Caminando por el lago

Me encontraba caminando hacía el lago con mi libro de sanación para pasar el rato, aun recuerdo cuando estaba en Hogwarts y me saltaba algunas clases para ir al lago a terminar de hacer los deberes, dado que si iba a la biblioteca me darían detención.

Llegue al Lago y sonreí, nada mal para estar en aire fresco y libre, divise algún lugar para sentarme y en efecto encontré un árbol a unos pasos de mi.
Me encamine hacía este y con cuidado me senté para recargar mi cabeza en el tallo del árbol.
Abrí mi libro en donde me había quedado hace unos días y comencé a leerlo y por mi desgracia no terminaba por concentrarme del todo como quería. Cerré mi libro y lo deje sobre mis piernas y mire el paisaje que mis ojos veían al frente, siempre me a gustado estas partes aunque no suelo frecuenciarlas mucho que digamos.

Escuche algún ruido a unos metros de mi y me exalte.-¿Hay alguien ahí? -Pregunte mirando hacia donde provenía tal ruido.

La verdad no estaba del todo segura si quería estudiar o no Herbología, de hecho no estaba segura de si de verdad quería estudiar. Su sueño había sido ser auror como su papá y como Bleeker, pero le habían dado un rotundo no cuando lo había mencionado en las navidades pasadas.

Que si era muy pequeña, que si era muy distraída, que sino tenía los extasis suficientes, que no querían que terminara manca… etc. Y como no quería ingresar a pociones ni seguir con otra tradición familiar que no fuese la de convertirse en auror, terminó optando por Herbología. Por que tampoco la querían en casa sin hacer nada. Sus padres querían que fuese independiente y se forjara un futuro por su cuenta.

Tenía un libro sobre plantas medicinales y cómo encontrarlas, para principiantes. Era de Hogwarts, pero sentía que tenía que ponerse al corriente sino quería ser un fraude en sus clases. Así que optó por irse al lago. Total, un poco de aire fresco no le caería nada mal. En lo absoluto.

El pasto, más bien la hierba, la cubría, cual depredador, mientras se inclinaba a examinar una planta que resultó solo ser hierba. Mala hierba. Una planta sin importancia. Pero claro, eso ella ya lo sabía.

Al levantarse, como no, se tropezó a causa del suelo mojado. No se calló, solo trastabilló y todo crujió a su alrededor. Fue entonces cuando se percató de que no estaba sola.

Si, yo. ¡No te asustes! –dijo rápidamente, irguiéndose completamente y levantando una mano y exagerando un poco. Y salió de entre las hierbas. No era su intención, en lo absoluto, espantarla ni nada-. Perdona, no fue mi intención. Es que casi me caigo.

Me levante para ir a ver de donde era el ruido y me encontré con una chica que traía un libro en mano y negué con la cabeza.

-No, no te preocupes.-Le dije para tranquilizarla un poco.- ¿Estas bien? -Le pregunte.

Mire con detenimiento que su libro pertenecía a algo de las plantas y supuse que estudiaba Herbología.
Volví a fijar mi vista en la chica y se me hizo muy familiar, creo que la había visto por la facultad.

-Soy Gabrielle Ross -Me presente con una gran sonrisa en la cara y le extendí mi mano para que la tomara.- ¿Y tu eres? -Le pregunte.

Sonrió y se sonrojó ligeramente. Tal vez había sobreactuado un poco, pero ¿qué tal si ella era una purista loca que lanzaba hechizos a lo feliz? ¿O una radical de esas exageradas que también lanzaban hechizos a lo feliz? Antes que nada su integridad estaba primero. Además, ¿qué tal que no era ninguna de esas cosas y ella le ocasionaba un infarto? Tampoco no quería cargar con eso por el resto de su vida.

Si. Creo que exageré un poco, pero es que pensé que… ya sabes –terminó restándole importancia y mejor se acercó a ella. Total, si ya la había interrumpido…

Gabrielle no lo sabía, pero era la primera persona con la que Regina hablaba desde que había entrado a Brigantia que no conocía ya de toda la vida. Se sentía raro conocer a alguien nuevo.

Cleverley. Regina –dijo acercándose más para estrechar su mano-. Pero puedes decirme solo Regina. Mucho gusto –y le dedicó también una sonrisa-. Sabes eres una de las primeras personas a la que les hablo y no conozco. No te conozco, ¿verdad? Sino que vergüenza.

Y sí, dudo un poco. ¿La conocía? Total, sí ya lo hacía, de seguro Gabrielle tampoco se acordaba por que le preguntó su nombre. Así que no tenía por que ofenderse ni nada de eso.

¿Y qué hacías sola en el lago? No quiero ser una entrometida, pero… es que no había visto a nadie más por aquí.

Al escuchar su nombre trate de recordarla en mis tiempos en Hogwarts, para no tener que decir "No, no te recuerdo"
Recordó aquella chica de Gryffindor, se parecía a ella un poco.

-¿La primera? -Comente distraída.- Creo que topábamos en Hogwarts, si mas lo recuerdo, pero nunca supe tu nombre, creo que en ese entonces no me interesaba.-Le comente sin tratar de ofenderle.

No pudo evitar reír al escuchar que no quería ser entrometida, pero vamos ¿Acaso eso importaba?

-Vine a leer un poco mas de sanación, pero como siempre termino pensando en otra cosa.-Le comente enseñándole mi libro.- ¿Y tu? -Le pregunte.

La muchacha asintió sin borrar su sonrisilla. Era chistoso, pero sentía que en ese momento podría socializar con cualquiera; tal vez por la emoción de estar en sus primeros días de clases.

Este es mi segundo día o algo así y solo me ha dado tiempo de inscribirme a las clases, acomodarme y eso

Y, entonces, Regina se quedó ligeramente pensativa. ¿Hogwarts? Pero claro, era aquella niña de Slytherin. Y, aunque sonó un poco grosero, Gabrielle tenía razón. Nunca les había interesado conocerse mutuamente y solo hasta ese momento, después de quien sabe cuantos años, que supo su nombre.

Oh, si es cierto. Slytherin, ¿no? Ya me acordé. -dijo mientras se cambiaba el libro de brazo por que estaba pesado-. Yo vine para identificar plantas y eso. Me siento un poco oxidada, pero tropecé con el lodo. Creo que la próxima vez debería traerme botas.

Entrecerró ligeramente los ojos, mas por el sol que por otra cosa. Si ella creía que Herbologia seria algo pesada, no imaginaba como seria medimagia.

Medimagia suena muy interesante. ¿Tus padres son medimagos? -a lo mejor era como sus hermanos, que había preferido seguir con los negocios familiares. Eso era muy común entre las familias de magos

Negué con la cabeza.

-No, mis padres no son medimago.-Le comente. Pues mis padres se dedicaban a hacer fiestas de alta sociedad y asistir a estas mismas, era difícil que los Ross no asistieran a alguna de estas fiestas o cócteles.

-Es muy interesante, siempre me a gustado aunque hace poco afirme que era lo que yo quería para mi.- Le dije colocando mi libro sobre mi pecho con mis brazos cruzados.- ¿Y tu? Para mi herbología es muy pesado y algo estresante si no encuentras algunas hierbas que necesitas.-Le confesé soltando una risa.

Entrecerré mis ojos para poder respirar un poco del aire fresco, para mi poder estar aquí era maravilloso, dado que me gustaba rondar por estos rumbos cuando no tenia nada mejor que hacer.

Levantó una ceja. Pero era más bien un gesto de interés. ¿Quién iba a decir que terminaría interesándose en la vida de Gabrielle cuando en Hogwarts, o sea hace poquito, ni siquiera se habían dirigido la palabra? Ahora lo atribuía más bien a que ella era de Slytherin y sus casas nunca se habían llevado muy bien.

Regina se había cansado de estar sentada, así que buscó un lugar medio seco en donde sentarse, al lado de Gabrielle. Tampoco quería llenar sus ropitas de lodo. Las plantas que había recolectado ya estaban completamente dejadas de lado y si todavía se acordara de ellas, no sabría si quiera en donde estaban.

Que valiente. Yo no podría estudiar eso. No me gustan los hospitales y creo que ni los enfermos –dijo frunciendo un poco los labios. La verdad es que, después de haber estado dos años encerrada y asilada del mundo, pocas ganas le habían dado regresar a un hospital-; además, me desmayo con la sangre. Además, no recuerdo haber visto mucho sobre eso en el colegio.

Aunque de Hogwarts, Regina solo se acordaba de las tonterías que hacía y ya.

Se amarró el cabello en un chongo altísimo y descuidado. Herbología era perfecta. Tal vez no era tan diferente de pociones, pero sí era algo que se veía haciendo por el resto de su vida. Y rio, más por su risita.

No, para nada. Solo tienes que ser buena identificando y todo eso. Aunque, no se cómo le voy a hacer, por que todo lo que toco se seca. Te lo juro.

Y no bromeaba. Hasta la fecha no había podido cuidar ni una habichuela mágica.

Me parecía extraño que después de varios años desde que estábamos en Hogwarts odiándonos a muerte a larga distancia y ahora estábamos aquí sentadas juntas platicando de nuestras carreras.

-Hmm.-La mire- ¿Intentaste con ese hechizo para revivir las plantas? -Le pregunte, había puesto atención a todas mis clases.- No si se exista o si lo soñé en algún momento.- Le comente riendome.

La mire y reí un poco.- Lo nuestro es alreves, a ti te disgusta ver sangre y a mi me molesta buscar plantas y ensuciarme de tierra - Le dije pues así era lo que nos estaba pasando.

La expresión que se dibujo en la carita de Regina habría sido digna para una fotografía de no haberla malgastado ya demasiadas veces, pues era la misma que hacía cada que un profesor le preguntaba algo en clase cuando ella no sabía la respuesta. Por que, la verdad, era como si Gabrielle le estuviese hablando de algo de lo que no entendía en lo absoluto.

No. Nunca se me ocurrió –se rió. De seguro ahora sí pensaba que era completamente ignorante. Pero no le importaba. Para eso estaba en Brigantia y, la verdad, ya estaba acostumbrada-, ¿existe? Bueno, cuando lo sepa, vas a ser a la primera persona que voy a decirle.

Y Gabrielle tenía toda la razón. Tal vez Herbología no era el trabajo más limpio de todos, tal vez jamás en la vida volvería a usar ropa blanca y seguramente cualquier manicura nunca le duraría más de un día. Era lo que tenía que pagar por ese oficio. Lo mismo le pasaba a ella, pero al revés. Ser medimago tenía sus desventajas, pero no se veía que a la Ogmios le irritara en lo absoluto.

Sí. Se nota

Se acostó en el pasto. A ella no le molestaba ensuciarse, a veces. Le era divertido cuando no tenía nada que hacer después.

Tu que ya llevas más tiempo, ¿cómo es Brigantia? ¿Es como Hogwarts? –la miró, muy seria. Algo que era muy extraño de ver en ella. Y es que tenía esa duda inundándole desde que había ingresado y le angustiaba el corazón-. ¿No te da miedo?

Somos totalmente diferentes nosotras dos, pero a veces lo diferente podía traer algo bueno a la vida, negué con la cabeza al escucharla hablar.

-¿Sabes cuantos germanes te agarras al estar ahí acostada?-Le pregunte con la ceja alzada.- Espero ser la primera al poder ver aquel hechizo, dado que no se si lo soñé o lo escuche.- Le volví a comentar.

Escuche su pregunta y mire hacía alguna flor que estaba a mi costado.

-Pues, si es como Hogwarts, solo que cada quien en su rollo con sus carreras, a veces coincides con alguno o a veces no, pero no es tan feo como piensas que es.- Le dije sonriendo- Al principio si me dio miedo, pues no quería andar sola todos los días sin nadie con quien platicar o molestar.-Finalice.

¿Te da miedo? -Le pregunte.

Regina negó con la cabeza con completo cinismo. La verdad es que no tenía ni la menor idea de cuántos gérmenes había por ahí y no le importaba. Antes de acostarse había comprobado que no estuviera mojado o hubiese algo desagradable y como no había visto nada que le provocara repulsión no le encontraba nada malo en lo absoluto.

Sonrió con mucha seguridad gracias a Gabrielle. La verdad, la ex Slytherin le había dicho justo lo que quería oír, que le diera ánimos y también que la convenciese de que todo estaría bien. Esperaba que sí fuera así y si ella, que era de Slytherin y con aires presumidos, se había adaptado perfectamente, ¿Por qué ella no lo haría?

Así era exactamente como Regina se sentía. Siempre había tenido la seguridad de estar en la misma casa de su hermano y rodeada de sus amigos. Por eso ahora se le hacía complicado todo eso, completamente nuevo. Aunque luego se sorprendía así misma llamándose tonta, pues siempre se había adaptado perfectamente a todos los cambios.

Cerró los ojos. Sí. Estaba aterrada. Pero el miedo era bueno, ¿no? Asintió con la cabeza. Le era más fácil confesárselo por que casi no la conocía y le daba igual si la juzgaba de miedosa. Pero mejor prefería no verla

Sí. Muchísimo. Me da miedo haberme equivocado de carrera y dejarla en un año o dos. Pero lo que más miedo me da es defraudar a mis padres. Tener dos hijos universitarios no cuesta dos knuts, aunque a ellos parece no importarles.

Suspiró y abrió los ojos. Ahora sí se sentía que se había quitado un peso de encima y se volteó hacia Gabrielle que se entretenía mirando una florecita. No lo pudo evitar y sonrió con socarronería.

Por cierto, ¿qué tu no sabes que la suciedad genera anticuerpos? Vente ponte cómoda. No te vas a ensuciar, lo prometo. Y si lo haces, de seguro conoces un buen hechizo. Yo conozco uno que otro de limpieza –le dio unas palmaditas al suelo. No como si fuera ella un perro, sino más bien para invitarla-. O te puedo ayudar a esconderte hasta que llegues a Ogmios.

Si había algo que me molestaba era ensuciarme de cualquier cosa, siempre procuro mantener mi ropa limpia y la mire pues me daba ternura escuchar que a alguien le daba miedo entrar a la universidad.

-No debería darte miedo.-Le comente.- ¿Te apasiona lo que estas estudiando? ¿Te sientes cómoda con esa carrera? No dejes que tu familia te diga lo que tengas que hacer o que te diga que tengas que estudiar... Debes elegir lo que para ti te sienta bien- Pues conocía a personas que sus familiares influenciaban en sus decisiones y terminaban perdidos aquellas personas.

Mire que el lugar donde nosotras estábamos y en efecto estaba seco pero no me fiaba de eso.

-Paso, estoy cómoda así.-Le conteste.- No me gusta ensuciarme, bastante tengo con estar así sentada.- Le comente, yo podía hacer de todo, de una chica buena hasta una perra pero cuando se trata de limpieza era otra persona.

Rápidamente Regina se sentó. Su familia era muy buena con ella y más sus padres. Ella era la más chica y solo Dan la trataba de manera normal por que tenían más o menos la misma edad. El era dos años mayor. Negó con la cabeza y sonrió como nerviosa. No quería que se llevara un concepto erróneo.

Oh, no no no. No. Mis padres me dejaron estudiar lo que yo quise, excepto matricularme para auror. Pero ya no tuvieron que preocuparse por que no alcansé los EXTASIS necesarios –dijo contándole toda la historia. Así era ella. A veces hablaba de más y ni cuenta se daba-. Mi mamá es pocionista. Así que mi carrera está relacionada, pero no tiene nada que ver. Ya tuve suficiente de pociones como para una vida.

Y si era cierto. Cuando se enfermó duro meses en casa tomando mil y un pociones para diferentes cosas. Por eso ahora solo se toma alguna poción en caso de ser estrictamente necesario, por que algunas dolían demasiado.

Le dirigió una sonrisa socarrona.

Entonces si te digo que corramos a la de tres al lago, ¿vas a dejar que me quede sola como loca? –le preguntó, recargándose en un brazo. Ella respetaba mucho que no quisiese ensuciarse o algo, pero le costaba mucho entender por qué no quería. Además ya le había dicho que podría ayudarle a limpiarse.

- Entonces, no te preocupes por eso. Te gusta lo que estudias pues ejerce en esa carrera que te va a ir excelente.-Le dije sincera.

Sonrío al ver que Regina no se iba a cansar de insistir y asintió derrotada.
Y miro el lago con una sonrisa.

-Has ganado, Cleverley.- Le dije resignandome de lo que iba a suceder en unos segundos y me levante al instante mientras me quitaba las zapatillas que traía.

Bueno, me se muchos hechizos para secar mi ropa y limpiarla ¿Que me molestaba? Nada, no me molestaba nada, me hice un chongo algo grande y alborotado sobre mi cabeza y la mire.

-¿No que querías meterte, Reg? -Le pregunte caminando hacia el lago y comenzando a adentrarme.

No podía creer lo que estaba viendo ni oyendo y abrió los ojos muy sorprendida, sin borrar esa sonrisilla socarrona. Había creído que, como mucho, habría tenido que decirle que ella le lavaba la ropa con jabón rosita para telas especiales de Madame Malkin o algo por el estilo. Pero estuvo mejor por que no tenía que rogarle ni nada.

Y la chica Ogmios se quedó completamente anonadada, mirándola como se iba, tanto que hasta se le olvidó que tenía que contar; sin embargo, su pregunta despertó su espíritu competitivo. No por nada había estado en Gryffindor en sus tiempos de Hogwars.

Rápidamente se quitó los zapatos para no llenarlos más de lodo y también para que no fuera a caérsele uno dentro del lago. Por que si eso pasaba, seguro si se ponía como niña en apuros o algo, ¿y entonces qué hacía?

Te aseguro que puedo llegar antes que tú –le dijo al tiempo que se sacaba el segundo y comenzó a correr a correr en dirección al lago.

Qué Merlín la perdonara, pero ella no iba a mojar su blusita tan bonita (por que sí, ese día sí traía su propia ropa y vestía más o menos decente). No por los mismos motivos de Gabrielle, sino por que al salir tendría que ponerse algo seco al salir sino se quería enfermar. Aunque no lo pareciese, Regina era una paranoica moderada cuando se trataba de fiebre, gripe o sus similares.

Y así, como si fuera una salvavidas de esas que salen en las películas muggles, la castaña se deshizo de su blusa en plena carrera, quedándose únicamente con su sostén de florecitas y sus collaritos. Según ella solo estaba Gabrielle cerca y, de todas formas, dentro del lago nadie la iba a ver.

Cuando se metió al lago salpicó muchísima agua con la intención de mojarla y se detuvo hasta donde el agua le llegaba hasta la cintura, un poco más adentro de lo que estaba Gabrielle. Gracias a Merlin eran aguas termales.

¿No que no? Ya, metete toda –comenzó a salpicarla con las manos, con la intención de mojarla toda y comenzó a reírse con su típica risa cantarina, aunque dentro de poco iba a hacerle como puerquito a falta de aire-. Gabrielle no puedo creerlo.

Traía la mente en blanco y mas al ser tan tonta y no haber hecho lo que Regina había hecho.

-No pensé en eso.-Le comente sonrojando un poco y termine por sumergirme sola dado que Regina termino mojándome la mayor parte.

al salir a la superficie, me quiete el agua de mi cara y la mire.

-Cuéntame que sueles hacer en tus tiempos libres, Reggy.- Le pregunte.- ¿Puedo decirte así no? -Pregunte pues no sabía si le ofendía que le nombrara así.

Extrañaba andar en mis jardines y pasear por las flores que mi madre suele plantar en sus tiempos libres y ir al lago a darles de comer al par de cisnes que tenía en casa, eran hermosos y muy finos.
En cada despertar que daba miraba por mi ventana y los veía ahí mismo esperando a que los alimentara.

Puedes sacarla todavía para que se alcancé a secar con el sol –le comentó, aunque eso era imposible por que, para variar, estaba nublado. Se dio cuenta de que lo más viable sería secarla con un hechizo. Ella haría lo mismo con su pantalón.

Aprovechando que Gabrielle se había sumergido, Regina se dejó caer hacia atrás con los brazos extendidos y, ahora sí, quedó mojada de pies a cabeza. Aunque ya casi lo estaba.

Cuando salió también se le quedó mirando. Asintió. La llamó de una de las maneras que más le gustaba y también como todo el mundo la llamaba. Solo en su casa le decían Ginny, por que era la más chiquita, pero no le gustaba que nadie que no fuera uno de sus papás o sus hermanos la llamase así.

Reggy está bien. Puedes decirme como quieras. Yo te voy a decir Gabrielle –le comentó mientras se arreglaba el cabello en un chongo altísimo para que el cabello no se le pegara a la cara mientras escurría agua-. Me gusta mucho como suena. Gabrielle. Es como un nombre muy fuerte.

Si Regina pudiera dormir y comer todo el día, se la pasaría durmiendo y comiendo siempre. De vez en cuando jugaría quidditch y luego saldría con sus amigas. Pero la verdad era que no, a veces Regina no podía quedarse sin hacer nada. Uno, por que no la dejaban y dos por que siempre tenía algo que hacer.

¿Te refieres además de meter a desconocidas a nadar al lago conmigo? –le preguntó echándose a reír-. No ya en serio, no te vayas a reír. Pero me gusta hacer carreras de ratas. Se que suena asqueroso y eso, pero es divertido. Además yo no las toco, guacala.

Le encantaba jugar a las carreras de ratas, aunque no tenía ninguna. Ella solo era el árbitro y cuando no, se apostaba todo su dinero.

Y bueno, casi siempre juego quidditch y vuelo en la escoba… ¿has escuchado la música muggle? También escucho música muggle, casi no me gusta la mágica. Aunque he ido a los conciertos de las Brujas de Macbeth