Soirée entre filles

Cuando estuvo en casa de Aldrich sola con Othilia se dio cuenta de que había pasado muchísimo tiempo desde la última vez que habían estado juntas sin tener que guardar apariencias. Sino era en una cena, se la terminaba encontrando en cualquier evento hipócrita en el que tenían que comportarse como señoras. Ahora que ya estaba comprometida, hasta sentía que era habían cambiado de papeles y era ella la mayor.

Aunque la quería muchísimo, antes de Brigantia siempre la había considerado algo odiosita y caprichosa. Por eso les daba su espacio con sus hermanas cuando la invitaban a casa.

Esa noche, por primera vez, había sido Milou quién la había convencido de ir a Lyon. No nada más por que odiaba viajar sola en traslador sino también para pasar “une soiree entre filles” como se debía. La verdad era que pensaba que no había nada más ñoño y ridículo que eso, sumándole que hacía muchísimo tiempo que no tenía una, pero le pareció divertido.

Su habitación era la más grande de toda la casa, no por que fuese la niña consentida de los Leloup sino por que ella y Romée la tenían que compartir. Eran las únicas por que de niñas a la licántropa le asustaba la luna y Clemence, tan prejuiciosa como ella sola, se había negado rotundamente a estar con ella por miedo a contagiarse, así que le había tocado a Milou por ser más chica y no tener aún un juicio propio.

Habían estado casi toda la tarde en el Ministerio de Magia francés por que Aline había hecho su examen de aparición y había ido toda la familia, como ridículos que eran, a acompañarla y Milou había arrastrado a Othilia con ellos. En eso se les había ido el día, pero al menos la menor de los Leloup ya podía aparecer y desaparecerse a su antojo.

Lo primero que hizo al llegar fue aventar los zapatos y dejarse caer en la cama con una gran letra M en la pared por encima de la cabecera (la de Romée tenía una R).

Romée, quién había sido la primera en entrar ya estaba en el vestidor deshaciéndose del vestido y poniéndose la pijama. A pesar de ser Viernes no saldría a ningún lado no solo por que Othilia venía a casa sino por que pronto la luna estaría llena y estaba reuniendo fuerzas.

Necesito un whisky –dijo Milou llevándose las manos al cabello. Nunca estaba en su cuarto sin beber algo y menos después de haberse estresado tanto-. ¿Se te antoja algo? El elfo puede hacerte lo que se te antoje, pídele helado con licor. No se que les pone, pero le queda riquísimo, ¿verdad Ro? –le gritó como si con que ella dijera que si pudieran convencerla.


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(Otilota si quieres rolear con mis hermanas tienes que escoger a una para que no me haga bolas y no sienta que hablo sola. Igual no es necesario que las registremos ni nada.

Ahí te va..

Romée tiene 19 años y no fue a Beauxbatons. De lejos tiene cara de ser odiosísima y súper hipócrita, aunque no es más que una fachada por que en el fondo no es más que una muñeca frágil, delicada y rota. Pocos pueden presumir de haberse ganado su confianza y su amistad pero cuando lo logran tienen no solo una amiga incondicional sino que es capaz de lanzarse a golpes contra cualquiera para defender a quienes ama. De las cuatro es la menos femenina, aunque ama su cabello largo y tiene zapatos bonitos y todo. Ha participado en más obras de caridad y también tiene un grupo de 5 niños en el orfanato de la señora Leloup a quienés apadrino y de vez en cuando los lleva a pasear al parque y los enseña a acampar. Es licántropa y para justificar sus ausencias, desde siempre, alegaban que se había ido de campamento, cosa que era cierta y por eso conoce muchísimos lugares. Parece la más delicada, pero en verdad es todo lo contrario. Sabe jugar basket ball y es buenísima, solo que lo guarda en secreto. Es un poco solitaria, eso sí, algo hidrofóbica y creo que es lesbiana de closet (si le pudieras dar una casa de Hogwarts, ella estaría en Gryffindor). Se pelea muchísimo con Clemence y es más cercana a Milou

Aline tiene 16, casi 17, está cursando su último año en Beauxbatons. Acaba de pasar el examen de aparición, así que está muy contentita y de seguro va a estar todo el día apareciendo y desapareciéndose. De todas es la que más se da a querer por que se preocupa por todo y por todos, le parte el alma ver que alguien está llorando y sufre tanto que al final terminan consolándola a ella; es de carácter más bien amable, simpático y simple, demasiado, y es torpe como ella sola. No toca ningún instrumento ni habla otro idioma que no sea francés (y latín solo por los hechizos), así que a duras penas entiende el inglés y le averguenza hablarlo; sin embargo, es buenísima montando caballo y es campeona olímpica (en su equivalente mágico) y ama los exteriores. Se enamora rápidamente y así de rápido se desencanta. No es nada superficial y le aterra montar en escoba. Se deja influenciar mucho por Clemence y siempre hace de árbitro cuando se pelea con Romée. Es la que menos atención, a pesar de que la rebozan de regalos y caprichos, recibe de sus padres por no haber nacido niño y por que era Romée la que recibía toda su atención y cuidados y Clemence era quién más la cuidaba. Su madre cree que todo lo que hace es para fastidiarla y casi no le tiene paciencia.

All I want for Christmas…. is you


No es cierto, solo es un poco –casi tomaba igual que un ebrio de cantina, pero lo había hecho por tantos años que una copita al día no le afectaba en lo más mínimo, excepto por que no podía terminar bien el día sin ella. No sabía en qué momento le había empezado aquel vicio, pero no lo dejaría jamás por que le ayudaba a ser una persona mejor, relajarla y estar bien consigo misma o eso era lo que ella creía. El que si le parecía un vicio horrible era el cigarro, pero ya era imposible a esas alturas que lo dejara.

Se levantó de la cama y fue directo hasta el vestidor sin importarle que Othilia estuviera dentro y sin ninguna clase de decoro, por que ya estaba acostumbrada a entrar ahí como si nada y por que en Beauxbatons solía cambiarse frente a todas sus compañeras en los vestidores. De todas maneras ni la miró, fue directo hacia donde estaban sus sombreros, quitó una caja y tomó una botella y cuatro vasos que estaban escondidos estratégicamente.

Regresó a la cama y se sentó en posición de loto, mientras les servía un poco de whisky a todas. Poquito, muchísimo menos de la mitad y no les puso hielo tampoco. Le pasó a Romée.

¡Ya! Ya vimos que puedes hacerlo, ¿quieres dejarlo? Me estás fastidiando –le gritó a Aline sin darse cuenta de que lo estaba haciendo en francés, de todas maneras sabía que Othilia lo entendía a la perfección. Cada que su hermana se aparecía y se desaparecía, Milou se sobresaltaba por el ruido que hacía. Hasta parecía que lo hacía a propósito para molestar.

Milou le dio un traguito a su whisky y siguió pensando en el regalo, también por eso estaba un poco fastidiada. Le encantaba ir de compras, pero era agotador.

No sé, no estoy muy convencida con la vuelapluma, ¿qué dijiste que estudiaba? Tal vez deberías regalarle unas vacaciones en alguna isla tropical o un bosque.

Sintió la mirada de sus hermanas y de Othilia cuando mencionó a Aldrich, así que se encogió de hombros.

¿Aldrich? ¿El que se calló en Dubai? –Romée no lo conocía del todo, pero el hospital lo había patrocinado y al menos habían intercambiado el saludo. La verdad, odiaba que Othilia tuviera que casarse con Charles; a él tampoco lo conocía pero lo tachaba de estirado y prejuicioso. Miró a Milou enarcando la ceja por que no sabía que estuviese saliendo con él.

¿Una tarjeta de navidad? Tal vez alguna botella, no lo sé, no lo había pensado. ¿Crees que tenga que regalarle algo?

No eran novios, eran amigos. Pero no sabía que Othilia pensaba que eran algo más serio y pensó que debía ser más considerada.