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Confrontación.
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Confrontación.
13:00 horas, jueves 13 de diciembre
Aunque en su forma habitual a mí me importara una auténtica mierda cualquier chisme que corriera por los pasillos y aulas de todo el campus, había sido imposible ser indiferente al cada vez más fuerte rumor de que Pearlie Burroughs y Karim Malik habían sido vistos más juntos de lo que comúnmente se acostumbraba. Escuchar eso y que la gente me viera por los pasillos se había convertido en una especie de mezcla entre querer esconderme en un jodido hoyo o bien sacarle los ojos y los dientes a todo el puto mundo (más inclinado a la segunda que a la primera).
Apenas habían pasado un menos de un par de semanas desde que Felicia había decidido mandarme al diablo (otra vez), días en los que para ser honestos, me había dedicado a beber vodka como idiota e ingerir ácido, aquella puta droga que se estaba poniendo muy de moda en ciertos lugares y que a mí me venía como anillo al dedo, porque ciertamente así las cosas parecían ser… más ligeras y hasta graciosas, en un sentido que prefiero no explicar por ahora. El punto es que bueno, ese era apenas mi segundo día de sobriedad desde la fiesta de Lady Stoner y con lo único que me había encontrado es con unas tremendas ganas de matar a Pearlie, a ella y al supuesta amigo cuyo nombre ya ni siquiera deseaba volver a nombrar.
En esos dos días no había hecho más que evitarla tanto en clases como en la propia facultad, mientras mi mente maquinaba planes perversos para saber cómo manejar toda la situación. Lo cierto es que no era capaz de maniobrar ningún puto plan, porque cada que pensaba en ello se me calentaba la cabeza y adiós a la cordura, así de sencillo. No tenía idea de cómo lidiar con ello y con la muerte de Leslie al mismo tiempo, mi mente simplemente no tenía la capacidad ni siquiera para pensar claramente en los hechos que se plantaban frente a mi cara. Si Pearlie y Malik estaban juntos entonces todas mis sospechas del pasado comenzaban a tomar forma, y que comenzaran a tomar forma solo hacía que la tortura fuera más hiriente, más despiadada, y también más incierta… porque aunque fuera cierto que estaban juntos y aunque existieran un montón de cosas que alimentaran aquellas sospechas acerca de la nula fidelidad de Felicia, lo cierto es que carecía por completo de pruebas al respecto, y eso no hacía más que hacerme ver todavía más idiota.
Entre a la biblioteca con la esperanza de poder actualizarme un poco en alguna de todas las materias en donde la verdad iba bastante mal; o más bien, las esperanzas se centraban en simplemente distraer mi mente con cualquier cosa. Seguramente no iba a durar mucho con esa esperanza e iba a terminar buscando más ácido y más alcohol aunque fuera del más barato, pero por lo mientras tenía al menos que intentarlo. Y vaya cosa, que justo cuando entré a la biblioteca, me encontré con la imagen de Pearlie Burroughs, ahí sentadita en su silla y leyendo alguna mierda, tan distraída, tan hija de puta y tan hermosa como siempre. Tuve ganas de darme vuelta y desaparecer, y también de ir directo a darle con un libro grande en la puta cabeza… pero ninguna de las dos. Caminé hacia ella, tomé cualquier libro al azar y me senté exactamente en donde ella estaba, justo en la silla de enfrente y con apenas medio metro de separación.
-Heeey, ¿qué tal te va? ¿qué lees?-
Una sonrisa en aquel rostro que seguramente parecía haber pasado primero por las putas tierras del inframundo. Físicamente no pintaba nada bien, y por dentro estaba peor que nunca, pero la miré y sonreí... imaginando que esa linda cara estallaba en un repentino golpe sangriento... y deseando también besarla hasta que no hubiera un mañana.
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Pues sí, ya comenzaban a llegar los chismes. Y sí, también seguía sintiéndose un poco mal y bastante incómoda por cómo se iban dando las cadenas de reacciones, incluso desde el principio, con Aldrich a medianoche en la cafetería y la repentina aparición de Malik por razones ajenas a los celos y más a la paranoia, había empezado a vislumbrar un poco cómo iban a ser las cosas. Y bueno, tampoco estaban viviendo en el más rotundo de los descaros a propósito, pero las cosas sí eran diferentes entre ellos. En Cerridwen era bastante difícil estar, ahí no solo llegaban los chismes de una posible relación nueva sino que se seguía hablando un tanto de la explosión de ella y de Joe en los dormitorios de los chicos, y no era fácil soportar todo tipo de miradas, mucho menos para una chica como ella, que siempre había seguido y tenido cierto modelo que no tenía mucho que ver con el que parecía dar ahora.
No iba a mentir, a veces sentía que había hecho las cosas mal, a tropezones y que eso era lo que había propiciado todo lo que estaba pasando y la manera en que la veía la gente. Y ahora sí estaba llegando a ese punto en el que era vital tomar decisiones serias y saber que cualquier cosa que hiciera ahora, iba a afectar a largo plazo. No quería ni pensar en lo que diría su padre de esta nueva situación, y especialmente se sentía afectada porque ya sabía que Demetrius Burroughs había firmado a favor de esa propuesta intolerante contra los licántropos desatada por el episodio de Angus en la universidad, de la que por supuesto, ella no culpaba nada al chico, pero sentía que incluso eso iba a comenzar a ser eventualmente un problema.
Y nada, en la facultad también había tratado de evitar a Joe lo más posible, aunque no sabía mucho de él en los últimos días y no había estado asistiendo a historia por un trabajo que sería para finales de diciembre de su propia carrera, que siempre anteponía a todas sus clases como oyente. Lo que sí no había dejado de lado, tal como le había dicho a Malik, era lo que su carrera significaba para ella y los objetivos que tenía al respecto de ella, sabiendo que tenía que ponerlo como asunto primordial antes que cualquier otra cosa si quería lograr algo de su vida.
Y por eso estaba ahí, completamente concentrada en una cronología que necesitaba aprenderse y desglosar, para luego hacer un ensayo. Tenía a su lado un montón de libros de historia, diccionarios de términos legales y otros que usaría a lo largo de la semana y que pensaba sacar de la biblioteca para también trabajar en su habitación. Y estaba hasta con el ceño fruncido tratando de encontrar si la revuelta del duende Laconte el Grande había sido anterior o posterior al intercambio de obras de arte con el Ministro mágico Noruego en el que se dieron varias piezas falsas de la época renacentista (mágica).
Con la cabeza embotada, un montón de datos y fechas revueltas, y unas ganas tremendas de mandarlo todo al diablo, alzó la vista para encontrarse con Joe. Se veía distinto, no exageradamente como si hubiera tenido una adicción de años a la heroína, pero sí más delgado, algo ojeroso. Era totalmente ególatra pensar que ella era la causa, pero claro que se le pasaba por la cabeza. Habían terminado particularmente mal y por eso le sorprendió la manera en que se acercaba, casi como si nada hubiera pasado, como si pretendiera una charla casual. Entornó los ojos y lo miró con las cejas ligeramente arqueadas mientras hacía a un lado uno de los diccionarios de términos para hacerle espacio a él y a su libro de quién sabía qué cosa. No respondió inmediatamente, obviamente nerviosa e incómoda, porque la última vez que habían hablado ella le había dicho algo horrible como últimas palabras, y viceversa. Y bueno, también por que seguramente lo de Malik ya no era ningún secreto. Bajó la mirada antes de hablar y se mordió los labios mientras remojaba la pluma de hipogrifo para seguir anotando en su pergamino, como si no estuviera terriblemente afectada.
-Muchas cosas. Hago un trabajo, me va bien. ¿A ti?
Volvió a mirarlo. Claro que estaba preocupada, claro que le hubiera gustado darle un apretón en la mano, hablar con él, ser honesta y esperar que todo fuera a mejor, hacerse falsas ilusiones. No podía hacer nada de eso, solo mirarlo, hacerle saber que su pregunta no era solo una trivial manera de continuar con una conversación superficial y mantenerse tranquila en la medida de lo posible para no hacer, ni decir, ninguna tontería.
No iba a mentir, a veces sentía que había hecho las cosas mal, a tropezones y que eso era lo que había propiciado todo lo que estaba pasando y la manera en que la veía la gente. Y ahora sí estaba llegando a ese punto en el que era vital tomar decisiones serias y saber que cualquier cosa que hiciera ahora, iba a afectar a largo plazo. No quería ni pensar en lo que diría su padre de esta nueva situación, y especialmente se sentía afectada porque ya sabía que Demetrius Burroughs había firmado a favor de esa propuesta intolerante contra los licántropos desatada por el episodio de Angus en la universidad, de la que por supuesto, ella no culpaba nada al chico, pero sentía que incluso eso iba a comenzar a ser eventualmente un problema.
Y nada, en la facultad también había tratado de evitar a Joe lo más posible, aunque no sabía mucho de él en los últimos días y no había estado asistiendo a historia por un trabajo que sería para finales de diciembre de su propia carrera, que siempre anteponía a todas sus clases como oyente. Lo que sí no había dejado de lado, tal como le había dicho a Malik, era lo que su carrera significaba para ella y los objetivos que tenía al respecto de ella, sabiendo que tenía que ponerlo como asunto primordial antes que cualquier otra cosa si quería lograr algo de su vida.
Y por eso estaba ahí, completamente concentrada en una cronología que necesitaba aprenderse y desglosar, para luego hacer un ensayo. Tenía a su lado un montón de libros de historia, diccionarios de términos legales y otros que usaría a lo largo de la semana y que pensaba sacar de la biblioteca para también trabajar en su habitación. Y estaba hasta con el ceño fruncido tratando de encontrar si la revuelta del duende Laconte el Grande había sido anterior o posterior al intercambio de obras de arte con el Ministro mágico Noruego en el que se dieron varias piezas falsas de la época renacentista (mágica).
Con la cabeza embotada, un montón de datos y fechas revueltas, y unas ganas tremendas de mandarlo todo al diablo, alzó la vista para encontrarse con Joe. Se veía distinto, no exageradamente como si hubiera tenido una adicción de años a la heroína, pero sí más delgado, algo ojeroso. Era totalmente ególatra pensar que ella era la causa, pero claro que se le pasaba por la cabeza. Habían terminado particularmente mal y por eso le sorprendió la manera en que se acercaba, casi como si nada hubiera pasado, como si pretendiera una charla casual. Entornó los ojos y lo miró con las cejas ligeramente arqueadas mientras hacía a un lado uno de los diccionarios de términos para hacerle espacio a él y a su libro de quién sabía qué cosa. No respondió inmediatamente, obviamente nerviosa e incómoda, porque la última vez que habían hablado ella le había dicho algo horrible como últimas palabras, y viceversa. Y bueno, también por que seguramente lo de Malik ya no era ningún secreto. Bajó la mirada antes de hablar y se mordió los labios mientras remojaba la pluma de hipogrifo para seguir anotando en su pergamino, como si no estuviera terriblemente afectada.
-Muchas cosas. Hago un trabajo, me va bien. ¿A ti?
Volvió a mirarlo. Claro que estaba preocupada, claro que le hubiera gustado darle un apretón en la mano, hablar con él, ser honesta y esperar que todo fuera a mejor, hacerse falsas ilusiones. No podía hacer nada de eso, solo mirarlo, hacerle saber que su pregunta no era solo una trivial manera de continuar con una conversación superficial y mantenerse tranquila en la medida de lo posible para no hacer, ni decir, ninguna tontería.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
No sé si sabrán de lo que estoy hablando, pero cuando sus ojos se proyectaron hacia los míos, no pude evitar tener la sensación de que un puto dementor me arrancaba algo del pecho. En esos pequeños instantes comencé a rememorar un montón de cosas, todas ellas conjuntándose en una mezcla de recuerdos reales y reconstrucciones de imágenes aleatorias que lo único que me infringían era dolor. Bajé la mirada y mantuve la sonrisa, asintiendo con la cabeza a su respuesta y abriendo el libro que traía entre las manos de una forma mecánica que solo buscaba evitar su mirada. Un par de segundos más tarde me atreví a mirarla de nuevo, tratando de convencerme de que sus ojos no eran más que un par de objetos inanimados que debía confrontar si es que no quería hacer el ridículo.
-Bien… bien, es decir, no podría ganar el concurso del bienestar absoluto, pero…-
Una frase incompleta y mis ojos volvieron a la hoja llena de un montón de garabatos que probablemente hablaban de algo muy interesante, pero que en ese momento no eran más que un sinsentido, un sinsentido como toda mi puta persona tratando de lidiar con las cosas. No sé cómo explicarlo de forma certera, pero por primera vez en mi vida me sentía más bien como… débil, vulnerable, y al mismo tiempo capaz de hacer cualquier puta cosa si por infortunio me encontraba con la chispa que lo detonara. Aun no la había visto, pero yo sabía que ahí estaba… en algún lugar, lista para provocarme reventarlo todo.
-Si estás muy ocupada puedo moverme, ¿sabes?, solo quería… saludar y no sé, saber que todo va bien. Me alegra que sí-
Me alegraba una mierda. Tenía la sensación de que Pearlie aparentaba no verse demasiado afectada por nada, y más bien, quien sabe si solo era en realidad una careta; porque tampoco era como si tuviera fundamentos como para pensar que solo estaba fingiendo. Quizás sí que estaba bien, quizás después de lo sucedido su vida comenzaba a tomar un mayor sentido y ahora todo pintaba pera mejor. Eso no podía alegrarme ni un poco, porque significaba que yo no había sido más que un puto cáncer en su vida, un simple estorbo, y aun no estaba ni quería estar preparado para asimilar algo parecido.
-¿Podemos hablar un momento?, te prometo no robar mucho de tu tiempo… solo unos minutos, será todo-
Sentí la forma en la que mi propia ira iba escalando hasta apropiarse pedazo a pedazo de todo mi interior, provocando que mi respiración peligrara de dejar de ser irregular, que mi mandíbula se tensara , que el cuello de la camisa comenzara a incomodarme y que mis manos desearan cerrarse en un puño para desbaratar cualquier cosa. Pero no quería mostrarle nada de eso, no se lo iba a mostrar por más que la chica lo mereciera; y repentinamente, en ese preciso instante, decidí algo que puede parecer muy sencillo, pero que concretarla en mi cabeza me había costado la totalidad de mi voluntad y fuerza mental.
-Escucha... sé que las cosas pudieron parecer terribles, que terminaron terribles, y que no supe manejar ni un poco la situación ni, bueno... que no supe manejar absolutamente nada. Quiero que sepas que estoy arrepentido y que me estoy disculpando por ello, por los gritos y esas cosas...-
-Bien… bien, es decir, no podría ganar el concurso del bienestar absoluto, pero…-
Una frase incompleta y mis ojos volvieron a la hoja llena de un montón de garabatos que probablemente hablaban de algo muy interesante, pero que en ese momento no eran más que un sinsentido, un sinsentido como toda mi puta persona tratando de lidiar con las cosas. No sé cómo explicarlo de forma certera, pero por primera vez en mi vida me sentía más bien como… débil, vulnerable, y al mismo tiempo capaz de hacer cualquier puta cosa si por infortunio me encontraba con la chispa que lo detonara. Aun no la había visto, pero yo sabía que ahí estaba… en algún lugar, lista para provocarme reventarlo todo.
-Si estás muy ocupada puedo moverme, ¿sabes?, solo quería… saludar y no sé, saber que todo va bien. Me alegra que sí-
Me alegraba una mierda. Tenía la sensación de que Pearlie aparentaba no verse demasiado afectada por nada, y más bien, quien sabe si solo era en realidad una careta; porque tampoco era como si tuviera fundamentos como para pensar que solo estaba fingiendo. Quizás sí que estaba bien, quizás después de lo sucedido su vida comenzaba a tomar un mayor sentido y ahora todo pintaba pera mejor. Eso no podía alegrarme ni un poco, porque significaba que yo no había sido más que un puto cáncer en su vida, un simple estorbo, y aun no estaba ni quería estar preparado para asimilar algo parecido.
-¿Podemos hablar un momento?, te prometo no robar mucho de tu tiempo… solo unos minutos, será todo-
Sentí la forma en la que mi propia ira iba escalando hasta apropiarse pedazo a pedazo de todo mi interior, provocando que mi respiración peligrara de dejar de ser irregular, que mi mandíbula se tensara , que el cuello de la camisa comenzara a incomodarme y que mis manos desearan cerrarse en un puño para desbaratar cualquier cosa. Pero no quería mostrarle nada de eso, no se lo iba a mostrar por más que la chica lo mereciera; y repentinamente, en ese preciso instante, decidí algo que puede parecer muy sencillo, pero que concretarla en mi cabeza me había costado la totalidad de mi voluntad y fuerza mental.
-Escucha... sé que las cosas pudieron parecer terribles, que terminaron terribles, y que no supe manejar ni un poco la situación ni, bueno... que no supe manejar absolutamente nada. Quiero que sepas que estoy arrepentido y que me estoy disculpando por ello, por los gritos y esas cosas...-
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Parecían estar en un juego a ver quién evitaba primero o en qué momento la mirada del otro. Pearlie intentaba mostrarse íntegra pero era difícil para ella, no era como si Joe no le significara nada. Claro que pensaba en las insistencias de Gianna y Adair de decirle las cosas como eran, pero tan solo de verlo en ese momento lo que menos quería era detonar nada. No estaba armada con toda la elocuencia del mundo en ese momento, ni sabía muy bien como actuar ante él, ni siquiera entendía porque se había ido a sentar ahí frente a ella. ¿Qué se suponía que debía decir? ¿Qué lo sentía? Sí, quizá, lo sentía por las cosas que había hecho mal pero no dejaba de pensar que él había tenido su parte de culpa en que todo se fuera al diablo.
Cerró el libro que tenía más cerca de golpe cuando le decía que podía moverse si estaba ocupada. Seguramente lo más sano era decirle que sí y que por favor la dejara tranquila pero no podía hacer eso. Sonrió después, un poco, casi con timidez, sin saber si era honesto con eso de que le alegraba saber que todo iba bien. Le podía mucho no ver en él su típico gesto adusto, sino encontrarlo un poco distinto.
Miró a su alrededor, solo para cerciorarse de que no estuvieran molestando a nadie ni siquiera con sus susurros, al fin y al cabo seguían estado en una biblioteca, aunque seguro era mejor porque eso lo obligaría –sí claro- a mantener el tono bajo llegado el caso. Asintió y cerró el tintero, para luego poner la pluma sobre la tapa del mismo y acomodarse más hacia enfrente, poniendo los manos sobre la mesa, dispuesta a ponerle atención a lo que tuviera que decir.
Lo miró mientras hablaba, pero terminó bajando la vista por recordar todos esos momentos de tensión y casi volverlos a sentir en la columna. Sabía perfecto por qué se los había permitido y había sido por la culpa, por creer en algún espacio de su mente que lo merecía. Ahora sabía que no era cierto, que culpable o no de lo que fuera, no tendría que haberlo dejado hacer todo eso. Aunque a decir verdad, ni siquiera sabía si se refería a todo lo malo o solo a lo último que le había gritado antes de que saliera de su dormitorio. Ella no había escuchado que lo último había sido pedirle que no se fuera.
-No “pudieron parecer”, Joe. Lo fueron.
Se pasó el cabello por detrás de la oreja y recorrió las letras doradas del título del libro que tenía más cercano con las puntas de los dedos dejando ver en ese gesto su creciente nerviosismo.
-Acepto tus disculpas. Yo tampoco supe manejar las cosas y se nos salieron de las manos pero ya está. Me hubiera gustado que no terminara de ese modo. Qué tontería, ¿verdad?.
Admitir que de todos modos ella tampoco había sido la novia modelo era echarse la soga al cuello, pero internamente también se disculpaba por haberle fallado. Se mordió los labios, no sabía si sacar a colación el tema Malik o simplemente dejarlo estar. Los chismes en Cerridwen estaban a la orden del día siempre pero tampoco era cosa de buscarle a nada si él no lo preguntaba o no lo mencionaba.
-¿Hay algo más?
Él había dicho que solo serían un par de minutos pero aprovecharía su aparentemente buena actitud por si quería decir otra cosa, aunque tal vez de nuevo su contacto terminara justo ahí, ahora que ya había dicho lo que tenía qué decir. No sabía si mencionar a Pazuzu, si preguntarle por la clase de historia, por su fin de semana, por ese tipo de cosas casuales que tal vez no tenían ya lugar entre ellos.
Cerró el libro que tenía más cerca de golpe cuando le decía que podía moverse si estaba ocupada. Seguramente lo más sano era decirle que sí y que por favor la dejara tranquila pero no podía hacer eso. Sonrió después, un poco, casi con timidez, sin saber si era honesto con eso de que le alegraba saber que todo iba bien. Le podía mucho no ver en él su típico gesto adusto, sino encontrarlo un poco distinto.
Miró a su alrededor, solo para cerciorarse de que no estuvieran molestando a nadie ni siquiera con sus susurros, al fin y al cabo seguían estado en una biblioteca, aunque seguro era mejor porque eso lo obligaría –sí claro- a mantener el tono bajo llegado el caso. Asintió y cerró el tintero, para luego poner la pluma sobre la tapa del mismo y acomodarse más hacia enfrente, poniendo los manos sobre la mesa, dispuesta a ponerle atención a lo que tuviera que decir.
Lo miró mientras hablaba, pero terminó bajando la vista por recordar todos esos momentos de tensión y casi volverlos a sentir en la columna. Sabía perfecto por qué se los había permitido y había sido por la culpa, por creer en algún espacio de su mente que lo merecía. Ahora sabía que no era cierto, que culpable o no de lo que fuera, no tendría que haberlo dejado hacer todo eso. Aunque a decir verdad, ni siquiera sabía si se refería a todo lo malo o solo a lo último que le había gritado antes de que saliera de su dormitorio. Ella no había escuchado que lo último había sido pedirle que no se fuera.
-No “pudieron parecer”, Joe. Lo fueron.
Se pasó el cabello por detrás de la oreja y recorrió las letras doradas del título del libro que tenía más cercano con las puntas de los dedos dejando ver en ese gesto su creciente nerviosismo.
-Acepto tus disculpas. Yo tampoco supe manejar las cosas y se nos salieron de las manos pero ya está. Me hubiera gustado que no terminara de ese modo. Qué tontería, ¿verdad?.
Admitir que de todos modos ella tampoco había sido la novia modelo era echarse la soga al cuello, pero internamente también se disculpaba por haberle fallado. Se mordió los labios, no sabía si sacar a colación el tema Malik o simplemente dejarlo estar. Los chismes en Cerridwen estaban a la orden del día siempre pero tampoco era cosa de buscarle a nada si él no lo preguntaba o no lo mencionaba.
-¿Hay algo más?
Él había dicho que solo serían un par de minutos pero aprovecharía su aparentemente buena actitud por si quería decir otra cosa, aunque tal vez de nuevo su contacto terminara justo ahí, ahora que ya había dicho lo que tenía qué decir. No sabía si mencionar a Pazuzu, si preguntarle por la clase de historia, por su fin de semana, por ese tipo de cosas casuales que tal vez no tenían ya lugar entre ellos.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Algo me decía que cuando Pearlie reafirmara lo terrible que habían resultado las cosas, no se refería solamente a la manera en la que lo nuestro había terminado; sino más bien a una serie de situaciones que con todo y lo mal que les pueda parecer, a mí me seguían resultando absolutamente normales para una relación del calibre que había sido lo nuestro. Entonces sí, que lo dijera de ese modo, como si por fin tuviera la oportunidad de ser libre y soltarlo como si nada, me provocaron más ganas de gritarle unas cuantas verdades a la muy hija de puta. Ni hablar de lo que sentiría si tuviera la certeza de lo que de verdad había pasado en el transcurso de nuestra relación…
Asentí con la cabeza al escuchar que “aceptaba mis disculpas” y le sonreí, más como una manera de controlar mis propios impulsos que como una muestra real de pensar que todo estaba mejor. Por supuesto que no estaba mejor, ni una mierda, es más, la situación en mis adentros pintaba peor que nunca, y si había algo que me detenía de hacer alguna estupidez mayúscula era el saber que precisamente esos impulsos viscerales eran la causa de todos los problemas. Estaba aprendiendo a guardármelo todo tal y como había hecho ella, a ser más precavido, a medir mis pasos y saber que todo lo que hiciera desde ese día en adelante, sería bajo la orden de acallar mis demonios aunque me enfermara de una puta gastroenteritis.
-Descuida, eso ya… venga, que ya pasaron varios días, no tenemos por qué vivir encerrados en las cosas terribles-
Guardé silencio y pasamos unos segundos así, completamente callados mientras Pearlie se mordía los labios y yo tonteaba con el estúpido libro que tenía entre las manos, entonces fue ella la que se adelantó a preguntar que si había algo más. ¿Qué si hay algo más?, por supuesto que lo hay grandísima hija de puta, también quiero decirte que te vayas a la mierda, y que agarres a Karim Malik y te metas su jodida cabellera por donde mejor te apetezca, que muy probablemente sea en medio de ese grandísimo par de…
-Emm bueno, en realidad también quería decirte que no me gustaría que las cosas se quedaran así, ¿sabes?. Es decir… lo estamos arreglando y tal, y quiero dejarte muy claro que las cosas buenas (si es que sabes de qué hablo) me las he quedado muy dentro, y… pues que son una parte valiosa de mis recuerdos. He pasado buenos momentos contigo, y no sé, tal vez ahora que somos más capaces de hablarlo, a lo mejor hasta podríamos terminar bien, tratar de llevarnos…-
Y aquí venía la parte dura. Por más calamidades que se me pasaran por la cabeza respecto a Pearlie, y a pesar de que tuviera guardados veinte mil insultos listos para salir y restregárselos en toda la cara; lo cierto es que mis sentimientos por ella permanecían auténticamente intactos, casi como si apenas hubieran nacido el mismísimo día de ayer. No estaba bien y hasta resultaba patético pensarlo, pero aunque una parte de mí no quería alejarse de ella para poder ver todos sus movimientos más de cerca; lo cierto era que no deseaba alejarme porque me era imposible dejar de ver sus ojos y su sonrisa. Así de puto simple…
-Después de todo eres la chica de un colega. Porque eso es cierto… ¿verdad?, que estas con Karim…
Asentí con la cabeza al escuchar que “aceptaba mis disculpas” y le sonreí, más como una manera de controlar mis propios impulsos que como una muestra real de pensar que todo estaba mejor. Por supuesto que no estaba mejor, ni una mierda, es más, la situación en mis adentros pintaba peor que nunca, y si había algo que me detenía de hacer alguna estupidez mayúscula era el saber que precisamente esos impulsos viscerales eran la causa de todos los problemas. Estaba aprendiendo a guardármelo todo tal y como había hecho ella, a ser más precavido, a medir mis pasos y saber que todo lo que hiciera desde ese día en adelante, sería bajo la orden de acallar mis demonios aunque me enfermara de una puta gastroenteritis.
-Descuida, eso ya… venga, que ya pasaron varios días, no tenemos por qué vivir encerrados en las cosas terribles-
Guardé silencio y pasamos unos segundos así, completamente callados mientras Pearlie se mordía los labios y yo tonteaba con el estúpido libro que tenía entre las manos, entonces fue ella la que se adelantó a preguntar que si había algo más. ¿Qué si hay algo más?, por supuesto que lo hay grandísima hija de puta, también quiero decirte que te vayas a la mierda, y que agarres a Karim Malik y te metas su jodida cabellera por donde mejor te apetezca, que muy probablemente sea en medio de ese grandísimo par de…
-Emm bueno, en realidad también quería decirte que no me gustaría que las cosas se quedaran así, ¿sabes?. Es decir… lo estamos arreglando y tal, y quiero dejarte muy claro que las cosas buenas (si es que sabes de qué hablo) me las he quedado muy dentro, y… pues que son una parte valiosa de mis recuerdos. He pasado buenos momentos contigo, y no sé, tal vez ahora que somos más capaces de hablarlo, a lo mejor hasta podríamos terminar bien, tratar de llevarnos…-
Y aquí venía la parte dura. Por más calamidades que se me pasaran por la cabeza respecto a Pearlie, y a pesar de que tuviera guardados veinte mil insultos listos para salir y restregárselos en toda la cara; lo cierto es que mis sentimientos por ella permanecían auténticamente intactos, casi como si apenas hubieran nacido el mismísimo día de ayer. No estaba bien y hasta resultaba patético pensarlo, pero aunque una parte de mí no quería alejarse de ella para poder ver todos sus movimientos más de cerca; lo cierto era que no deseaba alejarme porque me era imposible dejar de ver sus ojos y su sonrisa. Así de puto simple…
-Después de todo eres la chica de un colega. Porque eso es cierto… ¿verdad?, que estas con Karim…
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Alzó la vista hacia él otra vez tratando de ser lo más firme posible cuando comenzaba a barajar la posibilidad de tratarse no solo con civilidad, sino hasta donde ella entendía, también como amigos. No le resultaba nada sencillo estar teniendo esa conversación, especialmente cuando él sacaba a relucir las partes buenas de las que ella, por supuesto, no renegaba en lo absoluto.
Lo quería, demasiado, y se había enamorado de él sin un rastro de duda, poco a poco, lo que había pasado después con todos los problemas que habían tenido de por medio había sido un desvío total de juicios nublados, pero eso en ningún momento había querido decir que lo que había sentido por él no hubiera existido o no hubiera sido tan fuerte como lo pensaba. Lo de Malik era caso aparte.
Le gustó la franqueza con la que dijo que lo las cosas buenas eran algo valioso, así que como respuesta le sonrió, tal vez con más ternura de la requerida. No estaba pensando que Joe se hubiera reformado en medio segundo pero sin duda le gustaba lo que estaba viendo en ese momento y le daba su correspondiente crédito.
Volvió a bajar la vista cuando terminó soltando el tema de Malik, sus dedos fueron al borde de la mesa y luego terminó descansando las manos en su regazo antes de asentir, volviendo a mirarlo. No había rastro de sonrisas de enamoramiento o ese tipo de cosas que una hacía cuando se empezaba una relación nueva y demás cursiladas, no solo porque era inadecuado sino porque las circunstancias hubieran hecho de eso algo irónico y un poco ridículo. Eso de la “chica de un colega” sonaba también irónico e insistía en ese punto que Sofie parecía apoyar; no había por qué echarle más leña al fuego. No le iba a confesar nada en ese momento, ni en ningún otro, mucho menos ahora que parecía que Joe de verdad quería llevar las cosas con calma, en buenos términos.
-Sí, es cierto.
La verdad no sabía qué tanto decir o qué tanto agregar, qué tanto contar. ¿Aclararle que habían “comenzado” después de que ellos terminaran? No, porque sonaba a justificación, una innecesaria. Se acomodó el cabello detrás de la oreja y sonrió un poco, apenas lo necesario como para restarle cualquier tipo de solemnidad incómoda. Ya sabía que los chismes estarían a la orden del día al menos en su parte de la facultad aunque tampoco era como si ella y Malik los hubieran incentivado con descaro.
-Es tu intención que seamos amigos, ¿en serio? Yo no tengo ningún problema, significa mucho para mi, en serio.
Que quisiera intentarlo, que se planteara y hubiera ido ahí a pedirle disculpas por los malos ratos, que no llegara amenazando ni hablando de consecuencias.
-Yo no quiero meterme entre tú y Malik, ni en lo que han tenido durante tantos años, como amigos, nunca fue esa la intención tampoco, y lo siento por eso.
Joe no lo mostraba y ella podría estarse dando demasiado crédito diciendo eso, pero no era como si no lo hubiera pensado. En la fiesta de Angus y Aquila habían estado a punto de pelearse tan solo porque Karim había hecho acto de presencia cuando Joe parecía estar tan enfadado. Y mentiría si no admitiera que le había dado un poco de pánico pensar que Joe quisiera tomar represalias o algo así, pero al parecer podía respirar tranquila.
Lo quería, demasiado, y se había enamorado de él sin un rastro de duda, poco a poco, lo que había pasado después con todos los problemas que habían tenido de por medio había sido un desvío total de juicios nublados, pero eso en ningún momento había querido decir que lo que había sentido por él no hubiera existido o no hubiera sido tan fuerte como lo pensaba. Lo de Malik era caso aparte.
Le gustó la franqueza con la que dijo que lo las cosas buenas eran algo valioso, así que como respuesta le sonrió, tal vez con más ternura de la requerida. No estaba pensando que Joe se hubiera reformado en medio segundo pero sin duda le gustaba lo que estaba viendo en ese momento y le daba su correspondiente crédito.
Volvió a bajar la vista cuando terminó soltando el tema de Malik, sus dedos fueron al borde de la mesa y luego terminó descansando las manos en su regazo antes de asentir, volviendo a mirarlo. No había rastro de sonrisas de enamoramiento o ese tipo de cosas que una hacía cuando se empezaba una relación nueva y demás cursiladas, no solo porque era inadecuado sino porque las circunstancias hubieran hecho de eso algo irónico y un poco ridículo. Eso de la “chica de un colega” sonaba también irónico e insistía en ese punto que Sofie parecía apoyar; no había por qué echarle más leña al fuego. No le iba a confesar nada en ese momento, ni en ningún otro, mucho menos ahora que parecía que Joe de verdad quería llevar las cosas con calma, en buenos términos.
-Sí, es cierto.
La verdad no sabía qué tanto decir o qué tanto agregar, qué tanto contar. ¿Aclararle que habían “comenzado” después de que ellos terminaran? No, porque sonaba a justificación, una innecesaria. Se acomodó el cabello detrás de la oreja y sonrió un poco, apenas lo necesario como para restarle cualquier tipo de solemnidad incómoda. Ya sabía que los chismes estarían a la orden del día al menos en su parte de la facultad aunque tampoco era como si ella y Malik los hubieran incentivado con descaro.
-Es tu intención que seamos amigos, ¿en serio? Yo no tengo ningún problema, significa mucho para mi, en serio.
Que quisiera intentarlo, que se planteara y hubiera ido ahí a pedirle disculpas por los malos ratos, que no llegara amenazando ni hablando de consecuencias.
-Yo no quiero meterme entre tú y Malik, ni en lo que han tenido durante tantos años, como amigos, nunca fue esa la intención tampoco, y lo siento por eso.
Joe no lo mostraba y ella podría estarse dando demasiado crédito diciendo eso, pero no era como si no lo hubiera pensado. En la fiesta de Angus y Aquila habían estado a punto de pelearse tan solo porque Karim había hecho acto de presencia cuando Joe parecía estar tan enfadado. Y mentiría si no admitiera que le había dado un poco de pánico pensar que Joe quisiera tomar represalias o algo así, pero al parecer podía respirar tranquila.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Aquella sonrisa dibujada en su rostro sí que era transparente; era de hecho… joder, era la puta sonrisa más transparente que había visto en un buen rato, lo cual significaba que se la estaba tragando toda y bien doblada. Eso estaba bien, y era suficiente para alimentar mis ganas de continuar con ello, de resistirme a ese otro Joseph que moría por lanzarle el libro en la puta cara y abogar por esa prudencia que los dioses habían colocado… en algún puto lugar de mis adentros.
Eso sí, mis ojos escudriñaron su rostro y sus reacciones cuando por fin soltaba aquello de Malik, notando la manera en la que su cuerpo reaccionaba de forma casi involuntaria, bajando la mirada, tensando ciertas facciones, asintiendo con la cabeza y volviendo a levantar su mirada que se proyectaba como temiendo dar un paso en falso. Al menos la cabrona había evitado evidenciar en expresiones lo que sentía por el bastardo de Malik, y de alguna manera… sé que está mal decirlo o más bien bastante raro, pero de alguna manera disfruté de ello, de ver la forma en la que sufría internamente por soltarme que era cierto. Era como compartir el puto dolor, ¿saben de qué hablo?, era más o menos como eso…
Pero aquel disfrute solo me duró como dos segundos, porque después de ello comencé a sentir que aquella bestia infame que vivía dentro de mi pecho volvía a apoderarse de mi juicio, que mi mente era capaz de recrear un centenar de imágenes que en realidad jamás había visto pero que sabía que existían, con Pearlie y Malik juntos, besándose, tocándose, follando; y que no importaba lo que yo fuera capaz de hacer o decir, porque simplemente era algo que no se podía evitar, y ese dolor tan punzante, tan jodidamente hiriente, era tan certero como la propia veracidad de lo que yo mismo había sentido por ella, de lo que seguía sintiendo por ella a pesar de todo, a pesar de mi odio.
-Es en serio. Escucha Felicia… te quiero, es decir lo digo en el mejor de los sentidos, y prefiero hacerlo así, de verdad prefiero ser tu amigo y tratar de llevar esto de la mejor manera posible antes de simplemente alejarme de ti. Es algo que no puedo hacer, ¿entiendes?, simplemente no me gustaría pensar que esos ratos se van a la mierda-
Respiré profundo mientras ella hablaba, y desvié la mirada por unos momentos antes de llegar a mis propios límites de lo soportable, antes de no poder evitar lanzármele encima para acorralarla y lanzarle veinte amenazas tal y como había hecho en nuestras últimas semanas juntos. La escuché y me pareció increíble que dijera lo mal que se sentía por lo que estaba sucediendo entre Karim y yo, como si de verdad le hubiera importado una mierda eso. Nada de eso tenía relevancia, ni lo que sucediera con Malik ni lo mal que se pudiera sentir al respecto, porque fuera como fuera la moneda ya estaba tirada al aire y solo dios sabía qué puta cosa podía resultar de ello.
En esos momentos noté que alguien nos miraba y negaba con la cabeza; era una chica cuyo nombre no conocía pero que identificaba por ser de nuestra facultad, y no pude hacer más que voltear a verla y mantenerle la mirada con mucha fuerza. La chica negaba con la cabeza, seguramente porque estábamos haciendo mucho escándalo o alguna mierda, pero como podrán imaginarse, eso era algo que me importaba bastante poco, o más bien, era algo que no estaba en condiciones de soportar.
-¿Disculpa?, por si no te diste cuenta estamos hablando, así que ahórrate tus miraditas, ¿quieres?-
Sabía que a Pearlie le molestaría que le hablara de esa forma a la chica, pero era eso o terminar por lanzarle el libro a la puta cabeza (a ella o a la chica). Terminé por levantarme y tomarla de la mano, con o sin su consentimiento, para tratar de seguir hablando fuera de los oídos chismosos de la niñita de mierda esa.
Eso sí, mis ojos escudriñaron su rostro y sus reacciones cuando por fin soltaba aquello de Malik, notando la manera en la que su cuerpo reaccionaba de forma casi involuntaria, bajando la mirada, tensando ciertas facciones, asintiendo con la cabeza y volviendo a levantar su mirada que se proyectaba como temiendo dar un paso en falso. Al menos la cabrona había evitado evidenciar en expresiones lo que sentía por el bastardo de Malik, y de alguna manera… sé que está mal decirlo o más bien bastante raro, pero de alguna manera disfruté de ello, de ver la forma en la que sufría internamente por soltarme que era cierto. Era como compartir el puto dolor, ¿saben de qué hablo?, era más o menos como eso…
Pero aquel disfrute solo me duró como dos segundos, porque después de ello comencé a sentir que aquella bestia infame que vivía dentro de mi pecho volvía a apoderarse de mi juicio, que mi mente era capaz de recrear un centenar de imágenes que en realidad jamás había visto pero que sabía que existían, con Pearlie y Malik juntos, besándose, tocándose, follando; y que no importaba lo que yo fuera capaz de hacer o decir, porque simplemente era algo que no se podía evitar, y ese dolor tan punzante, tan jodidamente hiriente, era tan certero como la propia veracidad de lo que yo mismo había sentido por ella, de lo que seguía sintiendo por ella a pesar de todo, a pesar de mi odio.
-Es en serio. Escucha Felicia… te quiero, es decir lo digo en el mejor de los sentidos, y prefiero hacerlo así, de verdad prefiero ser tu amigo y tratar de llevar esto de la mejor manera posible antes de simplemente alejarme de ti. Es algo que no puedo hacer, ¿entiendes?, simplemente no me gustaría pensar que esos ratos se van a la mierda-
Respiré profundo mientras ella hablaba, y desvié la mirada por unos momentos antes de llegar a mis propios límites de lo soportable, antes de no poder evitar lanzármele encima para acorralarla y lanzarle veinte amenazas tal y como había hecho en nuestras últimas semanas juntos. La escuché y me pareció increíble que dijera lo mal que se sentía por lo que estaba sucediendo entre Karim y yo, como si de verdad le hubiera importado una mierda eso. Nada de eso tenía relevancia, ni lo que sucediera con Malik ni lo mal que se pudiera sentir al respecto, porque fuera como fuera la moneda ya estaba tirada al aire y solo dios sabía qué puta cosa podía resultar de ello.
En esos momentos noté que alguien nos miraba y negaba con la cabeza; era una chica cuyo nombre no conocía pero que identificaba por ser de nuestra facultad, y no pude hacer más que voltear a verla y mantenerle la mirada con mucha fuerza. La chica negaba con la cabeza, seguramente porque estábamos haciendo mucho escándalo o alguna mierda, pero como podrán imaginarse, eso era algo que me importaba bastante poco, o más bien, era algo que no estaba en condiciones de soportar.
-¿Disculpa?, por si no te diste cuenta estamos hablando, así que ahórrate tus miraditas, ¿quieres?-
Sabía que a Pearlie le molestaría que le hablara de esa forma a la chica, pero era eso o terminar por lanzarle el libro a la puta cabeza (a ella o a la chica). Terminé por levantarme y tomarla de la mano, con o sin su consentimiento, para tratar de seguir hablando fuera de los oídos chismosos de la niñita de mierda esa.
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Se tensó toda cuando escuchó ese “te quiero”, por más que Joe le hubiera quitado hierro con eso de que lo decía en el mejor de los sentidos. Y se fue tensando más con la declaración siguiente, que prefería ser su amigo a estar lejos de ella. Hizo un mohín evaluando la situación, mirándolo con un dejo de duda. No sabía si era la mejor manera de seguir adelante, si de verdad era benéfico para alguno de los dos llevar las cosas de ese modo. Y sí, se contradecía ella misma porque hacía unos segundos había dicho que significaba mucho para ella que Joe quisiera ser su amigo, pero eso había sido antes del “te quiero”. Quería pensar que no había nada que le removiera los cimientos que poco a poco volvía a construir, pero también era cierto que escuchar eso le podía bastante.
¿Qué significaba? Que decir que sí a una amistad era dejarle las puertas abiertas para que se involucrara en su vida y viceversa, aunque también prefería eso a una situación completamente tensa y horrible; iban en la misma facultad, se comenzaban a mover inevitablemente con el mismo círculo de personas –ella tenía mucho que no se juntaba con los amigos con los que había pasado toda la vida- compartían algunas clases, había sido el que la había acompañado a registrarse para ser animaga y hasta habían hecho juntos un trabajo de historia en el que les había ido bastante bien. Tenía que sopesar todas sus opciones y al final todo se reducía a si le creía o no, a si creía en eso de que quería llevar eso de la mejor manera posible.
Le frunció el ceño un poco cuando le espetaba a la otra chica que estaban hablando y tal, en cierta forma entendía a su compañera. Ellos podían estar hablando bajo pero en una biblioteca los susurros también podían resultar molestos, ni hablar de la media voz. Cuando Joe se levantó y la tomó de la mano con firmeza, apenas le dio tiempo de recoger su bolsa del respaldo de la silla y con un movimiento de varita hacer que todos sus libros se fueran guardando en ella mientras Joe la guiaba hacia fuera. Alcanzó a musitarle un “lo siento” a la chica que habían dejado atrás y salió a los pasillos de la nave con el último libro en su bolsa, que no pesaba por los socorridos encantamientos para el tema. Soltó su mano apenas estar afuera porque no estaba nada bien andar por ahí de la mano de Joe como si nada, aunque hubiera sido solo para el momento de la huida. Para disimular lo brusco del gesto hizo como que acomodaba los libros dentro de la bolsa aunque ya todos estaban muy al fondo.
Supuso que querría caminar, así que se puso en marcha, frunciendo un poco el ceño por el cambio de luz, porque había pasado mucho rato dentro de la biblioteca. Era raro estar con él y sentirlo tan lejos, también sentirlo tan diferente.
-Supongo que está bien, si seguimos en buenos términos no nos tendremos que pelear la patria potestad de Pazuzu, aunque de todos modos te ganaría.
Pues porque estudiaba Leyes, ja. Chiste tonto para seguir quitándole solemnidad al asunto. Muchas cosas estaban cambiando para ella, pero quería pensar, optimistamente, que todo lo que se jodía era para transformarse a algo mejor. Quería pensar que su asunto con Alrich se arreglaría, que Joe cambiaría, que la gente no iba a lapidarla por lo que pasaba con Malik como si tuvieran algo que ver en el asunto, y que no iba a haber problemas gratuitos con Joe de verdad.
-Ya que estamos, siento no haber sido honesta contigo antes. Decirte lo que me molestaba y tal, seguramente eso hubiera cambiado mucho las cosas entre nosotros. Y también siento lo que te dije sobre que fue tu culpa lo de Leslie, por no haberla buscado, no fue tu culpa ni la mía.
¿Qué significaba? Que decir que sí a una amistad era dejarle las puertas abiertas para que se involucrara en su vida y viceversa, aunque también prefería eso a una situación completamente tensa y horrible; iban en la misma facultad, se comenzaban a mover inevitablemente con el mismo círculo de personas –ella tenía mucho que no se juntaba con los amigos con los que había pasado toda la vida- compartían algunas clases, había sido el que la había acompañado a registrarse para ser animaga y hasta habían hecho juntos un trabajo de historia en el que les había ido bastante bien. Tenía que sopesar todas sus opciones y al final todo se reducía a si le creía o no, a si creía en eso de que quería llevar eso de la mejor manera posible.
Le frunció el ceño un poco cuando le espetaba a la otra chica que estaban hablando y tal, en cierta forma entendía a su compañera. Ellos podían estar hablando bajo pero en una biblioteca los susurros también podían resultar molestos, ni hablar de la media voz. Cuando Joe se levantó y la tomó de la mano con firmeza, apenas le dio tiempo de recoger su bolsa del respaldo de la silla y con un movimiento de varita hacer que todos sus libros se fueran guardando en ella mientras Joe la guiaba hacia fuera. Alcanzó a musitarle un “lo siento” a la chica que habían dejado atrás y salió a los pasillos de la nave con el último libro en su bolsa, que no pesaba por los socorridos encantamientos para el tema. Soltó su mano apenas estar afuera porque no estaba nada bien andar por ahí de la mano de Joe como si nada, aunque hubiera sido solo para el momento de la huida. Para disimular lo brusco del gesto hizo como que acomodaba los libros dentro de la bolsa aunque ya todos estaban muy al fondo.
Supuso que querría caminar, así que se puso en marcha, frunciendo un poco el ceño por el cambio de luz, porque había pasado mucho rato dentro de la biblioteca. Era raro estar con él y sentirlo tan lejos, también sentirlo tan diferente.
-Supongo que está bien, si seguimos en buenos términos no nos tendremos que pelear la patria potestad de Pazuzu, aunque de todos modos te ganaría.
Pues porque estudiaba Leyes, ja. Chiste tonto para seguir quitándole solemnidad al asunto. Muchas cosas estaban cambiando para ella, pero quería pensar, optimistamente, que todo lo que se jodía era para transformarse a algo mejor. Quería pensar que su asunto con Alrich se arreglaría, que Joe cambiaría, que la gente no iba a lapidarla por lo que pasaba con Malik como si tuvieran algo que ver en el asunto, y que no iba a haber problemas gratuitos con Joe de verdad.
-Ya que estamos, siento no haber sido honesta contigo antes. Decirte lo que me molestaba y tal, seguramente eso hubiera cambiado mucho las cosas entre nosotros. Y también siento lo que te dije sobre que fue tu culpa lo de Leslie, por no haberla buscado, no fue tu culpa ni la mía.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Ni me había dado cuenta que Pearlie quería meter primero sus cosas a la bolsa y tal (de hacerlo, habría esperado algunos segundos a que lo hiciera con calma), y simplemente recorrí la estancia bajo las miradas de ciertos curiosos que en efecto, estaban viendo salir de la mano a un par de personas que habían hecho de un griterío en la facultad una noticia relativamente pública. Sí alguien se quiere preguntar si aquello lo estaba haciendo a propósito para causar más comentarios respecto a nuestra relación, debo decir que… sí, eso era justo lo que hacía, ¿y qué con eso?
No opuse resistencia cuando me soltó y más bien llevé la mano hacia mi cabello para camuflajear la idiotez de quedarse con la mano medio estirada. Después de eso comenzamos a caminar los dos por el pasillo, y se sentía tan condenadamente raro todo aquello que mi mente había estado medio ausente en el instante en el que Pearlie sacaba a relucir el asunto de Pazuzu, así que me reí más por compromiso que por cualquier otra cosa no porque su chiste fuera malo, sino porque en realidad no había puesto la atención suficiente para captarlo a la primera (bueno si, si era muy malo).
-Absolutamente, ¿has visto lo tenso que está el pobre animal?, cada que entra a mi dormitorio se la pasa arañándome el puto brazo y haciendo su escándalo, no sé por qué. Tal vez si fuera capaz de hablar entonces sería más fácil de entender… y así contaría también un par de cosas, ¿no?-
Así el pequeño podría contarme si de verdad lo de Malik es esporádico o si más bien me has estado viendo la cara de imbécil durante quien sabe cuánto tiempo, perra malnacida. Probablemente, pensar y hablar acerca de la relación que tenía con Karim era la peor idea que se podía tener tomando en cuenta el detonante que podría significar cualquier dato sensible, así que agradecí por el bien de todo que Pearlie hablara acerca de otras cosas, esas que ya en un ambiente amigable suponían no considerarse como problema ni mucho menos. Aunque joder, que dijera que se había callado un montón de cosas también me dejaba con la sensación de haber estado caminando con los putos ojos cerrados todo el tiempo.
-No debiste callarte nada Felicia, no soy adivino. Pero bueno ya deja eso, que no está bien que hablemos de cosas que no tienen nada que ver con esta nueva faceta, la faceta de “Pearlie & Joe en colegueo”. ¿Sabes una cosa?, hasta estaba pensando en invitarte a cenar, no te había dicho por obvias razones, pero la abuela me acaba de regalar un auto precioso. No sé, a lo mejor hasta podría enseñarte a conducir… digo, si es que el buen… el buen Malik no lo hizo ya antes-
Quien sabe qué putas cosas te habrá enseñado en quien sabe qué puto momento, ¿cierto Pearl?. Estaba comenzando a sentir un irremediable dolor en cierta parte del abdomen cada que pensaba en lo mucho que deseaba tomarla por el cabello y follármela de forma no precisamente agradable; pero suponía que eso sucedía por ser la primera vez que dejaba al “Joe transparente” guardado en el closet para sacar a este nuevo… cabrón… hijo de puta con careta puesta que por supuesto no me agradaba una mierda. Pero era necesario, ¿necesario para qué?, no tenía ni puta idea.
No opuse resistencia cuando me soltó y más bien llevé la mano hacia mi cabello para camuflajear la idiotez de quedarse con la mano medio estirada. Después de eso comenzamos a caminar los dos por el pasillo, y se sentía tan condenadamente raro todo aquello que mi mente había estado medio ausente en el instante en el que Pearlie sacaba a relucir el asunto de Pazuzu, así que me reí más por compromiso que por cualquier otra cosa no porque su chiste fuera malo, sino porque en realidad no había puesto la atención suficiente para captarlo a la primera (bueno si, si era muy malo).
-Absolutamente, ¿has visto lo tenso que está el pobre animal?, cada que entra a mi dormitorio se la pasa arañándome el puto brazo y haciendo su escándalo, no sé por qué. Tal vez si fuera capaz de hablar entonces sería más fácil de entender… y así contaría también un par de cosas, ¿no?-
Así el pequeño podría contarme si de verdad lo de Malik es esporádico o si más bien me has estado viendo la cara de imbécil durante quien sabe cuánto tiempo, perra malnacida. Probablemente, pensar y hablar acerca de la relación que tenía con Karim era la peor idea que se podía tener tomando en cuenta el detonante que podría significar cualquier dato sensible, así que agradecí por el bien de todo que Pearlie hablara acerca de otras cosas, esas que ya en un ambiente amigable suponían no considerarse como problema ni mucho menos. Aunque joder, que dijera que se había callado un montón de cosas también me dejaba con la sensación de haber estado caminando con los putos ojos cerrados todo el tiempo.
-No debiste callarte nada Felicia, no soy adivino. Pero bueno ya deja eso, que no está bien que hablemos de cosas que no tienen nada que ver con esta nueva faceta, la faceta de “Pearlie & Joe en colegueo”. ¿Sabes una cosa?, hasta estaba pensando en invitarte a cenar, no te había dicho por obvias razones, pero la abuela me acaba de regalar un auto precioso. No sé, a lo mejor hasta podría enseñarte a conducir… digo, si es que el buen… el buen Malik no lo hizo ya antes-
Quien sabe qué putas cosas te habrá enseñado en quien sabe qué puto momento, ¿cierto Pearl?. Estaba comenzando a sentir un irremediable dolor en cierta parte del abdomen cada que pensaba en lo mucho que deseaba tomarla por el cabello y follármela de forma no precisamente agradable; pero suponía que eso sucedía por ser la primera vez que dejaba al “Joe transparente” guardado en el closet para sacar a este nuevo… cabrón… hijo de puta con careta puesta que por supuesto no me agradaba una mierda. Pero era necesario, ¿necesario para qué?, no tenía ni puta idea.
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
No sabía si le incomodaba o le llenaba de ternura el detalle de que Pazuzu siguiera visitando con asiduidad el dormitorio de Joe. Tenía sentido, al fin y al cabo él lo había, comprado, se lo había regalado, habían pasado mucho tiempo juntos con él y tal, y se sabía que los kneazles eran demasiado listos, más que un gato promedio. No le iba a decir el detalle de que odiaba a Malik con todo su ser y seguramente su odio era correspondido. A ella le daba risa como renegaba de él, pero ese no era un dato que fuera a compartir. También le incomodó con eso de que también contaría un par de cosas, pero para disimular su incomodidad miró hacia las paredes de piedra y se frotó el brazo haciendo como que no había captado el doble sentido de la frase.
-Lo siento por lo del escándalo, seguro le preocupaba…eso, el escándalo, pero ya está arreglado así que seguro que irá en mucho mejor plan cuando te visite.
Tenía razón con eso de que no debió haberse callado nada, pero no le iba a decir que si lo había hecho había sido precisamente por el mismo miedo que en algún momento había desarrollado hacia él. Por suerte, él mismo le pedía que dejara eso y le sacó una sonrisa con lo del colegueo. ¿De verdad estaba pasando? Porque hasta hacía unas horas eso le habría parecido sinceramente imposible. Lo de Milena, por ejemplo, lo pensaba irreconciliable.
-No, no me ha enseñado a conducir.
Era cierto, solo le había hablado de la película Drive y le había preguntado si se había subido a un auto no-mágico, hacía ya rato, en el observatorio, cuando no tenían nada. Había sido a Joe a quien le había pedido todo eso de manejar, en las grutas. De todos modos volvió a incomodarse y volvió a ese acto reflejo de acariciar su propio brazo. Era raro hablar de Malik con él.
Igual de raro era pensar en salir a cenar, muchísimo. No quería, de ninguna manera, que nadie malinterpretara nada, empezando por ellos mismos y consideraba apresurado e inadecuado salir con él aunque fuera en plan colegueo, como él lo llamaba, con todas las cosas tan recientes. Se mordió el labio, no quiso decírselo así, porque no quería que lo tomara a mal. Y también estaba el factor de que no quería hacer nada que molestara a Malik, no por ese espíritu complaciente que la caracterizaba, sino por razones más obvias, aunque él no era un tipo posesivo ni nada de eso, pero una cosa era un tipo cualquiera y otra…pues Joe. Era raro, raro, raro, rarísimo.
Tuvo que meter las manos en los bolsillos de su falda de lunares, para tener quietas las manos y no parecer nerviosa, después de darle un tironcito a la manga de la chaqueta que Joe llevaba puesta. Comenzaba a hacerse ideas tontas de que si había dado ese paso con ella, entonces también se reconciliaría con Malik y le quitarían el 50% de peso a sus duras decisiones, y Malik dejaría de sentir que había perdido la confianza eterna de un amigo de toda la vida. Ojalá fuera así, ella nunca dejaba de ser optimista. No esperaba que todo fueran flores, mariposas y serpentinas pero al menos parecía que estaban dando un paso grande en un buen camino.
-¿Qué tipo de auto es? ¡Y el color! Eso es muy importante.Todos los que tiene mi abuelo - y que solo vuelan- son negros, negros señor.
Ella qué iba a saber de marcas y tipos de autos, preguntaba por hacer conversación, y si Joe tenía ganas de contestarle en versión extendida, estaba bien por ella.
-Lo siento por lo del escándalo, seguro le preocupaba…eso, el escándalo, pero ya está arreglado así que seguro que irá en mucho mejor plan cuando te visite.
Tenía razón con eso de que no debió haberse callado nada, pero no le iba a decir que si lo había hecho había sido precisamente por el mismo miedo que en algún momento había desarrollado hacia él. Por suerte, él mismo le pedía que dejara eso y le sacó una sonrisa con lo del colegueo. ¿De verdad estaba pasando? Porque hasta hacía unas horas eso le habría parecido sinceramente imposible. Lo de Milena, por ejemplo, lo pensaba irreconciliable.
-No, no me ha enseñado a conducir.
Era cierto, solo le había hablado de la película Drive y le había preguntado si se había subido a un auto no-mágico, hacía ya rato, en el observatorio, cuando no tenían nada. Había sido a Joe a quien le había pedido todo eso de manejar, en las grutas. De todos modos volvió a incomodarse y volvió a ese acto reflejo de acariciar su propio brazo. Era raro hablar de Malik con él.
Igual de raro era pensar en salir a cenar, muchísimo. No quería, de ninguna manera, que nadie malinterpretara nada, empezando por ellos mismos y consideraba apresurado e inadecuado salir con él aunque fuera en plan colegueo, como él lo llamaba, con todas las cosas tan recientes. Se mordió el labio, no quiso decírselo así, porque no quería que lo tomara a mal. Y también estaba el factor de que no quería hacer nada que molestara a Malik, no por ese espíritu complaciente que la caracterizaba, sino por razones más obvias, aunque él no era un tipo posesivo ni nada de eso, pero una cosa era un tipo cualquiera y otra…pues Joe. Era raro, raro, raro, rarísimo.
Tuvo que meter las manos en los bolsillos de su falda de lunares, para tener quietas las manos y no parecer nerviosa, después de darle un tironcito a la manga de la chaqueta que Joe llevaba puesta. Comenzaba a hacerse ideas tontas de que si había dado ese paso con ella, entonces también se reconciliaría con Malik y le quitarían el 50% de peso a sus duras decisiones, y Malik dejaría de sentir que había perdido la confianza eterna de un amigo de toda la vida. Ojalá fuera así, ella nunca dejaba de ser optimista. No esperaba que todo fueran flores, mariposas y serpentinas pero al menos parecía que estaban dando un paso grande en un buen camino.
-¿Qué tipo de auto es? ¡Y el color! Eso es muy importante.Todos los que tiene mi abuelo - y que solo vuelan- son negros, negros señor.
Ella qué iba a saber de marcas y tipos de autos, preguntaba por hacer conversación, y si Joe tenía ganas de contestarle en versión extendida, estaba bien por ella.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Lo de Pazuzu tampoco era algo que de verdad me hubiera preocupado en algún momento, principalmente porque el pequeño cabrón era lo suficientemente listo como para darse sus escapadas y visitarme prácticamente cada que se le daba la puta gana. Si me detenía a pensarlo un poco, resultaba que aquel kneazle era probablemente el primer animal que me importaba cuando menos un poco (además de Angus), lo que lo hacía algo así como un espécimen completamente único de entre todas las especies. Una puta pena que el pobre tuviera que verse en una situación de división de cariño cuando no tenía más de cuatro meses de vida.
Respecto al tema de Malik, por supuesto que notaba lo incómoda que Felicia se ponía cada que salía a la luz el nombre de aquel hijo de puta, y no era para menos (bien se lo tenía merecido, la piruja). De hecho, si les soy muy sincero, en esos momentos ni siquiera tenía idea de qué era lo que iba a hacer respecto a ese cabrón, o la forma en la que manejaría las cosas si a eso le sumábamos el factor Angus, que si seguía siendo como siempre había sido, trataría de unificarnos lo mayor posible. Lo que sí era bastante probable es que al momento de verlo me entraran unas ganas irremediables de partirle toda la cara por más esfuerzos que pusiera en actuar como el sujeto elocuente, justo como hacía ahora mismo con Pearlie. No era lo mismo, ¿saben?, no era ni putas lo mismo ponerse una careta con ella que tratar de hacerlo con aquel malnacido.
-Pues ya está, entonces yo seré el primer profesor de manejo que tengas. Debes aprender porque joder, nunca se sabe en qué situación puedas estar. A lo mejor un día… no lo sé, te quedas sin poder hacer magia o alguien te roba la varita y lo único que resta a tu disposición es un bonito Chevrolet aveo con las llaves puestas… y tienes que llegar al otro lado de la ciudad lo más rápido posible. Es vital que aprendas, en este mundo no se puede prescindir de ningún medio por más magia que corra por tu sangre. Ah, es un mustang… precisamente negro, del 79', muy bonito. Me lo regaló mi abuela de entre todos los que tiene de colección… pero es una pasada, de verdad.-
Ridículo darle ese tipo de lecciones cuando seguramente la chica ya era más muggle que mi propia abuela. Caminamos por el pasillo y sin darme cuenta ya estábamos prácticamente en la entrada del comedor, justo en horas en las que aquel recinto estaba probablemente más que repleto de gente. Si me lo preguntan directamente, yo estaría más que encantado que la gente nos viera entrar, no porque quisiera que pensaran que siguiéramos juntos, más bien porque deseaba verle la puta cara de incomodidad cuando se encontrara con tanta multitud en mi compañía… una cosa como de venganza mal sana que seguía circulando por cada rincón de mi mente, nada fuera del otro mundo. De cualquier forma había que seguir con el papel del buen colega y preguntarle…
-Oye, sí que tengo hambre pero… ¿no te molesta entrar?, es decir… creo que si hay bastante gente. No lo sé, como tú quieras-
Respecto al tema de Malik, por supuesto que notaba lo incómoda que Felicia se ponía cada que salía a la luz el nombre de aquel hijo de puta, y no era para menos (bien se lo tenía merecido, la piruja). De hecho, si les soy muy sincero, en esos momentos ni siquiera tenía idea de qué era lo que iba a hacer respecto a ese cabrón, o la forma en la que manejaría las cosas si a eso le sumábamos el factor Angus, que si seguía siendo como siempre había sido, trataría de unificarnos lo mayor posible. Lo que sí era bastante probable es que al momento de verlo me entraran unas ganas irremediables de partirle toda la cara por más esfuerzos que pusiera en actuar como el sujeto elocuente, justo como hacía ahora mismo con Pearlie. No era lo mismo, ¿saben?, no era ni putas lo mismo ponerse una careta con ella que tratar de hacerlo con aquel malnacido.
-Pues ya está, entonces yo seré el primer profesor de manejo que tengas. Debes aprender porque joder, nunca se sabe en qué situación puedas estar. A lo mejor un día… no lo sé, te quedas sin poder hacer magia o alguien te roba la varita y lo único que resta a tu disposición es un bonito Chevrolet aveo con las llaves puestas… y tienes que llegar al otro lado de la ciudad lo más rápido posible. Es vital que aprendas, en este mundo no se puede prescindir de ningún medio por más magia que corra por tu sangre. Ah, es un mustang… precisamente negro, del 79', muy bonito. Me lo regaló mi abuela de entre todos los que tiene de colección… pero es una pasada, de verdad.-
Ridículo darle ese tipo de lecciones cuando seguramente la chica ya era más muggle que mi propia abuela. Caminamos por el pasillo y sin darme cuenta ya estábamos prácticamente en la entrada del comedor, justo en horas en las que aquel recinto estaba probablemente más que repleto de gente. Si me lo preguntan directamente, yo estaría más que encantado que la gente nos viera entrar, no porque quisiera que pensaran que siguiéramos juntos, más bien porque deseaba verle la puta cara de incomodidad cuando se encontrara con tanta multitud en mi compañía… una cosa como de venganza mal sana que seguía circulando por cada rincón de mi mente, nada fuera del otro mundo. De cualquier forma había que seguir con el papel del buen colega y preguntarle…
-Oye, sí que tengo hambre pero… ¿no te molesta entrar?, es decir… creo que si hay bastante gente. No lo sé, como tú quieras-
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Se tuvo que reír con toda la perorata de Joe acerca de saber manejar, la verdad era que no había forma de que se planteara un escenario tan terrible como para quedarse sin magia en el cuerpo siquiera para intentar una aparición o algo así. Si hablaba acerca de autos muggles y conducir, era solamente curiosidad, no porque estuviera pensando que realmente tenía algún sentido práctico de vida o muerte. Lo entendía para un muggle, pero para ella no aplicaba, aunque tal vez podía estar siendo corta de miras, y no, no era más muggle que su abuela, por más que Malik –y hasta Aldrich antes de ponerse misterioso - la hubiera llevado a muchos lados y le hubiera enseñado muchas cosas. No era como si de pronto tuviera un pensamiento liberal extremo y hubiera decidido que una cosa le gustaba más que la otra, simplemente estaba acoplándose para bien, siendo abierta con el fin de un mejor aprovechamiento del mundo, pero seguía siendo incapaz de concebir la vida con ciertas cosas como la separación entre magos y muggles, o el no usar magia para todo.
-Pero no quiero aprender por eso, quiero aprender por verme cinematográfica y tal. Si me dices que tengo que aprender a hacerlo por una urgencia no suena nada divertido.
Lo del asunto de entrar al comedor no le molestaba, por el contrario, así que había un hueco en la malignidad de Joe. Para ella era muchísimo mejor estar en un lugar público que hacer parecer que se escondía con él o algo. Además también se sentía muchísimo más segura, porque aunque Joe estuviera pareciendo dispuesto a ser buena gente y tal, tampoco era como si a ella se le hubieran olvidado sus locuras en medio segundo como para sentirse completamente segura y confiada en su presencia a solas.
No tenía nada de hambre aunque no hubiera comido en un buen rato, tal vez era consecuencia directa de los nervios, pero le daba igual, podía picar algo y luego cenar mejor. Insistía en que era un buen lugar para estar, considerando las circunstancias, así que no iba a ponerse fastidiosa con "no tengo hambre".
-No no me molesta, ¿qué a ti sí?
Preguntó extrañada sin detenerse a pensar en eso de los cuchicheos, la vergüenza y demás, porque lo tomaba a la inversa. Igual no esperaba respuesta a esa pregunta así que lo empujó un poco para que entrara primero. Ya podían ir pensando que habían arreglado sus diferencias y terminado bien, y todo eso. No había nada en su lenguaje corporal que abriera nada a especulaciones erróneas, solía ser muy cuidadosa en esas cosas.
-Pero no quiero aprender por eso, quiero aprender por verme cinematográfica y tal. Si me dices que tengo que aprender a hacerlo por una urgencia no suena nada divertido.
Lo del asunto de entrar al comedor no le molestaba, por el contrario, así que había un hueco en la malignidad de Joe. Para ella era muchísimo mejor estar en un lugar público que hacer parecer que se escondía con él o algo. Además también se sentía muchísimo más segura, porque aunque Joe estuviera pareciendo dispuesto a ser buena gente y tal, tampoco era como si a ella se le hubieran olvidado sus locuras en medio segundo como para sentirse completamente segura y confiada en su presencia a solas.
No tenía nada de hambre aunque no hubiera comido en un buen rato, tal vez era consecuencia directa de los nervios, pero le daba igual, podía picar algo y luego cenar mejor. Insistía en que era un buen lugar para estar, considerando las circunstancias, así que no iba a ponerse fastidiosa con "no tengo hambre".
-No no me molesta, ¿qué a ti sí?
Preguntó extrañada sin detenerse a pensar en eso de los cuchicheos, la vergüenza y demás, porque lo tomaba a la inversa. Igual no esperaba respuesta a esa pregunta así que lo empujó un poco para que entrara primero. Ya podían ir pensando que habían arreglado sus diferencias y terminado bien, y todo eso. No había nada en su lenguaje corporal que abriera nada a especulaciones erróneas, solía ser muy cuidadosa en esas cosas.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Que la idiota quería verse “cinematográfica”, como si manejar un puto auto sirviera una mierda para tal fin… además qué coño, ni siquiera sabía de qué mierda hablaba con eso de verse cinematográfica. Claro, seguro era una de las tantas linduras con las que el hijo de puta la había mareado hasta convertirla en una especie de… patética snob amante de las artes. Por todos los dioses, tan solo de pensarlo me sentía tan imbécil por haber permitido que salieran durante tanto tiempo, y ya ni qué decir de la idea de todo lo que podrían haber estado haciendo además de ver películas y visitar galerías de mierda. ¿Cuál era el puto sentido?, es decir… ¿dónde coño estaba lo emocionante en esas mierdas?; entendía la emoción de ver un buen filme pero… no me jodan, ¿en serio era eso?
Traté de evadir esos pensamientos (de nuevo) y enfocarme en lo que tenía justo ahora, aunque ciertamente no terminaba de estar convencido de qué era exactamente lo que tenía. Me encogíd e hombros y negué con la cabeza cuando preguntaba tan naturalmente si a mí me molestaba que entráramos a un lugar lleno de gente, y pensándolo bien… de hecho en efecto, era yo el que debía tener problemas, porque estar en un lugar lleno de gente significaba tragarse todas las putas habladurías, todas las miradas, tanto las burlonas como las condescendientes. ¿En qué maldito momento se había transformado todo?, de verdad… que alguien llegara y me dijera en qué puto momento me había convertido en esto.
-Por supuesto que no tengo problema, ¿por qué lo tendría?. Ya me conoces encanto, soy Crawford, que la gente se vaya a la mierda… -
Aquello se lo dije después del empujón, ya cuando yo estaba varios metros por delante de la entrada, y como no, el lugar estaba abarrotado de gente. Es en estos casos cuando resulta muy curioso lo que puede imaginar la mente humana y seguramente hay hasta un estudio al respecto, me refiero a que… ¿cuánta gente nos conocía en realidad? ¿qué tanto le importaba a la gente el chismerío que podría existir acerca de dos personas?. Es absurdo pensar que eres el puto centro de atención y que todos saben todo al respecto; pero aun con esa idea en la cabeza, era simplemente imposible no sentirse observado y cuchicheado por miles de ojos y lenguas. Caminamos por el pasillo de en medio hasta llegar finalmente a una gloriosa y tranquila mesa… sin aspavientos ni nada que me provocara un resbalón más a mi lista de resbalones.
-¿Y qué tal te estás llevando con Angus?. Ya sabes… supongo que él ya sabe todo acerca de la nueva relación. La verdad no lo he visto… o para serte sincero, no lo he querido ver. Pero venga, que incluso cuando tú y yo… ya sabes, tú y Malik ya veían películas con él y su insopo.. perdón, con su mujer Aquila. A que se llevaban fantástico los cuatro, ¿no es cierto?
Lo decía con ligereza, como si de verdad me importara una mierda que Angus y Aquila y Malik y ella se la pasaran bomba mientras yo me revolcaba en el puto lodo. Si lo pensaba claramente, resultaba muy imbécil de mi parte desear lo contrario, desear que Angus se sintiera terrible y que odiara a Malik y que aborreciera a Pearl, pero conociéndolo… sabía perfectamente que no era así; que probablemente había tenido un lapsus de transtorno por la posibilidad de ver afectada la relación entre colegas, pero que de ahí no había pasado. Su mujer Aquila… dioses, la hija de puta tenía más poder de lo que se imaginan.
Traté de evadir esos pensamientos (de nuevo) y enfocarme en lo que tenía justo ahora, aunque ciertamente no terminaba de estar convencido de qué era exactamente lo que tenía. Me encogíd e hombros y negué con la cabeza cuando preguntaba tan naturalmente si a mí me molestaba que entráramos a un lugar lleno de gente, y pensándolo bien… de hecho en efecto, era yo el que debía tener problemas, porque estar en un lugar lleno de gente significaba tragarse todas las putas habladurías, todas las miradas, tanto las burlonas como las condescendientes. ¿En qué maldito momento se había transformado todo?, de verdad… que alguien llegara y me dijera en qué puto momento me había convertido en esto.
-Por supuesto que no tengo problema, ¿por qué lo tendría?. Ya me conoces encanto, soy Crawford, que la gente se vaya a la mierda… -
Aquello se lo dije después del empujón, ya cuando yo estaba varios metros por delante de la entrada, y como no, el lugar estaba abarrotado de gente. Es en estos casos cuando resulta muy curioso lo que puede imaginar la mente humana y seguramente hay hasta un estudio al respecto, me refiero a que… ¿cuánta gente nos conocía en realidad? ¿qué tanto le importaba a la gente el chismerío que podría existir acerca de dos personas?. Es absurdo pensar que eres el puto centro de atención y que todos saben todo al respecto; pero aun con esa idea en la cabeza, era simplemente imposible no sentirse observado y cuchicheado por miles de ojos y lenguas. Caminamos por el pasillo de en medio hasta llegar finalmente a una gloriosa y tranquila mesa… sin aspavientos ni nada que me provocara un resbalón más a mi lista de resbalones.
-¿Y qué tal te estás llevando con Angus?. Ya sabes… supongo que él ya sabe todo acerca de la nueva relación. La verdad no lo he visto… o para serte sincero, no lo he querido ver. Pero venga, que incluso cuando tú y yo… ya sabes, tú y Malik ya veían películas con él y su insopo.. perdón, con su mujer Aquila. A que se llevaban fantástico los cuatro, ¿no es cierto?
Lo decía con ligereza, como si de verdad me importara una mierda que Angus y Aquila y Malik y ella se la pasaran bomba mientras yo me revolcaba en el puto lodo. Si lo pensaba claramente, resultaba muy imbécil de mi parte desear lo contrario, desear que Angus se sintiera terrible y que odiara a Malik y que aborreciera a Pearl, pero conociéndolo… sabía perfectamente que no era así; que probablemente había tenido un lapsus de transtorno por la posibilidad de ver afectada la relación entre colegas, pero que de ahí no había pasado. Su mujer Aquila… dioses, la hija de puta tenía más poder de lo que se imaginan.
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Sonrió con aquello de que era un Crawford y le importaba nada la gente. Pues sí, eso ella ya lo sabía, que jamás le habían importado esas cosas. Ya adentro, a ella sí que le preocupó un poco lo que la gente pudiera especular, pero luego se recordó que iba a tener muchas dosis de eso y más le valía acostumbrarse, además no todo mundo les estaba poniendo atención. Lo cierto era que el asunto importaba mucho menos de lo que ellos creían, porque así eran las cosas, tampoco era como si se tratara de la pareja más famosa de la universidad o algo así.
Se sentó en la mesa y dejó sus cosas en una silla vacía a un lado antes de conjurar con la varita una de las bandejas que estaban al otro lado del comedor. La fuente de comida no estaba tan lejos y recordó que estaba mal comida en ese instante, decidiendo lo contrario a lo que había decidido hacía un minuto de que solo iba a comer algo ligero.
Esos pensamientos se vieron interrumpidos por su pregunta sobre Angus, que la hizo fruncir el ceño de nuevo, gesto que se acentuó cuando estuvo a punto de decirle a Aquila “insoportable”. Y sí, lo decía con ligereza pero sus palabras no eran tan ligeras, tampoco era idiota como para no entender el sentido con el que lo preguntaba.
-Ya veíamos películas con él y Aquila desde ANTES de que tú y yo fuéramos novios, así que espero que no pienses que tiene algo que ver una cosa con la otra. Ya te había dicho que me llevaba bien con Angus, ¿recuerdas? En el bosque, cuando empezamos, que me había hecho ver El exorcista y etcétera. Es buen tipo, y es novio de mi amiga. Así que estamos bien, y sí, ya sabe todo acerca de lo que pasó, Malik se lo dijo porque…pues no tenía sentido no ser claros con él, ¿no? Menos en su casa. Tampoco creas que te traicionó celebrando con globos y serpentinas, o deseándonos felicidad eterna o algo así.
Todavía con el ceño fruncido, se levantó a la fuente para tomar comida, sin prestar atención al filete que tomaba, ni a la ensalada con la que acompañaba. Si se sentía enojada era solo consecuencia directa de saberse culpable, de saber que todo había terminado significando algo más. Respiró profundo antes de regresar a la mesa donde no sabía si él seguiría o si también se había levantado y tal.
Se sentó en la mesa y dejó sus cosas en una silla vacía a un lado antes de conjurar con la varita una de las bandejas que estaban al otro lado del comedor. La fuente de comida no estaba tan lejos y recordó que estaba mal comida en ese instante, decidiendo lo contrario a lo que había decidido hacía un minuto de que solo iba a comer algo ligero.
Esos pensamientos se vieron interrumpidos por su pregunta sobre Angus, que la hizo fruncir el ceño de nuevo, gesto que se acentuó cuando estuvo a punto de decirle a Aquila “insoportable”. Y sí, lo decía con ligereza pero sus palabras no eran tan ligeras, tampoco era idiota como para no entender el sentido con el que lo preguntaba.
-Ya veíamos películas con él y Aquila desde ANTES de que tú y yo fuéramos novios, así que espero que no pienses que tiene algo que ver una cosa con la otra. Ya te había dicho que me llevaba bien con Angus, ¿recuerdas? En el bosque, cuando empezamos, que me había hecho ver El exorcista y etcétera. Es buen tipo, y es novio de mi amiga. Así que estamos bien, y sí, ya sabe todo acerca de lo que pasó, Malik se lo dijo porque…pues no tenía sentido no ser claros con él, ¿no? Menos en su casa. Tampoco creas que te traicionó celebrando con globos y serpentinas, o deseándonos felicidad eterna o algo así.
Todavía con el ceño fruncido, se levantó a la fuente para tomar comida, sin prestar atención al filete que tomaba, ni a la ensalada con la que acompañaba. Si se sentía enojada era solo consecuencia directa de saberse culpable, de saber que todo había terminado significando algo más. Respiró profundo antes de regresar a la mesa donde no sabía si él seguiría o si también se había levantado y tal.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Por supuesto que mis intenciones eran hacerle pasar un pequeño mal trago al tocar el tema de Angus y lo excelentemente bien que había resultado para todos las circunstancias hasta el punto de seguramente convertirse en un grupo de súper amigazos; y que pasara ese pequeño mal trago era, por mucho, lo más inofensivo que la chica en realidad se merecía. Vaya que se merecía bastantes cosas, y eso solo por botarme para de inmediato ir a los brazos de uno de mis mejores amigos, solo por eso.
De cualquier forma tampoco era tan grave, y la miré manteniendo la sonrisa mientras ella replicaba y acentuaba lo muy amigos que ya eran incluso desde antes de iniciada nuestra relación, a lo cual estuve a punto de responder con un “oh, eso es fantástico Pearlie, ahora podrán hacer una boda doble si se les da la PUTÍSIMA GANA”. Por lo que a mí me concernía, Angus Finnerty había dejado de ser mi hermano a partir de ese mismo día, y aunque fingiera estar bien cuando nos encontráramos, aunque no hiciera aspavientos ni expresara lo inconforme que estaba con la situación, el lobo sabría perfectamente que las cosas estaban tan bien. Pero se quedaría así… en el puto silencio durante el tiempo que fuera necesario.
-Oh vamos Felicia, tampoco quería molestarte… solo era una pregunta, es todo-
Aquello lo hice con una fingida cara de extrañeza, pero no crean que cuando la chica se levantó sonreí como alguna puta criatura maléfica como todo un imbécil, no… aquello en realidad no me hacía sentir una mierda de bien, y me quedé ahí sentado unos segundos pensando en lo mucho que deseaba deshacerme de toda esa puta actuación. Luego de eso me levanté también y fui por una bandeja mientras ella se servía su comida, y luego caminé a servirme mis porciones mientras ella regresaba hacia la mesa en donde estaban nuestras cosas.
Me serví bastante comida, mucho pan, mucho pollo, muchas papas fritas y un poco de puré de col; porque por muy malos ratos que un Crawford estuviera pasando, el apetito jamás podía irse de nuestro organismo; incluso hasta incrementaba. También me serví un poco de zumo de melón y volví a donde se encontraba la chica.
-Por cierto, ¿has visto los panfletos de la tontería eso del amigo imaginario?. Joder en realidad nunca me han gustado esas mierdas de regalar tonterías a gente que ni me agrada y tal… pero deberíamos anotarnos por esta vez. Quien sabe, si me tocas tú podría darte algo bastante bueno… ¿tú qué me darías?-
Bajé la mirada para ponerle atención a la comida, tomando una de las piezas de pollo y metiéndola dentro de un trozo de pan junto con un poco de puré y tal. Junté el bocado y le di una enorme mordida mientras mis ojos se paseaban por los de Pearlie, y por sus labios y por sus tetas cuando creía que ella no se daba cuenta. No me juzguen, si le tenía mucho rencor y lo que quieran, pero la chica no iba a dejar de estar buenísima de un día para otro, así tal cual.
-Oye, lo de Angus no lo dije para molestarte, es en serio… me agrada que todo esté muy bien entre los cuatro. A ves cuándo me invitan a mí a ver una peli-
Por mí, los cuatro pueden tomar el camino directo al culo de Satanás.
De cualquier forma tampoco era tan grave, y la miré manteniendo la sonrisa mientras ella replicaba y acentuaba lo muy amigos que ya eran incluso desde antes de iniciada nuestra relación, a lo cual estuve a punto de responder con un “oh, eso es fantástico Pearlie, ahora podrán hacer una boda doble si se les da la PUTÍSIMA GANA”. Por lo que a mí me concernía, Angus Finnerty había dejado de ser mi hermano a partir de ese mismo día, y aunque fingiera estar bien cuando nos encontráramos, aunque no hiciera aspavientos ni expresara lo inconforme que estaba con la situación, el lobo sabría perfectamente que las cosas estaban tan bien. Pero se quedaría así… en el puto silencio durante el tiempo que fuera necesario.
-Oh vamos Felicia, tampoco quería molestarte… solo era una pregunta, es todo-
Aquello lo hice con una fingida cara de extrañeza, pero no crean que cuando la chica se levantó sonreí como alguna puta criatura maléfica como todo un imbécil, no… aquello en realidad no me hacía sentir una mierda de bien, y me quedé ahí sentado unos segundos pensando en lo mucho que deseaba deshacerme de toda esa puta actuación. Luego de eso me levanté también y fui por una bandeja mientras ella se servía su comida, y luego caminé a servirme mis porciones mientras ella regresaba hacia la mesa en donde estaban nuestras cosas.
Me serví bastante comida, mucho pan, mucho pollo, muchas papas fritas y un poco de puré de col; porque por muy malos ratos que un Crawford estuviera pasando, el apetito jamás podía irse de nuestro organismo; incluso hasta incrementaba. También me serví un poco de zumo de melón y volví a donde se encontraba la chica.
-Por cierto, ¿has visto los panfletos de la tontería eso del amigo imaginario?. Joder en realidad nunca me han gustado esas mierdas de regalar tonterías a gente que ni me agrada y tal… pero deberíamos anotarnos por esta vez. Quien sabe, si me tocas tú podría darte algo bastante bueno… ¿tú qué me darías?-
Bajé la mirada para ponerle atención a la comida, tomando una de las piezas de pollo y metiéndola dentro de un trozo de pan junto con un poco de puré y tal. Junté el bocado y le di una enorme mordida mientras mis ojos se paseaban por los de Pearlie, y por sus labios y por sus tetas cuando creía que ella no se daba cuenta. No me juzguen, si le tenía mucho rencor y lo que quieran, pero la chica no iba a dejar de estar buenísima de un día para otro, así tal cual.
-Oye, lo de Angus no lo dije para molestarte, es en serio… me agrada que todo esté muy bien entre los cuatro. A ves cuándo me invitan a mí a ver una peli-
Por mí, los cuatro pueden tomar el camino directo al culo de Satanás.
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Al volver a su lado la cosa parecía como si nada, o sea, él seguía hablando normal y parecía no estar dispuesto a seguir llevando la conversación sobre Angus, o más bien sobre Malik, a ningún otro lado. No le importaba hablar de Malik si le preguntaban, no le había importado ser cariñosa con él enfrente de Aldrich y decirle a Charles un “estoy con él” tal cuál. Pero con Joe era diferente por obvias razones.
Le dio mucha risa que le dijera “amigo imaginario” al amigo invisible y solo eso le devolvió un poco el buen humor y la buena disposición, aunque no lo sacó de su error conceptual. Ella no tenía planeado anotarse a esa cosa, pero le hizo gracia que Joe propusiera hacerlo. Se encogió de hombros con la pregunta de qué le daría, aunque sí que se le ocurrían varios buenos regalos para hacerle. Pero ya que lo pensaba, eran regalos genéricos, no era como si lo conociera tan a fondo como para decir “esto es único, esto es lo que seguro lo mataría”, y ahí había radicado también otro problema de la relación que habían tenido, que ella nunca había acabado de conocerlo.
-Una moto voladora. O un micropuff.
Le guiñó el ojo sin coquetería intrínseca, solo para acentuar su tontería antes de concentrarse en su plato, o sea, pasándosele por alto el escáner de Joe a cualquier parte de su anatomía, y mejor. Alzó la vista de nuevo hacia él solo cuando mencionaba lo de los “cuatro”, como si qué cosa. Y encima mencionando lo de las películas que, por supuesto, le sentó bastante mal, otra vez.
-¿Los cuatro? Esto no es una relación de cuatro como para que las cosas “estén bien”, no sé a dónde quieres llegar con el tema. Mira, Malik vive ahí, en el departamento de Angus, es obvio que nos topemos con ellos y que convivamos, pero no es como si planeáramos hacer una boda doble o algo parecido.
Ah, la coincidencia. Poco más y se hacía legeremaga, o bueno no, pero todo lo que decía Joe parecía orientado a eso, casi parecía como si le reprochara algo a Angus que ni estaba ahí, o como si estuviera sugiriendo que ellos habían sido tapadera de ella y de Malik, cuando las cosas ni siquiera habían sido así.
-Aquila es mi amiga desde que yo era más chica. Y fui a ese departamento antes de estar contigo, ¿qué es lo que esperas, que el lobo me odie? Pues no me odia, ya te dije que eso no significa que haya recibido la noticia con globos y una alharaca. Y no creas que pasó algo mientras tú yo estábamos juntos tampoco.
Mentira total, pero no en el sentido en que lo estaba diciendo. Ella se refería a que ni Angus ni Aquila habían sido testigos de algún comportamiento no exclusivamente amistoso entre ella y Malik.
-Y cuando quieras, dile a tus amigos.
Lo decía sobre invitarlo a ver una película a él también. Y sí, ese comentario fue punzante a propósito, pero si él quería ir a esos terrenos, a ella no le iba a quedar achicarse. Claro que le dolía, muchísimo, pero no iba a volver a caer en el error de ser sumisa ante él llevada por la culpa, porque eso no le traía nada bueno.
Le dio mucha risa que le dijera “amigo imaginario” al amigo invisible y solo eso le devolvió un poco el buen humor y la buena disposición, aunque no lo sacó de su error conceptual. Ella no tenía planeado anotarse a esa cosa, pero le hizo gracia que Joe propusiera hacerlo. Se encogió de hombros con la pregunta de qué le daría, aunque sí que se le ocurrían varios buenos regalos para hacerle. Pero ya que lo pensaba, eran regalos genéricos, no era como si lo conociera tan a fondo como para decir “esto es único, esto es lo que seguro lo mataría”, y ahí había radicado también otro problema de la relación que habían tenido, que ella nunca había acabado de conocerlo.
-Una moto voladora. O un micropuff.
Le guiñó el ojo sin coquetería intrínseca, solo para acentuar su tontería antes de concentrarse en su plato, o sea, pasándosele por alto el escáner de Joe a cualquier parte de su anatomía, y mejor. Alzó la vista de nuevo hacia él solo cuando mencionaba lo de los “cuatro”, como si qué cosa. Y encima mencionando lo de las películas que, por supuesto, le sentó bastante mal, otra vez.
-¿Los cuatro? Esto no es una relación de cuatro como para que las cosas “estén bien”, no sé a dónde quieres llegar con el tema. Mira, Malik vive ahí, en el departamento de Angus, es obvio que nos topemos con ellos y que convivamos, pero no es como si planeáramos hacer una boda doble o algo parecido.
Ah, la coincidencia. Poco más y se hacía legeremaga, o bueno no, pero todo lo que decía Joe parecía orientado a eso, casi parecía como si le reprochara algo a Angus que ni estaba ahí, o como si estuviera sugiriendo que ellos habían sido tapadera de ella y de Malik, cuando las cosas ni siquiera habían sido así.
-Aquila es mi amiga desde que yo era más chica. Y fui a ese departamento antes de estar contigo, ¿qué es lo que esperas, que el lobo me odie? Pues no me odia, ya te dije que eso no significa que haya recibido la noticia con globos y una alharaca. Y no creas que pasó algo mientras tú yo estábamos juntos tampoco.
Mentira total, pero no en el sentido en que lo estaba diciendo. Ella se refería a que ni Angus ni Aquila habían sido testigos de algún comportamiento no exclusivamente amistoso entre ella y Malik.
-Y cuando quieras, dile a tus amigos.
Lo decía sobre invitarlo a ver una película a él también. Y sí, ese comentario fue punzante a propósito, pero si él quería ir a esos terrenos, a ella no le iba a quedar achicarse. Claro que le dolía, muchísimo, pero no iba a volver a caer en el error de ser sumisa ante él llevada por la culpa, porque eso no le traía nada bueno.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Me había causado gracia que las opciones para regalarme algo fueran una moto voladora o bien, un micropuff, y que bueno que Pearlie no era legeremaga porque de otra forma ya estaría visualizando todas las mierdas mal sanas que se me pasaban por la cabeza cuando de regalos entre nosotros se trataba. Por otro lado, la forma en la que me guiñaba el ojo (ya saben… muy impersonal o más bien sin una pizca de aquella coquetería que alguna vez había considerado como mía), solo provocaba que sintiera como si me estuviera restregando en la puta cara que ya no éramos absolutamente nada, lo cual para ser sinceros me pegaba más en el orgullo que en cualquier otro lado. Ese fue el motivo por el cual lo que vendría a continuación se me iría directo al hígado y me obligaría a hacer uso de mis reservas para no terminar soltándole algún muy merecido insulto.
Hablaba acerca de que no era una relación de cuatro, que no tenía nada que ver que se la pasaran bien los cuatro juntos y demás mierda barata que por supuesto yo ya tenía muy presente, pero que simplemente me era irrelevante ante los hechos duros y fríos, y los hechos duros y fríos eran que para ese día, prefería que mis dos ex amigos y mi ex novia se fueran al puto diablo junto con la inmunda zorra barata de Aquila. Sonreí, mientras en mis adentros no había otra cosa que exasperación, y hasta traté de abstraer mis pensamientos y simplemente ver la forma en la que los labios de Pearlie se movían para convertirse en un sinsentido total. Ah, pero lo último que soltaba no era para nada un sinsentido, eso sí que lo había escuchado y bastante bien…
-Hey hey hey, tranquilízate, ¿quieres?. No sé a qué vas con ponerte toda a la defensiva… si ya te dije que no lo preguntaba con malas intenciones. Oye, Malik y Angus son mis amigos, lo sabes muy bien, y también sabes que soy muy apegado a ellos como para que simplemente me importe un carambas lo que suceda respecto a la forma en la que nos llevamos. Son como mis hermanos… y quiero ser tu amigo, pero tampoco significa que sea sencillo lidiar con que sales con Karim Malik, deberías entenderlo.-
Me estaba quedando jodidamente corto, tan corto que hasta había omitido la parte en donde decía que “no había pasado nada mientras ella y yo estábamos juntos”, como si de verdad me fuera a tragar que todas las evidencias que apuntaban en contra de ese argumento no eran más que simples coincidencias. A veces ni siquiera sabía por qué coño lo dudaba, o por qué era tan necesaria la declaración de alguien en particular que viniera y me dijera “hey Joe, Malik y Pearl han estado follando todo este puto tiempo mientras te ven la cara de idiota”; si a cada minuto que pasaba estaba más que convencido de que algo había pasado entre ellos, algo más que salir y ver películas del puto Lynch. Tal vez era una mierda mecánica de autodefensa, una manera de engañarme a mí mismo y esperar a las últimas consecuencias con tal de que mi yo consciente evadiera la realidad y se conformara con pensar “no tengo evidencias, no puedo saber si es cierto o falso”; y todo para no explotar como de verdad era necesario. Porque sí que era necesario explotar… pero en esos momentos todavía no lo entendía.
-Así que cálmate y disfruta de tu comida. Ya está bien, lo siento, no voy a volver a molestar con temas parecidos, ¿eso te parece?. Debes entender que no quiero malos rollos entre nosotros… ¿te parece imposible?, a mi no. Joder somos adultos… debemos aprender a lidiar con todo esto, o al menos eso quiero yo, es decir quiero lidiar con ello de la mejor forma con tal de que estémos bien. Sí, tú, yo, Malik, Angus, todos… ¿quieres puré?, está buenísimo-
E increíblemente seguía con aquella puta farsa.
Hablaba acerca de que no era una relación de cuatro, que no tenía nada que ver que se la pasaran bien los cuatro juntos y demás mierda barata que por supuesto yo ya tenía muy presente, pero que simplemente me era irrelevante ante los hechos duros y fríos, y los hechos duros y fríos eran que para ese día, prefería que mis dos ex amigos y mi ex novia se fueran al puto diablo junto con la inmunda zorra barata de Aquila. Sonreí, mientras en mis adentros no había otra cosa que exasperación, y hasta traté de abstraer mis pensamientos y simplemente ver la forma en la que los labios de Pearlie se movían para convertirse en un sinsentido total. Ah, pero lo último que soltaba no era para nada un sinsentido, eso sí que lo había escuchado y bastante bien…
-Hey hey hey, tranquilízate, ¿quieres?. No sé a qué vas con ponerte toda a la defensiva… si ya te dije que no lo preguntaba con malas intenciones. Oye, Malik y Angus son mis amigos, lo sabes muy bien, y también sabes que soy muy apegado a ellos como para que simplemente me importe un carambas lo que suceda respecto a la forma en la que nos llevamos. Son como mis hermanos… y quiero ser tu amigo, pero tampoco significa que sea sencillo lidiar con que sales con Karim Malik, deberías entenderlo.-
Me estaba quedando jodidamente corto, tan corto que hasta había omitido la parte en donde decía que “no había pasado nada mientras ella y yo estábamos juntos”, como si de verdad me fuera a tragar que todas las evidencias que apuntaban en contra de ese argumento no eran más que simples coincidencias. A veces ni siquiera sabía por qué coño lo dudaba, o por qué era tan necesaria la declaración de alguien en particular que viniera y me dijera “hey Joe, Malik y Pearl han estado follando todo este puto tiempo mientras te ven la cara de idiota”; si a cada minuto que pasaba estaba más que convencido de que algo había pasado entre ellos, algo más que salir y ver películas del puto Lynch. Tal vez era una mierda mecánica de autodefensa, una manera de engañarme a mí mismo y esperar a las últimas consecuencias con tal de que mi yo consciente evadiera la realidad y se conformara con pensar “no tengo evidencias, no puedo saber si es cierto o falso”; y todo para no explotar como de verdad era necesario. Porque sí que era necesario explotar… pero en esos momentos todavía no lo entendía.
-Así que cálmate y disfruta de tu comida. Ya está bien, lo siento, no voy a volver a molestar con temas parecidos, ¿eso te parece?. Debes entender que no quiero malos rollos entre nosotros… ¿te parece imposible?, a mi no. Joder somos adultos… debemos aprender a lidiar con todo esto, o al menos eso quiero yo, es decir quiero lidiar con ello de la mejor forma con tal de que estémos bien. Sí, tú, yo, Malik, Angus, todos… ¿quieres puré?, está buenísimo-
E increíblemente seguía con aquella puta farsa.
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Casi le daban ganas de levantarse y mandarlo al diablo porque ahora resultaba que era ella la que se ponía a la defensiva, cuando el muy listo era quien la acorralaba y la presionaba con sus preguntas, aunque luego hiciera como que ella era la única loca tensa ahí con lo que estaba poniendo sobre la mesa. Por un momento había pensado que lo iba a lograr pero le estaba costando más a cada segundo.
-Lo entiendo, en serio. Y ya te dije que no era mi intención que las cosas salieran así. Quisiera no estar en medio de esto, pero también es cierto que el tipo de relación que yo tenga con Angus no tiene absolutamente nada que ver con lo que tenga o no tenga con Malik. Es el marido de Aquila y ahí está lo que pasa con nosotros. Yo no estoy tratando de que tengas conflictos con tus amigos, y…ya sé, ya sé que es difícil lo que está pasando, para mi también lo es, los dos lo sabíamos, pero así las cosas. Lo siento, me parece tonto meter a Angus en esto, si vamos a hablar de nosotros, Joe, vamos a hablar de nosotros, no de lo que el lobo haga o no haga.
Con “los dos” se refería a ella y a Malik. Que sí, que tenían presente que a la gente no le iba a gustar, ni siquiera a Angus, y precisamente por eso había necesitado ponerse ebrio, no era ningún secreto. Pero le agradecía que fuera buen tipo y se ahorrara sus juicios. Lo escuchó aunque no estaba calmada y no estaba disfrutando de la comida. A veces parecía ser contraproducente cuando no lograba controlar no ser transparente. Pero no podía decirle a Joe todo lo que hubiera querido, no estaba nada bien, sería pésima idea decirle que no había habido nada falso entre ellos, ni el enamoramiento, ni lo que sentía, y que si tenía esa idea era completamente errónea. No quería puré.
-¿Esto quiere decir que vas a hablar con Malik también?
O sea, eso estaba bien, aunque estaba bien solo desde una perspectiva totalmente egoísta. Sabía que Milena no le iba a dar una oportunidad parecida, pero eso era solamente porque no tenía la mente maquiavélica de Joe –cosa de lo que Pearlie no estaba consciente- pero consideraba bueno para Malik…y bueno, ya entrados también para el pobre Angus, que Joe tuviera buenas intenciones y se mostrara como lo estaba haciendo con ella. ¿Qué si había esperado que se partieran la cara? Probablemente sí, si le hubiera importado menos el asunto, o si no fueran lo suficientemente importantes para ella, pero la verdad era que por más fantasía de chica que fuera que dos tipos se pelearan por una, en esa situación lo que menos quería era eso. Ya bastante alboroto se había causado como para agregarle más.
-Lo entiendo, en serio. Y ya te dije que no era mi intención que las cosas salieran así. Quisiera no estar en medio de esto, pero también es cierto que el tipo de relación que yo tenga con Angus no tiene absolutamente nada que ver con lo que tenga o no tenga con Malik. Es el marido de Aquila y ahí está lo que pasa con nosotros. Yo no estoy tratando de que tengas conflictos con tus amigos, y…ya sé, ya sé que es difícil lo que está pasando, para mi también lo es, los dos lo sabíamos, pero así las cosas. Lo siento, me parece tonto meter a Angus en esto, si vamos a hablar de nosotros, Joe, vamos a hablar de nosotros, no de lo que el lobo haga o no haga.
Con “los dos” se refería a ella y a Malik. Que sí, que tenían presente que a la gente no le iba a gustar, ni siquiera a Angus, y precisamente por eso había necesitado ponerse ebrio, no era ningún secreto. Pero le agradecía que fuera buen tipo y se ahorrara sus juicios. Lo escuchó aunque no estaba calmada y no estaba disfrutando de la comida. A veces parecía ser contraproducente cuando no lograba controlar no ser transparente. Pero no podía decirle a Joe todo lo que hubiera querido, no estaba nada bien, sería pésima idea decirle que no había habido nada falso entre ellos, ni el enamoramiento, ni lo que sentía, y que si tenía esa idea era completamente errónea. No quería puré.
-¿Esto quiere decir que vas a hablar con Malik también?
O sea, eso estaba bien, aunque estaba bien solo desde una perspectiva totalmente egoísta. Sabía que Milena no le iba a dar una oportunidad parecida, pero eso era solamente porque no tenía la mente maquiavélica de Joe –cosa de lo que Pearlie no estaba consciente- pero consideraba bueno para Malik…y bueno, ya entrados también para el pobre Angus, que Joe tuviera buenas intenciones y se mostrara como lo estaba haciendo con ella. ¿Qué si había esperado que se partieran la cara? Probablemente sí, si le hubiera importado menos el asunto, o si no fueran lo suficientemente importantes para ella, pero la verdad era que por más fantasía de chica que fuera que dos tipos se pelearan por una, en esa situación lo que menos quería era eso. Ya bastante alboroto se había causado como para agregarle más.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Sería tan sencillo mandarla al diablo, es decir era bastante sencillo hacerlo, y de hecho no sería la primera vez, al final de cuentas… joder, ¿qué de valioso podía sacar de ella?, follármela hasta lo indecible ya lo había hecho durante una muy buena temporada, y tampoco era como si me viera a mí mismo a una única persona, ya fuera como pareja o como amigos o lo que fuera. En realidad era muy fácil, simplemente rendirse a la exasperación, gritarle unas cuantas cosas y entonces sí, mandarla al puto infierno para luego ir, buscar a Malik y darle el merecido correspondiente hasta que mi sed de venganza se saciara por completo.
Pero a quien coño engañaba, la verdad es que no era capaz de aquello… es decir no me refiero a lo de Malik, de eso sí que era bastante capaz y créanme cuando les digo que de hecho si pensaba hacerlo en algún momento frente a cualquier oportunidad y mientras el perro no estuviera presente. No, me refiero a mandarla al diablo, a alejarla de forma definitiva de mi vida, a olvidarme de ella para siempre y seguir mis pasos con Pearlie Felicia Burroughs como enemiga hasta graduarme del colegio, y después de ello pasar toda la eternidad recordando la amargura de no haberla tenido el tiempo que había planeado en un principio. Eso sí que no podía hacerlo, y aunque mi yo ególatra pensara que la única razón de mi actuación era buscar la venganza perfecta en el momento adecuado, lo cierto es que el 80% de las razones de toda esa mierda eran simplemente estar cerca de ella, así de jodido.
-De acuerdo, basta de Angus y basta de Aquila y de quien sea. Después de todo tienes razón, ellos simplemente siguen el curso de las cosas de acuerdo a lo que les parezca correcto. El perro es un sujeto bastante centrado… y él sabe lo que hace, confió en él y en su razonamiento de niño grande-
Sonreí falsamente, pareciéndome increíble que aquello sonara tan jodidamente bien, cuando no era más que probablemente la interpretación de un argumento parecido que había visto en alguna puta película, o en alguna de esas series que pasaban en Warner o HBO. Después de todo, si algo había aprendido de esta perra hipócrita además de un montón de cursiladas inútiles, era precisamente esa condenada facilidad para la falsedad. Ahora era yo el actor, era yo quien reprimía todos sus pensamientos y jugaba una papeleta… aunque venga, por mucho que me esforzara, jamás sería capaz de igualarla, eso ni pensarlo.
Y digo que jamás podría hacerlo tan bien como ella porque justo cuando preguntó aquello de Malik, de inmediato me quedé medio paralizado, dejando hasta de masticar el bocado que mantenía en mis fauces justo cuando Pearlie le daba tal giro a la conversación. Mastiqué más lento, aprovechando aquello para hacer un silencio que me permitiera pensar las cosas, y luego tragué para después llevarme el vaso lleno de zumo a los labios. Malik Malik Malik, vaya que hablaría con él…
-Pues… supongo que sí, es decir debo hacerlo. No te voy a mentir, no estoy muy contento con él… después de todo joder, ¿quién lo estaría?. Pero sí, quiero saber lo que tiene él qué decir al respecto y si me convence lo que sea que me vaya a decir, pues entonces pensaré mejor las cosas y tal vez podamos llegar a un acuerdo de convivencia. ¿Por qué preguntas?, ¿temes que vaya a pasar algo?. Tranquila… no va a pasar gran cosa, además ya está grande… es lo suficientemente adulto como para encarar a un chiquillo cinco años menor-
Si era lo suficientemente adulto como para arrebatarle la novia a uno de sus mejores amigos, entonces también lo sería para recibir todo lo que tenía para él, el muy hijo de puta. Apreté el puño por debajo de la mesa, y sentí que nada más de pensarlo mis globos oculares estaban a nada de salirse de sus putas cuencas. Deseaba saber quién más lo sabía para saber a qué me enfrentaba específicamente, era vital…
-¿Quién más lo sabe? Es decir no hablo de los putos rumores… que esos los saben todos estos malnacidos de nuestro alrededor. Me refiero a quién sabe de forma certera además de Angus y Aquila lo de ustedes dos, que o tú o Malik se lo hayan informado directamente. ¿Ya lo sabe Milena?... esa chica se veía muy ilusionada con nuestro amigo el greñas
Pero a quien coño engañaba, la verdad es que no era capaz de aquello… es decir no me refiero a lo de Malik, de eso sí que era bastante capaz y créanme cuando les digo que de hecho si pensaba hacerlo en algún momento frente a cualquier oportunidad y mientras el perro no estuviera presente. No, me refiero a mandarla al diablo, a alejarla de forma definitiva de mi vida, a olvidarme de ella para siempre y seguir mis pasos con Pearlie Felicia Burroughs como enemiga hasta graduarme del colegio, y después de ello pasar toda la eternidad recordando la amargura de no haberla tenido el tiempo que había planeado en un principio. Eso sí que no podía hacerlo, y aunque mi yo ególatra pensara que la única razón de mi actuación era buscar la venganza perfecta en el momento adecuado, lo cierto es que el 80% de las razones de toda esa mierda eran simplemente estar cerca de ella, así de jodido.
-De acuerdo, basta de Angus y basta de Aquila y de quien sea. Después de todo tienes razón, ellos simplemente siguen el curso de las cosas de acuerdo a lo que les parezca correcto. El perro es un sujeto bastante centrado… y él sabe lo que hace, confió en él y en su razonamiento de niño grande-
Sonreí falsamente, pareciéndome increíble que aquello sonara tan jodidamente bien, cuando no era más que probablemente la interpretación de un argumento parecido que había visto en alguna puta película, o en alguna de esas series que pasaban en Warner o HBO. Después de todo, si algo había aprendido de esta perra hipócrita además de un montón de cursiladas inútiles, era precisamente esa condenada facilidad para la falsedad. Ahora era yo el actor, era yo quien reprimía todos sus pensamientos y jugaba una papeleta… aunque venga, por mucho que me esforzara, jamás sería capaz de igualarla, eso ni pensarlo.
Y digo que jamás podría hacerlo tan bien como ella porque justo cuando preguntó aquello de Malik, de inmediato me quedé medio paralizado, dejando hasta de masticar el bocado que mantenía en mis fauces justo cuando Pearlie le daba tal giro a la conversación. Mastiqué más lento, aprovechando aquello para hacer un silencio que me permitiera pensar las cosas, y luego tragué para después llevarme el vaso lleno de zumo a los labios. Malik Malik Malik, vaya que hablaría con él…
-Pues… supongo que sí, es decir debo hacerlo. No te voy a mentir, no estoy muy contento con él… después de todo joder, ¿quién lo estaría?. Pero sí, quiero saber lo que tiene él qué decir al respecto y si me convence lo que sea que me vaya a decir, pues entonces pensaré mejor las cosas y tal vez podamos llegar a un acuerdo de convivencia. ¿Por qué preguntas?, ¿temes que vaya a pasar algo?. Tranquila… no va a pasar gran cosa, además ya está grande… es lo suficientemente adulto como para encarar a un chiquillo cinco años menor-
Si era lo suficientemente adulto como para arrebatarle la novia a uno de sus mejores amigos, entonces también lo sería para recibir todo lo que tenía para él, el muy hijo de puta. Apreté el puño por debajo de la mesa, y sentí que nada más de pensarlo mis globos oculares estaban a nada de salirse de sus putas cuencas. Deseaba saber quién más lo sabía para saber a qué me enfrentaba específicamente, era vital…
-¿Quién más lo sabe? Es decir no hablo de los putos rumores… que esos los saben todos estos malnacidos de nuestro alrededor. Me refiero a quién sabe de forma certera además de Angus y Aquila lo de ustedes dos, que o tú o Malik se lo hayan informado directamente. ¿Ya lo sabe Milena?... esa chica se veía muy ilusionada con nuestro amigo el greñas
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Pues sí, ya estaba bien de Angus, Aquila y de las suposiciones de Joe. Le agradeció con una sonrisa que fuera comprensivo con el asunto pero luego, cuando pasaron a lo de Malik, dejó la sonrisa a cambio de negar con la cabeza, obviamente no esperaba que le dijera que estaba contento con él, o que hiciera como que no le importaba que ellos dos ya no estuvieran juntos, como si no importara, no estaba pidiéndole que fuera todo el amor pero antes de que pudiera decir algo al respecto, el mismo Joe se aclaró diciendo que quería llegar a un acuerdo de convivencia. Eso estaba bien, ella no pretendía que fueran tan amigos como siempre, no sería muy normal, solo que las cosas no se pusieran horrendas.
-No es que tema que le vayas a hacer algo o que vaya a pasar algo, claro que podría encararte, de eso no me queda duda.
Pues claro que lo había dicho totalmente a la defensiva, pero ¿qué se creía?. No era eso lo que a ella le preocupaba, a diferencia de la mayoría, no pensaba que Malik fuera un incompetente que no pudiera hacerle frente a Joe solo porque tenía problemas de control de ira y Malik no. O algo así. Se mordió el labio inferior y bajó la vista.
-Lo digo porque es jodido que las cosas queden mal y me parece buen gesto de tu parte que estés haciendo esto conmigo, pero supongo que a fin de cuentas importa más una amistad de toda la vida que una chica, por eso…preguntaba si te ibas a acercar a él con la misma buena disposición.
Y no había reparado en el asunto de la edad hasta ese momento, no pudo evitar un sonrojo violento y miró para otro lado luego de darle a entender que el problema no era una pelea, sino más bien, que se cortara la convivencia. Tampoco le iba a decir “tenle confianza a Malik de nuevo” ni nada de esas cosas, pero por el momento, la ofrenda de paz sonaba perfecta.
-Sí, él iba a hablar con ella apenas regresáramos, no me correspondía a mi decírselo, en cierta forma, de todos modos ella no quiere hablar conmigo. Y no se lo hemos dicho a nadie, no sé. Creo que Aldrich se dio cuenta y bueno, Sofie lo sabe, es mi mejor amiga.
Claro que sintió un malestar horrible por lo de Milena y sus ilusiones, al punto en que hizo la bandeja a un lado sin nada de ganas de seguir comiendo absolutamente nada. Fue en ese momento que se dio cuenta que le estaba pidiendo demasiado a Joe acerca de hablar civilizadamente con Malik, que estaba siendo desconsiderada y egoísta con él, tanto como había sido egoísta, desconsiderada y perra total con Milena por haber hecho lo que había hecho. Estaba mal de la cabeza.
-Joe, si ayuda en algo, espero que no pienses que lo que hubo entre nosotros fue una farsa o algo así, porque no fue así.
-No es que tema que le vayas a hacer algo o que vaya a pasar algo, claro que podría encararte, de eso no me queda duda.
Pues claro que lo había dicho totalmente a la defensiva, pero ¿qué se creía?. No era eso lo que a ella le preocupaba, a diferencia de la mayoría, no pensaba que Malik fuera un incompetente que no pudiera hacerle frente a Joe solo porque tenía problemas de control de ira y Malik no. O algo así. Se mordió el labio inferior y bajó la vista.
-Lo digo porque es jodido que las cosas queden mal y me parece buen gesto de tu parte que estés haciendo esto conmigo, pero supongo que a fin de cuentas importa más una amistad de toda la vida que una chica, por eso…preguntaba si te ibas a acercar a él con la misma buena disposición.
Y no había reparado en el asunto de la edad hasta ese momento, no pudo evitar un sonrojo violento y miró para otro lado luego de darle a entender que el problema no era una pelea, sino más bien, que se cortara la convivencia. Tampoco le iba a decir “tenle confianza a Malik de nuevo” ni nada de esas cosas, pero por el momento, la ofrenda de paz sonaba perfecta.
-Sí, él iba a hablar con ella apenas regresáramos, no me correspondía a mi decírselo, en cierta forma, de todos modos ella no quiere hablar conmigo. Y no se lo hemos dicho a nadie, no sé. Creo que Aldrich se dio cuenta y bueno, Sofie lo sabe, es mi mejor amiga.
Claro que sintió un malestar horrible por lo de Milena y sus ilusiones, al punto en que hizo la bandeja a un lado sin nada de ganas de seguir comiendo absolutamente nada. Fue en ese momento que se dio cuenta que le estaba pidiendo demasiado a Joe acerca de hablar civilizadamente con Malik, que estaba siendo desconsiderada y egoísta con él, tanto como había sido egoísta, desconsiderada y perra total con Milena por haber hecho lo que había hecho. Estaba mal de la cabeza.
-Joe, si ayuda en algo, espero que no pienses que lo que hubo entre nosotros fue una farsa o algo así, porque no fue así.
Última edición por Pearlie F. Burroughs el Jue Dic 20, 2012 7:46 pm, editado 1 vez
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Estaba perfecto que lograra ir calmando los ánimos de Pearlie de poco a poco, así me evitaba a mí mismo entrar en un estado de desesperación absoluta y no correr el riesgo de regar el tepache. Eso sí, no podía evitar pensar en un “oh de verdad?, por favor” cuando Pearlie soltaba aquello de lo capaz que sería su nuevo hombre de enfrentarme, y aquella carcajada socarrona que se ensanchaba en mis interiores logré convertirla en una simple sonrisa de lo “medianamente gracioso” que me había parecido el comentario.
No me malinterpreten, no es que dudara acerca de las capacidades combativas de Malik (ni físicas ni mágicas), mucho menos cuando ya lo había visto yo mismo en acción unas cuantas veces; sin embargo venga… que estamos hablando de lo que un hombre como yo puede ser capaz cuando le dan en el punto más doloroso. Como fuera, dejé aquel comentario pasar de lado y seguí tratando de buscarle la mirada incluso cuando ella misma la bajaba un momento, y continuaba con lo que quería decir.
-Así que siempre sí se te pego algo de mí, eh?. “Jodido”, buena esa… no ya, hablando en serio, sí que pretendo hacerlo. Hey, y no es porque sea “solo una chica”, eso lo debo dejar muy claro Felicia. Verás, tú eres muy importante… eres jodidamente importante, y si pienso en la posibilidad de arreglar las cosas con Malik no es porque seas solo “una chica” en nuestro puto historial, no no es eso… y sé que él piensa lo mismo que yo. Simplemente no pretendo alejarlos de mi vida, ni a él ni a ti, prefiero… tragarme el puto orgullo o cualquier cosa que sea necesaria con tal de evitar eso, ¿sabes lo que trato de decir?, son importantes. ¿Cuántos amigos crees que tengo?, se vienen tiempos duros, ya sabes, Leslie acaba de ser asesinada por mortifagos y en lo único que pienso es en estar junto a la gente que quiero, solo eso.-
Me sentí puñeteramente orgulloso por la sarta de idioteces que acababa de decir, tan orgulloso como avergonzado por pensar que mis propias palabras parecían salir de la boca de un sujeto centrado, listo y que sabía apreciar las cosas que de verdad importaban… para luego encontrarme con que yo no era ese tipo, no era ni el centrado ni el listo ni el que apreciaba una mierda de nada. Solo deseaba aliviar mi propio dolor, nada más, de la forma que fuera y por encima de quien fuera aun si el mismo día de mañana todo el puto mundo se nos viniera abajo. Asentí con la cabeza al escuchar la situación acerca de Milena y también al enterarme de quienes eran los que conocían la situación.
-Sé que no lo fue Felicia, de verdad lo sé. Pero ya déjalo, me vas a hacer recordar un montón de cosas y lo único que voy a querer hacer será cortejarte de nuevo-
Lo dije en un evidente tono de broma y le sonreí, encontrándome con que probablemente esa era la única cosa que había dicho desde el fondo de mi alma en toda la puta tarde. Cuando veía sus ojos, sus labios, sus mejillas, su cabello, y todo eso se mezclaba justamente con ciertos recuerdos; toda esa puta violencia, todo lo malo que había dentro de mí, los rencores, las amenazas, mi sed de arreglarlo todo de la peor forma… todo parecía hacerse a un lado por unos segundos para hacerme sentir que de verdad la amaba. Ahí estaba, punzante, latente, exactamente esa puta cosa que me hacía vibrar y al mismo tiempo me lastimaba de manera jodidamente despiadada, haciéndome preguntar cómo es que coño podía tener tan mala suerte. Estiré la mano y le di una pequeña palmada en el dorso de la suya.
“Yo creo mi propia suerte”, diría Harvey Dent.
No me malinterpreten, no es que dudara acerca de las capacidades combativas de Malik (ni físicas ni mágicas), mucho menos cuando ya lo había visto yo mismo en acción unas cuantas veces; sin embargo venga… que estamos hablando de lo que un hombre como yo puede ser capaz cuando le dan en el punto más doloroso. Como fuera, dejé aquel comentario pasar de lado y seguí tratando de buscarle la mirada incluso cuando ella misma la bajaba un momento, y continuaba con lo que quería decir.
-Así que siempre sí se te pego algo de mí, eh?. “Jodido”, buena esa… no ya, hablando en serio, sí que pretendo hacerlo. Hey, y no es porque sea “solo una chica”, eso lo debo dejar muy claro Felicia. Verás, tú eres muy importante… eres jodidamente importante, y si pienso en la posibilidad de arreglar las cosas con Malik no es porque seas solo “una chica” en nuestro puto historial, no no es eso… y sé que él piensa lo mismo que yo. Simplemente no pretendo alejarlos de mi vida, ni a él ni a ti, prefiero… tragarme el puto orgullo o cualquier cosa que sea necesaria con tal de evitar eso, ¿sabes lo que trato de decir?, son importantes. ¿Cuántos amigos crees que tengo?, se vienen tiempos duros, ya sabes, Leslie acaba de ser asesinada por mortifagos y en lo único que pienso es en estar junto a la gente que quiero, solo eso.-
Me sentí puñeteramente orgulloso por la sarta de idioteces que acababa de decir, tan orgulloso como avergonzado por pensar que mis propias palabras parecían salir de la boca de un sujeto centrado, listo y que sabía apreciar las cosas que de verdad importaban… para luego encontrarme con que yo no era ese tipo, no era ni el centrado ni el listo ni el que apreciaba una mierda de nada. Solo deseaba aliviar mi propio dolor, nada más, de la forma que fuera y por encima de quien fuera aun si el mismo día de mañana todo el puto mundo se nos viniera abajo. Asentí con la cabeza al escuchar la situación acerca de Milena y también al enterarme de quienes eran los que conocían la situación.
-Sé que no lo fue Felicia, de verdad lo sé. Pero ya déjalo, me vas a hacer recordar un montón de cosas y lo único que voy a querer hacer será cortejarte de nuevo-
Lo dije en un evidente tono de broma y le sonreí, encontrándome con que probablemente esa era la única cosa que había dicho desde el fondo de mi alma en toda la puta tarde. Cuando veía sus ojos, sus labios, sus mejillas, su cabello, y todo eso se mezclaba justamente con ciertos recuerdos; toda esa puta violencia, todo lo malo que había dentro de mí, los rencores, las amenazas, mi sed de arreglarlo todo de la peor forma… todo parecía hacerse a un lado por unos segundos para hacerme sentir que de verdad la amaba. Ahí estaba, punzante, latente, exactamente esa puta cosa que me hacía vibrar y al mismo tiempo me lastimaba de manera jodidamente despiadada, haciéndome preguntar cómo es que coño podía tener tan mala suerte. Estiré la mano y le di una pequeña palmada en el dorso de la suya.
“Yo creo mi propia suerte”, diría Harvey Dent.
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Debía admitir que las palabras de Joe sí que le sorprendieron, porque técnicamente lo que le estaba diciendo era que no quería alejarla, ni a Malik, de su lado porque comprendía el valor de la amistad, sobretodo en tiempos tan feos como los que se estaban viviendo aunque nadie pareciera muy interesado en política a sus alrededores. Una amiga cercana a él había muerto, también el hermano de Regina y Angus había sido secuestrado, por no hablar de que había echado la culpa directamente a Damien Holland.
Claro que parecía que se avecinaba una tormenta, aunque las señales todavía estuvieran apareciendo poco a poco, y claro que ella sabía lo que esa tormenta significaba para sus asuntos fuera de los muros –o terrenos- de Brigantia, pero con las cosas como estaban, con lo que significaba Malik, con las declaraciones de Joe y por otro lado, lo poco apegada sentimentalmente que era a sus antiguos amigos, parecía estar teniendo un duro conflicto que iba más allá de haberse enamorado del chico “equivocado”; que tenía novia, que era amigo de su novio, todas esas cosas que eran tan socialmente inadecuadas.
Miró a Joe distinto, hasta dibujó una sonrisa por saber que esas cosas le importaban más, y porque sinceramente y ya que estaba usando el tan delicado argumento de Leslie, no había manera de que no le creyera que todo eso era honesto, porque siendo sinceros, solamente un loco aplicaría esas palabra sin sentirlas, ¿no?. También sonrió por la broma y cuando le dio la palmada en la mano, ella hizo que se detuviera un momento para darle un apretón, le parecía de verdad un avance importantísimo que se estuviera portando de ese modo, y claro, le parecía el mismo Joe del principio, también el Joe que daba discursos lindos en su cumpleaños, no el demente en el que se había convertido luego de la primera vez que habían terminado.
-Gracias Joe, significa mucho para mi, en serio. Que digas estas cosas, que lo tomes así.
Pues lo único que pensaba al respecto era que no cualquiera tenía la entereza para admitir que la situación como se pintaba, pesaba mucho más para mantener a la gente que le importaba a su lado. Mejor aun, admitir que a pesar de todo, ella le seguía importando y la seguía considerando alguien a quien mantener a su lado. De pronto se le había ido la tensión, el estar a la defensiva. No tenía argumentos en contra de lo que le estaba diciendo. Solo sería cuestión de esperar que de verdad llegara a un tipo de “acuerdo de convivencia”- lo que fuera que eso significara- con Malik.
Hasta sintió que estaba bastante de buen humor y también, como no, que tenía muchísima suerte. Sin contar el asunto de Milena, sentir lo que sentía por Malik no estaba resultando el infierno que en algún momento había pensado que sería. Claro que era suerte, buena suerte.
-¿Todavía tienes ganas de presentarme a tu bebé?
No al auto, al niño.
Claro que parecía que se avecinaba una tormenta, aunque las señales todavía estuvieran apareciendo poco a poco, y claro que ella sabía lo que esa tormenta significaba para sus asuntos fuera de los muros –o terrenos- de Brigantia, pero con las cosas como estaban, con lo que significaba Malik, con las declaraciones de Joe y por otro lado, lo poco apegada sentimentalmente que era a sus antiguos amigos, parecía estar teniendo un duro conflicto que iba más allá de haberse enamorado del chico “equivocado”; que tenía novia, que era amigo de su novio, todas esas cosas que eran tan socialmente inadecuadas.
Miró a Joe distinto, hasta dibujó una sonrisa por saber que esas cosas le importaban más, y porque sinceramente y ya que estaba usando el tan delicado argumento de Leslie, no había manera de que no le creyera que todo eso era honesto, porque siendo sinceros, solamente un loco aplicaría esas palabra sin sentirlas, ¿no?. También sonrió por la broma y cuando le dio la palmada en la mano, ella hizo que se detuviera un momento para darle un apretón, le parecía de verdad un avance importantísimo que se estuviera portando de ese modo, y claro, le parecía el mismo Joe del principio, también el Joe que daba discursos lindos en su cumpleaños, no el demente en el que se había convertido luego de la primera vez que habían terminado.
-Gracias Joe, significa mucho para mi, en serio. Que digas estas cosas, que lo tomes así.
Pues lo único que pensaba al respecto era que no cualquiera tenía la entereza para admitir que la situación como se pintaba, pesaba mucho más para mantener a la gente que le importaba a su lado. Mejor aun, admitir que a pesar de todo, ella le seguía importando y la seguía considerando alguien a quien mantener a su lado. De pronto se le había ido la tensión, el estar a la defensiva. No tenía argumentos en contra de lo que le estaba diciendo. Solo sería cuestión de esperar que de verdad llegara a un tipo de “acuerdo de convivencia”- lo que fuera que eso significara- con Malik.
Hasta sintió que estaba bastante de buen humor y también, como no, que tenía muchísima suerte. Sin contar el asunto de Milena, sentir lo que sentía por Malik no estaba resultando el infierno que en algún momento había pensado que sería. Claro que era suerte, buena suerte.
-¿Todavía tienes ganas de presentarme a tu bebé?
No al auto, al niño.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Directo a los putos premios de la academia. En cuanto vi aquel gesto auténticamente transparente, esa sonrisa que parecía ser la de alguien que acababa de librarse de una operación a corazón abierto, y la manera en la que apretaba la misma mano con la que había palmeado la suya; supe que finalmente tenía a Pearlie Burroughs en la bolsa; no en la bolsa que yo quisiera, sinceramente, pero ahí estaba, comiendo de mis mentiras justo como yo mismo me lo había contemplado hace… como veinte minutos. Aunque si se pensaba de cierta manera más bien era ella quien me tenía ahí como imbécil, jugando a dar la mejor de mis actuaciones todo con tal de retenerla a mi lado el tiempo que me fuera posible. Cuestión de enfoques…
-Solo estoy cansado de ser un cabrón Felicia, ya es tiempo de madurar aunque sea un poco. Hey, que tampoco es para tanto, es lo menos que puedo hacer luego de haberte tratado tan jodido en varias ocasiones… bastante feo el asunto. Pero mira mejor olvidemos eso, ¿quieres?-
Seguí comiendo como poseso, una manera más de calmar mis ansiedades y de mantener a raya todas las sensaciones que se paseaban tan rimbombantes por mi interior. Ya saben, de la ensoñación por ver la lindura de sus ojos, a pasar por el odio y el desprecio por recordar lo que estaba haciendo, al deseo sucio y egoísta por mirarle un poco las tetas que aun cubiertas con su ropa seguían luciendo tremendamente apetecibles… y regresando de nuevo al desprecio pero ahora con una porción de melancolía mal sana. ¿Era posible pasar por todo ese malnacido carrusel?, yo diría que sí.
Estaba a nada de responderle a aquello de presentarle a mi bebé, que no era otra cosa más que literalmente a… pues mi bebé, a Roman. La respuesta era un obvio sí, por más que no terminara de acostumbrarme a la idea de tener que lidiar con la presencia de un niño de forma tan cercana. No es que tuviera algo en contra del muppet, ¿saben?, es decir sentía algo por él… algo que se asemejaba un poco a lo que sentía por Pazuzu, pero un niño seguía teniendo el mismo peso que tienen todos los putos niños.
Como fuera, estaba a punto de responderle aquello cuando me di cuenta que, tal y como me lo había imaginado, las miradas y los cuchicheos a nuestro alrededor no paraban de ser condenadamente molestos, sobre todo después de los gestos de la mano y tal. En principio me había encantado que se especulara con ello, pero si quería hacer un buen papel dentro de toda esa mierda, entonces tenía que hacerlo de verdad perfectamente bien. No hice gran cosa, solo giré la vista hacia la mesa en donde se encontraba un grupo bastante ruidoso cerca de nosotros, y enfoqué mi vista en el que parecía ser el más divertido con el asunto.
-¿Se te perdió algo, hijo de puta?. Más te vale que no te vuelva a ver cuchicheando mierdas... cabrón.-
Negué con la cabeza, regresé la vista a mi comida, tomé una pierna de pollo y le hinqué bien el puto diente. ¿Sobreactuado?, probablemente, pero la ventaja de encarar de esa forma a la gente era que ya conocía de qué forma me las gastaba, y hablar de esas maneras a cualquier cabrón no era cosa nueva en cuanto a los Crawford se refiere, mucho menos cuando el sujeto en cuestión parecía tan divertido con un asunto seriamente personal.
-Este mismo fin te lo presento, encanto. Ya verás... es un crack ese pequeño malnacido, te va a caer jodidamente bien. Es más, te llevo en el mustang y así matamos a dos pájaros de un tiro
-Solo estoy cansado de ser un cabrón Felicia, ya es tiempo de madurar aunque sea un poco. Hey, que tampoco es para tanto, es lo menos que puedo hacer luego de haberte tratado tan jodido en varias ocasiones… bastante feo el asunto. Pero mira mejor olvidemos eso, ¿quieres?-
Seguí comiendo como poseso, una manera más de calmar mis ansiedades y de mantener a raya todas las sensaciones que se paseaban tan rimbombantes por mi interior. Ya saben, de la ensoñación por ver la lindura de sus ojos, a pasar por el odio y el desprecio por recordar lo que estaba haciendo, al deseo sucio y egoísta por mirarle un poco las tetas que aun cubiertas con su ropa seguían luciendo tremendamente apetecibles… y regresando de nuevo al desprecio pero ahora con una porción de melancolía mal sana. ¿Era posible pasar por todo ese malnacido carrusel?, yo diría que sí.
Estaba a nada de responderle a aquello de presentarle a mi bebé, que no era otra cosa más que literalmente a… pues mi bebé, a Roman. La respuesta era un obvio sí, por más que no terminara de acostumbrarme a la idea de tener que lidiar con la presencia de un niño de forma tan cercana. No es que tuviera algo en contra del muppet, ¿saben?, es decir sentía algo por él… algo que se asemejaba un poco a lo que sentía por Pazuzu, pero un niño seguía teniendo el mismo peso que tienen todos los putos niños.
Como fuera, estaba a punto de responderle aquello cuando me di cuenta que, tal y como me lo había imaginado, las miradas y los cuchicheos a nuestro alrededor no paraban de ser condenadamente molestos, sobre todo después de los gestos de la mano y tal. En principio me había encantado que se especulara con ello, pero si quería hacer un buen papel dentro de toda esa mierda, entonces tenía que hacerlo de verdad perfectamente bien. No hice gran cosa, solo giré la vista hacia la mesa en donde se encontraba un grupo bastante ruidoso cerca de nosotros, y enfoqué mi vista en el que parecía ser el más divertido con el asunto.
-¿Se te perdió algo, hijo de puta?. Más te vale que no te vuelva a ver cuchicheando mierdas... cabrón.-
Negué con la cabeza, regresé la vista a mi comida, tomé una pierna de pollo y le hinqué bien el puto diente. ¿Sobreactuado?, probablemente, pero la ventaja de encarar de esa forma a la gente era que ya conocía de qué forma me las gastaba, y hablar de esas maneras a cualquier cabrón no era cosa nueva en cuanto a los Crawford se refiere, mucho menos cuando el sujeto en cuestión parecía tan divertido con un asunto seriamente personal.
-Este mismo fin te lo presento, encanto. Ya verás... es un crack ese pequeño malnacido, te va a caer jodidamente bien. Es más, te llevo en el mustang y así matamos a dos pájaros de un tiro
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confrontación.
Pues sí, mejor lo olvidaban, eso de hablar de lo feo del pasado, porque no era como si quisiera revivir semejante cosa una vez tras otra, ni siquiera en su mente. Lo observó comer, ella no tenía hambre desde que el nombre de Milena había salido a flote en la conversación recordándole que era una pésima amiga y que la semiveela había estado de verdad enamorada de Malik. La mitad de su plato estaba intacto y así iba a quedarse. Y bueno, tampoco sabía si sentirse todavía más culpable o si sentirse aliviada de que Joe “la dejara ser feliz” a sabiendas de que le había hecho daño, siendo que ella también lo había dañado aunque él no lo supiera y bueno, lo había dañado con la separación en sí. En pos de que todo siguiera bien, aceptaría todo eso como estaba llegando, de nuevo apelando a su buena suerte.
Se volvió a incomodar cuando Joe encaraba a saber quién. No volteó a ver al tipo ese al que le hablaba y solamente bajó la vista, haciéndose afanosamente el cabello detrás de la oreja.
-Creo que no es necesario que le grites a todo mundo que nos dejen en paz, ¿por qué no solamente pretendes que no te importa? Les das más razones para hablar haciendo esas cosas.
Ella al menos ya estaba incomodísima y hasta le costó concentrarse de nuevo en la conversación, porque lo único que tenía en mente era irse de ahí de una vez por todas, porque aunque Joe creyera que intimidaba a todo mundo con sus amenazas, lo cierto era que solo atraía más la atención, como un foco que alumbraba demasiado.
Ya no le insistió que para conocer al niño tenía que hablar con la mujer, porque una cosa era ir en plan de “estoy saliendo con el padre” y otra ser una amiga cualquiera como Angus o como su hermana, o lo que fuera, así que solamente asintió aunque sinceramente dudaba mucho que ese fin de semana pudieran hacer gran cosa porque lo dicho, era estúpidamente pronto para tomarse en serio lo de salir y ser los mejores amigos del mundo estando tan fresco todo, ni de chiste iba a cometer ese tropiezo. Igual tampoco se lo iba a decir así, ni se iba a poner en ese plan de poner límites, aunque fuera solo en apariencia porque sí que se los ponía por el bien de todo mundo. Además no iba a hacer nada hasta no estar segura de que Joe había cumplido su parte al menos un rato con eso de ser tolerante y no ir a buscar a Malik para intentar partirle nada y tal.
-Dos bebés de un tiro. ¿Crees que le gusten los animales? Pazuzu está un poco enojado conmigo porque no lo he sacado de la universidad, cada que salimos lo dejo aquí, no es que se aburra pero creo que se lo toma a mal. ¿Terminaste? Ya quiero salir de aquí.
Porque estaba mucho más incómoda que cuando habían entrado por el episodio de Joe poniéndole los puntos sobre las íes a un inocente.
Se volvió a incomodar cuando Joe encaraba a saber quién. No volteó a ver al tipo ese al que le hablaba y solamente bajó la vista, haciéndose afanosamente el cabello detrás de la oreja.
-Creo que no es necesario que le grites a todo mundo que nos dejen en paz, ¿por qué no solamente pretendes que no te importa? Les das más razones para hablar haciendo esas cosas.
Ella al menos ya estaba incomodísima y hasta le costó concentrarse de nuevo en la conversación, porque lo único que tenía en mente era irse de ahí de una vez por todas, porque aunque Joe creyera que intimidaba a todo mundo con sus amenazas, lo cierto era que solo atraía más la atención, como un foco que alumbraba demasiado.
Ya no le insistió que para conocer al niño tenía que hablar con la mujer, porque una cosa era ir en plan de “estoy saliendo con el padre” y otra ser una amiga cualquiera como Angus o como su hermana, o lo que fuera, así que solamente asintió aunque sinceramente dudaba mucho que ese fin de semana pudieran hacer gran cosa porque lo dicho, era estúpidamente pronto para tomarse en serio lo de salir y ser los mejores amigos del mundo estando tan fresco todo, ni de chiste iba a cometer ese tropiezo. Igual tampoco se lo iba a decir así, ni se iba a poner en ese plan de poner límites, aunque fuera solo en apariencia porque sí que se los ponía por el bien de todo mundo. Además no iba a hacer nada hasta no estar segura de que Joe había cumplido su parte al menos un rato con eso de ser tolerante y no ir a buscar a Malik para intentar partirle nada y tal.
-Dos bebés de un tiro. ¿Crees que le gusten los animales? Pazuzu está un poco enojado conmigo porque no lo he sacado de la universidad, cada que salimos lo dejo aquí, no es que se aburra pero creo que se lo toma a mal. ¿Terminaste? Ya quiero salir de aquí.
Porque estaba mucho más incómoda que cuando habían entrado por el episodio de Joe poniéndole los puntos sobre las íes a un inocente.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confrontación.
Conocía perfectamente la opinión que Felicia tenía acerca de la forma en la que, en ocasiones, me enfrentaba a cualquier pobre diablo que me tocara los huevos; así como lo muy poco que le gustaba ser el centro de atención cuando había cualquier cantidad de gente a nuestro alrededor. Y que lo supiera me había significado, siempre, el esfuerzo de tratar de no ser tan agresivo y de tratar de no saltar de la silla para gritarle en la puta cara al sujeto en cuestión, como mínimo. Negué con la mano y le pedí disculpas por aquel resbalón… y ciertamente la chica tenía razón, porque entre más me comportaba de esa forma más provocaba que la gente se quisiera pasar de lista… no era como en Hogwarts que con intimidar una vez era más que suficiente.
-Lo siento lo siento, de todos modos ni tenía ganas de ponerme de malas. Todo bien-
Pearlie pidió que saliéramos de ahí, así que luego de terminar el último bocado de mi comida, me levanté para emprender el camino hacia la salida, tratando de ignorar olímpicamente cualquier tipo de comentario que viniera del mismo sujeto que, joder, no escarmentaba. Me importaba una mierda lo que opinara Felicia, en algún momento me iba a encontrar a solas con aquel hijo de puta y entonces sí, aprendería cuándo es correcto cerrar la puta boca.
-¿Quieres saber la verdad?, no tengo ni puta idea. Pero venga, ¿a qué niño no le gustan los animales?, más un encantador Pazuzu como el nuestro. No sé, estaba pensando en regalarle un perro igual… así todo pequeñín, ya sabes, para que el chico crezca sabiendo cuidar a un animal y tal. ¿No te encantan las fotos de los niños pequeños con un perro y luego ver otra foto ya cuando son más grandes y el perro también?, es una pasada.-
Las cosas las veías desde una perspectiva distinta cuando eras padre. Me refiero a que aquella misma idiotez que acababa de decir siempre me había parecido de lo más imbécil de la vida; y en realidad, todo lo referente al “amor por los animales” nunca había sido mucho lo mío. No sé si decir que es por el perro al que me atropellaron a los 8 o qué, pero el punto es que hasta antes de Román, no eran más que cursiladas nefastas. Tan diferente era que cuando caminamos hacia la salida y le cedí el paso a Pearlie, no pude evitar mirarle el culo y pensar “joder, vaya que tiene buenas caderas para críos”
-¿Sabes algo Felicia?, a veces pienso que debería tratar de ser mejor padre. No sé… siento que Román no tiene la culpa de que yo sea un cabrón, y no me gustaría que piense en mí como yo lo hago con Miller, además dentro de mis expectativas de vida están el formar una familia y tal… no con Robin ni con el chico claro, pero si con alguien más, alguien que me llene en todos los sentidos. Claro, no hoy ni mañana, primero tengo que repetir ensayo de cómo hacerlos una y otra vez… si sabes a lo que me refiero.
¿Hablando de hijos?, ¿de verdad?. Hasta se me ocurrió decirle: "¿piensas tenerlos con Malik?, joder piensalo bien... van a salir terriblemente feos. Imagínalos... todos pakis y greñuditos, como salidos de un documental de guerra en medio oriente".
-Lo siento lo siento, de todos modos ni tenía ganas de ponerme de malas. Todo bien-
Pearlie pidió que saliéramos de ahí, así que luego de terminar el último bocado de mi comida, me levanté para emprender el camino hacia la salida, tratando de ignorar olímpicamente cualquier tipo de comentario que viniera del mismo sujeto que, joder, no escarmentaba. Me importaba una mierda lo que opinara Felicia, en algún momento me iba a encontrar a solas con aquel hijo de puta y entonces sí, aprendería cuándo es correcto cerrar la puta boca.
-¿Quieres saber la verdad?, no tengo ni puta idea. Pero venga, ¿a qué niño no le gustan los animales?, más un encantador Pazuzu como el nuestro. No sé, estaba pensando en regalarle un perro igual… así todo pequeñín, ya sabes, para que el chico crezca sabiendo cuidar a un animal y tal. ¿No te encantan las fotos de los niños pequeños con un perro y luego ver otra foto ya cuando son más grandes y el perro también?, es una pasada.-
Las cosas las veías desde una perspectiva distinta cuando eras padre. Me refiero a que aquella misma idiotez que acababa de decir siempre me había parecido de lo más imbécil de la vida; y en realidad, todo lo referente al “amor por los animales” nunca había sido mucho lo mío. No sé si decir que es por el perro al que me atropellaron a los 8 o qué, pero el punto es que hasta antes de Román, no eran más que cursiladas nefastas. Tan diferente era que cuando caminamos hacia la salida y le cedí el paso a Pearlie, no pude evitar mirarle el culo y pensar “joder, vaya que tiene buenas caderas para críos”
-¿Sabes algo Felicia?, a veces pienso que debería tratar de ser mejor padre. No sé… siento que Román no tiene la culpa de que yo sea un cabrón, y no me gustaría que piense en mí como yo lo hago con Miller, además dentro de mis expectativas de vida están el formar una familia y tal… no con Robin ni con el chico claro, pero si con alguien más, alguien que me llene en todos los sentidos. Claro, no hoy ni mañana, primero tengo que repetir ensayo de cómo hacerlos una y otra vez… si sabes a lo que me refiero.
¿Hablando de hijos?, ¿de verdad?. Hasta se me ocurrió decirle: "¿piensas tenerlos con Malik?, joder piensalo bien... van a salir terriblemente feos. Imagínalos... todos pakis y greñuditos, como salidos de un documental de guerra en medio oriente".
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
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