OGMIOS: 275 PUNTOS
CERRIDWEN: 150 PUNTOS
ARIANRHOD: 35 PUNTOS
SMERTIOS: 175 PUNTOS
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 9 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 9 Invitados Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 149 durante el Miér Oct 23, 2024 12:07 pm
Este foro está creado enteramente para esparcimiento y diversión sin fines de lucro. La temática, tramas y personajes son 100% originales creados por el equipo administrativo y los usuarios de este mismo foro. Todo lo demás, pertenece a J.K.Rowling.
"Universidad Brigantia de Estudios Mágicos" está protegida por una licencia creativa. Cualquier reproducción total o parcial del contenido del foro, así como el diseño, será considerado como plagio. Por favor, se original, no robes ni copies.
Una oveja dos ovejas
2 participantes
Universidad Brigantia de Estudios Mágicos :: Facultades :: Facultad Smertios :: Salón de convivencia
Página 2 de 2.
Página 2 de 2. • 1, 2
Re: Una oveja dos ovejas
La abrazó con fuerza para que los árboles no la alcanzasen, para que no la lastimaran porque él también los veía, no quería mirarlos porque prefería mirarla a ella, pero necesitaba protegerla de aquellos que sin pensar dos veces en lo que hacían deseaban arrancarle esa hermosa sonrisa del rostro. Eran unos locos, unos…maniacos, no se imaginaba cómo alguien podría querer lastimar a esa frágil criatura. Le dio un beso en la frente y buscó su varita para espantar a esos árboles pero no la encontró, se desesperó por un instante porque no procesaba que estaba desnudo y que no se trataba de que alguien la hubiese robado.
-¡Largo, bestias!-gritó antes de apuntarles con una rama quebrada de las muchas que hincaban su espalda sin que lo notase aún por todo lo que alucinaba. La abrazó más fuerte y entonces con una mano levantó su rostro para que lo mirase.-Nos ocultaré, nada podrá lastimarte.-de lo que estaban haciendo hacía momentos recordaba poco o nada, su primer instinto era protegerla de todo y por eso con el brazo que no acariciaba su cabello comenzó a lanzar ridículamente hojas al aire, sobre ellos.-
Sí, pensaba que eso los dejaría bien camuflados por debajo de todo, que eso lograría que los olvidasen, entre el movimiento volvió a sentir que estaba dentro pero ya fuese por el miedo que le habían dado los árboles a Marianne o ese espacio de tiempo no invertido en ellos mismos la sentía poco húmeda y hasta drogado sabía que eso podía causarle algún dolor posterior. Le besó nuevamente el rostro para luego acabar dedicándose a sus labios y salió con cuidado. Le pidió que se abrazase a él y que él los ocultaría con una capa invisible, esas hojas eran en su cabeza partes de una capa invisible que los dejaría bien ocultos, así que con movimientos aleatorios logró cubrir a ambos de hojas y ramas secas.
No supo si pasó un minuto o si pasó una hora, pero lo último que recordó fue estarla recorriendo suavemente con las manos, no podía evitarlo, lo hacía pero despacio para que no se notase tanto el movimiento por si los árboles querían atacarlos. Y en algún punto de esas caricias y las palabras de amor intenso que se profesaban acabaron dormidos, profundamente dormidos, ella sobre su pecho y él anidando su rostro sobre su pecho.
Aldrich no supo cuántas horas pasaron pero eran casi las once de la mañana cuando despertó por un ave que picoteaba su brazo, la espantó y allí notó el lugar extraño en el que estaba, que eso no era su habitación y que alguien dormitaba encima de él, sin ropa. Abrió los ojos resintiendo tanta luz que se filtraba y buscó reconocer el rostro de la muchacha, era Marianne Heard, la conocía pero…nunca de ese modo.
No se explicaba qué hacían allí, desnudos y tras una breve revisión al menos pudo ubicar a unos metros ropa que parecía pertenecerles. Levantó su torso e intentó acomodarla un poco para despertarla. No, primero se pondría al menos la ropa interior, esa situación era por demás rara. Sintió que se movía y no supo si estaba despierta, así que probó a saludar en voz normal a ver si dormía. Ojalá estuviese durmiendo.-¿Buenos días?-y al no recibir respuesta se levantó para ir a cambiarse, no tenía camiseta y supuso que la encontraría luego. Decidió vestirla a ella, pero tampoco encontró la parte de arriba de su pijama. Tomando sus bragas con cuidado al igual que su pantalón se acercó, cauteloso a darle una última mirada poco inocente antes de obligarse a vestirla, aún confundido por la situación.-
-¡Largo, bestias!-gritó antes de apuntarles con una rama quebrada de las muchas que hincaban su espalda sin que lo notase aún por todo lo que alucinaba. La abrazó más fuerte y entonces con una mano levantó su rostro para que lo mirase.-Nos ocultaré, nada podrá lastimarte.-de lo que estaban haciendo hacía momentos recordaba poco o nada, su primer instinto era protegerla de todo y por eso con el brazo que no acariciaba su cabello comenzó a lanzar ridículamente hojas al aire, sobre ellos.-
Sí, pensaba que eso los dejaría bien camuflados por debajo de todo, que eso lograría que los olvidasen, entre el movimiento volvió a sentir que estaba dentro pero ya fuese por el miedo que le habían dado los árboles a Marianne o ese espacio de tiempo no invertido en ellos mismos la sentía poco húmeda y hasta drogado sabía que eso podía causarle algún dolor posterior. Le besó nuevamente el rostro para luego acabar dedicándose a sus labios y salió con cuidado. Le pidió que se abrazase a él y que él los ocultaría con una capa invisible, esas hojas eran en su cabeza partes de una capa invisible que los dejaría bien ocultos, así que con movimientos aleatorios logró cubrir a ambos de hojas y ramas secas.
No supo si pasó un minuto o si pasó una hora, pero lo último que recordó fue estarla recorriendo suavemente con las manos, no podía evitarlo, lo hacía pero despacio para que no se notase tanto el movimiento por si los árboles querían atacarlos. Y en algún punto de esas caricias y las palabras de amor intenso que se profesaban acabaron dormidos, profundamente dormidos, ella sobre su pecho y él anidando su rostro sobre su pecho.
Aldrich no supo cuántas horas pasaron pero eran casi las once de la mañana cuando despertó por un ave que picoteaba su brazo, la espantó y allí notó el lugar extraño en el que estaba, que eso no era su habitación y que alguien dormitaba encima de él, sin ropa. Abrió los ojos resintiendo tanta luz que se filtraba y buscó reconocer el rostro de la muchacha, era Marianne Heard, la conocía pero…nunca de ese modo.
No se explicaba qué hacían allí, desnudos y tras una breve revisión al menos pudo ubicar a unos metros ropa que parecía pertenecerles. Levantó su torso e intentó acomodarla un poco para despertarla. No, primero se pondría al menos la ropa interior, esa situación era por demás rara. Sintió que se movía y no supo si estaba despierta, así que probó a saludar en voz normal a ver si dormía. Ojalá estuviese durmiendo.-¿Buenos días?-y al no recibir respuesta se levantó para ir a cambiarse, no tenía camiseta y supuso que la encontraría luego. Decidió vestirla a ella, pero tampoco encontró la parte de arriba de su pijama. Tomando sus bragas con cuidado al igual que su pantalón se acercó, cauteloso a darle una última mirada poco inocente antes de obligarse a vestirla, aún confundido por la situación.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Una oveja dos ovejas
Estaban enojados con nosotros por amarnos en uno de ellos y ahora querían vengarse, no podía haber otra explicación. Sentí que si me soltaba de Aldrich podrían jalarme por los pies y me llevarían muy lejos, me separarían de mi amor y no lo podría volver a ver jamás. Me abracé más de él mientras luchaba contra ellos, sin pensar en que le podía estorbar o algo y cuando las hojas nos cubrieron sentí que estábamos a salvo por que ya no podía verlos. Si yo no los veía, seguramente ellos a mi tampoco.
No abrí los ojos cuando me besó por que sería grosero y lamenté muchísimo ya no tenerlo dentro de mi. Le susurré un par de “te amo” más antes de recostarme sobre él nuevamente y lo abracé. Junto a él no existía el miedo y nada podía hacerme daño, tampoco sentía dolor.
Canté quedito una canción de cuna para los dos, una melodía que lo hiciera soñar conmigo y amarme también dormido y así, entre sus brazos y arrullada por sus caricias, poco a poco fui quedándome dormida. Por primera vez en mucho tiempo no tuve que contar una oveja o dos ovejas o cientos de ellas ni invocarlas para que me acunasen entre sábanas de lana para dormir profundamente.
Solté un gruñido cuando sentí que me arrebatan mi almohada y me gire, recargando la cabeza en uno de mis brazos. No había poder humano o mágico que pudiera despertarme antes de tiempo en contra de mi voluntad por que tenía el sueño pesado, podría temblar, relampaguear, llover a cantaros, podrían gritarme, hacerme ruido o podía acabarse el mundo mientras dormía y yo jamás me enteraría.
La luz comenzó a colarse por entre mis ojos y los fruncí, incluso me llevé la otra mano al rostro para protegerme. ¿Cómo podían ser tan inhumanos en Smertios como para abrir la cortina tan temprano? ¿Qué no se daban cuenta de que estaba ahí? No recordaba la sala de convivencia tan fría, aunque claro, nunca me había quedado a dormir en ella. Me estaba congelando y tenía el cuerpo completamente encogido, seguramente alguien había apagado la chimenea en cuanto salió el sol, pero no me habían dejado nada con qué cubrirme.
Ya no podía engañarme, ya estaba completamente despierta pero no quería abrir los ojos por que sentía que si lo hacía pagaría las consecuencias de mi poca tolerancia al alcohol y al cigarro. Entre dormida y despierta, creo, escuché que alguien me hablaba y lo que vi me desconcertó.
Debía tratarse de una broma de Adair, una venganza por lo del amortentia o algo más estúpido por que vi tierra, hojas secas y algunas ramitas. Me talle los ojos solo para descubrir que no era una broma y que no estaba en un sillón sino el bosque.
Estaba a punto de apoyarme con pesadez apoyándome de mis codos, intentando procesar lo que estaba pasando cuando sentí como algo comenzaba a subir por entre mis piernas. Solté un grito, pensando que podía tratarse de una araña o algo espeluznante y asqueroso y comencé a patalear para librarme de ella, incluso me senté completamente y lo que vi me desconcertó.
Aldrich Burroughs estaba justo a mis pies quitándome la pijama.
¿Qué estás haciendo? –le grité encogiendo mis piernas hacia mi cuerpo y terminando de subirme el pantalón en un segundo. No me había dado cuenta de que él me había vestido. Lo miré, no traía camiseta ni nada, me miré… yo tampoco. Inmediatamente me llevé ambas manos a los senos para cubrirlos de él. Volví a verlo, abriendo muchísimo los ojos-. ¿Dónde estamos? ¿Por qué me trajiste aquí?
No abrí los ojos cuando me besó por que sería grosero y lamenté muchísimo ya no tenerlo dentro de mi. Le susurré un par de “te amo” más antes de recostarme sobre él nuevamente y lo abracé. Junto a él no existía el miedo y nada podía hacerme daño, tampoco sentía dolor.
Canté quedito una canción de cuna para los dos, una melodía que lo hiciera soñar conmigo y amarme también dormido y así, entre sus brazos y arrullada por sus caricias, poco a poco fui quedándome dormida. Por primera vez en mucho tiempo no tuve que contar una oveja o dos ovejas o cientos de ellas ni invocarlas para que me acunasen entre sábanas de lana para dormir profundamente.
Solté un gruñido cuando sentí que me arrebatan mi almohada y me gire, recargando la cabeza en uno de mis brazos. No había poder humano o mágico que pudiera despertarme antes de tiempo en contra de mi voluntad por que tenía el sueño pesado, podría temblar, relampaguear, llover a cantaros, podrían gritarme, hacerme ruido o podía acabarse el mundo mientras dormía y yo jamás me enteraría.
La luz comenzó a colarse por entre mis ojos y los fruncí, incluso me llevé la otra mano al rostro para protegerme. ¿Cómo podían ser tan inhumanos en Smertios como para abrir la cortina tan temprano? ¿Qué no se daban cuenta de que estaba ahí? No recordaba la sala de convivencia tan fría, aunque claro, nunca me había quedado a dormir en ella. Me estaba congelando y tenía el cuerpo completamente encogido, seguramente alguien había apagado la chimenea en cuanto salió el sol, pero no me habían dejado nada con qué cubrirme.
Ya no podía engañarme, ya estaba completamente despierta pero no quería abrir los ojos por que sentía que si lo hacía pagaría las consecuencias de mi poca tolerancia al alcohol y al cigarro. Entre dormida y despierta, creo, escuché que alguien me hablaba y lo que vi me desconcertó.
Debía tratarse de una broma de Adair, una venganza por lo del amortentia o algo más estúpido por que vi tierra, hojas secas y algunas ramitas. Me talle los ojos solo para descubrir que no era una broma y que no estaba en un sillón sino el bosque.
Estaba a punto de apoyarme con pesadez apoyándome de mis codos, intentando procesar lo que estaba pasando cuando sentí como algo comenzaba a subir por entre mis piernas. Solté un grito, pensando que podía tratarse de una araña o algo espeluznante y asqueroso y comencé a patalear para librarme de ella, incluso me senté completamente y lo que vi me desconcertó.
Aldrich Burroughs estaba justo a mis pies quitándome la pijama.
¿Qué estás haciendo? –le grité encogiendo mis piernas hacia mi cuerpo y terminando de subirme el pantalón en un segundo. No me había dado cuenta de que él me había vestido. Lo miré, no traía camiseta ni nada, me miré… yo tampoco. Inmediatamente me llevé ambas manos a los senos para cubrirlos de él. Volví a verlo, abriendo muchísimo los ojos-. ¿Dónde estamos? ¿Por qué me trajiste aquí?
Marianne Heard- Mensajes : 127
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Una oveja dos ovejas
No comprendía bien qué carajo podía haber pasado, quizá los habían llevado allí como parte de una broma pesada pero no entendía el propósito real, no comprendía qué podía ganar alguien desnudándolos así. Quizá hubiesen tomado fotos, pero no recordaba habérsela encontrado o haberse encontrado con cualquier otra persona. Le dolía la cabeza, todo le daba vueltas pero reprimía sus quejas apretando la mandíbula en lo que trataba de conseguir recuerdos de ella, de lo que podía estar haciendo allí con ella. Se rehusaba a pensar que habían acabado follando, no porque fuese una idea desagradable, sino porque al menos le gustaría recordar eso.
El sol que llegaba a sus ojos hacía que su vista quedase limitada, no sentía ganas de vomitar gracias a una poción que bebió en la fiesta. Claro, la fiesta. Lo recordaba ahora pero por partes, había sido la fiesta de una amiga suya y había salido de la universidad para ir, no había llevado a nadie, de eso estaba seguro. Había estado en la fiesta, bebió bastante porque había acabado en un tipo de concurso que premiaba al que bebía más y él representaba a la dueña del cumpleaños, había ganado pero después de eso las escenas parecían cortadas.
Cerró los ojos con fuerza y lanzó un quejido de fastidio, suspiró enojado mientras intentaba posicionar bien las piernas de ella y no ver su entrepierna que aún sobrio y con resaca le parecía gloriosa. Recordaba haber consumido otra cosa, unos papeles que puso en su lengua y luego pasó a su paladar, era LSD, sí, eso había sido. No recordaba haber fumado otra cosa que cigarrillos regulares, nada de hierba ni tampoco otra droga, de hecho experimentaba con algunas pero si no era de los que las combinaban drogas y menos de los que eran demasiado osados en su consumo.
Cuando ella abrió finalmente los ojos la miró e inmediatamente soltó su ropa, dejando así que ella misma se la colocase y tapase sus senos con las manos mientras lo cuestionaba. Levantó una ceja y negó con la cabeza, ya tenía la varita acomodada en un bolsillo del pantalón y antes de responderle tuvo que acomodarla porque se le había clavado en una de las costillas.
-A ver Heard, no te he traído hasta acá. Algún cabrón nos trajo y amanecí contigo encima y desnudos los dos, te estaba acomodando la ropa para que no pase Immëndorff con sus alumnos de Pociones y te viesen…pues sin nada. No encuentro mi camiseta ni la tuya, ¿dónde las pusiste o qué? Que si estabas encima de mí por algo será.-le dijo todo eso serio, como siempre la trataba y sin ese brillo en los ojos que la noche anterior fue causado por el amor que le profesaba.-
Cruzó los brazos esperando una respuesta, que de hecho si ella estaba sobre él era más sospechosa, aunque fuese una chica, quizá ella fue parte de la broma o algo.-¿Qué es eso?-preguntó con los ojos casi cerrados por la luz, señalando el antebrazo de ella que había algo escrito con barro al igual que en su lastimada espalda, la cual comenzaba a arder. En el antebrazo de ella decía varias veces A+M y en su propia espalda ella había escrito que habían acordado -en algún punto de la noche seguramente- una cita para el siguiente viernes a las ocho, aunque decía que ese día sería su boda.-
El sol que llegaba a sus ojos hacía que su vista quedase limitada, no sentía ganas de vomitar gracias a una poción que bebió en la fiesta. Claro, la fiesta. Lo recordaba ahora pero por partes, había sido la fiesta de una amiga suya y había salido de la universidad para ir, no había llevado a nadie, de eso estaba seguro. Había estado en la fiesta, bebió bastante porque había acabado en un tipo de concurso que premiaba al que bebía más y él representaba a la dueña del cumpleaños, había ganado pero después de eso las escenas parecían cortadas.
Cerró los ojos con fuerza y lanzó un quejido de fastidio, suspiró enojado mientras intentaba posicionar bien las piernas de ella y no ver su entrepierna que aún sobrio y con resaca le parecía gloriosa. Recordaba haber consumido otra cosa, unos papeles que puso en su lengua y luego pasó a su paladar, era LSD, sí, eso había sido. No recordaba haber fumado otra cosa que cigarrillos regulares, nada de hierba ni tampoco otra droga, de hecho experimentaba con algunas pero si no era de los que las combinaban drogas y menos de los que eran demasiado osados en su consumo.
Cuando ella abrió finalmente los ojos la miró e inmediatamente soltó su ropa, dejando así que ella misma se la colocase y tapase sus senos con las manos mientras lo cuestionaba. Levantó una ceja y negó con la cabeza, ya tenía la varita acomodada en un bolsillo del pantalón y antes de responderle tuvo que acomodarla porque se le había clavado en una de las costillas.
-A ver Heard, no te he traído hasta acá. Algún cabrón nos trajo y amanecí contigo encima y desnudos los dos, te estaba acomodando la ropa para que no pase Immëndorff con sus alumnos de Pociones y te viesen…pues sin nada. No encuentro mi camiseta ni la tuya, ¿dónde las pusiste o qué? Que si estabas encima de mí por algo será.-le dijo todo eso serio, como siempre la trataba y sin ese brillo en los ojos que la noche anterior fue causado por el amor que le profesaba.-
Cruzó los brazos esperando una respuesta, que de hecho si ella estaba sobre él era más sospechosa, aunque fuese una chica, quizá ella fue parte de la broma o algo.-¿Qué es eso?-preguntó con los ojos casi cerrados por la luz, señalando el antebrazo de ella que había algo escrito con barro al igual que en su lastimada espalda, la cual comenzaba a arder. En el antebrazo de ella decía varias veces A+M y en su propia espalda ella había escrito que habían acordado -en algún punto de la noche seguramente- una cita para el siguiente viernes a las ocho, aunque decía que ese día sería su boda.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Una oveja dos ovejas
Me estaba doliendo la cabeza demasiado como para ponerme a gritarle ahí mismo cómo si fuera qué y ganas no me faltaban. Me estaba muriendo de vergüenza y estaba consiente de que estaba sonrojadísima por que cuando algo me apenaba mi pecho comenzaba a enrojecerse también lo que todo fuese peor. No entendía lo que estaba pasando, no encontraba un motivo coherente que me explicase qué hacía ahí, en medio de la nada, desnuda frente a él. ¿Acaso él y yo?
Siempre que me ponía nerviosa o me exasperaba gritaba y me ponía histérica, pero ahora solo tenía ganas de llorar pero no podía hacerlo por que era peor el malestar de la resaca. Más bien era algo así como cruda moral por que no podía recordar nada.
Si tan solo unas horas antes me hubiera hablado de esa manera, seguramente se me habría partido el corazón y habría llorado como una amante en desgracia a causa de su desamor y ahora no podía imaginarme qué había sucedido ni cómo habíamos terminado así. Musité un “gracias” por que había sido un gesto lindo que me vistiera para que nadie más me viera, pero seguía pensando qué todo era su culpa y que él había abusado de mí, aunque nunca antes lo había creído capas.
Veamos, yo estaba en la sala de convivencia hecha un desastre pero con la pijama puesta y había sacado una cajetilla de cigarros con una botella de un cajón que encontré por ahí. Maldito whisky, malditos cigarros. ¿Qué más? Ah, sí, Aldrich había llegado ebrio y cantando y me había burlado de él, también le había dado de mi whisky… oh, por Merlín, ¿había abusado de Aldrich Burroughs? ¿me había puesto tan ebria que me había convertido en una zorra aprovechándome de que no se acordaría de nada?
Intenté hacer memoria, incluso me lleve ambas manos al rostro e intenté recordar, pero las imágenes eran difusas y cuando me vi lamiéndole la frente, preferí buscar con la mirada mi blusa.
¿Qué es qué? Ah…. –otra vez solté un gritito ahogado muy exagerado, nada que ver con el de la noche anterior. ¡Tenía lodo en mi brazo! Parecía como si sus dedos hubieran bailado por sus brazos y él torso y el pecho de Aldrich tenían las mismas iniciales y reconocí mi letra-. ¿Somos novios? –le pregunté, mirándolo confundida-. Burroughs… es que, no me acuerdo de nada. No se donde está tu ropa, no se ni siquiera donde estoy. Pensé que me había quedado dormida en la sala de convivencia. ¿Qué hicimos? ¿Tu te acuerdas? Yo no te hice nada… ni siquiera te hablo.
Estaba llena de arañazos y creo que eso fue suficiente como para comenzar a sentirlos. Ardían en mi piel, pero eran una serie de pequeños ardores que molestaban. Pero al parecer ibamos a casarnos la próxima semana.
Siempre que me ponía nerviosa o me exasperaba gritaba y me ponía histérica, pero ahora solo tenía ganas de llorar pero no podía hacerlo por que era peor el malestar de la resaca. Más bien era algo así como cruda moral por que no podía recordar nada.
Si tan solo unas horas antes me hubiera hablado de esa manera, seguramente se me habría partido el corazón y habría llorado como una amante en desgracia a causa de su desamor y ahora no podía imaginarme qué había sucedido ni cómo habíamos terminado así. Musité un “gracias” por que había sido un gesto lindo que me vistiera para que nadie más me viera, pero seguía pensando qué todo era su culpa y que él había abusado de mí, aunque nunca antes lo había creído capas.
Veamos, yo estaba en la sala de convivencia hecha un desastre pero con la pijama puesta y había sacado una cajetilla de cigarros con una botella de un cajón que encontré por ahí. Maldito whisky, malditos cigarros. ¿Qué más? Ah, sí, Aldrich había llegado ebrio y cantando y me había burlado de él, también le había dado de mi whisky… oh, por Merlín, ¿había abusado de Aldrich Burroughs? ¿me había puesto tan ebria que me había convertido en una zorra aprovechándome de que no se acordaría de nada?
Intenté hacer memoria, incluso me lleve ambas manos al rostro e intenté recordar, pero las imágenes eran difusas y cuando me vi lamiéndole la frente, preferí buscar con la mirada mi blusa.
¿Qué es qué? Ah…. –otra vez solté un gritito ahogado muy exagerado, nada que ver con el de la noche anterior. ¡Tenía lodo en mi brazo! Parecía como si sus dedos hubieran bailado por sus brazos y él torso y el pecho de Aldrich tenían las mismas iniciales y reconocí mi letra-. ¿Somos novios? –le pregunté, mirándolo confundida-. Burroughs… es que, no me acuerdo de nada. No se donde está tu ropa, no se ni siquiera donde estoy. Pensé que me había quedado dormida en la sala de convivencia. ¿Qué hicimos? ¿Tu te acuerdas? Yo no te hice nada… ni siquiera te hablo.
Estaba llena de arañazos y creo que eso fue suficiente como para comenzar a sentirlos. Ardían en mi piel, pero eran una serie de pequeños ardores que molestaban. Pero al parecer ibamos a casarnos la próxima semana.
Marianne Heard- Mensajes : 127
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Una oveja dos ovejas
Era imposible que Aldrich recordase algo de lo sucedido en la sala de convivencia y eso hacía las cosas más confusas para él, ni siquiera recordaba las palabras que le había dicho o las canciones, menos el amor y las caricias tiernas que se habían dedicado. Le daba vueltas la cabeza y tuvo que recostarse precisamente contra el mismo árbol contra el que había estado ella la madrugada anterior. Ni tuvo flashbacks ni nada de eso, aquello no era una película o una historia inventada en la que su mente podía prescindir de su estado físico, era real y apenas podía consigo mismo. El que no tuviese ganas de vomitar era lo único bueno.
Para él no era un problema tan grande no tener camiseta porque finalmente era un chico, podía decir que había salido a correr o cualquier cosa, pero para ella sería un calvario estar sin ella, no solamente era obvio por el color de sus mejillas sino por toda la actitud que mostraba, reacia a todo aquello ya penas siendo capaz de soportar la suciedad de su cuerpo. No pudo evitar una risa breve que hizo que le doliese más la cabeza, pero el verla en un estado tan nervioso por un poco de barro le parecía cómico.
Se había olvidado por unos segundos de la situación pero volvió a su mente inmediatamente, la miró de nuevo intentando enfocar su rostro y no un espacio revelador que sus dedos habían dejado en uno de sus senos. Era hombre, no podía evitar fijarse en esos detalles, menos verlos si lo tenía allí, al frente. La imagen de su pecho fue mucho más reveladora cuando llevó sus manos a la cabeza y mientras la pobre pensaba en lo sucedido él disfrutó de la vista sin culpa alguna, creyendo que al menos esa cruda tenía algo de bueno.
-No, claro que no somos novios. Apenas nos hablamos.-le respondió con total seguridad intentando nuevamente enfocar su rostro, no iba a ser él quien le dijese que se tapase, al menos por un rato. -Tápate, se te ve todo. Y no, no me acuerdo de nada. Ayer sé que salí de fiesta y supongo que luego regresé para la universidad, quizá eres sonámbula y me encontraste en el bosque.-no había leído lo de su espalda pero sí lo otro, apenas en ese momento volviendo a pensar por qué preguntó si eran novios se dio cuenta de que eran sus iniciales.-
Estaba serio pero no por ella, sino por el dolor maldito que no lo dejaba en paz. Sacó su varita y adelantando un poco la cabeza hacia otro lado para no salpicarla se lanzó un aguamenti al cabello para ver si al menos se refrescaba de ese modo, no estaba tan mal por la poción pero el maldito solo jodía, eso estaba en las indicaciones, nada de ponerse al sol al menos hasta seis horas después de acabar de beber. La miró de nuevo y notó en sus hombros pequeñas lesiones enrojecidas, caminó hacia ella ya sin afán de verle los pechos y notó que no solo era en sus hombros, si no en su espalda.
-Eso se te va a infectar. Mira, voy a limpiarte eso con una variación del aguamenti, se llama aguamontel. Te va arder un poco pero estás llena de cosas, luego vemos cómo sales de acá sin que te vean los de Quidditch, si no me mato de los celos o algo.-trataba de ser más amable con ella, no debía ser una situación fácil y no era ella la culpable de ese mareo que tenía ni de ese malestar. Esperó que lo dejase para poderle echar con su varita el hechizo encima, saldría de su varita un chorro suave de alcohol con el que podría al menos dejar esas heridas limpias. No lo recordaba, pero eran culpa suya, por el árbol, las ramas y las mordidas.-
Para él no era un problema tan grande no tener camiseta porque finalmente era un chico, podía decir que había salido a correr o cualquier cosa, pero para ella sería un calvario estar sin ella, no solamente era obvio por el color de sus mejillas sino por toda la actitud que mostraba, reacia a todo aquello ya penas siendo capaz de soportar la suciedad de su cuerpo. No pudo evitar una risa breve que hizo que le doliese más la cabeza, pero el verla en un estado tan nervioso por un poco de barro le parecía cómico.
Se había olvidado por unos segundos de la situación pero volvió a su mente inmediatamente, la miró de nuevo intentando enfocar su rostro y no un espacio revelador que sus dedos habían dejado en uno de sus senos. Era hombre, no podía evitar fijarse en esos detalles, menos verlos si lo tenía allí, al frente. La imagen de su pecho fue mucho más reveladora cuando llevó sus manos a la cabeza y mientras la pobre pensaba en lo sucedido él disfrutó de la vista sin culpa alguna, creyendo que al menos esa cruda tenía algo de bueno.
-No, claro que no somos novios. Apenas nos hablamos.-le respondió con total seguridad intentando nuevamente enfocar su rostro, no iba a ser él quien le dijese que se tapase, al menos por un rato. -Tápate, se te ve todo. Y no, no me acuerdo de nada. Ayer sé que salí de fiesta y supongo que luego regresé para la universidad, quizá eres sonámbula y me encontraste en el bosque.-no había leído lo de su espalda pero sí lo otro, apenas en ese momento volviendo a pensar por qué preguntó si eran novios se dio cuenta de que eran sus iniciales.-
Estaba serio pero no por ella, sino por el dolor maldito que no lo dejaba en paz. Sacó su varita y adelantando un poco la cabeza hacia otro lado para no salpicarla se lanzó un aguamenti al cabello para ver si al menos se refrescaba de ese modo, no estaba tan mal por la poción pero el maldito solo jodía, eso estaba en las indicaciones, nada de ponerse al sol al menos hasta seis horas después de acabar de beber. La miró de nuevo y notó en sus hombros pequeñas lesiones enrojecidas, caminó hacia ella ya sin afán de verle los pechos y notó que no solo era en sus hombros, si no en su espalda.
-Eso se te va a infectar. Mira, voy a limpiarte eso con una variación del aguamenti, se llama aguamontel. Te va arder un poco pero estás llena de cosas, luego vemos cómo sales de acá sin que te vean los de Quidditch, si no me mato de los celos o algo.-trataba de ser más amable con ella, no debía ser una situación fácil y no era ella la culpable de ese mareo que tenía ni de ese malestar. Esperó que lo dejase para poderle echar con su varita el hechizo encima, saldría de su varita un chorro suave de alcohol con el que podría al menos dejar esas heridas limpias. No lo recordaba, pero eran culpa suya, por el árbol, las ramas y las mordidas.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Una oveja dos ovejas
¿Qué hora es? Tengo entrenamiento a las siete y si falto Ayres me va a poner en la banca el resto de la semana –le pregunté cubriéndome nuevamente los senos con ambas manos, también solté mi cabello hacia delante para intentar taparme un poco más. Por un momento me había perdido en él, en los huesos de su cadera que sostenían los vaqueros, pero aparte la vista rápidamente e intentando mirarlo solo a la cara.
Era más fácil preocuparme por mis cosas que afrontar la realidad por que me asustaba. No estaba muy segura de que eso fuera una broma, pero tampoco recordaba ser sonámbula. Si me dormía me quedaba en mi cama y no me despertaba, ni siquiera hablaba en sueños mucho menos me iba a levantar para vagar por el bosque semidesnuda. No era lógica.
La espalda no era lo único que me dolía. Un ligero dolor apareció justo entre mis piernas, pero era totalmente soportable cuando las encogía, así que lo hice y las junte a mis pechos para abrazar mis rodillas y así dejarle una visión más amplia de mi espalda.
¿Qué tengo? Me duele un poco. Tu también tienes la espalda lastimada y los brazos, como si algo te hubiera rasguñado. ¿Y si nos atacó una bestia anoche? Aaaaaaay…. -casi había intentado bromear y buscar una respuesta algo coherente a lo que nos estaba pasando, ¡pero esa cosa ardía! Me estaba echando alcohol y me quejé con un grito, mientras cerraba los ojos y me abrazaba con más fuerza-. No ya, ya, ya, déjeme, prefiero que se me infecte. Mejor curate tú –dije contrayendo mi espalda para alejarla de él. Era una niña consentida y llorona con poca o nada resistencia hacia el dolor.
Para que ya no me tocara la espalda ni me echara nada más me levante y nuevamente me cubrí para alejarme de él. El árbol ni siquiera me resultó familiar, el claro que nos había visto tampoco y nada de lo que nos rodeaba. Moví los hombros y las piernas para sacudirme las hojas y la tierra que llevaba encima. Le medio sonreí por lo que había dicho de los de Quidditch, pero me sentía todavía muy apenada. Un momento… los de Quidditch.
Creo que tengo ropa en los vestidores -gracias a Merlin Aldrich estaba algo chapado a la antigua y no me había dejado ahí en el bosque arreglandomelas por mi cuenta por que sino no sabría que hacer-. Pero no te vayas a ir –le pedí antes de que hiciera nada, por que ni siquiera quería que sugiriera ir él solo por ella por que ni mirando al cielo podía ver el campus a causa de los árboles tan altos y no sabría como regresar.
Era más fácil preocuparme por mis cosas que afrontar la realidad por que me asustaba. No estaba muy segura de que eso fuera una broma, pero tampoco recordaba ser sonámbula. Si me dormía me quedaba en mi cama y no me despertaba, ni siquiera hablaba en sueños mucho menos me iba a levantar para vagar por el bosque semidesnuda. No era lógica.
La espalda no era lo único que me dolía. Un ligero dolor apareció justo entre mis piernas, pero era totalmente soportable cuando las encogía, así que lo hice y las junte a mis pechos para abrazar mis rodillas y así dejarle una visión más amplia de mi espalda.
¿Qué tengo? Me duele un poco. Tu también tienes la espalda lastimada y los brazos, como si algo te hubiera rasguñado. ¿Y si nos atacó una bestia anoche? Aaaaaaay…. -casi había intentado bromear y buscar una respuesta algo coherente a lo que nos estaba pasando, ¡pero esa cosa ardía! Me estaba echando alcohol y me quejé con un grito, mientras cerraba los ojos y me abrazaba con más fuerza-. No ya, ya, ya, déjeme, prefiero que se me infecte. Mejor curate tú –dije contrayendo mi espalda para alejarla de él. Era una niña consentida y llorona con poca o nada resistencia hacia el dolor.
Para que ya no me tocara la espalda ni me echara nada más me levante y nuevamente me cubrí para alejarme de él. El árbol ni siquiera me resultó familiar, el claro que nos había visto tampoco y nada de lo que nos rodeaba. Moví los hombros y las piernas para sacudirme las hojas y la tierra que llevaba encima. Le medio sonreí por lo que había dicho de los de Quidditch, pero me sentía todavía muy apenada. Un momento… los de Quidditch.
Creo que tengo ropa en los vestidores -gracias a Merlin Aldrich estaba algo chapado a la antigua y no me había dejado ahí en el bosque arreglandomelas por mi cuenta por que sino no sabría que hacer-. Pero no te vayas a ir –le pedí antes de que hiciera nada, por que ni siquiera quería que sugiriera ir él solo por ella por que ni mirando al cielo podía ver el campus a causa de los árboles tan altos y no sabría como regresar.
Marianne Heard- Mensajes : 127
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Una oveja dos ovejas
No tenía idea de la hora que era, así que se encogió de hombros mientras nuevamente buscaba las prendas superiores de ambos, pensando que deberían estar por allí así como el resto de su ropa pero no era así, jamás las encontrarían porque estaban en su sala de convivencia y ojalá nadie las reconociese, ninguno de los dos tenía diez años así que por lo menos no tenían sus nombres grabados o por lo menos pintados con plumón indeleble. No pensaba que fuese a llegar al entrenamiento, el sol estaba demasiado arriba como para ser tan temprano.
Ya había comenzado a echarle aquel chorro que salía por su varita cuando ella lanzó el gritito para posteriormente levantarse y hacer que dejase de echarle encima el alcohol. Negó con la cabeza y apareció una sonrisa en su rostro, entonces la dejó con sus heridas, de todos modos ya casi todas habían sido cubiertas por el alcohol y levantó el brazo derecho por sobre su hombro izquierdo para hacer lo mismo con su espalda, Marianne había dicho que estaba lastimada. Ardió el primer contacto y el segundo también, pero tras una mueca de fastidio ante el ardor dejó que corriese por toda ella, intentando no dejar mojados sus pantalones, era casi imposible, así que lo dejó y se dedicó a echarse aquello sobre los brazos.
La vio sacudirse como un cachorro, no era que la comparase pero era inevitable no tener esa idea en la cabeza. Sonrió para sí mismo y la dejó hacerlo sola para que no creyese que la acosaba o que quería tocarla, no es que fuese mentira pero no del modo en que ella podía pensar. Se quedó usando el hechizo hasta que ella habló, entonces acabó con eso mientras acababa de hacer un último intento con su espalda, tocó su cabeza para quitarse algunas hojas también y notó un bulto, era la inflamación causada la noche anterior por el golpe seco en la sala de convivencia, no recordaba nada, pero si estaba lleno de rasguños y algunas heridas pequeñas eso era cosa de nada.
Afortunadamente a ella se le ocurrió aquello de la ropa de los vestidores porque él ni siquiera había pensado en eso, sin embargo estaban en medio del bosque y no se imaginaba qué camino habían seguido la noche anterior.-¿Sabes el camino? Porque realmente yo no, de hecho…-se calló inmediatamente y tras intentar identificar el sonido se puso un dedo en los labios como ella había hecho varias veces la noche anterior, se acercó a ella y le hizo el mismo gesto por si acaso, la llevó detrás de aquel gran árbol que los espió la noche anterior y esperó.
Allí estaba la clase de Quidditch en pleno, corriendo por un sendero ya trazado por ellos seguramente pues en el suelo no se veía nada, a la cabeza Ayres los alentaba a avanzar más rápido. Podría salir a pedirles direcciones, pero no sabía qué pasaría si la veían a ella, o que interpretarían a verlos sin camisetas. Mejor esperaría e intentaría ir por donde ellos llegaron. Era el segundo entrenamiento de la mañana que ya casi acababa, el reloj daba cinco para las once.
-Dime que conoces el camino, sino no hay forma en la que te deje ir por el bosque con el guardabosques rondando y estos dando vueltas. Yo te sigo.-suspiró entonces al ver su rostro de desconcierto, o eso le pareció. Le pidió que no pensase nada malo y se sacó entonces el pantalón, el cual cortó a la mitad con un diffindo para dejar la parte de una de las piernas como un trozo de tela doble y uniforme.-Ponte esto, lo aseguraremos con un Envertestatil y ya. Así caminarás al menos sin curiosos mirándote.
Ya había comenzado a echarle aquel chorro que salía por su varita cuando ella lanzó el gritito para posteriormente levantarse y hacer que dejase de echarle encima el alcohol. Negó con la cabeza y apareció una sonrisa en su rostro, entonces la dejó con sus heridas, de todos modos ya casi todas habían sido cubiertas por el alcohol y levantó el brazo derecho por sobre su hombro izquierdo para hacer lo mismo con su espalda, Marianne había dicho que estaba lastimada. Ardió el primer contacto y el segundo también, pero tras una mueca de fastidio ante el ardor dejó que corriese por toda ella, intentando no dejar mojados sus pantalones, era casi imposible, así que lo dejó y se dedicó a echarse aquello sobre los brazos.
La vio sacudirse como un cachorro, no era que la comparase pero era inevitable no tener esa idea en la cabeza. Sonrió para sí mismo y la dejó hacerlo sola para que no creyese que la acosaba o que quería tocarla, no es que fuese mentira pero no del modo en que ella podía pensar. Se quedó usando el hechizo hasta que ella habló, entonces acabó con eso mientras acababa de hacer un último intento con su espalda, tocó su cabeza para quitarse algunas hojas también y notó un bulto, era la inflamación causada la noche anterior por el golpe seco en la sala de convivencia, no recordaba nada, pero si estaba lleno de rasguños y algunas heridas pequeñas eso era cosa de nada.
Afortunadamente a ella se le ocurrió aquello de la ropa de los vestidores porque él ni siquiera había pensado en eso, sin embargo estaban en medio del bosque y no se imaginaba qué camino habían seguido la noche anterior.-¿Sabes el camino? Porque realmente yo no, de hecho…-se calló inmediatamente y tras intentar identificar el sonido se puso un dedo en los labios como ella había hecho varias veces la noche anterior, se acercó a ella y le hizo el mismo gesto por si acaso, la llevó detrás de aquel gran árbol que los espió la noche anterior y esperó.
Allí estaba la clase de Quidditch en pleno, corriendo por un sendero ya trazado por ellos seguramente pues en el suelo no se veía nada, a la cabeza Ayres los alentaba a avanzar más rápido. Podría salir a pedirles direcciones, pero no sabía qué pasaría si la veían a ella, o que interpretarían a verlos sin camisetas. Mejor esperaría e intentaría ir por donde ellos llegaron. Era el segundo entrenamiento de la mañana que ya casi acababa, el reloj daba cinco para las once.
-Dime que conoces el camino, sino no hay forma en la que te deje ir por el bosque con el guardabosques rondando y estos dando vueltas. Yo te sigo.-suspiró entonces al ver su rostro de desconcierto, o eso le pareció. Le pidió que no pensase nada malo y se sacó entonces el pantalón, el cual cortó a la mitad con un diffindo para dejar la parte de una de las piernas como un trozo de tela doble y uniforme.-Ponte esto, lo aseguraremos con un Envertestatil y ya. Así caminarás al menos sin curiosos mirándote.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Una oveja dos ovejas
Me retorcía como lombriz mientras las gotas de alcohol resbalaban por mi espalda, no solo por el ardor que ya me estaba siendo más o menos tolerable sino por que se sentía frío en mi espalda. Casi me sentí mal por verlo aplicarse él mismo el hechizo, sin que yo hiciera nada para ayudarlo, pero no llevaba conmigo mi varita y no la encontré por ningún lado. Me acerqué un poco, al menos para darle la mano y que la sujetara para que no le doliera tanto, pero hizo que me detuviera nuevamente para mirar alrededor por enésima vez.
Nunca había estado en ese claro y ni siquiera me había fijado si aparecía en el mapa de Brigantia que le daban a los de primer ingreso y que yo todavía usaba para no perderme en las grutas. Hubiera deseado decir que sí, que conocía el camino de regreso, pero la verdad es que no tenía ni la menor idea de dónde estábamos. Negué con la cabeza, yo había tenido la esperanza de que él nos pudiera regresar.
No dije nada cuando selló mis labios haciéndome callar, aunque ya llevaba rato sin quejarme ni decir nada (y eso ya era decir demasiado por que normalmente en situaciones como esas me dejaba llevar por la histeria y perdía absolutamente toda la cordura, ni yo misma me reconocía). Me tapé los senos con una mano y lo tomé con la otra para seguirlo detrás del árbol.
¿Qué pasa? ¿Viste algo? ¿Algún animal? Oh, no, no, no, no, no… escóndeme. ¿Por qué están corriendo aquí? Casi nunca nos internamos en el bosque –le expliqué poniéndome detrás de él como si él pudiera taparme por si alguno volteaba, de pura casualidad, a vernos. También por que vi a Adair y era justo la última persona que quería que me descubriera en una situación así por que no terminaría de burlarse de mí jamás. Me incliné mas hacia su espalda y no apoye la cabeza en ella por que no quería lastimarlo todavía más.
No se qué hicimos la noche anterior o que tan lejos llegamos, pero me obligué a mi misma a mirar hacia otro lado mientras se quitaba los pantalones. Había visto tantas cosas en los vestidores, en los partidos de quidditch y en mi tiempo en la segunda división de las Harpies que ya no tenía ninguna clase de pudor (bueno, no tanto), pero con Aldrich era diferente por que no lograba recordar lo que había pasado y por que siempre había tenido una imagen bastante seria de él.
No sabía que tuviéramos guardabosques -tome la tela de su pantalón y me la puse sobre los senos, volteándome para que no viera y aguante la respiración para hacerme más delgada poder amarrarla como nudo en mi espalda para hacerme una especie de top improvisado, pero no pude yo sola así que con una mano sostuve la tela sobre mi pecho y con la otra me agarré el cabello mientras me acercaba a él-.. ¿Me ayudas?
Tal vez no sería necesario hacerle un hechizo más.
¿Cómo me veo? A que la mezclilla combina con mis ojos, ¿ves? –parpadee un par de veces para enseñarle mis ojos y le sonreí-, gracias… ¿puedo decirte Aldrich, Aldrich? Creo que los de quidditch ya iban de regreso, deberíamos seguirlos.
Le eché una última mirada al claro por si no se me olvidaba nada y caminé hacia donde se habían ido mis compañeros. Todavía se veía el cabello rubio de uno de ellos y también se escuchaban sus pasos.
Nunca había estado en ese claro y ni siquiera me había fijado si aparecía en el mapa de Brigantia que le daban a los de primer ingreso y que yo todavía usaba para no perderme en las grutas. Hubiera deseado decir que sí, que conocía el camino de regreso, pero la verdad es que no tenía ni la menor idea de dónde estábamos. Negué con la cabeza, yo había tenido la esperanza de que él nos pudiera regresar.
No dije nada cuando selló mis labios haciéndome callar, aunque ya llevaba rato sin quejarme ni decir nada (y eso ya era decir demasiado por que normalmente en situaciones como esas me dejaba llevar por la histeria y perdía absolutamente toda la cordura, ni yo misma me reconocía). Me tapé los senos con una mano y lo tomé con la otra para seguirlo detrás del árbol.
¿Qué pasa? ¿Viste algo? ¿Algún animal? Oh, no, no, no, no, no… escóndeme. ¿Por qué están corriendo aquí? Casi nunca nos internamos en el bosque –le expliqué poniéndome detrás de él como si él pudiera taparme por si alguno volteaba, de pura casualidad, a vernos. También por que vi a Adair y era justo la última persona que quería que me descubriera en una situación así por que no terminaría de burlarse de mí jamás. Me incliné mas hacia su espalda y no apoye la cabeza en ella por que no quería lastimarlo todavía más.
No se qué hicimos la noche anterior o que tan lejos llegamos, pero me obligué a mi misma a mirar hacia otro lado mientras se quitaba los pantalones. Había visto tantas cosas en los vestidores, en los partidos de quidditch y en mi tiempo en la segunda división de las Harpies que ya no tenía ninguna clase de pudor (bueno, no tanto), pero con Aldrich era diferente por que no lograba recordar lo que había pasado y por que siempre había tenido una imagen bastante seria de él.
No sabía que tuviéramos guardabosques -tome la tela de su pantalón y me la puse sobre los senos, volteándome para que no viera y aguante la respiración para hacerme más delgada poder amarrarla como nudo en mi espalda para hacerme una especie de top improvisado, pero no pude yo sola así que con una mano sostuve la tela sobre mi pecho y con la otra me agarré el cabello mientras me acercaba a él-.. ¿Me ayudas?
Tal vez no sería necesario hacerle un hechizo más.
¿Cómo me veo? A que la mezclilla combina con mis ojos, ¿ves? –parpadee un par de veces para enseñarle mis ojos y le sonreí-, gracias… ¿puedo decirte Aldrich, Aldrich? Creo que los de quidditch ya iban de regreso, deberíamos seguirlos.
Le eché una última mirada al claro por si no se me olvidaba nada y caminé hacia donde se habían ido mis compañeros. Todavía se veía el cabello rubio de uno de ellos y también se escuchaban sus pasos.
Marianne Heard- Mensajes : 127
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Una oveja dos ovejas
No era un guardabosques en todo el sentido de la palabra pero no sabía cómo más llamarlo, era quien cuidaba ese terreno y mantenía a los intrusos afuera, pero debía ser cierto aquello de que bebía mucho porque si no los había atrapado por algo era. De todos modos no importaba, ya con el equipo de Quidditch algo lejos y ellos a casi buen recaudo podría acabar de taparla. Claro, él quedaría como el idiota sin ropa, pero ya había pensado en qué decir.
A quien preguntase le diría que había estado en el lago entrenando su resistencia cuando algún gracioso se llevó su ropa, y si lo veían con Marianne diría que a los dos les robaron la ropa. Aunque sería más difícil para ella decir por qué no llevaba ropa de baño, él con la ropa interior al menos pasaba que era de aquellas negras y como shorts cortos y pegados, hasta podía decir que era porque se sentía aerodinámico. De todos modos ya al menos teniéndola tapada se salvaban de un montón de vicisitudes.
Asintió para ayudarla y dejó que se voltease para luego tratar de anudar el pedazo de tela, sin embargo no quería lastimarla y temía que al hacer un nudo y rozar la piel le causaría dolor. Prefirió sacar la varita y dejar que se pegase la tela, dejando así un retazo libre que iba hacia abajo pero que de todos modos no le quedaba suelto como para que se le cayese, aunque sería mejor que no corriese, solo por si acaso.
Cuando dejó todo listo ella volteó y habló de que quedaba bien con sus ojos ese tipo de tela y estaba de acuerdo, de hecho estaba seguro de que cualquier cosa le quedaría bien porque era muy linda, pero eso no lo dijo en voz alta.-Queda perfecto, y combina muy bien.-no fue muy elocuente con el halago para no hacerlo desmedido que ya la situación era incómoda de por sí.-Claro, llámame como quieras. Y…no sé, de hecho a esta hora creo que ya debo tener alguna clase, así que hoy no me tocaba meterme a los entrenamientos. Pero vamos, si voltean les decimos que los veníamos siguiendo para pedirles ayuda, nos hacemos los mudos.
Ya le salía natural el bromear con ella y le comenzaría a decir Marianne aunque no se lo había preguntado, asumió que el que lo llamara por su nombre implicaba lo otro. Comenzaron entonces a avanzar tras el equipo pero no muy rápido para que alguien los viese, intentaban no perderle el rastro al último pero eso era todo, tampoco podían ser tan descuidados y menos en esas fachas. Ya se imaginaba en la portada de la gacetilla en ropa interior junto a Marianne.-¿Quieres salir conmigo el viernes o el sábado? Podemos ir a Hogsmeade o a donde quieras. Cuidado, no brinques tanto que se te puede caer.
A quien preguntase le diría que había estado en el lago entrenando su resistencia cuando algún gracioso se llevó su ropa, y si lo veían con Marianne diría que a los dos les robaron la ropa. Aunque sería más difícil para ella decir por qué no llevaba ropa de baño, él con la ropa interior al menos pasaba que era de aquellas negras y como shorts cortos y pegados, hasta podía decir que era porque se sentía aerodinámico. De todos modos ya al menos teniéndola tapada se salvaban de un montón de vicisitudes.
Asintió para ayudarla y dejó que se voltease para luego tratar de anudar el pedazo de tela, sin embargo no quería lastimarla y temía que al hacer un nudo y rozar la piel le causaría dolor. Prefirió sacar la varita y dejar que se pegase la tela, dejando así un retazo libre que iba hacia abajo pero que de todos modos no le quedaba suelto como para que se le cayese, aunque sería mejor que no corriese, solo por si acaso.
Cuando dejó todo listo ella volteó y habló de que quedaba bien con sus ojos ese tipo de tela y estaba de acuerdo, de hecho estaba seguro de que cualquier cosa le quedaría bien porque era muy linda, pero eso no lo dijo en voz alta.-Queda perfecto, y combina muy bien.-no fue muy elocuente con el halago para no hacerlo desmedido que ya la situación era incómoda de por sí.-Claro, llámame como quieras. Y…no sé, de hecho a esta hora creo que ya debo tener alguna clase, así que hoy no me tocaba meterme a los entrenamientos. Pero vamos, si voltean les decimos que los veníamos siguiendo para pedirles ayuda, nos hacemos los mudos.
Ya le salía natural el bromear con ella y le comenzaría a decir Marianne aunque no se lo había preguntado, asumió que el que lo llamara por su nombre implicaba lo otro. Comenzaron entonces a avanzar tras el equipo pero no muy rápido para que alguien los viese, intentaban no perderle el rastro al último pero eso era todo, tampoco podían ser tan descuidados y menos en esas fachas. Ya se imaginaba en la portada de la gacetilla en ropa interior junto a Marianne.-¿Quieres salir conmigo el viernes o el sábado? Podemos ir a Hogsmeade o a donde quieras. Cuidado, no brinques tanto que se te puede caer.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Una oveja dos ovejas
Nunca había sufrido tanto en toda mi vida y ni siquiera sentía que estaba sufriendo, no de la manera en la que lo habría hecho en antaño. Estaba sucia de pies a cabeza, tenía lodo en todo mi cuerpo y ramas en mi cabello, además, tenía unas ganas terribles de vomitar por culpa del asco que me estaba ocasionando el haber fumado tanto la madrugada anterior. Creo que eso era más insoportable que el dolor de cabeza.
Era chistoso caminar por entre las manos por detrás de los de Quidditch, sabiendo que ambos deberíamos estar ahí. Aldrich entrenaba a veces conmigo pero nunca nos habíamos detenido a platicar, ni siquiera corríamos juntos y, cuando nos tocaba ser parte del mismo equipo, por alguna razón solo jugábamos. Y ahora estábamos juntos, siguiendo el mismo camino solo que de la manera más bizarra posible.
Nos escondemos en el bosque y hacemos como que no los vemos –le dije apresurando el paso por que no quería que nos dejaran atrás, pero era muy difícil. Había piedritas y ramitas por todos lados, teníamos que encimarnos en piedras y a cada rato nos cruzabamos para escondernos en los árboles, como en una película de espías (que jamás había visto pero me habían platicado) cada que creíamos que alguien nos escuchaba. Lo que más desearía en ese momento, aparte de una poción revitalizante, era un tratamiento de belleza de pies a cabeza.
Si alguien me hubiera dicho que terminaría caminando descalza en el bosque y con Aldrich invitándome a salir después de habernos visto sin ropa (aunque yo solo lo había visto en calzoncillos, según yo), no le habría creído. Pero ahí estábamos, me apoyé en él para pasar por encima de una raiz gigantesca (ya que no podía brincar por que él se escandalizaba), primero una pierna y luego la otra.
Me detuve y lo miré frunciendo el entrecejo, algo así como una mirada malvada medio en serio medio en broma por que él ya me había visto todo, literal, y lo que pudiera enseñarle si se me caía la tela no sería una novedad. Pero después le sonreí para asegurarle que si tendría más cuidado.
Hogsmeade está bien, podemos hacer el recorrido del pueblito, creo que ya lo están adornando para Navidad -¿era una cita? No lo sabía, pero sentía que sería agradable salir con él. Suponía que no tenía novia, ¿no tenía novia, verdad? No recordaba haberla visto con nadie más-. ¿Todavía crees que te violé? Por que en tu espalda dice que me propusiste matrimonio.
Y no me estaba burlando de él, en verdad decía eso. De lo último que me acordaba era de los dichosos papelitos, pero a juzgar de los garabatos en nuestros cuerpos creo que, al menos, nos habíamos divertido. Me resultaba graciosísima la idea de imaginarmelo completamente ebrio y pidiéndome matrimonio, hablando incoherencias seguramente.
Era chistoso caminar por entre las manos por detrás de los de Quidditch, sabiendo que ambos deberíamos estar ahí. Aldrich entrenaba a veces conmigo pero nunca nos habíamos detenido a platicar, ni siquiera corríamos juntos y, cuando nos tocaba ser parte del mismo equipo, por alguna razón solo jugábamos. Y ahora estábamos juntos, siguiendo el mismo camino solo que de la manera más bizarra posible.
Nos escondemos en el bosque y hacemos como que no los vemos –le dije apresurando el paso por que no quería que nos dejaran atrás, pero era muy difícil. Había piedritas y ramitas por todos lados, teníamos que encimarnos en piedras y a cada rato nos cruzabamos para escondernos en los árboles, como en una película de espías (que jamás había visto pero me habían platicado) cada que creíamos que alguien nos escuchaba. Lo que más desearía en ese momento, aparte de una poción revitalizante, era un tratamiento de belleza de pies a cabeza.
Si alguien me hubiera dicho que terminaría caminando descalza en el bosque y con Aldrich invitándome a salir después de habernos visto sin ropa (aunque yo solo lo había visto en calzoncillos, según yo), no le habría creído. Pero ahí estábamos, me apoyé en él para pasar por encima de una raiz gigantesca (ya que no podía brincar por que él se escandalizaba), primero una pierna y luego la otra.
Me detuve y lo miré frunciendo el entrecejo, algo así como una mirada malvada medio en serio medio en broma por que él ya me había visto todo, literal, y lo que pudiera enseñarle si se me caía la tela no sería una novedad. Pero después le sonreí para asegurarle que si tendría más cuidado.
Hogsmeade está bien, podemos hacer el recorrido del pueblito, creo que ya lo están adornando para Navidad -¿era una cita? No lo sabía, pero sentía que sería agradable salir con él. Suponía que no tenía novia, ¿no tenía novia, verdad? No recordaba haberla visto con nadie más-. ¿Todavía crees que te violé? Por que en tu espalda dice que me propusiste matrimonio.
Y no me estaba burlando de él, en verdad decía eso. De lo último que me acordaba era de los dichosos papelitos, pero a juzgar de los garabatos en nuestros cuerpos creo que, al menos, nos habíamos divertido. Me resultaba graciosísima la idea de imaginarmelo completamente ebrio y pidiéndome matrimonio, hablando incoherencias seguramente.
Marianne Heard- Mensajes : 127
Fecha de inscripción : 30/10/2012
Re: Una oveja dos ovejas
Aceptó la idea de ir por Hogsmeade, ni siquiera cuando estuvo en Hogwarts le había llamado mucho la atención y siempre acababa yendo al mismo sitio, pero si a Marianne la gustaba a idea de ir viendo lo que ofrecía el pueblito él podría pasear, mirar todas las tiendas y hasta comprar algunas cosas excéntricas que a ella le gustasen o a él mismo, ni siquiera a la tienda de dulces había ido pero conocía lo que había porque siempre le invitaban sus amigos o sus amigas, sus novias no porque casi siempre se enojaban con él por no maravillarse por los lugarcitos esos.
Le iba a decir que irían por allá pero que esperaba que conociese el sitio mejor que él, sin embargo no lo hizo porque ella le volvió a recordar la situación haciéndole una serie de preguntas que nada tenían que ver con la invitación. Si le hubiese preguntado si era una cita le hubiese dicho que sí, no le veía nada raro, es más, pensó que estaba lo suficientemente claro como para no tener que decirlo de forma literal.-No creo que me hayas violado, pero me gustaría saber qué pasó…ya sabes, si hicimos algo. Y ciertamente si hubiese sido así me gustaría recordarlo.-se encogió de hombros y buscó en sus bolsillos un cigarrillo, no encontró ninguno y continuó avanzando.
Acerca del matrimonio tampoco recordaba nada, pero sería muy grosero decirle que no quería casarse con ella, que apenas se conocían y que ojalá no se lo tomase en serio porque hacía pocos minutos habían comenzado a no llamarse por los apellidos y eso. El desposarla le parecía algo apresurado, aunque fuese una broma porque ni así de bien se habían llevado hasta ese momento.
-Si nos va bien en la cita regresamos y te propongo matrimonio, así si me violaste ya no quedo en desgracia social. ¿Qué dices?
Siguieron avanzando y finalmente llegaron a los vestidores, esperaron a que todos se duchasen, se vistiesen y se fuesen, hasta el último de ellos. Pasó primero él y luego de verificar que no quedase nadie la llamó, la ayudó a deshacer el hechizo de la mezclilla que la cubría y dejó que se metiese a la ducha, aunque fue tan apresurada que ni buscó toallas, se las puso entonces al lado de la ducha y fue a ducharse él también, sintiendo el escozor del agua caliente sobre su piel magullada. Se demoró unos diez minutos y salió en toalla a buscar algo de ropa para usar. Encontró ropa limpia del equipo que no olía tan bien, pero se la puso de todos modos y ya se cambiaría en su facultad.
Ella se iba a su entrenamiento y él fue de nuevo hacia la sala de convivencia de smertios, allí ya no encontró ni el whisky ni la ropa que habían dejado la noche anterior. Se volvió a meter a la ducha y se puso finalmente ropa propia, ya después devolvería ese préstamo poco limpio.
Le iba a decir que irían por allá pero que esperaba que conociese el sitio mejor que él, sin embargo no lo hizo porque ella le volvió a recordar la situación haciéndole una serie de preguntas que nada tenían que ver con la invitación. Si le hubiese preguntado si era una cita le hubiese dicho que sí, no le veía nada raro, es más, pensó que estaba lo suficientemente claro como para no tener que decirlo de forma literal.-No creo que me hayas violado, pero me gustaría saber qué pasó…ya sabes, si hicimos algo. Y ciertamente si hubiese sido así me gustaría recordarlo.-se encogió de hombros y buscó en sus bolsillos un cigarrillo, no encontró ninguno y continuó avanzando.
Acerca del matrimonio tampoco recordaba nada, pero sería muy grosero decirle que no quería casarse con ella, que apenas se conocían y que ojalá no se lo tomase en serio porque hacía pocos minutos habían comenzado a no llamarse por los apellidos y eso. El desposarla le parecía algo apresurado, aunque fuese una broma porque ni así de bien se habían llevado hasta ese momento.
-Si nos va bien en la cita regresamos y te propongo matrimonio, así si me violaste ya no quedo en desgracia social. ¿Qué dices?
Siguieron avanzando y finalmente llegaron a los vestidores, esperaron a que todos se duchasen, se vistiesen y se fuesen, hasta el último de ellos. Pasó primero él y luego de verificar que no quedase nadie la llamó, la ayudó a deshacer el hechizo de la mezclilla que la cubría y dejó que se metiese a la ducha, aunque fue tan apresurada que ni buscó toallas, se las puso entonces al lado de la ducha y fue a ducharse él también, sintiendo el escozor del agua caliente sobre su piel magullada. Se demoró unos diez minutos y salió en toalla a buscar algo de ropa para usar. Encontró ropa limpia del equipo que no olía tan bien, pero se la puso de todos modos y ya se cambiaría en su facultad.
Ella se iba a su entrenamiento y él fue de nuevo hacia la sala de convivencia de smertios, allí ya no encontró ni el whisky ni la ropa que habían dejado la noche anterior. Se volvió a meter a la ducha y se puso finalmente ropa propia, ya después devolvería ese préstamo poco limpio.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Página 2 de 2. • 1, 2
Universidad Brigantia de Estudios Mágicos :: Facultades :: Facultad Smertios :: Salón de convivencia
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Jul 15, 2013 1:57 pm por Gerhard Immëndorff
» PANGEA RPG - !UN FORO DIFERENTE! Ven y conócenos.
Sáb Abr 06, 2013 5:04 pm por Morten J. Harket
» Anybody home?
Sáb Abr 06, 2013 4:57 pm por Morten J. Harket
» Morsmorde Era Tom Riddle {Elite} No es cualquier rpg de Hp
Sáb Mar 30, 2013 11:41 am por Invitado
» Morrigan's Mental Asylum FORO NUEVO DE JULIA MCREARY
Lun Mar 25, 2013 2:28 am por Julia McCreary
» San Valentín
Sáb Mar 16, 2013 12:17 am por Aldrich Burroughs
» Necronomicon [Normal]
Vie Mar 08, 2013 1:37 pm por Invitado
» Inferio RPG ~ Afiliación Elite {Nuevos Botones y Nuevo Dominio}
Jue Mar 07, 2013 5:49 pm por Invitado
» Partis Temporus [elite]
Lun Mar 04, 2013 5:04 pm por Invitado
» Into the darkness {Afiliacion Normal}
Lun Feb 25, 2013 6:34 pm por Invitado