliz y tranquila entre sus brazos, él no se lo había dicho pero también estaba preocupado por lo que podría pasarle a Aldrich, el resto de la familia más bien pensaba que era bueno que participase en ese tipo de eventos.
Luego de cumplir con el protocolo obligado fue rápidamente con su prima, no fue difícil encontrarla, estaba por allí con Venus. Ella primero fue a apostar por su hermano porque creía en él, aunque los egipcios fuesen los claros favoritos por toda la experiencia que tenían, luego regresó al punto en el que vio a su prima y tras darle un beso a ella y a Wilcox, levantó un poco los brazos y se dio una vuelta como para que aprueben su atuendo. A ella le gustaba y el cabello levantado de ese modo extraño era algo que había estado practicando, estaba hecho de forma muggle pero asegurado con un hechizo para no despeinarse.
-Pensé que iba a hacer un calor infernal, pero la abuela ya me dijo que pusieron un hechizote a toda esta zona para que las señoras no suden.-si bien se los dijo con un ligero tono de burla estaba pensando en preguntar cuál era, ella odiaba sudar y no estaba de más, aunque tenía la suerte de que en Londres el calor no fuese predominante.-
Se sentó en medio de las dos porque era algo territorial, no quería que se pongan a conversar y que la dejen de lado. Ella había recibido invitación y respecto a su pase extra no iba a comentar nada, no por ahora, prefería concentrarse en la carrera porque desde donde estaban podía ver a su madre ya pegada a la barrera que daba hacia la pista para ver a Aldrich con unos binoculares mágicos. La carrera inició y si bien su hermano no iba inicialmente bien se comenzó a recuperar pero para caer en desgracia tras desgracia. Apretó mucho la mano de Pearlie y la de Venus también, sin pensar siquiera, su hermano estaba no solamente enlodado si no siendo atacado por cuervos violetas y ahora yacía en el suelo.
Estaba muerto, estaba muerto. Acababan de decirlo y ella moría de preocupación, no vio a su madre pero la semiveela estaba hecha una loca, siendo detenida por su esposo para ir hasta la pista a ver a su pajarraquito. Cuando el comentarista dijo que estaba vivo a Shadow le volvió el alma al cuerpo, estaba totalmente pálida y al borde de las lágrimas. La flor que había estado en su cabello ya se había caído entre tanto que pasaba las manos por su rostro, nerviosa.
-Creen que esté fracturado? No veo a ningún medimago yendo a la pista. ¿Dónde están? Ay Levántate Aldrich, anda…al menos no te quedes paralítico o sin memoria. Anda…
----------------------------------------------------------------------------
El hipogrifo de Aldrich:
Nombre del hipogrifo: Nâsser
Colores del hipogrifo: De un color marrón rojizo cerca de las patas pero va tornándose negro según se llega hasta la cabeza. La zona de su pico tiene algunos matices dorados.
Color de la montura: Verde
En el palco de su familia las cosas estaban bastante aburridas, como siempre, excepto su madre que era un manicomio por sí misma, había podido reconocer en ella bipolaridad, esquizofrenia, rabia espontánea y varias cosas más, aunque cada que le hablaba a ella lo hacía con cariño, debía ser porque para ella Aldrich y Shadow eran sus pequeños pajarraquitos, apodo salido del mismo que ella tuvo alguna vez. Gene, su padre, se dedicaba más bien a calmarla y a darle públicas muestras de amor a su esposa y aunque ella le dijese que la soltase –más en broma que en serio- funcionaba y acababa feliz y tranquila entre sus brazos, él no se lo había dicho pero también estaba preocupado por lo que podría pasarle a Aldrich, el resto de la familia más bien pensaba que era bueno que participase en ese tipo de eventos.
Luego de cumplir con el protocolo obligado fue rápidamente con su prima, no fue difícil encontrarla, estaba por allí con Venus. Ella primero fue a apostar por su hermano porque creía en él, aunque los egipcios fuesen los claros favoritos por toda la experiencia que tenían, luego regresó al punto en el que vio a su prima y tras darle un beso a ella y a Wilcox, levantó un poco los brazos y se dio una vuelta como para que aprueben su atuendo. A ella le gustaba y el cabello levantado de ese modo extraño era algo que había estado practicando, estaba hecho de forma muggle pero asegurado con un hechizo para no despeinarse.
-Pensé que iba a hacer un calor infernal, pero la abuela ya me dijo que pusieron un hechizote a toda esta zona para que las señoras no suden.-si bien se los dijo con un ligero tono de burla estaba pensando en preguntar cuál era, ella odiaba sudar y no estaba de más, aunque tenía la suerte de que en Londres el calor no fuese predominante.-
Se sentó en medio de las dos porque era algo territorial, no quería que se pongan a conversar y que la dejen de lado. Ella había recibido invitación y respecto a su pase extra no iba a comentar nada, no por ahora, prefería concentrarse en la carrera porque desde donde estaban podía ver a su madre ya pegada a la barrera que daba hacia la pista para ver a Aldrich con unos binoculares mágicos. La carrera inició y si bien su hermano no iba inicialmente bien se comenzó a recuperar pero para caer en desgracia tras desgracia. Apretó mucho la mano de Pearlie y la de Venus también, sin pensar siquiera, su hermano estaba no solamente enlodado si no siendo atacado por cuervos violetas y ahora yacía en el suelo.
Estaba muerto, estaba muerto. Acababan de decirlo y ella moría de preocupación, no vio a su madre pero la semiveela estaba hecha una loca, siendo detenida por su esposo para ir hasta la pista a ver a su pajarraquito. Cuando el comentarista dijo que estaba vivo a Shadow le volvió el alma al cuerpo, estaba totalmente pálida y al borde de las lágrimas. La flor que había estado en su cabello ya se había caído entre tanto que pasaba las manos por su rostro, nerviosa.
-Creen que esté fracturado? No veo a ningún medimago yendo a la pista. ¿Dónde están? Ay Levántate Aldrich, anda…al menos no te quedes paralítico o sin memoria. Anda…
----------------------------------------------------------------------------
El hipogrifo de Aldrich:
Nombre del hipogrifo: Nâsser
Colores del hipogrifo: De un color marrón rojizo cerca de las patas pero va tornándose negro según se llega hasta la cabeza. La zona de su pico tiene algunos matices dorados.
Color de la montura: Verde
Shadow Burroughs- Mensajes : 130
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Dubai
Vestido
----
La invitación que Milena había recibido no iba dirigida únicamente a ella, sino a toda la familia Nikonov. Aunque no eran en realidad una importante familia en el mundo mágico británico, por las relaciones que su padre sostenía en el país siempre les tenían en cuenta para eventos como ese y aquello no iba a cambiar pronto. Tenía apenas un par de años en los que Milena acompañaba a sus padres a eventos similares - por lo menos por iniciativa propia - y tenía que decir que de todos, las carreras de hipogrifos eran por mucho sus preferidas.
En el palco de los Nikonov se encontraban su su padre, su madre que no dejaba de atraer la atención hacia ella con aquel porte regio y belleza mística que lo mismo atraía miradas tanto de embelesamiento como de desdén, su abuelo que era un gran entusiasta de las carreras, uno de los practicantes del Ministerio que su padre había tenido el detalle de invitar y por supuesto, ella misma. Por un momento su yo más paranoico se había convencido de que si su padre había tenido la "buena intención" de invitar al muchacho había sido alguna clase de intento por hacerla pasar tiempo con él o alguna cosa muy enreversada de ese estilo, pero prefirió desistir de aquella idea. No era tan manipulador como para algo así. Seguía sin aprobar que estuviera con alguien como Karim pero ella se hacía la de oídos sordos. La opinión de su abuelo era básicamente la misma. Sorpresivamente había descubierto que tenía el apoyo de su madre y decía que quería conocerlo, aunque no con el mismo tono severo de su padre cada vez que lo decía, quién lo diría.
Le había comentado sobre el fin de semana, incluso dejado una entrada por si se decidía a ir llevado por la curiosidad de ver una carrera de hipogrifos, pero no iba a hacer ningún drama si prefería ir a Hounslow o quedarse en su departamento o viendo el futbol. Lo quería muchísimo y estaba demasiado enamorada, pero seguía siendo alguien que disfrutaba de tener su espacio propio y por lo mismo, darlo. Además estaba el asunto de Pearlie, que le había llegado todo de sorpresa y la tenía algo preocupada. Milena era la clase de persona que prefería lidiar con las cosas en privado y sola pero era consciente de que esas eran manías suyas, le gustaba estar al pendiente de sus amigos cuando cosas malas les pasaban, fueran rupturas o cosas más serias. Lo del hijo secreto a todas les había tomado por sorpresa, y podía entender porqué Pearlie había decidido terminar. Nada de despotricar diciendo que Joseph era un desgraciado, ella se guardaba sus opiniones a menos que se las pidieran y no se metía en las decisiones de Pearlie, solo estaba ahí por si la necesitaba.
La cuestión era que con todo y los giros inesperados de la carrera, se aburría en su palco. Ni siquiera podía sostener una conversación con el invitado de su padre, que era más o menos de su edad, por que cuando no estaba demasiado abstraído en la carrera lo estaba con su madre. A ella la verdad le hacía gracia. Avisó que iría al palco de los Burroughs - más concretamente, el de Pearlie - y llegó allá encontrando no solo a a la cerridwen sino a Venus y Shadow, a las que saludó sonriente y con cortesía, mientras que a su amiga le besó las mejillas tres veces como hacía cuando había más confianza, y a Pazuzu le rascó tras las orejas.
Justo en ese Aldrich caía de su hipogrifo a lo que reaccionó ahogando un gritito de sorpresa. Los Nikonov habían apostado por él, pero más que el dinero lo que a ella le preocupaba era que se hubiera lastimado de verdad. - No deben estar muy lejos, no te preocupes. Yo creo que todavía puede seguir, ¿no les parece? ¡Anda Aldrich! ¡Nasser! ¡Levántense! - Gritó animada, aunque dirigiendo una mirada discreta a Pearlie, como preguntándole en silencio cómo estaba.
----
La invitación que Milena había recibido no iba dirigida únicamente a ella, sino a toda la familia Nikonov. Aunque no eran en realidad una importante familia en el mundo mágico británico, por las relaciones que su padre sostenía en el país siempre les tenían en cuenta para eventos como ese y aquello no iba a cambiar pronto. Tenía apenas un par de años en los que Milena acompañaba a sus padres a eventos similares - por lo menos por iniciativa propia - y tenía que decir que de todos, las carreras de hipogrifos eran por mucho sus preferidas.
En el palco de los Nikonov se encontraban su su padre, su madre que no dejaba de atraer la atención hacia ella con aquel porte regio y belleza mística que lo mismo atraía miradas tanto de embelesamiento como de desdén, su abuelo que era un gran entusiasta de las carreras, uno de los practicantes del Ministerio que su padre había tenido el detalle de invitar y por supuesto, ella misma. Por un momento su yo más paranoico se había convencido de que si su padre había tenido la "buena intención" de invitar al muchacho había sido alguna clase de intento por hacerla pasar tiempo con él o alguna cosa muy enreversada de ese estilo, pero prefirió desistir de aquella idea. No era tan manipulador como para algo así. Seguía sin aprobar que estuviera con alguien como Karim pero ella se hacía la de oídos sordos. La opinión de su abuelo era básicamente la misma. Sorpresivamente había descubierto que tenía el apoyo de su madre y decía que quería conocerlo, aunque no con el mismo tono severo de su padre cada vez que lo decía, quién lo diría.
Le había comentado sobre el fin de semana, incluso dejado una entrada por si se decidía a ir llevado por la curiosidad de ver una carrera de hipogrifos, pero no iba a hacer ningún drama si prefería ir a Hounslow o quedarse en su departamento o viendo el futbol. Lo quería muchísimo y estaba demasiado enamorada, pero seguía siendo alguien que disfrutaba de tener su espacio propio y por lo mismo, darlo. Además estaba el asunto de Pearlie, que le había llegado todo de sorpresa y la tenía algo preocupada. Milena era la clase de persona que prefería lidiar con las cosas en privado y sola pero era consciente de que esas eran manías suyas, le gustaba estar al pendiente de sus amigos cuando cosas malas les pasaban, fueran rupturas o cosas más serias. Lo del hijo secreto a todas les había tomado por sorpresa, y podía entender porqué Pearlie había decidido terminar. Nada de despotricar diciendo que Joseph era un desgraciado, ella se guardaba sus opiniones a menos que se las pidieran y no se metía en las decisiones de Pearlie, solo estaba ahí por si la necesitaba.
La cuestión era que con todo y los giros inesperados de la carrera, se aburría en su palco. Ni siquiera podía sostener una conversación con el invitado de su padre, que era más o menos de su edad, por que cuando no estaba demasiado abstraído en la carrera lo estaba con su madre. A ella la verdad le hacía gracia. Avisó que iría al palco de los Burroughs - más concretamente, el de Pearlie - y llegó allá encontrando no solo a a la cerridwen sino a Venus y Shadow, a las que saludó sonriente y con cortesía, mientras que a su amiga le besó las mejillas tres veces como hacía cuando había más confianza, y a Pazuzu le rascó tras las orejas.
Justo en ese Aldrich caía de su hipogrifo a lo que reaccionó ahogando un gritito de sorpresa. Los Nikonov habían apostado por él, pero más que el dinero lo que a ella le preocupaba era que se hubiera lastimado de verdad. - No deben estar muy lejos, no te preocupes. Yo creo que todavía puede seguir, ¿no les parece? ¡Anda Aldrich! ¡Nasser! ¡Levántense! - Gritó animada, aunque dirigiendo una mirada discreta a Pearlie, como preguntándole en silencio cómo estaba.
Milena Nikonova- Mensajes : 117
Fecha de inscripción : 16/09/2012
Re: Dubai
El lugar de salida era espacioso, dejaba que los hipogrifos incluso abriesen un poco las alas aunque no completamente para evitar que alguien hiciese trampa. Aldrich sentía un bulto cerca de su manzana de Adán pero no físicamente, era por la ansiedad que le causaba todo, habían estado en una suerte de establo subterráneo y recién veían las tribunas, un mar blanco de gente que los miraba con atención y del que no escuchaban ruido alguno, un hechizo hacía que el sonido no llegase hasta la salida pero al pasar por esa puerta todas esas voces les llegarían de golpe, era para desorientar a los hipogrifos y medir el control que podían ejercer los jinetes.
El sonido combinado con la velocidad que alcanzaban esas criaturas dejaba una sensación de enajenación, parecía que su conciencia no le pertenecía a su cuerpo, o no del todo, porque una parte de él buscaba conectarse con el hipogrifo, a esa altura y bajo esas condiciones sólo se tenían el uno al otro, era todo, nadie más importaba pues era una carrera, nadie miraba hacia atrás, todos buscaban la mejor colocación para continuar y ganar.
La primera vuelta no trajo sorpresas, agradecía que les hubiesen dado esa poción para evitar el mareo porque si bien al principio no eran tan drásticos los cambios de dirección lo que comenzó en la segunda vuelta parecía no una tortura, sino una exagerada manera de hacer una carrera de demostración, los obstáculos los había visto antes pero en las carreras de profesionales, ellos no entrenaban para eso, se suponía que serían unas vueltas peligrosas pero no a ese nivel. Lo que le tocó a Aldrich fue catastrófico, no supo si al resto le pasaba igual porque si bien la ola no le hizo nada un lagarto mordía primero la pata de su hipogrifo, y no pasaron ni tres segundos de su recuperación para que lo atacase una bandada violenta de cuervos color violeta, expertos en sacar ojos.
No le sacaron un ojo porque se iban sobre el hipogrifo, el ave comenzó a moverse violentamente y con las riendas que llevaba hizo que diese vueltas para intentar librarse de ellos, el animal estaba totalmente asustado, tanto que tras bajar algunos metros hizo que con un movimiento violento Aldrich cayese al suelo desde unos cuatro metros de altura. La caída fue brusca porque prácticamente lo había aventado, cayó sobre su brazo derecho y quedó inmóvil por un momento, su hombro se había salido de lugar y con la mano izquierda se apretaba con fuerza, ni siquiera se permitían varitas en esas carreras como para poder hacer algo para minimizar el dolor.
El dolor no mermaba con nada, tuvo los ojos cerrados durante varios segundos sin poder siquiera decir una palabra. El hipogrifo había bajado hasta donde estaba él, fue el sonido que hizo el animal lo que logró que Aldrich abriese los ojos. Todo había sido muy rápido habían pasado unos veinte o treinta segundos pero era tiempo primordial. Con el dolor aún palpitante se levantó usando su otro brazo para ayudar a sus piernas y así llegar a montar de nuevo sobre el hipogrifo. Jaló la rienda para indicarle que se elevase y el animal lo hizo, despegó rápidamente y aunque llevaba las riendas con las dos manos no sabía cuánto resistiría con ese dolor, eso fue lo que le lo motivó a –tras estabilizarse con las piernas sobre el animal- jalar de su brazo derecho con el izquierdo, con fuerza, tratando de colocar de nuevo el hueso en su lugar. No lo logró, el dolor inicial fue infernal, pero cuando volvió a coger las riendas esperando que todo acabase rápido sintió que el dolor disminuía, seguía siendo intenso, pero no tanto como al inicio.
El sonido combinado con la velocidad que alcanzaban esas criaturas dejaba una sensación de enajenación, parecía que su conciencia no le pertenecía a su cuerpo, o no del todo, porque una parte de él buscaba conectarse con el hipogrifo, a esa altura y bajo esas condiciones sólo se tenían el uno al otro, era todo, nadie más importaba pues era una carrera, nadie miraba hacia atrás, todos buscaban la mejor colocación para continuar y ganar.
La primera vuelta no trajo sorpresas, agradecía que les hubiesen dado esa poción para evitar el mareo porque si bien al principio no eran tan drásticos los cambios de dirección lo que comenzó en la segunda vuelta parecía no una tortura, sino una exagerada manera de hacer una carrera de demostración, los obstáculos los había visto antes pero en las carreras de profesionales, ellos no entrenaban para eso, se suponía que serían unas vueltas peligrosas pero no a ese nivel. Lo que le tocó a Aldrich fue catastrófico, no supo si al resto le pasaba igual porque si bien la ola no le hizo nada un lagarto mordía primero la pata de su hipogrifo, y no pasaron ni tres segundos de su recuperación para que lo atacase una bandada violenta de cuervos color violeta, expertos en sacar ojos.
No le sacaron un ojo porque se iban sobre el hipogrifo, el ave comenzó a moverse violentamente y con las riendas que llevaba hizo que diese vueltas para intentar librarse de ellos, el animal estaba totalmente asustado, tanto que tras bajar algunos metros hizo que con un movimiento violento Aldrich cayese al suelo desde unos cuatro metros de altura. La caída fue brusca porque prácticamente lo había aventado, cayó sobre su brazo derecho y quedó inmóvil por un momento, su hombro se había salido de lugar y con la mano izquierda se apretaba con fuerza, ni siquiera se permitían varitas en esas carreras como para poder hacer algo para minimizar el dolor.
El dolor no mermaba con nada, tuvo los ojos cerrados durante varios segundos sin poder siquiera decir una palabra. El hipogrifo había bajado hasta donde estaba él, fue el sonido que hizo el animal lo que logró que Aldrich abriese los ojos. Todo había sido muy rápido habían pasado unos veinte o treinta segundos pero era tiempo primordial. Con el dolor aún palpitante se levantó usando su otro brazo para ayudar a sus piernas y así llegar a montar de nuevo sobre el hipogrifo. Jaló la rienda para indicarle que se elevase y el animal lo hizo, despegó rápidamente y aunque llevaba las riendas con las dos manos no sabía cuánto resistiría con ese dolor, eso fue lo que le lo motivó a –tras estabilizarse con las piernas sobre el animal- jalar de su brazo derecho con el izquierdo, con fuerza, tratando de colocar de nuevo el hueso en su lugar. No lo logró, el dolor inicial fue infernal, pero cuando volvió a coger las riendas esperando que todo acabase rápido sintió que el dolor disminuía, seguía siendo intenso, pero no tanto como al inicio.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Dubai
Puro relato... ((todo mundo puede decir lo que quiera y será incorporado a los sucesivos relatos))
----- AUSPICIADO POR: HELADOS MARIQUITAS!, o lloras o gritas ---- Burroughs se levanta del fango, su hipogrifo lo espera relinchando contra la mugre, las brujas gritan en las gradas, SE DESESPERAN POR ÉL, parece que el lisiado es todo un rompe corazones…. Las posiciones hasta el momento: Ayyûb Yesenes, segundado por su hermano mayor Adnan Yesenes. El dúo Egipcio es imparable, se libran de los cuervos muy entretenidos en picotear al hipogrifo de Burrough… Le sigue el rubio Cerice aleteando como loca de burdel y Luttrell deja de ser el último no por mérito propio...
Disculpa Albus….los medimagos informan que es solo un golpe menor y dan la vuelta con sus escobas…
Perfecto ojo de Aguila… Alguien dé a Burroughs un nuevo brazo, y si no alégrenlo esta Navidad con chocolate belga.CHOCOLATES MAESSSCHALECK. Mmmm, mágicamente delicioso, en sus tres sabores: Húmero, Cúbito y Radio….- Los Egipcios están por anotar su quinta vuelta…
Si Albus, acaban de pasar volando pico a pico dando inicio a la sexta, pero aquí se ve que el dúo dinámico tiene problemas. Sus hipogrifos pelean entre si, Están aterrados, presiente el inminente peligro. No quieren avanzar. La arena se alza y trasfigura a nuestros ojos, las tablas se deslizan, se montan unas sobre otras, los clavos brincan por doquier, atacan a las gradas más cercanas, el polvo del aleteo no nos deja ver claro pero… pero…. Es UN TERRIBLE MURO!!! Un terrible muro, he dicho!!... 50 yardas no más y Ayyûb Yesenes dará directo al muro… No se cómo harán! NO LO SE!.... ALBUS, MERLIN Y LAS SANTAS VIRGENES DE ULULULU!!!!
Tranquilo ojo de águila, tranquilo amigo… UHHHHHHHHH… Eso debió dolerle a Adnan Yeneses, pero es que: Es madera Termitonogal! TERMITONOGAL TABLETS y su casa estará mejor protegida que con InquebranTABLETS! -Luttrell! Luttrell! apure ese animal, que nos está arruinando la carrera inaugural…
Si Albus, Luttrell está muy atrasado, no logra…
Le hace falta una buena poción revitalizadora. Pero que sea de la de Tullycraft! – TULLYCRAFT: Para tus exámenes finales, nada mejor que TULLYCRAFT... Un frasco sirve espantar el sueño durante una semana, no se responsabilizan por efectos secundarios -
Cerise alcanza a los hermanos dominantes. Sus crines doradas relucen… no, no… esperen ya no relucen…
No relucen claro que no. La negrura se ha apoderado de gran parte de la pista. Una nube densísima de polvo místico condesado ha bajado desde el cielo de Zeus para anochecer la noche misma… Los tres delanteros tienen serios problemas, desclavar los picos de sus Hipogriffos del muro no es tarea fácil, sacar clavos de las herraduras mucho menos y PEOR AUN EN PLENA OSCURIDAD mágicamente provocada - Y este contratiempo llegó a ustedes gracias al POLVO PERUANO de la oscuridad, POLVOS CALLOWAY ¡si puede ver su nariz le devolvemos su dinero!
- - -
----- AUSPICIADO POR: HELADOS MARIQUITAS!, o lloras o gritas ---- Burroughs se levanta del fango, su hipogrifo lo espera relinchando contra la mugre, las brujas gritan en las gradas, SE DESESPERAN POR ÉL, parece que el lisiado es todo un rompe corazones…. Las posiciones hasta el momento: Ayyûb Yesenes, segundado por su hermano mayor Adnan Yesenes. El dúo Egipcio es imparable, se libran de los cuervos muy entretenidos en picotear al hipogrifo de Burrough… Le sigue el rubio Cerice aleteando como loca de burdel y Luttrell deja de ser el último no por mérito propio...
Disculpa Albus….los medimagos informan que es solo un golpe menor y dan la vuelta con sus escobas…
Perfecto ojo de Aguila… Alguien dé a Burroughs un nuevo brazo, y si no alégrenlo esta Navidad con chocolate belga.CHOCOLATES MAESSSCHALECK. Mmmm, mágicamente delicioso, en sus tres sabores: Húmero, Cúbito y Radio….- Los Egipcios están por anotar su quinta vuelta…
Si Albus, acaban de pasar volando pico a pico dando inicio a la sexta, pero aquí se ve que el dúo dinámico tiene problemas. Sus hipogrifos pelean entre si, Están aterrados, presiente el inminente peligro. No quieren avanzar. La arena se alza y trasfigura a nuestros ojos, las tablas se deslizan, se montan unas sobre otras, los clavos brincan por doquier, atacan a las gradas más cercanas, el polvo del aleteo no nos deja ver claro pero… pero…. Es UN TERRIBLE MURO!!! Un terrible muro, he dicho!!... 50 yardas no más y Ayyûb Yesenes dará directo al muro… No se cómo harán! NO LO SE!.... ALBUS, MERLIN Y LAS SANTAS VIRGENES DE ULULULU!!!!
Tranquilo ojo de águila, tranquilo amigo… UHHHHHHHHH… Eso debió dolerle a Adnan Yeneses, pero es que: Es madera Termitonogal! TERMITONOGAL TABLETS y su casa estará mejor protegida que con InquebranTABLETS! -Luttrell! Luttrell! apure ese animal, que nos está arruinando la carrera inaugural…
Si Albus, Luttrell está muy atrasado, no logra…
Le hace falta una buena poción revitalizadora. Pero que sea de la de Tullycraft! – TULLYCRAFT: Para tus exámenes finales, nada mejor que TULLYCRAFT... Un frasco sirve espantar el sueño durante una semana, no se responsabilizan por efectos secundarios -
Cerise alcanza a los hermanos dominantes. Sus crines doradas relucen… no, no… esperen ya no relucen…
No relucen claro que no. La negrura se ha apoderado de gran parte de la pista. Una nube densísima de polvo místico condesado ha bajado desde el cielo de Zeus para anochecer la noche misma… Los tres delanteros tienen serios problemas, desclavar los picos de sus Hipogriffos del muro no es tarea fácil, sacar clavos de las herraduras mucho menos y PEOR AUN EN PLENA OSCURIDAD mágicamente provocada - Y este contratiempo llegó a ustedes gracias al POLVO PERUANO de la oscuridad, POLVOS CALLOWAY ¡si puede ver su nariz le devolvemos su dinero!
Charles Luttrell- Mensajes : 109
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Re: Dubai
Los búhos con la invitación a uno de los eventos mágicos más distinguidos en todo el mundo, habían comenzado a tocar la ventana de Angellous Suberland de forma esporádica unos cuantos años después de convertirse en jefe de aurores hace ya algún tiempo, y se habían convertido en algo mucho más frecuente luego de aceptar el puesto de decano que Immëndorff le había ofrecido luego de la paz que había llegado tras la caída de Mott.
El apellido Suberland se había ido a pique en un periodo de tiempo demasiado corto, entre escasos nacimientos de nueva sangre durante las últimas décadas, la tendencia de los últimos miembros de la familia a relacionarse con personas sin pureza de sangre; y otros sucesos mucho más oscuros que no tiene caso detallar, la familia había pasado de ser una de las más influyentes en todo el Reino Unido, a no tener más de una decena de miembros, la mayoría de ellos sin una ascendencia pura con la cual respaldarse ante los estándares más estrictos de la sociedad mágica.
Así pues, el decano de la facultad de Smertios tenía una nueva invitación por parte de los organizadores del evento solo por el simple hecho de llevar el cargo con el que contaba, y nada más. Sin incomodarse al respecto, Suberland hizo el viaje hasta Dubai para formar parte de la comitiva, disfrutar de los placeres tanto del propio evento como del lejano lugar, y aprovechar para pasar un rato agradable con algunas viejas amistades, entre ellas Abner Burroughs. Hacía ya bastante tiempo que no se encontraba con su viejo amigo, más incluso del que le gustaría admitir a cualquiera de los dos.
Vestido tal y como lo solicitaba la ocasión, Angellous se dirigió hasta el palco en el que se encontraba la familia Burroughs, encontrándose con los miembros más distinguidos de la familia entre ellos el propio Demetrius Burroughs; a quien mostró todos sus respetos y saludó con la misma atención de siempre. También estaban Gene y su esposa Barunka, así como la esposa de Abner y una larga lista de nombres de los que afortunadamente al decano no se le escapaba ni uno solo.
-Abner, le aposté una buena cantidad al chico Cerise, pero tú dime si hice bien o no… que seguro tú estás más entendido de la competencia-
Justo en esos instantes en los que Angellous saludaba al Jefe del Departamento de Cooperación Mágica Internacional, el narrador local anunciaba escandalosamente que el chico Burroughs había aterrizado de mala forma en el suelo, incluso casi logrando que a la mitad de los integrantes del palco les diera un infarto a causa de la forma en la que el narrador relataba el suceso. Por fortuna, y haciendo gala de un increíble espíritu de competencia, Aldrich se puso de pie y continuó con la competencia sin dejar de tener a los integrantes de su familia al borde de su silla.
-Ese sobrino tuyo, vaya que tiene agallas…-
La carrera continuaba en pleno apogeo y al parecer Cerise ya estaba alcanzando a los punteros de la competencia, a lo cual Angellous no hizo más que apretar el puño ocultando en todo momento sus expresiones reales. Fuera cual fuera el resultado, el dinero recaudado de las apuestas estaba destinado a la beneficencia, sin embargo y cualquiera que fuera el caso, ganar era ganar.
El apellido Suberland se había ido a pique en un periodo de tiempo demasiado corto, entre escasos nacimientos de nueva sangre durante las últimas décadas, la tendencia de los últimos miembros de la familia a relacionarse con personas sin pureza de sangre; y otros sucesos mucho más oscuros que no tiene caso detallar, la familia había pasado de ser una de las más influyentes en todo el Reino Unido, a no tener más de una decena de miembros, la mayoría de ellos sin una ascendencia pura con la cual respaldarse ante los estándares más estrictos de la sociedad mágica.
Así pues, el decano de la facultad de Smertios tenía una nueva invitación por parte de los organizadores del evento solo por el simple hecho de llevar el cargo con el que contaba, y nada más. Sin incomodarse al respecto, Suberland hizo el viaje hasta Dubai para formar parte de la comitiva, disfrutar de los placeres tanto del propio evento como del lejano lugar, y aprovechar para pasar un rato agradable con algunas viejas amistades, entre ellas Abner Burroughs. Hacía ya bastante tiempo que no se encontraba con su viejo amigo, más incluso del que le gustaría admitir a cualquiera de los dos.
Vestido tal y como lo solicitaba la ocasión, Angellous se dirigió hasta el palco en el que se encontraba la familia Burroughs, encontrándose con los miembros más distinguidos de la familia entre ellos el propio Demetrius Burroughs; a quien mostró todos sus respetos y saludó con la misma atención de siempre. También estaban Gene y su esposa Barunka, así como la esposa de Abner y una larga lista de nombres de los que afortunadamente al decano no se le escapaba ni uno solo.
-Abner, le aposté una buena cantidad al chico Cerise, pero tú dime si hice bien o no… que seguro tú estás más entendido de la competencia-
Justo en esos instantes en los que Angellous saludaba al Jefe del Departamento de Cooperación Mágica Internacional, el narrador local anunciaba escandalosamente que el chico Burroughs había aterrizado de mala forma en el suelo, incluso casi logrando que a la mitad de los integrantes del palco les diera un infarto a causa de la forma en la que el narrador relataba el suceso. Por fortuna, y haciendo gala de un increíble espíritu de competencia, Aldrich se puso de pie y continuó con la competencia sin dejar de tener a los integrantes de su familia al borde de su silla.
-Ese sobrino tuyo, vaya que tiene agallas…-
La carrera continuaba en pleno apogeo y al parecer Cerise ya estaba alcanzando a los punteros de la competencia, a lo cual Angellous no hizo más que apretar el puño ocultando en todo momento sus expresiones reales. Fuera cual fuera el resultado, el dinero recaudado de las apuestas estaba destinado a la beneficencia, sin embargo y cualquiera que fuera el caso, ganar era ganar.
Angellous Suberland- Mensajes : 4
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: Dubai
La primera vuelta tranquila, suponía Adnan, era solamente para que todos pudieran lucir hipogrifos. Justo antes de salir había saludado a todos sus compañeros con más o menos cercanía, dependiendo de quien fuera. Evitó hacer comentarios sobre la montura de Charles, él no sabía tanto de hipogrifos como su hermano, había entrenado horas más horas en el vuelo con ellos, pero no los criaba ni amaestraba ni nada… pero daba por hecho que las hembras no estaban hechas para las carreras, machismos fuera, tenían menos cualidades para ello.
Pero en cierto modo era bastante obvio que aquello era una carrera amateur, nadie allí era corredor profesional y nadie tenía pinta de ir a serlo. Él, porque no le gustaba usar a los hipogrifos con fines monetarios y menos aún para entretener al público, los demás, pues cada cual por su motivo personal.
En cierto momento, tras la vuelta inicial, todo se volvió mucho más duro de afrontar, había obstáculos por todas partes y aunque en cierto modo él logró superar los primeros vio de refilón como alguien estaba un poco más metido en líos. Para cuando quiso darse cuenta estaba justo detrás de su hermano que había salido con ventaja sobre él. Se inclinó un poco más sobre el animal y le dio una palmadita el cuello, susurrándole que acelerase un poco, que fuera tras su hermano –sus hipogrifos eran todos de la misma descendencia, manías familiares, pero el de Ayyûb era un par de años mayor, más maduro que el propio, también más fuerte, todo había que admitirlo –, notó como iba aumentando poco a poco la velocidad hasta que la distancia entre ambos quedó muy reducida, tanto, que en el momento en el que alcanzaron la meta de nuevo pudo mirar a su hermano con tan solo ladear la cabeza hacía él.
Y de pronto ahí estaba, el muro. Maldita sea. No se había esperado algo así, como Ephráïm terminara dañado por alguna de esas mierdas iría al palacete y lo quemaría (culpa de su padre que lo metió ahí). En fin, intentó levantar el vuelo, esquivarlo por arriba, tiró de las riendas con toda su fuerza pero lo único que consiguió fue que el golpe pillara un poco menos de lleno. Se incorporó un poco en la montura para comprobar que tan solo se le había clavado un poquito el pico en la madera cuando de pronto se vio rodeado de negrura pura. Menuda mierda de carrera, si tan solo estaban haciendo publicidad que usaran a elfos o a muggles para maltratarlos, no a hipogrifos.
Respiró para relajarse y dejar de pensar en eso y sintió como su montura estaba ya liberado del muro. Queriendo librarse del obstáculo por arriba, pero le paró por el motivo más obvio, ya que estaban ahí no iban a empezar a romper las normas tan pronto. Oyó entonces su quejido, rara vez se lo había oído y notó como removía nervioso las patas traseras en el aire. Se iba a quedar atrás, lo sabía, pero no iba a dejar al animal sufriendo menos si saber que era y es negrura no ayudaba a ver qué coño hacían los demás.
Notó como al fin el malestar del hipogrifo terminó cuando con todo el trabajo del mundo el chico (parado en el aire y él colgando de la montura casi) logró ayudarle a librarse de aquello que tanto lo molestaba y aún mal colocado oyó la voz de su hermano, se puso nervioso. Ephráïm lo habría oído también y eso no era bueno, él nunca desobedecía a Ayyûb así de la manera más rápida posible se volvió a acomodar sobre él agarrándose con fuerza. El chico dio la orden en árabe pero él lo entendió, iba a tirar el puto muro.
Pero en cierto modo era bastante obvio que aquello era una carrera amateur, nadie allí era corredor profesional y nadie tenía pinta de ir a serlo. Él, porque no le gustaba usar a los hipogrifos con fines monetarios y menos aún para entretener al público, los demás, pues cada cual por su motivo personal.
En cierto momento, tras la vuelta inicial, todo se volvió mucho más duro de afrontar, había obstáculos por todas partes y aunque en cierto modo él logró superar los primeros vio de refilón como alguien estaba un poco más metido en líos. Para cuando quiso darse cuenta estaba justo detrás de su hermano que había salido con ventaja sobre él. Se inclinó un poco más sobre el animal y le dio una palmadita el cuello, susurrándole que acelerase un poco, que fuera tras su hermano –sus hipogrifos eran todos de la misma descendencia, manías familiares, pero el de Ayyûb era un par de años mayor, más maduro que el propio, también más fuerte, todo había que admitirlo –, notó como iba aumentando poco a poco la velocidad hasta que la distancia entre ambos quedó muy reducida, tanto, que en el momento en el que alcanzaron la meta de nuevo pudo mirar a su hermano con tan solo ladear la cabeza hacía él.
Y de pronto ahí estaba, el muro. Maldita sea. No se había esperado algo así, como Ephráïm terminara dañado por alguna de esas mierdas iría al palacete y lo quemaría (culpa de su padre que lo metió ahí). En fin, intentó levantar el vuelo, esquivarlo por arriba, tiró de las riendas con toda su fuerza pero lo único que consiguió fue que el golpe pillara un poco menos de lleno. Se incorporó un poco en la montura para comprobar que tan solo se le había clavado un poquito el pico en la madera cuando de pronto se vio rodeado de negrura pura. Menuda mierda de carrera, si tan solo estaban haciendo publicidad que usaran a elfos o a muggles para maltratarlos, no a hipogrifos.
Respiró para relajarse y dejar de pensar en eso y sintió como su montura estaba ya liberado del muro. Queriendo librarse del obstáculo por arriba, pero le paró por el motivo más obvio, ya que estaban ahí no iban a empezar a romper las normas tan pronto. Oyó entonces su quejido, rara vez se lo había oído y notó como removía nervioso las patas traseras en el aire. Se iba a quedar atrás, lo sabía, pero no iba a dejar al animal sufriendo menos si saber que era y es negrura no ayudaba a ver qué coño hacían los demás.
Notó como al fin el malestar del hipogrifo terminó cuando con todo el trabajo del mundo el chico (parado en el aire y él colgando de la montura casi) logró ayudarle a librarse de aquello que tanto lo molestaba y aún mal colocado oyó la voz de su hermano, se puso nervioso. Ephráïm lo habría oído también y eso no era bueno, él nunca desobedecía a Ayyûb así de la manera más rápida posible se volvió a acomodar sobre él agarrándose con fuerza. El chico dio la orden en árabe pero él lo entendió, iba a tirar el puto muro.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Dubai
Vio como algunos nos hacían demasiado caso a su sindicaciones y solo siguió con ello hasta terminar por el simple hecho de que le iban a pagar mucho dinero por aquello, sino ya habría mandado a esos estirados de mierda a morirse a otra parte.
No se hubo parado a mirar a todos los hipogrifos, al menos no hasta que él mismo se hubo montado sobre Bäelphirê, y desde ahí miró al resto. Alzó una ceja casi incrédulo de ver que aquellos no eran los que él había criado, se notaba en demasía, sobre todo cuando topó con la mirada que entre los que estaban listos para iniciar aquél juego, había una hembra. Menudo imbécil el que decidió correr con aquél hipogrifo hembra...
Nunca entendería como se les permitía a esos imbéciles sin conocimiento alguno sobre los hipogrifos, tenerlos.
Estaba claro que todos los hipogrifos que él había llevado hasta allí, como todos los años, a excepción del hipogrifo de su hermano y del propio, eran para las carreras profesionales y no para aquella tontería que les tocaría hacer.
Según empezaron a volar todos los animales, Ayyûb tras lanzar una última mirada a Ephráïm, que no a su hermano, dejó de mirar a su alrededor par centrarse. Según qué cosa se le ponía por delante dándole tiempo a verla, daba una orden u otra a Bäe, consiguiendo quedar con algo de ventaja y avanzar sin dificultad. Su hermano no tardó en alcanzarle y sonrió ladeado, después mirando hacia el frente de nuevo, lo justo para ver como prácticamente un muro se alzaba frente a ellos, dándole el tiempo justo a aminorar la velocidad para hacer menos grave el impacto, pero ambos Yesenes chocaban contra el maldito muro que había aparecido de la nada, escuchando un tercer golpe pero sin preocuparse por quién sería, a fin de cuentas aquél no era uno de sus hipogrifos, que era lo que en ese momento le preocupaba. - ¡Joder! - Y entonces con más ganas de joder todo se oscureció por una puta nube de polvo.
- Esto son ganas de joder a los hipogrifos... - Se quejó entre dientes. - Ibta'ada – Dada la orden, su hipogrifo apoyó las garras delanteras en el muro y ejerciendo algo de fuerza se consiguió liberar, menteniendose justo en el lugar donde se habían quedado pero ya sin estar atrapados.
Escuchó entonces como se formaba algo de alboroto por los quejidos de los hipogrifos que estaban ahí, y tirando un poco de las riendas y hablándole a su compañero hipogrifo consiguió que se calmara, acariciándole un poco el cuello, pero notando por el movimiento del cuerpo del mismo como algo le molestaba en los cascos. Chasqueó la lengua y, a pesar de no ver nada, se acomodó de un modo un tanto complicado, sin perder el tiempo, y ya algo acostumbrado a hacer bastantes estupideces o locuras con aquellos animales, se quedó colgando practicamente como quien decía en la posición contraria en la que tendría que estar, sentado sobre el abdomen del hipogrifo, estirando los brazos, dándole orden a que le dejase mirar y tras palpar lo que era, sacó aquella mierda que algún imbécil había decidido usar para joder a los hipogrifos.
Enfadado con todo aquello en un gesto fácil, y ayudado por Bäelphirê, volvió a estar en la misma posición que en un principio. Tenía que salir de ahí o se arriesgaba a que quizás volviese toda aquella mierda a atacar a los animales.
- ¡Iytaaža! – Gritó esta vez para darle la orden a su compañero, sabiendo que probablemente Ephráïm también habría escuchado la orden, y con ello mataba dos pájaros de un tiro. Al menos los Yesenes saldrían de aquella nube en seguida y podrían volver a ver por dónde volaban.
Ambos hipogrifos giraron para quedar de espaldas al muro y dando un par de coces con sus fuertes cuartos traseros hicieron un buen agujero por donde no tardaron ambos mismos en salir prácticamente a la par, librándose de aquella negrura que no había conseguido mas que enfurecer al menor de los Yesenes, sin contar el maltrato que les estaban causando a los hipogrifos.
No se hubo parado a mirar a todos los hipogrifos, al menos no hasta que él mismo se hubo montado sobre Bäelphirê, y desde ahí miró al resto. Alzó una ceja casi incrédulo de ver que aquellos no eran los que él había criado, se notaba en demasía, sobre todo cuando topó con la mirada que entre los que estaban listos para iniciar aquél juego, había una hembra. Menudo imbécil el que decidió correr con aquél hipogrifo hembra...
Nunca entendería como se les permitía a esos imbéciles sin conocimiento alguno sobre los hipogrifos, tenerlos.
Estaba claro que todos los hipogrifos que él había llevado hasta allí, como todos los años, a excepción del hipogrifo de su hermano y del propio, eran para las carreras profesionales y no para aquella tontería que les tocaría hacer.
Según empezaron a volar todos los animales, Ayyûb tras lanzar una última mirada a Ephráïm, que no a su hermano, dejó de mirar a su alrededor par centrarse. Según qué cosa se le ponía por delante dándole tiempo a verla, daba una orden u otra a Bäe, consiguiendo quedar con algo de ventaja y avanzar sin dificultad. Su hermano no tardó en alcanzarle y sonrió ladeado, después mirando hacia el frente de nuevo, lo justo para ver como prácticamente un muro se alzaba frente a ellos, dándole el tiempo justo a aminorar la velocidad para hacer menos grave el impacto, pero ambos Yesenes chocaban contra el maldito muro que había aparecido de la nada, escuchando un tercer golpe pero sin preocuparse por quién sería, a fin de cuentas aquél no era uno de sus hipogrifos, que era lo que en ese momento le preocupaba. - ¡Joder! - Y entonces con más ganas de joder todo se oscureció por una puta nube de polvo.
- Esto son ganas de joder a los hipogrifos... - Se quejó entre dientes. - Ibta'ada – Dada la orden, su hipogrifo apoyó las garras delanteras en el muro y ejerciendo algo de fuerza se consiguió liberar, menteniendose justo en el lugar donde se habían quedado pero ya sin estar atrapados.
Escuchó entonces como se formaba algo de alboroto por los quejidos de los hipogrifos que estaban ahí, y tirando un poco de las riendas y hablándole a su compañero hipogrifo consiguió que se calmara, acariciándole un poco el cuello, pero notando por el movimiento del cuerpo del mismo como algo le molestaba en los cascos. Chasqueó la lengua y, a pesar de no ver nada, se acomodó de un modo un tanto complicado, sin perder el tiempo, y ya algo acostumbrado a hacer bastantes estupideces o locuras con aquellos animales, se quedó colgando practicamente como quien decía en la posición contraria en la que tendría que estar, sentado sobre el abdomen del hipogrifo, estirando los brazos, dándole orden a que le dejase mirar y tras palpar lo que era, sacó aquella mierda que algún imbécil había decidido usar para joder a los hipogrifos.
Enfadado con todo aquello en un gesto fácil, y ayudado por Bäelphirê, volvió a estar en la misma posición que en un principio. Tenía que salir de ahí o se arriesgaba a que quizás volviese toda aquella mierda a atacar a los animales.
- ¡Iytaaža! – Gritó esta vez para darle la orden a su compañero, sabiendo que probablemente Ephráïm también habría escuchado la orden, y con ello mataba dos pájaros de un tiro. Al menos los Yesenes saldrían de aquella nube en seguida y podrían volver a ver por dónde volaban.
Ambos hipogrifos giraron para quedar de espaldas al muro y dando un par de coces con sus fuertes cuartos traseros hicieron un buen agujero por donde no tardaron ambos mismos en salir prácticamente a la par, librándose de aquella negrura que no había conseguido mas que enfurecer al menor de los Yesenes, sin contar el maltrato que les estaban causando a los hipogrifos.
Ayyûb K. Yesenes- Mensajes : 174
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Re: Dubai
El señor Heard había sido de los más aclamados jugadores de quidditch de su época, pero un pésimo jinete. Ensillo al primer caballo mágico que se dejó atrapar en el establo y resultó ser un threstral al que él no pudo ver, lo montó a tientas y voló. Todavía a sus cincuenta y tantos creía estar para esos trotes, es lo mismo que montar a un hipogrifo, había dicho aunque hacía años que no poseía uno y muchos más desde la última vez que los montó. Pero no, en una de las primeras cinco vueltas sufrió una horrible caída que le costo varias costillas rotas y una pierna, así como reposo absoluto y la prohibición no solo de volver a montar sino de tomar cualquier traslador o chimenea en un viaje tan largo como Dubai; por eso, sin más remedio mi mamá se había tenido que quedar a su lado como buena esposa y a mi me tocó ir sola.
Sola sola lo que se dice sola, pues no por que nadie confiaba en Marianne Heard. ¿Qué tal si se perdía por que nunca le había tocado irse por su cuenta? ¿Qué tal si no podía encontrar su habitación? ¿Qué tal si la secuestraban? ¿Qué tal si se escapaba? Creo que más bien temían que fuera a perderme con un mago sangre sucia y no volviera jamás, por eso había asistido con Elphie, la elfa doméstica que me había cuidado desde niña y que tenía instrucciones muy estrictas de no dejarme sola en ningún momento. ¿Cuántos años creen que tengo? ¿Doce?
Su presencia no me arruinaba nada por que ya estaba acostumbrada y quienes me conocían también, además era discreta, aseada y muy bien portada; casi no se notaba que estaba ahí. Todos sabían además que debían ignorarla sino sabían comportarse amables con ella por que me enfadaba muchísimo que le hicieran cualquier cosa, todavía seguía con mis ridiculeces sobre la plataforma de protección para elfos domésticos. Traía puesto un vestido blanco, simple, que ella misma se había confeccionado y zapatitos por que jamás iba descalza, casi hacía juego conmigo, que iba por supuesto también de blanco.
El único problema es que no tenía un palco “privado” sino el de “Heard”, que era más bien del negocio de mis padres y estaba rodeado de magos.
Buenas noches, caballeros, señoritas –saludé cuando entre. No era un palco propiamente dicho, sino un espacio para patrocinadores y benefactores, así que me reuní con varios socios de mi padre.
Gina Grady, la jugadora de las Hollyhead Harpies, había estado en él como por cinco minutos pues había entrado con uno de sus patrocinadores y yo la había conocido en la cena de Año Nuevo del año antepasado cuando formaba parte de la segunda división. También había fotografos y un par de socios con sus esposas y un par de jugadores de quidditch que estaban por ser catapultados a la fama.
Creo que estábamos apadrinando a Charles, pero no estaba muy segura por que nadie me decía nada nunca. Eso sí yo entregaría el pergamino donde lo corroboraba, me excusé un momento y me dirigí con los Cerise, eso sí, me llevé conmigo un cocktail de no se qué.
Antes de llegar, por el ventanal de un pasillo vi como Aldrich se caía de su hipogrifo y me quedé ahí, mirando.
--
En algún pasillo. No me vayan a dejar sola, por amor *-*
Mariana
Sola sola lo que se dice sola, pues no por que nadie confiaba en Marianne Heard. ¿Qué tal si se perdía por que nunca le había tocado irse por su cuenta? ¿Qué tal si no podía encontrar su habitación? ¿Qué tal si la secuestraban? ¿Qué tal si se escapaba? Creo que más bien temían que fuera a perderme con un mago sangre sucia y no volviera jamás, por eso había asistido con Elphie, la elfa doméstica que me había cuidado desde niña y que tenía instrucciones muy estrictas de no dejarme sola en ningún momento. ¿Cuántos años creen que tengo? ¿Doce?
Su presencia no me arruinaba nada por que ya estaba acostumbrada y quienes me conocían también, además era discreta, aseada y muy bien portada; casi no se notaba que estaba ahí. Todos sabían además que debían ignorarla sino sabían comportarse amables con ella por que me enfadaba muchísimo que le hicieran cualquier cosa, todavía seguía con mis ridiculeces sobre la plataforma de protección para elfos domésticos. Traía puesto un vestido blanco, simple, que ella misma se había confeccionado y zapatitos por que jamás iba descalza, casi hacía juego conmigo, que iba por supuesto también de blanco.
El único problema es que no tenía un palco “privado” sino el de “Heard”, que era más bien del negocio de mis padres y estaba rodeado de magos.
Buenas noches, caballeros, señoritas –saludé cuando entre. No era un palco propiamente dicho, sino un espacio para patrocinadores y benefactores, así que me reuní con varios socios de mi padre.
Gina Grady, la jugadora de las Hollyhead Harpies, había estado en él como por cinco minutos pues había entrado con uno de sus patrocinadores y yo la había conocido en la cena de Año Nuevo del año antepasado cuando formaba parte de la segunda división. También había fotografos y un par de socios con sus esposas y un par de jugadores de quidditch que estaban por ser catapultados a la fama.
Creo que estábamos apadrinando a Charles, pero no estaba muy segura por que nadie me decía nada nunca. Eso sí yo entregaría el pergamino donde lo corroboraba, me excusé un momento y me dirigí con los Cerise, eso sí, me llevé conmigo un cocktail de no se qué.
Antes de llegar, por el ventanal de un pasillo vi como Aldrich se caía de su hipogrifo y me quedé ahí, mirando.
--
En algún pasillo. No me vayan a dejar sola, por amor *-*
Mariana
Marianne Heard- Mensajes : 127
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Dubai
Hablaba con Venus de cualquier cosa cuando captó la mirada de Noel que estaba ahí, con Aldrich y con el resto de los competidores esperando al pitazo de salida o lo que fuera. Levantó la mano para saludarlo desde donde estaba y le regresó la sonrisa. No quería ponerse pesimista, ni quería meter su relación amistosa con Malik o con cualquier otra persona que no estuviera en ese lugar en el mismo saco en el que metía su relación con Crawford –uno roto, por cierto- pero entendía un poco más su afán de protegerle, o al menos lo entendía en ese momento, aunque en realidad no tuviera que ver una cosa con la otra.
-Yo también pensé aunque de todos modos me traje mi saquito en el clutch.
Siempre lo hacía, con hechizos para que no se arrugaran y tal. Pronto la carrera dio comienzo y bueno, empezó de la manera más atropellada del mundo. Tenía ganas de ponerse a gritar como loca como cuando jugaba el puddlemere o ponerse a lanzar las maldiciones espantosas que había aprendido en Millwall vs Leeds solamente para ver qué cara ponían Shadow y Venus, pero obviamente no iba a hacer esa barbaridad con el palco de su familia a un lado, por más pared que los separara.
Y claro, casi se infarta también cuando el narrador dijo que su primo en paz descanse. ¿O sea qué? Seguro su tía Barunka estaba hecha una loca. Se levantó y se recargó en el borde para ver más de cerca.
-No cálmate, seguro que está bien, ¡Seguro que está bien!
Y sí, Burroughs estaba vivo, estaba vivo su primo. Claro que no se iba a morir, ni se iba a quedar paralítico, su amorcito del pantano. Justo en eso llegó Milena y sí, parecía que ella se lo tomaba con calma. Le correspondió la mirada y le sonrió un poco, como diciéndole “no pasa nada, ya qué”, aunque sí que pasaba y mucho. Y para muestra, abrazó a Pazuzu más de la cuenta hasta que el kenazle se quejó de tanto amor.
Seguro Aldrich iba a necesitar más que un chocolate belga. Pearlie puso cara de auténtico dolor cuando vio que se intentaba acomodar el brazo. Y sí, le había apostado a Adnan porque los Yesenes tenían lo suyo con los hipogrifos, pero de todos modos la familia era la familia y no lo pensó mucho para olvidar los modales de sociedad y conjurarse un sonorus para animar a su primo.
-¡VAMOS ALDRICH TÚ PUEDES, TE QUEREMOS!
Y de repente se le perdieron de vista Ayyûb, Adnan y Noel, porque habían bajado unos polvos mágicos infernales. Ella estaba totalmente al borde del palco, de pie. Pazuzu se había quedado hecho ovillo en su silla importándole bien poco lo que pasaba en la pista. Se quitó el hechizo de la garganta y se volvió hacia Shadow, Venus y Milena como loca.
-No veo a Noel, ¡ni a los Yesenes! ¿Quién creen que salga primero? Ya no puedo con esta angustia ¡y faltan como 900 vueltas!
Al menos se estaba distrayendo en todos los sentidos, nada de estar en su cama deprimida comiendo chocolates belgas mientras se lamentaba por el fin de su relación, era un avance y una buena señal, ¿no?.
-Y Malik, ¿no va a venir?
Le preguntó a Milena, aunque dudaba mucho que el chico quisiera presentarse en un evento del tipo, aunque ya le daba mucha risa imaginárselo con el protocolo del vestuario y tal. Y ya entrados, mejor que mejor, porque ODIABA a los hombres que se vestían de blanco –menos su padre- sentía que se veían llanamente mal. Ah, sigue así Pearlie, pensar en frivolidades hace todo más sencillo.
-Ah, ah, ah, ¡miren a los hipogrifos de los Yesenes, son una cosa bárbara de bendición!. Ojalá Noel aproveche y salga por ese agujero, que no lo veo, me pone de nervios.
Y pues sí, con los deportes se volvía todo un pajarraco que no paraba de hablar. Mejor, le hacía bien para el desamor.
-Yo también pensé aunque de todos modos me traje mi saquito en el clutch.
Siempre lo hacía, con hechizos para que no se arrugaran y tal. Pronto la carrera dio comienzo y bueno, empezó de la manera más atropellada del mundo. Tenía ganas de ponerse a gritar como loca como cuando jugaba el puddlemere o ponerse a lanzar las maldiciones espantosas que había aprendido en Millwall vs Leeds solamente para ver qué cara ponían Shadow y Venus, pero obviamente no iba a hacer esa barbaridad con el palco de su familia a un lado, por más pared que los separara.
Y claro, casi se infarta también cuando el narrador dijo que su primo en paz descanse. ¿O sea qué? Seguro su tía Barunka estaba hecha una loca. Se levantó y se recargó en el borde para ver más de cerca.
-No cálmate, seguro que está bien, ¡Seguro que está bien!
Y sí, Burroughs estaba vivo, estaba vivo su primo. Claro que no se iba a morir, ni se iba a quedar paralítico, su amorcito del pantano. Justo en eso llegó Milena y sí, parecía que ella se lo tomaba con calma. Le correspondió la mirada y le sonrió un poco, como diciéndole “no pasa nada, ya qué”, aunque sí que pasaba y mucho. Y para muestra, abrazó a Pazuzu más de la cuenta hasta que el kenazle se quejó de tanto amor.
Seguro Aldrich iba a necesitar más que un chocolate belga. Pearlie puso cara de auténtico dolor cuando vio que se intentaba acomodar el brazo. Y sí, le había apostado a Adnan porque los Yesenes tenían lo suyo con los hipogrifos, pero de todos modos la familia era la familia y no lo pensó mucho para olvidar los modales de sociedad y conjurarse un sonorus para animar a su primo.
-¡VAMOS ALDRICH TÚ PUEDES, TE QUEREMOS!
Y de repente se le perdieron de vista Ayyûb, Adnan y Noel, porque habían bajado unos polvos mágicos infernales. Ella estaba totalmente al borde del palco, de pie. Pazuzu se había quedado hecho ovillo en su silla importándole bien poco lo que pasaba en la pista. Se quitó el hechizo de la garganta y se volvió hacia Shadow, Venus y Milena como loca.
-No veo a Noel, ¡ni a los Yesenes! ¿Quién creen que salga primero? Ya no puedo con esta angustia ¡y faltan como 900 vueltas!
Al menos se estaba distrayendo en todos los sentidos, nada de estar en su cama deprimida comiendo chocolates belgas mientras se lamentaba por el fin de su relación, era un avance y una buena señal, ¿no?.
-Y Malik, ¿no va a venir?
Le preguntó a Milena, aunque dudaba mucho que el chico quisiera presentarse en un evento del tipo, aunque ya le daba mucha risa imaginárselo con el protocolo del vestuario y tal. Y ya entrados, mejor que mejor, porque ODIABA a los hombres que se vestían de blanco –menos su padre- sentía que se veían llanamente mal. Ah, sigue así Pearlie, pensar en frivolidades hace todo más sencillo.
-Ah, ah, ah, ¡miren a los hipogrifos de los Yesenes, son una cosa bárbara de bendición!. Ojalá Noel aproveche y salga por ese agujero, que no lo veo, me pone de nervios.
Y pues sí, con los deportes se volvía todo un pajarraco que no paraba de hablar. Mejor, le hacía bien para el desamor.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Dubai
El recibimiento de Pearlie fue tal como lo esperaba, alegre y amable, y con una autosuficiencia camuflada bajo una dulce sonrisa, Venus fue a sentarse junto a la muchacha como ésta se lo había indicado, asegurándole que al término de la carrera pasaría a saludar a su familia. Fue entonces cuando notó que en su regazo descansaba aquella criatura peluda que pronto reconoció como un kneazle y que afortunadamente, no parecía importarle su presencia por ahí. Venus desconfiaba de muchas cosas y aquellas criaturas entraban en los primeros lugares de su lista debido a su temperamento tan especial; de todas formas, tal como lo hacía el kneazle, decidió no prestarle tanta atención.
—Yo he apostado por Aldrich y mi padre también quería que así lo hiciera. ¡Así que más le vale ganar! —le respondió, encogiéndose graciosamente de hombros mientras se reía. — ¿Adnan? —repitió volviendo la mirada hacia la pista para buscar al jinete que Pearlie le describía y aunque su cara no le sonara de nada, de pronto una palabra hizo eco en su mente. —Oh, ¿Yesenes? Pues he escuchado hablar de él y su familia pero no tengo el gusto de conocerle en persona—añadió.
Y la plática sobre la carrera se prolongó por un rato más hasta que finalmente Shadow hizo su aparición en el palco, repartiendo saludos y exponiendo su atuendo en busca de aprobación. Venus sólo le quedo mirando, con una sonrisa discreta pintada en los labios, porque parecía que en realidad la prima de Pearlie no esperaba una respuesta. Efectivamente, en un santiamén pasó a cambiar el tema y comenzó a hablar del hechizo que protegía a las gradas del abrasador calor árabe, mientras se sentaba en medio de las dos muchachas. Venus no se lo tomó a mal, entendía perfectamente que aquella era su prima y demás, pero no fue algo que precisamente le haya agradado porque se interponía con su cometido de echarse aún más a la bolsa a Pearlie. Con todo, ya estaba hecha a la idea que no sería una tarea fácil que se vería concretada de la noche a la mañana, porque al menos por su parte, le resultaba en extremo arduo.
Afortunadamente no pasó más tiempo antes de que la carrera diese inicio y, si al principio hubo indicios de que sería una carrera tranquila, la evolución del evento se encargó de desmentir aquello. Si era de esperarse que los egipcios encabezaran la formación luego de escuchar el historial de experiencia con hipogrifos que Pearlie se encargó de proveerle, lo que le pasó al pobre de Aldrich fue algo que ni se le cruzó por la mente. Justo unos momentos más tarde a la llegada de Milena al palco y a pesar de lograr esquivar los obstáculos, Aldrich se topó con una bandada de cuervos morados que comenzaron a atacar a su hipogrifo y que, irremediablemente, le hizo caer vertiginosamente desde una altura considerable. De inmediato el comentarista hizo alarde de amarillismo y prácticamente todo el estadio contuvo un grito al verlo paralizado sobre la arena. Shadow les apretaba las manos con todas sus fuerzas y Venus incluso se inclinó hacia adelante para obtener una mejor vista.
—Posiblemente lo esté—respondió a la pregunta de Shadow aunque su prima insistiera en lo contrario. Suspiró, sabiendo que era improbable esperar otro resultado pero aquel momento no era el adecuado para intentar opacar su optimismo. —Allá van—señaló moviendo levemente su rostro hacia la dirección en que se veía a los medimagos. Pero todo resultó ser una falsa alarma y aunque todo magullado, Aldrich logró reincorporarse a la carrera. —¡Qué alivio!
Pearlie conjuró un sonorus por el cual se hizo escuchar por encima de todo el estadio para animar a su primo y Venus casi temió que olvidara cancelar el conjuro entre tanta emoción y se girara a vociferarles, pero por suerte no fue así.
Sin embargo, las cosas en la pista iban de mal en peor; unos muros se erigiendo de la nada para impedirles el paso a los egipcios, provocando que sus criaturas quedaran apresadas por el pico contra el gigantesco muro. Y por si eso era poco, una densa nube de polvo peruano de la oscuridad los escondió de la vista del público, y si ya era insoportable para ellos, para los jinetes debía ser peor. Fue entonces cuando Venus también abandonó su asiento y tras extraer unos binoculares de su bolso, se acercó al borde del palco para intentar descifrar alguna forma entre tanta oscuridad.
Unos minutos más tarde los egipcios lograron crear unos agujeros en el muro y salir por ellos. Ahora sólo falta que el resto de los jinetes siguieran su ejemplo. Pero, ¿ahora qué pasaría? Lo único que Venus sabía, mientras continuaba mirando a través de sus binoculares, es que no recordaba una carrera de hipogrifos tan entretenida como aquella.
—Yo he apostado por Aldrich y mi padre también quería que así lo hiciera. ¡Así que más le vale ganar! —le respondió, encogiéndose graciosamente de hombros mientras se reía. — ¿Adnan? —repitió volviendo la mirada hacia la pista para buscar al jinete que Pearlie le describía y aunque su cara no le sonara de nada, de pronto una palabra hizo eco en su mente. —Oh, ¿Yesenes? Pues he escuchado hablar de él y su familia pero no tengo el gusto de conocerle en persona—añadió.
Y la plática sobre la carrera se prolongó por un rato más hasta que finalmente Shadow hizo su aparición en el palco, repartiendo saludos y exponiendo su atuendo en busca de aprobación. Venus sólo le quedo mirando, con una sonrisa discreta pintada en los labios, porque parecía que en realidad la prima de Pearlie no esperaba una respuesta. Efectivamente, en un santiamén pasó a cambiar el tema y comenzó a hablar del hechizo que protegía a las gradas del abrasador calor árabe, mientras se sentaba en medio de las dos muchachas. Venus no se lo tomó a mal, entendía perfectamente que aquella era su prima y demás, pero no fue algo que precisamente le haya agradado porque se interponía con su cometido de echarse aún más a la bolsa a Pearlie. Con todo, ya estaba hecha a la idea que no sería una tarea fácil que se vería concretada de la noche a la mañana, porque al menos por su parte, le resultaba en extremo arduo.
Afortunadamente no pasó más tiempo antes de que la carrera diese inicio y, si al principio hubo indicios de que sería una carrera tranquila, la evolución del evento se encargó de desmentir aquello. Si era de esperarse que los egipcios encabezaran la formación luego de escuchar el historial de experiencia con hipogrifos que Pearlie se encargó de proveerle, lo que le pasó al pobre de Aldrich fue algo que ni se le cruzó por la mente. Justo unos momentos más tarde a la llegada de Milena al palco y a pesar de lograr esquivar los obstáculos, Aldrich se topó con una bandada de cuervos morados que comenzaron a atacar a su hipogrifo y que, irremediablemente, le hizo caer vertiginosamente desde una altura considerable. De inmediato el comentarista hizo alarde de amarillismo y prácticamente todo el estadio contuvo un grito al verlo paralizado sobre la arena. Shadow les apretaba las manos con todas sus fuerzas y Venus incluso se inclinó hacia adelante para obtener una mejor vista.
—Posiblemente lo esté—respondió a la pregunta de Shadow aunque su prima insistiera en lo contrario. Suspiró, sabiendo que era improbable esperar otro resultado pero aquel momento no era el adecuado para intentar opacar su optimismo. —Allá van—señaló moviendo levemente su rostro hacia la dirección en que se veía a los medimagos. Pero todo resultó ser una falsa alarma y aunque todo magullado, Aldrich logró reincorporarse a la carrera. —¡Qué alivio!
Pearlie conjuró un sonorus por el cual se hizo escuchar por encima de todo el estadio para animar a su primo y Venus casi temió que olvidara cancelar el conjuro entre tanta emoción y se girara a vociferarles, pero por suerte no fue así.
Sin embargo, las cosas en la pista iban de mal en peor; unos muros se erigiendo de la nada para impedirles el paso a los egipcios, provocando que sus criaturas quedaran apresadas por el pico contra el gigantesco muro. Y por si eso era poco, una densa nube de polvo peruano de la oscuridad los escondió de la vista del público, y si ya era insoportable para ellos, para los jinetes debía ser peor. Fue entonces cuando Venus también abandonó su asiento y tras extraer unos binoculares de su bolso, se acercó al borde del palco para intentar descifrar alguna forma entre tanta oscuridad.
Unos minutos más tarde los egipcios lograron crear unos agujeros en el muro y salir por ellos. Ahora sólo falta que el resto de los jinetes siguieran su ejemplo. Pero, ¿ahora qué pasaría? Lo único que Venus sabía, mientras continuaba mirando a través de sus binoculares, es que no recordaba una carrera de hipogrifos tan entretenida como aquella.
Venus Wilcox- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Dubai
La ventaja de ir a lo último es que se ahorraba el impacto y la sorpresa que los cambios en el campo dieran y con tal sus mayores consecuencias. Era una carrera larga, era un evento de exhibición y todos quería demostrar y ganar, pero ninguno había pensado la misma estrategia. Charles tenía una hipogrifa y los que sabían del tema no esperaban nada de ese animal, lástima que se olvidaban que el jinete no era idiota, y que era este quién se montaba sobre el animal para competir.
Y si, al parecer la empresa Heard había puesto tanto dinero en publicidad, que no podía mencionarse nada sin que saltara el comercial obligado. Hasta el relator se notaba ofuscado en su voz. Y el cambio de hipogrifos por escobas no era algo que ninguno de los jinetes supiera, pero así las cosas en un evento de puro disfrute elitista, mágico y comercial.
((sé que ha pasado tiempo desde que se posteó aquí por última vez, pero yo lo seguiría hasta que ya no pueda por doble post… total es por jugar y no alterará ni tramas individuales ni globales.))
- - -
Albus, los competidores están saliendo de la negrura…
Por supuesto amigo, Que esperan espectadores míos?? que acabara la carrera aquí!? Que ese pequeño contratiempo detuviera a nuestros expertos competidores!? NO SEÑOR!!... allí están ellos… Ayyûb Yesenes a la cabeza! Le secunda su hermano Adnan Yesenes saliendo de la espesura a pura fuerza de patas de hipogrifo… Y le sigue Noel Ceri…
no, no, no Albus, No es el niño de risos de or…
Como que no?! De que me hablas? Ojo de águila límpiate los lent... AHH CHALAY!... Pero si es el quedado de Charles Luttrell… Si Señores, usted no me lo quiere creer pero ahí viene montado sobre su hembra! Auspiciado por Escobas Heard ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- Esto es un giro inesperado a las predicciones de cierto comentarista. Que no soy yo…Uhm.
Te cuento Albus, mientras los otros competidores superan las espesura, que ahora nos deparan un par de vueltas de recupero en esto que vendría a ser la mitad de la carrera…
PIPPP - La temperatura está noche en Dubai es de 23 grados centígrados, el cielo está despejado y nublará en aproximadamente, 5, 4, 3, 2… ahora… El viento norte nos mese a 8 kilómetros por hora y la humedad es del 69%. –PIPPP – Se recomienda a los brujos no desaparecerse en momento de estrés, en caso de embarazo o con niños menores de tres años. En caso de emergencia tomar las salidas ubicadas, allí, allá y aquí. –PIPPP – Se recuerda a los jinetes prepararse para el cambio en 5, 4, 3, 2, 1, 0. –PIPPP –
Así es como los hipogrifos toman aliento mientras sus cuerpos son remplazados por escobas ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- Ahora nuestros participantes vuelan en escob ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- mientras sus equipos de trabajo rehabilitan a las bestias maravillosas. Podemos seguir lo que pasa en boxes por la imagen a la derecha del campo.
Si Albus, acá estoy con el equipo de los hermanos Yénese, muy contentos con el desempeño de los hipogri…
LO IMPORTANTE ES LA CARRERA… Y que sea de carne o de madera la volada, cambia las posiciones pues las esco.. ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- le dan ventaja a los flacuchos! Y a los que saben de esc.. ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- Burrough se afianza su palo, pasa Cerice, pasa a Adnan Yesenes, Y le pelea el segundo puesto a Luttrell. Cabeza a cabeza, mango a mango… Las e.. ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- Cáspitas con los Heard y sus palitos de choringurín… me tiene re contra podr…
- - -
Albus, los competidores están saliendo de la negrura…
Por supuesto amigo, Que esperan espectadores míos?? que acabara la carrera aquí!? Que ese pequeño contratiempo detuviera a nuestros expertos competidores!? NO SEÑOR!!... allí están ellos… Ayyûb Yesenes a la cabeza! Le secunda su hermano Adnan Yesenes saliendo de la espesura a pura fuerza de patas de hipogrifo… Y le sigue Noel Ceri…
no, no, no Albus, No es el niño de risos de or…
Como que no?! De que me hablas? Ojo de águila límpiate los lent... AHH CHALAY!... Pero si es el quedado de Charles Luttrell… Si Señores, usted no me lo quiere creer pero ahí viene montado sobre su hembra! Auspiciado por Escobas Heard ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- Esto es un giro inesperado a las predicciones de cierto comentarista. Que no soy yo…Uhm.
Te cuento Albus, mientras los otros competidores superan las espesura, que ahora nos deparan un par de vueltas de recupero en esto que vendría a ser la mitad de la carrera…
PIPPP - La temperatura está noche en Dubai es de 23 grados centígrados, el cielo está despejado y nublará en aproximadamente, 5, 4, 3, 2… ahora… El viento norte nos mese a 8 kilómetros por hora y la humedad es del 69%. –PIPPP – Se recomienda a los brujos no desaparecerse en momento de estrés, en caso de embarazo o con niños menores de tres años. En caso de emergencia tomar las salidas ubicadas, allí, allá y aquí. –PIPPP – Se recuerda a los jinetes prepararse para el cambio en 5, 4, 3, 2, 1, 0. –PIPPP –
Así es como los hipogrifos toman aliento mientras sus cuerpos son remplazados por escobas ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- Ahora nuestros participantes vuelan en escob ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- mientras sus equipos de trabajo rehabilitan a las bestias maravillosas. Podemos seguir lo que pasa en boxes por la imagen a la derecha del campo.
Si Albus, acá estoy con el equipo de los hermanos Yénese, muy contentos con el desempeño de los hipogri…
LO IMPORTANTE ES LA CARRERA… Y que sea de carne o de madera la volada, cambia las posiciones pues las esco.. ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- le dan ventaja a los flacuchos! Y a los que saben de esc.. ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- Burrough se afianza su palo, pasa Cerice, pasa a Adnan Yesenes, Y le pelea el segundo puesto a Luttrell. Cabeza a cabeza, mango a mango… Las e.. ----- ESCOBAS HEARD - vuele alto, vuele más, vuele en Windorstom ---- Cáspitas con los Heard y sus palitos de choringurín… me tiene re contra podr…
- - -
Y si, al parecer la empresa Heard había puesto tanto dinero en publicidad, que no podía mencionarse nada sin que saltara el comercial obligado. Hasta el relator se notaba ofuscado en su voz. Y el cambio de hipogrifos por escobas no era algo que ninguno de los jinetes supiera, pero así las cosas en un evento de puro disfrute elitista, mágico y comercial.
((sé que ha pasado tiempo desde que se posteó aquí por última vez, pero yo lo seguiría hasta que ya no pueda por doble post… total es por jugar y no alterará ni tramas individuales ni globales.))
Charles Luttrell- Mensajes : 109
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Jul 15, 2013 1:57 pm por Gerhard Immëndorff
» PANGEA RPG - !UN FORO DIFERENTE! Ven y conócenos.
Sáb Abr 06, 2013 5:04 pm por Morten J. Harket
» Anybody home?
Sáb Abr 06, 2013 4:57 pm por Morten J. Harket
» Morsmorde Era Tom Riddle {Elite} No es cualquier rpg de Hp
Sáb Mar 30, 2013 11:41 am por Invitado
» Morrigan's Mental Asylum FORO NUEVO DE JULIA MCREARY
Lun Mar 25, 2013 2:28 am por Julia McCreary
» San Valentín
Sáb Mar 16, 2013 12:17 am por Aldrich Burroughs
» Necronomicon [Normal]
Vie Mar 08, 2013 1:37 pm por Invitado
» Inferio RPG ~ Afiliación Elite {Nuevos Botones y Nuevo Dominio}
Jue Mar 07, 2013 5:49 pm por Invitado
» Partis Temporus [elite]
Lun Mar 04, 2013 5:04 pm por Invitado
» Into the darkness {Afiliacion Normal}
Lun Feb 25, 2013 6:34 pm por Invitado