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Confesión de medianoche.
5 participantes
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Confesión de medianoche.
Viernes 7 de diciembre
Medianoche
Atrás de la cafetería.
Medianoche
Atrás de la cafetería.
A Shadow se lo había dicho ya, esa mañana y su hermana incluso faltó a clases por quedarse hablando con él, ella ahogada en llanto por no creer que pudiese haber sido él quien hiciese eso, no podía creer que fuese capaz, no él. Fueron tres o cuatro horas las que estuvo con ella hablando en su habitación aprovechando que los demás estaban en clases. Se le partió el alma al verla tan alterada pero pudo dejarla más calmada finalmente, ella le juró que no diría nada y le creyó, ni él diría que ella lo sabía ni ella revelaría su culpa.
Pensó en decírselo a su padre pero no estaba seguro, su madre jamás podría contárselo porque sentía que la decepcionaría, si lo llevaba a Azkban ella misma no le sorprendería por descabellada que sonase la idea. Había alguien más que debía saberlo, a quien debía pedirle perdón si era necesario, esa persona era Pear. Si bien Shadow podía ser explosiva era manejable, Pear tenía un carácter más duro a su parecer, podía quererlo mucho y dejar de hacerlo un poco después de eso, pero necesitaba ser sincero con su familia.
La citó a medianoche ese viernes, como siempre llegó un poco temprano y en el camino acabó cuatro cigarrillos de forma compulsiva. No solamente la esperaba a ella, si no a quien lo ayudaría a cumplir lo que tenía que hacer con ella, porque no era una cita cualquiera para hablar de la vida o simplemente hacerle una confesión, ese era un asunto grave, importante.
Le había dicho que detrás de la cafetería pero él estaba algo alejado del punto para poder ver si llegaba cualquiera de sus dos citados. Vio al primero acercarse y tras saludarlo le pidió que se ocultase, no quería que Pearlie desconfiase en un instante, además al no saber de su pleito con Joe no estaba seguro de si la seguiría o no, seguía ignorando los hechos y aquella engorrosa historia que tenía a todo el colegio pendiente, o al menos a varias de sus amigas. Shadow no le había dicho nada si es que lo sabía, quizá ni eso.
La vio acercarse y apagó el sétimo cigarrillo de la noche para ir a darle el encuentro, de paso allí podría ver si es que estaba con alguien.-¿Cómo estás? ¿Me extrañaste?
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
Tirada de crasheo vidente: 14. Bua. Ha. Ha.
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Con todo y lo que Aldrich había hecho por probarse aquella noche, no veía que fuera tiempo aún de fiarse por completo de él. Por mucho que insistiera en que buscaba la Marca, que sus motivos y convicciones eran fuertes, no veía en él todavía nada que pudiera dar fe de verdadero potencial, de verdadero compromiso. Y si lo habían dejado a su cargo para mantenerlo vigilado no había sido por nada.
Del incendio se había retirado sin mayor problema después de quedarse un rato a contemplar el caos causado. Entre tanto humo, nadie se había percatado de su salida desmaterializado en neblina oscura. No había pretendido cobrarse vidas esa noche, ni era un plan elaborado con la idea de perjudicar especificamente a alguien. Era tan solo una manera de probar a Burroughs, y sí, extender un poco el pánico. Todo mientras Holland mismo se encargaba de convencer a las masas que no había nada de lo que temer y la poción para la cual Ayres había sido sacrificada comenzaba a tomar forma. Las cosas, poco a poco, comenzaban a caer en su lugar.
No obstante, no era de dejar cabos sueltos con los que pudiera tropezar con facilidad. Tenía bien vigilado a Burroughs. No lo había ayudado a escapar del incendio, porque al final, si en realidad pretendía volverse uno de los suyos tenía que afinar sus reflejos, no solo al momento de blandir una varita, sino mentales. Si salía bien librado, algún potencial tendría. Si no, pues vaya, lástima.
La cuestión era que, cuando le había llegado una visión a interrumpir su lectura, mostrándole a Aldrich frente a Pearlie, a solas y con una expresión de culpabilidad absoluta, supo que correspondía apretar aquel nudo más. Lo había visto con claridad, media noche, tras la cafetería, en cosa de unas horas..
Así que partió hacia allá, esperando oculto en los terrenos, observándolo fumar con nerviosismo, aguardando la llegada de su cita. Tocaba decir que la primera persona que había llegado daba un giro inesperado al asunto, uno que despertaba muchísimo su curiosidad. Valía la pena aguardar un poco antes de conjurar un Flagrante a la camisa de Burroughs para hacerle constar que lo estaban observando y más le valía tener cuidado con lo que decía.
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Con todo y lo que Aldrich había hecho por probarse aquella noche, no veía que fuera tiempo aún de fiarse por completo de él. Por mucho que insistiera en que buscaba la Marca, que sus motivos y convicciones eran fuertes, no veía en él todavía nada que pudiera dar fe de verdadero potencial, de verdadero compromiso. Y si lo habían dejado a su cargo para mantenerlo vigilado no había sido por nada.
Del incendio se había retirado sin mayor problema después de quedarse un rato a contemplar el caos causado. Entre tanto humo, nadie se había percatado de su salida desmaterializado en neblina oscura. No había pretendido cobrarse vidas esa noche, ni era un plan elaborado con la idea de perjudicar especificamente a alguien. Era tan solo una manera de probar a Burroughs, y sí, extender un poco el pánico. Todo mientras Holland mismo se encargaba de convencer a las masas que no había nada de lo que temer y la poción para la cual Ayres había sido sacrificada comenzaba a tomar forma. Las cosas, poco a poco, comenzaban a caer en su lugar.
No obstante, no era de dejar cabos sueltos con los que pudiera tropezar con facilidad. Tenía bien vigilado a Burroughs. No lo había ayudado a escapar del incendio, porque al final, si en realidad pretendía volverse uno de los suyos tenía que afinar sus reflejos, no solo al momento de blandir una varita, sino mentales. Si salía bien librado, algún potencial tendría. Si no, pues vaya, lástima.
La cuestión era que, cuando le había llegado una visión a interrumpir su lectura, mostrándole a Aldrich frente a Pearlie, a solas y con una expresión de culpabilidad absoluta, supo que correspondía apretar aquel nudo más. Lo había visto con claridad, media noche, tras la cafetería, en cosa de unas horas..
Así que partió hacia allá, esperando oculto en los terrenos, observándolo fumar con nerviosismo, aguardando la llegada de su cita. Tocaba decir que la primera persona que había llegado daba un giro inesperado al asunto, uno que despertaba muchísimo su curiosidad. Valía la pena aguardar un poco antes de conjurar un Flagrante a la camisa de Burroughs para hacerle constar que lo estaban observando y más le valía tener cuidado con lo que decía.
Noel Cerise- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Re: Confesión de medianoche.
Le sorprendía el lugar que había elegido Aldrich para citarla. No entendía por qué simplemente no la citaba en la cafetería y no detrás de la cafetería, pero no importaba, de todos modos iría. Hasta el momento no tenía ni idea de lo que había pasado, solo sabía que los aurores estaban haciendo profundas investigaciones aunque estaba intranquila y se sentía muy mal por lo que había significado para Angus y Aquila que habían puesto todo su esfuerzo ahí. Luego se había enterado que Aldrich también había estado pero por suerte parecían estar enteros todos.
Ese día había sido particularmente horrible. No había entrado a una sola clase de historia desde lo ocurrido con Joe porque trataba de evitarlo lo más posible aunque en una facultad como la de ellos parecía imposible y maldecía más que nunca a los periodistas que pululaban por ahí. Al menos el asunto no estaba pasando a mayores todavía y ella estaba relativamente en paz.
Así que luego de encerrarse sola en su habitación –sus compañeras de todos modos casi nunca estaban- había pasado todo el día rompiéndose la cabeza respecto al día siguiente, rompiéndose la cabeza respecto a Milena, rompiéndose la cabeza respecto a la situación en general y había terminado odiando al mundo y con un trabajo bastante mediocre para Leyes que tendría que volver a hacer.
Caminó por los terrenos varita en mano, iluminando el terreno cuando dio la vuelta hacia el lugar señalado por Aldrich. Sonrió al verlo sin poder evitar y hasta apretó el paso para correr hasta él y abrazarlo por el cuello como una loca. Y no, hasta donde ella sabía, no estaba con nadie, ni nadie la venía siguiendo, así que menos esperaba que alguien –o varios- estuvieran con Aldrich, escondidos en distintos puntos.
-Estoy bien. Y te extrañé muchísimo.
Decir “bien” era relativo, porque no era enteramente cierto, pero lo que menos quería era agobiar a Aldrich con tonterías que ella misma tenía que manejar.
-¿Por qué me citaste aquí? ¡qué misterioso!
Ese día había sido particularmente horrible. No había entrado a una sola clase de historia desde lo ocurrido con Joe porque trataba de evitarlo lo más posible aunque en una facultad como la de ellos parecía imposible y maldecía más que nunca a los periodistas que pululaban por ahí. Al menos el asunto no estaba pasando a mayores todavía y ella estaba relativamente en paz.
Así que luego de encerrarse sola en su habitación –sus compañeras de todos modos casi nunca estaban- había pasado todo el día rompiéndose la cabeza respecto al día siguiente, rompiéndose la cabeza respecto a Milena, rompiéndose la cabeza respecto a la situación en general y había terminado odiando al mundo y con un trabajo bastante mediocre para Leyes que tendría que volver a hacer.
Caminó por los terrenos varita en mano, iluminando el terreno cuando dio la vuelta hacia el lugar señalado por Aldrich. Sonrió al verlo sin poder evitar y hasta apretó el paso para correr hasta él y abrazarlo por el cuello como una loca. Y no, hasta donde ella sabía, no estaba con nadie, ni nadie la venía siguiendo, así que menos esperaba que alguien –o varios- estuvieran con Aldrich, escondidos en distintos puntos.
-Estoy bien. Y te extrañé muchísimo.
Decir “bien” era relativo, porque no era enteramente cierto, pero lo que menos quería era agobiar a Aldrich con tonterías que ella misma tenía que manejar.
-¿Por qué me citaste aquí? ¡qué misterioso!
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
Santa paciencia y diplomacia también para con los amigos.
El se había enterado de primera mano todo lo sucedido en la fiesta, bueno... todo lo referente al incendio. Primero el periódico, luego Aldrich se lo había explicitado a solas entre hechizos de insonorización a puerta cerrada en un escobero, pues Charles era precavido hasta la médula. No alzó la voz, ni cuando se enteró de que el muchacho lo había hecho, ni cuando le contó que se había confesado con su melliza, ni cuando muy acertadamente explicó que contárselo a su padre no estaba en el plan. Ahora, cuando el chico esbozó sus claras intenciones sobre Pearlie tuvo que apretarse los labios con la palma entera para no decir ni mu.
A veces Charles pensaba en cómo era posible que nadie viera las cosas como él, pero luego se tranquilizaba confirmando que a la larga tenía la razón. Ejemplo clarísimo fue para él, el discurso de Holland: exponerse era una completa idiotez. Se lo había querido explicar a Othilia y nada, pero ahora que el mismo que ponía marcas había salido a demostrar como se actuaba en público, la chica algo le daba la razón. Algo, que con Othilia como con Aldrich, nunca se pisaba terreno seguro.
Pero más allá de las cuestiones técnicas. Era plan de Charles, como de Noel que Burroughs tomara buen camino, y a diferencia de su primo, Luttrell no presionaba lealtades, las conquistaba. O lo intentaba al menos, con paciencia, dedicación y acompañamiento. Así hizo con Aldrich, lo escuchó, le asintió, le comentó dudas livianas, pero se aseguró de estar presente en aquella locura que se le había atravesado. Pues era momento, también para el chico de darse cuenta el mundo en que vivía, del lado de su familia y del lado de sus amigos.
Lo saludó al pasar y apoyándole una mano en el hombro, signo de compañía tácita, se adentró entre los árboles y la oscuridad. Vio pasar por su costado una magia nímia, y sonriendo de lado fue al encuentro de Noel a quien le puso una mano al hombro también y casi reprendió a media voz alzando las cejas - te dije que no lo presionaras... - Ahora podría ver ricitos de oro las consecuencias por si mismo... -y que ese cabello te hace brillar en la oscuridad.. - Se hubiera carcajeado de su chiste ocasional, pero aunque estaban ocultos no había que tentar a la suerte y ya llegaba Pearlie a hacer su parte.
Ahora si, cruzarse de brazos y esperar las palabras de Aldrich.
El se había enterado de primera mano todo lo sucedido en la fiesta, bueno... todo lo referente al incendio. Primero el periódico, luego Aldrich se lo había explicitado a solas entre hechizos de insonorización a puerta cerrada en un escobero, pues Charles era precavido hasta la médula. No alzó la voz, ni cuando se enteró de que el muchacho lo había hecho, ni cuando le contó que se había confesado con su melliza, ni cuando muy acertadamente explicó que contárselo a su padre no estaba en el plan. Ahora, cuando el chico esbozó sus claras intenciones sobre Pearlie tuvo que apretarse los labios con la palma entera para no decir ni mu.
A veces Charles pensaba en cómo era posible que nadie viera las cosas como él, pero luego se tranquilizaba confirmando que a la larga tenía la razón. Ejemplo clarísimo fue para él, el discurso de Holland: exponerse era una completa idiotez. Se lo había querido explicar a Othilia y nada, pero ahora que el mismo que ponía marcas había salido a demostrar como se actuaba en público, la chica algo le daba la razón. Algo, que con Othilia como con Aldrich, nunca se pisaba terreno seguro.
Pero más allá de las cuestiones técnicas. Era plan de Charles, como de Noel que Burroughs tomara buen camino, y a diferencia de su primo, Luttrell no presionaba lealtades, las conquistaba. O lo intentaba al menos, con paciencia, dedicación y acompañamiento. Así hizo con Aldrich, lo escuchó, le asintió, le comentó dudas livianas, pero se aseguró de estar presente en aquella locura que se le había atravesado. Pues era momento, también para el chico de darse cuenta el mundo en que vivía, del lado de su familia y del lado de sus amigos.
Lo saludó al pasar y apoyándole una mano en el hombro, signo de compañía tácita, se adentró entre los árboles y la oscuridad. Vio pasar por su costado una magia nímia, y sonriendo de lado fue al encuentro de Noel a quien le puso una mano al hombro también y casi reprendió a media voz alzando las cejas - te dije que no lo presionaras... - Ahora podría ver ricitos de oro las consecuencias por si mismo... -y que ese cabello te hace brillar en la oscuridad.. - Se hubiera carcajeado de su chiste ocasional, pero aunque estaban ocultos no había que tentar a la suerte y ya llegaba Pearlie a hacer su parte.
Ahora si, cruzarse de brazos y esperar las palabras de Aldrich.
Charles Luttrell- Mensajes : 109
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Re: Confesión de medianoche.
Pobre iluso. Pensaba que el creer que lo espiarían era una posibilidad muy remota, casi imposible. No es que fuese a traicionarlos, pero necesitaba contárselo a Pearlie, no porque se sintiese débil respecto a su decisión, sino más bien porque era su familia y quería que entendiese por qué lo hacía, por qué haría todo eso. Alguna vez debería decírselo a sus padres aunque esperaba que para ese tiempo ellos ya hubiesen entendido, no les contaría hasta que las cosas cayesen por su propio peso, hasta haberse curtido bien como para no retroceder, a su hermana podía negarle algo pero no a su madre que tantas cosas les enseñó para que jamás hiciesen lo que él estaba haciendo.
La vio llegar y sonrió ampliamente, si bien él no apresuró el paso abrió los brazos para recibirla cuando se le lanzó el cuello a abrazarlo, disimuló el dolor que le causaba eso y la abrazó con el mismo entusiasmo que mostraba ella. No sabía nada del asunto que la agobiaba y eso bastó para que creyese sus palabras, en la oscuridad no podría identificar la consternación en su rostro, sobretodo porque tenían las varitas lejos. Cuando dejaron el abrazo fueron hasta el muro de la cafetería para recostarse en él, no planeaba adentrarse mucho en el follaje cercano porque no sabía exactamente en qué punto estaba Charles.
-También te extrañé.-le dijo con sinceridad incluso luego de que pasasen algunos segundos en los que ambos estuvieron en silencio, no quería decirle aún del tema que los llevaba a eso porque no sabía cómo empezar, no era como confesar que se había robado unas golosinas en el viejo Honeydukes o que había hecho trampa en un examen. Se trataba de algo grave, de algo que a ella misma le afectó. -¿Cómo saliste del asunto ese del incendio? Shadow quedó con unas marcas bastante feas, la pobre quedó sumergida en depresión aunque ya se le están quitando. Casi compra la droguería entera.
Abordar el asunto de a pocos era lo mejor, no decirle directamente ‘quizá no lo sepas pero quiero ser un mortífago, causé todo ese desastre y no me siento tan arrepentido como debería. Creo que es lo que debo hacer y tengo sentimiento de culpa porque no era algo personal, se trata de cosas que no entienden y que espero que eso les enseñe para no tener que lanzar una maldición imperdonable la próxima vez’. No podía decir eso.
De todos modos llegaría el momento de decirle algo, quizá en unos cinco minutos, porque no daría vuelta atrás, debería asegurarse que ella no dijese nada y eso sería de un modo u otro. Charles ya estaba preparado. Era incapaz de lastimar a Pearlie, pero no pondría en peligro su nueva ideología.
La vio llegar y sonrió ampliamente, si bien él no apresuró el paso abrió los brazos para recibirla cuando se le lanzó el cuello a abrazarlo, disimuló el dolor que le causaba eso y la abrazó con el mismo entusiasmo que mostraba ella. No sabía nada del asunto que la agobiaba y eso bastó para que creyese sus palabras, en la oscuridad no podría identificar la consternación en su rostro, sobretodo porque tenían las varitas lejos. Cuando dejaron el abrazo fueron hasta el muro de la cafetería para recostarse en él, no planeaba adentrarse mucho en el follaje cercano porque no sabía exactamente en qué punto estaba Charles.
-También te extrañé.-le dijo con sinceridad incluso luego de que pasasen algunos segundos en los que ambos estuvieron en silencio, no quería decirle aún del tema que los llevaba a eso porque no sabía cómo empezar, no era como confesar que se había robado unas golosinas en el viejo Honeydukes o que había hecho trampa en un examen. Se trataba de algo grave, de algo que a ella misma le afectó. -¿Cómo saliste del asunto ese del incendio? Shadow quedó con unas marcas bastante feas, la pobre quedó sumergida en depresión aunque ya se le están quitando. Casi compra la droguería entera.
Abordar el asunto de a pocos era lo mejor, no decirle directamente ‘quizá no lo sepas pero quiero ser un mortífago, causé todo ese desastre y no me siento tan arrepentido como debería. Creo que es lo que debo hacer y tengo sentimiento de culpa porque no era algo personal, se trata de cosas que no entienden y que espero que eso les enseñe para no tener que lanzar una maldición imperdonable la próxima vez’. No podía decir eso.
De todos modos llegaría el momento de decirle algo, quizá en unos cinco minutos, porque no daría vuelta atrás, debería asegurarse que ella no dijese nada y eso sería de un modo u otro. Charles ya estaba preparado. Era incapaz de lastimar a Pearlie, pero no pondría en peligro su nueva ideología.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
((Off topic: menciono que Pearl user me contó sus planes con permiso previo de ella))
No era ni remotamente la primera vez que mi mente conspiranoica me impulsaba a hacer cosas. En ese caso, a lo que me impulsaban mis ideas era a echarle un ojo a Pearl, que por cierto no tenía mucho que ver con la idea de que me estuviera engañando y hubiera ido a otro lado que no fuera los alrededores de la cafetería muy a deshoras. Yo no era un tipo posesivo, pero los tiempos nos tenían preocupados a todos. Después de que la fiesta de Angus hubiera terminado con heridos y marcas tenebrosas en el aire, me sobraban razones para pensar que la Universidad se había vuelto un poco más peligrosa.
Pearl era confiada, por que se trataba de su primo, razón que a mi me daba el doble de desconfianza desde que me había dicho que la tenía vigilada con un guardapelo como si fuera perro fino; alguna vez me había embriagado con Aldrich y en ese momento no pensé que fuera mal tipo, pero en definitiva no era ni una amistad potencial ni acaso una simpatía qué conservar, bastaba mirar sus compañías. Eso de citarse muy tarde y medio escondidos no tenía sentido para mi, seguramente no iban a fumar crack por que no les veía tipo de hacerlo, y si quisieran hablar en privado ¿Tenía qué ser tan en privado, tan a esas horas?
Mi paranoia no me dejó en paz y al fin renuncié a seguir fingiendo que le ponía atención a un libro sobre cosmogonía en pueblos mágicos del lejano oriente y me quedé pensando en lo qué hacer. No quería parecer un posesivo extremo llegando "de sorpresa" a una cosa en la que yo no tenía nada que ver, pero como buen Arianrhod (yeah right) mi intuición me decía que debía al menos pasarme por ahí. De cualquier manera iba a ser inadecuado, pero iba a hacerlo. Ese asunto del guardapelo me daba asco.
Caminando mientras me fumaba un cigarrillo llegué hasta esa parte oscura y extraña de la cafetería donde vi a Pearl, en efecto, con su primo. No era ninguna clase de celos lo que me movía a comprobarlo, eso lo tenía claro, era mi paranoia y fui caminando hasta ella, con media sonrisa y sacando el humo del tabaco hacia un lado. Saludé a Aldrich con la cabeza.
-Sólo quise pasarme por que si están planeando otra irrupción alcoholizada en Radegast tengo que estar incluíio. Hace tiempo que no te veo beber, Aldrich; en la fiesta sólo supe que te habías lastimado, pero no te vi antes.
Pues sí, era una insinuación rara, por que Angus se le había acercado y lo había visto muy mal (yo estaba ahí cuando hicimos los trasladores) pero no lo vi llegar a saludar antes ni estar en la fiesta, o sea estar, aunque era cierto que yo había pasado una parte del tiempo fuera y él pudo llegar cuando yo no estaba, qué iba a saber, no lo estaba acusando de nada, pero le hice notar ese detalle sólo por que me volvía a la cabeza.
-No es cierto, Pearl, te dejo tranquila. ¿Quieres que te espere? Me puedo fumar un cigarrillo en la entrada de la cafetería...
Si me decía que no hacía falta, pues entonces no hacía falta. Acaricié su hombro afectuosamente y le di un beso en el cabello. Inadecuado o no, me aliviaba demasiado haber seguido mi instinto e ir, pensaran lo que pensaran.
No era ni remotamente la primera vez que mi mente conspiranoica me impulsaba a hacer cosas. En ese caso, a lo que me impulsaban mis ideas era a echarle un ojo a Pearl, que por cierto no tenía mucho que ver con la idea de que me estuviera engañando y hubiera ido a otro lado que no fuera los alrededores de la cafetería muy a deshoras. Yo no era un tipo posesivo, pero los tiempos nos tenían preocupados a todos. Después de que la fiesta de Angus hubiera terminado con heridos y marcas tenebrosas en el aire, me sobraban razones para pensar que la Universidad se había vuelto un poco más peligrosa.
Pearl era confiada, por que se trataba de su primo, razón que a mi me daba el doble de desconfianza desde que me había dicho que la tenía vigilada con un guardapelo como si fuera perro fino; alguna vez me había embriagado con Aldrich y en ese momento no pensé que fuera mal tipo, pero en definitiva no era ni una amistad potencial ni acaso una simpatía qué conservar, bastaba mirar sus compañías. Eso de citarse muy tarde y medio escondidos no tenía sentido para mi, seguramente no iban a fumar crack por que no les veía tipo de hacerlo, y si quisieran hablar en privado ¿Tenía qué ser tan en privado, tan a esas horas?
Mi paranoia no me dejó en paz y al fin renuncié a seguir fingiendo que le ponía atención a un libro sobre cosmogonía en pueblos mágicos del lejano oriente y me quedé pensando en lo qué hacer. No quería parecer un posesivo extremo llegando "de sorpresa" a una cosa en la que yo no tenía nada que ver, pero como buen Arianrhod (yeah right) mi intuición me decía que debía al menos pasarme por ahí. De cualquier manera iba a ser inadecuado, pero iba a hacerlo. Ese asunto del guardapelo me daba asco.
Caminando mientras me fumaba un cigarrillo llegué hasta esa parte oscura y extraña de la cafetería donde vi a Pearl, en efecto, con su primo. No era ninguna clase de celos lo que me movía a comprobarlo, eso lo tenía claro, era mi paranoia y fui caminando hasta ella, con media sonrisa y sacando el humo del tabaco hacia un lado. Saludé a Aldrich con la cabeza.
-Sólo quise pasarme por que si están planeando otra irrupción alcoholizada en Radegast tengo que estar incluíio. Hace tiempo que no te veo beber, Aldrich; en la fiesta sólo supe que te habías lastimado, pero no te vi antes.
Pues sí, era una insinuación rara, por que Angus se le había acercado y lo había visto muy mal (yo estaba ahí cuando hicimos los trasladores) pero no lo vi llegar a saludar antes ni estar en la fiesta, o sea estar, aunque era cierto que yo había pasado una parte del tiempo fuera y él pudo llegar cuando yo no estaba, qué iba a saber, no lo estaba acusando de nada, pero le hice notar ese detalle sólo por que me volvía a la cabeza.
-No es cierto, Pearl, te dejo tranquila. ¿Quieres que te espere? Me puedo fumar un cigarrillo en la entrada de la cafetería...
Si me decía que no hacía falta, pues entonces no hacía falta. Acaricié su hombro afectuosamente y le di un beso en el cabello. Inadecuado o no, me aliviaba demasiado haber seguido mi instinto e ir, pensaran lo que pensaran.
Karim Malik- Mensajes : 257
Fecha de inscripción : 10/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
No paraba de iluminar levemente el lugar con su varita, no porque no confiara en Aldrich, sino porque si no iluminaba, no podía verle la cara. En realidad no podía tener ni idea de que Aldrich fuera a confesarle algo como lo que quería confesarle, ni que Charles y Noel, por razones distintas, esperaban a saber qué entre los matorrales. Claro que había vuelto a sacar con Malik el tema del guardapelo y estaba poco a poco convenciéndose de dejar de usarlo pero Aldrich había sido claro en eso de que era por protegerla y las cosas estaban bastante mal como para escatimar en recursos. Como fuera todavía tenía cosas que pensar al respecto.
Puso cara de circunstancias y frunció los labios cuando le preguntó por el tema del incendio. Además de haber terminado con el vestido horrendo, más horrendo había sido ver a la gente en tanto pánico y pasar algunos segundos sintiéndote totalmente impotente. Al final había sido útil apagando fuegos y fabricando trasladores a San Mungo hasta con sus zapatos, pero la experiencia había sido espantosa. Jamás se le ocurriría vincular a Aldrich con algo así.
-Yo estaba afuera cuando sucedió, con Sofie y Adair, y Joe y Malik.
En circunstancias extrañas pero no más desafortunadas que las posteriores, obviamente. Había sido horrible ver como todo se incendiaba/explotaba a espaldas de Joe y sobretodo, la Marca Tenebrosa flotando salida de a saber dónde.
-Desde afuera ayudé con Sofie a apagar parte del fuego y luego me dediqué a hacer trasladores a San Mungo y ayudar a la gente. Fue horrible, ni siquiera supe si si llegaste o no.
Porque Angus, naturalmente, no le había dicho nada al respecto, ni nada. Desvió la vista al escuchar pasos que no eran precisamente de quién trataba de escabullirse a ningún lado. Apuntó la varita hacia ahí solo para iluminarse y sonrió apenas al reconocer a Malik. Dejó de apuntar y alzó las cejas, sorprendida por su aparición aunque le pareció un detalle lindo que se preocupara, tomando en cuenta la hora y el lugar misterioso donde le diría que estaría. Así más o menos había desaparecido Angus. Menos mal que todo ese asunto fuera inofensivo, y seguramente Pazuzu también andaría por ahí y en cualquier momento llegaría a arañarle todas las piernas a Malik o algo así.
Le regresó el cariño a su hombro rascando un poco el dorso de su mano con el mismo afecto y poniendo cara de idiota con el beso en el cabello, o más bien una sonrisilla nada discreta. Poco le faltó para tomarlo de la mano como demente.
-¡Síii! No sé…¿hace falta?
O sea, el sí entusiasta era un “sí, espérame”, porque aunque fuera absurdamente tarde le daba igual con tal de estar un rato con él, y luego que no sabía si tenía que irse y finalmente, le preguntaba a Aldrich directamente si era necesario que Malik se fuera a esperarla en la entrada, porque al fin y al cabo no sabía de qué quería hablar su primo, o si eran cosas privadas, o si podía decirlas enfrente de él. O lo que fuera. En todo caso siempre podían hablar por la mañana y planear otra irrupción alcoholizada al Radegast, ella qué iba a saber.
Puso cara de circunstancias y frunció los labios cuando le preguntó por el tema del incendio. Además de haber terminado con el vestido horrendo, más horrendo había sido ver a la gente en tanto pánico y pasar algunos segundos sintiéndote totalmente impotente. Al final había sido útil apagando fuegos y fabricando trasladores a San Mungo hasta con sus zapatos, pero la experiencia había sido espantosa. Jamás se le ocurriría vincular a Aldrich con algo así.
-Yo estaba afuera cuando sucedió, con Sofie y Adair, y Joe y Malik.
En circunstancias extrañas pero no más desafortunadas que las posteriores, obviamente. Había sido horrible ver como todo se incendiaba/explotaba a espaldas de Joe y sobretodo, la Marca Tenebrosa flotando salida de a saber dónde.
-Desde afuera ayudé con Sofie a apagar parte del fuego y luego me dediqué a hacer trasladores a San Mungo y ayudar a la gente. Fue horrible, ni siquiera supe si si llegaste o no.
Porque Angus, naturalmente, no le había dicho nada al respecto, ni nada. Desvió la vista al escuchar pasos que no eran precisamente de quién trataba de escabullirse a ningún lado. Apuntó la varita hacia ahí solo para iluminarse y sonrió apenas al reconocer a Malik. Dejó de apuntar y alzó las cejas, sorprendida por su aparición aunque le pareció un detalle lindo que se preocupara, tomando en cuenta la hora y el lugar misterioso donde le diría que estaría. Así más o menos había desaparecido Angus. Menos mal que todo ese asunto fuera inofensivo, y seguramente Pazuzu también andaría por ahí y en cualquier momento llegaría a arañarle todas las piernas a Malik o algo así.
Le regresó el cariño a su hombro rascando un poco el dorso de su mano con el mismo afecto y poniendo cara de idiota con el beso en el cabello, o más bien una sonrisilla nada discreta. Poco le faltó para tomarlo de la mano como demente.
-¡Síii! No sé…¿hace falta?
O sea, el sí entusiasta era un “sí, espérame”, porque aunque fuera absurdamente tarde le daba igual con tal de estar un rato con él, y luego que no sabía si tenía que irse y finalmente, le preguntaba a Aldrich directamente si era necesario que Malik se fuera a esperarla en la entrada, porque al fin y al cabo no sabía de qué quería hablar su primo, o si eran cosas privadas, o si podía decirlas enfrente de él. O lo que fuera. En todo caso siempre podían hablar por la mañana y planear otra irrupción alcoholizada al Radegast, ella qué iba a saber.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
Sonrió feliz de saber que le había ido mejor que a su hermana, le acarició el rostro con el amor fraternal de siempre, infinito como cada vez y le sonrió con algo de pena porque sabía que las cosas probablemente no fuesen a ser lo mismo desde ese momento. No tenía ni idea de que estaba pensando respecto al guardapelo pero en ese momento no sabía si era bueno o no que lo tuviese, antes de lastimarla se mataría a sí mismo, pero esa gente tenía sus recursos. Sin embargo al no estar al tanto del tema, nada podía agregar.
-Sí, estuve allí pero justo para el momento del alboroto. Ni te pude presentar a la chica con la que estoy saliendo, pero ella está bien.-estaba bien porque no había ido con ella, tampoco sería capaz.-
Era incapaz de muchas cosas, pero al ver llegar a Malik frunció inmediatamente el ceño y supo que ese pensamiento tan conciliador era selectivo. ¿Qué mierda hacía allí? Alguna vez le había dicho hermano y todo eso, pero en un momento de borrachera en el que irrumpieron en el bar de Angus, después de eso poco o nada habían convivido. No le gustó el gesto que tuvo con su prima y no por saber o sospechar algo, le parecía algo inapropiado por todo lo que conllevó, la reacción de ella como si aquel fuese su novio y la osadía de él para meterse en donde no era invitado.
Lo saludó del mismo modo que él usase segundos antes pero con el rostro serio, sin atisbo del compañerismo de antaño y no es que lo que pensaba Karim fuese recíproco, pero ese momento era el menos apropiado para que estuviese allí. Esperaba que Charles no reaccionase, confiaba en su buen tino para esas cosas. -Sí estuve, pero parece que con mala suerte. Ya beberemos una cerveza un día de estos.
Si pensó que exageraba al estar repeliendo tanto su presencia en ese momento notó su equivocación casi al instante, cuando sugería quedarse allí y hasta esperarla. ¿Acaso era su tío Abner para tomarse esas atribuciones? -Es un buen ofrecimiento, amable y todo eso, pero quizá en otro momento. Tengo temas familiares que tratar con Pear, importantes y confidenciales. Y si no le molesta a ella quisiera que fuese a solas, de otro modo la hubiese citado en el comedor. ¿Te molesta?-la última pregunta fue dirigida a ella mientras la miraba a los ojos, aún con el rostro serio y sin dejar de usar el lumos de su varita. Qué esperaba para salir de allí aquel intruso.-
-Sí, estuve allí pero justo para el momento del alboroto. Ni te pude presentar a la chica con la que estoy saliendo, pero ella está bien.-estaba bien porque no había ido con ella, tampoco sería capaz.-
Era incapaz de muchas cosas, pero al ver llegar a Malik frunció inmediatamente el ceño y supo que ese pensamiento tan conciliador era selectivo. ¿Qué mierda hacía allí? Alguna vez le había dicho hermano y todo eso, pero en un momento de borrachera en el que irrumpieron en el bar de Angus, después de eso poco o nada habían convivido. No le gustó el gesto que tuvo con su prima y no por saber o sospechar algo, le parecía algo inapropiado por todo lo que conllevó, la reacción de ella como si aquel fuese su novio y la osadía de él para meterse en donde no era invitado.
Lo saludó del mismo modo que él usase segundos antes pero con el rostro serio, sin atisbo del compañerismo de antaño y no es que lo que pensaba Karim fuese recíproco, pero ese momento era el menos apropiado para que estuviese allí. Esperaba que Charles no reaccionase, confiaba en su buen tino para esas cosas. -Sí estuve, pero parece que con mala suerte. Ya beberemos una cerveza un día de estos.
Si pensó que exageraba al estar repeliendo tanto su presencia en ese momento notó su equivocación casi al instante, cuando sugería quedarse allí y hasta esperarla. ¿Acaso era su tío Abner para tomarse esas atribuciones? -Es un buen ofrecimiento, amable y todo eso, pero quizá en otro momento. Tengo temas familiares que tratar con Pear, importantes y confidenciales. Y si no le molesta a ella quisiera que fuese a solas, de otro modo la hubiese citado en el comedor. ¿Te molesta?-la última pregunta fue dirigida a ella mientras la miraba a los ojos, aún con el rostro serio y sin dejar de usar el lumos de su varita. Qué esperaba para salir de allí aquel intruso.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
Pues sí, todos tenían razones para pensar que ir a verse en los matorrales a media noche no era algo que dejara muy tranquilo, y la reacción de Pearl al verme llegar hacía notar que no se molestaba por mi preocupación, o intromisión, o como quisieran llamarlo. También me gustó el detalle de que correspondiera a mis cariños sutiles y no se pusiera incómoda, no estaba esperando que me metiera la lengua enfrente de Aldrich, pero me bastaba con haber sentido su mano y su sonrisa que, al menos a mi, me parecía tan evidente. Me sonreí más cuando me decía que sí con entusiasmo y no pude evitar medio abrazarla e inclinarme para darle un beso en la comisura de los labios, riéndome un poco como si le susurrara algo.
-Ambos sabemos que puede que eso no pase...
No me gustaban esos modos rematadamente ingleses de ser siempre amable y educado antes que nada; ni Burroughs ni yo querríamos pasar tiempo el uno con el otro y lo sabíamos bien, no teníamos por qué decir cosas como "claro, después nos ponemos de acuerdo" o peor, y muy muggle "sí claro, yo te llamo". Nunca había tenido necesidad de decir esas cosas ni que me las dijeran, así que empezaríamos por ahí. Ser hermanos de una borrachera no cambiaba las cosas para ninguno de los dos, y él no era un tipo poco inteligente como para no conocerse bien, aunque le faltaba franqueza para obviar esos detalles con alguien a quien preferiría no volver a toparse, o sea yo.
Lo que sí me hacía sonreír con una mezcla de extrañeza y descaro era lo que decía después. No me sorprendía que con decisiones tomadas a su nombre, tan tajantes, Pearl hubiera desarrollado ese tic enfermizo de decir "lo hacen por mi bien". Asentí como diciendo qué bonito tu discurso antes de darle la calada final a mi cigarrillo .
-Hey, relájate, suenas a que vine a arruinarte tus planes de dominación mundial ... mira, no vine aquí a ser su guardaespaldas, lo acabo de decir: que la dejaré tranquila y la esperaré por allá, y eso es lo que haré. No estaré tras un arbusto intentando escuchar su charla, créeme que no tengo el menor interés en ella.
Me contuve para agregar un creeme que los asuntos importantes y confidenciales del marqués del culo del diablo no me interesan y era cierto, pero tanta rispidez con mi interrupción me pareció un poco exagerada ¿Qué era tan importante? Había mil métodos mágicos para obviar una cita en el agreste a media noche ¿Qué no era él muy mago y todo eso?
-Haz tus cosas, preciosa. Te espero
Y agité los audífonos que llevaba bajo la ropa, mirando a Aldrich. Que no me viniera con que el señor mago no sabía qué era eso, si era el primero en darse la buena vida en el mundo muggle (al menos en la fiesta de Angus). No iba a esperar a su lado como perro guardián, pero con tanta tensión ni de chiste me iba a largar de ahí como si nada. Me pondría los audífonos para no escuchar sus versos prohibidos, me interesaba más Eyeless in Gaza que la cháchara confidencial e importante del primo de Pearl.
-Ambos sabemos que puede que eso no pase...
No me gustaban esos modos rematadamente ingleses de ser siempre amable y educado antes que nada; ni Burroughs ni yo querríamos pasar tiempo el uno con el otro y lo sabíamos bien, no teníamos por qué decir cosas como "claro, después nos ponemos de acuerdo" o peor, y muy muggle "sí claro, yo te llamo". Nunca había tenido necesidad de decir esas cosas ni que me las dijeran, así que empezaríamos por ahí. Ser hermanos de una borrachera no cambiaba las cosas para ninguno de los dos, y él no era un tipo poco inteligente como para no conocerse bien, aunque le faltaba franqueza para obviar esos detalles con alguien a quien preferiría no volver a toparse, o sea yo.
Lo que sí me hacía sonreír con una mezcla de extrañeza y descaro era lo que decía después. No me sorprendía que con decisiones tomadas a su nombre, tan tajantes, Pearl hubiera desarrollado ese tic enfermizo de decir "lo hacen por mi bien". Asentí como diciendo qué bonito tu discurso antes de darle la calada final a mi cigarrillo .
-Hey, relájate, suenas a que vine a arruinarte tus planes de dominación mundial ... mira, no vine aquí a ser su guardaespaldas, lo acabo de decir: que la dejaré tranquila y la esperaré por allá, y eso es lo que haré. No estaré tras un arbusto intentando escuchar su charla, créeme que no tengo el menor interés en ella.
Me contuve para agregar un creeme que los asuntos importantes y confidenciales del marqués del culo del diablo no me interesan y era cierto, pero tanta rispidez con mi interrupción me pareció un poco exagerada ¿Qué era tan importante? Había mil métodos mágicos para obviar una cita en el agreste a media noche ¿Qué no era él muy mago y todo eso?
-Haz tus cosas, preciosa. Te espero
Y agité los audífonos que llevaba bajo la ropa, mirando a Aldrich. Que no me viniera con que el señor mago no sabía qué era eso, si era el primero en darse la buena vida en el mundo muggle (al menos en la fiesta de Angus). No iba a esperar a su lado como perro guardián, pero con tanta tensión ni de chiste me iba a largar de ahí como si nada. Me pondría los audífonos para no escuchar sus versos prohibidos, me interesaba más Eyeless in Gaza que la cháchara confidencial e importante del primo de Pearl.
Karim Malik- Mensajes : 257
Fecha de inscripción : 10/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
Le hubiera encantado saber quién era la chica con la que estaba saliendo Aldrich y de hecho se quedó con esa espinita en el cuerpo mientras se desarrollaba la escena. Sinceramente no esperaba que las cosas se pusieran en ese curso justo con Aldrich. Era casi parecido a la tensión latente que hubo en el observatorio, con Noel. Pero Aldrich y Noel eran muy distintos, o eso había pensado ella siempre. De todos modos Malik –y obviamente, también Aldrich- ya sabían que con ella se necesitaba mucho para que dejara notar que estaba incómoda. Y las muestras de cariño de Malik no le iban a incomodar, eso, primera cosa.
Lo de “ya beberemos un día de estos” le tenía sin cuidado si era cierto o no, o si era por diplomacia, esa que le habían enseñado bien a ambos. Lo que ya no le gustó tanto fue la segunda parte., por el tono y por que técnicamente estaba corriendo a Malik. Al sentir la mirada de Aldrich no bajó la vista sino que se la mantuvo y abrió la boca para decir algo justo antes de que Malik tomara la palabra.
Terminó frunciendo los labios y también el ceño mientras él hablaba, estaba poniéndose tan de malas que no pudo ni reírse por los planes de dominación mundial. Y qué decir, a ella tampoco le gustaba la tensión y huía a toda costa de sentirse incómoda. Y no quería tener a Malik esperándola con audífonos puestos, y no le había gustado el tono de Aldrich.
-No te vayas lejos, te alcanzo en medio minuto…
Le pidió, y pensaba cumplirlo casi literal, y hasta se hizo un poco hacia atrás para tenerlo en su campo visual, aunque no creía demorarse demasiado, especialmente porque estaba enfadadísima. No recordaba cuándo había sido la última vez que se había enojado con Aldrich. Probablemente nunca, lo que significaba algo importante. Volvió a mirar hacia donde estaba Malik
-Eso fue totalmente innecesario, no tenías que ser grosero con él. ¿importantes y confidenciales? ¿temas familiares? ¿de qué estás hablando?
O sea, no tenía noticias de que algo pasara en el núcleo familiar, que su papá tuviera un bastardo, que el abuelo hubiera sufrido un infarto o cualquiera de esas cosas. Se llevó dos dedos al tabique de la nariz. Estaba costándole mucho esfuerzo todo eso.
-Mira, podemos hablarlo mañana, si ya esperaste hasta la media noche, puede esperar a mañana. No lo voy a dejar ahí esperando por mi y tal. Pudimos haber hecho otra cosa juntos, como antes. Te quiero, demasiado, lo sabes, pero…era innecesario
Se encogió de hombros, sin saber que estaba haciendo una elección casi metafórica al momento de dar los primeros pasos en dirección a Malik.
Lo de “ya beberemos un día de estos” le tenía sin cuidado si era cierto o no, o si era por diplomacia, esa que le habían enseñado bien a ambos. Lo que ya no le gustó tanto fue la segunda parte., por el tono y por que técnicamente estaba corriendo a Malik. Al sentir la mirada de Aldrich no bajó la vista sino que se la mantuvo y abrió la boca para decir algo justo antes de que Malik tomara la palabra.
Terminó frunciendo los labios y también el ceño mientras él hablaba, estaba poniéndose tan de malas que no pudo ni reírse por los planes de dominación mundial. Y qué decir, a ella tampoco le gustaba la tensión y huía a toda costa de sentirse incómoda. Y no quería tener a Malik esperándola con audífonos puestos, y no le había gustado el tono de Aldrich.
-No te vayas lejos, te alcanzo en medio minuto…
Le pidió, y pensaba cumplirlo casi literal, y hasta se hizo un poco hacia atrás para tenerlo en su campo visual, aunque no creía demorarse demasiado, especialmente porque estaba enfadadísima. No recordaba cuándo había sido la última vez que se había enojado con Aldrich. Probablemente nunca, lo que significaba algo importante. Volvió a mirar hacia donde estaba Malik
-Eso fue totalmente innecesario, no tenías que ser grosero con él. ¿importantes y confidenciales? ¿temas familiares? ¿de qué estás hablando?
O sea, no tenía noticias de que algo pasara en el núcleo familiar, que su papá tuviera un bastardo, que el abuelo hubiera sufrido un infarto o cualquiera de esas cosas. Se llevó dos dedos al tabique de la nariz. Estaba costándole mucho esfuerzo todo eso.
-Mira, podemos hablarlo mañana, si ya esperaste hasta la media noche, puede esperar a mañana. No lo voy a dejar ahí esperando por mi y tal. Pudimos haber hecho otra cosa juntos, como antes. Te quiero, demasiado, lo sabes, pero…era innecesario
Se encogió de hombros, sin saber que estaba haciendo una elección casi metafórica al momento de dar los primeros pasos en dirección a Malik.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
Se mantenía calmado en general, no tenía razones para sospechar de él o de sus intenciones, bien podía ser que la hubiese seguido o que ella lo hubiese invitado pero no quisiese admitírselo. De todos modos no era bueno que estuviese allí, no quería presionar a Charles –menos le gustaría presionar a Noel-, no quería arriesgar a su prima a una reacción violenta que pudiese tener su amigo al ver que aquel amigo de Pearlie se estaba metiendo en medio de aquel asunto tan delicado.
Rió sin mucha gracia cuando dijo que no era que estuviese arruinando sus planes de dominio mundial, no era eso, era más bien que interrumpía algo que hacía para evitar que sus acciones luego sorprendiesen a su prima, para que previniese, para que no se expusiera como en esa fiesta en la que gracias a Merlín estaba afuera. Es que él no entendía nada, no podía entenderlo y quizá eso hizo que la actitud de Burroughs pasase más bien a ser condescendiente, como la de alguien que al querer discutir un asunto de adultos se encuentra con un chiquillo de siete u ocho años que no deja de interrumpir.
No se trataba de que los escuchase, se trataba de que no podía estar allí y punto. Al parecer su inglés no era tan claro como pensaba, su dicción debía estar fallando porque sus palabras eran claras, sus intenciones de que se fuese incluso más. Ni siquiera le respondió, simplemente asintió a lo que decía y mostró las palmas en un gesto de que entendía lo que decía, pura condescendencia.-En otro momento será. Quizá en mi casa o en la tuya, Pear.-le respondió a su prima cuando le habló, aunque estaba más que seguro que sería en la suya, donde podía saber quién entraba y quién no, porque no necesitaba en ese momento a alguien más allí, ni aunque fuese alguien que teóricamente le agradaba aunque no en ese momento y tampoco en general si había que ser honestos y dejar aquella costumbre de ser diplomático.-
Estaba claro que ella no estaba de acuerdo con que hace un rato hubiese corrido a su amigo, o a su pretendiente si es que era el caso, al menos eso podía asumir por las confianzas que se tomaba con ella. En otra ocasión se hubiese desvivido por congraciarse con ella, por evitar que durase su enojo y la hubiese hecho reír con cualquier anécdota familiar o lo que sea, pero en ese momento simplemente estaba frustrado porque ella tampoco entendía, no entendía qué pasaba con ella, era como si la amistad de Malik le importase más que algo que era más importante que ponerle play a una lista de reproducción. Tuvo que reunir paciencia para ir a tomarla del brazo y voltearla con delicadeza hacia él, que no era un animal.
-Escucha, no entiendes lo que sucede porque no he podido decírtelo, menos ahora. Y fue necesario, hay mucho en juego, es importante, literalmente de vida o muerte. No entiendo cómo puedes mirarme de esa manera cuando él es el intruso, ¿o crees que te citaría aquí si no fuese necesario que sólo estuvieses tú? ¿Acaso crees que te voy a lastimar o que voy a largar a uno de tus amigos de esa manera si no fuese necesario? Te desconozco, o peor, es como si no me conocieses.-le dijo en un susurro para que don protector no escuchase nada, esperaba su respuesta y era evidente, ella lo sabría porque lo conocía lo suficiente como para saber eso y que no era una cosa simple la que tenía que decirle.-Y también te quiero, pero necesito que confíes en mi. Me mataría antes de dejar que algo te sucediese.-y eso último, lo dijo con total sinceridad.-
Rió sin mucha gracia cuando dijo que no era que estuviese arruinando sus planes de dominio mundial, no era eso, era más bien que interrumpía algo que hacía para evitar que sus acciones luego sorprendiesen a su prima, para que previniese, para que no se expusiera como en esa fiesta en la que gracias a Merlín estaba afuera. Es que él no entendía nada, no podía entenderlo y quizá eso hizo que la actitud de Burroughs pasase más bien a ser condescendiente, como la de alguien que al querer discutir un asunto de adultos se encuentra con un chiquillo de siete u ocho años que no deja de interrumpir.
No se trataba de que los escuchase, se trataba de que no podía estar allí y punto. Al parecer su inglés no era tan claro como pensaba, su dicción debía estar fallando porque sus palabras eran claras, sus intenciones de que se fuese incluso más. Ni siquiera le respondió, simplemente asintió a lo que decía y mostró las palmas en un gesto de que entendía lo que decía, pura condescendencia.-En otro momento será. Quizá en mi casa o en la tuya, Pear.-le respondió a su prima cuando le habló, aunque estaba más que seguro que sería en la suya, donde podía saber quién entraba y quién no, porque no necesitaba en ese momento a alguien más allí, ni aunque fuese alguien que teóricamente le agradaba aunque no en ese momento y tampoco en general si había que ser honestos y dejar aquella costumbre de ser diplomático.-
Estaba claro que ella no estaba de acuerdo con que hace un rato hubiese corrido a su amigo, o a su pretendiente si es que era el caso, al menos eso podía asumir por las confianzas que se tomaba con ella. En otra ocasión se hubiese desvivido por congraciarse con ella, por evitar que durase su enojo y la hubiese hecho reír con cualquier anécdota familiar o lo que sea, pero en ese momento simplemente estaba frustrado porque ella tampoco entendía, no entendía qué pasaba con ella, era como si la amistad de Malik le importase más que algo que era más importante que ponerle play a una lista de reproducción. Tuvo que reunir paciencia para ir a tomarla del brazo y voltearla con delicadeza hacia él, que no era un animal.
-Escucha, no entiendes lo que sucede porque no he podido decírtelo, menos ahora. Y fue necesario, hay mucho en juego, es importante, literalmente de vida o muerte. No entiendo cómo puedes mirarme de esa manera cuando él es el intruso, ¿o crees que te citaría aquí si no fuese necesario que sólo estuvieses tú? ¿Acaso crees que te voy a lastimar o que voy a largar a uno de tus amigos de esa manera si no fuese necesario? Te desconozco, o peor, es como si no me conocieses.-le dijo en un susurro para que don protector no escuchase nada, esperaba su respuesta y era evidente, ella lo sabría porque lo conocía lo suficiente como para saber eso y que no era una cosa simple la que tenía que decirle.-Y también te quiero, pero necesito que confíes en mi. Me mataría antes de dejar que algo te sucediese.-y eso último, lo dijo con total sinceridad.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
Se giró también con paciencia cuando sintió a Aldrich tomándola del brazo. No le hizo ninguna mala cara, y ni siquiera parecía fastidiada de que la hubiera detenido. Se le quedó mirando, seria en apariencia pero dispuesta a escuchar de cualquier forma, sintiéndose bastante preocupada cuando decía que lo que le tenía que decir era de vida o muerte. Sabía que su primo no tendía a exagerar. Volvió a mirar rápidamente hacia la dirección donde estaba y luego negó con la cabeza cuando Aldrich lo llamaba “intruso” porque era todo menos eso.
-Mira, yo no le dije que viniera. Le comenté dónde iba a estar y creo que no es ninguna sorpresa que para como están las cosas se preocupe y tal, podrías no haberme citado tú y eso, ya sabes cómo está todo. Con dementes incendiando fiestas donde hay alumnos de Hogwarts y gente de la universidad, Angus secuestrado…yo te conozco pero últimamente parece que todo puede pasar y me alegra saber que él se preocupa por mi, tú también deberías sentirte tranquilo por eso.
O sea, porque alguien tuviera esas atenciones y tal, fueran por las razones que fueran. Y pues sí, ni como saber que él, precisamente él, al que creía conocer, era uno de los que habían incendiado el lugar, con todo y Shadow adentro, con todo y ella adentro. Invocando una Marca Tenebrosa y actuando como loco asesino. Tampoco lo sabía de Noel, a pesar de la obvia y bien conocida tradición. Simplemente eran cosas que prefería no pensar.
-Aldrich, confío en ti, siempre he confiado en ti, lo sabes perfecto.
Malik tenía puestos los audífonos como había dicho y Pearlie ya sabía que no era de esos tipos deshonestos y que si había dicho que iba a escuchar música sin preocuparse por sus planes de dominación mundial, sino solo por esperarla, entonces ella confiaba en eso, tajantemente.
-Bueno venga, dímelo, porque ahora estoy muy preocupada con todo eso de la vida y la muerte, no te preocupes por él.
O sea por Malik, por aquello de que no iba a estar espiando. Le buscó la mirada a su primo, ladeando ligeramente el rostro, casi haciendo un mohín. De verdad no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba pasando, pero empezaba a preocuparse, porque nunca en la vida habían tenido esa tensión entre ellos.
-Mira, yo no le dije que viniera. Le comenté dónde iba a estar y creo que no es ninguna sorpresa que para como están las cosas se preocupe y tal, podrías no haberme citado tú y eso, ya sabes cómo está todo. Con dementes incendiando fiestas donde hay alumnos de Hogwarts y gente de la universidad, Angus secuestrado…yo te conozco pero últimamente parece que todo puede pasar y me alegra saber que él se preocupa por mi, tú también deberías sentirte tranquilo por eso.
O sea, porque alguien tuviera esas atenciones y tal, fueran por las razones que fueran. Y pues sí, ni como saber que él, precisamente él, al que creía conocer, era uno de los que habían incendiado el lugar, con todo y Shadow adentro, con todo y ella adentro. Invocando una Marca Tenebrosa y actuando como loco asesino. Tampoco lo sabía de Noel, a pesar de la obvia y bien conocida tradición. Simplemente eran cosas que prefería no pensar.
-Aldrich, confío en ti, siempre he confiado en ti, lo sabes perfecto.
Malik tenía puestos los audífonos como había dicho y Pearlie ya sabía que no era de esos tipos deshonestos y que si había dicho que iba a escuchar música sin preocuparse por sus planes de dominación mundial, sino solo por esperarla, entonces ella confiaba en eso, tajantemente.
-Bueno venga, dímelo, porque ahora estoy muy preocupada con todo eso de la vida y la muerte, no te preocupes por él.
O sea por Malik, por aquello de que no iba a estar espiando. Le buscó la mirada a su primo, ladeando ligeramente el rostro, casi haciendo un mohín. De verdad no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba pasando, pero empezaba a preocuparse, porque nunca en la vida habían tenido esa tensión entre ellos.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
Suspiró buscando tranquilizarse pero no podía, pensaba rápidamente midiendo las posibilidades pero eran nulas, la noche estaba perdida y si bien había dicho más de lo que debió haber dicho no fue lo suficientemente claro como para que sospechase, o eso esperaba.
-No puedo, aquí no. Ya no.-lo lamentaba en realidad, pero le dio un beso en la mejilla y la abrazó porque nada más quedaba para él en ese lugar, por mucho que dijese de que Malik se preocupaba por ella y de que supiese racionalmente que eso era bueno no pensaba en ese momento nada bueno de él porque acababa de interrumpirlos adrede, de hacer que no pudiese sacar eso tan importante de su garganta.-
No había forma de que lo hiciese con él cerca, no importaba si a un metro o a diez, seguía sin ser alguien bien recibido para esa conversación y si bien trató de suavizar su rostro no lo logró del todo, hubiese mirado a Charles para pedirle consejo si no fuese extremadamente estúpido hacerlo. Malik no entendería, jamás podría porque no era como ellos, no sabía lo que costaba sobrevivir en su familia y lo que pagó Demetrius Burroughs para que ellos gozasen de esa tranquilidad actual, no sabría jamás la angustia que les daba de niños cuando otros hijos de familias amigas les decían que a los traidores los raptaban, los mataban.
Para prueba Angus, que no era ni de buena familia y quizá por eso lo dejaron vivir, por ser un don nadie. ¿Pero es que no pensaban en su hermana, en su prima? Las dos únicas nietas bien recibidas de Demetrius y Annapola Burroughs eran blancos sencillos, jóvenes y aún ingenuas, presas perfectas para pagar por lo que su abuelo hizo al salir a favor de su tía Frances. Si no pensaba que a los Alechinsky fuese a pasarles algo era porque aunque no se dijese en voz alta, todos en su familia pensaban que eran como un cero a la izquierda, sin dinero o un apellido que los hiciese ser al menos bien recibidos. Además la muerte de alguno de ellos nunca sería tan llorada como la de la flor que creció en el pantano, ese era un pensamiento macabro.
Tenían métodos, tenían fuerza, tenían muchas cosas a favor y aunque ellas eligiesen luchar en un bando distinto serían protegidas, estaba seguro de eso, pero nadie daría un knut por ellas entre los mortífagos. Allí entraba él, junto a ese grupo para velar por ambas, o por su propio abuelo o su abuela, su padre, o su pobre madre que moriría de pena cuando se enterase de lo que estaba comenzando a hacer con su vida, cuando supiese que estaba luchando en contra de esa libertad por la que ella se expuso, por la que casi muere.
-No le digas nada a nadie, por favor, ni siquiera a él porque este es asunto nuestro, sabes que no me gusta ir ventilando asuntos internos. Prometo decirte todo lo que quería decirte hoy pero en otro lugar, en otro momento, cuando podamos. Y puede sonar a capricho pero es así de delicado. Ve a dormir, sueña con hipogrifos de colores.-la tomó del rostro con una mano y le acarició la mejilla, preocupado por ella.-
-No puedo, aquí no. Ya no.-lo lamentaba en realidad, pero le dio un beso en la mejilla y la abrazó porque nada más quedaba para él en ese lugar, por mucho que dijese de que Malik se preocupaba por ella y de que supiese racionalmente que eso era bueno no pensaba en ese momento nada bueno de él porque acababa de interrumpirlos adrede, de hacer que no pudiese sacar eso tan importante de su garganta.-
No había forma de que lo hiciese con él cerca, no importaba si a un metro o a diez, seguía sin ser alguien bien recibido para esa conversación y si bien trató de suavizar su rostro no lo logró del todo, hubiese mirado a Charles para pedirle consejo si no fuese extremadamente estúpido hacerlo. Malik no entendería, jamás podría porque no era como ellos, no sabía lo que costaba sobrevivir en su familia y lo que pagó Demetrius Burroughs para que ellos gozasen de esa tranquilidad actual, no sabría jamás la angustia que les daba de niños cuando otros hijos de familias amigas les decían que a los traidores los raptaban, los mataban.
Para prueba Angus, que no era ni de buena familia y quizá por eso lo dejaron vivir, por ser un don nadie. ¿Pero es que no pensaban en su hermana, en su prima? Las dos únicas nietas bien recibidas de Demetrius y Annapola Burroughs eran blancos sencillos, jóvenes y aún ingenuas, presas perfectas para pagar por lo que su abuelo hizo al salir a favor de su tía Frances. Si no pensaba que a los Alechinsky fuese a pasarles algo era porque aunque no se dijese en voz alta, todos en su familia pensaban que eran como un cero a la izquierda, sin dinero o un apellido que los hiciese ser al menos bien recibidos. Además la muerte de alguno de ellos nunca sería tan llorada como la de la flor que creció en el pantano, ese era un pensamiento macabro.
Tenían métodos, tenían fuerza, tenían muchas cosas a favor y aunque ellas eligiesen luchar en un bando distinto serían protegidas, estaba seguro de eso, pero nadie daría un knut por ellas entre los mortífagos. Allí entraba él, junto a ese grupo para velar por ambas, o por su propio abuelo o su abuela, su padre, o su pobre madre que moriría de pena cuando se enterase de lo que estaba comenzando a hacer con su vida, cuando supiese que estaba luchando en contra de esa libertad por la que ella se expuso, por la que casi muere.
-No le digas nada a nadie, por favor, ni siquiera a él porque este es asunto nuestro, sabes que no me gusta ir ventilando asuntos internos. Prometo decirte todo lo que quería decirte hoy pero en otro lugar, en otro momento, cuando podamos. Y puede sonar a capricho pero es así de delicado. Ve a dormir, sueña con hipogrifos de colores.-la tomó del rostro con una mano y le acarició la mejilla, preocupado por ella.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
No le respondió el abrazo no porque lo estuviera queriendo menos o algo, sino porque estaba consternada. La había citado ahí con urgencia, a una hora poco conveniente, se había puesto misterioso, deliberadamente grosero con Malik, le había dicho que era cosa de vida o muerte, y ahora resultaba que no quería decirle nada como si creyera que Pearlie podía esperar más a saber cuáles eran las cosas tan importantes que parecía querer decirle.
Sintió una punzada de miedo en la boca del estómago, como algo intuitivo más que algo real y tuvo ganas de tener el don de Sofie para poder leer la mente de Aldrich y saber qué estaba pensando, aunque se hubiera llevado un susto de muerte solo por todos los pensamientos oscuros sobre el nombre, la familia y las posiciones, velar por ellas, lo que pensaba sobre Angus, lo que pensaba sobre “proteger al abuelo”. Pearlie no se imaginaba ninguna de esas cosas.
-No…Aldrich…a ver…
Si no se jaló su propio cabello fue por un milagro de los dioses, pero estaba sintiendo una desesperación incontenible, además la sensación era poco conocida por ella porque casi nunca perdía los estribos, para muestra: haber sobrevivido a Joe sin perderse como loca excepto por la última vez. Era raro que se le agotara la paciencia para intentar ser razonal pero estaba totalmente preocupada. O sea, estaba demente, ¿le decía que era delicado y luego la mandaba a soñar con hipogrifos de colores?.
-No, a ver. Estás loco. Me lo dices ahora mismo. No le voy a decir a Malik pero estás mal si crees que me puedes preocupar como lo has hecho ahora para luego decirme que me vaya a soñar con leprechauns irlandeses bañados en oro de la felicidad. No soy una niña ya. Dime lo que me ibas a decir, él no escucha nada. Mejor dímelo o me veré obligada a escribirle a papá ya mismo para que me lo diga él.
Porque Aldrich había dicho que era un asunto familiar, ¿no?. Pues si era así entonces papá debía estar involucrado. Lo miró con severidad, aunque también estaba en ella la pizca de esa niña que había confiado en él plenamente durante muchísimos años. Quería estar ahí para él, era todo, y ahora estaba preocupada de más por la supuesta delicadeza del asunto. No podía jugar así con ella, desde su punto de vista, no era justo.
Sintió una punzada de miedo en la boca del estómago, como algo intuitivo más que algo real y tuvo ganas de tener el don de Sofie para poder leer la mente de Aldrich y saber qué estaba pensando, aunque se hubiera llevado un susto de muerte solo por todos los pensamientos oscuros sobre el nombre, la familia y las posiciones, velar por ellas, lo que pensaba sobre Angus, lo que pensaba sobre “proteger al abuelo”. Pearlie no se imaginaba ninguna de esas cosas.
-No…Aldrich…a ver…
Si no se jaló su propio cabello fue por un milagro de los dioses, pero estaba sintiendo una desesperación incontenible, además la sensación era poco conocida por ella porque casi nunca perdía los estribos, para muestra: haber sobrevivido a Joe sin perderse como loca excepto por la última vez. Era raro que se le agotara la paciencia para intentar ser razonal pero estaba totalmente preocupada. O sea, estaba demente, ¿le decía que era delicado y luego la mandaba a soñar con hipogrifos de colores?.
-No, a ver. Estás loco. Me lo dices ahora mismo. No le voy a decir a Malik pero estás mal si crees que me puedes preocupar como lo has hecho ahora para luego decirme que me vaya a soñar con leprechauns irlandeses bañados en oro de la felicidad. No soy una niña ya. Dime lo que me ibas a decir, él no escucha nada. Mejor dímelo o me veré obligada a escribirle a papá ya mismo para que me lo diga él.
Porque Aldrich había dicho que era un asunto familiar, ¿no?. Pues si era así entonces papá debía estar involucrado. Lo miró con severidad, aunque también estaba en ella la pizca de esa niña que había confiado en él plenamente durante muchísimos años. Quería estar ahí para él, era todo, y ahora estaba preocupada de más por la supuesta delicadeza del asunto. No podía jugar así con ella, desde su punto de vista, no era justo.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
No cambiaría de opinión, que dijese lo que quisiera, que le gritase o que se enojase, eso se solucionaría después sí o sí porque en ese momento si se lo decía y aparecía Charles podía gritar, regresar Malik y acabar aquello en una batalla campal en la que ella podía resultar herida o muerta, conocía lo suficiente a Luttrell para saber que no se quedaría con las ganas de lanzar algunas maldiciones. No le importaban las consecuencias para el tipo ese, pero no por apresurarse iba a exponerla.
Y seguía pensando en las mismas cosas que seguramente sí la alarmarían, pero es que no podía tener otra cosa en la cabeza desde hacía días. En lo cierto o no, es lo que haría con su vida porque es lo que le correspondía hacer, no por un odio a los muggles o a los mestizos, era porque necesitaba saber que los cuidaba a su modo. Lo había pensado durante tantas noches que para él era casi como un mantra, hacía enfriado el asunto en sus propias entrañas para no arrepentirse, para seguir con eso aunque lamentase dejar en el camino a sus amigos y seguramente a buena parte de su familia que no lo entendería. Se repetía que era lo mejor.
Lo que le dijo Noel el día de aquella última fiesta aún lo recordaba bien, había calado mucho en su cabeza porque era totalmente cierto, simple y cierto. Si él no era el que incendiaba aquel lugar alguien más lo haría porque ya estaba planeado, y si era alguien más no tendría piedad de los suyos, no pensaría ni por un segundo en que podría lastimar a quienes él quería, no tendría compasión por las mismas cosas que él.
Se sentía malditamente solo, porque sus antiguos amigos no lo entenderían y los que ahora eran más cercanos a él eran demasiado fríos como para comprender qué era aquel sentir que llevaba en la boca del estómago y que a veces no lo dejaba respirar bien. Y podía ser un loco por hablarle de cosas importantes y luego enviarla a la cama como a una niña, pero es que nada más iba a hacer, nada, nada porque no le estaba permitido hacerlo con alguien más ahí. Quería decírselo, quería gritárselo y saber si lo entendería, estaba seguro de que no pero conservaba la esperanza.
-Es un asunto mío pero que le incumbe a la familia. Tu padre no lo sabe, y esta vez me vas a tener que perdonar porque ni aunque me grites toda la noche te lo voy a decir. Te juro que si pudiese lo haría.-quiso decirle que Shadow lo sabía más o menos porque tampoco se lo había dicho del todo, pero no pensó que fuese bueno porque su hermana era débil, se lo diría todo llorando ante la primera presión.-Entiende por favor, es delicado, demasiado. Necesito estar en un lugar seguro para ambos para decírtelo. Tambien perdóname por importunarte y por la hora, el lugar y todo. Deja que aclare mi mente y pactamos un día para aclarar esto.-por alguna razón casi podía asegurar que eso jamás sucedería, porque Charles le había advertido de lo que sucedería y esa era la prueba, no había modo en el que lo ayudase de nuevo.-
Y seguía pensando en las mismas cosas que seguramente sí la alarmarían, pero es que no podía tener otra cosa en la cabeza desde hacía días. En lo cierto o no, es lo que haría con su vida porque es lo que le correspondía hacer, no por un odio a los muggles o a los mestizos, era porque necesitaba saber que los cuidaba a su modo. Lo había pensado durante tantas noches que para él era casi como un mantra, hacía enfriado el asunto en sus propias entrañas para no arrepentirse, para seguir con eso aunque lamentase dejar en el camino a sus amigos y seguramente a buena parte de su familia que no lo entendería. Se repetía que era lo mejor.
Lo que le dijo Noel el día de aquella última fiesta aún lo recordaba bien, había calado mucho en su cabeza porque era totalmente cierto, simple y cierto. Si él no era el que incendiaba aquel lugar alguien más lo haría porque ya estaba planeado, y si era alguien más no tendría piedad de los suyos, no pensaría ni por un segundo en que podría lastimar a quienes él quería, no tendría compasión por las mismas cosas que él.
Se sentía malditamente solo, porque sus antiguos amigos no lo entenderían y los que ahora eran más cercanos a él eran demasiado fríos como para comprender qué era aquel sentir que llevaba en la boca del estómago y que a veces no lo dejaba respirar bien. Y podía ser un loco por hablarle de cosas importantes y luego enviarla a la cama como a una niña, pero es que nada más iba a hacer, nada, nada porque no le estaba permitido hacerlo con alguien más ahí. Quería decírselo, quería gritárselo y saber si lo entendería, estaba seguro de que no pero conservaba la esperanza.
-Es un asunto mío pero que le incumbe a la familia. Tu padre no lo sabe, y esta vez me vas a tener que perdonar porque ni aunque me grites toda la noche te lo voy a decir. Te juro que si pudiese lo haría.-quiso decirle que Shadow lo sabía más o menos porque tampoco se lo había dicho del todo, pero no pensó que fuese bueno porque su hermana era débil, se lo diría todo llorando ante la primera presión.-Entiende por favor, es delicado, demasiado. Necesito estar en un lugar seguro para ambos para decírtelo. Tambien perdóname por importunarte y por la hora, el lugar y todo. Deja que aclare mi mente y pactamos un día para aclarar esto.-por alguna razón casi podía asegurar que eso jamás sucedería, porque Charles le había advertido de lo que sucedería y esa era la prueba, no había modo en el que lo ayudase de nuevo.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
Tuvo que poner su brazo entero sobre el estómago de Noel como barrera para frenar aquellos instintos locos y desesperados que cargaba por costumbre o personalidad. La llegada del mendigo no era grata para nadie, pero Luttrell podía esperar, un poco más, observar primero que pasaba antes de tentar a la suerte, pues si se actuaba con prisa no solo se corría el riesgo de arruinarlo a punta de varita, si no luego llenando la boca de escusas.
Mil señas en silencio sobre hacer silencio, sobre estarse en el sitio, sobre dar tiempo al desarrollo natural de las cosas. Mil señas con las manos y las cejas en señal de alto, observar primero, pensar después y por último bajar la maldita varita. Charles quería dar tiempo, y no solo para no meterse en el fango, sino para ver como lidiaba Aldrich con la situación, para ver que tan metiche era el hippie aquel, para ver que tan mal le sentaba a Pearlie elegir y a quien.
Y lo peor es que no podía adelantar ni un paso pues ya no eran ellos solos, sino otro par de ojos más, los de Malik, que sin tener nada específico que hacer, podrían encontrarlo. Tampoco le faltaba escusas, a nadie, para estarse entre los árboles la noche de un viernes, pero no era Charles una persona a quien le sentara cómodo tener que dar explicaciones o disculparse con apenas conocidos de vista y al pasar.
Como le hubiera gustado tener unas orejas extensibles o al menos ser legermago, para oír aunque fuera los pensamientos del par Burrough. Pero no lo era, y desde su posición ni susurros llegaban, apenas si vislumbrara el mover de las bocas. Fue un instante de pensar seriamente cuanto valía la pena ponerse a estudiar aquello, que lo llevó a una conclusión mucho peor. Qué tal si no era él el legermago, sino Pearl o Malik.
Primero se le ocurrió como concepto abstracto, cual era la probabilidad de estar exponiendo mentes con planes y secretos antes seres con habilidades metiches, pero luego lo atacó como posibilidad real, que el mendigo allí con sus audífonos estuviera tan tranquilo y campante pues no estaba escuchando con los oídos sino con la mente. Charles miró a Noel pero no le compartió su temor, volvió a mirar a la pareja, y con un gesto de manos instó a su primo a que se fuera.
Quizá no se iría, pero Charles no tenía tiempo ni habilidades para convencerlo a boca cerrada de que él mismo se haría cargo. Dio un paso, otro, dejó a su primo atrás, y sacó su cajetilla de cigarrillos, cuando cruzaba el límite del arbolado sacó la varita y encendió el tabaco, para al alzar la vista encontrarse con la pareja mucho más nítida ahora. Aun a unos pasos, alzó apenas una mano como saludo casual y terminó por acercarse apurando el paso.
- Buenas Pearl… - dijo exhalando el humo hacia abajo para no molestar -… Se acabó el whisky y tu sin aparecer… - hacia Aldrich. No iba a explicarle a la chica que habían quedado con unos amigos a tomar en las grutas, que Aldrich había acordado ir y aun sin presentarse, aunque hubiera sido cierto. Miró al tipejo más allá y preguntó con el ceño pensante… - vienen juntos? – Capaz y era una reunión de tres y él estorbando, que descaro de su parte.
- Ya me voy… a dormir, si soy un viejo – le sonrió a Pearlie, confesándose un vejestorio que se iba a la cama antes de finalizado el horario de protección al brujito, antes de volverse a Aldrich – lo de mañana sigue en pie?... No cites muy tarde que los trasladores dejan de funcionar a las 11.30 pm.
Mil señas en silencio sobre hacer silencio, sobre estarse en el sitio, sobre dar tiempo al desarrollo natural de las cosas. Mil señas con las manos y las cejas en señal de alto, observar primero, pensar después y por último bajar la maldita varita. Charles quería dar tiempo, y no solo para no meterse en el fango, sino para ver como lidiaba Aldrich con la situación, para ver que tan metiche era el hippie aquel, para ver que tan mal le sentaba a Pearlie elegir y a quien.
Y lo peor es que no podía adelantar ni un paso pues ya no eran ellos solos, sino otro par de ojos más, los de Malik, que sin tener nada específico que hacer, podrían encontrarlo. Tampoco le faltaba escusas, a nadie, para estarse entre los árboles la noche de un viernes, pero no era Charles una persona a quien le sentara cómodo tener que dar explicaciones o disculparse con apenas conocidos de vista y al pasar.
Como le hubiera gustado tener unas orejas extensibles o al menos ser legermago, para oír aunque fuera los pensamientos del par Burrough. Pero no lo era, y desde su posición ni susurros llegaban, apenas si vislumbrara el mover de las bocas. Fue un instante de pensar seriamente cuanto valía la pena ponerse a estudiar aquello, que lo llevó a una conclusión mucho peor. Qué tal si no era él el legermago, sino Pearl o Malik.
Primero se le ocurrió como concepto abstracto, cual era la probabilidad de estar exponiendo mentes con planes y secretos antes seres con habilidades metiches, pero luego lo atacó como posibilidad real, que el mendigo allí con sus audífonos estuviera tan tranquilo y campante pues no estaba escuchando con los oídos sino con la mente. Charles miró a Noel pero no le compartió su temor, volvió a mirar a la pareja, y con un gesto de manos instó a su primo a que se fuera.
Quizá no se iría, pero Charles no tenía tiempo ni habilidades para convencerlo a boca cerrada de que él mismo se haría cargo. Dio un paso, otro, dejó a su primo atrás, y sacó su cajetilla de cigarrillos, cuando cruzaba el límite del arbolado sacó la varita y encendió el tabaco, para al alzar la vista encontrarse con la pareja mucho más nítida ahora. Aun a unos pasos, alzó apenas una mano como saludo casual y terminó por acercarse apurando el paso.
- Buenas Pearl… - dijo exhalando el humo hacia abajo para no molestar -… Se acabó el whisky y tu sin aparecer… - hacia Aldrich. No iba a explicarle a la chica que habían quedado con unos amigos a tomar en las grutas, que Aldrich había acordado ir y aun sin presentarse, aunque hubiera sido cierto. Miró al tipejo más allá y preguntó con el ceño pensante… - vienen juntos? – Capaz y era una reunión de tres y él estorbando, que descaro de su parte.
- Ya me voy… a dormir, si soy un viejo – le sonrió a Pearlie, confesándose un vejestorio que se iba a la cama antes de finalizado el horario de protección al brujito, antes de volverse a Aldrich – lo de mañana sigue en pie?... No cites muy tarde que los trasladores dejan de funcionar a las 11.30 pm.
Charles Luttrell- Mensajes : 109
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Re: Confesión de medianoche.
¡Pues claro que no entendía! Y Aldrich estaba lejos de lograr nada si pensaba que iba a entender lo que fuera dándole esas largas y dando esos rodeos mientras al mismo tiempo le decía que era delicadísimo, importantísimo y todo eso. ¿Qué necesitaba estar en un lugar seguro para ambos? ¡Él era quién la había citado ahí en primer lugar!, ¿y no quería decirle nada ahora por Malik? ¡Malik ni escuchaba! Y tampoco era un enemigo en potencia.
Estaba perdiendo los estribos por sentirse impotente y desesperada, por la actitud de suficiencia de Aldrich y porque pretendiera tratarla como tonta, ellos nunca habían sido así, habían desarrollado cierta confianza que hasta ese momento, Pearlie habría creído infranqueable, pero a cada palabra, él no hacía más que demostrarle eso, que la consideraba fácil de engañar, tonta, que tenía el derecho de preocuparla y luego darle palmadas en la cabeza diciéndole “pero luego te digo, ahorita ya no quiero, tengo que aclarar mi mente”.
-Pues es una estupidez lo que estás haciendo, me citas aquí, me preocupas y luego decides que ya no me dices nada. ¿Quién te crees? Tú no eres así. Deja de intentar hacerme pasar por tonta. Al menos él no lo hace.
Y con eso de “él” se refería a Malik, precisamente. Además qué carajos era eso de “es asunto mío pero le incumbe a tu familia”. Tenía ganas de zarandearlo y gritarle que dejara de comportarse como un idiota pero no tuvo tiempo de hacer eso por la oportuna –claro- aparición de Charles. Intentó quitar la cara de enojo para sonreírle y saludarlo como era debido. No tenía interpretaciones paranoicas por su presencia, al fin y al cabo era –o en algún momento había sido- su gente, solo le molestaba la idea de que “su gente” la tratara como idiota.
-Estoy con él, luego te lo presento bien.
Y ese “estoy” era una declaración aunque como Charles, no daba muchas explicaciones para ser explícita. En otro momento hubiera preguntado qué era lo del plan que tenían para el otro día pero en ese instante le importaba poco.
-Los dejo con sus planes, hablamos luego. Fue lindo verte, Charles.
Lo veía a veces por la facultad, pero nada, siempre estaba ocupado con Othilia y tal. Sonrió una última vez con toda la diplomacia posible antes de irse de una buena vez hacia donde Malik, casi corriendo. Le tomó la mano ya sin importarle la discreción ni un carajo y le jaló uno de los audífonos.
-Vámonos de aquí pero ya.
Se moría de coraje, pero tampoco iba a dejar que siguiera con ese jueguito, ¿qué pretendía? nunca le había hecho algo así.
Estaba perdiendo los estribos por sentirse impotente y desesperada, por la actitud de suficiencia de Aldrich y porque pretendiera tratarla como tonta, ellos nunca habían sido así, habían desarrollado cierta confianza que hasta ese momento, Pearlie habría creído infranqueable, pero a cada palabra, él no hacía más que demostrarle eso, que la consideraba fácil de engañar, tonta, que tenía el derecho de preocuparla y luego darle palmadas en la cabeza diciéndole “pero luego te digo, ahorita ya no quiero, tengo que aclarar mi mente”.
-Pues es una estupidez lo que estás haciendo, me citas aquí, me preocupas y luego decides que ya no me dices nada. ¿Quién te crees? Tú no eres así. Deja de intentar hacerme pasar por tonta. Al menos él no lo hace.
Y con eso de “él” se refería a Malik, precisamente. Además qué carajos era eso de “es asunto mío pero le incumbe a tu familia”. Tenía ganas de zarandearlo y gritarle que dejara de comportarse como un idiota pero no tuvo tiempo de hacer eso por la oportuna –claro- aparición de Charles. Intentó quitar la cara de enojo para sonreírle y saludarlo como era debido. No tenía interpretaciones paranoicas por su presencia, al fin y al cabo era –o en algún momento había sido- su gente, solo le molestaba la idea de que “su gente” la tratara como idiota.
-Estoy con él, luego te lo presento bien.
Y ese “estoy” era una declaración aunque como Charles, no daba muchas explicaciones para ser explícita. En otro momento hubiera preguntado qué era lo del plan que tenían para el otro día pero en ese instante le importaba poco.
-Los dejo con sus planes, hablamos luego. Fue lindo verte, Charles.
Lo veía a veces por la facultad, pero nada, siempre estaba ocupado con Othilia y tal. Sonrió una última vez con toda la diplomacia posible antes de irse de una buena vez hacia donde Malik, casi corriendo. Le tomó la mano ya sin importarle la discreción ni un carajo y le jaló uno de los audífonos.
-Vámonos de aquí pero ya.
Se moría de coraje, pero tampoco iba a dejar que siguiera con ese jueguito, ¿qué pretendía? nunca le había hecho algo así.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
No cambiaría de opinión, que dijese lo que quisiera, que le gritase o que se enojase, eso se solucionaría después sí o sí porque en ese momento si se lo decía y aparecía Charles podía gritar, regresar Malik y acabar aquello en una batalla campal en la que ella podía resultar herida o muerta, conocía lo suficiente a Luttrell para saber que no se quedaría con las ganas de lanzar algunas maldiciones. No le importaban las consecuencias para el tipo ese, pero no por apresurarse iba a exponerla.
Y seguía pensando en las mismas cosas que seguramente sí la alarmarían, pero es que no podía tener otra cosa en la cabeza desde hacía días. En lo cierto o no, es lo que haría con su vida porque es lo que le correspondía hacer, no por un odio a los muggles o a los mestizos, era porque necesitaba saber que los cuidaba a su modo. Lo había pensado durante tantas noches que para él era casi como un mantra, hacía enfriado el asunto en sus propias entrañas para no arrepentirse, para seguir con eso aunque lamentase dejar en el camino a sus amigos y seguramente a buena parte de su familia que no lo entendería. Se repetía que era lo mejor.
Comenzaba a perder la paciencia a grandes pasos, se sabía en falta pero no entendía por qué ella no tenía la gentileza de entender que eso no era un juego de caprichos o de decir las cosas porque otra persona presionase. Pasó una mano por su propio rostro como señal añeja de querer calmarse a sí mismo, de querer buscar autocontrol para no gritarle que qué parte no entendía, de si había comenzado a hablar en sirenio como para que se comportase como una chiquilla engreída que no podía esperar, que no quería esperar y que no lo haría.
De estar en su lugar quizá entendería, porque sí, él había elegido el lugar y él mismo le había pintado la escena a grandes rasgos dándole seriedad al tema, pero tampoco podía explicarle que era imposible ahora porque la presencia de Malik podía desatar furias ajenas, venganzas, todo tipo de cosas que lo perturbaban. Decirle eso era admitirle todo, y con él allí no había modo de ya hacer nada. Si ella se negaba a ir a otro lugar que así fuese, pero no podría decir no tuvo intención de decirle las cosas. En dónde quedaba aquella relación de mutua confianza, en la que las razones vagas bastaban como justificaciones o respuestas válidas.
No le contestó porque la presencia de Charles lo tensó entero, lo miró serio y sus palabras lo calmaron, no parecía dispuesto a hacerle algo a su prima o a tomarse atribuciones que no le correspondían, estaba allí para ayudar y era mejor así porque en ese momento era imposible hacerla entrar en razón, por motivos válidos o no. Levantó las cejas hacia ella con incomodidad como toda respuesta para no dejarla con la palabra en la boca, de todos modos la expresión de ella ya había cambiado y solo le quedaba disimular su fastidio latente.
-Adiós.-fue todo lo que le dijo porque ni se había despedido de él, volteó hacia Charles apenas ella huyó hacia su amado nuevo novio porque era ya evidente que estaban en una relación más que amical. Miró a Charles entonces, serio aún y lo llevó unos pasos lejos de ese par, hacia el bosque.-Hay que largarnos. Ese no me da confianza, es un pedante confianzudo, ya me lo imagino metiendo la nariz en esto como si fuese asunto suyo.-sacó un cigarrillo y comenzó a fumar, dio unas tres caladas seguidas antes de volver a hablarle a Charles, aún en tono bajo.-Si quieres un objetivo, él es el ideal.
Y seguía pensando en las mismas cosas que seguramente sí la alarmarían, pero es que no podía tener otra cosa en la cabeza desde hacía días. En lo cierto o no, es lo que haría con su vida porque es lo que le correspondía hacer, no por un odio a los muggles o a los mestizos, era porque necesitaba saber que los cuidaba a su modo. Lo había pensado durante tantas noches que para él era casi como un mantra, hacía enfriado el asunto en sus propias entrañas para no arrepentirse, para seguir con eso aunque lamentase dejar en el camino a sus amigos y seguramente a buena parte de su familia que no lo entendería. Se repetía que era lo mejor.
Comenzaba a perder la paciencia a grandes pasos, se sabía en falta pero no entendía por qué ella no tenía la gentileza de entender que eso no era un juego de caprichos o de decir las cosas porque otra persona presionase. Pasó una mano por su propio rostro como señal añeja de querer calmarse a sí mismo, de querer buscar autocontrol para no gritarle que qué parte no entendía, de si había comenzado a hablar en sirenio como para que se comportase como una chiquilla engreída que no podía esperar, que no quería esperar y que no lo haría.
De estar en su lugar quizá entendería, porque sí, él había elegido el lugar y él mismo le había pintado la escena a grandes rasgos dándole seriedad al tema, pero tampoco podía explicarle que era imposible ahora porque la presencia de Malik podía desatar furias ajenas, venganzas, todo tipo de cosas que lo perturbaban. Decirle eso era admitirle todo, y con él allí no había modo de ya hacer nada. Si ella se negaba a ir a otro lugar que así fuese, pero no podría decir no tuvo intención de decirle las cosas. En dónde quedaba aquella relación de mutua confianza, en la que las razones vagas bastaban como justificaciones o respuestas válidas.
No le contestó porque la presencia de Charles lo tensó entero, lo miró serio y sus palabras lo calmaron, no parecía dispuesto a hacerle algo a su prima o a tomarse atribuciones que no le correspondían, estaba allí para ayudar y era mejor así porque en ese momento era imposible hacerla entrar en razón, por motivos válidos o no. Levantó las cejas hacia ella con incomodidad como toda respuesta para no dejarla con la palabra en la boca, de todos modos la expresión de ella ya había cambiado y solo le quedaba disimular su fastidio latente.
-Adiós.-fue todo lo que le dijo porque ni se había despedido de él, volteó hacia Charles apenas ella huyó hacia su amado nuevo novio porque era ya evidente que estaban en una relación más que amical. Miró a Charles entonces, serio aún y lo llevó unos pasos lejos de ese par, hacia el bosque.-Hay que largarnos. Ese no me da confianza, es un pedante confianzudo, ya me lo imagino metiendo la nariz en esto como si fuese asunto suyo.-sacó un cigarrillo y comenzó a fumar, dio unas tres caladas seguidas antes de volver a hablarle a Charles, aún en tono bajo.-Si quieres un objetivo, él es el ideal.
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Confesión de medianoche.
Asintió con el rostro una vez a Pearlie, aunque no sabía si lo estaba invitando a él o a Aldrich, en aquella cuestión de presentarles en algún momento a Malik, y volvió a sonreír con un escueto “igualmente”, cuando la chica se daba la vuelta para ir al encuentro de su acompañante tomarle de la mano y andar en el justo sentido opuesto en el que Charles y Aldrich haría lo propio.
- Ella no sabe lo que piensas… espero – susurró alejándose antes de las primera palabras del chico, aunque no fuera una frase completamente explícita. Y es que veía a su amigo ofuscado más de lo normal y entendía que no podía ser gesto simplemente surgido de la complicación en la confesión. Si fuera eso, ya podría decírselo luego, pero Luttrell esperaba que la situación general hubiera hecho mella en él, de forma tal que cuando volviera a pensar en compartirle cosas a su prima adorada, encontrara en su propia mente un NO rotundo.
Fumando su cigarrillo, esperó a que Aldrich prendiera el propio recargándose en un árbol. Lo escuchó pensativo, pero terminó haciendo una mueca burlona de lado con los labios. – yo no quiero nada. – Que si fuera por matar a cada sangre sucia, o incluso a cada quien que pensaba distinto que él, no le alcanzarían los días de la semana. Pero de todos modos, aquel no era el punto, la cuestión estaba en el cabreo tal de Aldrich que buscaba en él alguien que se deshiciera de la escoria a quien Burrough mismo tenía bronca.
- Si buscas un matón... Noel – A Charles esas idioteces no. impulsándose desde el tronco, se despegó del árbol y volvió a andar, y dio dos palmada a Aldrich, no como condescendencia sino de pura camaradería, y terminó recargando su brazo en los hombros ajenos andando hacia la nada de la espesura, cambiando de tema, mientras calada a calada señalaba con los dedos el más allá – crees que haya legermagos entre los brigantes?... Mira si alguno estaba leyéndonos la mente… va a haber que hacer algo respecto a eso… Aunque no creo que a ese le dé la cabeza para tanto… pero quien sabe, por confiado pasan las peores cosas…. Al final vas a anotarte en el torneo de duelo londinense? Es malo el nivel me han dicho, pero si sales bien te deja en buena posición para el nacional…
- Ella no sabe lo que piensas… espero – susurró alejándose antes de las primera palabras del chico, aunque no fuera una frase completamente explícita. Y es que veía a su amigo ofuscado más de lo normal y entendía que no podía ser gesto simplemente surgido de la complicación en la confesión. Si fuera eso, ya podría decírselo luego, pero Luttrell esperaba que la situación general hubiera hecho mella en él, de forma tal que cuando volviera a pensar en compartirle cosas a su prima adorada, encontrara en su propia mente un NO rotundo.
Fumando su cigarrillo, esperó a que Aldrich prendiera el propio recargándose en un árbol. Lo escuchó pensativo, pero terminó haciendo una mueca burlona de lado con los labios. – yo no quiero nada. – Que si fuera por matar a cada sangre sucia, o incluso a cada quien que pensaba distinto que él, no le alcanzarían los días de la semana. Pero de todos modos, aquel no era el punto, la cuestión estaba en el cabreo tal de Aldrich que buscaba en él alguien que se deshiciera de la escoria a quien Burrough mismo tenía bronca.
- Si buscas un matón... Noel – A Charles esas idioteces no. impulsándose desde el tronco, se despegó del árbol y volvió a andar, y dio dos palmada a Aldrich, no como condescendencia sino de pura camaradería, y terminó recargando su brazo en los hombros ajenos andando hacia la nada de la espesura, cambiando de tema, mientras calada a calada señalaba con los dedos el más allá – crees que haya legermagos entre los brigantes?... Mira si alguno estaba leyéndonos la mente… va a haber que hacer algo respecto a eso… Aunque no creo que a ese le dé la cabeza para tanto… pero quien sabe, por confiado pasan las peores cosas…. Al final vas a anotarte en el torneo de duelo londinense? Es malo el nivel me han dicho, pero si sales bien te deja en buena posición para el nacional…
Charles Luttrell- Mensajes : 109
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Re: Confesión de medianoche.
Se encogió de hombros cuando le dio una negativa respecto a Malik, resignado pero no de forma grave, no había sido una broma pero tampoco era que fuese a morir de pena si tenía que seguir conviviendo con él. Afortunadamente ni siquiera estaba en su facultad como para verlo seguido como Shadow que lo tenía en la misma carrera, pero tampoco es que a su hermana le agradase, aunque los motivos de ella eran infinitamente más superficiales que los propios. De todos modos el ya no tenerlos cerca –o creer que era así- lo tenía más calmado.
No lo tomaba como que buscaba un matón o que Charles era del tipo de los que mataba por gusto, simplemente si se presentaba la ocasión, tampoco se trataba de un asunto grave como para que lo creyese necesario. Igualmente no entendió si estaba ofendido porque no veía razón para eso, de todos modos rió un poco ante aquello de que mejor buscase a Noel para esos trabajos porque no se imaginaba a sí mismo diciéndole a Cerise que le hiciese un trabajito, antes lo mandaba a él a sacarle los dientes a ese sin futuro.
Caminó con él, ya dejando que el humo se llevase sus sinsabores y prefiriendo hablar de otras cosas con Charles como el tema que sacaba a colación, podía tener que ver con el asunto pero se sentía más ligero.-Aún no se lo he comentado a nadie pero estoy estudiando Oclumancia, no está de más, menos porque si alguien es legeremago dudo que vaya por allí diciéndolo. Seguramente solo se ocupan del chisme ajeno y ya, pero si escuchasen alguna de nuestras cosas…imagínate.-no sabía si Charles, Othilia o si siquiera Noel estaba estudiando lo mismo que él para protegerse, pero le parecía un buen recurso para él.-
-Creo que me meteré, tampoco está de más ir practicando esas cosas. Deberías entrar también, he escuchado que hay anexos de duelos dobles, no está de más aprender a batallar en grupo.-y comentando eso se alejó con Charles hacia cualquier otro lugar, alejado del castillo y para hablar de cosas no relacionadas con el asunto que los había llevado hasta allí esa noche, no podían ser tan descuidados con tanta lechuza suelta. Se quedarían allí un par de horas y volverían cada uno a su facultad, aún había cosas para hacer.-
No lo tomaba como que buscaba un matón o que Charles era del tipo de los que mataba por gusto, simplemente si se presentaba la ocasión, tampoco se trataba de un asunto grave como para que lo creyese necesario. Igualmente no entendió si estaba ofendido porque no veía razón para eso, de todos modos rió un poco ante aquello de que mejor buscase a Noel para esos trabajos porque no se imaginaba a sí mismo diciéndole a Cerise que le hiciese un trabajito, antes lo mandaba a él a sacarle los dientes a ese sin futuro.
Caminó con él, ya dejando que el humo se llevase sus sinsabores y prefiriendo hablar de otras cosas con Charles como el tema que sacaba a colación, podía tener que ver con el asunto pero se sentía más ligero.-Aún no se lo he comentado a nadie pero estoy estudiando Oclumancia, no está de más, menos porque si alguien es legeremago dudo que vaya por allí diciéndolo. Seguramente solo se ocupan del chisme ajeno y ya, pero si escuchasen alguna de nuestras cosas…imagínate.-no sabía si Charles, Othilia o si siquiera Noel estaba estudiando lo mismo que él para protegerse, pero le parecía un buen recurso para él.-
-Creo que me meteré, tampoco está de más ir practicando esas cosas. Deberías entrar también, he escuchado que hay anexos de duelos dobles, no está de más aprender a batallar en grupo.-y comentando eso se alejó con Charles hacia cualquier otro lugar, alejado del castillo y para hablar de cosas no relacionadas con el asunto que los había llevado hasta allí esa noche, no podían ser tan descuidados con tanta lechuza suelta. Se quedarían allí un par de horas y volverían cada uno a su facultad, aún había cosas para hacer.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
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