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Preparativos truncados
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Preparativos truncados
Decir que todo le iba bien en aquella universidad era decir poco. A Ebba, el nuevo semestre, se le estaba pasando volado. Ocurrían demasiadas cosas en la facultad y entre las clases, el reencuentro y todas las tonterías más que rondaban su cabeza apenas se había dado cuenta de la fecha en la que estaban.
Para su suerte, algo que no faltaba nunca era alguna compañera con ganas de charlar y contar chismes, y por supuesto, de esas compañeras la mitad estaban deseando regodearse de que tenía pareja para la fiesta… fiesta de la que Prewett se habría olvidado de no ser por esos comentarios.
Estaba anunciada por todas partes, todo el mundo hablaba de ello, pero para la americana en esas fechas solo se celebraba Halloween y por supuesto eso del año nuevo celta o vete a saber qué cosa, le sonaba como algo totalmente indiferente a ella, algo a lo que irían los lugareños o cualquier cosa así. Pero no, ya le habían aclarado que era una festividad típica de la escuela, que ahí nadie iba disfrazado y que, por supuesto, ella no podía saltárselo (fiesta, baile, posiblemente buen ambiente. No por obligación pero si por placer). Se lo comunicaron con el típico comentario de que había que ir con pareja y demás, pero eso a ella le daba más bien igual, si fulanita tenía novio o intento de novio, pues bien por ella, no estaba interesada ahora mismo en ese tipo de relaciones. Ni de lejos.
La cosa estaba en que al haberse enterado a relativamente pocos días no había tenido la opción de ir a comprarse ropa, el resto de chicas lo sabían, pero ella, que llevaba apenas un semestre estudiando allí, aún no había acudido nunca a esa fiesta y con su despiste habitual la había olvidado a pesar de que se lo habían avisado como mil veces… pero bueno, salvaría el culo gracias a su madre y una lechuza urgente que le llevaría un vestido, bonito o no, eso ya se vería…
En ese momento estaba ahí, en la lechucería, se suponía que el paquete llegaría a ese lugar en menos de diez minutos –ya había hablado con su madre con un espejo comunicador, había ido a comprarlo por ella y lo había mandado desde muy cerquita, así que sin problemas, solo tenía que esperar – se asomó a uno de los grandes ventanales, no estaba en la zona de las lechuzas porque moriría el asco, si no en el camino, cuando lo viera llegar se acercaría, claro. Y ahí asomada se encendió un cigarro vigilando que nadie se acercara. Esperaba que el vestido fuera bonito, eso o tendría un problema de atuendos… lo que significaba un problema, quizás, con los organizadores, si es que eran muy formales.
Oyó pasos cercas, por un segundo se escondió el cigarro, si era alguien que no debía verlo lo tiraría por la ventana, si no… pues que siguiera su camino y ella seguiría simplemente esperando.
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Lo último que había sabido de Adnan había sido la nota que él mismo le había mandado hacía ya unos días. Había sido expulsado.
Aquella noticia probablemente le había sentado igual de mal a la coreana tanto como al egipcio. Por que además, no solo había sido expulsado, sino que habían aplicado una nueva norma en la que estaba terminantemente prohibido salir de la universidad. No podría salir a verle, no podían verse... Había vuelto a pasar los días triste, encerrándose en la habitación cuando no era para estudiar, para cuidar de Kady, el puffskein que le había regalado Adnan. Hacía vida normal, como antes de conocer mejor a Adnan, siendo la misma Rang que era en Hogwarts que simplemente iba a clases, estudiaba por su cuenta, si a caso entablaba conversación con otra gente en las comidas, y si alguien necesitaba su ayuda, se la prestaba.
Había mandado un par de lechuzas a Adnan, pero los animales siempre volvían a ella con la carta sin tocar. Por lo que no intentó mandar ninguna mas. Era una perdida de tiempo... le había contado a Young, su primo todo, y básicamente desistió en seguir mandándole cartas por que él se lo dijo, que probablemente no tendrían las aves modo de encontrarle por cualquier hechizo del estilo.
En ese momento iba a mandarle una carta a Young, contándole lo que había hecho en esos dos días que no había intercambiado cartas con él. La llevaba escrita con su perfecta y limpia caligrafía, dentro de un sobre de un tono amarillo pastel con el nombre de hacia quien iba y de parte de quien en coreano.
Llevaba el pequeño puffskein sobre el hombro, y este correteaba de uno de sus hombros al otro, pasando por debajo de la coleta baja, medio moño, que la chica llevaba en ese momento, pareciendo divertirse de salir por un rato de la habitación.
En la puerta de la lechucería lo cogió y guardó en el bolsillo de su sudadera. - No te muevas de ahí, o sino las lechuzas pueden intentar comerte. - Le dijo, pareciendo que el animal entendió perfectamente sus palabras, escondiéndose en el centro del mismo, de modo que no se le viese.
La coreana sonrió un poquito y al estar a punto de llegar a la puerta, vio como una chica se giraba a mirar, escondiendo algo, que por el olor, aunque fuese muy suave pudo identificar fácilmente. Le sonrió y siguió con su quehacer.
Tras abrir la puerta del lugar, buscó alrededor, se mordió la boquita y avanzó unos pasos, yendo a por una de las lechuzas que sabía que eran de las más rápidas y que aguantaban más distancias, la que siempre usaba para mandar ella misma cartas cuando estaba disponible, y le anudó la carta en la pata, haciéndole un gesto, dándole una chuchería, y después, se acercó a la ventana con el animal sobre el brazo, extendiendo el mismo, y tras darle un poquito de mimos, le dijo que tenía que llevarle la carta a su primo, quedándose un momento embobada viendo como el animal emprendía el vuelo y se alejaba.
Suspiró un poquito y se giró hacia la puerta que había dejado abierta, puesto que no iba a tardar nada, y en cuanto salió por la misma, cerró la puerta, mirando a la chica de color de pelo llamativo, y al ver que le miraba, sonrió ámpliamente, haciendo una reverencia hacia ella a modo de saludo.
Se acercó a ella y se quedó mirándole a los ojos. - Hola. - Dijo en un tono tímido, viendo como aún parecía esconder aquello. Negó un poquito. - Puedes fumar tranquilamente, no diré nada. - Suspiró un poquito.
¿Estaría bien hablarle? No le conocía de nada, y aunque tenía cara de ser agradable, buena persona, no sabía si le molestaría que ella estuviese ahí, hablándole. Pero hablar con alguien probablemente le distrajese... - Me llamo Park Hye Rang. - Hizo una nueva reverencia y volvió a sonreirle de manera amplia.
Aquella noticia probablemente le había sentado igual de mal a la coreana tanto como al egipcio. Por que además, no solo había sido expulsado, sino que habían aplicado una nueva norma en la que estaba terminantemente prohibido salir de la universidad. No podría salir a verle, no podían verse... Había vuelto a pasar los días triste, encerrándose en la habitación cuando no era para estudiar, para cuidar de Kady, el puffskein que le había regalado Adnan. Hacía vida normal, como antes de conocer mejor a Adnan, siendo la misma Rang que era en Hogwarts que simplemente iba a clases, estudiaba por su cuenta, si a caso entablaba conversación con otra gente en las comidas, y si alguien necesitaba su ayuda, se la prestaba.
Había mandado un par de lechuzas a Adnan, pero los animales siempre volvían a ella con la carta sin tocar. Por lo que no intentó mandar ninguna mas. Era una perdida de tiempo... le había contado a Young, su primo todo, y básicamente desistió en seguir mandándole cartas por que él se lo dijo, que probablemente no tendrían las aves modo de encontrarle por cualquier hechizo del estilo.
En ese momento iba a mandarle una carta a Young, contándole lo que había hecho en esos dos días que no había intercambiado cartas con él. La llevaba escrita con su perfecta y limpia caligrafía, dentro de un sobre de un tono amarillo pastel con el nombre de hacia quien iba y de parte de quien en coreano.
Llevaba el pequeño puffskein sobre el hombro, y este correteaba de uno de sus hombros al otro, pasando por debajo de la coleta baja, medio moño, que la chica llevaba en ese momento, pareciendo divertirse de salir por un rato de la habitación.
En la puerta de la lechucería lo cogió y guardó en el bolsillo de su sudadera. - No te muevas de ahí, o sino las lechuzas pueden intentar comerte. - Le dijo, pareciendo que el animal entendió perfectamente sus palabras, escondiéndose en el centro del mismo, de modo que no se le viese.
La coreana sonrió un poquito y al estar a punto de llegar a la puerta, vio como una chica se giraba a mirar, escondiendo algo, que por el olor, aunque fuese muy suave pudo identificar fácilmente. Le sonrió y siguió con su quehacer.
Tras abrir la puerta del lugar, buscó alrededor, se mordió la boquita y avanzó unos pasos, yendo a por una de las lechuzas que sabía que eran de las más rápidas y que aguantaban más distancias, la que siempre usaba para mandar ella misma cartas cuando estaba disponible, y le anudó la carta en la pata, haciéndole un gesto, dándole una chuchería, y después, se acercó a la ventana con el animal sobre el brazo, extendiendo el mismo, y tras darle un poquito de mimos, le dijo que tenía que llevarle la carta a su primo, quedándose un momento embobada viendo como el animal emprendía el vuelo y se alejaba.
Suspiró un poquito y se giró hacia la puerta que había dejado abierta, puesto que no iba a tardar nada, y en cuanto salió por la misma, cerró la puerta, mirando a la chica de color de pelo llamativo, y al ver que le miraba, sonrió ámpliamente, haciendo una reverencia hacia ella a modo de saludo.
Se acercó a ella y se quedó mirándole a los ojos. - Hola. - Dijo en un tono tímido, viendo como aún parecía esconder aquello. Negó un poquito. - Puedes fumar tranquilamente, no diré nada. - Suspiró un poquito.
¿Estaría bien hablarle? No le conocía de nada, y aunque tenía cara de ser agradable, buena persona, no sabía si le molestaría que ella estuviese ahí, hablándole. Pero hablar con alguien probablemente le distrajese... - Me llamo Park Hye Rang. - Hizo una nueva reverencia y volvió a sonreirle de manera amplia.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
Vio pasar a la chica, no le dijo nada, apenas si se saludaron con la cabeza. La conocía de algunas veces que habían estado juntas, o más bien alguna vez que ella misma había terminado golpeando a algún gilipollas por haber insultado a la coreana, no le gustaba que nadie insultara a los demás, por ningún motivo, ella había aguantado palabras muy feas por tener de madre a Liahna, por ser hija de una licantropa, y para empeorar todo también por ser hija de un muggle, eso había hecho que su actitud siempre estuviera más bien orientada a la defensiva y por supuesto, que intentara ayudar a que a otras personas no les sucediera lo mismo que a ella. Los insultos no dolían si sabías encajarlos, si no, eran una puta mierda.
En fin, la cosa es que al ver que era ella se sacó el cigarro de detrás de la espalda, estaba claro que esa muchacha no iba a decirle que no fumara o no iba a ir a buscar a ningún profesor, si ya alguna vez la había defendido a pesar del poco tiempo que llevaba en la escuela dudaba que ella fuera a chivarse ni nada. Además, se metió para la zona de las lechuzas, si ni siquiera paraba…
Tan solo le dio tiempo a una rápida calada antes de que saliera, y por pudor volvió a poner el cigarro fuera de la ventana, aun suponiendo que no diría nada le parecía un tanto feo ponerse a fumar así sin más delante de otra persona cuando se suponía que estaba prohibido.
-¿Fumar? – sonrió ampliamente y levantó el cigarrillo – si bueno… no lo hago mucho aquí dentro, pero ya sabes, ahora mismo salir tampoco es cosa fácil – se excusó rápidamente, pasándose la mano libre por el pelo, y después negando con la cabeza, vaya nervios más tontos – hola… – saludó finalmente, sonriéndole ampliamente, suponía que no se iba a quedar allí, aunque a decir verdad la compañía se agradecería mientras esperaba, porque hacía un poco de frío y era más fácil no pensar en ello mientras se estaba charlando con alguien.
-¿Park Hye Rang? – preguntó un poquito dudosa, conocía a muchas personas asiáticas, Nueva York era la ciudad con más inmigrantes del mundo o algo así, pero normalmente eran menos educados, los que ella conocía, y no decían nombre completo sino como querían ser llamados – Yo me llamo Ebba Prewett, creo que nos hemos visto alguna vez, pero antes no había tenido ocasión de presentarme.
Le sacó un poquito la lengua antes de llevarse el cigarro a la boca de nuevo. Solo se habían cruzado una vez antes, la vez que tuvo que salir en su defensa, y claro que no se pudo presentar, el tipo que se metió con ella terminó en pelea con la pelirroja y antes de que se diera cuenta ambos estaban sentados en la enfermería y siendo fuertemente regañados.
-¿Estabas mandando una carta? Yo espero un paquete… y creo que empezaba a morirme de aburrimiento – esperaba que con aquello le quedara bastante claro que su presencia era más que bienvenida .
En fin, la cosa es que al ver que era ella se sacó el cigarro de detrás de la espalda, estaba claro que esa muchacha no iba a decirle que no fumara o no iba a ir a buscar a ningún profesor, si ya alguna vez la había defendido a pesar del poco tiempo que llevaba en la escuela dudaba que ella fuera a chivarse ni nada. Además, se metió para la zona de las lechuzas, si ni siquiera paraba…
Tan solo le dio tiempo a una rápida calada antes de que saliera, y por pudor volvió a poner el cigarro fuera de la ventana, aun suponiendo que no diría nada le parecía un tanto feo ponerse a fumar así sin más delante de otra persona cuando se suponía que estaba prohibido.
-¿Fumar? – sonrió ampliamente y levantó el cigarrillo – si bueno… no lo hago mucho aquí dentro, pero ya sabes, ahora mismo salir tampoco es cosa fácil – se excusó rápidamente, pasándose la mano libre por el pelo, y después negando con la cabeza, vaya nervios más tontos – hola… – saludó finalmente, sonriéndole ampliamente, suponía que no se iba a quedar allí, aunque a decir verdad la compañía se agradecería mientras esperaba, porque hacía un poco de frío y era más fácil no pensar en ello mientras se estaba charlando con alguien.
-¿Park Hye Rang? – preguntó un poquito dudosa, conocía a muchas personas asiáticas, Nueva York era la ciudad con más inmigrantes del mundo o algo así, pero normalmente eran menos educados, los que ella conocía, y no decían nombre completo sino como querían ser llamados – Yo me llamo Ebba Prewett, creo que nos hemos visto alguna vez, pero antes no había tenido ocasión de presentarme.
Le sacó un poquito la lengua antes de llevarse el cigarro a la boca de nuevo. Solo se habían cruzado una vez antes, la vez que tuvo que salir en su defensa, y claro que no se pudo presentar, el tipo que se metió con ella terminó en pelea con la pelirroja y antes de que se diera cuenta ambos estaban sentados en la enfermería y siendo fuertemente regañados.
-¿Estabas mandando una carta? Yo espero un paquete… y creo que empezaba a morirme de aburrimiento – esperaba que con aquello le quedara bastante claro que su presencia era más que bienvenida .
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Asintió un poquito con la cabeza, sonriendo un poco y riendo incluso un poquito al darse cuenta de que en otros países no iba antes el apellido, sino el nombre, pero acostumbrada a su educación... Se mordió un poco la boca y terminó por negar un poquitin con la cabeza. - Hye Rang de nombre, pero suelen llamarme Rang, Park es el apellido. - Aclaró tranquilamente, después recordando el nombre de la pelirroja.
Aquella chica, a pesar de no conocerla de nada, una vez se metió en una pelea por ella, y ni siquiera pudo agradecerlo. - Yo... muchas gracias por haberme defendido la otra vez, Ebba. - Le dijo con su característica dulce sonrisa en los labios, haciendo una leve inclinación de cabeza, de nuevo, para agradecerle esta vez la ayuda que le ofreció.
Miró hacia fuera, por la ventana, y volvió la vista a la chica. - Supongo que cuando acabes el cigarro cerraras la ventana, o entonces si que puedes morir de hipotermia. - Le sacó ella también la lengua, bromeaba obviamente, sería bastante complicado morir de ese modo por ese frío de ese momento, y metió las manos dentro del bolsillo de la sudadera, recordando que ahí estaba Kady, notando como le había lamido un momentito la mano y se rió, sacándolo del bolsillo para dejarlo sobre uno de los hombros, viendo como curioseaba alrededor, volviendo ahora de nuevo, su atención hacia la chica.
Asintió a lo que le preguntó y suspiró un poquito, volviendo a mirar por la ventana, ya habiéndose perdido de vista la lechuza que utilizó. - Si, le mandé una carta a mi primo, suelo hablar cada pocos días con él. - Le sonrió de nuevo y se giró a mirar a Prewett, apoyando la espalda sobre la pared, algo fría, pero gracias a la sudadera apenas notándolo. - Me quedaré contigo, si puedo... mientras esperas el paquete. - Ofreció de aquella forma su compara, y al ver que la pelirroja respondía a aquello con una sonrisa y un leve asentimiento de cabeza, suspiró.
No sabía que tema de conversación podía sacar, estaba un poquito nerviosa y se puso a jugar con sus propias manos, con sus dedos indices, chocandolos un poquito.
- Si no es una pregunta muy indiscreta... ¿qué es lo que esperas? - Ladeó un poquito la cabeza a la hora de hacer la pregunta, esperando escuchar una respuesta por parte de ella, aunque fuera una negativa de que no iba a contarle, pero bueno, la cosa había sido sacar un tema, y ese, aunque poco valido, era uno.
Aquella chica, a pesar de no conocerla de nada, una vez se metió en una pelea por ella, y ni siquiera pudo agradecerlo. - Yo... muchas gracias por haberme defendido la otra vez, Ebba. - Le dijo con su característica dulce sonrisa en los labios, haciendo una leve inclinación de cabeza, de nuevo, para agradecerle esta vez la ayuda que le ofreció.
Miró hacia fuera, por la ventana, y volvió la vista a la chica. - Supongo que cuando acabes el cigarro cerraras la ventana, o entonces si que puedes morir de hipotermia. - Le sacó ella también la lengua, bromeaba obviamente, sería bastante complicado morir de ese modo por ese frío de ese momento, y metió las manos dentro del bolsillo de la sudadera, recordando que ahí estaba Kady, notando como le había lamido un momentito la mano y se rió, sacándolo del bolsillo para dejarlo sobre uno de los hombros, viendo como curioseaba alrededor, volviendo ahora de nuevo, su atención hacia la chica.
Asintió a lo que le preguntó y suspiró un poquito, volviendo a mirar por la ventana, ya habiéndose perdido de vista la lechuza que utilizó. - Si, le mandé una carta a mi primo, suelo hablar cada pocos días con él. - Le sonrió de nuevo y se giró a mirar a Prewett, apoyando la espalda sobre la pared, algo fría, pero gracias a la sudadera apenas notándolo. - Me quedaré contigo, si puedo... mientras esperas el paquete. - Ofreció de aquella forma su compara, y al ver que la pelirroja respondía a aquello con una sonrisa y un leve asentimiento de cabeza, suspiró.
No sabía que tema de conversación podía sacar, estaba un poquito nerviosa y se puso a jugar con sus propias manos, con sus dedos indices, chocandolos un poquito.
- Si no es una pregunta muy indiscreta... ¿qué es lo que esperas? - Ladeó un poquito la cabeza a la hora de hacer la pregunta, esperando escuchar una respuesta por parte de ella, aunque fuera una negativa de que no iba a contarle, pero bueno, la cosa había sido sacar un tema, y ese, aunque poco valido, era uno.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
Se repitió mentalmente como cinco veces el nombre de la chica, para no olvidarlo, llegaba a ser muy olvidadiza. Aunque Rang era un nombre sencillito, seguro no le pasaría esta vez…
-Esas cosas no se agradecen, me parece increíble que un tipo con complexión de boxeador tenga narices de meterse con una chica como tu – le sonrió un poco y, con todas las confianzas del mundo le acarició un poquito el brazo, como restándole importancia a que le ayudara y por supuesto sin querer que ella se inclinara ni nada, aquello la haría sentir bastante incómoda, más teniendo en cuenta que parecía algún tipo de reverencia o algo así, por algo que habría hecho por casi cualquier persona (excluyendo, por supuesto, a un par de gilipollas que no se merecían aprecio alguno).
Ya había asentido, por supuesto, a su afirmación sobre la ventana. Cerraría y miraría si llegaba la lechuza a través del cristal, total, se distinguiría bien conocía de sobra a la lechuza familiar. Observó más o menos con atención al animalejo que ahora adornaba el hombro de la muchacha, mirándolo con mucha curiosidad. Quería preguntarle que era y todo sobre él o ella, pero no quería interrumpir la charla que estaban teniendo, e intentaba mirarla a los ojos en lugar de al animal, por mucho que eso le costara.
-¿A tu primo? Qué bien, yo apenas hablo con mi familia desde que estoy aquí, digo, mis primos y tíos. Es que allí donde viven no es muy normal ver lechuzas mensajeras y me tienen dicho que no envíe demasiadas, que si no se vería raro – dijo aquello a las claras, porque a ella no le avergonzaba para nada admitir que toda su familia era muggle, los familiares de su madre casi no contaban, pues su tío falleció antes de que ella naciera y sus abuelos eran, como poco, insoportables – no te preocupes, no es indiscreto para nada, ahora mismo todo el mundo habla de ello por los pasillos – sonrió y le dio la última calada al cigarrillo, tirándolo desde la ventana y cerrando tras de eso – espero que mi madre sea comprensiva y me mande también un par de cajas de cigarrillos, que aquí, sabiendo que no se puede salir a comprar, cada día los venden más caros - desvió un poquito el tema al pensar en ello y de pronto se dio cuenta de que no le había respondido a la pregunta – estoy esperando un vestido, para la fiesta esta… Shaba-algo más – no evitó una leve risilla por su mala memoria, era incapaz de recordar el nombre de la fiesta. Halloween de toda la vida – ya sabes, el año nuevo celta o algo así. Se me olvidó totalmente y no tengo nada adecuado para llevar al baile o lo que sea que hagan, así que mandé a mi madre de compras por mi, para no quebrantar leyes estúpidas.
Suspiró y se arregló un poco la sudadera que llevaba, abrochándola hasta el cuello, mirando a lo lejos.
-Si te esperas conmigo te lo puedo enseñar y me ayudas a decidir si mi madre tuvo buen gusto o no, porque casi miedo me da… aún tiene el sentido de la moda de hace veinte años y no quiero ir vestida de vieja.
-Esas cosas no se agradecen, me parece increíble que un tipo con complexión de boxeador tenga narices de meterse con una chica como tu – le sonrió un poco y, con todas las confianzas del mundo le acarició un poquito el brazo, como restándole importancia a que le ayudara y por supuesto sin querer que ella se inclinara ni nada, aquello la haría sentir bastante incómoda, más teniendo en cuenta que parecía algún tipo de reverencia o algo así, por algo que habría hecho por casi cualquier persona (excluyendo, por supuesto, a un par de gilipollas que no se merecían aprecio alguno).
Ya había asentido, por supuesto, a su afirmación sobre la ventana. Cerraría y miraría si llegaba la lechuza a través del cristal, total, se distinguiría bien conocía de sobra a la lechuza familiar. Observó más o menos con atención al animalejo que ahora adornaba el hombro de la muchacha, mirándolo con mucha curiosidad. Quería preguntarle que era y todo sobre él o ella, pero no quería interrumpir la charla que estaban teniendo, e intentaba mirarla a los ojos en lugar de al animal, por mucho que eso le costara.
-¿A tu primo? Qué bien, yo apenas hablo con mi familia desde que estoy aquí, digo, mis primos y tíos. Es que allí donde viven no es muy normal ver lechuzas mensajeras y me tienen dicho que no envíe demasiadas, que si no se vería raro – dijo aquello a las claras, porque a ella no le avergonzaba para nada admitir que toda su familia era muggle, los familiares de su madre casi no contaban, pues su tío falleció antes de que ella naciera y sus abuelos eran, como poco, insoportables – no te preocupes, no es indiscreto para nada, ahora mismo todo el mundo habla de ello por los pasillos – sonrió y le dio la última calada al cigarrillo, tirándolo desde la ventana y cerrando tras de eso – espero que mi madre sea comprensiva y me mande también un par de cajas de cigarrillos, que aquí, sabiendo que no se puede salir a comprar, cada día los venden más caros - desvió un poquito el tema al pensar en ello y de pronto se dio cuenta de que no le había respondido a la pregunta – estoy esperando un vestido, para la fiesta esta… Shaba-algo más – no evitó una leve risilla por su mala memoria, era incapaz de recordar el nombre de la fiesta. Halloween de toda la vida – ya sabes, el año nuevo celta o algo así. Se me olvidó totalmente y no tengo nada adecuado para llevar al baile o lo que sea que hagan, así que mandé a mi madre de compras por mi, para no quebrantar leyes estúpidas.
Suspiró y se arregló un poco la sudadera que llevaba, abrochándola hasta el cuello, mirando a lo lejos.
-Si te esperas conmigo te lo puedo enseñar y me ayudas a decidir si mi madre tuvo buen gusto o no, porque casi miedo me da… aún tiene el sentido de la moda de hace veinte años y no quiero ir vestida de vieja.
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Suspiró un momentito al recordarlo, arrugando un poquitín la nariz y terminando por poner morritos. La verdad es que estaba acostumbrada a que se metieran con ella, y ya apenas lo que hacía era ignorar, si eso agachar la cabeza y seguir su camino hacia delante, pero esa vez aquél chico que se puso a meterse con ella al parecer tenía demasiadas ganas de montar bronca y no la había dejado irse apenas quedándose feliz habiéndole insultado gratuitamente y demás.
Sonrió y suspiró al notar la mano de ella sobre el brazo, y tras mirar su mano, alzó la vista a sus ojos, sonriendole de manera adorable.
Rang sintió como la mirada de la chica se desviaba de vez en cuando hacia el puffskein, y aquello le hizo sonreír un poquito mas, de forma algo disimulada, o al menos eso fue lo que intentó hacer.
Conversaron un poco más sobre sus familias, la chica diciéndole que apenas podía hablar con su primo de vez en cuando por que estaba bastante atareado con el trabajo que su padre le estaba enseñando, el trabajo familiar, y que muy de vez en cuando hablaba con su madre y su padre, pero que solían estar muy ocupados siempre.
Cuando Ebba indicó que no le hubo molestado la pregunta, Rang se movió del sitio, caminando apenas un poquito para ponerse de frente a ella, viéndole dar una última calada al cigarrillo antes de arrojarlo por la ventana y cerrar la misma. No llegó a quedarle claro aquello que dijo sobre lo que todo el mundo hablaba por los pasillos, ella no tomaba mucho tiempo en los mismos últimamente entre una cosa y otra.
Rió un poquito con el comentario del tabaco, y fue a abrir la boca, yendo a proponerla que si eso conocía de alguien que podría venderle tabaco que no oliese tanto a nicotina, y probablemente, sería mejor, y no tan caro como pudiesen vender lo otro, aunque eso no lo sabía, pero no pudo. Se le cortaron las palabras antes de poder salir y cerró la boca, frunciendo un poquito los labios, tragando saliva. Adnan no estaba ahí...
Por suerte que la pelirroja volviese a hablar hizo que dejase ese gesto y esos pensamientos a un lado, y asintió con la cabeza. No había escuchado de eso por los pasillos, pero si en su propia habitación donde las chicas no hacían mas que hablar de que no sabían que ponerse para esa celebración.
Escuchó la invitación de ella y abrió un poquito mas los ojos, parpadeando, casi como sin poder creérselo. Hizo un pequeño pucherito y asintió con la cabeza. Había conseguido ponerle feliz, nerviosa... ni sabía exactamente como. Había conseguido hacerle sentirse “importante” o “necesaria” aunque fuese por el simple hecho de ayudarle a decidir si el vestido le sentaba bien o no, si era bonito o algo...
La coreana se mordió la boquita y de pronto sin avisar abrazó a Ebba, asintiendo con la cabeza, con los ojitos cerrados. - Si, por favor, dejame estar contigo y y ayudarte a elegirlo...- Dijo con un tono de voz bajito.
El pequeño animal que tenía en el hombro pasó del propio, de un salto hasta el de la pelirroja, poniéndose a olisquearle, terminando por darle un besito, lamerle, en la mejilla un poco antes de ronronearle mientras se frotaba un poquito contra la misma.
Sonrió y suspiró al notar la mano de ella sobre el brazo, y tras mirar su mano, alzó la vista a sus ojos, sonriendole de manera adorable.
Rang sintió como la mirada de la chica se desviaba de vez en cuando hacia el puffskein, y aquello le hizo sonreír un poquito mas, de forma algo disimulada, o al menos eso fue lo que intentó hacer.
Conversaron un poco más sobre sus familias, la chica diciéndole que apenas podía hablar con su primo de vez en cuando por que estaba bastante atareado con el trabajo que su padre le estaba enseñando, el trabajo familiar, y que muy de vez en cuando hablaba con su madre y su padre, pero que solían estar muy ocupados siempre.
Cuando Ebba indicó que no le hubo molestado la pregunta, Rang se movió del sitio, caminando apenas un poquito para ponerse de frente a ella, viéndole dar una última calada al cigarrillo antes de arrojarlo por la ventana y cerrar la misma. No llegó a quedarle claro aquello que dijo sobre lo que todo el mundo hablaba por los pasillos, ella no tomaba mucho tiempo en los mismos últimamente entre una cosa y otra.
Rió un poquito con el comentario del tabaco, y fue a abrir la boca, yendo a proponerla que si eso conocía de alguien que podría venderle tabaco que no oliese tanto a nicotina, y probablemente, sería mejor, y no tan caro como pudiesen vender lo otro, aunque eso no lo sabía, pero no pudo. Se le cortaron las palabras antes de poder salir y cerró la boca, frunciendo un poquito los labios, tragando saliva. Adnan no estaba ahí...
Por suerte que la pelirroja volviese a hablar hizo que dejase ese gesto y esos pensamientos a un lado, y asintió con la cabeza. No había escuchado de eso por los pasillos, pero si en su propia habitación donde las chicas no hacían mas que hablar de que no sabían que ponerse para esa celebración.
Escuchó la invitación de ella y abrió un poquito mas los ojos, parpadeando, casi como sin poder creérselo. Hizo un pequeño pucherito y asintió con la cabeza. Había conseguido ponerle feliz, nerviosa... ni sabía exactamente como. Había conseguido hacerle sentirse “importante” o “necesaria” aunque fuese por el simple hecho de ayudarle a decidir si el vestido le sentaba bien o no, si era bonito o algo...
La coreana se mordió la boquita y de pronto sin avisar abrazó a Ebba, asintiendo con la cabeza, con los ojitos cerrados. - Si, por favor, dejame estar contigo y y ayudarte a elegirlo...- Dijo con un tono de voz bajito.
El pequeño animal que tenía en el hombro pasó del propio, de un salto hasta el de la pelirroja, poniéndose a olisquearle, terminando por darle un besito, lamerle, en la mejilla un poco antes de ronronearle mientras se frotaba un poquito contra la misma.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
Los gestos de la chica no pasaron inadvertidos para Ebba, pero como no decía realmente nada por lo que pudiera preguntarle el porqué parecía estar tan entristecida, no tuvo más remedio que aguantarse y no decir nada. No tenía apenas confianza con ella como para ponerse a hablar de cosas más personales. No tenía realmente motivos demostrables que dijeran que la chica estaba realmente triste ni nada parecido, solo una corazonada y un par de pucheros que se le formaron sin que ella seguramente lo sintiera apenas.
Pero la respuesta que le dio tan solo confirmó sus sospechas, de modo que si, estaba triste, seguro, segurísimo. Una persona que estaba bien y animada no se ponía así por el simple hecho de participar en la elección de un vestido para una estúpida fiesta. No. La pelirroja había tenido como mil amigas ya, porque era muy social pero estaba poco tiempo en el mismo lugar, y había visto mil reacciones a todo, pero ahí estaba esa chica, tan… adorable, que acababa de abrazarla solo porque le había pedido ayuda y consejo.
No evitó la sonrisa y le correspondió al abrazo sin vergüenza ni pudor, sintiendo que así hacía bien a alguien al menos.
-Tu bicho me hace cosquillas – le iba a responder a ella algo, pero en cuanto sintió aquello en el hombro y la cara no pudo evitar ponerse a reír, soltando el abrazo e intentando, con todo el cuidado posible, quitarlo de encima suyo – y si, claro, la invitación sigue en pie, ya está decidido además, en cuanto llegue el paquete nos vamos a los baños más cercanos y me pruebo y me ayudas, porque de verdad que yo soy un desastre para esas cosas.
Sonrió mientras lo decía y vio como la chica cogía al puffskein y se lo mostraba ahora sin tener que tener el cuello totalmente torcido.
-Nunca había visto uno como ese… ¿qué es? Es lo peor de vivir más tiempo con muggles que en zonas mágicas, hay mil cosas que todavía tengo más bien por desconocidas – alargó la mano para tocar al animalejo y con una tenue sonrisilla notó como seguía ronroneando – la lechuza debe de estar por llegar… –se giró para mirar por la ventana pero aún no había ni rastro de la lechuza – ¿tiene nombre tu amiguito? Es realmente adorable, creo que le gusté, me lamió, eso siempre es buena señal.
Aún tenía la mano medio extendida sin saber si acariciarlo, intentar cogerlo o que.
Pero la respuesta que le dio tan solo confirmó sus sospechas, de modo que si, estaba triste, seguro, segurísimo. Una persona que estaba bien y animada no se ponía así por el simple hecho de participar en la elección de un vestido para una estúpida fiesta. No. La pelirroja había tenido como mil amigas ya, porque era muy social pero estaba poco tiempo en el mismo lugar, y había visto mil reacciones a todo, pero ahí estaba esa chica, tan… adorable, que acababa de abrazarla solo porque le había pedido ayuda y consejo.
No evitó la sonrisa y le correspondió al abrazo sin vergüenza ni pudor, sintiendo que así hacía bien a alguien al menos.
-Tu bicho me hace cosquillas – le iba a responder a ella algo, pero en cuanto sintió aquello en el hombro y la cara no pudo evitar ponerse a reír, soltando el abrazo e intentando, con todo el cuidado posible, quitarlo de encima suyo – y si, claro, la invitación sigue en pie, ya está decidido además, en cuanto llegue el paquete nos vamos a los baños más cercanos y me pruebo y me ayudas, porque de verdad que yo soy un desastre para esas cosas.
Sonrió mientras lo decía y vio como la chica cogía al puffskein y se lo mostraba ahora sin tener que tener el cuello totalmente torcido.
-Nunca había visto uno como ese… ¿qué es? Es lo peor de vivir más tiempo con muggles que en zonas mágicas, hay mil cosas que todavía tengo más bien por desconocidas – alargó la mano para tocar al animalejo y con una tenue sonrisilla notó como seguía ronroneando – la lechuza debe de estar por llegar… –se giró para mirar por la ventana pero aún no había ni rastro de la lechuza – ¿tiene nombre tu amiguito? Es realmente adorable, creo que le gusté, me lamió, eso siempre es buena señal.
Aún tenía la mano medio extendida sin saber si acariciarlo, intentar cogerlo o que.
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Sonrió ámpliamente en el momento en el que el abrazo le fue correspondido, suspirando un poquito y, cuando escuchó a la chica hablar y después reírse, le soltó ella también, sonriéndole un poquito, viendo como Kady jugueteaba con ella, como tratando que no le cogiese, pero finalmente dejándose hacer. El animal también parecía ahora algo mas animado, quizás por que había sentido como su dueña estaba más animada, aunque quizás simplemente por que la coreana ya no estaba en la zona en la que estaban las lechuzas, o al menos, en la que no podían estar, mejor dicho.
Asintió con la cabeza, escuchando como la pelirroja ya lo tenía todo planeado y suspiró un poquito, ladeando la cabeza y tras estirar una de las manos hacia el hombro en el que en ese momento estaba el puffskein, lo sostuvo entre ambas manos y lo dejó a la vista de Prewett, entre ambas como quien dice, para que lo viese mejor, de forma tranquila, y sin que estuviese correteando de un hombro para otro.
Le miró a los ojos, con estos algo brillosos probablemente por la emoción de poder contarle algo a alguien que no sabía, o algo semejante. - Es un puffskein. - Sonrió ámpliamente. - Me lo regalaron... - Dijo con un tono algo embobado, y tras negar con la cabeza para desatontarse, miró a la chica fijamente a los ojos. - Son unas mascotas muy cariñosas. No son muy... útiles por decirlo de alguna forma, los adultos no suelen quererlos, pero a mi me parecen lindos y agradables. Hacen compañía, cuando estás mal están contigo intentando animarte, ronronean... incluso puedes jugar con ellos a lanzarlos. - Se rió. - Por extraño que parezca les gusta... y además, comen suciedad y arañas, así que podría decirse que también sirven para limpiar. - Sonrió tiernamente tras aquella breve explicación, no queriendo ser tampoco muy pesada, ni técnica ni nada por el estilo.
Cuando Ebba comentó acerca de la lechuza, Park se asomó un poquito para mirar detrás de ella, viendo al igual que la misma Ebba, como la lechuza no aparecía, por el momento.
- Si, se llama Kady. - Contestó a su pregunta y al ver que parecía dudar, cogió un poquitín de impulso con las manos para lanzar un poquito a la criatura hacia las manos de la chica, habiendo retrocedido un par de pasitos para que hubiese un poco, aunque fuese muy poca, distancia entre ellas.
El animalito cayó sobre las manos de la pelirroja y ronroneó feliz, correteando un poco por las manos de la misma, terminando por escalar por uno de sus brazos y quedándose escondido en uno de sus hombros tras aquella mata de pelo de color rojo intenso que tenía la chica.
La coreana asintió un poco y suspiró con una sonrisita. - Si, parece que le has caído muy bien... no suele dejarse coger ni jugar ni nada con nadie que no sea yo. - Se acercó lo poco que se había alejado antes y le miró a los ojos de forma fija, viendo por el rabillo del ojo como una lechuza se acercaba. - Oh... ¿no será esa la lechuza que esperas, Ebba?
El puffskein al escuchar la llamada de la lechuza, corrió rápido a dar un salto hacia el hombro de la coreana, y desde ahí, fue a volver al escondite de antes, escondiéndose en el bolsillo de la sudadera, mientras Rang se reía un poquito y negaba con la cabeza.
Vio como Ebba abrió la ventana y cogió el paquete que soltó la lechuza. Park extendió uno de los brazos, viendo como la lechuza se apoyó con cuidado en el mismo, y tras que la chica buscase en el mismo bolsillo de antes, sacó otra chuchería para dársela a la lechuza, viendo como esta echaba a volar y como el pequeño animalito peludo salía de su escondite con una de esas chucherías en la boca. Rang miró a Kady de reojo, poniendo morritos, mientras sentía como la ventana era cerrada. - Si no dejas de comer tanto te pondrás gordo, Kady. - Le dijo con un tono que intentó sonar algo severo, pero sin llegar a serlo.
Giró el rostro para mirar a la chica, después al bulto que tenía entre las manos. - ¿Vamos?
Asintió con la cabeza, escuchando como la pelirroja ya lo tenía todo planeado y suspiró un poquito, ladeando la cabeza y tras estirar una de las manos hacia el hombro en el que en ese momento estaba el puffskein, lo sostuvo entre ambas manos y lo dejó a la vista de Prewett, entre ambas como quien dice, para que lo viese mejor, de forma tranquila, y sin que estuviese correteando de un hombro para otro.
Le miró a los ojos, con estos algo brillosos probablemente por la emoción de poder contarle algo a alguien que no sabía, o algo semejante. - Es un puffskein. - Sonrió ámpliamente. - Me lo regalaron... - Dijo con un tono algo embobado, y tras negar con la cabeza para desatontarse, miró a la chica fijamente a los ojos. - Son unas mascotas muy cariñosas. No son muy... útiles por decirlo de alguna forma, los adultos no suelen quererlos, pero a mi me parecen lindos y agradables. Hacen compañía, cuando estás mal están contigo intentando animarte, ronronean... incluso puedes jugar con ellos a lanzarlos. - Se rió. - Por extraño que parezca les gusta... y además, comen suciedad y arañas, así que podría decirse que también sirven para limpiar. - Sonrió tiernamente tras aquella breve explicación, no queriendo ser tampoco muy pesada, ni técnica ni nada por el estilo.
Cuando Ebba comentó acerca de la lechuza, Park se asomó un poquito para mirar detrás de ella, viendo al igual que la misma Ebba, como la lechuza no aparecía, por el momento.
- Si, se llama Kady. - Contestó a su pregunta y al ver que parecía dudar, cogió un poquitín de impulso con las manos para lanzar un poquito a la criatura hacia las manos de la chica, habiendo retrocedido un par de pasitos para que hubiese un poco, aunque fuese muy poca, distancia entre ellas.
El animalito cayó sobre las manos de la pelirroja y ronroneó feliz, correteando un poco por las manos de la misma, terminando por escalar por uno de sus brazos y quedándose escondido en uno de sus hombros tras aquella mata de pelo de color rojo intenso que tenía la chica.
La coreana asintió un poco y suspiró con una sonrisita. - Si, parece que le has caído muy bien... no suele dejarse coger ni jugar ni nada con nadie que no sea yo. - Se acercó lo poco que se había alejado antes y le miró a los ojos de forma fija, viendo por el rabillo del ojo como una lechuza se acercaba. - Oh... ¿no será esa la lechuza que esperas, Ebba?
El puffskein al escuchar la llamada de la lechuza, corrió rápido a dar un salto hacia el hombro de la coreana, y desde ahí, fue a volver al escondite de antes, escondiéndose en el bolsillo de la sudadera, mientras Rang se reía un poquito y negaba con la cabeza.
Vio como Ebba abrió la ventana y cogió el paquete que soltó la lechuza. Park extendió uno de los brazos, viendo como la lechuza se apoyó con cuidado en el mismo, y tras que la chica buscase en el mismo bolsillo de antes, sacó otra chuchería para dársela a la lechuza, viendo como esta echaba a volar y como el pequeño animalito peludo salía de su escondite con una de esas chucherías en la boca. Rang miró a Kady de reojo, poniendo morritos, mientras sentía como la ventana era cerrada. - Si no dejas de comer tanto te pondrás gordo, Kady. - Le dijo con un tono que intentó sonar algo severo, pero sin llegar a serlo.
Giró el rostro para mirar a la chica, después al bulto que tenía entre las manos. - ¿Vamos?
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
El nombre del animal se le hizo curiosísimo, puffskein, sería como los micropruff esos que tanta fama tenían entre los niños más pequeños como mascotas, pero ese era más raro, era adorable. Oyó también su explicación asintiendo a la parte en que decía que era lindo y todo lo demás.
-¿Comen arañas? Pues a mí sí que me parecen muy útiles entonces, no me terminan de agradar esos bichos con tantas patas – bromeó un poquito con aquello, pero ciertamente estaba siendo sincera, no le agradaban y saber que eso las comía de pronto le parecía una característica muy positiva para el bichito.
Le dio la risa al verlo ronronear después de ser lanzado. De modo que era cierto que les gustaba que jugaran con ellos como si de pelotas se tratara… que curioso.
-Kady, que nombre más curioso y que gracioso es – no evitó una risita nerviosa cuando sintió como se acomodaba muy cerca de su cuello, ocasionándole cosquillas de paso. Le caía bien el bichito, era gracioso y parecía muy cariñoso – fue un bonito regalo, a mí nunca me han comprado mascota, mis padres dicen que en nuestro ático no hay sitio para bichos, así los llaman, fíjate…
Desvió rápidamente la mirada cuando la chica señaló hacía la lechuza que llegaba en ese momento. Notó el impulso del animalillo en su hombro, saltando para irse con su dueña seguramente asustado por el ave que se acercaba y aprovechando que se había escondido abrió la ventana.
Ignoró por un momento todo lo que la chica hizo, como alimentó al a lechuza y demás, se centró en coger el paquete y arrancar rápidamente la nota que llevaba. Por supuesto el saquito estaba encantado mágicamente para que la lechuza lo llevara sin soportar apenas peso, pero aún así lo dejó por un momento en el suelo mientras leía lo que le había escrito “te mando provisiones, el vestido y algo de maquillaje, intenta arreglarte un poquito por una vez, esa fiesta es de etiqueta. Pd: van dos… no hagas destrozos”.
No pudo evitar reírse de la nota y volver a coger aquello, su madre la conocía demasiado bien, le mandaba dos vestidos, posiblemente por si uno no le gustaba y lo de hacer destrozos era obvio el motivo, ya había “fabricado” sus propios vestidos en otras ocasiones juntando trozos de otros, solo por innovar.
-Si, mejor vamos, antes de que la lechuza vulva con mi madre a cuestas para vigilar que me pongo – dijo aquello aún riéndose y le dio la notita a la chica, por si quería ver de que se reía, explicándole un poquito aquello, ella se llevaba con su madre muy bien, era muy joven cuando nació y no había perdido aquel espíritu juvenil, no del todo.
-Veamos qué cosa me ha mandado… - se pusieron en camino, pero Ebba recordó de pronto que lo que más cerca tenía no era ningún baño, si no su propia facultad, guiándola hacía allí – por cierto ¿en que facultad estás? ¿Qué estudias? Creo que lo más cómodo es ir a mi habitación para que me pruebe ¿no crees? En un baño podría entrar cualquiera y déjame decirte que no me llevo bien con toda la escuela
Caminarían hasta llegar a su dormitorio, haciéndola entrar en la facultad aunque no fuera la propia, no es que estuviera prohibido (del todo) ni nada así.
-¿Comen arañas? Pues a mí sí que me parecen muy útiles entonces, no me terminan de agradar esos bichos con tantas patas – bromeó un poquito con aquello, pero ciertamente estaba siendo sincera, no le agradaban y saber que eso las comía de pronto le parecía una característica muy positiva para el bichito.
Le dio la risa al verlo ronronear después de ser lanzado. De modo que era cierto que les gustaba que jugaran con ellos como si de pelotas se tratara… que curioso.
-Kady, que nombre más curioso y que gracioso es – no evitó una risita nerviosa cuando sintió como se acomodaba muy cerca de su cuello, ocasionándole cosquillas de paso. Le caía bien el bichito, era gracioso y parecía muy cariñoso – fue un bonito regalo, a mí nunca me han comprado mascota, mis padres dicen que en nuestro ático no hay sitio para bichos, así los llaman, fíjate…
Desvió rápidamente la mirada cuando la chica señaló hacía la lechuza que llegaba en ese momento. Notó el impulso del animalillo en su hombro, saltando para irse con su dueña seguramente asustado por el ave que se acercaba y aprovechando que se había escondido abrió la ventana.
Ignoró por un momento todo lo que la chica hizo, como alimentó al a lechuza y demás, se centró en coger el paquete y arrancar rápidamente la nota que llevaba. Por supuesto el saquito estaba encantado mágicamente para que la lechuza lo llevara sin soportar apenas peso, pero aún así lo dejó por un momento en el suelo mientras leía lo que le había escrito “te mando provisiones, el vestido y algo de maquillaje, intenta arreglarte un poquito por una vez, esa fiesta es de etiqueta. Pd: van dos… no hagas destrozos”.
No pudo evitar reírse de la nota y volver a coger aquello, su madre la conocía demasiado bien, le mandaba dos vestidos, posiblemente por si uno no le gustaba y lo de hacer destrozos era obvio el motivo, ya había “fabricado” sus propios vestidos en otras ocasiones juntando trozos de otros, solo por innovar.
-Si, mejor vamos, antes de que la lechuza vulva con mi madre a cuestas para vigilar que me pongo – dijo aquello aún riéndose y le dio la notita a la chica, por si quería ver de que se reía, explicándole un poquito aquello, ella se llevaba con su madre muy bien, era muy joven cuando nació y no había perdido aquel espíritu juvenil, no del todo.
-Veamos qué cosa me ha mandado… - se pusieron en camino, pero Ebba recordó de pronto que lo que más cerca tenía no era ningún baño, si no su propia facultad, guiándola hacía allí – por cierto ¿en que facultad estás? ¿Qué estudias? Creo que lo más cómodo es ir a mi habitación para que me pruebe ¿no crees? En un baño podría entrar cualquiera y déjame decirte que no me llevo bien con toda la escuela
Caminarían hasta llegar a su dormitorio, haciéndola entrar en la facultad aunque no fuera la propia, no es que estuviera prohibido (del todo) ni nada así.
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Sonrió feliz al escuchar las opiniones de la pelirroja acerca de su mascota, de su amiguito, dándole la razón en que si, que era gracioso, un bonito regalo... por que claro ¿Que iba a decir ella? Era un regalo de la única persona a la que había querido de esa forma, y él se la había comprado expresamente para ella...
Suspiró un poquito, quedando distraída viendo como la lechuza se alejaba de allí. Rió con el comentario que hizo la chica, y empezó a caminar junto a ella para hacer el “plan” que la pelirroja le había propuesto a la coreana..
Cuando Ebba le cedió la nota y escuchó la explicación se rió también. - Que suerte, es bueno que te lleves bien con tu madre, y sobretodo si os lleváis tan bien y podéis pasar el tiempo juntas. - Le sonrió de forma tierna. - Seguro que eres tan buena por que tu mamá y tu papá siempre te han dado mucho cariño y han estado mucho contigo. - No sabía si aquella razón que ella acababa de dar era cierto, pero el calor que daban las personas hacia otras, solía sacar en conclusión que era el mismo que el entorno familiar daban a dicha persona. Y Prewett le parecía totalmente cálida. - Seguro que tu mamá es igual de buena y guapa que tú.
Le sacó un poquito la lengua y tras mirarle un poquito de reojo volvió la vista al frente, caminando con cuidado de no ir a tropezar ni nada.
Metió las manos en el bolsillo de la sudadera, y mientras caminaba, iba acariciando a Kady, notandole como con las caricias se ponía a ronronear, haciéndole sonreír de forma algo boba, feliz.
Notó un poco el desvío del camino y al escuchar sus preguntas, le respondió casi al instante. - Pues soy de Ogmios. - Le sonrió un poquito. - Estudio medimagia y zoología mágica. - Le aclaró antes de seguir hablando, habiendo asentido a que le parecía bien ir a la facultad de ella,a su habitación mas concretamente, par que se probase las ropas. Al fin y al cabo siempre sería mucho mas cómodo, y de paso menos frío, que estar en unos baños.
Caminaron tranquilamente, hablando de temas sueltos, y también de aquella celebración que estaba a punto de suceder. - Yo la verdad es que los cambios de año de las escuelas en las que he estado las he sentido como un poco descolocadas. - Comentó y se rió un poquito. - Estas festividades, primero en Inglaterra, y ahora aquí, para mi realmente no es que sean nada... soy coreana, y en corea no es en las mismas fechas que ninguna de las otras. - Le sacó un poquito la lengua tras la aclaración, notando como de paso, el animalillo que había quedado escondido en el bolsillo, se asomaba un poco para quedarse mirando hacia la pelirroja, de un salto pasando a ella y volviendo al lugar de su pelo, olisqueándolo al parecer.
Se mordió la boquita, y antes de preguntar, como no, dudó, pero terminó por decirle. - A ti... ¿te gustaría tener un puffskein? - Se mordió la boquita de nuevo y siguió hablando. - Has dicho que tus padres te ponen como excusa que no hay espacio, y estos no ocupan nada, como puedes ver... y lo máximo que llegan a crecer tampoco es que ocupen... además, tienen el punto de que incluso te limpian la casa. - Asintió segura, pareciendo como que trataba de convencerla o alguna cosa.
Aquella chica había conseguido hacer sentir bien a Rang con tan solo unas palabras y una propuesta de ayudarle a elegir un vestido, le había gustado Kady y... podría regalarle uno, ¿no? Tampoco eran caros, y para ella, Prewett, ya era una buena amiga.
Suspiró un poquito, quedando distraída viendo como la lechuza se alejaba de allí. Rió con el comentario que hizo la chica, y empezó a caminar junto a ella para hacer el “plan” que la pelirroja le había propuesto a la coreana..
Cuando Ebba le cedió la nota y escuchó la explicación se rió también. - Que suerte, es bueno que te lleves bien con tu madre, y sobretodo si os lleváis tan bien y podéis pasar el tiempo juntas. - Le sonrió de forma tierna. - Seguro que eres tan buena por que tu mamá y tu papá siempre te han dado mucho cariño y han estado mucho contigo. - No sabía si aquella razón que ella acababa de dar era cierto, pero el calor que daban las personas hacia otras, solía sacar en conclusión que era el mismo que el entorno familiar daban a dicha persona. Y Prewett le parecía totalmente cálida. - Seguro que tu mamá es igual de buena y guapa que tú.
Le sacó un poquito la lengua y tras mirarle un poquito de reojo volvió la vista al frente, caminando con cuidado de no ir a tropezar ni nada.
Metió las manos en el bolsillo de la sudadera, y mientras caminaba, iba acariciando a Kady, notandole como con las caricias se ponía a ronronear, haciéndole sonreír de forma algo boba, feliz.
Notó un poco el desvío del camino y al escuchar sus preguntas, le respondió casi al instante. - Pues soy de Ogmios. - Le sonrió un poquito. - Estudio medimagia y zoología mágica. - Le aclaró antes de seguir hablando, habiendo asentido a que le parecía bien ir a la facultad de ella,a su habitación mas concretamente, par que se probase las ropas. Al fin y al cabo siempre sería mucho mas cómodo, y de paso menos frío, que estar en unos baños.
Caminaron tranquilamente, hablando de temas sueltos, y también de aquella celebración que estaba a punto de suceder. - Yo la verdad es que los cambios de año de las escuelas en las que he estado las he sentido como un poco descolocadas. - Comentó y se rió un poquito. - Estas festividades, primero en Inglaterra, y ahora aquí, para mi realmente no es que sean nada... soy coreana, y en corea no es en las mismas fechas que ninguna de las otras. - Le sacó un poquito la lengua tras la aclaración, notando como de paso, el animalillo que había quedado escondido en el bolsillo, se asomaba un poco para quedarse mirando hacia la pelirroja, de un salto pasando a ella y volviendo al lugar de su pelo, olisqueándolo al parecer.
Se mordió la boquita, y antes de preguntar, como no, dudó, pero terminó por decirle. - A ti... ¿te gustaría tener un puffskein? - Se mordió la boquita de nuevo y siguió hablando. - Has dicho que tus padres te ponen como excusa que no hay espacio, y estos no ocupan nada, como puedes ver... y lo máximo que llegan a crecer tampoco es que ocupen... además, tienen el punto de que incluso te limpian la casa. - Asintió segura, pareciendo como que trataba de convencerla o alguna cosa.
Aquella chica había conseguido hacer sentir bien a Rang con tan solo unas palabras y una propuesta de ayudarle a elegir un vestido, le había gustado Kady y... podría regalarle uno, ¿no? Tampoco eran caros, y para ella, Prewett, ya era una buena amiga.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
No evitó reír un poquito cuando la chica le dijo todo aquello de sus padres, el cariño y bueno… que su mama sería igual de guapa que ella.
-Si, mis padres son un amor, se pasan de protectores, a veces, pero tienen mucho amor para dar – volvió a reír un poquito, ella no iba a hablar mal de sus padres, los adoraba, al fin y al cabo le habían dejado incluso tomarse ese par de años sabáticos para poner sus ideas en orden, orden que no había encontrado del todo… pero bueno, ahí estaba, en la facultad y gracias a ellos en realidad – mi mama es más bonita que yo, heredé los rasgos fuertes de la familia de mi padre, ella es más… fina. O algo así.
Le restó importancia a aquello y siguieron con el camino, realmente siempre le pareció que su mamá en las fotos de joven era mucho más pequeñita que ella, más delgada, con el rostro más femenino, pero agradecía ese pelirrojo natural que le había regalado, porque si fuera por su padre sería rubia, menudo horror.
-¿Estudias dos carreras? Pero si parece que acabes de entrar este año… – lo dijo, dando por sentado que si ella estaba estudiando ya dos cosas a la vez llevaría ahí mínimo un año y había probado que podía con dos a la vez… no era como si estuvieran hablando de algo super fácil, menos viendo que carreras eran – debes de ser muy inteligente, yo apenas tengo paciencia para ponerme a estudiar la mía, que por cierto, estudio Magia del Mundo, a veces es realmente apasionante, me encanta, pero puede llegar a aburrir mucho cuando se meten con teorías raras y demás.
Cuando se pusieron a hablar de las fiestas y demás ella le dio toda la razón a la coreana, no le veía el sentido a tanta fiesta rara, más en esas fechas, extrañaría los bailes de disfraces de Halloween y el ir por ahí asustando a la gente y demás, en su país aquello era una tradición, no solo consumista si no también divertidísima.
-Creo que ahí te entiendo, yo soy Americana y las fiestas de aquí no se parecen en nada… – se hizo el silencio un poco cuando sintió al animalillo saltarle encima, riendo de pronto, por que volvió a hacerle cosquillas – le gustó mi pelo, creo. Y lo que te decía… me encanta Halloween, y aquí ahora resulta que no se celebra, estoy un poco decepcionada, en realidad. Seguro que tu también echas de menos algunas celebraciones de allí.
Casi llegaron a su dormitorio ya, y entonces fue cuando la chica se puso a intentar “venderle” al puffskein, o al menos intentar convencerla de que adquiriera uno, o eso le pareció a ella.
-Si, bueno… supongo que en casa podría tener uno, pero lo que yo realmente quiero es un Kneazle, cuando era muy pequeña había uno en casa, pero ya no… mi madre se niega a comprar otro dice que le tenía demasiado cariño, que era suyo de cuando más joven y no quiere más.
Suspiró y le indicó a la chica que pasara, ya habían llegado a su dormitorio. Dejó la nota a un lado, sobre la mesa y abrió el paquete volcándolo en la cama, de él cayeron dos amasijos de tela – los vestidos – y un cartón entero de tabaco, los suministros de los que hablaba en la nota. Además de un estuche de pintura, el suyo, que no se había llevado a la universidad porque solo usaba el delineador y era lo único que llevó.
-Puedes sentarte por aquí… – le hizo hueco en la cama y le ofreció también la silla, en ese momento estaban solas en la habitación – creo que me probaré este primero…ahora vengo y me dices.
-Si, mis padres son un amor, se pasan de protectores, a veces, pero tienen mucho amor para dar – volvió a reír un poquito, ella no iba a hablar mal de sus padres, los adoraba, al fin y al cabo le habían dejado incluso tomarse ese par de años sabáticos para poner sus ideas en orden, orden que no había encontrado del todo… pero bueno, ahí estaba, en la facultad y gracias a ellos en realidad – mi mama es más bonita que yo, heredé los rasgos fuertes de la familia de mi padre, ella es más… fina. O algo así.
Le restó importancia a aquello y siguieron con el camino, realmente siempre le pareció que su mamá en las fotos de joven era mucho más pequeñita que ella, más delgada, con el rostro más femenino, pero agradecía ese pelirrojo natural que le había regalado, porque si fuera por su padre sería rubia, menudo horror.
-¿Estudias dos carreras? Pero si parece que acabes de entrar este año… – lo dijo, dando por sentado que si ella estaba estudiando ya dos cosas a la vez llevaría ahí mínimo un año y había probado que podía con dos a la vez… no era como si estuvieran hablando de algo super fácil, menos viendo que carreras eran – debes de ser muy inteligente, yo apenas tengo paciencia para ponerme a estudiar la mía, que por cierto, estudio Magia del Mundo, a veces es realmente apasionante, me encanta, pero puede llegar a aburrir mucho cuando se meten con teorías raras y demás.
Cuando se pusieron a hablar de las fiestas y demás ella le dio toda la razón a la coreana, no le veía el sentido a tanta fiesta rara, más en esas fechas, extrañaría los bailes de disfraces de Halloween y el ir por ahí asustando a la gente y demás, en su país aquello era una tradición, no solo consumista si no también divertidísima.
-Creo que ahí te entiendo, yo soy Americana y las fiestas de aquí no se parecen en nada… – se hizo el silencio un poco cuando sintió al animalillo saltarle encima, riendo de pronto, por que volvió a hacerle cosquillas – le gustó mi pelo, creo. Y lo que te decía… me encanta Halloween, y aquí ahora resulta que no se celebra, estoy un poco decepcionada, en realidad. Seguro que tu también echas de menos algunas celebraciones de allí.
Casi llegaron a su dormitorio ya, y entonces fue cuando la chica se puso a intentar “venderle” al puffskein, o al menos intentar convencerla de que adquiriera uno, o eso le pareció a ella.
-Si, bueno… supongo que en casa podría tener uno, pero lo que yo realmente quiero es un Kneazle, cuando era muy pequeña había uno en casa, pero ya no… mi madre se niega a comprar otro dice que le tenía demasiado cariño, que era suyo de cuando más joven y no quiere más.
Suspiró y le indicó a la chica que pasara, ya habían llegado a su dormitorio. Dejó la nota a un lado, sobre la mesa y abrió el paquete volcándolo en la cama, de él cayeron dos amasijos de tela – los vestidos – y un cartón entero de tabaco, los suministros de los que hablaba en la nota. Además de un estuche de pintura, el suyo, que no se había llevado a la universidad porque solo usaba el delineador y era lo único que llevó.
-Puedes sentarte por aquí… – le hizo hueco en la cama y le ofreció también la silla, en ese momento estaban solas en la habitación – creo que me probaré este primero…ahora vengo y me dices.
Off: ya puedes poner que sale de alguna parte con este vestido
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Se rió un poquito con el comentario de que parecía que acababa de entrar ese año, y ella asintió con la cabeza, mirando a la chica de reojillo. - Es que entré este mismo año. - Asintió un poquito con la cabeza y suspiró, mirando de nuevo al frente para no tropezarse o cualquier cosa, ya que algunas veces era un poquito torpe. - En un principio dudé en si meterme a zoología o a medimagia, incluso también dude de si entrar a herbología... pero me decanté por la medimagia, y fui a pedir al decano Immëndorff a ver si podía estudiar también Zoología a la vez... me dijo que si. - Dijo con un tono que denotaba que estaba completamente feliz por poder cursar ambas carreras a la vez. - Es un poco ajetreado, ir de un lado para otro en todo momento, apenas tener tiempo libre... aunque la verdad yo nunca he tenido tiempo libre, siempre he aprovechado el tiempo estudiando cosas, así que para mi es normal. - Comentó con una sonrisita.
Volvió de nuevo a reír un poco al escucharle decir que le gustaba pero que a veces le aburría su propia carrera y suspiró un poquito. - Yo nunca me podría aburrir aprendiendo algo nuevo. - Dijo segura de ello, mirando a la chica de reojo mientras seguían caminando de forma tranquila, sin ninguna prisa en absoluto, siguiendo tratando temas para distraerse de mientras iban al lugar en concreto.
Vio el saltito de la bolita de pelo y sonrió a las palabras de ella, asintiendo, después siguiendo en silencio escuchándole de forma atenta.
Le explicó que echaba bastante de menos de corea algunas festividades de su país. Le explicó un poco sobre el seollal, el año nuevo lunar que era que se celebraba en corea, le explicó lo que se hacía, todo el mundo de las grandes urbes se trasladan a los pueblos y ciudades rurales con la familia, tres días donde se celebran muchos rituales para venerar a los ancestros y se preparan grandes comilonas con toda la familia, contándole que una de las cosas que a ella mas le gustaba, era cuando se adornaban los lugares con muchos farolillos en las noches.
También le comentó un poquito por encima que extrañaba las veces en las que había puestecitos donde vendían muchas cositas variadas, entre ellas comidas típicas del país.
Suspiró un poquito, sintiendo como que la chica no quería tener uno de esos bichitos a pesar de que en la primera frase pudiese darse a entender que si, pero bueno... Suspiró un poquito y cuando la otra le hizo gesto de que entrase a la habitación de ella, lo hizo, pasando dentro.
Asintió un poquito con la cabeza y tomó asiento en un huequito de la cama, sonriéndole de paso y quedándose mirando un momentito a la habitación, alrededor. La habitación era muy similar a la de su facultad, solo que cambiaban los tonos de algunas cosas, como sucedía en Hogwarts. Sonrió un poquito al pensar en ello y suspiró.
Quedó un poquito distraída, jugando con Kady hasta que escuchó como se abría la puerta del baño y se incorporó para poder mirar mejor a la chica, que era mas alta que ella y mirarle desde una posición aún mas baja por la diferencia de altura... no le parecía adecuado.
Sonrió al verle aparecer con el vestido y asintió con la cabeza. - Me gusta mucho como te queda... te queda muy bien, y con el color de tu pelo hace que quede aún mejor. - Le sonrió de forma tierna, siendo sincera. Si hubiese tenido el pelo marrón, negro... probablemente el vestido se hubiese visto muy soso, pero con ese tono rojizo del pelo de Ebba, iba casi que ni pintado. - Se nota que tu mamá sabe lo que te sienta bien. - Añadió con una suave risita.
- Pero... no tendrás frío? - Le preguntó poniendo morritos, algo preocupada por si pasaría frío, preocupándose por su salud.
Volvió de nuevo a reír un poco al escucharle decir que le gustaba pero que a veces le aburría su propia carrera y suspiró un poquito. - Yo nunca me podría aburrir aprendiendo algo nuevo. - Dijo segura de ello, mirando a la chica de reojo mientras seguían caminando de forma tranquila, sin ninguna prisa en absoluto, siguiendo tratando temas para distraerse de mientras iban al lugar en concreto.
Vio el saltito de la bolita de pelo y sonrió a las palabras de ella, asintiendo, después siguiendo en silencio escuchándole de forma atenta.
Le explicó que echaba bastante de menos de corea algunas festividades de su país. Le explicó un poco sobre el seollal, el año nuevo lunar que era que se celebraba en corea, le explicó lo que se hacía, todo el mundo de las grandes urbes se trasladan a los pueblos y ciudades rurales con la familia, tres días donde se celebran muchos rituales para venerar a los ancestros y se preparan grandes comilonas con toda la familia, contándole que una de las cosas que a ella mas le gustaba, era cuando se adornaban los lugares con muchos farolillos en las noches.
También le comentó un poquito por encima que extrañaba las veces en las que había puestecitos donde vendían muchas cositas variadas, entre ellas comidas típicas del país.
Suspiró un poquito, sintiendo como que la chica no quería tener uno de esos bichitos a pesar de que en la primera frase pudiese darse a entender que si, pero bueno... Suspiró un poquito y cuando la otra le hizo gesto de que entrase a la habitación de ella, lo hizo, pasando dentro.
Asintió un poquito con la cabeza y tomó asiento en un huequito de la cama, sonriéndole de paso y quedándose mirando un momentito a la habitación, alrededor. La habitación era muy similar a la de su facultad, solo que cambiaban los tonos de algunas cosas, como sucedía en Hogwarts. Sonrió un poquito al pensar en ello y suspiró.
Quedó un poquito distraída, jugando con Kady hasta que escuchó como se abría la puerta del baño y se incorporó para poder mirar mejor a la chica, que era mas alta que ella y mirarle desde una posición aún mas baja por la diferencia de altura... no le parecía adecuado.
Sonrió al verle aparecer con el vestido y asintió con la cabeza. - Me gusta mucho como te queda... te queda muy bien, y con el color de tu pelo hace que quede aún mejor. - Le sonrió de forma tierna, siendo sincera. Si hubiese tenido el pelo marrón, negro... probablemente el vestido se hubiese visto muy soso, pero con ese tono rojizo del pelo de Ebba, iba casi que ni pintado. - Se nota que tu mamá sabe lo que te sienta bien. - Añadió con una suave risita.
- Pero... no tendrás frío? - Le preguntó poniendo morritos, algo preocupada por si pasaría frío, preocupándose por su salud.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
Se había puesto el vestido de manera bastante rápida, le agradaba, le quedaba bien, incluso podría decirse que, efectivamente, era de su gusto. Nada demasiado formal, su madre había tenido buen atino, desde luego, pero había algo que no le convencía, y es que no tenía zapatos adecuados a ello, no del todo. Si que poseía unos tacones, altísimos, que seguro quedarían geniales, de no ser porque eran de un tono negro intenso que contrastaría demasiado con el vestido. Suspiró y salió a ver qué opinaba ella.
Y volvió a hacerla sonreír. Oír tantos halagos hacía tu persona nunca era desagradable y la chica parecía hacerlo con gusto, nada de obligación como muchas otras muchachas habrían hecho, su opinión parecía totalmente sincera y eso le agradaba.
-¡Gracias! – dijo dando una grácil vuelta –la verdad es que yo también creo que me queda muy bien, mi madre tiene buen gusto… pero si, seguro que paso frío, yo y todas las demás chicas. Somos unas locas, en esta época y mira que vestidos…
Negó con la cabeza un poco y se volvió a mirar como buenamente podía sin tener espejo a mano, se ajustó un poco más el vestido y fue a coger el otro. Levantándolo y mostrándoselo a la chica. En esa ocasión era un vestido mucho más largo y de un tono claro . A primera vista no le gustó demasiado pero aún entró a probárselo. Dejó el otro sobre la encimera del baño y se puso rápidamente el de tonos verdosos, salió de allí y bufó.
-Por suerte me mandó dos… este se ve lindo, pero me queda un tanto grande… además la cintura no se me ajusta bien y creo que el ton ono va mucho con mi pelo ¿no?
Eran quejas ciertas, no haría como la mayoría que diría un “me hace gorda” a secas, no, ella realmente pensaba que ese vestido tan poco ajustado hacía que sus curvas pasaran inadvertidas y para eso sería mejor ponerse cualquier ropa de la que tenía por el armario. Que tampoco estaba tan mal…
-¿A ti que te parece? – dio una vueltita y se quedó finalmente mirándola – por cierto ¿tu vas a ir a la fiesta? Dices que tienes muy poco tiempo libre y todo eso, pero seguro que por esa noche puedes permitirte un ratito… si no conoces a mucha gente podríamos ir juntas. Total, yo no llevo pareja, a mi esas tonterías de ir cogiendo de la mano a un chico hasta la pista de baile y cerrar los ojos para que se haga la magia, no me va.
Le sacó un poquito la lengua, lo que le había dicho era la escena de cualquier película para adolescentes, pero siempre valía para burlarse de la estúpida tradición de tener que ir acompañadas a todas partes. Ni que un grupo de amigas no pudieran disfrutar bien de algo así por su propia cuenta.
Y volvió a hacerla sonreír. Oír tantos halagos hacía tu persona nunca era desagradable y la chica parecía hacerlo con gusto, nada de obligación como muchas otras muchachas habrían hecho, su opinión parecía totalmente sincera y eso le agradaba.
-¡Gracias! – dijo dando una grácil vuelta –la verdad es que yo también creo que me queda muy bien, mi madre tiene buen gusto… pero si, seguro que paso frío, yo y todas las demás chicas. Somos unas locas, en esta época y mira que vestidos…
Negó con la cabeza un poco y se volvió a mirar como buenamente podía sin tener espejo a mano, se ajustó un poco más el vestido y fue a coger el otro. Levantándolo y mostrándoselo a la chica. En esa ocasión era un vestido mucho más largo y de un tono claro . A primera vista no le gustó demasiado pero aún entró a probárselo. Dejó el otro sobre la encimera del baño y se puso rápidamente el de tonos verdosos, salió de allí y bufó.
-Por suerte me mandó dos… este se ve lindo, pero me queda un tanto grande… además la cintura no se me ajusta bien y creo que el ton ono va mucho con mi pelo ¿no?
Eran quejas ciertas, no haría como la mayoría que diría un “me hace gorda” a secas, no, ella realmente pensaba que ese vestido tan poco ajustado hacía que sus curvas pasaran inadvertidas y para eso sería mejor ponerse cualquier ropa de la que tenía por el armario. Que tampoco estaba tan mal…
-¿A ti que te parece? – dio una vueltita y se quedó finalmente mirándola – por cierto ¿tu vas a ir a la fiesta? Dices que tienes muy poco tiempo libre y todo eso, pero seguro que por esa noche puedes permitirte un ratito… si no conoces a mucha gente podríamos ir juntas. Total, yo no llevo pareja, a mi esas tonterías de ir cogiendo de la mano a un chico hasta la pista de baile y cerrar los ojos para que se haga la magia, no me va.
Le sacó un poquito la lengua, lo que le había dicho era la escena de cualquier película para adolescentes, pero siempre valía para burlarse de la estúpida tradición de tener que ir acompañadas a todas partes. Ni que un grupo de amigas no pudieran disfrutar bien de algo así por su propia cuenta.
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Sonrió abiertamente al ver como la chica parecía feliz de escuchar su opinión, y asintió con la cabeza. - Siempre podrías ponerte unas medias y alguna chaquetita que no cubriese mucho el vestido, lo justo para que no se te hielen los brazos que los llevas totalmente al descubierto. - Comentó de forma tranquila, como simple comentario, consejo.
Vio el vestido que la pelirroja alzó y puso una muequita, arrugando un poco la nariz. En un principio no le gustó al verlo sin poner, pero quien sabía, quizás puesto a su amiga le quedaría bien, ¿no? Le sonrió cuando dijo que entraría a probárselo asintió, indicándole que le esperaría y que cuando saliese con él puesto, le daría su opinión.
Cuando salió del baño la coreana se quedó mirándole. - Para nada. - dijo de forma sincera y negó un poquito con la cabeza. - Me gusta mucho mas el otro vestido y además te sienta mejor. - Le dio la razón a las pegas que puso Prewett en cuanto al vestido nuevo. La coreana le dijo que el color en un principio no le gustó, y que el tipo de tela tampoco le gustaba demasiado... solo era su opinión, pero estaba ahí para eso, ¿no?
Pareció que ambas se quedaron de acuerdo con esa opinión, de que le vestido oscuro ganaba al claro, y entonces, la coreana escuchó la pregunta que la pelirroja formuló hacia ella, en un principio encogiéndose de hombros, soltando un suave suspirito.
- Bueno... tengo tiempo pero no se si iré... no tenía pensado ir... bueno, en un principio si, pero mis planes cambiaron cuando me quedé sin con quien ir... antes al menos tenía una pequeña esperanza de tener alguna compañía pero... - No acabó la frase, simplemente agachó la cabeza y suspiró, alzando al vista en el momento en el que sintió que su ánimo decaía, y miró a los ojos claros de la chica, sonriéndole como si nada.
Con las palabras que siguieron de la pelirroja se rió un poquito. Ella simplemente quería ir allí para estar, y ya si eso pasar un ratito con Adnan, nada de bailar ni tonterías de esas, a ella no le gustaba, no entraba dentro de sus planes. Simplemente pasar un rato con el y ya.
La invitación de la chica le hizo sonreír, e incluso dudar por un momento... pero terminó por ceder, por asentir un poquito. - Si, supongo que podríamos ir juntas si quieres, seguro que así al menos no nos aburrimos mucho. - Le sacó un poquito la lengua y rió con ella, después terminando por suspirar, llevándose las manos a la espalda, moviéndose un poquito, meciéndose.
- ¿Entonces iremos juntas, si? - Se llevó el dedo indice a los labios, pensativa. - Yo tengo también do vestidos... pero creo que uno de ellos es demasiado pomposo. - Comentó riéndose un poquito.
Vio el vestido que la pelirroja alzó y puso una muequita, arrugando un poco la nariz. En un principio no le gustó al verlo sin poner, pero quien sabía, quizás puesto a su amiga le quedaría bien, ¿no? Le sonrió cuando dijo que entraría a probárselo asintió, indicándole que le esperaría y que cuando saliese con él puesto, le daría su opinión.
Cuando salió del baño la coreana se quedó mirándole. - Para nada. - dijo de forma sincera y negó un poquito con la cabeza. - Me gusta mucho mas el otro vestido y además te sienta mejor. - Le dio la razón a las pegas que puso Prewett en cuanto al vestido nuevo. La coreana le dijo que el color en un principio no le gustó, y que el tipo de tela tampoco le gustaba demasiado... solo era su opinión, pero estaba ahí para eso, ¿no?
Pareció que ambas se quedaron de acuerdo con esa opinión, de que le vestido oscuro ganaba al claro, y entonces, la coreana escuchó la pregunta que la pelirroja formuló hacia ella, en un principio encogiéndose de hombros, soltando un suave suspirito.
- Bueno... tengo tiempo pero no se si iré... no tenía pensado ir... bueno, en un principio si, pero mis planes cambiaron cuando me quedé sin con quien ir... antes al menos tenía una pequeña esperanza de tener alguna compañía pero... - No acabó la frase, simplemente agachó la cabeza y suspiró, alzando al vista en el momento en el que sintió que su ánimo decaía, y miró a los ojos claros de la chica, sonriéndole como si nada.
Con las palabras que siguieron de la pelirroja se rió un poquito. Ella simplemente quería ir allí para estar, y ya si eso pasar un ratito con Adnan, nada de bailar ni tonterías de esas, a ella no le gustaba, no entraba dentro de sus planes. Simplemente pasar un rato con el y ya.
La invitación de la chica le hizo sonreír, e incluso dudar por un momento... pero terminó por ceder, por asentir un poquito. - Si, supongo que podríamos ir juntas si quieres, seguro que así al menos no nos aburrimos mucho. - Le sacó un poquito la lengua y rió con ella, después terminando por suspirar, llevándose las manos a la espalda, moviéndose un poquito, meciéndose.
- ¿Entonces iremos juntas, si? - Se llevó el dedo indice a los labios, pensativa. - Yo tengo también do vestidos... pero creo que uno de ellos es demasiado pomposo. - Comentó riéndose un poquito.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
Al saber que no era solo cosa suya, que aquel vestido realmente le quedaba mal, hizo amago de ir a quitárselo ahí mismo, pero de pronto notó que bueno, la chica venía de un país donde el decoro era totalmente contrario al de América, existía. Igual se incomodaba si empezaba a desnudarse ahí mismo de modo que se quedó con ese desastre de ropa y oyó lo que la chica le decía, total, no era incómodo, solo feo, seguro que su madre se lo había comprado porque a ella le gustó y planearía quitárselo tarde o temprano.
Cuando ella terminó de hablar la neoyorquina se dirigió al baño mientras le respondía a todo.
-¿Con quien pensabas ir? ¿Porqué no puedes ir con esa persona? - sintió que eran preguntas muy indiscretas, pero moría de curiosidad, quería saber porque decía eso y con quien podría ser que estuviera ella. Ebba estaba totalmente desconectada del mundo, si pasaba algo en la escuela le llegaba mediante rumores y no todos eran fiables, obviamente.
Se asomó a la puerta del baño cuando la muchacha dijo aquello de que tenía dos vestidos, en ese momento estaba en ropa interior por lo que apenas asomó la cabeza y sonreía.
-Podríamos ir a ver tus vestidos también, tan solo deja que me visto y vamos… y si, iremos juntas, de eso no te quepa la menor duda.
Fuera cualquiera el problema que le impedía ir con su chico a la fiesta ella, aunque se conocieran de tan poco tiempo, no la dejaría ir sola, estaba claro que esa muchachita necesitaba más movimiento y amigas, y ella era amiga de cualquiera que lo necesitara, además, parecía maja.
Se puso rápidamente una camiseta y se giró a coger el vestido y en ese momento se oyó un fuerte grito que provenía de la pelirroja.
-¡Voy a matar a esa horrible rata y a su dueña! – el grito fue seguido de esa queja, si Rang la oía y se acercaba podría ver el porqué, al parecer la fea rata de una de sus compañeras se había salido de la jaula, y justo Ebba había ido a soltar el vestido cerca de donde estaba o algo y ahora estaba… arruinado, o peor. Se había puesto a morderlo por mil sitios, y eso sin contar con que ahora estaba totalmente lleno de pelo de rata y …. Bueno, todo un desastre. Por supuesto su enfado era justificado, apenas quedaban horas para el baile y ahí estaba, sin ropa que ponerse, porque ya ni con magia se arreglaba eso, no solo olía mal, y estaba sucio si no que además parecía querer hacer un nido con él – ¿Tu ves esto normal? Te juro que algún día la mataré.
Hablaba de su compañera y de la rata, de las dos a la vez. Suspiró y se dejó caer en el suelo, aún sin los pantalones, estando apenas cubierta por la camiseta.
-Rang… ¿Tienes un poquito más de tiempo? Creo que voy a tener que improvisar con ropa de mi armario algo que pueda servirme…
Cuando ella terminó de hablar la neoyorquina se dirigió al baño mientras le respondía a todo.
-¿Con quien pensabas ir? ¿Porqué no puedes ir con esa persona? - sintió que eran preguntas muy indiscretas, pero moría de curiosidad, quería saber porque decía eso y con quien podría ser que estuviera ella. Ebba estaba totalmente desconectada del mundo, si pasaba algo en la escuela le llegaba mediante rumores y no todos eran fiables, obviamente.
Se asomó a la puerta del baño cuando la muchacha dijo aquello de que tenía dos vestidos, en ese momento estaba en ropa interior por lo que apenas asomó la cabeza y sonreía.
-Podríamos ir a ver tus vestidos también, tan solo deja que me visto y vamos… y si, iremos juntas, de eso no te quepa la menor duda.
Fuera cualquiera el problema que le impedía ir con su chico a la fiesta ella, aunque se conocieran de tan poco tiempo, no la dejaría ir sola, estaba claro que esa muchachita necesitaba más movimiento y amigas, y ella era amiga de cualquiera que lo necesitara, además, parecía maja.
Se puso rápidamente una camiseta y se giró a coger el vestido y en ese momento se oyó un fuerte grito que provenía de la pelirroja.
-¡Voy a matar a esa horrible rata y a su dueña! – el grito fue seguido de esa queja, si Rang la oía y se acercaba podría ver el porqué, al parecer la fea rata de una de sus compañeras se había salido de la jaula, y justo Ebba había ido a soltar el vestido cerca de donde estaba o algo y ahora estaba… arruinado, o peor. Se había puesto a morderlo por mil sitios, y eso sin contar con que ahora estaba totalmente lleno de pelo de rata y …. Bueno, todo un desastre. Por supuesto su enfado era justificado, apenas quedaban horas para el baile y ahí estaba, sin ropa que ponerse, porque ya ni con magia se arreglaba eso, no solo olía mal, y estaba sucio si no que además parecía querer hacer un nido con él – ¿Tu ves esto normal? Te juro que algún día la mataré.
Hablaba de su compañera y de la rata, de las dos a la vez. Suspiró y se dejó caer en el suelo, aún sin los pantalones, estando apenas cubierta por la camiseta.
-Rang… ¿Tienes un poquito más de tiempo? Creo que voy a tener que improvisar con ropa de mi armario algo que pueda servirme…
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Cuando la vio ir hacia el baño de nuevo, para ir a cambiarse probablemente, la chica volvió a acercarse a la cama, tomando de nuevo asiento en el mismo huequito que lo hubo hecho antes, empezando a distraerse mirando alrededor, al menos, hasta que las preguntas que hizo le hicieron morderse la boquita y pensar en Adnan.
- Yo... bueno, tenía pensado ir con mi... mi novio. - Dijo sonrojándose a pesar de que nadie le estuviese viendo mientras decía aquello, le daba algo de vergüenza, se le hacía raro decir que tenía novio. - Y bueno... no puedo ir con él por que lo expulsaron recientemente. - Terminó de aclarar las dudas, las preguntas que la chica le había formulado.
Bajó la vista al suelo, moviendo un poco los pies, mirándolos. Suspiró y cerró un momento los ojitos, queriendo no ponerse a llorar al pensar que ya no podría verle... estaba expulsado, y ella no podía salir de la escuela... era todo un desastre.
Alzó la vista cuando escuchó la voz de ella de forma aún mas clara y le sonrió de forma amplia, negando con la cabeza. - No hace falta, creo que ya se cual llevaré, total... tampoco es que tenga por que ir arreglada, yo no suelo arreglarme. - Comentó riéndose, señalándose tal cual estaba. Era evidente que por su aspecto, no es que fuese siempre super arreglada, sino mas bien cómoda en el tema de vestir. Sonrió dichosa al escuchar que iría con ella. Era agradable poder contar con alguien que no solo quisiera de ti tus apuntes o ayuda con alguna que otra asignatura al fin y al cabo...
Cuando escuchó el grito Rang se puso en pie rápidamente, caminando a paso ligero hacia el baño y abriendo la puerta lo que le faltaba para asomarse a mirar que era lo que pasaba. Puso morritos al ver que el vestido se hecho a perder por aquél animal y suspiró pesadamente,mirando de reojo a la pelirroja que parecía querer coger al animal y estamparlo contra la pared. - Ebba... el vestido... - Dijo con un pucherito en los labios y gesto de preocupación. - Quizás... con algún hechizo se podría arreglar, ¿no? Hay hechizos que sirven para arreglar cosas así de la ropa... solo tendríamos que buscarlo en los libros.... - Propuso mientras veía como la otra chica estaba decaída, sentada en el suelo, habiendo decidido que aquél vestido ya no podía usarlo. La verdad... es que no sabiendo bien en que libro buscar se les haría imposible, o al menos, muy complicado, encontrar el hechizo que arreglaría aquel desastre.
La coreana se acuclilló frente a la pelirroja y asintió a sus palabras. - Si... puedo quedarme aquí contigo todo el tiempo que haga falta, Ebba... podemos ir al final de la fiesta si quieres. - Rió un poquito, dejando claro que no le importaba no ir, o ir cuando justo todos salían y se acababa la celebración.
- Si tuviésemos una talla parecida podría dejarte alguno de mis dos vestidos pero... soy bastante pequeñita y poca cosa como para que te quedase bien un vestido mio... probablemente se te vería el trasero. - Dijo riéndose un poquito, haciéndose un huequito para ir a abrazar a la pelirroja, queriendo transmitirle o alguna cosita parecida, que estaba con ella, que no tenía que ponerse mal. Aunque no fuera para ese momento, ella, Rang, conseguiría que el vestido de Ebba quedase como al principio, como cuando la rata no había aparecido.
- Yo... bueno, tenía pensado ir con mi... mi novio. - Dijo sonrojándose a pesar de que nadie le estuviese viendo mientras decía aquello, le daba algo de vergüenza, se le hacía raro decir que tenía novio. - Y bueno... no puedo ir con él por que lo expulsaron recientemente. - Terminó de aclarar las dudas, las preguntas que la chica le había formulado.
Bajó la vista al suelo, moviendo un poco los pies, mirándolos. Suspiró y cerró un momento los ojitos, queriendo no ponerse a llorar al pensar que ya no podría verle... estaba expulsado, y ella no podía salir de la escuela... era todo un desastre.
Alzó la vista cuando escuchó la voz de ella de forma aún mas clara y le sonrió de forma amplia, negando con la cabeza. - No hace falta, creo que ya se cual llevaré, total... tampoco es que tenga por que ir arreglada, yo no suelo arreglarme. - Comentó riéndose, señalándose tal cual estaba. Era evidente que por su aspecto, no es que fuese siempre super arreglada, sino mas bien cómoda en el tema de vestir. Sonrió dichosa al escuchar que iría con ella. Era agradable poder contar con alguien que no solo quisiera de ti tus apuntes o ayuda con alguna que otra asignatura al fin y al cabo...
Cuando escuchó el grito Rang se puso en pie rápidamente, caminando a paso ligero hacia el baño y abriendo la puerta lo que le faltaba para asomarse a mirar que era lo que pasaba. Puso morritos al ver que el vestido se hecho a perder por aquél animal y suspiró pesadamente,mirando de reojo a la pelirroja que parecía querer coger al animal y estamparlo contra la pared. - Ebba... el vestido... - Dijo con un pucherito en los labios y gesto de preocupación. - Quizás... con algún hechizo se podría arreglar, ¿no? Hay hechizos que sirven para arreglar cosas así de la ropa... solo tendríamos que buscarlo en los libros.... - Propuso mientras veía como la otra chica estaba decaída, sentada en el suelo, habiendo decidido que aquél vestido ya no podía usarlo. La verdad... es que no sabiendo bien en que libro buscar se les haría imposible, o al menos, muy complicado, encontrar el hechizo que arreglaría aquel desastre.
La coreana se acuclilló frente a la pelirroja y asintió a sus palabras. - Si... puedo quedarme aquí contigo todo el tiempo que haga falta, Ebba... podemos ir al final de la fiesta si quieres. - Rió un poquito, dejando claro que no le importaba no ir, o ir cuando justo todos salían y se acababa la celebración.
- Si tuviésemos una talla parecida podría dejarte alguno de mis dos vestidos pero... soy bastante pequeñita y poca cosa como para que te quedase bien un vestido mio... probablemente se te vería el trasero. - Dijo riéndose un poquito, haciéndose un huequito para ir a abrazar a la pelirroja, queriendo transmitirle o alguna cosita parecida, que estaba con ella, que no tenía que ponerse mal. Aunque no fuera para ese momento, ella, Rang, conseguiría que el vestido de Ebba quedase como al principio, como cuando la rata no había aparecido.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
Notó cuando la chica entró. Antes le habría preguntado por su novio, el porqué estaba expulsado, si era el famoso chico del que todo el mundo hablaba últimamente que fue el causante de aquel castigo o algo así, aunque bueno, ella no tenía idea de que era exactamente lo que hablaban, ya estaba dicho que no hacía mucho caso a los rumores, pero ahí estaban… quería saberlo todo, pero con el susto del vestido se le olvidó por completo lo que tenía que decir y cuando iba a decirlo, era un completo desastre. Quería ir mona, se había fijado en un chico y su intención real de esa noche era acercarse a él para ver si se le iba la tontería y se lograba presentar de una vez.
Pero ya ni modo, el precioso vestido estaba echado a perder totalmente y ella se veía sin vestido, sin planes y sin nada… todo por esa horrible rata.
Notó como se había acercado a ella, tanto que también estaba agachada, levantó la vista, estaba enfadada con la rata, mucho más que triste por el vestido, al fin y al cabo no era más que un trozo de tela, pero se lo acababan de comprar y ya estaba hecho un desastre. Su madre la mataría.
-Yo quiero ir la fiesta, aunque sea vestida con el uniforme de mi escuela vieja – dijo aquello intentando bromear, reírse un poco, que falta le hacía – las cosas están bien feas en la escuela últimamente y una fiestecita nunca viene mal, así que… bueno, nos olvidamos de mi vestido, y no te preocupes, no tienes que sentirte mal por no poder dejármelo, tampoco es nada tan importante o así – sonrió un poco, más aún cuando notó el abrazo y se puso en pie, levantándola a ella también con una enorme sonrisa en los labios, un tantito fingida, porque ya no iría tan linda como había pensando, pero al fin y al cabo, sonrisa – vamos a ver que hay por mi armario…
Salieron del baño, dejando atrás el vestido, al menos ella lo dejó atrás, no se dio cuenta de si la coreana lo cogió o no. Comenzó a sacar cosas de su armario. Camisetas, faldas, pantalones… en menos de un minuto la cama estaba completa, pero no había ni un solo vestido “adecuado” para el momento…
Pero ya ni modo, el precioso vestido estaba echado a perder totalmente y ella se veía sin vestido, sin planes y sin nada… todo por esa horrible rata.
Notó como se había acercado a ella, tanto que también estaba agachada, levantó la vista, estaba enfadada con la rata, mucho más que triste por el vestido, al fin y al cabo no era más que un trozo de tela, pero se lo acababan de comprar y ya estaba hecho un desastre. Su madre la mataría.
-Yo quiero ir la fiesta, aunque sea vestida con el uniforme de mi escuela vieja – dijo aquello intentando bromear, reírse un poco, que falta le hacía – las cosas están bien feas en la escuela últimamente y una fiestecita nunca viene mal, así que… bueno, nos olvidamos de mi vestido, y no te preocupes, no tienes que sentirte mal por no poder dejármelo, tampoco es nada tan importante o así – sonrió un poco, más aún cuando notó el abrazo y se puso en pie, levantándola a ella también con una enorme sonrisa en los labios, un tantito fingida, porque ya no iría tan linda como había pensando, pero al fin y al cabo, sonrisa – vamos a ver que hay por mi armario…
Salieron del baño, dejando atrás el vestido, al menos ella lo dejó atrás, no se dio cuenta de si la coreana lo cogió o no. Comenzó a sacar cosas de su armario. Camisetas, faldas, pantalones… en menos de un minuto la cama estaba completa, pero no había ni un solo vestido “adecuado” para el momento…
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Rang suspiró un poquito y le escuchó bromear, suponiendo que lo hizo sin realmente muchas ganas, pero bueno... Se incorporó junto con ella por que simplemente no le quedó mas remedio, y la vio salir de allí, despreocupándose del vestido, dejándolo olvidado.
Se mordió la boquita y tras dudar un momento, quitó a la rata del sitio, la apartó de un manotazo, enfadada con ella por hacer esas cosas, habían educado a esa rata pero que muy mal, y con cuidado tras limpiar el pelo del animal con un hechizo, lo guardó en la mochila. Trataría de, al día siguiente o como mucho al siguiente, mandárselo a Ebba, por una lechuza, en plan sorpresa o algo, totalmente impoluto, nuevo. Si, lo tenía claro.
Salió junto con ella, o mas bien,t ras ella del baño, acercándose un poquito tras haber guardado tanto el vestido de ella como la varita en la mochila, y suspiró. - Umm.. a ver... - Comentó de forma tranquila, acercándose al montón de ropa que había sacado y acumulado sobre la cama. Tenía un montón de conjuntos... La coreana se fijó en los vestidos, la mayoría se veían bastante cortos... Se mordió la boquita y señaló algunos de tonos oscuros, negros o azules marinos que fuesen a ir bien con el pelo y los ojos de ella, haciendo destacar mas a ella que las prendas. - Podrías... quizás ponerte alguno de esos... e igual también unos leggins o medias para no pasar frío... unos tacones... - Se encogió de hombros. Solamente sugería, daba ideas. Ella no sabía ni le interesaba saber sobre moda, solo sabía la ropa que le gustaba y la que no, y a eso se ceñía.
Los dejó en la parte mas alta de todo el montón de ropa y se giró para mirar a Ebba a los ojos y sonreirle un poquito. - No se si te ayudo mucho... pero bueno... quizás con toda la ropa que tienes podrías hacer algún apaño, ¿no? - Ladeó un poquito la cabeza y volvió a mirar la ropa, volviendo de nuevo la vista a ella. Tenía las piernas largas y un cuerpo con bastantes curvas. - Seguro que si yo me pusiera algún vestido de esos tan cortos parecería que llevase un saco... - Comentó poniendo morritos.
Miró la hora y suspiró antes de volver la mirada a la chica pelirroja. - Podrías... hacerte un recogido, a un lado. - Señalándose ella misma el pelo. - Una coleta baja, en un tirabuzón, o mas de uno. - Sugirió. Le explicó de forma mas exacta y sonrió un poquito. - Seguro que vas muy bien te pongas lo que te pongas, así que no te preocupes, ¿si?
Se mordió la boquita y tras dudar un momento, quitó a la rata del sitio, la apartó de un manotazo, enfadada con ella por hacer esas cosas, habían educado a esa rata pero que muy mal, y con cuidado tras limpiar el pelo del animal con un hechizo, lo guardó en la mochila. Trataría de, al día siguiente o como mucho al siguiente, mandárselo a Ebba, por una lechuza, en plan sorpresa o algo, totalmente impoluto, nuevo. Si, lo tenía claro.
Salió junto con ella, o mas bien,t ras ella del baño, acercándose un poquito tras haber guardado tanto el vestido de ella como la varita en la mochila, y suspiró. - Umm.. a ver... - Comentó de forma tranquila, acercándose al montón de ropa que había sacado y acumulado sobre la cama. Tenía un montón de conjuntos... La coreana se fijó en los vestidos, la mayoría se veían bastante cortos... Se mordió la boquita y señaló algunos de tonos oscuros, negros o azules marinos que fuesen a ir bien con el pelo y los ojos de ella, haciendo destacar mas a ella que las prendas. - Podrías... quizás ponerte alguno de esos... e igual también unos leggins o medias para no pasar frío... unos tacones... - Se encogió de hombros. Solamente sugería, daba ideas. Ella no sabía ni le interesaba saber sobre moda, solo sabía la ropa que le gustaba y la que no, y a eso se ceñía.
Los dejó en la parte mas alta de todo el montón de ropa y se giró para mirar a Ebba a los ojos y sonreirle un poquito. - No se si te ayudo mucho... pero bueno... quizás con toda la ropa que tienes podrías hacer algún apaño, ¿no? - Ladeó un poquito la cabeza y volvió a mirar la ropa, volviendo de nuevo la vista a ella. Tenía las piernas largas y un cuerpo con bastantes curvas. - Seguro que si yo me pusiera algún vestido de esos tan cortos parecería que llevase un saco... - Comentó poniendo morritos.
Miró la hora y suspiró antes de volver la mirada a la chica pelirroja. - Podrías... hacerte un recogido, a un lado. - Señalándose ella misma el pelo. - Una coleta baja, en un tirabuzón, o mas de uno. - Sugirió. Le explicó de forma mas exacta y sonrió un poquito. - Seguro que vas muy bien te pongas lo que te pongas, así que no te preocupes, ¿si?
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
Vio todos y cada uno de los vestidos que le señaló la chica, fue examinándolos, recordando cuando se los había puesto o como le quedaban, el frio que solía hacer con ellos o si le eran cómodos. Descartó algunos directamente por ser demasiado indecorosos. Se suponía que sería una fiesta de etiqueta. Nada demasiado lujoso, vale, pero tampoco podía llegar pareciendo una cualquiera. Otros los descartó por incómodos, tenía un corpiño precioso… que se le ajustaba perfecto y todo lo demás, pero resultaba que si se ponía a bailar como loca terminaba girado y horrible y cosas así, de modo que solo lo usaba cuando sabía de antemano que iba a tener una noche tranquila, y esperaba que esa no fuera así.
-Me gusta este – señaló uno de los que ella había sacado y al levantarlo se le iluminaron los ojos. Una camiseta que pensaba perdida apareció entre el montón de ropas, era negra intensa, con manguita más bien corta. Bastante ancha, pero lo suficientemente pegada como para que se le notaran las curvas. La había usado tan solo una vez, no era, desde luego, lo que estaba buscando ese día, pero tan solo verla se le iluminaron los ojos – ¡Mira!
Había oído todo lo que ella le dijo, los consejos sobre el peinado, los tacones y todo lo demás, además de sus comentarios sobre lo largas que eran sus piernas, le pareció un poquito exagerado porque ella se veía bien bonita y seguro que cualquier cosa le iba bien, pero en cuanto vio aquella prenda se le fue el santo al cielo y se olvidó de todo, pasando a mostrársela, nerviosa.
-¿Te gusta esta camiseta? Creo que es poco formal…pero yo la amo, muchísimo – se la puso por encima, mostrándole el dibujo de los morros de un felino enfadado. Si tenía que ir con ropa de calle porque no le quedaba otra ahí tenía la combinación perfecta, porque con esa camiseta sabía perfectamente que falda ponerse y que tacones y que todo – no es ideal para una fiesta como esta pero es que creo que voy a ir así – dijo riéndose, como si estuviera a punto de cometer una auténtica locura –¿Tú crees que el decano me va a patear lejos de todo por aparecer así en la fiesta más importante de la universidad?
Se mordió un poquito la boca, soltó la camiseta y rebuscó entre todo para encontrar la falda que pensaba y la puso encima y después corrió a por unos tacones negros, lo puso todo y la miró satisfecha.
-¿Qué te parece? Y… ¿tu sabrías peinarme? Porque tu idea es muy buena, pero yo creo que no sabría llevarla a cabo. Rang… me salvas el día, en serio.
-Me gusta este – señaló uno de los que ella había sacado y al levantarlo se le iluminaron los ojos. Una camiseta que pensaba perdida apareció entre el montón de ropas, era negra intensa, con manguita más bien corta. Bastante ancha, pero lo suficientemente pegada como para que se le notaran las curvas. La había usado tan solo una vez, no era, desde luego, lo que estaba buscando ese día, pero tan solo verla se le iluminaron los ojos – ¡Mira!
Había oído todo lo que ella le dijo, los consejos sobre el peinado, los tacones y todo lo demás, además de sus comentarios sobre lo largas que eran sus piernas, le pareció un poquito exagerado porque ella se veía bien bonita y seguro que cualquier cosa le iba bien, pero en cuanto vio aquella prenda se le fue el santo al cielo y se olvidó de todo, pasando a mostrársela, nerviosa.
-¿Te gusta esta camiseta? Creo que es poco formal…pero yo la amo, muchísimo – se la puso por encima, mostrándole el dibujo de los morros de un felino enfadado. Si tenía que ir con ropa de calle porque no le quedaba otra ahí tenía la combinación perfecta, porque con esa camiseta sabía perfectamente que falda ponerse y que tacones y que todo – no es ideal para una fiesta como esta pero es que creo que voy a ir así – dijo riéndose, como si estuviera a punto de cometer una auténtica locura –¿Tú crees que el decano me va a patear lejos de todo por aparecer así en la fiesta más importante de la universidad?
Se mordió un poquito la boca, soltó la camiseta y rebuscó entre todo para encontrar la falda que pensaba y la puso encima y después corrió a por unos tacones negros, lo puso todo y la miró satisfecha.
-¿Qué te parece? Y… ¿tu sabrías peinarme? Porque tu idea es muy buena, pero yo creo que no sabría llevarla a cabo. Rang… me salvas el día, en serio.
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
La vio mirar todas y cada una de las cosas que ella misma le había comentado, las que había dejado mas arriba tras hacer una nueva revisión donde descartar vestidos y cosas que quedaban en un segundo plano. Después eso mimo lo hizo la pelirroja, poniéndose a mirar las cosas, y terminando por, con lo que parecía toda la emoción del mundo, sacar la camiseta larga que la coreana había identificado como un vestido. Desde luego, para ella si que habría podido ser un vestido con el tamaño que ella tenía.
Miró la camiseta que la pelirroja estaba enseñándole, riendo un poquito sin poder evitarlo al ver la reacción que había tenido al encontrarlo, como cuando ella encontraba de pronto un libro que tras un tiempo había creído perdido y le gustaba mucho o algo, y de pronto lo encontraba, obteniendo toda la felicidad del mundo en un momento.
- No creo que Immêndorff vaya a hacer nada por que vayas con eso, seguro que vas muchísimo mas guapa y mejor arreglada que cualquiera que vaya con una cortina enroscada al cuerpo. - Ella no era alguien que hiciese ese tipo de comentarios, pero seguro que mas de una chica iría con un vestido que pareciera eso.
Asintió a si le gustaba. ¡Claro! Tenia una forma bonita general y además la cara de un gatito... como para que no le resultase bonita. - Da igual si es formal o no, si a ti te gusta e iras cómoda con ella, puedes llevarla perfectamente. - Le sonrió de forma tierna y se quedó viendo después, como la chica terminaba por montar el modelito encima de la cama, viendo la faldita que quería llevar junto con la camiseta, después viéndola ir y volver, con unos tacones negros... Claramente se veía que Prewett estaba emocionada. Aquello hizo que la coreana sonriese de forma amplia. A pesar de que hacía un instante se e había echado a perder un vestido precioso, Ebba se las había arreglado para estar feliz encontrando un vestido, un conjunto alternativo a aquél que la coreana llevaba guardado con intención de ir a arreglarlo.
- ¿Mh? - Se señaló con el dedo indice a si misma y ladeó un poquito la cabeza. - ¿Yo? Si no hice nada. - Dijo riéndose un poquito, negando con la cabeza. Se había sonrojado un poquito y había desviado la mirada.
- Puedo ayudarte con el pelo si quieres, a mi no me importa. - Le comentó con una tierna sonrisa. - Seguro que no tardamos mucho en conseguir la idea que tengo en la cabeza. - Comentó señalándose la cabeza con el dedo indice, después asomando de entre los labios la punta de la lengua. - ¿Empezamos? - Comentó dispuesta a ello.
Miró la camiseta que la pelirroja estaba enseñándole, riendo un poquito sin poder evitarlo al ver la reacción que había tenido al encontrarlo, como cuando ella encontraba de pronto un libro que tras un tiempo había creído perdido y le gustaba mucho o algo, y de pronto lo encontraba, obteniendo toda la felicidad del mundo en un momento.
- No creo que Immêndorff vaya a hacer nada por que vayas con eso, seguro que vas muchísimo mas guapa y mejor arreglada que cualquiera que vaya con una cortina enroscada al cuerpo. - Ella no era alguien que hiciese ese tipo de comentarios, pero seguro que mas de una chica iría con un vestido que pareciera eso.
Asintió a si le gustaba. ¡Claro! Tenia una forma bonita general y además la cara de un gatito... como para que no le resultase bonita. - Da igual si es formal o no, si a ti te gusta e iras cómoda con ella, puedes llevarla perfectamente. - Le sonrió de forma tierna y se quedó viendo después, como la chica terminaba por montar el modelito encima de la cama, viendo la faldita que quería llevar junto con la camiseta, después viéndola ir y volver, con unos tacones negros... Claramente se veía que Prewett estaba emocionada. Aquello hizo que la coreana sonriese de forma amplia. A pesar de que hacía un instante se e había echado a perder un vestido precioso, Ebba se las había arreglado para estar feliz encontrando un vestido, un conjunto alternativo a aquél que la coreana llevaba guardado con intención de ir a arreglarlo.
- ¿Mh? - Se señaló con el dedo indice a si misma y ladeó un poquito la cabeza. - ¿Yo? Si no hice nada. - Dijo riéndose un poquito, negando con la cabeza. Se había sonrojado un poquito y había desviado la mirada.
- Puedo ayudarte con el pelo si quieres, a mi no me importa. - Le comentó con una tierna sonrisa. - Seguro que no tardamos mucho en conseguir la idea que tengo en la cabeza. - Comentó señalándose la cabeza con el dedo indice, después asomando de entre los labios la punta de la lengua. - ¿Empezamos? - Comentó dispuesta a ello.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
Le hizo toda la gracia del mundo pensar en personas con cortinas enrolladas al cuerpo, cierto era que había vestidos que lo parecían, pero nunca lo había pensado así y ella, con su voz cargada de inocencia, lo había descrito tan bien que le hizo quedarse tranquila y segura con aquella ropa, pues si que iría mucho mejor que esas que se dejaban vestir de cualquier modo, al menos, iría sexy.
Tal y como Rang suponía aquel conjunto había alegrado la tarde de Ebba, pocas cosas le gustaban más que reencontrar cosas que le gustaban y pensaba perdidas. Probablemente esa camiseta se había metido dentro de algo que no usaba nunca y por eso no lo encontraba pero estaba entusiasmada por poder ponérsela de nuevo que se le había olvidado incluso el desastre de hacía un rato, y más aún lo estaría cuando la chica aceptara peinarla y todo lo demás.
-¡Si que hiciste! – dijo totalmente entusiasmada, corriendo a su lado y cogiéndole las manos en un gesto fraternal – llego a estar sola y hubiera entrado en caos total y absoluto, creo que casi habría estallado pensando que hacer o que ponerme y ni te cuento… imagínate que se me ocurre ponerme el verde porque no había nadie aquí que me hubiera afirmado mis pensamientos. Me salvaste sin duda.
Oyó como además de haberla salvado de un ataque de pánico con la ropa iba a peinarla y aquello ya fue como la mejor noticia del mundo, ella se sabía peinar pero siempre se hacía lo mismo, el pelo liso, perfecto, sin más. Una ayudita extra no le vendría mal. Y de pronto se le encendió la bombillita loca de su cabeza soltó sus manos y con una enorme sonrisa corrió al armario.
-Ahora mismo empezamos pero primero…. ¡Mira! – sacó un vestido que le parecía hermoso desde siempre, pero que no ponía desde hacía algún tiempo porque se le quedó pequeño, lo conservaba porque no quería ni pensar en tirarlo. Era azul más bien oscuro y con la faldita medio corta y tirante solo a un lado, con tela vaporosa y bueno, complicado de explicar – esto es para ti. Seguro que te va… perfecto.
Se lo acercó y puso por encima, imaginándola con el mismo puesto y después se lo puso enfrente para que lo viera.
- Dices que te gusta mi ropa, pues este vestido seguro que te va perfecto ¿quieres probártelo? Así vas con algo que nunca has lucido y bueno… a mi me queda un poco pequeño, te lo podrías incluso quedar si te va bien, es que me da toda la pena el mundo tirarlo, es tan bonito… y lo usé solo dos veces…
Se mordió el labio, igual a ella no le gustaba usar ropa de otros, pero si iba a ir al baile y no tenía aún seguro que ponerse, podría al menos intentarlo, probárselo a ver qué tal.
Tal y como Rang suponía aquel conjunto había alegrado la tarde de Ebba, pocas cosas le gustaban más que reencontrar cosas que le gustaban y pensaba perdidas. Probablemente esa camiseta se había metido dentro de algo que no usaba nunca y por eso no lo encontraba pero estaba entusiasmada por poder ponérsela de nuevo que se le había olvidado incluso el desastre de hacía un rato, y más aún lo estaría cuando la chica aceptara peinarla y todo lo demás.
-¡Si que hiciste! – dijo totalmente entusiasmada, corriendo a su lado y cogiéndole las manos en un gesto fraternal – llego a estar sola y hubiera entrado en caos total y absoluto, creo que casi habría estallado pensando que hacer o que ponerme y ni te cuento… imagínate que se me ocurre ponerme el verde porque no había nadie aquí que me hubiera afirmado mis pensamientos. Me salvaste sin duda.
Oyó como además de haberla salvado de un ataque de pánico con la ropa iba a peinarla y aquello ya fue como la mejor noticia del mundo, ella se sabía peinar pero siempre se hacía lo mismo, el pelo liso, perfecto, sin más. Una ayudita extra no le vendría mal. Y de pronto se le encendió la bombillita loca de su cabeza soltó sus manos y con una enorme sonrisa corrió al armario.
-Ahora mismo empezamos pero primero…. ¡Mira! – sacó un vestido que le parecía hermoso desde siempre, pero que no ponía desde hacía algún tiempo porque se le quedó pequeño, lo conservaba porque no quería ni pensar en tirarlo. Era azul más bien oscuro y con la faldita medio corta y tirante solo a un lado, con tela vaporosa y bueno, complicado de explicar – esto es para ti. Seguro que te va… perfecto.
Se lo acercó y puso por encima, imaginándola con el mismo puesto y después se lo puso enfrente para que lo viera.
- Dices que te gusta mi ropa, pues este vestido seguro que te va perfecto ¿quieres probártelo? Así vas con algo que nunca has lucido y bueno… a mi me queda un poco pequeño, te lo podrías incluso quedar si te va bien, es que me da toda la pena el mundo tirarlo, es tan bonito… y lo usé solo dos veces…
Se mordió el labio, igual a ella no le gustaba usar ropa de otros, pero si iba a ir al baile y no tenía aún seguro que ponerse, podría al menos intentarlo, probárselo a ver qué tal.
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Suspiró un poquito y estrechó entre sus propias manos las de ella, ladeando un poquito la cabeza, quedándose mirándole fijamente a los ojos. - Entonces me alegro mucho de que nos hayamos encontrado en la lechucería, Ebba. - Era totalmente sincera con sus palabras. La verdad que estar con ella y no estar sola había conseguido que se distrajese bastante en esos momentos.
Al sentir como la pelirroja soltaba sus manos le miró, parpadeando de forma pausada, y viendo como marchaba hacia el armario, parpadeando con algo de curiosidad, queriendo saber, ver, que era lo que pasaba.
Vio el vestido, le pareció precioso en el instante, peo cuando escuchó las palabras de Prewett, casi no pudo ni creérselo, llegando incluso a sonrojarse con solo la idea de que se lo quisiese dar a ella. Negó con la cabeza repetidas veces, haciendo un gesto con las manos que indicaba lo mismo, que no. - N-no puedo aceptarlo... es un vestido tuyo... que me lo ponga yo... - Comentó antes de notar como la pelirroja lo había acercado mas a ella, viendo como le quedaría pues y como terminaba por alejarlo para dejarselo justo delante, de modo que pudiese verlo bien sin ningún problema. Ahora de cerca incluso se veía mas bonito que antes...
Tragó un momentito saliva y terminó por cogerlo tras la insistencia de su nueva amiga, acabando por asentir con la cabeza. - Bueno... pensaba ponerme o un vestido blanco o uno rosa... pero seguro que se veían muy de niña. - Y era lo que era al fin y al cabo, pero bueno... - Seguro que todos se reirían de mi si iba con algo de eso. - Cogió el vestido y se quedó mirándolo un momentito antes de asentir.
Sacó con una de las manos a Kady y se lo dejó a Ebba encima de la cama. - Te lo dejo aquí mientras me lo pruebo, ¿si? - Dijo con una sonrisita, viendo como la chica asentía, y entonces salió a paso apresurado hacia el baño, queriendo, realmente curiosa, ver como le quedaba.
Se desvistió tras asegurarse de sacar la rata del baño con una muy mala mirada, y tras quitarse su propia ropa, dejándola perfectamente doblada, se puso el vestido. Se mordió la boquita y se miró durante un ratito en el espejo. Se veía rara, ella nunca solía ir con ese tipo de ropa. Se miró los pies, y pensó un momentito. Podría ponerse las sandalias con algo de tacón que tenía pensado ponerse con el vestido blanco en el caso de ir finalmente con ese.
Al escuchar que Ebba preguntaba si estaba todo bien, Rang asintió y abrió la puerta, saliendo del cuarto de baño, quedándose de pie frente a su compañera, con una suave sonrisita. Se había recogido el pelo en un moño algo deshecho, para cambiarse rápido, pero desde luego no llevaría ese peinado, ya pensaría algo mejor.
- ¿Cómo... me queda? - Preguntó de forma algo tímida, mordiéndose la boquita de nuevo, mirando primero a la chica y después bajando la mirada para mirar al suelo, sin saber que era lo que la pelirroja respondería.
Al sentir como la pelirroja soltaba sus manos le miró, parpadeando de forma pausada, y viendo como marchaba hacia el armario, parpadeando con algo de curiosidad, queriendo saber, ver, que era lo que pasaba.
Vio el vestido, le pareció precioso en el instante, peo cuando escuchó las palabras de Prewett, casi no pudo ni creérselo, llegando incluso a sonrojarse con solo la idea de que se lo quisiese dar a ella. Negó con la cabeza repetidas veces, haciendo un gesto con las manos que indicaba lo mismo, que no. - N-no puedo aceptarlo... es un vestido tuyo... que me lo ponga yo... - Comentó antes de notar como la pelirroja lo había acercado mas a ella, viendo como le quedaría pues y como terminaba por alejarlo para dejarselo justo delante, de modo que pudiese verlo bien sin ningún problema. Ahora de cerca incluso se veía mas bonito que antes...
Tragó un momentito saliva y terminó por cogerlo tras la insistencia de su nueva amiga, acabando por asentir con la cabeza. - Bueno... pensaba ponerme o un vestido blanco o uno rosa... pero seguro que se veían muy de niña. - Y era lo que era al fin y al cabo, pero bueno... - Seguro que todos se reirían de mi si iba con algo de eso. - Cogió el vestido y se quedó mirándolo un momentito antes de asentir.
Sacó con una de las manos a Kady y se lo dejó a Ebba encima de la cama. - Te lo dejo aquí mientras me lo pruebo, ¿si? - Dijo con una sonrisita, viendo como la chica asentía, y entonces salió a paso apresurado hacia el baño, queriendo, realmente curiosa, ver como le quedaba.
Se desvistió tras asegurarse de sacar la rata del baño con una muy mala mirada, y tras quitarse su propia ropa, dejándola perfectamente doblada, se puso el vestido. Se mordió la boquita y se miró durante un ratito en el espejo. Se veía rara, ella nunca solía ir con ese tipo de ropa. Se miró los pies, y pensó un momentito. Podría ponerse las sandalias con algo de tacón que tenía pensado ponerse con el vestido blanco en el caso de ir finalmente con ese.
Al escuchar que Ebba preguntaba si estaba todo bien, Rang asintió y abrió la puerta, saliendo del cuarto de baño, quedándose de pie frente a su compañera, con una suave sonrisita. Se había recogido el pelo en un moño algo deshecho, para cambiarse rápido, pero desde luego no llevaría ese peinado, ya pensaría algo mejor.
- ¿Cómo... me queda? - Preguntó de forma algo tímida, mordiéndose la boquita de nuevo, mirando primero a la chica y después bajando la mirada para mirar al suelo, sin saber que era lo que la pelirroja respondería.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Edad : 29
Re: Preparativos truncados
-No creo que nadie se hubiera reído de ti, no si vas conmigo – dijo aquello con tono de superheroina, bromeando, obviamente. Pensó que igual si se podría ver muy niña si iba con un vestidito rosado, solía pasar, y además ella tenía cara de cría. Ebba no sabía que realmente tenía menos años de los necesarios para estar ahí y eso le hacía pensar que no era así realmente, pero no iba a ser ella quien le preguntara algo así, le parecía totalmente descortés ponerse a dar a entender que parecía una niña, y ni se iba a imaginar que realmente lo era – al menos te lo pruebas ¿si?
Su sonrisa le daba a entender que no habría problemas porque ella se lo pusiera, estaría encantada más bien, no quería que se estropeara guardado ni nada parecido.
Aprovechó el momento que la chica estuvo en el baño, para, mediante la magia hacer que toda su ropa de sobra se guardara sola, colgándose despacio en el armario, guardándose en los cajones y todo lo demás mientras ella acariciaba al animalillo de la chica que parecía feliz de estar fuera del bolsillo de nuevo.
Se quedó estupefacta al verla salir del baño finalmente. No solo le quedaba bien, sino genial, perfecto, posiblemente mejor de lo que le quedaba a ella cuando se lo puso, porque en fin… el cuerpo de la coreana era mucho más fino, más de chica delicada, sus hombros eran más estrechos y su cadera menos pronunciada.
-Te queda genial – dijo aquello con un suave suspiro, como si le acabaran de arrancar todo el aire del cuerpo, ahora si que no le dejaría no ponérselo, le iba como un guante – tienes totalmente prohibido rechazar mi oferta, hoy te pones este vestido si o si, por Merlín, creo que compré este vestido solo para poder dejártelo algún día…
Sonrió abiertamente y después un plan malvado se le ocurrió de pronto.
-Oye Rang… ¿no hay modo de que puedas mandarle una carta rápida a tu novio? Seguro que si se colara en la universidad y te viera con este vestido quedaría enamorado de ti de por vida… – ella no tenía ni idea de que estaba incomunicada con él, y que aquel comentario podría ponerla un poquito triste, simplemente lo hizo por… intentar ayudar o algo así – por cierto, ya tu me ayudarás a peinarme podría yo ayudarte a ti también, que yo no queda mucho rato para la fiesta y entre las dos seguro que terminamos antes. Si quieres puedo coger todas mis cosas y nos vamos a tu habitación para que tú te puedas cambiar más cómodamente y demás.
Su sonrisa le daba a entender que no habría problemas porque ella se lo pusiera, estaría encantada más bien, no quería que se estropeara guardado ni nada parecido.
Aprovechó el momento que la chica estuvo en el baño, para, mediante la magia hacer que toda su ropa de sobra se guardara sola, colgándose despacio en el armario, guardándose en los cajones y todo lo demás mientras ella acariciaba al animalillo de la chica que parecía feliz de estar fuera del bolsillo de nuevo.
Se quedó estupefacta al verla salir del baño finalmente. No solo le quedaba bien, sino genial, perfecto, posiblemente mejor de lo que le quedaba a ella cuando se lo puso, porque en fin… el cuerpo de la coreana era mucho más fino, más de chica delicada, sus hombros eran más estrechos y su cadera menos pronunciada.
-Te queda genial – dijo aquello con un suave suspiro, como si le acabaran de arrancar todo el aire del cuerpo, ahora si que no le dejaría no ponérselo, le iba como un guante – tienes totalmente prohibido rechazar mi oferta, hoy te pones este vestido si o si, por Merlín, creo que compré este vestido solo para poder dejártelo algún día…
Sonrió abiertamente y después un plan malvado se le ocurrió de pronto.
-Oye Rang… ¿no hay modo de que puedas mandarle una carta rápida a tu novio? Seguro que si se colara en la universidad y te viera con este vestido quedaría enamorado de ti de por vida… – ella no tenía ni idea de que estaba incomunicada con él, y que aquel comentario podría ponerla un poquito triste, simplemente lo hizo por… intentar ayudar o algo así – por cierto, ya tu me ayudarás a peinarme podría yo ayudarte a ti también, que yo no queda mucho rato para la fiesta y entre las dos seguro que terminamos antes. Si quieres puedo coger todas mis cosas y nos vamos a tu habitación para que tú te puedas cambiar más cómodamente y demás.
Ebba Prewett- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 20/10/2012
Re: Preparativos truncados
Al ver que la primera reacción de la pelirroja fue quedarse callada, alzó la vista, pensando que igual le quedaba mal o algo... pero en cuanto escuchó sus palabras suspiró un poquito, desinflándose, haciendo que en ese suspiro toda su preocupación de por como le sentaba el vestido se esfumase. A Prewett le gustaba como le quedaba,... y ella no se había visto realmente mal, así que... aquello era algo bastante, muy positivo.
Se sonrojó de paso también al escuchar como le decía aquellas cosas, soltándose un poco el pelo para después no tenerlo demasiado enredado, y se acercó a su amiga. - Entonces... supongo que si digo que no quiero ponerme hoy este vestido me odiaras de por vida. - Bromeó, riéndose un poquito con la pelirroja, terminando por suspirar. - Supongo que puedo llevarlo... prometo mañana devolvértelo en perfectas condiciones. - Le dijo con una tierna sonrisita. - Muchas gracias por dejármelo, Ebba.
La vio sonreír y seguido de aquello sus palabras. Negó un poquito con la cabeza, mordiéndose la boca y agachando la cabeza. - No... ya intenté ponerme en contacto con él pero... mi primo dijo que probablemente tiene algún hechizo para que no se le localice... así que las lechuzas me vuelven con las cartas intactas. - Comentó y suspiró, algo tristona, alzando la vista para mirar a los ojos claros de ella, sonriéndole un poquitín.
No tardó en sacar un nuevo tema para distraerla, al menos aquello fue lo que pareció. Y lo consiguió, haciendo que la coreana sonriese feliz, y asintiese de paso con la cabeza. - Claro. Así puedo también coger los zapatos que creo que me irían bien con el vestido.
Le sonrió y tras hacerle un gestito de que no tardaba, volvió a meterse en el cuarto de baño para hacer de nuevo el cambio, quitándose el vestido y poniéndose su pantalón, su camiseta, su sudadera y su calzado, saliendo con el vestido bien sujeto y de forma que no fuese a doblarse o mas bien arrugarse.
- Listo. - Estiró el brazo para que Kady acudiese a ella y se metiese en el bolsillo de la sudadera, y entonces, ya juntas, marcharon a la facultad de la coreana cuando tuvieron todo preparado.
Una vez en la habitación se pusieron cara una sus respectivos atuendos, la coreana acertó con que los zapatos servirían igualmente bien para ese vestido, y ya después, la una a la otra, se pusieron a peinarse, siguiendo las ideas que iba dando la coreana mas o menos, ella haciéndole a la pelirroja lo que exactamente le propuso.
No tardaron demasiado en estar arregladas, vestidas para la ocasión, con el pelo arreglado y maquilladas, apenas Rang un poquito de brillo de labios y una finita ralla en el ojo, y juntas, salieron dispuestas a acudir a la celebración.
Se sonrojó de paso también al escuchar como le decía aquellas cosas, soltándose un poco el pelo para después no tenerlo demasiado enredado, y se acercó a su amiga. - Entonces... supongo que si digo que no quiero ponerme hoy este vestido me odiaras de por vida. - Bromeó, riéndose un poquito con la pelirroja, terminando por suspirar. - Supongo que puedo llevarlo... prometo mañana devolvértelo en perfectas condiciones. - Le dijo con una tierna sonrisita. - Muchas gracias por dejármelo, Ebba.
La vio sonreír y seguido de aquello sus palabras. Negó un poquito con la cabeza, mordiéndose la boca y agachando la cabeza. - No... ya intenté ponerme en contacto con él pero... mi primo dijo que probablemente tiene algún hechizo para que no se le localice... así que las lechuzas me vuelven con las cartas intactas. - Comentó y suspiró, algo tristona, alzando la vista para mirar a los ojos claros de ella, sonriéndole un poquitín.
No tardó en sacar un nuevo tema para distraerla, al menos aquello fue lo que pareció. Y lo consiguió, haciendo que la coreana sonriese feliz, y asintiese de paso con la cabeza. - Claro. Así puedo también coger los zapatos que creo que me irían bien con el vestido.
Le sonrió y tras hacerle un gestito de que no tardaba, volvió a meterse en el cuarto de baño para hacer de nuevo el cambio, quitándose el vestido y poniéndose su pantalón, su camiseta, su sudadera y su calzado, saliendo con el vestido bien sujeto y de forma que no fuese a doblarse o mas bien arrugarse.
- Listo. - Estiró el brazo para que Kady acudiese a ella y se metiese en el bolsillo de la sudadera, y entonces, ya juntas, marcharon a la facultad de la coreana cuando tuvieron todo preparado.
Una vez en la habitación se pusieron cara una sus respectivos atuendos, la coreana acertó con que los zapatos servirían igualmente bien para ese vestido, y ya después, la una a la otra, se pusieron a peinarse, siguiendo las ideas que iba dando la coreana mas o menos, ella haciéndole a la pelirroja lo que exactamente le propuso.
No tardaron demasiado en estar arregladas, vestidas para la ocasión, con el pelo arreglado y maquilladas, apenas Rang un poquito de brillo de labios y una finita ralla en el ojo, y juntas, salieron dispuestas a acudir a la celebración.
Park Hye Rang- Mensajes : 327
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Lun Feb 25, 2013 6:34 pm por Invitado