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Im so sorry! +18
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Adair Brackminster
Sofie Luttrell
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Im so sorry! +18
Si no le importaba ya no estudiar los fines semanas por andar de fiesta, faltar a clase para recluirse unos días con su madre en Barcelona menos… En realidad ambas cosas le importaban y le sentaban mal: eso de andar de fiesta en fiesta, sin que un mes de clases hubiera pasado no era a lo que venía acostumbrada e huir de Brigantia para ir a dormir y comer helado con su mama metida en la cama gigante con las mantas hasta el cuello y la película más estúpida en la pantalla, tampoco había sido su plan….
Pero tenía que darle la razón a Jessy, las cosas no eran como ella esperaba en el mundo mágico, lo rescatable era que aun tenía Barcelona, y aunque su madre volvió a echárselo en cara (todo eso de “el mundo mágico es una mierda blablabla”) en cuanto puso un pie en el enorme y asquerosamente lujoso piso que compartían, también la acogió con un abrazo gigante, el pote de helado, la botella de vino y la oreja predispuesta…
Horas enteras, sin moverse más que para ir al baño, hablando hasta por los codos, ambas metidas en la cama hasta el cuello, con cuchara en una mano y la copa alcohólica en la otra… Y el resultado? Que ya veía que a su madre no le gustaba nada de nada lo que pasaba, pero de una manera extraña: no porque Sofie estuviera de fiesta en vez de estudiar, o las drogas y el sexo estuvieran dando vuelta a su alrededor, sino que cada vez que Sofie mencionaba un apellido, su madre arrugaba el rostro…
Había dudado a cada instante de estar allí donde estaba, parada frente a la puerta de la casa de Adair, pero respiró profundo, se alisó la falda y tocó la campana. No había llamado a Gianna para pedirle la dirección, viajado de país, metídose en un barrio mágico desconocido y buscado entre mil casa la de los Brackminster, para arrepentirse a último momento. Ya había tomado la decisión de presentarse y no le gustaba verse a si misma cobarde.
Le daba vergüenza claro que si, presentarse allí sin aviso, cuando ella era la responsable de que Adair estuviera con la cara rota, porque el idiota de Luke estaba más tonto que nunca. Se sentía culpable y tenía que pedir las disculpas que le correspondían, al menos para aliviar un poco la carga… Resolver la vergüenza que le causaba toda la situación expuesta al mundo, donde Luke la había tratado de puta en medio del campus y algunos ya susurraban a sus espaldas que ella era una perdida, iba a ser más difícil, pero de a una cosa a la vez y ya se vería más adelante que fama se había ganado por todo eso.
Sin que abrieran la puerta, sintió que ya venía alguien para recibirla y con su voz dulce se presentó a quien fuera… - Se encuentra Adair?... Soy Sofie Luttrell… - también era un descaro total estar ahí y lo sabía, no solo por todo lo antes dicho, sino porque no conocía de nada a los Brackminster y siquiera sabía si eran una familia de recibir bien o mal a la gente, o si Autumn ya la odiaba por todo lo sucedido, o si entre tanta mascotas que había escuchado que tenían una era un perro de tres cabezas que iba a desollarla viva.
Pero tenía que darle la razón a Jessy, las cosas no eran como ella esperaba en el mundo mágico, lo rescatable era que aun tenía Barcelona, y aunque su madre volvió a echárselo en cara (todo eso de “el mundo mágico es una mierda blablabla”) en cuanto puso un pie en el enorme y asquerosamente lujoso piso que compartían, también la acogió con un abrazo gigante, el pote de helado, la botella de vino y la oreja predispuesta…
Horas enteras, sin moverse más que para ir al baño, hablando hasta por los codos, ambas metidas en la cama hasta el cuello, con cuchara en una mano y la copa alcohólica en la otra… Y el resultado? Que ya veía que a su madre no le gustaba nada de nada lo que pasaba, pero de una manera extraña: no porque Sofie estuviera de fiesta en vez de estudiar, o las drogas y el sexo estuvieran dando vuelta a su alrededor, sino que cada vez que Sofie mencionaba un apellido, su madre arrugaba el rostro…
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Había dudado a cada instante de estar allí donde estaba, parada frente a la puerta de la casa de Adair, pero respiró profundo, se alisó la falda y tocó la campana. No había llamado a Gianna para pedirle la dirección, viajado de país, metídose en un barrio mágico desconocido y buscado entre mil casa la de los Brackminster, para arrepentirse a último momento. Ya había tomado la decisión de presentarse y no le gustaba verse a si misma cobarde.
Le daba vergüenza claro que si, presentarse allí sin aviso, cuando ella era la responsable de que Adair estuviera con la cara rota, porque el idiota de Luke estaba más tonto que nunca. Se sentía culpable y tenía que pedir las disculpas que le correspondían, al menos para aliviar un poco la carga… Resolver la vergüenza que le causaba toda la situación expuesta al mundo, donde Luke la había tratado de puta en medio del campus y algunos ya susurraban a sus espaldas que ella era una perdida, iba a ser más difícil, pero de a una cosa a la vez y ya se vería más adelante que fama se había ganado por todo eso.
Sin que abrieran la puerta, sintió que ya venía alguien para recibirla y con su voz dulce se presentó a quien fuera… - Se encuentra Adair?... Soy Sofie Luttrell… - también era un descaro total estar ahí y lo sabía, no solo por todo lo antes dicho, sino porque no conocía de nada a los Brackminster y siquiera sabía si eran una familia de recibir bien o mal a la gente, o si Autumn ya la odiaba por todo lo sucedido, o si entre tanta mascotas que había escuchado que tenían una era un perro de tres cabezas que iba a desollarla viva.
Última edición por Sofie Luttrell el Miér Oct 03, 2012 1:29 am, editado 1 vez
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
En esa casa era imposible dormir. Desde primera hora de la mañana Adair podía escuchar los ladridos, maullidos, cacareos y hasta rugidos de las criaturas que habitaban la casa de sus padres pero eso era soportable, la gota que colmaba el vaso era la gente que empezaba a llegar como si aquello fuera el museo nacional. Uno tras otro y los malditos ni bajaban tres líneas el volumen. El primero fue su padre que entró dando el sonoro portazo que indicaba que ya había vuelto de entrenar a ese pequeño equipo local de niños de Quidditch, más tarde tocó el turno de Eloise que venía con su hijo llorando por cualquier capricho antojado, más tarde llegó su madre y por último, ya, la guinda del pastel, Clarisse con Thaddeus.
Tan solo eran las once cuando escuchó el “ñec” de su puerta abriéndose, unos pequeños pasos acercándose a toda prisa para después notar dos manos moviendo su brazo – TIO, TIO, TIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO – Adair gruñó, apartó de un empujón suave a la criatura pero el condenado espécimen, no contento con joderlo, clavó sus dientes en el magullado antebrazo, justo donde andaba el cinco en números romanos – ¡BASTARDO DEL MAL! – gritó y el niño, todo osado, solo río y lanzó una quaffle a la cabeza de su “amado” tío. Adair, harto con tal trato, se puso en pie, tomó a la criatura por la cintura y como si fuera una nada, lo cargó encima de su hombro cual saco de patatas y se encaminó hacia abajo.
- Buenos días hermanito – Clarisse, la segunda niña bonita de su padre, andaba a los pies de la escalera, vestida con el uniforme de auror y portando en los labios la sonrisa más abrumadora que tenía en su repertorio - ¿Ves papá? Te dije que dejaría de vaguear en cuanto mi niño le diera los buenos días.
- Esto no es un niño. Esto es un demonio – agregó hastiado el joven, entregando su sobrino a su madre como si fuera un objeto desechable. Pasó una de sus manos por su pelo y lo revolvió caminando hacia la cocina a por algo decente que comer. Darren estaba sentado en la mesa principal, leyendo el Profeta del día con una sonrisa jocosa en los labios, miró a su hijo de arriba abajo como si fuera un extraño, negó con la cabeza cuando comprobó el deplorable estado en el que aún estaba y volvió a lo suyo. Adair sirvió una taza de café enorme, dio un sorbo y entonces, volvió a notar algo que golpeaba su bendita pierna, Thaddeus otra vez pero ahora con uno de sus bates - ¡¿Pero que coño?! Lárgate mocoso – sacudió su pierna pues ya lo tenía enganchado a ella pero el niño solo río - ¿Qué quieres de mi? – gruño ya con mala leche. Thaddeus cambió la cara y estiró los brazos hacia él, Adair pensando que eso sería lo mejor, dejó la taza de café de lado y lo tomó en brazos.
Unos metros más allá, la puerta sonó. Clarisse que estaba apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados mirando el espectáculo gracioso de tío-sobrino mencionó un “ya voy yo” y custodiada por cinco de los perros de Amy caminó hasta la puerta para abrir. Quedó mirando a la chica rubia algo perpleja pues parecía demasiado bonita, educada y sencilla para los gustos de su hermano (ya que preguntaba por él), Clarisse asintió, poniendo una sonrisa - ¡Adair! ¡Preguntan por ti! – Por supuesto que de fondo se escuchaban los gritos del muchacho peleándose con su sobrino quien ahora había encontrado entretenimiento metiendo el dedo en las heridas de la pelea. Inmerso en esa disputa familiar ni cuenta se dio que iba aún solo vestido con un mero pantalón largo sin camisa que cubría su torso.
- Quiero que pienses en la eutanasia, Clarisse – agregó Adair llegando con el niño en brazos sin ver aún a Sofie tras el cuerpo de su hermana. La mujer se apartó y cuando los ojos del muchacho se fijaron en la chica, no pudo más que fruncir el ceño sin entender que hacia ahí – Sofie. ¿Qué haces aquí? – espetó algo seco pero más por la sorpresa que porque estuviera enojado con ella. No supo que decir así que permaneció callado hasta que su padre, viendo que por la cocina no aparecia nadie, salió a ver y se encontró a su hijo delante de una muchacha. Ni corto ni perezoso, plantó una colleja a Adair – Pero invítala a pasar. Soy Darren Brackminster, el que lo engendró – El hijo fulminó con la mirada al padre y mascullando algo completamente inteligible hizo un gesto con la cabeza – Entra no quiero que plantes raíces – Clarisse tomó a Thaddeus en brazos y desapareció junto a Darren hacia la cocina dejando a la parejita solos en la entrada de la casa.
Tan solo eran las once cuando escuchó el “ñec” de su puerta abriéndose, unos pequeños pasos acercándose a toda prisa para después notar dos manos moviendo su brazo – TIO, TIO, TIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO – Adair gruñó, apartó de un empujón suave a la criatura pero el condenado espécimen, no contento con joderlo, clavó sus dientes en el magullado antebrazo, justo donde andaba el cinco en números romanos – ¡BASTARDO DEL MAL! – gritó y el niño, todo osado, solo río y lanzó una quaffle a la cabeza de su “amado” tío. Adair, harto con tal trato, se puso en pie, tomó a la criatura por la cintura y como si fuera una nada, lo cargó encima de su hombro cual saco de patatas y se encaminó hacia abajo.
- Buenos días hermanito – Clarisse, la segunda niña bonita de su padre, andaba a los pies de la escalera, vestida con el uniforme de auror y portando en los labios la sonrisa más abrumadora que tenía en su repertorio - ¿Ves papá? Te dije que dejaría de vaguear en cuanto mi niño le diera los buenos días.
- Esto no es un niño. Esto es un demonio – agregó hastiado el joven, entregando su sobrino a su madre como si fuera un objeto desechable. Pasó una de sus manos por su pelo y lo revolvió caminando hacia la cocina a por algo decente que comer. Darren estaba sentado en la mesa principal, leyendo el Profeta del día con una sonrisa jocosa en los labios, miró a su hijo de arriba abajo como si fuera un extraño, negó con la cabeza cuando comprobó el deplorable estado en el que aún estaba y volvió a lo suyo. Adair sirvió una taza de café enorme, dio un sorbo y entonces, volvió a notar algo que golpeaba su bendita pierna, Thaddeus otra vez pero ahora con uno de sus bates - ¡¿Pero que coño?! Lárgate mocoso – sacudió su pierna pues ya lo tenía enganchado a ella pero el niño solo río - ¿Qué quieres de mi? – gruño ya con mala leche. Thaddeus cambió la cara y estiró los brazos hacia él, Adair pensando que eso sería lo mejor, dejó la taza de café de lado y lo tomó en brazos.
Unos metros más allá, la puerta sonó. Clarisse que estaba apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados mirando el espectáculo gracioso de tío-sobrino mencionó un “ya voy yo” y custodiada por cinco de los perros de Amy caminó hasta la puerta para abrir. Quedó mirando a la chica rubia algo perpleja pues parecía demasiado bonita, educada y sencilla para los gustos de su hermano (ya que preguntaba por él), Clarisse asintió, poniendo una sonrisa - ¡Adair! ¡Preguntan por ti! – Por supuesto que de fondo se escuchaban los gritos del muchacho peleándose con su sobrino quien ahora había encontrado entretenimiento metiendo el dedo en las heridas de la pelea. Inmerso en esa disputa familiar ni cuenta se dio que iba aún solo vestido con un mero pantalón largo sin camisa que cubría su torso.
- Quiero que pienses en la eutanasia, Clarisse – agregó Adair llegando con el niño en brazos sin ver aún a Sofie tras el cuerpo de su hermana. La mujer se apartó y cuando los ojos del muchacho se fijaron en la chica, no pudo más que fruncir el ceño sin entender que hacia ahí – Sofie. ¿Qué haces aquí? – espetó algo seco pero más por la sorpresa que porque estuviera enojado con ella. No supo que decir así que permaneció callado hasta que su padre, viendo que por la cocina no aparecia nadie, salió a ver y se encontró a su hijo delante de una muchacha. Ni corto ni perezoso, plantó una colleja a Adair – Pero invítala a pasar. Soy Darren Brackminster, el que lo engendró – El hijo fulminó con la mirada al padre y mascullando algo completamente inteligible hizo un gesto con la cabeza – Entra no quiero que plantes raíces – Clarisse tomó a Thaddeus en brazos y desapareció junto a Darren hacia la cocina dejando a la parejita solos en la entrada de la casa.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Se acomodaba el cabello una y otra vez escuchando bastantes ruidos extraños que provenían del interior sin llegar a ella con la claridad suficiente como para entender algo… Algo distraída entreteniéndose con el tic de estirarse el suéter una y otra vez, levantó la vista para encontrarse con una mujer hermosa rodeada de perros… es cierto, no había uno de tres cabezas, pero había cinco monocéfalos lo cual era bastante parecido… Le devolvió la sonrisa con amabilidad pero arrepintiéndose más y más de haber llegado hasta ahí.
Los gritos de fondo, los perros... esa vos era de Adair pidiendo eutanasia?... Clarisse estaba en medio pero Sofie movió su cabeza para un lado y otro, con ese rostro de curiosidad tan usual en ella, con tal de ver que había en el interior sin querer ser descubierta a la vez, vio a Adair y sonrió aunque él aun no la hubiera visto, pero sus labios se retrajeron de inmediato cuando tan secamente le saludaba… Era de esperarse, ella era una loca que se había presentado allí sin ton ni son, abusando de las confianzas que no tenían y para colmo luego de todo lo pasado, y que aun persistía en el cuerpo expuesto del chico…
Inevitablemente, se encogió de hombros y hubo un silencio incómodo pues ella si bien se había preparado todo el discurso, por un momento se sintió más tímida que de costumbre, más insignificante y totalmente abrumada. No debería haber ido! Porque no le había escrito una lechuza y ya?... Porque no. Porque no era forma disculparse por carta, había que hacerle frente a las cosas y afrontar las consecuencias…. Por suerte el padre del chico aparecía y tuvo que hacer fuerza para no echarse a reír por la collera y las palabras descontracturadas que ponía en el aire Darren..
- permiso…- susurró Sofie poniendo un pie adentro de la casa ajena, observando de reojo como la mujer aquella se llevaba al bebé aquel y Darren también desaparecía. Pues ya Sofie, es momento, solo discúlpate y vete!... que estás esperando que te invite un café? No seas tonta. – hola… - volvió a decir, por retomar el habla que ya parecía que le había comido la lengua un ratón… No podía preguntarle como estaba, era más que obvio! – quería hablar contigo por todo lo sucedido y… pues, he venido porque me parece que una carta no era suficiente. Me refiero… - lo miró a los ojos y recobró el valor, quería mostrarse sincera y decidida en lo que decía - Solo quería disculparme a la cara contigo aunque no sirva de nada... Lo siento, en verdad. –
Los gritos de fondo, los perros... esa vos era de Adair pidiendo eutanasia?... Clarisse estaba en medio pero Sofie movió su cabeza para un lado y otro, con ese rostro de curiosidad tan usual en ella, con tal de ver que había en el interior sin querer ser descubierta a la vez, vio a Adair y sonrió aunque él aun no la hubiera visto, pero sus labios se retrajeron de inmediato cuando tan secamente le saludaba… Era de esperarse, ella era una loca que se había presentado allí sin ton ni son, abusando de las confianzas que no tenían y para colmo luego de todo lo pasado, y que aun persistía en el cuerpo expuesto del chico…
Inevitablemente, se encogió de hombros y hubo un silencio incómodo pues ella si bien se había preparado todo el discurso, por un momento se sintió más tímida que de costumbre, más insignificante y totalmente abrumada. No debería haber ido! Porque no le había escrito una lechuza y ya?... Porque no. Porque no era forma disculparse por carta, había que hacerle frente a las cosas y afrontar las consecuencias…. Por suerte el padre del chico aparecía y tuvo que hacer fuerza para no echarse a reír por la collera y las palabras descontracturadas que ponía en el aire Darren..
- permiso…- susurró Sofie poniendo un pie adentro de la casa ajena, observando de reojo como la mujer aquella se llevaba al bebé aquel y Darren también desaparecía. Pues ya Sofie, es momento, solo discúlpate y vete!... que estás esperando que te invite un café? No seas tonta. – hola… - volvió a decir, por retomar el habla que ya parecía que le había comido la lengua un ratón… No podía preguntarle como estaba, era más que obvio! – quería hablar contigo por todo lo sucedido y… pues, he venido porque me parece que una carta no era suficiente. Me refiero… - lo miró a los ojos y recobró el valor, quería mostrarse sincera y decidida en lo que decía - Solo quería disculparme a la cara contigo aunque no sirva de nada... Lo siento, en verdad. –
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
No quitó ojo mientras esperaba algún tipo de justificación, necesitaba saber el motivo por el cual estaba ahí, en su casa, rodeada de toda la locura familiar que envolvía a los Brackminster y que estaba ilustrada en el quehacer de sus integrantes. La respuesta no tardó mucho en llegar, Adair quiso interrumpir su disculpa pero consideró que cortar el desarrollo de sus palabras sería aún peor – Sofie… - susurró poniendo una mano en su cara y suspirando contra ella. ¿Por qué cojones siempre tenía que salir de los esquemas que tenía en su mente de ella? Rompió el espacio que las separaba, tomó con un dedo su mentón y sujetó su rostro – Es entre Rayder y yo, no tienes nada que ver – iba a besarla en los labios, incluso se inclinó para darle un beso pero recordó a Luke como vino hacia él aquel día y solo atinó a besar la comisura de sus labios – No te disculpes por algo que no tienes la culpa
¿Qué iba a saber ella qué eran amigos o él que Rayder estaba colado por los huesos de Sofie? Mostró una sonrisa en sus labios pero pronto fueron interrumpidos por Thaddeus que había escapado de los brazos de su madre, el niño vino corriendo quedando entre ellos y tirando del jersey de Sofie como pidiendo atención – Tú, engendro humano, solo me falta uno más en competición – solo se bastó de una mano para tomarlo por la cintura y separarlo de la chica. El niño pataleó inconforme con la decisión de su tío y mordió su brazo otra vez - ¡Maldita sea! – logró zafarse de sus dientes afilados para dejarlo en el suelo. El niño señaló a Adair y se fue corriendo riéndose a buscar a su madre – Me cago en sus… - gruñó y negó con la cabeza volviendo la mirada hacia Sofie – Ya que estás aquí, conoce a mi familia.
La tomó de la mano para dirigirla hasta la cocina donde su padre (y ahora su hermana) estaban sentados en la mesa común rodeado de muchas cosas para saciar su apetito – A ver, ese enano es Thaddeus, el sobrino de Gianna y mío. Esa es mi hermana, Clarisse – la aludida saludo con la mano mientras comía una tostada – Y Darren – no agregó nada más y no le hico mucha gracia mencionar a su padre. En verdad, Adair nunca llamaba padre o papa a Darren simplemente usaba su nombre de pila era como sentirse más… lejos de él. Hizo una señal para que tomara asiento en la silla de su lado y él hizo lo mismo. El profesor de vuelo, Darren, bajó el periodico para fijarse en Sofie, entrecerró algo los ojos – Sabes muchacha, me suenas. ¿Cómo es tu apellido? – Adair que estaba a punto de servirse el segundo café, miró a su padre con una ceja enarcada – Por cierto, come lo que quieras que luego mi mujer se queja que quedan sobras
¿Qué iba a saber ella qué eran amigos o él que Rayder estaba colado por los huesos de Sofie? Mostró una sonrisa en sus labios pero pronto fueron interrumpidos por Thaddeus que había escapado de los brazos de su madre, el niño vino corriendo quedando entre ellos y tirando del jersey de Sofie como pidiendo atención – Tú, engendro humano, solo me falta uno más en competición – solo se bastó de una mano para tomarlo por la cintura y separarlo de la chica. El niño pataleó inconforme con la decisión de su tío y mordió su brazo otra vez - ¡Maldita sea! – logró zafarse de sus dientes afilados para dejarlo en el suelo. El niño señaló a Adair y se fue corriendo riéndose a buscar a su madre – Me cago en sus… - gruñó y negó con la cabeza volviendo la mirada hacia Sofie – Ya que estás aquí, conoce a mi familia.
La tomó de la mano para dirigirla hasta la cocina donde su padre (y ahora su hermana) estaban sentados en la mesa común rodeado de muchas cosas para saciar su apetito – A ver, ese enano es Thaddeus, el sobrino de Gianna y mío. Esa es mi hermana, Clarisse – la aludida saludo con la mano mientras comía una tostada – Y Darren – no agregó nada más y no le hico mucha gracia mencionar a su padre. En verdad, Adair nunca llamaba padre o papa a Darren simplemente usaba su nombre de pila era como sentirse más… lejos de él. Hizo una señal para que tomara asiento en la silla de su lado y él hizo lo mismo. El profesor de vuelo, Darren, bajó el periodico para fijarse en Sofie, entrecerró algo los ojos – Sabes muchacha, me suenas. ¿Cómo es tu apellido? – Adair que estaba a punto de servirse el segundo café, miró a su padre con una ceja enarcada – Por cierto, come lo que quieras que luego mi mujer se queja que quedan sobras
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Esa reacción de Adair era mucho más amena de lo que se esperaba, pues había pensado que él le diría algo al estilo “a eso has venido?, bueno, acepto tu disculpa, ya puedes irte” como mejor opción, que entre las otras mil que había pensado había una en que siquiera le abría la puerta de la casa… Ahora estaba dentro, recibiendo un beso en la comisura de los labios, que si bien no se lo tomó como una seguridad, lo notó, y escuchando decir que ella no tenía nada que ver… Si! tenía que ver, si que era su culpa, pues si bien era cierto que no sabía que ellos eran amigos, era conciente de que Luke gustaba de ella, aunque nunca se había querido hacer cargo de ese romance negado que llevaban.
- no, si.. mira Adair, yo... - Iba a explicarle todo ya, aprovechando que estaban solos en el recibidor, pero el niñito apareció para hacer su escena, robándole más de una sonrisa, por lo terrible que era, por como hacía quedar a Adair como un tierno protestón… Increíblemente no volvió a abrir los labios Sofie, a penas si asintió con el rostro a “conocer a la familia” y cruzó los dedos con los de Adair para dejarse guiar… Los nervios se le subían al rostro desde la punta de los pies, y se iban trasformando de carácter a medida que la recorrían. Le iba a presentar a la familia? Como sería su familia? Habría temas que no se podían ni mencionar en chiste, como sucedía en la suya? Porque la había besado? Porque la tomaba de la mano en vez de simplemente empujarla de una patada a la salida? Porque tenía ella un nudo en el estómago imposible de soportar?
Se sentó donde Adair le decía, conteniéndose mil de no observar de más a ningún sitio, pues no quería mostrarse como una desagradable juzgadora de hogares ajenos o algo así, solo por curiosear las decoraciones de las paredes. Sonriendo asintió y saludó a cada uno que Adair le mencionaba haciendo el esfuerzo máximo por incorporar de inmediato todos los datos, y hacía el pequeño Thaddeus alzó la manito en forma de saludo simpático, como gesto especial hacia el pequeño… pues, se lo merecía por pequeño y lioso (que hasta a Brigantia había llegado la fama, o sería que ella compartía carrera y dormitorio con Gianna).
No tuvo tiempo para pensar mucho más, siquiera para servirse algo o hacer más que quitarse la chaqueta y ponérsela en el regazo, pues el padre de familia ya estaba hablándole directo y eso fue genial, pues así se incorporaba a la situación, que sino aparecían esos silencios incómodos con los que Sofie solo sabía batallar hablando y hablando… El punto era que por más que no tuviera absoluto problema en hablar de si misma, suponía que Darren estaba errado pues no había forma que la conociera de nada... Sino, su madre que sabía que ella iría a esa casa le hubiera dicho algo… ¿no?
- Bueno, gracias – y de inmediato estiró la mano para tomar cualquier cosa, más pensando en quedar bien que evaluando que le apetecía -… Luttrell es mi apellido… materno, pero el único que tengo realmente… - como le preguntaba el apellido y no el nombre, quiso ser bien específica, sin tampoco ponerse a contar toda la historia de una madre soltera que durante 19 años le venía ocultando quien era su padre.- Pero no creo que nos conozcamos porque yo no he estudiado en Hogwarts y de hecho soy española...
Y de inmediato miró de reojo a Adair para que le aconsejase, o le afirmase o le callase o lo que fuera!!... No se sentía mal, ni le estaban ganando los nervios, de hecho se encontraba bastante cómoda, pero igualmente parecía como si estuviera conociendo a la familia del novio y tuviera que pasar el escrutinio de la suegra perfeccionista o algo así… Claro! Que iba a saber ella que Darren había conocido y muy bien a su madre, (hasta podría haberla visto mucho después de egresados y Sofie sin enterarse)… O capaz era que, como en el mundo mágico existía eso del purismo y tal, era costumbre preguntar apellido… Lo que fuera Sofie no lo sabía. – me sirves café?, - le pido a Adair en susurro, (necesitaba líquido en la garganta!!!) mientras esperaba la devolución del profesor de Quidditch.
- no, si.. mira Adair, yo... - Iba a explicarle todo ya, aprovechando que estaban solos en el recibidor, pero el niñito apareció para hacer su escena, robándole más de una sonrisa, por lo terrible que era, por como hacía quedar a Adair como un tierno protestón… Increíblemente no volvió a abrir los labios Sofie, a penas si asintió con el rostro a “conocer a la familia” y cruzó los dedos con los de Adair para dejarse guiar… Los nervios se le subían al rostro desde la punta de los pies, y se iban trasformando de carácter a medida que la recorrían. Le iba a presentar a la familia? Como sería su familia? Habría temas que no se podían ni mencionar en chiste, como sucedía en la suya? Porque la había besado? Porque la tomaba de la mano en vez de simplemente empujarla de una patada a la salida? Porque tenía ella un nudo en el estómago imposible de soportar?
Se sentó donde Adair le decía, conteniéndose mil de no observar de más a ningún sitio, pues no quería mostrarse como una desagradable juzgadora de hogares ajenos o algo así, solo por curiosear las decoraciones de las paredes. Sonriendo asintió y saludó a cada uno que Adair le mencionaba haciendo el esfuerzo máximo por incorporar de inmediato todos los datos, y hacía el pequeño Thaddeus alzó la manito en forma de saludo simpático, como gesto especial hacia el pequeño… pues, se lo merecía por pequeño y lioso (que hasta a Brigantia había llegado la fama, o sería que ella compartía carrera y dormitorio con Gianna).
No tuvo tiempo para pensar mucho más, siquiera para servirse algo o hacer más que quitarse la chaqueta y ponérsela en el regazo, pues el padre de familia ya estaba hablándole directo y eso fue genial, pues así se incorporaba a la situación, que sino aparecían esos silencios incómodos con los que Sofie solo sabía batallar hablando y hablando… El punto era que por más que no tuviera absoluto problema en hablar de si misma, suponía que Darren estaba errado pues no había forma que la conociera de nada... Sino, su madre que sabía que ella iría a esa casa le hubiera dicho algo… ¿no?
- Bueno, gracias – y de inmediato estiró la mano para tomar cualquier cosa, más pensando en quedar bien que evaluando que le apetecía -… Luttrell es mi apellido… materno, pero el único que tengo realmente… - como le preguntaba el apellido y no el nombre, quiso ser bien específica, sin tampoco ponerse a contar toda la historia de una madre soltera que durante 19 años le venía ocultando quien era su padre.- Pero no creo que nos conozcamos porque yo no he estudiado en Hogwarts y de hecho soy española...
Y de inmediato miró de reojo a Adair para que le aconsejase, o le afirmase o le callase o lo que fuera!!... No se sentía mal, ni le estaban ganando los nervios, de hecho se encontraba bastante cómoda, pero igualmente parecía como si estuviera conociendo a la familia del novio y tuviera que pasar el escrutinio de la suegra perfeccionista o algo así… Claro! Que iba a saber ella que Darren había conocido y muy bien a su madre, (hasta podría haberla visto mucho después de egresados y Sofie sin enterarse)… O capaz era que, como en el mundo mágico existía eso del purismo y tal, era costumbre preguntar apellido… Lo que fuera Sofie no lo sabía. – me sirves café?, - le pido a Adair en susurro, (necesitaba líquido en la garganta!!!) mientras esperaba la devolución del profesor de Quidditch.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Solo quería dormir en paz y en cambio de esto, maldita sea, estaban ya dándole dolores de cabeza de buena mañana. Adair puso una mano tapando su rostro, apoyó el codo en la mesa y dormitó durante unos segundos mientras escuchaba a su padre dirigirle unas palabras a Sofie. Ya chocheaba por la edad. Emanó un suspiro de sus labios entreabiertos, quitó la mano y como si la taza pesara una vaca, la alzó para darle un sorbo mirando de reojo a Sofie y alzó una ceja. Intercaló una mirada breve con Clarisse quien solo negó con la cabeza como diciendo “no sé de que habla, papá” y quiso darse un golpe contra la mesa.
Darren por su parte, bajó el profeta y tiró su cuerpo hacia delante para examinar mejor las facciones de Sofie – Luttrell – mencionó y Adair gruñó – Sí, Luttrell, límpiate las orejas – Darren alzó la cabeza para mirar a su hijo con autoridad, hizo un gesto para que callara y posó los ojos miel en la jovencita que los acompañaba esa mañana – ¡Yo conocí una Luttrell! – dejó de ver a Sofie para centrarse en Clarisse – era amiga de tu madre, iba a Gryffindor – Clarisse parpadeó sin saber a que venía todo aquello y Adair se crispó un poco más, incómodo, no debía haber dejado entrar a Sofie a esa casa de locos. Negando con la cabeza metió una tostada en su boca justo como estaba haciendo Clarisse en ese segundo, comprendió la mirada de Sofie, echó café en la taza de la chica pero de repente, Darren, tan directo cuando la situación requería de su improvisación soltó tan jovial- ¡Y me acosté con ella! Ah, Jessy, que guapa era… - Clarrise y Adair escupieron la tostada que traían en la boca y empezaron a toser medio atragantados.
¿Qué diablos? ¡No chocheaba tanto! Adair tuvo que darse un par de golpes en el pecho para bajar el trozo de tostada que tenía a medio esófago y sin ganas de mirar a Sofie tras la abrupta confesión de Darren, tiró su cuerpo hacia atrás en la mesa y colocó las dos manos en su nuca, rodando los ojos y mascullando todo tipo de calumnias hacia su santo progenitor. Darren se quedó mirando a sus hijos sin entender la reacción de ambos pues Clarisse estaba algo sonrojada y evadiendo la mirada de la mesa – No creo que sea la madre de la muchacha, seguro hay muchos Luttrells por el mundo, ¿verdad Sofie? – Intentó excusarse de ese modo, tomando el profeta de vuelta y tan pancho, empezó a leer otra vez las noticias sobre Quidditch.
- Es increíble – susurró Adair no sabiendo exactamente si aplaudir a su padre por sus tiempos de patán follatodo o pegarle de hostias por ser como era. Un nuevo suspiro escapó de sus labios y algo avergonzado por la actitud del mayor Backminster miró a Sofie, justo su pelo rubio, sin saber qué hacer o como actuar, nunca había tenido una invitada en su casa. Clarisse quiso tomar ahora la palabra deshaciendo el incómodo momento creado por Darren y miró a Sofie con aquella sonrisa cálida en los labios - ¿Estudias en Brigantia? – murmuró sirviendo un par de gofres para la chica y pasando el plato a la muchacha – ¿Qué carrera? Adair no suele comentar mucho sobre su vida, prefiere dormir, vaguear y salir de fiesta – La gota que colmaba el vaso. Adair pasó las dos manos por su cara gruñendo y se puso en pie con un “voy a fumar”, saliendo por la parte trasera, justo la que estaba en la cocina para ir hasta el jardín trasero donde estaban la mayoría de animales, incluida la cría de oso que su madre tenía en custodia hasta que no cupiera en la casa – No tiene buen despertar…
Darren por su parte, bajó el profeta y tiró su cuerpo hacia delante para examinar mejor las facciones de Sofie – Luttrell – mencionó y Adair gruñó – Sí, Luttrell, límpiate las orejas – Darren alzó la cabeza para mirar a su hijo con autoridad, hizo un gesto para que callara y posó los ojos miel en la jovencita que los acompañaba esa mañana – ¡Yo conocí una Luttrell! – dejó de ver a Sofie para centrarse en Clarisse – era amiga de tu madre, iba a Gryffindor – Clarisse parpadeó sin saber a que venía todo aquello y Adair se crispó un poco más, incómodo, no debía haber dejado entrar a Sofie a esa casa de locos. Negando con la cabeza metió una tostada en su boca justo como estaba haciendo Clarisse en ese segundo, comprendió la mirada de Sofie, echó café en la taza de la chica pero de repente, Darren, tan directo cuando la situación requería de su improvisación soltó tan jovial- ¡Y me acosté con ella! Ah, Jessy, que guapa era… - Clarrise y Adair escupieron la tostada que traían en la boca y empezaron a toser medio atragantados.
¿Qué diablos? ¡No chocheaba tanto! Adair tuvo que darse un par de golpes en el pecho para bajar el trozo de tostada que tenía a medio esófago y sin ganas de mirar a Sofie tras la abrupta confesión de Darren, tiró su cuerpo hacia atrás en la mesa y colocó las dos manos en su nuca, rodando los ojos y mascullando todo tipo de calumnias hacia su santo progenitor. Darren se quedó mirando a sus hijos sin entender la reacción de ambos pues Clarisse estaba algo sonrojada y evadiendo la mirada de la mesa – No creo que sea la madre de la muchacha, seguro hay muchos Luttrells por el mundo, ¿verdad Sofie? – Intentó excusarse de ese modo, tomando el profeta de vuelta y tan pancho, empezó a leer otra vez las noticias sobre Quidditch.
- Es increíble – susurró Adair no sabiendo exactamente si aplaudir a su padre por sus tiempos de patán follatodo o pegarle de hostias por ser como era. Un nuevo suspiro escapó de sus labios y algo avergonzado por la actitud del mayor Backminster miró a Sofie, justo su pelo rubio, sin saber qué hacer o como actuar, nunca había tenido una invitada en su casa. Clarisse quiso tomar ahora la palabra deshaciendo el incómodo momento creado por Darren y miró a Sofie con aquella sonrisa cálida en los labios - ¿Estudias en Brigantia? – murmuró sirviendo un par de gofres para la chica y pasando el plato a la muchacha – ¿Qué carrera? Adair no suele comentar mucho sobre su vida, prefiere dormir, vaguear y salir de fiesta – La gota que colmaba el vaso. Adair pasó las dos manos por su cara gruñendo y se puso en pie con un “voy a fumar”, saliendo por la parte trasera, justo la que estaba en la cocina para ir hasta el jardín trasero donde estaban la mayoría de animales, incluida la cría de oso que su madre tenía en custodia hasta que no cupiera en la casa – No tiene buen despertar…
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
El padre de Adair le caía bien, para empezar era conversador y desenvuelto y por lo visto no tenía el mal humor mañanero del hijo, además Sofie entendía que le estaba haciendo un favor con la charla y las preguntas por más raras que parecieran…. Pero la cosa fue empeorando de a poco, muy de apoco porque incluso al momento en que Darren mencionaba el nombre de su madre, Sofie aun no reaccionaba en todo lo que aquello implicaba…
Aham… Si! su madre había sido gryffindor, sonreía y asentía siguiendo la charla… Tomó el café entre las manos, agradeció a Adiar… Claro!, su madre se llamaba Jessy, seguía sonriendo sin meter palabra… Sorbió el café, dejó la taza en su sitio, y se rió divertida de la reacción de los hijos pues a ella le pasaba igual cuando su madre lanzaba algún comentario incómodo (cosa que sucedía todo el tiempo)… -Hay muchos Luttrell – afirmó los dichos de Darren, dándole toda la razón, mientras con la otra mano se hacía de los gofres ya dispuesta a seguir la charla con Clarisse… - si… estudio periodismo, ingresé este año…. –
Cualquiera con dos dedos de frente que estuviera observando se daría cuenta que por más tranquila que pareciera Sofie, esa no era una reacción normal a la situación. Siquiera había carcajeado o ofendido por los comentario de Clarisse exponiendo a Adair, estaba en otro planeta, como si gran parte de ella se hubiera quedando procesando la información de Darren, y quien comía los gofres fuera solo un fantasma o un holograma muy corpóreo.
La rubia se cruzaba todo el tiempo con hombre que habían estado con su madre y tenía la sonrisa pocker programada automáticamente tanto fuera para desconocidos que encontraba desnudos en el living, o los padres de sus compañeritos de colegio acompañados por sus correspondientes esposas. Primero sonreía y seguía haciendo lo que hacía, a fuerza de negación mental y luego muy muy luego, caía en la realidad y deseaba cortarse las venas con una cucharita de café…
No fue diferente esta vez… cortaba un trozo de gofre, le respondía a Clarisse, miraba a los hombres por el rabillo del ojo, el gruñido de Adair, el diablillo pequeño golpeando alguna cosa, el ruido sistemático de las hojas del periódico al pasar, el gusto a gofre, la sonrisa de Clarisse, Adair se iba a fumar. el tenedor contra el plato, el bocado entre sus labios, un tica tac de reloj, los labios de Clarisse moviéndose sin escuchar palabra… El automatismo se le estaba yendo al carajo, tragó con dificultad el bocado que tenía en boca y respiró mirando a Darren aunque este estuviera ya muy ocupado con el diario… - hm… Si es mi mamá… Digo, Jessy Luttrell es mi madre… - sonrió a Clarisse por disculparse y señalando el camino por el cual se había ido Adair trató de pedir permiso para retirarse de la mesa – iré un momento… para allá… A buscar… Perdón.-
Se levantó de inmediato y podría decirse que salió corriendo. No le molestaba que su madre tuviera una vida sexual, incluso había tenido la desgracia de verlo con sus propios ojos en vivo y en directo, el punto era cada vez que conocía un hombre que se había acostado con Jessy, de inmediato y por más loco que sonase, pensaba que podía ser su padre!!! Y no solo no tenía ganas de que el padre de Adair entrara en ese grupo, sino que ya había vivido eso con Luke… La impotencia de vivir lo mismo una y otra vez era insoportable… Pero no iba a decirlo en voz alta, porque la tildaría de loca!
- Adair… si era mi madre… - no vio el oso, no observo el hermoso parque, no nada, solo se llevó una mano a la frente y como tic nervioso sonreía y quitaba la sonrisa una y otra vez…- tu papá y mi mamá… eso… ya… sabes. – lo miró a los ojos y sentenció – Me voy a callar. – y se dejó caer contra el muro mirando a la nada. Era una situación muy fuerte para ella con la que lidiar como para mostrarse como la Sofie de todos los días.
Aham… Si! su madre había sido gryffindor, sonreía y asentía siguiendo la charla… Tomó el café entre las manos, agradeció a Adiar… Claro!, su madre se llamaba Jessy, seguía sonriendo sin meter palabra… Sorbió el café, dejó la taza en su sitio, y se rió divertida de la reacción de los hijos pues a ella le pasaba igual cuando su madre lanzaba algún comentario incómodo (cosa que sucedía todo el tiempo)… -Hay muchos Luttrell – afirmó los dichos de Darren, dándole toda la razón, mientras con la otra mano se hacía de los gofres ya dispuesta a seguir la charla con Clarisse… - si… estudio periodismo, ingresé este año…. –
Cualquiera con dos dedos de frente que estuviera observando se daría cuenta que por más tranquila que pareciera Sofie, esa no era una reacción normal a la situación. Siquiera había carcajeado o ofendido por los comentario de Clarisse exponiendo a Adair, estaba en otro planeta, como si gran parte de ella se hubiera quedando procesando la información de Darren, y quien comía los gofres fuera solo un fantasma o un holograma muy corpóreo.
La rubia se cruzaba todo el tiempo con hombre que habían estado con su madre y tenía la sonrisa pocker programada automáticamente tanto fuera para desconocidos que encontraba desnudos en el living, o los padres de sus compañeritos de colegio acompañados por sus correspondientes esposas. Primero sonreía y seguía haciendo lo que hacía, a fuerza de negación mental y luego muy muy luego, caía en la realidad y deseaba cortarse las venas con una cucharita de café…
No fue diferente esta vez… cortaba un trozo de gofre, le respondía a Clarisse, miraba a los hombres por el rabillo del ojo, el gruñido de Adair, el diablillo pequeño golpeando alguna cosa, el ruido sistemático de las hojas del periódico al pasar, el gusto a gofre, la sonrisa de Clarisse, Adair se iba a fumar. el tenedor contra el plato, el bocado entre sus labios, un tica tac de reloj, los labios de Clarisse moviéndose sin escuchar palabra… El automatismo se le estaba yendo al carajo, tragó con dificultad el bocado que tenía en boca y respiró mirando a Darren aunque este estuviera ya muy ocupado con el diario… - hm… Si es mi mamá… Digo, Jessy Luttrell es mi madre… - sonrió a Clarisse por disculparse y señalando el camino por el cual se había ido Adair trató de pedir permiso para retirarse de la mesa – iré un momento… para allá… A buscar… Perdón.-
Se levantó de inmediato y podría decirse que salió corriendo. No le molestaba que su madre tuviera una vida sexual, incluso había tenido la desgracia de verlo con sus propios ojos en vivo y en directo, el punto era cada vez que conocía un hombre que se había acostado con Jessy, de inmediato y por más loco que sonase, pensaba que podía ser su padre!!! Y no solo no tenía ganas de que el padre de Adair entrara en ese grupo, sino que ya había vivido eso con Luke… La impotencia de vivir lo mismo una y otra vez era insoportable… Pero no iba a decirlo en voz alta, porque la tildaría de loca!
- Adair… si era mi madre… - no vio el oso, no observo el hermoso parque, no nada, solo se llevó una mano a la frente y como tic nervioso sonreía y quitaba la sonrisa una y otra vez…- tu papá y mi mamá… eso… ya… sabes. – lo miró a los ojos y sentenció – Me voy a callar. – y se dejó caer contra el muro mirando a la nada. Era una situación muy fuerte para ella con la que lidiar como para mostrarse como la Sofie de todos los días.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Adair silbó para llamar la cría de oso que por muy salvaje que fuera era mucho más dócil que su sobrino. El animal vino corriendo algo torpemente y acabó tropezando con sus propias zarpas delanteras para caer ante los pies del chico quien algo divertido, ya más calmado, alzó una ceja – Poca coordinación… - se agachó para ayudarlo a ponerse en pie y en ese momento, Sofie salió de dentro la casa. Poco a poco fue girando la cara hacia ella a pesar que andaba acariciando la barriga del animal, ya tenía el cigarrillo encendido entre los labios y el humo escapaba lentamente por entre sus labios, clavó los ojos miel en la muchacha, frunció el ceño y notó una cierta… diferencia. Claro que Sofie se encargó de expresar cual era la diferencia del maldito asunto y es que su padre, ese que siempre pedía responsabilidad a su hijo, se había cogido a la madre de su conquista. ¡Puto viejo verde!
- Pues eran jóvenes… - iba a soltar algún comentario sobre la calentura de ambos pero notó a Sofie demasiado perjudicada para la noticia. Claro que a él tampoco estaba feliz con saber que su padre había abierto un poco más el camino por donde algunos años después saldría la chica con la que a puntito estuvo de acostarse pero desde luego, no empalideció ni perdió la vista en un punto fijo como Sofie estaba en ese mismo momento. Tomó un segundo para dar otra calada profunda, dio una palmada fuerte en el lomo del animal y se puso en pie, tirando el cigarrillo en el suelo y apagándolo con la chancla que calzaba sus pies – Sofie… - se acercó a ella hasta ponerse delante de sus ojos, pasó la mano por su frente, apartando los mechones rubios que estaban contra el perlado sudor de la frente de la rubia y los peinó con tranquilidad tras las orejas de la chica – Olvídate de eso. Mi padre fue un picha fácil desde que se separó de su primera mujer hasta que se casó con mi madre y de eso hace mucho – algo sabían, vamos, Sofie ya había visto lo sincero que era Darren sobre el tema, no tenía nada que ocultar pero después de reencontrarse con Amy y casarse de nuevo, las cosas habían cambiado.
Adair desconocía la complicada historia de la chica, no sabía que ella no conoció padre alguno y quizás de conocer esa parte de su vida, hubiera sido más explicito en cuanto a que por cuentas era imposible que los pensamientos de Sofie fueran ciertos. Sonrío para animarla un poco, acarició con el reverso de la mano su mejilla y la tomó por la mejilla para acercar su rostro hacia él mientras inclinaba su cuello hacia abajo para unir sus labios en un beso que no llegó a completar porque decidió en el último momento pegar la frente a la de Sofie – Mira que no quería – suspiró contra sus labios en un falso gesto de “me va a costar” – pero voy a tener que hacerte olvidar el tema a mi manera – cubrió su boca con la suya e invadió con sus manos el trasero de la chica para levantarla un poco, solo lo justo para que la acción fuera mucho más cómoda.
¿Qué más daba si sus padres se habían acostado años atrás? La vida continuaba y de tal palo, tal hastilla.
- Pues eran jóvenes… - iba a soltar algún comentario sobre la calentura de ambos pero notó a Sofie demasiado perjudicada para la noticia. Claro que a él tampoco estaba feliz con saber que su padre había abierto un poco más el camino por donde algunos años después saldría la chica con la que a puntito estuvo de acostarse pero desde luego, no empalideció ni perdió la vista en un punto fijo como Sofie estaba en ese mismo momento. Tomó un segundo para dar otra calada profunda, dio una palmada fuerte en el lomo del animal y se puso en pie, tirando el cigarrillo en el suelo y apagándolo con la chancla que calzaba sus pies – Sofie… - se acercó a ella hasta ponerse delante de sus ojos, pasó la mano por su frente, apartando los mechones rubios que estaban contra el perlado sudor de la frente de la rubia y los peinó con tranquilidad tras las orejas de la chica – Olvídate de eso. Mi padre fue un picha fácil desde que se separó de su primera mujer hasta que se casó con mi madre y de eso hace mucho – algo sabían, vamos, Sofie ya había visto lo sincero que era Darren sobre el tema, no tenía nada que ocultar pero después de reencontrarse con Amy y casarse de nuevo, las cosas habían cambiado.
Adair desconocía la complicada historia de la chica, no sabía que ella no conoció padre alguno y quizás de conocer esa parte de su vida, hubiera sido más explicito en cuanto a que por cuentas era imposible que los pensamientos de Sofie fueran ciertos. Sonrío para animarla un poco, acarició con el reverso de la mano su mejilla y la tomó por la mejilla para acercar su rostro hacia él mientras inclinaba su cuello hacia abajo para unir sus labios en un beso que no llegó a completar porque decidió en el último momento pegar la frente a la de Sofie – Mira que no quería – suspiró contra sus labios en un falso gesto de “me va a costar” – pero voy a tener que hacerte olvidar el tema a mi manera – cubrió su boca con la suya e invadió con sus manos el trasero de la chica para levantarla un poco, solo lo justo para que la acción fuera mucho más cómoda.
¿Qué más daba si sus padres se habían acostado años atrás? La vida continuaba y de tal palo, tal hastilla.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Sofie cerró los ojos, intentando que el calorcito del sol del mediodía le tranquilizara. Respiró profundo, pues con la cantidad de tipos que se había follado su madre no podía ponerse así cada vez que se cruzaba a uno que tenía un hijo guapo… Pero a la vez se preguntaba porque mierda su madre no le había dicho nada, y comenzaba a enfadarse feo con esa mujer perversa…. Por cierto, Como le gustaba a Sofie la forma en que Adair pronunciaba su nombre!!! No era nada del otro mundo, pero le encantaba oírlo, si bien no iba aponerse de buenas solo por eso, de alguna forma extraña la sombra de tenerlo cerca le reconfortaba más que los cálidos rayos de sol.
- si, no importa… perdón – esbozó apenada, sin mirarlo tampoco mientras le acomodaba el cabello y todos esos gestos bonitos de galán que Adair hacía y que la tenía perdida desde el primer día que había coincidido con él por casualidad… No quería quedar como loca, no quería compartirle sus problemas mentales de padre ausente, y tampoco pretendía que Adair tuviera que excusar a su padre, cuando en realidad el hombre no había hecho nada malo… Solo quería no haberse enterado, seguir soñando con un Adair-noviofuturo.com, pero eso no podía ser ya.
Levantó la vista para devolverle la gentileza de la sonrisa a los ojos, y dejar de parecer tan niñata por solo imaginar dos adultos teniendo sexo (pues otra explicación no le estaba dando al pobre Adair)… y se tentó a dejarse llevar por la situación a penas posando una mano en la cintura ajena, para no rechazarlo ni nada, seguirle el juego y todo eso del galanteo y la atracción física inevitable, aunque no pensó de antemano que iba a besarla.
Es más, Sofie en verdad creía que luego de todo lo sucedido en Brigantia, Adair no iba a querer ni verla en clase, mucho menos volver a enrollarse con ella. Y eso si podía decírselo con sonrisa sincera en los labios, luego claro, de dedicarle indescriptibles segundos a sus bocas. – y yo que pensaba que no volvería a besarte luego de perderme la reunión… - Adair sabría que se refería a la supuesta reunión de negocios acordada en la enfermería y nunca realizada por culpa de la pelea impredecible. Le tomó las manos que aun estaban en su culo por tomarlo de ellas y por sacarlas de allí también, para que mentir! – creo que me da vergüenza volver a la cocina, salí corriendo… jaja- se rió y vió detrás de Adair algo raro – eso es un oso?
Los ojos marrones de Sofie inmensos por la sorpresa y una carcajada que no se hizo esperar. Además de no querer volver a entrar por el papelón que había dejado en el desayuno al huir, sentía que las cosas no estaban ni remotamente claras entre ellos, ni en su cabeza, y si bien no iba a empezar con un discurso de 5 pergaminos ya mismo, alguna cosa tenía que ser hablada. Ella iba a disculparse y Adair le decía que no era su culpa. Ella se había puesto como loca por lo de Darren y Adair ni sabía de que se trataba el tema. Ella había tenido una conducta, culpa del mismo tema, para con Luke, y no podía hacer como que con Adair eso no le iba a afectar… Cuanto tiempo podía hacerse la bonita con el chico hasta que se enloquecieran sus traumas y lo dejara con los besos a la mitad?... y lo más importante: Sofie en verdad pensaba que la historia con el chico de la enfermería, había terminado culpa de Luke ¬¬
- Tengo el cerebro lleno de… cosas… Eso no es bueno, ya me conoces que cuando empiezo con las preguntas… - se rió y apoyó la frente sobre el pecho de Adair -… entonces, aun te gusto? – Esas preguntas no se hacían!!! Sofie!!! Pero bueno, no pudo contenerse.
- si, no importa… perdón – esbozó apenada, sin mirarlo tampoco mientras le acomodaba el cabello y todos esos gestos bonitos de galán que Adair hacía y que la tenía perdida desde el primer día que había coincidido con él por casualidad… No quería quedar como loca, no quería compartirle sus problemas mentales de padre ausente, y tampoco pretendía que Adair tuviera que excusar a su padre, cuando en realidad el hombre no había hecho nada malo… Solo quería no haberse enterado, seguir soñando con un Adair-noviofuturo.com, pero eso no podía ser ya.
Levantó la vista para devolverle la gentileza de la sonrisa a los ojos, y dejar de parecer tan niñata por solo imaginar dos adultos teniendo sexo (pues otra explicación no le estaba dando al pobre Adair)… y se tentó a dejarse llevar por la situación a penas posando una mano en la cintura ajena, para no rechazarlo ni nada, seguirle el juego y todo eso del galanteo y la atracción física inevitable, aunque no pensó de antemano que iba a besarla.
Es más, Sofie en verdad creía que luego de todo lo sucedido en Brigantia, Adair no iba a querer ni verla en clase, mucho menos volver a enrollarse con ella. Y eso si podía decírselo con sonrisa sincera en los labios, luego claro, de dedicarle indescriptibles segundos a sus bocas. – y yo que pensaba que no volvería a besarte luego de perderme la reunión… - Adair sabría que se refería a la supuesta reunión de negocios acordada en la enfermería y nunca realizada por culpa de la pelea impredecible. Le tomó las manos que aun estaban en su culo por tomarlo de ellas y por sacarlas de allí también, para que mentir! – creo que me da vergüenza volver a la cocina, salí corriendo… jaja- se rió y vió detrás de Adair algo raro – eso es un oso?
Los ojos marrones de Sofie inmensos por la sorpresa y una carcajada que no se hizo esperar. Además de no querer volver a entrar por el papelón que había dejado en el desayuno al huir, sentía que las cosas no estaban ni remotamente claras entre ellos, ni en su cabeza, y si bien no iba a empezar con un discurso de 5 pergaminos ya mismo, alguna cosa tenía que ser hablada. Ella iba a disculparse y Adair le decía que no era su culpa. Ella se había puesto como loca por lo de Darren y Adair ni sabía de que se trataba el tema. Ella había tenido una conducta, culpa del mismo tema, para con Luke, y no podía hacer como que con Adair eso no le iba a afectar… Cuanto tiempo podía hacerse la bonita con el chico hasta que se enloquecieran sus traumas y lo dejara con los besos a la mitad?... y lo más importante: Sofie en verdad pensaba que la historia con el chico de la enfermería, había terminado culpa de Luke ¬¬
- Tengo el cerebro lleno de… cosas… Eso no es bueno, ya me conoces que cuando empiezo con las preguntas… - se rió y apoyó la frente sobre el pecho de Adair -… entonces, aun te gusto? – Esas preguntas no se hacían!!! Sofie!!! Pero bueno, no pudo contenerse.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Sonrío con patanería cuando ella quitó sus manos de donde las había colocado, ahí apresando su redondito trasero, y jugueteó para liberarse de sus improvisadas esposas mientras reía contra su boca, besándola de forma intermitente – Los negocios no son lo mío – agregó susurrando y bajando los besos hasta el cuello de la rubia para entretenerse un rato pero la mención del oso abrió abruptamente sus párpados, Adair giro la cabeza y vislumbró a la inocente criatura sentada sobre sus patas traseras – Sí, mi madre y su santa manía de traer todo bicho viviente a casa – En verdad la historia del oso era larga y no tenía tiempo de entretenerse en esas gilipolleces así que volvió a sus quehaceres.
Quedó quieto mientras ella apoyaba su cabeza en su pecho, el muchacho llevó una mano hasta su pelo lacio y rubio, dudó unos segundos entre si acariciarle o no, rodó los ojos, emitió un suspiro de resignación y terminó paseando la palma de su mano por las hebras rubias de su cabello – Sofie… - Si a ella le gustaba escucharlo decir su nombre a él le gustaba pronunciarlo. Abruptamente la tomó de las muñecas para empotrarla, suavemente contra la pared. No contestó directamente a su pregunta a cambio dejó la nariz encima del cuello de la chica, aspiró su aroma suavemente antes de deslizarla suavemente por toda la línea que iba desde su clavícula hasta su mentón. Profirió una carcajada ante sus propios pensamientos (¿Qué iba a saber él de su perturbada vida?) y arañó con sus dientes la delicada piel de Sofie mientras sus manos se deslizaban desde el trasero de la chica hasta la cintura - ¿Tu qué crees? – la voz cadente casi ronca mientras subía su boca y apresaba otra vez los labios de la chica, besándola con hambre.
El único contratiempo de calentarse en aquel lugar eran los imprevistos a los que estaban predispuestos, una casa de locos, llena de gente y animales no daba demasiado margen de privacidad. Las manos del chico ya estaban otra vez sobeteando el santo bien puesto trasero de la rubia cuando Clarisse apareció por la puerta carraspeando para llamar la atención. Adair que estaba besando todo entretenido a Sofie, enarcó una ceja y miró a su hermana aún saboreando a la chica – Estaba preocupada por como se fue Sofie pero veo que ya sabes como solventar sus indisposiciones… - Adair rodó los ojos, puso las manos en el cielo – Solo quiero un puto minuto de paz, un puto minuto, ¡UNO! – ya terminó por gritar exasperado y gruñendo. Clarisse negó con la cabeza y entró otra ve hacia dentro, Adair miró a Sofie con ganas de tenerla para él solo pero suspiro resignado, su padre no iba a dejarles, el cabrón había enviado a su ojito derecho a joderles la velada.
Besó sus labios de manera corta antes que el oso, la mascota estrella de la familia, tomara con sus zarpas el pantalón de Adair y empezara a estirar de él. El muchacho se estresó más, gruñó hacia el animal que solo ladeó la cabeza sin entender bien que cojones decía el humano enrabiado – Teddy lárgate – ordenó a la criatura que solo se pegó a Sofie que parecía más sociable - No sé como no has salido aún huyendo con la familia que tengo – y era verdad, tan disfuncional como entretenida. La tomó de la cintura de vuelta, la pegó a él y beso su frente – Si, me sigues gustando, incluso más.
Quedó quieto mientras ella apoyaba su cabeza en su pecho, el muchacho llevó una mano hasta su pelo lacio y rubio, dudó unos segundos entre si acariciarle o no, rodó los ojos, emitió un suspiro de resignación y terminó paseando la palma de su mano por las hebras rubias de su cabello – Sofie… - Si a ella le gustaba escucharlo decir su nombre a él le gustaba pronunciarlo. Abruptamente la tomó de las muñecas para empotrarla, suavemente contra la pared. No contestó directamente a su pregunta a cambio dejó la nariz encima del cuello de la chica, aspiró su aroma suavemente antes de deslizarla suavemente por toda la línea que iba desde su clavícula hasta su mentón. Profirió una carcajada ante sus propios pensamientos (¿Qué iba a saber él de su perturbada vida?) y arañó con sus dientes la delicada piel de Sofie mientras sus manos se deslizaban desde el trasero de la chica hasta la cintura - ¿Tu qué crees? – la voz cadente casi ronca mientras subía su boca y apresaba otra vez los labios de la chica, besándola con hambre.
El único contratiempo de calentarse en aquel lugar eran los imprevistos a los que estaban predispuestos, una casa de locos, llena de gente y animales no daba demasiado margen de privacidad. Las manos del chico ya estaban otra vez sobeteando el santo bien puesto trasero de la rubia cuando Clarisse apareció por la puerta carraspeando para llamar la atención. Adair que estaba besando todo entretenido a Sofie, enarcó una ceja y miró a su hermana aún saboreando a la chica – Estaba preocupada por como se fue Sofie pero veo que ya sabes como solventar sus indisposiciones… - Adair rodó los ojos, puso las manos en el cielo – Solo quiero un puto minuto de paz, un puto minuto, ¡UNO! – ya terminó por gritar exasperado y gruñendo. Clarisse negó con la cabeza y entró otra ve hacia dentro, Adair miró a Sofie con ganas de tenerla para él solo pero suspiro resignado, su padre no iba a dejarles, el cabrón había enviado a su ojito derecho a joderles la velada.
Besó sus labios de manera corta antes que el oso, la mascota estrella de la familia, tomara con sus zarpas el pantalón de Adair y empezara a estirar de él. El muchacho se estresó más, gruñó hacia el animal que solo ladeó la cabeza sin entender bien que cojones decía el humano enrabiado – Teddy lárgate – ordenó a la criatura que solo se pegó a Sofie que parecía más sociable - No sé como no has salido aún huyendo con la familia que tengo – y era verdad, tan disfuncional como entretenida. La tomó de la cintura de vuelta, la pegó a él y beso su frente – Si, me sigues gustando, incluso más.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
- ¡VOY A MATAR A ESE OSO! - el grito de Lucy se escuchó claramente por la casa a pesar de que no llevaba demasiado rato ahí. ¿El crimen del pobre animal? Pues haber decidido que la revista de vestidos de novia que había traído para comentar con su madre y sus hermanas era su merienda y haberla encontrado a trozitos diminutos en el suelo del recibidor.
Ni siquiera recordó que un movimiento de varita dejaría la revista como nueva, o que cuando era más joven todos aquellos animales que su madre adoptaba constantemente le habían encantado. Porque eso tenía gracia cuando eran micropuffs o kneazles, que eran bichos inofensivos... ¿¡Pero un oso?! Simplemente salió en busca de aquella bola de pelo decidida a dejarla flotando en el techo todo el rato en que ella estuviera en esa casa, pues no quería que se cruzara más en su camino o en el de sus revistas. Y con ese pensamiento salió al patio, que según Darren era el último sitio donde había visto al animal. Pero lo que nadie se dignó a avisarle es que además de Teddy se encontraría a su hermano besuqueando a una chica y pavoneándose sin camiseta.
Claro que quería a su família, de lo contrario nunca hubiera movido mil y un turnos en el hospital para poder asistir a la cena que su madre había organizado aquella noche. El problema era el caos que se organizaba con aquellas reuniones, y las excentricidades de cada uno de sus miembros que nunca dejaban de sorprenderla. Por eso olvidó un segundo las represalias que tenía que tomar contra el oso para mirar a Adair con una ceja levantada.
- Ponte una camiseta, por dios. Vamos a cenar, no a celebrar una fiesta en la piscina. - dijo mirando con el ceño ligeramente fruncido al chico antes de dirigir la mirada a la chica que estaba con él -Soy Lucy, bienvenida a esta casa de locos. ¿Te quedarás a cenar? Creo que eres la primera chica que Adair trae a casa.
No le importaba demasiado estar poniendo en un compromiso a su hermano con aquellas palabras. Hacía mucho tiempo que intentaba que dejara ese comportamiento mujeriego con el que tan crítica era, seguramente porque le recordaba demasiado a la mala época de Jonathan. Por eso al ver una mínima muestra de compromiso le servía para intentar forzar un poquito más aquella situación.
-¡Lucy! ¡Deja a Teddy! ¡No tiene la culpa de que no sepas guardar bien tus cosas!
La voz de su madre hizo que Lucy soltara un suspiro. Adiós a la oportunidad de vengarse con el maldito oso, porque como siempre Amy volvía de trabajar en el momento justo. La miró forzando una sonrisa, intentando parecer inocente aunque sabía que no serviria de mucho.
-No le estoy haciendo nada a Teddy mamá, solo estaba preguntando a la novia de Adair si se iba a quedar a cenar. Seguro que él con sus modales de trol no se lo ha mencionado.
La frase sirvió para relajar el rostro de su madre de inmediato, y Lucy supo que había olvidado lo del oso (más tarde tendría que averiguar quien se había ido de la lengua). Inmediatamente Amy miró a la chica que estaba con Adair con la sonrisa que siempre ponía cuando quería quedar bien con alguien.
-Claro querida, quédate. Hay comida para todos. Sofie, ¿verdad? Yo soy Amy, la madre de Adair. - y como quien no quiere la cosa se acercó a la chica para saludarla con un ligero abrazo y aprovechó para luego tomar al oso en brazos como si fuera un bebé, cosa que sirvió para que Lucy bufara por lo bajo. Definitivamente una casa de locos.
Ni siquiera recordó que un movimiento de varita dejaría la revista como nueva, o que cuando era más joven todos aquellos animales que su madre adoptaba constantemente le habían encantado. Porque eso tenía gracia cuando eran micropuffs o kneazles, que eran bichos inofensivos... ¿¡Pero un oso?! Simplemente salió en busca de aquella bola de pelo decidida a dejarla flotando en el techo todo el rato en que ella estuviera en esa casa, pues no quería que se cruzara más en su camino o en el de sus revistas. Y con ese pensamiento salió al patio, que según Darren era el último sitio donde había visto al animal. Pero lo que nadie se dignó a avisarle es que además de Teddy se encontraría a su hermano besuqueando a una chica y pavoneándose sin camiseta.
Claro que quería a su família, de lo contrario nunca hubiera movido mil y un turnos en el hospital para poder asistir a la cena que su madre había organizado aquella noche. El problema era el caos que se organizaba con aquellas reuniones, y las excentricidades de cada uno de sus miembros que nunca dejaban de sorprenderla. Por eso olvidó un segundo las represalias que tenía que tomar contra el oso para mirar a Adair con una ceja levantada.
- Ponte una camiseta, por dios. Vamos a cenar, no a celebrar una fiesta en la piscina. - dijo mirando con el ceño ligeramente fruncido al chico antes de dirigir la mirada a la chica que estaba con él -Soy Lucy, bienvenida a esta casa de locos. ¿Te quedarás a cenar? Creo que eres la primera chica que Adair trae a casa.
No le importaba demasiado estar poniendo en un compromiso a su hermano con aquellas palabras. Hacía mucho tiempo que intentaba que dejara ese comportamiento mujeriego con el que tan crítica era, seguramente porque le recordaba demasiado a la mala época de Jonathan. Por eso al ver una mínima muestra de compromiso le servía para intentar forzar un poquito más aquella situación.
-¡Lucy! ¡Deja a Teddy! ¡No tiene la culpa de que no sepas guardar bien tus cosas!
La voz de su madre hizo que Lucy soltara un suspiro. Adiós a la oportunidad de vengarse con el maldito oso, porque como siempre Amy volvía de trabajar en el momento justo. La miró forzando una sonrisa, intentando parecer inocente aunque sabía que no serviria de mucho.
-No le estoy haciendo nada a Teddy mamá, solo estaba preguntando a la novia de Adair si se iba a quedar a cenar. Seguro que él con sus modales de trol no se lo ha mencionado.
La frase sirvió para relajar el rostro de su madre de inmediato, y Lucy supo que había olvidado lo del oso (más tarde tendría que averiguar quien se había ido de la lengua). Inmediatamente Amy miró a la chica que estaba con Adair con la sonrisa que siempre ponía cuando quería quedar bien con alguien.
-Claro querida, quédate. Hay comida para todos. Sofie, ¿verdad? Yo soy Amy, la madre de Adair. - y como quien no quiere la cosa se acercó a la chica para saludarla con un ligero abrazo y aprovechó para luego tomar al oso en brazos como si fuera un bebé, cosa que sirvió para que Lucy bufara por lo bajo. Definitivamente una casa de locos.
Lucy Jones- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 22/09/2012
Re: Im so sorry! +18
A punto estaban de olvidársele todos los traumas… La verdad es que teniendo a Adair ahí, todo para ella, sin camisa, coqueteándole descaradamente, acariciándole el cuello con la respiración, quien en su sano juicio podía detenerse a pensar ni un mili segundo de la mierda que era todo alrededor?! Sofie no, y menos cuando se sentía sucumbir tan fácil por cualquier tontería que el muchacho hiciera.
Ahogando un suspiro de calor y cerrando los ojos decidió a conciencia que ya mejor dejaba las explicaciones para luego, que divertirse un ratito contra una pared, besarlo intensamente mordisqueándole el labio inferior, y pretender no querer que le tocase el culo, no le haría mal a nadie…. Pero en eso, cuando estaba a punto de cambiar los roles y empotrarlo ella contra la pared, una voz convenientemente entrometida apareció en escena… Roja de vergüenza, presionó los ojos con fuerza para no abrirlos nunca, nunca más… Que se la tragara la tierra por favor diosito!!!
Aprovechó que Adair se exasperaba y la soltaba para llevarse las manos a la frente, acomodarse el cabello, el suéter o lo que fuera con tan de obviar la situación… Lo miró lo mínimo de reojo, cuando Clarisse los dejaba solos y no le desaparecieron los colores del rostro ni siquiera cuando él volvía a besarla… Para colmo el oso! El oso también?!... nerviosa como en los peores momentos no pudo contener la carcajada… aquello era… ahhh, ni hubiera sabido como describirlo. – Lo intenté… pero huir para el lado equivocado… - le puso un dedo al pecho señalándolo y se desinfló en un suspiro. Demasiadas emociones juntas…
Y ahí no terminaba la cuestión… Al parecer en casa de los Brackminster nunca había paz, pues en cuanto empezaba a sonreír loca de contenta por las fuertes declaraciones de Adair y lo jalaba de la cintura para pegarlo más a ella con cara pícara incluida… Otra interrupción no se hizo esperar… Al menos esta vez no estaban besándose como locos dementes empotrados contra el muro del jardín, solo estaban a escasos milímetros respirando el aliento del otro, a punto de meter mano en donde fuera con tal de reanudar lo que habían dejado a medias.... Ya no sabía si eran los nervios, o lo despampanante de la situación, pero en cuanto la rubia aquella apareció, presentándose como Lucy, Sofie se resignó a reír si le daba la gana o a llorar si le apetecía, su límite para actuar como si nada pasase tampoco era altísimo y esa familia desconocida no parecía ser la rectitud santificada… Un oso en el jardín, mil hijas de dos madres, los gritos, el pequeño demonio, el padre de familia que se había follado a su madre en la juventud… Si ella se reía un poco que más daba.
- Soy Sofie…- dijo su nombre a Lucy, despegándose más de Adair, del muro, para poder adoptar una pose conversadora y no seguir quedando como el objeto que Adair tenía entre manos…. Iba a decir algo de que no. de que no se quedaba a cenar pero la madre de su chico aparecía también y ya entre esas dos mujeres no parecía que se pudiera meter mucho bocado… Eran agradables, bonitas, estaban siendo simpáticas con ella, pero estaban confundidas.
Sofie no era ni proyecto de novia para Adair y lo sabía muy bien, incluso ya lo estaba asumiendo de buena gana… Asi que miró al muchacho giñandole un ojo cómplice, negando con el rostro y sonriendo divertida, queriendo darle a entender que se lo tomara a broma como ella hacía. No solo lo de “novia”, si no toda la situación de ser interrumpidos una y otra vez. – Si Sofie, mucho gusto… - Cuantas veces había dicho y escuchado decir su nombre ese día? Pues ya había perdido la cuenta. Abrazó a la madre de Adair pues si! que otra cosa iba a ser y luego aprovechó un momento en que el oso parecía haber ganado la atención de todo el mundo para girarse hacía Adair.
Le jaló un poco del brazo para llamar su atención, para que no estallara o lo que fuera que ya se le veía en la cara y en lo inteligible que pronunciaba como andaba de ánimos, y reírse con él de toda la confusión que era eso… Confusión que venía acumulando diferentes motivos desde que Sofie había puesto un pie en esa casa. – tu familia es muy interesante…- le comentó bajito para luego elevarse un poco y hablarle al oído directo. Si bien no era correcto secretear, que más daba. – no te preocupes, no me quedaré a cenar… ahora inventamos cualquier cosita y me voy… - Sobre todo Sofie no quería que Adair se sintiera en el compromiso de tener que aguantarla allí y para colmo que todo el mundo creyera algo que no era… Aunque hacer un ratito de novia de Adair por más mentirita que fuera no le hubiera molestado en absoluto. Lo importante es que el chico supiera, que ella sabía que no tenían esa relación!-… ni que tu madre me rogara aceptaría ser tu novia…- le sacó la lengua divertida, para robarle una sonrisa y capaz hasta un beso, quien sabía!
Ahogando un suspiro de calor y cerrando los ojos decidió a conciencia que ya mejor dejaba las explicaciones para luego, que divertirse un ratito contra una pared, besarlo intensamente mordisqueándole el labio inferior, y pretender no querer que le tocase el culo, no le haría mal a nadie…. Pero en eso, cuando estaba a punto de cambiar los roles y empotrarlo ella contra la pared, una voz convenientemente entrometida apareció en escena… Roja de vergüenza, presionó los ojos con fuerza para no abrirlos nunca, nunca más… Que se la tragara la tierra por favor diosito!!!
Aprovechó que Adair se exasperaba y la soltaba para llevarse las manos a la frente, acomodarse el cabello, el suéter o lo que fuera con tan de obviar la situación… Lo miró lo mínimo de reojo, cuando Clarisse los dejaba solos y no le desaparecieron los colores del rostro ni siquiera cuando él volvía a besarla… Para colmo el oso! El oso también?!... nerviosa como en los peores momentos no pudo contener la carcajada… aquello era… ahhh, ni hubiera sabido como describirlo. – Lo intenté… pero huir para el lado equivocado… - le puso un dedo al pecho señalándolo y se desinfló en un suspiro. Demasiadas emociones juntas…
Y ahí no terminaba la cuestión… Al parecer en casa de los Brackminster nunca había paz, pues en cuanto empezaba a sonreír loca de contenta por las fuertes declaraciones de Adair y lo jalaba de la cintura para pegarlo más a ella con cara pícara incluida… Otra interrupción no se hizo esperar… Al menos esta vez no estaban besándose como locos dementes empotrados contra el muro del jardín, solo estaban a escasos milímetros respirando el aliento del otro, a punto de meter mano en donde fuera con tal de reanudar lo que habían dejado a medias.... Ya no sabía si eran los nervios, o lo despampanante de la situación, pero en cuanto la rubia aquella apareció, presentándose como Lucy, Sofie se resignó a reír si le daba la gana o a llorar si le apetecía, su límite para actuar como si nada pasase tampoco era altísimo y esa familia desconocida no parecía ser la rectitud santificada… Un oso en el jardín, mil hijas de dos madres, los gritos, el pequeño demonio, el padre de familia que se había follado a su madre en la juventud… Si ella se reía un poco que más daba.
- Soy Sofie…- dijo su nombre a Lucy, despegándose más de Adair, del muro, para poder adoptar una pose conversadora y no seguir quedando como el objeto que Adair tenía entre manos…. Iba a decir algo de que no. de que no se quedaba a cenar pero la madre de su chico aparecía también y ya entre esas dos mujeres no parecía que se pudiera meter mucho bocado… Eran agradables, bonitas, estaban siendo simpáticas con ella, pero estaban confundidas.
Sofie no era ni proyecto de novia para Adair y lo sabía muy bien, incluso ya lo estaba asumiendo de buena gana… Asi que miró al muchacho giñandole un ojo cómplice, negando con el rostro y sonriendo divertida, queriendo darle a entender que se lo tomara a broma como ella hacía. No solo lo de “novia”, si no toda la situación de ser interrumpidos una y otra vez. – Si Sofie, mucho gusto… - Cuantas veces había dicho y escuchado decir su nombre ese día? Pues ya había perdido la cuenta. Abrazó a la madre de Adair pues si! que otra cosa iba a ser y luego aprovechó un momento en que el oso parecía haber ganado la atención de todo el mundo para girarse hacía Adair.
Le jaló un poco del brazo para llamar su atención, para que no estallara o lo que fuera que ya se le veía en la cara y en lo inteligible que pronunciaba como andaba de ánimos, y reírse con él de toda la confusión que era eso… Confusión que venía acumulando diferentes motivos desde que Sofie había puesto un pie en esa casa. – tu familia es muy interesante…- le comentó bajito para luego elevarse un poco y hablarle al oído directo. Si bien no era correcto secretear, que más daba. – no te preocupes, no me quedaré a cenar… ahora inventamos cualquier cosita y me voy… - Sobre todo Sofie no quería que Adair se sintiera en el compromiso de tener que aguantarla allí y para colmo que todo el mundo creyera algo que no era… Aunque hacer un ratito de novia de Adair por más mentirita que fuera no le hubiera molestado en absoluto. Lo importante es que el chico supiera, que ella sabía que no tenían esa relación!-… ni que tu madre me rogara aceptaría ser tu novia…- le sacó la lengua divertida, para robarle una sonrisa y capaz hasta un beso, quien sabía!
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Hubiera querido preparar a Sofie para toda aquella barbarie que era su familia, tal vez darle un manual de instrucciones, unas sencillas (o complicadas) pautas de conducta pero jamás esperó que toda la puta familia fuera a presentarse ese endiablado día en la residencia Brackminster. ¿Clarisse no tenía fugitivos que cazar? ¿Darren niños que educar? No parecía que no, la intimidad era una palabra desconocida, ni salía en el diccionario. La gota que colmo el vaso de la paciencia de Adair fue la llegada de la perturbada de Lucy gritando (para no perder la costumbre) junto a su madre. Adair cerró los ojos, tiró la cabeza hacia atrás y rezó a los Magos para darle una paciencia ilimitada y aguantarlos ese día pues además, ese sábado, tocaba cena familiar para celebrar el cumpleaños de su hermana pequeña.
Paciencia, santa paciencia.
¿Cómo hallarla con una hermana que perseguía un oso para asesinar y una madre con complejo de oso? Imposible. Aprovechando que Sofie se apartó de él, Adair dejó caer la cabeza contra el muro de la casa, dándose golpes contra él a ver si lograba volverse imbécil del todo y olvidaba la maldita complicada familia que tenía. Río como demente ante las palabras de Lucy, novia, ahora calificaban la visita como su pareja, la invitaban a cenar y yo se que cuantas cosas más sin contar el certero comentario de Lucy sobre que nunca llevaba mujeres a casa. ¡Ahora tampoco era la excepción! Ella había llegado por su propia cuenta.
La mano pequeña de Sofie tomó su brazo. Adair se quitó del muro para mirar los ojos de la chica y los hizo rodar ante su primer comentario – Loca, no interesante, loca, demente, perturbada… - y gruñó, gruñó enojado por toda la mierda que tenía ante sus narices. Esta vez Sofie no reconfortó a Adair, solo empeoró su precario humor. Pasó las manos por la cara intentando despejarse, no hubo sonrisa, no hubo besito, no hubo nada más que un bajo y constante gruñido. ¡Exasperado! Ese fue uno de los motivos por el cual se largó de casa durante dos años para sinceramente ni echarlos de menos (Bueno, tal vez los echó demasiado de menos) – Mejor para ti – sinceramente, no esperaba que Sofie pusiera un pie en su casa ni volviera a acercarse a él a menos de diez metros tras ese día.
- Comprendo que aguantarlos es complicado. Diecinueve años hacen la practica… - negó con la cabeza y miró los ojos de Sofie directamente, tal vez no era su novia o en los desestructurados planes de Adair no cabía una novia decente y formal pero si bien Sofie había llegado por su propio pie – Me gustaría que te quedaras pero si prefieres irte no te voy a obligar a que sufras una cena en casa de los Brackminster.
La decisión era de Sofie, no iba a rogarle que permaneciera a su lado para tener algo de cordura en aquel nido de locos.
Paciencia, santa paciencia.
¿Cómo hallarla con una hermana que perseguía un oso para asesinar y una madre con complejo de oso? Imposible. Aprovechando que Sofie se apartó de él, Adair dejó caer la cabeza contra el muro de la casa, dándose golpes contra él a ver si lograba volverse imbécil del todo y olvidaba la maldita complicada familia que tenía. Río como demente ante las palabras de Lucy, novia, ahora calificaban la visita como su pareja, la invitaban a cenar y yo se que cuantas cosas más sin contar el certero comentario de Lucy sobre que nunca llevaba mujeres a casa. ¡Ahora tampoco era la excepción! Ella había llegado por su propia cuenta.
La mano pequeña de Sofie tomó su brazo. Adair se quitó del muro para mirar los ojos de la chica y los hizo rodar ante su primer comentario – Loca, no interesante, loca, demente, perturbada… - y gruñó, gruñó enojado por toda la mierda que tenía ante sus narices. Esta vez Sofie no reconfortó a Adair, solo empeoró su precario humor. Pasó las manos por la cara intentando despejarse, no hubo sonrisa, no hubo besito, no hubo nada más que un bajo y constante gruñido. ¡Exasperado! Ese fue uno de los motivos por el cual se largó de casa durante dos años para sinceramente ni echarlos de menos (Bueno, tal vez los echó demasiado de menos) – Mejor para ti – sinceramente, no esperaba que Sofie pusiera un pie en su casa ni volviera a acercarse a él a menos de diez metros tras ese día.
- Comprendo que aguantarlos es complicado. Diecinueve años hacen la practica… - negó con la cabeza y miró los ojos de Sofie directamente, tal vez no era su novia o en los desestructurados planes de Adair no cabía una novia decente y formal pero si bien Sofie había llegado por su propio pie – Me gustaría que te quedaras pero si prefieres irte no te voy a obligar a que sufras una cena en casa de los Brackminster.
La decisión era de Sofie, no iba a rogarle que permaneciera a su lado para tener algo de cordura en aquel nido de locos.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
- no. no comprendes nada – se le escapó sin querer entre gruñido y gruñido de Adair porque desde aquel mejor para ti todo lo que siguió saliendo de su boca no tenía nada que ver con los que Sofie pensaba o sentía o como fuera. En especial creer que Adair la estaba mal interpretando y se había quedado con la impresión de que la rubia despreciaba la invitación o a su familia, incluso a él… y nada más lejos de la realidad que eso.
Le sostuvo la mirada un momento pero luego bajó al piso y seguidamente observó más allá para calcular que tanto de todo eso podía llegar a oídos y ojos ajenos. Cuando estuvo segura de que solo hablaba para él volvió a sus ojos miel. – Si te gustaría que me quede, pues… me quedo – respondió en una mezcla de seguridad y entrega que de algún modo extraño seguía sonándole insuficiente para complacer a Adair. Si! lo dicho, quería quedar bien con él en todas las formas posibles, porque si! porque le gustaba mucho! Porque quería que volviera a mirarla bonito y se riera de sus tonterías y la besara con ternura y luego con pasión y luego… Olvidando completamente que más le convenía que la odiara y ya.
- No estoy sufriendo ni tu familia está tan loca… solo sucede que tu eres un exagerado – sonrió negando y lo arrastró más allá, para empezar a recorrer el parque y tal, sin ir a ningún sitio en particular. – Me puse nerviosa, lo admito, pero sufrir, pues sufrir es otra cosa... Además tus papás son muy simpáticos… Si yo te contara de mi familia, eso sí es disfuncional… Pero no voy a aburrirte con eso. – Más quería decir “no voy a asustarte” con eso.
Aminorando el paso llegó a frenarse completamente y girándose para verlo de frente volvió a ver las lesiones de la pelea, mucho más visibles que antes, solo por la razón de estar a plena luz del sol. Se detuvo unos segundos inconcientemente en eso, mirándole el torso desnudo repasando con los ojos las marcas pero de apoco yéndosele la cabeza a otros pensamientos pocos sanos. – deberías vestirte, tu hermana tiene razón… Y yo mientras puedo ir a aclararle a tu mamá que no soy tu novia, si así te quedas más tranquilo. – Si. le preocupaba ese punto en específico, porque las cosas estaban muy bien con Adair como para que él saliera huyendo por pensar que lo estaban desposando.
Le sonrió y lo besó a penas en los labios. Si él no iba a hacerlo pues ella si y ya! Para que tanto pensar si media familia los había visto comiéndose a besos… Basta de problemas y a disfrutar de la vida que por un día nadie iba a morir…o como le decía su madre: “has lo que se te de la gana, que para algo te hice perfecta”. Solo era cuestión de usar su desfachatez y simpatía natural en función de adaptarse a aceptar que no era más que una simple conquista ocasional de Adair… Resuelta mentalmente ya no se conformó con haber apenas tocado sus labios, así que volvió a hacerse de puntas para besarlo como se debía, poniendo las manos en sus hombros, con cuidado de no molestar una de las lesiones que ya había detectado… Devuelta a Brigantía mataría a Luke, en verdad.. Lo haría!... O mejor no volvía a dirigirle la palabra en la vida para que sufriera bien sufrido!...
- No besas tan bonito cuando estás enojado... que lo sepas-
Le sostuvo la mirada un momento pero luego bajó al piso y seguidamente observó más allá para calcular que tanto de todo eso podía llegar a oídos y ojos ajenos. Cuando estuvo segura de que solo hablaba para él volvió a sus ojos miel. – Si te gustaría que me quede, pues… me quedo – respondió en una mezcla de seguridad y entrega que de algún modo extraño seguía sonándole insuficiente para complacer a Adair. Si! lo dicho, quería quedar bien con él en todas las formas posibles, porque si! porque le gustaba mucho! Porque quería que volviera a mirarla bonito y se riera de sus tonterías y la besara con ternura y luego con pasión y luego… Olvidando completamente que más le convenía que la odiara y ya.
- No estoy sufriendo ni tu familia está tan loca… solo sucede que tu eres un exagerado – sonrió negando y lo arrastró más allá, para empezar a recorrer el parque y tal, sin ir a ningún sitio en particular. – Me puse nerviosa, lo admito, pero sufrir, pues sufrir es otra cosa... Además tus papás son muy simpáticos… Si yo te contara de mi familia, eso sí es disfuncional… Pero no voy a aburrirte con eso. – Más quería decir “no voy a asustarte” con eso.
Aminorando el paso llegó a frenarse completamente y girándose para verlo de frente volvió a ver las lesiones de la pelea, mucho más visibles que antes, solo por la razón de estar a plena luz del sol. Se detuvo unos segundos inconcientemente en eso, mirándole el torso desnudo repasando con los ojos las marcas pero de apoco yéndosele la cabeza a otros pensamientos pocos sanos. – deberías vestirte, tu hermana tiene razón… Y yo mientras puedo ir a aclararle a tu mamá que no soy tu novia, si así te quedas más tranquilo. – Si. le preocupaba ese punto en específico, porque las cosas estaban muy bien con Adair como para que él saliera huyendo por pensar que lo estaban desposando.
Le sonrió y lo besó a penas en los labios. Si él no iba a hacerlo pues ella si y ya! Para que tanto pensar si media familia los había visto comiéndose a besos… Basta de problemas y a disfrutar de la vida que por un día nadie iba a morir…o como le decía su madre: “has lo que se te de la gana, que para algo te hice perfecta”. Solo era cuestión de usar su desfachatez y simpatía natural en función de adaptarse a aceptar que no era más que una simple conquista ocasional de Adair… Resuelta mentalmente ya no se conformó con haber apenas tocado sus labios, así que volvió a hacerse de puntas para besarlo como se debía, poniendo las manos en sus hombros, con cuidado de no molestar una de las lesiones que ya había detectado… Devuelta a Brigantía mataría a Luke, en verdad.. Lo haría!... O mejor no volvía a dirigirle la palabra en la vida para que sufriera bien sufrido!...
- No besas tan bonito cuando estás enojado... que lo sepas-
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Disimuló la sonrisa torcida de sus labios cuando ella afirmó que iba a quedarse a su lado ese día. Solo tuvo un minuto para dedicarle una última mirada a su madre junto a Teddy antes que Sofie arrastrara su cuerpo (En verdad, él se dejó llevar) un poco más allá, lejos de oídos indiscretos, cotilleos familiares y hermanas desquiciadas. Rodó los ojos cuando la rubia identificó a sus padres como simpáticos, bueno, la verdad es que nunca habían tratado mal a ninguna visita, fuera como fueran sus locuras, trataban bien a los invitados y jamás les faltaría la buena atención, otra cosa era su propio hijo – No me aburre – los gruñidos habían cesado paulatinamente y ahora su voz sonaba más tranquila, sosegada y volvía a tomar el buen humor de siempre. ¿Qué si él había mostrado el lado oscuro de los Brackminster? Estaba en su pleno derecho de conocer la condición familiar de los Luttrell, no podía ser mucho peor… bueno, aunque con una madre que se acostó en un pasado con su padre…
Sofie se detuvo y él la imitó, girando un poco para encararla. Siguió los ojos de la muchacha que parecían estar revisando los signos de la pelea y enarcó una ceja, algo incómodo, los golpes habían resultado dolorosos pero gracias a su cuñado, la cosa iba a mejor, el peor del caso era como estaba de debilitada su amistad con Luke y aunque le jodía, no iba a ceder ni un poco, si él quería a Sofie ahora resultaba que el capricho se había contagiado a Adair… o ya estaba antes pero solo era reacio a admitirlo, eso era peor que una patada en los cojones - ¿Acaso no voy bien así? – esta vez si sonrío abiertamente de forma ladeada y consciente del problema que conllevaba ir sin camiseta. Aprovechó la cercanía de Sofie para tomarla de la cintura y levantarla un poco para darle el corto beso – Déjala que sea feliz – agregó respecto a su madre. Si, la santa manía de toda la familia es conocerle novia formal así que por engañarlos durante un rato, no iba a morir ni salirle una úlcera estomacal.
La apretó más hacia él cuando el beso se hizo como los santos mandamientos ordenaban y sediento bebió de ellos mientras sus manos acariciaban la fina cintura de la rubia, rió contra sus labios cuando ella soltó el comentario – ¿Sabes que pasa? – murmuró apresando entre sus dientes el labio inferior de la chica para juguetear un rato con él en lo que sus manos viajaban hasta el trasero de la chica – No me he levantado de buen humor – confesó soltando el labio para morder la mejilla de Sofie suavemente – Estas horas son intempestivas para mi a menos que haya un buen polvo unas horas después – volvió a bajar hacia su cuello para dedicarse un rato, mordiendo y besando a partes proporcionales antes de quedarse ahí para jugar con su respiración un rato - ¿No quieres ser voluntaria?
Era más bien una pregunta retórica pues sabía de sobra cual era la respuesta, no obstante, usó la nariz para darle un toque a la oreja de Sofie como instándola a que se escaparan a algún rincón y apretó las nalgas de la chica con más deseo – ¡ADAIR! ¿LA MUCHACHA JUEGA A QUIDDITCH? – soltó una mano para hacer una señal a su padre en plan “cállate maldito bastardo, ¿Qué no ves que estoy calentando el horno?” pero su padre o entendió muy bien (eso creía Adair) o se hizo el desentendido porque continuó gritando desde la puerta de la cocina, ahora con el oso en brazos tras robarselo a su esposa – ¡VAMOS A HACER UN PARTIDO FAMILIAR Y NOS FALTA UNA GUARDIANA! – Adair suspiró contra el oído de la chica y se separó dándole un último beso en los labios – Pregunta por hacerlo, te va a tocar hacer de guardiana. ¿Vamos?– le ofreció la mano para que la tomara y fueran junto a todos que ya tenían las escobas en mano.
Sofie se detuvo y él la imitó, girando un poco para encararla. Siguió los ojos de la muchacha que parecían estar revisando los signos de la pelea y enarcó una ceja, algo incómodo, los golpes habían resultado dolorosos pero gracias a su cuñado, la cosa iba a mejor, el peor del caso era como estaba de debilitada su amistad con Luke y aunque le jodía, no iba a ceder ni un poco, si él quería a Sofie ahora resultaba que el capricho se había contagiado a Adair… o ya estaba antes pero solo era reacio a admitirlo, eso era peor que una patada en los cojones - ¿Acaso no voy bien así? – esta vez si sonrío abiertamente de forma ladeada y consciente del problema que conllevaba ir sin camiseta. Aprovechó la cercanía de Sofie para tomarla de la cintura y levantarla un poco para darle el corto beso – Déjala que sea feliz – agregó respecto a su madre. Si, la santa manía de toda la familia es conocerle novia formal así que por engañarlos durante un rato, no iba a morir ni salirle una úlcera estomacal.
La apretó más hacia él cuando el beso se hizo como los santos mandamientos ordenaban y sediento bebió de ellos mientras sus manos acariciaban la fina cintura de la rubia, rió contra sus labios cuando ella soltó el comentario – ¿Sabes que pasa? – murmuró apresando entre sus dientes el labio inferior de la chica para juguetear un rato con él en lo que sus manos viajaban hasta el trasero de la chica – No me he levantado de buen humor – confesó soltando el labio para morder la mejilla de Sofie suavemente – Estas horas son intempestivas para mi a menos que haya un buen polvo unas horas después – volvió a bajar hacia su cuello para dedicarse un rato, mordiendo y besando a partes proporcionales antes de quedarse ahí para jugar con su respiración un rato - ¿No quieres ser voluntaria?
Era más bien una pregunta retórica pues sabía de sobra cual era la respuesta, no obstante, usó la nariz para darle un toque a la oreja de Sofie como instándola a que se escaparan a algún rincón y apretó las nalgas de la chica con más deseo – ¡ADAIR! ¿LA MUCHACHA JUEGA A QUIDDITCH? – soltó una mano para hacer una señal a su padre en plan “cállate maldito bastardo, ¿Qué no ves que estoy calentando el horno?” pero su padre o entendió muy bien (eso creía Adair) o se hizo el desentendido porque continuó gritando desde la puerta de la cocina, ahora con el oso en brazos tras robarselo a su esposa – ¡VAMOS A HACER UN PARTIDO FAMILIAR Y NOS FALTA UNA GUARDIANA! – Adair suspiró contra el oído de la chica y se separó dándole un último beso en los labios – Pregunta por hacerlo, te va a tocar hacer de guardiana. ¿Vamos?– le ofreció la mano para que la tomara y fueran junto a todos que ya tenían las escobas en mano.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Claro que había intentado saltarse aquella cena, y no por su hermana (adoraba a Elizabeth y por nada del mundo se habría perdido su cumpleaños), sino porque en sus planes de ignorar a Adair hasta el fin de los tiempos no había cabida por lo de tener que ponerle buena cara y fingir que todo estaba bien delante de sus padres. Pero simplemente no había podido buscarse una excusa creible para que su madre estuviera conforme con su ausencia. Así que no le quedó más remedio que ir.
Lo que si tuvo claro es que llegaría con el tiempo justo. No tenía ganas de estar ahí demasiado rato, pero tampoco iba a perderse el partido de quidditch familiar, porque sabía que su padre se lo tomaba muy en serio. Al llegar lo primero que se encontró fue con Lucy y su madre hablando muy emocionadas acerca de algo, por lo que la curiosidad fue demasiada y se acercó para saber de que estaban hablando. Y que decir de la sorpresa que se llevó al averiguar que el alboroto venía porque al parecer Adair había traído a su novia a cenar.
¿¡Novia!? ¿En serio? ¿Desde cuando? Que ella supiera su hermano sólo se dedicaba a acostarse con una distinta cada noche, las dejaba tiradas y no volvía a prestar atención a ninguna de ellas. Por eso no dudó en salir inmediatamente al patio, mientras su padre se entretenía preparando las escobas y gritándoles a Adair y compañía para que la "muchacha" se apuntara a hacer de guardiana.
Los ojos de Autumn se abrieron con sorpresa al poder poner cara por fin a aquella novia. Porque no era otra que Sofie.
- Eh tú, vete a poner algo de ropa. No pienso jugar en tu mismo equipo si te pavoneas desnudo. Es asqueroso. - dijo mirando a Adair con el ceño fruncido, y aquellas eran las primeras palabras que le dirigía en días.
Cuando él se fue por fin a ponerse algo de ropa, Autumn se quedó con Sofie. No, no iba a dejarla con su família de locos, porque por muy simpáticos y agradables que fueran con las visitas, sabía lo pesados que podían ponerse y lo violento que podría ser para la chica. Le dedicó una sonrisa antes de darle un beso en la mejilla a modo de saludo.
- No esperaba encontrarte aquí. ¿Así que tu y mi hermano...? - dejó la frase a medias porque todavía le costaba un poco creerlo - No sé como puedes aguantarlo. ¿Te ha presentado a la família? Espero que no te hayan estado agobiando demasiado. - le dijo manteniendo la sonrisa. Pensaba que ella estaría más cómoda con alguien que ya conociera que con cualquiera de sus hermanas o su madre - No tienes que jugar si no quieres. Yo me ocupo de convencer a mi padre que no se te da bien, o que tienes vértigo o algo.
Pero la vocecita interior de su cabeza se empeñaba en hacerle notar que el patán de su hermano había traído a una chica a una de las cenas familiares mientras ella todavía buscaba a un chico para tener algo medianamente formal. A ese paso su hermana pequeña se presentaría con alguien antes que ella... Y ese último pensamiento le hizo arrugar la nariz.
Lo que si tuvo claro es que llegaría con el tiempo justo. No tenía ganas de estar ahí demasiado rato, pero tampoco iba a perderse el partido de quidditch familiar, porque sabía que su padre se lo tomaba muy en serio. Al llegar lo primero que se encontró fue con Lucy y su madre hablando muy emocionadas acerca de algo, por lo que la curiosidad fue demasiada y se acercó para saber de que estaban hablando. Y que decir de la sorpresa que se llevó al averiguar que el alboroto venía porque al parecer Adair había traído a su novia a cenar.
¿¡Novia!? ¿En serio? ¿Desde cuando? Que ella supiera su hermano sólo se dedicaba a acostarse con una distinta cada noche, las dejaba tiradas y no volvía a prestar atención a ninguna de ellas. Por eso no dudó en salir inmediatamente al patio, mientras su padre se entretenía preparando las escobas y gritándoles a Adair y compañía para que la "muchacha" se apuntara a hacer de guardiana.
Los ojos de Autumn se abrieron con sorpresa al poder poner cara por fin a aquella novia. Porque no era otra que Sofie.
- Eh tú, vete a poner algo de ropa. No pienso jugar en tu mismo equipo si te pavoneas desnudo. Es asqueroso. - dijo mirando a Adair con el ceño fruncido, y aquellas eran las primeras palabras que le dirigía en días.
Cuando él se fue por fin a ponerse algo de ropa, Autumn se quedó con Sofie. No, no iba a dejarla con su família de locos, porque por muy simpáticos y agradables que fueran con las visitas, sabía lo pesados que podían ponerse y lo violento que podría ser para la chica. Le dedicó una sonrisa antes de darle un beso en la mejilla a modo de saludo.
- No esperaba encontrarte aquí. ¿Así que tu y mi hermano...? - dejó la frase a medias porque todavía le costaba un poco creerlo - No sé como puedes aguantarlo. ¿Te ha presentado a la família? Espero que no te hayan estado agobiando demasiado. - le dijo manteniendo la sonrisa. Pensaba que ella estaría más cómoda con alguien que ya conociera que con cualquiera de sus hermanas o su madre - No tienes que jugar si no quieres. Yo me ocupo de convencer a mi padre que no se te da bien, o que tienes vértigo o algo.
Pero la vocecita interior de su cabeza se empeñaba en hacerle notar que el patán de su hermano había traído a una chica a una de las cenas familiares mientras ella todavía buscaba a un chico para tener algo medianamente formal. A ese paso su hermana pequeña se presentaría con alguien antes que ella... Y ese último pensamiento le hizo arrugar la nariz.
Autumn Brackminster- Mensajes : 99
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
- Pues si no te aburre, luego te cuento mil historias… hay una en donde me entero que mi madre se ha acostado con el padre del chico más guapo de Brigantia. – Le sacó la lengua y ya no usó la boca más que para besarlo y ocasionalmente sonreírle… El problema era que iba muy guapo sin camisa, el problema era que dejar ser feliz a Amy era hacerse feliz a ella también, pero lo dicho: un día de tonterías no iba a hacer daño… Cruzó sus brazos por detrás de la nuca de Adair, escuchándolo con seriedad fingida, más entretenida el acariciarle el cabello y sentir su aliento en el cuello que en reparar sobre polvos y mal humores… Estaba por besarlo en la boca como toda respuesta, para llevárselo a un rincón oscuro, olvidando de nuevo que había muchas personas en esa casa, cuando la voz de Darren hizo acto de presencia.
-jajajajaj – no quiso reprimir la carcajada, eso era muy gracioso, muy entretenido y muy disparatado como para no reír a sus anchas y ya venía Autumn también al encuentro. Antes de que esta llegara susurró a Adair – deja de tocarme el culo en frente a tu familia, que me haces quedar mal… vamos – Le besó una vez más y ya lo soltó porque si no iba a empezar a importarle poco el decoro y no era cuestión de que sus suegros de mentirita la conocieran así… Pero no tuvo Sofie que echarlo pues su hermana lo hacía por ella y de un dos por tres ya estaban solas entrando a la casa.
- Pues… tu hermano y yo? A eso… no, no es tan así – Le iba a explicar? Pues… Ay dios que complicado ni siquiera sabía si Autumn la odiaba o algo por lo sucedido en la fiesta, aunque por como le hablaba parecía que no. Eran esos momentos donde no se sabía por donde empezar a hablar, ni que decir exactamente, y Sofie no conocía mejor forma que sonreír y ya – no, tu familia es genial… no, no tengo vértigo, se montar en escoba y todo, lo que si… - quedaría muy mal decir eso en la familia de los Brackminster? – nunca he jugado al Quidditch… - se rió nerviosa por la confesión, es que parecía que en el mundo mágico todos habían jugado a ese deporte alguna vez– pero he ido a ver el último mundial… eso cuenta como experiencia?
Pasando por la cocina y encontrando a Darren, Sofie le afirmó que jugaría, pero que no esperara mucho de su desempeño. Que osada se sentía ese día! O era la necesidad imperiosa de hacerse querer a como diera lugar por la familia de Adair. Y luego volviendo a Autumn, que iba a tener que convertirse en su mano derecha para todo eso le cotilleó – Me prestas algo más... adecuado? – Jugar con jeans y blusita no iba a funcionar.
Encerrándose en el cuarto de Autumn, empezó a hablar para ya no parar. Si bien era cierto que aun no eran amigas, Sofie era muy sociable y no tenía mayores problemas para confesarse con cualquiera y creía entender que Autumn la entendería, pues eso de andar visitando suegro, tener que jugar al quidditch y además presenciar un cumpleaños familiar, no era sencillo de llevar para nadie… - Gracias, - le dijo agarrando las ropas que le daba – No es que me preocupe arruinar el jean o eso, que tu mamá ya me invitó al cumpleaños en la noche y no quiero quedar toda sucia para entonces… - se quitó las zapatillas y continuó – todo ha sido una gran confusión, pero si a Adair no le molesta que me piensen su novia a mi tampoco- y ahí si ya se sonrió toda enamorada.
Se quitó el suéter – Tu como estás?, no te he visto más que al pasar desde la fiesta… Fue un desastre eso, lo sé… Pero fue mi culpa, yo te vi sangrando en el aire y la distancia ni me di cuenta que era una tontería de nada… en cuanto Adair me escuchó se puso como loco y ya no hubo quien lo pare… - rodó los ojos a sabiendas de que las dos ya sabían de que hablaban, se quitó la blusita y se puso la sudadera que Autumn le facilitaba – Pero estaba realmente preocupado, se le veía en el rostro que aun cuando te dejamos con el sanador, seguía preocupado… - terminó de cambiarse y dobló todas sus pertenencias con mucha manía -… Debe tener sus cosas buenas también que se preocupe tanto por ti… no? – La verdad es que Sofie no estaba muy segura de que tuviera tantas cosas buenas como para compenzar, pero bueno, que iba a decirle!.
-jajajajaj – no quiso reprimir la carcajada, eso era muy gracioso, muy entretenido y muy disparatado como para no reír a sus anchas y ya venía Autumn también al encuentro. Antes de que esta llegara susurró a Adair – deja de tocarme el culo en frente a tu familia, que me haces quedar mal… vamos – Le besó una vez más y ya lo soltó porque si no iba a empezar a importarle poco el decoro y no era cuestión de que sus suegros de mentirita la conocieran así… Pero no tuvo Sofie que echarlo pues su hermana lo hacía por ella y de un dos por tres ya estaban solas entrando a la casa.
- Pues… tu hermano y yo? A eso… no, no es tan así – Le iba a explicar? Pues… Ay dios que complicado ni siquiera sabía si Autumn la odiaba o algo por lo sucedido en la fiesta, aunque por como le hablaba parecía que no. Eran esos momentos donde no se sabía por donde empezar a hablar, ni que decir exactamente, y Sofie no conocía mejor forma que sonreír y ya – no, tu familia es genial… no, no tengo vértigo, se montar en escoba y todo, lo que si… - quedaría muy mal decir eso en la familia de los Brackminster? – nunca he jugado al Quidditch… - se rió nerviosa por la confesión, es que parecía que en el mundo mágico todos habían jugado a ese deporte alguna vez– pero he ido a ver el último mundial… eso cuenta como experiencia?
Pasando por la cocina y encontrando a Darren, Sofie le afirmó que jugaría, pero que no esperara mucho de su desempeño. Que osada se sentía ese día! O era la necesidad imperiosa de hacerse querer a como diera lugar por la familia de Adair. Y luego volviendo a Autumn, que iba a tener que convertirse en su mano derecha para todo eso le cotilleó – Me prestas algo más... adecuado? – Jugar con jeans y blusita no iba a funcionar.
Encerrándose en el cuarto de Autumn, empezó a hablar para ya no parar. Si bien era cierto que aun no eran amigas, Sofie era muy sociable y no tenía mayores problemas para confesarse con cualquiera y creía entender que Autumn la entendería, pues eso de andar visitando suegro, tener que jugar al quidditch y además presenciar un cumpleaños familiar, no era sencillo de llevar para nadie… - Gracias, - le dijo agarrando las ropas que le daba – No es que me preocupe arruinar el jean o eso, que tu mamá ya me invitó al cumpleaños en la noche y no quiero quedar toda sucia para entonces… - se quitó las zapatillas y continuó – todo ha sido una gran confusión, pero si a Adair no le molesta que me piensen su novia a mi tampoco- y ahí si ya se sonrió toda enamorada.
Se quitó el suéter – Tu como estás?, no te he visto más que al pasar desde la fiesta… Fue un desastre eso, lo sé… Pero fue mi culpa, yo te vi sangrando en el aire y la distancia ni me di cuenta que era una tontería de nada… en cuanto Adair me escuchó se puso como loco y ya no hubo quien lo pare… - rodó los ojos a sabiendas de que las dos ya sabían de que hablaban, se quitó la blusita y se puso la sudadera que Autumn le facilitaba – Pero estaba realmente preocupado, se le veía en el rostro que aun cuando te dejamos con el sanador, seguía preocupado… - terminó de cambiarse y dobló todas sus pertenencias con mucha manía -… Debe tener sus cosas buenas también que se preocupe tanto por ti… no? – La verdad es que Sofie no estaba muy segura de que tuviera tantas cosas buenas como para compenzar, pero bueno, que iba a decirle!.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Había pasado a dejar a Romina a casa de sus padres porque además de guardia, tenía la fiesta de cumpleaños de la pequeña Lizzie. La hermana menor de Lucy. El tiempo que pasaba en Florencia era cada vez más corto y odiaba eso. Tenía que estar llevando y trayendo a Romina de un lado para el otro como si fuera una pobre muñeca de trapo y eso le jodía un poco. Pero era eso o volver a vivir en casa de sus padres y ya se había independizado lo suficiente como para regresar a lo mismo por más que a veces extrañara tanto el calor de su hogar.
Su madre le había dado una revista para Lucy. La había encontrado en Portobello Road y le había dicho que Lucy la necesitaría. Él se encogió de hombros sin saber a qué se refería. Para él era una revista llena de vestidos de novia que si, podría servirle para ver qué se querría poner Lucy el día de la boda.
Y hablando de bodas, Gianna ya le había dicho que invitaría a Angus Finnerty y su madre estaba un poco histérica con ese hecho. No porque Angus no le cayera bien, sino por el hecho de ser parte de la KAU y que en esa fiesta habría un montón de aurores invitados. Y no, no optarían por una multijugo. Ya sabrían que hacer llegado su momento. No sabía que tenía en la cabeza esa niña. Y seguramente llevaría a su nuevo novio que a todos les cayó como patada en el estómago la noticia de que su adorada Gianna tenía novio. Seguro su padre era el más feliz con la noticia después de decirle que tenía un Porsche y que era maravilloso. Verle la cara a su padre no había tenido precio.
Llevaba una pequeña maleta con la ropa de guardia pues esa noche la tenía ocupada en San Mungo hasta la mañana siguiente. Lamentablemente Lucy no estaría ahí para amenizarle las horas pero al menos podría verla en ese momento. Llegó por red Flú y encontró –como siempre- un pequeño gran caos.
Pero había algo diferente ahí. ¿Era esa Sofie Luttrell? ¿Qué hacía ahí? ¿A caso estaba con….? ¡No, no podía ser! ¿Con Adair? Jonathan prefería pensar que había ido gracias a Autumn y no porque fuera novia de Adair o algo por el estilo.
Negó con la cabeza y encontró a Lucy por ahí. La rodeó con los brazos porque estaba un poquito histérica –como siempre, pero si no lo estaría, no sería Lucy- y le besó el cuello.
-Mamá te manda esto. Dice que lo necesitarás. No sé para qué si puedes irte tapada con una cortina de baño y te seguirás viendo hermosa.-se acercó a su oído y le susurró-Aunque sin nada te verías aún mejor.
Sonrió y se puso frente a ella para besarla en los labios. Todavía recordaba la primera vez que la había visto en Hogwarts y como Paula le había dicho que ella sería su mujer. Si su hermana viviera, seguro estaría tan satisfecha de ella misma que nadie podría bajarle el ego.
-¿Qué tal te fue en las guardias?¿Hubo mucho paciente? Ven, acompáñame que el oso me perturba bastante.-miró en todas direcciones para ver si encontraba a Thaddeus pero no lo había visto por ningún sitio. Quizás estaba mordiendo a su tío Adair o algo así.
Su madre le había dado una revista para Lucy. La había encontrado en Portobello Road y le había dicho que Lucy la necesitaría. Él se encogió de hombros sin saber a qué se refería. Para él era una revista llena de vestidos de novia que si, podría servirle para ver qué se querría poner Lucy el día de la boda.
Y hablando de bodas, Gianna ya le había dicho que invitaría a Angus Finnerty y su madre estaba un poco histérica con ese hecho. No porque Angus no le cayera bien, sino por el hecho de ser parte de la KAU y que en esa fiesta habría un montón de aurores invitados. Y no, no optarían por una multijugo. Ya sabrían que hacer llegado su momento. No sabía que tenía en la cabeza esa niña. Y seguramente llevaría a su nuevo novio que a todos les cayó como patada en el estómago la noticia de que su adorada Gianna tenía novio. Seguro su padre era el más feliz con la noticia después de decirle que tenía un Porsche y que era maravilloso. Verle la cara a su padre no había tenido precio.
Llevaba una pequeña maleta con la ropa de guardia pues esa noche la tenía ocupada en San Mungo hasta la mañana siguiente. Lamentablemente Lucy no estaría ahí para amenizarle las horas pero al menos podría verla en ese momento. Llegó por red Flú y encontró –como siempre- un pequeño gran caos.
Pero había algo diferente ahí. ¿Era esa Sofie Luttrell? ¿Qué hacía ahí? ¿A caso estaba con….? ¡No, no podía ser! ¿Con Adair? Jonathan prefería pensar que había ido gracias a Autumn y no porque fuera novia de Adair o algo por el estilo.
Negó con la cabeza y encontró a Lucy por ahí. La rodeó con los brazos porque estaba un poquito histérica –como siempre, pero si no lo estaría, no sería Lucy- y le besó el cuello.
-Mamá te manda esto. Dice que lo necesitarás. No sé para qué si puedes irte tapada con una cortina de baño y te seguirás viendo hermosa.-se acercó a su oído y le susurró-Aunque sin nada te verías aún mejor.
Sonrió y se puso frente a ella para besarla en los labios. Todavía recordaba la primera vez que la había visto en Hogwarts y como Paula le había dicho que ella sería su mujer. Si su hermana viviera, seguro estaría tan satisfecha de ella misma que nadie podría bajarle el ego.
-¿Qué tal te fue en las guardias?¿Hubo mucho paciente? Ven, acompáñame que el oso me perturba bastante.-miró en todas direcciones para ver si encontraba a Thaddeus pero no lo había visto por ningún sitio. Quizás estaba mordiendo a su tío Adair o algo así.
Jonathan Vercelli- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Sabía de sobras que su família no era sencilla de sobrellevar. Su madre y sus bichos, y su padre con el quidditch no siempre entendían que no a toda la gente debía gustarles lo mismo que a ellos... Sin embargo Sofie parecía estar llevándolo bastante bien. Le sonrió una vez más antes de conducirla hasta su habitación, que no era muy grande pero solía permitirle un rato de tranquilidad dentro del caos que a veces era la casa de los Brackminster. Abrió el armario y sacó unos de sus pantalones de deporte y una simple camiseta sin mangas de color rojo y se los pasó a Sofie. Se sentó en la cama mientras esperaba que se cambiara.
- Bueno, hagas lo que hagas con Adair, ve con cuidado. Es mi hermano y lo quiero a pesar de lo burro que puede ser a veces... Pero he perdido la cuenta de las chicas que han terminado llorando por su culpa.
La verdad es que nunca pensó que fuera a tener esta conversación con nadie acerca de su hermano. Era él normalmente quien se metía en los asuntos de Autumn y ella simplemente se mantenía al margen de lo que Adair hacía o dejaba de hacer... Pero cuando aquello involucraba a alguien con quien tenía relación directa, las cosas cambiaban.
Se hechó hacía atrás en la cama, apoyando la espalda en el colchón y frunció ligeramente la nariz al oír mencionar la fiesta del lago. Eso era algo que intentaba por todos los medios borrar de su memoria, por mucho que su enfado con Adair todavía duraba, y no tenía intención de perdonárselo por el momento.
- No es tu culpa que mi hermano sea como es. Y no, no tiene cosas buenas que se preocupe a esos extremos por mi. ¿Sabes que apenas nunca he conseguido tener una cita normal con nadie porque me espantaba a todos los chicos que se interesaban por mi? Es como si él pudiera hacer lo que le viniera en gana y salir con toda chica que se le ponga delante, pero yo no pueda hacerlo. Me pone de los nervios.
Cerró un momento los ojos dispuesta a no seguir hablando mal de su hermano. Que ella fuera una rencorosa que siguiera enfadada con él era una cosa, y que siguiera haciéndole mala propaganda a Sofie era otra cosa. Seguro que ella ya iria viendo todas esas cosas por si misma y decidiria si conseguía sobrellevarlas o le molestaban tanto como a Autumn.
- He estado bien, adaptándome a la universidad, conociendo gente... Nada especial.
Con un suspiro se levantó, forzando una sonrisa para darle a entender a Sofie que todo estaba bien. No estaba enfadada con ella ni por lo sucedido en la fiesta ni por andar complicándole la vida a Adair. Ya estaban los dos lo suficientemente mayores para saber lo que se hacían.
- Anda, vamos a jugar a quidditch antes que nos echen de menos. - dijo tomándola de la mano y llevándosela ahí donde todos parecían estar preparándose ya para el partido.
- Bueno, hagas lo que hagas con Adair, ve con cuidado. Es mi hermano y lo quiero a pesar de lo burro que puede ser a veces... Pero he perdido la cuenta de las chicas que han terminado llorando por su culpa.
La verdad es que nunca pensó que fuera a tener esta conversación con nadie acerca de su hermano. Era él normalmente quien se metía en los asuntos de Autumn y ella simplemente se mantenía al margen de lo que Adair hacía o dejaba de hacer... Pero cuando aquello involucraba a alguien con quien tenía relación directa, las cosas cambiaban.
Se hechó hacía atrás en la cama, apoyando la espalda en el colchón y frunció ligeramente la nariz al oír mencionar la fiesta del lago. Eso era algo que intentaba por todos los medios borrar de su memoria, por mucho que su enfado con Adair todavía duraba, y no tenía intención de perdonárselo por el momento.
- No es tu culpa que mi hermano sea como es. Y no, no tiene cosas buenas que se preocupe a esos extremos por mi. ¿Sabes que apenas nunca he conseguido tener una cita normal con nadie porque me espantaba a todos los chicos que se interesaban por mi? Es como si él pudiera hacer lo que le viniera en gana y salir con toda chica que se le ponga delante, pero yo no pueda hacerlo. Me pone de los nervios.
Cerró un momento los ojos dispuesta a no seguir hablando mal de su hermano. Que ella fuera una rencorosa que siguiera enfadada con él era una cosa, y que siguiera haciéndole mala propaganda a Sofie era otra cosa. Seguro que ella ya iria viendo todas esas cosas por si misma y decidiria si conseguía sobrellevarlas o le molestaban tanto como a Autumn.
- He estado bien, adaptándome a la universidad, conociendo gente... Nada especial.
Con un suspiro se levantó, forzando una sonrisa para darle a entender a Sofie que todo estaba bien. No estaba enfadada con ella ni por lo sucedido en la fiesta ni por andar complicándole la vida a Adair. Ya estaban los dos lo suficientemente mayores para saber lo que se hacían.
- Anda, vamos a jugar a quidditch antes que nos echen de menos. - dijo tomándola de la mano y llevándosela ahí donde todos parecían estar preparándose ya para el partido.
Autumn Brackminster- Mensajes : 99
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
La llegada de Autumn hizo que se crisparan otra vez sus nervios, no entendía el santo enfado de su hermana cuando había actuado como debía. Igual no puso mucho empeño en alimentar su rencor, solo asintió con la cabeza como dándole la razón a los locos y se fue para cambiarse de ropa antes que su padre empezara a batearlos a todos en la cabeza por tardones.
Thaddeus que estaba molestando uno de los perros de la familia fue corriendo tras su tío, Adair lo tomó en brazos y dejó que lo acompañara hasta su habitación para cambiarse más que nada porque el niño tenía cierta admiración por el Quidditch, y la escoba, esa hecha a su medida, estaba en el cuarto de Adair. Lo dejó encima de la cama mientras se cambiaba, colocándose un pantalón de deporte y una camiseta sin mangas, tomó una de sus camisetas de jugador (la de Gryffindor) y se la colocó a Thaddeus por encima aunque más bien le servía de camisón.
- Tío – dijo con malhumor el pequeño niño, cruzándose de brazos – La niña rubia no se va a fijar en mi, así.
Adair enarcó una ceja, suspiró y lo dejó por imposible. Tras coger sus cosas para jugar (El bate, la escoba y los guantes) bajo con Thaddeus de la mano hacia la zona baja de la casa – Jonás …– la llegada de su futuro cuñado servía para muchas cosas además de ocupar alguna posición en el campo de juego sin embargo antes que Adair pudiera secuestrarlo de su hermana, el niño soltó la mano de su tío y corrió hacia su padre, dando saltos delante de él para llamar su atención y además, pegando un escobazo a su tía –madrastra cuando la osada acaparó a Vercelli – ¡Papá! Soy de Güifindor – Adair suspiró mirando por los lados a ver si encontraba a Sofie pero como aún no había regresado con Autumn, colocó el bate en el hombro para seguir mirando la escena padre-hijo que hasta era bastante divertida.
- ¡Papáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! – pegó un escobazo con tan buen atino que fue a darle en las pelotas a Jonás – ¡Quiero jugar! ¡Quiero ser Güifindor como tú! – Adair abrió los ojos y no pudo hacer otra cosa que descojonarse ante la actitud de su sobrino, la verdad es que ese niño había sido convocado desde el infierno más terrible. Clarisse llegó en el momento óptimo, ataviada con su arsenal de cazadora para coger a su hijo en brazos antes que fuera asesinado por su propio padre - ¿Pero qué haces, Thaddeus? – y ahí el niño decidió hacerse la victima, escondiendo la cara en el cuello de madre antes de llorar– Papá no me hace caso, solo quiere a Romina – Clarisse fulminó con la mirada a Jonás sin venir a cuento y acarició la cabeza de su pequeño.
En ese momento Autumn y Sofie regresaron, Adair fue hacia ellas con paso tranquilo y las cogió del hombro suavemente, empujándolas hacia otro lado – Huyamos, se avecina tempestad - vamos que se venía la pelea típica Jonás-Clarisse respecto a la educación de Thaddeus y como estaba Lucy por medio ya ni imaginarse como terminaría todo aquello. Una vez algo más apartado, Adair dejó los bártulos de Quidditch en el suelo y abrazó por detrás a Sofie, besando su cuello sin decir nada más, quizás Autumn salía con alguna de las suyas y ya suficiente lío familiar había para que ellos dos también terminaran gritándose. No obstante, se tomó un segundo para susurrar solo para la rubia un - en cuanto podamos nos escapamos - y morder su oreja como señal que iba a cumplir su promesa.
…
- A VER, NOS VAMOS ORGANIZANDO QUE VOY A CAER EN LA PITOPAUSIA A ESTE PASO CARAJO – la voz alta de Darren, gritando desde el medio del césped con el improviado campo de Quidditch ya conjurado, amenazó a todos los integrantes de la familia, no era bueno hacerlo esperar o perdía la poca paciencia que tenía en su vejez – DOS EQUIPOS Y NO ME HAGAN ROGAR. EQUIPO UNO: YO MISMO, el burro delante para que no se espante, LUCY, JONATHAN, ELIZABETH – si, la cumpleañera andaba pululando con su equitación al lado de su padre, la pobre había llegado en medio del caos familiar junto a su hermana mayor – Y ELOISE. EQUIPO DOS: SOFIE, ADAIR, CLARISSE, AUTUMN Y MI SANTA ESPOSA – tosió con tanto griterío y tomó aire con su escoba tras liberar la única bludger – VOLANDO LOS QUIERO VER PEDAZO VAGOS.
Thaddeus que estaba molestando uno de los perros de la familia fue corriendo tras su tío, Adair lo tomó en brazos y dejó que lo acompañara hasta su habitación para cambiarse más que nada porque el niño tenía cierta admiración por el Quidditch, y la escoba, esa hecha a su medida, estaba en el cuarto de Adair. Lo dejó encima de la cama mientras se cambiaba, colocándose un pantalón de deporte y una camiseta sin mangas, tomó una de sus camisetas de jugador (la de Gryffindor) y se la colocó a Thaddeus por encima aunque más bien le servía de camisón.
- Tío – dijo con malhumor el pequeño niño, cruzándose de brazos – La niña rubia no se va a fijar en mi, así.
Adair enarcó una ceja, suspiró y lo dejó por imposible. Tras coger sus cosas para jugar (El bate, la escoba y los guantes) bajo con Thaddeus de la mano hacia la zona baja de la casa – Jonás …– la llegada de su futuro cuñado servía para muchas cosas además de ocupar alguna posición en el campo de juego sin embargo antes que Adair pudiera secuestrarlo de su hermana, el niño soltó la mano de su tío y corrió hacia su padre, dando saltos delante de él para llamar su atención y además, pegando un escobazo a su tía –madrastra cuando la osada acaparó a Vercelli – ¡Papá! Soy de Güifindor – Adair suspiró mirando por los lados a ver si encontraba a Sofie pero como aún no había regresado con Autumn, colocó el bate en el hombro para seguir mirando la escena padre-hijo que hasta era bastante divertida.
- ¡Papáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! – pegó un escobazo con tan buen atino que fue a darle en las pelotas a Jonás – ¡Quiero jugar! ¡Quiero ser Güifindor como tú! – Adair abrió los ojos y no pudo hacer otra cosa que descojonarse ante la actitud de su sobrino, la verdad es que ese niño había sido convocado desde el infierno más terrible. Clarisse llegó en el momento óptimo, ataviada con su arsenal de cazadora para coger a su hijo en brazos antes que fuera asesinado por su propio padre - ¿Pero qué haces, Thaddeus? – y ahí el niño decidió hacerse la victima, escondiendo la cara en el cuello de madre antes de llorar– Papá no me hace caso, solo quiere a Romina – Clarisse fulminó con la mirada a Jonás sin venir a cuento y acarició la cabeza de su pequeño.
En ese momento Autumn y Sofie regresaron, Adair fue hacia ellas con paso tranquilo y las cogió del hombro suavemente, empujándolas hacia otro lado – Huyamos, se avecina tempestad - vamos que se venía la pelea típica Jonás-Clarisse respecto a la educación de Thaddeus y como estaba Lucy por medio ya ni imaginarse como terminaría todo aquello. Una vez algo más apartado, Adair dejó los bártulos de Quidditch en el suelo y abrazó por detrás a Sofie, besando su cuello sin decir nada más, quizás Autumn salía con alguna de las suyas y ya suficiente lío familiar había para que ellos dos también terminaran gritándose. No obstante, se tomó un segundo para susurrar solo para la rubia un - en cuanto podamos nos escapamos - y morder su oreja como señal que iba a cumplir su promesa.
…
- A VER, NOS VAMOS ORGANIZANDO QUE VOY A CAER EN LA PITOPAUSIA A ESTE PASO CARAJO – la voz alta de Darren, gritando desde el medio del césped con el improviado campo de Quidditch ya conjurado, amenazó a todos los integrantes de la familia, no era bueno hacerlo esperar o perdía la poca paciencia que tenía en su vejez – DOS EQUIPOS Y NO ME HAGAN ROGAR. EQUIPO UNO: YO MISMO, el burro delante para que no se espante, LUCY, JONATHAN, ELIZABETH – si, la cumpleañera andaba pululando con su equitación al lado de su padre, la pobre había llegado en medio del caos familiar junto a su hermana mayor – Y ELOISE. EQUIPO DOS: SOFIE, ADAIR, CLARISSE, AUTUMN Y MI SANTA ESPOSA – tosió con tanto griterío y tomó aire con su escoba tras liberar la única bludger – VOLANDO LOS QUIERO VER PEDAZO VAGOS.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Y ahí estaba de nuevo alguien diciéndole sin tapujos a la cara que Adair no solo no era de fiar, sino que ella no fuera ingenua de pensarse especial. Sin despreciar los consejos de Autumn simplemente respondió alzándose de hombros y terminando de vestirse. Sofie no quería creer nada de eso por varias razones: Adair le gustaba mucho, ella tenía un ego importante como para descartar ser especial y además no había vivido con él un solo signo de hijaputez.
- Pues… me gustaría decirte “yo me encargo de entretener a Adair, para que no tenga tiempo de espantarte los novios”… pero por lo visto nadie cree que pueda hacerlo, así que… - Empezó como chiste respondiendo a aquello de que Adair no dejaba a su hermana andar con nadie, pero la frase fue sumando cierta desazón hacia al final, y ya optó por cerrar la boca y dedicarse simplemente a caminar hasta la cocina al encuentro del resto de su equipo.
Allí estaba también el hermano de Gianna y como un flash, Sofie viendo a todos ordenó mentalmente las relaciones entre todas aquellas personas que conocía por historias de la chica Vercelli, pero que veía por vez primera… Si hay algo que Sofie no podía entender es como Lucy soportaba ir a casarse con el ex de una hermanastra que para colmo tenía un hijo con esa… Ella no lo lograría soportar, los celos y desconfianzas serían mayores que su posible amor, estaba convencida.
Por instinto tomó las manos de Adair, pues ya veía que le estaba gustando demasiado lo del exhibicionismo público (y a ella también), pero no las sacó de su sitió sino que su intención era controlarlo. – nada de eso, es la primera vez que jugaré al quidditch – Si si, escaparse sonaba lindo, pero hacer de guardiana un ratito sonaba mejor, era una oportunidad que no pensaba perderse aunque terminara hospitalizada. Le dio un beso en la mejilla y se soltó de él para tomar la escoba escuchar a Darren y ascender en el aire tomando su posición.
Sofie aun no terminaba de entender quienes eran de su equipo y quienes del contrario, y las bolas ya habían sido soltadas: la snitch desapareció de repente y los silbidos de la bludger no se hicieron esperar. El primer tanto anotado por Jonathan no tardó nada, podía decirse incluso que Sofie siquiera vio que la quaffle venía hacia ella, no reaccionó en absoluto, pero por suerte había más gente en el equipo que si sabía lo que estaba haciendo, que se hizo de la quaffle y fue directo a darle lo suyo a Lucy, que tampoco pudo pararlo pero al menos la medimaga le había puesto intención… Sofie sabía que tenía que arriesgar más, pero… la quaffle parecía dolorosa!!!
Bueno ya! Sofie… has algo!! Que flotar no es jugar al Quidditch… Evidentemente no tenía la habilidad para coletear la escoba y así rechazar la esfera, ni tampoco la capacidad de soltar alguna mano para interceptar los tantos… Así que, habiendo intentado eso sin éxito alguno se decidió que mejor poner el cuerpo a las balas y ya! Que cuanto mucho la mitad de esa familia eran sanadores, no la iban a dejar morir por un quafflaso… no¿? Además la diferencia empezaba a ser tan espantosa, que aun si Amy atrapaba la snitch no tenían garantizada la victoria… No, no, no! Sofie no se iba a dejar vencer tan facil…
Tenia a Jonathan en frente, Eloise le había hecho el pase, Autumn no había podido evitarlo, Darren gritaba algo inentendible, Adair bateaba quien sabe que cosa... Sofie respiró profundo justo antes de que la Quaffle fuera lanzada y sin pensarlo dos veces (pues sino iba a arrepentirse), puso su cuerpo y su linda carita en la imaginaria trayectoria:
...pero había valido la pena porque era el primer tanto de su vida que evitaba… FELIZ! Eso era felicidad pura.
- Pues… me gustaría decirte “yo me encargo de entretener a Adair, para que no tenga tiempo de espantarte los novios”… pero por lo visto nadie cree que pueda hacerlo, así que… - Empezó como chiste respondiendo a aquello de que Adair no dejaba a su hermana andar con nadie, pero la frase fue sumando cierta desazón hacia al final, y ya optó por cerrar la boca y dedicarse simplemente a caminar hasta la cocina al encuentro del resto de su equipo.
Allí estaba también el hermano de Gianna y como un flash, Sofie viendo a todos ordenó mentalmente las relaciones entre todas aquellas personas que conocía por historias de la chica Vercelli, pero que veía por vez primera… Si hay algo que Sofie no podía entender es como Lucy soportaba ir a casarse con el ex de una hermanastra que para colmo tenía un hijo con esa… Ella no lo lograría soportar, los celos y desconfianzas serían mayores que su posible amor, estaba convencida.
Por instinto tomó las manos de Adair, pues ya veía que le estaba gustando demasiado lo del exhibicionismo público (y a ella también), pero no las sacó de su sitió sino que su intención era controlarlo. – nada de eso, es la primera vez que jugaré al quidditch – Si si, escaparse sonaba lindo, pero hacer de guardiana un ratito sonaba mejor, era una oportunidad que no pensaba perderse aunque terminara hospitalizada. Le dio un beso en la mejilla y se soltó de él para tomar la escoba escuchar a Darren y ascender en el aire tomando su posición.
Sofie aun no terminaba de entender quienes eran de su equipo y quienes del contrario, y las bolas ya habían sido soltadas: la snitch desapareció de repente y los silbidos de la bludger no se hicieron esperar. El primer tanto anotado por Jonathan no tardó nada, podía decirse incluso que Sofie siquiera vio que la quaffle venía hacia ella, no reaccionó en absoluto, pero por suerte había más gente en el equipo que si sabía lo que estaba haciendo, que se hizo de la quaffle y fue directo a darle lo suyo a Lucy, que tampoco pudo pararlo pero al menos la medimaga le había puesto intención… Sofie sabía que tenía que arriesgar más, pero… la quaffle parecía dolorosa!!!
Bueno ya! Sofie… has algo!! Que flotar no es jugar al Quidditch… Evidentemente no tenía la habilidad para coletear la escoba y así rechazar la esfera, ni tampoco la capacidad de soltar alguna mano para interceptar los tantos… Así que, habiendo intentado eso sin éxito alguno se decidió que mejor poner el cuerpo a las balas y ya! Que cuanto mucho la mitad de esa familia eran sanadores, no la iban a dejar morir por un quafflaso… no¿? Además la diferencia empezaba a ser tan espantosa, que aun si Amy atrapaba la snitch no tenían garantizada la victoria… No, no, no! Sofie no se iba a dejar vencer tan facil…
Tenia a Jonathan en frente, Eloise le había hecho el pase, Autumn no había podido evitarlo, Darren gritaba algo inentendible, Adair bateaba quien sabe que cosa... Sofie respiró profundo justo antes de que la Quaffle fuera lanzada y sin pensarlo dos veces (pues sino iba a arrepentirse), puso su cuerpo y su linda carita en la imaginaria trayectoria:
un golpe,
un grito
y medio cuerpo escociendo
,un grito
y medio cuerpo escociendo
...pero había valido la pena porque era el primer tanto de su vida que evitaba… FELIZ! Eso era felicidad pura.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Después del episodio del oso, Adair y su novia, Lucy se había quedado con su madre, le habían lanzado un reparo a la revista trozeada y estaban comentando modelos, pero no había ninguno que la convenciera. De hecho hacía años que sabía que eso sucedería en el momento en que fuera a casarse. Si le costaba decidirse con cualquier vestido cuando tocaba arreglarse, cuando esa elección era del vestido más importante de su vida, la complicación subía mucho
En eso las encontró Jonathan cuando llegó. Sonrió al sentirse rodeada por sus brazos y incluso ladeó un poco el cuello para dejarle más espacio a sus labios, a pesar de que sabía que no tendrían intimidad. Al menos no ese día con toda la família ahí reunida y con los caos que se solían organizar en aquellas ocasiones.
- Luego intentamos desaparecernos durante un rato para que puedas enseñarme que tanto te gusto sin ropa. – le dijo muy bajito al oído porque sus padres andaban cerca, y no es como si no supieran que tenía relaciones o algo (vaya, si se iba a casar en unos meses), pero una cosa era intuirlo y la otra que les diera en las narices con una frase como aquella. - La guardia estuvo tranquila. A nadie se le ocurrió meter la mano dentro de la boca de un dragón ni nada.
De todos modos se habría perdido en el segundo beso, esta vez en condiciones, que el le daba de no ser porque Thaddeus les interrumpió, trayendo consigo una pequeña escoba que fue a darle directamente a la zona más sensible de su padre.
No era ningún secreto que se sentía todavía muy rara con respecto a Thaddeus, y lo que más le estaba costando de coinciliar de todas las cosas que había tenido que aceptar después de perdonar a Jonathan, pero en aquella ocasión no pudo más que soltar una leve carcajada con la situación, porque vaya, había que reconocer que tenía su gracia. Riendo todavía por lo bajo se acercó a Jonathan.
- ¿Estás bien? Vaya que le tiene poco aprecio este niño de ahí de donde salió él. – claro que no usó ningún hechizo. Tampoco era para un Episkey o algo así, porque nada más era un golpecito en una parte sensible y hasta donde ella sabía se pasaría y ya.
Pero como siempre pasaba en la casa de los Brackminster, la calma podía durar poco, y a los pocos minutos llegó Clarisse con su cara de pocos amigos, creyendo que el que Jonathan no pudiera ni hablar era culpa de que pasaba de su hijo y no de que estuviera sin aire por culpa de un golpecito inoportuno.
- No te sulfures antes de tiempo Clarisse. Thaddeus le dio un golpe con su escoba en la entrepierna y no puede ni moverse. Nada más. – dijo intentando poner paz al tiempo que se encogía de hombros. Su hermana se llevó al niño y ella tomó a Jonathan de la mano para llevarlo hasta donde su padre empezaba a impacientarse por empezar el partido – ¿Podrás montar en la escoba o quieres una con palo acolchado?
Vale, ya bastaba de bromas, y antes de montarse en su propia escoba le dio un beso compensatorio en los labios, dedicándole una sonrisa y un guiño coqueto de ojos. Y entonces si se elevó para ir a ocupar su posición de guardiana. Pero el partido apenas tuvo tiempo de empezar y ella de colocarse en su posición cuando un grito la alertó de que algo pasaba: Sofie, la novia de Adair o lo que fuera, había parado una quaffle con su rostro en vez de con sus manos. Sin pensarlo mucho abandonó su posición para volar hasta donde estaba la chica.
- ¿Estás bien? ¿Te duele la nariz? Por lo menos no estás sangrando... – dijo sin poder evitarlo. El instinto de medimaga antes que nada.
En eso las encontró Jonathan cuando llegó. Sonrió al sentirse rodeada por sus brazos y incluso ladeó un poco el cuello para dejarle más espacio a sus labios, a pesar de que sabía que no tendrían intimidad. Al menos no ese día con toda la família ahí reunida y con los caos que se solían organizar en aquellas ocasiones.
- Luego intentamos desaparecernos durante un rato para que puedas enseñarme que tanto te gusto sin ropa. – le dijo muy bajito al oído porque sus padres andaban cerca, y no es como si no supieran que tenía relaciones o algo (vaya, si se iba a casar en unos meses), pero una cosa era intuirlo y la otra que les diera en las narices con una frase como aquella. - La guardia estuvo tranquila. A nadie se le ocurrió meter la mano dentro de la boca de un dragón ni nada.
De todos modos se habría perdido en el segundo beso, esta vez en condiciones, que el le daba de no ser porque Thaddeus les interrumpió, trayendo consigo una pequeña escoba que fue a darle directamente a la zona más sensible de su padre.
No era ningún secreto que se sentía todavía muy rara con respecto a Thaddeus, y lo que más le estaba costando de coinciliar de todas las cosas que había tenido que aceptar después de perdonar a Jonathan, pero en aquella ocasión no pudo más que soltar una leve carcajada con la situación, porque vaya, había que reconocer que tenía su gracia. Riendo todavía por lo bajo se acercó a Jonathan.
- ¿Estás bien? Vaya que le tiene poco aprecio este niño de ahí de donde salió él. – claro que no usó ningún hechizo. Tampoco era para un Episkey o algo así, porque nada más era un golpecito en una parte sensible y hasta donde ella sabía se pasaría y ya.
Pero como siempre pasaba en la casa de los Brackminster, la calma podía durar poco, y a los pocos minutos llegó Clarisse con su cara de pocos amigos, creyendo que el que Jonathan no pudiera ni hablar era culpa de que pasaba de su hijo y no de que estuviera sin aire por culpa de un golpecito inoportuno.
- No te sulfures antes de tiempo Clarisse. Thaddeus le dio un golpe con su escoba en la entrepierna y no puede ni moverse. Nada más. – dijo intentando poner paz al tiempo que se encogía de hombros. Su hermana se llevó al niño y ella tomó a Jonathan de la mano para llevarlo hasta donde su padre empezaba a impacientarse por empezar el partido – ¿Podrás montar en la escoba o quieres una con palo acolchado?
Vale, ya bastaba de bromas, y antes de montarse en su propia escoba le dio un beso compensatorio en los labios, dedicándole una sonrisa y un guiño coqueto de ojos. Y entonces si se elevó para ir a ocupar su posición de guardiana. Pero el partido apenas tuvo tiempo de empezar y ella de colocarse en su posición cuando un grito la alertó de que algo pasaba: Sofie, la novia de Adair o lo que fuera, había parado una quaffle con su rostro en vez de con sus manos. Sin pensarlo mucho abandonó su posición para volar hasta donde estaba la chica.
- ¿Estás bien? ¿Te duele la nariz? Por lo menos no estás sangrando... – dijo sin poder evitarlo. El instinto de medimaga antes que nada.
Lucy Jones- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 22/09/2012
Re: Im so sorry! +18
-No me hagas eso, tengo guardias…-levantó la maleta y se encogió de hombros. Malditas guardias. Esa noche estaría ahí metido hasta quien sabía qué horas de la mañana siguiente.-Quizás te secuestre y te meta al descanso en el hospital.
Sabía que a Lucy le encantaba torturarlo de esa forma. Sabía también que ella era su debilidad y cualquier cosa que tuviera que ver con ella lo volvía loco. Mucho más aún la intimidad con ella a la cual ya no podía esperar. Daba gracias a los Dioses que Lucy no fuera de esas que querían esperar a casarse para tener sexo. Se hubiera vuelto loco por abstinencia.
Iba a responderle algo a Lucy sobre lo complicado que estaría esa noche en su propia guardia cuando escuchó los gritos del pequeño Thaddeus yendo hacia ellos.-¡Campeón! Pues me parece genial, Gryffindor tendrá un excelente jugador.
Y después no supo que había pasado. Sintió un agudo dolor en la parte más sensible de su cuerpo, de ahí de donde había salido Thaddeus. Soltó un gruñido un tanto gracioso mientras se retorcía e intentaba sostenerse de la esquina de algún mueble o silla o lo que fuera que hubiera por ahí cerca. Sentía que se le subían los colores. Ese niño tenía tan buen tino para dar los golpes que estaba seguro sería golpeador.
Levantó un dedo para pedirle un tiempo al niño pero como siempre, no esperó y ya iba gritando que quería ser Gryffindor como él. Jonathan simplemente asintió sin poder decir una sola palabra gracias al dolor y la quemazón que sentían sus pobres joyas familiares ahora maltratadas por la escoba de su propio hijo. Y luego, como era de esperarse, Clarisse llegaba y el niño terminaba haciéndose la víctima como siempre diciendo que quería más a Romina que a él, coño.
Le sostuvo la mano a Lucy para que no se metiera en problemas. Sabía cómo era Clarisse y no sería la primera vez que discutieran por la mala educación que le había impuesto al niño. Lo que ese pequeño necesitaba era una temporada con su abuela paterna. Eso le haría entender que no era el centro del universo.
-Dame…un…minuto.-respondió a su prometida mientras intentaba erguirse de nuevo. Respiró hondo un par de veces y cuando intentó moverse… bueno, la entrepierna le ardía, mierda. Finalmente pudo recuperar el aliento y caminar medianamente bien.
Tomó su escoba y besó a Lucy. Abrió la maleta y sacó unos pequeños goggles de la misma-Thaddeus, ven, jugarás conmigo. Deja te pongo esto. Listo, ¿A que te ves genial?
Subió al niño a la escoba y lo amarró con una especie de arnés que utilizaba para jugar con él. Como un canguro que era especial para las escobas. Finalmente se subió a su escoba –con dolor, todo sea dicho- y se elevaron en el aire.
No le encantaba no jugar de golpeador, pues esa era su posición, pero vamos. Todos ahí sabían que era un poco salvaje en cualquiera que estuviera jugando. Además, Adair era el golpeador estrella y no podía quedar mal frente a ¿esa era Sofie Luttrell? Chasqueó la lengua y frunció los labios. Eso no le gustaba demasiado.
Finalmente el partido empezó y lanzó el primer tanto, pero cuando comenzó a preocuparse fue cuando Sofie decidió parar el tanto que le había lanzada con nada más y nada menos que la cara. Respiró hondo y se acercó a donde estaba Sofie de la mimsma forma en que lo hacía Lucy. Le inspeccionó el rostro.
-¡Sofie, perdóname! ¿Estás bien? Déjame ver. No quiero que tengas nada roto.-le revisó el rostro con cuidado, pasando el dedo índice y el pulgar por el tabique de la delicada nariz de Sofie. Todo estaba en orden, solamente tenía el rostro colorado por el impacto.-Las manos, Sofie. Usa las manos. Aférrate con los muslos a la escoba y evita meter la cara en el Quidditch. Las manos, recuérdalo.
Sabía que a Lucy le encantaba torturarlo de esa forma. Sabía también que ella era su debilidad y cualquier cosa que tuviera que ver con ella lo volvía loco. Mucho más aún la intimidad con ella a la cual ya no podía esperar. Daba gracias a los Dioses que Lucy no fuera de esas que querían esperar a casarse para tener sexo. Se hubiera vuelto loco por abstinencia.
Iba a responderle algo a Lucy sobre lo complicado que estaría esa noche en su propia guardia cuando escuchó los gritos del pequeño Thaddeus yendo hacia ellos.-¡Campeón! Pues me parece genial, Gryffindor tendrá un excelente jugador.
Y después no supo que había pasado. Sintió un agudo dolor en la parte más sensible de su cuerpo, de ahí de donde había salido Thaddeus. Soltó un gruñido un tanto gracioso mientras se retorcía e intentaba sostenerse de la esquina de algún mueble o silla o lo que fuera que hubiera por ahí cerca. Sentía que se le subían los colores. Ese niño tenía tan buen tino para dar los golpes que estaba seguro sería golpeador.
Levantó un dedo para pedirle un tiempo al niño pero como siempre, no esperó y ya iba gritando que quería ser Gryffindor como él. Jonathan simplemente asintió sin poder decir una sola palabra gracias al dolor y la quemazón que sentían sus pobres joyas familiares ahora maltratadas por la escoba de su propio hijo. Y luego, como era de esperarse, Clarisse llegaba y el niño terminaba haciéndose la víctima como siempre diciendo que quería más a Romina que a él, coño.
Le sostuvo la mano a Lucy para que no se metiera en problemas. Sabía cómo era Clarisse y no sería la primera vez que discutieran por la mala educación que le había impuesto al niño. Lo que ese pequeño necesitaba era una temporada con su abuela paterna. Eso le haría entender que no era el centro del universo.
-Dame…un…minuto.-respondió a su prometida mientras intentaba erguirse de nuevo. Respiró hondo un par de veces y cuando intentó moverse… bueno, la entrepierna le ardía, mierda. Finalmente pudo recuperar el aliento y caminar medianamente bien.
Tomó su escoba y besó a Lucy. Abrió la maleta y sacó unos pequeños goggles de la misma-Thaddeus, ven, jugarás conmigo. Deja te pongo esto. Listo, ¿A que te ves genial?
Subió al niño a la escoba y lo amarró con una especie de arnés que utilizaba para jugar con él. Como un canguro que era especial para las escobas. Finalmente se subió a su escoba –con dolor, todo sea dicho- y se elevaron en el aire.
No le encantaba no jugar de golpeador, pues esa era su posición, pero vamos. Todos ahí sabían que era un poco salvaje en cualquiera que estuviera jugando. Además, Adair era el golpeador estrella y no podía quedar mal frente a ¿esa era Sofie Luttrell? Chasqueó la lengua y frunció los labios. Eso no le gustaba demasiado.
Finalmente el partido empezó y lanzó el primer tanto, pero cuando comenzó a preocuparse fue cuando Sofie decidió parar el tanto que le había lanzada con nada más y nada menos que la cara. Respiró hondo y se acercó a donde estaba Sofie de la mimsma forma en que lo hacía Lucy. Le inspeccionó el rostro.
-¡Sofie, perdóname! ¿Estás bien? Déjame ver. No quiero que tengas nada roto.-le revisó el rostro con cuidado, pasando el dedo índice y el pulgar por el tabique de la delicada nariz de Sofie. Todo estaba en orden, solamente tenía el rostro colorado por el impacto.-Las manos, Sofie. Usa las manos. Aférrate con los muslos a la escoba y evita meter la cara en el Quidditch. Las manos, recuérdalo.
Jonathan Vercelli- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Im so sorry! +18
La dejó marchar sin decir ni una palabra solo observando como su ágil culo se movía hacia el campo de juego y negó con la cabeza, la condenada estaba como quería. Resignado a tenerlo todo en su contra ese día para meter mano a su sano juicio, soltó un suspiro largo y apretó con dos dedos el tabique de su nariz. En esa posición miró de reojo a Autumn, mostrando una sonrisa ladeada acercándose a ella y dándole un beso en la frente – Ya, sé que me excedí – es su manera de pedirle disculpas después de todo por el incidente de la fiesta donde la chica terminó con un labio partido, quizás no eran las palabras que su hermana quería escuchar pero intentó hacerle comprender que no quería aguantar más su mal carácter, echaba de menos sus momentos juntos.
Tomó sus bártulos para el juego, subió encima de la escoba y alzó el vuelo. La bludger continuaba volando de un lado hacia otro, desquiciada y ansiosa por atrapar alguna de las escobas que surcaban el cielo. Darren silbo hacia su hijo para llamar su atención, llevo dos dedos cerca de sus ojos y luego los señaló hacia su vástago como diciendo “cuidadito que te veo”. Adair desde su posición solo alzó una ceja, puso el bate en su hombro y gruñó un – ten cuidado que no te parta las piernas – lanzando una mirada desafiante a su padre que bien podía valerse una amonestación en un partido real. La distracción del muchacho valió para que la bludger pasara rozando su cabeza y desestabilizara su escoba, el moreno dio una vuelta sobre si mismo de trescientos sesenta grados pero volvió a erguirse con el tiempo suficiente para cuando la bludger regresó para terminar su trabajo, batearla hacia la posición de su padre. Darren volvió a lanzársela y así, volando de un lado hacia otro, golpeando la pelota como condenados a ver quien daba a quien, no fueron conscientes del resto del partido hasta que un chillido alertó la atención de los dos Brackminster que giraron la cabeza con la rapidez para ver como una quaffle abandonaba la cara de Sofie.
- ¡Ya podías haber enseñado a la criatura a parar las quaffles con las manos! – espetó Darren un segundo antes de mandar la bludger hacia su hijo quien distraído y a punto de encarar el mango de su escoba hacia abajo para volar raudo hacia la chica, no vislumbró la dirección de la pelota que golpeó de lleno en su hombro derecho – ¡Presta atención! – dijo el hombre volando en pos de su vástago, impidiendo que fuera de bruces contra el suelo por el impacto.
- ¡Joder! – gritó Adair, notando aún el golpe de la pesada pelota hervir su piel. Fulminó a su padre con la mirada, tomó el mango de la escoba y la encaró hacia los aros para encontrar a Sofie ya rodeada de toda la familia –¿Qué ha pasado? – inquirió haciéndose un hueco para llegar justo donde estaba la chica, mirándola con algo de preocupación casi olvidando el hombro. Escuchó a Jonathan hablar sobre el uso de las manos para el juego y Adair suspiró, llevando una mano a su propia cara, cubriéndola con ella – No me jodas… ¿la paraste con la cara?
- TIEMPO MUERTO – gritó Darren devolviendo la bludger hacia la maleta y mirando a todos en torno a la magullada invitada – Adair, llévala a la cocina y ponle algo de hielo en la cara.
El muchacho enarcó una ceja pero asintió ante el comentario de su padre y fiel a su actitud sobreprotectora, alargó el brazo bueno, rodeó a Sofie por la cintura, la subió a su escoba y voló hacia abajo para dirigirse directito a la cocina. Una vez adentro, pese a que el hombro dolía el infierno, tomó a la chica por las nalgas sin pudor alguno y la subió encima de la encimera – Quédate quieta – ordenó con esa voz que decía “no admito segundas” y fue a por hielo, regresando solo un par de segundos después - ¿Cómo esta eso de que paras la quaffle con los labios? – le entregó la bolsa a la mano y acercó su rostro hacia ella – Esos están para otras cosas, ¿es que no te enseñé? – y sin pedir permiso, empezó a besarla con algo de suavidad.
Tomó sus bártulos para el juego, subió encima de la escoba y alzó el vuelo. La bludger continuaba volando de un lado hacia otro, desquiciada y ansiosa por atrapar alguna de las escobas que surcaban el cielo. Darren silbo hacia su hijo para llamar su atención, llevo dos dedos cerca de sus ojos y luego los señaló hacia su vástago como diciendo “cuidadito que te veo”. Adair desde su posición solo alzó una ceja, puso el bate en su hombro y gruñó un – ten cuidado que no te parta las piernas – lanzando una mirada desafiante a su padre que bien podía valerse una amonestación en un partido real. La distracción del muchacho valió para que la bludger pasara rozando su cabeza y desestabilizara su escoba, el moreno dio una vuelta sobre si mismo de trescientos sesenta grados pero volvió a erguirse con el tiempo suficiente para cuando la bludger regresó para terminar su trabajo, batearla hacia la posición de su padre. Darren volvió a lanzársela y así, volando de un lado hacia otro, golpeando la pelota como condenados a ver quien daba a quien, no fueron conscientes del resto del partido hasta que un chillido alertó la atención de los dos Brackminster que giraron la cabeza con la rapidez para ver como una quaffle abandonaba la cara de Sofie.
- ¡Ya podías haber enseñado a la criatura a parar las quaffles con las manos! – espetó Darren un segundo antes de mandar la bludger hacia su hijo quien distraído y a punto de encarar el mango de su escoba hacia abajo para volar raudo hacia la chica, no vislumbró la dirección de la pelota que golpeó de lleno en su hombro derecho – ¡Presta atención! – dijo el hombre volando en pos de su vástago, impidiendo que fuera de bruces contra el suelo por el impacto.
- ¡Joder! – gritó Adair, notando aún el golpe de la pesada pelota hervir su piel. Fulminó a su padre con la mirada, tomó el mango de la escoba y la encaró hacia los aros para encontrar a Sofie ya rodeada de toda la familia –¿Qué ha pasado? – inquirió haciéndose un hueco para llegar justo donde estaba la chica, mirándola con algo de preocupación casi olvidando el hombro. Escuchó a Jonathan hablar sobre el uso de las manos para el juego y Adair suspiró, llevando una mano a su propia cara, cubriéndola con ella – No me jodas… ¿la paraste con la cara?
- TIEMPO MUERTO – gritó Darren devolviendo la bludger hacia la maleta y mirando a todos en torno a la magullada invitada – Adair, llévala a la cocina y ponle algo de hielo en la cara.
El muchacho enarcó una ceja pero asintió ante el comentario de su padre y fiel a su actitud sobreprotectora, alargó el brazo bueno, rodeó a Sofie por la cintura, la subió a su escoba y voló hacia abajo para dirigirse directito a la cocina. Una vez adentro, pese a que el hombro dolía el infierno, tomó a la chica por las nalgas sin pudor alguno y la subió encima de la encimera – Quédate quieta – ordenó con esa voz que decía “no admito segundas” y fue a por hielo, regresando solo un par de segundos después - ¿Cómo esta eso de que paras la quaffle con los labios? – le entregó la bolsa a la mano y acercó su rostro hacia ella – Esos están para otras cosas, ¿es que no te enseñé? – y sin pedir permiso, empezó a besarla con algo de suavidad.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
- estoy bien… estoy… si, si… - Un segundo después media familia Brackminster ya estaba respirándole en la cara y lo peor era no haber podido disfrutar su atajada ni un segundo; entre el mareo producto lógico del golpe y al menos dos personas preguntándole cosas tapándole la visión y el sol dándole en los ojos, sumado a la frustración de que así no debían ser las cosas, de que se suponía que era bueno atajar una quaffle y no malo, ya no entendía más nada... – lo se, lo se… - Asintió a todo lo que le decían pues no podía hacer más… Que si! que sabía que para algo estaban las manos, pero… Fue impulsivo, fue… fue… evidentemente una idiotez.
Luego de Jonathan ella misma se palpó su nariz, no sentía nada raro, no entendía porque tanto alboroto en realidad y empezaba a darle miedo que los otros estuvieran viendo su rostro desfigurado o algo semejante y ella aun tan ilusa ni enterada… Se dejó llevar por Adair, porque sintió que se iba a caer de la escoba de pura tristeza o vergüenza y porque más que repetitivos “estoy bien” no tenía para decir… Que vergüenza!! Era lo único que pensaba con claridad.
Al llegar a la cocina, si bien quieta se quedó, callada no, pues no era cuestión de perder costumbres tan arraigadas, además estaba a solas con Adair y eso ponía todo más cómodo. - No entiendo… no fue tan grave, ni me duele… Ahora seguro tu papá piensa que soy una tonta niñita débil y quejosa… Porque el tiempo muerto? nadie me preguntó si podía seguir jugando o no... – Verborragia total mientras Adair buscaba el hielo y empezaba a poner fin a todo aquello callándola con besos.
- pues… - suspiró y abrazó a Adair por la cintura – no muy bien por lo visto….- Pero no estaba pensando en los besos de Adair, su cerebro estaba en el campo de quidditch, en la vergüenza de ser una débil que al primer golpecito terminaba en el banco con una bolsa de hielo… Con gesto hastiado esquivó la boca del chico, para repensárselo de inmediato y terminar buscando su cuello con pequeño y cortos besos… - Solo quería atajar una… - le susurró al oído confesando el crimen.
Se separó lo mínimo y tomó la bolsa de hielo para apoyarla sobre su rostro con cuidado una, dos, tres veces hasta acostumbrarse al frío. Con la otra mano hacía círculos involuntarios en la baja espalda de Adair, y con actitud desinflada lo miraba de reojo… Solo sucedía que estaba todo mal! Que tendría que haber ganado el partido, no terminar a los 5 minutos en la enfermería… Y le parecía que la culpa no era de ella, sino de esos ánimos sobreprotectores que evidentemente toda la familia aquella compartía… Aunque, había que admitir que Adair era guapo con cualquier actitud.
Sonriendo por esto intentó volver positivos sus ánimos o al menos, graciosos, que no le gustaba el mal humor ni la tristeza… Se mordió el labio y sonrió de lado – Deberías felicitarme por mi primera atajada, no darme una bolsa de hielo… así nunca me volveré ruda y fuerte… No!!. Me arrepiento. No quiero una felicitación de palabra, quiero un premio!! un… un beso como la gente mínimo!… Me lo merezco. – No solo se lo merecía, se lo había ganado a pulso dejándose partir la cara por él… Y de algún modo podía decirse que hasta estaban a mano ahora (los dos con la cara rota)
Pero de todos modos, algo le inquietaba dentro, algo le decía que estaba poniendo mucho en juego sin darse cuenta y sin oír las advertencias de sus amigas… La cosa era que evidentemente no cualquier chica hacía eso, es más pensándolo bien, de sus amigas no conocía a ninguna que hubiera hecho algo semejante. Pearlie estaba poniendo a prueba a Crawford y no al revés, Gianna ni esfuerzo estaba haciendo porque Adrian le había pedido casi matrimonio al segundo de conocerla… Y ella? Ella había arriesgado su nariz perfecta para que? Por un tonto beso?...
Eran esos momento donde por más calentón se daba cuenta que la idea de “ser amiga” de Adair no iba a funcionar de ningún modo. Y volvía a pensar lo que en la enfermería verdadera. Incompatible es incompatible… Pero bueno, todo aquello dentro de su cabeza, pues del cuerpo para afuera seguía haciéndole caricias en la espalda obviado sudores y uniformes.
Luego de Jonathan ella misma se palpó su nariz, no sentía nada raro, no entendía porque tanto alboroto en realidad y empezaba a darle miedo que los otros estuvieran viendo su rostro desfigurado o algo semejante y ella aun tan ilusa ni enterada… Se dejó llevar por Adair, porque sintió que se iba a caer de la escoba de pura tristeza o vergüenza y porque más que repetitivos “estoy bien” no tenía para decir… Que vergüenza!! Era lo único que pensaba con claridad.
Al llegar a la cocina, si bien quieta se quedó, callada no, pues no era cuestión de perder costumbres tan arraigadas, además estaba a solas con Adair y eso ponía todo más cómodo. - No entiendo… no fue tan grave, ni me duele… Ahora seguro tu papá piensa que soy una tonta niñita débil y quejosa… Porque el tiempo muerto? nadie me preguntó si podía seguir jugando o no... – Verborragia total mientras Adair buscaba el hielo y empezaba a poner fin a todo aquello callándola con besos.
- pues… - suspiró y abrazó a Adair por la cintura – no muy bien por lo visto….- Pero no estaba pensando en los besos de Adair, su cerebro estaba en el campo de quidditch, en la vergüenza de ser una débil que al primer golpecito terminaba en el banco con una bolsa de hielo… Con gesto hastiado esquivó la boca del chico, para repensárselo de inmediato y terminar buscando su cuello con pequeño y cortos besos… - Solo quería atajar una… - le susurró al oído confesando el crimen.
Se separó lo mínimo y tomó la bolsa de hielo para apoyarla sobre su rostro con cuidado una, dos, tres veces hasta acostumbrarse al frío. Con la otra mano hacía círculos involuntarios en la baja espalda de Adair, y con actitud desinflada lo miraba de reojo… Solo sucedía que estaba todo mal! Que tendría que haber ganado el partido, no terminar a los 5 minutos en la enfermería… Y le parecía que la culpa no era de ella, sino de esos ánimos sobreprotectores que evidentemente toda la familia aquella compartía… Aunque, había que admitir que Adair era guapo con cualquier actitud.
Sonriendo por esto intentó volver positivos sus ánimos o al menos, graciosos, que no le gustaba el mal humor ni la tristeza… Se mordió el labio y sonrió de lado – Deberías felicitarme por mi primera atajada, no darme una bolsa de hielo… así nunca me volveré ruda y fuerte… No!!. Me arrepiento. No quiero una felicitación de palabra, quiero un premio!! un… un beso como la gente mínimo!… Me lo merezco. – No solo se lo merecía, se lo había ganado a pulso dejándose partir la cara por él… Y de algún modo podía decirse que hasta estaban a mano ahora (los dos con la cara rota)
Pero de todos modos, algo le inquietaba dentro, algo le decía que estaba poniendo mucho en juego sin darse cuenta y sin oír las advertencias de sus amigas… La cosa era que evidentemente no cualquier chica hacía eso, es más pensándolo bien, de sus amigas no conocía a ninguna que hubiera hecho algo semejante. Pearlie estaba poniendo a prueba a Crawford y no al revés, Gianna ni esfuerzo estaba haciendo porque Adrian le había pedido casi matrimonio al segundo de conocerla… Y ella? Ella había arriesgado su nariz perfecta para que? Por un tonto beso?...
Eran esos momento donde por más calentón se daba cuenta que la idea de “ser amiga” de Adair no iba a funcionar de ningún modo. Y volvía a pensar lo que en la enfermería verdadera. Incompatible es incompatible… Pero bueno, todo aquello dentro de su cabeza, pues del cuerpo para afuera seguía haciéndole caricias en la espalda obviado sudores y uniformes.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
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