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Abastecimiento
No había sentido demasiado el encierro hasta ese momento, estaba aburrido y no podía ni ir al pueblo cercano para conocer nueva gente o visitar alguna tienda con buenos artículos de quidditch. No es que la gente de la universidad le desagradase, pero parecía que veía a la misma gente a diario y no es que fuese a ir de grupo en grupo presentándose a ver si es que no conocía a alguno de los presentes, como si no hubiese bastado con la fallida interacción social de la última fiesta.
Llevaba pensando un tiempo respecto a la conversación con Milou y a lo natural que le parecía el haber estado con Pauline, Charles y Othilia; no es que fuesen su grupo de amigos favoritos, pero no le desagradaban tanto como al resto. No era simplemente que con él fuesen amables por considerarlo similar a ellos, sabía que no eran amables con todos y que incluso sentían desprecio por algunos de sus amigos, pero tampoco es que fuese su deber conciliar todo eso, su lealtad más antigua era con ellos gracias a las relaciones de su familia y no permitía que cuestionasen a sus amistades poco bienvenidas en aquellas reuniones, por eso no creía que fuesen a decirle que era un error el no despreciarlos.
Los cigarrillos se le habían acabado y no había ido hasta ahora al bar a ver si Angus tenía alguna cajetilla que le venda, además era de día, quizá en la cafetería si lo pedía por favor alguien le fuese a vender algo. Eran la las cuatro de la tarde y como no había almorzado por estar en la enfermería pidiendo algo para el insomnio no llegó a almorzar, aprovecharía para comer algo en lo que trataba de abastecer su vicio.
El lugar estaba medio vacío y se acercó a un muchacho que atendía en la barra, primero le pidió un emparedado de carne con mostaza junto a un café grande sin azúcar, hacía años que lo bebía así, luego de pagarle eso se acercó un poco y sacando algunos sickles los colocó sobre la barra para preguntarle si habría modo de conseguir cigarrillos, no es que le estuviese pidiendo cocaína pero tampoco era como para que gritase que iba comprando suministros para que todos quisieran comprar.
El muchacho le vendió al doble del precio regular media cajetilla de cigarrillos negros de tabaco regular, Aldrich aceptó de buena gana y al llegar a su mesa que estaba junto a una ventana la abrió para encenderlo antes de darle una probada a su café, su emparedado llegaría en un rato, ya le habían dicho que lo llevarían a su mesa. Sacó de su morral algunos libros reducidos mágicamente para entrar allí y se puso a leer acerca de las maldiciones imperdonables de lugares remotos, esas que ni podían mencionar en inglés y que habían quedado olvidadas en el tiempo.
Llevaba pensando un tiempo respecto a la conversación con Milou y a lo natural que le parecía el haber estado con Pauline, Charles y Othilia; no es que fuesen su grupo de amigos favoritos, pero no le desagradaban tanto como al resto. No era simplemente que con él fuesen amables por considerarlo similar a ellos, sabía que no eran amables con todos y que incluso sentían desprecio por algunos de sus amigos, pero tampoco es que fuese su deber conciliar todo eso, su lealtad más antigua era con ellos gracias a las relaciones de su familia y no permitía que cuestionasen a sus amistades poco bienvenidas en aquellas reuniones, por eso no creía que fuesen a decirle que era un error el no despreciarlos.
Los cigarrillos se le habían acabado y no había ido hasta ahora al bar a ver si Angus tenía alguna cajetilla que le venda, además era de día, quizá en la cafetería si lo pedía por favor alguien le fuese a vender algo. Eran la las cuatro de la tarde y como no había almorzado por estar en la enfermería pidiendo algo para el insomnio no llegó a almorzar, aprovecharía para comer algo en lo que trataba de abastecer su vicio.
El lugar estaba medio vacío y se acercó a un muchacho que atendía en la barra, primero le pidió un emparedado de carne con mostaza junto a un café grande sin azúcar, hacía años que lo bebía así, luego de pagarle eso se acercó un poco y sacando algunos sickles los colocó sobre la barra para preguntarle si habría modo de conseguir cigarrillos, no es que le estuviese pidiendo cocaína pero tampoco era como para que gritase que iba comprando suministros para que todos quisieran comprar.
El muchacho le vendió al doble del precio regular media cajetilla de cigarrillos negros de tabaco regular, Aldrich aceptó de buena gana y al llegar a su mesa que estaba junto a una ventana la abrió para encenderlo antes de darle una probada a su café, su emparedado llegaría en un rato, ya le habían dicho que lo llevarían a su mesa. Sacó de su morral algunos libros reducidos mágicamente para entrar allí y se puso a leer acerca de las maldiciones imperdonables de lugares remotos, esas que ni podían mencionar en inglés y que habían quedado olvidadas en el tiempo.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento
Todo el asunto del baile había sido graciosísimo aunque al momento no hubiera tenido nada de eso. Me salvé de arruinarle un vestido a Mor por haber ido al baño a recomponerme después de que ese licántropo me reconociera, y regresé viendo a todo el mundo empapado hasta el alma, a algunos atados por las muñecas y al decano Immëndorff bastante enojado. Después me puse al corriente y la noche se recompuso con una fiesta improvisada para Pearlie en el bar de Brigantia.
No había salido tan mal, con todo y que por un momento el pánico me había invadido. Las clases no iban mal, aunque en esa Universidad parecían estar pasando miles de cosas todo el tiempo, ya con presenciar el Samhain era más de lo que había tenido el último año, sin contar las lunas llenas. Y la verdad estaba bien, sólo así me daba cuenta de lo sobreprotegida que estaba en casa, y esa libertad me ponía de un extraño buen humor.
El suficiente como para acercarme a quien no lo haría por que la timidez me podía demasiado. Y bueno, no es que estuviera abordando a un completo desconocido tampoco; sabía que era el primo de Pearlie y además teníamos algo en común, el tabaco. No iba a pedirle uno, sólo un sitio en su ventana, por que en la que yo estaba el aire parecía correr hacia otro lado y todo el humo se iba para adentro. No recordaba su nombre, pero ya se lo preguntaría.
Me acerqué con mi infusión a su mesa rogando por que no fuera la persona más antipática del mundo y me tuviera que dar media vueta. Lo admitía, la gente desconocida me ponía muy nerviosa, pero iba a tener que enfrentarlo, al menos una vez.
-Tú eres primo de Pearlie ¿No es así?
No había salido tan mal, con todo y que por un momento el pánico me había invadido. Las clases no iban mal, aunque en esa Universidad parecían estar pasando miles de cosas todo el tiempo, ya con presenciar el Samhain era más de lo que había tenido el último año, sin contar las lunas llenas. Y la verdad estaba bien, sólo así me daba cuenta de lo sobreprotegida que estaba en casa, y esa libertad me ponía de un extraño buen humor.
El suficiente como para acercarme a quien no lo haría por que la timidez me podía demasiado. Y bueno, no es que estuviera abordando a un completo desconocido tampoco; sabía que era el primo de Pearlie y además teníamos algo en común, el tabaco. No iba a pedirle uno, sólo un sitio en su ventana, por que en la que yo estaba el aire parecía correr hacia otro lado y todo el humo se iba para adentro. No recordaba su nombre, pero ya se lo preguntaría.
Me acerqué con mi infusión a su mesa rogando por que no fuera la persona más antipática del mundo y me tuviera que dar media vueta. Lo admitía, la gente desconocida me ponía muy nerviosa, pero iba a tener que enfrentarlo, al menos una vez.
-Tú eres primo de Pearlie ¿No es así?
Nanna Østergaard- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Abastecimiento
La lectura era acerca de la aplicación de los elementos ajenos a la varita para incrementar el daño que se podía lograr, de las leyendas que había alrededor de esas creencias y de las pruebas que se habían hecho entre 1780 y 1854. Además mencionaba algunas combinaciones curiosas hechas en las varitas de magos oscuros que tenían fama por creerse que no era su talento el que los hacía tan peligrosos, si no que su varita estaba hecha de tan buen modo que ayudaba a que lograse cosas grandes.
Apenas llevaba unas pocas caladas y le quitó la tapa a su café para usarla como cenicero, pensando que había uno había acabado inicialmente por tirar la ceniza sobre la mesa y como no había nadie atendiendo cerca usaría eso como una improvisada ayuda. Seguía leyendo con interés su libro y ya había acabado medio café cuando una voz lo hizo salir de sus propios pensamientos, no de forma brusca que ya estaba esperando que en cualquier momento el muchacho le avisase que estaba lista su comida.
Al levantar el rostro se quedó mirando a la rubia extrañado, no la reconocía y no llevaba un emparedado en las manos, quizá era una conocida suya, de esas que te presentan de forma rápida y que no tomas en cuenta porque no sabes si los volverás a ver.
-Sí, soy primo de Pearlie. Aldrich, Aldrich Burroughs. Perdona, ¿te conozco? No puedo recordar tu nombre ahora mismo.-intentaba relacionar su rostro con algún recuerdo pero nada llegaba a conectar alguna situación con la imagen de quien lo miraba ahora. Se levantó entonces y jaló la silla que estaba al lado de la que había usado él.-¿Deseas sentarte?-le daba la idea de ser una muchacha educada, además no sabía si esa pregunta tenía un trasfondo distinto al de saludar.-
Apenas llevaba unas pocas caladas y le quitó la tapa a su café para usarla como cenicero, pensando que había uno había acabado inicialmente por tirar la ceniza sobre la mesa y como no había nadie atendiendo cerca usaría eso como una improvisada ayuda. Seguía leyendo con interés su libro y ya había acabado medio café cuando una voz lo hizo salir de sus propios pensamientos, no de forma brusca que ya estaba esperando que en cualquier momento el muchacho le avisase que estaba lista su comida.
Al levantar el rostro se quedó mirando a la rubia extrañado, no la reconocía y no llevaba un emparedado en las manos, quizá era una conocida suya, de esas que te presentan de forma rápida y que no tomas en cuenta porque no sabes si los volverás a ver.
-Sí, soy primo de Pearlie. Aldrich, Aldrich Burroughs. Perdona, ¿te conozco? No puedo recordar tu nombre ahora mismo.-intentaba relacionar su rostro con algún recuerdo pero nada llegaba a conectar alguna situación con la imagen de quien lo miraba ahora. Se levantó entonces y jaló la silla que estaba al lado de la que había usado él.-¿Deseas sentarte?-le daba la idea de ser una muchacha educada, además no sabía si esa pregunta tenía un trasfondo distinto al de saludar.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento
-No, creo que no. Nanna Østergaard, soy amiga de Pearlie desde Beauxbatons, creo que alcancé a verte en el baile pero no nos presentaron, ya sabes... con todo el alboroto.
Como naa me había librado en la vida de ser tan pálida seguramente ya había notado mi sonrojo y mi hablar un poco nervioso, por que además había hablado mucho, así que intenté sonreír un poco. Claro que no me había acercado a cualquier tipo con pinta de forajido preguntando si eran conocidos de mis conocidos. Si había ido con el primo de Pearlie era precisamente por que ya sabía yo que sería decente, y lo comprobaba. Sonreí ténuemente al ver cómo jalaba la silla, y asentí al ofrecimiento.
-Gracias ¿No te estoy interrumpiendo?
Era prudente preguntarlo aunque ya estuviera dejando mi taza sobre la mesa, y me mordí un poco los labios al ver que estaba leyendo y que además hubiera parecido tan concentrado. Respiré profundo deseando que me contestara con sinceridad y no fuera sólo tan educado como para aguantarme unos minutos ya que le había mencionado a su prima. Era pésima con mi seguridad personal, claro que iba a pensar en eso. Además, tenía malos temas de conversación.
-¿El decanato ha dicho algo sobre lo que ocurrió en el baile? No sé a qué estén acostumbrados aquí, pero fue un escándalo...
Las viejas mañas. Sabía que alguna familia de Pearlie no era precisamene de andar hablando cosas así, pero había corrido el riesgo. Y de todos modos, yo no había llegado a Brigantia a pretender ser algo que no era, como un montón de gente que veía por ahí. La falsedad se notaba a leguas, así que mejor apegarse al status quo.
Como naa me había librado en la vida de ser tan pálida seguramente ya había notado mi sonrojo y mi hablar un poco nervioso, por que además había hablado mucho, así que intenté sonreír un poco. Claro que no me había acercado a cualquier tipo con pinta de forajido preguntando si eran conocidos de mis conocidos. Si había ido con el primo de Pearlie era precisamente por que ya sabía yo que sería decente, y lo comprobaba. Sonreí ténuemente al ver cómo jalaba la silla, y asentí al ofrecimiento.
-Gracias ¿No te estoy interrumpiendo?
Era prudente preguntarlo aunque ya estuviera dejando mi taza sobre la mesa, y me mordí un poco los labios al ver que estaba leyendo y que además hubiera parecido tan concentrado. Respiré profundo deseando que me contestara con sinceridad y no fuera sólo tan educado como para aguantarme unos minutos ya que le había mencionado a su prima. Era pésima con mi seguridad personal, claro que iba a pensar en eso. Además, tenía malos temas de conversación.
-¿El decanato ha dicho algo sobre lo que ocurrió en el baile? No sé a qué estén acostumbrados aquí, pero fue un escándalo...
Las viejas mañas. Sabía que alguna familia de Pearlie no era precisamene de andar hablando cosas así, pero había corrido el riesgo. Y de todos modos, yo no había llegado a Brigantia a pretender ser algo que no era, como un montón de gente que veía por ahí. La falsedad se notaba a leguas, así que mejor apegarse al status quo.
Nanna Østergaard- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Abastecimiento
El apellido no se le hacía familiar, el nombre le sonaba un poco más pero tampoco es que pudiese decirle que Pearlie le había contado historias respecto a la amistad que compartía con ella y que sabía de alguna situación graciosa en la que ella estuvo envuelta. Le hizo una pequeña reverencia con la cabeza para no volver a saludar en voz alta, los siguientes segundos siguió intentando asociar su rostro o su nombre con algún recuerdo antiguo por lo menos pero nada surgía.
El sonrojo fue obvio como bien pudo saber ella, pero no comentó nada al respecto porque no era educado hacerlo, ya si continuaba por demasiado rato lo haría, siempre cabía la posibilidad de una fiebre o algo similar. Dejó que se siente y negó inmediatamente con la mano, dejó el libro a un lado también, recordando poner el separador en la página que había estado leyendo.-No, no interrumpes nada. Leía nada más, pero por puro gusto, no es nada de la universidad.-guardó en el bolso el libro para quitarlo de la vista y esperó a que se acomodase bien para sentarse nuevamente.
Le extrañaba que se le hubiese acercado así, la gente pocas veces lo hacía si no tenía algún tema que tratar, eso era lo que más lo intrigaba y quedó inmediatamente interesado en la situación. No iba a preguntarle qué es lo que quería o si le venía a hablar de un tema en concreto, escucharía primero.
Aparentemente no iba a decirle alguna cosa de Pearlie, o si lo iba a hacer inició el tema de forma sutil. Le preguntaba sobre el decanato y el pronunciamiento por lo sucedido en la fiesta, él había intentado alejarse de todos esos recuerdos que había acabado haciendo cosas que no hubiese hecho bajo circunstancias normales, al menos no de forma tan animal, pero como no fue algo que naciese de su propia necesidad carnal la vergüenza no era tanta como para fingir amnesia.
-No he escuchado nada, aunque seguramente ya han iniciado investigaciones y eso. ¿A ti te afectó mucho? A mi hermana un tipo la besó y casi se aprovechó de ella sexualmente, aunque eso último lo dice ella, no sé si sea cierto que puede ser muy exagerada.-la había convencido momentáneamente de no decir nada a su padre para que no esté creyendo que esa era una cuna de zánganos depravados, pero no sabía por cuánto tiempo Shadow le haría caso.-¿Deseas un cigarrillo? ¿O algo de comer? A mi me van a traer algo en un rato.
El sonrojo fue obvio como bien pudo saber ella, pero no comentó nada al respecto porque no era educado hacerlo, ya si continuaba por demasiado rato lo haría, siempre cabía la posibilidad de una fiebre o algo similar. Dejó que se siente y negó inmediatamente con la mano, dejó el libro a un lado también, recordando poner el separador en la página que había estado leyendo.-No, no interrumpes nada. Leía nada más, pero por puro gusto, no es nada de la universidad.-guardó en el bolso el libro para quitarlo de la vista y esperó a que se acomodase bien para sentarse nuevamente.
Le extrañaba que se le hubiese acercado así, la gente pocas veces lo hacía si no tenía algún tema que tratar, eso era lo que más lo intrigaba y quedó inmediatamente interesado en la situación. No iba a preguntarle qué es lo que quería o si le venía a hablar de un tema en concreto, escucharía primero.
Aparentemente no iba a decirle alguna cosa de Pearlie, o si lo iba a hacer inició el tema de forma sutil. Le preguntaba sobre el decanato y el pronunciamiento por lo sucedido en la fiesta, él había intentado alejarse de todos esos recuerdos que había acabado haciendo cosas que no hubiese hecho bajo circunstancias normales, al menos no de forma tan animal, pero como no fue algo que naciese de su propia necesidad carnal la vergüenza no era tanta como para fingir amnesia.
-No he escuchado nada, aunque seguramente ya han iniciado investigaciones y eso. ¿A ti te afectó mucho? A mi hermana un tipo la besó y casi se aprovechó de ella sexualmente, aunque eso último lo dice ella, no sé si sea cierto que puede ser muy exagerada.-la había convencido momentáneamente de no decir nada a su padre para que no esté creyendo que esa era una cuna de zánganos depravados, pero no sabía por cuánto tiempo Shadow le haría caso.-¿Deseas un cigarrillo? ¿O algo de comer? A mi me van a traer algo en un rato.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento
Yo no solía ser de las que iniciaban conversaciones casuales y si estuviera en Beauxbatons o algo así seguro estaría también esperando que me pidieran un favor, o me dijeran algo concreto. Yo no sabía que Aldrich seguía pensando que iba a tratar algún asunto con él, pero la única verdad era que saberme en un lugar donde prácticamente nadie me conocía me había puesto un poco audaz como para ir a hablar con alguien así, en plan casual, aunque tampoco hubiera corrido muchos riesgos, había ido a la segura con el primo de Pearlie.
-No, para nada. Estuve haciendo tiempo para beber, después fui al tocador. Me salvé hasta del agua.
¿Que alguien se había aprovechado de su hermana? Eso sonaba espantoso, hasta puse una cara de asustada aunque de inmediato me puse a reflexionar al respecto. Seguro no había pasado de algún toqueteo pues entre tanta gente sería imposible que ocurriera algo más, pero... bueno, pero si yo me sentía mal cuando alguien desconocido rozaba mi mano por la calle y lo encontraba repulsivo, seguro si un tipo llegara a besarme sin permiso y aviso también lo catalogaría de agresión sexual o algo así. Le sonreí y acepté su cigarrillo sin saber del desabasto, y me lo encendí con un encendedor mágico metálico que papá me había traído de Mongolia como recuerdo. Se suponía que tenía las plumas de un animal que generaba fuego, según entendía. Dejé el artefacto con forma de ave sobre la mesa desinteresadamente, tampoco era gran cosa.
-Gracias, estoy bien así. No creo que tu hermana exagere, quiero decir, las mujeres somos delicadas con eso. Hasta un beso en la mejilla no deseado es... desagradable.
No quería que pensara que estaba loca o que era una de esas brujas maniáticas que no soportaban el contacto físico, pero el comentario estaba hecho y solo sonreí un poco encogiéndome de hombros, fumando como hacía normalmente y procurando echar todo el humo a la ventana. Le llevaron a Aldrich eso que había pedido, lo que provocó un silencio momentáneo en la charla.
-¿Qué estudias? Supongo que fuiste a Hogwarts como la mayoría de quienes están aquí.
-No, para nada. Estuve haciendo tiempo para beber, después fui al tocador. Me salvé hasta del agua.
¿Que alguien se había aprovechado de su hermana? Eso sonaba espantoso, hasta puse una cara de asustada aunque de inmediato me puse a reflexionar al respecto. Seguro no había pasado de algún toqueteo pues entre tanta gente sería imposible que ocurriera algo más, pero... bueno, pero si yo me sentía mal cuando alguien desconocido rozaba mi mano por la calle y lo encontraba repulsivo, seguro si un tipo llegara a besarme sin permiso y aviso también lo catalogaría de agresión sexual o algo así. Le sonreí y acepté su cigarrillo sin saber del desabasto, y me lo encendí con un encendedor mágico metálico que papá me había traído de Mongolia como recuerdo. Se suponía que tenía las plumas de un animal que generaba fuego, según entendía. Dejé el artefacto con forma de ave sobre la mesa desinteresadamente, tampoco era gran cosa.
-Gracias, estoy bien así. No creo que tu hermana exagere, quiero decir, las mujeres somos delicadas con eso. Hasta un beso en la mejilla no deseado es... desagradable.
No quería que pensara que estaba loca o que era una de esas brujas maniáticas que no soportaban el contacto físico, pero el comentario estaba hecho y solo sonreí un poco encogiéndome de hombros, fumando como hacía normalmente y procurando echar todo el humo a la ventana. Le llevaron a Aldrich eso que había pedido, lo que provocó un silencio momentáneo en la charla.
-¿Qué estudias? Supongo que fuiste a Hogwarts como la mayoría de quienes están aquí.
Nanna Østergaard- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Abastecimiento
Él había acabado teniendo algo más que un encuentro amistoso con Pauline, pero no iba a ir por allí comentando eso, sólo demostró con una sonrisa que le alegraba que se hubiese salvado de toda esa locura. Cuando ella encendió su cigarrillo Aldrich no pudo dejar de mirarlo por algunos segundos, se veía bastante sobrio y muy distinto a los encendedores muggles pues no tenía aquellos puntos clave que había que apretar o jalar para conseguir fuego. Al menos en Londres no estaban popularizados por encendedores mágicos, la varita era lo que casi todo mundo usaba.
No veía a su hermana como a una mujer, no porque ignorase que lo fuera sino porque a veces sucedían esas cosas entre hermanos. De todos modos las palabras de Nanna sonaban como algo que podía haber pasado por la boca de Shadow, algo que ella hubiese usado para explicar el por qué había estado tan alterada. Con Abadeer ya había intercambiado algunas palabras y estaba esperando que su hermana le contase que el Arianrhod ya se había disculpado con ella, tendría que soportar como una chica grande el tenerlo en frente.
Su emparedado llegó a los pocos segundos, le agradeció al que se lo había llevado pero dejó la comida a un lado, no le parecía comer frente a ella, tampoco es que fuese a morir por posponer su almuerzo un rato más.
-Artes Oscuras. Y sí, estuve en Hogwarts, concretamente en Slytherin. A ti creo no haberte visto en la escuela, y conocía casi a todos.-había olvidado que ella ya le había dicho que era de Beauxbatons.-Eres de Beauxbatons. Perdona, me distraje. ¿Y qué estudias, Nanna? Si estás en Smertios me voy a sentir mal por no recordarte, es que tu apellido ni estoy seguro de cómo mencionarlo y cuando conozco a alguien tiendo a reconocerlos inicialmente por eso.-costumbres familiares, el apellido ante todo.-
Se acercó entonces el muchacho que le había traído hacía un momento el emparedado para preguntarle a Nanna si iba a beber algo o si iba a comer, no lo dijo con tono insistente pero había sido bastante grosero por la forma en la que los interrumpió. Aldrich, fastidiado, se aclaró entonces la garganta mirando hacia su café para luego levantar la mirada y clavarla en el joven por algunos segundos, era su trabajo al fin y al cabo.
-¿Se te antoja al menos un café? Si no dudo que deje de pulular.
No veía a su hermana como a una mujer, no porque ignorase que lo fuera sino porque a veces sucedían esas cosas entre hermanos. De todos modos las palabras de Nanna sonaban como algo que podía haber pasado por la boca de Shadow, algo que ella hubiese usado para explicar el por qué había estado tan alterada. Con Abadeer ya había intercambiado algunas palabras y estaba esperando que su hermana le contase que el Arianrhod ya se había disculpado con ella, tendría que soportar como una chica grande el tenerlo en frente.
Su emparedado llegó a los pocos segundos, le agradeció al que se lo había llevado pero dejó la comida a un lado, no le parecía comer frente a ella, tampoco es que fuese a morir por posponer su almuerzo un rato más.
-Artes Oscuras. Y sí, estuve en Hogwarts, concretamente en Slytherin. A ti creo no haberte visto en la escuela, y conocía casi a todos.-había olvidado que ella ya le había dicho que era de Beauxbatons.-Eres de Beauxbatons. Perdona, me distraje. ¿Y qué estudias, Nanna? Si estás en Smertios me voy a sentir mal por no recordarte, es que tu apellido ni estoy seguro de cómo mencionarlo y cuando conozco a alguien tiendo a reconocerlos inicialmente por eso.-costumbres familiares, el apellido ante todo.-
Se acercó entonces el muchacho que le había traído hacía un momento el emparedado para preguntarle a Nanna si iba a beber algo o si iba a comer, no lo dijo con tono insistente pero había sido bastante grosero por la forma en la que los interrumpió. Aldrich, fastidiado, se aclaró entonces la garganta mirando hacia su café para luego levantar la mirada y clavarla en el joven por algunos segundos, era su trabajo al fin y al cabo.
-¿Se te antoja al menos un café? Si no dudo que deje de pulular.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento
-No, estoy en Cerridwen, de hecho también estudio leyes, como Pearlie.
Me reí un poco con lo del apellido. Solía aceptar cualquier cosa que sonara como mi apellido cuando estaba fuera del país, y me pareció curioso que lo mencionara por que para mi también era bien importante eso antes que cualquier otra cosa. El apellido decía muchas cosas de quién era uno, por más o menos rebelde que se fuera. Me quedé sonriendo mientras percibía el leve olor del almuerzo de Aldrich qu eera de esas cosas que se antojaban a pesar de no tener mucha hambre. Yo no era de comer mucho, pero tampoco era inmune a esas cosas, menos si estaba acompañado como casi todo en Inglaterra.
Hubo un pequeño sobresalto cuando el encargado del café iba de nuevo a la mesa. Me quedé callada notando la cara de Aldrich y me pareció mejor seguir consumiendo antes que, como bien decía, tenerlo merodeando ahí por ocupar su silla sin ser una cliente como tal. Le pedí un Rooibos con vainilla.
-Bueno, acepto la pronunciación inglesa, pero si te quieres poner elegante puedes intentarlo con la danesa, que suena más o menos así... Østergaard
Volví a reírme y seguro a sonrojarme un poco antes de hacerle una seña con las manos para que comiera y no se sintiera mal de hacerlo frente a mi sólo por que yo había tomado mi almuerzo antes. Me acomodé un poco el cabello, al menos los rizos que se me estaban escapando. Tampoco le iba a contar a Aldrich que si no había estado mojada en el baile era por que me había ido a recomponer luego de que el encargado del bar prácticamente se diera cuenta de mi licantropía. Aún no me atrevía a poner un pie ahí, ni cerca, con tal de no topármelo.
Con el mismo fin, había esquivado la invitación de Pearl aunque me había dolido no festejar su cumpleaños en la reunioncita en dicho bar, por no querer que me evidenciaran o algo parecido. Parecía estar regresando a las viejas costumbres de aislarme con tal de que la gente no supiera gran cosa de mi vida, al menos que no llegaran a la cercanía peligrosa, y no sabía si eso terminaba de gustarme. Después de todo, estaba en Inglaterra para escribir un nuevo capítulo en mi vida, y no era la mejor idea hacerlo repitiendo los malos hábitos, pero tampoco se me ocurría cómo deshacerme de ellos.
Me reí un poco con lo del apellido. Solía aceptar cualquier cosa que sonara como mi apellido cuando estaba fuera del país, y me pareció curioso que lo mencionara por que para mi también era bien importante eso antes que cualquier otra cosa. El apellido decía muchas cosas de quién era uno, por más o menos rebelde que se fuera. Me quedé sonriendo mientras percibía el leve olor del almuerzo de Aldrich qu eera de esas cosas que se antojaban a pesar de no tener mucha hambre. Yo no era de comer mucho, pero tampoco era inmune a esas cosas, menos si estaba acompañado como casi todo en Inglaterra.
Hubo un pequeño sobresalto cuando el encargado del café iba de nuevo a la mesa. Me quedé callada notando la cara de Aldrich y me pareció mejor seguir consumiendo antes que, como bien decía, tenerlo merodeando ahí por ocupar su silla sin ser una cliente como tal. Le pedí un Rooibos con vainilla.
-Bueno, acepto la pronunciación inglesa, pero si te quieres poner elegante puedes intentarlo con la danesa, que suena más o menos así... Østergaard
Volví a reírme y seguro a sonrojarme un poco antes de hacerle una seña con las manos para que comiera y no se sintiera mal de hacerlo frente a mi sólo por que yo había tomado mi almuerzo antes. Me acomodé un poco el cabello, al menos los rizos que se me estaban escapando. Tampoco le iba a contar a Aldrich que si no había estado mojada en el baile era por que me había ido a recomponer luego de que el encargado del bar prácticamente se diera cuenta de mi licantropía. Aún no me atrevía a poner un pie ahí, ni cerca, con tal de no topármelo.
Con el mismo fin, había esquivado la invitación de Pearl aunque me había dolido no festejar su cumpleaños en la reunioncita en dicho bar, por no querer que me evidenciaran o algo parecido. Parecía estar regresando a las viejas costumbres de aislarme con tal de que la gente no supiera gran cosa de mi vida, al menos que no llegaran a la cercanía peligrosa, y no sabía si eso terminaba de gustarme. Después de todo, estaba en Inglaterra para escribir un nuevo capítulo en mi vida, y no era la mejor idea hacerlo repitiendo los malos hábitos, pero tampoco se me ocurría cómo deshacerme de ellos.
Nanna Østergaard- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Abastecimiento
Si fuesen legeremagos podían haberse metido en una conversación extensa respecto a lo que significaba el apellidarse de tal o cual modo. Aldrich evitaba muchas veces el tema porque le parecía grosero comentar eso con gente que no tenía la ventaja de poseer algo que desde ya le diese una ventaja ante los ojos ajenos, muggles o magos, en ambos mundos era igual. Pero no podía saber lo que pensaba Nanna, ni ella sabría que aunque tratase de tener una mente abierta el apellido de alguien varias veces lo predisponía aunque con la edad eso se le había ido quitando.
Prestó atención a la pronunciación del apellido porque tras viajar bastante con su padre por el trabajo que hacía él en la organización de los mundiales de quidditch había aprendido que la gente apreciaba que uno se esfuerce por aprender sus costumbres o algo tan simple como la pronunciación de su nombre o apellido. Sentía que su educación se lo exigía, y el hacer sentir bien a la gente era algo que le gustaba, no a todo mundo pero a algunos. Nanna parecía ser decente y con eso bastaba.
Lo pronunció primero como los ingleses lo hacían pero le pidió unos segundos más para intentar la forma adecuada, puso la boca como cuando alguien pronuncia la letra u tal y como uno la coloca cuando va a hablar francés. Intentó pero no lo logró demasiado bien, o a él no le sonó muy similar, le pareció que era una versión mediocre de lo que ella dijo aunque fonéticamente se pudiese parecer.
-Algún día alguien me preguntará por ti y lo diré tan bien que creerán que somos familia.-le dijo ya tras algunos intentos fallidos, antes de darle una mordida a su emparedado. Llegó entonces la bebida de ella y aunque no había escuchado bien lo que ordenó cuando el mozo le confirmo el pedido antes de colocarlo en frente no cabía ya duda en él que era de esas amistades que a su abuela le encantaba que cultivase.-
Hubo un silencio incómodo entre ellos luego de que bebiese ella un poco de su té y de que él le diese otra mordida a su emparedado, miró alrededor antes de encender otro cigarrillo y dejó la cajetilla sobre la mesa para darle libertad de tomar lo que desease.
-Tengo que ir a recolectar algunas hierbas para Ingeniería de Pociones y practicar un hechizo para Entrenamiento de Aurores. Llevo varias clases extra, ya sabes, nunca se está lo suficientemente preparado. Menos cuando estudias Artes Oscuras. ¿Me quieres acompañar? Tú elige qué hacer, yo puedo posponer alguna de esas cosas si se prolonga mucho, además me puedes hasta ayudar y te deberé un favor.
Prestó atención a la pronunciación del apellido porque tras viajar bastante con su padre por el trabajo que hacía él en la organización de los mundiales de quidditch había aprendido que la gente apreciaba que uno se esfuerce por aprender sus costumbres o algo tan simple como la pronunciación de su nombre o apellido. Sentía que su educación se lo exigía, y el hacer sentir bien a la gente era algo que le gustaba, no a todo mundo pero a algunos. Nanna parecía ser decente y con eso bastaba.
Lo pronunció primero como los ingleses lo hacían pero le pidió unos segundos más para intentar la forma adecuada, puso la boca como cuando alguien pronuncia la letra u tal y como uno la coloca cuando va a hablar francés. Intentó pero no lo logró demasiado bien, o a él no le sonó muy similar, le pareció que era una versión mediocre de lo que ella dijo aunque fonéticamente se pudiese parecer.
-Algún día alguien me preguntará por ti y lo diré tan bien que creerán que somos familia.-le dijo ya tras algunos intentos fallidos, antes de darle una mordida a su emparedado. Llegó entonces la bebida de ella y aunque no había escuchado bien lo que ordenó cuando el mozo le confirmo el pedido antes de colocarlo en frente no cabía ya duda en él que era de esas amistades que a su abuela le encantaba que cultivase.-
Hubo un silencio incómodo entre ellos luego de que bebiese ella un poco de su té y de que él le diese otra mordida a su emparedado, miró alrededor antes de encender otro cigarrillo y dejó la cajetilla sobre la mesa para darle libertad de tomar lo que desease.
-Tengo que ir a recolectar algunas hierbas para Ingeniería de Pociones y practicar un hechizo para Entrenamiento de Aurores. Llevo varias clases extra, ya sabes, nunca se está lo suficientemente preparado. Menos cuando estudias Artes Oscuras. ¿Me quieres acompañar? Tú elige qué hacer, yo puedo posponer alguna de esas cosas si se prolonga mucho, además me puedes hasta ayudar y te deberé un favor.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Abastecimiento
Sonreí por que sonaba como los extranjeros que sabían hablar un danés más que decente cuando pronunciaba el apellido y hasta le dije nada mal, por que era la verdad, aunque le había salido mejor al final, cuando yo lo repetís ólo para ayidar a su memoria auditiva. Le sonreí amablemente al chico que me llevaba mi té y liquidé mi deuda en el acto, era algo maniática con eso, no me gustaba pagar las cosas al final aunque papá me había dicho que insistir en pagar antes de lo debido era de mal gusto. Era sólo un té, no iba a insistir pagar cuando me sirvieran en un restaurante elegante.
No iba a tomar otro cigarrillo por más maniática que fuera con mis vicios, después de todo eso sólo lo hacía con amigos cercanos por que no debía uno estar tomando las cosas ajenas con tanta confianza aunque las ofrecieran. Quizás si lo volvía a ver entonces tomara dos, o tres.
Lo primero que pensé cuando enumeraba sus ocupaciones era que realmente estaba muy ocupado y lo había importunado, pero era demasiado amable como para simplemente decir que tenía qué irse y punto. Quizás le había tendido una trampa con eso de decirle que era amiga de Pearlie, como para que me tratara bien quisiera o no. Pero estaba de acuerdo, nunca se estaba demasiado preparado, y esas carreras, pensaba, sonaban particularmente demandantes.
-Creo que puedo ayudarte con las hierbas. No estoy como oyente en esa clase pero de todos modos no me iba mal en el colegio con la materia... oye ¿De verdad no estás demasiado ocupado? Dime en cuanto quieras estar solo y concentrarte...
Por que a mi esas cosas me hacían falta, por eso terminaba evadiendo todo el tiempo a la gente y la verdad no me sentía muy orgullosa al respecto. Me juré que no iba a volver a preguntar esa clase de cosas y dejaría que mi socialización fuera un poco más relajada, o al menos iba a hacer el intento. Le di otro sorbo al té dejándolo a poco menos de la mitad antes de echar la silla un poco hacia atrás, dando a entender que lo acompañaría. Tampoco creía que Aldrich fuese sólo demasiado amable y tolerara la presencia de cualquiera sólo por que sí. Había que ser optimistas.
-¿Hierbas o hechizos? Tú decide, yo soy tu asistente personal por hoy. Después me deberás un favor.
No iba a tomar otro cigarrillo por más maniática que fuera con mis vicios, después de todo eso sólo lo hacía con amigos cercanos por que no debía uno estar tomando las cosas ajenas con tanta confianza aunque las ofrecieran. Quizás si lo volvía a ver entonces tomara dos, o tres.
Lo primero que pensé cuando enumeraba sus ocupaciones era que realmente estaba muy ocupado y lo había importunado, pero era demasiado amable como para simplemente decir que tenía qué irse y punto. Quizás le había tendido una trampa con eso de decirle que era amiga de Pearlie, como para que me tratara bien quisiera o no. Pero estaba de acuerdo, nunca se estaba demasiado preparado, y esas carreras, pensaba, sonaban particularmente demandantes.
-Creo que puedo ayudarte con las hierbas. No estoy como oyente en esa clase pero de todos modos no me iba mal en el colegio con la materia... oye ¿De verdad no estás demasiado ocupado? Dime en cuanto quieras estar solo y concentrarte...
Por que a mi esas cosas me hacían falta, por eso terminaba evadiendo todo el tiempo a la gente y la verdad no me sentía muy orgullosa al respecto. Me juré que no iba a volver a preguntar esa clase de cosas y dejaría que mi socialización fuera un poco más relajada, o al menos iba a hacer el intento. Le di otro sorbo al té dejándolo a poco menos de la mitad antes de echar la silla un poco hacia atrás, dando a entender que lo acompañaría. Tampoco creía que Aldrich fuese sólo demasiado amable y tolerara la presencia de cualquiera sólo por que sí. Había que ser optimistas.
-¿Hierbas o hechizos? Tú decide, yo soy tu asistente personal por hoy. Después me deberás un favor.
Nanna Østergaard- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Abastecimiento
Por un lado era cierto que era demasiado amable como para dejarla allí sola tras tan poco tiempo, como si ella fuese una compañía espantosa de la que quería alejarse inmediatamente. Pero no la invitó solamente por eso, sino porque parecía una muchacha agradable y así lo habían educado, como un hombre responsable que además de cumplir con sus deberes usaba sus buenos modales con las señoritas.
-No te preocupes, estoy ocupado, sí, pero no interrumpes nada. De hecho lo harás menos tedioso, no todos se meten a tantas clases y por eso no están pasando un día tan agradable como el de hoy haciendo deberes. Y la plática me caerá bien.-no era tan estudioso como su hermana así que no disfrutaba de ese tipo de actividades por el amor al estudio, lo hacía para estar preparado, para cumplir con su propio futuro.-
No notó el que fuese insegura, quizá por tener por hermana a Shadow que siempre fue el tipo de chica que no se sentía cómoda con la gente y que mostraba varias facetas de sí misma para intentar integrarse con la gente, cosa que ahora comenzaba a funcionarle mejor que antes, tal vez porque según le habían dicho se comenzaba a parecer a su madre, aunque para Aldrich su madre tenía un tipo de belleza más obvia, que saltaba a la vista por su físico y su efervescente personalidad.
De su emparedado no quedaba casi nada, así que tras dejar el dinero y la propina cogió el último bocado y se lo metió en la boca para levantarse finalmente. Guardó los cigarrillos en uno de sus bolsillos y la varita la dejó al lado de los mismos, jaló la silla de Nanna para que se levantase también y tras dejarla salir. De notar en sus palabras alguna actitud irresoluta quizá hasta le hubiese causado ternura al recordarle a su familia.
-Hagamos lo de las hierbas. Para lo otro tendría que hacerte daño, tengo que practicar un hechizo…no muy amable. Fue la clase de perfeccionamiento.-le abrió la puerta para que saliese y la dirigió hacia la zona que colindaba con la facultad de Ogmios, habían enredaderas contra las paredes y lo que debía buscar, como bien le explicó, eran unas flores rosáceas con siete pétalos con uno de ellos color rojo. Era para la clase de pociones, tenía que hacer una muestra y esas flores eran necesarias, el ingrediente principal.-¿Qué tan buena vista tienes? Si ves alguna me avisas, ¿crees que deba escalar el muro o algo? Me sentiría como un ladrón o como un pervertido que quiere ver por la ventana de alguna chica.
-No te preocupes, estoy ocupado, sí, pero no interrumpes nada. De hecho lo harás menos tedioso, no todos se meten a tantas clases y por eso no están pasando un día tan agradable como el de hoy haciendo deberes. Y la plática me caerá bien.-no era tan estudioso como su hermana así que no disfrutaba de ese tipo de actividades por el amor al estudio, lo hacía para estar preparado, para cumplir con su propio futuro.-
No notó el que fuese insegura, quizá por tener por hermana a Shadow que siempre fue el tipo de chica que no se sentía cómoda con la gente y que mostraba varias facetas de sí misma para intentar integrarse con la gente, cosa que ahora comenzaba a funcionarle mejor que antes, tal vez porque según le habían dicho se comenzaba a parecer a su madre, aunque para Aldrich su madre tenía un tipo de belleza más obvia, que saltaba a la vista por su físico y su efervescente personalidad.
De su emparedado no quedaba casi nada, así que tras dejar el dinero y la propina cogió el último bocado y se lo metió en la boca para levantarse finalmente. Guardó los cigarrillos en uno de sus bolsillos y la varita la dejó al lado de los mismos, jaló la silla de Nanna para que se levantase también y tras dejarla salir. De notar en sus palabras alguna actitud irresoluta quizá hasta le hubiese causado ternura al recordarle a su familia.
-Hagamos lo de las hierbas. Para lo otro tendría que hacerte daño, tengo que practicar un hechizo…no muy amable. Fue la clase de perfeccionamiento.-le abrió la puerta para que saliese y la dirigió hacia la zona que colindaba con la facultad de Ogmios, habían enredaderas contra las paredes y lo que debía buscar, como bien le explicó, eran unas flores rosáceas con siete pétalos con uno de ellos color rojo. Era para la clase de pociones, tenía que hacer una muestra y esas flores eran necesarias, el ingrediente principal.-¿Qué tan buena vista tienes? Si ves alguna me avisas, ¿crees que deba escalar el muro o algo? Me sentiría como un ladrón o como un pervertido que quiere ver por la ventana de alguna chica.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
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