en lo de Bird.

No era tan fácil despegarse del mundo mágico ahora que en verdad lo había vivido en carne propia y cotidianamente. Y lo peor del caso, no era tanto la magia que en el día a día español no tenía caso usar o la vuelta a convivir con su madre y sus modos, sino la gente. Simplemente la gente que para Sofie era tan fundamental.

Claro que tenía sus amigas de la adolescencia y colegio muggle, y sus vecinos y los novios de su mamá y las cartas con mil brigantes. Pero cruzarse las caras todos los días a todas horas con sus nuevo amigos era otra cosa, y lo extrañaba horrores. Extrañana a Adair claro, pero también y no menos: cursar y discutir con Gianna, charlar con Pearlie de política y chicos, estudiar con Shadow y ponerle malas caras por sus modos mentirosos, escribir con Bird y soñar con un futuro en el profeta, saludar y molestar a Angus en el bar, tocarle la espalda a Aldrich y desaparecer en cuanto volteaba, Hakan y su padre secreto, Joe y sus formas extrañas... Esas cosas y más...

Cosas que más peor añoraba en cuanto se comunicaba con alguno, pues poco o mucho tiempo, al tener la magia y sucesos de lo más impactantes en común, habían hecho de esas relaciones unos lazos fuertes, mucho más fuertes que con sus compañeras de cole, a las cuales encontraba aburridas y sobre todo con quienes no podía ni hablar la mitad, y compartir muchísimo menos, pues ellas no sabían... Sus vecinos no sabían, los novios de su madre no sabían... nadie sabía de la magia... solo los magos. Así de simple. Y la magia, seguía siendo para Sofie la novedad, por más tres meses que hubieran pasado.

- esta noche voy! - Le dijo Sofie a Bird en un acto casi desesperado. Y secreto. Se había carteado dos quizá tres veces con él en menos de dos semanas y digno de ella hasta el numero de teléfono le había pedido. Con la escusa de que no había entendido algo de una carta le llamó, y se invitó a su casa. Sofie no podía poner un pie en la uni que su madre se enteraría, pero la casa particular de sus amigos era otra cosa. Tampoco podía irse a visitar amigos todos los santos días, así que de un modo u otro, elegir a unos y no a otros también debía permanecer medio en secreto para no levantar las susceptibilidades de nadie.

Fue hasta una comercio de viajes en el casco medieval barcelonés y compró un traslado legal mágico a una ciudad cabecera cercana a la residencia de Bird. Desde allí una aparición ya era legal, y conociendo el sitio pues no hubo mayores inconvenientes en llegar al estacionamiento donde la casa del muchacho se ocultaba de ojos muggles. Serían más de las siete de la tarde, el sol hace rato había desaparecido, y como no podía saber su hora de regreso para comprar un traslador de vuelta, había arreglado con Pearlie de ir a dormir a su casa (a donde también podía aparecerse) en cuanto con el metamorfomago no hubiera más que hacer.

tocar a la puerta, pero adentrarse sin más entre las mil peceras gigantes que de tantas parecían una sola, pues esa casa siempre aparentaba estar abierta, mirando a un lado y toro entre los reflejos del agua y los peces de colores buscando alguna cara conocida. - Bird?... Soy Sofie...

Bird sabía, aunque solo en versión chisme y no versión oficial, que era probable que Sofie no volviera a Brigantia. Había querido hablar con Pearl sobre eso pero la chica siempre parecía atareada con sus leyes y con sus cosas y Bird no había encontrado la oportunidad y acercarse a Adair se le hacía, por muchas cosas, algo raro. Además en realidad, por muy mejor amiga o muy novio que se fuera de alguien, la única versión oficial y verdadera era la que daba la única persona implicada. No se lo había preguntado por carta y hasta se sorprendía de estar siendo tan cuidadoso con ella cuando generalmente no lo era con casi nadie.

No le molestó que Sof se invitara sola a su casa, solían recibir pocas visitas ahí sin contar a Regina pero no eran personas hurañas. Ese día papá Nico estaba trabajando en quien sabía cuál reserva y papá Ifan se había ido con él. Solían aprovechar esas salidas para hacer más lunas de miel de las que necesitaban. Lady tampoco estaba, pero a ella no le cuestionaba como loco a donde iba y por qué siempre y cuando le mandara un patronus de que estaba bien cada tanto. Solamente estaban él, la cantidad exagerada de especímenes marinos y el perro de Lady, que comenzó a ladrar apenas escuchó la voz de la rubia y se metió a la casa, porque habían estado en la playa jugando pelota.

Bird se puso atropelladamente los zapatos y entró a la casa trotando y casi matándose al resbalar por llevarlos mal puestos. Se rió solo y continuó sorteando las peceras hasta encontrar a Sofie. El perro de Lady ya intentaba lamerle la cara a Sofie en dos patas casi tirándola también y luego se fue directo a olfatear al crup sin violencia intencionada pero siendo grotesco en sus modos. Todo se parecía a su dueño- -¡Hey Jónsi! Tranquilo.-Pero Jónsi solo obedecía a su dueña excepto cuando Bird le pedía que jugaran a la pelota en la playa.

El metamorfomago bufó y se acercó a tomar a la bestia callejera por el cuello para separarlo del crup. Luchando con el perro todavía se las arregló para besar a Sofie en la mejilla y también moverla un poco.-¿Cómo te va? Pasa a la sala, ¿quieres que encierre a este maldito?-Se refería al perro, no al calamar miniatura que estaba pegado en un cristal y que miraba a Sofie con ojos de acosador.

-¿Quieres beber algo? ¿comer algo? Tengo unas notas que quiero que veas, estoy haciendo un trabajo de los movimientos radicales del siglo XX, sale tu madre.-Seguro no era el tema de bienvenida más ligero pero a ella no le sorprendería, periodistas eran.

Con un bolso gigante de moda en los brazos, pues dentro asomaba el crup bebé, iba metiéndose Sofie en la cara ajena hasta que el conocido ya perro de lady fue a su encuentro y saludo saltándole delante como buen anfitrión, rió un poquito pero no mucho pues lo que llevaba en brazos también la traía mal y en encuentro con el otro can no hacía más que volverla a enjuiciar totalmente sobre el tema. Mientra besaba a Bird y esquivaba perro y peceras, con el otro removiéndose en los brazos se disculpaba atropelladamente sobre su propio canino - no pobrecito no lo encierres, yo no debí traer a Mia, es que... bueno, larga historia.-

Tampoco iba a explicarle todo allí, seguro más tarde, sentada y sin el miedo de romper de un codazo la cristalería de peces si pudiera explayarse si Mía dejaba de decir con vos lastimera pero agresiva "fuera, fuera... fueera"... palabras que de Jessy había aprendido, no porque la rubia mayor se dedicara a enseñarle a hablar, sino por todo lo contrario. Triste vida la que le estaba tocando a la pobre crup aquella, y eso que Sofie hacía lo posible por mimarla, pero había ido a pasar a un hogar demasiado disfuncional para ese tipo de seres que necesitaban tanto cariño y atención.

- quiero todo - aseveró Sofie entrando a la sala sin haber escuchado con real atención las palabras de Bird, sentándose en cualquier sitio con tal de recargar a su mascota en la falda y acariciarle las orejas sin sacarlo del bolso, claro. Ahora bien cuando se estuvo sentada repasó mentalmente lo dicho por el metamorfomago - algo de tomar estaría bien, pero que no sea whisky, que me emborracha fácil... y traje unos... - revolvió en su bolso a una mano levantando a Mia con la otra, hasta que encontró un paquete de galletas violetas con chispas de chocolate - bocaditos... los hice yo misma, no son excelentes pero ahora me aburro horrores en casa y se me dio por la cocina... me compré un libro de Helga hufflepuff cuando fue a Hosmeade el año pasado ya... ya estamos en 2013... que locura!

Entregó la bolsita trasparente de galletas, más por necesidad de despejar alguna mano que por invitarle a que comiesen mientras volvía a poner a la crup en el bolso para poder quitarse el saco de abrigo y quedar con su suéter y jean normaluchos. - así que estás escribiendo sobre mamá?... - sonrió tergiversando las palabras de Bird - seguro que sabes más tu que yo de ella... -

Bird abrió un poco la boca cuando descubrió que el crup no era el crup, sino la crup. Con más razón alejó a Jónsi y trató de aleccionarlo con un dedo acusador y malas caras, que incluían ponerse hocico de rottweiler y enseñarle los dientes. Se veía rarísimo haciendo esas cosas tan feas pero Sofie ya estaría acostumbrada a esas cosas tan raras.

Jónsi le gruñó de vuelta pero se fue a sentar al sillón de papá Ifan, algo que claro que no hacía cuando estaba el señor. -Ya, mucho mejor, tenía que hablarle en su idioma. No, que hayas traído a ¿Mia? Está muy bien, ¿ya conoce el mar?-Le gustaban mucho los crups, porque hablaban, aunque esa pareciera dar alaridos de histérica. La intentó acariciar por detrás de las orejas aunque la crup le quisiera seguir diciendo que se fuera.

El metamorfomago se rió por la declaración sobre el whisky y se ausentó un momento para ir a la cocina a ver qué había. Tomó un par de cervezas muggles pero también un frasco de jugo de arándanos que su papá usaba para el vodka, sin llevar el vodka, y una jarra de jugo de calabaza, la mágica bebida típica. Las hizo levitar delante de él y que se posaran suavemente en la mesa de centro.

-No, no hago trabajo sobre tu mamá.-Se rió otra vez, aunque intuía que Sofie había modificado sus declaraciones a propósito y no era necesario aclarar nada, pero de todas maneras lo hizo. Abrió una de las cervezas con los dientes, aunque se tardó en hacerlo porque no era experto en eso y se la ofreció a Sofie primero por si quería eso, aunque la idea de abrir una segunda botella con ese método de cavernícola no le estaba haciendo ninguna gracia.

-Pero las notas están arriba, en un rato subo por ellas. Primero lo primero, ¿cuándo piensas volver a Brigantia? He escuchado rumores de que no vas a volver, pero no me lo he querido creer.-Se le quedó mirando mientras se sentaba en el mismo sillón de Jónsi, tampoco iba a alargar esa conversación hasta no poder más y ella había sacado el tema primero.

- pues el mar mediterráneo, este es distinto - comentó entre linea y linea cuando él se iba a por bebidas e ella aun con mil cosas en las manos hacía malabares por dejar el saco a un lado, el perro en la otra, rebuscar la varita, mientras veía con ceja alzada como Bird pretendía abrir la cerveza. La tomó porque observando eso ni se fijó en las oras opciones al tiempo que le preguntó- no es más sano la varita? - y le abrió la otra, pues momento que podía usar magia, momento que lo hacía.

Mía en su falda más tranquila mientras le tocaran las orejas, sus cosas a un lado en el suelo, la varita sobre la mesa y la cerveza en una mano, recibió la pregunta complicada, para la cual ya podía responder si tardarse tanto, ni acudir a enredadas escusas. - pues.. así es. No volveré... creo... Es decir, no lo haré de acá a un tiempo, quizá algún día, pero no ahora, ni este semestre... me extrañaras? - Preguntó simpática. Debía contarle el porqué o esperar a que él preguntase?

Como fuera, bajó la mirada y tomó la cerveza directo de la botella.. y volvió a hablar como era su costumbre - No quiero accidentarme en una fiesta, ni nada de esas cosas... es peligroso, mamá ya me había dicho, y ahora debo darle la razón. Además en Barcelona ella está sola y... - alzó los hombros y tomó otro traguito - Solo somos nosotras dos, sabes?.. así que eso... Tu que tal?

Bird se golpeó la frente mientras se recordaba a él mismo que era un tonto por no haber abierto la botella con la varita en lugar de estar fingiendo ser un macho que podía abrirla con los dientes. Agradeció con sonrisas el gesto de Sofie de abrir la otra botella con magia y él también bebió directo de la botella porque en realidad no conocía otro modo para beber cerveza que no fuera ese.

Le sorprendió que le dijera que no iba a volver y hasta se tardó en responder a la pregunta de si iba a extrañarla. Los rumores se confirmaban pero Bird no podía entender como alguien que acababa de entrar a la carrera decidía irse así nada más. -Pero…¿por q…-Antes de que él terminara su pregunta, ella ya estaba respondiendo. A cada palabra el animago fruncía un poco más el ceño.

Lo que Sofie decía tenía sentido pero a la vez no. Entendía la parte en que era difícil dejar de lado a la familia, porque él también era muy apegado a la suya, pero no entendía cómo alguien podía huir porque era peligroso, sobretodo después de que ya se formaba parte de una comunidad, como lo hacía Sofie. No se sentía con derecho alguno a juzgar las decisiones de Sofie las considerara como las considerara y no la iba a cuestionar.

-Pues la facultad se sentirá un poco más sola sin ti. ¿Y cómo le vas a hacer con tu novio? Y tus amigas y todo eso. Qué jodido.-Se encogió de hombros y dio unas palmadas en la espalda del tal Jónsi, al menos siempre había sido experto en no expresar lo que en realidad pensaba y en esa ocasión no iba a ser la excepción.

-Yo bien, trabajando mucho, no quiero salir de la universidad siendo un don nadie. ¿Quieres ir afuera? A ver si a tu crup le gusta más este mar que el Mediterráneo, Jónsi no la va a matar, es inofensivo, pero pesado.-No se levantó esperando la respuesta de Sof, él comenzaba a ponerse nervioso porque un banco de peces se habían pegado al cristal para mirarlos.

La verdad que no se esperaba una respuesta tan impersonal a aquella pregunta que, a admitir, con tono jocoso había formulado. "la facultad se sentirá... blabla" y él que?! Tampoco esperaba lágrimas, pero eran amigos o algo, si hasta se habían besado por error y resulto las cosas. Como fueran Sofie no puso mayores caras, más bien pasó por alto las preguntas siguientes sobre novios y amigas para ir derecho al asentimiento y correspondiente levartarse de su sitio en post de iniciar la caminata. Dejó sus cosas, pero se llevó en mano la cerveza y al crup.

- no hay problema por Jónsi, déjalo ser. - acotó pisando la arena, levantando a una mano a Mia hasta verla a la cara y preguntarle si acaso no iba a matarlo ella, para luego sonreir y juntar narices con el animal, pegarla a su pecho y decidirse por dejarla sobre la arena a ver sis e quedaba allí, si salía andando a dos o a cuatro patas. Mirando a su crup jugando entre sus tobillos contestó todo lo anterior.

- no hay nada que hacer... con nadie... creo. De Pearl y Shadow era amiga antes, puedo seguirlo siendo... un par de cartas cada tanto, convencerlas de que se compren un móvil, esas cosas... Y "mi novio" ya no es tal... así que... - se alzó de hombros, pero de inmediato asegurándose una auto confianza y seguridad al borde de la altanería, mirando a Bird aclaró como obviedad - los noviazgos a distancia no funcionan, igual este. -

Porque claro, eso pensaba Sofie, así había planteado a Adair, el chico dijo que lo solventaría. Y no lo hizo. No pudo... por tal: Sofie tenía razón desde el principio. Aunque a decir verdad tampoco había dado a Adair mucho espacio o posibilidades para que pudiera resolver nada. Estúpido era plantearse a si misma que ya estaba todo terminado, que no quedaba nada y puff, pero así hacía la chica, porque así era más fácil. Un chico como cualquier otro, un noviazgo como otros tantos que había habido o podía haber, cosas que empiezan, se disfrutan y terminan y con la relación el encanto. Punto. punto. punto.

- también hay gente en el mundo muggle... quiero decir, no es que estoy sola encerrada en la torre alta de un castillo... es más, a mis amigas del colegio las abandoné por Brigantia y en las fiestas tuvimos que ponernos al día... - Y esa era la parte que más le pesaba, aunque la sacara a relucir como una cuestión positiva, a sus amigas no podía compartirles nada de la magia, nada. Siquiera su bebida favorita o el deporte que jugaba su novio. Mentirita tras mentirita... al igual que durante toda la adolencencia, cuando las chicas iban de compras o se juntaban a estudiar y ella mentía compromisos sociales, visitas al médico o clases de cocina, porque en realidad tenía que preparar sus éxtasis de magia.

Más hablaba más triste se ponía así que sacó una sonrisa de cualquier sitio, y luego de volver a revisar que a Mía no le daba alergia la arena o algo dijo a Bird - como tu no vas a extrañarme podemos hablar de otra cosa... cuentame de El Profeta! cuando publicarán algo tuyo? Pondrás tu nombre o seudónimo... -