De visita

Se pasó una mano por el cabello al escuchar su gruñido inicial. Claro que la idea no iba a gustarle, mucho menos después de todo lo que había ocurrido, pero simplemente le dolía acordarse que las cosas eran ya así de complicadas y que resolverlas iba a ser doblemente difícil. Terminó de acomodar el ajenjo para volverse y mirarlo a los ojos cuando él hacía lo mismo, aunque la barra los separara. Notó de inmediato el semblante de su rostro y por un instante se arrepintió al sacar el tema, pero después sintió como si sehubiera quitado un peso de encima, pues realmente era algo que quería decir y no había encontrado ni la manera ni el momento, no por que hacerlo ahí hubiera sido lo más adecuado. No había momento adecuado para ese tema.

Abrió la boca para interrumpirlo cuando decía las primeras palabras en respuesta y mantuvo el ceño fruncido como si la estuviera regañando, sabiendo que mucho de lo que decía era cierto y que si ella misma no había ido a su casa como si nada era por que los prejuicios sobre su familia se los habían ganado a pulso, y no iba a intentar convencer a Angus de que eran comprensivos y tolerantes y podrían olvidarse de todo lo vergonzoso que les parecía su cambio de situación con sólo ir a verlos.

También estaba el factor Holland, que le helaba la sangre en los pasillos de Brigantia, ignorándola de manera tan perfecta que la hacía temer aún más. No es que le volteara la cara, simplemente actuaba como hubiera actuado sin que hubiera tenido algo que ver el día del secuestro, y su actuación no tenía un sólo signo de sospecha. Si acaso le decía a alguien lo que había ocurrido, la tirarían de loca justo como había ocurrido con Loreen Luttrell. Tuvo que ir tras la barra y abrazarlo mientras escuchaba lo que decía.

-Podríamos ir juntos...

Por supuesto que no iban a ir a llamar la puerta de casa ni a pedir una reunión familiar con Octavian, Brigitte y su madre. Sólo pensarlo era tan peligroso que rayaba en el ridículo y no iba a hacer una tontería parecida. Era cierto, todo podía pasar, y ella también tenía miedo, pero quería pensar que al menos había una ínfima posibilidad de no romper absolutamente con su pasado y con su gente. Al único que pensaba capaz de al menos meditarlo era su padre, pero tendría que ser sólo él, y tendría que ser sin planearlo previamente, o se negaría a verla. No se iba a atrever a hacerle daño a Angus, cosa que no podría asegurar de su madre o de su hermano.

-Los dos, a ver a papá. Mira, mi hermano y mi madre tienen la marca, ellos son peligrosos, y tampoco quiero que te pase nada. Pero papá quizás sea más razonable... dime que irías conmigo.