OGMIOS: 275 PUNTOS
CERRIDWEN: 150 PUNTOS
ARIANRHOD: 35 PUNTOS
SMERTIOS: 175 PUNTOS
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 11 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 11 Invitados :: 1 Motor de búsquedaNinguno
El record de usuarios en línea fue de 149 durante el Miér Oct 23, 2024 12:07 pm
Este foro está creado enteramente para esparcimiento y diversión sin fines de lucro. La temática, tramas y personajes son 100% originales creados por el equipo administrativo y los usuarios de este mismo foro. Todo lo demás, pertenece a J.K.Rowling.
"Universidad Brigantia de Estudios Mágicos" está protegida por una licencia creativa. Cualquier reproducción total o parcial del contenido del foro, así como el diseño, será considerado como plagio. Por favor, se original, no robes ni copies.
Alarma.
2 participantes
Página 1 de 1.
Alarma.
Había pasado por Hogsmeade antes de ir a casa a llevar la ropa sucia, robar comida de la despensa y entrenar a su oso para una futura Apocalipsis. El desgraciado estaba que rompía la casa con un par de zarpazos, ya llegaba a la altura de su cintura y decidió ir a comprarle alguna cosa para que dejara de morder su mano en cuanto viera que entraba por la casa, el problema es que cuando entró en la tienda de animales, una maldita cachorra estuvo observándolo desde detrás de su vitrina. Adair la miró y miró durante varios minutos, rodeó la jaula donde estaba solo para ver que carajo hacía el animal que comenzó a saltar hacia él y a dar con la pata delantera en el cristal.
Era hombre débil, las mujeres compraban su afecto con cuatro arrumacos y no pudo hacer otra cosa. Resignado fue hasta el mostrador y compró la bendita perra. Eso sí, ni caja para encerrarla, ni mariconadas aunque la Beagle ya iba equipada con una correa a su gusto, rosa. Quitó la tira de cuero, la escondió en su bolsillo, tomó a la cachorra como si fuera la madre, pellizcando la carne de su cuello, y la cargó en uno de sus brazos. La desgraciada, toda agradecida por el dueño que tocó, se acomodó con dos patas encima de su brazo, luciendo collar rosa y ladrando a toda persona que cruzaba en su camino.
¿Qué iba a hacer con una niña malcriada? No criarla. Iba a darle ese placer a su hermana, Autumn. Últimamente veía a la otra Brackminster bastante deprimida más desde el Samhain y aunque no era hombre de andar detrás diciendo “a ver, siéntate y cuéntame”, si sabía tener un detalle con su hermana, más algo que la sacara de esa perenne amargura para ver si bajaba tres puntos la histeria que ya andaba pareciéndose a su madre en sus mejores días.
Dejó el petate con la ropa sucia en la entrada, gritó a un “MADRE, HA VUELTO TU HIJO, EL GUAPO” pero como nadie respondió, subió hacia arriba a ver si por alguna casualidad su padre había llegado antes y andaban probando el muelle de la cama. Nada, ni un “ñec ñec” así que había luz verde para registrar el lugar. La lástima es que cuando pasó por la habitación de su hermana, escuchó el grifo de la ducha. Adair, pensó dos veces, miró el engendro que llevaba en su brazo que parecía adorar lamer su brazo, justo encima del tatuaje y entró con sigilo a la habitación de Autumn.
Posó a la cachorra justo en medio de la habitación, avanzó un par de pasos hacia la puerta del baño pero la desgraciada, lo siguió – Tu. Quieta. Ahí – la verdad es que la orden soltada en susurros no era efectiva, la tomó otra vez, la llevó hasta el mismo punto, buscó el primer peluche que encontró en la habitación de la chica (concretamente el caracol de bob esponja) y se lo dio para que mordisqueara, eso sí surtió efecto. Contento con sus dotes de líder de la manada, caminó hacia la puerta del baño y empezó a dar golpetazos contra ella, fuerte – ALARMA ROJA – y esperó que su hermana saliera, apoyado en la pared.
Era hombre débil, las mujeres compraban su afecto con cuatro arrumacos y no pudo hacer otra cosa. Resignado fue hasta el mostrador y compró la bendita perra. Eso sí, ni caja para encerrarla, ni mariconadas aunque la Beagle ya iba equipada con una correa a su gusto, rosa. Quitó la tira de cuero, la escondió en su bolsillo, tomó a la cachorra como si fuera la madre, pellizcando la carne de su cuello, y la cargó en uno de sus brazos. La desgraciada, toda agradecida por el dueño que tocó, se acomodó con dos patas encima de su brazo, luciendo collar rosa y ladrando a toda persona que cruzaba en su camino.
¿Qué iba a hacer con una niña malcriada? No criarla. Iba a darle ese placer a su hermana, Autumn. Últimamente veía a la otra Brackminster bastante deprimida más desde el Samhain y aunque no era hombre de andar detrás diciendo “a ver, siéntate y cuéntame”, si sabía tener un detalle con su hermana, más algo que la sacara de esa perenne amargura para ver si bajaba tres puntos la histeria que ya andaba pareciéndose a su madre en sus mejores días.
Dejó el petate con la ropa sucia en la entrada, gritó a un “MADRE, HA VUELTO TU HIJO, EL GUAPO” pero como nadie respondió, subió hacia arriba a ver si por alguna casualidad su padre había llegado antes y andaban probando el muelle de la cama. Nada, ni un “ñec ñec” así que había luz verde para registrar el lugar. La lástima es que cuando pasó por la habitación de su hermana, escuchó el grifo de la ducha. Adair, pensó dos veces, miró el engendro que llevaba en su brazo que parecía adorar lamer su brazo, justo encima del tatuaje y entró con sigilo a la habitación de Autumn.
Posó a la cachorra justo en medio de la habitación, avanzó un par de pasos hacia la puerta del baño pero la desgraciada, lo siguió – Tu. Quieta. Ahí – la verdad es que la orden soltada en susurros no era efectiva, la tomó otra vez, la llevó hasta el mismo punto, buscó el primer peluche que encontró en la habitación de la chica (concretamente el caracol de bob esponja) y se lo dio para que mordisqueara, eso sí surtió efecto. Contento con sus dotes de líder de la manada, caminó hacia la puerta del baño y empezó a dar golpetazos contra ella, fuerte – ALARMA ROJA – y esperó que su hermana saliera, apoyado en la pared.
-----
- perspectiva 1:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- perspectiva 2:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- perspectiva 3:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- perspectiva 4:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alarma.
No tenía ningún motivo en particular para haber ido a casa ese día. Simplemente era algo que hacía cuando tenía la sensación de que necesitaba algo familiar para sentir que no estaba perdiendo la cabeza. Y últimamente aquella sensación de que no tenía control sobre nada de lo que hacía la estaba poniendo demasiado nerviosa (y sacar un mísero aceptable en las primeras notas que habían salido no ayudaba a mejorar mucho las cosas). Así que esa tarde simplemente se había marchado de la universidad directa a pasar un rato en casa. Había tomado el té con su madre, había estado un rato con Clarisse mientras su hermana le enseñaba los últimos vestidos que se había comprado y había estado haciendo el tonto un rato con Teddy, el oso que cada día estaba más enorme y no parecía querer irse a ninguna parte, a pesar de que su madre les había prometido a todos que sólo sería algo provisional mientras el oso fuera una cría que no pudiera valerse por si mismo.
¿La verdad? Le gustaba su familia de locos, y echaba de menos más que cualquier otra cosa el estar en casa, donde cualquier cosa podía suceder en cualquier momento. En comparación, la vida en Brigantia era mucho más aburrida.
Sólo había hechado de menos a Lizzie, pero evidentemente no les permitían salir de Hogwarts a no ser que fuera para las salidas a Hogsmeade. Asi que se conformaría con la dosis familiar que le proporcionaba Clarisse, con quien había quedado en un rato para ir de compras, prometiendo que le enseñaría donde se había comprado los vestidos que le había mostrado antes.
Y precisamente en eso andaba, preparándose para salir, quizás pasando más tiempo de la cuenta en la ducha, pero había tanta diferencia entre su ducha y las duchas de Brigantia que no pudo más que aprovecharse de eso. Por eso cuando una voz que no pudo llegar a identificar como la del bruto de su hermano le llegó gritando algo sobre una alarma tuvo que salir a toda prisa, todavía con restos de jabón y poniéndose el albornoz a toda prisa, resbalándose y casi cayéndose de cabeza.
Por eso cuando al salir se topó casi cara a cara con su hermano, que esperaba apoyado contra la pared, evidentemente sin prisa alguna por huir de la supuesta alarma, tuvo ganas de patearle. Frunció el ceño y se cruzó de brazos.
- Debes creerte graciosisimo. ¿Cuando diablos has llegado? - pero en realidad no esperaba respuesta a aquella pregunta, simplemente iba a volver a encerrarse en el baño para terminar su ducha en condiciones.
Fue entonces cuando un leve ladrido le llamó la atención, y cuando vio la cosa más preciosa del mundo mordiendo uno de los peluches que tenía abandonados y que planeaba tirar proximamente, justo en el centro de su habitación.
- Por Merlín, que cosa más adorable. Mamá no me había dicho que había adoptado a un cachorro más. - y por unos instantes sus intenciones de seguir con la ducha o fingiéndose cabreada por las tonterías de su hermano se esfumaron. Se agachó para acariciar a la pequeña Beagle que al ver su mano dejó el peluche y se avalanzó a lamerle los dedos - ¡Eres pero una preciosidad! ¿Como te ha llamado Amy? Deberemos ir a preguntarle. - dijo hablando con la cachorrita, ignorando por completo a Adair. Ese era su merecido por haberse pasado de gracioso.
¿La verdad? Le gustaba su familia de locos, y echaba de menos más que cualquier otra cosa el estar en casa, donde cualquier cosa podía suceder en cualquier momento. En comparación, la vida en Brigantia era mucho más aburrida.
Sólo había hechado de menos a Lizzie, pero evidentemente no les permitían salir de Hogwarts a no ser que fuera para las salidas a Hogsmeade. Asi que se conformaría con la dosis familiar que le proporcionaba Clarisse, con quien había quedado en un rato para ir de compras, prometiendo que le enseñaría donde se había comprado los vestidos que le había mostrado antes.
Y precisamente en eso andaba, preparándose para salir, quizás pasando más tiempo de la cuenta en la ducha, pero había tanta diferencia entre su ducha y las duchas de Brigantia que no pudo más que aprovecharse de eso. Por eso cuando una voz que no pudo llegar a identificar como la del bruto de su hermano le llegó gritando algo sobre una alarma tuvo que salir a toda prisa, todavía con restos de jabón y poniéndose el albornoz a toda prisa, resbalándose y casi cayéndose de cabeza.
Por eso cuando al salir se topó casi cara a cara con su hermano, que esperaba apoyado contra la pared, evidentemente sin prisa alguna por huir de la supuesta alarma, tuvo ganas de patearle. Frunció el ceño y se cruzó de brazos.
- Debes creerte graciosisimo. ¿Cuando diablos has llegado? - pero en realidad no esperaba respuesta a aquella pregunta, simplemente iba a volver a encerrarse en el baño para terminar su ducha en condiciones.
Fue entonces cuando un leve ladrido le llamó la atención, y cuando vio la cosa más preciosa del mundo mordiendo uno de los peluches que tenía abandonados y que planeaba tirar proximamente, justo en el centro de su habitación.
- Por Merlín, que cosa más adorable. Mamá no me había dicho que había adoptado a un cachorro más. - y por unos instantes sus intenciones de seguir con la ducha o fingiéndose cabreada por las tonterías de su hermano se esfumaron. Se agachó para acariciar a la pequeña Beagle que al ver su mano dejó el peluche y se avalanzó a lamerle los dedos - ¡Eres pero una preciosidad! ¿Como te ha llamado Amy? Deberemos ir a preguntarle. - dijo hablando con la cachorrita, ignorando por completo a Adair. Ese era su merecido por haberse pasado de gracioso.
Autumn Brackminster- Mensajes : 99
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alarma.
Encogió sus hombros ante la pregunta, miró un segundo el reloj y contestó – ¿Hace cinco minutos? – La reacción de Autumn cuando vió el engendro del mal tirado en el suelo, mordisqueando y zarandeando el peluche como si fuera una rata, sacaron parte del gran ego y contenido que tenía el chico. Orgulloso de su decisión y contento que el regalo hubiera gustado a su hermana, avanzó hacia las chicas, mirando la cachorra desde detrás de su hermana aunque sintió cierta ofensa cuando creyó que aquello era otra adopción de su santa madre. Pronto perdonó tal puñalada a su ego, era lógico y común en aquella casa de locos las adopciones de Amy, ya todos sabían (desde su padre hasta su sobrino Thaddeus) que el oso no iba a moverse nunca más de esa casa y cuando no cupiera entre las cuatro paredes, Darren debería hechizar las puertas para engordarlas pero Teddy ya era otro miembro más de la familia así como él.
- Mamá no sabe nada – pero el sabor de la victoria, el gracias de su hermana, se demoró un poco más porque empezó a escuchar golpetazos contra la puerta. Adair caminó para abrir la puerta pero tal como abrió, cayó de espaldas al suelo, el maldito infame había sido invocado y tenía a Teddy encima de él con las patas delanteras en su torso para sujetarlo contra el suelo a fin de poder lamer la cara de su dueño como quisiera y a su antojo – Maldita sea, ¿has salido del puto armario? Sí, sí, yo también estoy contento de verte pero guarda las muestras afectivas para la noche cuando estemos solos – apartaba la cara de un lado a otro y aprovechó la distracción del oso cuando vislumbró a Autumn para empujarlo con toda su fuerza hacia un lado y rápido incorporarse – Joder, esto ya es un arma de destrucción masiva – interceptó el oso antes que se abalanzara contra su hermana y el cachorro, sujetándolo por debajo los hombros para alzarlo con su fuerza y había que decir que el condenado había engordado. Con esfuerzos, lo llevó hasta la cama para dejarlo encima y dándole la espalda, graso error.
- Volviendo al tema – señaló con un dedo a la Beagle justo cuando Teddy subió las dos patas en su hombro, clavando las zarpas y provocando en Adair una mueca de dolor. Qué si, él también se alegraba de verlo pero medición. Puso las manos en las patas del animal y apretando instó a que dejara de presionar con las afiladas uñas para poder explicarle a su hermana el asunto de la perra – Fui a comprarle una mierda a este psicópata para que dejara en paz mi mano y me encontré con eso – esta vez fue más educado y solo señaló con la cabeza a la cachorra – Últimamente no pareces tener muy buen humor – guardaría el: como no tienes novio, te cuidas a la perra - ¿Qué te pasa? ¿Te poseyó mamá? – y tras la pregunta, tomó la pata del oso para hacerle una llave y tirarlo a la cama, iban a destrozar la habitación de Autumn pero para algo eran magos.
- Mamá no sabe nada – pero el sabor de la victoria, el gracias de su hermana, se demoró un poco más porque empezó a escuchar golpetazos contra la puerta. Adair caminó para abrir la puerta pero tal como abrió, cayó de espaldas al suelo, el maldito infame había sido invocado y tenía a Teddy encima de él con las patas delanteras en su torso para sujetarlo contra el suelo a fin de poder lamer la cara de su dueño como quisiera y a su antojo – Maldita sea, ¿has salido del puto armario? Sí, sí, yo también estoy contento de verte pero guarda las muestras afectivas para la noche cuando estemos solos – apartaba la cara de un lado a otro y aprovechó la distracción del oso cuando vislumbró a Autumn para empujarlo con toda su fuerza hacia un lado y rápido incorporarse – Joder, esto ya es un arma de destrucción masiva – interceptó el oso antes que se abalanzara contra su hermana y el cachorro, sujetándolo por debajo los hombros para alzarlo con su fuerza y había que decir que el condenado había engordado. Con esfuerzos, lo llevó hasta la cama para dejarlo encima y dándole la espalda, graso error.
- Volviendo al tema – señaló con un dedo a la Beagle justo cuando Teddy subió las dos patas en su hombro, clavando las zarpas y provocando en Adair una mueca de dolor. Qué si, él también se alegraba de verlo pero medición. Puso las manos en las patas del animal y apretando instó a que dejara de presionar con las afiladas uñas para poder explicarle a su hermana el asunto de la perra – Fui a comprarle una mierda a este psicópata para que dejara en paz mi mano y me encontré con eso – esta vez fue más educado y solo señaló con la cabeza a la cachorra – Últimamente no pareces tener muy buen humor – guardaría el: como no tienes novio, te cuidas a la perra - ¿Qué te pasa? ¿Te poseyó mamá? – y tras la pregunta, tomó la pata del oso para hacerle una llave y tirarlo a la cama, iban a destrozar la habitación de Autumn pero para algo eran magos.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alarma.
Lo de fingirse indignada por todo lo que su hermano hacía o decía era ya más una costumbre que algo real. A decir verdad estaba tan habituada a su comportamiento que le hubiera extrañado que se comportara de forma diferente. Sin embargo el ponerle las cosas complicadas con malas caras y comentarios ácidos formaba parte de su rutina de hermanos.
Iba a volver al baño para, ahora si, terminar con la ducha cuando Adair comentó como quién no quiere la cosa que el cachorro no tenía nada que ver con su madre. Y aquello en verdad si que era una novedad, porque por norma general cualquier cosa con cuatro patas y pelo que correteara por la casa era directamente relacionado con Amy sin riesgo a equivocarse. Iba a preguntar algo más de no ser porqué Teddy parecía dispuesto a reclamar toda la atención de Adair, cosa que no pudo hacer más que hacerla reír. Era curioso como el oso parecía tener una extraña predilección por su hermano de entre todos los miembros de la família Brackminster (que no eran pocos)
- Mamá debería volver a comprobarlo, porque no estoy del todo segura que sea macho. Le gustas demasiado. - por supuesto que disfrutaba burlándose de Adair y no perdería la oportunidad de hacerlo. - ¡Pero ve con cuidado! ¡Me vas a dejar sin habitación! - le dijo arrugando la nariz, sin querer pensar en el hecho que un giro de varita volvería a dejar todo en su lugar.
Seguramente habrían seguido los reclamos de no ser porqué escuchó que la perrita era para ella. Adair se la había comprado, y aunque no le gustaba que lo hubiera hecho por lástima o por no haberla visto tan alegre como siempre, le daba igual. La perrita era una cosa hermosa, preciosa y monisima y pensaba mimarla como a la mayor princesa del mundo.
- ¿¡Para mi!? ¿Es en serio? - exclamó antes de abalanzarse a abrazar al chico como si no hubiera mañana, mojándole un poco porque precisamente por su culpa no había podido terminar de secarse bien. Se separó tras unos segundos negando levemente con la cabeza - No me pasa nada. Solo un exceso de estrés.
Claro, el estrés y otras varias cosas de las que no tenía ganas de hablar, pero tenía la esperanza que Adair se conformara con eso porque lo que le apetecía menos era ponerse a hablar de las tonterías que solían preocuparla.
Iba a volver al baño para, ahora si, terminar con la ducha cuando Adair comentó como quién no quiere la cosa que el cachorro no tenía nada que ver con su madre. Y aquello en verdad si que era una novedad, porque por norma general cualquier cosa con cuatro patas y pelo que correteara por la casa era directamente relacionado con Amy sin riesgo a equivocarse. Iba a preguntar algo más de no ser porqué Teddy parecía dispuesto a reclamar toda la atención de Adair, cosa que no pudo hacer más que hacerla reír. Era curioso como el oso parecía tener una extraña predilección por su hermano de entre todos los miembros de la família Brackminster (que no eran pocos)
- Mamá debería volver a comprobarlo, porque no estoy del todo segura que sea macho. Le gustas demasiado. - por supuesto que disfrutaba burlándose de Adair y no perdería la oportunidad de hacerlo. - ¡Pero ve con cuidado! ¡Me vas a dejar sin habitación! - le dijo arrugando la nariz, sin querer pensar en el hecho que un giro de varita volvería a dejar todo en su lugar.
Seguramente habrían seguido los reclamos de no ser porqué escuchó que la perrita era para ella. Adair se la había comprado, y aunque no le gustaba que lo hubiera hecho por lástima o por no haberla visto tan alegre como siempre, le daba igual. La perrita era una cosa hermosa, preciosa y monisima y pensaba mimarla como a la mayor princesa del mundo.
- ¿¡Para mi!? ¿Es en serio? - exclamó antes de abalanzarse a abrazar al chico como si no hubiera mañana, mojándole un poco porque precisamente por su culpa no había podido terminar de secarse bien. Se separó tras unos segundos negando levemente con la cabeza - No me pasa nada. Solo un exceso de estrés.
Claro, el estrés y otras varias cosas de las que no tenía ganas de hablar, pero tenía la esperanza que Adair se conformara con eso porque lo que le apetecía menos era ponerse a hablar de las tonterías que solían preocuparla.
Autumn Brackminster- Mensajes : 99
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alarma.
Tuvo que dejar un segundo su intención de ahogar a Teddy hasta que suplicara clemencia para abrazar a Autumn que se había abalanzado sobre él para abrazarlo, definitivamente estaba poseída. Movió con suavidad las manos sobre su espalda para reenconfortarla y no importó que mojara su atuendo, estaba bien, podía soportar los achuchones fraternales – ¿Exceso de estrés? – evaluó con los ojos entrecerrados la actitud de su hermana y concedió la duda por un segundo, quizás sí, había llegado el rumor de sus bajas notas en su asignatura y aunque él andaba esforzándose hasta el punto de la muerte física, sabía que entrenamiento para auror era aún más exigente solo había que ver el cambio radical que sufrió Clarisse.
- Toda tuya – ya más tarde reclamaría derechos de paternidad pues la cachorra parecía completamente entregada a amar secretamente a Adair. Era curioso pues el muchacho no había heredado el mal toque de su padre con los animales, Darren solía estar apartado de ellos no por disgusto más bien por el bienestar de las criaturas porque solía traerles muy mala suerte, en cambio Adair parecía tener un don innato para tratar con ellos como y no era de extrañar que los animales de la casa terminaran siguiendo al smertios por toda la casa. Un claro ejemplo era Teddy que parecía encantado con la visita de Adair y reclamaba su atención a cada segundo, ya fuera rasgando su costado con las zarpas o dándole cabezazos contra la pata - ¿Cómo va a llamarse? – no había pensando en nombres pero el bautizo venía por parte de Autumn, él no quería responsabilidad alguna en la decisión.
Puso su cuerpo en pie, tomó al oso por las dos patas delanteras para estirarlo hasta el borde de la cama y cuando estuvo a punto de colgar, giró sin soltarlo para cargarlo sobre su espalda y agachándose (tal como si hiciera una complicada llave de defensa personal) hizo que girara encima de él para tirarlo al suelo pero tuvo la consideración de frenar como pudo el peso del animal para no dañarlo. El oso se retorció en el suelo y feliz, volvió a arremeter contra Adair, dándole un certero cabezazo en las rodillas que hicieron flaquear sus fuerzas y cayó encima de la cama de Autumn.
- ¿Has visto? Ya esta preparado, pronto sembrará el caos en el vecindario – colocó el pie bajo el cuello del animal para empujarlo hacia atrás con suavidad o más bien, manteniéndolo lejos de Adair que estaba desternillándose mientras Tedy lanzaba zarpazos a la nada – Tengo que contarte algo – añadió hacia su hermana pero algo entrecortadamente porque estaba aplicando algo de fuerza en el animal – ¿Recuerdas que me tocó limpiar la buhardilla un día que mamá enloqueció? – hacía más de cuatro años de aquello pero seguro Autumn recordaba porque ella tocó barrer y ordenar las botellas de vino de la bodega – Encontré un libro… sobre animagia, perdido entre la colección de libros de Darren.
- Toda tuya – ya más tarde reclamaría derechos de paternidad pues la cachorra parecía completamente entregada a amar secretamente a Adair. Era curioso pues el muchacho no había heredado el mal toque de su padre con los animales, Darren solía estar apartado de ellos no por disgusto más bien por el bienestar de las criaturas porque solía traerles muy mala suerte, en cambio Adair parecía tener un don innato para tratar con ellos como y no era de extrañar que los animales de la casa terminaran siguiendo al smertios por toda la casa. Un claro ejemplo era Teddy que parecía encantado con la visita de Adair y reclamaba su atención a cada segundo, ya fuera rasgando su costado con las zarpas o dándole cabezazos contra la pata - ¿Cómo va a llamarse? – no había pensando en nombres pero el bautizo venía por parte de Autumn, él no quería responsabilidad alguna en la decisión.
Puso su cuerpo en pie, tomó al oso por las dos patas delanteras para estirarlo hasta el borde de la cama y cuando estuvo a punto de colgar, giró sin soltarlo para cargarlo sobre su espalda y agachándose (tal como si hiciera una complicada llave de defensa personal) hizo que girara encima de él para tirarlo al suelo pero tuvo la consideración de frenar como pudo el peso del animal para no dañarlo. El oso se retorció en el suelo y feliz, volvió a arremeter contra Adair, dándole un certero cabezazo en las rodillas que hicieron flaquear sus fuerzas y cayó encima de la cama de Autumn.
- ¿Has visto? Ya esta preparado, pronto sembrará el caos en el vecindario – colocó el pie bajo el cuello del animal para empujarlo hacia atrás con suavidad o más bien, manteniéndolo lejos de Adair que estaba desternillándose mientras Tedy lanzaba zarpazos a la nada – Tengo que contarte algo – añadió hacia su hermana pero algo entrecortadamente porque estaba aplicando algo de fuerza en el animal – ¿Recuerdas que me tocó limpiar la buhardilla un día que mamá enloqueció? – hacía más de cuatro años de aquello pero seguro Autumn recordaba porque ella tocó barrer y ordenar las botellas de vino de la bodega – Encontré un libro… sobre animagia, perdido entre la colección de libros de Darren.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alarma.
Se felicitó internamente al darse cuenta de que Adair había creído su exceso de estrés como respuesta al comportamiento ligeramente extraño que había tenido los últimos días. Debía ser que mejoraba como mentirosa (o quizás era más exacto decir ocultando parte de la verdad). De cualquier modo agradeció no tener que dar más explicaciones.
- ¿Como crees que deberia llamarse? Tiene que ser un nombre bonito, como ella. No sé, tengo que meditarlo. No puede ser lo primero que me pase por la cabeza. - dijo con una sonrisa mientras volvía a agacharse y intentaba quitarle el peluche que la pequeña seguía mordiendo con ganas, muriendo de ternura viendo como soltaba gruñiditos, enfadándose.
Negó ligeramente la cabeza al ver las peleas de Adair y Teddy, guardándose el comentario acerca de que el oso estaba o no estaba listo para sembrar el caos en el vecindario. Más le valdria comportarse, porque si, sus vecinos eran comprensivos con el zoológico de Amy, pero no creía que les hiciera mucha gracia que un osos fuera a destruirles los jardines. Y de hecho apenas prestó atención cuando él empezó a hablarle del libro de animagia.
Recordaba aquella ocasión que él le mencionaba. Sus padres habían enloquecido (o más bien, Amy había enloquecido, y su padre no había tenido más remedio que darle la razón y seguirle las órdenes) y les habían mandado limpiar a fondo toda la casa, repartiendo a cada uno de sus hijos una parte de la casa. A ella le había tocado la bodega, y incluso una semana más tarde sentía que seguía oliendo a vino. Y sabía que Adair también se había quejado hasta el cansancio que la buhardilla era la peor parte de la casa para limpiar y que tenía el triple de trabajo que cualquiera de los demás.
- No sabía que papá estuviera interesado en la animagia. Igualmente no parece una lectura muy entretenida. ¿O te estás volviendo aplicado? - dijo medio en broma medio en serio, todavía sin prestar toda su atención a su hermano. Estaba demasiado entretenida con la perrita, que por fin había dejado el peluche y se dedicaba a morderle sus dedos con sus dientecitos afilados.
- ¿Como crees que deberia llamarse? Tiene que ser un nombre bonito, como ella. No sé, tengo que meditarlo. No puede ser lo primero que me pase por la cabeza. - dijo con una sonrisa mientras volvía a agacharse y intentaba quitarle el peluche que la pequeña seguía mordiendo con ganas, muriendo de ternura viendo como soltaba gruñiditos, enfadándose.
Negó ligeramente la cabeza al ver las peleas de Adair y Teddy, guardándose el comentario acerca de que el oso estaba o no estaba listo para sembrar el caos en el vecindario. Más le valdria comportarse, porque si, sus vecinos eran comprensivos con el zoológico de Amy, pero no creía que les hiciera mucha gracia que un osos fuera a destruirles los jardines. Y de hecho apenas prestó atención cuando él empezó a hablarle del libro de animagia.
Recordaba aquella ocasión que él le mencionaba. Sus padres habían enloquecido (o más bien, Amy había enloquecido, y su padre no había tenido más remedio que darle la razón y seguirle las órdenes) y les habían mandado limpiar a fondo toda la casa, repartiendo a cada uno de sus hijos una parte de la casa. A ella le había tocado la bodega, y incluso una semana más tarde sentía que seguía oliendo a vino. Y sabía que Adair también se había quejado hasta el cansancio que la buhardilla era la peor parte de la casa para limpiar y que tenía el triple de trabajo que cualquiera de los demás.
- No sabía que papá estuviera interesado en la animagia. Igualmente no parece una lectura muy entretenida. ¿O te estás volviendo aplicado? - dijo medio en broma medio en serio, todavía sin prestar toda su atención a su hermano. Estaba demasiado entretenida con la perrita, que por fin había dejado el peluche y se dedicaba a morderle sus dedos con sus dientecitos afilados.
Autumn Brackminster- Mensajes : 99
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alarma.
Más que quejarse pasó la mayor parte fumando sentado encima de una vieja columna de revistas sobre Quidditch donde salía Darren posando cuando aún jugaba para los Tornados, en su juventud, antes de internarse como profesor en Hogwarts por el motivo que fuera. Amy estaba empeñada en que para dejar las cosas limpias debían usar el método muggle y no el mágico, nada de varitas, tuvieron que dejarlas en la cocina a la vista de su madre, confiscadas y por días estuvieron bajo arresto domiciliario. Fuera como fuera, encontró aquel libro mientras buscaba los viejos artilugios de Darren para jugar a póker, bajo una mesa preparada con el tapiz verde y bates viejos de Brackminster, usados hasta el desgaste.
- Creí que no servia para una mierda – añadió, empujando el oso con fuerza hacia atrás y subiendo las piernas antes que un Teddy malhumorado golpeara con la cabeza bajo el somier de la cama. Adair se arrastró por la cama, pasando una pierna por cada lado de Autumn y viendo por encima del hombro como jugaba con la perra sin nombre – pero he descubierto que sí – había pasado cuatro años leyendo y experimentando, ambientándose en la temática de la animagia. Nunca creyó lograrlo por su poca dedicación hacia el estudio pero era bien verdad que solo faltaba ponerle ganas porque últimamente había conseguido alguno resultados aunque todavía no eran los esperados.
Iba a seguir con la charla pero Teddy había logrado subir hasta la cama y ahora tenía las patas encima de los hombros de Adair para tirarlo hacia atrás para empezar a mordisquearle las orejas y el cuello – Maldita sea, quita maricón – empujó el oso a la otra punta de la cama y se quitó de estar encima de Autumn para ponerse de pie en el suelo, tras la perra. El oso saltó y fue directamente hacia el chico pero frenó en seco en cuanto vislumbró esa cosa pequeña. Olfateó a la cachorra y cuando la osada mordió la nariz del osezno, desafiando las leyes naturales, Teddy salió corriendo para esconderse debajo la cama, atemorizado con la fiereza de la sin nombre – No, no va a sembrar el caos – muerto la risa, agachó un poco su cuerpo para comprobar que aún continuara ahí y luego volvió a subir para mirar a su hermana - ¿Te gustan las águilas imperiales? – era una pregunta que tenía relación pero a la vez no.
- Creí que no servia para una mierda – añadió, empujando el oso con fuerza hacia atrás y subiendo las piernas antes que un Teddy malhumorado golpeara con la cabeza bajo el somier de la cama. Adair se arrastró por la cama, pasando una pierna por cada lado de Autumn y viendo por encima del hombro como jugaba con la perra sin nombre – pero he descubierto que sí – había pasado cuatro años leyendo y experimentando, ambientándose en la temática de la animagia. Nunca creyó lograrlo por su poca dedicación hacia el estudio pero era bien verdad que solo faltaba ponerle ganas porque últimamente había conseguido alguno resultados aunque todavía no eran los esperados.
Iba a seguir con la charla pero Teddy había logrado subir hasta la cama y ahora tenía las patas encima de los hombros de Adair para tirarlo hacia atrás para empezar a mordisquearle las orejas y el cuello – Maldita sea, quita maricón – empujó el oso a la otra punta de la cama y se quitó de estar encima de Autumn para ponerse de pie en el suelo, tras la perra. El oso saltó y fue directamente hacia el chico pero frenó en seco en cuanto vislumbró esa cosa pequeña. Olfateó a la cachorra y cuando la osada mordió la nariz del osezno, desafiando las leyes naturales, Teddy salió corriendo para esconderse debajo la cama, atemorizado con la fiereza de la sin nombre – No, no va a sembrar el caos – muerto la risa, agachó un poco su cuerpo para comprobar que aún continuara ahí y luego volvió a subir para mirar a su hermana - ¿Te gustan las águilas imperiales? – era una pregunta que tenía relación pero a la vez no.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alarma.
Iba a soltar uno de sus gritos desmedidos al ver como gracias a las tonterias de Adair que parecía incapaz de dejar tranquilo a Teddy, el oso terminó corriendo en dirección a la perrita. Evidentemente la lógica le decía que la cachorra de beagle se asustaría cuando viera que un animal diez veces más grande que ella se le acercaba. Lo que no esperaba en absoluto es que Teddy frenara al verla, y que ella se acercara hasta morderle la nariz. Y menos aún que el oso considerara eso como una amenaza terrible. Soltó una carcajada al tiempo que levantaba la cabeza para mirar a su hermano.
- Pues no le estás enseñando tan bien. Al final será ella la que sembará el terror en el vecindario. - bromeó
Después de eso intentó centrarse en lo que él intentaba contarle. ¿Había encontrado un libro de animagia de su padre el dia de la limpieza general, que por lo menos había sido cuatro o cinco años atrás, y se había puesto a estudiarlo? No podía creerlo...
- ¿Me estás diciendo que has estado estudiando un viejo libro de animagia por tu cuenta? ¿O...? - ni siquiera pudo terminar de formular aquella pregunta cuando Adair le preguntó su opinión sobre las aguilas imperiales? Y dado que la conversación había dado un giro brusco alrededor de los libros de animagia... Creía saber de que iba todo aquello - Como supongo que mamá no va a adoptar una... ¿Eso quiere decir que...? ¿Que tú...?
Vale, ni siquiera sabía porque no le salían las palabras, pero le costaba imaginarse que lo que creía que le staba intentando contar Adair fuera verdad. ¿Su hermano siendo animago? No es que le pareciera mal, claro que no. Pero le sorprendía. Bastante.
- Las águilas son geniales. ¿vas a convertirte en algo lleno de plumas? - terminó preguntando con una sonrisa, intentando dejar los balbuceos y la sorpresa a un lado.
- Pues no le estás enseñando tan bien. Al final será ella la que sembará el terror en el vecindario. - bromeó
Después de eso intentó centrarse en lo que él intentaba contarle. ¿Había encontrado un libro de animagia de su padre el dia de la limpieza general, que por lo menos había sido cuatro o cinco años atrás, y se había puesto a estudiarlo? No podía creerlo...
- ¿Me estás diciendo que has estado estudiando un viejo libro de animagia por tu cuenta? ¿O...? - ni siquiera pudo terminar de formular aquella pregunta cuando Adair le preguntó su opinión sobre las aguilas imperiales? Y dado que la conversación había dado un giro brusco alrededor de los libros de animagia... Creía saber de que iba todo aquello - Como supongo que mamá no va a adoptar una... ¿Eso quiere decir que...? ¿Que tú...?
Vale, ni siquiera sabía porque no le salían las palabras, pero le costaba imaginarse que lo que creía que le staba intentando contar Adair fuera verdad. ¿Su hermano siendo animago? No es que le pareciera mal, claro que no. Pero le sorprendía. Bastante.
- Las águilas son geniales. ¿vas a convertirte en algo lleno de plumas? - terminó preguntando con una sonrisa, intentando dejar los balbuceos y la sorpresa a un lado.
Autumn Brackminster- Mensajes : 99
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Alarma.
No era muy común ver a Adair con un libro entre las manos tampoco tener la iniciativa y sobretodo la dedicación para cumplir unos objetivos por eso mismo había ocultado durante esos años que estaba intentando tocar los principios de la animagia porque si no salía bien, nadie podría echarle en cara su fracaso y si podía convertirse de humano a animal, solo quedaría mostrarlo con orgullo a las personas que consideraran dignas de ello. Autumn debía ser la primera por antigüedad, amistad y fraternidad, quizás la segunda fuera Sofie pero eso ocurriría cuando ya tomara consciencia plena de cómo era aquello de convertirse en animal.
- No completamente – añadió, caminando de vuelta a la cama y sentandose justo al lado de Autumn, más tranquilo que gracias a la nueva adquisición, Teddy ya no fuera a tocarle los santos huevos en la conversación – pero estoy a la nada, Autumn, a la nada… - gesticuló las palabras para darle más énfasis, usando el dedo pulgar y el índice para mostrar cuan poco quedaba. Había pasado horas nocturnas empecinado en la lectura, observando imágenes de las águilas, estudiando sus movimientos y comportamiento de un libro de su madre pero estaba convencido que faltaba nada para dominar definitivamente la técnica y poder ir hasta el ministerio para registrarse, no pensaba vivir de forma ilegal más por comodidad que por necesidad.
- ¿Qué mejor que algo con plumas? – enarcó una ceja algo ofendido y sacó el paquete de cigarros de su pantalón, abrió la caja sacó uno y tiró el resto encima de la falda de su hermana por si quería acompañarlo – Creo que es la mejor opción – también había pensado en ser un perro pero no parecía tan práctico como desaparecer volando, claro que una vez pudiera convertirse de lleno en el animal debía aprender a usar las alas para algo más útil que llevarlas de adorno – podré volar sin necesidad de escoba – y no estudiaba Quidditch por obligación, él disfrutaba sintiendo el viento en cara y el vértigo innato en la boca del estómago – La pregunta es, ¿Darren animago? ¿Crees que sepa mamá? – y dicho eso, sacó el encendedor y encendió el cigarro.
- No completamente – añadió, caminando de vuelta a la cama y sentandose justo al lado de Autumn, más tranquilo que gracias a la nueva adquisición, Teddy ya no fuera a tocarle los santos huevos en la conversación – pero estoy a la nada, Autumn, a la nada… - gesticuló las palabras para darle más énfasis, usando el dedo pulgar y el índice para mostrar cuan poco quedaba. Había pasado horas nocturnas empecinado en la lectura, observando imágenes de las águilas, estudiando sus movimientos y comportamiento de un libro de su madre pero estaba convencido que faltaba nada para dominar definitivamente la técnica y poder ir hasta el ministerio para registrarse, no pensaba vivir de forma ilegal más por comodidad que por necesidad.
- ¿Qué mejor que algo con plumas? – enarcó una ceja algo ofendido y sacó el paquete de cigarros de su pantalón, abrió la caja sacó uno y tiró el resto encima de la falda de su hermana por si quería acompañarlo – Creo que es la mejor opción – también había pensado en ser un perro pero no parecía tan práctico como desaparecer volando, claro que una vez pudiera convertirse de lleno en el animal debía aprender a usar las alas para algo más útil que llevarlas de adorno – podré volar sin necesidad de escoba – y no estudiaba Quidditch por obligación, él disfrutaba sintiendo el viento en cara y el vértigo innato en la boca del estómago – La pregunta es, ¿Darren animago? ¿Crees que sepa mamá? – y dicho eso, sacó el encendedor y encendió el cigarro.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Jul 15, 2013 1:57 pm por Gerhard Immëndorff
» PANGEA RPG - !UN FORO DIFERENTE! Ven y conócenos.
Sáb Abr 06, 2013 5:04 pm por Morten J. Harket
» Anybody home?
Sáb Abr 06, 2013 4:57 pm por Morten J. Harket
» Morsmorde Era Tom Riddle {Elite} No es cualquier rpg de Hp
Sáb Mar 30, 2013 11:41 am por Invitado
» Morrigan's Mental Asylum FORO NUEVO DE JULIA MCREARY
Lun Mar 25, 2013 2:28 am por Julia McCreary
» San Valentín
Sáb Mar 16, 2013 12:17 am por Aldrich Burroughs
» Necronomicon [Normal]
Vie Mar 08, 2013 1:37 pm por Invitado
» Inferio RPG ~ Afiliación Elite {Nuevos Botones y Nuevo Dominio}
Jue Mar 07, 2013 5:49 pm por Invitado
» Partis Temporus [elite]
Lun Mar 04, 2013 5:04 pm por Invitado
» Into the darkness {Afiliacion Normal}
Lun Feb 25, 2013 6:34 pm por Invitado