¡Quiero nadar!

Celebrando, eso estában haciendo. Lady llevaba ya cinco cervezas encima, balanceaba las piernas en un banco y le decía un montón de cosas a Regina sobre los nuevos trucos que había aprendido con su querida tabla. Cuando llegó a su dormitorio de Smertios dejó toda la ropa arrugada en la cama, la tabla botada y los papeles de la Universidad, salió corriendo para encontrarse con Regina, a quien seguía llamado Regino desde Hogwarts, por que quería hablar con ella y tomar cervezas. Un bar dentro de la Universidad, eso era perfecto.

-Oye, recién entro y veo que ya no podemos salir a ningún lugar, yo quería ir de fin de semana a tu casa.

Pero no iba a ser posible. No sabía qué había ocurrido pero así eran las cosas y no entendía cómo era posible que después de todo lo que Bird le había contado, tuviera que estar en otro régimen estilo internado como de Hogwarts donde no iba a poder poner un pie fuera nunca. Se quedó un buen rato quejándose sobre eso con Regina y también preguntándole cómo estaba.

Traía puesta una camiseta de AFI, una de sus favoritas y sus shorts con muchas bolsas donde traía generalmente caramelos por que era mucho de comerlos todo el tiempo. Calcetines, tennis de skate, lo de siempre, era un niño. Empujó a Regina y luego lo hizo otra vez, esas cosas que empezaba a hacer cuando ya iba un poco bebida.

-Regino, quiero nadar. Pero no quiero dejar de tomar cerveza, y no podemos sacar la cerveza del bar ¿Verdad? Vamos al lago. Mira, esto parece una piscinita, con el desnivel ¡llénala de agua!

Le dio otro trago a la media botella que ya llevaba y miró alrededor. No estaban solas en el bar, seguramente con la regla de encierro todo el mundo estaría ahí intentando matar los ratos libres. Se empezó a reír con sus ideas absurdas, sacó la varita y le lanzó un aguamenti a Regina que solo mojaría un poquito su cabello, tampoco la estaba bañando. Cuando salía de los entrenamientos o cuando tenía demasiado calor solía hacerle eso y le decía después que hiciera lo mismo con ella.

-Te toca.

Todavía no le hablaba a Angus y de hecho ni lo había visto por que no las atendió él sino una mesera, así que no sabía si lo habían echado o no. Esperaba que no, pero de igual forma no quería verlo y, con tantas cosas que tenía en la cabeza, se le había olvidado que Lady entraba a Brigantia, así que no le quedaba de otra más que ir al bar a celebrar por que también se acababa de enterar que iba a estar internadas para siempre. De todas formas no podía decir que la habían obligado ni que le hubieran tenido que rogar.

Crei que se enteraron que venías y quisieron poner a los demás a salvó, aunque sea un ratito.

Ya con varias cervezas encima, Regina hasta entendía la manera de hacer los trucos con la patineta, incluso hablaba como si también fuera una experta. También ya le daban ganas de subirse, aunque después recordara que ni siquiera sabía bien como avanzar.

¿Irnos? No pero si ababas de llegar y ... ay -soltó una risita cuando empezó a sentir las gotitas en su espalda que resbalaban del cabello-. Tu di. Llénala tu

Aunque, la verdad, la idea de ponerse a nadar no le pareció mala, se le hizo muy buena en realidad, por que había tanta gente ahí y ella sentía calor. Y bueno... le gustaba mojarse.

Saco un hielo de la cubeta que tenían para las cervezas y se lo metió por el cuello de la camisa como pequeña venganza.

Bueno, pero conjura una pelota o algo -dijo sacando la varita para conjurar un aguamenti sobre el piso. Rápidamente comenzó a formarse un charquito, era obvio que ella jamás lo llenaría sola-. Parece que me estoy haciendo pipí.

Beatrice no había estado del mejor humor posible desde lo de las grutas. Bueno, vale aclarar, lo primero de las grutas. El asunto del licántropo suelto y los mortífagos que todo el mundo ignoraba porque sí, un licántropo suelto. Como sea, desde lo OTRO de las grutas, su humor había mejorado considerablemente. Aunque ahora no tenía más hierba, así que cuando el encierra comenzara a enloquecerla, estaría pero bien jodida.

No engañaba a nadie, el encierro ya la estaba enloqueciendo. Para alguien que se ha acostumbrado a tanta libertad como Beatrice, verse sometido a reglas de internado a aquellas alturas de la vida era casi como encerrar a un claustrofóbico con cólicos en un ataúd diez metros bajo tierra. Metáfora de mal gusto y todo.

Pero Beatrice Witchcombe no se dejaría hundir por aquellas reglas que los decanos se sacaron de aquel lugar donde no pega la luz del sol solo porque algunos estudiantes cargados de hormonas alborotadas habían perdido un poco el control y se habían caído a puñetazos o algo así; no estaba muy seguro de cómo habían transcurrido las cosas. Solo sabía lo que Sofie le había comentado en la tarde posterior al asunto, pero la manera en la que lo contaba, como locutora de radio deportiva, le hacía pensar que quizás estuviese exagerando alguno que otro punto.

Convencida de que lograría sobrevivir ante aquel régimen, la chica decidió pasarse por el bar con el viejo Martin, echarse unas cervezas, no pensar mucho. Parte de sí se preguntaba por qué habían dejado el bar abierto si estaban todos castigados, la lógica de los decanos la confundía.

Martin y Bea ya tenían unas cuantas cervezas encima cuando la pioja de Lady se apareció en el bar. Beatrice rió para sus adentros al recordar las miradas intensas de la chica, después de aquella pelea de hacía años. ¿Quizás fuese hora de enterrar el hacha de batalla? Le hizo una seña a Martin para indicarle que fuera con ella, aunque ni su expresión ni lenguaje corporal revelaron nada más.

Mientras se acercaba a Lady, quién ahora que lo notaba iba acompañada de Regina, con quien no había hablado mucho desde… bueno, eso. Escuchó el comentario sobre el desnivel y bueno, era Beatrice Witchcombe, después de todo.

- Aquamenti.-Musitó agitando la varita en el aire. Un chorrito de agua salió disparado de la punta de esta y salpicó la nuca de la chica.- No creí que te vería por estos lados, niña. Siempre pensé que te romperías el cráneo en dos antes de graduarte de Hogwarts.

Le dedicó una sonrisa, como quien se encuentra con un viejo amigo. Luego le dirigió un saludo, algo tímido para tratarse de ella, a Regina. Levantó la varita, para mostrarles que también se unía, y la dirigió en la misma dirección que las suyas. Torció un poco la muñeca y el pobre chorrito pareció salir con mayor presión.

- Sí, creo que ya entiendo como se sienten los chicos… -Bajó el brazo hasta la altura de su entrepierna.- Sí, sin duda ya lo entiendo. La tienen tan fácil, los desgraciados. Parece que al fin se le ocurrió una buena idea, señorita “Señorita”.

Se carcajeó cuando sintió el hielo en su camiseta y dejó que se le fuera hasta el estómago, riéndose por que estaba frío y también moviéndose como lombriz en vez de sacárselo sin más. Vio que Regina empezaba a hacerle caso y sí, lo único que estaban logrando era parecer que se orinaban de la risa en su propio lugar. Sacó la varita pero no confió mucho en que fuera a funcionar algo y optó por hacer otro aguamenti pero justo sobr ella como para mojarse con una regadera por que tenía todas las mejillas sonrojadas y de verdad tenía calor. Cerró los ojos y hasta abrió la boca al techo para que le cayeran unas cuantas gotitas en la lengua.

Volteó a ver a Witchcombe como quien ve visiones y se cruzó de brazos. Tenía actitudes infantiles con la gente con la que había tenido sus problemas pero la verdad era que esa rubia con cara de pervertida no le caía mal, a pesar de que la mojara. Se volteó para asesinarla con sus ojos de duende en drogas.

-Pues casi, pero me lo volvieron a pegar.

Le regresó el varitazo de agua, pero de manera más grosera, echándole el chorro directamente en la frente y luego riéndose estruendosamente. Ya tenían un mojadero en el piso y el encargado del bar no estaba. A nadie parecía importarle que estuvieran teniendo su pool party en medio de un lugar cerrado. Un escalofrío le recorrió por la humedad de su camiseta con ese hielo ya derretido. Con Beatrice estaba otro chico de pinta atractiva, que iba borracho. Lo miró con sospechas y no sabía de qué hablaba exactamente cuando mencionaba querer haber salvado a Regina. Se interpuso entre ellos.

-Si alguien va a salvar a Regino de lo que sea, soy yo. Necesitas refrescarte la cara, estás borracho, Scissor Sisters.

Y lo dicho, después de que se diera la vuelta como perro le echó un chorro de agua de su varita en la cara. Nunca antes en la vida lo había visto pero Lady solía dejarse llevar con las niñerías, sobre todo cuando se veía ya la gente desinhibida. Si se enojaba, que se enojara. Y si se vengaba, que mejor lo hiciera con agua.

Había pasado la mañana con Sebastian y tras quedar para beber algunas cervezas en el bosque la noche siguiente a falta de una forma de salir sin que los expulsen se fue a dejar sus libros en la habitación para ir a dar una vuelta por el bar, hacía tiempo no veía a Angus y quería saber cómo estaba, o inicialmente si seguía allí porque no estaba segura de lo que había sucedido con él, no es como si fuesen cercanos pero de todos modos le preocupaba.

Se le hizo algo tarde mientras ordenaba algunas cosas pero decidida salió apenas pudo hacia donde Finnerty, no esperaba tener una extensa conversación con él o en trenzarse mutuamente el cabello, lo que quería era cerciorarse de su bienestar con algunas oraciones compartidas y beber alguna cosa simple para ir temprano a dormir, la mañana siguiente tenía un examen algo complicado y no le convenía irse desvelando, con los años las materias se iban poniendo más complicadas.

Al entrar vio el ambiente como siempre, no identificó inicialmente a Angus pero pensó que quizá estaría en la trastienda o algo, se acercó a la barra entonces y reconoció cerca de allí a Beatrice, quien se mostró interesada en una de sus campañas pro-animales hacía algunos días. Se acercó a ella para saludarla en lo que pedía una cerveza y se fijó en el grupo que estaba ahí, se presentó sin mucha formalidad o agregar demasiadas cosas.

Se detuvo un momento en Martin al verlo, borracho y todo, se rió bajito y pasó el brazo de él por detrás de sus propios hombros para que consiguiese equilibrarse, eso hasta que con su varita acercó una silla para sentarlo. No eran amigos, eran algo raro.

-aYa cálmate niño, no te vayas a romper la cara, lávatela como te dijeron. Ahhh y felicidades por la novia, ya era hora, pensé que ibas a morir solo.-le dio un par de palmaditas en la espalda tras la broma y le dio un intento de abrazo que no concretó por la incomodidad de abrazar a alguien así de bebido.-

Le hubiese ido a buscar algo de comer mientras estaba con las que supuso sus amigas pero llevó Sofie. Con ella tenía un enorme problema, inmenso, había estado comentándoselo a Sebastian justamente porque hacía sido el cumpleaños de la rubia y aunque le envió una nota para que fuese a su casa simplemente la ignoró. Era una perra maldita maldita maldita.

-Luttrell. Tenemos algo pendiente.-le dijo acercándose, cerveza en mano y empujándola un poco hacia un muro cercano que no quería hacer de eso un espectáculo. Bajó la voz y si bien se notaba su enojo y tenía fluctuaciones en el volumen todo seguía siendo un susurro.-¿Qué mierda tienes ahora en la cabeza? ¿Cómo vas a dejarnos plantados? Había preparado algo especial, y sabes que lo nuestro es por Luke. ¡Luke! ¡Tuve que decirle que la decoración era por una tontería, estúpida! Que ya no seas amiga de mi hermano no te da derecho a hacer como que no existimos, al menos hubieses respondido. ¡Pero no! La señorita estaba ocupada abriendo las piernas o riéndose de él. ¿O NO ES VERDAD? ¡ANDA, CONTESTA!

Para Loulou un papel que decía 'El sábado vamos a revivir en casa los buenos tiempos con sombreros tontos, tontita' le parecía suficiente como para que ella supiese que se lo iban a celebrar, y no improvisadamente.

Entraba al bar en busca de dos inocentes cerveza. Más temprano había intercambiado un par de palabras con Adair no de muy buen modo, él parecía cansado por el entrenamiento, ella estaba cruzada por una carta de su madre que le había llegado, y la combinación no había salido bien.... Ahora solo quería comprar dos botellitas e irse a buscarlo a su sala común para dejar todo en paz, pero dios y los astros parecían alineados en su contra ese día.

Ni bien puso un pie dentro del local, y apenas si vio gente y agua.. ¿Agua?... Que Loulou la enfrentó. Eso era! No un saludo y una frase picante, sino directamente un empujoncito contra la pared con palabras desordenadas en susurro que Sofie no entendía de qué se trataban, pero sí intuía a que venían.... Como hermana mayor dominante que era, debía estar cabreada por aquella tontería de creer que Sofie había cambiado a su adorado hermano Luke, por otro. Y no. no era así.

- No se de que hablas loulou.... - intentó interrumpirla en susurros también, ladeando la cabeza de un lado a otro, con la intención de hacerse espacio para salir de aquella situación que la tenía acorralada entre Loulou y la pared. - estás demente!... responder que? - Sofie no tenía idea, que lo último que había sabido de los Rayder, era un trozo de pergamino que la invitaba a una manifestación y Loulou ya sabía que a ella no le iban esas cosas. Ni hablar de que era Luke el que la ignoraba olímpicamente.

Pero cuando lo de las piernas se hizo presente y en el interior de Sofie se accionó aquel mecanismo de que todo el mundo lo abría escuchado y que sería la vergüenza pública y pudorosa de una mentira infame, su rostro enrojeció y su tono cambió radicalmente, suficiente de vocecitas conciliadoras. - PERO ESTAS LOCA!? Que te pasa!!!... hace mal tomar con el estómago vacío, la lechuguita no alimenta - Le puso tres dedos sobre las clavículas y la empujó para que la dejara pasar de una vez.

- no se de que me hablas... a ver si me explicas calmada... - acotó entre dientes, ya de espaldas yendo a la barra, casi haciendo como que no estaba hablando con ella, como que siquiera la conocía, mientras sus ojos y su sonrisa se posaba en los chicos más allá, a los cuales SI conocía y que parecían estarse divirtiendo de lo lindo. Movió la mano en señal de saludo mientra llegaba a la barra para comprar dos cervezas. Que Loulou se calmara o la dejara en paz. Borracha infame que la iba a hacer quedar mal con todo mundo ¬¬ , ella apenas empezaba a integrase y ya había quien quería boicoteare la imagen social.

Markus no podía decir que los últimos meses hubieran sido los peores de su vida. Había vuelto a los estudios, experimentado una que otra cosa nueva y hasta conocido gente agradable. Sin embargo, en ese par de meses que había pasado en Brigantia también cayó víctima de los efectos desmedidos de la hierba y terminó por recibir un batazo en la cabeza por parte de una de las chicas más pijas que había conocido alguna vez. Si aquella no había sido la experiencia más humillante de su vida, Markus O’Dwyer temía entonces por su futuro tanto a largo como a corto plazo.

Encima de todo, aquel desastre de la última luna llena. Angus Finnerty estaba lejos de ser su persona favorita en el mundo, y no estaba seguro de que le agradara en lo más mínimo la idea de que este fuese un hombre lobo, pero todo aquel asunto se le hacía demasiado extraño. Rumores de mortífagos vagando por la universidad, de que el tipo fue secuestrado, después el ataque del licántropo totalmente convertido y las afirmaciones de tres chicas de que habían sido atacadas por un par de mortífagos. No era difícil atacar cabos tomando en cuenta aquella información, pero igual no estaba seguro de que todo cuadrase perfectamente. Para comenzar: ¿Qué ganaban los mortífagos? Suponía que solo sembrar un poco de caos, mostrar señales de vida como movimiento que aun permanecía vigente, pero lo de aquella noche se le hacía muy poco organizado considerando lo que se decía de las viejas escaramuzas en la universidad.

Como fuera, Markus no tenía demasiada relación con todo aquel asunto y no le animaba la idea de cambiar su situación. Por eso no se metió en la debacle que terminó con la expulsión de algunos salvajes y aquella estúpida regla que los retendría en el campus por quién sabía cuánto. La mayoría parecía bastante alterada por la imposibilidad de irse a tomar las discos muggles y los pubs de Hogsmeade; Markus solo quería cambiar de ambiente, como fuese. Por todo esto, el muchacho se presentó en el bar aquella noche. Si bien la mayoría ya estarían hartos del sitio debido a la imperiosa necesidad de simplemente salir por ahí y gastar mucho, Markus había pisado el sitio en solo un par de ocasiones. Sí, aquel “cambio de escenario” bastaría, al menos de momento.

Cuando el par de chicas, comenzó a intentar llenar el desnivel del bar como si se tratara de una piscina Markus ya tenía al menos unas cuatro cervezas encima y comenzaba a sentirse más suelto de lo usual, aunque nada como la borrachera en casa de Finnerty. Dios bendito, nada como la borrachera en casa de Finnerty. La gente comenzó a reunirse alrededor de estas, y entre todos reconoció a Martin, quien parecía un poco más que mareado. Bien, bien, no dejaría que el chico hiciera un espectáculo.

- Cuidado y vomitas, Abadeer. –Dijo con tono casi paternal, poniendo una mano en el hombro de su amigo. A veces se preguntaba con toda seriedad que mantenía aquel vínculo, en serio.- No me siento de humor como para sostenerte el cabello esta vez.

Dirigió la mirada a las chicas, entre las que vio destacar a una que parecía nueva en el campus, puesto que no recordaba haber visto su rostro alguna vez.

- Markus O’Dwyer. –Se presentó ante las desconocidas.- ¿Podría preguntar que planean exactamente inundando el bar, como veo que consiguen poco a poco, o solo saco la varita y me uno?

Eran tiempos desesperados y aburridos, y en tiempos desesperados y aburridos hasta Markus O’Dwyer estaba dispuesto a vandalizar propiedad universitaria si aquello significaba añadir un poco de sabor a la vida. Quizás no había aprendido tanto como pensaba en los últimos meses.

¿Por qué no podía llevarse bien con ella? Bien como con sus primos, hasta con Parker tenía una medianamente buena relación y eran capaces de hablar de las cosas sin molerse mutuamente con sus palabras, con Loreen todo era amor porque entendían que no todas las palabras duras iban cargadas de una pútrida intención, lástima que la hubiesen sacado de la universidad, quería escribirle para saber si era por un tiempo o de qué se trataba todo eso. Con Sofie lo que las unía era su hermano, el amor por él, pero ella ya ni respetaba eso.

Habían estado con algunos conflictos últimamente, se hablaban mal en los pasillos o ni lo hacían aunque estuviesen en el mismo grupo de gente, Loulou no le tenía demasiado aprecio desde el asunto con Luke pero el que declinase su invitación a lo que era una celebración que le costó organizar le parecía una cachetada a todo lo bueno que su familia había hecho por ella, a la amistad de sus padres con la madre de Sofie, a la amabilidad de Sandra cada que llegaban a su casa.

Lo peor es que se comportaba como una inocente que estaba frente a la loca incapaz de entender, pero es que si no le daba una bofetada para que entendiese era porque quería ser aún cortés con ella, por los viejos tiempos, porque no quería acabar en el suelo jalándole esos cabellos de elote que tanto mal le habían hecho a su hermano. Tenía que ver más con lo ingrata que era que con que no amase a Luke, tampoco planeaba mandar sobre los amores de la gente.

Se dejó empujar y mordió con violencia sus propios labios que si bien no era una delicada que se indignaba por un empujoncito maricón no soportaba que se comporte como una santa cuando no lo era, porque no lo era. Se alejó de ella y fue mejor, pero de todos modos la siguió porque no estaba dispuesta a que se fuera tan campante sin que le diese una explicación, sin que la retribuyese, sin que ella sintiese que ahora estaban a mano.

-No, no. Estás equivocada si crees que te puedes largar como si nada. Ven aquí que no quiero irte gritando lo mierda que eres, lo ingrata.-la cogió del brazo con fuerza, resistiendo las ganas de jalarla con violencia hacia un lado solamente porque estaban allí algunos que no tenían nada que ver con eso. En su flacucho cuello se podía notar una vena sobresaliendo a un lado. -¡Vamos!

Ya tenía los pies empapados por su charquito pero brincó un poquito hacia atrás cuando vio el chorrito de Bea para no mojarse, aunque unas gotitas insignificantes la salpicaron y la saludó efusivamente, aunque no la mojó ni nada.

Podrías cargar con un cono y usarlo libremente como un chico.

Le comentó a Beatrice y se rió por que, por un momento, la imaginó en cuclillas sobre uno detrás de un árbol. En eso vio a Martin acercarse y se volteó para buscar su cerveza.

Martin –levantó su mano como si estuviera brindando con él y se llevó la cerveza a la boca como si no hubiera escuchado lo que había dicho. Si alguien mencionaba, aunque sea tantito, lo que había pasado seguramente terminaría poniéndose a llorar y no quería eso, era la noche de Lady y quería festejar con ella. Negó con la cabeza para restarle importancia.

Van a hacer que me malacopee y no está padre –advirtió aunque no estaba muy segura de que alguien la hubiera escuchado y soltó una carcajada, no solo por que se dio cuenta de que Martin ya estaba ebrio sino por que terminó empapado también. Se le antojó arrojarle agua también, pero en eso llegó Loulou y luego se fue a gritonearle a Sofie.

Miró de arriba a Mark, pero no como si fuera una hamburguesa, como alguna vez le había dicho Loulou, sino tratando de recordarlo. Juraría que nunca lo había visto y tomó otro hielito.

Regina –le dijo poniéndose a su lado y se puso la varita igual como la tenía Bea-. [Tienes que ponerte la varita aquí, así, y solo esperas. No es tan dificilisimo, aunque tampoco sé para que la estamos llenando –lo miró por encima del hombro y aprovechó también para meterle el hielito por el cuello de la camisa, aunque tuvo que levantarse de puntitas por que era alto.


(perdonme la demora *-* )

Si no le gritó por como la tomaba del brazo y se la llevaba al rincón, lejos de la barra y del resto de los chicos, es porque Sofie en verdad el escándalo no le gustaba. Pero que la había quedado doliendo la piel de donde la había jalado no había ninguna duda, por como se frotaba la zona en cuanto Loulou la sontó.

No entendía nada, y venía con un mal día. Para colmo las cosas estaban tensas desde hacía semanas con los Rayder. Luke no le había dirigido la mirada nunca más desde la pelea con Adair, siquiera en la fiesta de Angus, y Loulou aprovechaba cada cruce casual para decir algún comentario extraño y jalarle un mechoncito del cabello. Y nada, lo del cabello era una costumbre que luego de tantos años entendía como cariñosa, pero las formas agresivas de hablar era algo a lo que no se acostumbraba, aun. COmo en ese momento que le decía "lo mierda que eres, lo ingrata".

- Ya! - le dijo dándole un golpecito para ganar espacio entre ellas. respiró profundo y trató de contener cualquier exabrupto. Hablando se entendía la gente, no? - Loulou: si todo esto es porque no fui a tu casa a planear una manifestación, te pido disculpas... Ya sabes que a mi esas cosas no me interesan... O sea, ni que necesitaras mi ayuda tampoco, yo no se nada de eso.... Además era mi cumpleaños.... Bueno ya había sido, pero tenía planes por eso y.... - que hacía explicándole de su vida a ella? Negó con el rostro. -... Lo siento, la próxima me haré tiempo para ir a ayudarte. Pero, avísame con tiempo que de un día para el otro se me complica y.... -

ya de nuevo andaba excusándose ella que no era quien había hecho nada malo ni había iniciado ese conflicto. Miró a los que si se divertían allí haciendo boberías con el agua. Y si gritaba y le pedía ayuda a Bea?... Ay no! que cobarde. Ella podía sola ponerle límites a la entrometida de Loulou que siempre que podía había metiéndose en medio de ella y Luke para hacer caras y cosas peores.

- Mira Loulou, yo no se que pretendías. Pero jamás se me hubiera ocurrido aceptar ir a tu casa, cuando acá mismo tengo que aguantar que Luke ni me salude y tu me hagas estos desplantes. - punto. o sea, la trataban orrible y que pretendían? que se presentara en el hogar de Sandra a ser ignorada también?

Soltó un bufido bastante teatral cuando el chorrito de agua le salpicó directo en la frente. Estuvo a punto de mandar al demonio la idea de una supuesta “reconciliación” con Lady e iniciar una batalla a base de aquamentis, pero entonces Martin comenzó a decir toda clase de cosas que incluso a ella se le hacían inapropiadas.

- ¡Ay! –Exclamó, llevándose una mano a la frente.- Hasta yo creo que eso sonó feo, Martin. Vete al carajo, estás tan ebrio que te cogerías a la Dama Gorda… Y quizás a Sir Cadogan también.

Se ajustó la varita de forma que pareciera más larga. Que si iba a tener paloma falsa, iba a estar bien dotada al menos.

- El cono sería demasiado protocolo… –Comentó distraídamente para Regina, decidiendo sobre la marcha como mantener la conversación en terreno seguro.- Además, ¿te imaginas todo lo que gastaría en ellos? Sabes que me la paso mean… Hola, Rayder… Adiós, Rayder y Sofie. Como decía, me la paso meando como adicta a las sandías.

Hizo varios giros con la muñeca, de forma que se formaran arcos en el aire y estos salpicaran un poco. Si bien no habían formado una piscina ni mucho menos, el agua pronto les llegaría a la mitad de las pantorrillas; quizás no tanto al chico con cara de estirado al que Regina le estaba metiendo un hielo en la camisa, pero ese solo era muy alto.

- No nos lo espantes, mujer.-La reprendió entre risitas.- Que aquí vamos a necesitar al menos una o dos varitas más si queremos echarnos un chapuzón, aunque la “Señorita” ya se podría ahogar con esto.

Breve momento de realización, tras el cual dirigió la vista hacia Lady y agregó con un tono inseguro bastante inusual en ella:

- Y… um… ¿Ese hermano tuyo sigue por aquí?

Sí, sí, ese “hermano suyo” y nada más. La vieja historia que Bea solía guardarse porque era más sencillo decir que siempre había sido "liberal" y partidaria del amor libre antes que admitir que ella había, básicamente, roto su propio corazón en aquella época lejana en la que aun era una muchachita impresionable.

Lady gana 6 puntos de experiencia
Regina gana 6 puntos de experiencia
Loulou gana 6 puntos de experiencia
Sofie gana 6 puntos de experiencia