Una destino inseperado.

¿Era yo, o el clima se estaba volviendo loco? Podía sentir como la calidez que el sol emanaba, entibiaba mi pálido rostro. La brisa golpeaba mi anatomía, y mi rojo y rebelde cabello, gracias al viento causaba una leve molestia a mis ojos. Con las mangas de mi camisa blanca remangadas hasta ambos codos, y mis manos en los bolsillos de mi chamarra. Una mueca se deslizó en mis labios, dejando entrever mi desagrado ante días tan cálidos y calurosos. Me era increíblemente molesta una temperatura que apenas sobresalga de las usuales. Adoraba los climas fríos, en especial las épocas en las que de las nubes se desprendían pequeñas gotas congeladas de agua, que luego se transformaban en diminuta nieve. Estaba dentro de mi tiempo libre, y realmente me encontraba demasiado aburrida como para mantener a mi persona dentro de las cuatro paredes de la Sala Común, o incluso del Castillo en sí.

La tranquilidad y el silencio eran dos características que me atraían, ya que de hecho mi debilidad eran los lugares así. No era una fanática de las flores, ni mucho menos de sus cuidados y demás. De hecho creía que si no tenían un propósito curativo o dañino, éstas no servían para nada más que para el simple adorno, o hipocresía de querer volver un lugar agradable cuando en realidad no lo es. Mis pasos lentos me habían llevado hasta mi destino y único objetivo, e inmediatamente –y gracias al silencio que aún se encontraba presente- pude oír la voz de una persona.

Mis cejas se alzaron levemente, con la incredulidad y curiosidad combinadas. ¨es que acaso no podía tener un minuto a solas?¨ pensó para ella misma, cansada de lidear con personas que simplemente no pasaba para dos otres palabras de conversación, había que recordar su anterior encuentro con la gryffindora en el campo de quidditch, la chica en si, temblaba com gelatina ante su mirada de superioridad, la pelirroja disfruto burlandose de ella como ya era costumbre entre slytherin y gryffindor pero de pronto le había aburrido tras ver como la gryffindora no era ni capaz de defenderse, llego a tal punto de aburrirla, giro sobre sus talones y la dejo hablando sola, para salir del campo de quidditch, antes sonrío brulonamente podía sentir la mirada incrédula de la gryffindor, le importaba muy poco. Decidio que lo mejor era alejarse de ahí lo mas rápido posible o tal vez la estupidez fuese contagiosa.

Dentro de su recorrido dio con las grutas, la cual la habían guiado hasta una especie de campo, seguía encontrandose con pasadizos secretos y lugares que le agradaban pero que jamas admitiría, fue entonces cuando saliendo se sus pensamientos volvió a sentir la presencia que anterior mente había sentido – vaya, parece que yo no fui la única en venir a parar aquí – Dije con un matiz arrogante e indiferente, arrastrando levemente las palabras al hacerlo. - Una lastima, y tu eres?– Pregunté indiferente.

Una media sonrisa irónica se deslizó en mis labios, Mi ceja derecha se alzó por encima de mi azulada mirada, dedicándose finalmente a tratar de reconocer al alumno que tenía frente a mi. No conocía su nombre, y tampoco lo conocía de vista, teniendo en cuenta que hace a paneas unas semanas había llegado por lo tantos seguía siendo la nueva. Es más, estaba casi segura de que pertenecía a brigante cerridwen. Mis labios innevitablemente formaron una sonrisa un tanto burlona - presentarme yo dices? no veo por que tendría que hacerlo. - Susurré, dejando que las palabras fluyan de mis labios a un nivel de voz más bajo que el normal, lo suficientemente alto como para que llegaran a sus oidos. Arrogancia era la característica principal que las mismas poseían. La verdad era que la personalidad de la pelirroja en si era toda arrogancia, algo que no podía evitar, ya sea cociente o inconscientemente.

En mi mente no había figurado la opción de encontrarme con otra persona por lo tanto la presencia del joven no le molestaba pero tampoco le importaba, le daba igual que estuviera o no estuviera, le era completamente indiferente. Sus grisáceos ojos buscaron la mirada de su acompañante, con matiz de curiosidad en ellos. Sus ojos tomaron un brillo de diversión - acaso tienes miedo de quedarte solo con un mujer? - Le pregunto divertida, creía haber escuchado como una disculpaba por haber ido a parar en el mismo lugar que ella - Tranquilo que no muerdo - dijo con diversión. Tenía algo de carácter, lo que era bueno. Me aburría terriblemente cuando las personas se quedaban sin palabras cuando uno les hablaba. Pero en vez de sentirme desafiada, su postura y comentarios no hicieron más que alentarme a quedarme allí, a molestarlo, quizás? O al menos solo descubrir el porqué de su presencia en el mismo lugar, en el que yo me encontraba. Nunca me había tomado el tiempo, ni tampoco me había interesado entablar una conversación, o siquiera intercambiar frases que no sean insultos o indirectas irónicas hacia los brigante cerridwen . Siempre me habían parecido tan.. simpes y aburridos. Demasiado encerrados en sus propios mundos, estudiando la adivinación y ciencias entre otras cosas pero tal vez y solo tal vez ¿Podría estar equivocada al respecto? Tal vez.. ¿Me interesaba descubrirlo? No.

La comisura de mis labios carmesí dibujaron, como si del más fino lienzo se tratase, una ligera e imperceptible media sonrisa. Las palabras de el, fueron percibidas con claridad, provocando que de una manera inconsciente mi ceja derecha se alzará delicadamente, deje que mis labios carmesí se desplegaran y dejaran escapar las palabras fluidamente de ellos. No hacía falta la presentación de nuestros nombre y tras de sus palabras tampoco el lo deseaba ya mucho, apreté levemente mis labios - Saoirse Bapsite - murmure Utilizando por inercia el mismo tono de voz que el utilizaba. No tenia caso presentare, la pelirroja sabia quien era el joven, o al menos lo había visto en un par de ocasiones desde que había llegado al colegio, lo conocía de vista y no de nombre, pero si sabia quien era el, a ella jamas se le olvidaba un rostro fuese el rostro que fuese, su buena memoria recordaba hasta el mas insignificante de los detalles. No solo se podía notar que era un joven 'decidido', sino que de hecho intentaba mostrarse autosuficiente, era muy difícil no reír delante de el, le divertía com el intentaba desafiarla por sobre todas las cosas, nunca ni en sus mas locos sueños pensó en encontrarse a alguien en cierto modo parecido a ella, la mayoría de las personas, nunca sabían que decir y la otra parte salía corriendo o temblaban de pies a cabeza algo que le causaba gracia. Fijo sus grisáceos ojos en el, frunciendo levemente el ceño tras escuchar su otro comentario, dio unos pasos hasta quedar frente a el, con voz suave pero clara dijo - No intento quedar bien con nadie, pero si tanto te incomoda todo lo que salga de mis labios. Nada puedo hacer yo, quizá no te has fijado pero todo lo que sale de mis labios, no son más que palabras envueltas con arrogancia - Contesté, me consideraba una persona demasiado sincera, no me importaba tener que decir lo que en verdad pensara por más que fuese una cruel critica o como en este caso, una verdad que mis ojos presenciaban.

El carácter que la pelirroja tenia, era un carácter impulsivo y explosivo, nunca había sido ella alguien amable y mucho menos una persona que se disculpara con alguien mas por su comportamiento, ella era así, hacia lo que se le daba en gana hacer, cuando quería, en el momento que quería sin importarle, si estaba bien o mal, en su egocentrismo solo existía ella, ella y más ella. - por otro lado, me da igual si quieres marcharte o quedarte, y si esperas que te ruegue estas muy equivocado, de mis labios jamas saldrán esas palabras, eso te lo puedo asegurar. Además si viniste a parar en el mismo lugar que yo, por algo será, que es? te aseguro que no lo se - Dicho esto ultimo, se alejo unos pasos de el, su mirada gricasea tenia un peculiar brillo de diversión, a la pelirroja le gustaba un poco molestar a la gente y en coacciones sabia que se excedía de mas más nunca estaría dispuesta a admitirlo - pensé que nosotros los slytherin no éramos tan sentimentalistas, creo que me equivoque - era evidente que al muchacho no le había caído en gracia las palabras dichas con anterioridad por parte de ella. Pero sinceramente no le interesaba mucho.

Rang había decidido ir a dar una vueltita con intención de despejarse un poco, teniendo la cabeza algo embotada por pasarse tanto tiempo estudiando y leyendo, para prepararse cuando más mejor. Tras coger una botellita que llenó de zumo de calabaza, tranquilamente se puso a caminar por los terrenos de la escuela.

Bebía de poco en poco aquello, sin prisas ya que no tenía ninguna prisa. Decidió tras un ratito de no ver nada interesante por donde ella misma paseaba, explorar un poquito algunas zonas que Adnan ya le había enseñado. Iría a las grutas para ver si encontraba un sitio bonito, y con suerte, si recordaba el camino que tomó sin que a las grutas les diese la gana de cambiar el camino por que sí, iría allí con Adnan a pasar un ratito juntos.

Caminó tranquilamente hasta llegar a las zonas, donde dio un último sorbito al zumo, tapándolo y guardándolo en su mochila para entrar dentro de las mismas. Ya sabía que tenía que andar con cuidado, tenía zonas que si pisabas mal te podías resbalar, caer y hacer daño, y ella no quería nada de eso, solo conocer algún sitio bonito donde poder pasar un ratito, investigar...

Le pareció ver alguna criatura en su camino, no desviándose demasiado, no al menos hasta que le pareció ver algo moverse en una especie de gran bulto, que al acercarse llena de curiosidad, se dio cuenta de que no era mas que un gran arbusto que había sido movido por cualquier pequeña criatura o animal inofensivo... pero entonces, sin previo aviso, algo por detrás la empujó, haciéndola caer al suelo de bruces.
Soltó un quejido y con los ojos llenos de lagrimas, se llevó ambas manos al rostro, mas concretamente a la barbilla, donde se palpó y a pesar de por la poca luz que daban en ese lugar las antorchas, pudo notar que se hizo algo de sangre. Tendría que curarse... pero antes de eso tenía que salir de aquella zona, probablemente el causante de su caída habría sido algún Imp, por la situación del lugar, la humedad del sitio, y esa curiosa manía de los mismos de andar empujando y haciendo zancadillas a la gente.

Se alejó un poquito con cuidado de la zona de agua y se colocó en zona de luz. Sin dudarlo en ningún momento la coreana cogió la mochila y sacó de la misma la varita, donde se apuntó a si misma para curarse la barbilla, y entonces, cuando se sanó, se guardó el artilugio, cerrando la mochila para llevarla de nuevo a la espalda.

Ahora lo único que le preocupaba era que tenía que salir de allí, y de forma tranquila siguió caminando, queriendo encontrar algún sitio con agua limpia donde limpiarse las manos y la cara probablemente manchada de sangre, la ropa ya la lavaría después con algún hechizo cualquiera...
Cuando escuchó voces, aún con los ojos llorosos por la caída, algo dolorida la zona, ya que apenas se preocupó de cerrar la herida y no tanto de aliviar el golpe, que incluso le subió un poquito el dolor a la cabeza, y podría decir que se sentía algo mareada, sintió un gran alivio y aceleró un poquito el paso, corriendo un poco pero notando que se le iba un poquito la cabeza.

Apenas consiguió enfocar un poquito a las personas que les había seguido las voces, a la chica no la conocía, pero ese pelo rubio tan lisito si sabía de quien era. - Elazar... - Fue lo único que la coreana consiguió decir antes de caer al suelo desmayada.