Fiesta Comunal

El segundo día del nuevo semestre había ido hasta la oficina de Gerhard Immëndorff con un papel de aspecto oficial para discutir las posibilidades de hacer una fiesta de estudiante a estudiante, es decir, sin participación de los profesores que organizasen las actividades y que les diese rienda suelta para conocerse ya que habían muchos alumnos nuevos, algo orgánico era lo mejor para establecer nuevas relaciones y volver a tener impacto en las anteriores. En el papel no decía el lugar exacto, sólo que sería en un lugar abierto pero dentro de la Universidad, además daba fe de que no dejarían todo hecho mierda.

No creía tener demasiadas posibilidades para lograr que aceptase pero es que tampoco quería hacer algo clandestino, no era tan estúpido como muchos otros y mejor ahorrarse el problema si apenas empezaba a estudiar allí, además todo terminó de buen modo ya que el decano le dio la autorización, y con el pergamino firmado ya bien doblado en el bolsillo de su pantalón, salió hacia su facultad para buscar un rollo de pergamino y comenzar a cortarlos mágicamente para así escribir en ellos los avisos que pondría en cada tablón de anuncios que viese.

La fiesta sería el día viernes, no lo había discutido con nadie pero pensó que era un día conveniente para todos aunque de hecho esperaba que una o dos personas no fuesen, por eso mismo firmaría el pergamino con su nombre, a ver si se entendían las indirectas, que algo de diplomacia tenía navegando por sus venas.

FIESTA EN EL LAGO. Todos están invitados a menos que lloren, quieran ir a quitarnos los vicios o tengan ganas de joder el asunto. Lleven lo que puedan, la fogata marca el lugar. 21 hrs.

Aldrich Burroughs


Había visto a más de una persona desagradable ya por los pasillos y por eso puso aquello de la restricción que no terminaba siendo una orden, si eso era una fiesta esperaba que no fuesen simplemente a joder las cosas por las simples ganas de darle emoción a sus vidas, ya si habían seres indeseables como Park que de puro milagro había madurado, pues bienvenidos sean.

No había nada muggle que pudiese funcionar allí dentro, así que se movió un poco por la universidad buscando un equipo mágico para poner música y la fogata la armó con unos leños que hizo levitar desde el bosque sin esfuerzo para luego encenderlos en medio del lago con un hechizo de escolar. No era la parte del lago que daba directamente a la universidad, era más bien un lugar ligeramente oculto que estaba tras una acumulación de tierra y rocas bastante conveniente, la lumbre daba una buena idea de la ubicación de la fiesta a quien se acercase.

Nada de lámparas ni un carajo, si alguien quería más luz o cosas más bonitas que lo pusiesen ellos mismos, a falta de un tocadiscos –ojalá alguien llevase uno- puso la estación mágica que pasaba música de la que le gustaba y esperó a que se apareciesen, Pearlie al menos le había dicho que sí, Shadow era una empollona y era casi seguro que no apareciese, mejor disfrutar mientras llegaban porque luego ya se imaginaba escuchando a Lady Gaga o a One Direction, el infierno.

Por fin era viernes, desde que había leído aquel pergamino en el tablón de anuncios que proclamaba fiesta inminente que estaba más contento de lo habitual, tenia ganas de bailar y rencontrarse con amigos y ver si le sonaba alguno de los nuevos que entraban aquel año que seguro que iban a acudir.

Se había vestido informal, como cualquier día, con camisa abierta y camiseta de manga corta blanca lisa debajo y unas bermudas. Se miró y remiró varias veces en el espejo de su dormitorio y salió en busca de la fiesta, precisamente a la búsqueda porque en aquel pergamino no señalaba lugar exacto, tan solo que se guiaran por la hoguera, así que se encamino al campus, dio una pequeña vuelta sobre si y no tardó en vislumbrar una fina columna de humo. Ya tenia localizada la fiesta ahora tocaba dirigirse hacia allí.

Había comprado algunas cajas con cervezas y las hechizó para que flotasen a su lado y así no tener que preocuparse del peso, si algo no podía faltar en una buena fiesta era la bebida. No tardó en llegar al lago y una vez allí le fue ya más fácil llegar al punto exacto de encuentro. Se sorprendió al ver que allí apenas había nadie, por no decir que excepto el organizador no había nadie más… seguramente había llegado demasiado puntual, de cualquier manera se acercó a saludar al chico, lo conocía de vista, era el hermano de una ex que tuvo en Hogwarts, instintivamente se llevó una mano al cuello tocándose el colgante que llevaba, estar con aquel joven le resultaba un tanto incomodo, aun así le saludo amablemente.

-Hola… Aldrich, ¿no? Veo que soy el primero en llegar he traído unas cajas de cervezas para que no falte la bebida durante bastantes horas, espero que este bien.

Dejó las cajas a un lado y saco dos botellines, tendiéndole uno al Smertios y mirar luego al lago para darse cuenta que estaba llegando alguien más.

-Oh, buena música.

Ahhh las vacaciones de verano habían llegado a su fin y de nuevo a sufrir las interminables horas de clases y los trabajos, los compañeros imbéciles y las trasnochadas que no incluían bebida, sexo y un buen cigarrillo. Pero no podía solo permanecer detrás del mostrador en Flourish y Blotts de allí en adelante, y aprovechando un préstamo vigente le había parecido buena idea el quedarse en Londres y volver a meter su trasero en aquella institución.

Parecía ser un movimiento meramente político y rebelde de su parte, ir a joder algunos altos mandos y demás, pero también extrañaba las fiestas y a los que aún asistían por allí. Además, sabía que le quedaba mucho por aprender, y le era genial la idea de tener licencia para crear las más interesantes pociones del mundo. Después de todo, creía en la efectividad de una poción discreta más que en intentar lanzar un hechizo a un objetivo en movimiento.

Se aseguró de reducir un par de cajas con cervezas muggles varias y meterlas en su mochila antes de desaparecer de su habitación en el caldero chorreante. La universidad había empezado unos días atrás pero ella aún no se establecía en los dormitorios de allí, muy posiblemente no lo haría a menos que le fuera completamente necesario. Como si Drane la miraba con ojitos de borrego y le decía que alguien la estaba molestando en su ausencia.

Apareció en el pueblo más cercano a la universidad y caminó desde allí. Era una noche cálida pero agradable. Entraba el otoño poco a poco, y eso le gustaba, después de todo era su estación favorita.

Había recibido la nota de Burroughs así que se dirigió sin más hacía donde el fuego podía verse ya. No más acercarse al lago la música le guió el resto del camino. Rodeó las piedras por la simple pereza de treparlas y se encontró con que aún eran pocos.

- Dos personas, parece que olvidé lo que es llegar elegantemente tarde – dijo como todo saludo acercándose a los dos magos y metiendo una mano en su bolso y con la otra sacando su varita de su bota. Un giro y un hechizo simple para regresar las cervezas a su tamaño regular, otro giro más para enfriarlas y que se mantuvieran así por lo que duraran llenas. No las alteraría mágicamente, como solía hacer cuando no tenía dinero, haciendo que se llenaran una vez estaban vacías, usando cualquier residuo en la botella para activar el hechizo. Simplemente porque no pensaba alimentarles el vicio a todos, esperaba que otros trajeran otras cosas para beber. Se le antojaba un Whisky de Fuego para más tarde.

Se dejó caer en el suelo sin miramiento alguno y se acostó sobre la hierba mirando al cielo, la escasa luz era perfecta. Movía la cabeza mientras hacía soniditos con la garganta siguiendo el ritmo de la música. Por ahora empezaban bien. Esperaría un poco para empezar a beber, pero por el momento sacó uno de sus cigarrillos con aroma a clavo, lo encendió y poniéndole la boquilla lo saboreó lentamente formando aros con el humo.

[Viste ----> Abby ]

No supo si le tuvo que insistir a Shadow de ir a la fiesta porque en verdad se había convertido en los últimos años en una nerd total, o porque a la chica le gustaba hacerse rogar, lo que si tenía claro es que con o sin Shadow iría, pues tenía muchas ganas de socializar, ya había charlado con micha personas y además la fiesta era legal... Ni hablar que adoraba a Aldrich y no pretendía abandonarlo a su suerte en esa locura de "ser popular" que parecía le había agarrado. Y claro pensaba de este modo, pues las fiestas en el mundo muggle las hacían los "top", y si alguien quería subir de nivel en la escala social, pues lo más recomendable era lograr una tremenda fiesta de su autoría.... La otra cara de la moneda era que si fracasaba, de "anónimo" se pasaba a "looser total" sin escalas y sin posibilidades de jamás salir del poso.

Cuestión que convencida Shadow, iban andando por los terrenos y Sofie seguía insistendo con el tema de los chicos, no tanto por hormonal, sino porque no quería meter la pata con sus amigas. - Entonces, Adrian fue tu novio?... Y porque le dejaste?... Dos semanas hacía que estaba en la universidad y solo hablando sobre Adrian tenía tres cosas encontradas, que Gianna gustaba de él, que Shadow había sido su novia y que a ella le había invitado una copa (que como tonta! antes de enterarse de todo esto había aceptado). Eso sin hablar de los diez millones más de chicos guapos que había allí! Definitivamente los brujos tenían mejor genética o mejores productos de belleza que los muggles!

LLegaron y no supo a quien saludar primero. Y eso que ella se pensaba sola en ese mundo desconocido y al final ahí estaba rodeada de... "parientes" GUAU... Se acercó a Aldrich primero que todo. - Buenísima idea lo de la fiesta... prometo que salga como salga hablaré maravillas en la próxima edición del periódico universitario.-... Sofie no tenía idea si había periódico o no, pero ella estudiante de periodismo no iba a tardar en hacerse entrar a ese club y si no existía en inventarlo, era una decisión tomada...

Saludó a Pearlie con un beso, a una chica que no conocía también (tucker) y luego Adrian: el chico en conflicto... Ahora Sofie solo podía preguntarse cuantas pretendientas y ex más tendría allí en el campus y como hacían todos para vivir en tranquilidad de todas formas. Era guapo, se merecía las chicas rodeándolas, pero tarde o temprano tendría que hablar con él porque ella de ningún modo iba a cagar a Gianna!...- Hola Adrian!... Yo también pensé que eras un ratón de biblioteca que lindo verte aca.-

- - -
ropita

Era viernes, el primer viernes y ya querían hacer una fiesta para celebrar cualquier cosa que no tenía pies ni cabeza. No le sorprendía que hubiese sido Aldrich el que estaba poniendo avisos de la fiesterita esa, él mismo le había dicho que tenía permiso del decano y que era para que se conociesen con los nuevos compañeros, ella jamás podría haber hecho algo así porque no tenía el coraje para esperar gente que quizá jamás aparecería porque no la conocían o porque tenían mejores cosas que hacer.

No le dijo a su hermano que la negativa rotunda que le dio se debía a que quería repasar los libros de texto porque se iba a burlar, pero esa noche ni bien comenzó a ojearlos en la Biblioteca vacía notó que los que pasaban por la puerta y se daban cuenta de su presencia comenzaban a reírse por lo bajo, no era una sensación agradable y acabó por devolver los libros a su bolso para irse rápidamente a la facultad. Dejó las cosas en su dormitorio y fue corriendo al baño, comenzaba a respirar de forma agitada así que cerró la puerta y se quedó sostenida en el lavabo por ambas mano, sin mirar al espejo que tenía en frente.

¿Pero qué hacía? Era una tonta por estar poniéndose así. Levantó el rostro y se miró al espejo, había sido un ataque de ansiedad de los que tenía desde hacía años, pero esta vez no por sus notas si no por la idea de que toda su vida social de la escuela se repitiese en la universidad, toda esa presión de saberse ajena a la vida de todo mundo y e tener que hacer algo para integrarse y no se sólo la hermana melliza de Aldrich. Siempre fue mucha presión el estar bien en sus asignaturas y con sus compañeros.

Terminó por ducharse y en medio del vapor decidió ir, luego declinó a su propia idea. Salió de su habitación para ir a buscar algo de comer y se encontró con Sofie, quien desde hacía años había sido amiga suya y que, cómo no, quería ir a donde Aldrich. Primero no quiso ir, tenía la idea de que iba a pasar una enorme vergüenza porque todos se iban a dar cuenta que no era muy interesante, o que no tenía tanta personalidad como sus amigos, o peor, como su hermano. Pero Luttrell la convenció, incluso la ayudó a elegir la ropa que usaría y tras el perfume todo estaba listo.

Mientras iban conversaron de un par de cosas sin importancia, pero volvieron a caer en el tema de Adrian, que al parecer ahora era más popular que nunca.-Sí, fue mi novio hace un tiempo ya, de hecho duramos unos meses y terminamos medio mal pero ya lo superamos…lo del enojo; terminamos porque es un envidioso, me malogró unos pergaminos porque no quería que saque mejor calificación que él, ¿puedes creerlo?. Yo sigo gritándole cosas horribles cuando lo veo con otras, pero no digas nada de eso.-se rió por lo bajo y se acomodó la casaca que había comenzado a correr algo de viento ya.-¿Pero no lo sabías? ¿Por qué preguntas?

Llegaban ya a la fiesta, sonaba esa música que a Aldrich le gustaba y que a ella le parecía simplemente bulla, eran talentosos los músicos pero no era nada divertido moverse a ese ritmo, era como si quisiese que todos se fuesen. Llegó hasta donde estaba el grupo inicial y a Aldrich apenas le movió la mano, a Adrian claro que lo saludó al igual que a Pearlie, luego a la chica que no conocía con una sonrisa que no dejaba ver que estaba preguntándose quién era y qué hacía con Adrian allí, seguro su chica nueva o peor, la nueva novia de Aldrich.

-No creo saber tu nombre, soy Shadow. ¿Y tú….?-maldita curiosidad-.

Las vacaciones usualmente las pasaba en casa de los Vercelli, pero esta ocasión especial viajo a Noruega a visitar a sus padres, por eso regresar a su lugar seguro era la cosa mas increíble del mundo (tomando en cuenta que su padre se la pasaba mas tiempo con los hipogrifos que con ellas)

Esa tarde estaba literalmente tirada cual muerto en funeral en medio de la sala de Ogmios, sobre su cabeza un libro de la economía y las pociones actuales y como afectan en Europa. Su blanquísimo cabello solo relucía de entre los pergaminos, los libros y demás cosas que llevaba con ella en ese momento. Habia terminado una tarea extenuante y estaba por prepararse para un proyecto de investigación que estaba pensando en tomar acerca del motivo de la desaparición del bezoar en las zonas mas importantes de Londres, pero había muchos elementos políticos de por medio asi que tendría muchos contactos y muchas investigaciones que hacer.

Pero por hoy su cabeza estaba echa un caos.

Asi que era hora de salir un poco y distraerse, aire fresco para variar no le haría ningún daño asi que tras levantarse y recoger todo su mugrerito fue a buscar algo para beber, un cigarrillo para fumar y buscar por media facultad a Tucker para ver si deseaba acompañarla a beber algo aunque fuera para celebrar el regreso a la Universidad (pero estaba bien segura que Abby no querría para nada celebrar eso)
Salio al patio solo un momento, tranquilamente sacando una cajetilla de cigarrillos y llevándose uno a los labios cuando su vista hacia donde apuntaba el lago veía luces, probablemente estaba ahí la afamada fiesta que Burroughs había organizado. Bueno, no estaba de mas darse una vuelta.
Ni siquiera se preocupo por vestirse bien, ni verse “cool” sus épocas de fiestas y escándalos creados por el mismísimo Alechinsky, Emerich o Holland habían terminado pronto, ahora solo le gustaba ir y verlos mientras bebia un poco de alcohol.

Llego hasta aquel lugar encontrando poca gente aun, para la hora que era y en fin de semana creía que encontraría mas personas, pero tal vez aun era muy temprano, sin embargo, ahí estaba Abby, junto a otras personas, pudo distinguir a una de ellas como la chica que encontró en el aula de pociones, otra chica que tampoco tenia idea de quien era, Aldrich y Adrian estaban ahí también.
-De raton de biblioteca el tiene lo que yo de arrebatada… -murmuro Rune mirando a la joven que decía eso, dándole un beso a su amigo, otro a Aldrich y Shadow y sus respectivos a la jovencita Tucker, las otras jóvenes también merecieron sus besos educados en la mejilla sin duda.
-No llevo cerveza conmigo, pero tengo el cerebro chamuscado de tanto estudiar que si no bebo algo de pronto me va a dar un sincope… -menciono dándole una calada mas a su cigarrillo. –Tucker, ¿te crees muy buena onda llegando sin avisarme? -


ropita

No tenía particulares ganas de ir a la fiesta, sobre todo por que no me quedaba aún demasiado claro si la cosa era legal o no. Sí sí, entendía que Brigantia no era Hogwarts, que incluso varios profesores preferían ser llamados por su nombre y algunos charlaban con sus alumnos en la cafetería. Nada de prefectos, pero sí de ganar puntos y de hacer por la facultad, lo que me dejaba un poco dudando si con mi nuevo ingreso era prudente ir a una fiesta. Eso era lo que me quitaba las ganas, no el aparador social que significaba pasearse por ahí.

Tampoco iba acompañada de nadie y eso era incómodo, al menos para mi, a pesar de que nunca hubiera sido una de esas niñas que anduvieran en manada con su grupo de amigas o cosas parecidas. Pero no quería llegar ahí con mis mocasines color coral a mirar para todos lados sin saber a quién acercarme. Incluso llevar a Niko o a Niels hubiera sido una buena idea, pero no los había visto por ningún lado y más valía empezar a mostrarme un poco independiente de mi extensa familia, aunque eso fuera complicado.

La fiestita estaba organizada, con mucha soberbia en el mensaje, por alguien que era más o menos mi familiar (más que menos), y claro, no me había cansado de ponerles malas caras por que los apellidados Burroughs nunca parecían mirarnos como si no fuéramos de su misma condición o algo así, distinción bien arraigada gracias a mi querida abuela que solía decirle a Perlie, frente a todo el mundo como buena costumbre familiar, que ella era "como la flor que crecía en el pantano". Usualmente yo me carcajeaba para que después me llevara un regaño y nada más, pero esas cosas hicieron algo de mella en la relación familiar, salvo con Niels, siempre tan diplomático.

Y llegaba demasiado temprano a la casi reunión familiar, lo único conveniente fue que Abby ya estaba ahí y me le pude acercar dándole un empujoncillo familiar a manera de saludo, moviendo la mano hacia los demás, mis primos, una rubia que no conocía y Silver, a quien ya había visto por los pasillos, pero sólo lo miré y arrugé la naríz como si fuera una niña de cinco años que no quiere tomarse la medicina o algo así. Le hubiera contado algo a Abby, pero como Rune también se acercaba opté por quedarme en silencio.

El método de la maldición Cruciatus consiste en (FIESTA) que por la vía mágica se canaliza (FIESTAAA FIESTA!) la energía neural de un ser vivo (Fiestaaaa, fIeStA!!)... Bueno ya! Si ni podía estudiar más pensando en que por fin habría algo de diversión en la universidad. Digamos que era hora, tanta clase, tanta clase, y nada de joda no era salud, no era vida!

Se enteró en la sala de convivencia, compartía facultad con el organizador, aunque nunca había compartido una charla sostenida con él. O con prácticamente nadie. Excepto por María no tenía amigos. Era un nerd de mierda, una porquería ermitaña y despreciable, horrible e insoportable que se merecía vivir en la sombra comiendo arañas por toda la eternidad... Em no, para tanto no, pero mis pocas habilidades sociales ya estaban en terapia intensiva desde que había llegado.

Derecho al cuarto a buscar mi saco fiestero. Mi fiel compañero, siempre cargado a tope con todo lo necesario, a mi gusto, para pasarla decentemente bien. Tenía el tamaño de un dedal, pero cargaba más que un par de mulas con anabólicos! Me lo colgué del cuello con un hilito y partí pa'l lago a ver si encontraba el lugar dónde se reunían. Para mi era complicado el tema, no tengo habilidades de rastreo, soy igual que un sabueso pero uno muerto.

Ni bien puse un pie en el césped, unos pasitos fuera del castillo, busqué una tuquita de dentro de mi saquito y lo encendí con mi zippo (ya no lo hacía con la varita desde que la mitad de mi ceja terminó carbonizada). Unos minutos, y unas cuantas caladas después, iba caminando ya un poco achuecado, y se me cruza un gato blanco que se pone a acechar un pajarito. Salta para intentar agarrarlo pero se le vuela. -jajaja gato barato!- Y todo contento y risueño no vi un pozo del tamaño del culo de Hagrid que estaba adelante mío. Me di con todo contra la tierra. Me empecé a reir como tarado, más tarado aún, me levante y me fui.

Todo el resto del camino me reía solo por lo que ocurrió. Y tenía una suave sensación tibia en el pecho, pero no me interesaba porque al fin se hacía visible la luz de una fogata que debía ser la fiesta, o el aquelarre del mes. Lo que fuera estaría bien igual.

Era la fiesta! Aunque no eran muchos, y solo los conocía de vista a todos. O a lo mejor ya los conocía, qué se yo! mi mejor amigo podría estar ahí y no lo reconocería entre el golpe y la tuca y media que ya me iba clavando. -Hola gente, cómo va?-Saqué mi bolsita fiestera, la agarré con las dos manos y la abrí hasta que tenía el tamaño suficiente como para meter mi cabeza dentro. -Aquí tengo bastante vino, fernet, gaseosa de cola para mezclarla con el fernet, tucas por montón, cervezas, licores, en fin... hay mucho, solo háganle unos accio con lo que busquen y a lo mejor esté aquí dentro- Solté la bolsita, volvió a su tamaño de dedal, y quedó flotando solita en el centro.

Yo me senté junto al grupo. Estaba un poco mareado y me estaba dando algo de frío. Aunque esa sensación tibia en el pecho seguía estando allí. Como si algo goteara por mi camisa desde mi cara. Agaché la vista para ver qué era, y resultaba que tenía sangre en todo el pecho. -Ahh esto era lo que sentía- dije para mí y me empecé a reír solo... Estaba lindo el lugar, aunque sea para distraerse nomás. Ya se vería como pasaría la noche en ese sitio.

La puntualidad nunca fue su fuerte más bien era como su padre de llegar el último a todos los lugares, sin embargo, ¿una fiesta? Mejor tarde que temprano. Había pasado las últimas dos horas vagueando en su habitación hasta quedarse dormido y para cuando se despertó solo bastó una ducha, calzarse sus desgastados tejanos, sus botas, una camiseta y la cazadora negra. Bajó por los terrenos hasta el lago Dagda fumando uno de sus cigarrillos, no creía encontrar a nadie conocido pese a que él en sus tiempos de Hogwarts fue uno de los tipos más populares… pero claro, si desapareces dos años hasta el puto culo del mundo, la gente termina olvidando tus hazañas.

Una vez llegó se mantuvo justo en los limites bajo un árbol, apurando el cigarrillo mientas observaba a la gente. Estaba sacando el segundo cuando vio a lo lejos a Gianna acercarse hasta su amiga de toda la vida (o eso creía Adair tras la charla que tuvo con la muchacha en el bar) y eso le sacó una sonrisa por lo menos tendría a alguien con quien entretenerse puesto que no tenía ni idea de donde estaba su hermana pequeña. A pasos ligeros se acercó hasta donde estaban las muchachas – ¿Tomar algo frío sin invitarme? ¿Dónde están esos modales italianos de la familia, Gianna? – sonrío de lado y con todo el descaro del mundo, pasó el brazo por encima de los hombros de la chica para pellizcarle la mejilla – Hola Sofie y compañía – agregó sin borrar la sonrisa para darle otra vez una calada, soltó el humo y a lo lejos observó a alguien – Hostia, ¿ese no es Silver? – bajó la mirada hacia su querida hermana postiza - ¿Has visto a Autumn? Debería estar por aquí pero no tengo ni idea de donde…

La soltó porque necesitaba las dos manos para volver a encender el cigarrillo que se había apagado por la suave brisa. Tras sorber varias veces el filtro miró otra vez alrededor viendo a Crawford, el chico islandés con quien jugó en el campo de Quidditch, Rune, anda, ¿no estaba en la enfermería? Y… alguno más pero que recordaba vagamente su cabeza, perdón, era así de despistado.

- ¿Qué quieren de beber? Seré amable y lo iré a buscar.

Y de pronto, en apenas 5 minutos no paró de llegar gente y más gente, saludó amablemente a Abigail, su antigua compañera de equipo con quien había compartido buenos momentos en el campo pero que por la diferencia de edad no habían hablado demasiado fuera de lo estrictamente deportivo.

No le dio tiempo a mucho más que llegó Pearlie Burroughs, una buena amiga a quien su madre más de una vez le había dejado ir que le gustaba como nuera, al parecer entre comida y comida, la familia de Burroughs hicieron buena amistad con los Silver y era habitual que unos se vieran con los otros. Él la veía como una mezcla entre una hermana pequeña y la guapa joven que había sido. Le comentó que lo había estado buscando por la biblioteca… Adrian aunque era asiduo a ella no solía ir demasiado si podía evitarlo, ella le saco la lengua y lo abrazó a modo de saludo.

En eso que mientras recibía el saludo de Pearlie llegó Sofie con Shadow, que al parecer habían escuchado el comentario de la biblioteca, porque la estudiante de periodismo con un comentario divertido corroboro que era un ratón de biblioteca. El joven levanto ambas cejas poniendo los ojos en blanco y sonrío a la vez que le ofrecía su cerveza.

-Todavía no la he tocado, si la quieres es toda tuya.

Sofie era aquella amiga reciente a quien había conocido con una historia divertida y no hacia mucho se habían encontrado en la biblioteca, le había invitado a tomar una copa nocturna algún día de estos porque realmente era una persona que le caía bien y quería ver si podía profundizar más su amistad y que mejor manera que salir a divertirse. Junto a la Joven saludó también a Shadow, su exnovia, se comportaban de manera que parecía que entre ellos no había pasado nada, en parte era mejor así, al menos no se sentía incomodo por su presencia y seguro que ella tampoco. No obstante siempre que se encontraba con ella deseaba que no le viera el colgante que llevaba por dentro de la camiseta que ella le regalo, ¿que pensaría sino?

No lo pensó mucho más que llegó otra amiga, esta en su defensa por llamarlo rata de biblioteca.

-Así es, Rune, así es, me alegro de verte aquí.

Sonrío de manera especialmente sincera, le guardaba mucho cariño a aquella joven, siempre le había ayudado en la escuela, era su mentora. Fue escuchar que ella tenía sed y con un rápido movimiento de varita trajo dos cervezas, le ofreció una a quien é consideraba que era como una hermana mayor, pero eso era mejor que ella no lo supiese.

Llegó Paprika, la pelirroja que le había estado chinchando en Hogwarts, especialmente cuando perdió su puesto de prefecto. Al verle arrugo la nariz, gesto que le hizo reír con uns carcajada apagada, no sabia explicarse muy bien porque pero cada vez que le sacaba la lengua o le chinchaba algo en su interior le hacia ruborizarse levemente, ¿le gustaba? ¿Pero como puede gustarte alguien que siempre intenta mofarse de ti? Adrian se sentía en aquel momento un poco masoca al pensar en eso.

No paraba de llegar gente, en eso que vio a Joseph Crawford, compañero de facultad, no era amigos ni enemigos, simplemente sabían de la existencia el uno del otro y como no parecía que ninguno estuviese en la labor de molestar al otro pues... tenían buena convivencia. Se acercó a ellos cogiendo una cerveza y dándole una palmada amistosa, Adrian le devolvió el saludo levantando la cerveza levemente y sonriendo. No pensaba probar las hierbas de aquella bolsa que había sacado pero cada uno era libre de hacer lo que quisiese, él no lo iba a impedir. Vio como Joseph brindaba fijándose especialmente en Pearlie, levanto instintivamente una ceja al darse cuenta de ello, pero no le dio mayor importancia que la que tenia, así que se quedo mirando a su alrededor, había llegado el primero pero por suerte no seria el único porque empezaba a haber bastante gente.

Apareció por allí un extraño joven con la camiseta manchada en sangre, no obstante había traído también bebidas, no le conocía de nada y el primer pensamiento que le asalto la cabeza fue que era un pelín bastante raro, ¿pero quien era él para juzgar apariencias? Al fin y al cabo, no hacia mucho él había bailado en la biblioteca.

En eso que apareció otro chico al que no conocía, había oído hablar de el como el islandés, le pareció un tanto curioso al escuchar su forma de hablar pero no pasó de allí, correspondió al saludo como todos los demás y entonces, llegó Gianna Vercelli, sus ojos en ese momento se quedaron fijos en ella mientras se acercaba y saludaba a Sofie, recordaba como tonto de él, acostumbrado a que ella no dejase de mirarlo al pasar por su lado, pasó una mañana repetidamente delante de un árbol en el que ella estaba estirada leyendo y ni se percató de su existencia, desde aquel momento que no sabia porque, necesitaba hacer notar a la joven que él estaba allí. Mientras su mente recordaba aquello, Adair se apareció por allí, era un chico con quien había rivalizado por el quidditch en el pasado pero olvidaban cualquier diferencia con cerveza en mano y contando chistes y tonterías. Escucho su comentario de sorpresa al verlo y se acercó a saludarlo.

-Adair, que bueno verte por aquí. Oh, no te preocupes ya te alcanzo yo las bebidas.

Y con otro movimiento de varita acercó varios botellines de cerveza y alguna copa de champagne, ofreció a su antiguo rival uno de los botellines y le ofreció otro a Gianna, a la vez que lo acompañaba con un guiño pícaro.

-Me alegra verte por la facultad, es agradable ver caras conocidas y ya veras como en cerridwen lo pasaras bien, al menos mientras no tengamos que estar en la biblioteca.

¿Tengamos? …Si, realmente no le importaría poder pasar más rato junto a Gianna. Estaba contento allí, había mucha gente conocida y se encontraba cómodo, parecía que todo estaba yendo bien.

No era ningú secreto que tenía una de las famílias más caóticas de Inglaterra, como tampoco lo era que, a pesar de todo, se sentía completamente cómoda en el desastre que suponía tener la casa llena de gente que gritaba, que corría para quitarte el turno del baño y que dejaba todo desordenado. Incluso estaba a gusto con la manía que tenía su madre de adoptar cualquier bicho desvalido que encontrara por la calle, y que terminaba llenando la casa de pelos. Sin embargo, a pesar de que todo aquello le gustaba, el haberse mudado a Brigantia suponía un alivio. Una habitación tranquila y ordenada y sin oír peleas constantemente. Igualmente le quedaban las navidades y todas las demás vacaciones para poder volver a su caos.

Y tampoco se había deshecho del todo de la família. Su padre había obligado a su hermano Adair a matricularse también para intentar que hiciera algo decente con su vida, y de paso se suponia que ella debía tenerlo vigilado. Sin embargo Autumn tenía muy claro que no iba a ser la niñera de nadie. ¿Que Adair quería meterse en líos y no abrir un maldito libro? Pues que hiciera lo que quisiera. Mientras no se metiera en sus asuntos todo estaría bien, porque ella tenía muy claro lo que había ido a hacer.

Pero el que estuviera en Brigantia para seguir con su impoluto expediente de notas no quería decir que fuera a pasar por alto aquella invitación de Aldrich para una fiesta en el lago. Cualquier oportunidad para ver a la gente que conocía y con la que todavía no había tenido oportunidad de coincidir desde que se había matriculado siempre era buena. Y si algo sabía es que habría alcohol, y se lo podría pasar bien. Una buena forma de empezar antes de tener que dedicarse más seriamente a los estudios.

Suponía que si era una fiesta con fogata en el lago sería algo informal. Eso no quería decir que no se hubiera pasado más tiempo de la cuenta preparandose frente al espejo para conseguir el look informal pero favorecedor que quería. Era su primera fiesta como universitaria y quería ir bien. Además que nunca se sabía a quien te podías encontrar ahí... Y dentro de la sencillez del conjunto había elegido aquellos shorts precisamente porque pretendía lucir piernas, una de las parte de su cuerpo de las que estaba más orgullosa.

La fiesta contaba ya con bastante gente para cuando llegó. Evidentemente su hermano estaba ahí, y llegó justo para oirle preguntar por ella. Estaba con Gianna, Adrian y Sofie, aunque en realidad todo el mundo parecía estar cerca de todo el mundo.

- No, nadie me ha visto porque me estaba arreglando. Me toma un tiempo hacerlo, ¿sabes? Y ya que te ofreces, yo quiero un whisky de fuego. - se arriesgaba a que su hermano volviera con alcohol para todos menos para ella, con eso de que creía que tomando ese tipo de decisiones por ella le hacía un favor. Y luego se giró para dedicar una sonrisa a Sofie, a Adrian y a Gianna, y hasta se acercó para dar un breve abrazo a esta última - ¿Que tal? Es como mi primera fiesta en la universidad, y ando un poco nerviosa... Ni siquiera sé a quien conozco y a quien no.

Fue entonces cuando paró un poco de atención para los demás. Vio a Paprika, a Abby, a Shadow y Aldrich y a Joseph... Fue a este último a quien le dirigió una sonrisa coqueta a la distancia, pensando que una vez consiguiera distraer a Adair se acercaría a hablar con él. Por lo menos su presencia en la universidad le aseguraba que no iba a aburrirse.

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¡LOOK!

Había llegado hasta sus pies un pergamino que anunciaba una fiesta en el lago. ¿Fiesta? Bah, ese tipo de eventos sociales no le llamaban en absoluto a Eira. No es que no le gustara relacionarse en absoluto con la gente, lo que no le gustaba era el significado que esas palabras guardaban detrás: alcohol, tonterías infantiles y demás. Ya llevaba varios años en Brigantia y se había quedado impresionada con la cantidad de niñatos que había en la academia. Eso había hecho relucir en Eira su rasgo más característico: las bromas, novatadas. Sonrió abiertamente cuando lanzó con muy buena puntería el pergamino a una papelera. ¿Joder el asunto? Por supuesto, les iba a enseñar a esos novatos que la vida universitaria mágica no era un camino lleno de rosas, para nada. En esta vida no todo era diversión, bien podían decírselo a la joven rubia que por tantas calamidades había tenido que pasar. Aquellos niños iban a aprender esa noche lo que era una fiesta de verdad...

Había hablado con su querida hermana Summer, comentándole su idea y acordando un par de cosas para que la fiesta fuese perfecta. No es que a Eira le gustase ir jodiendo a los demás, simplemente quería que sentasen la cabeza de una vez... Perfecta excusa para gastarles una broma, adoraba gastar bromas. También le comentó que fuera con Evander, ese medio hermano suyo rubio que tanta rabia le tenía (era un bicho raro a sus ojos) para que no sospecharan. Después de todo, los que eran veteranos en Brigantia sabrían lo que supondría que Eira acudiese a la fiesta: caos absoluto. Y así lo predijo en el té que se tomó a las cinco de la tarde. Incluso los posos se lo decían, aquella noche iba a ir todod de maravilla. Todavía no habían comenzado las clases en serio, pero ya había captado un par de rostros conocidos de los que no se olvidaría por la noche.

La noche... Ja. La noche era su punto más fuerte desde aquel incidente. Nunca se había sentido segura cuando el sol desaparecía y cambiaba por la luna, pero desde ese momento sentía que la noche era una parte vital de ella misma. ¿Cómo se podía tenerle miedo a una parte tuya? Perfecto, todo perfecto. Se arregló para la ocasión por supuesto, recogiendo sus cabellos rubios en una larga trenza y poniéndose la ropa más asquerosa que tenía (asquerosa, que no sucia) para sacarles una mueca a algunos conocidos. Después de todo, en el pergamino no aconsejaba nada sobre la vestimenta, libertad total... Metió la varita en el hueco que siempre se dejaba en la bota, un lugar seguro, donde no sufriría daño alguno.

Salió de la zona de los Arianhord y se adentró en el terreno del lago, escondiéndose entre la vegetación que encontró. Ella solía llamar mucho la atención, sobre todo cuando abría la boca y... ¡es que no podía mantenerse callada! Gran defecto que le había llevado numerosos castigos en Hogwarts y también en Brigantia. Ilenna la acompañaba como siempre, su fiel lechuza blanca estaba posada sobre su hombro, esperando instrucciones. Desde que en segundo curso de Hogwarts, inventó su hechizo sobre la escatología lo estuvo perfeccionando, haciendo incluso que Ilenna defecara cuando ella se lo ordenase. Por eso mismo la llevaba con ella, porque sacar una varita de una bota era mucho más llamativo que una lechuza volando por los alrededores. No, Eira no era tonta, para nada.

Pudo ver perfectamente la fogata que se alzaba por el cielo, cosa que hizo que observara las estrellas. Incluso las constelaciones estaban de su lado... Eira sonrió abiertamente, escondiéndose entre unos arbustos y avistando a algunos conocidos y a otros que no tanto. Mostró una mueca de asco al verlos interactuar, ¿por qué una persona tan libertina como Eira había acabado en un lugar lleno de idiotas hormonizados? No lo entendía y si seguía estudiando allí era por su hermana Summer, y quizás también por Evander, ese medio hermano suyo que de alguna manera pedía a gritos protección. Acarició el cuello de Ilenna y extendió el brazo para que alzase el vuelo, no, todavía no había dado la orden, pero quedaría muy poco...

-Vamos pequeña... -y se despidió de ella para después salir de su escondite con una gran sonrisa. Vio a Paprika, hermana pequeña de la que fue una vez su gran amor y la saludó con un movimiento de cabeza, después saludó orgullosa a la gente que seguramente no se alegraba de verla en la fiesta y pasó un brazo por encima de los hombros de Evander. Le daba lo mismo que estuviera en mitad de una conversación-. ¡Hooola a todos! Que buen ambiente hay en la fiesta, ¿eh? Vosotros sí que sabéis montar una fiesta -y estalló en una carcajada eufórica. Algunos la llamaban loca, otros marginada, pero a ella le daba lo mismo-. La luna nos informa que esta noche será... "espectacular" -informó a sus acompañantes señalando con su dedo índice el cielo estelar.

Eira~

La tranquilidad de escuchar musiquita, fumarse un cigarrillo y mirar al cielo se le acabó en dos segundos. El lugar se llenó en menos de lo que se demoraba en decir "Finite Incantatem". Nadie se negaba a bebida aunque fuese de parte de Burroughs. Se puso de pie no más para que no le pasaran por encima, iba toda de negro y la luz tenue no ayudaría.

La primera en aparecer fue Pearlie, la última quizá que pretendía ver allí por su característica que ella llamaría "estirada", no le parecía ser del carácter fiestero y bebedor, pero la universidad cambiaba a la gente, y no le molestaba que la cambiara un poco a ella. Se le acercó y sin más la abrazó contra su pecho para alejarse un poco y sonreírle, era tan idéntica a Frances que asustaba - Claro que te recuerdo, cómo olvidar esa carita? - le haló las mejillas como si fuese una niña y luego la dejó en paz al ver que se acercaban a ella la misma chica del otro día en el campo de quidditch y alguien a quien le parecía haber visto antes pero que no cuadraba.

- Abigail Tucker- dijo con simpleza (supondré que te diriges a mi Shadow, pero no estoy segura, si no es así avísame, gracias) a Shadow, no solía decirle a extraños que podían llamarla Abby sin más. Tenía un aire un no sé qué... seguro estaba relacionada con Pearlie o con los Alechinsky, o con Aldrich. Si sin lugar a duda tenía más de Aldrich. Pero no preguntó, dejaba que su curiosidad se saciara sola, le gustaba más disfrutar de aquellas cosas y dejar que la gente la sacara de dudas en su debido momento.

Se disculpó por un momento del trio y fue por una cerveza, la destapó y bebió un trago largo antes de volver a calar del cigarrillo. Entonces vio entrar a Drane. Ah, ese cabello y esos ojos eran difícil de perderlos - Siempre seré buena onda contigo o sin ti - le respondió con una amplia sonrisa desordenándole un poco los cabellos - sabía que aparecerías tarde o temprano, cuando te perderías bebida gratis? - tomó una botella de cerveza y se la ofreció ignorando por completo que Silver había usado su magia para ofreciéndole una también - No te preocupes, si te desmayas, te despierto con un beso de verdadero amor - le dijo chasqueando la lengua con gracia.

- Siempre fuiste tan popular?- le preguntó a Silver de paso, aunque ser jugador de quidditch te daba algo de nombre en Hogwarts, ser alumno de Ravenclaw y pasar en la biblioteca por horas no le daba a uno mucho tiempo para socializar. No que le importara mucho en realidad la de chicas saludándolo, solo trataba de mantener conversación para no perderse de mucho.

Unos cabellitos rojos le llamaron la atención antes del empujoncito de saludo. Guió toda su atención a la presencia de Paprika - hermosa - le saludó antes de darle un beso en la mejilla - podríamos llenar esta universidad con el árbol familiar de ustedes - dijo mirando a Pearlie, Aldrich y Paprika respectivamente, sonriendo suavemente pues conocía los roces de aquellas familias. Bebió de nuevo y le mostró la botella a la peliroja a ver si le indicaba si quería beber para pasarle una botella.

A otros que llegaban les daba poca importancia, no los conocía y sabía que llegarían otros tantos así. No se le daban bien los extraños, siempre se les ofrecía bastante fría, porque no era de hacer amistades a la ligera. Y no es que fuera a ponerse a saludarlos a todos. Al que la saludaba le devolvía el saludo por igual y nada más. Le parecía que había visto a más de uno allí pero no iba a preguntar o tratar de hacer nuevas amistades en aquella noche, que viniera lo que tenía que venir.

Ladeó una sonrisa al ver llegar a Adair, más por la gracia que le hacia su informalismo. Saludó con la misma indiferencia, como si jamás en la vida lo hubiese visto, ni que le hubiese visto crecer desde que dejó los pañales.

Las conversaciones comenzaban a irse por sus propias ramas y en poco el grupo general comenzaba a convertirse en pequeños grupitos con sus propias cosas. Ya de por si le era difícil aquello de tratar con extraños para que se hicieran más extraños ellos mismos. Ladeó la cabeza y caló del cigarrillo una vez más lanzando el humo hacía arriba para no molestar a nadie lanzándole el humo en la cara, en especial a los que no fumaban.

Saludó ligeramente a Autumn cuando se dio cuenta que la miraba, pero parecía que ella andaba en sus cosas así que quizá más adelante en la noche se le acercaría para saludarla correctamente. No era demasiado buena con conversaciones a menos que incluyera romper leyes, política o cosas por el estilo, pero sabía que comenzar un tema sobre la situación mundial era estúpido por lo que simplemente buscó su cámara en su bolso, observó a los presentes y sin más lanzó un flashazo al rostro de Drane - primera del semestre - le dijo y se subió a las rocas para tener una mejor visión del total de las personas

- Si alguien no quiere ser fotografiado me avisa para eliminarlo de las originales - avisó aunque dudaba que muchos la hubiesen escuchado bajo el ruido de la música - Espero hagan cosas ridículas – mencionó por lo bajo y enfocó el lente sobre la fogata a sus espaldas, el cielo, el bosque que los rodeaba y finalmente el completo de gente que ya estaba allí.

Suerte que ya iban llegando y no pudo responder a Shadow, pues no quería evidenciarse en que algo le gustaba de ese chico y peor aun irse de boca y terminar delatando a Gianna, y conclusión de ambas cosas quedar en medio como una bitch total, que no terminaba de abrirse de la situación y dejar a la parejita (adrian&gianna) ser feliz, incluso ayudar y todo…. Y es que aun no se decidía a hacerlo, sobre todo porque no le gustaba la idea de que cualquier chico pudiera preferir otra chica, antes que a ella!!! Y menos cuando ella estaba interesada! La cosa era porque le gustaba Adrian? Pues sobre todo porque estaba casi super segura de que no sería un medio hermano!!

Y pensando en eso, mientras rechazaba amablemente la cerveza de Adrian, aparecía Gianna!! Mentira que no se podía llamar a la gente con el pensamiento! Ahí estaba la prueba fáctica de que sí!

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Vio llegar a Páprika y entendió que estaba media sola. Le daba pena, pero no podía hacer nada, era la pelirroja no Sofie, la que levantaba siempre una pared de hielo entre ambas, así que se quedó en el sitio intentando al menos cruzarse con su mirada para dedicarle una sonrisa, cosa que si la chica quería acercarse pues, supiera que iba a ser bien recibida!...
También vio a Emmanuel llegar… ese friky loco! Acaso eso era sangre?? Pero que!? Ahhh… habría gente a la que nunca entendería!... Aunque admiraba su esfuerzo de “integración” al convidar con el arsenal entero de bebidas alcohólicas.
Y sobre todo aparecía el “extranjero”… bueno, ella también era inmigrante pero no tenía ese acento exótico, ni sudaba tan lindo. Hákan , se había aprendido su nombre unos días antes en el campo de quidditch y no pensaba olvidarlo, no por la guapura y tal (aunque si!) sino porque presentía que detrás de esa cara melancólica se ocultaba una buena historia, una muy buena de tierras lejanas, lucha y supervivencia….
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Volviendo a Gianna. –Gianna!!- La saludó con un divino beso y se dejó jalar por ella para quedarse todo el rato abrazada y ya. No iba a dejar a Shadow de lado claro que no, pero de nuevo volvía a sentirse popular (como en su antiguo colegio donde conocía a todo mundo y donde, desde las divas hasta los looser pedían su consejo) y le tentaba andarse paseando con quien más le conviniese! No lo haría, claro que no, porque allí todas eran muy amadas amigas de su infancia y era no era tan maldita pero… tenía que moverse cautelosamente para no perder a nadie en el camino.

- estábamos esperando que tu nos consigas algo! – respondió a Adair sonriendo pero para picarlo un poco, si saber que al instante llegaría su hermana para hacer casi lo mismo. Ahí otra prueba! Adair también tenía la capacidad de llamar a la gente con el pensamiento! Debía ser una nueva mutación de los brujos y brujas… Ya escribiría un informe sobre eso! Saludo va saludo viene, detecto a alguien con una cámara! Justo!!! Justo lo que necesitaba!!

HEY ABI!!! – si, se estaba tomando mucho atrevimiento con eso de gritar y sacudir los brazos, llamarla por un diminutivo cuando recién el día anterior la había conocido, pero daba igual – NOS SACAS UNA FOTO!?!?! – No pidió permiso!! Solo espero a que la chica le diera la señal y movió a sus “fotografiados”… tomándolos de las camisas, jaló a Adrian con un brazo y a Adair con el otro, se puso al lado de Gianna, Le dijo a Shadow que sonriese bonito! Y a Autumn casi lo mismo… SONRIAN!!!

Silver fue el primero en llegar, Aldrich estaba hasta ese momento bastante en su onda moviéndose como un frenético y no se detuvo en medio de su solo imaginario de guitarra para saludarlo, faltaban apenas unos segundos, tenía un gusto por ello aunque de instrumentos no sabía nada, sólo los nombres y tampoco con pericia. Lo conocía por ser el ex de su hermana y algo más que un picaflor con las chicas de Hogwarts hasta lo que él llegó a ver, tampoco es que hubiese estado pendiente de él.

-Sí, Aldrich.-no estaba muy animado pero su expresión cambió cuando dijo lo de la cerveza, apretó los labios y se hizo un poco hacia atrás como para darse gusto con la vista de la cantidad de cerveza que llevaba, muy considerable la verdad, así daba gusto hacer una fiesta que parecía campamento en recesión, pero tampoco era un decorador de interiores para ponerles antorchas o mariconadas.-¿Por qué carajo no terminaste como mi cuñado? Cerveza es lo que se necesitaba.

A Tucker la reconoció por lo del campo de Quidditch, por eso la saludó hasta con amabilidad y sólo sonrió ante su comentario, de hecho esperaba que todo el asunto comenzase más tarde pero a cuentagotas iban llegando. Se hubiese quedado arreglando las cervezas en un improvisado glacius que puso sobre el lago pero llegó Pearlie, y cómo no, la abrazó como si no se hubiesen visto desde hacía años, es que era casi su hermana como muchos de sus amigos de la escuela habían escuchado cada que la mencionaba, le dio un gran beso en la mejilla como el que ella le había dado, ahora sí con una sonrisa tremenda.

-Sí es por ti, pero no le digas a la abuela.-respondió mientras ya se iba a acomodar las cervezas que faltaban pero le dio una a Pearlie y una a Tucker, Adrian que buscase la suya que tampoco era tan buen anfitrión.-

Como aparentemente su prima se conocía con los dos asistentes se fue a dejar las cosas en donde había comenzado a acomodarlas con un simple movimiento de varita, no tardó casi nada y regresó para encontrarse con Sofie y su hermana, de hecho la presencia de la última lo sorprendió un poco aunque de hecho no le desagradó como pensó que sucedería. El comentario de Luttrell lo dejó algo desconcertado, no sabía por qué tanto problema con lo que se dijese o no de la fiesta, así que asumió que se trataba del poco cerebro que le atribuía desde chica y le dio un par de palmadas en la frente como para que se le acomoden las ideas. A Shadow, apenas un movimiento de cabeza cotidiano.

Saludó rápido a Rune porque estaba viendo que se acercaba más gente y tenía curiosidad por saber quienes se habían dejado engañar con su anuncio, es que parecían animados como si aquello fuese a ponerse mejor que en fin de año.

-Pear, ¿no quieres poner unas lucecitas con Sofie y compañía? Yo no sirvo para la decoración de interiores, de hecho esperaba a tres gatos y ya.-no esperaba ni ese éxito moderado, menos la presencia de su prima Paprika, aunque de llamarla así seguro ella lo negaría, por eso apenas le hizo un saludo elevando las cejas y ya. Llegó pronto Crawford, lo conocía a medias porque estuvo también en Hogwarts y aceptó la hierba de buena gana, de saludos sólo una palmada en el brazo que las prioridades estaban más dirigidas al grupo femenino allí reunido. Abrió la bolsa y olió la marihuana, qué carajo importaba si Shadow se ponía especial con eso.-Se ve buena, ahora armo unos porros para animar a estos animales fiesteros.

Otro ofrecimiento llegó pronto de quien sabía era uno de sus compañeros de carrera, no lo conocía de nada o no lo recordaba pero le dio un par de palmadas en la espalda como saludo y agradecimiento a falta de más carisma para repartir, le faltaban algunas cervezas para eso y por ello sacó un pedazo de pergamino arrugado de su bolsillo y comenzó a armar los canutos. Puso uno en su boca y con un golpe repetido en el brazo a Crawford le pasó uno, después de todo él había traído la droga. Armó unos tres más y los metió a la bolsa luego de mostrárselos a todos, si alguien quería que pidiese uno y ya.

-¿Qué tal…Háken? Hákan, ¿no? Soy Aldrich; bienvenido, pásatelo bien y fuma un buen porro.-le pasó uno sin saber que el apellido de quien ahora se le presentaba en frente con un acento muy particular era hijo de quien fuese amigo de su madre, no tenía tanto instinto como para que esas ideas simplemente surgiesen en su cabeza. Brindó con él tomando una botella de las que trajo y le pasó uno de los porros, tampoco sabía cómo integrar gente.-

Saludó a Gianna que acababa de llegar pero no con un beso que estaba ya encendiendo su porro con la varita, a él no le había sucedido nunca lo de las cejas y ya la presión de que eso fuese una fiesta comenzaba a sentirse, por eso se alejó hacia la radio mágica y colocando un sonorus sobre su garganta se dirigió a todos.

-QUIEN QUIERA CAMBIAR LA MÚSICA QUE LO HAGA, PERO POR FAVOR POR FAVOR POOOR FAVOR NADA DE MIERDAS COMO RIHANNA O LMFAO.-la sola idea de que pusiesen eso lo exacerba, disfrutaría mientras la última canción que podría disfrutar en la noche antes de que alguien cambiase la estación.-

No supo en qué momento Sofie lo jalaba -o lo abrazaba, cualquier cosa pudo ser, hasta que haya tropezado sin querer porque ya iba volando un poco- para tomarle una foto pero no logró ni sonreír en un primer momento, ya luego con la droga llevando hasta su cabeza le salió una risa que en la foto lo haría parecer como un ser tan sociable como uno de esos socialité de Soho.

-En mi defensa no habías llegado, majadero-Le saqué la lengua. Era una costumbre nuestra de andarnos peleando por cualquier cosita. Peleas sin sentido e insignificantes en realidad. Eran esas cosas que mantenían nuestra amistad a flote porque el día en que Adair y yo dejáramos de discutir, sería el fin de nuestra amistad, estaba segura de ello. Y de una u otra forma, sabía que él también pensaba así. Encontré con la mirada nuevamente a Silver gracias a que Adair me lo recordaba. Fruncí el entrecejo y le dirigí una miradita asesina. Quizás si nos quedábamos en la oscuridad, Adrian no notara mi sonrojo. Si, eso haría.-No, no la he visto, no debe tardar en llegar…. Ah mira, ¡ahí viene! Oye, yo quiero una cerveza, se buen chico y tráeme una, ¿si?

Pero en realidad no me dio tiempo de que Adair me reclamara nada porque Adrian justamente se encontraba ya cerca de mi ¿en qué momento había llegado tan rápido? ¡Genial! Sentía como mi cara comenzaba a ponerse roja y como mis manos comenzaban a temblar. Le agradecí el gesto de la cerveza con una sonrisa y luego la destapé con la varita. Le dio un gran sorbo mientras el muchacho me decía de lo bien que iba a pasármela en Cerridwen.

-¡Pero la biblioteca me encanta! ¡Es enorme! Podría pasarme la vida entera ahí si me lo propusiera, convertirme en un ratoncito de biblioteca con lentes enormes que hagan mi cara parecer la de una mosca.-Justo en ese momento llegó Autumn y fue como si la campana sonara porque me sentí un poco más tranquila.-No te preocupes, mira, él es Adrian Silver, no sé si se conozcan, pero va a Cerridwen, a Leyes, si mal no estoy.-cerré un poco los ojos porque sentía que me comenzaba a delatar yo misma. Resoplé y luego sonreí como si todo estuviera normal.

Respiré hondo y luego sentí como Sofie me jalaba hacia algún sitio. Luego vi que se trataba de una fotografía. O bueno, al menos Sofie pretendía que Abby nos tomara una fotografía, así que bueno, era el momento perfecto para que mi sonrojo pasara desapercibido aunque seguramente se notaría muchísimo en la fotografía. Bueno, ¿qué más daba?

-¡Oh, vaya, Abby! Que destello tan fuerte saca tu cámara, es genial ¿dónde la conseguiste?

No podía quejarse, la población universitaria era sumamente atractiva y mentiría si negase que más de un chico le llamó la atención, no sabía que Sofie pensaba lo mismo, si no se hubiese quedado con ella evaluando a cada muchacho que iba llegando, ojalá fuesen amigos de Aldrich para que se los presentase por lo menos. Se veía algo más formal que todos y el comentario que le soltó Aldrich en un susurro no ayudó a mejorar su humor, estaba seguro que a diferencia de su hermano no todos pensaban que sobreactuaba porque no era así, si a ella le gustaba arreglarse cada que salía a quién le importaba.

Pero no le dijo nada porque en fin, era su hermano y siempre sabía que las cosas no las decía con maldad. De todos modos estaba el tema de los chicos, ya le iba a comentar a Sofie algo acerca del recién llegado de cabello corto que hablaba curioso cuando vio a Gianna Vercelli jalarla hacia un lado como si le perteneciese. Enarcó una ceja tal y como hacía su padre al enojarse para luego ir tras ellas dos porque no sabía qué pocos modales tenía Gianna como para hacer eso, lo peor es que le recordaba a su madre y eso la angustiaba más.

-Ah, hola Gianna bonita.-le dijo con los dientes forzando una sonrisita y cómo no, ya iba a ir a reclamar con pocos modales que Sofie estaba hablando con ella cuando Abigail les decía que iba a tomar una foto y todos se colocaban para salir en ella. Que Aldrich dijese lo que quisiera, pero si no se arreglase no sabría si esa era una foto que le enseñaría alguna vez a sus hijos.-

Volteó enfadadísima porque no quería hacer una escenita, ya recuperaría a Sofie que la dejaba en su zona de confort, iría a beber alguna Fanta para relajar su mente. Pero no bastaba con que le hiciesen eso, ahora veía en el cuello de Adrian colgado aquel dije que alguna vez le dio cuando eran novios. ¿Pero qué pretendía? Hostigarla y arruinarle la fiesta, seguramente; su rostro buscaba no deformarse, ya ni le importó que Aldrich fumase esa cosa que mataba neuronas. El saludo de Autumn le llegó como caído del cielo porque le pudo comentar que el vestido le quedaba muy lindo y hasta le dijo algo acerca de que Joseph tenía una pinta de problemático muy atrayente.

Pero ya sus ojos estaban en otro lado, cogiendo un cigarrillo del bolsillo de su casaca se acercó al que ahora estaba con el chico de la playera sucia, le dedicó una obvia sonrisa y al de los rulos que había llegado con varias cosas reducidas mágicamente ella misma le lanzó un fregotego que terminó haciendo nada porque su prima Pearlie ya había llegado a hacer lo propio. No había notado que era sangre, cuando lo supo puso una mueca de entre preocupación y sorpresa.

-Hola, soy Shadow, hermana del organizador. Deberías cuidarte de la sangre, puede atraer criaturas que de un mordisco te tragan ¿Trajiste alguna cosa sin alcohol? No quiero iniciar con algo muy fuerte, o qué recomiendas. Digo, para olvidar tu incidente traumático.-le dijo a Emmanuel con una sonrisa menor que la que le dedicó al otro muchacho pero igual de amistosa, de hecho ella no era de beber pero quería hacerse un poco la interesante o la mujer de mundo, no tenía tanta confianza como para ir de buenas a primeras a hablarle a Hákan si ni sabía si tenía novia o algo, además de que la ponía nerviosa. Estaba ya a unos pasos del chico de la mancha, pero tampoco demasiado.-¿Y tú de dónde eres?-preguntó buscando mantener la indiferencia y pasando pronto a ver a Sarfield, que tampoco podía decirse que no estuviese guapo.-

Volteó para ver a Pearlie y le pasó un cigarrillo de los que había llevado, no hablaba tanto con ella desde hacía unos años no por rencillas, si no porque sentía que se identificaba más con su hermano. Nunca era tarde para retomar esas relaciones de familia.

-¿Viste cómo te miraba el de la marihuana? Creo que le gustas, y está guapo.

Yo ya estaba en mi mambo personal, paseando al ritmo de mi locurita y todas las fijaciones que se aparecían. Ni siquiera en vuelo podía dejar de pensar en las ganas que tenía de hacer cosillas mágicas. Y no era por aplicado, ni ahí. Yo siempre fui el monumento al vago. Igual el no conocer la música ayudaba un poco a distraerme del ambiente. Estaba lindo, no era que no, pero al no hablar como loro estimulado me aburría.

Después de que saludé, el anfitrión me palmeó la espalda, me senté, me reí de mi sangre, y seguí castigando mi segunda tuquita loca, tuve unos cuantos momentos de calma así que agarré mi varita y le apunté a la bolsita juerguista para que dejara salir una jarra de vidrio, cubos de hielo, una botella de fernet y otra de Coca-Cola. Todo lo malo que era con la magia en general, lo tenía de bueno para hacer mi trago predilecto. La botella de fernet se destapó, dejó caer más o menos el 10% de la capacidad de la jarra, atrás vino mucho hielo, y coca hasta llenar el recipiente. Las botellas se quedaron flotando en el lugar, y la jarra llegó a mis manos. Creo que el primer trago fue casi la mitad de la jarra porque tenía una sed de infiernos.

Con la jarra en la mano vio pasar a un chico, al cual no sacaba por ningún lado, que le hizo el comentario del fregotego. Le sonreí pero en realidad no entendí un sorete de lo que me dijo. Ya entre la bebida y el tucaje estaba adobado y listo para el horno. Le pegué otro beso a la jarra y me giré un poco, justo para ver llegar a Perlita. Ahora sí que empezaba a cambiar el color de la noche! -La sangre es a mi exterior lo que la belleza al tuyo, "Perlita". Pero gracias por pulirme el pecho- Ya tenía un dejo de confianza como para hacer un comentario así y sentir que no caería demasiado pesado, pero yo para juzgar comportamiento no sirvo. -Y mi nariz está mejor que nueva, ya te dije que tienes mano de artista?- Le seguí sonriendo, y ya me estaba embobando de verla. No se qué tenía su presencia, pero me quitó un poco efecto de lo que venía tomando y fumando.

Noté que miraba de reojo a un chico. La verdad ni sabía quién era así que no le presté demasiada atención al caso, seguí hablando con ella que era la parte interesante de todo esto. -Yo soy un animal siempre, nací para serlo- Agarré la jarra y ya le di casi un beso final. -Quieres? Es una bebida tan popular y vital como el agua allá en mi pueblo- El fernet es una bebida alcohólica amarga elaborada a partir de varios tipos de hierbas que se maceran en alcohol de uva y después se guarda por varios meses en barriles de roble. Se la mezcla con coca para suavizarla mucho, porque pura es casi intomable.

Me quedé con la jarra en la mano, con el brazo extendido ofreciéndosela a Pearlie, cuando otra chica se acercó. Ni idea de quien era pero parecía que no había una sola fiera en Brigantia. -Hola Shadow, soy Emmanuel, o Manu, como gustes- Me reí como nene con el comentario de la sangre, no porque fuera mentira, simplemente me causó gracia. Yo soy así, me río de cosas que no son graciosas para nadie más. -No te preocupes, vivo con sangre dentro del bosque y hasta ahora no me han querido comer. Seguro que tengo un sabor a culo que mato- Yo ya me carcajeaba por la tuca loca y el fernecito que pegaban lindo. -En la bolsita tengo jugos de fruta que uso para tragos. Pero si es por recomendar, siempre recomiendo esto que casi ni tiene alcohol- Le ofrecí la jarra, a propósito como para que tome alcohol fuerte sin saberlo, pero algo me decía que me la quedaría en la mano. No tenía mucha pinta de divertida.

Y ya después me quedé mirando al cielo, escuché lo que dijo Shadow pero la verdad no me llamó la atención. Sé que hasta preguntar es limitar en ocasiones. -Soy de Argentina, de Santiago del Estero. Tú?- Como para seguir la charla. Siempre sonriendo porque si no estaba feliz o a gusto me iría.

Había iniciado el día con un excelente humor. Por alguna extraña razón me sentí muy contenta y animada ese día. Había tenido la oportunidad de ir conociendo la magistral universidad y quede encantada con sus edificaciones y ambientes.

El día anterior me había esmerado en recorrer por muchas horas casi todos los rincones del lugar. Tenía una organización exacta y perfecta de todos los espacios, las aulas eran bastante grandes y armoniosas. Había revisado los laboratorios y demás zonas de práctica y me habían parecido perfectos. Se acoplaban perfectamente a todos los ensayos y prácticas que necesitábamos.

Sabía que la mayoría de las personas esperaban que me uniera a la carrera de artes oscuras o pociones, o quizás ambas pero en realidad había preferido la medimagia y estaba muy contenta con mi carrera.

Esa mañana al llegar al vestíbulo encontré varias propagandas y anuncios que anunciaban la primera fiesta universitaria de la temporada. Inmediatamente me emocione ante la idea y mande algunas compras por correo.

Después de recibir mis compras (algunos pasapalos, cervezas de mantequilla y algunos postres) me vestí y me arregle para la fiesta. Siempre había sido considerada como una chica parrandera (en el buen sentido) era bastante sociable y amaba las fiestas.

Con una ropa algo sencillo pero bastante apropiado para la ocasión llegue al salón dispuesto para la pequeña reunión. Desde mi ingreso había podido conocer algunas personas y muchas otras las había reencontrado. Ya que de alguna forma habían compartido conmigo gratos momentos.

Al entrar sentí como muchas personas posaban su mirada en mi así que algo sonrojada les comente:

-Buenas, ehmmm…¿traje regalitos?-

Alce las bolsas que tenía en mis manos para compartir algo con los chicos en esta ocasión. Algunos chicos me ayudaron con ellas y les ofrecí una sonrisa en señal de agradecimiento.

Luego de colocar todas las cosas en su lugar tome una de las bebidas que allí se encontraban y me dirigi a un lugar donde se encontraba un pequeño grupo. Como habían varias conocidas les comente:

-Buenas..¿Qué tal están?-

Esto fue dicho con completa tranquilidad y con un tono algo sensual.