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TRAMA: LUNA LLENA
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Michael Bonhomme
Dan Cleverley
Gerhard Immëndorff
Adair Brackminster
Parker Luttrell
Loulou Rayder
Aldrich Burroughs
Pearlie F. Burroughs
Sofie Luttrell
Markus O'Dwyer
Regina Cleverley
Martin Abadeer
Luke Rayder
Joseph Crawford
Beatrice Witchcombe
Milou Leloup
Gianna Vercelli
Loreen Luttrell
Angus Finnerty
23 participantes
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Re: TRAMA: LUNA LLENA
¿Tu qué ímbecil? Ni siquiera estaba hablando con…
Pero después de lanzarle una mirada extraña a Pearlie, que a Milou no le pasó inadvertida, aquel idiota se fue dejándola indignadísima y con la palabra en la boca. Nunca, nadie, le había hablado de esa forma. Aquello era lo único que le faltaba para que su intento de mantener un buen humor se fuera por la borda.
¿Y ese tipo qué? ¿De donde lo sacaron? -bufó y siguió con la mirada, como si quisiera abalanzarse sobre él por grosero-. ¿Lo conoces?
E iba a seguir hablando mal de él pero llegaron varias personas, que ella ni conocía y terminó contagiándose de su miedo. Nunca en la vida había hablado con Angus, pero también pensaba que era él por todos los rumores que se escucharon en Brigantia a lo largo del día; solo que a ella sí le asustaba más el hecho de que anduviera por ahí suelto con ellas tan cerca.
Tomó también la mano de Pearlie y asintió, al igual que ella ya había sacado su varita solo por si las dudas. Lo mejor era estar lo más lejos posible de ahí si al licántropo le daba por salirse de las grutas. No estaba del todo segura de si el hechizo sería lo suficientemente efectivo para alejarlo de ellas por si le daba por aparecer, pero se sintió mucho más segura.
Aquello para Milou era una pesadilla. Ahogó un gritó con la mano que tenía libre (Pearlie sostenía a Beauvais, ¿verdad? Por que ella ya llevaba un rato sin sostenerlo) y miró al que, decían, era Angus. Su vida entera giraba en torno a la licantropía, desde el hospital hasta su casa y no se hablaba de otra cosa. Pero, por más acostumbrada que estuviera, siempre resultaba atemorizante.
No pensaba bien con la cabeza cuando tenía hambre y mucho menos en luna llena, de por sí Milou nunca solía detenerse a pensar bien las cosas y solo las hacía. Así que levantó la varita, aprovechando que todos tenían su atención puesta en el tal Angus y apuntó a Joseph. No estaba tan lejos.
Everte Statum. Vamonos de aquí Pearlie, ¡Vamonos ya!
Y se echó a correr en dirección opuesta, jalando de su amiga. Sí, tenían que avisarle a alguien pero no estaba muy segura de tener que buscar al decano. Su despecho estaba lejísimos de ahí. Aún así corrió en esa dirección, esperaba poder encontrarse con Holland primero.
Pero después de lanzarle una mirada extraña a Pearlie, que a Milou no le pasó inadvertida, aquel idiota se fue dejándola indignadísima y con la palabra en la boca. Nunca, nadie, le había hablado de esa forma. Aquello era lo único que le faltaba para que su intento de mantener un buen humor se fuera por la borda.
¿Y ese tipo qué? ¿De donde lo sacaron? -bufó y siguió con la mirada, como si quisiera abalanzarse sobre él por grosero-. ¿Lo conoces?
E iba a seguir hablando mal de él pero llegaron varias personas, que ella ni conocía y terminó contagiándose de su miedo. Nunca en la vida había hablado con Angus, pero también pensaba que era él por todos los rumores que se escucharon en Brigantia a lo largo del día; solo que a ella sí le asustaba más el hecho de que anduviera por ahí suelto con ellas tan cerca.
Tomó también la mano de Pearlie y asintió, al igual que ella ya había sacado su varita solo por si las dudas. Lo mejor era estar lo más lejos posible de ahí si al licántropo le daba por salirse de las grutas. No estaba del todo segura de si el hechizo sería lo suficientemente efectivo para alejarlo de ellas por si le daba por aparecer, pero se sintió mucho más segura.
Aquello para Milou era una pesadilla. Ahogó un gritó con la mano que tenía libre (Pearlie sostenía a Beauvais, ¿verdad? Por que ella ya llevaba un rato sin sostenerlo) y miró al que, decían, era Angus. Su vida entera giraba en torno a la licantropía, desde el hospital hasta su casa y no se hablaba de otra cosa. Pero, por más acostumbrada que estuviera, siempre resultaba atemorizante.
No pensaba bien con la cabeza cuando tenía hambre y mucho menos en luna llena, de por sí Milou nunca solía detenerse a pensar bien las cosas y solo las hacía. Así que levantó la varita, aprovechando que todos tenían su atención puesta en el tal Angus y apuntó a Joseph. No estaba tan lejos.
Everte Statum. Vamonos de aquí Pearlie, ¡Vamonos ya!
Y se echó a correr en dirección opuesta, jalando de su amiga. Sí, tenían que avisarle a alguien pero no estaba muy segura de tener que buscar al decano. Su despecho estaba lejísimos de ahí. Aún así corrió en esa dirección, esperaba poder encontrarse con Holland primero.
Milou Leloup- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 01/10/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Trató de pensar en las debilidades que podría tener Angus, no buscaba lastimarlo pero tampoco podían ir tratando de hacerle cariñitos detrás de la oreja para que los deje en paz, deberían encerrarlo, era lo lógico, quién carajo pensaba que enfrentar al hombre lobo era lo más sensato, se debían derribar algunos muros para dejarlo a raya o hacer algún hechizo colectivo para cercar el lugar. Aquello último parecía imposible, todos estaban enfocados en una cosa distinta y a nadie se le ocurría otra cosa que comportarse como un mago que acababa de comprar su varita.
Había volteado como la mayoría a ver a Regina y no reparó en los hombres encapuchados porque estaban demasiado lejos como para percatarse, era tanto el barullo que ni sus hechizos llamaron su atención, seguía esperando que algo sucediese, tampoco era cosa de ir tratando de atar al lobo por un momento y ya, el asunto era hacer algo que durase por lo menos hasta el día siguiente para que durmiesen en paz. No creía que nada fuese efectivo.
Aldrich no podía llamarse un defensor de la causa liberal porque no era una política que pudiese apoyar del todo, incluso esas ideas las pensaba ya superadas, nadie iba por la calle hablando de esas historias pues Lord Voldemort estaba derrotado y todos vivían en una aparente calma, con un pacto mutuo de no atacarse o eso parecía. No relacionaba esas acciones con los mortífagos o lo que quedaba de ellos, para él era un asunto de seguridad y ya, de cuidar a su familia, su hermana y sus primas eran muy importantes para él y si acudió a aquel lugar fue para asegurarse de que nada las lastimase, no si él podía hacer algo.
-¡Locomotor Mortis!-dirigió su varita hacia las piernas de Angus, esperando que si es que lograban atarlo, así fuese más fácil transportarlo a un lugar o encerrarlo allí finalmente, no sabía dónde mierda estaba Shadow que ya debería de haberle avisado a alguien. Hecho el hechizo volteó a ver a Pearlie, no la notaba ahora, estaba preocupado-
---------------------------------------------------------------------------
Acción: Mirar hacia donde está Pearlie, pero sin acercarme
Hechizo: Locomotor Mortis a las piernas de Angus
Nivel 1 (bonificador +2 en las tiradas de conjuración)
Había volteado como la mayoría a ver a Regina y no reparó en los hombres encapuchados porque estaban demasiado lejos como para percatarse, era tanto el barullo que ni sus hechizos llamaron su atención, seguía esperando que algo sucediese, tampoco era cosa de ir tratando de atar al lobo por un momento y ya, el asunto era hacer algo que durase por lo menos hasta el día siguiente para que durmiesen en paz. No creía que nada fuese efectivo.
Aldrich no podía llamarse un defensor de la causa liberal porque no era una política que pudiese apoyar del todo, incluso esas ideas las pensaba ya superadas, nadie iba por la calle hablando de esas historias pues Lord Voldemort estaba derrotado y todos vivían en una aparente calma, con un pacto mutuo de no atacarse o eso parecía. No relacionaba esas acciones con los mortífagos o lo que quedaba de ellos, para él era un asunto de seguridad y ya, de cuidar a su familia, su hermana y sus primas eran muy importantes para él y si acudió a aquel lugar fue para asegurarse de que nada las lastimase, no si él podía hacer algo.
-¡Locomotor Mortis!-dirigió su varita hacia las piernas de Angus, esperando que si es que lograban atarlo, así fuese más fácil transportarlo a un lugar o encerrarlo allí finalmente, no sabía dónde mierda estaba Shadow que ya debería de haberle avisado a alguien. Hecho el hechizo volteó a ver a Pearlie, no la notaba ahora, estaba preocupado-
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Acción: Mirar hacia donde está Pearlie, pero sin acercarme
Hechizo: Locomotor Mortis a las piernas de Angus
Nivel 1 (bonificador +2 en las tiradas de conjuración)
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
De estar un poco más consciente de todo lo que le rodeaba seguramente habría, cuando menos, soltado un puñetazo a Beatriz por hablar sobre confrigos y cazar lobos. Nada le garantizaba que el de los aullidos fuera Angus, después de todo no era el único licántropo sobre la faz de la tierra. Pero era todo demasiada coincidencia, y ella tenía muy en claro que no existía tal cosa en realidad. Si algo parecía demasiada casualidad es porque no lo era, todo iba fríamente calculado. Y si secuestrar jóvenes hombres lobo una noche antes de la luna llena en pleno terreno universitario entraba en los planes de un Mortifago – porque ella sabía muy bien lo que había visto -, bien podía ser que soltar a dicho hombre lobo enfurecido y hambriento en el campus fuera segunda parte del plan.
Escuchaba los gritos y los aullidos, cada uno más atemorizador que el anterior. Maldijo entre dientes y mandó al carajo todas las precauciones: comenzó a correr. No era lo más prudente y seguramente Gianna tendría toda la autoridad para volverla a abofetear por lanzarse como kamikaze en dirección hacia donde los aullidos provenían, pero no podía evitarlo. La angustia que le daba el barajear la probabilidad de que se tratara de Angus le podía más que el instinto de supervivencia y el sentido común que trataban de arrastrarla hasta de los cabellos para hacerle ver que aquello no era buena idea.
Sus hechizos de protección habían funcionado, primera reacción al sentirse bajo amenaza, a pesar de no estar del todo segura de que fueran a servirles de bien cuando el atacante era una bestia letal. No obstante todo tomaba un giro que, si bien sorpresivo, después de la noche que había pasado no le era inesperado.
Se mordió la lengua para no soltarse gritando mil y un maldiciones. ¡Jodidos cabrones todos ellos! Al primero que vio fue a aquel que le dio la impresion de querer atacar a Gianna, por lo que no demoró en reaccionar. - ¡MOBILICORPUS! - Y ya, esperaba que con eso bastara para verlo azotar contra alguno de los muros de las grutas con tal fuerza que se quebrara alguna vértebra del cuello, poco le importaba.
--
Hechizo: Mobilicorpus a Michael
Acción: Pues... si funciona sigo corriendo, si no me quedo ahí donde estoy
Y Perdonenme la mierdita de post pero no me han dado chance de todo el dia u_u
Escuchaba los gritos y los aullidos, cada uno más atemorizador que el anterior. Maldijo entre dientes y mandó al carajo todas las precauciones: comenzó a correr. No era lo más prudente y seguramente Gianna tendría toda la autoridad para volverla a abofetear por lanzarse como kamikaze en dirección hacia donde los aullidos provenían, pero no podía evitarlo. La angustia que le daba el barajear la probabilidad de que se tratara de Angus le podía más que el instinto de supervivencia y el sentido común que trataban de arrastrarla hasta de los cabellos para hacerle ver que aquello no era buena idea.
Sus hechizos de protección habían funcionado, primera reacción al sentirse bajo amenaza, a pesar de no estar del todo segura de que fueran a servirles de bien cuando el atacante era una bestia letal. No obstante todo tomaba un giro que, si bien sorpresivo, después de la noche que había pasado no le era inesperado.
Se mordió la lengua para no soltarse gritando mil y un maldiciones. ¡Jodidos cabrones todos ellos! Al primero que vio fue a aquel que le dio la impresion de querer atacar a Gianna, por lo que no demoró en reaccionar. - ¡MOBILICORPUS! - Y ya, esperaba que con eso bastara para verlo azotar contra alguno de los muros de las grutas con tal fuerza que se quebrara alguna vértebra del cuello, poco le importaba.
--
Hechizo: Mobilicorpus a Michael
Acción: Pues... si funciona sigo corriendo, si no me quedo ahí donde estoy
Y Perdonenme la mierdita de post pero no me han dado chance de todo el dia u_u
Loreen Luttrell- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Aún detenía la mano de Loreen con fuerza. En realidad sentía que se la estaba gangrenando o algo por el estilo. La solté un poco pero no me separé de ella en ningún momento. Me detuve en seco una vez escuché ese gran gruñido. Maldita sea. Provenía de más delante de donde estábamos nosotras. ¿Iríamos a buscarle? ¿Sería Angus? ¿Habría algún amigo nuestro en peligro?
-No vamos a matar ningún licántropo. ¿estás loca?
Sin embargo, no puse pensar demasiado ya que Loreen comenzó a correr. ¡No! ¿A dónde iba! Si, obviamente a donde provenían los gritos y los aullidos, pero no, no estaba bien, era una pésima idea. Bufé e intenté alcanzarle el paso. Y fue en ese momento en que escuchaba a alguien a nuestras espaldas. Giré el rostro y un hombre enmascarado llegaba apuntándome precisamente a mi –o eso creía con la falta de luz- un hechizo que sinceramente no me iba a poner a investigar sobre sus efectos.
¿Eran mortífagos? Mi madre tenía razón. Loreen tenía razón. Todos quienes habían dicho que aún había mortífagos en Brigantia tenían razón. Pero, ¿Qué era lo que estaban haciendo ahí? Respiré hondo pero sentía que el corazón iba a salírseme del pecho. Las manos me temblaban pero intenté calmarme por una milésima de segundo en cuanto vi a alguien más acercarse. Otro enmascarado.
Intenté agacharme para ver si podía esquivar el hechizo del Enmascarado Número uno, y aprovechando ese movimiento, encontrar un punto ciego del Enmascarado Número dos y una vez encontrado el punto correcto en caso de que Beatrice no fuera disparada contra nosotras, apuntarle a cualquier parte del cuerpo que tuviera cerca. Finalmente, daba igual donde impactaba, el dolor sería siempre dirigido al mismo lugar.
-¡Contundio!-apunté a quien apuntaba a Beatrice. Malditos parásitos asquerosos. Si el hechizo funcionaba, aquél desgraciado sentiría un fuerte golpe en sus partes privadas lo suficientemente fuerte como para hacerlo caer. Tenía que funcionar.
---------------
Acción: intentar agacharme para que el hechizo de Michael no me de
Hechizo: Contra Yesenes
+ Contundio: Hechizo que alguna vez le heredó su madre y que Gianna ha mejorado y cambiado una y otra vez a lo largo de los años. La magia va directamente a las “joyas familiares” del oponente y, con la fuerza de un mazo de trol, propina un certero golpe en el área dejándolo imposibilitado por un turno.
-No vamos a matar ningún licántropo. ¿estás loca?
Sin embargo, no puse pensar demasiado ya que Loreen comenzó a correr. ¡No! ¿A dónde iba! Si, obviamente a donde provenían los gritos y los aullidos, pero no, no estaba bien, era una pésima idea. Bufé e intenté alcanzarle el paso. Y fue en ese momento en que escuchaba a alguien a nuestras espaldas. Giré el rostro y un hombre enmascarado llegaba apuntándome precisamente a mi –o eso creía con la falta de luz- un hechizo que sinceramente no me iba a poner a investigar sobre sus efectos.
¿Eran mortífagos? Mi madre tenía razón. Loreen tenía razón. Todos quienes habían dicho que aún había mortífagos en Brigantia tenían razón. Pero, ¿Qué era lo que estaban haciendo ahí? Respiré hondo pero sentía que el corazón iba a salírseme del pecho. Las manos me temblaban pero intenté calmarme por una milésima de segundo en cuanto vi a alguien más acercarse. Otro enmascarado.
Intenté agacharme para ver si podía esquivar el hechizo del Enmascarado Número uno, y aprovechando ese movimiento, encontrar un punto ciego del Enmascarado Número dos y una vez encontrado el punto correcto en caso de que Beatrice no fuera disparada contra nosotras, apuntarle a cualquier parte del cuerpo que tuviera cerca. Finalmente, daba igual donde impactaba, el dolor sería siempre dirigido al mismo lugar.
-¡Contundio!-apunté a quien apuntaba a Beatrice. Malditos parásitos asquerosos. Si el hechizo funcionaba, aquél desgraciado sentiría un fuerte golpe en sus partes privadas lo suficientemente fuerte como para hacerlo caer. Tenía que funcionar.
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Acción: intentar agacharme para que el hechizo de Michael no me de
Hechizo: Contra Yesenes
+ Contundio: Hechizo que alguna vez le heredó su madre y que Gianna ha mejorado y cambiado una y otra vez a lo largo de los años. La magia va directamente a las “joyas familiares” del oponente y, con la fuerza de un mazo de trol, propina un certero golpe en el área dejándolo imposibilitado por un turno.
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
No había sabido nada de Joseph ese día, aunque sí había escuchado de los rumores acerca de Loreen Luttrell porque íbamos en la misma facultad. No sabía si creérmelos. En Durmstrang también había habido épocas negras de mortífagos y ataques aunque habían sido menos horribles que en Hogwarts según me contaban porque más de la mitad habían sido magos de sangre pura sin problemas o sin ganas de meterse en ellos. Había intentado pasar el día con tranquilidad, aunque podía notar que muchos estaban inquietos, sobretodo a la hora de la cena.
Cuando Joseph entró con cara de haber visto un muerto, me levanté un poco de mi asiento y lo seguí con la mirada, con los ojos muy abiertos. El aullido, como seguro le había pasado a muchos, me había provocado un escalofrío en toda la espina dorsal, pero al ver a Joseph salir de ahí sin dudarlo, me provocó un sentimiento de compañerismo que no pude sacar de mi sistema. Yo no era amigo de Angus pero lo había visto en el bar y me había servido buenas pintas y eso ya es mucho decir de alguien, tomando en cuenta que mi tiempo libre lo pasaba ahí metido cuando no salía de la universidad.
Caminé por la oscuridad de los terrenos, aunque había varios alumnos alrededor iluminando el camino. Eran gente que no se atrevía a ir hasta el lugar del aullido pero que de todos modos buscaban lugar privilegiado. Negué con la cabeza porque si de verdad había un licántropo suelto, ningún lugar era seguro excepto el interior de los edificios.
Grité el nombre de Joseph, pasé de largo a unas chicas y saqué la varita, aunque al final usarla no fue tan necesario, ¿por qué?. Al llegar al lugar de los hechos, al central, el licántropo ya estaba fuera de la gruta y aunque parecía primero que se sentía acorralado, con una bestia como esa no se podía estar seguro ni un poco de que muchos humanos reunidos lo fueran a amedrentar y resulta que mientras me acercaba, con el miedo carcomiendo mis entrañas, cerca de los Cleverley, la bestia decidió saltar.
Fue instintivo. Regina era amiga de Joseph y nos habíamos visto un par de veces en nuestras vidas, no muchas pero las suficientes como para sacarme el instinto protector (o el instinto estúpido, si lo quieren llamar así). Aguanté la respiración, no sabía que el chico que se intentaba interponer entre ella y la bestia era su hermano, pero aproveché la oportunidad para actuar yo también. Cuerpo a cuerpo, intenté cubrir a Regina con el mío y darle un violento jalón para hacerla a un lado del ataque. Ver a una chica en peligro nos podía a todos, ¿no?.
Cuando Joseph entró con cara de haber visto un muerto, me levanté un poco de mi asiento y lo seguí con la mirada, con los ojos muy abiertos. El aullido, como seguro le había pasado a muchos, me había provocado un escalofrío en toda la espina dorsal, pero al ver a Joseph salir de ahí sin dudarlo, me provocó un sentimiento de compañerismo que no pude sacar de mi sistema. Yo no era amigo de Angus pero lo había visto en el bar y me había servido buenas pintas y eso ya es mucho decir de alguien, tomando en cuenta que mi tiempo libre lo pasaba ahí metido cuando no salía de la universidad.
Caminé por la oscuridad de los terrenos, aunque había varios alumnos alrededor iluminando el camino. Eran gente que no se atrevía a ir hasta el lugar del aullido pero que de todos modos buscaban lugar privilegiado. Negué con la cabeza porque si de verdad había un licántropo suelto, ningún lugar era seguro excepto el interior de los edificios.
Grité el nombre de Joseph, pasé de largo a unas chicas y saqué la varita, aunque al final usarla no fue tan necesario, ¿por qué?. Al llegar al lugar de los hechos, al central, el licántropo ya estaba fuera de la gruta y aunque parecía primero que se sentía acorralado, con una bestia como esa no se podía estar seguro ni un poco de que muchos humanos reunidos lo fueran a amedrentar y resulta que mientras me acercaba, con el miedo carcomiendo mis entrañas, cerca de los Cleverley, la bestia decidió saltar.
Fue instintivo. Regina era amiga de Joseph y nos habíamos visto un par de veces en nuestras vidas, no muchas pero las suficientes como para sacarme el instinto protector (o el instinto estúpido, si lo quieren llamar así). Aguanté la respiración, no sabía que el chico que se intentaba interponer entre ella y la bestia era su hermano, pero aproveché la oportunidad para actuar yo también. Cuerpo a cuerpo, intenté cubrir a Regina con el mío y darle un violento jalón para hacerla a un lado del ataque. Ver a una chica en peligro nos podía a todos, ¿no?.
James Radan- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 10/10/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Sofie no le dio mayor importancia a la reacción de Regina pues imposible que se lo tomara como algo personal cuando más lógico era entender que la chica estaba tan alterada como ella. Negó con el rostro una y otra vez hacía las disculpas, mientras el ambiente se ponía denso de los nervios y no encontraba forma de mantenerse cuerda y pensando que atacar con los suyos los dedos de Adair que tenía entrelazados.
Apenas pudo musitar un ok cuando Adair llamaba al silencio, antes de que la bestia hiciera su aparición triunfal muy cerca de ellos. Quizá fue un instante, o su imaginación, pero Sofie sentía que los miraba directo a ellos, que entre el caos generalizado faltaba nada para que Angus saltara los metros de distancia y les pusiera el hocico sobre sus cabezas. Incluso se le ocurrió que esa bestia era capaz de tomarse un segundo para respirarles encima antes de tragárselos enteros.
Terminó aferrada a la espalda de Adair porque le obedecía y no había tiempo para discutir nada. Pero no se fue a ningún sito sino todo lo contrario. - Brackium Emendo – él hechizo que el profesor Holland le había inculcado sin saberlo, y ella había aceptado desconociendo el pasado de aquel tipo. Directo a la mandíbula de Angus. No estaba pensando en que podía lastimar al barman amigo de todos, tampoco en encarcelarlo como algunos pretendían, solo estaba guiada por el miedo de que los lastimara, y sin saberlo estaba buscando algo efectivo para terminar con aquella situación, que nadie aseguraba que los incarselos duraran los suficiente, así como tampoco que su hechizo se conjurase y su puntería fuera atinada.
Regina podía odiarla o no, pero Sofie la apreciaba muchísimo de todos modos, a cada uno de los que estaban allí, al menos de los que conocía, los apreciaba y ni loca iba a dejar que a nadie le pasara nada. Tampoco a Adair por muy hermoso que se viera en sus actos caballerosos lo iba a dejar solo. Quizá si hubiera sido una valiente gryffindor.
- -
Acción: ponerse tras Adair
Hechizo: Brackium Emendo a la mandíbula de Angus...
Apenas pudo musitar un ok cuando Adair llamaba al silencio, antes de que la bestia hiciera su aparición triunfal muy cerca de ellos. Quizá fue un instante, o su imaginación, pero Sofie sentía que los miraba directo a ellos, que entre el caos generalizado faltaba nada para que Angus saltara los metros de distancia y les pusiera el hocico sobre sus cabezas. Incluso se le ocurrió que esa bestia era capaz de tomarse un segundo para respirarles encima antes de tragárselos enteros.
Terminó aferrada a la espalda de Adair porque le obedecía y no había tiempo para discutir nada. Pero no se fue a ningún sito sino todo lo contrario. - Brackium Emendo – él hechizo que el profesor Holland le había inculcado sin saberlo, y ella había aceptado desconociendo el pasado de aquel tipo. Directo a la mandíbula de Angus. No estaba pensando en que podía lastimar al barman amigo de todos, tampoco en encarcelarlo como algunos pretendían, solo estaba guiada por el miedo de que los lastimara, y sin saberlo estaba buscando algo efectivo para terminar con aquella situación, que nadie aseguraba que los incarselos duraran los suficiente, así como tampoco que su hechizo se conjurase y su puntería fuera atinada.
Regina podía odiarla o no, pero Sofie la apreciaba muchísimo de todos modos, a cada uno de los que estaban allí, al menos de los que conocía, los apreciaba y ni loca iba a dejar que a nadie le pasara nada. Tampoco a Adair por muy hermoso que se viera en sus actos caballerosos lo iba a dejar solo. Quizá si hubiera sido una valiente gryffindor.
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Acción: ponerse tras Adair
Hechizo: Brackium Emendo a la mandíbula de Angus...
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Nunca se había considerado una persona que se acobardara fácilmente. Sus miedos de la infancia no contaban, mucho menos el payaso del que tomaba forma su boggart, pero es que esa puta película era material para pesadillas en su máxima expresión. Aún así, le parecía, nunca haber estado en presencia de nada tan escalofriante y atemorizador como lo era un hombre lobo. La única vez que había "visto" uno había sido en un libro, como una imagen móvil que alguien muy valiente - o tal vez muy idiota - había logrado capturar. Un licántropo de verdad, claro, no como esos que aparecían en el cine muggle y que cada vez daban más y más risa.
Se tensó por completo y apretó la varita entre su puño, mirando de reojo a Crawford. ¿Estaba seguro que ese era Angus? No sabía que tanto habría de verdad en todo lo que Loreen aseguraba secuestros y Mortifagos pero aquello no iba a terminar bien, de eso estaba seguro.
Sentía el corazón latiéndole desbocado y la frente perlada en algo de sudor frío. Por un segundo se había quedado paralizado, sobrecogido por eso que tenía frente a él, aunque aquel escalofriante trance le duró cosa de un segundo. Frunció el ceño. En cosa de un segundo Aldrich se les acercaba y además conjuraba un hechizo de protección contra ellos, que se agradecía, aunque no sabía que tanto resistiría si el lobo decidía embestirlos.
- ¿Alguna puta idea sobre qué hacer? - Espetó entre dientes a ambos chicos, pues todo el mundo daba la impresión de no tener muy en claro la mejor manera de hacer las cosas. Escuchaba algunas voces tras de ellos que hablaban sobre ir a buscar a los decanos, que le parecía, honestamente, de lo más absurdo que tuvieran que mandarles por ayuda, si era para que a estas alturas alguien hubiera tomado ya la iniciativa con eso e ido a buscar a quien fuera.
El lobo parecía haberse decidido por una presa. No sabía bien de quien se trataba pues casi todos los demás quedaban a espaldas de ellos tres. Tampoco se dio cuenta de que alguien pretendía empujar a Joseh. Tan solo reaccionó al momento en que el licántropo comenzó a moverse y aunque ya comenzaban a mover hechizos para inmovilizarlo no creía que eso fuera a bastar, no con aquellos colmillos y garras tan absurdamente grandes y peligrosos.
- ¡Locomotor Mortis! -Conjuró junto con Aldrich apuntando hacia las patas del licántropo, pensando que una de las cosas más críticas era el impedirle morder a nadie, ya no solo por aquello de transmitir la maldición, sino también por, bueno, impedir que se tragara a nadie de un bocado. Impedirle moverse y de ahí ya verían.
Se tensó por completo y apretó la varita entre su puño, mirando de reojo a Crawford. ¿Estaba seguro que ese era Angus? No sabía que tanto habría de verdad en todo lo que Loreen aseguraba secuestros y Mortifagos pero aquello no iba a terminar bien, de eso estaba seguro.
Sentía el corazón latiéndole desbocado y la frente perlada en algo de sudor frío. Por un segundo se había quedado paralizado, sobrecogido por eso que tenía frente a él, aunque aquel escalofriante trance le duró cosa de un segundo. Frunció el ceño. En cosa de un segundo Aldrich se les acercaba y además conjuraba un hechizo de protección contra ellos, que se agradecía, aunque no sabía que tanto resistiría si el lobo decidía embestirlos.
- ¿Alguna puta idea sobre qué hacer? - Espetó entre dientes a ambos chicos, pues todo el mundo daba la impresión de no tener muy en claro la mejor manera de hacer las cosas. Escuchaba algunas voces tras de ellos que hablaban sobre ir a buscar a los decanos, que le parecía, honestamente, de lo más absurdo que tuvieran que mandarles por ayuda, si era para que a estas alturas alguien hubiera tomado ya la iniciativa con eso e ido a buscar a quien fuera.
El lobo parecía haberse decidido por una presa. No sabía bien de quien se trataba pues casi todos los demás quedaban a espaldas de ellos tres. Tampoco se dio cuenta de que alguien pretendía empujar a Joseh. Tan solo reaccionó al momento en que el licántropo comenzó a moverse y aunque ya comenzaban a mover hechizos para inmovilizarlo no creía que eso fuera a bastar, no con aquellos colmillos y garras tan absurdamente grandes y peligrosos.
- ¡Locomotor Mortis! -Conjuró junto con Aldrich apuntando hacia las patas del licántropo, pensando que una de las cosas más críticas era el impedirle morder a nadie, ya no solo por aquello de transmitir la maldición, sino también por, bueno, impedir que se tragara a nadie de un bocado. Impedirle moverse y de ahí ya verían.
Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Caminé directo a la entrada de la puta gruta deseando que aquella cosa que estaba dentro no fuera de verdad Angus, probabilidad bastante lejana si se tomaban en cuenta todas las malditas coincidencias y tal. Antes de ese momento, me había sentido completamente exhausto, con tal vez más hambre que el propio Angus (tal vez… bueno no), y con muchas ganas de tirarme en mi jodida cama, pero ahora todo ese cansancio solo se resumía en una simple tensión mortal de todos mis sentidos, esperando que en cualquier momento el jodido perro gigante me saltara encima y bueno… adiós. Bien, eso no sucedió.
No me había percatado de la cantidad de gente que venía detrás, a lo mucho estaba consciente de que Luke estaba a mi lado y eso era todo; el punto es que yo esperaba caminar hacía el interior de las grutas para tener la buena o… pésima suerte de encontrarme con Finnerty, pero no fue sino él quien repentinamente salió de la gruta, con esos putos ojos encendidos de furia como lo que era ahora… un animal de cómo 300 kilos de peso sediento de sangre y sin un rastro de lo que en algún momento había sido Angus.
Es difícil, ¿saben?, es decir yo siempre había estado consciente de su condición como licántropo e incluso me había tocado presenciar cómo los adultos habían tenido que encerrarlo junto con su padre cuando se acercaba la luna llena. Pero mierda… tenerlo ahí, frente a ti, babeando y acechando… estaba a otro nivel joder, a un nivel que me sobrepasaba y que me dejó completamente congelado. Entonces me daría cuenta de la cantidad de gente que se encontraba ahí.
-Mierda mierda mierda Angus… vamos hombre, quieto… quieto…-
Ni quieto ni leches. Aquella bestia enorme había elegido su presa, y cuando mi mente se dio cuenta de ello simplemente entre en completo shock. No sé si grité el nombre de Angus, o sí fue el de Regina, o si simplemente lancé un puto grito… pero mis ojos estaban a punto de presenciar como una de las putas personas más importantes en mi vida era despedazada por otra igual de importante. ¿Cómo mierda… cómo mierda reaccionabas a eso?.
-INCARCERO-
Fue algo casi instantáneo, como un reflejo de mi brazo conjurar algo que otros también estaban conjurando. Si todos lográbamos atarlo entonces probablemente teníamos la posibilidad de detenerlo, y en ese mismo instante vi cómo Dan se interponía en el camino entre Angus y su pequeña hermana. Podrán decir que soy el mayor hijo de puta del mundo, pero si debo ser sincero, tengo que decir que en ese diminuto instante, desee con toda mi alma que fuera Dan en recibir la brutalidad de aquel hombre lobo.
No me había percatado de la cantidad de gente que venía detrás, a lo mucho estaba consciente de que Luke estaba a mi lado y eso era todo; el punto es que yo esperaba caminar hacía el interior de las grutas para tener la buena o… pésima suerte de encontrarme con Finnerty, pero no fue sino él quien repentinamente salió de la gruta, con esos putos ojos encendidos de furia como lo que era ahora… un animal de cómo 300 kilos de peso sediento de sangre y sin un rastro de lo que en algún momento había sido Angus.
Es difícil, ¿saben?, es decir yo siempre había estado consciente de su condición como licántropo e incluso me había tocado presenciar cómo los adultos habían tenido que encerrarlo junto con su padre cuando se acercaba la luna llena. Pero mierda… tenerlo ahí, frente a ti, babeando y acechando… estaba a otro nivel joder, a un nivel que me sobrepasaba y que me dejó completamente congelado. Entonces me daría cuenta de la cantidad de gente que se encontraba ahí.
-Mierda mierda mierda Angus… vamos hombre, quieto… quieto…-
Ni quieto ni leches. Aquella bestia enorme había elegido su presa, y cuando mi mente se dio cuenta de ello simplemente entre en completo shock. No sé si grité el nombre de Angus, o sí fue el de Regina, o si simplemente lancé un puto grito… pero mis ojos estaban a punto de presenciar como una de las putas personas más importantes en mi vida era despedazada por otra igual de importante. ¿Cómo mierda… cómo mierda reaccionabas a eso?.
-INCARCERO-
Fue algo casi instantáneo, como un reflejo de mi brazo conjurar algo que otros también estaban conjurando. Si todos lográbamos atarlo entonces probablemente teníamos la posibilidad de detenerlo, y en ese mismo instante vi cómo Dan se interponía en el camino entre Angus y su pequeña hermana. Podrán decir que soy el mayor hijo de puta del mundo, pero si debo ser sincero, tengo que decir que en ese diminuto instante, desee con toda mi alma que fuera Dan en recibir la brutalidad de aquel hombre lobo.
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Angus había salido, lo alcanzaba a ver desde la distancia, pero no lograba identificarlo por completo. Moría de miedo y podía sentir como Beauvis estaba asustado también pues apretaba su cuerpo de puffkein contra el propio, temblando como si estuviera enfrente del mismísimo licántropo. Tenían razón los otros, tenía que irse y sobretodo, tenía que avisar a algún decano. Consideró lo cerca que estaba del edificio donde estaba el consejo escolar, pero no lograba ni siquiera medir las distancias con claridad.
Moría de miedo porque, extrañamente, Luke, Aldrich y Joseph habían quedado juntos en el mismo espacio y de pronto se quedó como hipnotizada mirando hacia allá, esperando lo peor mientras Angus elegía a su presa, aturdido aparentemente al principio. Su respiración estaba agitadísima, los ojos abiertos como platos. Simplemente no podía moverse a pesar de que en su plan inicial hubiera estado echar a correr por un adulto competente. Quería ir hacia allá, sacar a Aldrich por el cuello, cualquier cosa, pero no hacía ni una ni otra.
Al final, cuando iba a jalar a Milou para que corrieran o lanzaran un patronus para algún decano –aunque dudaba poder conjurar algo decente en ese estado, ¿cómo iba a poder pensar en algo feliz?- su amiga apuntó, precisamente, hacia donde estaban Aldrich, Luke y Joseph. No sabía que apuntaba al último pero le pareció que tenía una pésima puntería si acaso intentaba detener a Angus –no podía pensar mal, ni villanías, nada- y que el hechizo solo crearía caos, que terminaría sacando a Luke por los aires, que terminaría dándole a Joe convirtiéndolo en alimento fácil para el licántropo.
-NO, NO ¿QUÉ HACES?.
Chilló, tan agudo y tan fuerte que no se reconoció a ella misma en ese tono de voz. Tenía a Beauvis sostenido con un brazo, el otro era el que tenía la varita pero no la hechizó, ni le lanzó nada grave, solo manoteó como loca la mano de Milou con la que estaba apuntando, para hacerla fallar, para desviar su hechizo hacia la nada, a un costado o hacia arriba. El miedo se incrementó de manera considerable. Solo de pensar que algo le pasara a ellos, por zarpazo de Angus, le provocaba náuseas vomitivas, tal cuál. Dejó que la jalara, pero estaba completamente en shock para ese punto.
Moría de miedo porque, extrañamente, Luke, Aldrich y Joseph habían quedado juntos en el mismo espacio y de pronto se quedó como hipnotizada mirando hacia allá, esperando lo peor mientras Angus elegía a su presa, aturdido aparentemente al principio. Su respiración estaba agitadísima, los ojos abiertos como platos. Simplemente no podía moverse a pesar de que en su plan inicial hubiera estado echar a correr por un adulto competente. Quería ir hacia allá, sacar a Aldrich por el cuello, cualquier cosa, pero no hacía ni una ni otra.
Al final, cuando iba a jalar a Milou para que corrieran o lanzaran un patronus para algún decano –aunque dudaba poder conjurar algo decente en ese estado, ¿cómo iba a poder pensar en algo feliz?- su amiga apuntó, precisamente, hacia donde estaban Aldrich, Luke y Joseph. No sabía que apuntaba al último pero le pareció que tenía una pésima puntería si acaso intentaba detener a Angus –no podía pensar mal, ni villanías, nada- y que el hechizo solo crearía caos, que terminaría sacando a Luke por los aires, que terminaría dándole a Joe convirtiéndolo en alimento fácil para el licántropo.
-NO, NO ¿QUÉ HACES?.
Chilló, tan agudo y tan fuerte que no se reconoció a ella misma en ese tono de voz. Tenía a Beauvis sostenido con un brazo, el otro era el que tenía la varita pero no la hechizó, ni le lanzó nada grave, solo manoteó como loca la mano de Milou con la que estaba apuntando, para hacerla fallar, para desviar su hechizo hacia la nada, a un costado o hacia arriba. El miedo se incrementó de manera considerable. Solo de pensar que algo le pasara a ellos, por zarpazo de Angus, le provocaba náuseas vomitivas, tal cuál. Dejó que la jalara, pero estaba completamente en shock para ese punto.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Cada vez llegaban más chicos aproximándose a la escena del crimen, si se podía llamar de alguna forma. Regina, quien se había acercado a él le había explicado que el motivo por la cual muchos estaban ahí reunidos curiosos, angustiados y demás exaltados era porque Angus Finnerty era el hombre lobo que estaba desatado por esos lares. Los aullidos le seguían helando la sangre y quien sabe por qué no hizo nada más que tragar saliva, puesto que ni le contestó a Regina, simplemente una mirada de temor empezó a apoderarse de él.
No hizo más, ni siquiera avanzó, puesto que llegaba a un punto en que no sabía que hacer. Miraba a ambos lados, simplemente algo estaba muy mal en todo esto, muy a pesar de los ánimos investigativos de muchos de los que se estaban concentrando. El hombre lobo si que se había ganado muy buenos compañeros que estaban dispuestos a arriesgar el pellejo por él, pero lógicamente analizando un poco más: grutas estrechas, muchas personas que bloquean el paso, un hombre lobo cerca de ellos, ya que esos aullidos no provenían de muy lejos... todo le estaba oliendo a una tragedia.
En eso, se había encontrado a Markus, que la verdad no le estaba prestando atención (realmente no le estaba prestando atención a nadie), ya hasta comenzando a arrepentirse por haberse unido al grupo de curiosos y por perseguir a Beatrice, hasta que algo que le dijo el futuro abogado hizo que regresara su atención al momento: su hermana. Cuando Markus la mencionó abrió muchísimo sus ojos, sentía que si se seguía exponiendo sería un acto sumamente egoísta para con sus hermanos y era muy cierto lo que decía el chico, perder uno o dos miembros no es algo que le agradaría a nadie, mucho menos a sus hermanos. Listo, estaba decidido, tenía que regresar, más que por cobardía era porque de verdad no toleraría ver a sus hermanos indefensos si de repente el hombre lobo se llegara a colar en los adentros de Brigantia y Martin podía ser de todo pero el papel de hermano mayor se lo tomaba muy en serio.
Sin embargo, no pudo tomar mayores acciones puesto que lo siguiente pasó demasiado rápido. Ya el hombre lobo se había adentrado y acercado lo suficiente como para atacar sin ningún pudor. Su acto reflejo fue levantar la varita, puesto que la proximidad de la "bestia"era bastante cercana a la de él y aparte ¡Tenía que defender a Regina!... todo eso en escasos nanosegundos.
- ¡Petrificus Totalus! - Conjuró lo más rápido que podía en dirección al hombre lobo, mientras se acercaba lo suficiente a ver si tenía oportunidad de sacar a Regina de ahí, aunque otro chico también se había puesto en acción.
No hizo más, ni siquiera avanzó, puesto que llegaba a un punto en que no sabía que hacer. Miraba a ambos lados, simplemente algo estaba muy mal en todo esto, muy a pesar de los ánimos investigativos de muchos de los que se estaban concentrando. El hombre lobo si que se había ganado muy buenos compañeros que estaban dispuestos a arriesgar el pellejo por él, pero lógicamente analizando un poco más: grutas estrechas, muchas personas que bloquean el paso, un hombre lobo cerca de ellos, ya que esos aullidos no provenían de muy lejos... todo le estaba oliendo a una tragedia.
En eso, se había encontrado a Markus, que la verdad no le estaba prestando atención (realmente no le estaba prestando atención a nadie), ya hasta comenzando a arrepentirse por haberse unido al grupo de curiosos y por perseguir a Beatrice, hasta que algo que le dijo el futuro abogado hizo que regresara su atención al momento: su hermana. Cuando Markus la mencionó abrió muchísimo sus ojos, sentía que si se seguía exponiendo sería un acto sumamente egoísta para con sus hermanos y era muy cierto lo que decía el chico, perder uno o dos miembros no es algo que le agradaría a nadie, mucho menos a sus hermanos. Listo, estaba decidido, tenía que regresar, más que por cobardía era porque de verdad no toleraría ver a sus hermanos indefensos si de repente el hombre lobo se llegara a colar en los adentros de Brigantia y Martin podía ser de todo pero el papel de hermano mayor se lo tomaba muy en serio.
Sin embargo, no pudo tomar mayores acciones puesto que lo siguiente pasó demasiado rápido. Ya el hombre lobo se había adentrado y acercado lo suficiente como para atacar sin ningún pudor. Su acto reflejo fue levantar la varita, puesto que la proximidad de la "bestia"era bastante cercana a la de él y aparte ¡Tenía que defender a Regina!... todo eso en escasos nanosegundos.
- ¡Petrificus Totalus! - Conjuró lo más rápido que podía en dirección al hombre lobo, mientras se acercaba lo suficiente a ver si tenía oportunidad de sacar a Regina de ahí, aunque otro chico también se había puesto en acción.
_
*Petrificus Totalus a Angus
*Acercarse a Regina si consigue apartarla en caso de que James falle
Martin Abadeer- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Angus no estaba tan hambriento como estaba asustado. Su agresividad provenía estrictamente de su terror y nada más. Siendo un licántropo que había pasado cada luna llena encerrado en un lugar seguro, con nadie más que otro licántropo de mayor tamaño para aleccionarlo e intimidarlo cuando era necesario, que le había dejado muchas cicatrices en el cuerpo, lo lógico era que al salir al mundo por primera vez se sintiera como un cachorro asustado, aunque su cuerpo y su instinto no actuara como el de una cría.
Olía tanto a carne que a la bestia le parecía imposible. Birdie siempre les dejaba muchos suplementos de carne cruda en el sótano donde los encerraba, grandes cantidades de res sangrante. Reconocía la diferencia entre un olor y otro. Este era fresco, combinado con una buena dosis del mismo miedo que él sentía que de algún modo era mucho más atractivo al olfato.
Su mirada no reconocía a nadie, ni a uno de sus mejores amigos en el rostro de Joseph Crawford, ni al hermano de la chica que más se merecía sus disculpas en esa vida. Mucho menos podía reconocer, y lo lamentaría de por vida, a la hermana de Bleeker, a quien silenciosamente y como un acuerdo de vida que no se decía, pero se mantenía, había jurado mantener. Bleeker no hacía mucho le había dicho que él era sus ojos en Brigantia, pero los ojos que miraban a Regina en ese momento no eran los mismos, eran los ojos de un animal que no pensaba, sin rastro de la persona que había prometido protegerla.
No era un cazador experto, se lanzó con garras y dientes. Se lanzó con un zarpazo, con el hocico abierto dispuesto a un mordisco, con un aullido desenfrenado contenido que no salió más que en forma de gruñido desesperado. No estaba consciente de eso en ese momento preciso pero su vida estaba definitivamente terminada en muchas formas.
Olía tanto a carne que a la bestia le parecía imposible. Birdie siempre les dejaba muchos suplementos de carne cruda en el sótano donde los encerraba, grandes cantidades de res sangrante. Reconocía la diferencia entre un olor y otro. Este era fresco, combinado con una buena dosis del mismo miedo que él sentía que de algún modo era mucho más atractivo al olfato.
Su mirada no reconocía a nadie, ni a uno de sus mejores amigos en el rostro de Joseph Crawford, ni al hermano de la chica que más se merecía sus disculpas en esa vida. Mucho menos podía reconocer, y lo lamentaría de por vida, a la hermana de Bleeker, a quien silenciosamente y como un acuerdo de vida que no se decía, pero se mantenía, había jurado mantener. Bleeker no hacía mucho le había dicho que él era sus ojos en Brigantia, pero los ojos que miraban a Regina en ese momento no eran los mismos, eran los ojos de un animal que no pensaba, sin rastro de la persona que había prometido protegerla.
No era un cazador experto, se lanzó con garras y dientes. Se lanzó con un zarpazo, con el hocico abierto dispuesto a un mordisco, con un aullido desenfrenado contenido que no salió más que en forma de gruñido desesperado. No estaba consciente de eso en ese momento preciso pero su vida estaba definitivamente terminada en muchas formas.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
El licántropo es terriblemente rápido. Sus garras se apresuraron hacia Regina con una rapidez pasmosa. Fue en un parpadeo que el cuerpo de James terminó cubriendo el de la chica mientras Dan, sin más, recibía el ataque del licántropo, quien en su arrebato hambriento y asustado, le abre al pocionista el estómago. La sangre comienza a corer a borbotones. El Segundo golpe de sus garras desgarró el pecho (-12 pvs), pero antes de proceder al ataque con sus fauces, comenzaron a caer los hechizos sobre él.
Loulou, Joseph y Adair son los primeros en conjurar. La que tiene el conjuro más certero de los tres es Loulou, quien en conjunto con Adair, logra contener la parte superior del cuerpo de Angus, Joseph amarra su hocico. Markus es el siguiente en atacar, su desmaius sale perfecto de la varita, pero rebota en el cuerpo mágico del lobo sin desmayarlo todavía.
Desde lejos, Milou decide que tiene ganas de atacar a Joseph, seguramente por su comportamiento grosero de antes. La francesa intenta conjurar y aunque Pearlie la manotea como loca para evitar que ocurra una catástrofe, el hechizo sale correctamente de la varita, más rápido que la reacción de Pearlie, y viaja directamente hasta Joseph, empujándolo unos metros más atrás de donde estaba antes (-2 pvs por la caída).
Aldrich y Luke conjuran un locomotor mortis que funciona bien. El primero en lograr conjurar es Luke, el licántropo siente el golpe del hechizo en los cuartos traseros, pero aunque el hechizo es potente, no surte el efecto deseado tal como ocurrió con Markus hasta que el conjuro de Aldrich potencializa el primero y el licántropo se mantiene con esas extremidades unidas. Todo eso, de ser posible, lo enfurece todavía más y comienza a removerse con toda su fuerza, las cuerdas y los hechizos no aguantarán demasiado.
Sofie intenta quitarle los huesos de la mandíbula al lobo para evitar más daños. Su hechizo sale correctamente de la varita también, pero rebota en las gruesas cuerdas mágicas que ahora contienen su hechizo y lo mismo sucede con el petrificus de Martin, quien a pesar de sus esfuerzos y de una buena conjuración, no logra hacer mella en Angus.
Mientras, dentro de la gruta, el más rápido en actuar es Michael Bonhomme. El elemento sorpresa a su favor lo lleva a impactar en Gianna, quien antes de cualquier reacción favorable, siente una fuerte descarga eléctrica que le provoca muchísimo dolor (-3 pvs, 2 turnos imposibilitada). El hechizo de Loreen llega tarde pero no por eso menos efectivo, el cuerpo de Michael es de pronto propiedad de la future medimaga quien provoca que el mortífago se golpee contra una de las paredes de la gruta, con fuerza, haciéndose daño en la espalda (-2 pvs, -4 en destreza) pero sin que el daño lo imposibilite totalmente.
Beatrice también logra conjurar su hechizo protector sobre sí misma. Y tiene que agradecer ser más rápida que Ayyûb, que conjura perfectamente el depulso, aunque este es repelido por Beatrice. Como daño colateral del efecto de su hechizo y del protego de Beatrice,el egipcio impacta en Loreen, alejándola un par de metros de Gianna y logrando que se de fuerte contra el suelo (-2 pvs).
ESTADÍSTICAS
Adair: 20 pvs
Parker: 19 pvs
Loulou 15 pvs
Aldrich 19 pvs
Pearle: 16 pvs
Sofie: 16 pvs
Markus: 19 pvs
Regina: 12 pvs
Martin : 16 pvs
Luke: 16 pvs
Joseph: 13 pvs
Beatrice: 15 pvs (un turno protegida)
Milou: 19 pvs
Gianna: 12 pvs (dos turnos doliente, imposibilitada)
Loreen: 13 pvs
Dan: 3 pvs
Angus: 27 pvs (por conversión) Un turno atado de hocico y cuartos delanteros. Un turno con los curators traseros pegados.
Ayyûb: 20 pvs
Michael: 18 pvs
LOS QUE NO TENGAN LINK A SU FICHA TENDRÁN TIRADAS CON DADO SIN BONIFICADORES. ¬¬
Loulou, Joseph y Adair son los primeros en conjurar. La que tiene el conjuro más certero de los tres es Loulou, quien en conjunto con Adair, logra contener la parte superior del cuerpo de Angus, Joseph amarra su hocico. Markus es el siguiente en atacar, su desmaius sale perfecto de la varita, pero rebota en el cuerpo mágico del lobo sin desmayarlo todavía.
Desde lejos, Milou decide que tiene ganas de atacar a Joseph, seguramente por su comportamiento grosero de antes. La francesa intenta conjurar y aunque Pearlie la manotea como loca para evitar que ocurra una catástrofe, el hechizo sale correctamente de la varita, más rápido que la reacción de Pearlie, y viaja directamente hasta Joseph, empujándolo unos metros más atrás de donde estaba antes (-2 pvs por la caída).
Aldrich y Luke conjuran un locomotor mortis que funciona bien. El primero en lograr conjurar es Luke, el licántropo siente el golpe del hechizo en los cuartos traseros, pero aunque el hechizo es potente, no surte el efecto deseado tal como ocurrió con Markus hasta que el conjuro de Aldrich potencializa el primero y el licántropo se mantiene con esas extremidades unidas. Todo eso, de ser posible, lo enfurece todavía más y comienza a removerse con toda su fuerza, las cuerdas y los hechizos no aguantarán demasiado.
Sofie intenta quitarle los huesos de la mandíbula al lobo para evitar más daños. Su hechizo sale correctamente de la varita también, pero rebota en las gruesas cuerdas mágicas que ahora contienen su hechizo y lo mismo sucede con el petrificus de Martin, quien a pesar de sus esfuerzos y de una buena conjuración, no logra hacer mella en Angus.
Mientras, dentro de la gruta, el más rápido en actuar es Michael Bonhomme. El elemento sorpresa a su favor lo lleva a impactar en Gianna, quien antes de cualquier reacción favorable, siente una fuerte descarga eléctrica que le provoca muchísimo dolor (-3 pvs, 2 turnos imposibilitada). El hechizo de Loreen llega tarde pero no por eso menos efectivo, el cuerpo de Michael es de pronto propiedad de la future medimaga quien provoca que el mortífago se golpee contra una de las paredes de la gruta, con fuerza, haciéndose daño en la espalda (-2 pvs, -4 en destreza) pero sin que el daño lo imposibilite totalmente.
Beatrice también logra conjurar su hechizo protector sobre sí misma. Y tiene que agradecer ser más rápida que Ayyûb, que conjura perfectamente el depulso, aunque este es repelido por Beatrice. Como daño colateral del efecto de su hechizo y del protego de Beatrice,el egipcio impacta en Loreen, alejándola un par de metros de Gianna y logrando que se de fuerte contra el suelo (-2 pvs).
ESTADÍSTICAS
Adair: 20 pvs
Parker: 19 pvs
Loulou 15 pvs
Aldrich 19 pvs
Pearle: 16 pvs
Sofie: 16 pvs
Markus: 19 pvs
Regina: 12 pvs
Martin : 16 pvs
Luke: 16 pvs
Joseph: 13 pvs
Beatrice: 15 pvs (un turno protegida)
Milou: 19 pvs
Gianna: 12 pvs (dos turnos doliente, imposibilitada)
Loreen: 13 pvs
Dan: 3 pvs
Angus: 27 pvs (por conversión) Un turno atado de hocico y cuartos delanteros. Un turno con los curators traseros pegados.
Ayyûb: 20 pvs
Michael: 18 pvs
LOS QUE NO TENGAN LINK A SU FICHA TENDRÁN TIRADAS CON DADO SIN BONIFICADORES. ¬¬
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Escuchó su nombre muchas veces y gritó por un ataque que no llegó. También escuchó gritos que no eran los suyos, gruñidos y las zarpas, el mismo sonido que hacían los perros de la calle al pelearse, el mismo ladrido espantoso de un lobo al atacar. Pero a cambio de eso, sintió unos brazos que la rodeaban y protegían.
Abrió los ojos y no entendió muy bien por qué seguía viva. Respiró el aroma de James y levantó la mirada para encontrarse con la suya. ¿Qué había pasado? No tardó mucho en comprenderlo. No reconoció en él al amigo de Clayton, pero la había salvado con su cuerpo sin importarle lo que Angus pudiese hacerle y entonces supo que siempre le iba a estar muy agradecida.
También vio al novio de Leslie cerca de ella, pero lo que le desgarró el alma fue la horrible visión de su hermano en el suelo. Se aferró por un momento del brazo de James por que sentía que iba a desvanecerse ahí mismo, por que su cuerpo parecía no querer reaccionar. También por que eso no parecía real, por que sentía que si parpadeaba todo volvería a tornarse nítido y Dan estaría de pie varita en mano.
Mi hermano, mi hermano, mi hermano, mi hermano. ¡DANIEL! ¡DANIEL! ¡SUELTAME!-chilló, deshaciéndose del abrazo de James, empujándolo como una loca completamente horrorizada cuando se dio cuenta de que no iba a levantarse. Corrió hacia él y no se dio cuenta de que Angus estaba más o menos inmóvil ni que alguien había golpeado con un hechizo a Clayton. Para Regina ya solo estaba Daniel.
Se dejó caer a su lado y no supo bien que hacer con las manos, le parecieron torpes. No sabía donde tocarlo y solo veía como la sangre salía de su cuello a borbotones y del pecho. Quería abrazarlo y quería acunarlo fuertemente entre sus brazos para protegerlo como si así evitara que se fuera, como si así pudiera sanar todas sus heridas.
Episkey –lo apuntó en el cuello. No sabía si ese hechizo era solo para narices rotas que no dejaban de sangrar, pero Regina no conocía ningún otro. Tampoco se dio tiempo para adivinar si le había dado resultado o no y puso su mano fuertemente sobre la herida para evitar que saliera más sangre.
¿Por qué no eres un hermano normal?
Le sonrió y quiso reclamarle como siempre hacía cuando Dan se enojaba y golpeaba en la cara a quien la estuviera molestando, como la vez que en un juego alguien le había dado en la cara con una bludger o como cuando tuvo su primer beso y él lo arruinó; Regina solía gritarle lo mismo enojadísima por que odiaba cuando le daban sus aires de hermano sobreprotector, pero cuando lo intentó la voz se le cortó y no pudo fingir ni un ápice de enojo.
Bleeker siempre había sido el hermano grande, el hombre de la casa y el que se hacía cargo de ellos por que su papá tenía que irse de misiones. Él que los ponía en orden. Dan no. Dan era con el que jugaba, el que la hacía renegar, el que se comía sus pasteles de lodo y luego se los arrojaba a la cara, el que se peleaba con ella y en la noche le contaba un cuento para dormir, el que le enseñó a jugar quidditch, el que le robaba sus domingos para comprarle dulces a ambos, el que se iba a su cama por que tenía miedo en la noche, el que a escondidas le daba cerveza, el que le pasaba la tarea…
De chiquitos solía decirle que solo las niñas tontas lloraban y para reforzar sus palabras dejaba de jugar con ella cuando lo hacía. Por él Regina era así. Hacía muchísimo tiempo que no lloraba, ni siquiera cuando su relación con Luke terminó, pero en ese momento no se sintió tan valiente, ni tan fuerte. Sí, se sentía como una niñita tonta y tenía miedo. Tenía mucho miedo. Y aunque quería mantenerse entera frente a Dan, que la viera como cuando se le quedaba mirando fijamente cuando dormía, las lágrimas la delataron y comenzaron a mojar sus mejillas intempestivamente.
No quería llorar por que sentía que si lo hacía era por que estaba admitiendo que iba a perderlo para siempre y tampoco podía evitar pensar que lo último que se habían dicho era sobre cómo llevarse la ropa sucia a casa.
¡Ayudenme! –gritó hacia todos y hacia nadie en concreto. ¿Qué no había estudiantes de medimagia en el comedor? ¿Por qué no venían?-. AYUDENME, AYUDENME.
Abrió los ojos y no entendió muy bien por qué seguía viva. Respiró el aroma de James y levantó la mirada para encontrarse con la suya. ¿Qué había pasado? No tardó mucho en comprenderlo. No reconoció en él al amigo de Clayton, pero la había salvado con su cuerpo sin importarle lo que Angus pudiese hacerle y entonces supo que siempre le iba a estar muy agradecida.
También vio al novio de Leslie cerca de ella, pero lo que le desgarró el alma fue la horrible visión de su hermano en el suelo. Se aferró por un momento del brazo de James por que sentía que iba a desvanecerse ahí mismo, por que su cuerpo parecía no querer reaccionar. También por que eso no parecía real, por que sentía que si parpadeaba todo volvería a tornarse nítido y Dan estaría de pie varita en mano.
Mi hermano, mi hermano, mi hermano, mi hermano. ¡DANIEL! ¡DANIEL! ¡SUELTAME!-chilló, deshaciéndose del abrazo de James, empujándolo como una loca completamente horrorizada cuando se dio cuenta de que no iba a levantarse. Corrió hacia él y no se dio cuenta de que Angus estaba más o menos inmóvil ni que alguien había golpeado con un hechizo a Clayton. Para Regina ya solo estaba Daniel.
Se dejó caer a su lado y no supo bien que hacer con las manos, le parecieron torpes. No sabía donde tocarlo y solo veía como la sangre salía de su cuello a borbotones y del pecho. Quería abrazarlo y quería acunarlo fuertemente entre sus brazos para protegerlo como si así evitara que se fuera, como si así pudiera sanar todas sus heridas.
Episkey –lo apuntó en el cuello. No sabía si ese hechizo era solo para narices rotas que no dejaban de sangrar, pero Regina no conocía ningún otro. Tampoco se dio tiempo para adivinar si le había dado resultado o no y puso su mano fuertemente sobre la herida para evitar que saliera más sangre.
¿Por qué no eres un hermano normal?
Le sonrió y quiso reclamarle como siempre hacía cuando Dan se enojaba y golpeaba en la cara a quien la estuviera molestando, como la vez que en un juego alguien le había dado en la cara con una bludger o como cuando tuvo su primer beso y él lo arruinó; Regina solía gritarle lo mismo enojadísima por que odiaba cuando le daban sus aires de hermano sobreprotector, pero cuando lo intentó la voz se le cortó y no pudo fingir ni un ápice de enojo.
Bleeker siempre había sido el hermano grande, el hombre de la casa y el que se hacía cargo de ellos por que su papá tenía que irse de misiones. Él que los ponía en orden. Dan no. Dan era con el que jugaba, el que la hacía renegar, el que se comía sus pasteles de lodo y luego se los arrojaba a la cara, el que se peleaba con ella y en la noche le contaba un cuento para dormir, el que le enseñó a jugar quidditch, el que le robaba sus domingos para comprarle dulces a ambos, el que se iba a su cama por que tenía miedo en la noche, el que a escondidas le daba cerveza, el que le pasaba la tarea…
De chiquitos solía decirle que solo las niñas tontas lloraban y para reforzar sus palabras dejaba de jugar con ella cuando lo hacía. Por él Regina era así. Hacía muchísimo tiempo que no lloraba, ni siquiera cuando su relación con Luke terminó, pero en ese momento no se sintió tan valiente, ni tan fuerte. Sí, se sentía como una niñita tonta y tenía miedo. Tenía mucho miedo. Y aunque quería mantenerse entera frente a Dan, que la viera como cuando se le quedaba mirando fijamente cuando dormía, las lágrimas la delataron y comenzaron a mojar sus mejillas intempestivamente.
No quería llorar por que sentía que si lo hacía era por que estaba admitiendo que iba a perderlo para siempre y tampoco podía evitar pensar que lo último que se habían dicho era sobre cómo llevarse la ropa sucia a casa.
¡Ayudenme! –gritó hacia todos y hacia nadie en concreto. ¿Qué no había estudiantes de medimagia en el comedor? ¿Por qué no venían?-. AYUDENME, AYUDENME.
Regina Cleverley- Mensajes : 243
Fecha de inscripción : 17/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Había sido durante el transcurso de ese mismo día en el que Suberland, junto con los otros decanos, se enteraría de la extraña desaparición de Angus Finnerty apenas durante la noche anterior. Antes de dar aviso tanto al Ministerio de Seguridad Mágica como al propio Departamento de Aurores, el decanato en conjunto, había decidido darle un voto de confianza a Finnerty a pesar de las disparatadas declaraciones de una alcoholizada Loreen Luttrell, tomando en cuenta que muy probablemente el licántropo había decidido resguardarse a sabiendas de la eventual noche de luna llena. De cualquier forma, Angellous se encargaría de darle un vistazo a todo el asunto, de hacer una búsqueda exhaustiva por todo el campus e intentar tener contacto con las personas cercanas a Finnerty que comúnmente se encargaban de mantener su licantropía bajo control.
Sin embargo y a pesar de tener ya tomadas las decisiones, Suberland no podía evitar sentirse inquieto por las propias declaraciones de Luttrell, que alcoholizada o no, había logrado describir casi al pie de la letra sucesos que solo habrían podido ocurrir años atrás durante las épocas de terror de Voldemort o el ascenso al poder de Carlisle Mott. No era secreto para nadie que los magos oscuros seguían a las sombras con exactamente las mismas causas que los habían movilizado durante siglos, esperando a que uno de los suyos obtuviera el suficiente poder como para tomar de nuevo las riendas de “la causa” y comenzar de nuevo ese ciclo que con todo y la última victoria parecía imposible de erradicar en la mente de la sociedad mágica. Cierto que secuestrar a un licántropo dentro de la propia Brigantia sonaba demasiado precipitado incluso para los magos oscuros en la actualidad, demasiado arriesgado; sin embargo por experiencia personal, el actual profesor de Artes Oscuras prefería mantener discreción absolutamente en todo.
Se encontraba dentro de su despacho personal, preparando la próxima clase de Artes Oscuras que tendría lugar al día siguiente en el aula correspondiente, entonces una serie de aullidos tan potentes como para ser escuchados prácticamente en todo el campus, le hizo ponerse de pie en medio segundo y sentir la reacción de sus nervios actuar por todo su cuerpo, como seguramente les había sucedido a muchos otros en todo Brigantia. Bastaba con atar ciertos cabos para que sus mayores temores se dispararan en el acto, y salió de inmediato del despacho empuñando la varita para dirigirse a donde según su sentido del oído, había sido la fuente de los aterradores sonidos. Durante su camino se encontraría primero con Immëndorff y posteriormente con McCreary, quienes por supuesto también habían sido alertados por los aullidos de lo que sin lugar a dudas, era un licántropo dentro de las instalaciones de Brigantia.
Cuando estaban a punto de llegar al comedor, se encontraron con dos estudiates: Pearlie Burroughs y Milou Leloup, quienes les confirmarían la ubicación de la bestia que por alguna razón, había aparecido dentro de las grutas de la propia Universidad. Los decanos ingresaron al lugar y se encontraron con aquel caos infernal desatado por la furia del licántropo, y con la sangre de un estudiante brutalmente derramaba sobre el piso del recinto. No había tiempo de nada, y a pesar de que varios estudiantes habían logrado contener al peligroso Angus Finnerty, aquellas cuerdas no parecían poder soportar demasiado tiempo la increíble fuerza del licántropo.
-RETROCEDAN, NIGRUM CUSTODIA-
Una ráfaga de sombras salió disparada de la varita del decano Suberland y envolvieron en conjunto a un enfurecido Finnerty, que seguía luchando por liberarse de las ataduras que de momento lo incapacitaban para seguir con su matanza. Angellous mantuvo la varita apuntando hacia la esfera de sombras que ahora envolvían a Finnerty, y así debía ser si no quería que en cualquier momento, la propia fuerza del licántropo fuera tan incontrolable que incluso aquella prisión mágica no fuera capaz de retenerlo más allá de algunos minutos. La mente de Suberland se mantenía en concentración para mantener el hechizo, sin embargo no podía evitar sentir que en medio de todo ese caos, el relato de Loreen Luttrell cobraba cierto significado no muy agradable. Significaría, entonces, que los magos oscuros comenzaban a recobrar sus fuerzas… otra vez.
Sin embargo y a pesar de tener ya tomadas las decisiones, Suberland no podía evitar sentirse inquieto por las propias declaraciones de Luttrell, que alcoholizada o no, había logrado describir casi al pie de la letra sucesos que solo habrían podido ocurrir años atrás durante las épocas de terror de Voldemort o el ascenso al poder de Carlisle Mott. No era secreto para nadie que los magos oscuros seguían a las sombras con exactamente las mismas causas que los habían movilizado durante siglos, esperando a que uno de los suyos obtuviera el suficiente poder como para tomar de nuevo las riendas de “la causa” y comenzar de nuevo ese ciclo que con todo y la última victoria parecía imposible de erradicar en la mente de la sociedad mágica. Cierto que secuestrar a un licántropo dentro de la propia Brigantia sonaba demasiado precipitado incluso para los magos oscuros en la actualidad, demasiado arriesgado; sin embargo por experiencia personal, el actual profesor de Artes Oscuras prefería mantener discreción absolutamente en todo.
Se encontraba dentro de su despacho personal, preparando la próxima clase de Artes Oscuras que tendría lugar al día siguiente en el aula correspondiente, entonces una serie de aullidos tan potentes como para ser escuchados prácticamente en todo el campus, le hizo ponerse de pie en medio segundo y sentir la reacción de sus nervios actuar por todo su cuerpo, como seguramente les había sucedido a muchos otros en todo Brigantia. Bastaba con atar ciertos cabos para que sus mayores temores se dispararan en el acto, y salió de inmediato del despacho empuñando la varita para dirigirse a donde según su sentido del oído, había sido la fuente de los aterradores sonidos. Durante su camino se encontraría primero con Immëndorff y posteriormente con McCreary, quienes por supuesto también habían sido alertados por los aullidos de lo que sin lugar a dudas, era un licántropo dentro de las instalaciones de Brigantia.
Cuando estaban a punto de llegar al comedor, se encontraron con dos estudiates: Pearlie Burroughs y Milou Leloup, quienes les confirmarían la ubicación de la bestia que por alguna razón, había aparecido dentro de las grutas de la propia Universidad. Los decanos ingresaron al lugar y se encontraron con aquel caos infernal desatado por la furia del licántropo, y con la sangre de un estudiante brutalmente derramaba sobre el piso del recinto. No había tiempo de nada, y a pesar de que varios estudiantes habían logrado contener al peligroso Angus Finnerty, aquellas cuerdas no parecían poder soportar demasiado tiempo la increíble fuerza del licántropo.
-RETROCEDAN, NIGRUM CUSTODIA-
Una ráfaga de sombras salió disparada de la varita del decano Suberland y envolvieron en conjunto a un enfurecido Finnerty, que seguía luchando por liberarse de las ataduras que de momento lo incapacitaban para seguir con su matanza. Angellous mantuvo la varita apuntando hacia la esfera de sombras que ahora envolvían a Finnerty, y así debía ser si no quería que en cualquier momento, la propia fuerza del licántropo fuera tan incontrolable que incluso aquella prisión mágica no fuera capaz de retenerlo más allá de algunos minutos. La mente de Suberland se mantenía en concentración para mantener el hechizo, sin embargo no podía evitar sentir que en medio de todo ese caos, el relato de Loreen Luttrell cobraba cierto significado no muy agradable. Significaría, entonces, que los magos oscuros comenzaban a recobrar sus fuerzas… otra vez.
Angellous Suberland- Mensajes : 4
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Por supuesto que mi hechizo no había funcionado. Sentía que no tenía ni siquiera oportunidad en contra del enmascarado que me había apuntado desde el momento en que había escuchado sus pasos y pronunciar ese hechizo que ahora comenzaría a sentir en mi cuerpo.
Grité, grité lo más fuerte que pude. Un grito que me desgarró la garganta al momento de sentir la gran descarga eléctrica recorrerme el cuerpo entero. Como si alguna vez me hubiese caído un rayo, suponía que así se sentiría, o si alguna vez me hubiesen electrocutado. Se sentía horrible.
Miré al mortífago que me había apuntado volar por los aires gracias al certero hechizo de Loreen pero lamentablemente vi a Loreen también salir volando quien sabía a donde. No podía moverme, estaba segura de ello, porque con tan solo intentar afianzar aún más la varita, sentía como si me rompiera. ¿Se sentiría así la maldición Cruciatus? ¿Mi hermano y mis padres habrán sentido algo parecido cada vez que alguna maldición de esas les había impactado? No sabía qué tanto dolor provocaría ni como se sentiría pero estaba segura que podría asemejarse a algo por el estilo.
Sentí como comenzaba a llorar. Del dolor y quizás de la impotencia de no poder hacer nada y quedar a merced de ese par de malditos a los que no les importaba atacarnos por la espalda. Claro que no les importaba. No tenían educación. O quizás si, pero se comportaban como animales. No sabía qué prefería: Estar combatiendo al licántropo o quedarme sufriendo ese dolor tan terrible. Ninguna de las dos eran opciones favorables. Por supuesto que no.
Quisiera gritarles que se iban a arrepentir una vez que mi padre, mi hermano y más importante, mi madre se enteraran de ello. Mamá los cazaría hasta dar con ellos, hasta encontrar el creador del hechizo que había impactado en mi cuerpo. Estaba completamente segura de ello. Y no solamente sería mi madre. Que eso lo tuvieran por seguro. Los miré con odio. Beatrice era la única que podía hacer algo decente. Era la única en pie.
“¡Desmáyalo, anda! ¡Hazlo!” quise gritarlo pero solamente lo pensé pues de mi boca no podía salir palabra alguna. Solamente escuchaba el chirrido de mis dientes chocar unos con los otros. Los aullidos de Angus a lo lejos, los gritos, la sensación de desasosiego que sentía era cada vez más terrible y no sabía si saldríamos vivas de ahí.
Y fue en ese momento en que sentí otra punzada de dolor y comencé a gritar nuevamente. Quizás porque mi sentido de supervivencia me decía que lo hiciera. Que gritara tan fuerte como pudiera aunque desgarrara mi garganta para que alguien me escuchara. Alguien tenía que escucharme, por favor, que llegara alguien a ayudarnos.
---------------
Acción: retorcerme de dolor y gritar y gritar =P
Grité, grité lo más fuerte que pude. Un grito que me desgarró la garganta al momento de sentir la gran descarga eléctrica recorrerme el cuerpo entero. Como si alguna vez me hubiese caído un rayo, suponía que así se sentiría, o si alguna vez me hubiesen electrocutado. Se sentía horrible.
Miré al mortífago que me había apuntado volar por los aires gracias al certero hechizo de Loreen pero lamentablemente vi a Loreen también salir volando quien sabía a donde. No podía moverme, estaba segura de ello, porque con tan solo intentar afianzar aún más la varita, sentía como si me rompiera. ¿Se sentiría así la maldición Cruciatus? ¿Mi hermano y mis padres habrán sentido algo parecido cada vez que alguna maldición de esas les había impactado? No sabía qué tanto dolor provocaría ni como se sentiría pero estaba segura que podría asemejarse a algo por el estilo.
Sentí como comenzaba a llorar. Del dolor y quizás de la impotencia de no poder hacer nada y quedar a merced de ese par de malditos a los que no les importaba atacarnos por la espalda. Claro que no les importaba. No tenían educación. O quizás si, pero se comportaban como animales. No sabía qué prefería: Estar combatiendo al licántropo o quedarme sufriendo ese dolor tan terrible. Ninguna de las dos eran opciones favorables. Por supuesto que no.
Quisiera gritarles que se iban a arrepentir una vez que mi padre, mi hermano y más importante, mi madre se enteraran de ello. Mamá los cazaría hasta dar con ellos, hasta encontrar el creador del hechizo que había impactado en mi cuerpo. Estaba completamente segura de ello. Y no solamente sería mi madre. Que eso lo tuvieran por seguro. Los miré con odio. Beatrice era la única que podía hacer algo decente. Era la única en pie.
“¡Desmáyalo, anda! ¡Hazlo!” quise gritarlo pero solamente lo pensé pues de mi boca no podía salir palabra alguna. Solamente escuchaba el chirrido de mis dientes chocar unos con los otros. Los aullidos de Angus a lo lejos, los gritos, la sensación de desasosiego que sentía era cada vez más terrible y no sabía si saldríamos vivas de ahí.
Y fue en ese momento en que sentí otra punzada de dolor y comencé a gritar nuevamente. Quizás porque mi sentido de supervivencia me decía que lo hiciera. Que gritara tan fuerte como pudiera aunque desgarrara mi garganta para que alguien me escuchara. Alguien tenía que escucharme, por favor, que llegara alguien a ayudarnos.
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Acción: retorcerme de dolor y gritar y gritar =P
Gianna Vercelli- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Estaba inquieta, no podía negarlo. Los relatos de Loreen habían sido alarmantes pero al mismo tiempo sentía que habían sido algo disparatados. Al final, había llegado apestando a alcohol. Pero, ¿y si no lo eran? Era por eso que Julia estaba tan alterada. La idea de Immëndorff de no ir directamente al Ministerio le había parecido un poco extraña por no decir mala. Nunca entendía de qué lado estaba el Decano y sentía que jamás iba a hacerlo. Además, sumar el hecho de que ella expresamente había sido de las personas más a favor de darle una plaza en el bar a Finnerty.
Lamentablemente, Julia no tenía ni idea de lo que pasaría después, que alguien secuestraría al joven licántropo y lo dejaría suelto por los terrenos de Brigantia. Al no saber de Finnerty, juraba que había ido a casa, como cada luna llena lo hacía. Pero esta vez no había sido así. Angus verdaderamente había desaparecido. Y las consecuencias de ello podrían ser muy, muy graves.
Había estado en su despacho preparando la clase de Medimagia del día siguiente y había estado tan absorta que las horas se le habían pasado. Ni siquiera recordaba haber ido a comer. Fue cuando escuchó los aullidos que la hicieron reaccionar de su ensimismamiento. Dejó los papeles desordenados y tomó la varita. Ni siquiera se llevó la túnica porque quizás terminaría estorbándole fuera cual fuera el caso. Esos aullidos eran inconfundibles. No había duda que había un licántropo suelto dentro de las instalaciones.
Se encontró con Immëndorff y con Suberland en el pasillo y los tres fueron hacia donde provenían los aullidos, aparentemente de las grutas. Caminaron –al menos Julia- con paso rápido pues comenzaba a sentir que algo malo había pasado y lo peor fue darse cuenta de que si, en verdad estaba pasando y que en verdad había un licántropo suelto y que además de todo, había alumnos que se habían presentado como presas voluntarias al animal que seguramente estaría hambriento pues quien fuera que se lo hubiera llevado, no le habría dado de comer como si fuera un invitado especial en casa.
-¡Abran paso! ¡Muévanse!
Dijo una sola vez, con voz autoritaria mientras se abría paso entre los estudiantes asustados. Olía la sangre. Era lo que tantos años como sanadora le habían dejado. No importaba que estuviera combinada con el moho, agua y tierra de las grutas, de los terrenos. El olor que dejaba la sangre a su paso era inconfundible.
Al llegar en donde estaba Dan, tuvo miedo al encontrarse con el rostro del licántropo, ya contenido por la jaula de Suberland, justo frente a ella. Temió, por un segundo, que el Decano perdiera la concentración por tan solo un segundo y no pudiera contener más al animal y que saltara contra ellos otra vez.
Observó la escena. Era terrible. No se había equivocado: había sangre por todos lados, por las paredes, por el suelo, por las rocas, en la ropa de sus compañeros, en las manos de Regina. Incluso, temía que su vista no la estuviera engañando, logró ver parte de los órganos internos de Dan Cleverly. Tenía que moverse rápido antes de que las heridas se contaminaran a pesar de saber ya el diagnóstico para el muchacho. Sin embargo, no iba a quedarse sin agotar hasta el último recurso para intentar salvarlo.
Llegó al lado de Regina, y le retiró la mano con delicadeza. Mirándola y al mismo tiempo mirando el cuerpo maltrecho de su hermano. La sangre comenzó a correr nuevamente a borbotones. Puso su mano para cubrir la herida nuevamente, ejerciendo la mayor presión posible en donde estaba manando su líquido vital. Miró la herida del estómago. Eso no se veía para nada bien. Jamás había visto tan de cerca una herida por licántropo y eso era en definitiva lo último que hubiera querido ver en su carrera como sanadora.
-Yo me encargo.
Se llevó la mano libre al pantalón y de uno de sus bolsillos sacó un frasquito de esencia de díctamo que, con ayuda del gotero, esparció unas cuantas gotas a lo largo de la herida del cuello y mientras el humo verde brotaba de la herida, la misma comenzó a cicatrizar, como si ya tuviera varios días de vida.
-Llévensela de aquí. ¡Andando!-No permitiría que viera como le acomodaba el cuerpo a su hermano. Miró a quien estaba más cerca de ella –James- y le hizo un gesto con el rostro de que la separara de ahí aunque llorara, pataleara e hiciera berrinche y medio. Por supuesto no querría irse de ahí, era su hermano, por toda la magia, y podría morir –según lo que podía deducir Julia- por interponerse entre el licántropo y su presa.
No tenía tiempo de limpiarle los intestinos, no podía darse el lujo de perder más tiempo. Miró a todos los que estaban presentes y no logró ubicar ningún alumno de medimagia. Tendría que hacerlo sola si quería que quedara bien. O al menos medianamente bien. Respiró hondo y tomó con cuidado parte de los intestinos que estaban fuera de su lugar y comenzó a acomodarlos de forma brusca, abriéndose espacio entre los pliegues de la piel que Angus había abierto. Poco a poco fue acomodando los órganos que habían sido heridos, llenándose las manos de sangre hasta los antebrazos. No importaba nada en ese momento más que Daniel. Quisiera que todos los demás desaparecieran y la dejaran sola. Que Suberland se llevara al licántropo y poder salvar la vida del muchacho que tenía en sus manos. Si el muchacho sobrevivía, tendría que llevarlo al hospital y realizarle una cirugía de emergencia para limpiar las heridas y los órganos. De verdad esperaba que sobreviviera.
-Suturis-apuntó y conjuró sobre el abdomen abierto de Dan mientras intentaba mantenerlo cerrado con la otra mano. Lentamente, pequeñas suturas color negro fueron apareciendo a lo largo de la herida, cerrándola finalmente. Necesitaban irse lo más pronto posible. Todos los alumnos tenían que salir de ahí antes de correr el riesgo de que la jaula de Suberland se disipara y dejara libre al licántropo, quizás ahora más molesto y hambriento que nunca. Tenían que contenerlo pero quizás toda la gente fuera una imposibilidad para ello: mientras más presas hubiera, mayor la impotencia, mayor el enojo por sus captores. Mayor ferocidad y por ende, mayor peligro para todos los que estaban ahí.
Lamentablemente, Julia no tenía ni idea de lo que pasaría después, que alguien secuestraría al joven licántropo y lo dejaría suelto por los terrenos de Brigantia. Al no saber de Finnerty, juraba que había ido a casa, como cada luna llena lo hacía. Pero esta vez no había sido así. Angus verdaderamente había desaparecido. Y las consecuencias de ello podrían ser muy, muy graves.
Había estado en su despacho preparando la clase de Medimagia del día siguiente y había estado tan absorta que las horas se le habían pasado. Ni siquiera recordaba haber ido a comer. Fue cuando escuchó los aullidos que la hicieron reaccionar de su ensimismamiento. Dejó los papeles desordenados y tomó la varita. Ni siquiera se llevó la túnica porque quizás terminaría estorbándole fuera cual fuera el caso. Esos aullidos eran inconfundibles. No había duda que había un licántropo suelto dentro de las instalaciones.
Se encontró con Immëndorff y con Suberland en el pasillo y los tres fueron hacia donde provenían los aullidos, aparentemente de las grutas. Caminaron –al menos Julia- con paso rápido pues comenzaba a sentir que algo malo había pasado y lo peor fue darse cuenta de que si, en verdad estaba pasando y que en verdad había un licántropo suelto y que además de todo, había alumnos que se habían presentado como presas voluntarias al animal que seguramente estaría hambriento pues quien fuera que se lo hubiera llevado, no le habría dado de comer como si fuera un invitado especial en casa.
-¡Abran paso! ¡Muévanse!
Dijo una sola vez, con voz autoritaria mientras se abría paso entre los estudiantes asustados. Olía la sangre. Era lo que tantos años como sanadora le habían dejado. No importaba que estuviera combinada con el moho, agua y tierra de las grutas, de los terrenos. El olor que dejaba la sangre a su paso era inconfundible.
Al llegar en donde estaba Dan, tuvo miedo al encontrarse con el rostro del licántropo, ya contenido por la jaula de Suberland, justo frente a ella. Temió, por un segundo, que el Decano perdiera la concentración por tan solo un segundo y no pudiera contener más al animal y que saltara contra ellos otra vez.
Observó la escena. Era terrible. No se había equivocado: había sangre por todos lados, por las paredes, por el suelo, por las rocas, en la ropa de sus compañeros, en las manos de Regina. Incluso, temía que su vista no la estuviera engañando, logró ver parte de los órganos internos de Dan Cleverly. Tenía que moverse rápido antes de que las heridas se contaminaran a pesar de saber ya el diagnóstico para el muchacho. Sin embargo, no iba a quedarse sin agotar hasta el último recurso para intentar salvarlo.
Llegó al lado de Regina, y le retiró la mano con delicadeza. Mirándola y al mismo tiempo mirando el cuerpo maltrecho de su hermano. La sangre comenzó a correr nuevamente a borbotones. Puso su mano para cubrir la herida nuevamente, ejerciendo la mayor presión posible en donde estaba manando su líquido vital. Miró la herida del estómago. Eso no se veía para nada bien. Jamás había visto tan de cerca una herida por licántropo y eso era en definitiva lo último que hubiera querido ver en su carrera como sanadora.
-Yo me encargo.
Se llevó la mano libre al pantalón y de uno de sus bolsillos sacó un frasquito de esencia de díctamo que, con ayuda del gotero, esparció unas cuantas gotas a lo largo de la herida del cuello y mientras el humo verde brotaba de la herida, la misma comenzó a cicatrizar, como si ya tuviera varios días de vida.
-Llévensela de aquí. ¡Andando!-No permitiría que viera como le acomodaba el cuerpo a su hermano. Miró a quien estaba más cerca de ella –James- y le hizo un gesto con el rostro de que la separara de ahí aunque llorara, pataleara e hiciera berrinche y medio. Por supuesto no querría irse de ahí, era su hermano, por toda la magia, y podría morir –según lo que podía deducir Julia- por interponerse entre el licántropo y su presa.
No tenía tiempo de limpiarle los intestinos, no podía darse el lujo de perder más tiempo. Miró a todos los que estaban presentes y no logró ubicar ningún alumno de medimagia. Tendría que hacerlo sola si quería que quedara bien. O al menos medianamente bien. Respiró hondo y tomó con cuidado parte de los intestinos que estaban fuera de su lugar y comenzó a acomodarlos de forma brusca, abriéndose espacio entre los pliegues de la piel que Angus había abierto. Poco a poco fue acomodando los órganos que habían sido heridos, llenándose las manos de sangre hasta los antebrazos. No importaba nada en ese momento más que Daniel. Quisiera que todos los demás desaparecieran y la dejaran sola. Que Suberland se llevara al licántropo y poder salvar la vida del muchacho que tenía en sus manos. Si el muchacho sobrevivía, tendría que llevarlo al hospital y realizarle una cirugía de emergencia para limpiar las heridas y los órganos. De verdad esperaba que sobreviviera.
-Suturis-apuntó y conjuró sobre el abdomen abierto de Dan mientras intentaba mantenerlo cerrado con la otra mano. Lentamente, pequeñas suturas color negro fueron apareciendo a lo largo de la herida, cerrándola finalmente. Necesitaban irse lo más pronto posible. Todos los alumnos tenían que salir de ahí antes de correr el riesgo de que la jaula de Suberland se disipara y dejara libre al licántropo, quizás ahora más molesto y hambriento que nunca. Tenían que contenerlo pero quizás toda la gente fuera una imposibilidad para ello: mientras más presas hubiera, mayor la impotencia, mayor el enojo por sus captores. Mayor ferocidad y por ende, mayor peligro para todos los que estaban ahí.
Última edición por Julia McCreary el Jue Oct 11, 2012 9:58 pm, editado 1 vez
Julia McCreary- Mensajes : 358
Fecha de inscripción : 02/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Immëndorff siempre había apelado a ser de hechos concretos y comprobables. Aunque su rama requería mucho de experimentación, en el día a día se regía por ciertas normas específicas que, por mucho, le impedían creer cualquier historia que se contara por ahí. Acudir al ministerio y movilizar aurores por la historia de una chica que olía a ron, no era precisamente la mejor manera de mantener cualquier reputación férrea dentro de las paredes de la Universidad.
Poco le importaban las habladurías que se pudieran generar respecto a si acaso estaba perdiendo un poco su capacidad de paranoia, si acaso ahora le importaba menos luego de haber perdido lo que quería. Él no era el tipo de persona que daba explicaciones de sus actos o de sus decisiones, ni siquiera para justificarse. Y probablemente esa era la razón por la que fueran pocos los que confiaban realmente en él, pero a él no le importaba ganarse la confianza expresamente de nadie, ni siquiera de sus colegas.
Cuando escuchó el aullido supo que había un hueco en su logística, también en su lógica. Con un golpe de su varita hizo que todo el contenido de su caldero desapareciera de golpe –no podía dejar algo así a la suerte, con posibilidad de que explotara. Se encontró en el camino con Suberland y con McCreary y después con Leloup y Burroughs. Llegaron hasta ahí para encontrarse con un panorama devastador, que si bien no era tan terrible como los que habían vivido en el alce de Mott, parecía ser el inicio de una cuesta igual de aparentemente incontrolable.
Asintió a Suberland cuando contuvo a Angus. Lo que concernía ahora era controlar al alumnado y ordenarles que se largaran a sus facultades, pero entonces escuchó los gritos que venían como un eco procedentes del interior de la gruta. La idea de que hubiera otro licántropo suelto le erizó los vellos de los brazos, pero no era momento de tener miedo. Esperaba que los alumnos entendieran que no podían contener a Angus si todos seguían ahí afianzando el olor a miedo y a muerte, tenía que confiar en que eran alumnos inteligentes.
-Venga acá.-Le gritó a Parker Luttrell, supuesto alumno suyo pero haragán. Immëndorff resolvió en ese segundo que la única manera de no expulsarlo de la universidad, era que hiciera algo útil en ese momento. Sin esperar respuesta lo tomó por el brazo con más fuerza de la necesaria y aparecieron en las grutas, en la zona donde estaban los gritos. Soltó al muchacho y se arrodilló de inmediato donde estaba Gianna.
Un movimiento de varita bastó para sacar un hechizo iluminado que envolvió a Gianna Vercelli para curarla el dolor y los efectos, pero probablemente también actuara como relajante. Alzó la mirada hacia los atacantes, pero no dejó escapar ningún hechizo; fue solo una mirada, nada más, que indicaba una sola cosa; que se fueran de una buena vez. No repetiría eso dos veces.
Poco le importaban las habladurías que se pudieran generar respecto a si acaso estaba perdiendo un poco su capacidad de paranoia, si acaso ahora le importaba menos luego de haber perdido lo que quería. Él no era el tipo de persona que daba explicaciones de sus actos o de sus decisiones, ni siquiera para justificarse. Y probablemente esa era la razón por la que fueran pocos los que confiaban realmente en él, pero a él no le importaba ganarse la confianza expresamente de nadie, ni siquiera de sus colegas.
Cuando escuchó el aullido supo que había un hueco en su logística, también en su lógica. Con un golpe de su varita hizo que todo el contenido de su caldero desapareciera de golpe –no podía dejar algo así a la suerte, con posibilidad de que explotara. Se encontró en el camino con Suberland y con McCreary y después con Leloup y Burroughs. Llegaron hasta ahí para encontrarse con un panorama devastador, que si bien no era tan terrible como los que habían vivido en el alce de Mott, parecía ser el inicio de una cuesta igual de aparentemente incontrolable.
Asintió a Suberland cuando contuvo a Angus. Lo que concernía ahora era controlar al alumnado y ordenarles que se largaran a sus facultades, pero entonces escuchó los gritos que venían como un eco procedentes del interior de la gruta. La idea de que hubiera otro licántropo suelto le erizó los vellos de los brazos, pero no era momento de tener miedo. Esperaba que los alumnos entendieran que no podían contener a Angus si todos seguían ahí afianzando el olor a miedo y a muerte, tenía que confiar en que eran alumnos inteligentes.
-Venga acá.-Le gritó a Parker Luttrell, supuesto alumno suyo pero haragán. Immëndorff resolvió en ese segundo que la única manera de no expulsarlo de la universidad, era que hiciera algo útil en ese momento. Sin esperar respuesta lo tomó por el brazo con más fuerza de la necesaria y aparecieron en las grutas, en la zona donde estaban los gritos. Soltó al muchacho y se arrodilló de inmediato donde estaba Gianna.
Un movimiento de varita bastó para sacar un hechizo iluminado que envolvió a Gianna Vercelli para curarla el dolor y los efectos, pero probablemente también actuara como relajante. Alzó la mirada hacia los atacantes, pero no dejó escapar ningún hechizo; fue solo una mirada, nada más, que indicaba una sola cosa; que se fueran de una buena vez. No repetiría eso dos veces.
Re: TRAMA: LUNA LLENA
El licántropo estaba tan cerca de nosotros que sentí el peor miedo de toda mi vida. Podía jurar que incluso llegaba a percibir su aliento pero eso podía no ser cierto y nada más ser consecuencia de ese mismo miedo tan nuevo que sentía. Abracé a Regina tan fuerte como pude, pero no sabía si eso sería una garantía. Creo que cerré los ojos porque no alcancé a ver el momento en que los zarpazos habían dado justo en el cuerpo del chico que también se había interpuesto entre el licántropo y su presa. Un olor peculiar inundó el aire de pronto, pero no sabía identificar qué era. Ni siquiera vi cuando Joe fue lanzado por los aires por fuerza de alguien externo al parecer.
Lo siguiente fueron los gritos de Regina, pero hice lo posible por no soltarla hasta que el licántropo fue contenido en un hechizo que yo no conocía, por más que gritó y que golpeó y empujó. Por más que el licántropo hubiera estado amarrado y sin posibilidades para atacar, tenía en el pecho la sensación de que era responsable de ella y que si ya había estado cerca, no podía permitir que algo grave pasara. Me quedé como en shock al ver el cuerpo del tipo que luego entendí que era su hermano, en un estado que no indicaba precisamente ningún buen augurio ni perspectiva de futuro. Se me revolvió el estómago pero me contuve. No tenía ni un pelo de medimago.
Avancé hacia ella para intentar hacer lo posible pero llegó al decana McCreary a poner orden y a intentar curarlo. Mejor porque yo ni habría sabido qué hacer, ni cargaba conmigo plantas milagrosas. Nada. Encontré la mirada de McCreary pidiendo que se llevaran a Regina de ahí. Asentí militarmente y me arriesgué a inclinarme para tomarla por los hombros.
-Reg, por favor, ella se hará cargo.-No tenía que agregar que la decana sabía lo que hacía obviamente, que confiara. Primero el acercamiento fue delicado, pero terminé tomándola con más fuerza para levantármela y llevarla, buscando que no sintiera mi toque como una imposición. No era amiga mía, era amiga de Joseph, tal vez había sido compañera de mi hermana o algo, pero no la iba a dejar sola. Estaba yo muy perturbado pero lo suficientemente consciente como para saber que necesitaba toda la ayuda posible. -Vamos…-Le pedí, con paciencia, tirando de ella. Debía ser la peor sensación del mundo.
Lo siguiente fueron los gritos de Regina, pero hice lo posible por no soltarla hasta que el licántropo fue contenido en un hechizo que yo no conocía, por más que gritó y que golpeó y empujó. Por más que el licántropo hubiera estado amarrado y sin posibilidades para atacar, tenía en el pecho la sensación de que era responsable de ella y que si ya había estado cerca, no podía permitir que algo grave pasara. Me quedé como en shock al ver el cuerpo del tipo que luego entendí que era su hermano, en un estado que no indicaba precisamente ningún buen augurio ni perspectiva de futuro. Se me revolvió el estómago pero me contuve. No tenía ni un pelo de medimago.
Avancé hacia ella para intentar hacer lo posible pero llegó al decana McCreary a poner orden y a intentar curarlo. Mejor porque yo ni habría sabido qué hacer, ni cargaba conmigo plantas milagrosas. Nada. Encontré la mirada de McCreary pidiendo que se llevaran a Regina de ahí. Asentí militarmente y me arriesgué a inclinarme para tomarla por los hombros.
-Reg, por favor, ella se hará cargo.-No tenía que agregar que la decana sabía lo que hacía obviamente, que confiara. Primero el acercamiento fue delicado, pero terminé tomándola con más fuerza para levantármela y llevarla, buscando que no sintiera mi toque como una imposición. No era amiga mía, era amiga de Joseph, tal vez había sido compañera de mi hermana o algo, pero no la iba a dejar sola. Estaba yo muy perturbado pero lo suficientemente consciente como para saber que necesitaba toda la ayuda posible. -Vamos…-Le pedí, con paciencia, tirando de ella. Debía ser la peor sensación del mundo.
James Radan- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 10/10/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Primero escuchó los gritos de Gianna que se retorcía de dolor, mismos que estaban taladrando su tímpanos y hacían su sangre bullir en impotencia por no poder ayudarla en ese momento. - ¡HAZ ALGO, MIERDA! ¡AYÚDALA! - Rugió en contra de Beatriz, que parecía petrificada por el miedo a lo que ahí ocurría. Mortifagos, hombres lobo sueltos en noche de luna llena, aquello no era algo con lo que nadie debería estar acostumbrado a lidiar y quizá debería mostrarse un poco más comprensiva con la bruja, pero en esos momentos no era más que una asquerosa cobarde que no estaba haciendo nada de utilidad. ¿Valor de Gryffindor? ¡Y una mierda!
Había logrado que su conjuro diera sobre el enmascarado y no tuvo ninguna consideración al momento de azotarle contra el muro de las grutas. Por la manera en que su cuerpo se dobló al golpear, Loreen esperó haberle hecho un daño suficiente como para no tener que preocuparse por él en un rato y que eso les dejara solamente otro bastardo del qué preocuparse, aquel que no llevaba máscara...
Mismo cuyo hechizo impactaba justamente en ella y la empujaba con fuerza, alejándola de Gianna y haciéndole golpearse durísimo al caer. Soltó un quejido y volvió a gritar entre dientes por pura frustración y rabia, una que se mezclaba con un miedo atroz cuando los ecos de los gritos en el otro extremo de las grutas empezaban a llegar. No alcanzaba a escuchar con claridad todo, pero de haber sabido que era justo Dan quien corría tanto peligro en esos instantes, hubiera perdido la cabeza.
Trató de levantarse, pero la repentina aparición de Immëndorff y su hermano le sobresaltaron. - ¡Parker! - Al decano lo fulminó con la mirada, porque para Loreen, si alguien en el decanato se hubiera tomado la molestia aunque fuera de investigar un poco sobre lo que ella había atestiguado nada de eso hubiera pasado. ¿Cuentos de borracha? Ya, ahora que todos estaban hundidos en mierda ya la situación era otra, ¿verdad?
Confío en que Imëndorff se encargaría de Gianna, pero no en que aquellos dos hombres fueran a retirarse de buenas a primeras. Se reincorporó un poco, apoyada en su brazo izquierdo para alzar la varita con el derecho y apuntar hacia aquel que tenía más cerca, el que no llevaba máscara. - ¡Petrificus Totalus! - Siendo sinceros más que petrificarlo lo que deseaba era hacerle desaparecer todos los huesos de la caja torácica y que se retorciera de dolor como Gianna lo hacía, pero entendía que con un licántropo cerca lo menos conveniente sería comenzar una batalla en todas condiciones...
Y aún seguía sin haber garantía que ese licántropo fuera Angus.
--
Acción: Enderezarse un poquito para poder conjurar
Hechizo: Petrificus al Yuyu =p
Había logrado que su conjuro diera sobre el enmascarado y no tuvo ninguna consideración al momento de azotarle contra el muro de las grutas. Por la manera en que su cuerpo se dobló al golpear, Loreen esperó haberle hecho un daño suficiente como para no tener que preocuparse por él en un rato y que eso les dejara solamente otro bastardo del qué preocuparse, aquel que no llevaba máscara...
Mismo cuyo hechizo impactaba justamente en ella y la empujaba con fuerza, alejándola de Gianna y haciéndole golpearse durísimo al caer. Soltó un quejido y volvió a gritar entre dientes por pura frustración y rabia, una que se mezclaba con un miedo atroz cuando los ecos de los gritos en el otro extremo de las grutas empezaban a llegar. No alcanzaba a escuchar con claridad todo, pero de haber sabido que era justo Dan quien corría tanto peligro en esos instantes, hubiera perdido la cabeza.
Trató de levantarse, pero la repentina aparición de Immëndorff y su hermano le sobresaltaron. - ¡Parker! - Al decano lo fulminó con la mirada, porque para Loreen, si alguien en el decanato se hubiera tomado la molestia aunque fuera de investigar un poco sobre lo que ella había atestiguado nada de eso hubiera pasado. ¿Cuentos de borracha? Ya, ahora que todos estaban hundidos en mierda ya la situación era otra, ¿verdad?
Confío en que Imëndorff se encargaría de Gianna, pero no en que aquellos dos hombres fueran a retirarse de buenas a primeras. Se reincorporó un poco, apoyada en su brazo izquierdo para alzar la varita con el derecho y apuntar hacia aquel que tenía más cerca, el que no llevaba máscara. - ¡Petrificus Totalus! - Siendo sinceros más que petrificarlo lo que deseaba era hacerle desaparecer todos los huesos de la caja torácica y que se retorciera de dolor como Gianna lo hacía, pero entendía que con un licántropo cerca lo menos conveniente sería comenzar una batalla en todas condiciones...
Y aún seguía sin haber garantía que ese licántropo fuera Angus.
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Acción: Enderezarse un poquito para poder conjurar
Hechizo: Petrificus al Yuyu =p
Loreen Luttrell- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
No habían sido lo suficientemente rápidos. Habían logrado apresar al lobo, pero no antes de que consiguiera hacer demasiados estragos. No supo quién había atacado a Joseph pues aquel conjuro les llegó por la espalda, aunque al verlo ser impactado por el hechizo había maldecido en voz alta al cabrón con tan pésima puntería suponiendo, en su buena fe, que el blanco original había sido el licántropo, no alguna clase de reclamo infantil, porque no concebía a nadie tan enfermo de la cabeza como para sacarse esas tretas de la manga con un puto hombre lobo en frente.
Que Joseph se cayera o no era el menor de los problemas. Eso no iba a hacerle gran daño. Lo que verdaderamente le heló la sangre fue el cómo Dan quedaba abierto en dos. Por mucha sangre fría que estuviera mostrando para no perder la cabeza en esa situación, aquello era lo más grotesco y atemorizador que hubiera visto jamás. Por un momento creyó, realmente, que el hermano de Regina iba a morir ahí mismo. Y aunque sintió el impulso de correr hacia ella y tratar de hacer algo no se movió de donde estaba, porque perder la concentración ahora mismo no era un lujo a darse. Lo que sí hizo fue buscar la mirada de su hermana. Si algo le pasaba a ella...
- ¡Alguien que le cierre la herida! - YA. Sin perder tiempo. Él no sabía nada de los hábitos de cacería de los lobos pero apostaría la mano con la que sostenía la varita de que el olor a sangre no iba a hacer otra cosa más que sobre estimularlo. Era un depredador hambriento, ¿cómo iba a ser de otra manera? Esperaba que si bien no había alumnos de medimagia ahí por lo menos alguien tuviera conocimientos mínimos como para tratar de impedir que se les desangrara ahí mismo.
Por fortuna los decanos llegaban a tratar de controlar la situación. Le tranquilizó un poco - solo un poco - que McCreary apareciera porque entonces si Dan iba a tener una oportunidad de salir vivo de esta era si lo ayudaba alguien que supiera bien lo que hacía. La manera en que Suberlland contenía al licántropo lo dejó anodadado y de haber podido presenciar ese hechizo funcionando en una situación menos crítica seguro lo hubiera acribillado a preguntas como todo estudiante entusiasmado, pero ahora su cabeza no daba para más, como por ejemplo, tampoco tenía idea a donde iban Immëndorff y Luttrell, que concentrado en tratar de contener a la bestia ni siquiera se había percatado de los otros gritos dentro de las grutas.
- ¡Ya escucharon, atrás! - Aunque la lógica le decía que dejar a Suberlland solo con el licántropo no era lo mejor, el hombre tenía más experiencia como mago de lo que todos ellos de edad. Él sabía lo que hacía, ellos habían estado actuando solo por instinto. Y era cierto, entre más gente hubiera más difícil sería contenerlo.
- ¡Qué la saques de aquí, joder! - Le gritó a Radan, que tan paciente jalaba a Regina, dándole la impresión de que no se daba cuenta de la urgencia de la situación, aunque bien podían ser sus propios sentimientos nublándole el juicio. De cualquier manera fue hasta donde McCreary y se arrodilló a su lado, manchándose la ropa y las manos de sangre. - ¿Qué hago? ¿Cómo lo movemos? - No creía que ella sola pudiera desplazarlo si estaba tan delicado.
--
Acción: Acercarse a Julia para ayudarla a mover a Dan
Que Joseph se cayera o no era el menor de los problemas. Eso no iba a hacerle gran daño. Lo que verdaderamente le heló la sangre fue el cómo Dan quedaba abierto en dos. Por mucha sangre fría que estuviera mostrando para no perder la cabeza en esa situación, aquello era lo más grotesco y atemorizador que hubiera visto jamás. Por un momento creyó, realmente, que el hermano de Regina iba a morir ahí mismo. Y aunque sintió el impulso de correr hacia ella y tratar de hacer algo no se movió de donde estaba, porque perder la concentración ahora mismo no era un lujo a darse. Lo que sí hizo fue buscar la mirada de su hermana. Si algo le pasaba a ella...
- ¡Alguien que le cierre la herida! - YA. Sin perder tiempo. Él no sabía nada de los hábitos de cacería de los lobos pero apostaría la mano con la que sostenía la varita de que el olor a sangre no iba a hacer otra cosa más que sobre estimularlo. Era un depredador hambriento, ¿cómo iba a ser de otra manera? Esperaba que si bien no había alumnos de medimagia ahí por lo menos alguien tuviera conocimientos mínimos como para tratar de impedir que se les desangrara ahí mismo.
Por fortuna los decanos llegaban a tratar de controlar la situación. Le tranquilizó un poco - solo un poco - que McCreary apareciera porque entonces si Dan iba a tener una oportunidad de salir vivo de esta era si lo ayudaba alguien que supiera bien lo que hacía. La manera en que Suberlland contenía al licántropo lo dejó anodadado y de haber podido presenciar ese hechizo funcionando en una situación menos crítica seguro lo hubiera acribillado a preguntas como todo estudiante entusiasmado, pero ahora su cabeza no daba para más, como por ejemplo, tampoco tenía idea a donde iban Immëndorff y Luttrell, que concentrado en tratar de contener a la bestia ni siquiera se había percatado de los otros gritos dentro de las grutas.
- ¡Ya escucharon, atrás! - Aunque la lógica le decía que dejar a Suberlland solo con el licántropo no era lo mejor, el hombre tenía más experiencia como mago de lo que todos ellos de edad. Él sabía lo que hacía, ellos habían estado actuando solo por instinto. Y era cierto, entre más gente hubiera más difícil sería contenerlo.
- ¡Qué la saques de aquí, joder! - Le gritó a Radan, que tan paciente jalaba a Regina, dándole la impresión de que no se daba cuenta de la urgencia de la situación, aunque bien podían ser sus propios sentimientos nublándole el juicio. De cualquier manera fue hasta donde McCreary y se arrodilló a su lado, manchándose la ropa y las manos de sangre. - ¿Qué hago? ¿Cómo lo movemos? - No creía que ella sola pudiera desplazarlo si estaba tan delicado.
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Acción: Acercarse a Julia para ayudarla a mover a Dan
Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
La idea que tuvo fue algo jodida por el hechizo que la tipa a la que había apuntado en un principio, se había aplicado; pero no fue del todo mal. El mismo hechizo rebotó y fue a dar de llenó a otra chica que estaba por allí cerca, resultando lanzada unos metros atrás, eso le hizo hacer una mueca de satisfacción, nunca era agradable desperdiciar la energía de un conjuro, pero aunque fuera de rebote algo había logrado.
Miró alrededor, viendo como los decanos empezaban a aparecer, y chasqueó la lengua, mirando a su alrededor, sin una clara idea sobre qué podría hacer, su misión ahí en un principio era la de impedir que atraparan al lobo con facilidad o simplemente atusarlo hacía los estudiantes, confundirlo, asustarlo… pero en ese momento veía un poco difícil poder seguir con aquello, sobre todo porque lo más visible en ese momento era la barrera mágica que se había erguido alrededor del licántropo y que se escapaba de sus planes, no sabría eliminarla
Desvió un momento la vista de donde la tenía clavada para mirar hacia su compañero de tarea, pero este no había salido demasiado bien parado; estaba en el suelo, incorporándose después de lo que parecía haber sido un buen golpe.
Giró de nuevo el rostro hacia el frente, viendo como Immëndorff se acercaba a la chavala que había estado gritando hasta que el hombre aplicó un conjuro; sintió la mirada de él, pero no le intimidó, no demasiado como para desaparecer de allí según recibió la mirada.
Volvió la vista a la chica que había atacado indirectamente, y vio como se estaba irguiendo, y como apuntaba hacia él. Entonces sin pensárselo ni un momento, él mismo alzó su varita y apuntando hacia la morena, gritó. - ¡Crepitus Lacrimam!
Sin esperar a ver el resultado de su hechizo, sonrió un poco ladeado, de forma cabrona; esperaba acertar de lleno... utilizó el mismo traslador que había usado para llegar hasta allí, desapareciéndose de las grutas para evitar ningún accidente en si mismo, escapando. Podría haber intentado algo más, pero lo importante ahí era que se oyera de ellos, indirectamente, que supieran que no habían muerto ¿no?
--------
Hechizo: Crepitus Lacrimam (hechizo inventado) a Loreen.
Acción: Desaparecer de las grutas con el traslador que le llevó a las mismas.
Miró alrededor, viendo como los decanos empezaban a aparecer, y chasqueó la lengua, mirando a su alrededor, sin una clara idea sobre qué podría hacer, su misión ahí en un principio era la de impedir que atraparan al lobo con facilidad o simplemente atusarlo hacía los estudiantes, confundirlo, asustarlo… pero en ese momento veía un poco difícil poder seguir con aquello, sobre todo porque lo más visible en ese momento era la barrera mágica que se había erguido alrededor del licántropo y que se escapaba de sus planes, no sabría eliminarla
Desvió un momento la vista de donde la tenía clavada para mirar hacia su compañero de tarea, pero este no había salido demasiado bien parado; estaba en el suelo, incorporándose después de lo que parecía haber sido un buen golpe.
Giró de nuevo el rostro hacia el frente, viendo como Immëndorff se acercaba a la chavala que había estado gritando hasta que el hombre aplicó un conjuro; sintió la mirada de él, pero no le intimidó, no demasiado como para desaparecer de allí según recibió la mirada.
Volvió la vista a la chica que había atacado indirectamente, y vio como se estaba irguiendo, y como apuntaba hacia él. Entonces sin pensárselo ni un momento, él mismo alzó su varita y apuntando hacia la morena, gritó. - ¡Crepitus Lacrimam!
Sin esperar a ver el resultado de su hechizo, sonrió un poco ladeado, de forma cabrona; esperaba acertar de lleno... utilizó el mismo traslador que había usado para llegar hasta allí, desapareciéndose de las grutas para evitar ningún accidente en si mismo, escapando. Podría haber intentado algo más, pero lo importante ahí era que se oyera de ellos, indirectamente, que supieran que no habían muerto ¿no?
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Hechizo: Crepitus Lacrimam (hechizo inventado) a Loreen.
Acción: Desaparecer de las grutas con el traslador que le llevó a las mismas.
Ayyûb K. Yesenes- Mensajes : 174
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Su pequeña venganza fue inmadura e infantil y probablemente de lo más inadecuada, pero cómo la disfruto. Comenzó a manotear también a su amiga como acto reflejo sin entender bien lo que estaba pasando. Sí, su puntería había “fallado” un poquito, pero no era para que se pusiera como loca.
La tomó de ambos brazos y le gritó que ya se calmara antes de echarse a correr. Estaban nerviosas y tenían miedo, ambas, por eso Milou sabía que no tenía ni por que justificarse ni por qué pedirle explicaciones. Así que le restó importancia, aunque sí, le había desubicado un poco.
Casi soltó un gritito cuando se encontró con los decanos a mitad del camino e incluso se llevo una mano al pecho. Estaba agitada y le costaba respirar, así que dejó que Pearlie les explicase todo aunque por la cara que llevaban era obvio que ya lo sabían.
Pearlie, espera… necesito respirar
Dijo mientras se recargaba en la pared, la verdad es que Milou no tenía ganas de regresar. Qué pésima condición, pero después de Beauxbatons ya no había hecho ninguna actividad física. Estaba cansada y si los decanos ya iban en camino no veía que diferencia podrían hacer ambas.
¿Quieres regresar? –le preguntó escrutándola con la mirada; la verdad es que estaba un poquito confundida y un tantito molesta con ella, pero tampoco quería que se quedara sola o que se regresara sola por que era muy peligroso-. ¿O prefieres que te acompañe a tu facultad? Por que mira si quieres regresar…. ya viste como dejaron a Cleverley y…
La tomó de ambos brazos y le gritó que ya se calmara antes de echarse a correr. Estaban nerviosas y tenían miedo, ambas, por eso Milou sabía que no tenía ni por que justificarse ni por qué pedirle explicaciones. Así que le restó importancia, aunque sí, le había desubicado un poco.
Casi soltó un gritito cuando se encontró con los decanos a mitad del camino e incluso se llevo una mano al pecho. Estaba agitada y le costaba respirar, así que dejó que Pearlie les explicase todo aunque por la cara que llevaban era obvio que ya lo sabían.
Pearlie, espera… necesito respirar
Dijo mientras se recargaba en la pared, la verdad es que Milou no tenía ganas de regresar. Qué pésima condición, pero después de Beauxbatons ya no había hecho ninguna actividad física. Estaba cansada y si los decanos ya iban en camino no veía que diferencia podrían hacer ambas.
¿Quieres regresar? –le preguntó escrutándola con la mirada; la verdad es que estaba un poquito confundida y un tantito molesta con ella, pero tampoco quería que se quedara sola o que se regresara sola por que era muy peligroso-. ¿O prefieres que te acompañe a tu facultad? Por que mira si quieres regresar…. ya viste como dejaron a Cleverley y…
Milou Leloup- Mensajes : 104
Fecha de inscripción : 01/10/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
Ten cuidado con lo que deseas. Así dice el puto dicho ese y cierto, nunca mejor aplicado que aquella noche en la que Angus fue soltado en la universidad en su forma salvaje, esa misma noche en la que el cuerpo de Dan Cleverley recibiría toda la furia de un licántropo que en principio, pretendía que su víctima fuera la pequeña Regina. Todo estaba jodidamente mal en aquel comedor, y mientras bien podías esperar a que cien mil cosas se te pasaran por la cabeza de acuerdo a las circunstancias, antes de ello tenías que quedarte ahí… mirando sin credulidad alguna cómo Dan era rebanado en un segundo.
Hay muchas cosas que podría decir de Cleverley, pero basta con decir que era hermano mayor de una persona a la cual apreciaba tanto como si fuera de mi propia puta familia. Ver la forma en la que su torso era rasgado era sin duda la cosa más terrible que hubiera pasado por delante de mis ojos en toda mi vida, y era todavía más terrible pensar que el autor de todo eso era Angus, el mismo cabrón que me había enseñado todas esas cosas que mi propio padre había pasado por alto.
En el momento en el que el propio Angus intentaba liberarse de las ataduras que momentáneamente lo sujetaban y evitaban que finalizara con la carnicería que había comenzado, sentí un golpe directo en el pecho que me lanzó como dos putos metros hacia atrás, y por un momento hasta creí que de alguna manera Finnerty había logrado asestarme un golpe con todo y que se encontraba parcialmente inmovilizado. Pero no, Angus no me había hecho una mierda o de lo contrario muy seguramente mi pecho se hubiera partido como a un jodido pollo. Aquello parecía ser un hechizo, pero sinceramente me importaba muy poco quién y por qué se preocupaba por golpearme cuando evidentemente yo no significaba peligro alguno.
Me levanté casi de inmediato y me aferré de nuevo a la varita, tratando de pensar en una nueva forma de detener a Angus justo cuando en ese instante, los decanos hicieron su aparición en el comedor para hacer lo que tenían que hacer. Suberland encerró en una especie de prisión oscura al incontrolable Angus mientras Immëndorff se dirigía a las grutas de donde provenían más sonidos y McCreary se encargaba de Dan, quien yacía en el suelo sobre un puto charco de su propia sangre.
James Radan también estaba ahí, de hecho él junto con el propio Dan, había logrado intervenir para evitar que Angus alcanzara de alguna forma a Regina. James era un colega de hace ya un buen tiempo, y aunque Dan Cleverley estuviera en el piso debatiéndose entre la vida y la muerte, debo ser sincero y decir que me aliviaba mucho ver que James y Regina estaban bien. De cualquier forma me acerqué a los dos y abracé a Reg para ayudar a Radan a alejarla lo más posible del cuerpo de Dan y de la sangre y de Angus, todavía en el mismo lugar… encerrado pero seguramente igual o más furioso.
-Lo siento tanto Reg… lo siento-
Aunque se pueda decir que yo no tenía una mierda que ver con todo lo que estaba pasando, de alguna manera no dejaba de sentirme jodidamente mal y en cierta forma responsable por todo. Angus era mi puto hermano y él era el causante de que Dan Cleverley estuviera en tan malas condiciones, y ya ni hablar de las consecuencias que traería todo ello a la universidad y al propio Finnerty. En esos momentos recordé el relato de Lottrell y todo lo que me había medio dicho la noche anterior en su estado de ebriedad, y ahora más que nunca deseaba encontrármela y exigirle que me explicara todos los detalles de los que había sido testigo.
Hay muchas cosas que podría decir de Cleverley, pero basta con decir que era hermano mayor de una persona a la cual apreciaba tanto como si fuera de mi propia puta familia. Ver la forma en la que su torso era rasgado era sin duda la cosa más terrible que hubiera pasado por delante de mis ojos en toda mi vida, y era todavía más terrible pensar que el autor de todo eso era Angus, el mismo cabrón que me había enseñado todas esas cosas que mi propio padre había pasado por alto.
En el momento en el que el propio Angus intentaba liberarse de las ataduras que momentáneamente lo sujetaban y evitaban que finalizara con la carnicería que había comenzado, sentí un golpe directo en el pecho que me lanzó como dos putos metros hacia atrás, y por un momento hasta creí que de alguna manera Finnerty había logrado asestarme un golpe con todo y que se encontraba parcialmente inmovilizado. Pero no, Angus no me había hecho una mierda o de lo contrario muy seguramente mi pecho se hubiera partido como a un jodido pollo. Aquello parecía ser un hechizo, pero sinceramente me importaba muy poco quién y por qué se preocupaba por golpearme cuando evidentemente yo no significaba peligro alguno.
Me levanté casi de inmediato y me aferré de nuevo a la varita, tratando de pensar en una nueva forma de detener a Angus justo cuando en ese instante, los decanos hicieron su aparición en el comedor para hacer lo que tenían que hacer. Suberland encerró en una especie de prisión oscura al incontrolable Angus mientras Immëndorff se dirigía a las grutas de donde provenían más sonidos y McCreary se encargaba de Dan, quien yacía en el suelo sobre un puto charco de su propia sangre.
James Radan también estaba ahí, de hecho él junto con el propio Dan, había logrado intervenir para evitar que Angus alcanzara de alguna forma a Regina. James era un colega de hace ya un buen tiempo, y aunque Dan Cleverley estuviera en el piso debatiéndose entre la vida y la muerte, debo ser sincero y decir que me aliviaba mucho ver que James y Regina estaban bien. De cualquier forma me acerqué a los dos y abracé a Reg para ayudar a Radan a alejarla lo más posible del cuerpo de Dan y de la sangre y de Angus, todavía en el mismo lugar… encerrado pero seguramente igual o más furioso.
-Lo siento tanto Reg… lo siento-
Aunque se pueda decir que yo no tenía una mierda que ver con todo lo que estaba pasando, de alguna manera no dejaba de sentirme jodidamente mal y en cierta forma responsable por todo. Angus era mi puto hermano y él era el causante de que Dan Cleverley estuviera en tan malas condiciones, y ya ni hablar de las consecuencias que traería todo ello a la universidad y al propio Finnerty. En esos momentos recordé el relato de Lottrell y todo lo que me había medio dicho la noche anterior en su estado de ebriedad, y ahora más que nunca deseaba encontrármela y exigirle que me explicara todos los detalles de los que había sido testigo.
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: TRAMA: LUNA LLENA
El decano Suberland logra mantener cautivo al licántropo mientras Julia McCreary intenta hacer algo por Dan Cleverley. El muchacho está inconsciente pero parece contar con la fuerza suficiente para ser llevado a San Mungo. Mientras tanto, dentro de las grutas, Ayyûb y Loreen mantienen la lucha; ambos hechizos son correctamente conjurados y chocan en el aire, terminando por desintegrarse el uno al otro, y dándole tiempo al egipcio de irse en compañía de Michael.
Una vez que los alumnos se han agrupado y por orden del decano se han marchado del lugar, dejando únicamente al licántropo en una impenetrable custodia, a los dos decanos y a un maltrecho Dan, que respira débilmente. Un grupo de elfos domésticos aparece para ayudar a la decana con el traslado. Mientras tanto, Immëndorff sale de las grutas para ocuparse de Gianna siendo el Hospital el mismo destino. Regina Cleverley podrá ser trasladada allá una vez que se de la noticia a su hermano y a sus padres.
La luna llena sigue brillando imperturbable en el cielo.
TRAMA CERRADA, GRACIAS A TODOS POR PARTICIPAR.
Angus gana 33 puntos de experiencia y 73 galeones
Loreen gana 29 puntos de experiencia y 48 galeones
Gianna gana 29 puntos de experiencia y 98 galeones
Milou gana 29 puntos de experiencia y 89 galeones
Beatrice gana 26 puntos de experiencia y 40 galeones
Ayyûb gana 26 puntos de experiencia y 47 galeones
Joseph gana 29 puntos de experiencia y 87 galeones
Luke gana 29 puntos de experiencia y 49 galeones
Martin gana 26 puntos de experiencia y 16 galeones
Regina gana 29 puntos de experiencia y 23 galeones
Markus gana 26 puntos de experiencia y 54 galeones
Sofie gana 26 puntos de experiencia y 15 galeones
Pearlie gana 26 puntos de experiencia y 19 galeones
Aldrich gana 26 puntos de experiencia y 27 galeones
Loulou gana 26 puntos de experiencia y 75 galeones
Parker gana 13 puntos de experiencia y 95 galeones
Adair gana 26 puntos de experiencia y 21 galeones
Dan gana 13 puntos de experiencia y 74 galeones
Michael gana 13 puntos de experiencia y 21 galeones
James gana 26 puntos de experiencia y 16 galeones
PREMIOS AL ROL – A los usuarios más involucrados con la trama, que hayan tenido buen desarrollo del personaje en narrativa, o que hayan sorprendido gratamente a administración por sus acciones.
- Loreen Luttrell- Gana un kit de Velas de la verdad: Cuando están encendidas despiden un vapor de efectos y cualidades iguales al veritaserum. Se vende junto con un antídoto que previene de sus efectos. 300 galeones. UN USO
- Joseph Crawford. Aumento de dos puntos en el stat de fuerza.
- Milou Leloup. -Sombreros acéfalos: Vuelven invisible la cabeza del portador, haciendo parecer que ha sido decapitado. 60 galeones. USO INDEFINIDO
Para saber más de esta nueva modalidad de premios, estén atentos a la sección de noticias administrativas, pronto pondremos las bases!
Una vez que los alumnos se han agrupado y por orden del decano se han marchado del lugar, dejando únicamente al licántropo en una impenetrable custodia, a los dos decanos y a un maltrecho Dan, que respira débilmente. Un grupo de elfos domésticos aparece para ayudar a la decana con el traslado. Mientras tanto, Immëndorff sale de las grutas para ocuparse de Gianna siendo el Hospital el mismo destino. Regina Cleverley podrá ser trasladada allá una vez que se de la noticia a su hermano y a sus padres.
La luna llena sigue brillando imperturbable en el cielo.
TRAMA CERRADA, GRACIAS A TODOS POR PARTICIPAR.
Angus gana 33 puntos de experiencia y 73 galeones
Loreen gana 29 puntos de experiencia y 48 galeones
Gianna gana 29 puntos de experiencia y 98 galeones
Milou gana 29 puntos de experiencia y 89 galeones
Beatrice gana 26 puntos de experiencia y 40 galeones
Ayyûb gana 26 puntos de experiencia y 47 galeones
Joseph gana 29 puntos de experiencia y 87 galeones
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Adair gana 26 puntos de experiencia y 21 galeones
Dan gana 13 puntos de experiencia y 74 galeones
Michael gana 13 puntos de experiencia y 21 galeones
James gana 26 puntos de experiencia y 16 galeones
PREMIOS AL ROL – A los usuarios más involucrados con la trama, que hayan tenido buen desarrollo del personaje en narrativa, o que hayan sorprendido gratamente a administración por sus acciones.
- Loreen Luttrell- Gana un kit de Velas de la verdad: Cuando están encendidas despiden un vapor de efectos y cualidades iguales al veritaserum. Se vende junto con un antídoto que previene de sus efectos. 300 galeones. UN USO
- Joseph Crawford. Aumento de dos puntos en el stat de fuerza.
- Milou Leloup. -Sombreros acéfalos: Vuelven invisible la cabeza del portador, haciendo parecer que ha sido decapitado. 60 galeones. USO INDEFINIDO
Para saber más de esta nueva modalidad de premios, estén atentos a la sección de noticias administrativas, pronto pondremos las bases!
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