Fiesta Comunal

¡Bang! Parecía un maldito celestino, ya iba armando unas tres parejas. No él, pero al menos podía presumir de que era el causante de esas situaciones, fuesen o no cosas de una noche, no se iba a poner a indagar pero el aparato social en acción le parecía interesante. Adair no opuso resistencia al cambio de pareja, no había nada de interesante en pasar la noche con tu hermano o tu hermana si tienes otra cosa en mente, o a alguien más en mente. Hasta le había hecho un favor, y sin un gracias de por medio le dio pase para colocarse junto a Autumn, pasando un brazo de los hombros de ella como hubo hecho con Sofie hacía un momento.

El abrazo entre ese par le confirmó que acababa de hacer algo bueno, la música era de Green Day y si bien no era su banda favorita por lo menos no era Abba, no era el maldito Abba que casi le saca un pensamiento suicida muy realista. Que ellos hablasen de su economía privada y de todo eso, él ya tenía una deuda propia por salar y Aldrich Burroughs no acumulaba esas cosas, menos con una chica guapa como Autumn que encima se lo sacaba en cara.

Se le salió una risa seca de apenas un par de segundos y no le hizo una reverencia porque todavía no tenía tanto licor encima como para hacer el ridículo, al menos intentaba mantener la compostura incluso en las ocasiones en las que la toxicidad de las sustancias le llegaba a pesar en la sangre, quizá no el equilibrio todas las veces pero por lo menos la compostura. Además tampoco había sido jamás el tipo de hombre que se ponía a hacer esas cosas, era un poco más serio que eso, nunca fue gracioso en extremo o el bufón de la clase.

Fue una suerte que cambiase el tema para fijarse en el porro que llevaba Adair en la boca, él llevaba uno igual en la mano que tenía libre y se encogió de hombros mientras notaba que el hermano de Autumn ya le estaba ofreciendo un poco de droga a Sofie, seguro la santurrona aquella no aceptaría ni un cigarrillo normal, pero eso era cosa de cada cual.

-¿Quieres apostar? Te apuesto que si te beso se sale de sus casillas.-respondió a lo del beso dejando el rostro muy cerca del de su compañera de facultad antes de pasar la vista a su botella de cerveza casi vacía, eso había que remediarlo.-Vamos, por allí cogí una bebida que trajo Sarfield, bastante buena. Espera aquí.-se fue a buscar las bebidas entonces, no para librarse de ella o cualquier cosa imaginable, si no porque si iban ambos ya tendrían que socializar y tampoco estaba de mucho humor para pasar por todo aquello otra vez.-

Regresó al poco rato con un par de bebidas y le pasó una antes de chocar su propio vaso con el de ella.-No recuerdo cómo se llama, pero sabe bien. Ahora, ¿apuestas o no? Yo no soy pura boca para esas cosas.-si no la besaba ya mismo era para que no pensase que era solo un troll lleno de hormonas, a veces prefería un poco la caballerosidad incluso con sus drogas encima.-¿O quieres quedarte a ver el espectáculo de Gianna y Silver?-hacía un rato los había visto desaparecer, no hacía falta ser adivino para imaginarse en qué.-

Juraba que iba a lanzar el radio al lago y a alguien amarrado al mismo. Pero no expresó su descontento, la canción no era de su desagrado y hasta le erizaba un poquito la piel. Eso o las parejitas que no había pasado media hora y ya se iban metiendo en las sombras del bosque. Ladeó la boca en un gesto de descontento, de fiesta comunal iba a pasar a hormonal comunal, o alguna cosa parecida. Si, sabía que pasaba, pero podían esperarse un par de horitas más? Se rió de sí misma y se decidió regresar a su ruido.

Había notado miraditas, como que algunos querían meterse y cambiar la música ellos pero a la final ninguno se acercaba para hacerlo o pedirle nada. Ya había cumplido la petición silenciosa de los tortolos y para qué? para que no duraran dando vueltas ni dos segundos. Era una total desgracia, incluso ella y que no tenía la educación de señoritas de muchas allí, sabía mover las piernas con más gracia que un cisne. Eran momias o una simple excusa para que se las llevaran a un rincón.

- A ver quién carajos va a venir a quitarme mi ruido ahora, si no aprovecharon cuando estuve de buenas, ahora que no lloren – le hizo fondo blanco a su mezcla de cerveza y whisky de fuego y agitó la cabeza al terminar sintiendo el calor recorrerle el cuerpo entero. Se agitó con fuerza como si le hubiese pasado un escalofrío. Quizá necesitaba un poco de eso verde que andaban fumando por ahí. Lo fumaba a veces, pero por algún motivo tenía más adicción a la nicotina.

Antes que la música acabara (Y no la había terminado antes porque no creía que era bueno cortar canciones, y después de todo nadie estaba chiflando o peleando por la misma), ya tenía encendido un cigarrillo normal en los dedos de su mano derecha, y una cerveza helada en la misma. En la izquierda su varita que giraba entre sus dedos, algo que solía hacer desde que había tenido aquel palito mágico por primera vez.

Tocó la radio una vez más con la punta de su varita que chispeó al contacto, casi sin interés. Dejaría que corriera la emisora que cayera. Igual, parecía que ya a nadie le importaba como si ponía Gloría Trevi.


Cuando empezó a sonar la música respiró con alivio, mucho mejor, de verdad que no estaba de humor para cursilerías. En realidad nunca lo estaba, y aquella fiesta se le imaginaba más de saltos y empujones que de pichoncitos buscando calor el uno del otro. Pero claro, no sería la primera vez que estuviese equivocada. Agitó su cabecita dejando sus cabellos caer sobre su rostro, head banging al ritmo de la canción y cantándola sin elevar mucho la voz. No tenía mala voz, pero no era un karaoke para ir dando una escenita.

Con los ojos cerrados, aquella canción le recordaba los años oscuros que habían pasado no tanto atrás. La gente estaba segura de que finalmente habían regresado los años dorados, años de paz que muchos vivían como si nunca fuesen a terminar. Si tan solo supieran. Los rostros de sus amigos y conocidos le pasaron por la cabeza en las carreras en contra de los mortifagos. Si, eran como la mala hierba, sonrió para sí, difícil de matar todos ellos, sus queridísimos miembros de la KAU. Sus padres estarían tan orgullosos. Mientras un criminal se alzaba como héroe del mundo mágico, los que estuvieron dispuestos a dar su vida por liberarlos del mal, ahora estaban como ratas en las alcantarillas.

Sí, siempre habían sido catalogados de rebeldes y vándalos, pero criminales? Antes mencionar la KAU era mencionar un superhéroe, al que nadie conocía el rostro pero en quien todos confiaban, ahora... Abrió los ojos y bebió un largo trago dejando su mente en blanco con un gran esfuerzo. Ahora pensar en eso era incluso peligroso. Llenó su cabeza de la letra de la canción y subió el volumen de su voz al cantarla. La piel se le erizó al ver sus rostros desvanecerse en su memoria.

Se puso de pie y sacó un par de fotos nuevas para dispersar su mente. Le hacía falta estallar algún par de cosas. Levantó la varita y conjuró un par de juegos artificiales que iluminaron la superficie del lago, los arboles del bosque y por supuesto el lugar en que todos estaban. En la parte más alta uno de los fuegos al estallar se convirtió en un dragón de fuego que bajó contra ellos y dio dos vueltas a la altura de sus cabezas para luego perderse en el lago y extinguirse.

- Mucho mejor – exclamó agitando su brazo y observando a los presentes mientras lucecitas de colores aún danzaban frente a sus ojos. Si, ya iba siendo hora de que apareciera alguien con quien pudiese pasar el resto de la noche. Ladeó la cabeza y los miró a todos. No, aquello no estaba bien, su cuerpo le pedía, le exigía adrenalina.

Encontró entre la gente a Aldrich y Autumn, no eran sus mejores amigos pero al menos tenía la idea de que el brigante no haría mucho lio si lo escogía de objetivo de sus ansias. No se le ofrecía como el tipo que se iría a un rincón decirle cursilerías a Brackminster para llevársela a la cama.

A diferencia de las demás canciones, agitó su varita y la música se interrumpió de repente para ser reemplazada bruscamente por Iron Fist de Motörhead. Si ya había sonado el grupo cuando empezó aquello, pero la mayoría ni habían llegado y la verdad le importaba bien poco.

Acto seguido metió su varita en su bota como tenía costumbre y ágil como era se abrió paso entre la gente estrujando sin miramiento hasta ir a dar contra Burroughs. En el camino le entregó su cámara a Vercelli con una mirada de "toma mil fotos y NO SE TE OCURRA PERDERLA!". Si, era verdad que sus familias (Tucker y Burroughs) podían ponerlos a distancias políticas, pero aquello era una fiesta y bueno, él mismo había abierto con aquel "ruido" como murmuraban en silencio algunas caritas - POGOOOO!!!!! – gritó como todo aviso, arrastrando a su paso y con sus manos a los dos primeros que se le atravesaran (al azar: Holmes y Kristjánsson). Ya era cosa de ellos dejarse llevar o frenarse y romperse el cuello. Porque las ganas que tenía de ver narices y costillas rotas eran muchas.

La elección musical pudiese haber sido otra, pero antes tenía suerte que la radiecito hubiese hecho alguna cosa al favor de todos aquella noche. Empujó a Aldrich con su cuerpo, sin importarle la presencia de Autumn. Quizá ahora podía ser que Pearlie recordara por qué aquella chica le causaba nervios. Agitaba su cabeza y con sus bracitos atraía a cuanto macho y no tan macho se le atravesaba. A las chicas las dejaba en paz, nada como su caballero que la protegiera a costa de perder la columna vertebral.

Aquello estaba mejor, mucho mejor!

Todo aquello que había escuchado sobre Adair, a ojos de Sofie parecía mentira. A nadie más que a Pearlie le había contado que ya se había besado con él en la cafetería el mismo día que lo había visto por primera vez, pero como dormía con Gianna ya había escuchado y sonsacado información sobre el chico con mucha sutileza. Ahora de todos modos las sutilezas no importaban porque hasta la medusa gigante que dormía en el lago se habría enterado de que andaban en algo…. Pero si, seguía existiendo esa diferencia entre lo que todos decían sobre él, y lo bonito que la trataba a ella.

Cada vez que hacía eso de acercarse a su rostro decirle alguna tontería y evitar besarla, pero comiéndosela con la mirada, Sofie moría por dentro: era como si de un instante a otro, un solo tirón certero desde el estómago petrificara sus pulmones para que dejasen de funcionar, y tenía que esperar a que él se alejara al menos un centímetro para volver a la normalidad… Normalidad tranquila y acostumbrada pero aburrida que a cada instante le interesaba menos conservar. Ella también aprovechó para terminarse su segunda botellita de cerveza, apurando el trago más de lo recomendable pero sintiendo la necesidad imperiosa de hacerlo.

La tenía hechizada con como la trataba, con las caricias a su rostro, o acomodándole los cabellos, y de alguna forma le hubiera gustado estar por fuera de la situación para poder disfrutarlo también de verse junto a él, pero eso no era posible (aun no era tan buena bruja como para practicar la bilocación) así que se conformaba con hacer los movimiento mínimos y decir casi nada, para no sacar mayor atención a sus detalles de galanteo. No entendió lo de los intereses a la primera pues los fuegos artificiales interrumpieron el momento, tampoco reaccionó a tiempo como para rechazar el beso (cosa que de ningún modo hubiera hecho), pues a ella si le parecían simpáticos los fuegos y tenía los ojos puestos en eso, hasta que su boca y todas las sensaciones pertinente fueron la obvia prioridad.

Besarlo era…. El paraíso! – no importa, soy heredera de una gran fortuna … - se animó a jugar, contrario a lo que había dicho en la otra ocasión, argumentando que por más poco que hubiera pagado aun, tenía más para dar, y aunque a nivel monetario era cierto que su nivel económico rozaba el valor de las joyas de la corona de Inglaterra, lo que escondía detrás de la metáfora, podía no serlo tanto. Se estaba metiendo en terreno pantanoso de nuevo y, el alcohol y la oscuridad eran mucho más propicios para eso que el murmullo de la cafetería del día anterior.

- Luego las preguntas – negó con el rostro sonriendo de lado, y aunque no había podido evitar volver a poner una mano en medio de ambos para garantizar la distancia mínima, en cuanto él la pegaba a su cuerpo, ya había decidido que le importaban poco los intereses o lo que fuera. Apenas levantó los talones y volvió a besarlo, con delicadeza pues era la primera vez que daba el paso definitivo ella, y poco a poco dándose más libertades… Apoyó la palma de aquella mano que ponía límites en el pecho de él, sin buscarle el corazón, si no más bien ascendiendo para encontrar su cuello, el nacimiento de su cabello en la nuca, entretenerse acariciándolo y esas cosas que acompañan los buenos y definitivos besos.

Porque definitivos? Pues porque para Sofie, eso no iba a quedar allí, ni en esa noche… Tampoco esperaba una declaración de amor eterno, no al menos ese día, pero había fuegos artificiales de fondo, y las únicas dos veces que se habían cruzado en la vida, habían terminado enrollados… - tienes segundo nombre? – Se separó para preguntar, pero como no le interesaba en lo más mínimo la respuesta volvió a besarlo, abrazándose a su cuello con ambas manos.

La música había dejado de ser lenta y bailable en pareja para volver a lo que se esperaría (o al menos a lo que ella esperaba) que tenía que dar de si una fiesta informal como esa cerca del lago. Y con eso seguramente acababan las opciones de ser arrastrada a la pista de baile y hacer el ridículo frente a todos, y solo por eso dejó de estar completamente en tensión y se concentró completamente en Aldrich y lo que decía.

- Te digo que está demasiado ocupado con Sofie para salir de ningunas casillas. Pero apostamos lo que quieras. Me gusta ganar apuestas - dijo con seguridad.

En otras circunstancias no habría dudado en prevenirle, más cuando él mismo ya sabía de las "charlas" y los métodos de su hermano cuando alguien se acercaba más de la cuenta a ella. Sin embargo había ciertos momentos, sobretodo cuando Adair había bebido más de la cuenta o cuando fumaba hierba, en que tenía algo más de libertad de movimientos, y por eso justo en esos instantes sabía que seguramente ni cuenta se daría a quien besaba o con quien se iba.

Se quedó justo donde estaba mientras él iba a por algo nuevo que beber, y en cuanto tuvo el vaso lleno de a saber que no dudó en darle un trago. No solía poner muchas pegas a nada de bebida, aunque sabía que aquello influía negativamente en su plan de entrenamiento y dietas, que se habían vuelto más estrictos desde que sabía que necesitaba de toda su resistencia para seguir el ritmo de las clases. Pero una fiesta era una fiesta... ¿no?

-Los espectaculos cursis no me interesan especialmente. Apuesto. Digamos que... ¿una cena? ¿unas entradas para el quidditch? ¿o qué? Si mi hermano viene a intentar romperte la cara ganas tu. Si el mundo sigue su curso sin terribles incidentes gano yo.

Si, iba a besar a Aldrich. No, no creía que fuera algo de más importancia que eso, un beso. O más de uno, que más daba. Sentía que habían pasado siglos desde la última vez que lo había hecho, pues su hermano siempre parecía dispuesto a joderle todas las expectativas de que sucediera algo más, y a fin de cuentas una vez había estado dispuesta a salir en una cita con él, porque le parecía un chico lo suficientemente interesante y atractivo. Aquello seria medio apuesta, medio experimento social para poner a prueba las reacciones de Adair (si es que llegaba a darse cuenta de algo). Y sin esperar a que fuera él quien hiciera algo, fue ella misma la que se inclinó hacia delante y besó a Aldrich.

Lo alargó un poco más de lo que hubiera sido estrictamente necesario, y hasta llegó a pasarle ambos brazos por detrás de la nuca, porque como beso estuvo bien. Más que bien. O quizás fue cosa suya, porque ya no se acordaba de lo bien que se sentía hacerlo. Se separó un poco, sólo para poder coger un poco de aire, justo a tiempo porque Abby Tucker pasó entonces dándole un empujón a Aldrich, y continuando su camino hasta ir a agarrar al chico islandés y a otro chico que no conocía para "bailar".

- ¿Ya ves? Continuas de una pieza, a pesar de todo. Besarme no es deporte de riesgo. - o al menos no lo era cuando estaba más interesado en otras cosas que en lo que hacía o dejaba de hacer su hermana pequeña. Y evidentemente debía aprovechar esos momentos. - ¿Convencido? ¿Gano yo? ¿O ncesitas más pruebas? - dijo con una sonrisa coqueta.

No sabía qué había de cursi en un beso, sólo si se tomaban el rostro con necesidad lo consideraba así, pero le parecía que era un acto más animal, más de instinto como le decís su madre a él y a su hermana mientras crecían y su padre solo bebía whisky de fuego intentando no escuchar esas lecciones de vida que la semiveela casi les predicaba. Había sido una sugerencia lo del beso más que una broma, pero si no la besaba sin más era porque continuaba con esa pasividad que le generaba la droga después de un rato, hacía tiempo no fumaba marihuana y había olvidado ese efecto momentáneo.

De las cosas que mencionó las entradas para el Quidditch sonaban mejor que otra cosa, era una cita y ya después de todo, no era del tipo de persona que se impresionaba con una salida que podía terminar bien o mal. El beso no lo sorprendió porque lo esperaba, así que solo lo respondió con una sonrisilla en los labios, sin embargo no pasaron más de dos segundos y la música cambiaba, abrió totalmente los ojos y miró a su alrededor sin dejar de besarla, esa era una canción para pogo, y cómo no, alguien ya gritaba la palabra mágica que lo hubiese hecho ir corriendo, pero no era tan grosero.

Los brazos de ella estaban ya alrededor de su cuello y él le tomó la cintura, volviendo a cerrar los ojos pese a la curiosidad que le daba el qué carajo estaba pasando alrededor de ellos. Besaba bien, de hecho la idea que se había hecho en el colegio era acertada y se lo iba a decir pero continuaban en ello, podría esperar. De todos modos no tardaron en separarse porque ella volvió a hablarle e incluso en parte por la bulla se le agregaba un dragón hecho de fuegos artificiales.

-Mira, yo te diría que mejor vayamos hasta donde está a probar, pero no funcionaría porque igual le jodería que le malogre el ligue.-respondió con un tono de voz que denotaba un falso interés en la investigación del tema.-

Esos segundos en los que habló bastaron para que el cuerpo de Tucker llegase hasta onde estaban, no llegaron a separarse lo suficiente como para que al llegar el empujón de Abigail la cara de Aldrich no diese contra la de Autumn para acabar por romperle el labio, la mejilla de Burroughs estaba manchada con sangre pero no lo notó en el momento, tampoco supo si el rostro de Autumn se iba tiñendo de rojo, ya su posición era otra y había acabado desorientado, buscó a Abigail y la vio cerca de la radio, entonces se acercó sin saber bien a qué, si a pogear o a otra cosa. Había acabado demasiado rápido la bebida de Sarfield y estaba un poco desubicado por el movimiento que se iba generando, incluso pensó que las drogas iban haciendo mella en él pero no era eso, era que su cuerpo parecía haber perdido peso, mucho peso.

-¡Eh! ¡Tucker!

No dijo más, no encontró qué decir, porque su cuerpo comenzaba a elevarse. Era una sensación extraña, sus pies parecían querer ir hacia delante para dejarlo como echado sobre alguna nube de átomos que no le proporcionaban ningún soporte, escuchó las olas pero no notó que era muy curioso que sonase como una playa cuando aquello era un lago. Pasaron unos segundos para que se diese cuenta y movió los brazos de adelante hacia atrás para buscar mover su cuerpo entero y vislumbrar el lago, pero antes de notar el lago estaba el hecho de que muchos de sus compañeros estaban igualmente flotando. ¿Quién carajo había sido?

-¡Finite Incantatem!-conjuró sacando su varita y poniendo el cuerpo con el pecho hacia abajo para no caer sobre su columna si es que eso servía para finalmente bajarlos.-

De algún modo Sofie si estaba más que predispuesta a cruzar los límites de la decencia… Solo que su decencia no debía ser la misma que la de Aidar, en especial porque ir al oscurito a besarse con un chico que había conocido un par de días atrás ya estaba al tope de su lista y solo se iba a permitir a lo sumo un par de caricias de más en sitios no tan castos, pero nada de manos bajo las ropas!! Que para algo la gente se vestía!... Claro, ese era el plan… luego estaban los hechos concretos y la incontrolable realidad.

No pudo preocuparse por frenar la situación y mantener los pies sobre la tierra, pues era peor el hecho de tener que, por el instinto de no caer al suelo, enredar sus piernas desnudas en su cintura, ayudando de manera indirecta a que sus cuerpos perdieran cualquier distancia que hubiera existido. No dejó de besarlo, pero algo en ella reaccionó: una vocecita interna que exigía poner más atención a las tonterías que estaba haciendo y que le dejaba a hacer a él…. Sobre todo por una cuestión de orgullo que le dictaba no seas tan fácil Sofie!, llevó su mano al encuentro de la de él, para obstaculizarle el camino, sin retirarsela, pero sin dejarlo seguir subiendo.

Adair le besaba el cuello, y de fondo ya no más fuegos artificiales sino un murmullo increyendo… Abrió los ojos pues, algo le decía que alguna cosa andaba pasando en el núcleo de la fiesta, quizá fuera consecuencia de que la música había cambiado simplemente, pero ella y su curiosidad tenían que saber… SI! Las novedades podían ser más excitantes que los besos, sin desmerecer la labor del galán. – Adair… Adair!! – Primero dijo suavemente, después empujándolo de los hombros para que se despegase un poco y le prestase atención verdadera… - Creo que está pasando algo, déjame bajar!! - Le decía mientras esquivaba su cabeza, por la izquierda, por la derecha, queriendo ver a través de él que miércoles sucedía más allá…

- Oh my god! – Abrió los ojos como lunas llenas, cuando identificó un primer cuerpo volador, luego otro luego otro más… era esa Abby?! Que diablos estaba sucediendo. Volvió sus pies a la tierra, insitando a Adair que él también mirara y emprendió el regreso a la fiesta jalándolo del brazo…. – Tienes tu varita contigo!? – Que diablos! ella no! SOfie aun no se acostumbraba a aquella cosa de llevar siempre el canalizador de magia, aunque fuera al baño o a una tonta fiesta…

Uno metros más cerca y su falda empezó a moverse y no por el viento… De inmediato interpretó que si ellos seguían avanzando también terminarían volando. Se detuvo en seco, tomándose la falda a dos manos y miró a Adair desconcertada, pues ella no sabía que se hacía en esas situaciones. Sofie no estaba acostumbrada a convivir con la magia, nunca había estado en manifestaciones mágicas que no fueran un espectáculo para ver desde las gradas, jamás había pisado Hogwarts donde todo mundo decía que había que ir preparado para las cuestiones más extrañas… No, ese mundo no tenía nada que ver con ella… - Que hacemos!? Has algo… OMG!! tu hermana!! está sangrando?!- Su tonó exigía que Adair resolviera, pues ella definitivamente siquiera podía pensar que hechizo aplicar en esa situación, sus conocimientos eran de libro, no de práctica!

Obediente, se ubicó casi tres pasos atrás de Adair observando la situación con más extrañeza que espanto y lamentando varias cosas. La primera, ser tan muggle como para olvidar que llevar la varita consigo era una cuestión super natural para los magos. La segunda, haber decidido ir a tontear con un chico a las afueras en vez de haberse quedado en la fiesta…. Es que… en algún punto le parecía mejor estar flotando y experimentar la gravedad cero, que andar “en nombre de la seguridad” bajando gente…. Lo de Autumn era diferente, estaba sangrando y eso cambiaba mucho las cosas… Pero por ejemplo Emmanuel parecía una palomita feliz en los cielos.

Sonreía pensando en que aquello era una hermosa escena hecha realidad, de su película de la infancia favorita: Mary Poppins… Cuando el tío loco, de tanto reír terminaba tomando el te al tope del cielorraso de la casa y contagiando a todos sus invitados, y Mary, como la malvada del cuento los hacía entristecer para que pusieran los pies en la tierra… Era una excelente metáfora y Sofie hubiera preferido mantenerse flotando y feliz. Por eso y porque no se sentía cómoda usando la varita de alguien más, si bien recibió en sus manos la de Adair no hizo nada por bajar a nadie… En todo caso y egoísta, si ella no podía flotar, tampoco ayudaría a que nadie se librara del problema.

Volvió a la realidad viendo a aquel Adair sobreprotector hermoso con su hermana, que nada tenía que ver con lo que todo el mundo se empeñaba en querer venderle sobre él, y sonriendo encantada asintió con el rostro. Si! Se iba con ellos a la enfermería o donde fuera, aunque se perdiera la mitad de la historia de cómo los universitarios de Brigantia lograban volver al césped verde…. Prefería conseguir café para tres mientras a Autumn le curaban su labio sangrante, que quedarse de envidiosa bajando gente de las alturas…

(( Autumn, Adair y Sofie , salen de escena!))

La chica le perdonaba por haber tardado tanto en declararse y le comento de ir a unas rocas cercanas al lago algo apartados de la fiesta. Genial, porque realmente lo que quería era estar a su lado cuanto más tiempo mejor, seguir embobado con su sonrisa y no dejar de abrazar en toda la noche así que se alegró al escucharlo, le dio la mano y con un movimiento de varita trajo para si unas botellas de cerveza y le ofreció una a la joven. Justo en ese momento Tucker le entrego a su acompañante la cámara de fotos ¿Qué estaba haciendo? Espero educadamente deseando ver una reacción negativa por parte de Gianna y seguir adelante.
Bajaron por el sendero apartándose del bullicio de gente, allí tenían buenas vistas y además se sentía cierta tranquilidad.

-Es un buen lugar, me gusta, como tu.

Saco la lengua a modo de broma y volvió a besarla y esta vez no escatimo en tiempo, notó la lengua de su acompañante, su saliva, como se le erizaban todos los pelos ante el roce con Gianna, como le gustaba soñar despierto con ella como su mujer.

-Que dulce eres.

No tardaron en acomodarse sobre las rocas que empezaron a ver fuegos artificiales, alguien debía de haberlo conjurado para entretener a los asistentes de la fiesta. ¿Tendría futuro con ella? Él deseaba realmente que su vida de chico que ligaba con todas llegase allí a su final y no volver nunca más porque esperaba que Gianna fuese la ultima ¿Pensaría ella igual?

De cualquier manera tenia que aprovechar en su cita de fin de semana para decirle que el quería algo más serio, que lo suyo iba en serio y que no quería otra cosa que ella tenia que ser su novia y sabia el momento y lugar perfecto seguro que la sorprendería.

-Gianna, ¿tú nos ves con futuro?

¿Como había sido capaz de decir eso? es decir, habían cosas que no podían decirse y aquella era una pero de alguna manera ya lo había dicho y no podría remediarlo.

-No sé porque lo he dicho… perdona, es solo que tú a mi realmente llevas tanto tiempo gustándome que bueno, me gustaria ir en serio.

Sentía que de alguna manera acababa de meter enormemente la pata, entendería si desaparecía de allí de repente o si preferia esperar un poco para hacerlo más serio o algo, de alguna manera aquel no era el momento de hablar nada de aquello.

Poco despues de aquello empezó a escuchar un murmullo lejano y se dio cuenta que en el lago habían grandes olas, pasaba algo raro.

-¿Lo oyes, algo debe de pasar en la fiesta, volvemos a ver que ocurre?

Tomé la cerveza que Adrian me ofrecía y al destapé sin problemas para darle un buen sorbo. Quizás no era buena idea ir bebiendo tanto, pero con ese clima se antojaba bastante una buena cerveza bien fría. Puse las manos como reflejo en el momento en que Abby me entregaba su cámara. ¿Qué se suponía que debía hacer con ella? ¿Qué tomara fotos? No, no iba a ponerme a fotografiar toda la fiesta mientras tenía otras cosas en mente.

Sonreí a Adrian y me encogí de hombros. Sostuve la cámara con cuidado y lo seguí hacia donde se suponía íbamos a llegar. Recordaba que Jonathan me había comentado de ese lugar cuando fuimos a hacer el tour por el Campus. Según él, ahí había llevado a Lucy en alguna ocasión y aparentemente no era muy visitado por otras parejitas porque estaba un poco escondido.

Eso me parecía bien, no quería que hubiera interrupciones ni nada por el estilo, así que me puse en marcha y en cuanto llegamos a las rocas me subí a una, quedándome sentada frente a Adrian. El ruido del agua del lago me relajaba e incluso podría dormir ahí al lado si no hubiera tantas criaturas que podrían tragarme entera, pero a fin de cuentas, era agradable escucharle.

Le saqué la lengua a Adrian al mismo tiempo. No sabía si podría acostumbrarme a su forma de ser, de tratarme. No sabía si podría acostumbrarme a las cursilerías o a su forma romántica. Supuse que si habría algo más tendría que hacerlo y poner de mi parte para ello. No me dio tiempo de dejar la cerveza a un lado porque justo me besaba de nuevo, de una forma un poco más invasiva y eso estaba bien. ME gustaba que dejara atrás la inseguridad y comenzar a hacerlo de forma más segura. Sonreí y luego tuve que sacar la varita porque no quería tirar la cerveza dejándola sobre las rocas ni la cámara de Abby y tener que pagarla, así que hice levitar ambos objetos y luego guardé la varita.

Observé los fuegos artificiales y me dio risa. Tuve el impulso de soltar una carcajada pero me contuve. ¿Era en serio? Aquello parecía convertirse en uno de esos cuentos de hadas que a Isobel Walker le gustaba leer.

-Soy todo menos dulce. Quizás un poco ácida.

Me encogí de hombros. Era verdad. Yo no era dulce. Quizás físicamente eso parecía, pero no, yo no sentía que fuera la persona más dulce del mundo. Ni siquiera era partidaria de mostrar mucho afecto en público ni a mis padres ni hermanos. Era rara y era complicada, si, pero a fin de cuentas era la vida que me había terminado por hacer así.

Sonreí amargamente. Sabía de la reputación de Adrian de andar enamorando chicas. No sabía si yo era una de esas chicas pero en realidad no me importaba demasiado. Si pretendía enamorarme, o lo que fuera, que supiera que iba a costarle mucho, porque no, no me gusta enamorarme, no soy de esas tipo colegialas que suspiran por los pasillos por sus hombres. No soy como Pearlie o como Sofie. No sé, quizás me conociera y se diera cuenta de que no valía la pena.

¿Futuro? Enarqué una ceja y le di un buen sorbo a la cerveza. ¿Cuál futuro? Ni siquiera tenemos una relación. No sabía muy bien como contestarle ni qué decirle.-Pues…no sé, Adrian. Quizás después de la primera cita lo sabremos, ¿no crees?-le respondí de la forma más educada que conocía porque el chico tenía sus méritos, tenía que aceptarlo. No me había importado que me preguntara. De hecho estaba bien, supongo, para saber bien el terreno que estoy a punto de pisar.

Me removí sobre las rocas y dejé levitando nuevamente la cerveza. Me mordí el labio y comencé a escuchar alboroto no solo junto a nosotros, sino de donde habíamos venido. ¿Qué pasaría? Giré el rostro un poco para ver si lograba ver algo pero era imposible. Me encogí de hombros y observé como algunas olas comenzaban a formarse en el lago y chocaban contra una pared invisible.

Entrecerré los ojos y recordé que Jonathan me había comentado alguna vez que Brigantia poseía muchísima magia por si misma y que había un nodo mágico que podía hacer que la gente volviera a la vida. Por mucho tiempo juré hacer que Paula regresara pero finalmente entendía que lo que estaba muerto, debía permanecer muerto.

Me encogí de hombros y tomé de la camisa a Adrian para jalarlo hacia donde estaba sentada (suponiendo que estás de pie, si no, edito) y levanté el mentón un poco para alcanzar sus labios y besarlo nuevamente. Pasé mis manos por su espalda y luego el maldito inconsciente me empezaba a joder. No había gritos, por lo que no creía que fuera algo demasiado importante o peligroso. Me mordí el labio. No quería volver, quería quedarme ahí mismo. Quería volver a besarlo y todo eso. Fruncí los labios, ¿y si estaba pasando algo malo?

-Mejor vamos. No vaya a ser algo importante.

Aaah. Había sido mucho esperar. Esperar que Gianna le hiciera el favor y al menos le sacara una fotografía. Nunca salía en ella y no era buena con autorretratos. Esperar que el pogo tomara fuerzas y soltar algo de adrenalina. Al parecer sí, y la universidad se divertía con su desgracia.

Acababa de golpear a Aldrich, y no había tenido tiempo de ver la reacción de Malik y el islandés, cuando sus pies abandonaron el piso, y un ruido ensordecedor como de mar en tormenta opacó el ruido de la música. Por un segundo creyó que había sido idea de alguno de los decanos para joderles la noche. Ya le parecía bastante extraño que hubiesen accedido tan simplemente a aquella reunión. Después recordó las cosas extrañas que solían pasar allí. Como si Hogwarts ya no fuese lo suficientemente extraño, aquí de verdad podían desaparecer alumnos. O que de la nada los fantasmas volviesen a la vida, para muestra un Ferdynand.

Le gustaba más la idea de que fuera algún decano jodiendole la vida, porque si era esa magia salvaje del terreno, lo que sucedería a continuación podía ser terriblemente impredecible. Escuchó que le llamaban y volteó a ver a Aldrich, levantando los hombros en muestra de qué tampoco comprendía lo que sucedía - Qué carajos???!!! - observó a su alrededor mientras movía sus brazos como si nadara en busca de hacerse a algún árbol o roca como ancla y bajarse.

No que no le gustara la sensación de vértigo, toda su vida había pasado sobre una escoba. Solo que no le gustaba el hecho de que fuese involuntario - Ja! apenas para jugar una especie de voleibol mágico o alguna cosa así - negó con la cabeza y trató de ver si encontraba a Drane o a Paprika, pero fue inútil, habían muchos en el aire y estaba tan oscuro ya que sus melenas blanca y roja ni siquiera resaltaban.

Pudo ver cómo Adair se arrastraba a su hermana, como si le hubiesen clavado un puñal en un costado. Era una simple heridita en los labios, que dramático. Levantó una ceja, habían dejado a Burroughs sin parejita. En otra situación se hubiese reído por el rapto, pero de verdad estaba encabronada.

Levantó la vista y más allá de la pared de rocas, notó el lago azotando con enormes olas. Era sorprendente sin lugar a dudas, pero de verdad tenían que haberles jodido la fiesta así?. Por ella como si la continuaban en el aire y se iban a surfear, pero más de uno estaba largándose.

Buscó a Aldrich con la mirada preguntándose si su intento mágico habría funcionado, aunque algo dudosa si aquello era causa de la universidad y no de un mago. Dispuesta a no dejarse joder la noche, sacó su varita y con un Accio atrajo una nueva cerveza, al destapó y se recostó en el aire como si fuese la más cómoda de las sillas - Si la vida te da limones...- dijo con parsimonia antes de llevarse la botella a la boca y simplemente disfrutar de la escena que ofrecía el lago, la luna y las estrellas.

No iba a pelearle a aquello, solo disfrutaría lo que le llegaba hasta que la pusieran de vuelta sobre el suelo.

El hechizo no funcionó, entonces era algún otro tipo de magia o que ni había logrado conjurar. Su varita casi salta de sus manos, entonces la puso de nuevo en su bolsillo mientras examinaba la situación, se estaba hasta cómodo allí arriba y así daban ganas de ponerse a meditar de los sin remedios de la fiesta. Tal vez fuese un modo por el que el decano les decía que ya se larguen a sus habitaciones porque estaban aprovechándose de su venia.

Al ver a Autumn siendo jalada por su hermano mediante un hechizo pensó que aquello tan grave no podía ser, aunque no sabía por qué no se elevaba Adair o por qué no lo hacía Sofie que estaba allí a su lado. Quizá le hubiese convenido más irse a lo oscuro con alguien para ver si el intercambio de saliva tenía algo que ver, o ellos podían ser los causantes de esa antigravedad que le parecía todavía una mala broma porque para eso prefería que les pusiesen alucinógenos en la bebida.

Aún bajo esas circunstancias al estar cerca de Autumn logró entender las palabras de Sofie y de Adair, le hubiese dedicado a la chica Brackminster una sonrisa burlona de haberla visto al rostro en ese momento porque aquello de que por un poco de sangre la bajasen como a moribundo le parecía una exageración, recordó vividamente el por qué del intento frustrado de cita que tuvieron. Adair le agradaba, pero como cuñado debía ser una patada en las bolas, sobretodo con esas reacciones exageradas que a él le sentaban peor que cualquier otra cosa.

De todos modos no veía un modo de bajar y buscó con la mirada a su prima pero no la encontró, quizá era su tóxica sangre o que ella no había estado ya en la fiesta para cuando eso sucedió. Era lo primero, porque no enfocaba tan bien ya que comenzaba a sentir hasta sueño, estaba a dos metros de altura y no le preocupaba caer, si el haber caído de unos cuatro metros durante un partido solo le rompió un par de huesos eso no iba a matarlo, la inconciencia le llegaba en aquel estado porque bien podía quedar muerto con la cabeza sangrante, de todos modos no le importó y al acabar de hacer contacto visual con Tucker intentó moverse hacia donde estaba ella porque le parecía haber visto que lo miraba.

-Oye Tucker, lánzame un Accio que no sé cómo nadar en la nada.-y tampoco quería hacer el ridículo haciendo poses de natación, que seguramente terminaría hecho un revoltijo cuando no le respondiesen bien las piernas. Un bostezo delató su cansancio, no era tan tarde pero seguro era la maldición del anfitrión. Con un Accio la imitó para jalar una cerveza y con otro la acercó a ella, es que su petición de ser acercado hacia ella no fue nada caballerosa. Se veía bonita, le había parecido así desde el campo de quidditch.-Te rapté como un si fuese una bestia. ¿Quieres salir la otra semana? Pero no como Silver y Vercelli, por dios.-para qué darle más vueltas al asunto.-

A Hákan le estaba costando trabajo procesar toda la información que Joseph le daba, no porque fuera un retrasado mental, sino porque entre el idioma y la sorpresa, estaba como en otro mundo. Ni siquiera se estaba fijando en la manera en que miraba a Pearlie, ni en constatar si era tan bonita. En ese momento cualquier chica pasaba a segundo plano porque Joseph aseguraba conocer a su padre. No conocer literalmente, pero sí tener información de él. Que era amigo de sus tíos, que tenía fotos. No sabía si era por el alcohol consumido en poco rato o por la información que le daban, pero sentía unas ganas bastante fuertes de vomitar. Tenía la sensación de que ese tío conocía más de su padre que él mismo, hasta que si le contaba cómo había muerto, podría explicárselo, explicarle todas las razones.

Quería pedirle que lo llevara ya a ver esas fotos, que le permitiera la dirección de su tío. Estaba mareado, desconcentrado, emocionado de mala forma. No se podía poner en orden y de repente toda la fiesta le parecía una mierda que no merecía nada de su atención hasta que una chica, más en concreto la chica con la que había jugado quidditch en el campo, anunciaba el desmadre y le soltaba un empujón que le sacó una risa a medias. –No le puedes pegar a una chica, ¿no?-Le preguntó a Crawford buscando que le explicara las convenciones sociales de Brigantia y de los ingleses. Él jamás le habría seguido un juego violento a una chica si no era en el quidditch, donde lo competitivo le hacía olvidar lo demás.

Él también había escuchado de la magia legendaria, pero no creyó que funcionara gastándole bromas como esas a los alumnos, suponiendo que era una broma mágica. Esa levitación no le hacía nada bien a su estómago agitado, pero si se controlaba aunque sentía la boca salina era porque no quería ser el islandés nuevo que vomitó cuando no había gravedad. A nadie le iba a poder explicar que el nudo en el estómago no era de ebriedad y marihuana, sino de todo lo que le había dicho Joseph de lo que al parecer le podía enseñar de su padre.

Lo primero que hizo fue ver si a alguna chica se le había levantado la falda, la verdad. Pero una vez que notó que todas tomaban sus precauciones, le puso atención a Crawford, quien se acercaba como un pájaro lisiado imbécil a darle un golpe en el estómago al anfitrión de la fiesta, que se veía bastante pijo, con gesto de que nadie lo merecía. La levitación lo relajó y lo llevó a soltar una carcajada por lo que había hecho Crawford.

Violencia sin gravedad era algo que no había probado hasta el momento. Le dieron muchas ganas de probar la tolerancia de Crawford, pero por lo de la información, se abstuvo de ir a intentar partirle la cabeza sin saber cómo podía resultar todo. ¿Otras víctimas? No había.-PÁRTELE LA CARA-Le gritó a Aldrich con su acentote de vikingo, incitándolo a la pelea. Si él no podía formar parte, al menos quería ver sangre flotante.

Levantó la mirada para ver de dónde carajos la llamaban, allá arriba costaba mantener el norte del sur. Cuando jugaba aquello lo hacía a voluntad, pero así en el aire, sin soporte, le parecía que iba a empezar a dar giros si se movía sin más, y que iba a terminar vomitando. No le agradaba la idea de ver vomito volando por todas partes. En especial si a alguno de los de periodismo les daba por escribir una nota sobre lo sucedido.

Finalmente sus ojos se cruzaron con los de Aldrich y sin más trató de coordinar su varita con el giro de su cuerpo, pero antes que pudiera conjurar sobre el chico. Obviamente no un accio porque no era un maldito objeto, aunque si se creía uno, ella feliz de comprarlo en la siguiente subasta, o simplemente tomarlo prestado cuando se prestara la oportunidad. Oportunidad que se presentó más rápido de lo que hubiese imaginado.

Sintió su cuerpo movido violentamente hasta que fue frenada por el cuerpo del mago - Bueno, al menos ahora valdrá la pena las horas pasadas asistiendo a Zoología – le dijo como si con aquello respondiera todo -Viernes, 9 pm, The Crobar en SoHo – entonces vio como Crawford flotaba patéticamente hacía ellos y se impulsó usando a Aldrich como punto de apoyo para alejarse de la inminente colisión.

Rio por lo bajito al ver la situación entre ese par y la cara de perdido, que ya se le haría común, del islandés un poco más allá. Le hubiese gustado quedarse y ver la pelea, pero la falta de gravedad y el sonido de las olas funcionaba bastante bien como lullaby. Sentía el cansancio del día caerle sobre los parpados.

Una vez más trató de dar con Drane o Paprika, quizá lograra que alguna de las dos le compartiera cama en la facultad, si es que se estaba quedando en la universidad, porque tenía bastante pereza de tener que volver a Londres. Desaparecer en el aire no era recomendable, y aún no había averiguado si habían impuesto de nuevo una ley anti aparición, aunque en aquellos tiempos sería una tontería. Bueno, no quería hacer algo estúpido y terminar con un brazo menos o algo. Como no vio a ninguna de las dos chicas de Ogmios, se empujó usando a otros de apoyo, hasta que dio con la rama de un árbol.

La rama caía sobre el campo gravitatorio, pero si sus cálculos eran correctos y las parejitas fuera de cierto rango no habían sido afectadas, si usaba ese árbol de apoyo podría salir del efecto gravitatorio. Se arrastró por la rama hasta que empezó a sentir el peso de su cuerpo de nuevo. Un par de ramas más allá, pudo saltar del árbol y poner pies sobre la tierra.

Atrajo una cerveza más y se encaminó hacía el campus para usar una de las chimeneas y regresar a casa.

(Salgo oficialmente)

Era normal que ella no pudiese decirle en aquel momento si iban en serio o no, al fin y al cabo acababan de empezar y el había pecado al efectuar tal pregunta. Gianna le besó esta vez agarrándose a su camisa y pasando sus manos por la espalda haciéndole sentir aquel escalofrió tan cálido del deseo que sentía por su compañera.

Noto como la joven se preocupaba por los ruidos que habían oído, él no quería moverse y realmente no quería marcharse de su lado… seguro que no era nada, alguien debía de haberse emborrachado y de hay el ruido, no debería de haberle preguntado nada.

-¿Sabes? No quiero moverme de tu lado, seguro que no es nada importante alguien debe de haberse tropezado.

Puso cara de niño pequeño y miró a Gianna con ojitos de cristal, sonrió y la besó esta vez larga y apasionadamente como si no hubiese mañana mientras le acariciaba la espalda lentamente y sentía que se fundía con ella.

-Si quieres podemos irnos a pasear por el bosque y hablamos de nuestras cosas mientras caminamos juntos de la mano, te maravillaras al ver lo mucho que puede iluminar el lumos de mi varita.

Dijo entre una mezcla de fanfarrón y bromista, le atraía el aire libre, pasear y olvidarse de todo, además quería más intimidad con Gianna y parecía que en la fiesta estaban empezando a hacer jaleo de manera que así podrían estar hasta altas horas de la noche y acompañarla al dormitorio donde se despedirían y volverían a verse al día siguiente.

-Venga, me muero de ganas por caminar a la luz de la luna entre arboles cogido de tu mano.

A veces se veía a si mismo como alguien empalagoso y ñoño pero, le gustaba ser así, quería hacer sentir a la joven que realmente le gustaba y aquella era una buena manera.

(Si aceptas que vayamos a pasear salimos del post fiesta y empezaré el de la cita) ^^

-Seguramente si.-respondí cuando finalmente escuché risas dándome a entender que eso no podía ser algo malo, a menos que alguien malintencionado hubiera lanzado un riktusempra o algo así. No lo creía posible en ese momento.

Me encogí de hombros y luego le devolví el beso de la misma forma en que él me besaba. Cualquier día podría haberme preguntado “¿Algún día besaré a Adrian Silver?” Y siempre me respondía “No, seguramente no.” Seguramente si hubiera podido predecir el futuro, me habría estado dando de topes contra la pared o brincando en la cama, cualquiera de las dos opciones era factible según mi estado de humor.

Asentí y sonreí. No sabía si aquello que había dicho de ir caminando de la mano y tal me daba risa o me daba ternura, así que preferí no hacer comentario alguno. Aunque cuando dijo lo de lo mucho que podría iluminar su varita si que me hizo soltar una carcajada. Era como de esas pláticas de qué varita ilumina más que la otra que alguna vez había escuchado donde los hombres ponían a prueba su orgullo o algo así.

Respiré hondo y me encogí de hombros. Me bajé de la roca donde estaba y me colgué la cámara de Abby cruzada por el pecho. ME mordí el labio porque quizás sería buena idea ir a dejársela pero si íbamos para allá seguramente Sofie me abordaría y estaría preguntando qué había pasado. Quizás era mejor quedármela y devolvérsela al día siguiente o algo.

Tomé la cerveza que había estado levitando y le di un buen sorbo, terminándomela. Guardé el envase vacío en mi bolso y tomé de la mano a Adrian, sin dejar de parecerme extraño esa situación. Sonreí un poco para mi misma, sabiendo que quizás era tiempo de dejar atrás todos los problemas existenciales que tenía. Sabía que Adrian era como era, o al menos me estaba dando cuenta que los rumores eran ciertos, pero me gustaba. Me gustaba mucho y me tenía estúpidamente embobada por alguna razón que no me podía explicar.

-Vamos, pues.

Y esperó a que la guiara a donde fuera que la quisiera llevar, haciendo que cada vez más le comieran las ansias por todo el misterio que envolvía el ir a caminar incluso. Brigantia era tan grande que podría ser cualquier sitio.

TEMA CERRADO

Aldrich gana 38 puntos de experiencia y 89 galeones
Adrian gana 31 puntos de experiencia y 52 galeones
Autumn gana 22 puntos de experiencia y 40 galeones
Summer gana 13 puntos de experiencia y 10 galeones
Abigail gana 28 puntos de experiencia y 46 galeones
Pearlie gana 19 puntos de experiencia y 57 galeones
Sofie gana 31 puntos de experiencia y 97 galeones
Shadow gana 19 puntos de experiencia y 52 galeones
Rune gana 13 puntos de experiencia y 16 galeones
Paprika gana 13 puntos de experiencia y 27 galeones
Joseph gana 19 puntos de experiencia y 59 galeones
Emmanuel gana 19 puntos de experiencia y 62 galeones
Maria gana 13 puntos de experiencia y 57 galeones
Hákan gana 19 puntos de experiencia y 59 galeones
Wanda gana 13 puntos de experiencia y 7 galeones
Gianna gana 31 puntos de experiencia y 43 galeones
Adair gana 31 puntos de experiencia y 86 galeones
Terius gana 13 puntos de experiencia y 4 galeones
Evander gana 13 puntos de experiencia y 26 galeones
Eira gana 13 puntos de experiencia y 30 galeones