OGMIOS: 275 PUNTOS
CERRIDWEN: 150 PUNTOS
ARIANRHOD: 35 PUNTOS
SMERTIOS: 175 PUNTOS
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 10 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 10 Invitados :: 1 Motor de búsquedaNinguno
El record de usuarios en línea fue de 149 durante el Miér Oct 23, 2024 12:07 pm
Este foro está creado enteramente para esparcimiento y diversión sin fines de lucro. La temática, tramas y personajes son 100% originales creados por el equipo administrativo y los usuarios de este mismo foro. Todo lo demás, pertenece a J.K.Rowling.
"Universidad Brigantia de Estudios Mágicos" está protegida por una licencia creativa. Cualquier reproducción total o parcial del contenido del foro, así como el diseño, será considerado como plagio. Por favor, se original, no robes ni copies.
Cartas a casa
2 participantes
Página 1 de 1.
Cartas a casa
No pensaba correr el riesgo de ser expulsado, pero al no haber estado en Hogwarts como la gran mayoría, eso del encierro tipo internado incluso los fines de semana, no le estaba siendo nada fácil. Pero por el momento prefería no arriesgarse, el islandés sabía que tenía una oportunidad única y una beca que no se conseguía muy fácil y no iba a desaprovechar eso solo para conocer el país, ya tendría oportunidad. De todos modos, no tenía demasiado tiempo libre, estaba siendo un alumno comprometido con su carrera. Esperaba que ese entusiasmo le durara más que el primer semestre.
En un único rato libre había decidido escribirle a sus hermanas y a su madre. Llevaba además un paquete con un oso de peluche que llevaba un suéter con la bandera de la Gran Bretaña, que era para Ásdís, aunque no sabía si su hermana ya estaba llegando a la edad en que no le gustaban los juguetes. En ese caso aunque no jugara con él lo podría tener en alguna repisa o algo. Él todavía había guardado muchos muñecos de acción en su habitación, que para entonces seguro Jóhanna ya había allanado.
Les contaba en una muy extensa carta para cada una diferentes cosas. Les contó de Siobhan (sin las partes no aptas para la infancia de sus hermanas), solo diciéndoles que era una niña muy bonita. Les contó de Leslie y de sus clases de vuelo, de que tal vez llevara a Juno a casa en las vacaciones de invierno, de Joseph y una foto de su profesor de quidditch, mejor que la de los folletos.
Hákan tuvo que darle el paquete a dos lechuzas que alimentó antes. De todos modos las lechuzas parecían perezosas de marcharse, con todo y el paquete ya en sus patas para remontar el vuelo. Las entendía, les esperaba un viaje muy largo, pero ahora con las nuevas normas, no podía ir al correo muggle, ni mandarles un mail. No podía esperar tanto.
En un único rato libre había decidido escribirle a sus hermanas y a su madre. Llevaba además un paquete con un oso de peluche que llevaba un suéter con la bandera de la Gran Bretaña, que era para Ásdís, aunque no sabía si su hermana ya estaba llegando a la edad en que no le gustaban los juguetes. En ese caso aunque no jugara con él lo podría tener en alguna repisa o algo. Él todavía había guardado muchos muñecos de acción en su habitación, que para entonces seguro Jóhanna ya había allanado.
Les contaba en una muy extensa carta para cada una diferentes cosas. Les contó de Siobhan (sin las partes no aptas para la infancia de sus hermanas), solo diciéndoles que era una niña muy bonita. Les contó de Leslie y de sus clases de vuelo, de que tal vez llevara a Juno a casa en las vacaciones de invierno, de Joseph y una foto de su profesor de quidditch, mejor que la de los folletos.
Hákan tuvo que darle el paquete a dos lechuzas que alimentó antes. De todos modos las lechuzas parecían perezosas de marcharse, con todo y el paquete ya en sus patas para remontar el vuelo. Las entendía, les esperaba un viaje muy largo, pero ahora con las nuevas normas, no podía ir al correo muggle, ni mandarles un mail. No podía esperar tanto.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
Estaba muy enojada. El mundo parecía estar conspirando para que nunca jamás pudiera tener un perro. Había querido salir a Hogsmeade a la tienda de animales para ir al fin por uno, pero iba a ser que no por la estúpida regla nueva que no los dejaba salir. Era peor que estar en Hogwarts. Estaba siendo dramática al respecto, la verdad le gustaba la Universidad y estaba emocionada por estar ahí, pero aún así ese detallito la tenía de mal humor ¿Cómo era posible que no pudiera encontrar manera de tener un perro?
Escribió a sus padres para avisar que todo había salido bien, que estaba ya en Brigantia, les contó que su dormitorio no estaba mal y que ya había vistoa Regina. Todo iba bien, menos el detalle de que jamás iba a poder comprarse un perro. La historia triste era que su padre Nico siempre que pedía mascotas, regresaba con otro pez, o con un calamar baby, o con cualquier cosa que tuviera que ver con agua. Sí, le gustaban los peces de casa y tal pero quería lanzarle la maldita pelota y subir a un perro a su cama. No podía subir a un pez a su cama.
Su carta se fue más rápido que el que pretendía mandar un paquete infame a dos pobres lechuzas. Llevaba su tabla bajo el brazo por que había un empedrado más o menos patinable en la lechucería pero de todos modos era abrupto y se iba a matar si intentaba saltar esas escaleras sin una superficie lisa. Era un tanto frustrante, pero tenía su hechizo para alisar pavimentos que había inventado a los quince años. Pretendía practicar, pero le daba algo de pena con ese tipo ahí. Sacó de su pantalón de muchas bolsas una bolsita de papel negro y alimentó a sus lechuzas con el paquete.
-¿No les quieres poner a cargar un baúl también?
Les dio de comer, ese alimento costaba más caro pero solía gustarles más a las lechuzas. Y sí, después de comerse esas semillitas de colores al fin se fueron con el paquete, que ni era tan grande pero lo decía sólo para molestar. Por que el mundo no era justo y ella no podía tener un perro. Alguien tenía que pagar por eso. Ladeó la cabeza y lo señaló con el índice como si se diera cuenta de algo.
-Tú eres famoso. Saliste en una revista.
Escribió a sus padres para avisar que todo había salido bien, que estaba ya en Brigantia, les contó que su dormitorio no estaba mal y que ya había vistoa Regina. Todo iba bien, menos el detalle de que jamás iba a poder comprarse un perro. La historia triste era que su padre Nico siempre que pedía mascotas, regresaba con otro pez, o con un calamar baby, o con cualquier cosa que tuviera que ver con agua. Sí, le gustaban los peces de casa y tal pero quería lanzarle la maldita pelota y subir a un perro a su cama. No podía subir a un pez a su cama.
Su carta se fue más rápido que el que pretendía mandar un paquete infame a dos pobres lechuzas. Llevaba su tabla bajo el brazo por que había un empedrado más o menos patinable en la lechucería pero de todos modos era abrupto y se iba a matar si intentaba saltar esas escaleras sin una superficie lisa. Era un tanto frustrante, pero tenía su hechizo para alisar pavimentos que había inventado a los quince años. Pretendía practicar, pero le daba algo de pena con ese tipo ahí. Sacó de su pantalón de muchas bolsas una bolsita de papel negro y alimentó a sus lechuzas con el paquete.
-¿No les quieres poner a cargar un baúl también?
Les dio de comer, ese alimento costaba más caro pero solía gustarles más a las lechuzas. Y sí, después de comerse esas semillitas de colores al fin se fueron con el paquete, que ni era tan grande pero lo decía sólo para molestar. Por que el mundo no era justo y ella no podía tener un perro. Alguien tenía que pagar por eso. Ladeó la cabeza y lo señaló con el índice como si se diera cuenta de algo.
-Tú eres famoso. Saliste en una revista.
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cartas a casa
Hákan se hizo a un lado cuando la desconocida, sin más ni más, iba a alimentar con una cosa exótica a las lechuzas para que enviaran el paquete. A su bromita del baúl solo respondió con una media sonrisa. Ni decirle que además de todo, iban hasta Islandia, porque lo habría acusado de maltrato y abuso animal. –No es más que un oso de peluche, no pesa nada- Un oso de peluche y al menos 5 rollos de pergamino.
Había comprado un cuaderno para escribirles las cartas a mano, pero ellas se enojaban cada que les escribía en ese papel, porque adoraban los pergaminos, probablemente de sus cosas favoritas de ser brujas. Eran bien raras, sus hermanas, pero no tan raras como esa chica, que parecía de ese grupo de poquísimas niñas que no estaban apuradas por ser el epítome de lo femenino.
-¿Quieres que te de un autógrafo? No tengo con qué firmar- Dijo buscando en los bolsillos como si de verdad estuviera buscando pluma y tintero para autografiarle la camiseta. Parecía dicho en cualquier tono menos el de una broma, porque estaba muy serio. Por algún motivo, la chica esa lo hacía ponerse a la defensiva, aunque había alimentado a sus lechuzas y gracias a ella se habían ido, por cierto, se lo tenía que agradecer- Te lo doy sin más, solo porque gracias a ti se fue mi paquete.
Bromas a un lado, aunque fueran con cara de serio, le extendió la mano para presentarse con nombre y apellido, como todo un señor de la formalidad. Luego fijó la vista en su patineta. En algún momento de su infancia le habían llamado poderosamente la atención, pero nunca compró una ni le puso empeño a esa afición que se le pasó tan rápido como había llegado.
Le echó un vistazo general a la chica. Tenía toda la pinta de saber montarse en una de esas, porque estaba como salida de un video de Avril Lavigne en sus primeros años. Le dio risa, aunque no le explicó de qué se reía porque no sabía si eso resultaría ofensivo. -¿Sabes andar bien en esa cosa, me enseñas?-Le pidió señalándole la patineta. No le pedía que le enseñara a andar en patineta, sino que lo dejara ver como lo hacía ella. No estaba ya él para esos ridículos.
Había comprado un cuaderno para escribirles las cartas a mano, pero ellas se enojaban cada que les escribía en ese papel, porque adoraban los pergaminos, probablemente de sus cosas favoritas de ser brujas. Eran bien raras, sus hermanas, pero no tan raras como esa chica, que parecía de ese grupo de poquísimas niñas que no estaban apuradas por ser el epítome de lo femenino.
-¿Quieres que te de un autógrafo? No tengo con qué firmar- Dijo buscando en los bolsillos como si de verdad estuviera buscando pluma y tintero para autografiarle la camiseta. Parecía dicho en cualquier tono menos el de una broma, porque estaba muy serio. Por algún motivo, la chica esa lo hacía ponerse a la defensiva, aunque había alimentado a sus lechuzas y gracias a ella se habían ido, por cierto, se lo tenía que agradecer- Te lo doy sin más, solo porque gracias a ti se fue mi paquete.
Bromas a un lado, aunque fueran con cara de serio, le extendió la mano para presentarse con nombre y apellido, como todo un señor de la formalidad. Luego fijó la vista en su patineta. En algún momento de su infancia le habían llamado poderosamente la atención, pero nunca compró una ni le puso empeño a esa afición que se le pasó tan rápido como había llegado.
Le echó un vistazo general a la chica. Tenía toda la pinta de saber montarse en una de esas, porque estaba como salida de un video de Avril Lavigne en sus primeros años. Le dio risa, aunque no le explicó de qué se reía porque no sabía si eso resultaría ofensivo. -¿Sabes andar bien en esa cosa, me enseñas?-Le pidió señalándole la patineta. No le pedía que le enseñara a andar en patineta, sino que lo dejara ver como lo hacía ella. No estaba ya él para esos ridículos.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
Entonces sí era el de la revista, pero una de dos, o estaba bromeando o se le había ya subido la fama a la cabeza y de verdad pensaba que se había orinado en los pantalones de la emoción. Enarcó la ceja, dándole unas vueltas a su goma de mascar, haciendo una pequeña bomba que después tronó y llevó el chicle de vuelta a su boca con la lengua, escuchando que era su manera de agradecerle lo de las lechuzas, ensalzándose en elgo o algo así. Ya le iba a decir que se fuera al diablo pero mejor se rió con desdén...
-Vete al diablo
... Y le dijo que se fuera al diablo. No en un plan enojado, eran sus modos nada más. Le tendió la mano pero no se la estrechó como hombre de negocios sino más bien la chocó con una fuerte palmada, llegando al terrible momento en que tenía qué dar su nombre. Suspiró resignada y tuvo que presentarse, también con apellido por que él le había dicho el suyo.
-Lady Stoner. No es apodo, y no hagas chistes al respecto si no piensas ser creativo, los he oído todos.
Era cierto, tenía un buen repertorio de chistecitos sobre su nombre y últimamente todos los había escuchado al menos una vez. No supo por qué su risita pero no le cayó mucho en gracia y sólo se encogió de hombros cuando le preguntaba si sabía andar bien en la tabla ¿Qué pensaba, que la cargaba para andar faroleando o algo así? Sería como traer una guitarra sin tocarla, sólo por cargarla. Aunque claro, cabía la posibilidad de que lo preguntara para romper el hielo, como la gente normal, o de que pudiera haber empezado tarde con el skate. Pero Lady se podía molestar por cualquier cosa. De todos modos, como no sabía si lo decía para que le enseñara o para que le demostrara, fijó su mirada entorno a las seis o siete escaleras que los separaban del desnivel de la lechucería y evaluó que podría saltar, aunque le faltaba espacio.
Tomó algo de carrera (le faltaba espacio) e hizo el salto, con un giro que salió bien pero aterrizaba mal y terminaba yéndose de espaldas al empedrado, cayendo con todo el trasero para no joderse una rodilla. Se veía como un golpe aparatoso pero se había dado muchos peores, cien veces peores. Se quedó sentada en el pavimento con la mancha de polvo y de mierda de lechuza en el pantalón, y levantó las palmas como si dijera "shit happens" en vez de decirle que ahí no era precisamente liso y le faltaba espacio.
-Quizás no tan bien.
-Vete al diablo
... Y le dijo que se fuera al diablo. No en un plan enojado, eran sus modos nada más. Le tendió la mano pero no se la estrechó como hombre de negocios sino más bien la chocó con una fuerte palmada, llegando al terrible momento en que tenía qué dar su nombre. Suspiró resignada y tuvo que presentarse, también con apellido por que él le había dicho el suyo.
-Lady Stoner. No es apodo, y no hagas chistes al respecto si no piensas ser creativo, los he oído todos.
Era cierto, tenía un buen repertorio de chistecitos sobre su nombre y últimamente todos los había escuchado al menos una vez. No supo por qué su risita pero no le cayó mucho en gracia y sólo se encogió de hombros cuando le preguntaba si sabía andar bien en la tabla ¿Qué pensaba, que la cargaba para andar faroleando o algo así? Sería como traer una guitarra sin tocarla, sólo por cargarla. Aunque claro, cabía la posibilidad de que lo preguntara para romper el hielo, como la gente normal, o de que pudiera haber empezado tarde con el skate. Pero Lady se podía molestar por cualquier cosa. De todos modos, como no sabía si lo decía para que le enseñara o para que le demostrara, fijó su mirada entorno a las seis o siete escaleras que los separaban del desnivel de la lechucería y evaluó que podría saltar, aunque le faltaba espacio.
Tomó algo de carrera (le faltaba espacio) e hizo el salto, con un giro que salió bien pero aterrizaba mal y terminaba yéndose de espaldas al empedrado, cayendo con todo el trasero para no joderse una rodilla. Se veía como un golpe aparatoso pero se había dado muchos peores, cien veces peores. Se quedó sentada en el pavimento con la mancha de polvo y de mierda de lechuza en el pantalón, y levantó las palmas como si dijera "shit happens" en vez de decirle que ahí no era precisamente liso y le faltaba espacio.
-Quizás no tan bien.
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cartas a casa
Como respuesta a que se fuera al diablo, el islandés le dibujó una sonrisa. Al parecer no le había caído nada bien la broma. Se volvió a reír cuando le dijo su nombre, pero a decir verdad no se le ocurría ninguna broma ingeniosa, ya fuera por el idioma o porque de verdad no tenía idea de qué broma hacer sobre eso que no le hubieran dicho antes. –Ninguna broma, creo que es un nombre genial- Lo decía en serio, sonaba como de cantante de rock que quería hacer público que consumía muchas drogas duras. Nada que ver con Avril Lavigne.
A la chica podía no hacerle mucha gracia pero él no dejaba de sonreír, menos cuando la veía tan molestia en apariencia por nada. Parecía ser muy fácil de provocar y también por eso pareció muy dispuesta a enseñarle sus truquitos con la patineta sin que él tuviera que insistir. Eso o era muy buena y se moría por presumir a la primera oportunidad.
La siguió con la mirada mientras se movía y tomaba carrera, pero en vez de que hiciera algo mágico y un truco para no creerse, terminaba en el suelo. Casi suelta una carcajada pero se la aguantó para no molestarla, y porque era muy grosero reírse de alguien que se acababa de caer con todo el culo. Además se veía muy doloroso el golpe, así que bajó las escaleras que la separaban de ella con una risa velada.
-¿Estás bien? Al menos no te pegaste en la cara- Le estiró la mano para ayudarla a levantarse aunque estuviera acostumbrada a caerse y levantarse sola - ¿Estás empezando apenas o solo estás abrumada por mi fama?- Esta vez sí se rió, dándole a entender que era una broma. Claro que era un ególatra vanidoso pero no de ese tipo, solo dentro de la cancha. –Te falta espacio, creo. ¿Dónde te acomodas?
A la chica podía no hacerle mucha gracia pero él no dejaba de sonreír, menos cuando la veía tan molestia en apariencia por nada. Parecía ser muy fácil de provocar y también por eso pareció muy dispuesta a enseñarle sus truquitos con la patineta sin que él tuviera que insistir. Eso o era muy buena y se moría por presumir a la primera oportunidad.
La siguió con la mirada mientras se movía y tomaba carrera, pero en vez de que hiciera algo mágico y un truco para no creerse, terminaba en el suelo. Casi suelta una carcajada pero se la aguantó para no molestarla, y porque era muy grosero reírse de alguien que se acababa de caer con todo el culo. Además se veía muy doloroso el golpe, así que bajó las escaleras que la separaban de ella con una risa velada.
-¿Estás bien? Al menos no te pegaste en la cara- Le estiró la mano para ayudarla a levantarse aunque estuviera acostumbrada a caerse y levantarse sola - ¿Estás empezando apenas o solo estás abrumada por mi fama?- Esta vez sí se rió, dándole a entender que era una broma. Claro que era un ególatra vanidoso pero no de ese tipo, solo dentro de la cancha. –Te falta espacio, creo. ¿Dónde te acomodas?
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
No quiso averiguar si lo del nombre genial era sacasmo o no, así que sólo fue a lo suyo. Esperó una carcajada después de su caída pero aparentemente se la estaba aguantando, lo pudo notar cuando bajaba los escalones que había saltado mal y le preguntaba cómo estaba. Le quitó importancia con una mano. Realmente había tenido peores caídas y eso era cosa de nada, cada que se ponía a practicar ocurrían al menos cinco de esas. Tomó su mano para levantarse sólo por compromiso, sin limpiarse la mancha del pantalón.
-Lo hago en serio desde los doce. Debe ser tu fama.
No se le daba bien seguir las bromas pero esa vez estaba haciendo un esfuerzo, por que el tipo no parecía antipático, y además iba a covnvir con él en la carrera así que tendría que llevarla bien. Levantó la tabla con el pie y se mordió un poco sus uñas de por sí mordidas antes de mirar alrededor. Si había formulado el hechizo para alisar superficies era por que en el mundo mágico todo era irregular y empedrado. Al menos había notado que había tomado vuelo de manera deficiente por no tener espacio y por querer deslizarse en un lugar no muy deslizable.
-Te daré un kickflip
Y esta vez no se había caído, pero había asustado a unas lechuzas que revolotearon en lo alto de esa especie de torre. Se encogió de hombros y volvió a agarrar la tabla levantándola con un pie antes de darle una palmada confianzuada a Hákan en el hombro, como para decirle que salieran de ahí y dejaran de perturbar a las aves mensajeras.
-¿Cuál es tu posición? Yo soy golpeadora. ¿Llevas mucho tiempo aquí? ¿Qué se hace cuando estás aburrido?
No era la mejor manera de pregutnarle a alguien por la vida social de un lugar, por que parecía estar diciendo que estaba aburrida en ese preciso instante, pero de nuevo, sólo eran sus modos. Tenía que empezar a aprender a manejarse en la Universidad, y qué mejor que hacerlo con sus compañeros de carrera. Quizás después podrían medirse un poco en las escobas, para ver a qué nivel de competencia iba a tener que volar. No se veía nada sencillo, después de todo Hakan ya hasta era famoso ¿No?
-Lo hago en serio desde los doce. Debe ser tu fama.
No se le daba bien seguir las bromas pero esa vez estaba haciendo un esfuerzo, por que el tipo no parecía antipático, y además iba a covnvir con él en la carrera así que tendría que llevarla bien. Levantó la tabla con el pie y se mordió un poco sus uñas de por sí mordidas antes de mirar alrededor. Si había formulado el hechizo para alisar superficies era por que en el mundo mágico todo era irregular y empedrado. Al menos había notado que había tomado vuelo de manera deficiente por no tener espacio y por querer deslizarse en un lugar no muy deslizable.
-Te daré un kickflip
Y esta vez no se había caído, pero había asustado a unas lechuzas que revolotearon en lo alto de esa especie de torre. Se encogió de hombros y volvió a agarrar la tabla levantándola con un pie antes de darle una palmada confianzuada a Hákan en el hombro, como para decirle que salieran de ahí y dejaran de perturbar a las aves mensajeras.
-¿Cuál es tu posición? Yo soy golpeadora. ¿Llevas mucho tiempo aquí? ¿Qué se hace cuando estás aburrido?
No era la mejor manera de pregutnarle a alguien por la vida social de un lugar, por que parecía estar diciendo que estaba aburrida en ese preciso instante, pero de nuevo, sólo eran sus modos. Tenía que empezar a aprender a manejarse en la Universidad, y qué mejor que hacerlo con sus compañeros de carrera. Quizás después podrían medirse un poco en las escobas, para ver a qué nivel de competencia iba a tener que volar. No se veía nada sencillo, después de todo Hakan ya hasta era famoso ¿No?
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cartas a casa
Si lo hacía en serio desde los doce, entonces debía ser cosa del espacio o el terreno, él no sabía nada de esas cosas por más que hubiera intentado tener ese desliz deportivo. Sonrió de lado por el kickflip y bajó la vista para comprobar que era un buen truco, aunque las lechuzas se espantaran y se quejaran. Y no se había caído, así que puntos para ella. Salió detrás de ella. No se había dado cuenta de que era su compañera de carrera hasta que le preguntó y comenzó a unir los recuerdos de los rostros nuevos que había visto en las clases, de la gente que se había inscrito tarde y acababa de llegar.
-No, empecé apenas este semestre. Juego como cazador, ¿reconoces mi cara y no mi posición? ¡qué mal lees las revistas!- Aunque tal vez le valía medio cacahuate lo que cualquiera tuviera que decir respecto a sus compañeros de carrera y eso también era válido. O solo la había ojeado y tenía una gran capacidad para memorizarse las caras. De todos modos Lady tenía cara de ser fácilmente enojable y por eso seguía presionando con esas bromitas.
-¿Qué se hace? Buscar un terreno más regular y luego a una chica para que haga suertes en patineta.-Era la persona menos indicada para que le preguntaran qué se hacía ahí- No te preocupes, pronto te darás cuenta de que no vas a tener tiempo para aburrirte y solo vas a querer dormir. Ayres se ve como blando, pero es de cuidado el tipo. –Por otro lado a él le gustaba el exterior, o sea que pasar tiempo en el lago platicando de cualquier cosa para él bastaba para no aburrirse, pero Lady tenía pinta de que quería saber dónde se conseguían drogas duras clandestinas y un club nocturno bajo el lago de Andarta.
-¿Tú en qué posición juegas? También tienes pinta de cazadora, puede ser buscadora-Le gustaba adivinar, pero ahora solo lo intentaba basándose en su cuerpo y en nada más. Podía ser que también fuera guardiana, parecía de buenos reflejos y de aguantar golpes, algo que se necesitaba en la posición. –O puede ser casi todo, pero golpeadora seguro que no.
-No, empecé apenas este semestre. Juego como cazador, ¿reconoces mi cara y no mi posición? ¡qué mal lees las revistas!- Aunque tal vez le valía medio cacahuate lo que cualquiera tuviera que decir respecto a sus compañeros de carrera y eso también era válido. O solo la había ojeado y tenía una gran capacidad para memorizarse las caras. De todos modos Lady tenía cara de ser fácilmente enojable y por eso seguía presionando con esas bromitas.
-¿Qué se hace? Buscar un terreno más regular y luego a una chica para que haga suertes en patineta.-Era la persona menos indicada para que le preguntaran qué se hacía ahí- No te preocupes, pronto te darás cuenta de que no vas a tener tiempo para aburrirte y solo vas a querer dormir. Ayres se ve como blando, pero es de cuidado el tipo. –Por otro lado a él le gustaba el exterior, o sea que pasar tiempo en el lago platicando de cualquier cosa para él bastaba para no aburrirse, pero Lady tenía pinta de que quería saber dónde se conseguían drogas duras clandestinas y un club nocturno bajo el lago de Andarta.
-¿Tú en qué posición juegas? También tienes pinta de cazadora, puede ser buscadora-Le gustaba adivinar, pero ahora solo lo intentaba basándose en su cuerpo y en nada más. Podía ser que también fuera guardiana, parecía de buenos reflejos y de aguantar golpes, algo que se necesitaba en la posición. –O puede ser casi todo, pero golpeadora seguro que no.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
Le gustó escuchar lo que tenía qué decir sobre el profesor, ya quería sudar y dormirse completamente agotada, con todos los músculos de su cuerpo doliendo. Cuando le decía esas cosas a Bird o incluso a Regina se quedaban pensando que estaba loca, pero le encantaba dormirse absolutamente cansada, extenuada, hecha una piltrafa. No había mejor satisfacción que esa. Siempre había sido algo hiperactiva, la actividad física era de las pocas cosas capaces de relajarla de verdad.
-¡Y tú no escuchaste nada de lo que dije! Te dije que soy golpeadora. GOL-PEA-DO-RA ¿Seguro que no por qué, eh? Gina Grady de las Harpies mide 1.60 y podría mandarte al hospital en esto, en esto
Acompañó cada "esto" con un tronar de dedos. Ya le había dicho que era golpeadora y no se había dado cuenta que Hákan había notado su temperamento casi con sus primeras palabras. No le había dicho qué se hacía ahí para matar el tiempo pero seguro eso significaba que prácticamente cada quién tenía que buscarse su manera de matar el tiempo y finalmente, cuando estuviera ya en el entrenamiento ni iba a ser capaz de mantener energías para el ocio, o eso entendía.
Su arranque de tronarle los dedos y volverse loca se le iba rápido. Sus modos. Era arisca y malhumorada pero que alguien realmente la enojara y le cayera mal tomaba tiempo. De hecho, Hákan ya le agradaba un poco aunque no se notara ni anduviera de sonrisitas y esas cosas que hacían las niñas cuando socializaban. Se rascó la panza bajo la camiseta y no vio ninguna superficie plana donde poder patinar, ni siquiera con su hechizo alisador.
-¿Juegas fútbol?
No tenía pinta de ser uno de esos ultramagos que no entendían nada, así que de su mochila sacó un balón, dejando todo ahí, botado, la tabla, la mochila y también la sudadera de esqueleto que se quitaba de la cintura. Hizo unas dominadas con las rodillas y luego le pateó el balón fuerte, en una pierna. Se rió, la primera vez que lo hacía con él.
-¡Y tú no escuchaste nada de lo que dije! Te dije que soy golpeadora. GOL-PEA-DO-RA ¿Seguro que no por qué, eh? Gina Grady de las Harpies mide 1.60 y podría mandarte al hospital en esto, en esto
Acompañó cada "esto" con un tronar de dedos. Ya le había dicho que era golpeadora y no se había dado cuenta que Hákan había notado su temperamento casi con sus primeras palabras. No le había dicho qué se hacía ahí para matar el tiempo pero seguro eso significaba que prácticamente cada quién tenía que buscarse su manera de matar el tiempo y finalmente, cuando estuviera ya en el entrenamiento ni iba a ser capaz de mantener energías para el ocio, o eso entendía.
Su arranque de tronarle los dedos y volverse loca se le iba rápido. Sus modos. Era arisca y malhumorada pero que alguien realmente la enojara y le cayera mal tomaba tiempo. De hecho, Hákan ya le agradaba un poco aunque no se notara ni anduviera de sonrisitas y esas cosas que hacían las niñas cuando socializaban. Se rascó la panza bajo la camiseta y no vio ninguna superficie plana donde poder patinar, ni siquiera con su hechizo alisador.
-¿Juegas fútbol?
No tenía pinta de ser uno de esos ultramagos que no entendían nada, así que de su mochila sacó un balón, dejando todo ahí, botado, la tabla, la mochila y también la sudadera de esqueleto que se quitaba de la cintura. Hizo unas dominadas con las rodillas y luego le pateó el balón fuerte, en una pierna. Se rió, la primera vez que lo hacía con él.
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cartas a casa
El islandés no pudo evitar la carcajada cuando Lady se ponía tan de mal humor por lo de las golpeadoras. Su tronido de dedos le dio todavía más risa. ¿Se enojaría si le decía que se veía adorable molesta y tronando dedos? No sabía si era de esas niñas que no sabían como tomar los halagos y terminaban dando a cambio un puñetazo en la nariz. Él tampoco la encontraba desagradable a pesar de su pésimo humor, incluso de verdad quería verla patinar pero ella ya estaba buscando otra cosa qué hacer.
-Sí, pero soy malo-La verdad, antes que la humillación mintiendo diciendo que era un as. Eso no pareció importarle tal como él se había pasado por el arco del triunfo su dato sobre ser golpeadora por no estar poniendo la atención debida. Lady sacaba la pelota y hacía unas dominadas que estaba seguro que a él no le iban a salir. Hacía maravillas si le ponían una quaffle en las manos y una escoba entre las piernas (por más mal que sonara), pero tal y como se lo había dicho a Juno, le hubiera gustado probar en el futbol pero no creía ser bueno.
El golpe en la pierna con el balón no le dolió mucho, la mejor parte fue que ella se rio por primera vez, o sea que no era una loca malhumorada todo el tiempo, aunque el motivo de su risa también le daba idea de su tipo de humor y lo hacía arrepentirse de no haberse burlado de ella con todo cuando la idiota se había caído de la patineta tratando de enseñarle sus trucos.
Con todo y que era malo, guió el balón con los pies hacia alguna parte de terreno con pocos árboles, pateándolo procurando no darle muy fuerte. Miraba siempre al piso, controlando sus pies. Era muy diferente a controlar una quaffle, no sabía si requería más habilidad o no, no podía medirlo. Le pasó el balón a Lady de una patada fuerte que salió muy desviada en vez de darle directo en el estómago como había pretendido.-¿Ves? Te dije que era malo-Con la varita y un wingardium acercó de nuevo el balón para darle a Leslie en la cabeza suavemente con él por detrás. Pequeña venganza por haberle tronado los dedos.
-Sí, pero soy malo-La verdad, antes que la humillación mintiendo diciendo que era un as. Eso no pareció importarle tal como él se había pasado por el arco del triunfo su dato sobre ser golpeadora por no estar poniendo la atención debida. Lady sacaba la pelota y hacía unas dominadas que estaba seguro que a él no le iban a salir. Hacía maravillas si le ponían una quaffle en las manos y una escoba entre las piernas (por más mal que sonara), pero tal y como se lo había dicho a Juno, le hubiera gustado probar en el futbol pero no creía ser bueno.
El golpe en la pierna con el balón no le dolió mucho, la mejor parte fue que ella se rio por primera vez, o sea que no era una loca malhumorada todo el tiempo, aunque el motivo de su risa también le daba idea de su tipo de humor y lo hacía arrepentirse de no haberse burlado de ella con todo cuando la idiota se había caído de la patineta tratando de enseñarle sus trucos.
Con todo y que era malo, guió el balón con los pies hacia alguna parte de terreno con pocos árboles, pateándolo procurando no darle muy fuerte. Miraba siempre al piso, controlando sus pies. Era muy diferente a controlar una quaffle, no sabía si requería más habilidad o no, no podía medirlo. Le pasó el balón a Lady de una patada fuerte que salió muy desviada en vez de darle directo en el estómago como había pretendido.-¿Ves? Te dije que era malo-Con la varita y un wingardium acercó de nuevo el balón para darle a Leslie en la cabeza suavemente con él por detrás. Pequeña venganza por haberle tronado los dedos.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
Era muy hiperactiva, y además no le gustaba patinar frente a otra gente. O sea, podía tener espectadores pasivos si patinaba en la calle, le daba igual, pero no le gustaba dar "demostraciones" si no había alguien compitiendo, o si no estaba entre pura gente anónima. Eran sus mañas. Y siempre era más divertido hacer algo entre dos, como darle balonazos a Hákan. Le quiso quitar el balón cuando lo jugaba pero lo dejó pasar para ver qué tan malo era, había mucha gente que lo decía por pura estrategia o por falsa modestia. Se estiró para querer atrapar su pase pero, en efecto, iba muy desviado.
-Eso es peor que malo.
Dijo justo antes de sentir el golpe en la cabeza que no le hizo enojarse ni entornar los ojos, más bien alegrarse por que aparentemente iban a tener la afinidad de los juegos físicos y lo que implicaban. Lo puso de nuevo en sus pies y se acercó mucho a él, dejando el balón en medio de sus pies. Tuvo que mirarlo para arriba y esta vez lo empujó en el hombro con dos dedos, como hacían para provocarse en las peleas de bar.
-Quítamela.
La pateó a un lado y empezó a correr como si ya se hubiera establecido que tenían porterías. Pretendía darle a la pared que estaba detrás suyo, de la lechucería, justo donde antes hubieran estado. Sus cosas le daban igual, ya se habían quedado botadas por ahí en el pasto. Una vez que sentía la necesidad de correr y competir, aunque fuera sólo con otra persona y un balón muggle que tenía desde los quince años y estaba ya hecho una piltrafa, era difícil que se le quitaran las ganas hasta que se sintiera muy cansada.
-¡Si me la quitas con magia te reviento las bolas!
Ya no estaban para delicadezas ¿No? Después del balonazo tranquilito en la cabeza se había reído otra vez. Así había hecho a sus primeros amigos en el barrio muggle donde vivía, o bueno, en el centro comunitario por que su casa estaba un poco apartada de las demás. Le pegó a un niño, el niño le devolvió el golpe y desde entonces fueron amigos. Seguía funcionando más o menos igual para ella.
-Eso es peor que malo.
Dijo justo antes de sentir el golpe en la cabeza que no le hizo enojarse ni entornar los ojos, más bien alegrarse por que aparentemente iban a tener la afinidad de los juegos físicos y lo que implicaban. Lo puso de nuevo en sus pies y se acercó mucho a él, dejando el balón en medio de sus pies. Tuvo que mirarlo para arriba y esta vez lo empujó en el hombro con dos dedos, como hacían para provocarse en las peleas de bar.
-Quítamela.
La pateó a un lado y empezó a correr como si ya se hubiera establecido que tenían porterías. Pretendía darle a la pared que estaba detrás suyo, de la lechucería, justo donde antes hubieran estado. Sus cosas le daban igual, ya se habían quedado botadas por ahí en el pasto. Una vez que sentía la necesidad de correr y competir, aunque fuera sólo con otra persona y un balón muggle que tenía desde los quince años y estaba ya hecho una piltrafa, era difícil que se le quitaran las ganas hasta que se sintiera muy cansada.
-¡Si me la quitas con magia te reviento las bolas!
Ya no estaban para delicadezas ¿No? Después del balonazo tranquilito en la cabeza se había reído otra vez. Así había hecho a sus primeros amigos en el barrio muggle donde vivía, o bueno, en el centro comunitario por que su casa estaba un poco apartada de las demás. Le pegó a un niño, el niño le devolvió el golpe y desde entonces fueron amigos. Seguía funcionando más o menos igual para ella.
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cartas a casa
Le provocó otro arrebato de risa que lo empujara como si fuera un gañán de bar. No era particularmente alta así que la vio hacia abajo, con gesto permanente de estarse burlando de ella, aunque ella tenía muchas más razones para burlarse de él. Su provocación lo dejaría en ridículo, porque sospechaba que no se la iba a poder quitar tan fácil a menos que la empujara, le enredara los pies o terminara siendo muy agresivo. La chica se veía con todas las facultades para aguantar eso pero seguía siendo una desconocida y no sabía si iba a terminar o no llorando a pesar de que se mostrara como un gallo.
Corrió detrás de ella buscando el balón a lo legal, pero cuando Lady lo amenazó que si se la quitaba con magia le iba a reventar las bolas, no le quedó más remedio que hacer justamente eso, volver a sacar la varita y conjurar otro wingardium para que la pelota se le descontrolara de los pies y terminara llegando hasta él. Soltó otra carcajada de burla constante, le hizo un gesto alzando las cejas como para que viera que sus amenazas no le importaban nada, a menos que tuviera un hechizo que si le reventara las bolas en serio y luego echó a correr, buscando su propia portería que tendría que ser un monolito abandonado que estaba al otro extremo.
Corría no solo para reventar el balón, sino también porque tenía el presentimiento de que Lady iba a ir detrás de él para cobrarse su sangrienta venganza. A él también le gustaba estar en el exterior y moverse, aunque disfrutara por igual sentarse a hacer nada, lo importante para él era no estar metido en un mismo lugar. Se había criado en un lugar con mucho espacio para correr y hacer estupideces, con mucho aire que respirar, estar dentro de su facultad en sus ratos libres no figuraba como opción, ni siquiera estudiaba la teoría ahí adentro, siempre sacaba los libros, le iba mejor afuera.
No la estaba controlando ya con magia, así que la volvió a patear intentando controlar sus piernas como controlaba los brazos en el quidditch y el maltrecho balón golpeó el monolito. –Uno a cero, y bolas reventadas, ¿o qué?- Le dijo con una mueca y le hizo señas con las manos, abriendo y cerrando los dedos, de que la estaba esperando para que cumpliera su promesa.
Corrió detrás de ella buscando el balón a lo legal, pero cuando Lady lo amenazó que si se la quitaba con magia le iba a reventar las bolas, no le quedó más remedio que hacer justamente eso, volver a sacar la varita y conjurar otro wingardium para que la pelota se le descontrolara de los pies y terminara llegando hasta él. Soltó otra carcajada de burla constante, le hizo un gesto alzando las cejas como para que viera que sus amenazas no le importaban nada, a menos que tuviera un hechizo que si le reventara las bolas en serio y luego echó a correr, buscando su propia portería que tendría que ser un monolito abandonado que estaba al otro extremo.
Corría no solo para reventar el balón, sino también porque tenía el presentimiento de que Lady iba a ir detrás de él para cobrarse su sangrienta venganza. A él también le gustaba estar en el exterior y moverse, aunque disfrutara por igual sentarse a hacer nada, lo importante para él era no estar metido en un mismo lugar. Se había criado en un lugar con mucho espacio para correr y hacer estupideces, con mucho aire que respirar, estar dentro de su facultad en sus ratos libres no figuraba como opción, ni siquiera estudiaba la teoría ahí adentro, siempre sacaba los libros, le iba mejor afuera.
No la estaba controlando ya con magia, así que la volvió a patear intentando controlar sus piernas como controlaba los brazos en el quidditch y el maltrecho balón golpeó el monolito. –Uno a cero, y bolas reventadas, ¿o qué?- Le dijo con una mueca y le hizo señas con las manos, abriendo y cerrando los dedos, de que la estaba esperando para que cumpliera su promesa.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
Se sonrió sabiendo que no podía alcanzarla y hasta se dio el lujo de jugar el balón con los pies sólo para lucirse. Fue en una de esas suertes que algo pasaba que dejaba de controlar el baló. Pudo no darse cuenta que era magia y no sus pies torpes pero sí, era magia, y lo comprobaba con su risa que le dejaba claro que sus amenazas le habían valido para prácticamente nada. No se detuvo a enojarse sino que corrió tras él, sólo logrando medio jalarlo por la camiseta siendo tan sucia como él no había querido serlo, pero el maldito era rápido y su barrida llegó tarde, por que él ya estrellaba el balón en una de esas piedras grandes con grabados ancestrales que había por todos lados.
-Estás muerto.
No se lo dijo a un volumen muy alto pero si la estaba mirando a la cara seguro le iba a poder leer los labios. Hizo como que se acercaba a recuperar el balón pero sacó la varita y en vez de usar un wingardium para moverlo, usó un depulso dirigido expresamente a sus bolas, como bien le había dicho, que no se estaba protegiendo.
-¡Protégete o te quedas sin hijos!
La verdad no quería dejarlo sin descendencia, sólo pegarle un poquito, pero no supo si su advertencia iba a llegar a tiempo por que el depulso había sido veloz y él se había quedado ahí parado alardeando su gol ganado suciamente. Alguna vez había quebrado un cristal en casa depulseando un balón, era más potente que patearlo, a menos que lo pateara con toda su fuerza y cuando hacía eso, perdía puntería. No era tan buena con el fútbol, pero no lo iba a admitir, menos cuando un presumido estaba ahí molestando. Si tenía buenos reflejos, al menos no le pegaría en los bajos, pero sí que le daría en alguna parte, y eso le daría mucho gusto.
-¿Quieres seguir jugando futbol mágico extremo, eh, eh, eh?
Eso se lo decía burlando el balón con los pies aunque él estuviera o no haciendo los intentos por quitárselo, y después echó a correr, varita en mano. Por supuesto que uno a cero y bolas reventadas, pero si ya había puesto las reglas, entonces iban a jugar así, a patadas y hechizos. Era divertido, nunca se le había ocurrido esa genial idea. Sólo esperaba no enojarse tanto como para querer lanzarle un bombarda de mina antipersonal para que no llegara a darle al monolito de nuevo.
-Estás muerto.
No se lo dijo a un volumen muy alto pero si la estaba mirando a la cara seguro le iba a poder leer los labios. Hizo como que se acercaba a recuperar el balón pero sacó la varita y en vez de usar un wingardium para moverlo, usó un depulso dirigido expresamente a sus bolas, como bien le había dicho, que no se estaba protegiendo.
-¡Protégete o te quedas sin hijos!
La verdad no quería dejarlo sin descendencia, sólo pegarle un poquito, pero no supo si su advertencia iba a llegar a tiempo por que el depulso había sido veloz y él se había quedado ahí parado alardeando su gol ganado suciamente. Alguna vez había quebrado un cristal en casa depulseando un balón, era más potente que patearlo, a menos que lo pateara con toda su fuerza y cuando hacía eso, perdía puntería. No era tan buena con el fútbol, pero no lo iba a admitir, menos cuando un presumido estaba ahí molestando. Si tenía buenos reflejos, al menos no le pegaría en los bajos, pero sí que le daría en alguna parte, y eso le daría mucho gusto.
-¿Quieres seguir jugando futbol mágico extremo, eh, eh, eh?
Eso se lo decía burlando el balón con los pies aunque él estuviera o no haciendo los intentos por quitárselo, y después echó a correr, varita en mano. Por supuesto que uno a cero y bolas reventadas, pero si ya había puesto las reglas, entonces iban a jugar así, a patadas y hechizos. Era divertido, nunca se le había ocurrido esa genial idea. Sólo esperaba no enojarse tanto como para querer lanzarle un bombarda de mina antipersonal para que no llegara a darle al monolito de nuevo.
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cartas a casa
Los reflejos de Hákan eran por lo general, jodidamente buenos. Pero en ese momento el islandés no se esperaban un depulso que era parecido al golpe de una bludger muy bien lanzada, él había esperado que Lady fuera directo a pegarle con los puños, pero la maldita había sido lista en un juego sucio que él había empezado y terminaba estrellándole el balón después de su golazo.
El balón le dio directo en las bolas y Hákan terminó en el piso lamentándose porque nunca iba a tener descendencia islandesa. Casi le sacó las lágrimas, pero la humillación estaba hecha, con todo y que no estuviera llorando aunque estuviera a punto. Era lo peor de la vida y estuvo un minuto entero retorciéndose en el suelo de puro dolor, sin hacerle caso a Lady ni importarle el futbol hasta que se pudo levantar.
Jaló aire, se puso las manos sobre las piernas y se dobló un poco, le seguía doliendo y no se le pasaría hasta como dentro de dos minutos enteros. Estaba maldiciendo mucho a Lady en su idioma natal y la miraba como si fuera a matarla, pero el islandés sabía que él se lo había buscado, que debió haber previsto que Lady era de armas tomar. Sacudió la cabeza, en el quidditch no había golpes de esos porque generalmente la posición del cuerpo no lo permitía. Creyó que prefería brazos rotos o contusiones en la cabeza a un golpe en las bolas otra vez.
Luego de tomarse unos minutos y creyendo que el marcador ya iría 500-1 porque seguro la maldita era una aprovechada, persiguió de nuevo a Lady corriendo tras ella con la varita en alto para lanzarle un encantamiento zancadilla y quitarle la pelota para poder huir con ella de vuelta hacia el monolito. En caso de que el encantamiento no funcionara, iría a caerle directamente encima con un empujón, por sus cojones.
El balón le dio directo en las bolas y Hákan terminó en el piso lamentándose porque nunca iba a tener descendencia islandesa. Casi le sacó las lágrimas, pero la humillación estaba hecha, con todo y que no estuviera llorando aunque estuviera a punto. Era lo peor de la vida y estuvo un minuto entero retorciéndose en el suelo de puro dolor, sin hacerle caso a Lady ni importarle el futbol hasta que se pudo levantar.
Jaló aire, se puso las manos sobre las piernas y se dobló un poco, le seguía doliendo y no se le pasaría hasta como dentro de dos minutos enteros. Estaba maldiciendo mucho a Lady en su idioma natal y la miraba como si fuera a matarla, pero el islandés sabía que él se lo había buscado, que debió haber previsto que Lady era de armas tomar. Sacudió la cabeza, en el quidditch no había golpes de esos porque generalmente la posición del cuerpo no lo permitía. Creyó que prefería brazos rotos o contusiones en la cabeza a un golpe en las bolas otra vez.
Luego de tomarse unos minutos y creyendo que el marcador ya iría 500-1 porque seguro la maldita era una aprovechada, persiguió de nuevo a Lady corriendo tras ella con la varita en alto para lanzarle un encantamiento zancadilla y quitarle la pelota para poder huir con ella de vuelta hacia el monolito. En caso de que el encantamiento no funcionara, iría a caerle directamente encima con un empujón, por sus cojones.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
Se carcajeó por que se había quedado de rodillas, una de esas carcajadas que eran tan malas para el orgullo como las patadas en las bolas, por que si bien jamás podría experimentar ese dolor en particular, había dado algunas con éxito en Hogwarts sabiendo que no había nada peor, y si las acompañaba una burla, seguro que los escalofríos de dolor se intensificaban. Se había pasado un poco, pero que no dijera que no se lo había advertido.
Todavía estaba jugando con el balón pensando que era Andrés Iniesta y tenía enfrente a un montón de adversarios como en el anime de los Supercampeones que vio miles y miles de veces con Bird cuando era niña, cuando vio que Hákan se recuperaba. Le regaló una miradita con malicia y volvió a correr. Era toda una Gryffindor, y quería ser la protagonista, pero por "las buenas" (aunque lo del balonazo en las bolas no había tenido anda de buenas), de haber sido Slytherin le hubiera comunicado que el marcador iba 500 a uno y tenía qué esforzarse mucho para remontar.
Corrió confiada de que el golpe todavía lo tendría algo lento hasta que sintió otra maldita fuerza invisible que le juntaba los tobillos como si caminando se hubiera pisado las agujetas.
Gracias al skate sabía cómo caer para no partirse toda la cara y metió bien las manos, raspándose un poco las palmas pero sobre todo llenándoselas de lodo y pasto mientras veía el balón ir ahí lentamente hacia ningún lugar. Maldito islandés (se acordaba por la revista que lo era), no aprendía la lección.
-¡¿NO TE BASTÓ, INFELÍZ?!
Ya se estaba llevando el balón con él cuando corrió hacia su espalda y se le trepó como un mono, tapándole los ojos con sus manos sucias. Siempre hacía eso cuando Bird intentaba huír con algo suyo o cosas parecidas, por esa razón creía que funcionaría. Por lo general, su hermano le practicaba una horrible llave para azotarla hacia enfrente pero estaba segura de que Hákan no lo haría. Por ninguna razón ese uno a cero se iba a convertir en dos a cero, tenía qué empatar. Le devolvió el jueguito con su wingardium que intentó conjurar hacia el balón ahora que medio le tapaba los ojos en su carrera por otro gol.
Todavía estaba jugando con el balón pensando que era Andrés Iniesta y tenía enfrente a un montón de adversarios como en el anime de los Supercampeones que vio miles y miles de veces con Bird cuando era niña, cuando vio que Hákan se recuperaba. Le regaló una miradita con malicia y volvió a correr. Era toda una Gryffindor, y quería ser la protagonista, pero por "las buenas" (aunque lo del balonazo en las bolas no había tenido anda de buenas), de haber sido Slytherin le hubiera comunicado que el marcador iba 500 a uno y tenía qué esforzarse mucho para remontar.
Corrió confiada de que el golpe todavía lo tendría algo lento hasta que sintió otra maldita fuerza invisible que le juntaba los tobillos como si caminando se hubiera pisado las agujetas.
Gracias al skate sabía cómo caer para no partirse toda la cara y metió bien las manos, raspándose un poco las palmas pero sobre todo llenándoselas de lodo y pasto mientras veía el balón ir ahí lentamente hacia ningún lugar. Maldito islandés (se acordaba por la revista que lo era), no aprendía la lección.
-¡¿NO TE BASTÓ, INFELÍZ?!
Ya se estaba llevando el balón con él cuando corrió hacia su espalda y se le trepó como un mono, tapándole los ojos con sus manos sucias. Siempre hacía eso cuando Bird intentaba huír con algo suyo o cosas parecidas, por esa razón creía que funcionaría. Por lo general, su hermano le practicaba una horrible llave para azotarla hacia enfrente pero estaba segura de que Hákan no lo haría. Por ninguna razón ese uno a cero se iba a convertir en dos a cero, tenía qué empatar. Le devolvió el jueguito con su wingardium que intentó conjurar hacia el balón ahora que medio le tapaba los ojos en su carrera por otro gol.
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cartas a casa
A Hákan no le había bastado como ella bien le decía. Por lo menos ya sabía qué tan pesado se podía poner con ella, porque si había sido capaz de pegarle en las bolas y creer que seguían jugando como si nada, él tenía el derecho de ponerle una zancadilla aunque se abriera la boca en la caída, algo que no pasó porque la mocosa sabía caer metiendo las manos. Desde chico su papá siempre le gritaba que metiera las manos para no darse en la cara, y tenía esa lección muy bien aprendida.
Iba corriendo con el balón, porque en esas reglas improvisadas para él se podía quitar el balón con un hechizo, o con reglas sucias, pero meter el gol, solo con los pies. No estaban jugando a nada en concreto pero decidió eso en ese momento. Antes de poder meter nada de gol, Lady se le colgó como un mono a la espalda y le tapaba los ojos con las manos llenas de porquería.
Primero tuvo razón en eso de que no le iba a hacer una llave pero al escucharla conjurar para hacerse del balón aprovechando su situación, olvidó su escaso caballerismo en competencia, y una llave fue lo que terminó haciendo, una que correspondía al deporte que su padre había practicado y que le había enseñado a él durante varias temporadas en el patio de su casa.
Era la primera vez que le hacía eso a una niña, aunque también era la primera vez que una niña la atacaba colgándosele como un chango y tapándole los ojos llenándolo de lodo. No iba a dejar que le picara los ojos, que lo dejara ciego o que se quedara con el balón. Hizo las manos hacia atrás y se afianzó a la cintura de Lady y a su ropa, se inclinó hacia adelante buscando el ángulo para luego aplicarle la llave hacia enfrente, haciéndole
-¡Vas a perder! ¡Vas a perder y vas a llorar!-Se había deshecho de ella, pero no del lodo en sus ojos, así que lo siguiente antes de conjurar nada, aunque ya le quería aplicar un petrificus para que viera desde el suelo como le pegaba al monolito otra vez, fue limpiarse con la muñeca los ojos para poder ver.
____
Segundo 20 es la llave que te hizo
Iba corriendo con el balón, porque en esas reglas improvisadas para él se podía quitar el balón con un hechizo, o con reglas sucias, pero meter el gol, solo con los pies. No estaban jugando a nada en concreto pero decidió eso en ese momento. Antes de poder meter nada de gol, Lady se le colgó como un mono a la espalda y le tapaba los ojos con las manos llenas de porquería.
Primero tuvo razón en eso de que no le iba a hacer una llave pero al escucharla conjurar para hacerse del balón aprovechando su situación, olvidó su escaso caballerismo en competencia, y una llave fue lo que terminó haciendo, una que correspondía al deporte que su padre había practicado y que le había enseñado a él durante varias temporadas en el patio de su casa.
Era la primera vez que le hacía eso a una niña, aunque también era la primera vez que una niña la atacaba colgándosele como un chango y tapándole los ojos llenándolo de lodo. No iba a dejar que le picara los ojos, que lo dejara ciego o que se quedara con el balón. Hizo las manos hacia atrás y se afianzó a la cintura de Lady y a su ropa, se inclinó hacia adelante buscando el ángulo para luego aplicarle la llave hacia enfrente, haciéndole
-¡Vas a perder! ¡Vas a perder y vas a llorar!-Se había deshecho de ella, pero no del lodo en sus ojos, así que lo siguiente antes de conjurar nada, aunque ya le quería aplicar un petrificus para que viera desde el suelo como le pegaba al monolito otra vez, fue limpiarse con la muñeca los ojos para poder ver.
____
Segundo 20 es la llave que te hizo
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
Se confió demasiado a que los chicos con los que jugaba no estaban tan dados a las pesadeces con otras niñas, ni siquiera Adair, al menos no que recordara. Así que intentó quitarle el balón de los pies y seguro había escuchado su conjuro, pero en nada su posición resultaba ser más vulnerable que ofensiva por que el maldito sabía trucos de arte marcial, al menos los suficientes para deshacerse de su agarre y de paso darle un buen golpe, de esos que de pronto dejaban todo en blanco, como sentir una bludger.
Le sacó todo el aire de los pulmones, naturalmente, y miró hacia el cielo ya oscureciéndose con cara de sorpresa e intentando jalar aire por que el desgraciado islandés se la regresaba. A ese paso, los dos iban a terminar en la enfermería. Pero lo único que pensó fue que era emocionante estar haciendo esas tonterías y que alguien le siguiera el juego con apenas pocos días en la Universidad. Tenía un nuevo amigo, después de eso sólo quedaba invitarle una hamburguesa. Aunque fuera una del comedor, con eso de que no podían ir a ningún lado.
Lo vio cómo se limpiaba el lodo que le había dejado en la cara y le costó recuperarse pero pateó el balón como pudo para que al menos quedara más lejos de él y no pudiera maniobrar tan fácil. Se arrastró hacia la pelota como pudo, casi como si estuviera en uno de esos juegos de obstáculos de entrenamiento militar muggle y se puso encima del balón haciéndose rosca sobre él para que no pudiera conjurarle.
-¡Tú vas a perder!
Estaba hecha bolas sobre el balón todavía aturdida por el fuerte golpe en la espalda que se había llevado, haciendo una leve mueca de dolor, pero tuvo tiempo para levantarse y cabecear la bola, alejándola de ellos, y levantándose para patearla hacia su portería aunque el aturdimiento la hizo medio tropezarse en el camino.
Se volteó y conjuró un defodio que hizo un agujero enfrente de él, para que se cayera en la zanja si corría. Pero al voltearse ella también se tropezó y terminó de rodillas con el pantalón a medio trasero y el balón rodando plácidamente. Al menos rodaba hacia la portería de Hákan.
Le sacó todo el aire de los pulmones, naturalmente, y miró hacia el cielo ya oscureciéndose con cara de sorpresa e intentando jalar aire por que el desgraciado islandés se la regresaba. A ese paso, los dos iban a terminar en la enfermería. Pero lo único que pensó fue que era emocionante estar haciendo esas tonterías y que alguien le siguiera el juego con apenas pocos días en la Universidad. Tenía un nuevo amigo, después de eso sólo quedaba invitarle una hamburguesa. Aunque fuera una del comedor, con eso de que no podían ir a ningún lado.
Lo vio cómo se limpiaba el lodo que le había dejado en la cara y le costó recuperarse pero pateó el balón como pudo para que al menos quedara más lejos de él y no pudiera maniobrar tan fácil. Se arrastró hacia la pelota como pudo, casi como si estuviera en uno de esos juegos de obstáculos de entrenamiento militar muggle y se puso encima del balón haciéndose rosca sobre él para que no pudiera conjurarle.
-¡Tú vas a perder!
Estaba hecha bolas sobre el balón todavía aturdida por el fuerte golpe en la espalda que se había llevado, haciendo una leve mueca de dolor, pero tuvo tiempo para levantarse y cabecear la bola, alejándola de ellos, y levantándose para patearla hacia su portería aunque el aturdimiento la hizo medio tropezarse en el camino.
Se volteó y conjuró un defodio que hizo un agujero enfrente de él, para que se cayera en la zanja si corría. Pero al voltearse ella también se tropezó y terminó de rodillas con el pantalón a medio trasero y el balón rodando plácidamente. Al menos rodaba hacia la portería de Hákan.
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cartas a casa
El lodo le había quedado al islandés alrededor de los ojos pero ya podía ver al menos donde estaba el balón, que estaba dispuesto a conseguir en ese mismo instante, cuando Lady se le adelantaba a patear la pelota y alejarla un poco de él. Luego la veía arrastrarse hacia él como un gusano, a lo que Hákan respondió tomándola de los tobillos para hacerla retroceder en la tierra. La chica terminó deshaciéndose de su agarre a patadas y se hizo bolas sobre el balón.
Luego lo cabeceó lejos de ellos. Hákan la siguió cuando empezó a correr pero cayó en el hoyo en la tierra pegándose en la espalda y sintiendo un feo dolor en las rodillas. Arañó la tierra y se impulsó de los brazos para salir, cuidando de no perder la varita. Se estaba cansando como en entrenamiento, por la adrenalina del juego y la competencia que se le acumulaban en el cuerpo.
Salió como pudo y casi a rastras. Vio como Lady también se había caído pero el balón estaba rodando y terminó dando contra la pared de la lechucería, muy mariconamente, pero era un gol legal.
-1 a 1, ¿Estás contenta? –Corrió por su lado medio cojeando sintiendo que se le doblaban las rodillas pero dispuesto a ganarle como fuera. Al pasar al lado de ella se agachó para agarrarle la cabeza y medio hundírsela en la tierra.
-Petrificus Totalus- Le conjuró jugando lo más sucio que podía antes de ir por el balón, controlarlo con los pies y volver a pasar a su lado con ella totalmente petrificada. No habían puesto reglas acerca del tipo de hechizos que se podían usar, hechizos eran hechizos y ya. No la estaba avadeando, solo la estaba dejando inocentemente fuera de combate.
Luego lo cabeceó lejos de ellos. Hákan la siguió cuando empezó a correr pero cayó en el hoyo en la tierra pegándose en la espalda y sintiendo un feo dolor en las rodillas. Arañó la tierra y se impulsó de los brazos para salir, cuidando de no perder la varita. Se estaba cansando como en entrenamiento, por la adrenalina del juego y la competencia que se le acumulaban en el cuerpo.
Salió como pudo y casi a rastras. Vio como Lady también se había caído pero el balón estaba rodando y terminó dando contra la pared de la lechucería, muy mariconamente, pero era un gol legal.
-1 a 1, ¿Estás contenta? –Corrió por su lado medio cojeando sintiendo que se le doblaban las rodillas pero dispuesto a ganarle como fuera. Al pasar al lado de ella se agachó para agarrarle la cabeza y medio hundírsela en la tierra.
-Petrificus Totalus- Le conjuró jugando lo más sucio que podía antes de ir por el balón, controlarlo con los pies y volver a pasar a su lado con ella totalmente petrificada. No habían puesto reglas acerca del tipo de hechizos que se podían usar, hechizos eran hechizos y ya. No la estaba avadeando, solo la estaba dejando inocentemente fuera de combate.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
Lo primero que pensó fue que su agujero no iba a dar resultado, pero cuando Hákan se tardaba en alcanzarla y la pelota no era detenida, ni por él ni por uno de sus hechizos, se daba cuenta que su estrategia había resultado. De dio cuenta cuando se dio la vuelta, luego de que el balón topara y levantara los brazos festejando su gol. Idiota, pero gol al final. Había salido de una zanja tremenda como hombre topo y eso la hacía reír más. No podía creer que hubieran llegado tan lejos, resultaba que ese bombarda de mina antipersonal casi había ocurrido, o estaba muy cerca de ocurrir.
Le dio la ventaja aunque manoteó como monstruo cuando pasó a su lado corriendo como si fuera capaz de detenerlo. Seguía extenuada por la llave que le había aplicado así como él corría maltrecho, y no se le olvidaba la caíada de su zancadilla mágica, por que eso, aunque hubiera caído bien, también le había dolido. Lo peor era que sus manoteos de monstruo no servían para nada. Ya estaba recurriendo al recurso de decir "YA YA YA me rindo" pero ni lo pudo decir por que así, sin más, la dejaba petrificada.
Sólo le quedó mirarlo, o mirarlo como si fuera una cámara fija de video sin poder hacer absolutamente nada, con la cara que tenía de estar a punto de pedir paz, sólo esperando que el marcador fuera dos a uno. Al menos tendría la decencia de anotarse sólo un gol y no quinientos, o no tendría ningún chiste. Ya estaba demasiado lejos cuando volvió a sentir esa rara tensión en los músculos que venía después de que la petrificación se disolviera, como si hubiera aguantado la respiración y puesto el cuerpo muy tenso por un rato. Por supuesto que quería hacerle pagar, pero empezó a resentir el cansancio.
Pero con todo, se volvía a levantar, aunque no corría ni sentía que pudiera burlar a Hákan con el balón entre los pies como al principio del inocente juego¿En qué momento habían terminado llenos de tierra, golpeados y exhaustos? Le gustaba el fútbol mágico extremo.
-Levicorpus.
Pensó que estaba demasiado lejos, pero le daría mucho gusto ver a Hákan colgado por los tobillos aunque ya el "partido"fuera dos a uno. Insistía, si seguían llevando eso tan lejos iban a terminar matándose, o al menos rompiéndose un brazo. Pero iba a pedir paz hasta que sangrara, se le fuera el aliento o hasta que fuera ganando, para quedarse con el placer de haberle ganado. Todavía tendría que anotar un gol, y ver si su hechizo había funcionado de tan lejos.
Le dio la ventaja aunque manoteó como monstruo cuando pasó a su lado corriendo como si fuera capaz de detenerlo. Seguía extenuada por la llave que le había aplicado así como él corría maltrecho, y no se le olvidaba la caíada de su zancadilla mágica, por que eso, aunque hubiera caído bien, también le había dolido. Lo peor era que sus manoteos de monstruo no servían para nada. Ya estaba recurriendo al recurso de decir "YA YA YA me rindo" pero ni lo pudo decir por que así, sin más, la dejaba petrificada.
Sólo le quedó mirarlo, o mirarlo como si fuera una cámara fija de video sin poder hacer absolutamente nada, con la cara que tenía de estar a punto de pedir paz, sólo esperando que el marcador fuera dos a uno. Al menos tendría la decencia de anotarse sólo un gol y no quinientos, o no tendría ningún chiste. Ya estaba demasiado lejos cuando volvió a sentir esa rara tensión en los músculos que venía después de que la petrificación se disolviera, como si hubiera aguantado la respiración y puesto el cuerpo muy tenso por un rato. Por supuesto que quería hacerle pagar, pero empezó a resentir el cansancio.
Pero con todo, se volvía a levantar, aunque no corría ni sentía que pudiera burlar a Hákan con el balón entre los pies como al principio del inocente juego¿En qué momento habían terminado llenos de tierra, golpeados y exhaustos? Le gustaba el fútbol mágico extremo.
-Levicorpus.
Pensó que estaba demasiado lejos, pero le daría mucho gusto ver a Hákan colgado por los tobillos aunque ya el "partido"fuera dos a uno. Insistía, si seguían llevando eso tan lejos iban a terminar matándose, o al menos rompiéndose un brazo. Pero iba a pedir paz hasta que sangrara, se le fuera el aliento o hasta que fuera ganando, para quedarse con el placer de haberle ganado. Todavía tendría que anotar un gol, y ver si su hechizo había funcionado de tan lejos.
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cartas a casa
El dulce sabor de la victoria le recorrió la boca cuando el balón volvió a golpear el monolito. Y tampoco se anotaría quinientos goles estando ella petrificada y nada más se burló de ella desde la distancia. Apenas ella se volvió a levantar, Hákan corrió hacia donde había quedado el balón para alcanzarlo y darle una buena patada esperando que no saliera desviado para anotar el tercer gol. Pero ya le estaban doliendo las piernas más de lo debido por el golpe al caer en el hoyo de tierra. Miró hacia atrás para ver qué estaba haciendo Lady y al verla levantar la varita, él hizo lo mismo para conjurar un protego que apareció demasiado tarde porque ya estaba colgado de los tobillos, cabeza hacia abajo.
Se rió, pero casi se ahoga por reírse en esa posición. Todo eso le sirvió para darse cuenta de que iba a terminar con algo roto o más jodido de lo que se suponía que debía estar. Y si se lesionaba en medio de una época de arduos entrenamientos e iba a parar a la enfermería, Ayres le iba a poner una regañada de las buenas que le costaría el impecable desempeño en lo que llevaba de la carrera. De todos modos buscó con la mirada a Lady y al balón y agitó los brazos como loco pidiéndole que lo bajara de una vez a gritos.
Parte de él, una muy irresponsable, quería seguir jugando hasta que ella se rindiera y él ganara definitivamente pero debía ser responsable. Si caía mal a esa altura se podía romper un par de dedos., si caía MUY MAL, podía romperse un brazo. Y eso no iba a resultar bien para nadie.
-Ya, me rindo, me rindo pero bájame con un mobilicorpus, gentilmente.-Tenía cara de que lo iba a dejar azotar hasta que acabara el efecto del hechizo.-Mete otro gol y quedamos empatados y puedes agradecer que no te voy a perseguir para quebrarte las piernas.-Se rió otra vez, de nuevo medio ahogándose, porque solo a él se le ocurría amenazarla con una estupidez, tratando de sonar condescendiente como si no fuera ella la que tuviera el control del juego por el momento.
Se rió, pero casi se ahoga por reírse en esa posición. Todo eso le sirvió para darse cuenta de que iba a terminar con algo roto o más jodido de lo que se suponía que debía estar. Y si se lesionaba en medio de una época de arduos entrenamientos e iba a parar a la enfermería, Ayres le iba a poner una regañada de las buenas que le costaría el impecable desempeño en lo que llevaba de la carrera. De todos modos buscó con la mirada a Lady y al balón y agitó los brazos como loco pidiéndole que lo bajara de una vez a gritos.
Parte de él, una muy irresponsable, quería seguir jugando hasta que ella se rindiera y él ganara definitivamente pero debía ser responsable. Si caía mal a esa altura se podía romper un par de dedos., si caía MUY MAL, podía romperse un brazo. Y eso no iba a resultar bien para nadie.
-Ya, me rindo, me rindo pero bájame con un mobilicorpus, gentilmente.-Tenía cara de que lo iba a dejar azotar hasta que acabara el efecto del hechizo.-Mete otro gol y quedamos empatados y puedes agradecer que no te voy a perseguir para quebrarte las piernas.-Se rió otra vez, de nuevo medio ahogándose, porque solo a él se le ocurría amenazarla con una estupidez, tratando de sonar condescendiente como si no fuera ella la que tuviera el control del juego por el momento.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
Funcionaba ¡Funcionaba! Tuvo que carcajearse cuando se acercaba a él dando saltitos ridículos y llegando hasta él que también se reía cuando estaba colgado pies arriba y con la camiseta subiénddosele y dejando ver su torso. Varita fuera se acercó, pudiéndolo soltar de cabeza al piso sólo por joder. Frunció el ceño con su "mete otro gol" y de inmediato negó con la cabeza, cruzándose de brazos.
-¡No quiero tus limosnas! Te voy a bajar de golpe para que te partas la nuca.
No lo hizo por completo, pero sí movió la varita para que creyera que lo iba a soltar, un sustillo nada más. Ella tampoco se quería lesionar, ni lesionar a un compañero por su tontería de juego recién inventado pero esa clase de cosas eran su especialidad, más si estaba en ventaja. Se le acercó y bajó un poco más su camiseta, pero con la varita, como cuando picaba a algún animal muerto que encontraba en la playa, y se aguantó las ganas de picotearle el ombligo con la varita pero no por mucho tiempo. Al final, terminaba picoteándole el ombligo con la varita y haciendo gestos, igual que con los bichos muertos. Conjuró un liberacorpus para que no entrara en shock por tanta sangre en la cabeza y el hechizo amablemente le puso los pies en la tierra. Estaba agotada, y todavía traía los pantalones a medio trasero, le llevó un momento darse cuenta.
Todavía frente a él, hizo levitar el balón y lo dejó en el aire para darle el patadón de su vida y estrellarlo contra la pared que era su portería. Era magnánima como buena Gryffindor pero no dejaba escapar la oportunidad de empatar el juego. Soltó un grito de triunfo y levantó las manos, yendo hacia él a gritarle en la cara como si hubiera ganado la liga premier.
-Un día día de estos desempataremos este juego, y me vas a besar el trasero. Rogarás por una tregua, y así.
Le encantaban las amenazas dramáticas, y después de la suya, que había hecho muy seria, se volvió a reír y mostró su cansancio poniendo las manos en las rodillas primero, dejándose caer acostada en el pasto después. Habían dejado un agujero en la tierra, seguramente el jardinero de Brigantia no iba a estar muy contento. Ya casi era de noche y algunas luciérnagas volaban bajo con sus luces verdosas.
-Así que eres islandés y juegas sucio...
-¡No quiero tus limosnas! Te voy a bajar de golpe para que te partas la nuca.
No lo hizo por completo, pero sí movió la varita para que creyera que lo iba a soltar, un sustillo nada más. Ella tampoco se quería lesionar, ni lesionar a un compañero por su tontería de juego recién inventado pero esa clase de cosas eran su especialidad, más si estaba en ventaja. Se le acercó y bajó un poco más su camiseta, pero con la varita, como cuando picaba a algún animal muerto que encontraba en la playa, y se aguantó las ganas de picotearle el ombligo con la varita pero no por mucho tiempo. Al final, terminaba picoteándole el ombligo con la varita y haciendo gestos, igual que con los bichos muertos. Conjuró un liberacorpus para que no entrara en shock por tanta sangre en la cabeza y el hechizo amablemente le puso los pies en la tierra. Estaba agotada, y todavía traía los pantalones a medio trasero, le llevó un momento darse cuenta.
Todavía frente a él, hizo levitar el balón y lo dejó en el aire para darle el patadón de su vida y estrellarlo contra la pared que era su portería. Era magnánima como buena Gryffindor pero no dejaba escapar la oportunidad de empatar el juego. Soltó un grito de triunfo y levantó las manos, yendo hacia él a gritarle en la cara como si hubiera ganado la liga premier.
-Un día día de estos desempataremos este juego, y me vas a besar el trasero. Rogarás por una tregua, y así.
Le encantaban las amenazas dramáticas, y después de la suya, que había hecho muy seria, se volvió a reír y mostró su cansancio poniendo las manos en las rodillas primero, dejándose caer acostada en el pasto después. Habían dejado un agujero en la tierra, seguramente el jardinero de Brigantia no iba a estar muy contento. Ya casi era de noche y algunas luciérnagas volaban bajo con sus luces verdosas.
-Así que eres islandés y juegas sucio...
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Re: Cartas a casa
Más que sustillo pensó que la maldita sí le iba a partir la nuca bajándolo de golpe. Se le paró el corazón dos segundos y puso cara de enfado de ver cómo se regodeaba con eso. Cuando se acercó a picotearlo alcanzó a agarrarle un mechón de cabello rubio y jalárselo con fuerza, como haría en sus primeros años de vida con las niñas de su colegio que le gustaban. Cuando por fin volvió a la tierra respiró profundo recuperándose. Veía colores brillantes enfrente de sus ojos, casi se le iba toda la sangre a la cabeza y terminaba ma. Se levantó mientras ella festejaba y sonrió otra vez por las amenazas que le hacía.
Avanzó hasta su lado y se dejó caer a un costado de ella, también acostado. ¿En qué momento había empezado a oscurecer? Se preguntó también por donde irían las lechuzas con su paquete. Se rió acordándose de la amenaza y en un rápido movimiento se giró para quedar encima de ella apoyándose en una mano y le dio un beso rápido en los labios. –Te puedo besar lo que quieras y no tienes que amenazarme-
Lo siguiente fue quitarse rápido y resguardarse las bolas, porque seguro que Lady le iba a querer volver a pegar para dejarlo sin descendencia. El islandés no sabía si ese tipo de intimidación iba a funcionar más que la física pero terminó riéndose otra vez quitándole toda la mala intención a su gesto. La había pasado bien, ni él mismo se hubiera esperado que inventaran un deporte en nada.
–Y esto es lo que se hace en Brigantia cuando te aburres- dijo y soltó un manotazo brusco en la cara de Lady, se acababan de conocer pero luego de hacerle una llave y que ella le dejara con pocas probabilidades de procrear, se sentía en confianza. Era la primera niña que conocía que tenía esa pinta y que jugaba tan rudo, ni siquiera sus compañeras de quidditch eran así.
-Deberíamos implantarlo, invitar a más gente a jugar esto, pero primero hacemos trampa y nos lanzamos una gran cantidad de hechizos protectores, Ayres nos mataría si nos lesionáramos en esta estupidez.
Avanzó hasta su lado y se dejó caer a un costado de ella, también acostado. ¿En qué momento había empezado a oscurecer? Se preguntó también por donde irían las lechuzas con su paquete. Se rió acordándose de la amenaza y en un rápido movimiento se giró para quedar encima de ella apoyándose en una mano y le dio un beso rápido en los labios. –Te puedo besar lo que quieras y no tienes que amenazarme-
Lo siguiente fue quitarse rápido y resguardarse las bolas, porque seguro que Lady le iba a querer volver a pegar para dejarlo sin descendencia. El islandés no sabía si ese tipo de intimidación iba a funcionar más que la física pero terminó riéndose otra vez quitándole toda la mala intención a su gesto. La había pasado bien, ni él mismo se hubiera esperado que inventaran un deporte en nada.
–Y esto es lo que se hace en Brigantia cuando te aburres- dijo y soltó un manotazo brusco en la cara de Lady, se acababan de conocer pero luego de hacerle una llave y que ella le dejara con pocas probabilidades de procrear, se sentía en confianza. Era la primera niña que conocía que tenía esa pinta y que jugaba tan rudo, ni siquiera sus compañeras de quidditch eran así.
-Deberíamos implantarlo, invitar a más gente a jugar esto, pero primero hacemos trampa y nos lanzamos una gran cantidad de hechizos protectores, Ayres nos mataría si nos lesionáramos en esta estupidez.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Cartas a casa
Por un momento cerró los ojos, recuperando la respiración normal y notando todos los lugares que empezaban a dolerle. La espinilla por una de las caídas, la rodilla por enredarse corriendo gracias a sus estúpidos trucos de magia que habían desatado todo. También le dolían las palmas de las manos que seguro tenían cortadas superficiales cuando había caído al piso luego de una zancadilla mágica; al menos había sido con las manos y no con la cara, pero estaba a salvo, desde los doce años con el skate le habían dejado de ocurrir esas cosas. Miraba el cielo y olía el pasto que empezaba a picarle un poco en la espalda hasta que de pronto la risa de Hákan iba acompañado de un movimiento inesperado.
Lo primero que hizo fue poner las manos en posición defensiva pensando que iba a pegarle o algo así, pero no, lo que hacía era besarla. Frunció el ceño y se limpió la boca como niña de diez años recibiendo su primer beso de su mejor amigo o algo así. Hákan se anticipaba a cualquier golpe y por eso se quitaba rápido. Pero cuando le manoteaba la cara, ella se incorporó y arrancó un puño de pasto con lodo y porquería que le metió en la camiseta.
-Dije el trasero, estúpido-
Se quedó de rodillas pero con las manos en la misma posición defensiva de antes por que ya sabía que a ese islandés se le daba bien la venganza. Tenía los ojos entornados con odio pero su expresión cambió cuando decía que debían implatar su fútbol mágico extremo y asintió emocionada, aunque no se le ocurría quién podría querer jugar eso. Regina, definitivamente, pero nadie más. Bueno, harían equipo y harían que Hákan mordiera el polvo.
-Que se lesionen los maricas. Me voy, necesito una ducha, apesto. Mira.
Se le acercó como cuando se le acercaba a Bird estirando su camiseta y poniéndosela en la naríz, algo que seguramente sería lo menos encantador del mundo pero al menos la hacía carcajearse y volver a encimársele bruscamente al islandés, seguramente clavándole el codo en las costillas al menos. Se lo merecía.
Lo primero que hizo fue poner las manos en posición defensiva pensando que iba a pegarle o algo así, pero no, lo que hacía era besarla. Frunció el ceño y se limpió la boca como niña de diez años recibiendo su primer beso de su mejor amigo o algo así. Hákan se anticipaba a cualquier golpe y por eso se quitaba rápido. Pero cuando le manoteaba la cara, ella se incorporó y arrancó un puño de pasto con lodo y porquería que le metió en la camiseta.
-Dije el trasero, estúpido-
Se quedó de rodillas pero con las manos en la misma posición defensiva de antes por que ya sabía que a ese islandés se le daba bien la venganza. Tenía los ojos entornados con odio pero su expresión cambió cuando decía que debían implatar su fútbol mágico extremo y asintió emocionada, aunque no se le ocurría quién podría querer jugar eso. Regina, definitivamente, pero nadie más. Bueno, harían equipo y harían que Hákan mordiera el polvo.
-Que se lesionen los maricas. Me voy, necesito una ducha, apesto. Mira.
Se le acercó como cuando se le acercaba a Bird estirando su camiseta y poniéndosela en la naríz, algo que seguramente sería lo menos encantador del mundo pero al menos la hacía carcajearse y volver a encimársele bruscamente al islandés, seguramente clavándole el codo en las costillas al menos. Se lo merecía.
Lady Stoner- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Jul 15, 2013 1:57 pm por Gerhard Immëndorff
» PANGEA RPG - !UN FORO DIFERENTE! Ven y conócenos.
Sáb Abr 06, 2013 5:04 pm por Morten J. Harket
» Anybody home?
Sáb Abr 06, 2013 4:57 pm por Morten J. Harket
» Morsmorde Era Tom Riddle {Elite} No es cualquier rpg de Hp
Sáb Mar 30, 2013 11:41 am por Invitado
» Morrigan's Mental Asylum FORO NUEVO DE JULIA MCREARY
Lun Mar 25, 2013 2:28 am por Julia McCreary
» San Valentín
Sáb Mar 16, 2013 12:17 am por Aldrich Burroughs
» Necronomicon [Normal]
Vie Mar 08, 2013 1:37 pm por Invitado
» Inferio RPG ~ Afiliación Elite {Nuevos Botones y Nuevo Dominio}
Jue Mar 07, 2013 5:49 pm por Invitado
» Partis Temporus [elite]
Lun Mar 04, 2013 5:04 pm por Invitado
» Into the darkness {Afiliacion Normal}
Lun Feb 25, 2013 6:34 pm por Invitado