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Estadística
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Estadística
((Pre-trama, pre-fiesta de Regina))
La lógica me dominaba: era de las que sacaban cuentas, hacían estadísticas, gráficos, pensaban en probabilidades, en factores, un montón de cosas que los muggles usaban para estudiar lo que frecuentemente hacía un segmento de la población. Bueno, yo había llegado a muchas conclusiones interesantes, y era momento de tomar acción. Lo había pensado por mucho tiempo. Bueno, no por mucho tiempo, más bien desde que había llegado a estudiar a Brigantia y veía a todas mis compañeras super cool, con esa desenvoltura de haber estado con un chico, la misma que tenía Jet.
Era inútil pensar en que iba a echarme un novio, me iba a enamorar, y en cosa de medio año iba a estar teniendo sexo con él. No podía esperar tanto. Además, si me iba a echar novio, lo que menos quería era ser una inexperimentada cerrando los ojos como cuando va a visitar al medimago por que no sabe la que le espera. Mi lógica me decía que tenía que encontrar a alguien confiable que quisiera quitarme ya ese lastre que era ser virgen. Virgen. Hasta la palabra me parecía ridícula.
Hice muchas evaluaciones y consideré a muchos prospectos. Tenía apenas dieciocho años pero no era ninguna tonta y sabía que si iba a una fiesta y me emborrachaba seguro encontraba quién me bajaría con todo gusto las bragas, pero tampoco quería algo tan deficiente. Un justo punto medio de conveniencia, confianza y bueno, experiencia. Eso era un hecho.
El bar de Radegast ya estaba cerrado y Angus Finnerty tenía que estar saliendo. Lo conocí por varias razones: por Regina, primero. Era el amigo de Bleeker, su hermano mayor, y los espiábamos los veranos cuando habían estado en su casa y yo pasaba la semana con ella. Le decía que de grande me quería casar con él. Después, cuando Joe Crawford se había hecho novio de mi hermana, tuvo que acompañarme toda una tarde mientras ellos se entretenían. Ese día había visto mi serie de películas favoritas de terror, que curiosamente eran de licántropos y seguro no le había hecho mucha gracia tener que recetarse la trilogía de Ginger Snaps mientras yo decía "mira a la loba, cómo se transforma, qué asco, qué miedo" como dos millones de veces. Habíamos jugado juegos de mesa y todo hasta las tres de la mañana. Desde entonces podía decir que lo conocía, y si lo veía coincidir en casa de Regina, lo saludaba y le sonreía.
Y ahí estaba, cerrando el bar. Si le explicaba mis conclusioens de manera lógica, cabía la posibilidad de que accediera. Después de todo, Jet me había dicho que los hombres rara vez se negaban a peticiones por el estilo.
-¡Angus! Hola ¿Terminaste el turno? Tengo cosas qué decirte. Son muy serias, de vital importancia.
La lógica me dominaba: era de las que sacaban cuentas, hacían estadísticas, gráficos, pensaban en probabilidades, en factores, un montón de cosas que los muggles usaban para estudiar lo que frecuentemente hacía un segmento de la población. Bueno, yo había llegado a muchas conclusiones interesantes, y era momento de tomar acción. Lo había pensado por mucho tiempo. Bueno, no por mucho tiempo, más bien desde que había llegado a estudiar a Brigantia y veía a todas mis compañeras super cool, con esa desenvoltura de haber estado con un chico, la misma que tenía Jet.
Era inútil pensar en que iba a echarme un novio, me iba a enamorar, y en cosa de medio año iba a estar teniendo sexo con él. No podía esperar tanto. Además, si me iba a echar novio, lo que menos quería era ser una inexperimentada cerrando los ojos como cuando va a visitar al medimago por que no sabe la que le espera. Mi lógica me decía que tenía que encontrar a alguien confiable que quisiera quitarme ya ese lastre que era ser virgen. Virgen. Hasta la palabra me parecía ridícula.
Hice muchas evaluaciones y consideré a muchos prospectos. Tenía apenas dieciocho años pero no era ninguna tonta y sabía que si iba a una fiesta y me emborrachaba seguro encontraba quién me bajaría con todo gusto las bragas, pero tampoco quería algo tan deficiente. Un justo punto medio de conveniencia, confianza y bueno, experiencia. Eso era un hecho.
El bar de Radegast ya estaba cerrado y Angus Finnerty tenía que estar saliendo. Lo conocí por varias razones: por Regina, primero. Era el amigo de Bleeker, su hermano mayor, y los espiábamos los veranos cuando habían estado en su casa y yo pasaba la semana con ella. Le decía que de grande me quería casar con él. Después, cuando Joe Crawford se había hecho novio de mi hermana, tuvo que acompañarme toda una tarde mientras ellos se entretenían. Ese día había visto mi serie de películas favoritas de terror, que curiosamente eran de licántropos y seguro no le había hecho mucha gracia tener que recetarse la trilogía de Ginger Snaps mientras yo decía "mira a la loba, cómo se transforma, qué asco, qué miedo" como dos millones de veces. Habíamos jugado juegos de mesa y todo hasta las tres de la mañana. Desde entonces podía decir que lo conocía, y si lo veía coincidir en casa de Regina, lo saludaba y le sonreía.
Y ahí estaba, cerrando el bar. Si le explicaba mis conclusioens de manera lógica, cabía la posibilidad de que accediera. Después de todo, Jet me había dicho que los hombres rara vez se negaban a peticiones por el estilo.
-¡Angus! Hola ¿Terminaste el turno? Tengo cosas qué decirte. Son muy serias, de vital importancia.
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Angus se le quedó mirando a Juno en cuanto se acercó a él. El recuerdo más nítido que tenía de ella, era haber pasado muchas horas en su casa jugando cualquier estupidez de mesa y viendo unas películas de licántropos que primero le habían dejado muy mal sabor de boca, pero de las que se había hecho fanático. Todo por acompañar al estúpido de Joseph a que se follara a Jet. Después de unas horas como aquellas, él también podía decir que la conocía, aunque no se volviera a repetir un episodio como ese.
Hizo el último movimiento con la varita para terminar de cerrar bien el bar, lo que el licántropo menos quería eran listillos que entraran a robarse las botellas, así que tanto por órdenes de los decanos como por su propio pellejo, cerraba muy bien.
-Hola Juno. Si, recién termino, pero ¿no es muy tarde para que estés por aquí?. Ya sé que no es Hogwarts pero…-Era muy reciente el episodio de Karim, Aldrich y Pearlie invadiendo el bar y de paso su intimidad, aunque más reciente era la locura de la fiesta en su casa, que había terminado con él al otro día llevándoles una bandeja a Pearlie y a Aquila con el desayuno perfecto para curarles la resaca ya que se habían quedado en su habitación.
No había lavado las camisetas que les había prestado y sí era por pervertido, pero también por falta de tiempo. Y no tampoco había quitado la mancha del beso de Aquila del espejo del baño, que era ya solo eso, un manchón sin forma, luego de que él le hubiera pasado la mano para intentar quitarlo al haberlo visto por primera vez. Seguía intentando buscar una explicación lógica a todo.
-¿Qué es lo de vital importancia? ¿Vas a ir a la fiesta en casa de los Cleverley?-No le estaba restando interés a lo de vital importancia, pero por el tono usado por Juno no se podía interpretar como que fuera algo de verdad de vida o muerte, ni traía cara de estar asustada, desprotegida, con alguna emergencia loca. Le indicó con un gesto de la mano que caminaran lejos del bar, rodeándola para tomarla por el hombro encaminándola el mismo al final.
Hizo el último movimiento con la varita para terminar de cerrar bien el bar, lo que el licántropo menos quería eran listillos que entraran a robarse las botellas, así que tanto por órdenes de los decanos como por su propio pellejo, cerraba muy bien.
-Hola Juno. Si, recién termino, pero ¿no es muy tarde para que estés por aquí?. Ya sé que no es Hogwarts pero…-Era muy reciente el episodio de Karim, Aldrich y Pearlie invadiendo el bar y de paso su intimidad, aunque más reciente era la locura de la fiesta en su casa, que había terminado con él al otro día llevándoles una bandeja a Pearlie y a Aquila con el desayuno perfecto para curarles la resaca ya que se habían quedado en su habitación.
No había lavado las camisetas que les había prestado y sí era por pervertido, pero también por falta de tiempo. Y no tampoco había quitado la mancha del beso de Aquila del espejo del baño, que era ya solo eso, un manchón sin forma, luego de que él le hubiera pasado la mano para intentar quitarlo al haberlo visto por primera vez. Seguía intentando buscar una explicación lógica a todo.
-¿Qué es lo de vital importancia? ¿Vas a ir a la fiesta en casa de los Cleverley?-No le estaba restando interés a lo de vital importancia, pero por el tono usado por Juno no se podía interpretar como que fuera algo de verdad de vida o muerte, ni traía cara de estar asustada, desprotegida, con alguna emergencia loca. Le indicó con un gesto de la mano que caminaran lejos del bar, rodeándola para tomarla por el hombro encaminándola el mismo al final.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
Bien, contacto físico, esto va bien fue lo que pensé en el instante en que tocaba mi hombro para caminar fuera. Bien también por que había ido hasta ahí muy seria pero tampoco enloquecida como si Bastardo estuviera en peligro de muerte ni nada espantoso. Sonreí levemente cuando mencionaba la fiesta de Regina; ya me había dicho algo pero ese mismo día otros compañeros de pociones y yo habíamos decidido ir de excursión a un parque nacional no muy lejos de Briganti para recoger algunas raíces. Esas excursiones "de ñoños" eran muy divertidas por que además de hacer lo que teníamos qué hacer en cinco minutos, nos emborrachábamos en medio del bosque sin que nadie sospechara de unos inocentes excursionistas. La vida de los nerds a veces podía ser interesante.
-Ah no creo, tengo un compromiso con mi club de estudio... pero bueno, yo venía a ti con una propuesta.
En ese momento dejé de sentirme tan segura y hasta me pareció ridículo haber tenido el impulso necesario para ir hasta ahí como una loca a la hora en que el bar cerraba. Sí, era tarde, no era Hogwarts pero aún así era tarde y yo era buena estudiante, al menos por el momento. Me dio una risa loca que me llevó varios segundos controlar hasta que la risa se transformaba en tos. Ya a la intemperie y lejos de la entrada del bar lo detuve y me le puse enfrente, sacando una pequeña libreta donde hacía todos mis apuntes.
-Bueno, esto te va a sonar como una tontería pero... ¿No estás ocupado hoy, no? Ni tienes novia formal ¿No? Lo investigué... bueno, el caso es que... ¿Podemos hablar en algún lado? Necesito que me hagas un favor, un favor sin malicia como ese que le hiciste a Joe cuando estábamos en Hogwarts.
No le iba a decir esa locura ahí en medio del césped medio húmedo que empezaba a hacerme algo de cosquillas en los pies, y a dejármelos helados de paso por que llevaba unos de esos zapatos que más bien parecen pantuflas y se usan sin calcetines. Pésima elección de atuendo, aunque me había puesto mis bragas más lindas por si acaso aceptaba mi propuesta.
-Bueno, mientras puedo contarte sobre mi estudio. Verás... tienes aproximadamente ¿Veinticuatro, veinticinco años?
-Ah no creo, tengo un compromiso con mi club de estudio... pero bueno, yo venía a ti con una propuesta.
En ese momento dejé de sentirme tan segura y hasta me pareció ridículo haber tenido el impulso necesario para ir hasta ahí como una loca a la hora en que el bar cerraba. Sí, era tarde, no era Hogwarts pero aún así era tarde y yo era buena estudiante, al menos por el momento. Me dio una risa loca que me llevó varios segundos controlar hasta que la risa se transformaba en tos. Ya a la intemperie y lejos de la entrada del bar lo detuve y me le puse enfrente, sacando una pequeña libreta donde hacía todos mis apuntes.
-Bueno, esto te va a sonar como una tontería pero... ¿No estás ocupado hoy, no? Ni tienes novia formal ¿No? Lo investigué... bueno, el caso es que... ¿Podemos hablar en algún lado? Necesito que me hagas un favor, un favor sin malicia como ese que le hiciste a Joe cuando estábamos en Hogwarts.
No le iba a decir esa locura ahí en medio del césped medio húmedo que empezaba a hacerme algo de cosquillas en los pies, y a dejármelos helados de paso por que llevaba unos de esos zapatos que más bien parecen pantuflas y se usan sin calcetines. Pésima elección de atuendo, aunque me había puesto mis bragas más lindas por si acaso aceptaba mi propuesta.
-Bueno, mientras puedo contarte sobre mi estudio. Verás... tienes aproximadamente ¿Veinticuatro, veinticinco años?
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
El licántropo no pudo evitar la sonrisa con lo del club de estudio, no le iba a insistir en lo de la fiesta. Él nunca había sido nerd ni por asomo pero pensaba que lo mejor era no ejercerles presión social. La miró con interés cuando le decía que le tenía una propuesta, ni por asomo se le pasaba qué era lo que pedía pedirle. Cuando había acompañado a Joseph a ese favor, el muy cabeza hueca había insinuado que para matar el tiempo mientras lo esperaba se follara a Juno, pero en ese entonces la veía tan joven que un plan parecido no entraba en su cabeza ni por broma.
Se contagió por su risa y terminó riéndose también sin saber de qué. De pronto Juno sacó su libreta, parecía que le había hecho toda una investigación de detective y había sacado su perfil para eso. Hasta le confirmaba que lo había investigado. El licántropo alzó las cejas con sorpresa, sin saber si reír o asustarse. -No estoy ocupado hoy, ni tengo novia formal, es correcto, ¿qué es esto? ¿estás de oyente en periodismo mágico?-Se acordó de Loreen y también de Aquila, definitivamente era un patán o lo era para sus estándares de caballerosidad. Tenía que hablar con la primera y olvidarse de la segunda.
Lo de que lo hablaran en algún lado le parecía raro también, se imaginaba que no era algo que querría hablar en la universidad, no solo fuera de los terrenos y de todas maneras, él ya no tenía la confianza de andar por ahí por los pasillos de cualquier facultad siendo que ya no era estudiante. Extrañaba las clases de zoología y las escapadas a otros salones de convivencia, pero no se iba a comportar como en esos tiempos o a poner en riesgo su trabajo haciendo el tonto con los estudiantes.
-Tengo veinticinco. ¿A dónde quieres ir?-Le preguntó sacando una moneda que siempre utilizaba como traslador para salir de Brigantia, porque las apariciones ahí no eran seguras. La pregunta iba dirigida a que eligiera el lugar y no a que le dijera cuáles eran los objetivos de su estudio, pero ya estaba muy curioso, por lo que le caía de perlas si Juno le respondía las dos cosas juntas.
Se contagió por su risa y terminó riéndose también sin saber de qué. De pronto Juno sacó su libreta, parecía que le había hecho toda una investigación de detective y había sacado su perfil para eso. Hasta le confirmaba que lo había investigado. El licántropo alzó las cejas con sorpresa, sin saber si reír o asustarse. -No estoy ocupado hoy, ni tengo novia formal, es correcto, ¿qué es esto? ¿estás de oyente en periodismo mágico?-Se acordó de Loreen y también de Aquila, definitivamente era un patán o lo era para sus estándares de caballerosidad. Tenía que hablar con la primera y olvidarse de la segunda.
Lo de que lo hablaran en algún lado le parecía raro también, se imaginaba que no era algo que querría hablar en la universidad, no solo fuera de los terrenos y de todas maneras, él ya no tenía la confianza de andar por ahí por los pasillos de cualquier facultad siendo que ya no era estudiante. Extrañaba las clases de zoología y las escapadas a otros salones de convivencia, pero no se iba a comportar como en esos tiempos o a poner en riesgo su trabajo haciendo el tonto con los estudiantes.
-Tengo veinticinco. ¿A dónde quieres ir?-Le preguntó sacando una moneda que siempre utilizaba como traslador para salir de Brigantia, porque las apariciones ahí no eran seguras. La pregunta iba dirigida a que eligiera el lugar y no a que le dijera cuáles eran los objetivos de su estudio, pero ya estaba muy curioso, por lo que le caía de perlas si Juno le respondía las dos cosas juntas.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
Le sonreí cuando me preguntaba a dónde quería ir por que mi plan tampoco estaba sonando horrible aunque ya se había llevado su dósis de susto con eso de que había estado investigando. Era la peor manera de seducir a un hombre aunque realmente no lo estaba seduciendo, más bien lo estaba comprando, pero sin pagarle, o yo que sé, pero todo mi plan me parecía mucho más sencillo que buscar a un pretendiente, enamorarme, que él se enamorara también, que nos gustáramos y termináramos en la cama. Me sonaba más fácil hacer una tesis doctoral de ingeniería en pociones, era cierto. No era normal, pero era mi verdad, y tenía que ser práctica. Me reí otra vez cuando sacaba la moneda y tuve que agarrarlo del brazo y recargarme en él momentáneamente.
-Perdón, todo lo que dije sonó espantoso. A ver, olvídalo y empezamos de nuevo, qué te parece... ¿Mi habitación? Frimley road 34
Mi habitación, que sonaría muy raro pero era un lugar donde ya había estado por esa larga, larguísima noche en la que habíamos pasado comiendo chatarra, mirando Ginger Snaps y esperando a que Jet y el horrible de Joe dejaran de "entrentenerse". Mis padres no estaban, por que ninguno tenía partido en estadios cercanos a Londres y bueno, eso daba igual pero yo lo sabía, no había ido ahí a buscarlo a lo loco en un día fortuito. La moneda empezó a brillar, por que al final yo era la que hacía el traslador asumiendo que si preguntaba a dónde iríamos era por que ya había accedido.
Caí medio aventada en mi mesa de noche donde casi tiro la lámpara y una pequeña escultura de calamar comiéndose un barco que papá me había traído de Hollanda después de un mundial. me acomodé el cabello por que los trasladores siempre me despeinaban y después volví a reír con un poco de nervios.
-¿Te acuerdas? Casi todo está igual. Ok, antes de que pienses que te quiero asesinar o tomarte muestras de sangre.... mira, Angus, necesito estar con un chico. O sea, estar con un chico. A ti te conozco, me das cierta confianza pero tampoco eres como un mejor amigo del que pueda terminar enamorada. No tienes novia, pero seguro has estado con muchas chicas y...
Me volví a reír, dejando mi bolsa sobre la cama y mirando el montón de tonterías infantiles que tenía en mi habitación como pensando por qué no había dicho cualquier otro lugar, incluso su casa, por que mi habitación era lo menos sexualmente incitante del mundo.
Mira, si todo esto te parece demencial nos bebemos algo, vemos una película y olvidamos el asunto... puedo bajar a la cocina por unas cervezas. De todos modos pensaba hacerlo
-Perdón, todo lo que dije sonó espantoso. A ver, olvídalo y empezamos de nuevo, qué te parece... ¿Mi habitación? Frimley road 34
Mi habitación, que sonaría muy raro pero era un lugar donde ya había estado por esa larga, larguísima noche en la que habíamos pasado comiendo chatarra, mirando Ginger Snaps y esperando a que Jet y el horrible de Joe dejaran de "entrentenerse". Mis padres no estaban, por que ninguno tenía partido en estadios cercanos a Londres y bueno, eso daba igual pero yo lo sabía, no había ido ahí a buscarlo a lo loco en un día fortuito. La moneda empezó a brillar, por que al final yo era la que hacía el traslador asumiendo que si preguntaba a dónde iríamos era por que ya había accedido.
Caí medio aventada en mi mesa de noche donde casi tiro la lámpara y una pequeña escultura de calamar comiéndose un barco que papá me había traído de Hollanda después de un mundial. me acomodé el cabello por que los trasladores siempre me despeinaban y después volví a reír con un poco de nervios.
-¿Te acuerdas? Casi todo está igual. Ok, antes de que pienses que te quiero asesinar o tomarte muestras de sangre.... mira, Angus, necesito estar con un chico. O sea, estar con un chico. A ti te conozco, me das cierta confianza pero tampoco eres como un mejor amigo del que pueda terminar enamorada. No tienes novia, pero seguro has estado con muchas chicas y...
Me volví a reír, dejando mi bolsa sobre la cama y mirando el montón de tonterías infantiles que tenía en mi habitación como pensando por qué no había dicho cualquier otro lugar, incluso su casa, por que mi habitación era lo menos sexualmente incitante del mundo.
Mira, si todo esto te parece demencial nos bebemos algo, vemos una película y olvidamos el asunto... puedo bajar a la cocina por unas cervezas. De todos modos pensaba hacerlo
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Angus la dejó hacer el traslador, porque aunque conocía el lugar, no se sentía capaz de fabricarlo con precisión. Le sonó raro que quisiera era pero como no era la primera vez, pensó que tal vez quería enseñarle algo, o pedirle otro tipo de favor no precisamente el que le iba a pedir, que no se esperaba. Cayó bien y de pie, hasta se acercó a auxiliar a Juno para que no se matara con la mesa, ya estaba muy acostumbrado a los trasladores porque los usaba diario de ida y vuelta, no tenía ya aterrizajes atropellados. Si que en su habitación estaba todo casi igual, echó un vistazo a algunas cosas.
-¿Todavía tienes batalla naval? ¿No estará Joseph aquí con Jet, cierto?- Preguntó señalando hacia fuera, o mejor dicho, a la habitación de enfrente que era la de su hermana. Recordaba que por moralidad y comodidad, habían escuchado la película a un sonido surround de cine, también habían puesto volumen alto a los videojuegos y a la música. Recordar eso le dio mucha risa, que se cortó cuando comenzó a hilar lo que Juno le decía.
Al terminar de procesarlo soltó una carcajada sin poderlo evitar. -¿Es de verdad?-Al irse dando cuenta de que lo era, ahogó la risa y trató de mirarla muy serio. La verdad estaba evaluando la situación, la seguía viendo joven pero no como cuando tenía 14 años. Había besado a Gianna también como un juego, pero no era lo mismo besar y coquetear a follar en toda la extensión de la palabra, lo que era más, a quitarle la virginidad a alguien. Se volvió a reír, pero de nervios.
-Las cervezas estarían bien.-No sabía qué decir, nunca le habían hecho una propuesta así. Volvió a mirar a Juno, todavía con mucha duda en la cara.-No quiero que pienses que soy un patán, es muy aprovechado de mi parte hacerte creer que tienes razón en tu estudio, que soy la mejor opción por todas esas razones que dices y adoptar el papel de que mejor conmigo que te cuido que con cualquier otro idiota.-Pero no pensaba que eso estuviera exactamente bien.
-¿Por qué así? ¿No prefieres esperar a un novio y hacerlo estando enamorada como muchas niñas? No creas que te estoy tratando de impartir una lección, pero me sorprende. -Le sorprendía y mucho. Se sentía como un experimento del laboratorio de pociones.-No te estoy diciendo que no, solo un idiota te rechazaría, eres preciosa, pero me da curiosidad, es todo.
-¿Todavía tienes batalla naval? ¿No estará Joseph aquí con Jet, cierto?- Preguntó señalando hacia fuera, o mejor dicho, a la habitación de enfrente que era la de su hermana. Recordaba que por moralidad y comodidad, habían escuchado la película a un sonido surround de cine, también habían puesto volumen alto a los videojuegos y a la música. Recordar eso le dio mucha risa, que se cortó cuando comenzó a hilar lo que Juno le decía.
Al terminar de procesarlo soltó una carcajada sin poderlo evitar. -¿Es de verdad?-Al irse dando cuenta de que lo era, ahogó la risa y trató de mirarla muy serio. La verdad estaba evaluando la situación, la seguía viendo joven pero no como cuando tenía 14 años. Había besado a Gianna también como un juego, pero no era lo mismo besar y coquetear a follar en toda la extensión de la palabra, lo que era más, a quitarle la virginidad a alguien. Se volvió a reír, pero de nervios.
-Las cervezas estarían bien.-No sabía qué decir, nunca le habían hecho una propuesta así. Volvió a mirar a Juno, todavía con mucha duda en la cara.-No quiero que pienses que soy un patán, es muy aprovechado de mi parte hacerte creer que tienes razón en tu estudio, que soy la mejor opción por todas esas razones que dices y adoptar el papel de que mejor conmigo que te cuido que con cualquier otro idiota.-Pero no pensaba que eso estuviera exactamente bien.
-¿Por qué así? ¿No prefieres esperar a un novio y hacerlo estando enamorada como muchas niñas? No creas que te estoy tratando de impartir una lección, pero me sorprende. -Le sorprendía y mucho. Se sentía como un experimento del laboratorio de pociones.-No te estoy diciendo que no, solo un idiota te rechazaría, eres preciosa, pero me da curiosidad, es todo.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
Tampoco había enloquecido tanto como para haber ido previamente a casa, preparar un escenario erótico de esos de las películas porno que algunas veces veía con Jet cuando habíamos pedido de navidad ese sistema de televisión por cable muggle con un montón de canales. Todo me parecía tan ridículo que terminaba riéndome pero al final veía pasmada todo ese color rosado llenando la pantalla, todos esos gritos demenciales y un montón de cosas que sólo me hacían fruncir el ceño. El sexo normal no podría ser así, por que de serlo seguro me reiría todo el tiempo.
Me reí cuando se mostraba sorprendido y daba sus argumentos. Cómo no, me parecería raro que no dijera algo al respecto, pero tampoco sabía qué responder con precisión y ahora que lo preguntaba de esa manera empezaba a pensar que algo fallaba en mi cabeza ¿Por qué no tener un novio y ya?
-Bueno, es que los novios tardan mucho en llegar ¡No puedo esperar tanto! Lo dije con sinceridad, por que no había tenido novios que contaran y tenía qué conformarme con las historias raras de Jet, con mis propias ideas sobre el sexo y las películas horrendas que a veces me hacían pensar que tal vez yo había nacido sin deseo sexual. Pero no. -No pienso mal de ti, al contrario, pienso muy bien de ti. Eres decente y todo, esas cosas se notan, si se lo hubiera pedido a un patán ya estaríamos, bueno, ya sabes...
Vigen y sin experiencia, pero no ingenua. Más valía que no le mostrara mis cálculos y mis números ni el por qué había concluido que él era la mejor opción, tampoco mencionar que él por que no sería eyaculador precoz a su edad, ni un bruto... todo basado en puras especulaciones. Quizás era todas esas cosas y me estaba embarcando en una experiencia horrible, pero bueno, al menos la estadística estaba de mi lado. Me volvió a dar risa su halago oculto entre la sorpresa, y no lo culpaba. Por la sorpresa, no por el halago.
-Ocurra o no, vamos por las cervezas. ¿Me acompañas? Me quité la sudadera que llevaba y me quedé con una camiseta de siluetas de conejos que llevaba ese día; no le había puesto particular empeño a mi ropa exterior, sólo había elegido cosas lindas en caso de que de verdad terminara alguien quitándome la camiseta ese día. Dejé prendida una ténue lamparilla en la habitación y moví la cabeza para que me acompañara escaleras abajo. Era una casa muy pequeña, a menos que madre tuviera fiesta, cuando se agrandaba con un par de hechizos. No teníamos refrigerador, por que éramos una familia de magos muy magos, aunque tuviéramos televisión y demás chácharas muggles en nuestras habitaciones por puro capricho. Abrí el baúl donde todo se mantenía frío, y donde había puras cervezas alemanas. Saqué una para Angus y otra para mi y lo miré aunque casi no veía nada ahí, a oscuras en la estancia de la que ni me había molestado en encender el candil.
-Además esa barba indica que eres abierto de mente, lo leí en un tratado de psicología de la imagen de un mago. La comunidad científica no lo acepta... ¿Salud?
Me reí cuando se mostraba sorprendido y daba sus argumentos. Cómo no, me parecería raro que no dijera algo al respecto, pero tampoco sabía qué responder con precisión y ahora que lo preguntaba de esa manera empezaba a pensar que algo fallaba en mi cabeza ¿Por qué no tener un novio y ya?
-Bueno, es que los novios tardan mucho en llegar ¡No puedo esperar tanto! Lo dije con sinceridad, por que no había tenido novios que contaran y tenía qué conformarme con las historias raras de Jet, con mis propias ideas sobre el sexo y las películas horrendas que a veces me hacían pensar que tal vez yo había nacido sin deseo sexual. Pero no. -No pienso mal de ti, al contrario, pienso muy bien de ti. Eres decente y todo, esas cosas se notan, si se lo hubiera pedido a un patán ya estaríamos, bueno, ya sabes...
Vigen y sin experiencia, pero no ingenua. Más valía que no le mostrara mis cálculos y mis números ni el por qué había concluido que él era la mejor opción, tampoco mencionar que él por que no sería eyaculador precoz a su edad, ni un bruto... todo basado en puras especulaciones. Quizás era todas esas cosas y me estaba embarcando en una experiencia horrible, pero bueno, al menos la estadística estaba de mi lado. Me volvió a dar risa su halago oculto entre la sorpresa, y no lo culpaba. Por la sorpresa, no por el halago.
-Ocurra o no, vamos por las cervezas. ¿Me acompañas? Me quité la sudadera que llevaba y me quedé con una camiseta de siluetas de conejos que llevaba ese día; no le había puesto particular empeño a mi ropa exterior, sólo había elegido cosas lindas en caso de que de verdad terminara alguien quitándome la camiseta ese día. Dejé prendida una ténue lamparilla en la habitación y moví la cabeza para que me acompañara escaleras abajo. Era una casa muy pequeña, a menos que madre tuviera fiesta, cuando se agrandaba con un par de hechizos. No teníamos refrigerador, por que éramos una familia de magos muy magos, aunque tuviéramos televisión y demás chácharas muggles en nuestras habitaciones por puro capricho. Abrí el baúl donde todo se mantenía frío, y donde había puras cervezas alemanas. Saqué una para Angus y otra para mi y lo miré aunque casi no veía nada ahí, a oscuras en la estancia de la que ni me había molestado en encender el candil.
-Además esa barba indica que eres abierto de mente, lo leí en un tratado de psicología de la imagen de un mago. La comunidad científica no lo acepta... ¿Salud?
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Angus sonrió por su sinceridad, desde su posición las novias tardaban todavía más en llegar, había tenido compromisos serios con pocas chicas y no porque lo prefiriera así (ahora sí lo hacía), era porque ellas nunca estaban seguras de querer ser novias de un licántropo. En el caso de Juno podía estar prejuzgando mal pero quizá se debía a que intimidaba su pinta de sabelotodo. Ya pensándolo fríamente, que lo eligiera a él era más halagador de lo que podía parecer a simple vista, pero aunque no lo pareciera, pasar por ese trámite era más responsabilidad de la que ella se podría imaginar.
La siguió para que fueran por las cervezas. Ya que iba tras ella aprovechó para darle una ojeada general por detrás, Hacerse ideas no le costaba nada de trabajo, lo que le costaba era entender cabalmente lo que estaba pasando. Creía que Juno hacía bien en tomar eso como un procedimiento en la vida, no muchas chicas lo tomaban así y era interesante desde cierto punto de vista. Casi tan científicamente interesante como una poción.
Agarró la cerveza fría que Juno le ofrecía en penumbras y la abrió con los dientes como había hecho la noche en que había llevado a Aquila a comer hamburguesas. La vez que había pasado horas en su casa había tomado una de esas, que suponía que eran de Immëndorff el jugador de quidditch. Era una lástima no habérselo topado nunca, aunque por lo que pintaba del día, topárselo en ese momento también sería la peor experiencia bochornosa.
-Salud.-Chocó su botella con la de ella. La seguía mirando fijo todavía en la penumbra. No le iba a decir que no, no solo porque sería un marica, sino porque no quería abochornarla, ni hacerla pasar vergüenzas, ni pretender que nada pasaba, eso nunca funcionaba. Lo decidió en un segundo, dejó la cerveza en la primer superficie estable que encontró y se acercó a Juno.
-No esperas que sea un trámite de que te bajo las bragas, lo hacemos y ya, ¿verdad?-Porque si así era, no iba a poder. Le pasó la mano por la mejilla, bajó hasta su nuca y se inclinó para besarla como mandaba la ley. Por lo menos un poco de coqueteo, de intención. No se trataba de que su primera vez fuera una rígida cochinada, se sentía responsable.
La siguió para que fueran por las cervezas. Ya que iba tras ella aprovechó para darle una ojeada general por detrás, Hacerse ideas no le costaba nada de trabajo, lo que le costaba era entender cabalmente lo que estaba pasando. Creía que Juno hacía bien en tomar eso como un procedimiento en la vida, no muchas chicas lo tomaban así y era interesante desde cierto punto de vista. Casi tan científicamente interesante como una poción.
Agarró la cerveza fría que Juno le ofrecía en penumbras y la abrió con los dientes como había hecho la noche en que había llevado a Aquila a comer hamburguesas. La vez que había pasado horas en su casa había tomado una de esas, que suponía que eran de Immëndorff el jugador de quidditch. Era una lástima no habérselo topado nunca, aunque por lo que pintaba del día, topárselo en ese momento también sería la peor experiencia bochornosa.
-Salud.-Chocó su botella con la de ella. La seguía mirando fijo todavía en la penumbra. No le iba a decir que no, no solo porque sería un marica, sino porque no quería abochornarla, ni hacerla pasar vergüenzas, ni pretender que nada pasaba, eso nunca funcionaba. Lo decidió en un segundo, dejó la cerveza en la primer superficie estable que encontró y se acercó a Juno.
-No esperas que sea un trámite de que te bajo las bragas, lo hacemos y ya, ¿verdad?-Porque si así era, no iba a poder. Le pasó la mano por la mejilla, bajó hasta su nuca y se inclinó para besarla como mandaba la ley. Por lo menos un poco de coqueteo, de intención. No se trataba de que su primera vez fuera una rígida cochinada, se sentía responsable.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
Yo había abierto mi cerveza con la varita y fruncí el ceño, aunque sonreía, cuando Angus abría la suya con los dientes, hasta me daba un poco de risa por que parecía encajar perfectamente con su barba y su aspecto de señor de la caballería medieval o algo así. Le sonreí después de brindar y le di un buen trago a la cerveza, por que después de toda mi palabrería también sentía que lo necesitaba. Se me ocurrió que era mala idea poco después por que quizás querría ir al baño, o el gas carbónico iba a traicionarme o algo espantoso.
Por eso lo miré con algo de espanto, que no tenía nada que ver ni con su cercanía ni con lo que decía, cuando hablaba del trámite y de las bragas. Sólo pude sonreír un poco cuando tocaba mi rostro y después me besaba, sintiendo que su barba me hacía un poco de cosquillas, pero no estaba mal. Primero que nada tenía que comprobar que no besaba horriblemente mal o algo así, y no, no besaba horriblemente mal. Cerré los ojos y hasta suspiré un poco hasta que nos separamos.
-¡Claro que no! Tienes que lucirte con tu mejor material
Me volvió a dar risa por que de pronto sentía un leve calor en las mejillas y vergonzosamente también lo sentí entre las piernas como si fuera así de instantáneo ¡Por todos los dioses! Ni siquiera me había tocado. Había hecho bien en pedírselo, sería un desastre enamorarme de alguien y estar con toda esa tontería, o eso pensaba, mis ideas sobre los novios y tal tampoco eran las más acertadas, yo no era como Jet con sus novios y sus minifaldas y sus historias. No dejaba muy en secreto que a menudo la envidiaba.
Lo besé otra vez, pero antes me subí en la primera escalera para que no tuviera que torcerse como salmón. Había visto películas, leído muchos libros, y nadie podía decir que fuera un completo inepto en esas situaciones, pues después de todo era un acto muy instintivo. Lo besé abrazando un poco su cintura y después levanté un poco su camiseta con ambas manos. Desde que se había acercado sabía que no se había negado a mis locuras y bueno, había que entrar en ambiente, aunque sonreía con timidez casi todo el tiempo.
-¿Te la quitas?
Se lo pedí por que me parecía más fácil que él se la quitara, yo me moría de vergüenza respecto a quitarme la ropa, claro, no pretendía follármelo con abrigo y calcetines puestos, pero tampoco era tan segura de mi misma como para apresurarme a quitarme todo yo.
Por eso lo miré con algo de espanto, que no tenía nada que ver ni con su cercanía ni con lo que decía, cuando hablaba del trámite y de las bragas. Sólo pude sonreír un poco cuando tocaba mi rostro y después me besaba, sintiendo que su barba me hacía un poco de cosquillas, pero no estaba mal. Primero que nada tenía que comprobar que no besaba horriblemente mal o algo así, y no, no besaba horriblemente mal. Cerré los ojos y hasta suspiré un poco hasta que nos separamos.
-¡Claro que no! Tienes que lucirte con tu mejor material
Me volvió a dar risa por que de pronto sentía un leve calor en las mejillas y vergonzosamente también lo sentí entre las piernas como si fuera así de instantáneo ¡Por todos los dioses! Ni siquiera me había tocado. Había hecho bien en pedírselo, sería un desastre enamorarme de alguien y estar con toda esa tontería, o eso pensaba, mis ideas sobre los novios y tal tampoco eran las más acertadas, yo no era como Jet con sus novios y sus minifaldas y sus historias. No dejaba muy en secreto que a menudo la envidiaba.
Lo besé otra vez, pero antes me subí en la primera escalera para que no tuviera que torcerse como salmón. Había visto películas, leído muchos libros, y nadie podía decir que fuera un completo inepto en esas situaciones, pues después de todo era un acto muy instintivo. Lo besé abrazando un poco su cintura y después levanté un poco su camiseta con ambas manos. Desde que se había acercado sabía que no se había negado a mis locuras y bueno, había que entrar en ambiente, aunque sonreía con timidez casi todo el tiempo.
-¿Te la quitas?
Se lo pedí por que me parecía más fácil que él se la quitara, yo me moría de vergüenza respecto a quitarme la ropa, claro, no pretendía follármelo con abrigo y calcetines puestos, pero tampoco era tan segura de mi misma como para apresurarme a quitarme todo yo.
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Juno lo ponía más nervioso si le pedía que se luciera con su mejor material. No nervioso como un colegial o como un novio que quería quedar bien sino porque seguía sintiendo esa espina de responsabilidad por quedar bien y porque ella no se llevara una pésima idea de lo que era el sexo. En pocas palabras, si Juno quedaba decepcionada o creía que follar no tenía nada de extraordinario, sería cabalmente su culpa y él lo sabía. Ese era el pensamiento que lo carcomía más que ningún otro.
-Lo intentaré-Le dijo también con una risa para disimular que estaba pasando mal momento mental. Probablemente solo era cosa de tranquilizarse y seguir la corriente para no pensar en eso como lo estaba pensando y que todo fuera más natural y no tratara de cubrir todo haciéndolo como se suponía que debía ser, sino dejando que fluyera. Era lo mejor que podía hacer.
Su experiencia tampoco era tremendamente amplia. Hasta donde a él le concernía, Joseph que era más joven se había follado a más chicas que él. Eso era en gran parte porque Angus durante una época, la escolar, fue un chico enamoradizo y fiel. Y cuando terminaba quitándole la ropa a una chica, le costaba mucho trabajo fijarse en una diferente. Sus aventuras casuales y pasajeras no formaban una gran lista.
Juno lo besó de nuevo y él le respondió sin hacerse más líos en la cabeza. Ya estaba su resolución: dejaría de pensar que era un favor y comenzaría a entrar en ambiente. La tomó por la cintura y la acercó a él. No era nada difícil plantearse la posibilidad y el escenario imaginario de haber llegado ahí sin que Juno se lo hubiera pedido como un favor científico.
-Pero aquí no, porque hace frío.-Y no se la iba a follar sobre el baúl de las cervezas. O mejor sí, pero después, si todo salía bien y ella no terminaba pensando que el sexo era de lo peor. La besó una tercera vez, comenzando a acostumbrarse de muy buena gana al sabor de sus labios y le tomó la mano para llevarla de vuelta a su habitación. La tomó de nuevo por la cintura, acarició su cuello. No sabía tampoco hasta donde había llegado antes con otros, no sabía si era adecuado preguntar.
La jaló un poco para poder sentarse en el borde de la cama y le dio a entender con el lenguaje corporal que se sentara encima de él. Era bastante más pequeña que él y no quería que estuvieran en posiciones incómodas, mejor hacerlo todo más fácil.
-Lo intentaré-Le dijo también con una risa para disimular que estaba pasando mal momento mental. Probablemente solo era cosa de tranquilizarse y seguir la corriente para no pensar en eso como lo estaba pensando y que todo fuera más natural y no tratara de cubrir todo haciéndolo como se suponía que debía ser, sino dejando que fluyera. Era lo mejor que podía hacer.
Su experiencia tampoco era tremendamente amplia. Hasta donde a él le concernía, Joseph que era más joven se había follado a más chicas que él. Eso era en gran parte porque Angus durante una época, la escolar, fue un chico enamoradizo y fiel. Y cuando terminaba quitándole la ropa a una chica, le costaba mucho trabajo fijarse en una diferente. Sus aventuras casuales y pasajeras no formaban una gran lista.
Juno lo besó de nuevo y él le respondió sin hacerse más líos en la cabeza. Ya estaba su resolución: dejaría de pensar que era un favor y comenzaría a entrar en ambiente. La tomó por la cintura y la acercó a él. No era nada difícil plantearse la posibilidad y el escenario imaginario de haber llegado ahí sin que Juno se lo hubiera pedido como un favor científico.
-Pero aquí no, porque hace frío.-Y no se la iba a follar sobre el baúl de las cervezas. O mejor sí, pero después, si todo salía bien y ella no terminaba pensando que el sexo era de lo peor. La besó una tercera vez, comenzando a acostumbrarse de muy buena gana al sabor de sus labios y le tomó la mano para llevarla de vuelta a su habitación. La tomó de nuevo por la cintura, acarició su cuello. No sabía tampoco hasta donde había llegado antes con otros, no sabía si era adecuado preguntar.
La jaló un poco para poder sentarse en el borde de la cama y le dio a entender con el lenguaje corporal que se sentara encima de él. Era bastante más pequeña que él y no quería que estuvieran en posiciones incómodas, mejor hacerlo todo más fácil.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
Claro, qué tonta. Y sí, ahí hacía frío. Subí la cerveza a la cual le di un trago mientras subíamos cuando me llevaba de la mano y volví a sentirme súbitamente avergonzada por mi habitación, con un poster de Ginger Snaps, otro de Make out with violence, otra película de terror y amor. Esos muggles eran los mejores haciendo esas cosas, sobre todo recreando licántropos y muertos vivos. Licántropos ¡Había decidido hacerlo con un licántropo! Y al final resultaba que Jet tenía un poco de razón, los hombres a menos que estuvieran locamente enamorados de otra, no se negaban a esas cosas.
Había esculcado el baúl de ropa interior de Jet, por que la mía no era tan bonita. Tomé un par de cosas que me parecieron similares a mi estilo, nada negro, nada neón ni nada con estampados animales o locuras así, por que me iba a ver como una tonta. Fueron de hecho las cosas más ñoñas que tenía y no parecía usarlas mucho por que estaban casi nuevas. Ya me había quitado la camisa de las flores y los conejos y estaba sólo en una camiseta de tirantes. ¿Que me sentara sobre él? ¿Por qué no pensó en algo más simple? No iba a decirle que mejor de otro modo por que tampoco sabría de qué otro modo querría estar. Así que procurando no caerme me puse como quería, y en verdad era conveniente por que resultaba fácil besarlo a esa altura. Lo hice, volviendo a acariciar su piel por debajo de la camiseta. Lo que resultaba un verdadero dilema eran las gafas, por que iba a ver manchas sin ellas.
-No sé qué hacer con mis gafas. Si me las quito te veré borroso como si me hubiera conseguido un polvo perdida de borracha
Esta vez tuve un poco más de confianza para quitarle la camiseta, por que en mi habitación no hacía frío. Sonreí de nuevo con timidez aunque me daban ganas de ya no hacerlo por que sentía que repetía y repetía en mismo gesto, y entonces lo volví a besar, pero un poco en su cuello, cerca de su oreja, recorriendo sus hombros con mis manos. Era fácil dejarse llevar, ahora entendía por que para Jet a veces parecía resultarle tan natural según lo que me contaba. Volví a alarmarme por ese calor que se afianzaba entre mis piernas y que era ya como una especie de pulso que extrañamente empezaba a hacer que me concentrara en el momento y nada más. Solté otro suspiro a causa de esto y lo abracé, pensando que cuando le había dicho a Regina como a los once años que de grande me iba a casar con el amigo de su hermano, jamás se me hubiera ocurrido que en un futuro iba a estar besando su cuello. Por iniciativa mía. Dioses, lo de la ciencia era una bonita coartada, la verdad era que me le había lanzado como una zorra. Y la verdad no me provocaba remordimiento.
- ¿Qué hago? Tienes qué enseñarme, soy tu alumna. Imagina que tienes qué hacerme una chica excepcional en la cama, ya sabes, para cuando tenga un novio.
Se lo dije con la voz algo entrecortada aunque no me sentía realmente agitada como al correr o algo así, era una agitación distinta que me dio un poco de vergüenza. Volví a besarlo y sin darme cuenta presioné un poco mi cadera contra él, por que sentía que una fuerza invisible me hacía querer apretar las piernas por una rara ansiedad, no sabía describirlo bien. Hasta pensé por un instante que tenía ganas de ir al baño, pero no. Rocé mi naríz con la suya, acercando mis labios pero sin tocarlo totalmente. Que fuera virgen y todo lo demás no quería decir que no supiera al menos un poco de esos jueguitos.
Había esculcado el baúl de ropa interior de Jet, por que la mía no era tan bonita. Tomé un par de cosas que me parecieron similares a mi estilo, nada negro, nada neón ni nada con estampados animales o locuras así, por que me iba a ver como una tonta. Fueron de hecho las cosas más ñoñas que tenía y no parecía usarlas mucho por que estaban casi nuevas. Ya me había quitado la camisa de las flores y los conejos y estaba sólo en una camiseta de tirantes. ¿Que me sentara sobre él? ¿Por qué no pensó en algo más simple? No iba a decirle que mejor de otro modo por que tampoco sabría de qué otro modo querría estar. Así que procurando no caerme me puse como quería, y en verdad era conveniente por que resultaba fácil besarlo a esa altura. Lo hice, volviendo a acariciar su piel por debajo de la camiseta. Lo que resultaba un verdadero dilema eran las gafas, por que iba a ver manchas sin ellas.
-No sé qué hacer con mis gafas. Si me las quito te veré borroso como si me hubiera conseguido un polvo perdida de borracha
Esta vez tuve un poco más de confianza para quitarle la camiseta, por que en mi habitación no hacía frío. Sonreí de nuevo con timidez aunque me daban ganas de ya no hacerlo por que sentía que repetía y repetía en mismo gesto, y entonces lo volví a besar, pero un poco en su cuello, cerca de su oreja, recorriendo sus hombros con mis manos. Era fácil dejarse llevar, ahora entendía por que para Jet a veces parecía resultarle tan natural según lo que me contaba. Volví a alarmarme por ese calor que se afianzaba entre mis piernas y que era ya como una especie de pulso que extrañamente empezaba a hacer que me concentrara en el momento y nada más. Solté otro suspiro a causa de esto y lo abracé, pensando que cuando le había dicho a Regina como a los once años que de grande me iba a casar con el amigo de su hermano, jamás se me hubiera ocurrido que en un futuro iba a estar besando su cuello. Por iniciativa mía. Dioses, lo de la ciencia era una bonita coartada, la verdad era que me le había lanzado como una zorra. Y la verdad no me provocaba remordimiento.
- ¿Qué hago? Tienes qué enseñarme, soy tu alumna. Imagina que tienes qué hacerme una chica excepcional en la cama, ya sabes, para cuando tenga un novio.
Se lo dije con la voz algo entrecortada aunque no me sentía realmente agitada como al correr o algo así, era una agitación distinta que me dio un poco de vergüenza. Volví a besarlo y sin darme cuenta presioné un poco mi cadera contra él, por que sentía que una fuerza invisible me hacía querer apretar las piernas por una rara ansiedad, no sabía describirlo bien. Hasta pensé por un instante que tenía ganas de ir al baño, pero no. Rocé mi naríz con la suya, acercando mis labios pero sin tocarlo totalmente. Que fuera virgen y todo lo demás no quería decir que no supiera al menos un poco de esos jueguitos.
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Al licántropo no se le ocurría ningún hechizo que funcionara para evitar la ceguera temporal de no ser por el que le lanzaba a algunos hipogrifos con cataratas, pero no le iba a proponer a Juno echarle en los ojos un hechizo de animalotes. Otra solución podía ser afianzárselos con algún hechizo para que no se le cayeran, pero en algún momento se le empañarían, a menos que también le hicieran ese hechizo que repelía hasta la lluvia. Demasiadas molestias.-Solo se me ocurre algo para que los hipogrifos se curen de sus cataratas. Es estúpido.-Dejó que ella lo resolviera como quisiera, porque él de verdad no sabía qué hacer y no estaba ya pensando con claridad suficiente, menos cuando le quitaba la camiseta.
No le importaba que sonriera, ni que el gesto se repitiera una vez tras otra. Le hubiera pedido que siguiera sonriendo de haber sabido que se planteaba dejarlo. Era una suerte llevar el cabello amarrado porque así le era más fácil a ella besarlo en el cuello y hacer lo que quisiera. Juno tenía bonitos ojos, bonito cabello y su sonrisa era la mejor parte. Bajó las manos hasta su espalda, la atrajo hacia él. Estaba intentando ser delicado, pero conforme más lo besaba y más cerca lo sentía. Se rió por lo de ser alumna suya, sonaba como a diálogo de película porno pero no lo dijo en voz alta.
Le quitó la camiseta de tirantes para dejarla solo con el sostén. La miró una última vez con duda, pero luego lo olvidó. Comenzó a besarle el cuello también, bajó por su clavícula y terminó en el inicio de sus pechos. La sostenía con una mano por la espalda, con la otra acariciaba su abdomen, su cuello y su rostro sin orden alguno en particular.
La besó por encima del sostén, buscó el olor de su piel con algo de animalidad en su proceder. Terminó por medio bajar el sostén sin desabrocharlo para pasar lentamente la lengua por ellos, trazando círculos, depositando besos. Luego volvió a subir a su boca. Seguía sin saber cuánto había llegado a hacer antes pero eso ya no importaba, comenzaba a hacer las cosas con otra perspectiva. Respiró profundo y tomó aire.
Buscó la mano de Juno para llevarla por encima de su pantalón, que sintiera su excitación. Apresuradamente desabotonó su pantalón y la separó de él haciendo que se bajara para hacer lo mismo con el suyo. Así de pie se acercó a ella para meter la mano dentro de sus pantalones y su ropa interior, buscar su sexo, acariciar por encima con sus dedos. Se tardó poco mientras la besaba en las mejillas, en el cuello y de nuevo en la boca. Se deshizo de su propia ropa quedando solo en ropa interior e indicándole que hiciera lo mismo, para volver a la misma posición.
No le importaba que sonriera, ni que el gesto se repitiera una vez tras otra. Le hubiera pedido que siguiera sonriendo de haber sabido que se planteaba dejarlo. Era una suerte llevar el cabello amarrado porque así le era más fácil a ella besarlo en el cuello y hacer lo que quisiera. Juno tenía bonitos ojos, bonito cabello y su sonrisa era la mejor parte. Bajó las manos hasta su espalda, la atrajo hacia él. Estaba intentando ser delicado, pero conforme más lo besaba y más cerca lo sentía. Se rió por lo de ser alumna suya, sonaba como a diálogo de película porno pero no lo dijo en voz alta.
Le quitó la camiseta de tirantes para dejarla solo con el sostén. La miró una última vez con duda, pero luego lo olvidó. Comenzó a besarle el cuello también, bajó por su clavícula y terminó en el inicio de sus pechos. La sostenía con una mano por la espalda, con la otra acariciaba su abdomen, su cuello y su rostro sin orden alguno en particular.
La besó por encima del sostén, buscó el olor de su piel con algo de animalidad en su proceder. Terminó por medio bajar el sostén sin desabrocharlo para pasar lentamente la lengua por ellos, trazando círculos, depositando besos. Luego volvió a subir a su boca. Seguía sin saber cuánto había llegado a hacer antes pero eso ya no importaba, comenzaba a hacer las cosas con otra perspectiva. Respiró profundo y tomó aire.
Buscó la mano de Juno para llevarla por encima de su pantalón, que sintiera su excitación. Apresuradamente desabotonó su pantalón y la separó de él haciendo que se bajara para hacer lo mismo con el suyo. Así de pie se acercó a ella para meter la mano dentro de sus pantalones y su ropa interior, buscar su sexo, acariciar por encima con sus dedos. Se tardó poco mientras la besaba en las mejillas, en el cuello y de nuevo en la boca. Se deshizo de su propia ropa quedando solo en ropa interior e indicándole que hiciera lo mismo, para volver a la misma posición.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
La sonrisa que me había dejado su idea del hechizo para los hipogrifos se borraba cuando me quitaba la camiseta y me quedaba frente a él sólo en ese sosten blanco que se transparentaba casi todo; me sonrojé de inmediato pero no tuve que volver a mirarlo por que era él quien me besaba y eso hacía todo más fácil, aunque a medida que se acercaba a mis pechos me ponía más nerviosa, sintiendo la leve aspereza de su barba contra mi piel y todas sus caricias repartidas en cualquier parte.
Cerré los ojos cuando sentía que me tocaba por encima de la tela de encaje y gemí en el instante en que quitaba del camino el sostén ajeno y me besaba los pechos. Empujé un poco su cara como su no quisiera que lo hiciera pero sintiendo de nuevo que mis piernas se apretaban y que todo el calor posible subía a mi rostro, a todos lados.
Bajé la mirada para ver cómo los besaba, cómo pasaba su lengua por mi piel hasta el momento en que nos besábamos de nuevo. Nadie antes lo había hecho así, aunque no se hubiera tomado tanto tiempo; claro que había un par de manos privilegiadas que me habían tocado, aún por debajo del sostén, pero no era igual. Hacerlo a escondidas, con cierta prisa y con más miedo de ser sorprendida que con ganas, no se sentía igual. Lo dejé hacer, estaba dispuesta a dejarme guiar de la manera en que mejor le pareciera. Tampoco era la primera vez que tocaba uno, pero todo había quedado en mera memoria táctil. Estaba ocurriendo demasiado rápido. Solté otro gemido cuando me tocaba, era una reacción involuntaria.
-Espera, espera... le dije apretando las rodillas y tomando su muñeca con fuerza, de la mano que buscaba ir entre mis piernas, aunque al poco tiempo dejé de apretarlo tanto. Nada iba mal, sólo me había acobardado un instante. Me desabroché yo misma el sostén ajeno.
-Vuelve a hacer eso, se siente bien ¿Estaba siendo egoísta? Ahí llegaba el factor inexperiencia, no sabía exactamente qué clase de cosas le gustaban, que querría que yo hiciera. -¿Quieres que te haga algo? Enséñame Ya sabía que no eran los diálogos más incitantes por que las chicas de las películas decían cosas como oh si métemela eres tan grande pero eran ridiculeces que la gente normal no decía, no hacía falta ser un genio para saberlo.
Cerré los ojos cuando sentía que me tocaba por encima de la tela de encaje y gemí en el instante en que quitaba del camino el sostén ajeno y me besaba los pechos. Empujé un poco su cara como su no quisiera que lo hiciera pero sintiendo de nuevo que mis piernas se apretaban y que todo el calor posible subía a mi rostro, a todos lados.
Bajé la mirada para ver cómo los besaba, cómo pasaba su lengua por mi piel hasta el momento en que nos besábamos de nuevo. Nadie antes lo había hecho así, aunque no se hubiera tomado tanto tiempo; claro que había un par de manos privilegiadas que me habían tocado, aún por debajo del sostén, pero no era igual. Hacerlo a escondidas, con cierta prisa y con más miedo de ser sorprendida que con ganas, no se sentía igual. Lo dejé hacer, estaba dispuesta a dejarme guiar de la manera en que mejor le pareciera. Tampoco era la primera vez que tocaba uno, pero todo había quedado en mera memoria táctil. Estaba ocurriendo demasiado rápido. Solté otro gemido cuando me tocaba, era una reacción involuntaria.
-Espera, espera... le dije apretando las rodillas y tomando su muñeca con fuerza, de la mano que buscaba ir entre mis piernas, aunque al poco tiempo dejé de apretarlo tanto. Nada iba mal, sólo me había acobardado un instante. Me desabroché yo misma el sostén ajeno.
-Vuelve a hacer eso, se siente bien ¿Estaba siendo egoísta? Ahí llegaba el factor inexperiencia, no sabía exactamente qué clase de cosas le gustaban, que querría que yo hiciera. -¿Quieres que te haga algo? Enséñame Ya sabía que no eran los diálogos más incitantes por que las chicas de las películas decían cosas como oh si métemela eres tan grande pero eran ridiculeces que la gente normal no decía, no hacía falta ser un genio para saberlo.
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Juno tenía rasgos contradictorios que para Angus eran adorables como la manera en que parecía intentar alejarlo de ella o detener sus acciones con leves movimientos apenas perceptibles como cuando besaba sus pechos o cuando metía los dedos dentro de su ropa. Hasta ahora las reacciones parecían ser positivas a pesar de ese arrebato de detenerlo cuando iba entre sus piernas, un arrebato al que no hizo mucho caso.
¿Era muy abusivo de su parte decirle que se lo metiera a la boca o esas cosas? Pues sí, por eso decidió ser más dedicado y paciente con sus pretensiones. La jaló por la cintura para volver a sentarla encima de él en cuanto ella se quitó los pantalones. No prestó mucha atención a su ropa interior pero hubiera notado que no era bonita en cado de que así hubiera sido, pero dado que no era nada que saltaba a la vista de forma negativa, fue lo de menos.
Cuando la tuvo encima otra vez, adelantó el cuerpo hacia ella para que pudiera sentir la presión de su erección cerca de su sexo. Atacó su cuello otra vez, acarició sus pechos sin la ropa de por medio, enterró los dedos en su piel sintiéndose más ansioso conforme el calor entre su piel y la de ella iba aumentando. Se movió un poco más, rozándola aunque todavía tuvieran la ropa interior puesta e incitándola tomándola por las caderas a hacer prácticamente lo mismo.
Al notar incluso a través de la tela que estaba lo suficientemente húmeda luego de explorar con sus dedos, se las arregló para ir más atrás en la cama y tratar de deslizarle el último rastro de ropa que le quedaba, esta vez sí puso más atención a sus bragas al menos en textura y color mientras las deslizaba.
Si no le decía exactamente lo que tenía que hacer era porque no creía que fuera a aprender gran cosa verbalmente. En vez de eso solo le volvió a llevar la mano.-¿Lo has hecho antes?-Tocar así a un chico, no sabía, tenía que preguntar o se sentiría ridículo enseñándole cómo hacerlo, aunque de todos modos le marcaba el ritmo y le enseñaba al final. -¿Estás lista? ¿Estás segura?-Porque todavía no estaba cumpliéndole la petición si hablaba de detalles técnicos, pero su cuerpo por naturaleza ya no aguantaba los rodeos.
¿Era muy abusivo de su parte decirle que se lo metiera a la boca o esas cosas? Pues sí, por eso decidió ser más dedicado y paciente con sus pretensiones. La jaló por la cintura para volver a sentarla encima de él en cuanto ella se quitó los pantalones. No prestó mucha atención a su ropa interior pero hubiera notado que no era bonita en cado de que así hubiera sido, pero dado que no era nada que saltaba a la vista de forma negativa, fue lo de menos.
Cuando la tuvo encima otra vez, adelantó el cuerpo hacia ella para que pudiera sentir la presión de su erección cerca de su sexo. Atacó su cuello otra vez, acarició sus pechos sin la ropa de por medio, enterró los dedos en su piel sintiéndose más ansioso conforme el calor entre su piel y la de ella iba aumentando. Se movió un poco más, rozándola aunque todavía tuvieran la ropa interior puesta e incitándola tomándola por las caderas a hacer prácticamente lo mismo.
Al notar incluso a través de la tela que estaba lo suficientemente húmeda luego de explorar con sus dedos, se las arregló para ir más atrás en la cama y tratar de deslizarle el último rastro de ropa que le quedaba, esta vez sí puso más atención a sus bragas al menos en textura y color mientras las deslizaba.
Si no le decía exactamente lo que tenía que hacer era porque no creía que fuera a aprender gran cosa verbalmente. En vez de eso solo le volvió a llevar la mano.-¿Lo has hecho antes?-Tocar así a un chico, no sabía, tenía que preguntar o se sentiría ridículo enseñándole cómo hacerlo, aunque de todos modos le marcaba el ritmo y le enseñaba al final. -¿Estás lista? ¿Estás segura?-Porque todavía no estaba cumpliéndole la petición si hablaba de detalles técnicos, pero su cuerpo por naturaleza ya no aguantaba los rodeos.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
Me gustó que me pudiera mover con aparente facilidad, y eso tampoco era una coincidencia: había buscado específicamente a alguien más alto que yo, con el que no me sintiera enorme y torpe, por que sí que me había pasado, pero hacía mucho tiempo, cuando los chicos que me gustaban se parecían más a un niño que a Angus.
Como había hecho antes, cuando me besaba o me tocaba, me aparté un poco al sentirlo tan cerca de mi; en realidad no me estaba acobardando, sólo era una reacción que correspondía más a un juego que a una aversión real. Empecé a sentirme completamente húmeda y aunque sabía que así debía ser por un momento me preocupó que fuera demasiado, que estuviera ocurriendo algo raro. Por eso cuando me besaba el cuello no cerré los ojos y tenía un leve gesto de preocupación que pude ver reflejado en el cristal del cuadro enmarcado que tenía sobre la cama. Me gustó mi imagen parcial, sobre un chico besándome, como si estuviera en una posición de poder. Le sonreí un poco a mi reflejo antes de que al fin me quedara completamente desnuda frente a él, lo que me hizo sentir súbitamente muy vulnerable, pero ya no sonreí, en ese momento ya no me resultaba tan fácil.
Sólo negué un poco con la cabeza, por que no hacía falta entrar en detalles. Nada de especificar. Ningún "sí, pero...". Lo rodée con la mano algo temerosa, dejando que me guiara y esta vez sí pude sonreír como para que no se preocupara en ser tan específico. Sí, le había pedido que me enseñara, lo estaba haciendo, no estábamos en una clase de Pociones.
Volví a sentirme horriblemente excitada, sentí toda la piel de mis pechos erizada. Me mojé un poco los labios mientras miraba los suyos, sin dejar de acariciarlo. Repetí el gesto y tuve que poner la otra mano sobre su pecho para que se recostara sobre mi colcha de puntos rojos sobre fondo blanco y las almohadas algo ridículas a combinación. Las quité de un manotazo y esta vez sí me reí, aunque mi risa se apagó cuando volví a besar un poco su cuello un poco su pecho, bajando la mirada a donde estaba mi mano acariciándolo. Era la misma imagen un tanto violenta de las películas guarras que veía con Jet, pero también completamente distinto.
-¿Me das un minuto?
Era un crimen soltarlo así, pero no era por capricho. Me bajé de la cama y busqué mi bolso tirado en el piso, algo abrumada por que estaba haciendo algo que se suponía uno no debía estar desnudo. Saqué dos preservativos del bolso, ya sabía que sólo iba a usar uno en ese momento, pero los dejé en la mesa de noche y volví a su lado dándome cuenta que tenía un poco de frío.
-Listo, los tengo Besé un poco su mejilla, después sus labios no sin antes mojar los míos y me puse encima de él, aunque guardando aún ese espacio entre nuestros sexos, pues seguía intimidándome mi inexperiencia y prefería que él me guiara.
Como había hecho antes, cuando me besaba o me tocaba, me aparté un poco al sentirlo tan cerca de mi; en realidad no me estaba acobardando, sólo era una reacción que correspondía más a un juego que a una aversión real. Empecé a sentirme completamente húmeda y aunque sabía que así debía ser por un momento me preocupó que fuera demasiado, que estuviera ocurriendo algo raro. Por eso cuando me besaba el cuello no cerré los ojos y tenía un leve gesto de preocupación que pude ver reflejado en el cristal del cuadro enmarcado que tenía sobre la cama. Me gustó mi imagen parcial, sobre un chico besándome, como si estuviera en una posición de poder. Le sonreí un poco a mi reflejo antes de que al fin me quedara completamente desnuda frente a él, lo que me hizo sentir súbitamente muy vulnerable, pero ya no sonreí, en ese momento ya no me resultaba tan fácil.
Sólo negué un poco con la cabeza, por que no hacía falta entrar en detalles. Nada de especificar. Ningún "sí, pero...". Lo rodée con la mano algo temerosa, dejando que me guiara y esta vez sí pude sonreír como para que no se preocupara en ser tan específico. Sí, le había pedido que me enseñara, lo estaba haciendo, no estábamos en una clase de Pociones.
Volví a sentirme horriblemente excitada, sentí toda la piel de mis pechos erizada. Me mojé un poco los labios mientras miraba los suyos, sin dejar de acariciarlo. Repetí el gesto y tuve que poner la otra mano sobre su pecho para que se recostara sobre mi colcha de puntos rojos sobre fondo blanco y las almohadas algo ridículas a combinación. Las quité de un manotazo y esta vez sí me reí, aunque mi risa se apagó cuando volví a besar un poco su cuello un poco su pecho, bajando la mirada a donde estaba mi mano acariciándolo. Era la misma imagen un tanto violenta de las películas guarras que veía con Jet, pero también completamente distinto.
-¿Me das un minuto?
Era un crimen soltarlo así, pero no era por capricho. Me bajé de la cama y busqué mi bolso tirado en el piso, algo abrumada por que estaba haciendo algo que se suponía uno no debía estar desnudo. Saqué dos preservativos del bolso, ya sabía que sólo iba a usar uno en ese momento, pero los dejé en la mesa de noche y volví a su lado dándome cuenta que tenía un poco de frío.
-Listo, los tengo Besé un poco su mejilla, después sus labios no sin antes mojar los míos y me puse encima de él, aunque guardando aún ese espacio entre nuestros sexos, pues seguía intimidándome mi inexperiencia y prefería que él me guiara.
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Angus no había dejado de guiarle la mano pero Juno parecía también usar mucho de su acertado instinto. También estuvo muy bien que no hubiera dejado de repartir besos sin un orden establecido y sin que él le pidiera específicamente que no dejara de besarlo. No se molestó por la interrupción, él mismo recordó que traía preservativos en la mochila que había dejado en el bar esa noche y consideró que era muy desafortunado que la hubiera olvidado precisamente ese día, pero que seguro Jet tendría. Todo eso eventualmente los llevaría a interrumpir e irrumpir en el cuarto de la hermana de Juno pero por suerte y para corroborar qué tan en serio iba Juno con el elaborado plan, ella ya tenía preservativos, por lo que respiró tranquilo.
Tampoco iba a preguntarle si sabía poner uno de esos, pero no quería dar clases de educación sexual de secundaria muggle y por eso prefirió hacerlo él mismo. Tomó la mano de Juno otra vez para que siguiera tocándolo mientras él abría la envoltura con cuidado y procedió a colocarlo correctamente, aventando en cualquier lado el resto de la misma envoltura.
En un cambio de posición, Angus la recostó sobre la cama y volvió a pasar sus dedos por encima de su sexo húmedo. Sentirla así le arrancó una sonrisa. Besó con calma su pecho mientras seguía acariciándola, estuvo a punto de introducir al menos un dedo dentro de ella pero terminó por preferir mejor ir de lleno a lo que tocaba, sin que eso impidiera que tocara un poco más sabiendo exactamente qué punto acariciar, aunque adivinando el ritmo porque con todas era un poco distinto. Optó por hacerlo lento.
Luego se colocó encima de ella poniendo todo el peso de su cuerpo sobre sus propios brazos. Buscó su mirada pidiendo aprobación pero la besó lo más suavemente que pudo para hacerla entrar en confianza, incrementando el ritmo del beso a medida que se acercaba a ella. Ayudándose de una mano, aguantando con la otra para no terminar encima de ella, comenzó a abrirse espacio dentro, poco a poco.
El contacto inicial le arrancó un escalofrío de excitación que se incrementó conforme se abría camino en su calor y su humedad. Pero no se apresuró, lo hizo lento, esperaba sus órdenes. -Dime si te incomoda o si te estoy lastimando, voy a seguir.-Empujó hacia ella, con calma, teniendo toda la delicadeza aunque si era sincero, no sabía si eso de la lentitud servía de algo. No quería lastimarla y ya. Por más que la sensación fuera tan placentera y embriagante y que muriera de ganas de llegar a lo más profundo, no se trataba de él todo eso.
Tampoco iba a preguntarle si sabía poner uno de esos, pero no quería dar clases de educación sexual de secundaria muggle y por eso prefirió hacerlo él mismo. Tomó la mano de Juno otra vez para que siguiera tocándolo mientras él abría la envoltura con cuidado y procedió a colocarlo correctamente, aventando en cualquier lado el resto de la misma envoltura.
En un cambio de posición, Angus la recostó sobre la cama y volvió a pasar sus dedos por encima de su sexo húmedo. Sentirla así le arrancó una sonrisa. Besó con calma su pecho mientras seguía acariciándola, estuvo a punto de introducir al menos un dedo dentro de ella pero terminó por preferir mejor ir de lleno a lo que tocaba, sin que eso impidiera que tocara un poco más sabiendo exactamente qué punto acariciar, aunque adivinando el ritmo porque con todas era un poco distinto. Optó por hacerlo lento.
Luego se colocó encima de ella poniendo todo el peso de su cuerpo sobre sus propios brazos. Buscó su mirada pidiendo aprobación pero la besó lo más suavemente que pudo para hacerla entrar en confianza, incrementando el ritmo del beso a medida que se acercaba a ella. Ayudándose de una mano, aguantando con la otra para no terminar encima de ella, comenzó a abrirse espacio dentro, poco a poco.
El contacto inicial le arrancó un escalofrío de excitación que se incrementó conforme se abría camino en su calor y su humedad. Pero no se apresuró, lo hizo lento, esperaba sus órdenes. -Dime si te incomoda o si te estoy lastimando, voy a seguir.-Empujó hacia ella, con calma, teniendo toda la delicadeza aunque si era sincero, no sabía si eso de la lentitud servía de algo. No quería lastimarla y ya. Por más que la sensación fuera tan placentera y embriagante y que muriera de ganas de llegar a lo más profundo, no se trataba de él todo eso.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
No, no sabía cómo poner uno, pero la verdad ese conocimiento me daba soberanamente igual, pues sentía que era cosa de ellos y si no, eventualmente lo sabría. Seguí tocándolo, anticipándome a lo que se sentiría tenerlo dentro. En realidad no presté atención cuando se cumplía el proceso de la justa protección y me puse a mirar la lámpara apagada del techo y las estrellas que tenía pegadas en el mismo, pensando cuántas veces había mirado ese techo en situaciones tan distintas. Estaba por ocurrir algo que jamás olvidaría; aunque dejara de tener contacto con Finnerty en años, o se me olvidara específicamente su rostro, o hasta su nombre, ese momento jamás se iba a ir. Sonreí un poco.
Cuando lo volví a mirar ya habíamos cambiado de posición, mis piernas temblaron un poco al sentir su mano una vez más y sus besos sobre mis pechos, miré cómo lo hacía descubriendo que me gustaba más que sólo cerrar los ojos. Acaricié su cabello cuando lo hacía antes de intentar respirar profundo sin querer enfocarme sólo en eso. Quería pensar en todo mi cuerpo, en el suyo, en más cosas. Creía que se ponía un énfasis estresante en la penetración pero esas eran mis teorías feministas que se hicieron humo en el momento en que lo sentí. Gemí, o grité, o una mezcla de ambos. Mi abdomen se tensó como si estuviera ejercitándome e incluso levanté un poco los hombros y puse un brazo sobre su espalda como para afianzarme.
Respiré con la boca abierta sin saber bien qué decirle por que sí, dolía, dolía más de lo que me había imaginado. -Espera... dame un segundo ¿Sí? Quería pensar que era normal, por que había escuchado a algunas diciendo que dolía como el infierno y a otras que no habían sentido nada parecido al dolor. Yo podría decir que estaba en el punto medio, me incomodaba un poco pero tampoco quería llorar y rogarle que no siguiera. Me mojé los labios y lo acerqué un poco a mi para besarlo, cruzando los brazos sobre su espalda baja, lo que daría a entender que siguiera.
Más que intolerable era una sensación extraña, que no se parecía a ninguna otra. Primero me dieron ganas de contrarrestarlo apretando su piel pero pensé que iba a rasguñarlo así que apreté la colcha de la cama a cada segundo que lo sentía dentro de mi. Dentro, total, como si ese pequeño espacio en mi cuerpo se convirtiera en todo, era una sensación egoísta, que no dejaba espacio para sentir nada más, al menos en esa primera vez.
-Sí, sigue Escuché mi propia voz un poco más aguda y apenas si terminé la breve frase por que gemí otra vez, esa mezcla de grito y gemido que nunca antes había escuchado en mi. No había una sensación que me lo hubiera provocado.
Cuando lo volví a mirar ya habíamos cambiado de posición, mis piernas temblaron un poco al sentir su mano una vez más y sus besos sobre mis pechos, miré cómo lo hacía descubriendo que me gustaba más que sólo cerrar los ojos. Acaricié su cabello cuando lo hacía antes de intentar respirar profundo sin querer enfocarme sólo en eso. Quería pensar en todo mi cuerpo, en el suyo, en más cosas. Creía que se ponía un énfasis estresante en la penetración pero esas eran mis teorías feministas que se hicieron humo en el momento en que lo sentí. Gemí, o grité, o una mezcla de ambos. Mi abdomen se tensó como si estuviera ejercitándome e incluso levanté un poco los hombros y puse un brazo sobre su espalda como para afianzarme.
Respiré con la boca abierta sin saber bien qué decirle por que sí, dolía, dolía más de lo que me había imaginado. -Espera... dame un segundo ¿Sí? Quería pensar que era normal, por que había escuchado a algunas diciendo que dolía como el infierno y a otras que no habían sentido nada parecido al dolor. Yo podría decir que estaba en el punto medio, me incomodaba un poco pero tampoco quería llorar y rogarle que no siguiera. Me mojé los labios y lo acerqué un poco a mi para besarlo, cruzando los brazos sobre su espalda baja, lo que daría a entender que siguiera.
Más que intolerable era una sensación extraña, que no se parecía a ninguna otra. Primero me dieron ganas de contrarrestarlo apretando su piel pero pensé que iba a rasguñarlo así que apreté la colcha de la cama a cada segundo que lo sentía dentro de mi. Dentro, total, como si ese pequeño espacio en mi cuerpo se convirtiera en todo, era una sensación egoísta, que no dejaba espacio para sentir nada más, al menos en esa primera vez.
-Sí, sigue Escuché mi propia voz un poco más aguda y apenas si terminé la breve frase por que gemí otra vez, esa mezcla de grito y gemido que nunca antes había escuchado en mi. No había una sensación que me lo hubiera provocado.
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Una vez que Angus tuvo el permiso y las señales necesarias de parte de Juno, entró más profundo aunque seguía haciéndolo con la misma calma, aguantando sus propios impulsos, que le dictaban ser más agresivo e ir mucho más profundo de una vez por todas. Pero bastaba con respirar profundo para no ponerse como un adolescente torpe y recordarse que lo que importaba de esa unión no era otra cosa más que ella.
Había esperado cuando se lo había pedido y ahora volvía a reanudarlo Dejó salir un gemido ahogado y bajó la frente cuando sintió que ya estaba completamente rodeado de ella. El calor era demasiado placentero pero se empeñaba en que parte de él mantuviera su cabeza fría.
-Me voy a mover un poco.-Le avisó y fue justo lo que hizo, empujar con su cadera de atrás hacia delante, todavía afianzándose en sus brazos. Eso solo para que se acostumbrara a la sensación, ya después procederían a la práctica.-Haces algún tipo de ejercicio? Te voy a enseñar algo.-Le preguntó con la voz entrecortada por la excitación, pero sin olvidar cual era su cometido principal. Sin salir de ella se incorporó, acomodándose sobre sus rodillas y mirándola desde esa perspectiva.
Acarició sus piernas y luego hizo que subiera ambas por encima de su pecho, hasta que sus pies quedaran en sus hombros. -Mueve tu cadera hacia delante, apóyate desde tu cintura, empuja hacia mí, curvea tu espalda.-Apenas comenzaba a seguir sus instrucciones, tenía que aguantar los gemidos que luchaban por salir de su boca. Seguía empujando hacia ella sin saber si le dolía, si ya era buena idea ser un poco más agresivo en sus movimientos o no.
Seguía acariciando sus piernas, no se apresuró en querer enseñarle otra cosa porque por un momento estaba dispuesto a ser más egoísta. Él en lo particular disfrutaba mucho esa perspectiva, podía verla toda mientras se sentía en control. También podía llevar la mano hasta su sexo y acariciarla. La única desventaja de esa posición era que su boca le quedaba demasiado lejos.
Había esperado cuando se lo había pedido y ahora volvía a reanudarlo Dejó salir un gemido ahogado y bajó la frente cuando sintió que ya estaba completamente rodeado de ella. El calor era demasiado placentero pero se empeñaba en que parte de él mantuviera su cabeza fría.
-Me voy a mover un poco.-Le avisó y fue justo lo que hizo, empujar con su cadera de atrás hacia delante, todavía afianzándose en sus brazos. Eso solo para que se acostumbrara a la sensación, ya después procederían a la práctica.-Haces algún tipo de ejercicio? Te voy a enseñar algo.-Le preguntó con la voz entrecortada por la excitación, pero sin olvidar cual era su cometido principal. Sin salir de ella se incorporó, acomodándose sobre sus rodillas y mirándola desde esa perspectiva.
Acarició sus piernas y luego hizo que subiera ambas por encima de su pecho, hasta que sus pies quedaran en sus hombros. -Mueve tu cadera hacia delante, apóyate desde tu cintura, empuja hacia mí, curvea tu espalda.-Apenas comenzaba a seguir sus instrucciones, tenía que aguantar los gemidos que luchaban por salir de su boca. Seguía empujando hacia ella sin saber si le dolía, si ya era buena idea ser un poco más agresivo en sus movimientos o no.
Seguía acariciando sus piernas, no se apresuró en querer enseñarle otra cosa porque por un momento estaba dispuesto a ser más egoísta. Él en lo particular disfrutaba mucho esa perspectiva, podía verla toda mientras se sentía en control. También podía llevar la mano hasta su sexo y acariciarla. La única desventaja de esa posición era que su boca le quedaba demasiado lejos.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
Era una reacción inmediata, la de gemir cuando sentía que entraba con más intención, empezando poco a poco a anular ese dolor inicial que me había puesto absolutamente tensa. Me gustó escuchar cómo gemía también y puse una mano en su rostro, acariciándolo un poco, sintiendo que a pesar de aparentar estar en una posición de poder, lo que sentía también lo ponía vulnerable. Antes de que dijera que se movería lo besé fugazmente en los labios aunque termino siendo más bien en la comisura de estos. Podía imaginar mi rostro con esa expresión de esfuerzo, dolor aparente y concentración... y me di cuenta que no me había quitado las gafas, pero decidí hacerlo antes de que ocurriera alguna fatalidad.
Me puse un poco nerviosa por que la verdad no hacía un ejercicio particular, esa era Jet, sin embargo no me sentí demasiado incapaz de hacer lo que pedía cuando empezaba a dar algunas indicaciones. La sensación se incrementó, fue más intensa y por un momento me dolía por que lo sentía aún más dentro, creyendo que era imposible. Mi gemido se intensificó cuando elevaba las piernas y me recargaba en sus hombros. Tuve que poner las manos sobre la cama para encontrar la fuerza necesaria.
Empujé un poco hacia él y mi gemido se hizo mucho más agudo e intenso, lo sentía con más fuerza y a momentos me dolía más que el momento inicial pero ni siquiera pasaba por mi cabeza el querer detenerlo, menos cuando además de estar dentro de mi, empezaba a tocarme. Mi vista, de por sí nublada por la falta de gafas, se empañó con las lágrimas que me habían aflorado aunque no eran de dolor, y tampoco era que estuviera llorando como tal. Los ojos se me habían puesto cristalinos y sentía toda la piel ardiendo, todo el cuerpo ansioso.
-Fóllame. Bueno, técnicamente ya lo estaba haciendo y desde hacía varios minutos, pero se me había escapado del puro subconsciente, tenía los ojos cerrados, apretaba con fuerza en mis puños la colcha de la cama y sentía que algo en mi empezaba a crecer, algo ansioso y no excento de dolor, que me hacía querer morderlo, golpearlo, no de la manera adecuada, de una manera que lo lastimara, como si quisiera sacar algo que empezaba a sentir con fuerza y no podía realmente definir, hasta podía decir que me había empezado a mover con algo de enojo y quería que él hiciera lo mismo.
Todas esas cosas dichas en las películas guarras que había visto a escondidas me parecían absolutamente ridículas, pero en la intensidad del momento entendía por qué se tenían qué decir algunas, unas peores, unas realmente guarras. Pensé que si me hablaban así en ese momento querría escucharlo, aunque claro, pensarlo completamente vestida, lejos de la excitación y frente a una pantalla era simplemente desagradable.
Me puse un poco nerviosa por que la verdad no hacía un ejercicio particular, esa era Jet, sin embargo no me sentí demasiado incapaz de hacer lo que pedía cuando empezaba a dar algunas indicaciones. La sensación se incrementó, fue más intensa y por un momento me dolía por que lo sentía aún más dentro, creyendo que era imposible. Mi gemido se intensificó cuando elevaba las piernas y me recargaba en sus hombros. Tuve que poner las manos sobre la cama para encontrar la fuerza necesaria.
Empujé un poco hacia él y mi gemido se hizo mucho más agudo e intenso, lo sentía con más fuerza y a momentos me dolía más que el momento inicial pero ni siquiera pasaba por mi cabeza el querer detenerlo, menos cuando además de estar dentro de mi, empezaba a tocarme. Mi vista, de por sí nublada por la falta de gafas, se empañó con las lágrimas que me habían aflorado aunque no eran de dolor, y tampoco era que estuviera llorando como tal. Los ojos se me habían puesto cristalinos y sentía toda la piel ardiendo, todo el cuerpo ansioso.
-Fóllame. Bueno, técnicamente ya lo estaba haciendo y desde hacía varios minutos, pero se me había escapado del puro subconsciente, tenía los ojos cerrados, apretaba con fuerza en mis puños la colcha de la cama y sentía que algo en mi empezaba a crecer, algo ansioso y no excento de dolor, que me hacía querer morderlo, golpearlo, no de la manera adecuada, de una manera que lo lastimara, como si quisiera sacar algo que empezaba a sentir con fuerza y no podía realmente definir, hasta podía decir que me había empezado a mover con algo de enojo y quería que él hiciera lo mismo.
Todas esas cosas dichas en las películas guarras que había visto a escondidas me parecían absolutamente ridículas, pero en la intensidad del momento entendía por qué se tenían qué decir algunas, unas peores, unas realmente guarras. Pensé que si me hablaban así en ese momento querría escucharlo, aunque claro, pensarlo completamente vestida, lejos de la excitación y frente a una pantalla era simplemente desagradable.
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Poco a poco Angus iba olvidando cual era el supuesto propósito de esa visita y que ahora tuviera a Juno desnuda en una posición totalmente expuesta hacia él. La primera y única vez hasta ese momento en que había estado en esa habitación, no había pretendido tocarla porque tenía 14 años y el ya tenía 21 y hubiera sido una estupidez, pero ahora le parecía legal y hasta normal, no tenía porque sentirse cohibido, ni que estaba hacienda algo indebido.
Mucho menos se tenía que dejar llevar por la parte más racional que le indicaba que estaba aprovechándose de ella y no siendo un buen amigo, aunque con honestidad, lo racional se había ido muy muy lejos cuando se sentía tan adentro de ella y comenzaba a aumentar su hambre, su excitación y su consciencia se iba a todos lados
La escuchó darle esa orden que en efecto, ya estaba ejecutando, pero siempre le había gustado escuchar esas cosas. Él no era mucho de hablar en esas circunstancias pero sí le gustaba que le hablaran. Por lo general se iba por la parte más física. Afianzaba las muñecas, apretaba la piel, miraba como si estuviera a la mitad de la conversión y a veces cambiaba de posición bruscamente y sin previo aviso. Y hablando de animalidad, fue justamente lo que hizo en ese momento.
Acomodó las piernas de Juno a un costado suyo. Salió de ella lentamente sin avisarle y la tomó por las muñecas para levantarla, luego por la cintura para darle la vuelta sin detenerse a considerar si la estaba asustando por el repentino cambio en sus acciones. No tuvo ningún instante de lucidez en el que pudiera decirle que estaba cambiando de posición, que esa que estaban llevando a cabo también era buena y que podría verla desde otra perspectiva igual de buena que la anterior.
-Arrodíllate-Ordenó mientras seguía acomodándola tomándola de la cintura y él bajaba de la cama para pararse al borde. Quería que Juno le diera la espalda para poder seguírsela follando así, que él pudiera acariciarla también desde esa posición.
Mucho menos se tenía que dejar llevar por la parte más racional que le indicaba que estaba aprovechándose de ella y no siendo un buen amigo, aunque con honestidad, lo racional se había ido muy muy lejos cuando se sentía tan adentro de ella y comenzaba a aumentar su hambre, su excitación y su consciencia se iba a todos lados
La escuchó darle esa orden que en efecto, ya estaba ejecutando, pero siempre le había gustado escuchar esas cosas. Él no era mucho de hablar en esas circunstancias pero sí le gustaba que le hablaran. Por lo general se iba por la parte más física. Afianzaba las muñecas, apretaba la piel, miraba como si estuviera a la mitad de la conversión y a veces cambiaba de posición bruscamente y sin previo aviso. Y hablando de animalidad, fue justamente lo que hizo en ese momento.
Acomodó las piernas de Juno a un costado suyo. Salió de ella lentamente sin avisarle y la tomó por las muñecas para levantarla, luego por la cintura para darle la vuelta sin detenerse a considerar si la estaba asustando por el repentino cambio en sus acciones. No tuvo ningún instante de lucidez en el que pudiera decirle que estaba cambiando de posición, que esa que estaban llevando a cabo también era buena y que podría verla desde otra perspectiva igual de buena que la anterior.
-Arrodíllate-Ordenó mientras seguía acomodándola tomándola de la cintura y él bajaba de la cama para pararse al borde. Quería que Juno le diera la espalda para poder seguírsela follando así, que él pudiera acariciarla también desde esa posición.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
Su mirada que apenas podía distinguir con claridad tenía la misma ansiedad que sentía, como de querer lastimarlo o algo así, de desquitarnos de un algo que no podía explicar, quizás él tampoco, quizás era el común denominador de lo que estábamos haciendo. Me sorprendió que de pronto me moviera sin explicaciones y me preocupé un instante aunque después sólo me dejé hacer cuando se movía. No supe si me gustaba la idea de no verlo a la cara, pero extrañamente su orden, tan escueta, me devolvía esa excitación previa, cuando sólo me estaba tocando.
Hice lo que me pedía y tuve que voltear un poco a verlo, y me eché el cabello hacia un lado; como bien había ya dicho, lo veía borroso pero en ese momento importó poco pues sentía que podía imaginar su expresión a través de la manera en que movía mi cuerpo, en que me ordenaba. Era una sensación distinta, sentirlo así. Esta vez me tuve que limpiar de la mejilla una lágrima confundida con el leve sudor de mi frente, con todas las sensaciones abrumadaoras que experimentaba.
Hubo un instante de inseguridad en el que no supe cómo me veía desde ese ángulo, si se veía bien, si él se sentía bien. Me gustaba escucharlo confundido con mi voz y volví a gemir, sentía que cada vez lo hacía de manera más descontrolada y aguda, sin detenerme a pensar que podría estar exagerando, pero no hacía ningún ruido que no sintiera natural a mis sensaciones. Empezaba a dolerme, quizás más que al principio, pero sentía que aún así no quería hacer que se detuviera, como si tuviera cierta obligación sumisa que fuera del momento me hubiera parecido inconcebible. Resultaba extraño pensar que quería que supiera que podía follarme como a una mujer, no como a una adolescente tonta o algo así. Ni siquiera sabía por qué pensaba esas cosas.
En vez de seguir con las palmas sobre la cama, doblé los brazos quedándome sobre los codos y recargando un poco la cabeza en la cama, sintiendo la fuerza con la que empujaba dentro de mi, sintiendo un creciente dolor justo en la mitad de mi cuerpo, ascendiendo casi hasta la boca del estómago, gimiendo con voz aguda y entrecortada, esperando escucharlo también.
Hice lo que me pedía y tuve que voltear un poco a verlo, y me eché el cabello hacia un lado; como bien había ya dicho, lo veía borroso pero en ese momento importó poco pues sentía que podía imaginar su expresión a través de la manera en que movía mi cuerpo, en que me ordenaba. Era una sensación distinta, sentirlo así. Esta vez me tuve que limpiar de la mejilla una lágrima confundida con el leve sudor de mi frente, con todas las sensaciones abrumadaoras que experimentaba.
Hubo un instante de inseguridad en el que no supe cómo me veía desde ese ángulo, si se veía bien, si él se sentía bien. Me gustaba escucharlo confundido con mi voz y volví a gemir, sentía que cada vez lo hacía de manera más descontrolada y aguda, sin detenerme a pensar que podría estar exagerando, pero no hacía ningún ruido que no sintiera natural a mis sensaciones. Empezaba a dolerme, quizás más que al principio, pero sentía que aún así no quería hacer que se detuviera, como si tuviera cierta obligación sumisa que fuera del momento me hubiera parecido inconcebible. Resultaba extraño pensar que quería que supiera que podía follarme como a una mujer, no como a una adolescente tonta o algo así. Ni siquiera sabía por qué pensaba esas cosas.
En vez de seguir con las palmas sobre la cama, doblé los brazos quedándome sobre los codos y recargando un poco la cabeza en la cama, sintiendo la fuerza con la que empujaba dentro de mi, sintiendo un creciente dolor justo en la mitad de mi cuerpo, ascendiendo casi hasta la boca del estómago, gimiendo con voz aguda y entrecortada, esperando escucharlo también.
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Era posible que Angus no estuviera tomando en consideración algunos factores como que debía ser más delicado, más cuidadoso o enseñar solo lo básico en lugar de efectuar movimientos agresivos que le dejaran la idea de que todo era así, aunque creer que tendría una huella tan fuerte en Juno y en su idea del sexo también era demasiada presunción de su parte, porque ella no solo lo tenía a él, sino a toda una amplia gama mediática de lecciones desde literarias hasta visuales, pero así como en un principio el licántropo no pudo evitar sentir la responsabilidad sobre sus hombros, ahora no podía evitar sentir que lo que estaba haciendo nadie lo iba a repetir igual con ella, aunque tampoco estuviera haciendo nada fuera de lo común.
A él le gustaba mucho ese ángulo porque era visualmente estimulante. Aprovechó para pasar sus manos sobre la piel de la espalda de Juno, que era muy firme, muy tersa y de un color uniforme que no había visto en otra chica hasta el momento. Con las manos también recorrió la forma de su trasero y luego volvió a acariciarla en medio de las piernas como hubiera hecho antes. Pensaba quedarse en esa posición hasta que se corriera, no volver a cambiar, era innecesario. Además había visto que había sacado más de un preservativo y eso significaba que no pensaba hacerlo solo una vez.
En caso de que se equivocara, ya vería como la convencería de que era necesario seguir con eso hasta que supiera unas cuantas cosas más para hacerla una chica excepcional en la cama como se lo había pedido antes. No lo iba a aprender todo de un jalón, además las chicas descubrían muchas cosas por instinto o eso pensaba, porque a ninguna le había dicho específicamente “aprieta un poco, luego suelta, luego vuelve a apretar, un poco más, trata de otro modo…” sino que ellas lo habían sorprendido descubriéndolo por cuenta propia. Tampoco había estado con muchas vírgenes, no era como para saber si otro se los había enseñado.
Siguió empujando hacia ella, cada vez más fuerte y más rápido hasta sentir que sus muslos golpeaban demasiado violentamente contra su cuerpo, de modo que se tuvo que recordar a sí mismo que estaba con una primeriza, que guardara la calma porque la podía estar lastimando. Acalló sus gemidos y acarició más suavemente su espalda, no bajó el ritmo pero sí la violencia.-¿Sigo así o quieres cambiar de posición?-Aunque rogaba a todo el cielo que le dijera que prefería quedarse así. Se recordaba a cada momento que era ella a quien había que complacer, sus egoísmos podían esperar.
A él le gustaba mucho ese ángulo porque era visualmente estimulante. Aprovechó para pasar sus manos sobre la piel de la espalda de Juno, que era muy firme, muy tersa y de un color uniforme que no había visto en otra chica hasta el momento. Con las manos también recorrió la forma de su trasero y luego volvió a acariciarla en medio de las piernas como hubiera hecho antes. Pensaba quedarse en esa posición hasta que se corriera, no volver a cambiar, era innecesario. Además había visto que había sacado más de un preservativo y eso significaba que no pensaba hacerlo solo una vez.
En caso de que se equivocara, ya vería como la convencería de que era necesario seguir con eso hasta que supiera unas cuantas cosas más para hacerla una chica excepcional en la cama como se lo había pedido antes. No lo iba a aprender todo de un jalón, además las chicas descubrían muchas cosas por instinto o eso pensaba, porque a ninguna le había dicho específicamente “aprieta un poco, luego suelta, luego vuelve a apretar, un poco más, trata de otro modo…” sino que ellas lo habían sorprendido descubriéndolo por cuenta propia. Tampoco había estado con muchas vírgenes, no era como para saber si otro se los había enseñado.
Siguió empujando hacia ella, cada vez más fuerte y más rápido hasta sentir que sus muslos golpeaban demasiado violentamente contra su cuerpo, de modo que se tuvo que recordar a sí mismo que estaba con una primeriza, que guardara la calma porque la podía estar lastimando. Acalló sus gemidos y acarició más suavemente su espalda, no bajó el ritmo pero sí la violencia.-¿Sigo así o quieres cambiar de posición?-Aunque rogaba a todo el cielo que le dijera que prefería quedarse así. Se recordaba a cada momento que era ella a quien había que complacer, sus egoísmos podían esperar.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
Sentí sus manos sobre mi espalda, cerrando los ojos en vez de fijar de nuevo la mirada en los cojines ridículos que había tirado de mi cama con un manotazo. En realidad no podía concentrarme en nada más que en lo que sentía, en la fuerza de sus embestidas, en su respiración agitada y la manera en que me tocaba, delicada, absolutamente distinta a sus movimientos contra mi cadera. Gemí un poco más agudo cuando me tocaba entre las piernas, todo me empezaba a resultar demasiado abrumador, casi como si temiera perder el conocimiento, o morir, aunque supiera que nada de eso ocurriría.
Cuando incrementó la velocidad, curiosamente, el dolor se aminoró, no así esas ansias por seguir sintiéndolo que aún no podía describir. Después volvía a acariciarme y tuve que voltear un poco el rostro aunque no alcancé a mirarlo, apenas adiviné su perfil. Negué con la cabeza, no quería cambiar, sentía que no tenía muchas más energías, y que me gustaba cómo se sentía a pesar de esa sorpresa inicial de no ver su rostro, de no estar mirando a cada segundo lo que hacía y sólo sentirlo, con mucha más profundidad que cuando lo tenía de frente.
-Me gusta así
Le respondí apenas, entre los gemidos que no dejaba de soltar. Volví a recargar un poco la cabeza sobre la colcha, haciendo el ángulo de mi cuerpo aún más dramático, las sensaciones se incrementaban, pero casi cualquier cosa lo hacía. Aún no podía tener ninguna impresión de él, del sexo, de haber dejado al fin de no saber con conocimiento práctico cómo se sentía exactamente. Sólo tenía presente lo que ocurría en ese instante, del que no podía decir nada más que sentir, apretar la tela de la colcha cuando lo sentía demasiado fuerte, cuando parecía que dolía más que gustar, y después sólo tocando la tela con la palma de la mano, cuando un calor interno empezaba a crecer en mi interior y transformaba un poco esa sensación de dolor en otra cosa.
Y no le había mentido, me gustaba así. Cuando había tenido su mirada de frente me sentía demasiado analizada, un poco cohibida tal vez, imaginando cómo se vería mi cuerpo desde ese ángulo, preguntándome si le gustaba. Así, sin mirarlo, podía concentrarme sólo en lo que sentía, en moverme de cierta forma, en mi y nada más, de manera totalmente egoísta aunque él por su lado tuviera una visión muy distinta de mi.
Cuando incrementó la velocidad, curiosamente, el dolor se aminoró, no así esas ansias por seguir sintiéndolo que aún no podía describir. Después volvía a acariciarme y tuve que voltear un poco el rostro aunque no alcancé a mirarlo, apenas adiviné su perfil. Negué con la cabeza, no quería cambiar, sentía que no tenía muchas más energías, y que me gustaba cómo se sentía a pesar de esa sorpresa inicial de no ver su rostro, de no estar mirando a cada segundo lo que hacía y sólo sentirlo, con mucha más profundidad que cuando lo tenía de frente.
-Me gusta así
Le respondí apenas, entre los gemidos que no dejaba de soltar. Volví a recargar un poco la cabeza sobre la colcha, haciendo el ángulo de mi cuerpo aún más dramático, las sensaciones se incrementaban, pero casi cualquier cosa lo hacía. Aún no podía tener ninguna impresión de él, del sexo, de haber dejado al fin de no saber con conocimiento práctico cómo se sentía exactamente. Sólo tenía presente lo que ocurría en ese instante, del que no podía decir nada más que sentir, apretar la tela de la colcha cuando lo sentía demasiado fuerte, cuando parecía que dolía más que gustar, y después sólo tocando la tela con la palma de la mano, cuando un calor interno empezaba a crecer en mi interior y transformaba un poco esa sensación de dolor en otra cosa.
Y no le había mentido, me gustaba así. Cuando había tenido su mirada de frente me sentía demasiado analizada, un poco cohibida tal vez, imaginando cómo se vería mi cuerpo desde ese ángulo, preguntándome si le gustaba. Así, sin mirarlo, podía concentrarme sólo en lo que sentía, en moverme de cierta forma, en mi y nada más, de manera totalmente egoísta aunque él por su lado tuviera una visión muy distinta de mi.
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Estadística
Al recibir su respuesta afirmativa, Angus siguió como iba hasta el momento sin detenerse. Salir de ella en ese momento antes de terminar hubiera sido parecido a una tortura pero por suerte, Juno decía que le gustaba. No se le ocurría pensar que podría estarle haciendo daño pero pronto iba llegando al punto de que se olvidaba de todo para pensar solo en él mismo, aunque nunca hubiera pensado en todo eso como la culminación de un acto más egoísta que de pareja. Llegó el momento en que tocar la piel de Juno, escuchar sus gemidos, ver la manera en que su cuerpo formaba un buen ángulo, en algunos puntos guiarle las caderas y embestir contra ella, era solo para su propio placer.
También llegó la sensación particularmente fuerte de que iba a venirse y su respiración se agitó más. Se agarró más fuerte de la piel de Juno y terminó en violentos espasmos. Cerró los ojos aunque le gustara lo que veía. Fue un acto totalmente reflejo. Esperó los segundos necesarios a que pasara esa poderosa sensación, aguantando la respiración todo el tiempo, mientras su cuerpo seguía temblando de manera violenta.
Cuando comenzó a volver en sí, salió lentamente de ella. Su tiempo no estaba nada mal pero si hubiera podido controlarse más hubiera sido mejor para él, suponiendo que eso mejoraba la imagen con todo y que Juno todavía no tuviera punto de comparación. Podía ser estúpido pensar en eso en ese preciso momento pero fue inevitable. A eso lo acompañaba el fastidioso proceso de deshacerse del preservativo y otros trámites igualmente fastidiosos.
No se sintió cohibido de su desnudez porque ya habían follado y pasearse por la habitación y sentirse observado no era una mariconería que lo molestara. Terminó acercándose a Juno de nuevo y la besó inclinándose sobre ella. El beso no parecía nada pasional como lo había sido el momento anterior. Era cariñoso, hasta algo tierno.
-¿Está todo bien?-Le preguntó con miedo, no sabía qué tipo de sensaciones podía llegar a tener luego de perder la virginidad de esa manera, era muy diferente a como había sido con otras niñas y lo sabía, por eso preguntaba con cautela.
También llegó la sensación particularmente fuerte de que iba a venirse y su respiración se agitó más. Se agarró más fuerte de la piel de Juno y terminó en violentos espasmos. Cerró los ojos aunque le gustara lo que veía. Fue un acto totalmente reflejo. Esperó los segundos necesarios a que pasara esa poderosa sensación, aguantando la respiración todo el tiempo, mientras su cuerpo seguía temblando de manera violenta.
Cuando comenzó a volver en sí, salió lentamente de ella. Su tiempo no estaba nada mal pero si hubiera podido controlarse más hubiera sido mejor para él, suponiendo que eso mejoraba la imagen con todo y que Juno todavía no tuviera punto de comparación. Podía ser estúpido pensar en eso en ese preciso momento pero fue inevitable. A eso lo acompañaba el fastidioso proceso de deshacerse del preservativo y otros trámites igualmente fastidiosos.
No se sintió cohibido de su desnudez porque ya habían follado y pasearse por la habitación y sentirse observado no era una mariconería que lo molestara. Terminó acercándose a Juno de nuevo y la besó inclinándose sobre ella. El beso no parecía nada pasional como lo había sido el momento anterior. Era cariñoso, hasta algo tierno.
-¿Está todo bien?-Le preguntó con miedo, no sabía qué tipo de sensaciones podía llegar a tener luego de perder la virginidad de esa manera, era muy diferente a como había sido con otras niñas y lo sabía, por eso preguntaba con cautela.
Angus Finnerty- Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Estadística
Lo escuché con claridad, sentía que estaba llegando a ese momento, que ya no podía atender cualquier queja que tuviera o no, que no estaba poniendo esfuerzo en hacer algo bien, sólo estaba sintiéndolo. Sentí aún más calor en mis mejillas, cerré los ojos por un instante y sentí cómo se aferraba a mi piel, a lo que estiré un poco la mano hacia atrás para tocarlo, con la misma intención que él aunque seguramente con menos fuerza. Pensé que me gustaba escucharlo así, que nunca antes había escuchado a un chico de esa manera y sonreí un poco aunque dio igual que no me pudiera ver. Sentí cómo temblaba, y esa sensación también me contagiaba un poco, haciendo que mi piel se erizara una vez más.
No había sentido lo que Jet me había contado que ocurría con un orgasmo, pero la sensación había sido demasiado poderosa. Ahora lo sabía, mi hermana solía decir que había dos tipos de chicas en cuestión de sexo, las que llegaban una y otra vez, o las que se esforzaban y se esforzaban por, con algo de suerte, llegar una vez. Yo era del segundo tipo, ahora me quedaba claro. Pero eso no tenía nada que ver con algo parecido a la decepción. Me había gustado, también me había dolido pero seguramente eso había sido eventual, por ese pequeño detalle de la virginidad. Por un momento me aterrorizó la idea de haber sangrado, pero como no decía nada me dediqué a no pensar en eso y volver a recostarme con la espalda sobre la cama, cerré un poco los ojos cuando me besaba, agotado igual que yo, agitado. Se veía bien. Acaricié un poco su rostro y le sonreí.
-No, me dejaste cuadraplégica.
Le dije con una risa tonta y después me desperecé como si me acabara de levantar de la cama. La sensación que empezaba gustarme era la de sentirme bien con mi cuerpo, así desnudo y sobre la cama sin más. Hacía horas jamás se me hubiera ocurrido pensar en eso sin morir de vergüenza, pero ahora sólo estaba ahí, y me sentía cómoda. Me puse de costado y recargué mi cabeza sobre mi mano. Miré el reloj en la pared que también marcaba ciclos lunares y un montón de cosas extrañas, regalo de algún Immëndorff lejano en mi cumpleaños número quince.
-¿Tienes que irte o algo así?... Todavía nos queda uno de esos De nuevo me volvió a dar esa risa tonta precisamente por que todavía sentía que asimilaba lo que había ocurrido, que tenía todo el cuerpo cansado pero aún así pensé que no estaría de más. Y qué decir, Finnerty me gustaba, por algo había ido con él y no con cualquier otro. La parte conveniente era que había una distancia emocional suficiente como para no enloquecer de amor por él, o eso creía. Por que si ocurría, iba a ser un desastre de proporciones mayores. Aún así, prefería pensar que hubiera sido más peligroso pedirle "el favor" a Hákan, por ejemplo, con ese potencial de poder gustarme, o peor aún, a alguien que no me gustara nada más que quizás en el sentido físico, como Joe. Angus había sido un punto medio entre ambos, y bueno, se veía bien sin ropa. Si me había equivocado y después de el asunto pudiera no quitármelo de la cabeza, de todos modos, ya no había remedio.
No había sentido lo que Jet me había contado que ocurría con un orgasmo, pero la sensación había sido demasiado poderosa. Ahora lo sabía, mi hermana solía decir que había dos tipos de chicas en cuestión de sexo, las que llegaban una y otra vez, o las que se esforzaban y se esforzaban por, con algo de suerte, llegar una vez. Yo era del segundo tipo, ahora me quedaba claro. Pero eso no tenía nada que ver con algo parecido a la decepción. Me había gustado, también me había dolido pero seguramente eso había sido eventual, por ese pequeño detalle de la virginidad. Por un momento me aterrorizó la idea de haber sangrado, pero como no decía nada me dediqué a no pensar en eso y volver a recostarme con la espalda sobre la cama, cerré un poco los ojos cuando me besaba, agotado igual que yo, agitado. Se veía bien. Acaricié un poco su rostro y le sonreí.
-No, me dejaste cuadraplégica.
Le dije con una risa tonta y después me desperecé como si me acabara de levantar de la cama. La sensación que empezaba gustarme era la de sentirme bien con mi cuerpo, así desnudo y sobre la cama sin más. Hacía horas jamás se me hubiera ocurrido pensar en eso sin morir de vergüenza, pero ahora sólo estaba ahí, y me sentía cómoda. Me puse de costado y recargué mi cabeza sobre mi mano. Miré el reloj en la pared que también marcaba ciclos lunares y un montón de cosas extrañas, regalo de algún Immëndorff lejano en mi cumpleaños número quince.
-¿Tienes que irte o algo así?... Todavía nos queda uno de esos De nuevo me volvió a dar esa risa tonta precisamente por que todavía sentía que asimilaba lo que había ocurrido, que tenía todo el cuerpo cansado pero aún así pensé que no estaría de más. Y qué decir, Finnerty me gustaba, por algo había ido con él y no con cualquier otro. La parte conveniente era que había una distancia emocional suficiente como para no enloquecer de amor por él, o eso creía. Por que si ocurría, iba a ser un desastre de proporciones mayores. Aún así, prefería pensar que hubiera sido más peligroso pedirle "el favor" a Hákan, por ejemplo, con ese potencial de poder gustarme, o peor aún, a alguien que no me gustara nada más que quizás en el sentido físico, como Joe. Angus había sido un punto medio entre ambos, y bueno, se veía bien sin ropa. Si me había equivocado y después de el asunto pudiera no quitármelo de la cabeza, de todos modos, ya no había remedio.
Juno Greenwood- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 07/09/2012
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