Regina Cleverley

Regina es de esas personas que hace limonada y la vende cuando la vida le da limones. Tiene un caracter simpatico. Es medio oportunista, medio aprovechada y medio mensa. No logra diferenciar cuando las personas le están tomando el pelo y cuando no. Tiende a hablar un poquito más de la cuenta, a veces, solo cuando le conviene. No es una persona de naturaleza rencorosa, aunque claro, como a todas las personas del mundo, le duelen y le afectan las cosas. Lo que menos le gusta es la gente metiche. Es muy humilde y suele anteponer la felicidad de sus amigos y de sus seres queridos a la de ella, aunque no por eso deja de resultarles un verdadero dolor de cabeza. No sabe por que, pero se mete en muchos problemas por ayudarles. Normalmente tiene un buen sentido del humor, pero cuando está muy muy muy muy molesta, saca su lado cruel y sarcástico, diciendo cosas de las que luego se arrepiente.
Le gusta el color azul, la limonada y desconfía de las galletas de animalitos que se mueven.

Fue la tercera hija de los Cleverley y como todos creció rodeada de magia y, aunque tampoco era una ignorante del mundo muggle, no fue hasta que ingresó a Hogwarts que supo lo básico como hablar por teléfono, ir al cine, etc…

Cuando ingresó al colegio, Regina era de complexión robusta, más alta que sus compañeros y nada femenina. Usaba el cabello corto como niño y se divertía maltratando a los demás. Aunque simpática, sus únicas amistades fueron los compañeros con los que jugaba quidditch extracurricular (por eso de que los de primero no podían ingresar a ningún equipo).

Sin embargo, a principios de su segundo curso se contagió de un tipo de sarampión de dragón que casi la mata y la obligó a estudiar en casa, de modo que se perdió la oportunidad de ingresar al equipo de su casa como guardiana. Y es que tenía la complexión y la fuerza gracias a que sus hermanos siempre la hacían jugar en ese puesto cuando jugaban entre ellos.

A su regreso en el cuerto curso, Regina estaba irreconocible. Lejos de volverse retraída, la falta de compañía la hicieron ansiar su regreso al colegio. Ya vestía como niña, había adelgazado y su carácter se había endulzado; poco quedaba de esa chiquilla malhumorada. A partir ahí comenzó a llevarse bien con casi todos. Destacó por organizar, en sus últimos años, los torneso semanales de peleas carreras de ratas y peleas de aves (gracias a los cuales se compró su escoba) y otras competencias extrañas que quedaban fuera de la rutina de Hogwarts. No entro al equipo de quidditch, pero siguió jugándolo de manera extraoficial y participo muchas veces en duelos y torneos de gobstones y cartas mágicas.

La cuestión académica fue otro punto aparte. No se destacó como sus hermanaos y solo sacó 2 EXTASIS. Tuvo que recurrir muchísimas veces a tutorías con compañeros de diferentes cursos y casas, generalmente superiores.