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Un whisky, por favor.
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Un whisky, por favor.
Pre Fiesta comunal
Mucho tiempo no llevaba en el campus. En realidad recién había llegado y no tenía muchos ánimos para ir a recorrer todo el campus otra vez. Jonathan se había encargado de darme un recorrido bastante extenso y extenuante un par de semanas antes de que entrara. Dijo que el estar de vaga en casa solo me había traído que me volviera perezosa. Lo cual era una completa mentira. Cuidar a sus hijos tenía algo de ventaja, ¿no? Ahí estaba el ejercicio necesario matutino.
Me habían comentado que el bar Radegast era bastante bueno y corrían las malas lenguas que el encargado del bar era bastante guapo. Sin embargo, yo no le conocía y en realidad mi madre me había comentado algo de algún Finnerty y de hecho creo que Jonathan fue su compañero en la Universidad. En diferentes semestres y carreras, evidentemente, pero se conocían al menos de vista a fin de cuentas.
Finalmente me decidí a ir. Era completamente patético ir a un bar sola pero quizás estaba celebrando mi libertad e independencia. Al fin estaba lejos de casa y podía hacer lo que se me viniera en gana. Claro que siempre estaba ahí Adair para reprocharme no haberlo invitado en vez de reprocharme por hacer las cosas que no debía. Quizás era una ventaja, pero al mismo tiempo, el no tener límites por ningún miembro de la familia, era algo un tanto complicado.
Era temprano aún. Mi reloj no marcaba las diez de la noche, aunque había leído que el bar cerraba a las once entre semana, y los domingos no debía ser la excepción ya que al día siguiente había clases o al menos algo de eso. Al llegar al mismo, encontré un ambiente un poco vacío, quizás por el hecho de que mucha gente aún no llegaba o precisamente porque cerraba temprano.
Dejé a Buttercup en su habitación, donde se suponía debía estar dormida porque no pensaba traerla conmigo a todos lados a donde fuera. Quizás luego me lo reprocharía y querría dormir conmigo en la cama. Ya me las arreglaría después.
Tomé asiento en la barra y el encargado, suponía que era Angus Finnerty, estaba limpiando la misma, recogiendo los vasos que habían sido utilizados y con la varita haciéndolos levitar a algún lugar del bar que yo no logré identificar.-Me das un whisky de fuego, ¿por favor?-por un momento se sintió como una borracha, bebiendo en domingo, pero vamos, que era el primer día, estaba cansada y quizás eso le ayudara a dormir mejor.-¿Eres Angus? Creo que conociste a mi hermano. Soy Gianna Vercelli.
Mucho tiempo no llevaba en el campus. En realidad recién había llegado y no tenía muchos ánimos para ir a recorrer todo el campus otra vez. Jonathan se había encargado de darme un recorrido bastante extenso y extenuante un par de semanas antes de que entrara. Dijo que el estar de vaga en casa solo me había traído que me volviera perezosa. Lo cual era una completa mentira. Cuidar a sus hijos tenía algo de ventaja, ¿no? Ahí estaba el ejercicio necesario matutino.
Me habían comentado que el bar Radegast era bastante bueno y corrían las malas lenguas que el encargado del bar era bastante guapo. Sin embargo, yo no le conocía y en realidad mi madre me había comentado algo de algún Finnerty y de hecho creo que Jonathan fue su compañero en la Universidad. En diferentes semestres y carreras, evidentemente, pero se conocían al menos de vista a fin de cuentas.
Finalmente me decidí a ir. Era completamente patético ir a un bar sola pero quizás estaba celebrando mi libertad e independencia. Al fin estaba lejos de casa y podía hacer lo que se me viniera en gana. Claro que siempre estaba ahí Adair para reprocharme no haberlo invitado en vez de reprocharme por hacer las cosas que no debía. Quizás era una ventaja, pero al mismo tiempo, el no tener límites por ningún miembro de la familia, era algo un tanto complicado.
Era temprano aún. Mi reloj no marcaba las diez de la noche, aunque había leído que el bar cerraba a las once entre semana, y los domingos no debía ser la excepción ya que al día siguiente había clases o al menos algo de eso. Al llegar al mismo, encontré un ambiente un poco vacío, quizás por el hecho de que mucha gente aún no llegaba o precisamente porque cerraba temprano.
Dejé a Buttercup en su habitación, donde se suponía debía estar dormida porque no pensaba traerla conmigo a todos lados a donde fuera. Quizás luego me lo reprocharía y querría dormir conmigo en la cama. Ya me las arreglaría después.
Tomé asiento en la barra y el encargado, suponía que era Angus Finnerty, estaba limpiando la misma, recogiendo los vasos que habían sido utilizados y con la varita haciéndolos levitar a algún lugar del bar que yo no logré identificar.-Me das un whisky de fuego, ¿por favor?-por un momento se sintió como una borracha, bebiendo en domingo, pero vamos, que era el primer día, estaba cansada y quizás eso le ayudara a dormir mejor.-¿Eres Angus? Creo que conociste a mi hermano. Soy Gianna Vercelli.
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Los domingos estaba tranquilo por lo general, a menos que fuera época de examenes. Finnerty sabía muy bien cómo se debía cuidar un bar porque se lo había aprendido a su padre. Su abuela Georgia muchas veces le había contado que él había crecido acomodado en un cajón de The Dirty Duck, el bar de su padre y de su tío Joachim, aunque él no se creía mucho esas historias. Estaba bien ese horario que tenía, con el suelo fijo. Trabajaba desde las 6:30 de la tarde y las mañanas las ocupaba muy bien con sus visitas veterinarias a domicilio. Estaba agradecido por los decanos, otros no lo hubieran dejado trabajar por licántropo, o peor, por ser hijo de un licántropo prófugo. Aunque eso de prófugo no era muy cierto, solo era irrastreable, manejaba el bar desde casa y pasaba mucho tiempo con mi madre Birdie.
No creía que fuera a llegar nadie más. Los primeros días todos se iban a dormir temprano o no querían dar mala impresión estando en el bar en domingo, por quedar bien con los decanos o con ellos mismos. Muchos empezaban el curso prometiéndose que no beberían, que no se distraerían y que tendrían un mejor desempeño, pero nunca nadie lo lograba. Él mismo había tenido muy poca voluntad en tiempos de estudiante, había bebido como cosaco y había estado a nada de reprobar una materia. Conocía pocas excepciones responsables, como su hermana.
Desvió la vista cuando entró una chica por la puerta, había una campanita que avisaba de las entradas de todos. Le pareció conocida pero como no quiso desconcentrarse del hechizo que estaba haciendo con los vasos, no se giró inmediatamente hasta que tuvo todo en orden. Saco la botella de whisky de fuego y le sirvió un vaso en las rocas. -¿Está bien así o quieres que le ponga agua mineral o algo?-Algunas niñas preferían combinar para sentir que estaban bebiendo menos como hombres. Era su deber preguntar.
-Sí, el mismo. Claro que lo conocí, fue buen amigo, estábamos en la misma facultad. ¿Está en San Mungo ahora, no?-Preguntó recargando los brazos en la barra, podía platicar un rato porque no había clientes o hasta que llegara la persona que Gianna esperaba, porque asumió que no iría sola. -Seguro no te acuerdas de mi porque me dejé crecer la barba. ¿Me veo muy viejo? Eso dicen mis parientes.
No creía que fuera a llegar nadie más. Los primeros días todos se iban a dormir temprano o no querían dar mala impresión estando en el bar en domingo, por quedar bien con los decanos o con ellos mismos. Muchos empezaban el curso prometiéndose que no beberían, que no se distraerían y que tendrían un mejor desempeño, pero nunca nadie lo lograba. Él mismo había tenido muy poca voluntad en tiempos de estudiante, había bebido como cosaco y había estado a nada de reprobar una materia. Conocía pocas excepciones responsables, como su hermana.
Desvió la vista cuando entró una chica por la puerta, había una campanita que avisaba de las entradas de todos. Le pareció conocida pero como no quiso desconcentrarse del hechizo que estaba haciendo con los vasos, no se giró inmediatamente hasta que tuvo todo en orden. Saco la botella de whisky de fuego y le sirvió un vaso en las rocas. -¿Está bien así o quieres que le ponga agua mineral o algo?-Algunas niñas preferían combinar para sentir que estaban bebiendo menos como hombres. Era su deber preguntar.
-Sí, el mismo. Claro que lo conocí, fue buen amigo, estábamos en la misma facultad. ¿Está en San Mungo ahora, no?-Preguntó recargando los brazos en la barra, podía platicar un rato porque no había clientes o hasta que llegara la persona que Gianna esperaba, porque asumió que no iría sola. -Seguro no te acuerdas de mi porque me dejé crecer la barba. ¿Me veo muy viejo? Eso dicen mis parientes.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
-No, así está bien, gracias.
No solía beber mucho pero le había agarrado un gusto particular al whisky de fuego porque mi padre siempre tenía una botella de malta en su despacho en casa. Era el que utilizaba para calmarnos un poco cuando todo se había puesto tenso, como cuando abres esa cajita de Pandora de nombre “Paula”. Sobre todo se lo daba a mamá porque las tilas ya no le hacían efecto y no lograban calmarle los nervios.
Sonreí a Angus. Por eso había escogido el whisky, de lo contrario, habría optado por algo más femenino como un daiquiri o alguna cosa por el estilo que no me causara ningún efecto secundario como me proponía. Papá nos había entrenado los estómagos y el organismo a que si íbamos a beber, no se pudieran aprovechar de nosotras. Quizás debió haberle enseñado otra cosa a Jonathan porque siempre se culpaba de eso por la adicción de mi hermano al alcohol y a las drogas.
-¡Si! Está en San Mungo como residente, junto con Lucy Jones… Van a casarse, ¿sabías?-le di un sorbo a mi vaso. De pronto me sentía en bastante confianza con él por alguna razón que no comprendía, quizás por haber conocido a mi hermana y saber que no era un patán como muchos otros-Le diré que te enviemos una invitación. A ti y a tu novia.
Le guiñé el ojo. No sabía si Finnerty tenía novia o si era tan buen amigo de Jonathan como para querer ir a su boda o algo. Aunque no tenía que preguntarle a Jonathan porque yo misma estaba organizando la fiesta, así que más le iba valiendo que todos a quienes estaba invitando le cayeran bien. Aunque claro, tampoco era tan inconsciente de invitar a alguien que me hubiera mencionado o que se le notara el odio en la mirada con el simple nombre.
-No, no te ves viejo, te ves maduro.-fruncí el ceño y luego reí un poco porque eso que acababa de decir sonaba completamente estúpido-Quiero decir, te va bien, a poca gente le queda bien una barba como la tuya.
Le di un buen sorbo al vaso y mejor me callé. Sentí el escozor en la garganta mientras pasaba aquél líquido abriéndose paso. Incluso sentí mi aliento calentarse conforme llegaba a mi estómago. Respiré hondo y lo volví a poner sobre la servilleta que había colocado para no ensuciarle la barra recién limpia.
-Oye, ¿Tú eres veterinario, no? ¿Qué animales atiendes? Déjame te cuento que tengo una perrita que necesita atención psicológica, está muy loquita.
No solía beber mucho pero le había agarrado un gusto particular al whisky de fuego porque mi padre siempre tenía una botella de malta en su despacho en casa. Era el que utilizaba para calmarnos un poco cuando todo se había puesto tenso, como cuando abres esa cajita de Pandora de nombre “Paula”. Sobre todo se lo daba a mamá porque las tilas ya no le hacían efecto y no lograban calmarle los nervios.
Sonreí a Angus. Por eso había escogido el whisky, de lo contrario, habría optado por algo más femenino como un daiquiri o alguna cosa por el estilo que no me causara ningún efecto secundario como me proponía. Papá nos había entrenado los estómagos y el organismo a que si íbamos a beber, no se pudieran aprovechar de nosotras. Quizás debió haberle enseñado otra cosa a Jonathan porque siempre se culpaba de eso por la adicción de mi hermano al alcohol y a las drogas.
-¡Si! Está en San Mungo como residente, junto con Lucy Jones… Van a casarse, ¿sabías?-le di un sorbo a mi vaso. De pronto me sentía en bastante confianza con él por alguna razón que no comprendía, quizás por haber conocido a mi hermana y saber que no era un patán como muchos otros-Le diré que te enviemos una invitación. A ti y a tu novia.
Le guiñé el ojo. No sabía si Finnerty tenía novia o si era tan buen amigo de Jonathan como para querer ir a su boda o algo. Aunque no tenía que preguntarle a Jonathan porque yo misma estaba organizando la fiesta, así que más le iba valiendo que todos a quienes estaba invitando le cayeran bien. Aunque claro, tampoco era tan inconsciente de invitar a alguien que me hubiera mencionado o que se le notara el odio en la mirada con el simple nombre.
-No, no te ves viejo, te ves maduro.-fruncí el ceño y luego reí un poco porque eso que acababa de decir sonaba completamente estúpido-Quiero decir, te va bien, a poca gente le queda bien una barba como la tuya.
Le di un buen sorbo al vaso y mejor me callé. Sentí el escozor en la garganta mientras pasaba aquél líquido abriéndose paso. Incluso sentí mi aliento calentarse conforme llegaba a mi estómago. Respiré hondo y lo volví a poner sobre la servilleta que había colocado para no ensuciarle la barra recién limpia.
-Oye, ¿Tú eres veterinario, no? ¿Qué animales atiendes? Déjame te cuento que tengo una perrita que necesita atención psicológica, está muy loquita.
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
-Algo escuché por ahí, pero no sabía de las fechas ni nada. Gracias por la invitación, aunque no tengo novia, veré a quién llevo si me la das doble.-Para acompañarla, se sirvió él mismo un vaso de whisky. Tenía como dos años sin novia pero porque no era fácil, no todo mundo estaba dispuesto a entablar una relación romántica con un licántropo que tenía cambios bruscos de carácter. Angus le sonrió a Gianna cuando le dijo que se veía maduro. Inconscientemente se llevó una mano a la barba y le agradeció por el comentario de que se le veía bien. A sus abuelos maternos (los de parte de Birdie) no les gustaba que llevara eso tan largo, siempre le decían que mejor se la cortara y él les prometía siempre que lo haría. Cuando los volvía a visitar, les decía "sí me la rasuré, me afeito con espada, ¡pero me vuelve!".
A él también le gustaba llevarla, cuando se veía al espejo como un marica, sentía que parecía más intimidante y estaba bien para que ningún alumno se le saliera de control dentro de los terrenos Brigantes. No quería ni creía imponer algún respeto tipo profesor o decano, pero sí que no se quisieran pasar de listos. Con barba y todo, su papá seguía llamándole "cachorro".
-Sí, soy veterinario. Los hipogrifos y los abraxans son mi especialidad, pero eso solo porque los propietarios pagan muy bien. ¿Una perrita? Claro, puedo darle terapia y de paso echarle un ojo, ¿qué raza es y cómo se llama?
Le gustaban los animales y le iba muy bien con ellos. Solamente una vez tuvo problemas con unos hipogrifos una tarde justo antes de la luna llena. Desconfiaban de él como si ya estuviera transformado y lo atacaron repetidas veces, sin dejarse tocar. Desde entonces no daba citas a nadie los dos días anteriores o posteriores de esa fase lunar.
A él también le gustaba llevarla, cuando se veía al espejo como un marica, sentía que parecía más intimidante y estaba bien para que ningún alumno se le saliera de control dentro de los terrenos Brigantes. No quería ni creía imponer algún respeto tipo profesor o decano, pero sí que no se quisieran pasar de listos. Con barba y todo, su papá seguía llamándole "cachorro".
-Sí, soy veterinario. Los hipogrifos y los abraxans son mi especialidad, pero eso solo porque los propietarios pagan muy bien. ¿Una perrita? Claro, puedo darle terapia y de paso echarle un ojo, ¿qué raza es y cómo se llama?
Le gustaban los animales y le iba muy bien con ellos. Solamente una vez tuvo problemas con unos hipogrifos una tarde justo antes de la luna llena. Desconfiaban de él como si ya estuviera transformado y lo atacaron repetidas veces, sin dejarse tocar. Desde entonces no daba citas a nadie los dos días anteriores o posteriores de esa fase lunar.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Por una parte no podía creer que alguien tan agradable –y guapo, todo sea dicho- como él no tuviera novia. Y por la otra parte, suponía que era por el hecho de ser un licántropo. Creo que todo es relativo, si tú quieres mucho a esa persona, pues la aceptas tal cual, ¿no? Con sus defectos, virtudes y maldiciones. Aunque claro que había gente que no pensaba igual que yo y creía que eso era un completo impedimento para empezar o mantener una relación con alguien.
-Es una Welsh Corgi, se llama Buttercup, creo que por aquí tengo una foto… espera…-rebusqué entre mi mochila para sacar una cartera negra de lunares color blanco, la abrí y saqué una fotografía en movimiento de Buttercup y se la entregué a Angus-Es ella, pero te digo, está loquita. Le pides la patita, y te da la patita de atrás. LE dices que se quede quieta, y se hace la muerta. No lo entiendo.
Me encogí de hombros. Era raro que Buttercup hiciera exactamente lo que yo le decía. Normalmente hacía todo lo contrario. Si le decía que se echara, se ponía en dos patas esperando un premio. Que diera la pata de adelante, daba la de atrás. Que se hiciera la muertita y salía corriendo queriendo jugar. Quizás era por la edad que tenía porque a fin de cuentas seguía siendo como un cachorro hiperactivo. Igual que yo. Quizás sea cierto eso que dicen de que los perros se parecen mucho a sus dueños.
Le di otro sorbo al vaso y vi como Angus se servía también. Miré a los extremos y no había llegado nadie. Supongo que así se ponía los domingos o al menos el inicio de curso ya que nadie quiere quedar mal o algo. Excepto por mi, que no me importaba despertar con resaca el primer día del semestre.
-Ah pues entonces te la mando doble, así tienes tiempo de conseguirte una novia.-le guiñé el ojo y saqué un cuadernito para anotar en una lista bastante larga de invitados el nombre de Angus junto un “+1” al lado. -Listo, ahora solo tengo que avisarte cuando es, aunque seguro te llegará vía lechuza. Aún no hay fecha, pero supongo que será por ahí de Enero. Ah, y te consigues una novia guapa, guapa para un guapo.
Se terminó el vaso de un trago –no le quedaba mucho- e incluso mordí uno de los hielos que quedaban para evitar sonrojarme porque aquello que había dicho de verdad podía haberse tomado de forma inapropiada y no sabía si Angus estaría acostumbrado a que le llamaran de esa forma. Vamos, a mi me parecía atractivo y en realidad me caía bien a pesar de haber hablado poco, pero claro que también podría tomarlo como que el alcohol estaba hablando por si mismo.
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Buttercup!
-Es una Welsh Corgi, se llama Buttercup, creo que por aquí tengo una foto… espera…-rebusqué entre mi mochila para sacar una cartera negra de lunares color blanco, la abrí y saqué una fotografía en movimiento de Buttercup y se la entregué a Angus-Es ella, pero te digo, está loquita. Le pides la patita, y te da la patita de atrás. LE dices que se quede quieta, y se hace la muerta. No lo entiendo.
Me encogí de hombros. Era raro que Buttercup hiciera exactamente lo que yo le decía. Normalmente hacía todo lo contrario. Si le decía que se echara, se ponía en dos patas esperando un premio. Que diera la pata de adelante, daba la de atrás. Que se hiciera la muertita y salía corriendo queriendo jugar. Quizás era por la edad que tenía porque a fin de cuentas seguía siendo como un cachorro hiperactivo. Igual que yo. Quizás sea cierto eso que dicen de que los perros se parecen mucho a sus dueños.
Le di otro sorbo al vaso y vi como Angus se servía también. Miré a los extremos y no había llegado nadie. Supongo que así se ponía los domingos o al menos el inicio de curso ya que nadie quiere quedar mal o algo. Excepto por mi, que no me importaba despertar con resaca el primer día del semestre.
-Ah pues entonces te la mando doble, así tienes tiempo de conseguirte una novia.-le guiñé el ojo y saqué un cuadernito para anotar en una lista bastante larga de invitados el nombre de Angus junto un “+1” al lado. -Listo, ahora solo tengo que avisarte cuando es, aunque seguro te llegará vía lechuza. Aún no hay fecha, pero supongo que será por ahí de Enero. Ah, y te consigues una novia guapa, guapa para un guapo.
Se terminó el vaso de un trago –no le quedaba mucho- e incluso mordí uno de los hielos que quedaban para evitar sonrojarme porque aquello que había dicho de verdad podía haberse tomado de forma inapropiada y no sabía si Angus estaría acostumbrado a que le llamaran de esa forma. Vamos, a mi me parecía atractivo y en realidad me caía bien a pesar de haber hablado poco, pero claro que también podría tomarlo como que el alcohol estaba hablando por si mismo.
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Buttercup!
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Dejó escapar una carcajada por la perra en movimiento que Gianna le enseñó. Miró al foto un par de veces más antes de devolvérsela a su dueña.-Pues ya quiero conocer a Buttercup, la voy a atender bien., aunque tal vez su comportamiento se deba a que imita a su dueña, ¿qué tan bien te portas con sus papás? Igual podemos intentar alguna especie de entrenamiento alterno mágico, voy a investigar y mañana te aviso. Aunque esto quiera decir que a fuerza tendrás que volver mañana
No creía que se fuera a conseguir una novia en poco tiempo, pero no se iba a poner pesimista enfrente de una niña bonita como Gianna, ni enfrente de nadie a decir verdad. Su última incursión romántica había sido con una compañera licántropo y había dicho muchas estupideces borracho. Tal vez la amistad le iba mejor que el amor y en ese caso, podía elegir una buena amiga con la que asistir a la boda. Le dio otro sorbo a su trago mientras Gianna anotaba su nombre en la lista. No recordaba si tenía un traje decente.
-¿Guapa para un guapo? ¿Quieres ser mi novia, entonces?-Le dijo bromeando con ella, por decirle que también le parecía guapa. Le pareció encantador que se pusiera ligeramente nerviosa y seguro su pregunta no ayudaba mucho a que se disipara eso, pero le sonrió para comunicarle que todo tranquilo. Por él, le podía seguir diciendo lo que ella quisiera.
-Bueno, me estoy adelantando, quizá tú sí tengas novio y no me sorprendería. ¿Qué tiene Jonathan que decir al respecto? Al menos de mi sabe que soy buen partido.-Y ya que se había terminado el trago tan rápido, le sirvió más. No quería emborrachar alumnas, estaba haciendo su trabajo de barman.
No creía que se fuera a conseguir una novia en poco tiempo, pero no se iba a poner pesimista enfrente de una niña bonita como Gianna, ni enfrente de nadie a decir verdad. Su última incursión romántica había sido con una compañera licántropo y había dicho muchas estupideces borracho. Tal vez la amistad le iba mejor que el amor y en ese caso, podía elegir una buena amiga con la que asistir a la boda. Le dio otro sorbo a su trago mientras Gianna anotaba su nombre en la lista. No recordaba si tenía un traje decente.
-¿Guapa para un guapo? ¿Quieres ser mi novia, entonces?-Le dijo bromeando con ella, por decirle que también le parecía guapa. Le pareció encantador que se pusiera ligeramente nerviosa y seguro su pregunta no ayudaba mucho a que se disipara eso, pero le sonrió para comunicarle que todo tranquilo. Por él, le podía seguir diciendo lo que ella quisiera.
-Bueno, me estoy adelantando, quizá tú sí tengas novio y no me sorprendería. ¿Qué tiene Jonathan que decir al respecto? Al menos de mi sabe que soy buen partido.-Y ya que se había terminado el trago tan rápido, le sirvió más. No quería emborrachar alumnas, estaba haciendo su trabajo de barman.
Última edición por Angus Finnerty el Lun Sep 10, 2012 10:39 pm, editado 1 vez
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Sonreí ante la gran carcajada de Angus. A mi también me daba mucha risa cuando Buttercup hacía ese tipo de cosas y siempre tenía que sacar la cámara rapidísimo porque si le pedía que lo hiciera, no lo hacía o hacía la cosa contraria. -¿Con mis papás? Bastante bien, ya me dan más oportunidades que antes. Supongo que porque ya crecí. Pero… ¿Qué tiene que ver la forma en que yo me comporte con mis papás con la forma en que Buttercup se comporta? ¡Oh, vaya! ¿Así que es verdad el dicho ese?-me mordí el labio. Quizás todo el comportamiento extraño de Buttercup se debía a que últimamente había querido independizarme cada vez más de mis padres y que cada vez hacía menos cosas de las que me ordenaban. Bueno, al parecer era mi culpa por completo, o algo así. Me mordí el labio y asentí cuando Angus comentó lo de regresar al día siguiente para el entrenamiento-Vale, sirve que traigo a Buttercup y la conoces, bueno… no creo que esté permitida aquí.
Señalé con el dedo índice el suelo del local. Removí un poco el vaso con el resto de agua que quedaba en el mismo después de que los hielos se derritieran y me lo bebí para dejar el vaso vacío. -Si, si, una guapa para un….-me debatía entre pedirle otro de esos o mejor decantarme por una soda común y corriente, pero justo en ese momento Angus me hizo carcajear y ponerme completamente roja, estaba seguro de ello. ¡Maldita sea! -Angus Finnerty, ¿estás coqueteándome?
Le había señalado con un dedo mientras me moría de la risa. Agaché el rostro para concentrarme en guardar la fotografía de Buttercup en su lugar original y luego me percataba de que ya me estaba sirviendo otro trago. Me encogí de hombros. Bueno, estaba bastante entretenida la plática y seguramente con eso dormiría como una pluma. Quizás después Sofie tendría que despertarme con un sonorus pero no me importaba en realidad.
-No, no, no tengo novio. Jonathan no puede decir nada al respecto, él ya tiene dos hijos, con ¡dos mujeres distintas! El cinturón de castidad no suena muy mal que digamos. Pero seguro te aprueba, si, mira: guapo, agradable, ¿qué más quieres?-Negué con la cabeza y volví a morderme el labio mientras le daba un sorbo a la nueva bebida.-Eh, pero ya no me sirvas más de esto, mejor cuando me lo termine, me sirves una coca cola bien fría, que si no, mañana no me despierto y de paso… unos cacahuatitos o algo así que muero de hambre.
Señalé con el dedo índice el suelo del local. Removí un poco el vaso con el resto de agua que quedaba en el mismo después de que los hielos se derritieran y me lo bebí para dejar el vaso vacío. -Si, si, una guapa para un….-me debatía entre pedirle otro de esos o mejor decantarme por una soda común y corriente, pero justo en ese momento Angus me hizo carcajear y ponerme completamente roja, estaba seguro de ello. ¡Maldita sea! -Angus Finnerty, ¿estás coqueteándome?
Le había señalado con un dedo mientras me moría de la risa. Agaché el rostro para concentrarme en guardar la fotografía de Buttercup en su lugar original y luego me percataba de que ya me estaba sirviendo otro trago. Me encogí de hombros. Bueno, estaba bastante entretenida la plática y seguramente con eso dormiría como una pluma. Quizás después Sofie tendría que despertarme con un sonorus pero no me importaba en realidad.
-No, no, no tengo novio. Jonathan no puede decir nada al respecto, él ya tiene dos hijos, con ¡dos mujeres distintas! El cinturón de castidad no suena muy mal que digamos. Pero seguro te aprueba, si, mira: guapo, agradable, ¿qué más quieres?-Negué con la cabeza y volví a morderme el labio mientras le daba un sorbo a la nueva bebida.-Eh, pero ya no me sirvas más de esto, mejor cuando me lo termine, me sirves una coca cola bien fría, que si no, mañana no me despierto y de paso… unos cacahuatitos o algo así que muero de hambre.
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
-Por eso tienes que portarte bien con tus padres o pagarás el karma con tus hijos-Bromeó con Gianna. Ya tenía ganas de conocer a su mascota y también intentaría arreglar que fuera una necia, aunque a veces los perros necios eran más chistosos, siempre y cuando no fueran agresivos. No era un encantador de perros, pero algo podía intentar. Lo suyo eran los animales que volaban. Le señaló hacia afuera, indicándole que podía no estar permitida ahí, pero que afuera lo podían ver sin problemas.
El licántropo se rió con ganas por la manera en que Gianna le preguntó si le coqueteaba. No parecía nerviosa ni incómoda con ese tipo de camaradería así que asintió sin reservas. -Por supuesto que te estoy coqueteando.-Le contestó todavía riéndose mientras lo señalaba y se le quedó viendo mientras ella guardaba la foto de su Buttercup. No estaba diciéndole nada grave y tampoco estaba corriendo a los que quedaban para follársela detrás de la barra cuando antes, así que nadie podía acusarlo de estar pervirtiendo chicas, ni nada.
-Está bien, no más whisky para ti, próximo trago será una coca-cola.-Cuando llegó al bar no había coca-colas, solamente bebidas mágicas, pero él había insistido en comprar varias y los decanos no se habían negado. Ya no eran los viejos tiempos en que lo muggle estaba completamente separado de lo mágico y le gustaba sentir que era influencia de la KAU desde sus inicios y hasta el tiempo presente, aunque podía nada más ser simple cuestión natural y de ciclos. Se agachó por detrás de la barra bara buscar una bolsa de cacahuates nuevos y frescos, que vació en un bowl para estirarlos hacia Gianna.
-Aquí tienes, cacahuates. -Él también tomó unos, no había cenado y tenía hambre, así que pasaría a algún lugar después de ahí. Sería bueno poder sacar a Gianna a cenar pero no quería interferir en la responsabilidad que implicaba su primer día de clases.-Entonces ¿vas a la boda conmigo?, ¡Lo decía en serio! A menos que eso interfiera en tus planes amorosos con alguien más.
El licántropo se rió con ganas por la manera en que Gianna le preguntó si le coqueteaba. No parecía nerviosa ni incómoda con ese tipo de camaradería así que asintió sin reservas. -Por supuesto que te estoy coqueteando.-Le contestó todavía riéndose mientras lo señalaba y se le quedó viendo mientras ella guardaba la foto de su Buttercup. No estaba diciéndole nada grave y tampoco estaba corriendo a los que quedaban para follársela detrás de la barra cuando antes, así que nadie podía acusarlo de estar pervirtiendo chicas, ni nada.
-Está bien, no más whisky para ti, próximo trago será una coca-cola.-Cuando llegó al bar no había coca-colas, solamente bebidas mágicas, pero él había insistido en comprar varias y los decanos no se habían negado. Ya no eran los viejos tiempos en que lo muggle estaba completamente separado de lo mágico y le gustaba sentir que era influencia de la KAU desde sus inicios y hasta el tiempo presente, aunque podía nada más ser simple cuestión natural y de ciclos. Se agachó por detrás de la barra bara buscar una bolsa de cacahuates nuevos y frescos, que vació en un bowl para estirarlos hacia Gianna.
-Aquí tienes, cacahuates. -Él también tomó unos, no había cenado y tenía hambre, así que pasaría a algún lugar después de ahí. Sería bueno poder sacar a Gianna a cenar pero no quería interferir en la responsabilidad que implicaba su primer día de clases.-Entonces ¿vas a la boda conmigo?, ¡Lo decía en serio! A menos que eso interfiera en tus planes amorosos con alguien más.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Sonreí aún más cuando le confirmaba su supuesto coqueteo. Me agradaba mucho que hubiera ese tipo de confianza entre los dos a pesar de ser la primera vez que hablábamos de esa forma o que nos decíamos más del protocolar “hola, ¿qué tal?” “Adiós”. Era como si nos conociéramos de toda la vida y eso pocas veces lo encontraba en las personas. De hecho, era muy raro porque mi estatus de juicio hacia las personas a veces era bastante alto.
Asentí con lo de la coca cola y agradecí el gesto de los cacahuates. Tomé unos cuantos y fue entonces cuando me di cuenta de que verdaderamente tenía hambre y aparentemente ya no había nada abierto a esa hora. Ahora me odiaba a mi misma por no haberle hecho caso a mamá de comer algo antes de tomar el traslador. Negué con la cabeza sonriendo para mi misma. Suponía que al día siguiente tendría que desayunar el doble si quería soportar el día entero despierta y de buen humor.
-Puedes darme más whisky si pretendes embriagarme, pero te advierto que no respondo de mis actos cuando bebo mas de la cuenta.
Bebí un sorbo del nuevo Whisky y sonreí. Mi límite en realidad era solo un vaso pequeño, a eso me había acostumbrado y cuando bebía de más comenzaba a marearme y a ponerme simple. Comenzaban a salir tonterías de mi boca sin cesar y no había forma de callarme. Lo que era peor porque de por si, estando sobria no había forma de mantenerme callada, ebria era lo peor para muchos que sufren de los nervios.
-Bueno, bueno, mira, te propongo algo, si no consigo novio para esa fecha y tú sigues soltero, vamos juntos.-Eso me había hecho recordar esa película que Connor, el amigo de mi madre, había puesto un día que había ido a ayudarle a cuidar hace muchos años a uno de sus hijos pequeños, se llamaba “La Boda de mi mejor amigo” y hacían un pacto que si ninguno de los dos se casaba al llegar a cierta edad, se casarían ellos. Evidentemente no resultó y él terminó casándose con alguien más. Bueno, supongo que a eso te arriesgas.-No tengo planes amorosos con nadie más porque aparentemente a quien tenía en la mira no le importo ni lo más mínimo. O algo así. Bueno, quizás si le importo, pero no le intereso de esa forma.-Claro que estaba hablando de Adrian Silver. Si, me gustaba mucho, bastante, era la verdad. No podía negarlo y mucho menos después de sonrojarme con el simple hecho de que me dirija la mirada. No sabía que pasaba en la mente del Cerridwen pero tampoco iba a estar esperando a que se decidiera a ir por mi o a escogerme a mi entre toda la bola de chicas que seguramente tenía a sus pies. Me encogí de hombros y luego miré a Angus.-¿De verdad tú no tienes planes amorosos con nadie? ME parece completamente ridículo. No por ti, obvio, tú no tienes nada de malo, sino por las chicas, ¡¿Qué no te ven?!
Negué con la cabeza de forma dramática y bebí otros dos sorbos de mi vaso de whisky. Como Angus podría darse cuenta, el alcohol comenzaba a surtir efecto porque comenzaba a hablar cada vez más. Quizás era buen tiempo para cambiar a la coca cola.
Asentí con lo de la coca cola y agradecí el gesto de los cacahuates. Tomé unos cuantos y fue entonces cuando me di cuenta de que verdaderamente tenía hambre y aparentemente ya no había nada abierto a esa hora. Ahora me odiaba a mi misma por no haberle hecho caso a mamá de comer algo antes de tomar el traslador. Negué con la cabeza sonriendo para mi misma. Suponía que al día siguiente tendría que desayunar el doble si quería soportar el día entero despierta y de buen humor.
-Puedes darme más whisky si pretendes embriagarme, pero te advierto que no respondo de mis actos cuando bebo mas de la cuenta.
Bebí un sorbo del nuevo Whisky y sonreí. Mi límite en realidad era solo un vaso pequeño, a eso me había acostumbrado y cuando bebía de más comenzaba a marearme y a ponerme simple. Comenzaban a salir tonterías de mi boca sin cesar y no había forma de callarme. Lo que era peor porque de por si, estando sobria no había forma de mantenerme callada, ebria era lo peor para muchos que sufren de los nervios.
-Bueno, bueno, mira, te propongo algo, si no consigo novio para esa fecha y tú sigues soltero, vamos juntos.-Eso me había hecho recordar esa película que Connor, el amigo de mi madre, había puesto un día que había ido a ayudarle a cuidar hace muchos años a uno de sus hijos pequeños, se llamaba “La Boda de mi mejor amigo” y hacían un pacto que si ninguno de los dos se casaba al llegar a cierta edad, se casarían ellos. Evidentemente no resultó y él terminó casándose con alguien más. Bueno, supongo que a eso te arriesgas.-No tengo planes amorosos con nadie más porque aparentemente a quien tenía en la mira no le importo ni lo más mínimo. O algo así. Bueno, quizás si le importo, pero no le intereso de esa forma.-Claro que estaba hablando de Adrian Silver. Si, me gustaba mucho, bastante, era la verdad. No podía negarlo y mucho menos después de sonrojarme con el simple hecho de que me dirija la mirada. No sabía que pasaba en la mente del Cerridwen pero tampoco iba a estar esperando a que se decidiera a ir por mi o a escogerme a mi entre toda la bola de chicas que seguramente tenía a sus pies. Me encogí de hombros y luego miré a Angus.-¿De verdad tú no tienes planes amorosos con nadie? ME parece completamente ridículo. No por ti, obvio, tú no tienes nada de malo, sino por las chicas, ¡¿Qué no te ven?!
Negué con la cabeza de forma dramática y bebí otros dos sorbos de mi vaso de whisky. Como Angus podría darse cuenta, el alcohol comenzaba a surtir efecto porque comenzaba a hablar cada vez más. Quizás era buen tiempo para cambiar a la coca cola.
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Gianna se ponía más coqueta en tanto más entraba en confianza y a Angus, no le molestaba eso, por el contrario, hasta se esforzaba en sonreír más y parecer más complaciente. Su parte favorita era que Gianna ni había bebido tanto, pero que de todos modos el alcohol parecía hacer mella en ella rápido. No podía decidirse a si le gustaban más las niñas moderadas que caían rápido (en cuanto a resistencia al alcohol se refiere) o las que bebían como rey vikingo, pero en ese momento Gianna le pareció adorable. También podía ser que su estado natural fuera ser así de habladora y él ya estuviera malpensando que estaba borracha.
-Es una promesa.-Él no pensó en ninguna película de Julia Roberts, pero entendía el punto. Puso cara de sorprendido sin abrir la boca, solo con la mirada, cuando Gianna le empezaba a contar o medio contar del chico que aparentemente no notaba su existencia. Uno de sus trabajos como barman había sido siempre escuchar a los clientes cuando iban con graves problemas, o con problemas amorosos, o cuando nada más querían hablar. Era parte del trabajo, y no le molestaba para nada.
-¿Y quién es el perfecto idiota al que no le interesas para nada? Perdón que le llame así pero si no ha movido sus fichas es porque lo es.-En parte era una frase cliché, en parte era verdad. -Si me cuentas todo tal vez pueda darte consejos. No soy chismoso, es mi trabajo de barman, ya sabes lo que dicen...
Se rió otra vez por lo que le decía al final y se volteó a ver el reflejo a las vitrinas de atrás, riéndose por su gesto imbécil para después negar con la cabeza.-Precisamente es lo que ven, te digo que no todas están dispuestas a soportar a un licántropo. Nos gusta comer carne casi cruda y nos ponemos pesados cuando se acerca la luna llena. Es difícil.
-Es una promesa.-Él no pensó en ninguna película de Julia Roberts, pero entendía el punto. Puso cara de sorprendido sin abrir la boca, solo con la mirada, cuando Gianna le empezaba a contar o medio contar del chico que aparentemente no notaba su existencia. Uno de sus trabajos como barman había sido siempre escuchar a los clientes cuando iban con graves problemas, o con problemas amorosos, o cuando nada más querían hablar. Era parte del trabajo, y no le molestaba para nada.
-¿Y quién es el perfecto idiota al que no le interesas para nada? Perdón que le llame así pero si no ha movido sus fichas es porque lo es.-En parte era una frase cliché, en parte era verdad. -Si me cuentas todo tal vez pueda darte consejos. No soy chismoso, es mi trabajo de barman, ya sabes lo que dicen...
Se rió otra vez por lo que le decía al final y se volteó a ver el reflejo a las vitrinas de atrás, riéndose por su gesto imbécil para después negar con la cabeza.-Precisamente es lo que ven, te digo que no todas están dispuestas a soportar a un licántropo. Nos gusta comer carne casi cruda y nos ponemos pesados cuando se acerca la luna llena. Es difícil.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Sonreí ante la promesa. Era bueno saber que al menos no iría sola a la boda de mi propio hermano porque ni loca llevaba a Adair de pareja. No señor, que se consiguiera la suya con sus propios métodos poco ortodoxos. Aunque para mi no era imperativo llevar una pareja me había gustado la idea de ir con Angus Finnerty si eso me daba la oportunidad de tener más pláticas como estas.
-¡Ugh!-comencé, mientras me llevaba la mano a la frente dramatizando el acto. Me llevé un cacahuate a la boca y luego seguí.-Adrian Silver, no sé si lo conozcas, pero supongo que se pasas seguido por acá. Va en Cerridwen según lo que tengo entendido. Tenemos mucho sin vernos. Nos llevamos bien y tal, pero él nunca ha dado indicios de nada aunque a veces parece hacer lo contrario. ¿Les cuesta tanto ser directos conmigo? Odio los rodeos, los detesto. No tengo paciencia para ello.
El gesto que había hecho Angus me pareció de lo más adorable. Era como si le hubiera dicho a una niña que se veía guapa y justo después se veía en el espejo como recién lo había hecho él. Sonreí haciendo que los hoyuelos de mis mejillas se acentuaran cada vez más. Le di un sorbo al whisky y luego me volví a morder el labio inferior. Una manía que mi madre me había heredado al igual que llevarme el cabello detrás de la oreja.
-Bueno, si te pones a pensarlo de forma burda, es como una niña que tiene el síndrome pre menstrual. A excepción de la carne casi cruda, claro. Aunque supongo que hay mucha gente que le gusta la carne así aún con sangrita y todo.-me mordí el labio inferior y escudriñé con la mirada el rostro de Angus. Parte de mi vena periodística hacía que me fijara absolutamente en todo lo que había en el rostro de las personas. No podía comprender como podía haber gente que si quería a alguien no le aceptara tal cual era. Quizás era por la forma en que a mi me habían educado a aceptar a todos exactamente por igual. Yo ya después fui haciéndome mis propios prejuicios pero eso fue reservado para la gente que era purista o que discriminaba a la gente por su condición y procedencia. Eso si que no lo soportaba. -No tienes mucho diferente a cualquier otra persona, así que no debería ser ningún impedimento. Si de verdad le importa el hecho que tengas la maldición de la luna es porque no te quiere lo suficiente o no le importas como para intentarlo sabiendo de antemano a lo que se estaba arriesgando. O bueno, eso creo yo.
-¡Ugh!-comencé, mientras me llevaba la mano a la frente dramatizando el acto. Me llevé un cacahuate a la boca y luego seguí.-Adrian Silver, no sé si lo conozcas, pero supongo que se pasas seguido por acá. Va en Cerridwen según lo que tengo entendido. Tenemos mucho sin vernos. Nos llevamos bien y tal, pero él nunca ha dado indicios de nada aunque a veces parece hacer lo contrario. ¿Les cuesta tanto ser directos conmigo? Odio los rodeos, los detesto. No tengo paciencia para ello.
El gesto que había hecho Angus me pareció de lo más adorable. Era como si le hubiera dicho a una niña que se veía guapa y justo después se veía en el espejo como recién lo había hecho él. Sonreí haciendo que los hoyuelos de mis mejillas se acentuaran cada vez más. Le di un sorbo al whisky y luego me volví a morder el labio inferior. Una manía que mi madre me había heredado al igual que llevarme el cabello detrás de la oreja.
-Bueno, si te pones a pensarlo de forma burda, es como una niña que tiene el síndrome pre menstrual. A excepción de la carne casi cruda, claro. Aunque supongo que hay mucha gente que le gusta la carne así aún con sangrita y todo.-me mordí el labio inferior y escudriñé con la mirada el rostro de Angus. Parte de mi vena periodística hacía que me fijara absolutamente en todo lo que había en el rostro de las personas. No podía comprender como podía haber gente que si quería a alguien no le aceptara tal cual era. Quizás era por la forma en que a mi me habían educado a aceptar a todos exactamente por igual. Yo ya después fui haciéndome mis propios prejuicios pero eso fue reservado para la gente que era purista o que discriminaba a la gente por su condición y procedencia. Eso si que no lo soportaba. -No tienes mucho diferente a cualquier otra persona, así que no debería ser ningún impedimento. Si de verdad le importa el hecho que tengas la maldición de la luna es porque no te quiere lo suficiente o no le importas como para intentarlo sabiendo de antemano a lo que se estaba arriesgando. O bueno, eso creo yo.
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Conocía a Adrian Silver por el bar, pero si le hubieran preguntado a Angus si lo conocía de Hogwarts, se habría referido a él como un chiquillo. Ahora a todos los veía mas o menos de la misma edad. Escuchó a Gianna y se sentó en un banquillo que tenía atrás cuidando de que no tuviera que atender a nadie, porque no quería quejas, y luego apoyó las manos sobre la barra.
-A veces nos gusta ponernos misteriosos, saber que tenemos la atención de una niña nos sube el ego y si él ya se dio cuenta de que te gusta pues debe estar aprovechando que te siente segura. Pero si no puedes ser paciente, entonces sé directa. Invítalo a salir tú misma y dile directamente que te gusta. No puedes odiar los rodeos y al mismo tiempo no tener la valentía para declararte.
Hizo expresión de sorpresa con lo del síndrome premenstrual, había estado con algunas niñas en ese periodo pero no había sido nada grave. No se iba a poner a explicarle a Gianna que no tenía nada que ver y que no era lo mismo porque no era cosa de ponerse pesado y al final de todo, solo se encogió de hombros. No le quitaba el sueño, últimamente pensaba que los compromisos no estaban tan bien para ese momento de su vida en el que ni él mismo sabía lo que quería, y que estaba pasando por una crisis de identidad, como suponía que le pasaba a cualquier licántropo que llevara tantos años siéndolo y lo hubiera tomado siempre tan natural.
-Estoy joven, no estoy sufriendo por amor por nadie y trato de no preocuparme por eso más. La maldición ya es en sí misma bastante difícil de sobrellevar como para agregarle un peso más a lo amarga que es.-Pero como ya no quería hablar de eso, ni que Gianna pensara que era un patán por decir entre líneas que no quería novia en verdad, decidió cambiar de tema y seguir como estaban--Mejor vamos a darle una lección a Silver, yo digo que la próxima semana voy todos los días a esperarte afuera de la facultad para cargar tus libros y nos besamos. -El licántropo sonrió esperando que no se tomara a mal sus bromas, aunque podía callarse si ella creía que ya se estaba yendo por las ramas.
-A veces nos gusta ponernos misteriosos, saber que tenemos la atención de una niña nos sube el ego y si él ya se dio cuenta de que te gusta pues debe estar aprovechando que te siente segura. Pero si no puedes ser paciente, entonces sé directa. Invítalo a salir tú misma y dile directamente que te gusta. No puedes odiar los rodeos y al mismo tiempo no tener la valentía para declararte.
Hizo expresión de sorpresa con lo del síndrome premenstrual, había estado con algunas niñas en ese periodo pero no había sido nada grave. No se iba a poner a explicarle a Gianna que no tenía nada que ver y que no era lo mismo porque no era cosa de ponerse pesado y al final de todo, solo se encogió de hombros. No le quitaba el sueño, últimamente pensaba que los compromisos no estaban tan bien para ese momento de su vida en el que ni él mismo sabía lo que quería, y que estaba pasando por una crisis de identidad, como suponía que le pasaba a cualquier licántropo que llevara tantos años siéndolo y lo hubiera tomado siempre tan natural.
-Estoy joven, no estoy sufriendo por amor por nadie y trato de no preocuparme por eso más. La maldición ya es en sí misma bastante difícil de sobrellevar como para agregarle un peso más a lo amarga que es.-Pero como ya no quería hablar de eso, ni que Gianna pensara que era un patán por decir entre líneas que no quería novia en verdad, decidió cambiar de tema y seguir como estaban--Mejor vamos a darle una lección a Silver, yo digo que la próxima semana voy todos los días a esperarte afuera de la facultad para cargar tus libros y nos besamos. -El licántropo sonrió esperando que no se tomara a mal sus bromas, aunque podía callarse si ella creía que ya se estaba yendo por las ramas.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Asentí con la cabeza. Si, odiaba los rodeos y creo que Angus había dado en un punto que no había querido aceptar. Podría odiar que me hablaran con adivinanzas pero tampoco hacía nada por intentar resolverlas. Ugh, odiaba eso de mi.
-¿Sabes? Creo que tienes razón. Cuando tenga la oportunidad se lo diré.
Sabía que había estado empezando a hablar de más. Por eso alejé un poco el vaso de Whisky y me concentré en los cacahuates que Angus me había ofrecido. Deseé poder comer algo más, alguna cosa más consistente como una hamburguesa o incluso una rebanada de pizza o las pastas que hace la abuela Ernestina. Bah, solo de estar pensando en eso se me había abierto más el apetito y estaba segura de que mi estómago rugiría tan fuerte que hasta Finnerty podría escucharlo.
Por un momento me sentí mal por la expresión de Angus al hablar sobre la maldición. No podría imaginarme lo que es tener que convertirte en algo que no puedes controlar cada mes. Que cada mes soportes un dolor tan terrible al momento de que tu cuerpo se transforme en algo tan distinto que nadie podría reconocer. Supuse que era normal para alguien como él sentirse de esa forma. Y la verdad, esperaba no tener que sentirlo yo. Quizás sonaba egoísta pero suponía que para Angus quizás había sido mucho más sencillo haber nacido con la maldición que haberla adquirido a la mitad de tu vida y tener que adaptarte a tu nueva forma de vida.
-Creo que es hora de cambiar a la coca-cola.
Le dije mientras me limpiaba las manos con la servilleta y me quitaba el exceso de sal de los cacahuates que había prácticamente devorado. Algún día le invitaría a cenar a algún lado. Un fin de semana para que no tuvieran que conformarse con las botanas del bar.
Solté una amplia carcajada porque lo que estaba proponiendo Finnerty era algo bastante descabellado. Si, esa era la palabra. Nunca había hecho nada para darle celos a nadie porque nunca lo había necesitado, y ahora que él mencionaba la posibilidad, bueno pues, ¿qué mejor que fuera él? -¿Lo dices en serio? ¡Te has vuelto loco!-No podía dejar de reír. Sin embargo, suponía que me quedaría esa espinita enterrada de estarlo utilizando. Porque a fin de cuentas eso estaría haciendo. Lo utilizaría para darle celos a Adrian Silver y yo no había podido pensarlo de una mejor forma. Volví a morderme el labio y suspiré.-¿De verdad quieres besarme? Eso le daría muchos, muchos celos. ¡Oye, tengo una idea! Hay una fiesta, no sé si sepas, pero sería la oportunidad perfecta. ¿Quieres ir? Yo te invito, es en el lago.
Guardé silencio por unos segundos sopesando las posibilidades. Vamos, Gianna, no era algo tan, tan descabellado, simplemente era una oportunidad en un millón que alguien te da. Solo piensa en que finalmente puedes hacer que Adrian caiga rendido a tus pies…. Pero… ¿Y si no funciona? ¿Y si pasa todo lo contrario o me termina gustando Angus? Oh, Gianna, ¿en qué líos te estás metiendo?
-¿Estás seguro de querer hacerlo? ¿Qué tal y no te gusta como te beso y te vas?
-¿Sabes? Creo que tienes razón. Cuando tenga la oportunidad se lo diré.
Sabía que había estado empezando a hablar de más. Por eso alejé un poco el vaso de Whisky y me concentré en los cacahuates que Angus me había ofrecido. Deseé poder comer algo más, alguna cosa más consistente como una hamburguesa o incluso una rebanada de pizza o las pastas que hace la abuela Ernestina. Bah, solo de estar pensando en eso se me había abierto más el apetito y estaba segura de que mi estómago rugiría tan fuerte que hasta Finnerty podría escucharlo.
Por un momento me sentí mal por la expresión de Angus al hablar sobre la maldición. No podría imaginarme lo que es tener que convertirte en algo que no puedes controlar cada mes. Que cada mes soportes un dolor tan terrible al momento de que tu cuerpo se transforme en algo tan distinto que nadie podría reconocer. Supuse que era normal para alguien como él sentirse de esa forma. Y la verdad, esperaba no tener que sentirlo yo. Quizás sonaba egoísta pero suponía que para Angus quizás había sido mucho más sencillo haber nacido con la maldición que haberla adquirido a la mitad de tu vida y tener que adaptarte a tu nueva forma de vida.
-Creo que es hora de cambiar a la coca-cola.
Le dije mientras me limpiaba las manos con la servilleta y me quitaba el exceso de sal de los cacahuates que había prácticamente devorado. Algún día le invitaría a cenar a algún lado. Un fin de semana para que no tuvieran que conformarse con las botanas del bar.
Solté una amplia carcajada porque lo que estaba proponiendo Finnerty era algo bastante descabellado. Si, esa era la palabra. Nunca había hecho nada para darle celos a nadie porque nunca lo había necesitado, y ahora que él mencionaba la posibilidad, bueno pues, ¿qué mejor que fuera él? -¿Lo dices en serio? ¡Te has vuelto loco!-No podía dejar de reír. Sin embargo, suponía que me quedaría esa espinita enterrada de estarlo utilizando. Porque a fin de cuentas eso estaría haciendo. Lo utilizaría para darle celos a Adrian Silver y yo no había podido pensarlo de una mejor forma. Volví a morderme el labio y suspiré.-¿De verdad quieres besarme? Eso le daría muchos, muchos celos. ¡Oye, tengo una idea! Hay una fiesta, no sé si sepas, pero sería la oportunidad perfecta. ¿Quieres ir? Yo te invito, es en el lago.
Guardé silencio por unos segundos sopesando las posibilidades. Vamos, Gianna, no era algo tan, tan descabellado, simplemente era una oportunidad en un millón que alguien te da. Solo piensa en que finalmente puedes hacer que Adrian caiga rendido a tus pies…. Pero… ¿Y si no funciona? ¿Y si pasa todo lo contrario o me termina gustando Angus? Oh, Gianna, ¿en qué líos te estás metiendo?
-¿Estás seguro de querer hacerlo? ¿Qué tal y no te gusta como te beso y te vas?
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Angus cambió a la coca-cola inmediatamente, buscándola entre algunas botellas que no estaban a la vista porque se encontraban en un compartimento debajo de la barra. Se la sirvió en el mismo vaso en el que le había servido el whisky, esperando que no le importara, de todos modos ni se la iba a cobrar (el whisky sí, la coca no). Se rió con ella por sus reacciones respecto al beso. Él siempre soltaba esas idioteces. No se trataba de jugar con todas las niñas para ver qué conseguía, tampoco, no pretendía llevarse a nadie a la cama o fajonear en una esquina del bar con la que se dejara, era más que le gustaba ver sus expresiones y descubrirlas así. Algunas eran tímidas, otras eran risueñas, otras eran más atrevidas. Y estaba bien conocerlas de esa manera. Gianna era una simpatía andante, de eso no había duda y era sincero con eso de que cualquiera que no se diera cuenta de ello y se lanzara al ruedo sin pensarlo, era un idiota.
-¿No me veré muy raro entre todos ustedes? Dirán: hey, qué hace ese viejo del bar en nuestra fiesta de ninfas y efebos.-No estaba seguro de poder dejar el bar a las horas en que fuera la fiesta. Una fiesta no significaba que no hubiera clientes a esa hora. Después de todo, los grupos de gente no eran los mismos, ni eran reducidos. Pero no quería decirle que no a Gianna así tal cual, por eso le dio vueltas al asunto. -Lo intentaré, dependiendo como esté la clientela por acá.
Se rió de buena gana por la aparente inseguridad que mostraba Gianna por sus besos. Negó con la cabeza .-Estoy seguro de que eso es imposible, las niñas bonitas siempre saben besar.-Se le estaban ocurriendo a él las ideas descabelladas. No quería tomar eso como un coqueteo directo, pero Gianna parecía muy segura de estar enamorada de Adrien o de querer algo serio con él, así que hacerlo no iba a suponer un problema para ninguno de los dos, ni líos. Era como un plan de película muggle.
-Podemos probar de una vez. A ver, cierra los ojos y cuidado de reírte por mi barba.-Como un niño que estuviera jugando a besar a una niña por primera vez, se inclinó sobre la barra para robarle un beso, muy rápido, estampando sus labios contra los de ella y manteniéndose así unos cuantos segundos. Se lo había medio avisado, pero el formato era el mismo de los besos robados básicos de la escuela elemental.
-No, está bien para mi. Puedo seguir el plan sin problemas y seguro que con lengua, también.-Se rió otra vez, ya solo faltaba que Gianna le quisiera pegar y todo el juego no hubiera sido tan literal.
-¿No me veré muy raro entre todos ustedes? Dirán: hey, qué hace ese viejo del bar en nuestra fiesta de ninfas y efebos.-No estaba seguro de poder dejar el bar a las horas en que fuera la fiesta. Una fiesta no significaba que no hubiera clientes a esa hora. Después de todo, los grupos de gente no eran los mismos, ni eran reducidos. Pero no quería decirle que no a Gianna así tal cual, por eso le dio vueltas al asunto. -Lo intentaré, dependiendo como esté la clientela por acá.
Se rió de buena gana por la aparente inseguridad que mostraba Gianna por sus besos. Negó con la cabeza .-Estoy seguro de que eso es imposible, las niñas bonitas siempre saben besar.-Se le estaban ocurriendo a él las ideas descabelladas. No quería tomar eso como un coqueteo directo, pero Gianna parecía muy segura de estar enamorada de Adrien o de querer algo serio con él, así que hacerlo no iba a suponer un problema para ninguno de los dos, ni líos. Era como un plan de película muggle.
-Podemos probar de una vez. A ver, cierra los ojos y cuidado de reírte por mi barba.-Como un niño que estuviera jugando a besar a una niña por primera vez, se inclinó sobre la barra para robarle un beso, muy rápido, estampando sus labios contra los de ella y manteniéndose así unos cuantos segundos. Se lo había medio avisado, pero el formato era el mismo de los besos robados básicos de la escuela elemental.
-No, está bien para mi. Puedo seguir el plan sin problemas y seguro que con lengua, también.-Se rió otra vez, ya solo faltaba que Gianna le quisiera pegar y todo el juego no hubiera sido tan literal.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
-¡Claro que no! No seas bobo, ni siquiera estás tan viejo. Además, ni se notará en la oscuridad. Pero como tú veas. Si tienes mucha clientela, pues ni modo de que los dejes solo, ¡que te deshacen el negocio! ¿Y luego con que le pagamos a doña Julia?
Negué con la cabeza y le di un gran sorbo a la coca cola. Me gustaba tanto, era, quizás, mi bebida favorita en todo el mundo. No había nada que le ganara, a menos de que me presentaran algo mejor. Ya después d eso quizás reconsideraría lo de las bebidas. Por el momento, me conformaba con la coca cola bien helada.
No podía evitar sonrojarme por algunas cosas que decía Angus. En ciertas ocasiones creía que era más bien por compromiso pero no dejaba que eso se mostrara y no me quería mostrar insegura, porque mucha gente –no decía que Angus fuera como ellos- se aprovechaban de esa situación y pues ya mejor no seguía contando lo demás. No porque a mi me hubiera pasado, pero sabía de algunas que hijas de los dioses.
Iba a decir algo pero entonces él dijo algo que no me imaginé que diría en ese momento. Por supuesto que no me dio tiempo de cerrar los ojos ni de reaccionar hasta el momento en que Angus me había besado. Cerré los ojos al final y respiré hondo. Cuando nos separamos me costó unos segundos abrir lo ojos. ¿Qué había pasado? No tenía ni idea, además del hecho de que ¡Angus Finnerty me había besado!
-Se siente chistoso…. La barba y eso, nunca me había besado alguien con barba.-Me reí para mi misma y le saqué la lengua. A pesar de que me había avisado –o algo por el estilo- me había tomado por sorpresa el beso, y no podía negarlo, me había gustado. Ya no estaba tan segura de querer que fuera a la fiesta a la que iba a ir Adrian porque eso podría ser peligroso.-¿Con lengua?-pregunté, casi haciéndome la inocente.-Bueno, entonces quizás sea buena idea que probemos también eso, ¿no?
Me levanté un poco de mi asiento y pasé mi mano por el pecho del licántropo para terminar jalándole de la camisa y acercarlo hacia mi. Puse mis labios sobre los de él en un beso un tanto cohibido pero finalmente, me aventuré a recorrerle sus labios con la lengua, haciendo honor al propósito del experimento, y poco a poco, recorrer su lengua con la propia, so riesgo a que me mandara a volar o que se echara para atrás.
Me separé lentamente y poco a poco abrí los ojos. Sonreí-Bueno, tú también pasaste la prueba.
Negué con la cabeza y le di un gran sorbo a la coca cola. Me gustaba tanto, era, quizás, mi bebida favorita en todo el mundo. No había nada que le ganara, a menos de que me presentaran algo mejor. Ya después d eso quizás reconsideraría lo de las bebidas. Por el momento, me conformaba con la coca cola bien helada.
No podía evitar sonrojarme por algunas cosas que decía Angus. En ciertas ocasiones creía que era más bien por compromiso pero no dejaba que eso se mostrara y no me quería mostrar insegura, porque mucha gente –no decía que Angus fuera como ellos- se aprovechaban de esa situación y pues ya mejor no seguía contando lo demás. No porque a mi me hubiera pasado, pero sabía de algunas que hijas de los dioses.
Iba a decir algo pero entonces él dijo algo que no me imaginé que diría en ese momento. Por supuesto que no me dio tiempo de cerrar los ojos ni de reaccionar hasta el momento en que Angus me había besado. Cerré los ojos al final y respiré hondo. Cuando nos separamos me costó unos segundos abrir lo ojos. ¿Qué había pasado? No tenía ni idea, además del hecho de que ¡Angus Finnerty me había besado!
-Se siente chistoso…. La barba y eso, nunca me había besado alguien con barba.-Me reí para mi misma y le saqué la lengua. A pesar de que me había avisado –o algo por el estilo- me había tomado por sorpresa el beso, y no podía negarlo, me había gustado. Ya no estaba tan segura de querer que fuera a la fiesta a la que iba a ir Adrian porque eso podría ser peligroso.-¿Con lengua?-pregunté, casi haciéndome la inocente.-Bueno, entonces quizás sea buena idea que probemos también eso, ¿no?
Me levanté un poco de mi asiento y pasé mi mano por el pecho del licántropo para terminar jalándole de la camisa y acercarlo hacia mi. Puse mis labios sobre los de él en un beso un tanto cohibido pero finalmente, me aventuré a recorrerle sus labios con la lengua, haciendo honor al propósito del experimento, y poco a poco, recorrer su lengua con la propia, so riesgo a que me mandara a volar o que se echara para atrás.
Me separé lentamente y poco a poco abrí los ojos. Sonreí-Bueno, tú también pasaste la prueba.
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
Angus se rió con ella. Le parecía adorable su sencillez y su honestidad que rayaba en lo inocente aunque no lo era tanto. Y tan no lo era que fue testigo de su apenas perceptible transformación cuando lo tomaba por la camisa y lo atraía hacia ella con seguridad. Le tomó el rostro con las manos, sin importarle estarse clavando la madera de la barra por estar tan cerca de ella. Recorrió sus labios y reconoció su boca sin vergüenza, que al fin y al cabo, ella lo había querido así. Terminó por acariciar su cuello y le sonrió con confianza también cuando se separaron.
-Muchas gracias.-Le dijo sin especificar si le agradecía por haberle dicho que pasaba la prueba o simplemente por dejarse besar por él.-Si no puedo llegar a la fiesta, no creas que es por faltar a mis promesas, será culpa de los decanos, pero la oferta seguirá en pie hasta que consigas lo que quieres-Es decir, el amor de Adrian, aunque mientras tanto, se le hizo muy natural volverla a tomar por el cuello para besarla otra vez, ya aprovechando la oportunidad.
No todos los días una niña bonita se aparecía ahí tan despreocupada y se dejaba besar así que tenía que tomar ventaja de eso. No la iba a llevar a ningún lado, ni siquiera estaba intentando aprovecharse de más, pero unos besos no le hacían daño a nadie, mucho menos iba a intentar algo más grave con la hermana de Jonathan Vercelli, no era tan idiota.
-No vayas a olvidar traer a Buttercup mañana. Pondré una cerca afuera, para que podamos trabajar con ella y no escape de nosotros huyendo.-Iba muy en serio con eso de ayudar a Gianna con el asunto de su mascota, nunca rehuía a trabajos con animales, aunque a veces no cobrara, tal como haría en esa ocasión. -¿Quieres más coca? –Preguntó señalando su vaso aunque era una broma porque a Gianna todavía le faltaba mucho por terminárselo. Él también se sirvió un vaso de lo mismo, para dejar de tomar whisky que ya bastante hacía tomando casi todo el día en el bar, aunque fuera de a poquito.
-Muchas gracias.-Le dijo sin especificar si le agradecía por haberle dicho que pasaba la prueba o simplemente por dejarse besar por él.-Si no puedo llegar a la fiesta, no creas que es por faltar a mis promesas, será culpa de los decanos, pero la oferta seguirá en pie hasta que consigas lo que quieres-Es decir, el amor de Adrian, aunque mientras tanto, se le hizo muy natural volverla a tomar por el cuello para besarla otra vez, ya aprovechando la oportunidad.
No todos los días una niña bonita se aparecía ahí tan despreocupada y se dejaba besar así que tenía que tomar ventaja de eso. No la iba a llevar a ningún lado, ni siquiera estaba intentando aprovecharse de más, pero unos besos no le hacían daño a nadie, mucho menos iba a intentar algo más grave con la hermana de Jonathan Vercelli, no era tan idiota.
-No vayas a olvidar traer a Buttercup mañana. Pondré una cerca afuera, para que podamos trabajar con ella y no escape de nosotros huyendo.-Iba muy en serio con eso de ayudar a Gianna con el asunto de su mascota, nunca rehuía a trabajos con animales, aunque a veces no cobrara, tal como haría en esa ocasión. -¿Quieres más coca? –Preguntó señalando su vaso aunque era una broma porque a Gianna todavía le faltaba mucho por terminárselo. Él también se sirvió un vaso de lo mismo, para dejar de tomar whisky que ya bastante hacía tomando casi todo el día en el bar, aunque fuera de a poquito.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Un whisky, por favor.
-Si no puedes llegar, no importa, ya habrá otra oportunidad.
Le guiñé el ojo y ahí estaba nuevamente besándome. Era extraño. Angus me agradaba bastante y era muy atractivo. Con razón los rumores que había muchas niñas detrás de él y yo.. bueno, quizás yo no anduviera atrás de él per se pero no era ciega y no podía mentir cuando decía que me gustaba su forma de besar y el toque específico que le daba esa barba que sentía era parte de su sex appeal.
-No, traeré a Buttercup a primera hora que tenga libre, que me he anotado en clase de Medimagia y es a las 9 de la mañana. No se en qué pensaba.
Me llevé una mano a la frente dramatizando un poco. Luego me bebí lo que quedaba de coca cola en mi vaso y miré el reloj de pulsera que llevaba en la mano izquierda. Era bastante tarde ya y se me había pasado el tiempo volando. Era verdad lo que decía Jonathan: Finnerty era un buen tipo, o al menos así se veía en una primera impresión. Seguramente mi hermano se infartaría o algo más si se enterara que su adorada hermana menor se estuviera besando nada más y nada menos que con él.
Finnerty me ofrecía lo que restaba de coca cola y por más que quisiera quedarme a charlar un buen rato más, debía irme si quería despertarme temprano para clase de McCreary. Se decía que era muy estricta –incluso más que papá- y no querría llegar tarde a la primer clase después de haber visto el código de presencia que había mandado a inscritos y oyentes.
-En realidad tengo que irme ya a pesar de querer quedarme aquí contigo platicando y eso, pero es tarde y tú también tienes que cerrar.-empecé a guardar mis cosas y me puse en pie. Dejé la cantidad precisa –y un poco más, en realidad- de dinero que le debía a Angus por el Whisky y la coca cola y me recargué en la silla y lo besé otra vez, tomándolo del cuello y poniéndole una mano en el rostro.-Eres un buen tipo, Angus Finnerty. Me agradas. Nos vemos después.
Y caminé hasta la salida sin regresar la mirada. No quería meterme en líos si lo hacía y quizás era mejor así. No quería cruzar mis límites con Angus ni quería hacerlo cruzar los suyos. Quizás para él era aún muy pequeña y estaba el hecho de que mi hermano lo conocía. Y si, también estaba Adrian. Que complicada vida Universitaria.
Le guiñé el ojo y ahí estaba nuevamente besándome. Era extraño. Angus me agradaba bastante y era muy atractivo. Con razón los rumores que había muchas niñas detrás de él y yo.. bueno, quizás yo no anduviera atrás de él per se pero no era ciega y no podía mentir cuando decía que me gustaba su forma de besar y el toque específico que le daba esa barba que sentía era parte de su sex appeal.
-No, traeré a Buttercup a primera hora que tenga libre, que me he anotado en clase de Medimagia y es a las 9 de la mañana. No se en qué pensaba.
Me llevé una mano a la frente dramatizando un poco. Luego me bebí lo que quedaba de coca cola en mi vaso y miré el reloj de pulsera que llevaba en la mano izquierda. Era bastante tarde ya y se me había pasado el tiempo volando. Era verdad lo que decía Jonathan: Finnerty era un buen tipo, o al menos así se veía en una primera impresión. Seguramente mi hermano se infartaría o algo más si se enterara que su adorada hermana menor se estuviera besando nada más y nada menos que con él.
Finnerty me ofrecía lo que restaba de coca cola y por más que quisiera quedarme a charlar un buen rato más, debía irme si quería despertarme temprano para clase de McCreary. Se decía que era muy estricta –incluso más que papá- y no querría llegar tarde a la primer clase después de haber visto el código de presencia que había mandado a inscritos y oyentes.
-En realidad tengo que irme ya a pesar de querer quedarme aquí contigo platicando y eso, pero es tarde y tú también tienes que cerrar.-empecé a guardar mis cosas y me puse en pie. Dejé la cantidad precisa –y un poco más, en realidad- de dinero que le debía a Angus por el Whisky y la coca cola y me recargué en la silla y lo besé otra vez, tomándolo del cuello y poniéndole una mano en el rostro.-Eres un buen tipo, Angus Finnerty. Me agradas. Nos vemos después.
Y caminé hasta la salida sin regresar la mirada. No quería meterme en líos si lo hacía y quizás era mejor así. No quería cruzar mis límites con Angus ni quería hacerlo cruzar los suyos. Quizás para él era aún muy pequeña y estaba el hecho de que mi hermano lo conocía. Y si, también estaba Adrian. Que complicada vida Universitaria.
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
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