¿Readmitido?

Aquel insulto a él le dio exactamente igual, si, sería un puto capullo, un idiota y un gilipollas. Podría añadir cuantos calificativos negativos quisiera, le daba igual, le soplaba la polla… se había puesto malo con aquello en algún sentido raro e incomprensible y no iba a andar intentando suavizar nada, menos cuando el otro actuaba así aún sabiendo todo lo que había tras su repugno a hacer eso o mejor dicho, a dejar que lo hicieran.

Cogió la poción en cuanto su hermano se la dio, ignorando en primera instancia sus palabras. Le dio un trago largo, miró el bote y tras suspirar bebió un poco más, hasta dejarlo justo por la mitad, en una marca blanca que tenía dibujado, aún quedaban dos marcas más iguales que esas, dos dosis más.

-Es la poción que más tomo – dijo en un tono casi burlesco a su hermano, no sabía cómo comportarse, ni que decir ni que nada, el otro parecía enfadado de un modo muy infantil – tiene cierta dosis mínima de… bueno, esta concretamente lleva un poco de adormidera y menos de un gramo de cocaína. Apenas tiene efectos en mi cuerpo más que darme cierta sensación de paz y demás… pero sirve para apagar el mono cuando no puedo consumir o no quiero hacerlo.

Se encogió de hombros, no había explicado eso antes a su hermano por el simple hecho de que quería que él dejase la droga, no que la sustituyera por una poción con un poco de la misma. Eso no servía de nada según su experiencia.
Notó como el sofá se hundía un poco a su lado bajo el peso de su hermano y giró el rostro para mirarlo, no se creía que le estuviera haciendo realmente esa pregunta ¿se había vuelto idiota o algo así?

-¿En serio necesitas preguntar eso? – negó con la cabeza antes de que al otro le diera siquiera tiempo a decir que si o que no, o lo que fuera – sabes qué me pasa con los abrazos, a veces me… traer recuerdos. Eres jodidamente grande y me puse nervioso, joder.

Se quedó mirándose la mano, aún temblaba un poco. La apretó en un puño con la intención de evitar que su hermano lo viera también. No le agradaba, en absoluto, que él lo viera tan desvalido o algo así.

-Parezco una puta nenaza cuando me pongo así, pero no puedo evitarlo. No es nada contra ti, ya deberías saberlo - suspiró un poco y se acercó a su hermano, apoyó la cabeza en la de él, fríamente, sin más gesto de cariño que ese mismo y después le pasó una mano por detrás del cuello, en un semi-abrazo – ni siquiera sé porque esta vez si me pasó cuando… bueno, ya sabes, no suelo ponerme así contigo.

No quería darle más escusas, cierto era que ni sabía porque había llegado al punto de que hasta le temblaron las manos ¿es que su hermano le hizo pensar realmente en… eso? si no había hecho nada…

Negó un poquito cuando oyó aquella disculpa. Sabía que era sincero en su pesar y no iba a andar pidiendo que se disculpase mil veces, con esa sola vez le sobraba y bastaba y no necesitaba más, que su hermano le dijera que se arrepentía de haberse puesto así le servía para sentirse un poco peor y a la vez sentir que había exagerado un poco, pero a veces no podía evitarlo, era algo físico o psicológico externo a él o mejor dicho, su voluntad.

No apartaba la vista de él, cuando se puso en pie, se volvió a sentar, y todo lo que dijo… volvió a negarse, joder, ya había aceptado la disculpa, no había que darle más vueltas al asunto, estaban bien, ambos, solo había sido una tontería, una jodida mierda que llevaba toda su vida arrastrando. No era como si realmente él pudiera decir que nunca hubiera hecho a Ayyûb pasarlo mal, hacía bastante poco tiempo se había puesto a joderle mucho, así que en cierto modo podría decirse que estaban en paz.

-No voy a pegarte, idiota… eso no ayudaría en nada y después me sentiría mal, te aprecio demasiado como para disfrutar dándote de hostias ¿no crees?

Era una pregunta retórica, simplemente se quedó mirándole a los ojos, y le puso una mano en el hombro, buscando algún tipo de contacto, hacía tiempo no permitía ni tan siquiera esos gestos, pero según pasaba la vida se fue dando cuenta de que esas cosas eran totalmente necesarias, el contacto hacía sentir a la otra persona más cerca a lo que se dice y a si mismo. Él quería que su hermano se sintiera cercano con él, y por ello es que incluso dejaba que se abrazase a él la mayoría de las veces… casi siempre, demonios.

-No sé – aquella pregunta le hizo sentir incómodo, mucho. ¿Olvidar todo lo que había pasado cuando era pequeño? Se había negado durante casi toda su vida, si olvidaba aquello todo lo que era él cambiaría, olvidaría el asco que dan los putos muggles de mierda, olvidaría lo puta que era su madre y en cierto modo olvidaría que él a si mismo debía darse repugnancia, como al resto. Joder – no estoy seguro de querer olvidarlo, digo… me gustaría borrarlo sin más, que no hubiera pasado, pero creo que desestabilizaría en cierto modo casi toda mi vida, y para eliminar los trozos adecuados de mis recuerdos y no joderme también el tiempo que estuve contigo… habría que ser experto en temas mentales, supongo.

Se lo había planteado más de una vez, y dos y tres, pero no tenía idea de cómo hacerlo ni cómo lograr hacerlo realmente sin joder sus recuerdos preciados.

-A ti te dejo abrazarme… normalmente, ya sabes. Casi siempre lo haces, antes lo hiciste. Esto me pasa pocas veces. Ya sabes, soy un poco imbécil y demás. A veces mi cerebro me juega malas pasadas, pero para eso estás tú. Haces de hermano mayor y yo termino olvidándome de todo por un rato.

Un pequeño suspiro y ahora fue él quien abrazo al menor, por los hombros, buscando reconfortar a ambos, era todo una pequeña mierda, pero bueno, una mierda compartida.

Le costó mucho evitar que una sonrisa asomara por sus labios cuando oyó aquello que el chico dijo, que buscaría a alguien que pudiera hacerlo, por él, para ayudarle. Su hermano era una jodida joya en bruto. Todo el mundo pensaba que era un animal, alguien bárbaro y sin escrúpulos, sin amor ni nada que dar a los demás, pero él lo veía distinto, no había más que ver como se portaba con él, como lo cuidaba y cuantísimo se preocupaba por su bienestar. Joder, ni su propio padre (que además de saberlo todo tenía influencia y conocidos más que suficientes como para poder arreglar algo, lo que fuera) se había preocupado jamás hasta el punto de intentar solucionar sus traumas pasados…

-Eres tonto, de verdad – dijo riendo un poco sin romper el abrazo, no quería que lo viera con aquella expresión estúpida, se sentía muy valorado, más de lo que consideraba justo sabiendo quien era él, nunca se había sentido merecedor de cariño alguno – no te voy a mandar a buscar nada para las pociones y ya se más que de sobra que estás aquí conmigo siempre, lo has estado cuando te he necesitado y sé que no vas a dejar de estarlo, joder, somos hermanos y no solo por sangre.

Notó entonces aquel golpe que su hermano le regaló así, gratuitamente y sin venir a cuento, frunció el ceño un momento hasta que notó que ahora sí que estaba prestándole atención a la droga pero no en el sentido en él había esperado, sino que hasta pareció responsable.

-Corre, guárdala y si no la gastas toda en esta semana te recompensaré… y ni te voy a decir como – no le diría el cómo porque aún no sabía cómo sería, pero ya algo pensaría para cuando volviera, así igual promovía que el chico no se drogase tanto o cualquier cosa similar –para empezar podríamos terminarnos juntos lo que te sobre que siempre será mejor hacerlo en compañía ¿no? Y ya… bueno, el resto mejor lo guardo como sorpresa, pero seguro te gusta.

Le sacó la lengua, siguiendo su broma y vio como fue a guardar todo aquello a vete a saber dónde. Aprovechó ese momento para estirarse en el sofá y quedó tumbado de medio lado, con los ojos entrecerrados, le agradaba aquello del silencio por un rato, no pensar… recordar todo el tema de su infancia siempre le producía un malestar general que apestaba. Pero no se iba a dormir, tan solo estaba tumbado, con los ojos cerrados, en posición casi fetal a lo largo del sofá.

-Yub-Yub… ¿Prepararías café? Creo que necesito algo que me active un poco, eso o me largo a dar una vuelta por la calle y con el frio, me estoy agilipollando.

No pudo evitar reírse, joder, era tan predecible para él… tal y como había imaginado estaba dispuesto a no drogarse más de la cuenta a cambio de algo que él le diera, aún cuando parecía querer hacerlo siempre.

-Tranquilo, seguro que te merece la pena, además, piensa que yo soy quien mejor te conoce… si alguien te da algo que te pueda gustar, ese seré yo.

Hablaba haciendo alarde de su amistad y fraternidad, y de paso se burlaba un poquito de él, le hacía gracia que aún sin saber la recompensa estuviera dispuesto a dejar las drogas (más o menos) de lado, o lo que era lo mismo, consumir realmente poco, porque aunque le hubiera dejado bastante material para porros del resto iba muy por lo bajo.
Tras aquella especie de broma fue cuando terminó tumbado en el sofá, más muerto que vivo y esperando a que Ayyûb le llevara el café para reanimarse, falta le hacía, desde luego.

-No soy aburrido… – gruñó después del golpe en la nariz y ganas no le faltaron de darle una hostia pero ni para eso tenía cuerpo en realidad – ¿Qué pretendes que haga? ¿Qué me ponga a bailar aquí en mitad del salón mientras espero el café o qué?

Su hermano ya se había largado a por el café y él le habló a voces, hasta que lo vio asomar de nuevo por la puerta que comunicaba la cocina con el comedor-salón, donde ellos estaban. Le miró directo a los ojos y sentándose con todo el trabajo del mundo, cogió su café.

-Gracias enano, creo que la poción esa me hizo más efecto del esperado. Ya sabes, me la tomo siempre que estoy a punto de dormir y no suelo notarla tanto – se encogió de hombros y suspiró – supongo que te dejaré aquí las dos dosis que quedan, por si algún día te pones realmente mal o algo así tienes que tomar sienta bien cuando tienes el mono, pero te dejará totalmente dormido.

Tomó un buen trago del café, suspirando con placer al probarlo, estaba rico y además bien cargado, como a él le gustaba.

-Soy un aburrido, como tu dices, no tengo ni puta idea de que hacer, joder… anda, ven aquí carajos, quiero estar contigo, ya mañana se verá si tengo que llevar algo a la facultad o si tenemos que ir a comprar cosas para el piso o cualquier mierda – le hizo un gesto para que se sentara justo a su lado, lo que había pasado antes fue porque el muy cabrón lo había puesto nervioso al hablar contra su cuello, lo sabía, si no se lo había dicho fue… por no crear malos entendidos o algo así, pero tampoco quería que estuviera así de distante por aquella mierda.