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Cuidados desinteresados.
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Universidad Brigantia de Estudios Mágicos :: Facultades :: Facultad Ogmios :: Dormitorios :: Dormitorios para chicos
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Cuidados desinteresados.
Después de dejar a Ayyûb en su apartamento fue directamente a por la pequeña mascota que había visto para Rang, le pareció adorable y no sabía que era, pero después de informarse le gustó aún más. Pensó que igual a ella también le agradaba y no tardó en adquirirlo para la chica, con todas las cosas que necesitaría incluido.
Si no había ido a darle el animal al instante siguiente fue porque tenia algo más que hacer. Fue a Brigantia, soltó al bicho en su cuarto y salió de nuevo. Se suponía que entre semana no debían hacer esas cosas pero para empezar dejó dicho que tenía un asunto familiar muy urgente y no le pusieron grandes pegas. Y si, lo tenía, su padre.
En cuanto estuvo libre del cuidado de la mascota (le pidió a Stall el favor de que le echara un ojo, por unas horas), se apareció de vuelta a su casa, o lo que antes denominaba casa. Habían pasado unas horas desde su anterior encuentro con su padre y el hombre parecía más calmado que antes, y aún así… cuando le dijo todo aquello de que su hermano no volvería a casa, tuvo que cargar con la responsabilidad de aquello y volvió a pelear con él, como siempre, el hijo, salió peor parado que el padre y tuvo que volver a huir. No entendía porque se ponía así solo porque un hijo más se fuera, juró y perjuró que Ayyûb volvería a casa y Adnan amenazó, si le hacía algo se encargaría él mismo de quemar el palacete.
Todo había quedado ahí pues Yesenes no sabía contener su ira y su hijo no tuvo más remedio que salir de allí con una laceración profunda en la garganta, una herida lo suficientemente seria como para que el muchacho prefiriera ir a intentar curarla por si mismo que devolverle el golpe.
Estuvo dos días ausente de clase, el único que le había visto la cara fue Draken y por el tema de que le estaba facilitando todos los apuntes de la carrera, de no ser por eso ni él. La herida del cuello era horrible, y aún con sus pociones estaba tardando en sanar.
Aquel tercer día estaba un poco mejor, solo un poco. Solo ligeramente mejor. Ya al menos había dejado de tener ese tono amarillento y lleno de pus, visitar a un medimago habría sido útil, pero que escusa podías dar para tener una herida de un látigo de cuero en el cuello, alrededor del mismo…
Y así seguía, sin moverse de su cama. Llevaba esos dos días a base de codeína, mezclada con todo lo que se le antojaba y en ese momento, con los ojos cerrados, se sentía flotar un poco, solo un poco. Y en el fondo deseaba mucho oír la voz de Rang. La echaba de menos, más que a cualquier otra cosa…
Si no había ido a darle el animal al instante siguiente fue porque tenia algo más que hacer. Fue a Brigantia, soltó al bicho en su cuarto y salió de nuevo. Se suponía que entre semana no debían hacer esas cosas pero para empezar dejó dicho que tenía un asunto familiar muy urgente y no le pusieron grandes pegas. Y si, lo tenía, su padre.
En cuanto estuvo libre del cuidado de la mascota (le pidió a Stall el favor de que le echara un ojo, por unas horas), se apareció de vuelta a su casa, o lo que antes denominaba casa. Habían pasado unas horas desde su anterior encuentro con su padre y el hombre parecía más calmado que antes, y aún así… cuando le dijo todo aquello de que su hermano no volvería a casa, tuvo que cargar con la responsabilidad de aquello y volvió a pelear con él, como siempre, el hijo, salió peor parado que el padre y tuvo que volver a huir. No entendía porque se ponía así solo porque un hijo más se fuera, juró y perjuró que Ayyûb volvería a casa y Adnan amenazó, si le hacía algo se encargaría él mismo de quemar el palacete.
Todo había quedado ahí pues Yesenes no sabía contener su ira y su hijo no tuvo más remedio que salir de allí con una laceración profunda en la garganta, una herida lo suficientemente seria como para que el muchacho prefiriera ir a intentar curarla por si mismo que devolverle el golpe.
Estuvo dos días ausente de clase, el único que le había visto la cara fue Draken y por el tema de que le estaba facilitando todos los apuntes de la carrera, de no ser por eso ni él. La herida del cuello era horrible, y aún con sus pociones estaba tardando en sanar.
Aquel tercer día estaba un poco mejor, solo un poco. Solo ligeramente mejor. Ya al menos había dejado de tener ese tono amarillento y lleno de pus, visitar a un medimago habría sido útil, pero que escusa podías dar para tener una herida de un látigo de cuero en el cuello, alrededor del mismo…
Y así seguía, sin moverse de su cama. Llevaba esos dos días a base de codeína, mezclada con todo lo que se le antojaba y en ese momento, con los ojos cerrados, se sentía flotar un poco, solo un poco. Y en el fondo deseaba mucho oír la voz de Rang. La echaba de menos, más que a cualquier otra cosa…
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
Llevaba unos días que no sabía nada de Adnan, nada de nada de nada... y ni siquiera le había visto por la zona común de los Ogmios, que es lo que hizo que quedase mas preocupada; a fin de cuentas, que no se encontrasen por los pasillos ni viesen en las clases bueno... pero allí, que era un sitio de paso, e incluso se había quedado haciendo alguna que otra tarea allí para esperar verle...
Estaba preocupada, como para no estarlo, cuando no sabes algo del chico que te gusta, tu novio, durante unos días... Además, sabiendo en que temas estaba metido... como para no preocuparse; más sabiendo que no le había dicho absolutamente, no como en verano, que al menos le avisaba que saldría durante x tiempo.
Por suerte en una de esas que estaba algo cabizbaja vagando por el salón de convivencia, logró reconocer a uno de los amigos, mas concretamente, un compañero de habitación de Adnan. No tardó en incorporarse rápido, incluso dejando sus cosas abandonadas, de forma despreocupada, para acercarse a hablar con él, con Stall, y preguntarle.
Entre un gruñido y otro de “que él no era el mensajero de nadie”, le dijo que estaba bastante jodido, encerrado en la habitación día si y día también. Entonces fue cuando al coreana insistió en que le dijera cual era la habitación de ellos, y tras un poco de insistencia, consiguió saberlo.
Recogió todas sus cosas y las guardó en la mochila, para, ir rápidamente hacia la zona de los dormitorios de los chicos, incluso olvidándose de la vergüenza. Adnan estaba mal, muy mal, y no le había dicho nada... tenía que ir a ayudarle, bien él quisiera o no.
Una vez estuvo delante de la puerta, recibiendo por el camino alguna que otra mirada indiscreta, e incluso mala, de los ogmios masculinos, cogió un poco de aire y lo expulsó, después llamando a la puerta, mordiéndose un momentito el puchero que se formó en sus labios.
- ¿Adnan...? Yo... me dijo Stall que estabas aquí. - Empezó a hablar. ¿Y si había dejado de quererla y por eso no le había dicho nada? De pronto sintió un pellizco en el pecho y como los ojos se le humedecieron. - Yo... estaba... estoy muy preocupada por ti. - Se corrigió. - No se nada de ti y... no vas a clases, no … no te he visto ni ir a por comida... - Si, había llegado a ese punto de ver si le veía simplemente, de lejos, comiendo, para dejar de estar preocupada. - No estás cuidándote bien... no estás bien... me dijo Draken que estás mal... quiero ayudarte, aunque hayas dejado de quererme... yo aún quiero estar a tu lado. - A medida que iba hablando, su voz se iba rompiendo; en ese momento su parte irracional del cerebro estaba funcionando más rápido, quedándose con aquella estúpida idea de que el egipcio había dejado de quererla, sin pensar que podía estar enfermo ni nada... a saber.
- No estás solo... me tienes a mi, Adnan... - Murmuró pegándose un poquito a la puerta, apoyando la frente contra la madera de la misma, encogida de hombros, queriendo esconderse así la cara. - Ábreme, por favor... te quiero Ad....
Estaba preocupada, como para no estarlo, cuando no sabes algo del chico que te gusta, tu novio, durante unos días... Además, sabiendo en que temas estaba metido... como para no preocuparse; más sabiendo que no le había dicho absolutamente, no como en verano, que al menos le avisaba que saldría durante x tiempo.
Por suerte en una de esas que estaba algo cabizbaja vagando por el salón de convivencia, logró reconocer a uno de los amigos, mas concretamente, un compañero de habitación de Adnan. No tardó en incorporarse rápido, incluso dejando sus cosas abandonadas, de forma despreocupada, para acercarse a hablar con él, con Stall, y preguntarle.
Entre un gruñido y otro de “que él no era el mensajero de nadie”, le dijo que estaba bastante jodido, encerrado en la habitación día si y día también. Entonces fue cuando al coreana insistió en que le dijera cual era la habitación de ellos, y tras un poco de insistencia, consiguió saberlo.
Recogió todas sus cosas y las guardó en la mochila, para, ir rápidamente hacia la zona de los dormitorios de los chicos, incluso olvidándose de la vergüenza. Adnan estaba mal, muy mal, y no le había dicho nada... tenía que ir a ayudarle, bien él quisiera o no.
Una vez estuvo delante de la puerta, recibiendo por el camino alguna que otra mirada indiscreta, e incluso mala, de los ogmios masculinos, cogió un poco de aire y lo expulsó, después llamando a la puerta, mordiéndose un momentito el puchero que se formó en sus labios.
- ¿Adnan...? Yo... me dijo Stall que estabas aquí. - Empezó a hablar. ¿Y si había dejado de quererla y por eso no le había dicho nada? De pronto sintió un pellizco en el pecho y como los ojos se le humedecieron. - Yo... estaba... estoy muy preocupada por ti. - Se corrigió. - No se nada de ti y... no vas a clases, no … no te he visto ni ir a por comida... - Si, había llegado a ese punto de ver si le veía simplemente, de lejos, comiendo, para dejar de estar preocupada. - No estás cuidándote bien... no estás bien... me dijo Draken que estás mal... quiero ayudarte, aunque hayas dejado de quererme... yo aún quiero estar a tu lado. - A medida que iba hablando, su voz se iba rompiendo; en ese momento su parte irracional del cerebro estaba funcionando más rápido, quedándose con aquella estúpida idea de que el egipcio había dejado de quererla, sin pensar que podía estar enfermo ni nada... a saber.
- No estás solo... me tienes a mi, Adnan... - Murmuró pegándose un poquito a la puerta, apoyando la frente contra la madera de la misma, encogida de hombros, queriendo esconderse así la cara. - Ábreme, por favor... te quiero Ad....
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Cuidados desinteresados.
Seguía en el lugar exacto, intentando no morir de aburrimiento, pasividad, y por qué no, dolor. Entonces, de pronto, la oyó, su voz, al otro lado de la puerta. Por un segundo pensó que había comenzado a delirar por la droga. No, por un segundo no, por un rato. Su voz resonó allí, decía que estaba preocupada por él. Seguramente aquello era su inconsciente gritándole que debía mandarle al menos una nota a Rang. La quería tanto. La extrañaba tanto… pero poco a poco comenzó a pensar que no podía ser la ella de su imaginación. De serlo habría entrado, se habría puesto sobre él y lo demás no es difícil de imaginar ¿no?
-¿Rang? –era estúpido preguntarlo, sobre todo teniendo en cuenta que su voz era inconfundible y ella era la única que podría decirle algo así a él. Es más, por un momento pensó que no quería que nadie más oyera aquello, que solo él quería ser el receptor de esas palabras, las que ella le regalaba a él. Se puso en pie y sintió un mareo enorme, tuvo que volver a sentarse – está abierta – dijo en voz alta, lo suficiente como para que le oyera. No quería que fuera por ahí gritándole cuanto lo amaba, no quería, no por él, si no por ella. Cualquiera de los muchos enemigos que se había ganado podrían ir contra ella y eso no le molaba.
Notó como la puerta se entreabría y aún con todo lo mal que estaba asomó la cabeza por las cortinas de la cama. se había puesto corriendo un pañuelo bastante abrigado en torno al cuello.
-Estas… no tienes que preocuparte – dijo intentando sonreír, sin lograrlo, le dolía demasiado aún la herida. Se volvió a tumbar en la cama, dejando el cuello lo más recto posible, con aquel roce le dolía aún más – aunque no deberías estar aquí, me puse malo y no sé que es, pero intento no acercarme a nadie y eso…
No le gustaba mentir, pero no quería enseñarle la herida, y no quería que se acercara o tumbara sobre él, no podría sostenerla bien, no podría cuidarla como siempre, si torcía el cuello moriría.
-Y todo eso que has dicho ahí fuera… No sé porque iba a dejar de quererte, tonta… ven, siéntate, cierra la puerta y dame un besito, pero con cuidado.
Se señaló el cuello, para indicar que le dolía, ella no tenía porque saber que enfermedad tenía. ¿no?
-¿Rang? –era estúpido preguntarlo, sobre todo teniendo en cuenta que su voz era inconfundible y ella era la única que podría decirle algo así a él. Es más, por un momento pensó que no quería que nadie más oyera aquello, que solo él quería ser el receptor de esas palabras, las que ella le regalaba a él. Se puso en pie y sintió un mareo enorme, tuvo que volver a sentarse – está abierta – dijo en voz alta, lo suficiente como para que le oyera. No quería que fuera por ahí gritándole cuanto lo amaba, no quería, no por él, si no por ella. Cualquiera de los muchos enemigos que se había ganado podrían ir contra ella y eso no le molaba.
Notó como la puerta se entreabría y aún con todo lo mal que estaba asomó la cabeza por las cortinas de la cama. se había puesto corriendo un pañuelo bastante abrigado en torno al cuello.
-Estas… no tienes que preocuparte – dijo intentando sonreír, sin lograrlo, le dolía demasiado aún la herida. Se volvió a tumbar en la cama, dejando el cuello lo más recto posible, con aquel roce le dolía aún más – aunque no deberías estar aquí, me puse malo y no sé que es, pero intento no acercarme a nadie y eso…
No le gustaba mentir, pero no quería enseñarle la herida, y no quería que se acercara o tumbara sobre él, no podría sostenerla bien, no podría cuidarla como siempre, si torcía el cuello moriría.
-Y todo eso que has dicho ahí fuera… No sé porque iba a dejar de quererte, tonta… ven, siéntate, cierra la puerta y dame un besito, pero con cuidado.
Se señaló el cuello, para indicar que le dolía, ella no tenía porque saber que enfermedad tenía. ¿no?
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
En cuanto tuvo una respuesta, el permiso del egipcio de que entrase, lo hizo enseguida, etnrando en la habitación y cerrando tras de si misma la puerta.
Se quedó mirándole desde la misma, sin saber en un principio como reaccionar al verle apenas asomar la cabeza por entre las cortinas de la cama, y terminó por mirar alrededor, algo curiosa por ver como era la habitación de los chicos, mas concretamente, la habitación en la que dormía Adnan.. y en cuando el chico le pidió que se acercase a ella, diciendo aquello que negaba en absoluto que hubiera dejado de quererle, corrió prácticamente hacia la cama del egipcio, mordiéndose la boca mientras evitaba ponerse a llorar como una boba. - Adnan... - Se sentó en la cama y se quedó mirándole, corriendo las cortinas de la misma para dejarlo tal y como estaba antes.
Se mordió la boquita y con las mejillas algo sonrojadas, se inclinó un poco sobre él, apena rozándole un poquito los labios con un tierno y suave beso. - Te quiero... mucho mucho... tonto. - Se guardó las ganas de darle un abrazo al haber escuchado lo que le había dicho, y simplemente apretó un poquito los puños mientras se quedó mirándole. - Puedo... puedo ayudarte si quieres. - Asintió un poco con la cabeza y cerró los ojos con fuerza. - He leído muchas cosas, sobre muchas enfermedades y puedo ayudarte si quieres o... o al menos intentarlo.
Volvió a abrir los ojos y se quedó con la vista clavada en las orbes de él. - Dime Adnan... ¿Cómo puedo ayudarte? ¿Qué hago? - Suspiró un poquito y termino por negar con la cabeza repetidas veces.
- ¿Por qué no me dijiste que estabas malo...? Yo podía haber intentado ayudarte... algo... - Dijo bajando un poquito la voz, al igual que bajo la cabeza.
Se quedó mirándole desde la misma, sin saber en un principio como reaccionar al verle apenas asomar la cabeza por entre las cortinas de la cama, y terminó por mirar alrededor, algo curiosa por ver como era la habitación de los chicos, mas concretamente, la habitación en la que dormía Adnan.. y en cuando el chico le pidió que se acercase a ella, diciendo aquello que negaba en absoluto que hubiera dejado de quererle, corrió prácticamente hacia la cama del egipcio, mordiéndose la boca mientras evitaba ponerse a llorar como una boba. - Adnan... - Se sentó en la cama y se quedó mirándole, corriendo las cortinas de la misma para dejarlo tal y como estaba antes.
Se mordió la boquita y con las mejillas algo sonrojadas, se inclinó un poco sobre él, apena rozándole un poquito los labios con un tierno y suave beso. - Te quiero... mucho mucho... tonto. - Se guardó las ganas de darle un abrazo al haber escuchado lo que le había dicho, y simplemente apretó un poquito los puños mientras se quedó mirándole. - Puedo... puedo ayudarte si quieres. - Asintió un poco con la cabeza y cerró los ojos con fuerza. - He leído muchas cosas, sobre muchas enfermedades y puedo ayudarte si quieres o... o al menos intentarlo.
Volvió a abrir los ojos y se quedó con la vista clavada en las orbes de él. - Dime Adnan... ¿Cómo puedo ayudarte? ¿Qué hago? - Suspiró un poquito y termino por negar con la cabeza repetidas veces.
- ¿Por qué no me dijiste que estabas malo...? Yo podía haber intentado ayudarte... algo... - Dijo bajando un poquito la voz, al igual que bajo la cabeza.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Cuidados desinteresados.
Se dejó dar aquel beso y levantó la mano para coger la de ella, sentía como la apretaba y se la masajeó intentando con ello que se relajara un poco, le daba todos los mimos que podía mientras la dejaba hablar. Quería ayudarlo, pero no estaba seguro de cómo podría hacerlo, lo más que podría era pedirle leche de amapola, que fuera a la enfermería por ella, que él no tenía, normalmente usaba droga para calmarlos dolores, pero necesitaba dormir y él no tenía nada que lo durmiera, solo los porros y ya no le hacían una mierda.
-Rang… preciosa, no sé si puedes ayudarme. Ahora mismo solo me gustaría dormir, creo… no sé.
Se lamió un poco el labio mientras la sostenía muy fuerte por de una de sus manitas. Se estaba planteando enseñarle la herida a ver si ella tenía algo que le fuera o hiciera bien, él se estaba poniendo sus pociones pero no cicatrizaba como debía y se le había infectado un poco y…
-Tu eres buena curando ¿verdad? – se mordió el labio, se planteaba aquello como si realmente fuera una vergüenza pedirle ayuda, negó con la cabeza, haciendo un gesto de dolor – podrías cuidar de mi un poquito – iba a disimular, como si no le hubiera preguntado nada – siento no habértelo dicho desde un principio, que estoy mal, pero puedes… podrías no sé, traerme algo calentito para beber, la comida que me llega es toda fría, estos compañeros no valen de nada.
Se relamió un poco y se incorporó para abrazarla con suavidad.
-Y deja de hacer pucheros, te quiero Rang. Lo sabes, no va a cambiar porque me ponga enfermo o me pase cualquier cosa… solo que a veces soy un poquito reservado… venga ahora a cuidarme, así ganas experiencia para tu trabajo futuro.
-Rang… preciosa, no sé si puedes ayudarme. Ahora mismo solo me gustaría dormir, creo… no sé.
Se lamió un poco el labio mientras la sostenía muy fuerte por de una de sus manitas. Se estaba planteando enseñarle la herida a ver si ella tenía algo que le fuera o hiciera bien, él se estaba poniendo sus pociones pero no cicatrizaba como debía y se le había infectado un poco y…
-Tu eres buena curando ¿verdad? – se mordió el labio, se planteaba aquello como si realmente fuera una vergüenza pedirle ayuda, negó con la cabeza, haciendo un gesto de dolor – podrías cuidar de mi un poquito – iba a disimular, como si no le hubiera preguntado nada – siento no habértelo dicho desde un principio, que estoy mal, pero puedes… podrías no sé, traerme algo calentito para beber, la comida que me llega es toda fría, estos compañeros no valen de nada.
Se relamió un poco y se incorporó para abrazarla con suavidad.
-Y deja de hacer pucheros, te quiero Rang. Lo sabes, no va a cambiar porque me ponga enfermo o me pase cualquier cosa… solo que a veces soy un poquito reservado… venga ahora a cuidarme, así ganas experiencia para tu trabajo futuro.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
Asintió despacito con la cabeza, quedándose en silencio, dejándose abrazar y correspondiendo al gesto con él. - Si... puedo ayudarte, ayudarte a que te cures y bueno... puedo... no se, hacer algo, lo que sea por ti...
Se encogió un poquito de hombros y se separó lo justo para poder mirarle a los ojos, mordiéndose aún el labio inferior queriendo ocultar el puchero que el mismo egipcio le había dicho que dejase de poner; pero no podía, estaba demasiado preocupada por él; quería ayudarle, y él, al parecer, no quería su ayuda, solo quería dormir o tomar algo caliente... - Podría... traerte un té, lo una sopa o... no se... - Se encogió de hombros y suspiró, volviendo a pegar su cuerpo al de él para abrazarle, girando el rostro para darle un suave besito en la mejilla que es donde alcanzó.
- ¿De verdad que... no puedo intentar curarte yo? Sabes que... aunque sea pequeña tampoco soy muy mala... creo, no se. - Puso morritos de nuevo, que cambió a un puchero y finalmente a un fuerte abrazo. - Te quiero Adnan... no quiero que estés mal, y no poder hacer nada... me hace sentir inútil... - Dijo con una voz un poquito ahogada, acabando por cerrar los ojos de nuevo mientras pegaba un poquito mas su cuerpo al de él, ahora que había sido él mismo quien había iniciado el abrazo.
Tras permanecer tal cual un ratito, acabó por separarse, apoyando las manos sobre su pecho, haciendo que se tumbase. - Si te duele el cuello... puede ser por alguna fractura o lo que sea... por alguna pelea... o algo. - Intentaba ayudarle, prestarle un poco de su ayuda... pero no sabía como si él no se dejaba.
Acabó por suspirar y agachar la vista a sus manos, aún con la de Adnan sujeta a la propia.
Se encogió un poquito de hombros y se separó lo justo para poder mirarle a los ojos, mordiéndose aún el labio inferior queriendo ocultar el puchero que el mismo egipcio le había dicho que dejase de poner; pero no podía, estaba demasiado preocupada por él; quería ayudarle, y él, al parecer, no quería su ayuda, solo quería dormir o tomar algo caliente... - Podría... traerte un té, lo una sopa o... no se... - Se encogió de hombros y suspiró, volviendo a pegar su cuerpo al de él para abrazarle, girando el rostro para darle un suave besito en la mejilla que es donde alcanzó.
- ¿De verdad que... no puedo intentar curarte yo? Sabes que... aunque sea pequeña tampoco soy muy mala... creo, no se. - Puso morritos de nuevo, que cambió a un puchero y finalmente a un fuerte abrazo. - Te quiero Adnan... no quiero que estés mal, y no poder hacer nada... me hace sentir inútil... - Dijo con una voz un poquito ahogada, acabando por cerrar los ojos de nuevo mientras pegaba un poquito mas su cuerpo al de él, ahora que había sido él mismo quien había iniciado el abrazo.
Tras permanecer tal cual un ratito, acabó por separarse, apoyando las manos sobre su pecho, haciendo que se tumbase. - Si te duele el cuello... puede ser por alguna fractura o lo que sea... por alguna pelea... o algo. - Intentaba ayudarle, prestarle un poco de su ayuda... pero no sabía como si él no se dejaba.
Acabó por suspirar y agachar la vista a sus manos, aún con la de Adnan sujeta a la propia.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Cuidados desinteresados.
Terminó negando con la cabeza a su oferta de llevarle algo caliente. Él mismo se lo había pedido, pero no quería que se marchara. No aún. Llevaba tanto tiempo sin verla (tres días, si, mucho) que sentía como que si la mandaba a por lo que fuera se encerraría de nuevo en si mismo y no la dejaría pasar de nuevo. era como… una falta de dulzura en su vida. Estaba seguro que mientras ella andaba cerca él era un poco mejor, y según se alejaba se avinagraba totalmente. Y bueno, después de tres días descansando del ruido exterior y la molestia constante que eran los estudiantes de esa escuela, se sentía con la necesidad de tenerla cerca, sin más.
-Puedes intentar curarme – dijo como respuesta única a sus palabras. Ella le había dado la solución, ella misma le estaba aconsejando que decir, si ponía la escusa de la pelea sería normal tener una herida así y bueno, mientras que no dijera que fue él quien huyó no quedaría mal en absoluto – tengo una herida un poco fea en el cuello – murmuró bajito, mientras sentía como ella le hacía tumbarse, haciendo lo que le inducía con aquel gesto –tuve una disputa con alguien, y entre una cosa y otra terminé con el cuello un poco mal… no quería ir a la enfermería porque iban a hacer muchas preguntas y como el otro terminó aún peor prefiero no meterme en líos y eso, no quiero terminar expulsado.
Añadió lo último porque sabía que ella le comprendería en ese punto, la enseñanza era algo muy útil y necesario para personas como ellos, que tenían tan claros sus objetivos.
-En esta mesita hay una pomada… – señaló el lugar más o menos, pues prefería no moverse mucho con el pañuelo enroscado y demás –creo que con eso en unos días… estará bien.
Apartó la vista mientras se quitaba el pañuelo de entorno al cuello y dejaba a la vista la herida enrojecida por el roce y bastante fea.
-Puedes intentar curarme – dijo como respuesta única a sus palabras. Ella le había dado la solución, ella misma le estaba aconsejando que decir, si ponía la escusa de la pelea sería normal tener una herida así y bueno, mientras que no dijera que fue él quien huyó no quedaría mal en absoluto – tengo una herida un poco fea en el cuello – murmuró bajito, mientras sentía como ella le hacía tumbarse, haciendo lo que le inducía con aquel gesto –tuve una disputa con alguien, y entre una cosa y otra terminé con el cuello un poco mal… no quería ir a la enfermería porque iban a hacer muchas preguntas y como el otro terminó aún peor prefiero no meterme en líos y eso, no quiero terminar expulsado.
Añadió lo último porque sabía que ella le comprendería en ese punto, la enseñanza era algo muy útil y necesario para personas como ellos, que tenían tan claros sus objetivos.
-En esta mesita hay una pomada… – señaló el lugar más o menos, pues prefería no moverse mucho con el pañuelo enroscado y demás –creo que con eso en unos días… estará bien.
Apartó la vista mientras se quitaba el pañuelo de entorno al cuello y dejaba a la vista la herida enrojecida por el roce y bastante fea.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
Rang asintió despacito con la cabeza y giró el rostro para quedarse un momentito mirando hacia donde el chico le dijo, estirándose un poco para alcanzar la pomada que le había dicho, terminando por abrir la pomada, olisqueándola un poquito. Giró después el rostro hacia Adnan ahora que tenía el cuello al descubierto y frunció un poquito el ceño.
Se mordió la boca y tras dudar un momentito, llevo un par de dedos a la marca que tenia Adnan en el cuello, acariciándolo muy suavemente, con todo el cuidado del mundo. - Umm... Creo que lo que te estás poniendo tiene algo que hace que, aunque se cure, lo haga despacito... probablemente algo que para esa zona, de piel mas sensible y suave, sea algo... dañina por llamarlo de alguna forma. - Dejó la pomada a un lado y se acomodó al lado de Yesenes, mirándole fijamente a los ojos. - Puedo intentar ayudarte si quieres. - Dijo antes de quitarse la mochila para buscar ene ella la varita, acabando por encontrarla y enseñársela con una amplia sonrisilla.
- ¿Puedo? - Al escuchar y ver que el chico le daba permiso, que suspiraba pero terminaba por cerrar los ojos dejándose hacer, la coreana aprovechó a pensar un momentito antes de conjurar algo apuntando con la varita a su cuello. - Esto probablemente hará que la herida se cure mas rápido aunque sigas poniendo el ungüento. - Le sonrió tiernamente y se volvió a estirar para recuperarlo, abriéndolo y empezando de forma tranquila a aplicarse lo sobre la herida, notando al pasar la yema de los dedos por la misma que estaba irritada.
- Podías... habérmelo dicho antes. - Murmuró, mirando sus propias manos hacer en el cuello de Yesenes, aplicando aquello en suaves caricias. - Seguro que no habrías perdido tantas clases y habrías comido algo mejor que lo que sea que hayas comido. - Dijo poniendo morritos.
Se mordió la boca y tras dudar un momentito, llevo un par de dedos a la marca que tenia Adnan en el cuello, acariciándolo muy suavemente, con todo el cuidado del mundo. - Umm... Creo que lo que te estás poniendo tiene algo que hace que, aunque se cure, lo haga despacito... probablemente algo que para esa zona, de piel mas sensible y suave, sea algo... dañina por llamarlo de alguna forma. - Dejó la pomada a un lado y se acomodó al lado de Yesenes, mirándole fijamente a los ojos. - Puedo intentar ayudarte si quieres. - Dijo antes de quitarse la mochila para buscar ene ella la varita, acabando por encontrarla y enseñársela con una amplia sonrisilla.
- ¿Puedo? - Al escuchar y ver que el chico le daba permiso, que suspiraba pero terminaba por cerrar los ojos dejándose hacer, la coreana aprovechó a pensar un momentito antes de conjurar algo apuntando con la varita a su cuello. - Esto probablemente hará que la herida se cure mas rápido aunque sigas poniendo el ungüento. - Le sonrió tiernamente y se volvió a estirar para recuperarlo, abriéndolo y empezando de forma tranquila a aplicarse lo sobre la herida, notando al pasar la yema de los dedos por la misma que estaba irritada.
- Podías... habérmelo dicho antes. - Murmuró, mirando sus propias manos hacer en el cuello de Yesenes, aplicando aquello en suaves caricias. - Seguro que no habrías perdido tantas clases y habrías comido algo mejor que lo que sea que hayas comido. - Dijo poniendo morritos.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Cuidados desinteresados.
Asintió a las palabras de la chica. La verdad es que era una crema un tanto agresiva, y lo sabía, pero no se sentía con ganas ni fuerza de sacar el caldero y ponerse a crear algo más útil, y no tenía otra cosa. Y en ese momento ya estaba casi bien, un día atrás con el cuello supurante, era aún peor.
La dejó hacer tranquilamente, confiando plenamente en que la chica iba a tratarle bien y no haría nada que fuera en su contra. Sintió una calidez muy agradable cuando el conjuro de la muchacha estaba ya sanando la piel, despacio, pero a buen ritmo, no sabía si era un conjuro de acción inmediata, pero lo que si sabía es que al menos ya, tan pronto, le había hecho sentir bastante mejor.
-Gracias, ya sentí un buen alivio – dio aquello relajando un poco el gesto, era muy agradable tener cerca a alguien que te cuidaba e esa forma. Más aún si lo hacía con una sonrisa como la de ella en el rostro –no quería decírtelo porque… bueno, no me gusta ser una molestia para ti.
Suspiró un poquito, entreabriendo uno de los ojos, se sentía un poco cerdo en ese momento, no es que no se hubiera dado alguna ducha rápida ni nada, pero con aquel estado anímico era obvio que no estaba en su mejor momento y bueno, quería abrazarla y todo lo demás pero no terminaba de convencerle hacerlo estando así.
-No me importa haber perdido alguna clase… y la comida no es tan importante tampoco, pero te echaba un poco de menos… – agachó la cabeza al decir eso, en realidad solo lo había soltado para ella, para que se sintiera mejor y más feliz a poder ser. No le gustó oír lo que soltó al otro lado de la puerta – ¿Te apetece quedarte conmigo un ratito? Si me pongo bien… te daré una sorpresa – movió un poquito el cuello, intentando probar si podría moverse con facilidad o correr detrás del bicho molesto aquel, para dárselo.
La dejó hacer tranquilamente, confiando plenamente en que la chica iba a tratarle bien y no haría nada que fuera en su contra. Sintió una calidez muy agradable cuando el conjuro de la muchacha estaba ya sanando la piel, despacio, pero a buen ritmo, no sabía si era un conjuro de acción inmediata, pero lo que si sabía es que al menos ya, tan pronto, le había hecho sentir bastante mejor.
-Gracias, ya sentí un buen alivio – dio aquello relajando un poco el gesto, era muy agradable tener cerca a alguien que te cuidaba e esa forma. Más aún si lo hacía con una sonrisa como la de ella en el rostro –no quería decírtelo porque… bueno, no me gusta ser una molestia para ti.
Suspiró un poquito, entreabriendo uno de los ojos, se sentía un poco cerdo en ese momento, no es que no se hubiera dado alguna ducha rápida ni nada, pero con aquel estado anímico era obvio que no estaba en su mejor momento y bueno, quería abrazarla y todo lo demás pero no terminaba de convencerle hacerlo estando así.
-No me importa haber perdido alguna clase… y la comida no es tan importante tampoco, pero te echaba un poco de menos… – agachó la cabeza al decir eso, en realidad solo lo había soltado para ella, para que se sintiera mejor y más feliz a poder ser. No le gustó oír lo que soltó al otro lado de la puerta – ¿Te apetece quedarte conmigo un ratito? Si me pongo bien… te daré una sorpresa – movió un poquito el cuello, intentando probar si podría moverse con facilidad o correr detrás del bicho molesto aquel, para dárselo.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
Sonrió ámpliamente al escucharle decir aquello de que ya se sentía mucho mejor que antes, riéndose un poquito, asintiendo con la cabeza. - Es un hechizo muy útil, práctico... Pensé en mas de uno, por ejemplo hay veces que a alguna gente ciertas cosas les hace daño, irrita la piel con facilidad... o lo que sea, y suele aplicarse otro conjuro, pero no lo vi muy acorde o mas bien, útil para lo tuyo. - Le sonrió de forma tierna y cuando dejó el frasquito con la pomada a un lado, suspiró, mirándole fijamente a los ojos.
Negó con la cabeza e hizo un pucherito que se volvió un gesto de poner morros. - No eres una molestia Adnan... nunca, nunca lo eres. Me gusta mucho estar contigo, y si además puedo cuidarte mejor, así también aprendo más para una de mis carreras. - Le comentó con una sonrisita amplia en el rostro.
Al escuchar sus siguientes palabras enrojeció un poco de vergüenza. Adnan era un tonto... - Yo también... te eché mucho de menos... parecía una loca o o no se, todo el rato buscando a ver si te veía en el salón de convivencias, en el comedor, pasillos... - Dijo algo avergonzada al reconocer aquello. Se había sentido un poco tonta... ahora que lo pensaba. - No se me ocurrió pensar que podías estar malo o... herido. - Musitó alzando la vista hacia él. Suspiró y le terminó por sonreír. - Como a Adnan nunca le duele nada ni nada. - Dijo sacándole la lengua un momentito.
Asintió a lo de quedarse con él. Claro que quería, hasta se pasaría la noche con él, pero eso era ya algo... complicado, muy complicado. Hizo un pucherito que no tardó en desaparece al recordar que aún no había encontrado su peluche, pero bueno... ahora estaba con Adnan y era mucho mas importante que un peluche de trapo con forma de panda, por mucho que se lo hubiese regalado su primo.
- ¿Sorpresa? No tienes que darme nada Adny... yo estoy muy muy bien contigo, no necesito nada mas.
Negó con la cabeza e hizo un pucherito que se volvió un gesto de poner morros. - No eres una molestia Adnan... nunca, nunca lo eres. Me gusta mucho estar contigo, y si además puedo cuidarte mejor, así también aprendo más para una de mis carreras. - Le comentó con una sonrisita amplia en el rostro.
Al escuchar sus siguientes palabras enrojeció un poco de vergüenza. Adnan era un tonto... - Yo también... te eché mucho de menos... parecía una loca o o no se, todo el rato buscando a ver si te veía en el salón de convivencias, en el comedor, pasillos... - Dijo algo avergonzada al reconocer aquello. Se había sentido un poco tonta... ahora que lo pensaba. - No se me ocurrió pensar que podías estar malo o... herido. - Musitó alzando la vista hacia él. Suspiró y le terminó por sonreír. - Como a Adnan nunca le duele nada ni nada. - Dijo sacándole la lengua un momentito.
Asintió a lo de quedarse con él. Claro que quería, hasta se pasaría la noche con él, pero eso era ya algo... complicado, muy complicado. Hizo un pucherito que no tardó en desaparece al recordar que aún no había encontrado su peluche, pero bueno... ahora estaba con Adnan y era mucho mas importante que un peluche de trapo con forma de panda, por mucho que se lo hubiese regalado su primo.
- ¿Sorpresa? No tienes que darme nada Adny... yo estoy muy muy bien contigo, no necesito nada mas.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Cuidados desinteresados.
Lo de que era mucho mejor si podía cuidarle le sonó, como poco, raro. A él no le solía gustar pedir ayuda, mucho menos dejarse curar. En esta ocasión estaba desesperado y era ella, de otra forma no habría podido hacerlo… lo de mostrar la herida y dejar que le apunten con la varita. Era así hasta el punto en que había prometido a su hermano ir al apartamento con él pronto y había faltado a su promesa, y eso era preocupante no, lo siguiente, si Ayyûb se molestaba podrían temer todos los que lo tuvieran cerca.
-¡Es cierto! – se quejó un poco, bromeando – esto no dolía… solo que no era muy agradable de ver, y evitaba el disgusto a mis compañeros – la chica debía saber que no hablaba en serio, y no es que no le doliera, es que soportaba bastante bien el dolor. Pero una herida abierta en el cuello e infectada era más de lo que una persona normal debería aguantar sin más.
-Entonces, si estás bien… ¿no quieres mi regalo? – se incorporó en la cama y se sentó con la espalda apoyada en el respaldar, acercando a la chica, por la cintura para que se sentara junto a él y apoyó la cabeza en la de ella, de lado, teniendo un brazo pasado tras su espalda. Sentía como que así se recuperaría mucho más rápido – yo lo había comprado para ti… para que tuvieras algo mío.
Fingió sentirse un poquito mal por aquel rechazo, sin ser realmente así. Eso solo le hizo volver a pensar en su hermano y en la pulsera que tenía de él, la llevaba colgada de la muñeca y la miró de reojo. En cuanto estuviera un poco mejor iría a disculparse por no haber podido ir el día que quedaron, quizás aún estaba pensando que estaba enfadado por todo el tema de las drogas…
-¡Es cierto! – se quejó un poco, bromeando – esto no dolía… solo que no era muy agradable de ver, y evitaba el disgusto a mis compañeros – la chica debía saber que no hablaba en serio, y no es que no le doliera, es que soportaba bastante bien el dolor. Pero una herida abierta en el cuello e infectada era más de lo que una persona normal debería aguantar sin más.
-Entonces, si estás bien… ¿no quieres mi regalo? – se incorporó en la cama y se sentó con la espalda apoyada en el respaldar, acercando a la chica, por la cintura para que se sentara junto a él y apoyó la cabeza en la de ella, de lado, teniendo un brazo pasado tras su espalda. Sentía como que así se recuperaría mucho más rápido – yo lo había comprado para ti… para que tuvieras algo mío.
Fingió sentirse un poquito mal por aquel rechazo, sin ser realmente así. Eso solo le hizo volver a pensar en su hermano y en la pulsera que tenía de él, la llevaba colgada de la muñeca y la miró de reojo. En cuanto estuviera un poco mejor iría a disculparse por no haber podido ir el día que quedaron, quizás aún estaba pensando que estaba enfadado por todo el tema de las drogas…
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
Puso morritos y le aplastó un poco la nariz con el dedo indice en señal de queja, sacándole después de nuevo la lengua, y suspiró. - Bobo... A la próxima que tus compañeros se aguanten, y si no les gusta verlo o les desagrada, pues que no miren, que miren a otro lado, y ya. - Puso morritos y se cruzó un poco de brazos, haciendo que sus pechos se alzasen un poco; aunque por las prendas que llevaba (una sudadera con capucha en esos momentos), parecía mas bien que apenas tenía pecho.
Se mordió un poco la boquita de nuevo y negó con la cabeza repetidas veces. - N-no... si que lo quiero, ¡quiero todo lo que sea de Adnan! - Dijo segura de ello, dejándose abrazar, arropar entre los brazos del egipcio, contra su cuerpo, y terminando por suspirar, cerrar los ojos, y achucharse un poquitín contra él. - Te quiero mucho Adny... - Susurró sonrojada, pero aprovechando a que no le estaba mirando en esos momentos... se lo dijo. Necesitaba decírselo, y simplemente, por eso lo hizo.
Alzó el rostro con el ceño ligeramente fruncido, curiosa. - ¿Comprado? ¿Para mi? - Parpadeó casi sin creérselo y se rió un poquito, achuchándole con fuerza por el torso, habiendo tenido cuidado de no ir a abrazarle por el cuello para no dañarle.
Según se separó de Yesenes, se puso a mirar alrededor, todo el rato, por apenas la zona de la cama de Adnan y lo que sería su “area”, sin conseguir llegar a ver nada. - ¿Qué me has comprado? ¿Qué es? ¿Es un libro? ¿Un libro de medimagia, de zoología? ¿Un libro de historias como el que me regalaste en verano? - Estaba impaciente, nerviosa; nunca solían regalarle nada, no si no era una fecha exacta como su cumpleaños por ejemplo.
Se mordió un poco la boquita de nuevo y negó con la cabeza repetidas veces. - N-no... si que lo quiero, ¡quiero todo lo que sea de Adnan! - Dijo segura de ello, dejándose abrazar, arropar entre los brazos del egipcio, contra su cuerpo, y terminando por suspirar, cerrar los ojos, y achucharse un poquitín contra él. - Te quiero mucho Adny... - Susurró sonrojada, pero aprovechando a que no le estaba mirando en esos momentos... se lo dijo. Necesitaba decírselo, y simplemente, por eso lo hizo.
Alzó el rostro con el ceño ligeramente fruncido, curiosa. - ¿Comprado? ¿Para mi? - Parpadeó casi sin creérselo y se rió un poquito, achuchándole con fuerza por el torso, habiendo tenido cuidado de no ir a abrazarle por el cuello para no dañarle.
Según se separó de Yesenes, se puso a mirar alrededor, todo el rato, por apenas la zona de la cama de Adnan y lo que sería su “area”, sin conseguir llegar a ver nada. - ¿Qué me has comprado? ¿Qué es? ¿Es un libro? ¿Un libro de medimagia, de zoología? ¿Un libro de historias como el que me regalaste en verano? - Estaba impaciente, nerviosa; nunca solían regalarle nada, no si no era una fecha exacta como su cumpleaños por ejemplo.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Cuidados desinteresados.
No lo demostraría realmente pero estaba jodidamente feliz de saber que ella le quería, que tenía ese tipo de sentimientos tan sinceros hacía él. Que le quería. Nadie le quería, no se lo habría creído de alguien más, pero ella… parecía tan incapaz de mentir. Él no le dijo nada respondiendo tan solo la abrazó un poquito más, acariciándole el rostro con mimo, con cuidado, con cariño. Era realmente genial estar así con la chica.
-Si, lo compré para ti – comentó respondiendo a sus palabras de duda, recibiendo tras eso otro largo abrazo que agradeció y correspondió, terminándolo con un beso en la cabeza antes de intentar sentarse, esperando evitar mareos y cosas así – No sé si decirte que es… o mejor darte la sorpresa.
Se sentó al borde de la cama y se palpó con cuidado el cuello, estaba bastante mejor. Evitó responder a sus preguntas, prefería darle la sorpresa directamente y así lo haría. Vio como la chica ponía morritos y no pudo evitar sonreírle.
-Cierra los ojos y quédate aquí sentada –le dijo poniéndose en pie, fue a buscar al animal, que estaba metido dentro del armario del chico, por puro gusto, él no lo había encerrado, es que al parecer le gustaba dormir ahí – a ver… primero alarga las manos.
La observó hacerlo, la muchacha, con expresión concentraba ahora mismo tenía ambas manos en alto, él se sentó a su lado con el animalillo en mano y con sumo cuidado se lo dejó sobre una mano, era apenas una cría, muy pequeñita, aunque igual ella debía sostenerla con las dos, no estaba seguro de modo que siguió agarrándolo un poco.
-Ya puedes abrir los ojos… y ten cuidado no cierres las manos del todo.
-Si, lo compré para ti – comentó respondiendo a sus palabras de duda, recibiendo tras eso otro largo abrazo que agradeció y correspondió, terminándolo con un beso en la cabeza antes de intentar sentarse, esperando evitar mareos y cosas así – No sé si decirte que es… o mejor darte la sorpresa.
Se sentó al borde de la cama y se palpó con cuidado el cuello, estaba bastante mejor. Evitó responder a sus preguntas, prefería darle la sorpresa directamente y así lo haría. Vio como la chica ponía morritos y no pudo evitar sonreírle.
-Cierra los ojos y quédate aquí sentada –le dijo poniéndose en pie, fue a buscar al animal, que estaba metido dentro del armario del chico, por puro gusto, él no lo había encerrado, es que al parecer le gustaba dormir ahí – a ver… primero alarga las manos.
La observó hacerlo, la muchacha, con expresión concentraba ahora mismo tenía ambas manos en alto, él se sentó a su lado con el animalillo en mano y con sumo cuidado se lo dejó sobre una mano, era apenas una cría, muy pequeñita, aunque igual ella debía sostenerla con las dos, no estaba seguro de modo que siguió agarrándolo un poco.
-Ya puedes abrir los ojos… y ten cuidado no cierres las manos del todo.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
Cuando los abrazos y mimos en general quedaron a parte, la chica suspiró, dichosa, y se mordió la boca, impaciente por saber que era el regalo, pero las palabras de Yesenes solo consiguieron impacientarla un poquitito mas. - Ayy... quiero verlo ya. - Hizo un pucherito y se removió un poco en su sitio.
Cerrando los ojos tal y como Adnan se lo había pedido, extendió las manos hacia delante, con la palma de las mismas hacia arriba, ambas manos la una al lado de la otra, esperando, queriendo saber ya de que era lo que le había comprado, de que se trataba. Estaba nerviosa. Impaciente por tener algo de Adnan, o algo que Adnan le hubiera comprado... ella se habría conformado incluso con una pluma vieja de él, pero aquello, seguro que sería mucho mejor.
Al sentir el peso en las manos, el pelaje, lo cogió con cuidado, abriendo los ojos cuando él mismo se lo pidió, sonriendo de manera amplia, alzando al vista a Yesenes con una sonrisa de oreja a oreja. - ¡Un puffskein! - Anunció con una suave risita, acercándose al pequeño animal hacia la mejilla para acariciarlo un poquito con la misma, después dejándolo sobre el regazo para girarse a mirar a Adnan, achuchándole con fuerza. - ¡Muchas gracias! - Miró de reojo al animalillo que se acurrucaba un poco en ella. - Es muy lindo. - Se rió y alzó el rostro para tener ahora toda su atención en Yesenes. - Muchas gracias... - Repitió de nuevo.
Siempre le habían gustado los animales de otro tipo, pero los puffskein siempre le habían resultado graciosos, divertidos, y monos, en el concepto totalmente contrario a lo que ella tenía por mono. Tener ahora uno, y que fuese regalo de Adnan... Le sonaba tan a sueño, que casi no podía creerselo.
Se rió un poquito al pensar que quizás Adnan... - ¿Jugaste con el puffskein? Les gustan que los lancen, que lo utilicen de pelotita, pasándolo de una persona a otra. - Comentó como dato curioso, con una risita divertida, acariciándole un poco el lomo a aquella bolita peluda que ahora tenía como mascota.
Cerrando los ojos tal y como Adnan se lo había pedido, extendió las manos hacia delante, con la palma de las mismas hacia arriba, ambas manos la una al lado de la otra, esperando, queriendo saber ya de que era lo que le había comprado, de que se trataba. Estaba nerviosa. Impaciente por tener algo de Adnan, o algo que Adnan le hubiera comprado... ella se habría conformado incluso con una pluma vieja de él, pero aquello, seguro que sería mucho mejor.
Al sentir el peso en las manos, el pelaje, lo cogió con cuidado, abriendo los ojos cuando él mismo se lo pidió, sonriendo de manera amplia, alzando al vista a Yesenes con una sonrisa de oreja a oreja. - ¡Un puffskein! - Anunció con una suave risita, acercándose al pequeño animal hacia la mejilla para acariciarlo un poquito con la misma, después dejándolo sobre el regazo para girarse a mirar a Adnan, achuchándole con fuerza. - ¡Muchas gracias! - Miró de reojo al animalillo que se acurrucaba un poco en ella. - Es muy lindo. - Se rió y alzó el rostro para tener ahora toda su atención en Yesenes. - Muchas gracias... - Repitió de nuevo.
Siempre le habían gustado los animales de otro tipo, pero los puffskein siempre le habían resultado graciosos, divertidos, y monos, en el concepto totalmente contrario a lo que ella tenía por mono. Tener ahora uno, y que fuese regalo de Adnan... Le sonaba tan a sueño, que casi no podía creerselo.
Se rió un poquito al pensar que quizás Adnan... - ¿Jugaste con el puffskein? Les gustan que los lancen, que lo utilicen de pelotita, pasándolo de una persona a otra. - Comentó como dato curioso, con una risita divertida, acariciándole un poco el lomo a aquella bolita peluda que ahora tenía como mascota.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Cuidados desinteresados.
Vio encantado la forma en la que la chica aceptaba el regalo. Parecía gustarle en serio, y aún sentado junto a ella no pudo evitar mirar su boca en todo momento, parecía muy ilusionada, totalmente feliz, radiante. Como si en su vida hubiera deseado nunca nada más de lo que había deseado a ese pequeño animalito.
-No hace falta que agradezcas tanto, no importa… te lo regalé porque me apetecía, sin más. No tienes que seguir dándome las gracias – le sonrió abiertamente mientras le pasaba una mano por la espalda, acariciándole en cierto modo la misma, con mimo y cariño.
Oyó su pregunta y la pequeña explicación sobre los gustos del animal, aquello le hizo sonreír ¿con quién iba a jugar él a algo así? Como no se lo pasara de una mano a otra… y con sus ánimos de los últimos días hasta eso era complicado de imaginar.
-No jugué nada con él, pero si quieres podemos jugar ahora, así te va conociendo… por cierto, no tiene nombre ni nada, no se me da bien eso – siguió sobándole la espalda a la chica, con mimo, con cuidado, él no quería robarle demasiado espacio pero por algún motivo el estar a solas con ella le inducía a aquello, a querer abrazarla todo el rato – y también tengo ahí guardado todo, su comida y demás cosas necesarias. Supongo que si quieres podemos ir a por alguna cosilla más.
Le dijo aquello para saber que hacer más o menos el próximo día en su cita, la que supuestamente tendrían ese mismo fin de semana, aunque él solo iría si se le ponía bien del todo el cuello, siendo sincero.
-Si quieres puedes cogerlo todo, está en el armario – le señaló la puerta exacta, después se dejó caer de espaldas en la cama, estaba mucho mejor, pero aún le dolió un poco cuando dejó caer la cabeza hacia atrás sin pensar en las consecuencias.
-No hace falta que agradezcas tanto, no importa… te lo regalé porque me apetecía, sin más. No tienes que seguir dándome las gracias – le sonrió abiertamente mientras le pasaba una mano por la espalda, acariciándole en cierto modo la misma, con mimo y cariño.
Oyó su pregunta y la pequeña explicación sobre los gustos del animal, aquello le hizo sonreír ¿con quién iba a jugar él a algo así? Como no se lo pasara de una mano a otra… y con sus ánimos de los últimos días hasta eso era complicado de imaginar.
-No jugué nada con él, pero si quieres podemos jugar ahora, así te va conociendo… por cierto, no tiene nombre ni nada, no se me da bien eso – siguió sobándole la espalda a la chica, con mimo, con cuidado, él no quería robarle demasiado espacio pero por algún motivo el estar a solas con ella le inducía a aquello, a querer abrazarla todo el rato – y también tengo ahí guardado todo, su comida y demás cosas necesarias. Supongo que si quieres podemos ir a por alguna cosilla más.
Le dijo aquello para saber que hacer más o menos el próximo día en su cita, la que supuestamente tendrían ese mismo fin de semana, aunque él solo iría si se le ponía bien del todo el cuello, siendo sincero.
-Si quieres puedes cogerlo todo, está en el armario – le señaló la puerta exacta, después se dejó caer de espaldas en la cama, estaba mucho mejor, pero aún le dolió un poco cuando dejó caer la cabeza hacia atrás sin pensar en las consecuencias.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
La coreana quedó sosteniendo entre sus mano al pequeño animal peludo que su pareja le acababa de regalar, suspirando y alternando sus miradas, mirando a veces al chico y otras veces a la mascota, no sabiendo cuando dejar de sonreír como idiota.
Cuando escuchó las palabras de Adnan negó un poquito con la cabeza. - No tenías por que haber comprado mas cosas... gastaste mucho dinero por mi. - Musitó poniendo morritos, quedándose después mirando un ratito fijamente a la mascota, pensando que nombre podría ponerle, hasta que de pronto sonrió un poquito.
- Es un macho. - Comentó y giró el rostro hacia Adnan que estaba ahora tumbado. Cogió al animal y señalo una de las rallas que tenía dibujadas en el pelaje. - Se identifica por esto, las hembras tienen una ligera bifurcación justo al acabar esta franja. - Le explicó y sonrió un poquito. Kadar... así le llamaría, pero nunca se lo diría a Adnan... usaría Kady como nombre general para su nuevo amigo.
Se rió un poquito para si misma y tras acariciar un poquito mas a la bola de pelo y escucharle ronronear, lo dejó con cuidado en el suelo, viendo como empezaba a alimentarse de la poca suciedad que se llegaba a apreciar en la habitación. - Hay alguien muy ordenado o limpio aquí, ¿no?
Preguntó por decir algo y después, se dejó caer ella también en la cama, tumbada de lado, para quedarse mirando fijamente a Yesenes a la cara. Suspiró tontamente y puso morritos, acabando, por su propia cuenta, de darse permiso para pegarse un poquito mas a él, pasándole un brazo por el torso, formando un medio abrazo. - Así mucho mejor... - Comentó en un susurro.
Cuando escuchó las palabras de Adnan negó un poquito con la cabeza. - No tenías por que haber comprado mas cosas... gastaste mucho dinero por mi. - Musitó poniendo morritos, quedándose después mirando un ratito fijamente a la mascota, pensando que nombre podría ponerle, hasta que de pronto sonrió un poquito.
- Es un macho. - Comentó y giró el rostro hacia Adnan que estaba ahora tumbado. Cogió al animal y señalo una de las rallas que tenía dibujadas en el pelaje. - Se identifica por esto, las hembras tienen una ligera bifurcación justo al acabar esta franja. - Le explicó y sonrió un poquito. Kadar... así le llamaría, pero nunca se lo diría a Adnan... usaría Kady como nombre general para su nuevo amigo.
Se rió un poquito para si misma y tras acariciar un poquito mas a la bola de pelo y escucharle ronronear, lo dejó con cuidado en el suelo, viendo como empezaba a alimentarse de la poca suciedad que se llegaba a apreciar en la habitación. - Hay alguien muy ordenado o limpio aquí, ¿no?
Preguntó por decir algo y después, se dejó caer ella también en la cama, tumbada de lado, para quedarse mirando fijamente a Yesenes a la cara. Suspiró tontamente y puso morritos, acabando, por su propia cuenta, de darse permiso para pegarse un poquito mas a él, pasándole un brazo por el torso, formando un medio abrazo. - Así mucho mejor... - Comentó en un susurro.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Cuidados desinteresados.
Oyó aquella explicación sobre el animal, prestando atención a sus palabras, como si realmente estuviera diciéndole algo extremadamente interesante e imposible de perderse.
Se mordió un poquito la boca cuando dijo lo del macho, parecía sonreír un poco más. ¿Igual había sido mejor buscarle una hembra? Él en un principio no pensó que fuera a haber problema alguno con el sexo del animal, al fin y al cabo era algo tonto.
No paraba de mirarla, aún cuando él seguía tumbado y ella sentada, más aún después de que soltara al animal para tumbarse junto a él y abrazarle.
-¿Estás cómoda así de verdad? – preguntó aquello frunciendo levemente el ceño y suspiró, pasándole el brazo más cerca a ella por debajo de la cabeza para que se acomodara del todo –y somos más o menos limpios todos, imagino que Stall es un poco más maniático que el resto con ese tema, pero no es que el resto nos pongamos a tirar mierda ni nada… además creo que ese bicho le calló bastante bien, desde que corre por la habitación está aún más limpia.
Giró el cuello un poco para mirarla y maldijo en voz baja. Le dolía y no podía estar en posiciones muy forzadas.
-Rang… quiero besos, pero no sé ni como sentarme para que no me moleste, me roza con todo – se dio el lujo de comportarse como un crío por una vez en la vida, y después de un par de quejas más se incorporó de nuevo – ¿y si me lo vendas un poco? Con lo que me hiciste seguro que cura rápido, pero está… la herida está abierta y molesta el tacto de las cosas y… no sé, quiero poder besarte sin preocuparme si me voy a dar con el hombro en el cuello o cosas así.
Si, le estaba pidiendo besos descaradamente y más curas también, que lo consintiera un poco o algo así. Aunque él no tenía nada para vendar, ni nada.
Se mordió un poquito la boca cuando dijo lo del macho, parecía sonreír un poco más. ¿Igual había sido mejor buscarle una hembra? Él en un principio no pensó que fuera a haber problema alguno con el sexo del animal, al fin y al cabo era algo tonto.
No paraba de mirarla, aún cuando él seguía tumbado y ella sentada, más aún después de que soltara al animal para tumbarse junto a él y abrazarle.
-¿Estás cómoda así de verdad? – preguntó aquello frunciendo levemente el ceño y suspiró, pasándole el brazo más cerca a ella por debajo de la cabeza para que se acomodara del todo –y somos más o menos limpios todos, imagino que Stall es un poco más maniático que el resto con ese tema, pero no es que el resto nos pongamos a tirar mierda ni nada… además creo que ese bicho le calló bastante bien, desde que corre por la habitación está aún más limpia.
Giró el cuello un poco para mirarla y maldijo en voz baja. Le dolía y no podía estar en posiciones muy forzadas.
-Rang… quiero besos, pero no sé ni como sentarme para que no me moleste, me roza con todo – se dio el lujo de comportarse como un crío por una vez en la vida, y después de un par de quejas más se incorporó de nuevo – ¿y si me lo vendas un poco? Con lo que me hiciste seguro que cura rápido, pero está… la herida está abierta y molesta el tacto de las cosas y… no sé, quiero poder besarte sin preocuparme si me voy a dar con el hombro en el cuello o cosas así.
Si, le estaba pidiendo besos descaradamente y más curas también, que lo consintiera un poco o algo así. Aunque él no tenía nada para vendar, ni nada.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
Se rió ante lo que el egipcio le dijo y ella asintió con la cabeza. - La verdad es que los puffskein comer a parte de arañas, polillas y bichitos así, sobras,... sirve muy bien para limpiar la casa o cositas así. - Se rió de forma tonta tras dar la explicación. - Así que puede ser que perfectamente a Stall le haya caído bien por eso. - Le sacó un poquito la lengua a Adnan y cuando él mismo hizo que la chica se pegase más, suspiró y se mordió la boquita, acurrucándose, cerrando incluso los ojitos; estaba cómoda, muy cómoda; por que estaba con él, con Adnan.
Se sonrojó y abrió los ojos al escucharle, viéndole actuar, teniendo aún mas ganas de achucharle... pero tenía el cuello mal, ella lo sabía, y el se lo decía. Quería curarse y que aquello dejara de molestar.
Tras dudar un momentito suspiró y se quedó sentada, con las piernas flexionadas, habiéndose quitado los zapatos para no manchar la cama de Adnan, pidiéndole permiso para ello con un gestito de la cabeza, y cogió su varita. - Umm... tengo algo que... que puede ayudarte, curarte... - Asintió un poquito. - Es... un hechizo secreto – “mío”, pero eso no lo diría o quizás el chico se echase atrás. - Quizás sirva para hacer desaparecer entero eso...
Tragó saliva y vio que Adnan, curioso, le dijo que adelante, que lo hiciese, confiando en ella, era demasiado claro.
La coreana pronunció las palabras apenas en un murmullo, haciendo el gesto necesario y apuntando al cuello del chico, en apenas un abrir y cerrar de ojos, la herida del cuello del chico desapareció por completo tras que un muy finito haz de luz de un tono lilaceo se posase en la propia herida, sin dejar ningún rastro, como si no hubiera habido absolutamente nada ahí hacia un momento.
Rang sonrió de manera amplia, casi sin creerse que su hechizo había conseguido eliminar sin ningún problema, algo con una pinta tan fea. - ¡¡Lo conseguí!! - Mencionó animada, lanzándose a los brazos del egipcio para abrazarle con fuerza, achuchándole, ahora si, por el cuello sin problemas.
Se sonrojó y abrió los ojos al escucharle, viéndole actuar, teniendo aún mas ganas de achucharle... pero tenía el cuello mal, ella lo sabía, y el se lo decía. Quería curarse y que aquello dejara de molestar.
Tras dudar un momentito suspiró y se quedó sentada, con las piernas flexionadas, habiéndose quitado los zapatos para no manchar la cama de Adnan, pidiéndole permiso para ello con un gestito de la cabeza, y cogió su varita. - Umm... tengo algo que... que puede ayudarte, curarte... - Asintió un poquito. - Es... un hechizo secreto – “mío”, pero eso no lo diría o quizás el chico se echase atrás. - Quizás sirva para hacer desaparecer entero eso...
Tragó saliva y vio que Adnan, curioso, le dijo que adelante, que lo hiciese, confiando en ella, era demasiado claro.
La coreana pronunció las palabras apenas en un murmullo, haciendo el gesto necesario y apuntando al cuello del chico, en apenas un abrir y cerrar de ojos, la herida del cuello del chico desapareció por completo tras que un muy finito haz de luz de un tono lilaceo se posase en la propia herida, sin dejar ningún rastro, como si no hubiera habido absolutamente nada ahí hacia un momento.
Rang sonrió de manera amplia, casi sin creerse que su hechizo había conseguido eliminar sin ningún problema, algo con una pinta tan fea. - ¡¡Lo conseguí!! - Mencionó animada, lanzándose a los brazos del egipcio para abrazarle con fuerza, achuchándole, ahora si, por el cuello sin problemas.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Cuidados desinteresados.
Por supuesto que confiaba en ella para ser curado, no lo haría de cualquiera, pero esa chica tenía un don especial para la magia, aquello se le daba muy bien. Además estudiaba medimagia, y aunque solo llevaban semanas de curso sabía de sobra que la chica había pasado todo el verano estudiando, la había visto. Probablemente sabría más que muchas personas que decían ser médicos en hospitales del tres al cuarto.
Entrecerró los ojos al sentirse apuntado por una varita. Pocas cosas le gustaban menos que eso, era obvio que la muchacha no le haría nada malo o dañino, no solo porque dijera quererle (que su padre alguna vez también lo había mencionado) sino porque era ella. Qué demonios…
Notó una calidez bastante intensa en el lugar donde había sido golpeado, poco a poco esa sensación se repartió por todo el cuerpo y un cosquilleo terminó con la sanación del mismo. O eso supuso cuando oyó como la chica exclamaba feliz que lo había conseguido.
Él habría querido tocarse la zona para asegurarse, levantarse para verla, o cualquier opción similar, pero la chica le abrazó con tanto entusiasmo y ganas que no podría decirle que no así de fácil, ni rechazarla, simplemente la envolvió en un abrazo, respondiendo al suyo.
-Muchas gracias, realmente ya no duele nada – se sintió dichoso, casi nunca había terminado de curarse bien las heridas de su padre, ya fuera por el tipo de conjuro, o porque no se llevaba para aplicar la poción, o cualquier cosa. Y por supuesto él jamás iría al hospital por una heridita de nada – serás una medimaga genial, en serio.
Asintió con cuidado mientras la achuchaba con fuerza, queriendo sentirla muy cerca.
-Ahora que estoy bien podríamos hacer algo, jugar algo, o cuidar del bicho… si quieres incluso podríamos salir a pasear o… lo que sea – ni sabía que decir, estaría eternamente agradecido, esa misma noche iría a donde su hermano y no tendría marca que hiciera que se preocupara por él –¿No pensaste nombre para el bicho?
Entrecerró los ojos al sentirse apuntado por una varita. Pocas cosas le gustaban menos que eso, era obvio que la muchacha no le haría nada malo o dañino, no solo porque dijera quererle (que su padre alguna vez también lo había mencionado) sino porque era ella. Qué demonios…
Notó una calidez bastante intensa en el lugar donde había sido golpeado, poco a poco esa sensación se repartió por todo el cuerpo y un cosquilleo terminó con la sanación del mismo. O eso supuso cuando oyó como la chica exclamaba feliz que lo había conseguido.
Él habría querido tocarse la zona para asegurarse, levantarse para verla, o cualquier opción similar, pero la chica le abrazó con tanto entusiasmo y ganas que no podría decirle que no así de fácil, ni rechazarla, simplemente la envolvió en un abrazo, respondiendo al suyo.
-Muchas gracias, realmente ya no duele nada – se sintió dichoso, casi nunca había terminado de curarse bien las heridas de su padre, ya fuera por el tipo de conjuro, o porque no se llevaba para aplicar la poción, o cualquier cosa. Y por supuesto él jamás iría al hospital por una heridita de nada – serás una medimaga genial, en serio.
Asintió con cuidado mientras la achuchaba con fuerza, queriendo sentirla muy cerca.
-Ahora que estoy bien podríamos hacer algo, jugar algo, o cuidar del bicho… si quieres incluso podríamos salir a pasear o… lo que sea – ni sabía que decir, estaría eternamente agradecido, esa misma noche iría a donde su hermano y no tendría marca que hiciera que se preocupara por él –¿No pensaste nombre para el bicho?
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
Suspiró con toda la felicidad del mundo y se separó un poquito de Adnan para quedarse mirándole fijamente a los ojos, asintiendo un poquito, después sonrojándose con el cumplido que acababa de hacerle. - No creo que sea para tanto... pero mientras pueda ayudar a la gente, sobre todo a la gente que me quiere y yo quiero... Seré muy feliz. - Dijo totalmente segura y acabó por achucharle una última vez antes de separarse finalmente, tampoco queriendo ser muy molesta, pegajosa.
- Pues... no se donde podríamos ir, o que podríamos hacer. - Comentó con los morritos puestos, acariciándose apenas un momentito con el dedo indice los labios. - Podríamos ir a tomarnos algo a algún sitio fuera de la escuela. - Le sonrió un poquito. - Sé que ese es el plan para el fin de semana, ir fuera de la universidad pero... pero esta vez también podríamos ir. - Sonrió un poco y suspiro. A fin de cuentas ya era fin de semana como quien decía, era viernes.
- Quizás podríamos ir al Callejón Diagon a tomar algo... alguna bebida calentita estaría bien. - Asintió un poco y le sacó la lengua, después poniéndose en pie en un rápido y feliz movimiento, riéndose un poquito, girándose a mirarle. - Me gusta mucho estar contigo, y ya aproveche y acabé todas las tareas, trabajos y deberes para poder estar contigo. - Anunció antes de seguir un poco hablando. - Por las noches antes de dormir estudiaré un poquito y ya.
Se acercó de nuevo al egipcio y en esa posición en la que él quedó sentado y la chica de pie frente a él, le achuchó feliz. - Haremos lo que sea, lo que tú quieras, yo haré lo que a ti te de la gana que hagamos, Adny.
- Pues... no se donde podríamos ir, o que podríamos hacer. - Comentó con los morritos puestos, acariciándose apenas un momentito con el dedo indice los labios. - Podríamos ir a tomarnos algo a algún sitio fuera de la escuela. - Le sonrió un poquito. - Sé que ese es el plan para el fin de semana, ir fuera de la universidad pero... pero esta vez también podríamos ir. - Sonrió un poco y suspiro. A fin de cuentas ya era fin de semana como quien decía, era viernes.
- Quizás podríamos ir al Callejón Diagon a tomar algo... alguna bebida calentita estaría bien. - Asintió un poco y le sacó la lengua, después poniéndose en pie en un rápido y feliz movimiento, riéndose un poquito, girándose a mirarle. - Me gusta mucho estar contigo, y ya aproveche y acabé todas las tareas, trabajos y deberes para poder estar contigo. - Anunció antes de seguir un poco hablando. - Por las noches antes de dormir estudiaré un poquito y ya.
Se acercó de nuevo al egipcio y en esa posición en la que él quedó sentado y la chica de pie frente a él, le achuchó feliz. - Haremos lo que sea, lo que tú quieras, yo haré lo que a ti te de la gana que hagamos, Adny.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Cuidados desinteresados.
Oyó todos sus planes, intentando organizarse mentalmente. Él aún tenía una clase a última hora del viernes, pero como llevaba sin ir a ninguna durante tanto tiempo pensó que una más, una menos… no supondría nada a nadie. Además, él mismo había dicho que le apetecía algo caliente, en menos de una semana el tiempo había cambiado muchísimo y daba la total y completa sensación de estar en el más frio invierno (aunque aún, obviamente, se estaba bien fuera).
-Pues yo me tomaría un buen chocolate caliente, pero para eso no hace falta salir fuera del campus, podríamos ir a la cafetería, y así no romper reglas ni nada, no quiero que te metas en líos por mi.
Oyó todo lo demás, de tener tiempo porque había adelantado tareas y que estudiaría más o vete a saber, no quería robarle tiempo a la chica si tan mal andaba y sabía que dos carreras a la vez era mucho y todo lo demás….
-¿Seguro que tienes tiempo? Mira, vamos a la cafetería juntos, nos tomamos eso y así tienes aún más tiempo para hacer cosas y si mañana quieres salir estaré totalmente dispuesto, o el domingo… pero hoy al menos que no sea demasiado rato.
No lo decía porque él no quisiera estar con ella, cuando la vio acercarse y se sintió abrazado de esa forma entrecerró los ojos, ella había ignorado su última pregunta, no le había respondido tampoco a lo que realmente quería hacer y además volvía a abrazarlo… pero que podía importar eso cuando aquel abrazo acababa de hacer que sintiera los pechos de Rang en prácticamente su rostro.
Suspiró de manera audible y la achuchó, dándole un beso ahí donde alcanzaba, mimándola en cierto modo y con un rápido movimiento la movió para que terminara sentada en sus rodillas.
-Ale, si no te importa voy a vestirme y eso… antes de salir, por no hacer mucho el ridículo fuera. Tu mientras si quieres puedes llevar al bicho sin nombre a tu cuarto y nos encontramos fuera.
-Pues yo me tomaría un buen chocolate caliente, pero para eso no hace falta salir fuera del campus, podríamos ir a la cafetería, y así no romper reglas ni nada, no quiero que te metas en líos por mi.
Oyó todo lo demás, de tener tiempo porque había adelantado tareas y que estudiaría más o vete a saber, no quería robarle tiempo a la chica si tan mal andaba y sabía que dos carreras a la vez era mucho y todo lo demás….
-¿Seguro que tienes tiempo? Mira, vamos a la cafetería juntos, nos tomamos eso y así tienes aún más tiempo para hacer cosas y si mañana quieres salir estaré totalmente dispuesto, o el domingo… pero hoy al menos que no sea demasiado rato.
No lo decía porque él no quisiera estar con ella, cuando la vio acercarse y se sintió abrazado de esa forma entrecerró los ojos, ella había ignorado su última pregunta, no le había respondido tampoco a lo que realmente quería hacer y además volvía a abrazarlo… pero que podía importar eso cuando aquel abrazo acababa de hacer que sintiera los pechos de Rang en prácticamente su rostro.
Suspiró de manera audible y la achuchó, dándole un beso ahí donde alcanzaba, mimándola en cierto modo y con un rápido movimiento la movió para que terminara sentada en sus rodillas.
-Ale, si no te importa voy a vestirme y eso… antes de salir, por no hacer mucho el ridículo fuera. Tu mientras si quieres puedes llevar al bicho sin nombre a tu cuarto y nos encontramos fuera.
Adnan K. Yesenes- Mensajes : 479
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 33
Re: Cuidados desinteresados.
Se mordió la boquita y asintió un poco con la cabeza, terminando por sonreírle de forma tierna, adorable. - Está bien... - Le sacó un poquito la lengua y al verse en aquella posición, suspiró un poquito, cerrando los ojos antes de inclinarse a darle un suave y tierno besito sobre los labios, apenas superficial, como ella “únicamente” sabía hacer, separándose después.
- Creo que le llamaré Kady... - Murmuró poniendo un pucherito, esperando que al chico no le diese por preguntar ni mucho menos aún, por decir que “Kady” sonaba a chica, por que entonces ella querría pedirle permiso para llamar a su nuevo amiguito Kadar, y dudaba que aquello fuese a hacerle ninguna gracia a Adnan.
Se puso en pie y llamando al puffskein, se agachó un poquito, haciendo que aquella bolita peluda se subiese a su mano y se lo guardase en el bolsillo que tenía en la tripa aquella sudadera que llevaba en ese momento.
- Cojo las cosas y... y voy al cuarto, y entonces, iremos juntos a la cafetería a tomarnos un chocolate caliente, con nubes. - Añadió y le sonrió. - Algo muy dulce. - Asintió con la cabecita y fue hacia el armario que Adnan le indicó con anterioridad, cogiendo las cosas que él le dijo y cargando con ello y su propia mochila, con cuidado de no aplastar al bichito.
- ¿Quedamos en un ratito en el salón de convivencias, si? - Le dijo con una ámplia sonrisa, ladeando ligeramente el rostro.
Se acercó un poco a él y de un saltito volvió a besarle en los labios, alcanzándole por pura suerte, ya que el chico ya estaba de pie y se llevaban un cachito de diferencia...
La chica sin dejar de sonreír salió del sitio, esperando a que, en un ratito, se volviesen a encontrar para ir juntos a lo prometido, a tomar algo caliente mientras pasaban el tiempo, juntos; aquello era lo mas importante.
- Creo que le llamaré Kady... - Murmuró poniendo un pucherito, esperando que al chico no le diese por preguntar ni mucho menos aún, por decir que “Kady” sonaba a chica, por que entonces ella querría pedirle permiso para llamar a su nuevo amiguito Kadar, y dudaba que aquello fuese a hacerle ninguna gracia a Adnan.
Se puso en pie y llamando al puffskein, se agachó un poquito, haciendo que aquella bolita peluda se subiese a su mano y se lo guardase en el bolsillo que tenía en la tripa aquella sudadera que llevaba en ese momento.
- Cojo las cosas y... y voy al cuarto, y entonces, iremos juntos a la cafetería a tomarnos un chocolate caliente, con nubes. - Añadió y le sonrió. - Algo muy dulce. - Asintió con la cabecita y fue hacia el armario que Adnan le indicó con anterioridad, cogiendo las cosas que él le dijo y cargando con ello y su propia mochila, con cuidado de no aplastar al bichito.
- ¿Quedamos en un ratito en el salón de convivencias, si? - Le dijo con una ámplia sonrisa, ladeando ligeramente el rostro.
Se acercó un poco a él y de un saltito volvió a besarle en los labios, alcanzándole por pura suerte, ya que el chico ya estaba de pie y se llevaban un cachito de diferencia...
La chica sin dejar de sonreír salió del sitio, esperando a que, en un ratito, se volviesen a encontrar para ir juntos a lo prometido, a tomar algo caliente mientras pasaban el tiempo, juntos; aquello era lo mas importante.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
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