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Abastecimiento clandestino
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Abastecimiento clandestino
Aquél día iba a tenerlo entretenido; había decidido que después de las clases, se dedicaría a hacer alguna poción con las últimas cosas que había recogido en el bosque, simplemente por aprovecharlas y tener ya la poción para la que cogió los ingredientes, lista y en varios frascos para cuando la necesitase o simplemente quisiera hacer uso de ella.
Acabadas las clases del día, fue directamente a la habitación, discutiendo un poco con el compañero quejica que tenía, que siempre se quejaba de los olores de las pociones y del tabaco y de cualquier mierda, que parecía que su vida consistía en quejarse al resto del mundo, y lo sacó prácticamente a patadas de la habitación, cerrando después la misma con aquél hechizo que se había inventado hacía años, para cuando quería estar solo sin que nadie le molestase y evitando así el acceso a su habitación de toda persona.
Cuando lo tuvo todo listo, al menos lo que era el caldero, ingredientes, utensilios para manejarlo y prepararlo todo, gruñó cuando fue a revisar en su baúl en busca de algunos frascos; se le habían gastado y no recordó el ir a comprar más o lo que fuera.
Bufó y se quejó a gritos, soltando algún que otro improperio gratuito y tras hacer un simple gesto con la varita, con el que se recogió todo sobre la cama, para cuando volviese de lo que tenía en mente, seguir con el plan que hizo en el mismo momento en el que se despertó.
Se puso una capa, y tras coger también la bolsa encantada para poder abastecerse bien de lo que necesitaba, abrió la puerta de la habitación y salió en dirección a la enfermería. Entrar al aula de pociones sería demasiado arriesgado teniendo en cuenta que el profesor que impartía aquella asignatura, además era el decano de su facultad, y si le pillaba, estaría algo bastante jodido; todo había que decirlo. La solución mas sencilla que no fuese salir de la universidad, que le daba básicamente pereza mas que nada: robar frascos en la enfermería; y eso era lo que iba a hacer.
Entro en la misma y al asegurarse de que la enfermera no estaba, probablemente habría ido a atender a cualquier gilipollas que se habría caído de la escoba jugando a Quidditch, o a algún alumno borracho o lo que fuera, cosa que le daba exactamente igual, entró con una media sonrisa cabrona, caminando directamente hacia la estantería que sabía de sobra, de hurtos anteriores, donde se encontraban los frasquitos.
Por desgracia para él, según abrió el armario uno de los jodidos cuadros se puso a hablarle diciéndole que hacer aquello y veinte mil mierdas mas que Stall únicamente se dedicó a ignorar; se le jodieron los planes y ahora estaba perdiendo el tiempo en robar algunos frascos, aquello había hecho que su mal humor saliese un poco a flote, pero tener ahora a un cuadro jodiendo por detrás...
- ¡Callate de una puta vez, joder! Como me pillen te rasgaré por completo y te meteré en una maldita hoguera, hostia. - Se quejó mientras empezaba a meterse mas de un frasco, de diferentes formas y tamaños, para ya que estaba, abastecerse para un largo tiempo, en la bolsa, escuchando como el tono de voz del cuadro había disminuido a unos simples susurros, unas quejas, que hablaban sobre lo maleducados que eran los estudiantes hoy en día y demás mierdas que podría soltar un jodido un cuadro aburrido.
Acabadas las clases del día, fue directamente a la habitación, discutiendo un poco con el compañero quejica que tenía, que siempre se quejaba de los olores de las pociones y del tabaco y de cualquier mierda, que parecía que su vida consistía en quejarse al resto del mundo, y lo sacó prácticamente a patadas de la habitación, cerrando después la misma con aquél hechizo que se había inventado hacía años, para cuando quería estar solo sin que nadie le molestase y evitando así el acceso a su habitación de toda persona.
Cuando lo tuvo todo listo, al menos lo que era el caldero, ingredientes, utensilios para manejarlo y prepararlo todo, gruñó cuando fue a revisar en su baúl en busca de algunos frascos; se le habían gastado y no recordó el ir a comprar más o lo que fuera.
Bufó y se quejó a gritos, soltando algún que otro improperio gratuito y tras hacer un simple gesto con la varita, con el que se recogió todo sobre la cama, para cuando volviese de lo que tenía en mente, seguir con el plan que hizo en el mismo momento en el que se despertó.
Se puso una capa, y tras coger también la bolsa encantada para poder abastecerse bien de lo que necesitaba, abrió la puerta de la habitación y salió en dirección a la enfermería. Entrar al aula de pociones sería demasiado arriesgado teniendo en cuenta que el profesor que impartía aquella asignatura, además era el decano de su facultad, y si le pillaba, estaría algo bastante jodido; todo había que decirlo. La solución mas sencilla que no fuese salir de la universidad, que le daba básicamente pereza mas que nada: robar frascos en la enfermería; y eso era lo que iba a hacer.
Entro en la misma y al asegurarse de que la enfermera no estaba, probablemente habría ido a atender a cualquier gilipollas que se habría caído de la escoba jugando a Quidditch, o a algún alumno borracho o lo que fuera, cosa que le daba exactamente igual, entró con una media sonrisa cabrona, caminando directamente hacia la estantería que sabía de sobra, de hurtos anteriores, donde se encontraban los frasquitos.
Por desgracia para él, según abrió el armario uno de los jodidos cuadros se puso a hablarle diciéndole que hacer aquello y veinte mil mierdas mas que Stall únicamente se dedicó a ignorar; se le jodieron los planes y ahora estaba perdiendo el tiempo en robar algunos frascos, aquello había hecho que su mal humor saliese un poco a flote, pero tener ahora a un cuadro jodiendo por detrás...
- ¡Callate de una puta vez, joder! Como me pillen te rasgaré por completo y te meteré en una maldita hoguera, hostia. - Se quejó mientras empezaba a meterse mas de un frasco, de diferentes formas y tamaños, para ya que estaba, abastecerse para un largo tiempo, en la bolsa, escuchando como el tono de voz del cuadro había disminuido a unos simples susurros, unas quejas, que hablaban sobre lo maleducados que eran los estudiantes hoy en día y demás mierdas que podría soltar un jodido un cuadro aburrido.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
- Que te pillen haciendo que? No era la mejor forma de saludar a alguien, no?. Pues al menos lo dijo con su tono amable habitual y una miratida más curiosa que reprobatoria. No estaba allí escondida ni nada por el estilo, sino que fue el mismo grito del chico por callar al supuesto cuadro que ahora los miraba mal a ambos, lo que llamó su atención curiosa y la predispuso a adentrarse en el local hasta descubrir de quién se trataba.
Sofie iba a la enfermería porque andaba con un dolor de cabeza tremendo, como jamás le había sucedido. Debía ser aquello que todo mundo le pregonaba y ella se resistía a creer: que la universidad era un plomazo, pesado, tedioso, exigente, estresante. O lo que ella prefería: que había tenido un par de malas noches, por no acostumbrarse a la nueva cama que le había tocado en suerte.
Parada en medio de la puerta, con un vestido azul y unas zapatillas al tono, apoyándose a penas en el marco con una mano, miraba al chico e intentaba ver más allá, descubrir qué encubría sin que se lo dijera directo, solo por el placer de creerse buena detective. Pero en eso se percató que al muchacho no lo conocía de nada, que ni en la fiesta lo había visto y que si estaba pensando en escribir algo sobre aquello, tenía que empezar por saber de quién se trataba...
- Soy Sofie... tu nombre?... y que andas haciendo?...- Le estiró una mano como si realmentre creyese que el muchacho del ceño fruncido iba a cambiar de actitud de un momento para el otro, volverse un galán amable y saludarla como la sociedad mandaba.... Era evidente que lo que hacía no era muy legal, pero la cosa era ver que contestaba.
Sofie iba a la enfermería porque andaba con un dolor de cabeza tremendo, como jamás le había sucedido. Debía ser aquello que todo mundo le pregonaba y ella se resistía a creer: que la universidad era un plomazo, pesado, tedioso, exigente, estresante. O lo que ella prefería: que había tenido un par de malas noches, por no acostumbrarse a la nueva cama que le había tocado en suerte.
Parada en medio de la puerta, con un vestido azul y unas zapatillas al tono, apoyándose a penas en el marco con una mano, miraba al chico e intentaba ver más allá, descubrir qué encubría sin que se lo dijera directo, solo por el placer de creerse buena detective. Pero en eso se percató que al muchacho no lo conocía de nada, que ni en la fiesta lo había visto y que si estaba pensando en escribir algo sobre aquello, tenía que empezar por saber de quién se trataba...
- Soy Sofie... tu nombre?... y que andas haciendo?...- Le estiró una mano como si realmentre creyese que el muchacho del ceño fruncido iba a cambiar de actitud de un momento para el otro, volverse un galán amable y saludarla como la sociedad mandaba.... Era evidente que lo que hacía no era muy legal, pero la cosa era ver que contestaba.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Pensaba llenar la bolsa de muchos tarros para así no tener que preocuparse de ello por un tiempo, contando mentalmente cuales, cuantos y de que tipo estaba robando, aunque mas tarde, lógicamente, tendría que hacer el recuento y ordenarlos dentro de su baúl.
La voz que escuchó a sus espaldas le hizo fruncir el ceño, gruñir, y girarse para apenas mirarle de medio lado, ignorando sus palabras en un principio para seguir con lo que, desde un principio, se había propuesto.
No tardó en cerrar el armario, en donde se podía apreciar a la perfección que habían hecho buen “uso” de él, quedando una estantería bastante vacía a excepción de algunos botes demasiado grandes para el fin que los quería.
Se incorporó y giró sobre si mismo para, con el mismo gesto de ceño fruncido, para mirar a la chica de arriba abajo, arrugando la nariz en una mueca de disgusto; ¿que cojones hacía ahí? Tsk... probablemente la discusión con el cuadro o los gritos del mismo habrían hecho que aquella tipa apareciese.
Escuchó como se presentaba, con claras intenciones de tratar de sonsacarle información, pero a aquello simplemente, como respuesta, obtuvo un gruñido y una mala mirada, fría y afilada a los ojos. - No te importa quien soy. No te interesa lo que hago. - Se adelantó unos cuantos pasos para acercarse a la chica, o mas bien, para acercarse a la puerta, donde se encontraba la chica; haciendo que la capa que portaba, en donde había aprovechado para esconder la bolsa antes de incorporarse, hondease un poco con los movimientos de su camino.
Cuando llegó a su altura, miró el gesto de la mano de ella, alzando una ceja y negando suavemente con la cabeza apenas un momento. - Me largo. - Le gruñó antes de mirarle con mala cara al no apartarse de la puerta. - O te apartas, o te aparto.
La voz que escuchó a sus espaldas le hizo fruncir el ceño, gruñir, y girarse para apenas mirarle de medio lado, ignorando sus palabras en un principio para seguir con lo que, desde un principio, se había propuesto.
No tardó en cerrar el armario, en donde se podía apreciar a la perfección que habían hecho buen “uso” de él, quedando una estantería bastante vacía a excepción de algunos botes demasiado grandes para el fin que los quería.
Se incorporó y giró sobre si mismo para, con el mismo gesto de ceño fruncido, para mirar a la chica de arriba abajo, arrugando la nariz en una mueca de disgusto; ¿que cojones hacía ahí? Tsk... probablemente la discusión con el cuadro o los gritos del mismo habrían hecho que aquella tipa apareciese.
Escuchó como se presentaba, con claras intenciones de tratar de sonsacarle información, pero a aquello simplemente, como respuesta, obtuvo un gruñido y una mala mirada, fría y afilada a los ojos. - No te importa quien soy. No te interesa lo que hago. - Se adelantó unos cuantos pasos para acercarse a la chica, o mas bien, para acercarse a la puerta, donde se encontraba la chica; haciendo que la capa que portaba, en donde había aprovechado para esconder la bolsa antes de incorporarse, hondease un poco con los movimientos de su camino.
Cuando llegó a su altura, miró el gesto de la mano de ella, alzando una ceja y negando suavemente con la cabeza apenas un momento. - Me largo. - Le gruñó antes de mirarle con mala cara al no apartarse de la puerta. - O te apartas, o te aparto.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
eso era un gruñido? En serio?... Sofie dudó con el rostro incluso, acaso se había encontrado con un semi perro?? un animago en plena trasformación... O eran tales sus modos que hasta el gruñido de animal podía imitar a la perfección... Como es que había gente así como él y al mismo tiempo gente como ella?... Misterios de la vida misma!...
- Me importa! si no no te preguntaría... además no me conoces de nada como para saber cuales son mis "intereses".... - Que estaba haciendo? Se estaba imponiendo a un muchacho que le sacaba dos cabezas, iba de ladrón en la enfermería y gruñía como perro? Acaso se había vuelto loca? No. era solo el intenso dolor de cabeza y su personalidad metiche que no le dejaba huir y ya.
El se acercó y ella, si bien se movió un poquito fue solo para acomodarse en su sitio, levantar la frente y ponerle el pecho a la balas. Que aleteara su capa todo lo que quisiese, no iba a intimidarla!... Bueno si!, estaba bastante intimidada, pero no iba a moverse, de testaruda que era y por la adrenalina de ver que pasaba luego. Acaso se animaría cumplir con sus amenazas, que iba a ser hechizarla? Darle un empujón de preescolar para hacerla caer de cola al piso?... Bueno, habría que verlo.
- No me aparto!- Le contestó con la mayor firmeza en la voz que pudo... Le atrapó un brazo con la mano derecha y quiso retenerlo.... pero su intención era hablar bien con él, conocerlo, esas tonterías.... Y ayudarlo cuanto mucho que si estaba robando no era buena su situación en ningún sentido. O era pobre y necesitaba las cosas, o era un drogadicto del mal que necesitaba ayuda, o era un gilipollas que quería llamar la atención. - Mi nombre es Sofie... el tuyo?- Volvió a insistir
- Me importa! si no no te preguntaría... además no me conoces de nada como para saber cuales son mis "intereses".... - Que estaba haciendo? Se estaba imponiendo a un muchacho que le sacaba dos cabezas, iba de ladrón en la enfermería y gruñía como perro? Acaso se había vuelto loca? No. era solo el intenso dolor de cabeza y su personalidad metiche que no le dejaba huir y ya.
El se acercó y ella, si bien se movió un poquito fue solo para acomodarse en su sitio, levantar la frente y ponerle el pecho a la balas. Que aleteara su capa todo lo que quisiese, no iba a intimidarla!... Bueno si!, estaba bastante intimidada, pero no iba a moverse, de testaruda que era y por la adrenalina de ver que pasaba luego. Acaso se animaría cumplir con sus amenazas, que iba a ser hechizarla? Darle un empujón de preescolar para hacerla caer de cola al piso?... Bueno, habría que verlo.
- No me aparto!- Le contestó con la mayor firmeza en la voz que pudo... Le atrapó un brazo con la mano derecha y quiso retenerlo.... pero su intención era hablar bien con él, conocerlo, esas tonterías.... Y ayudarlo cuanto mucho que si estaba robando no era buena su situación en ningún sentido. O era pobre y necesitaba las cosas, o era un drogadicto del mal que necesitaba ayuda, o era un gilipollas que quería llamar la atención. - Mi nombre es Sofie... el tuyo?- Volvió a insistir
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Stall se quedó totalmente en silencio, mirando sin realmente ningún gesto en el rostro, a la chica que parecía tratar de intimidarle o cualquier mierda. Pero por favor, si apenas le llegaba a la altura del pecho y se le veía asustada como si fuese un cachorro tembloroso.
Rodó los ojos en un gesto cansino y suspiró antes de hablar. - Tú tampoco me conoces de nada y estás molestándome, tratando de saber que es lo que estaba haciendo cuando para en absoluto es de tu interés, pequeña zorra. - Musitó entre dientes, teniendo, en todo momento, la vista clavada en los ojos de la chica.
La muy testaruda en vez de apartarse de su camino lo único que había hecho fue acomodarse mejor apoyada en el marco de la puerta, recibiendo una gratuita mirada de odio del metamorfomago, y un bufido. ¿Cómo cojones podía haber alguien tan metomentodo? Era una maldita cría, al parecer muy caprichosa, que tenía pinta de no ir a dejar de ser una molestia hasta que tuviese respuesta del inglés, pero no iba a tener tanta suerte si creía que por hacerse la dura o cualquier mierda, Draken le iba a contestar a algo.
- Joder, que puta pesada... - Murmuró cuando la chica volvió a levantar la voz para insistir en que no se movería del sitio.
Entonces sintió la pequeña mano de ella sobre uno de sus brazos, desviando la mirada al lugar en cuestión y volviendo a mirarla a los ojos, alzando una ceja y poniendo una mueca despectiva, de nuevo.
- Enana, ya te he dicho que no te importa mi puto nombre, y como no me dejes pasar, te juro que o te doy una hostia que te cambia la cara de golpe o bien sales despedida por la ventana. - Sentenció una vez mas y le miró con los ojos entrecerrados. Quería largarse ya de allí, quería ir a su maldita habitación para seguir con la poción que ni siquiera había podido empezar por culpa de la falta de los frascos que había ido a conseguir en la enfermería.
Para tocarle mas los cojones, el mismo cuadro metomentodo de antes, habló, quejándose de que esas no eran formas de llamar, hablar ni tratar a una señorita. - ¡Que te calles hostia! - Dijo alcanzando lo primero que tuvo a mano tras dar un par de pasos, un vaso, y lo arrojó al cuadro, del cual el hombre que estaba en él, se apartó corriendo, quejándose y empezando a armar bullicio, haciendo que se extendiese por toda la enfermería, despertando a los cuadros que estaban durmiendo, al menos hasta ese momento.
Chasqueó la lengua y retrocedió un par de pasos hacia atrás, mirando a la chica y haciéndole un gesto para que saliese. - Si tu no te largas te meterás en problemas, pero yo me largo. - Musitó antes de pasar por al lado de la chica, saliendo a paso rápido de la enfermería; si ella se escapaba con él probablemente no la pillarían, si se quedaba ahí... problema suyo.
Rodó los ojos en un gesto cansino y suspiró antes de hablar. - Tú tampoco me conoces de nada y estás molestándome, tratando de saber que es lo que estaba haciendo cuando para en absoluto es de tu interés, pequeña zorra. - Musitó entre dientes, teniendo, en todo momento, la vista clavada en los ojos de la chica.
La muy testaruda en vez de apartarse de su camino lo único que había hecho fue acomodarse mejor apoyada en el marco de la puerta, recibiendo una gratuita mirada de odio del metamorfomago, y un bufido. ¿Cómo cojones podía haber alguien tan metomentodo? Era una maldita cría, al parecer muy caprichosa, que tenía pinta de no ir a dejar de ser una molestia hasta que tuviese respuesta del inglés, pero no iba a tener tanta suerte si creía que por hacerse la dura o cualquier mierda, Draken le iba a contestar a algo.
- Joder, que puta pesada... - Murmuró cuando la chica volvió a levantar la voz para insistir en que no se movería del sitio.
Entonces sintió la pequeña mano de ella sobre uno de sus brazos, desviando la mirada al lugar en cuestión y volviendo a mirarla a los ojos, alzando una ceja y poniendo una mueca despectiva, de nuevo.
- Enana, ya te he dicho que no te importa mi puto nombre, y como no me dejes pasar, te juro que o te doy una hostia que te cambia la cara de golpe o bien sales despedida por la ventana. - Sentenció una vez mas y le miró con los ojos entrecerrados. Quería largarse ya de allí, quería ir a su maldita habitación para seguir con la poción que ni siquiera había podido empezar por culpa de la falta de los frascos que había ido a conseguir en la enfermería.
Para tocarle mas los cojones, el mismo cuadro metomentodo de antes, habló, quejándose de que esas no eran formas de llamar, hablar ni tratar a una señorita. - ¡Que te calles hostia! - Dijo alcanzando lo primero que tuvo a mano tras dar un par de pasos, un vaso, y lo arrojó al cuadro, del cual el hombre que estaba en él, se apartó corriendo, quejándose y empezando a armar bullicio, haciendo que se extendiese por toda la enfermería, despertando a los cuadros que estaban durmiendo, al menos hasta ese momento.
Chasqueó la lengua y retrocedió un par de pasos hacia atrás, mirando a la chica y haciéndole un gesto para que saliese. - Si tu no te largas te meterás en problemas, pero yo me largo. - Musitó antes de pasar por al lado de la chica, saliendo a paso rápido de la enfermería; si ella se escapaba con él probablemente no la pillarían, si se quedaba ahí... problema suyo.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Zorra? Puta pesada? Pero que....djsfahksljgha!!?!?!? Estaba por levantarle el dedito acusador para ponerlo bien en su sitio a ese que se creía tanto pero no era más que un vulgar gruñón tontuelo del demonio, cuando el muchacho se desquició por demás y empezó a arrojar cosas contra el pobre cuadro animado... Ahora si le había entrado miedo, su cara de espanto la envidenciaba, así como sus piernas entumecidas que no le ayudaban a salir corriendo...
El griterío se fue armando, de una cuadro a otro y todos a la vez, y ella allí como estatua de sal, sin mover un músculo, más que aquellas dos cienes a cada lado de su rostro que latían y latían profundizándole el increíble dolor de cabeza que llevaba. El desconocido, pasó de ella empujón incluido y no fue hasta varios segundos después, que Sofie logró focalizar las ideas y entender la advertencia del muchacho. "Si tu no te largas te meterás en problemas"... O sea que al final, y con todo lo puta que la había llamado, las últimas palabras que le dedicó el desconocido eran puro altruísmo!...
-ESPERA! gritó saliendo tras él a todo andar. Podía correr, estaba acostumbrada a hacerlo como ejercicio necesario para mantenerse bonita y podía empezar a usarlo para no arruinar su expediente universitario a la tercera semana de clases. Como era que se había metido en aquella situación?? ahhh, si! por cotilla! por meterse donde no le llamaban...
Rodó los ojos, sonriéndose a si misma por sus tonterías de loca, respiraba profundo y daba el envión final de sus piernas para alcanzarlo de una buena vez. Le jaló de la capa, con todo el peso de su cuerpo para detenerle el andar y al menos lograr una cosa... una pequeña cosa.- Discúlpame!, no debí meterme... pero... tendrás entre todo lo que te llevas algo para la jaqueca? - Obvio que dijo esto último con un hilo de voz mezcla de la necesidad de no delatarse a si mismos, ante ningún cuadro del pasillo, y la falta de aire por el agite de semejante trote...
El griterío se fue armando, de una cuadro a otro y todos a la vez, y ella allí como estatua de sal, sin mover un músculo, más que aquellas dos cienes a cada lado de su rostro que latían y latían profundizándole el increíble dolor de cabeza que llevaba. El desconocido, pasó de ella empujón incluido y no fue hasta varios segundos después, que Sofie logró focalizar las ideas y entender la advertencia del muchacho. "Si tu no te largas te meterás en problemas"... O sea que al final, y con todo lo puta que la había llamado, las últimas palabras que le dedicó el desconocido eran puro altruísmo!...
-ESPERA! gritó saliendo tras él a todo andar. Podía correr, estaba acostumbrada a hacerlo como ejercicio necesario para mantenerse bonita y podía empezar a usarlo para no arruinar su expediente universitario a la tercera semana de clases. Como era que se había metido en aquella situación?? ahhh, si! por cotilla! por meterse donde no le llamaban...
Rodó los ojos, sonriéndose a si misma por sus tonterías de loca, respiraba profundo y daba el envión final de sus piernas para alcanzarlo de una buena vez. Le jaló de la capa, con todo el peso de su cuerpo para detenerle el andar y al menos lograr una cosa... una pequeña cosa.- Discúlpame!, no debí meterme... pero... tendrás entre todo lo que te llevas algo para la jaqueca? - Obvio que dijo esto último con un hilo de voz mezcla de la necesidad de no delatarse a si mismos, ante ningún cuadro del pasillo, y la falta de aire por el agite de semejante trote...
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Adelantó unos pasos, dejando atrás todo aquel estúpido barullo que se había formado por culpa del estúpido cuadro metomentodo, con intención de ir a largarse de vuelta a su habitación, pero antes pudo escuchar el grito de la chica llamándole; al parecer no había sido tan estúpida de quedarse quieta a la espera de que algún profesor o simplemente la enfermera, volviesen para ver que era lo que había sucedido en la enfermería.
El chico gruñó un poco y se giró, arrugando la nariz para quedarse mirándole, viendo como la chica, que apenas le paró por que se había aferrado a su capa y al parecer, trató de evitar que siguiese andando con todo su peso, de alguna forma o de otra, no parecía tener mucha intención de soltar su capa.
Cuando escuchó lo que le tenía que decir alzó una ceja, pudiendo decirse, que incluso con algo de incredulidad; ¿en un principio había estado molestandole, intentando joderle y demás, ¿y ahora le pedía ayuda? Aquello era hasta increíble, joder; allí estaban todos jodidamente locos, así sin mas, se ponían a joder y a hacer el subnormal detrás de gente que ni conocían.
- ¿Primero te pones a joder, y ahora me pides ayuda? - Puso una mueca y y después se pasó la mano por la cara, suspirando pesadamente. ¿De qué se supone que debería de tener algo para el dolor de cabeza? Rodó los ojos y acabó por negar con la cabeza, metiendo la mano en la bolsa que tenía las cosas, no tardando esta vez en encontrar algo que quizás podría ayudar a la chavala; ahora que lo hubo organizado el día anterior, era todo mucho mas fácil.
Le tendió el frasquito y se quedó en silencio, con el ceño fruncido, esperando que lo cogiese de una maldita vez para largarse de ahí. - Tu no me has visto nunca. - Le dijo como advertencia. - Pero como me hayas visto. - Apartó un poco el frasquito como indicándole que si en algún momento decía que él era el “causante” de aquel alboroto, no le daría la poción que le ayudaría.
El chico gruñó un poco y se giró, arrugando la nariz para quedarse mirándole, viendo como la chica, que apenas le paró por que se había aferrado a su capa y al parecer, trató de evitar que siguiese andando con todo su peso, de alguna forma o de otra, no parecía tener mucha intención de soltar su capa.
Cuando escuchó lo que le tenía que decir alzó una ceja, pudiendo decirse, que incluso con algo de incredulidad; ¿en un principio había estado molestandole, intentando joderle y demás, ¿y ahora le pedía ayuda? Aquello era hasta increíble, joder; allí estaban todos jodidamente locos, así sin mas, se ponían a joder y a hacer el subnormal detrás de gente que ni conocían.
- ¿Primero te pones a joder, y ahora me pides ayuda? - Puso una mueca y y después se pasó la mano por la cara, suspirando pesadamente. ¿De qué se supone que debería de tener algo para el dolor de cabeza? Rodó los ojos y acabó por negar con la cabeza, metiendo la mano en la bolsa que tenía las cosas, no tardando esta vez en encontrar algo que quizás podría ayudar a la chavala; ahora que lo hubo organizado el día anterior, era todo mucho mas fácil.
Le tendió el frasquito y se quedó en silencio, con el ceño fruncido, esperando que lo cogiese de una maldita vez para largarse de ahí. - Tu no me has visto nunca. - Le dijo como advertencia. - Pero como me hayas visto. - Apartó un poco el frasquito como indicándole que si en algún momento decía que él era el “causante” de aquel alboroto, no le daría la poción que le ayudaría.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
- Pero que quieres que haga? Como si pudiera volver a la enfermería luego de que tu armaras el lío ese! – A él podía parecerle ilógico, pero a Sofie le dolía la cabeza, y no podía resolver ese problema sin drogas (ya lo había intentado toda la mañana)… Así que necesitaba los medicamentos de la enfermería, sitio al que no podía volver porque el desconocido había arruinado todo y ella no pretendía asomarse allí para que algún cuadro a la misma enfermera le echaran broncas. Podía parecer, pero no era tan tonta como para exhibirse en medio del huracán, por más que su conciencia estuviera bien limpia.
Lo miró fijo y se quedó con la mano en el aire, imposibilitada de tomar lo que le ofrecía pues él tenía primero que hacer sus amenazas… Como no! Ya empezaba a entenderlo a ese chico, o al menos a que no le tomaran por sorpresa sus modales. Finalmente, le arrebató el francos con rapidez pero sin brusquedad y antes que otra cosa, le agradeció con un sonriente gracias mientras miraba la etiqueta del recipiente corroborando si podía ayudarle o no, el liquido que en su interior se encontraba.
- No iba a decir nada, aunque no hubieras tenido “agua de rosas” para mi dolor – Pero que clase de persona pensaba él que Sofie era?. De todos modos, no se lo dijo con rudeza sino como una obviedad. Sostuvo el frasco entre las manos pues en aquel vestido azul no tenía un bolsillo tan grande como para guardarlo, y animando al chico con un movimiento de hombro le sugirió que caminaran… - Si vuelvo a preguntarte me dirás tu nombre?... Que tal si estamos en clase juntos o lo que sea… Es decir, no tiene sentido tu actitud… A menos claro que tu nombre te parezca horrible, y en todo caso podrías decirme un apodo…
Lo miró fijo y se quedó con la mano en el aire, imposibilitada de tomar lo que le ofrecía pues él tenía primero que hacer sus amenazas… Como no! Ya empezaba a entenderlo a ese chico, o al menos a que no le tomaran por sorpresa sus modales. Finalmente, le arrebató el francos con rapidez pero sin brusquedad y antes que otra cosa, le agradeció con un sonriente gracias mientras miraba la etiqueta del recipiente corroborando si podía ayudarle o no, el liquido que en su interior se encontraba.
- No iba a decir nada, aunque no hubieras tenido “agua de rosas” para mi dolor – Pero que clase de persona pensaba él que Sofie era?. De todos modos, no se lo dijo con rudeza sino como una obviedad. Sostuvo el frasco entre las manos pues en aquel vestido azul no tenía un bolsillo tan grande como para guardarlo, y animando al chico con un movimiento de hombro le sugirió que caminaran… - Si vuelvo a preguntarte me dirás tu nombre?... Que tal si estamos en clase juntos o lo que sea… Es decir, no tiene sentido tu actitud… A menos claro que tu nombre te parezca horrible, y en todo caso podrías decirme un apodo…
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Stall puso una mueca, torciendo el morro y resoplando, rodando los ojos. Esa tía no era mas que una agonías, no dejaba de quejarse ni siquiera...
Se quedó mirándole con el ceño fruncido, aún mientras sostenía el pequeño frasco que estaba ofreciéndole a la chica y negó un poco. - Si armé ese lío fue precisamente por tu jodida culpa; si no hubieras aparecido esa mierda de cuadro no se habría puesto a tocar los cojones y tal... en fin, callate ya y dejame largarme de puta una vez...
Escuchó la palabrería de la rubia y se encogió de hombros; ya dejaría de hacerle incluso caso, simplemente pasaría de ella y se largaría de ahí. - Podía darte algo mejor que eso, pero si simplemente tienes una jaqueca con eso te bastará. Da gracias por que no vaya a reclamarte el bote. - Sonrió un poco ladeado, de forma cabrona, y se señaló la capa, en realidad señalándose la bolsa que tenía escondida bajo el ropaje. - Ya conseguí para tener de estos por un tiempo. - Dejando con eso mas o menos claro que aquella había sido la razón por la que había ido a la enfermería; no fuese a creer cualquier cosa rara, aunque.... a él eso en realidad le daba igual.
Chasqueó la lengua. Ya volvía a insistir con aquello de saber su nombre, joder. Puso una mueca de disgusto y en un gruñido finalmente, dijo al menos parte de su nombre. - Stall. - Adelantó unos pasos para alejarse de la chica, ignorándola por completo al resto. No le importaba a esa cotilla su nombre, pero si al menos se callaba si daba a conocer su apellido... quizás con suerte sabría el gran poder que tenía la familia Stall, y todos los que eran, en el Londres mágico, mas concretamente por la parte purista, aunque eso del purismo a él le daba igual.
Con intención de dejar ahí a la chavala, de zanjar ahí la conversación, siguió con su camino de vuelta a la habitación, queriendo cumplir, de una jodida vez, su plan.
Se quedó mirándole con el ceño fruncido, aún mientras sostenía el pequeño frasco que estaba ofreciéndole a la chica y negó un poco. - Si armé ese lío fue precisamente por tu jodida culpa; si no hubieras aparecido esa mierda de cuadro no se habría puesto a tocar los cojones y tal... en fin, callate ya y dejame largarme de puta una vez...
Escuchó la palabrería de la rubia y se encogió de hombros; ya dejaría de hacerle incluso caso, simplemente pasaría de ella y se largaría de ahí. - Podía darte algo mejor que eso, pero si simplemente tienes una jaqueca con eso te bastará. Da gracias por que no vaya a reclamarte el bote. - Sonrió un poco ladeado, de forma cabrona, y se señaló la capa, en realidad señalándose la bolsa que tenía escondida bajo el ropaje. - Ya conseguí para tener de estos por un tiempo. - Dejando con eso mas o menos claro que aquella había sido la razón por la que había ido a la enfermería; no fuese a creer cualquier cosa rara, aunque.... a él eso en realidad le daba igual.
Chasqueó la lengua. Ya volvía a insistir con aquello de saber su nombre, joder. Puso una mueca de disgusto y en un gruñido finalmente, dijo al menos parte de su nombre. - Stall. - Adelantó unos pasos para alejarse de la chica, ignorándola por completo al resto. No le importaba a esa cotilla su nombre, pero si al menos se callaba si daba a conocer su apellido... quizás con suerte sabría el gran poder que tenía la familia Stall, y todos los que eran, en el Londres mágico, mas concretamente por la parte purista, aunque eso del purismo a él le daba igual.
Con intención de dejar ahí a la chavala, de zanjar ahí la conversación, siguió con su camino de vuelta a la habitación, queriendo cumplir, de una jodida vez, su plan.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
- bueno ya deja de pelear – le interrumpió imitándole el ceño fruncido por joderle. Es que vamos, así como ella era una metiche, él tenía unos modales horribles y le echaba la bronca acusándola con argumentos blandengues sin sentido. Además, mucho decía que quería largarse pero luego se quedaba allí, no importando cuan estúpido fuera lo que Sofie dijera…. Y eso era un gran dato: le gustaba pelear, por eso se quedaba, porque tenía dentro de él esa necesidad de responder a toda tontería si o si, sin importar lo infructífero que le pareciera… o al menos eso creía Sofie que le pasaba al chico, y por lo tanto intentaría usarlo a su favor.
- entonces Stall… déjame ver si entendí: … eres un ladrón de pociones para luego ir a venderlas por ahí a las niñas con jaqueca?... – El podía, si quería, iniciar la vuelta a su dormitorio, pero era obvio que Sofie lo seguiría un paso atrás esta que el hechizo de género aplicado en los aposentos se lo impidiera… - O eres como esos yonkis que están hasta la médula de su adicción?...- Un poco lo decía por duda sincera y otro poco para joderlo hay que admitir.
Lamentablemente para el chico, Sofie había sido criada enteramente en el mundo muggle, para colmo español, y por tal no tenía idea lo que aquel apellido significaba. Quizá por eso no le tenía ni un poco de miedo a la situación, o quizá porque era una descarada ingenua convencida de que dentro de la universidad jamás podría pasarle algo malo ni habría alguien tan horrible como para sufrir.
- entonces Stall… déjame ver si entendí: … eres un ladrón de pociones para luego ir a venderlas por ahí a las niñas con jaqueca?... – El podía, si quería, iniciar la vuelta a su dormitorio, pero era obvio que Sofie lo seguiría un paso atrás esta que el hechizo de género aplicado en los aposentos se lo impidiera… - O eres como esos yonkis que están hasta la médula de su adicción?...- Un poco lo decía por duda sincera y otro poco para joderlo hay que admitir.
Lamentablemente para el chico, Sofie había sido criada enteramente en el mundo muggle, para colmo español, y por tal no tenía idea lo que aquel apellido significaba. Quizá por eso no le tenía ni un poco de miedo a la situación, o quizá porque era una descarada ingenua convencida de que dentro de la universidad jamás podría pasarle algo malo ni habría alguien tan horrible como para sufrir.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
El dolor de tripa del otro día había ido a menos, sobre todo tras tomar la poción que le dio su mejor amigo, pero eso no significaba que se le hubiera desaparecido del todo. Llegaba a ser molesto el estar todo con ese pequeño dolor de tripa, que si bien no era muy pronunciado de vez en cuando, sobre todo si pasaba mucho rato sentado (de manera estúpida e inexplicable) se volvía mucho más pronunciado.
Aún a pesar de todo aquello no se había saltado ninguna clase, es más, incluso había acudido a alguna otra más, volvía a no querer cruzarse con Draken, estaba muy molesto con él después de todo aquello que había pasado junto al lago, su manera de ignorarle POR COMPLETO y todo lo demás, pues como que, aunque no quisiera decirlo en voz alta, estaba jodidamente enfadado. Siempre sería más fácil evitarle que andar peleando sin más.
La cosa es que estaba camino de la enfermería, ahora que al fin tenía tiempo libre aprovecharía para ir a buscar algún tipo de remedio, el que fuera. Allí tendrían que darle algo útil sin tener que acudir a él y con un poco de suerte la próxima vez que lo viera tendría una pinta excelente, podría pavonearse frente a él y sonreír sin poner cara de haber chupado un limón por culpa de algún dolor raro repentino.
Pero antes de llegar a la enfermería oyó pasos, y voces y se apartó un poco, quedando medio escondido, y lo vio de lejos, sabía de sobra quien era el dueño de aquella cabellera morada, era demasiado obvio. Y más aún con aquella voz. Que no es que oyera demasiado, pero ahí estaba, el timbre de Draken, más que reconocible para él. Volvió a mirar de manera fugaz, su acompañante era una chica, ya la había visto por el campus, y por la facultad, la reconocía como alguien de Cerridwen, igual que él, y estaba casi seguro incluso de haber coincidido en alguna clase con ella, pero el nombre… eso era ya otro mundo, sobre todo porque era muy despistado para aquello de los nombres ajenos.
Se pensó por un momento dar media vuelta y largarse, pero el puto pasillo que había frente a él era enorme y tendría que correr mucho para que ellos dos al dar la esquina no lo vieran huyendo, y no había otra vía de escape, de modo que, queriendo, de manera bastante obvia, dejó caer un par de cosas, pergaminos e incluso un tintero, el contenido de su mochila, y se puso a recogerlo para no tener que dar la esquina y topárselos, porque sabía que su cara lo delataría, al menos frente a Draken, de que los había visto llegar, era un tanto malo fingiendo.
-Joder – maldijo en voz bastante alta, si el ruido no había sido suficiente su maldición sí que lo sería, y así no sería él quien se acercara a ellos, si no ellos a él, y bueno… también había que decir que le interesaba saber la reacción de su mejor amigo al verlo ahí, o bueno, en realidad quería saber que hacía con la chica, pero no es que tuviera derechos sobre con quien se movía ni nada… - esto apesta… – se quejó ahora en voz baja, como si hablara para sí mismo mientras separaba todo de la tinta, fingiendo no saber de quién eran los pasos que acaban de detenerse justo delante de él.
Aún a pesar de todo aquello no se había saltado ninguna clase, es más, incluso había acudido a alguna otra más, volvía a no querer cruzarse con Draken, estaba muy molesto con él después de todo aquello que había pasado junto al lago, su manera de ignorarle POR COMPLETO y todo lo demás, pues como que, aunque no quisiera decirlo en voz alta, estaba jodidamente enfadado. Siempre sería más fácil evitarle que andar peleando sin más.
La cosa es que estaba camino de la enfermería, ahora que al fin tenía tiempo libre aprovecharía para ir a buscar algún tipo de remedio, el que fuera. Allí tendrían que darle algo útil sin tener que acudir a él y con un poco de suerte la próxima vez que lo viera tendría una pinta excelente, podría pavonearse frente a él y sonreír sin poner cara de haber chupado un limón por culpa de algún dolor raro repentino.
Pero antes de llegar a la enfermería oyó pasos, y voces y se apartó un poco, quedando medio escondido, y lo vio de lejos, sabía de sobra quien era el dueño de aquella cabellera morada, era demasiado obvio. Y más aún con aquella voz. Que no es que oyera demasiado, pero ahí estaba, el timbre de Draken, más que reconocible para él. Volvió a mirar de manera fugaz, su acompañante era una chica, ya la había visto por el campus, y por la facultad, la reconocía como alguien de Cerridwen, igual que él, y estaba casi seguro incluso de haber coincidido en alguna clase con ella, pero el nombre… eso era ya otro mundo, sobre todo porque era muy despistado para aquello de los nombres ajenos.
Se pensó por un momento dar media vuelta y largarse, pero el puto pasillo que había frente a él era enorme y tendría que correr mucho para que ellos dos al dar la esquina no lo vieran huyendo, y no había otra vía de escape, de modo que, queriendo, de manera bastante obvia, dejó caer un par de cosas, pergaminos e incluso un tintero, el contenido de su mochila, y se puso a recogerlo para no tener que dar la esquina y topárselos, porque sabía que su cara lo delataría, al menos frente a Draken, de que los había visto llegar, era un tanto malo fingiendo.
-Joder – maldijo en voz bastante alta, si el ruido no había sido suficiente su maldición sí que lo sería, y así no sería él quien se acercara a ellos, si no ellos a él, y bueno… también había que decir que le interesaba saber la reacción de su mejor amigo al verlo ahí, o bueno, en realidad quería saber que hacía con la chica, pero no es que tuviera derechos sobre con quien se movía ni nada… - esto apesta… – se quejó ahora en voz baja, como si hablara para sí mismo mientras separaba todo de la tinta, fingiendo no saber de quién eran los pasos que acaban de detenerse justo delante de él.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Cuando comenzó a seguir su camino el metamorfomago, lo único que consiguió fue que la chavala volviese a ponerse modo gilipollas, hablando de estupideces sin sentido, preguntándole a ver si era un jodido yonki o simplemente un ladrón. Gruñó como respuesta, sin dejar de caminar, hasta que un ruido que se escuchó, seguido de una queja que reconoció al momento, le “salvaron” puede decirse.
Caminó hacia el sitio de donde provenía el ruido y ahí se topo con quien había identificado tan solo por su voz, sonriendo ladeado. - ¿Tan torpe eres que se te cae hasta el tintero? - Negó un poco con la cabeza, quedándose mirando a su mejor amigo fijamente a los ojos, esperando una respuesta o algo por parte de él, alguna queja o lo que fuera.
Se agachó apenas un momento con intención de ir a ayudarle a recoger las cosas, y de paso disimuladamente miró de soslayo a la chica que no le dejaba marcharse tranquilamente, viendo como estaba tras de él y rodó los ojos, soltando una queja. - Joder... pesada. - Apenas lo habría podido escuchar Elazar, pero bueno... quizás así intentaría ayudarle o algo.
Decidió ignorar un poco a la chica, entablando conversación con el rubio, a ver si tenía suerte y así dejaba de molestarle, o al menos, curiosa, se ponía a hablar con Selvaggi.
- ¿Qué haces por aquí? ¿Camino a la biblioteca? Si es así te confundiste de pasillo, Selvaggi... - Sonrió un poco ladeado, divertido. - A no ser que fueses a la enfermería... ¿te duele algo?
Entonces escuchó la voz de la chica por detrás, siguiendo con las malditas preguntas que estaba, al parecer, tan interesada de hacer y sonsacar la información.
Stall se incorporó tendiéndole un par de pergaminos a su mejor amigo, clavando de nuevo la vista en los ojos de Sofie, gruñéndole. - ¿No tienes pensado dejarme largarme? Joder, que al final contigo pegada a mi no voy a poder ni ir a mear, hostia. - Bufó y se quedó en silencio, esperando que entendiese eso de una vez, ahora girándose a mirar al italiano, pensando en largarse y dejarlo a ambos solos; aunque le dejase el marrón a Selvaggi, ya después se lo recompensaría... podría hacerlo.
Caminó hacia el sitio de donde provenía el ruido y ahí se topo con quien había identificado tan solo por su voz, sonriendo ladeado. - ¿Tan torpe eres que se te cae hasta el tintero? - Negó un poco con la cabeza, quedándose mirando a su mejor amigo fijamente a los ojos, esperando una respuesta o algo por parte de él, alguna queja o lo que fuera.
Se agachó apenas un momento con intención de ir a ayudarle a recoger las cosas, y de paso disimuladamente miró de soslayo a la chica que no le dejaba marcharse tranquilamente, viendo como estaba tras de él y rodó los ojos, soltando una queja. - Joder... pesada. - Apenas lo habría podido escuchar Elazar, pero bueno... quizás así intentaría ayudarle o algo.
Decidió ignorar un poco a la chica, entablando conversación con el rubio, a ver si tenía suerte y así dejaba de molestarle, o al menos, curiosa, se ponía a hablar con Selvaggi.
- ¿Qué haces por aquí? ¿Camino a la biblioteca? Si es así te confundiste de pasillo, Selvaggi... - Sonrió un poco ladeado, divertido. - A no ser que fueses a la enfermería... ¿te duele algo?
Entonces escuchó la voz de la chica por detrás, siguiendo con las malditas preguntas que estaba, al parecer, tan interesada de hacer y sonsacar la información.
Stall se incorporó tendiéndole un par de pergaminos a su mejor amigo, clavando de nuevo la vista en los ojos de Sofie, gruñéndole. - ¿No tienes pensado dejarme largarme? Joder, que al final contigo pegada a mi no voy a poder ni ir a mear, hostia. - Bufó y se quedó en silencio, esperando que entendiese eso de una vez, ahora girándose a mirar al italiano, pensando en largarse y dejarlo a ambos solos; aunque le dejase el marrón a Selvaggi, ya después se lo recompensaría... podría hacerlo.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Por más que lo intentase eso parecía no avanzar… O mejor dicho cada vez que avanzaba un paso retrocedía dos. Era momento de dejarse de tonterías, librar al chico a su suerte, y admitir el fracaso en la tarea. Sobre todo era momento de ir a buscar un poco de té para tomar el agua de rosas, porque la cabeza iba a estallarle de un momento a otro, mezcla del dolor que traía desde temprano y la frustración que le producían los gruñidos del chico…
Pero en eso, otro desconocido entró en escena. No era mucho decir “desconocido” pues Sofie apenas si conocía a alguien allí, y todos resultaban ser hijos de amigos de su madre, pero por más millones de desconocidos que hubiera, siempre picaba en ella la necesidad de enterarse y ahora sí no podía abandonar el sitio. Eran dos contra uno y le daba igual.
- Hola!... – ella también se dispuso a agachase a ayudar a juntar las cosas. Pero como si fuera un oleaje de mala onda, la expresión de Stall la hizo dar dos pasos hacia atrás, yendo a dar la espalda contra el muro, no fuerte pero aprovechando para recargarse sobre él y llevarse una mano a la cien para aguantarse las puntadas cada vez más intensas y repetitivas. – chicos creo que…-
Y ahí volvía el peli-violeta a increparla. Frunció el ceño y los labios, cansándose ella de la situación. Abrió la boca para decir alguna tontería, defenderse con alguna frase sobre los baños masculinos, pero de nuevo una aguja filosa e invisible le penetraba el cerebro. Decidida a dejar la pelea verbal para otro momento dio un paso hacia delante pensando largarse ya….
Y en eso, su presión bajó hasta las confines de la tierra, el color rosado natural de sus mejillas desapareció, las rodillas se le doblaron y por más que no quiso terminó tomando a Stall del brazo – me muero – le dijo a nadie, sintiendo que iba a desmayarse, aterrada porque ni modular podía y menos aun salir corriendo hacia cualquier sitio.
Pero en eso, otro desconocido entró en escena. No era mucho decir “desconocido” pues Sofie apenas si conocía a alguien allí, y todos resultaban ser hijos de amigos de su madre, pero por más millones de desconocidos que hubiera, siempre picaba en ella la necesidad de enterarse y ahora sí no podía abandonar el sitio. Eran dos contra uno y le daba igual.
- Hola!... – ella también se dispuso a agachase a ayudar a juntar las cosas. Pero como si fuera un oleaje de mala onda, la expresión de Stall la hizo dar dos pasos hacia atrás, yendo a dar la espalda contra el muro, no fuerte pero aprovechando para recargarse sobre él y llevarse una mano a la cien para aguantarse las puntadas cada vez más intensas y repetitivas. – chicos creo que…-
Y ahí volvía el peli-violeta a increparla. Frunció el ceño y los labios, cansándose ella de la situación. Abrió la boca para decir alguna tontería, defenderse con alguna frase sobre los baños masculinos, pero de nuevo una aguja filosa e invisible le penetraba el cerebro. Decidida a dejar la pelea verbal para otro momento dio un paso hacia delante pensando largarse ya….
Y en eso, su presión bajó hasta las confines de la tierra, el color rosado natural de sus mejillas desapareció, las rodillas se le doblaron y por más que no quiso terminó tomando a Stall del brazo – me muero – le dijo a nadie, sintiendo que iba a desmayarse, aterrada porque ni modular podía y menos aun salir corriendo hacia cualquier sitio.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Cuando su mejor amigo se acercó y se inclinó con él oyó de manera un tanto clara lo que había dicho de la muchacha, pero ignoró totalmente el comentario, conocía tan bien a Stall que sabía que diría ese tipo de cosas de casi cualquier persona, era como… a ver, como decirlo… le costaba esperar a conocer a la gente antes de juzgarlos.
-No iba a la biblioteca – le respondió aquello casi gruñendo, no dijo más, pues lo de que iba a la enfermería era totalmente cierto, pero no quería admitirlo, no quería que cada vez que pensara en él lo hiciera recordándolo como un pobre enfermo ni nada así, de modo que simplemente se quedó bien serio, negando con la cabeza mientras se incorporaba con él. No estaba mal que se preocupara por él, eso le sentaba bastante bien a su amor propio, pero aún así, no.
-No estoy malo, no iba a la enfermería, este pasillo solo me pillaba de camino, no estoy todo el puto día enfermo – lo dijo a las claras, mintiendo, pero muy seguro. Sabía de sobra que el chico intentaba con todo aquello librarse de la muchacha y una vez cogió y guardó todo lo que le tendía su amigo antes de ver como se dirigía a la chica. Por un momento le dio lástima, se la veía un poco cansada a ella también de ser tratada así, pero lo peor era que tampoco parecía mal chica, o sea, no era como si tuviera pinta de la típica zorra a la que Stall no soportaría más que para tenerla dentro de la cama ni nada…
Entonces fue que vio como se le iba un poco, se quedó totalmente pálida y se sostuvo en Draken. Eso habría sido un error bastante grave con el metamorfomago, normalmente, pero en esa situación… ella parecía estar realmente mal y con lo último que dijo logró que el rubio dejara sus cosas en el suelo (con cuidado) y fuera hacía ella, sosteniéndola del otro brazo, sabiendo que quizás su mejor amigo la obligara a soltarse o incluso le quitara de su lado.
-¿Estás bien? ¿Qué te ocurre? – miró a Draken con gesto preocupado. No es que Selvaggi soliera ser mister simpatía ni nada así, pero sabía preocuparse por los demás y llegaba a joderle un poco que su mejor amigo fuera capaz de ignorar a una chica cuando estaba tan jodidamente mal, o eso pensaba él, al verla así – Draken, vamos a llevarla a la enfermería… si no está bien no debería andar por los pasillos así… – se mordió el labio y sintió como las piernas de la chica se aflojaban, lo notó porque ya la cargaba un poco y de pronto pasó a pasar bastante mal, en ese momento se movió rápidamente e intentó cogerla para evitar el golpe, pero lo único que logró fue cargarla sobre él. No es que tuviera una fuerza espectacular… - Drake… ¿Qué hago? Cógela… por favor. No me gustaría dejarla aquí y creo que no podré cargarla hasta la enfermería.
Le miró con cara de desesperado, en el fondo Stall no era tan malo como podría parecer, y esperaba que por él hiciera eso.
-No iba a la biblioteca – le respondió aquello casi gruñendo, no dijo más, pues lo de que iba a la enfermería era totalmente cierto, pero no quería admitirlo, no quería que cada vez que pensara en él lo hiciera recordándolo como un pobre enfermo ni nada así, de modo que simplemente se quedó bien serio, negando con la cabeza mientras se incorporaba con él. No estaba mal que se preocupara por él, eso le sentaba bastante bien a su amor propio, pero aún así, no.
-No estoy malo, no iba a la enfermería, este pasillo solo me pillaba de camino, no estoy todo el puto día enfermo – lo dijo a las claras, mintiendo, pero muy seguro. Sabía de sobra que el chico intentaba con todo aquello librarse de la muchacha y una vez cogió y guardó todo lo que le tendía su amigo antes de ver como se dirigía a la chica. Por un momento le dio lástima, se la veía un poco cansada a ella también de ser tratada así, pero lo peor era que tampoco parecía mal chica, o sea, no era como si tuviera pinta de la típica zorra a la que Stall no soportaría más que para tenerla dentro de la cama ni nada…
Entonces fue que vio como se le iba un poco, se quedó totalmente pálida y se sostuvo en Draken. Eso habría sido un error bastante grave con el metamorfomago, normalmente, pero en esa situación… ella parecía estar realmente mal y con lo último que dijo logró que el rubio dejara sus cosas en el suelo (con cuidado) y fuera hacía ella, sosteniéndola del otro brazo, sabiendo que quizás su mejor amigo la obligara a soltarse o incluso le quitara de su lado.
-¿Estás bien? ¿Qué te ocurre? – miró a Draken con gesto preocupado. No es que Selvaggi soliera ser mister simpatía ni nada así, pero sabía preocuparse por los demás y llegaba a joderle un poco que su mejor amigo fuera capaz de ignorar a una chica cuando estaba tan jodidamente mal, o eso pensaba él, al verla así – Draken, vamos a llevarla a la enfermería… si no está bien no debería andar por los pasillos así… – se mordió el labio y sintió como las piernas de la chica se aflojaban, lo notó porque ya la cargaba un poco y de pronto pasó a pasar bastante mal, en ese momento se movió rápidamente e intentó cogerla para evitar el golpe, pero lo único que logró fue cargarla sobre él. No es que tuviera una fuerza espectacular… - Drake… ¿Qué hago? Cógela… por favor. No me gustaría dejarla aquí y creo que no podré cargarla hasta la enfermería.
Le miró con cara de desesperado, en el fondo Stall no era tan malo como podría parecer, y esperaba que por él hiciera eso.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
El chico gruñó, y en el momento que la chavala se puso a dramatizar con que se moría, vio la reacción del italiano. Aquello le estaba resultando, un tanto muy bastante jodidamente exagerado, pero joder...
El amarre de la mano de Sofie le había pillado un poco por sorpresa, y por ello simplemente había girado el rostro a mirarle, con una ceja alzada, hasta que tras suspirar, terminó por negar con la cabeza, viendo a su mejor amigo actuar. - ¿Intentas hacerte el héroe?
Y entonces pudo ver perfectamente como el cuerpo de la chica se derrumbó prácticamente, teniendo que sostenerla el rubio, o sino se hubiese comido el suelo de lleno. Negó con la cabeza, escuchando las quejas, aquella forma tan especial de Selvaggi de pedirle ayuda, y tras mirarlos a ambos por un momento, gruñó. - No se le puede llevar a la enfermería, sería algo peligroso sabiendo el jodido barullo que está formado ahí ahora mismo... - Susurró pensativo.
Su compañero insistió y entonces, gruñendo y suspirando con resignación, se acercó a la chica y sin demasiada, ninguna, dificultad, la alzó en brazos, cargando con ella, clavando la mirada en las orbes de su amigo.
- Larguémonos de aquí... al menos a algún sitio donde pueda darle un poco de aire, le irá bien y tal. - Susurró. - Ya le daré yo algo de lo que tengo. - Susurró mientras veía a Elazar recoger las cosas, empezando a caminar juntos en dirección a la parte exterior de donde se encontraban.
Se acomodaron, una vez ya fuera del recinto, en una zona de hierba, bajo un árbol, dejó con cuidado a la chica para ni ser muy brusco y llevarse una reprimenda, que no tenía ganas de escuchar.
Miró al rubio y después a la chica, acabando por gruñir y quitarse la capa para cubrir el cuerpo de ella; estaba demasiado expuesta, al menos, para estar ahí tirada en el suelo como estaba en esos momentos; seguro que si había algo de viento aquél vestido o cosa que llevaba en el cuerpo, se le subiría hasta versele hasta las tetas, joder.
Miró a Elazar que parecía divertido con ello y tras hacerle un corte de mangas y gruñirle, se sentó alejado a la chica, dándole la espalda tanto a ella como su amigo que aún seguía en pie, y se puso a rebuscar un poco en su bolsa, tendiéndole a Selvaggi una poción que haría el mismo efecto que solían hacer las onzas de chocolate que daban para recuperar energías y demás. - Dáselo a la tipa esa, hará que se despierte. - Arrugó la nariz y en cuanto el italiano hizo lo que el metamorfomago le pidió, él mismo se distrajo, sacando un cigarrillo y empezando a fumar mientras se quejaba de que le habían jodido enteramente todos los putos planes.
El amarre de la mano de Sofie le había pillado un poco por sorpresa, y por ello simplemente había girado el rostro a mirarle, con una ceja alzada, hasta que tras suspirar, terminó por negar con la cabeza, viendo a su mejor amigo actuar. - ¿Intentas hacerte el héroe?
Y entonces pudo ver perfectamente como el cuerpo de la chica se derrumbó prácticamente, teniendo que sostenerla el rubio, o sino se hubiese comido el suelo de lleno. Negó con la cabeza, escuchando las quejas, aquella forma tan especial de Selvaggi de pedirle ayuda, y tras mirarlos a ambos por un momento, gruñó. - No se le puede llevar a la enfermería, sería algo peligroso sabiendo el jodido barullo que está formado ahí ahora mismo... - Susurró pensativo.
Su compañero insistió y entonces, gruñendo y suspirando con resignación, se acercó a la chica y sin demasiada, ninguna, dificultad, la alzó en brazos, cargando con ella, clavando la mirada en las orbes de su amigo.
- Larguémonos de aquí... al menos a algún sitio donde pueda darle un poco de aire, le irá bien y tal. - Susurró. - Ya le daré yo algo de lo que tengo. - Susurró mientras veía a Elazar recoger las cosas, empezando a caminar juntos en dirección a la parte exterior de donde se encontraban.
Se acomodaron, una vez ya fuera del recinto, en una zona de hierba, bajo un árbol, dejó con cuidado a la chica para ni ser muy brusco y llevarse una reprimenda, que no tenía ganas de escuchar.
Miró al rubio y después a la chica, acabando por gruñir y quitarse la capa para cubrir el cuerpo de ella; estaba demasiado expuesta, al menos, para estar ahí tirada en el suelo como estaba en esos momentos; seguro que si había algo de viento aquél vestido o cosa que llevaba en el cuerpo, se le subiría hasta versele hasta las tetas, joder.
Miró a Elazar que parecía divertido con ello y tras hacerle un corte de mangas y gruñirle, se sentó alejado a la chica, dándole la espalda tanto a ella como su amigo que aún seguía en pie, y se puso a rebuscar un poco en su bolsa, tendiéndole a Selvaggi una poción que haría el mismo efecto que solían hacer las onzas de chocolate que daban para recuperar energías y demás. - Dáselo a la tipa esa, hará que se despierte. - Arrugó la nariz y en cuanto el italiano hizo lo que el metamorfomago le pidió, él mismo se distrajo, sacando un cigarrillo y empezando a fumar mientras se quejaba de que le habían jodido enteramente todos los putos planes.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Ver como Draken cargaba a la chica casi sin quejarse que algo que le hizo sentirse un poquito celoso. Que si, que se lo había dicho él y todo lo demás, que si no fuera porque había insistido en que la cogiera seguramente no lo habría hecho, si no que más bien la habría dejado abandonada en el pasillo sin más… pero aún así, era celoso, no podía evitarlo, era celoso hasta el límite de lo imaginable, y un poco más, y eso que ni siquiera eran novios, rollo… ni follamigos por el momento, porque aún ni habían podido estar realmente a solas ni un ratito.
Aún fue todo un poquito peor, cuando, después de andar por media escuela con la chica cargada sobre Draken (recibiendo alguna que otra mirada poco discreta), él fue y la acomodó con todo el cuidado del mundo tapándola con su propia capa. ¿Quién intentaba ahora hacerse el héroe? Pero volvió a no decir nada, y posiblemente a no demostrar nada, pues simplemente estaba serio, quizás podría dar la sensación de que estaba preocupado.
A lo que Elazar no había prestado atención fue al gruñido de queja, ni al resto de gestos poco simpáticos que ponía de vez en cuando.
Cuando le hizo aquel corte de mangas, que si vio, por cierto, supuso enseguida que había malinterpretado su expresión, no podría hacer esa señal de queja por nada, menos aún porque él estuviera celoso o picado, no tendría sentido. Pero como siempre, su mejor amigo ignoraría las señales sutiles que intentaba lanzarle.
Alargó la mano para coger la poción, no sabía porque ahora de pronto no quería darle él mismo la cura o lo que carajos fuera, pero en fin, no iba a quejarse, mientras menos roce mejor, que la chica era guapa, y sus piernas eran bonitas (que ya se había fijado) y además aquel vestido le quedaba bien y bueno, un largo etcétera de cosas que podría envidiar de ella.
-Yo se la doy, ya, deja de gruñir – medio incorporó a la chica y con todo el cuidado del mundo hizo que se bebiera todo el contenido del frasco, escuchando las quejas de Draken, suspirando porque no sabía bien que decirle, no se había enterado de que había pasado ni sabía que carajos hacía él allí ni nada – ¿Qué planes te han jodido? ¿Y porque no la podíamos llevar a la enfermería? ¿Te ha pasado al…?
Según terminaba la frase notó como la muchacha se movía a su lado, la había mantenido más o menos erguida para que no despertara tumbada en el suelo así que pudo estar sonriéndole justo al lado del rostro, más o menos.
-¿Te encuentras bien? – preguntó aquello en voz baja, como si no quisiera molestarla mucho, sin saber que le pasaba – no ha querido llevarte a la enfermería… ¿estabas mal?
Por mucho que sus celos le ganaran ahora era él quien estaba junto a ella y no Draken de modo que podía dejarlos de lado por un momento y ser simpático con ella.
-Te desmayaste de pronto, creo que nos has dado un buen susto – englobó a Draken en su afirmación aunque dudaba que fuera cierto por su parte…
Aún fue todo un poquito peor, cuando, después de andar por media escuela con la chica cargada sobre Draken (recibiendo alguna que otra mirada poco discreta), él fue y la acomodó con todo el cuidado del mundo tapándola con su propia capa. ¿Quién intentaba ahora hacerse el héroe? Pero volvió a no decir nada, y posiblemente a no demostrar nada, pues simplemente estaba serio, quizás podría dar la sensación de que estaba preocupado.
A lo que Elazar no había prestado atención fue al gruñido de queja, ni al resto de gestos poco simpáticos que ponía de vez en cuando.
Cuando le hizo aquel corte de mangas, que si vio, por cierto, supuso enseguida que había malinterpretado su expresión, no podría hacer esa señal de queja por nada, menos aún porque él estuviera celoso o picado, no tendría sentido. Pero como siempre, su mejor amigo ignoraría las señales sutiles que intentaba lanzarle.
Alargó la mano para coger la poción, no sabía porque ahora de pronto no quería darle él mismo la cura o lo que carajos fuera, pero en fin, no iba a quejarse, mientras menos roce mejor, que la chica era guapa, y sus piernas eran bonitas (que ya se había fijado) y además aquel vestido le quedaba bien y bueno, un largo etcétera de cosas que podría envidiar de ella.
-Yo se la doy, ya, deja de gruñir – medio incorporó a la chica y con todo el cuidado del mundo hizo que se bebiera todo el contenido del frasco, escuchando las quejas de Draken, suspirando porque no sabía bien que decirle, no se había enterado de que había pasado ni sabía que carajos hacía él allí ni nada – ¿Qué planes te han jodido? ¿Y porque no la podíamos llevar a la enfermería? ¿Te ha pasado al…?
Según terminaba la frase notó como la muchacha se movía a su lado, la había mantenido más o menos erguida para que no despertara tumbada en el suelo así que pudo estar sonriéndole justo al lado del rostro, más o menos.
-¿Te encuentras bien? – preguntó aquello en voz baja, como si no quisiera molestarla mucho, sin saber que le pasaba – no ha querido llevarte a la enfermería… ¿estabas mal?
Por mucho que sus celos le ganaran ahora era él quien estaba junto a ella y no Draken de modo que podía dejarlos de lado por un momento y ser simpático con ella.
-Te desmayaste de pronto, creo que nos has dado un buen susto – englobó a Draken en su afirmación aunque dudaba que fuera cierto por su parte…
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
A penas si sintió que alguien la tomaba en brazos y ya no supo más. Alguna vez en la vida le había pasado aquello, pero no recordaba ni cuando ni porqué y se vislumbraba que esta vez sería igual, pues más allá del dolor de cabeza, que tampoco razón alguna tenía, había dormido algo, comido también y no era una persona inestable psiquicamente (o no demasiado) como para andar desfalleciendo por un pico de estrés.Tuvo ciertas sensaciones en el viaje, algo de frío y un intento interno por despertar, pero sus fuerzas no estaban en el lugar que debían pues nada fue suficiente hasta que una dulzura dolorosa le corroyó la garganta.
- mmm... - hizo algún mohín con el rostro pero como si estuviera en el mejor de los sueños, cerró completamente los ojos entre abierto y se re acomodó en su sitio sin sabes que el césped no era una cama, que el cuerpo de Elazar no era una almohada, ni que la capa de Stall, su manta... Se sentía mejor, mucho mejor, le volvió el color a las mejillas y escuchó una voz bonita a la que sonrió aun sin abrir los ojos. No sabía quién estaba diciendo qué, pero sonaba agradable y eso bastaba.
La situación era bizarra: en la realidad estaba semisentada al aire libre, pero según ella estaba en su cama con el velador encendido molestamente a los ojos, del mismo modo, en la realidad estaba con Stall y Elazar, pero en su sueño bonito otro era quien la abrazaba. - me desmayé? UPS! - fue lo primero que dijo con tono cantarino de borracha y esbozando una risita para luego jalar su manta y taparse mejor, en lo que en realidad terminó dejando sus piernas desnudas al aire... - hace un frío.... - volvió a decir con el mismo tono, respirando profundo para recorrar fuerzas y abrir los ojos de una vez.
Se llevó las manos al rostro para presionarse las mejillas y reconociendo que no era Elazar quien veía en sus sueños se dejó caer sobre el pasto, esquivando el sol que atacaba sus retinas... Que papelón!!! - Perdón! ... - que verguenza. Como había sucedido todo eso?! - Ay no.. en verdad perdón perdón!!...- A medida que más reaccionaba, más vergüenza le entraba, más colorada se ponía y no sabía como hacer para salir corriendo... Pero por instinto, antes que nada levantó la capa que la cubría para verificar estar vestida... Suspiro de alivio al comprobar que todo estaba en su sitio.... Ahora si lo importante.
- Tu amigo es un tonto! - Hablaba sobre Stall claro!
- mmm... - hizo algún mohín con el rostro pero como si estuviera en el mejor de los sueños, cerró completamente los ojos entre abierto y se re acomodó en su sitio sin sabes que el césped no era una cama, que el cuerpo de Elazar no era una almohada, ni que la capa de Stall, su manta... Se sentía mejor, mucho mejor, le volvió el color a las mejillas y escuchó una voz bonita a la que sonrió aun sin abrir los ojos. No sabía quién estaba diciendo qué, pero sonaba agradable y eso bastaba.
La situación era bizarra: en la realidad estaba semisentada al aire libre, pero según ella estaba en su cama con el velador encendido molestamente a los ojos, del mismo modo, en la realidad estaba con Stall y Elazar, pero en su sueño bonito otro era quien la abrazaba. - me desmayé? UPS! - fue lo primero que dijo con tono cantarino de borracha y esbozando una risita para luego jalar su manta y taparse mejor, en lo que en realidad terminó dejando sus piernas desnudas al aire... - hace un frío.... - volvió a decir con el mismo tono, respirando profundo para recorrar fuerzas y abrir los ojos de una vez.
Se llevó las manos al rostro para presionarse las mejillas y reconociendo que no era Elazar quien veía en sus sueños se dejó caer sobre el pasto, esquivando el sol que atacaba sus retinas... Que papelón!!! - Perdón! ... - que verguenza. Como había sucedido todo eso?! - Ay no.. en verdad perdón perdón!!...- A medida que más reaccionaba, más vergüenza le entraba, más colorada se ponía y no sabía como hacer para salir corriendo... Pero por instinto, antes que nada levantó la capa que la cubría para verificar estar vestida... Suspiro de alivio al comprobar que todo estaba en su sitio.... Ahora si lo importante.
- Tu amigo es un tonto! - Hablaba sobre Stall claro!
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Draken no evitó echarle alguna que otra mirada a Elazar, viendo como tranquilamente estaba cuidando de la chica, suspirando y quejándose de que a él nunca le habría tratado así por mucho que incluso se hubiese metido en una pelea de las gordas, como muchas veces había pasado. Tsk, jodida nenaza... pero ¡eh! Stall no estaba celoso.
Se había quedado por un rato pensando, recordando al conversación que hubieron tenido su mejor amigo, Udinov y él mismo la vez anterior en el lago, cuando descubrió que el italiano se había pasado un verano bastante entretenido follandose a saber a quién. Aquella noche la verdad es que muy bien no hubo dormido. Al volver a la habitación lo que mayormente se puso a hacer fue a gruñir, quejarse de todo, y acabar por dormirse. Lo que mas le había jodido de todo lo de aquella vez, era que no había confiado en el. Hostias, que eran mejores amigos desde siempre, desde que se habían conocido, joder.
Cuando finalmente pareció que la chavala que estaba tirada en el césped, se medio recuperó, empezó a escucharla mantener una conversación, bastante escueta la verdad, consigo misma.
Desde su posición apenas se giró un poco para ver mejor como la chica se medio abrazaba a Selvaggi y lo utilizaba de almohada, fumando, dando una calada detrás de otra de bastante seguida. - Tsk... - Se quejó y arrugó la nariz, clavando los ojos en las orbes de su mejor amigo que justo le había mirado un momento.
Desvió el rostro con un aire enojoso y entonces, la idiota a la que había cargado hasta ahí, y en esos momentos estaba cubierta con su capa, joder. Maldita criaja estúpida y maleducada, joder.
Se giró de pronto y gruñó a la chica mientras la veía tratando de asegurarse de merlín sabe que, acicalándose o cualquier mierda. Escuchó lo que dijo que iba dirigido hacia Selvaggi, haciendo referencia al metamorfomago. - ¡Yo no soy un tonto, enana! - Le había estado ayudando, y ahora le regalaba un insulto gratuito... y él ese día estaba jodidamente irascible.
Se había quedado por un rato pensando, recordando al conversación que hubieron tenido su mejor amigo, Udinov y él mismo la vez anterior en el lago, cuando descubrió que el italiano se había pasado un verano bastante entretenido follandose a saber a quién. Aquella noche la verdad es que muy bien no hubo dormido. Al volver a la habitación lo que mayormente se puso a hacer fue a gruñir, quejarse de todo, y acabar por dormirse. Lo que mas le había jodido de todo lo de aquella vez, era que no había confiado en el. Hostias, que eran mejores amigos desde siempre, desde que se habían conocido, joder.
Cuando finalmente pareció que la chavala que estaba tirada en el césped, se medio recuperó, empezó a escucharla mantener una conversación, bastante escueta la verdad, consigo misma.
Desde su posición apenas se giró un poco para ver mejor como la chica se medio abrazaba a Selvaggi y lo utilizaba de almohada, fumando, dando una calada detrás de otra de bastante seguida. - Tsk... - Se quejó y arrugó la nariz, clavando los ojos en las orbes de su mejor amigo que justo le había mirado un momento.
Desvió el rostro con un aire enojoso y entonces, la idiota a la que había cargado hasta ahí, y en esos momentos estaba cubierta con su capa, joder. Maldita criaja estúpida y maleducada, joder.
Se giró de pronto y gruñó a la chica mientras la veía tratando de asegurarse de merlín sabe que, acicalándose o cualquier mierda. Escuchó lo que dijo que iba dirigido hacia Selvaggi, haciendo referencia al metamorfomago. - ¡Yo no soy un tonto, enana! - Le había estado ayudando, y ahora le regalaba un insulto gratuito... y él ese día estaba jodidamente irascible.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
En un principio le resultó muy confuso que no le respondiera a nada de lo que había estado diciéndole. Si se había despertado ya debería estar lo suficientemente bien como para poder al menos decir que era lo que le había pasado. ¿no?
Por lo menos, gracias a ella, estaba menos preocupado por como estaría reaccionando Draken a una y mil cosas, como por ejemplo, como se estaría comportando con él a pesar de no haberle contado nada de lo que supuestamente ocurrió en verano. Y tampoco se dio cuenta de la pequeña queja que emitió cuando la muchacha se abrazó a él recién despertada. Aunque aquello no era del todo bueno, ver a Draken un poco celoso siempre le hacía bien para el ánimo, sobre todo teniendo en cuenta que cualquier gesto mínimo de su parte era para él lo mejor del mundo.
No pudo evitar reírse en cuanto vio la reacción que ella había tenido al ser consciente al fin de donde estaba y con quien, primero parecía estar comprobando estar entera, después se disculpó como mil veces.
-No te tienes que disculpar por desmayarte, no creo que lo hayas hecho queriendo ni nada. – negó con la cabeza y le acarició lo que más a mano le quedó, el brazo, seguramente, intentando resultar reconfortante, después soltó una carcajada sonora ante la supuesta tontería de Stall.
Después su mejor amigo le respondió y lo que no evitó en esa ocasión fue fruncir el ceño, la chica acababa de desmayarse o lo que fuera, no tenía que responderle así, ¿no?
-No te pongas a discutir con ella, Draken – regañó a su amigo, después se intentó apartar un poco de la chica para no tenerla totalmente pegada aún y viendo que no tenía éxito del todo se rindió y suspiró – ¿Qué pasó? Aún no me entero de porque no podíamos ir a la enfermería, ni sé porque es tonto, ni nada en absoluto…
Aquello lo ponía un poco nervioso, era cotilla como él solo. Quería que alguien le contara algo, o saber al menos que había hecho su mejor amigo para que una chica se le desmayara al lado y ni siquiera poder llevarla al lugar donde debería, no era una exigencia muy difícil de entender.
Por lo menos, gracias a ella, estaba menos preocupado por como estaría reaccionando Draken a una y mil cosas, como por ejemplo, como se estaría comportando con él a pesar de no haberle contado nada de lo que supuestamente ocurrió en verano. Y tampoco se dio cuenta de la pequeña queja que emitió cuando la muchacha se abrazó a él recién despertada. Aunque aquello no era del todo bueno, ver a Draken un poco celoso siempre le hacía bien para el ánimo, sobre todo teniendo en cuenta que cualquier gesto mínimo de su parte era para él lo mejor del mundo.
No pudo evitar reírse en cuanto vio la reacción que ella había tenido al ser consciente al fin de donde estaba y con quien, primero parecía estar comprobando estar entera, después se disculpó como mil veces.
-No te tienes que disculpar por desmayarte, no creo que lo hayas hecho queriendo ni nada. – negó con la cabeza y le acarició lo que más a mano le quedó, el brazo, seguramente, intentando resultar reconfortante, después soltó una carcajada sonora ante la supuesta tontería de Stall.
Después su mejor amigo le respondió y lo que no evitó en esa ocasión fue fruncir el ceño, la chica acababa de desmayarse o lo que fuera, no tenía que responderle así, ¿no?
-No te pongas a discutir con ella, Draken – regañó a su amigo, después se intentó apartar un poco de la chica para no tenerla totalmente pegada aún y viendo que no tenía éxito del todo se rindió y suspiró – ¿Qué pasó? Aún no me entero de porque no podíamos ir a la enfermería, ni sé porque es tonto, ni nada en absoluto…
Aquello lo ponía un poco nervioso, era cotilla como él solo. Quería que alguien le contara algo, o saber al menos que había hecho su mejor amigo para que una chica se le desmayara al lado y ni siquiera poder llevarla al lugar donde debería, no era una exigencia muy difícil de entender.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
No pudo ni responder a las gentilezas del rubio, ni sonreír ante su carcajada pues en cuanto Sofie escuchó de nuevo lo de enana, de inmediato giró el rostro para clavar sus ojos marrones en los azules? verdes?... Cambiantes ojos del anónimo Stall... Y si no le contestó nada fue porque, además de ya saber inútil discutir con semejante espécimen, se quedó pasmada por ese cambio de color que creyó ver en las orbes del chico. Que diablos? La habían drogado? Estaba aun bajo los efectos del desmayo? … Seguramente fuera esto último.
Por suerte el chico rubio parecía mucho más atento que el otro, más amigable y sobre todo se estaba comportando con ella muchísimo mejor. No hizo falta que Elazar se alejara demasiado de ella, pues era Sofie la que ya se estaba acomodando mejor en su sitio, quitándose la capa ajena de encima y sonriéndose por ver como uno reprendía al otro… Debían ser amigos, pues no sonaba a que se desconocieran entre ellos.
- Te contaría con lujos de detalles, pero el niño gruñón es capaz de azotarme contra un árbol… creo (?)…- dobló la capa con manía y se la entregó a Elazar, sin ponerse a pensar que pertenecía al metamorfomago, que de todos modos con ese ni cruzar miradas quería - … Pero gracias, gracias por ayudarme. – concluyó con un tono muchísimo más amable, sin dobles sentidos ni nada por el estilo, y aunque miraba a la cara al rubio, terminó la frase dirigiéndose a la espalda de Stall.
- No se porqué me desmayé, pero ya estoy mucho mejor… Y no fue culpa de tu amigo. – no supo porque razón aclaró eso, pero nunca estaba demás especificar cosas. No los conocía de nada, no sabía ni como se llamaban, menos que cuestiones pasaban por sus mentes. Se levantó del césped, alisándose con ambas manos el vestido por no llevarse con ella mil bichos y hojas pegadas en el culo, y luego se peinó el cabello por la misma razón… Volvió a mirar a Stall y luego a Elazar, y luego a Stall, sentándole re mal haber empezado con el pie izquierdo pero bueno no estaba acostumbrada a llevarse mal con la gente como para saber que se hacía en esos momentos. Pedir disculpas? Pero si ella no había tenido la culpa de nada!
Por suerte el chico rubio parecía mucho más atento que el otro, más amigable y sobre todo se estaba comportando con ella muchísimo mejor. No hizo falta que Elazar se alejara demasiado de ella, pues era Sofie la que ya se estaba acomodando mejor en su sitio, quitándose la capa ajena de encima y sonriéndose por ver como uno reprendía al otro… Debían ser amigos, pues no sonaba a que se desconocieran entre ellos.
- Te contaría con lujos de detalles, pero el niño gruñón es capaz de azotarme contra un árbol… creo (?)…- dobló la capa con manía y se la entregó a Elazar, sin ponerse a pensar que pertenecía al metamorfomago, que de todos modos con ese ni cruzar miradas quería - … Pero gracias, gracias por ayudarme. – concluyó con un tono muchísimo más amable, sin dobles sentidos ni nada por el estilo, y aunque miraba a la cara al rubio, terminó la frase dirigiéndose a la espalda de Stall.
- No se porqué me desmayé, pero ya estoy mucho mejor… Y no fue culpa de tu amigo. – no supo porque razón aclaró eso, pero nunca estaba demás especificar cosas. No los conocía de nada, no sabía ni como se llamaban, menos que cuestiones pasaban por sus mentes. Se levantó del césped, alisándose con ambas manos el vestido por no llevarse con ella mil bichos y hojas pegadas en el culo, y luego se peinó el cabello por la misma razón… Volvió a mirar a Stall y luego a Elazar, y luego a Stall, sentándole re mal haber empezado con el pie izquierdo pero bueno no estaba acostumbrada a llevarse mal con la gente como para saber que se hacía en esos momentos. Pedir disculpas? Pero si ella no había tenido la culpa de nada!
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Escuchó hablar a ambos, ignorándolos hasta que la chica volvía a meterse con él, aunque no de forma directa.
Stall giró el rostro y le miró con el ceño fruncido, gruñendo, torciendo el morro. - Eres una desagradecida... - Musitó y giró el rostro en un gesto indignado para no tener que mirar ni a Elazar ni a Sofie o les contestaría mas a alguno de los dos.
Cuando escuchó como la misma chica agradeció la ayuda suspiró un poco, relajándose o algo, y termino por girar el rostro para mirarles, con el ceño no tan fruncido como había estado teniendo hasta hacía un momento. Vio a Selvaggi sosteniendo su capa, seguido de como se la tendía; el metamorfomago la cogió y simplemente deshizo la forma en la que estaba doblada para ponérsela, sin añadir nada. Estaba claro que la chica había pensado que la capa era del italiano y no suya, a fin de cuentas, eso a él no es que le pegase demasiado... bah.
La vio hacer, arreglándose y sacudiéndose las ropas, y entonces miró a su mejor amigo, que cruzaron miradas y Stall simplemente se encogió de hombros.
- En fin... ahora que la escandalosa está ya bien, yo me iré a hacer lo que tenía pensado. - Musitó en un tono bajo pero lo suficientemente alto para que ellos dos le escuchasen.
Él también se puso en pie y se quedó mirando un momento a la chica, con el ceño fruncido, y después a Elazar, al que le hizo un gesto para que se incorporase. - Podemos ir a tomar algo si quieres antes de que vaya a seguir con los planes, total ya esta todo desorganizado...y me vendría bien relajarme... - Murmuró y después volvió a mirar a Sofie, negando con la cabeza.
- Tú no seas tan jodidamente metomentodo. - Gruñó, arrugó la nariz y terminó por hacer un gesto de que por él ya se marchaban de ahí.
Stall giró el rostro y le miró con el ceño fruncido, gruñendo, torciendo el morro. - Eres una desagradecida... - Musitó y giró el rostro en un gesto indignado para no tener que mirar ni a Elazar ni a Sofie o les contestaría mas a alguno de los dos.
Cuando escuchó como la misma chica agradeció la ayuda suspiró un poco, relajándose o algo, y termino por girar el rostro para mirarles, con el ceño no tan fruncido como había estado teniendo hasta hacía un momento. Vio a Selvaggi sosteniendo su capa, seguido de como se la tendía; el metamorfomago la cogió y simplemente deshizo la forma en la que estaba doblada para ponérsela, sin añadir nada. Estaba claro que la chica había pensado que la capa era del italiano y no suya, a fin de cuentas, eso a él no es que le pegase demasiado... bah.
La vio hacer, arreglándose y sacudiéndose las ropas, y entonces miró a su mejor amigo, que cruzaron miradas y Stall simplemente se encogió de hombros.
- En fin... ahora que la escandalosa está ya bien, yo me iré a hacer lo que tenía pensado. - Musitó en un tono bajo pero lo suficientemente alto para que ellos dos le escuchasen.
Él también se puso en pie y se quedó mirando un momento a la chica, con el ceño fruncido, y después a Elazar, al que le hizo un gesto para que se incorporase. - Podemos ir a tomar algo si quieres antes de que vaya a seguir con los planes, total ya esta todo desorganizado...y me vendría bien relajarme... - Murmuró y después volvió a mirar a Sofie, negando con la cabeza.
- Tú no seas tan jodidamente metomentodo. - Gruñó, arrugó la nariz y terminó por hacer un gesto de que por él ya se marchaban de ahí.
Draken U. Stall- Mensajes : 213
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Elazar negó con la cabeza consternado cuando su mejor amigo la insultó, pero también después, cuando ella siguió con la tontería de llamarle bárbaro o algo así como escusa de no contar que había pasado. Al parecer ellos dos no iban a llevarse bien ni nada parecido, ella por sincera (porque si, a veces era un poco bruto) y él por ser así sin más.
Por todo eso estaba siendo todo un tanto incómodo, además ni sabía que había pasado entre ellos por lo que no podía decir quien tuviera razón y quien no.
Después de tenderle la capa a su amigo para que la recuperase. Le agradó saber que Draken no había tenido nada que ver con su pequeño desmayo, sobre todo porque no le agradaría saber que su mejor amigo se dedicaba a molestar a niñas ni nada (niñas, mujeres, chicas, como quisieras llamarlas).
Ya iba a responderle a ella y decirle cualquier cosa cuando Draken, muy poco oportuno, volvió a abrir la boca. Volvió a insultarla, como no, y dio a entender que se largaba. El rubio, un tanto cansado de aquel comportamiento huraño de su mejor amigo se quedó mirándolos a ambos aún sentados, tardando un poco más en levantarse, haciéndolo solamente después de que saber que quería ir a alguna parte. Pero no, si se dedicaba a dejar fuera de la lista de invitados a la pobre chica de esa manera tan jodidamente molesta no iba a ir. Que no sabía que había pasado, pero conocía a Draken. Irritarlo era muy fácil, posiblemente ella tan solo había intentado ser amable y él le habría respondido de mala manera. Igual simplemente había dicho alguna cosa que no le gustó y por eso estaba así… sin saber lo que había pasado era difícil decidir si su amigo estaba siendo justo con ella, y de esa forma no iba a darle la razón y a acompañarle a donde fuera (que además aún no le apetecía mucho quedarse a solas con él, y aún tenía en mente lo de ir a la enfermería a por algo que le sanara del todo el estómago, y con Stall al lado difícil lo tenía).
-Si ya está todo bien y tú te vas a ir a hacer tu poción yo me voy, pero a mi destino original, no me apetece ir a tomar nada ahora – intentó no mostrarse molesto, pero la verdad es que lo estaba un poquito, era algo de rencor acumulado por no recibir sus atenciones – si te encuentras aún mal te puedo acompañar a la enfermería – le dijo a ella intentando sonar más simpático de lo que habría sido necesario, dado que no la conocía de nada en realidad – por cierto, ni recuerdo si te dije mi nombre ni nada… soy Elazar - ahora sí que sonrió encantador, seguía más cerca de ella que de su mejor amigo y sabía que eso podría molestarle un poco quizás, pero le daba igual, y si se quería ir, que se fuera – de todas formas, Draken, si tienes prisas y eso ya puedes despreocuparte que me quedo yo con… – miró a la chica, ni sabía como se llamaba, si se lo habían dicho no lo recordaba, solía pasarle – con ella.
Por todo eso estaba siendo todo un tanto incómodo, además ni sabía que había pasado entre ellos por lo que no podía decir quien tuviera razón y quien no.
Después de tenderle la capa a su amigo para que la recuperase. Le agradó saber que Draken no había tenido nada que ver con su pequeño desmayo, sobre todo porque no le agradaría saber que su mejor amigo se dedicaba a molestar a niñas ni nada (niñas, mujeres, chicas, como quisieras llamarlas).
Ya iba a responderle a ella y decirle cualquier cosa cuando Draken, muy poco oportuno, volvió a abrir la boca. Volvió a insultarla, como no, y dio a entender que se largaba. El rubio, un tanto cansado de aquel comportamiento huraño de su mejor amigo se quedó mirándolos a ambos aún sentados, tardando un poco más en levantarse, haciéndolo solamente después de que saber que quería ir a alguna parte. Pero no, si se dedicaba a dejar fuera de la lista de invitados a la pobre chica de esa manera tan jodidamente molesta no iba a ir. Que no sabía que había pasado, pero conocía a Draken. Irritarlo era muy fácil, posiblemente ella tan solo había intentado ser amable y él le habría respondido de mala manera. Igual simplemente había dicho alguna cosa que no le gustó y por eso estaba así… sin saber lo que había pasado era difícil decidir si su amigo estaba siendo justo con ella, y de esa forma no iba a darle la razón y a acompañarle a donde fuera (que además aún no le apetecía mucho quedarse a solas con él, y aún tenía en mente lo de ir a la enfermería a por algo que le sanara del todo el estómago, y con Stall al lado difícil lo tenía).
-Si ya está todo bien y tú te vas a ir a hacer tu poción yo me voy, pero a mi destino original, no me apetece ir a tomar nada ahora – intentó no mostrarse molesto, pero la verdad es que lo estaba un poquito, era algo de rencor acumulado por no recibir sus atenciones – si te encuentras aún mal te puedo acompañar a la enfermería – le dijo a ella intentando sonar más simpático de lo que habría sido necesario, dado que no la conocía de nada en realidad – por cierto, ni recuerdo si te dije mi nombre ni nada… soy Elazar - ahora sí que sonrió encantador, seguía más cerca de ella que de su mejor amigo y sabía que eso podría molestarle un poco quizás, pero le daba igual, y si se quería ir, que se fuera – de todas formas, Draken, si tienes prisas y eso ya puedes despreocuparte que me quedo yo con… – miró a la chica, ni sabía como se llamaba, si se lo habían dicho no lo recordaba, solía pasarle – con ella.
Elazar Selvaggi- Mensajes : 211
Fecha de inscripción : 09/09/2012
Re: Abastecimiento clandestino
Basta de miraditas enojonas a Stall, era inútil seguir con eso y Sofie tenía que aceptar que el tipo no tenía remedio, que nada de lo que ella hiciera (aunque solo fuera un perdón diluido lo que había intentado) iba a mejorar la cosa. De todos modos el mohín de disgusto al verlo despreciar su doblaje de capa o al escucharlo con esos modos no pudo evitarlo... Pero tenía que largarse y ya. Rendirse... mmm... Como le costaba aceptar eso. - Y tu no seas...!! ... No! yo no caer tan bajo de pedirte que cambies.-
Se dio la vuelta para irse pero el amable rubio alzó la voz y pues hubiera sido descortés no escucharlo, y más tarde no responderle. Además ya quedaba claro que los chicos eran amigos entre ellos, pues sino ni lógica tendría que el gruñón invitara al rubio a tomar algo... - Mucho gusto Elazar, yo soy Sofie Luttrell... - le contestó con sonrisa improvisada pero no por eso menos sincera, luego de que él la llamara "ella"... Se tomó el atrevimiento de posar una mano en su brazo por detenerlo en sus intenciones, para explicarle que pasaba allí.
- Ya estoy bien... gracias... te acompañaría a ti pero...hay un problema.. tu querías ir a la enfermería no?... pues...Digamos que no es el mejor momento, porque con tu amigo tuvimos un percance allí y si alguno de los cuadros nos ve, pues... No será bueno... Pero - todo tenía solución - Stall, así te llamabas no? ... - miró al gruñón -... Tiene un par de pociones, por las cuales no ha pedido permiso ni pagado un galeon - volvió a mirarlo feo y volteó a Elazar para recuperar la sonrisa y el arrepentimiento - pero ese no es el punto... La cosa es que él tiene un par de pociones, así que quizá alguna te ayude...
Cerremos... quien hace el resumen para gringost?
Se dio la vuelta para irse pero el amable rubio alzó la voz y pues hubiera sido descortés no escucharlo, y más tarde no responderle. Además ya quedaba claro que los chicos eran amigos entre ellos, pues sino ni lógica tendría que el gruñón invitara al rubio a tomar algo... - Mucho gusto Elazar, yo soy Sofie Luttrell... - le contestó con sonrisa improvisada pero no por eso menos sincera, luego de que él la llamara "ella"... Se tomó el atrevimiento de posar una mano en su brazo por detenerlo en sus intenciones, para explicarle que pasaba allí.
- Ya estoy bien... gracias... te acompañaría a ti pero...hay un problema.. tu querías ir a la enfermería no?... pues...Digamos que no es el mejor momento, porque con tu amigo tuvimos un percance allí y si alguno de los cuadros nos ve, pues... No será bueno... Pero - todo tenía solución - Stall, así te llamabas no? ... - miró al gruñón -... Tiene un par de pociones, por las cuales no ha pedido permiso ni pagado un galeon - volvió a mirarlo feo y volteó a Elazar para recuperar la sonrisa y el arrepentimiento - pero ese no es el punto... La cosa es que él tiene un par de pociones, así que quizá alguna te ayude...
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Cerremos... quien hace el resumen para gringost?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
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Lun Feb 25, 2013 6:34 pm por Invitado