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Im so sorry! +18
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Adair Brackminster
Sofie Luttrell
6 participantes
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Re: Im so sorry! +18
El gesto hastiado de Sofie sacó una carcajada a Adair quien la dejó hacer sin poner algún gruñido o queja por su parte. El inconveniente de toda aquella situación no era precisamente la consideración que tuviera Darren hacia su invitada más bien constaba en que sí el hombre había escogido de toda la familia a Adair para ponerle hielo es porque consideraba que la chica era algo importante para él y ahí, ya tocaba algo más su sacrosanta moral. ¿Qué cojones estaba haciendo? ¿No era él, el chico de ni llamar? El susurro de Sofie volvió a Adair a la realidad, giró el rostro y capturó con sus labios los de ella para darle un beso algo hambriento, mejor así, lejos de pensamientos bizarros y centrado en que todo aquello no era más que un juego para los dos. ¿Por qué iba a pelearse sino con Luke por una chica?
- Primera lección – agregó cuando ella se separó. Ya que quería alguna clase de Quidditch empezarían por la teórica para que aplicara los conceptos una vez hubiera puesto su precioso trasero encima de la escoba – Las quaffles se paran con las manos y no con la boca – apoyó las manos en la encimera mientras ella abrazaba su cintura antes de empezar a reclamar su recompensa. Negó con la cabeza, incrédulo que después del golpe aún tuviera ganas de bromear con el asunto, bueno, tenía buen humor y eso para él era importante - ¿Para qué te quiero fuerte y ruda? – levantó un poco la ceja derecha para segundos después quitar la mano derecha de la encimera para posarla en su cintura. La atrajo con suavidad hacia él, colándose entre las piernas de la chica - ¿Recompensa? No te mereces ninguna. El Quidditch es exigente, señorita Luttrell, no se premia la incompetencia más bien la virtud – y si, estaba rememorando uno de los discurso de su padre en Hogwarts.
Igual él tampoco se merecía una recompensa pero terminó por inclinar un poco la cabeza hacia abajo para besar primero de todo el mentón de Sofie, luego la comisura de sus labios y terminar invadiendo su boca con la humedad de un beso lascivo y provocador. Usó la otra mano para acariciar el otro lado de la cintura de la rubia y descendió con suavidad, alcanzando con las dos manos su trasero, acariciando allí donde llegaba para luego ir hasta sus muslos, tomándolos con firmeza para empotrarla contra él y sonreír contra sus labios.
- Segunda lección – abrió los ojos – Cuando el capitán de tu equipo… – bueno, exactamente Darren no había otorgado dicho cargo a su hijo pero eso solo eran detalles nimios en su brillante clase teórica – …quiera escaparse contigo, para las quaffles con la cara. ¿Lo hiciste aposta, verdad? – la acalló con un beso, igual de ávido y hambriento que el anterior y trazando masajes con sus manos sobre los muslos de la chica – chica lista – bajó los besos hasta su cuello y esta vez si no se midió en hacerlos suaves, no, besaba como si el cuello de la chica fuera solo pura comida. ¡Qué nadie los interrumpiera ahora o iba a partir cráneos!
- Primera lección – agregó cuando ella se separó. Ya que quería alguna clase de Quidditch empezarían por la teórica para que aplicara los conceptos una vez hubiera puesto su precioso trasero encima de la escoba – Las quaffles se paran con las manos y no con la boca – apoyó las manos en la encimera mientras ella abrazaba su cintura antes de empezar a reclamar su recompensa. Negó con la cabeza, incrédulo que después del golpe aún tuviera ganas de bromear con el asunto, bueno, tenía buen humor y eso para él era importante - ¿Para qué te quiero fuerte y ruda? – levantó un poco la ceja derecha para segundos después quitar la mano derecha de la encimera para posarla en su cintura. La atrajo con suavidad hacia él, colándose entre las piernas de la chica - ¿Recompensa? No te mereces ninguna. El Quidditch es exigente, señorita Luttrell, no se premia la incompetencia más bien la virtud – y si, estaba rememorando uno de los discurso de su padre en Hogwarts.
Igual él tampoco se merecía una recompensa pero terminó por inclinar un poco la cabeza hacia abajo para besar primero de todo el mentón de Sofie, luego la comisura de sus labios y terminar invadiendo su boca con la humedad de un beso lascivo y provocador. Usó la otra mano para acariciar el otro lado de la cintura de la rubia y descendió con suavidad, alcanzando con las dos manos su trasero, acariciando allí donde llegaba para luego ir hasta sus muslos, tomándolos con firmeza para empotrarla contra él y sonreír contra sus labios.
- Segunda lección – abrió los ojos – Cuando el capitán de tu equipo… – bueno, exactamente Darren no había otorgado dicho cargo a su hijo pero eso solo eran detalles nimios en su brillante clase teórica – …quiera escaparse contigo, para las quaffles con la cara. ¿Lo hiciste aposta, verdad? – la acalló con un beso, igual de ávido y hambriento que el anterior y trazando masajes con sus manos sobre los muslos de la chica – chica lista – bajó los besos hasta su cuello y esta vez si no se midió en hacerlos suaves, no, besaba como si el cuello de la chica fuera solo pura comida. ¡Qué nadie los interrumpiera ahora o iba a partir cráneos!
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Adair se reía de ella, podía parecer respuesta lógica a lo graciosa que Sofie intentaba ser, pero igual así no terminaba de gustarle. Que estaba pasando ahí? Que era eso de dejarse besar una y otra vez como si no tuviera más opción que responder a sus más bajos instintos. Quién se creía Adair para darle lecciones juguetonas cuando ella había pedido específicamente un elogio. No se lo iba a dejar pasar esta vez pues ya entendía que por ese camino sería ella la que terminaría con el corazón roto como decía Autumn y todas las demás.
Que le negara lo de la recompensa, sumado a todo el estrés que ya traía, (porque no había que olvidar que ella estaba ahí de buena ondita queriéndose disculpar por lo sucedido con Luke, que luego se enteró de que su madre se follaba a cualquiera, que luego los interrumpió medio universo y terminaba siendo la mentirita de Adair para darle el gusto a su madre) fue la gota que derramó el vaso. Para alguien como Sofie que había vivido entre rosas sin espinas 19 años, aquello era un crimen contra la humanidad. Ella era de las chicas que obtenían lo que querían sin pedir, trágico era hacer explícito algo y que te devolvieran una burla…
Disimuló como pudo escondiendo la indecisión en sonrisitas entre cortadas entre beso y beso, queriendo responder a la propuesta de Adair de olvidar y ya, de jugar a sofocarse y listo, pero en cuanto llegó a sus oído la frase “chica lista” que le sonó a elogio canino toda actuación se fue a la mierda… - no, ni a posta ni de mentiritas – le respondió burlona tomando las manos de Adair para bruscamente sacarlas de sus muslos y soltarlas al aire, buscando llegar a su pecho y empujarlo con dedición. Lo último que le faltaba en ese momento era pensar en que su cuello quedaría todo marcado de chupones… En otro contesto hubiera sido otra cosa, pero en ese momento sentirse un objeto no estaba funcionando como debería.
- Yo te voy a dar lecciones a ti. – no sabía cuales pero las inventaría de inmediato. Se bajó de la mesada y pasó de él buscando un vaso para llenar desde el grifo… Agua y tranquilidad Sofie. – No eres el único con un ego gigante dentro de esta habitación, y ya te he dejado ganar demasiados jueguitos para lo que te mereces… Ya pagué besos por demás que incluso ni debía, por mis preguntas indiscretas. – Se tomó el vaso de agua entero. No gritaba ni estaba exasperada porque no era su estilo pero si se mostraba firme, ofendida e iba a empezar desde el principio si era necesario, como estaba haciendo con aquello de los cinco besos sucedido hace un mes atrás o más.
Con vaso en mano aunque vacío, emprendió camino al dormitorio de Autumn pues ahí tenía sus cosas y de ningún modo quería que alguien entrara a la cocina y presenciara su desencanto. – Se supone que deberías hacer lo que yo quiero y MAS sin tener que pedírtelo siquiera!, pero en vez de eso - y empezó a contar con los dedos - me rechazaste en la enfermería, me negaste la felicitación que me merezco… Si quiera me has dejado que me disculpe por lo de Luke que era a lo que había venido… A él se las debo, que se ha desvivido por mi – concluyó descreída de lo estúpida que había sido en toda esa historia con Adair y desde un principio solo porque era guapísimo, besaba genial y había sido capitán de quidditch… Cuando Luke era “the good guy” al que debía estar visitando pidiéndole disculpas.
Ya en el cuarto de Autumn se volteó a mirarlo pensando en finalizar con todo eso. - No soy un perrito para que me digas “chica lista”. Ni una puta para que manosees enfrente de tu familia… Que van a pensar? – esa era una pregunta realmente seria! Le importaba muchísimo la imagen que daba al resto del mundo y la familia de Adair, Autumn y Gianna estaba incluida y en el centro… Por más que se deshiciera en suspiro cada vez que sentía el calor de Adair cerca. - Y sobre todo… - duro ese cuerpo Sofie se decía a si misma a la vez que le temblaba todo dentro por tenerlo en frente, todo guapo, todo para ella - Tomaré tu consejo, GRACIAS ... y no me voy a acostar contigo, así que puedes… - que puedes? – dejar de hacer lo que estés haciendo...
Que le negara lo de la recompensa, sumado a todo el estrés que ya traía, (porque no había que olvidar que ella estaba ahí de buena ondita queriéndose disculpar por lo sucedido con Luke, que luego se enteró de que su madre se follaba a cualquiera, que luego los interrumpió medio universo y terminaba siendo la mentirita de Adair para darle el gusto a su madre) fue la gota que derramó el vaso. Para alguien como Sofie que había vivido entre rosas sin espinas 19 años, aquello era un crimen contra la humanidad. Ella era de las chicas que obtenían lo que querían sin pedir, trágico era hacer explícito algo y que te devolvieran una burla…
Disimuló como pudo escondiendo la indecisión en sonrisitas entre cortadas entre beso y beso, queriendo responder a la propuesta de Adair de olvidar y ya, de jugar a sofocarse y listo, pero en cuanto llegó a sus oído la frase “chica lista” que le sonó a elogio canino toda actuación se fue a la mierda… - no, ni a posta ni de mentiritas – le respondió burlona tomando las manos de Adair para bruscamente sacarlas de sus muslos y soltarlas al aire, buscando llegar a su pecho y empujarlo con dedición. Lo último que le faltaba en ese momento era pensar en que su cuello quedaría todo marcado de chupones… En otro contesto hubiera sido otra cosa, pero en ese momento sentirse un objeto no estaba funcionando como debería.
- Yo te voy a dar lecciones a ti. – no sabía cuales pero las inventaría de inmediato. Se bajó de la mesada y pasó de él buscando un vaso para llenar desde el grifo… Agua y tranquilidad Sofie. – No eres el único con un ego gigante dentro de esta habitación, y ya te he dejado ganar demasiados jueguitos para lo que te mereces… Ya pagué besos por demás que incluso ni debía, por mis preguntas indiscretas. – Se tomó el vaso de agua entero. No gritaba ni estaba exasperada porque no era su estilo pero si se mostraba firme, ofendida e iba a empezar desde el principio si era necesario, como estaba haciendo con aquello de los cinco besos sucedido hace un mes atrás o más.
Con vaso en mano aunque vacío, emprendió camino al dormitorio de Autumn pues ahí tenía sus cosas y de ningún modo quería que alguien entrara a la cocina y presenciara su desencanto. – Se supone que deberías hacer lo que yo quiero y MAS sin tener que pedírtelo siquiera!, pero en vez de eso - y empezó a contar con los dedos - me rechazaste en la enfermería, me negaste la felicitación que me merezco… Si quiera me has dejado que me disculpe por lo de Luke que era a lo que había venido… A él se las debo, que se ha desvivido por mi – concluyó descreída de lo estúpida que había sido en toda esa historia con Adair y desde un principio solo porque era guapísimo, besaba genial y había sido capitán de quidditch… Cuando Luke era “the good guy” al que debía estar visitando pidiéndole disculpas.
Ya en el cuarto de Autumn se volteó a mirarlo pensando en finalizar con todo eso. - No soy un perrito para que me digas “chica lista”. Ni una puta para que manosees enfrente de tu familia… Que van a pensar? – esa era una pregunta realmente seria! Le importaba muchísimo la imagen que daba al resto del mundo y la familia de Adair, Autumn y Gianna estaba incluida y en el centro… Por más que se deshiciera en suspiro cada vez que sentía el calor de Adair cerca. - Y sobre todo… - duro ese cuerpo Sofie se decía a si misma a la vez que le temblaba todo dentro por tenerlo en frente, todo guapo, todo para ella - Tomaré tu consejo, GRACIAS ... y no me voy a acostar contigo, así que puedes… - que puedes? – dejar de hacer lo que estés haciendo...
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
En cuanto ella apartó las manos de su cuerpo supo que algo no iba bien. Adair se quedó callado, ni siquiera hizo amago de hablar, acostumbrado a las histerias de cinco hermanas que en días de determinado mes gritaba cada una por su lado y por cualquier gilipollez (como no haber cerrado la tapa del champú), escuchar a Sofie perdiendo los papeles y diciendo cosas que casi ni venían a cuento, entraba por una oreja del muchacho y salía por la siguiente, eso sí, era importante no interrumpir o la charla duraría horas. ¿Qué tenía el ego grande? Sí, no era mentira pero intentaba esconderlo, no creía haber alardeado ni mostrado aires de grandeza pero igual, no iba a contradecirla.
Rodó los ojos pero la siguió porque ella continuaba hablando y la primera norma era no dejarlas con la palabra en la boca. ¿Qué tenía que hacer lo que ella quería? ¿Desde cuando? ¿En qué momento se había perdido el “oye Sofie, agarrame los huevos que seré tuyo para la eternidad”? Adair exclamó con los brazos hacia arriba, volvió a rodar los ojos y la siguió hacia la habitación de su hermana, callado, sosegado y hasta cierto punto, obediente. Frenó en seco cuando ella empezó a enumerar con los dedos las cosas que había hecho y a su vez, el smertios asintió con la cabeza a cada cosa, excepto cuando llegaron a Luke. La mueca tranquila se descompuso, frunció el ceño, apretó los puños y gruñó, sencillamente gruñó… ¿acaso él había implorado que fuera a su encuentro a pedirle perdón? ¿acaso él buscó a Rayder para darle la paliza de su vida? ¿acaso no fue él quien intentó hacerlo entrar en razón por la gran amistad que los había unido? ¡Luke se merecía además su perdón!
No la siguió más. Quedó en medio del pasillo viendo como la chica entraba en la habitación de Autumn y apretó otra vez los puños, apelando a la santa paciencia que alguien había ofrecido para no gritarle de vuelta, vamos, no iba a seguirle el juego ni darle ni un gramo para hablar porque no, él no era de esos. Suficiente había respetado, suficiente había hecho las cosas la mejor manera posible y además todo de reclamos cuando hasta había presentado a su familia.
- ¿Has terminado? – inquirió con uno nada amable – Perfecto. Si tanto quieres pedirle perdón a Luke, agarra tus cosas y lárgate a buscarlo – gruñó, sin moverse, ni hacer amago de ir hacia ella para darle “todo lo que ella quisiera” – Mi familia no piensa nada de ti porque precisamente no tienen un ejemplo que poner previo. Nunca en mi vida he traído una chica a esta casa, nunca en mi vida había respetado a alguien como lo hago contigo y sobretodo, nunca en mi vida me había preocupado por una chica que no fuera mi hermana y estoy, aquí… siguiéndote para darte “todo lo que quieres” – le lanzó una mirada afilada, volteó sobre sus talones y camino de vuelta hacia la cocina aunque se detuvo unos pasos más allá – No te he tratado de puta, ni era mi intención. Te dije que no hago las cosas normales pero creo que contigo he hecho más excepciones que con nadie. Si quieres irte ya daré una excusa a mi familia. – empezó a caminar hacia abajo pero tomó otra opción, entró en su habitación y dio un sonoro portazo de esos que hicieron retumbar hasta los cimientos.
Rodó los ojos pero la siguió porque ella continuaba hablando y la primera norma era no dejarlas con la palabra en la boca. ¿Qué tenía que hacer lo que ella quería? ¿Desde cuando? ¿En qué momento se había perdido el “oye Sofie, agarrame los huevos que seré tuyo para la eternidad”? Adair exclamó con los brazos hacia arriba, volvió a rodar los ojos y la siguió hacia la habitación de su hermana, callado, sosegado y hasta cierto punto, obediente. Frenó en seco cuando ella empezó a enumerar con los dedos las cosas que había hecho y a su vez, el smertios asintió con la cabeza a cada cosa, excepto cuando llegaron a Luke. La mueca tranquila se descompuso, frunció el ceño, apretó los puños y gruñó, sencillamente gruñó… ¿acaso él había implorado que fuera a su encuentro a pedirle perdón? ¿acaso él buscó a Rayder para darle la paliza de su vida? ¿acaso no fue él quien intentó hacerlo entrar en razón por la gran amistad que los había unido? ¡Luke se merecía además su perdón!
No la siguió más. Quedó en medio del pasillo viendo como la chica entraba en la habitación de Autumn y apretó otra vez los puños, apelando a la santa paciencia que alguien había ofrecido para no gritarle de vuelta, vamos, no iba a seguirle el juego ni darle ni un gramo para hablar porque no, él no era de esos. Suficiente había respetado, suficiente había hecho las cosas la mejor manera posible y además todo de reclamos cuando hasta había presentado a su familia.
- ¿Has terminado? – inquirió con uno nada amable – Perfecto. Si tanto quieres pedirle perdón a Luke, agarra tus cosas y lárgate a buscarlo – gruñó, sin moverse, ni hacer amago de ir hacia ella para darle “todo lo que ella quisiera” – Mi familia no piensa nada de ti porque precisamente no tienen un ejemplo que poner previo. Nunca en mi vida he traído una chica a esta casa, nunca en mi vida había respetado a alguien como lo hago contigo y sobretodo, nunca en mi vida me había preocupado por una chica que no fuera mi hermana y estoy, aquí… siguiéndote para darte “todo lo que quieres” – le lanzó una mirada afilada, volteó sobre sus talones y camino de vuelta hacia la cocina aunque se detuvo unos pasos más allá – No te he tratado de puta, ni era mi intención. Te dije que no hago las cosas normales pero creo que contigo he hecho más excepciones que con nadie. Si quieres irte ya daré una excusa a mi familia. – empezó a caminar hacia abajo pero tomó otra opción, entró en su habitación y dio un sonoro portazo de esos que hicieron retumbar hasta los cimientos.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Esperaba acaso Sofie que Adair no se molestara con todo lo que estaba diciendo? Claro que no, sabía que se iba a cabrear, y mucho y hasta era el plan, así de algún modo ella podía salir de aquello más fácil, expulsada sin otro remedio. A punto estaba de gritarle que NO había terminado, que OBVIO que se iría, por algo ya tenía sus ropas en mano, cuando toda aquella confesión fue por demás mucho mayor a lo que hubiera pensado de Adair. Se quedó estática y sola, parada en medio del cuarto de Autumn cerrando los ojos con pesar por la estupidez que estaba siendo todo aquello.
El tenía algunas razones, ella tenía otras, ambos un ego gigante y no había forma de conciliar aquello, era evidente desde el primer día donde un simple juego de cartas había desencadenado toda una serie de eventos desafortunados. Pero… ahí estaba Sofie sopesando la posibilidad de seguir cediendo ante él, porque no se resignaba a creer que Adair en verdad, y no por conveniencia eventual, estaba haciendo su parte por aquel “resolvamos nuestras incompatibilidades”.
Por impulso de seguirlo, con toda esa adrenalina dentro, recibió el portazo en el rostro. Adair la estaba volviendo loca, pues de otra forma no podía explicarse que ya estuviera abriendo la puerta descaradamente y entrometiéndole de nuevo donde no le llamaban, solo porque la necesidad de verlo otra vez era superior a aquella que imploraba salir corriendo o hacerse rogar o cualquiera de esas tonterías histéricas. Además Adair le había dicho, en palabras extrañas pero en palabras al fin que ella era “especial” y eso era más que suficiente para hacerle temblar los cimientos de su inconformidad.
- No me puedes cerrar la puerta en la cara por ofendido, así como yo no me voy a ir a ninguna parte – Aun no bajaba el tono, claro que no… Que era eso de que la dejase hablando sola? -… yo también he hecho más excepciones contigo que con nadie. – Ahora sí respiró profundo y quitó los ojos de Adair, para bajar la mirada y decir una a una las cosas confesándose idiota – o acaso crees que estar… liada… agotada… toda traspirada… con un golpe en el rostro … y vistiendo como tu hermana… es cosa de todos los días para mi? - Se limpió el sudor de la frente como si recién se percatase de lo que jugar al quidditch producía y concluyó rápidamente.
- perdón... Yo solo… - Se mordió el labio y se dio la vuelta para irse dejando la frase a la mitad. Era tan tonto todo aquello. Necesitaba un baño urgente no ponerse a defender lo indefendible. Sabiendo que ni caso tenía, se detuvo en su camino apoyando una mano en el marco de la puerta para decir una última cosa. Sobre todo porque no quería que Adair pensara como Luke, que ella estaba jugando con él o similar… le importaba, le gustaba muchísimo, sino no hubiera cruzado medio continente para disculparse con él -…Si me importa más quedar bien con Luke hubiera ido a su casa desde un principio, y no usarlo como excusa para llamar tu atención y arrancarte cosas bonitas de los labios a fuerza de reproches… -
El tenía algunas razones, ella tenía otras, ambos un ego gigante y no había forma de conciliar aquello, era evidente desde el primer día donde un simple juego de cartas había desencadenado toda una serie de eventos desafortunados. Pero… ahí estaba Sofie sopesando la posibilidad de seguir cediendo ante él, porque no se resignaba a creer que Adair en verdad, y no por conveniencia eventual, estaba haciendo su parte por aquel “resolvamos nuestras incompatibilidades”.
Por impulso de seguirlo, con toda esa adrenalina dentro, recibió el portazo en el rostro. Adair la estaba volviendo loca, pues de otra forma no podía explicarse que ya estuviera abriendo la puerta descaradamente y entrometiéndole de nuevo donde no le llamaban, solo porque la necesidad de verlo otra vez era superior a aquella que imploraba salir corriendo o hacerse rogar o cualquiera de esas tonterías histéricas. Además Adair le había dicho, en palabras extrañas pero en palabras al fin que ella era “especial” y eso era más que suficiente para hacerle temblar los cimientos de su inconformidad.
- No me puedes cerrar la puerta en la cara por ofendido, así como yo no me voy a ir a ninguna parte – Aun no bajaba el tono, claro que no… Que era eso de que la dejase hablando sola? -… yo también he hecho más excepciones contigo que con nadie. – Ahora sí respiró profundo y quitó los ojos de Adair, para bajar la mirada y decir una a una las cosas confesándose idiota – o acaso crees que estar… liada… agotada… toda traspirada… con un golpe en el rostro … y vistiendo como tu hermana… es cosa de todos los días para mi? - Se limpió el sudor de la frente como si recién se percatase de lo que jugar al quidditch producía y concluyó rápidamente.
- perdón... Yo solo… - Se mordió el labio y se dio la vuelta para irse dejando la frase a la mitad. Era tan tonto todo aquello. Necesitaba un baño urgente no ponerse a defender lo indefendible. Sabiendo que ni caso tenía, se detuvo en su camino apoyando una mano en el marco de la puerta para decir una última cosa. Sobre todo porque no quería que Adair pensara como Luke, que ella estaba jugando con él o similar… le importaba, le gustaba muchísimo, sino no hubiera cruzado medio continente para disculparse con él -…Si me importa más quedar bien con Luke hubiera ido a su casa desde un principio, y no usarlo como excusa para llamar tu atención y arrancarte cosas bonitas de los labios a fuerza de reproches… -
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Tapó la cara con gesto desesperado cuando ella volvió a abrir la puerta para seguir la bendita discusión. ¿Es qué siempre tenían que ser ellas las que digieran la primera y última palabra? Cerró los ojos y usó dos de sus dedos para primero apretar sus párpados para ir desplazándolos lentamente hasta alcanzar el bendito puente de la nariz que presionó con fuerza, intentando en vano mitigar la futura migraña producida por las constantes e incisivas respuestas otorgadas por Sofie a través de sus labios. Tragó aire apelando a la santa madre paciencia, esa que fue reforzada con el paso del tiempo, curtiéndose en el campo de batalla Brackminster e hizo frente a Eloise, Clarisse, Lucy, Autumn y Elizabeth.
Un perdón…
Adair miró a través del rabillo de su ojo como Sofie insegura desde su parecer, bajaba la cabeza e indecisa con sus palabras, evitaba encontrarse con sus ojos. El muchacho quitó la mano, alzó la cabeza y se quedó muy serio mirándola. Los labios del Smertios se pegaron a la vez que su ceño fue frunciéndose lentamente cuando la rubia volvió a mencionar el caso de Rayder, el cual parecía tener mucho más protagonismo del que Brackminster hubiera deseado – No soy chico de andar arrodillándome para cantarte una serenata a la luz de la luna bajo tu balcón – frunció todo lo que pudo el ceño, tomó a Sofie de la mano, obligó a que volteara y usando la otra mano, la atrajo hacia su cuerpo. No dijo nada durante unos segundos solo capturó su mirada con los ojos y serio, intentó descifrar las locuras que pasaban por su cabeza porque la chica podía aparentar ser frágil y delicada pero a él no se la clavaba dos veces.
- ¿Quieres hacerlo a tu modo? – Argumentó alzando una ceja y soltando con lentitud el agarre ejercido sobre su cintura – Hagámoslo – puso una mano bajo su mentón dejando que el dedo pulgar presionara con suavidad su mentón - Si no te gusta mis métodos, puedo intentar adaptarme a los tuyos – acarició con el pulgar el contorno de su labio inferior y aún sin formar una sonrisa en los labios – Intentar, no sé si seré exactamente el tipo de persona que estas buscando – con eso decía que podían intentar verse más veces y hacer las cosas adecuadamente como dos personas normales, otra cosa era que Adair lograra encajar en los estereotipos de la chica pero por lo menos estaba haciendo el esfuerzo que nunca hizo por nadie. Puesto que la chica en su momento de desquicio remarcando en alto que él se sobrepasaba con las caricias, no besó sus labios para sellar la especie de trato, solo caminó hacia la puerta, la abrió y mirando a Sofie agregó - ¿Volvemos?
Un perdón…
Adair miró a través del rabillo de su ojo como Sofie insegura desde su parecer, bajaba la cabeza e indecisa con sus palabras, evitaba encontrarse con sus ojos. El muchacho quitó la mano, alzó la cabeza y se quedó muy serio mirándola. Los labios del Smertios se pegaron a la vez que su ceño fue frunciéndose lentamente cuando la rubia volvió a mencionar el caso de Rayder, el cual parecía tener mucho más protagonismo del que Brackminster hubiera deseado – No soy chico de andar arrodillándome para cantarte una serenata a la luz de la luna bajo tu balcón – frunció todo lo que pudo el ceño, tomó a Sofie de la mano, obligó a que volteara y usando la otra mano, la atrajo hacia su cuerpo. No dijo nada durante unos segundos solo capturó su mirada con los ojos y serio, intentó descifrar las locuras que pasaban por su cabeza porque la chica podía aparentar ser frágil y delicada pero a él no se la clavaba dos veces.
- ¿Quieres hacerlo a tu modo? – Argumentó alzando una ceja y soltando con lentitud el agarre ejercido sobre su cintura – Hagámoslo – puso una mano bajo su mentón dejando que el dedo pulgar presionara con suavidad su mentón - Si no te gusta mis métodos, puedo intentar adaptarme a los tuyos – acarició con el pulgar el contorno de su labio inferior y aún sin formar una sonrisa en los labios – Intentar, no sé si seré exactamente el tipo de persona que estas buscando – con eso decía que podían intentar verse más veces y hacer las cosas adecuadamente como dos personas normales, otra cosa era que Adair lograra encajar en los estereotipos de la chica pero por lo menos estaba haciendo el esfuerzo que nunca hizo por nadie. Puesto que la chica en su momento de desquicio remarcando en alto que él se sobrepasaba con las caricias, no besó sus labios para sellar la especie de trato, solo caminó hacia la puerta, la abrió y mirando a Sofie agregó - ¿Volvemos?
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
- ni a mi me gustan los ñoños- Respondió de inmediato sin pensar, solo por esa necesidad de tener la última palabra calculando que ya era momento de irse. Si hubiera sabido que Adair la tomaría del brazo para seguir hablando capaz no habría dicho eso, e igualmente cuando se encontró de frente con sus ojos miel, con esa mirada absurdamente fuerte, el resto del mundo, las palabras antes dichas, todo… desapareció.
Se vería en sus ojos que estaba loca por él? Notaba el chico, como el cuerpo a Sofie le temblaba como una hoja al viento, solo por sentir una de sus manos sobre ella? Como involuntariamente bajaba los párpado cuando, aunque sutil, la tomaba por el mentón? O como se entreabrían sus labios húmedos por la tonta presencia de su dedo reconociéndolos?...
No tenía más palabra, ni justificaciones, pues apenas si podía con la sensación de sentirse locamente enamorada… Pero no se lo iba a admitir a si misma tan fácil, por más sobre acogedor que fuera el sentimiento, pesaban más los consejos de su madre: “follate a media Europa si quieres, pero nunca nunca te enamores”… Y viniendo de una depresiva alcohólica era un consejo que no se podía despreciar… Fue un instante que se quedó viendo el cuarto de Adair antes de volver a la realidad y escuchar su voz.
Se le escapó una sonrisa y de inmediato lo abrazó por detrás, colando sus manos por dentro de la camiseta de deportes – no me importa el modo… lo juro – y le dio un beso en la espalda, importándole nada estar posando sus labios en una tela toda traspirada y sucia. Era obvio que le importaba el modo, sino todo el escándalo no hubiera sucedido, pero era la única forma que encontró para decirle mil cosas: que aceptaba, que se adaptaría, que lo único que le importa que hacerlo, intentarlo… Y amarlo con locura toda la vida. No, eso no Sofie!
Crees que tu padres hayan escuchado?... - Se arrepintió de inmediato, que ya había entendido que a Adair no le interesaba discurrir sobre lo que opinaran los demás… Que a ningún hombre le interesaban esas cosas básicamente. - No dije nada!! Me callo me callo…- dijo abrazándolo más fuerte para que le dejara pasar el desliz y ya lo soltó no sin antes darle otro beso a la camiseta negra. Adelantó los paso y salió al pasillo, arrastrando entre sus dedos una mano de Adair, caminando hacia atrás para verle a la cara y sonreírle y decirle que ella lo haría feliz o cualquier cursilería, pero no se animó… Por suerte… Pero quería hacerlo! Y se le salía el corazón de dentro.
Así que se paró en seco, en medio del pasillo, porque no había reparado en la tontería idiota esa del exhibicionismo público, esa que ella misma había dicho, y sin permisos ni avisos, aunque era más que obvio, le besó cruzando sus brazos tras él, abriendo los labios de a poco, pegoteando y contagiando sudores y salivas.
Se vería en sus ojos que estaba loca por él? Notaba el chico, como el cuerpo a Sofie le temblaba como una hoja al viento, solo por sentir una de sus manos sobre ella? Como involuntariamente bajaba los párpado cuando, aunque sutil, la tomaba por el mentón? O como se entreabrían sus labios húmedos por la tonta presencia de su dedo reconociéndolos?...
No tenía más palabra, ni justificaciones, pues apenas si podía con la sensación de sentirse locamente enamorada… Pero no se lo iba a admitir a si misma tan fácil, por más sobre acogedor que fuera el sentimiento, pesaban más los consejos de su madre: “follate a media Europa si quieres, pero nunca nunca te enamores”… Y viniendo de una depresiva alcohólica era un consejo que no se podía despreciar… Fue un instante que se quedó viendo el cuarto de Adair antes de volver a la realidad y escuchar su voz.
Se le escapó una sonrisa y de inmediato lo abrazó por detrás, colando sus manos por dentro de la camiseta de deportes – no me importa el modo… lo juro – y le dio un beso en la espalda, importándole nada estar posando sus labios en una tela toda traspirada y sucia. Era obvio que le importaba el modo, sino todo el escándalo no hubiera sucedido, pero era la única forma que encontró para decirle mil cosas: que aceptaba, que se adaptaría, que lo único que le importa que hacerlo, intentarlo… Y amarlo con locura toda la vida. No, eso no Sofie!
Crees que tu padres hayan escuchado?... - Se arrepintió de inmediato, que ya había entendido que a Adair no le interesaba discurrir sobre lo que opinaran los demás… Que a ningún hombre le interesaban esas cosas básicamente. - No dije nada!! Me callo me callo…- dijo abrazándolo más fuerte para que le dejara pasar el desliz y ya lo soltó no sin antes darle otro beso a la camiseta negra. Adelantó los paso y salió al pasillo, arrastrando entre sus dedos una mano de Adair, caminando hacia atrás para verle a la cara y sonreírle y decirle que ella lo haría feliz o cualquier cursilería, pero no se animó… Por suerte… Pero quería hacerlo! Y se le salía el corazón de dentro.
Así que se paró en seco, en medio del pasillo, porque no había reparado en la tontería idiota esa del exhibicionismo público, esa que ella misma había dicho, y sin permisos ni avisos, aunque era más que obvio, le besó cruzando sus brazos tras él, abriendo los labios de a poco, pegoteando y contagiando sudores y salivas.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Giró un poco la cabeza para alcanzar ver el rostro de Sofie pero la osada tenía su nariz enterrada en espalda y los brazos, delgados y delicados, acabaron bajo su camiseta. Negó con la cabeza, una vez volvió la mirada hacia el frente, desaprobando la actitud de la chica. Esta vez harían las cosas según el método Luttrell, Adair pondría todo su empeño pero ignoraba como acabaría el experimento sentimental. Sin experiencia previa que sirvieran de ejemplo, desconocía como reaccionaría su cabeza…quizás terminaría agobiado o yéndose con la primera descarada que pasara ante sus ojos aunque intentaría por todos los métodos, no llegar a ese punto.
Encogió sus hombros cuando Sofie preguntó sobre sus padres. Si conocía bien a su familia estaba apostado a que en el primer grito, todos corrieron como chismosos desagradecidos a escuchar qué tanto escándalo. Probablemente ya estarían discutiendo cual discurso era el mejor para soltarle por no saber tratar a las mujeres… y todas esas cosas que su padre, solía hacer contra él. La chica volvió a besarlo para luego salir hacia el pasillo, llevándolo del brazo y Adair no sabía si sonreír o quedarse en el estado en el que se encontraba, callado y neutral. Sofie solventó las dudas del chico cuando plantó su cuerpo pequeño en medio del pasillo, abrazó su cuello y pegó tanto su cuerpo como sus labios a los suyos.
La sonrisa se dibujó en sus labios a la que ella tomó la iniciativa más que nada como burla por la anterior muestra de “indignación” sobre el exhibicionismo público. El beso inició lento y suave, las manos de Adair se mantenían sobre la cintura de Sofie, sin hacer gesto alguno solo empleándola como punto de apoyo. Iba a escurrir sutilmente la lengua por medio de los labios entrabiertos cuando escuchó una especie de “Awww”. Abrió un ojo y ladeó un poco la cabeza justo para ver la pelinegra cabellera de su madre desaparecer por el ángulo de la escalera. Maldita sea, estaba hasta los cojones de las interrupciones y ser el objetivo de cotilleos, bien, ahora iban a joderse toda la santa familia – Cambio de planes – susurró contra sus labios, usando las manos que traía en la cintura para llevarse a la chica (caminando hacia atrás) de nuevo hasta su habitación.
Cerró la puerta, una vez dentro, con el pie y sin dejar de besar los labios de la chica, la dejó contra la pared. La beso por última vez con intensidad, saboreando cada rincón del interior de su boca con la punta de la lengua y pegó la frente a la de ella, mirándola con esa media sonrisa propia de la familia - ¿Sabes una cosa Sofie? – agregó, bajando la mirada desde sus ojos hasta la mano de la chica, jugueteando con sus dedos un segundo con los suyos propios antes de decir – Me acabas de llamar puto, gigoló… hombre de mala vida… - chasqueó la lengua y lanzó una mirada de reojo a sus ojos – Exhibicionismo público, ¿Qué pensarán mis padres? – reprodujo las propias palabras de Sofie y dio un beso rápido en la comisura de los labios antes que pudiera hablar. Raudo se separó de ella – Necesito estar lejos de la familia durante un rato. Tomate esto como un descanso… cargan mucho – caminó hasta una puerta que escondía su armario, sacó una camiseta y se quitó la que llevaba para ponerse una que no estuviera, sudada. Tomó otra, igual que la ofrecida a Thaddeus y se la lanzó a Sofie – Siéntete cómoda.
Encogió sus hombros cuando Sofie preguntó sobre sus padres. Si conocía bien a su familia estaba apostado a que en el primer grito, todos corrieron como chismosos desagradecidos a escuchar qué tanto escándalo. Probablemente ya estarían discutiendo cual discurso era el mejor para soltarle por no saber tratar a las mujeres… y todas esas cosas que su padre, solía hacer contra él. La chica volvió a besarlo para luego salir hacia el pasillo, llevándolo del brazo y Adair no sabía si sonreír o quedarse en el estado en el que se encontraba, callado y neutral. Sofie solventó las dudas del chico cuando plantó su cuerpo pequeño en medio del pasillo, abrazó su cuello y pegó tanto su cuerpo como sus labios a los suyos.
La sonrisa se dibujó en sus labios a la que ella tomó la iniciativa más que nada como burla por la anterior muestra de “indignación” sobre el exhibicionismo público. El beso inició lento y suave, las manos de Adair se mantenían sobre la cintura de Sofie, sin hacer gesto alguno solo empleándola como punto de apoyo. Iba a escurrir sutilmente la lengua por medio de los labios entrabiertos cuando escuchó una especie de “Awww”. Abrió un ojo y ladeó un poco la cabeza justo para ver la pelinegra cabellera de su madre desaparecer por el ángulo de la escalera. Maldita sea, estaba hasta los cojones de las interrupciones y ser el objetivo de cotilleos, bien, ahora iban a joderse toda la santa familia – Cambio de planes – susurró contra sus labios, usando las manos que traía en la cintura para llevarse a la chica (caminando hacia atrás) de nuevo hasta su habitación.
Cerró la puerta, una vez dentro, con el pie y sin dejar de besar los labios de la chica, la dejó contra la pared. La beso por última vez con intensidad, saboreando cada rincón del interior de su boca con la punta de la lengua y pegó la frente a la de ella, mirándola con esa media sonrisa propia de la familia - ¿Sabes una cosa Sofie? – agregó, bajando la mirada desde sus ojos hasta la mano de la chica, jugueteando con sus dedos un segundo con los suyos propios antes de decir – Me acabas de llamar puto, gigoló… hombre de mala vida… - chasqueó la lengua y lanzó una mirada de reojo a sus ojos – Exhibicionismo público, ¿Qué pensarán mis padres? – reprodujo las propias palabras de Sofie y dio un beso rápido en la comisura de los labios antes que pudiera hablar. Raudo se separó de ella – Necesito estar lejos de la familia durante un rato. Tomate esto como un descanso… cargan mucho – caminó hasta una puerta que escondía su armario, sacó una camiseta y se quitó la que llevaba para ponerse una que no estuviera, sudada. Tomó otra, igual que la ofrecida a Thaddeus y se la lanzó a Sofie – Siéntete cómoda.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Aguantó como pudo la risita infame que quería escapar de sus labios con muchísimo esfuerzo. Ese “awww” a su espalda, la reacción de Adair... QUE VERGÜENZA!! Por un momento le agarró algo de pudor, eso de encerrarse en el cuarto de un chico, con el chico, con la familia del otro lado del muro, daba para malas habladurías. Pero lo cierto era que estaba demasiado contenta y locamente ansiosa de haber arreglado las cosas, de haberse prometido el intento, que todo el resto del mundo podía pasar a un último plano, ya mismo.
No dejó de besarlo ni un segundo y si se detuvo fue porque él lo hizo. Se sonreía apenada por lo que le estaba diciendo, y se mordió el labio cerrando los ojos cuando sus propias palabras eran dichas por él. Si no fuera porque entendía que era una broma, se hubiera puesto terriblemente mal… Pero ya empezaba a conocer los modos de Adair, no era como cuando Gianna o Pearlie daban sitio a la moral inmaculada, por suerte el chico no era para nada así.
Se recargó sobre la puerta y no contestó más que siguiéndolo con la mirada. Atajó la prenda que le correspondía al vuelo y sin dilación se quitó la sudadera de Autumn que llevaba para ponerse aquella, que de otro modo, por ejemplo si un segundo hubiera habido para pensar que acaba de quedar en sujetador frente a Adair a solas, no lo hubiera hecho… A quien quería engañar?? Muy probablemente si lo hubiera pensado, también lo hubiera hecho! Solo que a conciencia y con una sonrisita pícara en los labios, y no así como si estuviera entre amigas.
Se dio cuenta en ese momento del cinco que llevaba en las ropas y sonrió recordando todo lo anterior. Hizo dos pasos hasta Adair para decirle alguna tontería sobre eso o el tatuaje, pero cuando estuvo frente a él, frente a su torso desnudo pues la cabeza aun estaba enredada en la ropa limpia, cambió de plan total. Con sus manos indiscretas recorrió el cuerpo de Adair hasta tomar la camiseta limpia que aun no terminaba de ponerse, para impedir que eso sucediera y dejarla caer al piso – para que te vistes? – Era un pecado que estuviera vestido! Que no lo sabía?
De inmediato lo beso intensamente, porque moría de ganas, y de vergüenza por lo que acaba de hacer y era demasiado tarde para volver pasos atrás… Lo hecho, hecho estaba no iba a agacharse y devolverle la prenda simplemente porque prefería mil veces gastar el tiempo en cosas más… “interesantes”… como hacer mínima la distancia entre ellos, acariciarle la nuca o lamer su labios para terminar presionando la cercanía hasta que sus lenguas no pudieran ir más profundo… Sofie! Basta! se obligó a intentar terminar con aquello, despegándose a penas, pero se arrepintió y volvió a besarlo, ahora si un poco más delicadamente, recuperando las gentilezas, para apartarse finalmente.
Sosteniéndose en los hombros de Adair, se quitó las zapatillas con los pies, antes de abandonarlo completamente para ir a chusmear alguna cosa, acto que no fue más que rodar los ojos por la habitación preguntándose que diablos se suponía que iban a hacer allí, y ocurriéndosele una única respuesta… No quería empezar a pensar tonterías de nuevo, por lo que desistió de todo intento evasivo y…- linda habitación…-
No dejó de besarlo ni un segundo y si se detuvo fue porque él lo hizo. Se sonreía apenada por lo que le estaba diciendo, y se mordió el labio cerrando los ojos cuando sus propias palabras eran dichas por él. Si no fuera porque entendía que era una broma, se hubiera puesto terriblemente mal… Pero ya empezaba a conocer los modos de Adair, no era como cuando Gianna o Pearlie daban sitio a la moral inmaculada, por suerte el chico no era para nada así.
Se recargó sobre la puerta y no contestó más que siguiéndolo con la mirada. Atajó la prenda que le correspondía al vuelo y sin dilación se quitó la sudadera de Autumn que llevaba para ponerse aquella, que de otro modo, por ejemplo si un segundo hubiera habido para pensar que acaba de quedar en sujetador frente a Adair a solas, no lo hubiera hecho… A quien quería engañar?? Muy probablemente si lo hubiera pensado, también lo hubiera hecho! Solo que a conciencia y con una sonrisita pícara en los labios, y no así como si estuviera entre amigas.
Se dio cuenta en ese momento del cinco que llevaba en las ropas y sonrió recordando todo lo anterior. Hizo dos pasos hasta Adair para decirle alguna tontería sobre eso o el tatuaje, pero cuando estuvo frente a él, frente a su torso desnudo pues la cabeza aun estaba enredada en la ropa limpia, cambió de plan total. Con sus manos indiscretas recorrió el cuerpo de Adair hasta tomar la camiseta limpia que aun no terminaba de ponerse, para impedir que eso sucediera y dejarla caer al piso – para que te vistes? – Era un pecado que estuviera vestido! Que no lo sabía?
De inmediato lo beso intensamente, porque moría de ganas, y de vergüenza por lo que acaba de hacer y era demasiado tarde para volver pasos atrás… Lo hecho, hecho estaba no iba a agacharse y devolverle la prenda simplemente porque prefería mil veces gastar el tiempo en cosas más… “interesantes”… como hacer mínima la distancia entre ellos, acariciarle la nuca o lamer su labios para terminar presionando la cercanía hasta que sus lenguas no pudieran ir más profundo… Sofie! Basta! se obligó a intentar terminar con aquello, despegándose a penas, pero se arrepintió y volvió a besarlo, ahora si un poco más delicadamente, recuperando las gentilezas, para apartarse finalmente.
Sosteniéndose en los hombros de Adair, se quitó las zapatillas con los pies, antes de abandonarlo completamente para ir a chusmear alguna cosa, acto que no fue más que rodar los ojos por la habitación preguntándose que diablos se suponía que iban a hacer allí, y ocurriéndosele una única respuesta… No quería empezar a pensar tonterías de nuevo, por lo que desistió de todo intento evasivo y…- linda habitación…-
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Las calidas manos de Sofie recorriendo su torso desde el abdomen hasta alcanzar la camiseta, llamaron su atención casi en un instante. En un termino medio entre anonadado, sorprendido y maravillado, Adair, sin rechistar (a ver quien era el capullo que lo hacía) dejó que tanto que hiciera como deshiciera a su gusto, mirándola con un brillo en los ojos especial, mezcla de deseo y fascinación – No se en que estaba pensando – respondió con la voz baja, tranquila pero con un tono tentador. Revisó el cuerpo de la chica con lasciva y es que su propia camiseta en el cuerpo de Sofie la hacia resaltar más a sus ojos, más exultante y apetecible.
Recibió el beso de la chica con ansias como si todo lo ocurrido solo unos minutos atrás hubiera desaparecido gracias a la acción de un obliviate. La envolvió entre sus brazos, dejando la mano derecha justo donde la espalda perdía el nombre y la izquierda en una de sus clavículas. Bastó un golpe firme para pegarla más a él, Adair respondía con el mismo frenesí, buscando la humedad de sus labios y riendo entre dientes cuando ella con toda la osadía, lamió sus labios. No tuvo tiempo de tomar aire qué Sofie ya estaba dando otro beso, más calmado que permitió a Adair bordear su cintura y acariciar el contorno con la yema de los dedos. La descarada después de eso, usó sus hombros como apoyo para quitarse los zapatos y pese a que sentía el dolor palpante de su hombro (Tras el golpe de la bludger enviada por su padre), el muchacho estaba tan hechizado por los labios de Luttrell que hasta olvidó el dolor aunque si que notó algo palpitar mas abajo de su cintura.
La dejó ir para devorarla con la mirada desde su posición. Quieto y atento, esperando la oportunidad para terminar con toda aquella tontería que acabaría por poner enfermo su estado de salud que no tenía nada que envidiar a un roble, aguardó paciente hasta que ella lanzó aquel comentario, sutil e inocente, para romper el silencio. El muchacho eliminó las distancias casi en dos pasos y la tomó en volandas, quisiera o no quisiera, si provocaba con esa cándida apariencia ahora debía ser responsable con sus acciones y saciar su apetito.
Ya sin tanta delicadeza, la dejó encima de la cama, entre las sábanas aún deshechas y él se colocó encima de ella, empezando a besar su cuello con hambre tal como hizo en la cocina antes del toque de atención – Sofie… no me provoques… - gruñó contra su cuello paseando sus ágiles manos a través del pantalón de deporte de la chica que de un solo tirón certero, bajó hasta sus tobillos – y menos así… - agregó, subiendo un poco su propia camiseta prestada a la chica hasta un poco más arriba del ombligo. Bajó la cabeza hasta ese lugar donde posó algunos besos más tranquilos, rodeando el vientre para alcanzar la ropa interior de Sofie, sin llegar a tocarla con los labios pero sonriendo.
Bajó aún más los besos hasta llegar a su muslo. Tomó el derecho entre sus manos, acabó por desprender el pantalón de su tobillo (junto a los calcetines) y empezó a lamer la cara interna de la pierna, subiendo lentamente hasta el muslo donde cambió otra vez a besos y fue ascendiendo paulatinamente, tomándose todo el tiempo del mundo hasta alcanzar de nuevo, la ropa interior estampada, donde dejó unos segundos su respiración jugar contra la fina tela antes de subir de nuevo para besar el cuello de la chica - ¿Paramos, Sofie? – la verdad es que no tenia muchas intenciones pero ya que la chica había recalcado la importancia de “no tirarsela” iba a preguntárselo con toda la galantería que ella requería.
Recibió el beso de la chica con ansias como si todo lo ocurrido solo unos minutos atrás hubiera desaparecido gracias a la acción de un obliviate. La envolvió entre sus brazos, dejando la mano derecha justo donde la espalda perdía el nombre y la izquierda en una de sus clavículas. Bastó un golpe firme para pegarla más a él, Adair respondía con el mismo frenesí, buscando la humedad de sus labios y riendo entre dientes cuando ella con toda la osadía, lamió sus labios. No tuvo tiempo de tomar aire qué Sofie ya estaba dando otro beso, más calmado que permitió a Adair bordear su cintura y acariciar el contorno con la yema de los dedos. La descarada después de eso, usó sus hombros como apoyo para quitarse los zapatos y pese a que sentía el dolor palpante de su hombro (Tras el golpe de la bludger enviada por su padre), el muchacho estaba tan hechizado por los labios de Luttrell que hasta olvidó el dolor aunque si que notó algo palpitar mas abajo de su cintura.
La dejó ir para devorarla con la mirada desde su posición. Quieto y atento, esperando la oportunidad para terminar con toda aquella tontería que acabaría por poner enfermo su estado de salud que no tenía nada que envidiar a un roble, aguardó paciente hasta que ella lanzó aquel comentario, sutil e inocente, para romper el silencio. El muchacho eliminó las distancias casi en dos pasos y la tomó en volandas, quisiera o no quisiera, si provocaba con esa cándida apariencia ahora debía ser responsable con sus acciones y saciar su apetito.
Ya sin tanta delicadeza, la dejó encima de la cama, entre las sábanas aún deshechas y él se colocó encima de ella, empezando a besar su cuello con hambre tal como hizo en la cocina antes del toque de atención – Sofie… no me provoques… - gruñó contra su cuello paseando sus ágiles manos a través del pantalón de deporte de la chica que de un solo tirón certero, bajó hasta sus tobillos – y menos así… - agregó, subiendo un poco su propia camiseta prestada a la chica hasta un poco más arriba del ombligo. Bajó la cabeza hasta ese lugar donde posó algunos besos más tranquilos, rodeando el vientre para alcanzar la ropa interior de Sofie, sin llegar a tocarla con los labios pero sonriendo.
Bajó aún más los besos hasta llegar a su muslo. Tomó el derecho entre sus manos, acabó por desprender el pantalón de su tobillo (junto a los calcetines) y empezó a lamer la cara interna de la pierna, subiendo lentamente hasta el muslo donde cambió otra vez a besos y fue ascendiendo paulatinamente, tomándose todo el tiempo del mundo hasta alcanzar de nuevo, la ropa interior estampada, donde dejó unos segundos su respiración jugar contra la fina tela antes de subir de nuevo para besar el cuello de la chica - ¿Paramos, Sofie? – la verdad es que no tenia muchas intenciones pero ya que la chica había recalcado la importancia de “no tirarsela” iba a preguntárselo con toda la galantería que ella requería.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Un intento de grito que se convirtió en carcajada total, fue la reacción de Sofie a todo lo que sucedía, el ser lanzada sobre la cama, que le quitara los pantalones, al gruñido sobre su cuello. – Yo no hice nada – se excusó entre risas al tiempo que le permitía a Adair que hiciera lo que le diera la gana. No solo volvía a su cuerpo aquella excitación infame que había vivido en la enfermería, sino que se estaba divirtiendo como nunca con todo aquello. No sabía porque, pero estar feliz debía ser un factor determinante para no poder borrar la sonrisa siquiera cuando tenía que mezclarla con suspiros.
Para ella no había obliviates, sino la lógica de que le gustaba Adiar como nadie y que había escuchado de él mucho más de lo que hubiera podido pedir. Estiró los brazos por abarcar la cama toda, al tiempo que cada beso le hacía cerrar los ojos, morderse el labio, pero no preguntarse que diablos estaba haciendo, pues ya no estaba pensando. Alzó la cabeza solo un poco para ver como Adair recorría con la lengua su pierna. Le gustaba tantísimo todo lo que él hacía. Todo! Hasta quedarse respirando sobre sus bragas, por más que los nervios por verlo tan cerca de ahí fueran inevitables.
Le atrapó, posando una mano en su nuca, para que ni se moviera y poder contestar a su pregunta con otra al oído - ¿quieres que te asesine? – No lo pensó, nada de eso, solo se estaba dejando llevar completamente, por la humedad entre las piernas, la tención en su estómago y esas ganas locas de que la tocara en las zonas más sensibles de una puta vez. Se reacomodó debajo de él, un par de veces provocando roses espontáneos, solo porque no lograba quedarse quieta. Le recorrió la espalda con los dedos, hasta juntar ambas manos a los lados del rostro de Adiar y giarlo a que la besara…
Después de todo eso, quizá mucho después de lo pertinente, se dio cuenta de lo que en verdad implicaba toda la situación…. Se iba a acostar con Adair!! Iba a hacerlo!! O SEA!! En ese momento!!! Que incluso ya lo estaba haciendo!!!... Ahora si, tuvo un segundo para darse cuenta de todo el contexto de aquello, de lo que en verdad había propuesto a Adair al decirle “si te detienes te asesino”… Y con esos nervios volvía a ella la necesidad de hablar hasta por los codos, de aclarar ciertas cosas como… - la puerta! –
Aunque eso no era nada, también hubiera querido aclararse que más vale se cuidara y que no dijera ninguna frase ñoña tipo “te duele?” porque mataría la situación… O que la disculpara en ese momento, pues en vez de dejarlo solucionar lo de la puerta, lo seguía reteniendo entre sus brazos, besándole en el cuello, por esa mezcla de ganas de comérselo todo y por otro lado no querer enfrentar la vergüenza de no saber que diablos estaba haciendo, si el llegaba a separarse un milímetro y a ella se le daba por salir corriendo... Pero lo iba a tener que soltar en algún momento no?... al menos para que el chico pudiera sacarse los pantalones?... No! no quería soltarlo, porque no quería arrepentirse como había pasado en la enfermería.
Para ella no había obliviates, sino la lógica de que le gustaba Adiar como nadie y que había escuchado de él mucho más de lo que hubiera podido pedir. Estiró los brazos por abarcar la cama toda, al tiempo que cada beso le hacía cerrar los ojos, morderse el labio, pero no preguntarse que diablos estaba haciendo, pues ya no estaba pensando. Alzó la cabeza solo un poco para ver como Adair recorría con la lengua su pierna. Le gustaba tantísimo todo lo que él hacía. Todo! Hasta quedarse respirando sobre sus bragas, por más que los nervios por verlo tan cerca de ahí fueran inevitables.
Le atrapó, posando una mano en su nuca, para que ni se moviera y poder contestar a su pregunta con otra al oído - ¿quieres que te asesine? – No lo pensó, nada de eso, solo se estaba dejando llevar completamente, por la humedad entre las piernas, la tención en su estómago y esas ganas locas de que la tocara en las zonas más sensibles de una puta vez. Se reacomodó debajo de él, un par de veces provocando roses espontáneos, solo porque no lograba quedarse quieta. Le recorrió la espalda con los dedos, hasta juntar ambas manos a los lados del rostro de Adiar y giarlo a que la besara…
Después de todo eso, quizá mucho después de lo pertinente, se dio cuenta de lo que en verdad implicaba toda la situación…. Se iba a acostar con Adair!! Iba a hacerlo!! O SEA!! En ese momento!!! Que incluso ya lo estaba haciendo!!!... Ahora si, tuvo un segundo para darse cuenta de todo el contexto de aquello, de lo que en verdad había propuesto a Adair al decirle “si te detienes te asesino”… Y con esos nervios volvía a ella la necesidad de hablar hasta por los codos, de aclarar ciertas cosas como… - la puerta! –
Aunque eso no era nada, también hubiera querido aclararse que más vale se cuidara y que no dijera ninguna frase ñoña tipo “te duele?” porque mataría la situación… O que la disculpara en ese momento, pues en vez de dejarlo solucionar lo de la puerta, lo seguía reteniendo entre sus brazos, besándole en el cuello, por esa mezcla de ganas de comérselo todo y por otro lado no querer enfrentar la vergüenza de no saber que diablos estaba haciendo, si el llegaba a separarse un milímetro y a ella se le daba por salir corriendo... Pero lo iba a tener que soltar en algún momento no?... al menos para que el chico pudiera sacarse los pantalones?... No! no quería soltarlo, porque no quería arrepentirse como había pasado en la enfermería.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
La respuesta de Sofie fue lo suficiente explicita para que Adair captara el mensaje. “¿Quieres que te asesine?”, no, su intención era prevalecer inmortal hasta el fin del mundo así que para mantener sus perspectivas de futuro junto a sus sueños y esperanzas debería ceder a los encantos de la rubia. Las manos del muchacho paseaban con tranquilidad palpando la piel suave de los muslos de Sofie. Brackminster acarició hasta llegar a la tira de sus bragas, las cuales bajó lentamente sin ponerle mucha prisa mientras la chica reconducía su boca hasta la suya propia para terminar por sellar el trato con un profundo beso, ávido y húmedo. Enloquecía por momentos. Sofie tenía la mezcla exacta. Navegaba a la deriva entre la dulce cándida muchachita que quería aparentar delante de todo el mundo, tímida y vergonzosa pero también poseía otra naturaleza más salvaje, sabía provocar, tentar y desear… ante esa deliciosa mezcla, ¿Quién podía resistirse?
En medio del frenesí, logró escuchar la sugerencia de la muchacha respecto a la puerta. Adair sonrío sin dejar de degustar sus labios, alargó una mano y palpó encima la mesita para hallar su varita que recordaba haber dejado allí. Los roces entre las dos intimidades se hacia cada vez más efusiva y la ropa a Adair empezaba a molestarle, en especial la que oprimía la palpable erección de su entrepierna. Logró acariciar con la punta de sus dedos la superficie de caoba de su varita pero cuando intentó cogerla con sus dedos se resbaló, cayó inevitablemente al suelo – Mierda… -gruñó lamiendo el labio inferior de la chica por última vez antes de dejarse caer hacia un lado para intercambiar posiciones, ahora él tumbado boca arriba y sentando a Sofie sin ningún decoro encima de su entrepierna. Llevó una de sus manos a la espalda, empujó a la chica hacia él y volvió a besarla a los labios mientras subía la camiseta con el cinco de Gryffindor lentamente hasta lograr arrancársela del cuerpo de un jalón para tirarla por cualquier lugar.
Bastó una sola mirada a su cuerpo casi desnudo para excitarse aún más y deseoso por probar cada rincón, buscó con la mano de la espalda la nuca de la chica, obligó a que tirara la cabeza hacia arriba y alargando el cuello, empezó a lamer su cuello mientras intercalaba mordidas. Usó la otra mano, la libre, para continuar palpando ahora por el suelo hasta hallar la varita que tomó entre dos de sus manos para enarbolarla hacia la puerta – Permíteme, debo cumplir con tus deseos – lanzó un hechizo que cerró la puerta a fin de evitar las constantes interrupciones de su familia (ahora más que nunca) y aprovechó el despiste para deshacer con la otra mano el cierre del sujetador de Sofie – ¿Por donde íbamos?… ah, si… el sujetador sobra - volvió a dejar caer la varita en el suelo, aprovecha la libertad de ambas manos para arrancarle el sujetador y… volvió a cambiar de posiciones para quedar él de nuevo encima y entre sus piernas. Dejó los labios de la rubia para otro momento y bajó para empezar a chupar sus pezones jugueteando con su lengua sobre la zona mientras las manos iban hacia abajo, inmiscuyéndose sin pudor dentro de las bragas de la chica para empezar a acariciar con suavidad para excitarla, tentando con meter un dedo dentro de ella pero guardándose las ganas pues quería escuchar la petición de sus labios.
En medio del frenesí, logró escuchar la sugerencia de la muchacha respecto a la puerta. Adair sonrío sin dejar de degustar sus labios, alargó una mano y palpó encima la mesita para hallar su varita que recordaba haber dejado allí. Los roces entre las dos intimidades se hacia cada vez más efusiva y la ropa a Adair empezaba a molestarle, en especial la que oprimía la palpable erección de su entrepierna. Logró acariciar con la punta de sus dedos la superficie de caoba de su varita pero cuando intentó cogerla con sus dedos se resbaló, cayó inevitablemente al suelo – Mierda… -gruñó lamiendo el labio inferior de la chica por última vez antes de dejarse caer hacia un lado para intercambiar posiciones, ahora él tumbado boca arriba y sentando a Sofie sin ningún decoro encima de su entrepierna. Llevó una de sus manos a la espalda, empujó a la chica hacia él y volvió a besarla a los labios mientras subía la camiseta con el cinco de Gryffindor lentamente hasta lograr arrancársela del cuerpo de un jalón para tirarla por cualquier lugar.
Bastó una sola mirada a su cuerpo casi desnudo para excitarse aún más y deseoso por probar cada rincón, buscó con la mano de la espalda la nuca de la chica, obligó a que tirara la cabeza hacia arriba y alargando el cuello, empezó a lamer su cuello mientras intercalaba mordidas. Usó la otra mano, la libre, para continuar palpando ahora por el suelo hasta hallar la varita que tomó entre dos de sus manos para enarbolarla hacia la puerta – Permíteme, debo cumplir con tus deseos – lanzó un hechizo que cerró la puerta a fin de evitar las constantes interrupciones de su familia (ahora más que nunca) y aprovechó el despiste para deshacer con la otra mano el cierre del sujetador de Sofie – ¿Por donde íbamos?… ah, si… el sujetador sobra - volvió a dejar caer la varita en el suelo, aprovecha la libertad de ambas manos para arrancarle el sujetador y… volvió a cambiar de posiciones para quedar él de nuevo encima y entre sus piernas. Dejó los labios de la rubia para otro momento y bajó para empezar a chupar sus pezones jugueteando con su lengua sobre la zona mientras las manos iban hacia abajo, inmiscuyéndose sin pudor dentro de las bragas de la chica para empezar a acariciar con suavidad para excitarla, tentando con meter un dedo dentro de ella pero guardándose las ganas pues quería escuchar la petición de sus labios.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
"mierda” y Sofie volvía a reír, una forma obvia de canalizar los nervios, pero también porque no había pensado en ningún momento que lo que buscaba Adair fuera la varita para cerrar la puerta. Se sonreía de lo tonta que era por aquello de no acostumbrarse a la magia para nada, ni las cosas tan simples como un fermaportus que de libro sabía de memoria… Se le escapó un suspiro al sentarse sobre él y se dejó caer sobre su torso repasando con ambas manos desde la cintura hasta sus hombros ejerciendo una presión excesiva en todo el trayecto. Esta vez ya no importaba que se notara como sus caderas buscaban el contacto o lo mucho que le gustaba repasar y una y otra vez ese cuerpo de jugador de quidditch perfecto.
Estaba convencida, era un pecado que andase vestido por la vida!. Arqueó la espalda y a cada beso su respiración se entre cortaba, provocando un mínimo ruido imperceptible si no fuera porque iba directo al oído de Adair, a quien abrazaba con ambas manos sin poder evitar empezar a hacer uso de sus largas uñas… No escuchó de que le estaba hablando pero asintió automáticamente sin prestarle ninguna atención en absoluto, estaba muy ocupada tratando de animarse a llevar sus manos hasta el pantalón de Adair para desabrocharlo o algo… cuando tuvo que usar las mismas para permitir que el sostén quedara fuera de juego.
Mejor pensó de inmediato, así no hacía tonterías o quedaba como una loca o esos prejuicios que por supuesto aun rondaban en su mente. Pero no había moral que pudiera cuando se encontró de nuevo espalda contra el colchón, con Adair sobre ella, y la visión de sus propios pechos desnudos subiendo y bajando por ese corazón que le latía a mil por hora, con Adair besándolos, con Adair salteándose la decencia que proponían las bragas, con Adair tocando lo que nadie antes… Anteriormente había pensando que se estaba muriendo, pero ahora REALMENTE se estaba muriendo de placer.
No supo cuando, ni como hizo, pero logró colar una mano entre el cuerpo de ambos, con la primera intención de quitar los pantalones del camino, ayudada por la otra que yacía en la cintura del muchacho, pero en vez de eso, se sorprendió a si misma tocando primero apenas luego no tanto, el miembro del chico… primero sobre los pantalones, ya luego descaradamente… No tenía idea de qué estaba haciendo, sería evidente que no lo había hecho jamás, pero si Adair metía mano en sus bragas, ella también tenía derecho, no?
Eso ya no daba para más, no solo estaban los apagados gemidos de ambos, sino el sonido lógico de los cuerpos entre si llenando la habitación, todo, todo, todo sumaba a que el calor fuera sofocante, y la decencia mínima… Y Sofie tenía esa sensación dentro, de que si no sucedía algo pronto, por ejemplo que él desapareciera mágicamente, iba a empezar a gritar como loca de la ansiedad… Sacó sus manos pensando que mejor desaparecía ella, y listo! Pero en vez de eso, jaló los pantalones a ajenos con interiores y todo, hasta donde pudo con las manos, luego usando las piernas, luego incluso enganchándolos con sus pies, hasta que desaparecieran de la puta faz de la tierra por dios!! - Me muero… has algo... – expuso con un tono idéntico al lamento caprichoso e infantil, de niñita consentida que ni sabe lo que quiere, pero lo quiere ya!
Estaba convencida, era un pecado que andase vestido por la vida!. Arqueó la espalda y a cada beso su respiración se entre cortaba, provocando un mínimo ruido imperceptible si no fuera porque iba directo al oído de Adair, a quien abrazaba con ambas manos sin poder evitar empezar a hacer uso de sus largas uñas… No escuchó de que le estaba hablando pero asintió automáticamente sin prestarle ninguna atención en absoluto, estaba muy ocupada tratando de animarse a llevar sus manos hasta el pantalón de Adair para desabrocharlo o algo… cuando tuvo que usar las mismas para permitir que el sostén quedara fuera de juego.
Mejor pensó de inmediato, así no hacía tonterías o quedaba como una loca o esos prejuicios que por supuesto aun rondaban en su mente. Pero no había moral que pudiera cuando se encontró de nuevo espalda contra el colchón, con Adair sobre ella, y la visión de sus propios pechos desnudos subiendo y bajando por ese corazón que le latía a mil por hora, con Adair besándolos, con Adair salteándose la decencia que proponían las bragas, con Adair tocando lo que nadie antes… Anteriormente había pensando que se estaba muriendo, pero ahora REALMENTE se estaba muriendo de placer.
No supo cuando, ni como hizo, pero logró colar una mano entre el cuerpo de ambos, con la primera intención de quitar los pantalones del camino, ayudada por la otra que yacía en la cintura del muchacho, pero en vez de eso, se sorprendió a si misma tocando primero apenas luego no tanto, el miembro del chico… primero sobre los pantalones, ya luego descaradamente… No tenía idea de qué estaba haciendo, sería evidente que no lo había hecho jamás, pero si Adair metía mano en sus bragas, ella también tenía derecho, no?
Eso ya no daba para más, no solo estaban los apagados gemidos de ambos, sino el sonido lógico de los cuerpos entre si llenando la habitación, todo, todo, todo sumaba a que el calor fuera sofocante, y la decencia mínima… Y Sofie tenía esa sensación dentro, de que si no sucedía algo pronto, por ejemplo que él desapareciera mágicamente, iba a empezar a gritar como loca de la ansiedad… Sacó sus manos pensando que mejor desaparecía ella, y listo! Pero en vez de eso, jaló los pantalones a ajenos con interiores y todo, hasta donde pudo con las manos, luego usando las piernas, luego incluso enganchándolos con sus pies, hasta que desaparecieran de la puta faz de la tierra por dios!! - Me muero… has algo... – expuso con un tono idéntico al lamento caprichoso e infantil, de niñita consentida que ni sabe lo que quiere, pero lo quiere ya!
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Justo cuando iba a dar un pasó más allá, invadiendo con uno de sus dedos la intimidad de la chica, una mano traviesa se coló entre los dos cuerpos para alcanzar…su, vaya, entrepierna. Adair que estaba lamiendo el pezón de Sofie, alzó un poco la cabeza para mirar a la chica incapaz de creerse la osadía pero complacido (muy complacido) mordió el trozo de Sofie que tenía entre sus dientes y dejó escapar un jadeo de placer cuando la infame dejó la decencia a un lado para empezar a tocar sin pudor. La cabeza ya no funcionaba del mismo modo, tener la mano de la chica tocando y excitando aún más su talón de Aquiles era como anular su parte coherente para dejar paso a los deseos más bajos y calientes.
En cuanto ella empezó a quitar con ansiedad sus pantalones, Adair captó la indirecta. Metió un dedo dentro del interior sin llegar a resultar muy brusco solo para excitarla aún más y prepararla para el siguiente paso, el definitivo. Lamió desde el nacimiento de sus pechos hasta su cuello para terminar dándole mordiscos hambrientos justo debajo de su mentón. Las palabras de Sofie fueron como un bálsamo para sus oídos, sacó la mano abruptamente, tomó el trozo de tela y la rompió sin casi esfuerzo. Tras lanzar el trozo de tela hacia un lado para meterse entre sus piernas, usó sus rudas manos para abrírselas y hacerse un generoso hueco entre ellas.
No iba a dudar ni a pedirle permiso pues Sofie ya había usado todo el lenguaje corporal y verbal para dejarle claro que quería aquello. Tomó solo un segundo para cuidarse a fin de evitar sustos futuros y después con sus manos, agarró la cintura de la chica para empujar el cuerpo de la rubia hacia abajo. La miró a los ojos para comprobar por última vez que no estaba errado en sus deducciones, sonrío de forma enigmática y bajó su cuello para besar otra vez sus labios, distrayendo su atención del momento exacto en que empezó a entrar con lentitud en su interior, usando las manos para levantar un poco su cintura y facilitar el movimiento.
Lamió sus labios, mordió el inferior mientras se adentraba aún más en ella y apretó sus dedos entorno a su cintura intentando no sobrexcederse en la fuerza aunque la ansiedad era la peor consejera. Una vez dado el último paso, ya tras romper las barreras de la inocencia, Adair paró un segundo. No mencionó nada en ese momento solo atrapó el labio inferior de Sofie entre sus dientes mientras la miraba a los ojos, dejando fluir todos sus pensamientos a través de ellos y dejó que se adaptara. Fue solo cuestión de un suspiro la tregua otorgada por el moreno a Luttrell, partir de ahí, empezó a moverse lentamente incrementando el ritmo de sus embestidas a medida que sus jadeos se tornaban más sonoros. Recorría con una de sus manos el cuerpo de la chica mientras la otra ejercía de punto de apoyo y sus labios, ansiosos, buscaron otra vez uno de sus pezones para entretenerse. Era la maldita tentación en persona y él no tenía la culpa de someterse a sus encantos.
En cuanto ella empezó a quitar con ansiedad sus pantalones, Adair captó la indirecta. Metió un dedo dentro del interior sin llegar a resultar muy brusco solo para excitarla aún más y prepararla para el siguiente paso, el definitivo. Lamió desde el nacimiento de sus pechos hasta su cuello para terminar dándole mordiscos hambrientos justo debajo de su mentón. Las palabras de Sofie fueron como un bálsamo para sus oídos, sacó la mano abruptamente, tomó el trozo de tela y la rompió sin casi esfuerzo. Tras lanzar el trozo de tela hacia un lado para meterse entre sus piernas, usó sus rudas manos para abrírselas y hacerse un generoso hueco entre ellas.
No iba a dudar ni a pedirle permiso pues Sofie ya había usado todo el lenguaje corporal y verbal para dejarle claro que quería aquello. Tomó solo un segundo para cuidarse a fin de evitar sustos futuros y después con sus manos, agarró la cintura de la chica para empujar el cuerpo de la rubia hacia abajo. La miró a los ojos para comprobar por última vez que no estaba errado en sus deducciones, sonrío de forma enigmática y bajó su cuello para besar otra vez sus labios, distrayendo su atención del momento exacto en que empezó a entrar con lentitud en su interior, usando las manos para levantar un poco su cintura y facilitar el movimiento.
Lamió sus labios, mordió el inferior mientras se adentraba aún más en ella y apretó sus dedos entorno a su cintura intentando no sobrexcederse en la fuerza aunque la ansiedad era la peor consejera. Una vez dado el último paso, ya tras romper las barreras de la inocencia, Adair paró un segundo. No mencionó nada en ese momento solo atrapó el labio inferior de Sofie entre sus dientes mientras la miraba a los ojos, dejando fluir todos sus pensamientos a través de ellos y dejó que se adaptara. Fue solo cuestión de un suspiro la tregua otorgada por el moreno a Luttrell, partir de ahí, empezó a moverse lentamente incrementando el ritmo de sus embestidas a medida que sus jadeos se tornaban más sonoros. Recorría con una de sus manos el cuerpo de la chica mientras la otra ejercía de punto de apoyo y sus labios, ansiosos, buscaron otra vez uno de sus pezones para entretenerse. Era la maldita tentación en persona y él no tenía la culpa de someterse a sus encantos.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
No quería ver. Por más tonto que sonase eso, desde el momento que entendió que sus deseos serían cumplidos, desde que Adair quitó las bragas de en medio, ladeó el rostro hacia cualquier costado, perdiéndose las sonrisas del chico o cualquier otra cosa, dejándo que él se encargara de ubicar las piernas a los lados y todo lo demás que fuera necesario. No era un minuto de silencio por su inocencia perdida, pero casi… Le correspondió al beso como pudo, apenas apoyando una mano en la espalda de Adair y la otra flotando sobre el colchón más allá, como en un momento de extraña tensión donde uno no se anima a dejarse llevar del todo.
No dejaba de desearlo, ni se arrepentía ni nada de eso, ni su calentura había bajado, sin embargo aquello se sentía mucho más extraño, muchísimo más invasivo de lo que había imaginado que sería. Lo miró a los ojos como él hacía y le sonrió cómplice creyendo que ya todo estaba hecho, reiniciando las caricias olvidadas al tiempo que él empezaba a moverse y aunque suave, una vez, otra vez, otra vez… ardía o algo. No era un dolor imposible pero… no lo pudo evitar: clavó sus uñas en las costillas de Adiar, no sensual ni nada de eso, sino como acto único de llamarle la atención y cerrando los ojos porque no quería ni verlo a la cara se tomó otro segundo de silencio y… quietud sobre todas las cosas.
Capaz dos segundos pero no más… se removió con cuidado debajo de Adair, arqueó un poco la espalda, abrió un poco más las piernas. Solo estaba buscando un punto más cómodo, o acostumbrarse o… No sabía qué y actuaba por instinto más que nada… se peinó el cabello también, y buscó con ambas manos el rostro del chico para llevarlo hasta ella y volverlo a besar, y así volver a poner el marcha sus caderas, para ver que tal ahora, como tanteando el terreno… Ok. Ya estaba mejor.. ahora si… capaz… capaz no… si, si! definitivamente si!
Abrió los ojos por fin, ahora si convencida de que lo peor ya había pasado, de que a cada movimiento las cosas iban mejorando y no empeorando como antes, de que el ardor se convertía en anécdota y nuevamente volvían a ella esas ganas de sonreír por nada, de buscarlo cualquier parte de Adair para besarlo, para acariciarlo, para comérselo con uñas y dientes… Y eso hizo, si lo había retenido de algún modo, dejó aquello y se dedicó a recorrerle la espalda con las manos, presionándolo hacia ella para que sus torsos se rozaran, para poder acariciarle la nuca cuando él descendía a lamerle los pezones y esas cosas que tan caliente volvían todo…
Fue cuestión de segundos que su respirar volviera a ser audible, que retornaran a ella esa ganas de que Adair solucionara todo terminando de matarla, que a la vez el juego no concluyera nunca, para así vivir en un sueño de sábanas donde era la más deseada, y la más feliz, tanto como para sonreír con los ojos entre jadeo y modiditas recreativas a sus brazos… Unos pasos se oyeron del otro lado de la puerta, y Sofie frunció los labios para no estallar en carcajadas nerviosas… MY GOSH!! Por un momento se había olvidado de donde estaba! De quienes estaban del otro lado.
– estamos… locos – articuló en susurros una palabra a la vez pues en medio tuvo que tragarse un gemido porque podría haber sido infame… Le buscó el rostro y le dio mil cotitos besos, porque quería y para que Adair bajara el tono de sus gruñidos también. No iba a negarlo si le preguntaban, que no! que no quería que nadie fuera escuchara lo que pasaba dentro… Pero que si… que ponía y mucho saber que había gente dando vueltas por ahí… aunque eso último, obvio!, no lo iba a admitir jamás de los jamases.
No dejaba de desearlo, ni se arrepentía ni nada de eso, ni su calentura había bajado, sin embargo aquello se sentía mucho más extraño, muchísimo más invasivo de lo que había imaginado que sería. Lo miró a los ojos como él hacía y le sonrió cómplice creyendo que ya todo estaba hecho, reiniciando las caricias olvidadas al tiempo que él empezaba a moverse y aunque suave, una vez, otra vez, otra vez… ardía o algo. No era un dolor imposible pero… no lo pudo evitar: clavó sus uñas en las costillas de Adiar, no sensual ni nada de eso, sino como acto único de llamarle la atención y cerrando los ojos porque no quería ni verlo a la cara se tomó otro segundo de silencio y… quietud sobre todas las cosas.
Capaz dos segundos pero no más… se removió con cuidado debajo de Adair, arqueó un poco la espalda, abrió un poco más las piernas. Solo estaba buscando un punto más cómodo, o acostumbrarse o… No sabía qué y actuaba por instinto más que nada… se peinó el cabello también, y buscó con ambas manos el rostro del chico para llevarlo hasta ella y volverlo a besar, y así volver a poner el marcha sus caderas, para ver que tal ahora, como tanteando el terreno… Ok. Ya estaba mejor.. ahora si… capaz… capaz no… si, si! definitivamente si!
Abrió los ojos por fin, ahora si convencida de que lo peor ya había pasado, de que a cada movimiento las cosas iban mejorando y no empeorando como antes, de que el ardor se convertía en anécdota y nuevamente volvían a ella esas ganas de sonreír por nada, de buscarlo cualquier parte de Adair para besarlo, para acariciarlo, para comérselo con uñas y dientes… Y eso hizo, si lo había retenido de algún modo, dejó aquello y se dedicó a recorrerle la espalda con las manos, presionándolo hacia ella para que sus torsos se rozaran, para poder acariciarle la nuca cuando él descendía a lamerle los pezones y esas cosas que tan caliente volvían todo…
Fue cuestión de segundos que su respirar volviera a ser audible, que retornaran a ella esa ganas de que Adair solucionara todo terminando de matarla, que a la vez el juego no concluyera nunca, para así vivir en un sueño de sábanas donde era la más deseada, y la más feliz, tanto como para sonreír con los ojos entre jadeo y modiditas recreativas a sus brazos… Unos pasos se oyeron del otro lado de la puerta, y Sofie frunció los labios para no estallar en carcajadas nerviosas… MY GOSH!! Por un momento se había olvidado de donde estaba! De quienes estaban del otro lado.
– estamos… locos – articuló en susurros una palabra a la vez pues en medio tuvo que tragarse un gemido porque podría haber sido infame… Le buscó el rostro y le dio mil cotitos besos, porque quería y para que Adair bajara el tono de sus gruñidos también. No iba a negarlo si le preguntaban, que no! que no quería que nadie fuera escuchara lo que pasaba dentro… Pero que si… que ponía y mucho saber que había gente dando vueltas por ahí… aunque eso último, obvio!, no lo iba a admitir jamás de los jamases.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Adair mostró una sonrisa ladeada cuando subió buscando otra vez sus labios. La locura estaba codificada en los genes Brackminster, todos y cada uno de los miembros de la familia sufría algún tipo de demencia en mayor o peor grado, él, era un obseso sexual y fíjate, no había salido tan mal. Si Sofie quería que el moreno bajara el tono de los gruñidos obtuvo la respuesta contraria, el chico puso más empeño en jadear y en querer hacer que gritara hasta que se quedara sin aliento. ¿Qué importaba su familia? Total, él había tenido que aguantar mucho más.
Hundió de nuevo los dedos en su suave piel, empujó su cuerpo hacia abajo, profundizando el movimiento. Perdió unos instantes sus ojos miel en los de la chica antes de besarla de nuevo, bebiendo de ella y explorando con su lengua su boca en lo que sus manos se movían por las piernas de Sofie de arriba abajo varias veces hasta que el cansancio las venció. Quedaron apoyadas en sus muslos, unos minutos después los rodeó para levantar la cintura de la chica desde abajo. El cuerpo del Adair se movía a manera acompasada a un ritmo constante y profundizaba un poco más en cada embestida mientras lamía el cuello de la chica, chupaba y mordía antes de bajar más, saciando su sed de ambos pechos y mordiendo sus sonrosados pezones.
Los jadeos eran cada vez más quedos, un sudor perlado cubría su frente y Adair aún perdido en el más puro hedonismo no caía en la cuenta de todas las cosas en las que aquella situación acabaría por ofrecerle. Sacó el miembro de dentro de Sofie durante unos segundos para intercambiar de nuevo las posiciones, el joven tenía ganas de comprobar si sus hipótesis iniciales sobre la lujuria de la rubia eran correctas. Notó el frío de las sábanas en su espalda justo cuando sus fuertes brazos subían a la muchacha encima de su entrepierna, una de sus manos abandonó el muslo de Sofie para tomar la base de su miembro y conducirlo una vez más hacia el interior de la muchacha. La ayudó a que se acomodara y una vez notó su interior envolviendo su palpitante miembro, empezó a acariciar su espalda desde sus hombros hasta el final donde envolvió con sus grandes manos su trasero, apretándolo y ahogando un sonoro gruñido antes de empezar a ayudarla a subir y bajar.
Esa nueva visión de Sofie encima de él, tomando en cierto modo las riendas del asunto, lo excitó aún más. Incorporó como pudo su torso hasta que sus dientes atraparon uno de los pezones de la chica y donde se entretuvo, lamiendo y chupando. Los gemidos de la chica solo avivaban más sus ansias de poseerla, quitó una mano de su perfecto trasero para llevarla hasta el cuello, condujo su rostro de nuevo hasta sus labios y empezó a besarla mientras susurraba con voz entrecortada algo ronca por la emoción del momento – Grita... grita para mi – más que sugerir, ordenó.
Hundió de nuevo los dedos en su suave piel, empujó su cuerpo hacia abajo, profundizando el movimiento. Perdió unos instantes sus ojos miel en los de la chica antes de besarla de nuevo, bebiendo de ella y explorando con su lengua su boca en lo que sus manos se movían por las piernas de Sofie de arriba abajo varias veces hasta que el cansancio las venció. Quedaron apoyadas en sus muslos, unos minutos después los rodeó para levantar la cintura de la chica desde abajo. El cuerpo del Adair se movía a manera acompasada a un ritmo constante y profundizaba un poco más en cada embestida mientras lamía el cuello de la chica, chupaba y mordía antes de bajar más, saciando su sed de ambos pechos y mordiendo sus sonrosados pezones.
Los jadeos eran cada vez más quedos, un sudor perlado cubría su frente y Adair aún perdido en el más puro hedonismo no caía en la cuenta de todas las cosas en las que aquella situación acabaría por ofrecerle. Sacó el miembro de dentro de Sofie durante unos segundos para intercambiar de nuevo las posiciones, el joven tenía ganas de comprobar si sus hipótesis iniciales sobre la lujuria de la rubia eran correctas. Notó el frío de las sábanas en su espalda justo cuando sus fuertes brazos subían a la muchacha encima de su entrepierna, una de sus manos abandonó el muslo de Sofie para tomar la base de su miembro y conducirlo una vez más hacia el interior de la muchacha. La ayudó a que se acomodara y una vez notó su interior envolviendo su palpitante miembro, empezó a acariciar su espalda desde sus hombros hasta el final donde envolvió con sus grandes manos su trasero, apretándolo y ahogando un sonoro gruñido antes de empezar a ayudarla a subir y bajar.
Esa nueva visión de Sofie encima de él, tomando en cierto modo las riendas del asunto, lo excitó aún más. Incorporó como pudo su torso hasta que sus dientes atraparon uno de los pezones de la chica y donde se entretuvo, lamiendo y chupando. Los gemidos de la chica solo avivaban más sus ansias de poseerla, quitó una mano de su perfecto trasero para llevarla hasta el cuello, condujo su rostro de nuevo hasta sus labios y empezó a besarla mientras susurraba con voz entrecortada algo ronca por la emoción del momento – Grita... grita para mi – más que sugerir, ordenó.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Con una mano en el estómago de Adair y la otra en su propio muslo, buscó equilibrio en esa nueva posición. Respiró profundo y cerró los ojos al sentido de nuevo dentro, no por dolor sino de deleite total. Sin pensar demasiado comenzó a moverse por instinto, pero fueron las indicaciones manuales de Adair sobre sus glúteos que terminaron de armonizar aquello, donde en vez de pensar Sofie lo desnuda que él podía verla, buscaba mantener los ojos abiertos, a riesgo de lastimarse los labios con sus propios dientes, para regocijarse de mirarle con lujos de detalles cada expresión de sus ojos, de sus labios jadeantes, de los músculos de su estómago contrayéndose…
Puso una mano en su pecho por evitar que se levantase pero terminó cediendo indecisa, pues el sofocón corporal estaba alcanzando límites insospechados donde ponerse a pensar alguna cosa no era posible. Simplemente ya no era posible!!!. Arqueó la espalda con esa necesidad de que todo su cuerpo se pegara a él, atrapándolo entre sus brazos con toda la fuerza que le restaba, que ni era tanta, porque ya las piernas le temblaban, la capacidad de reprimirse los gemidos había desaparecido, y su bajo vientre se contraía declarándole que ya no daba para más.
Llevó sus manos al rostro de Adair correspondiendo el gesto, devolviéndole besos que de tan desordenados no podían ni llamarse así, frunciendo los labios por mantenerlos cerrados, negando con el rostro primero frente con frente, para luego ubicar sus cabezas en paralelo, apresándolo con locura, enredando su dedos entre sus cabellos cortos, y negar una vez más. Que no! que era una locura!! Pero se sentía morir, y él se lo había exigido y ella ya no podía más de estar mordiéndose a si misma por reprimir el puto ruido lo más posible…
Y fue cuestión de volver a oír en su mente lo dicho por Adiar para hacerla dudar de sus convicciones, estremecerse de placer mal sano, por aquello que más que exigencia se le presentaba como un permiso total en el momento que más lo necesitaba, para empezar a gemir de cero a cien en dos segundos. A gusto, terminó de perder la cabeza por completo, sintiendo que su energía interna estaba a nada de rebalsar cada poro de su cuerpo, temblando de placer desde su intimidad hacia el resto de la existencia misma, sin poder postergarlo más.
Puso una mano en su pecho por evitar que se levantase pero terminó cediendo indecisa, pues el sofocón corporal estaba alcanzando límites insospechados donde ponerse a pensar alguna cosa no era posible. Simplemente ya no era posible!!!. Arqueó la espalda con esa necesidad de que todo su cuerpo se pegara a él, atrapándolo entre sus brazos con toda la fuerza que le restaba, que ni era tanta, porque ya las piernas le temblaban, la capacidad de reprimirse los gemidos había desaparecido, y su bajo vientre se contraía declarándole que ya no daba para más.
Llevó sus manos al rostro de Adair correspondiendo el gesto, devolviéndole besos que de tan desordenados no podían ni llamarse así, frunciendo los labios por mantenerlos cerrados, negando con el rostro primero frente con frente, para luego ubicar sus cabezas en paralelo, apresándolo con locura, enredando su dedos entre sus cabellos cortos, y negar una vez más. Que no! que era una locura!! Pero se sentía morir, y él se lo había exigido y ella ya no podía más de estar mordiéndose a si misma por reprimir el puto ruido lo más posible…
Y fue cuestión de volver a oír en su mente lo dicho por Adiar para hacerla dudar de sus convicciones, estremecerse de placer mal sano, por aquello que más que exigencia se le presentaba como un permiso total en el momento que más lo necesitaba, para empezar a gemir de cero a cien en dos segundos. A gusto, terminó de perder la cabeza por completo, sintiendo que su energía interna estaba a nada de rebalsar cada poro de su cuerpo, temblando de placer desde su intimidad hacia el resto de la existencia misma, sin poder postergarlo más.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Notó como Sofie se estremecía entre sus brazos exhausta. Arropó su cintura con uno de sus brazos, ayudándola en los últimos compases, gruñendo y jadeando al ritmo de la respiración pesada de la chica que pronto se convirtió para su deleite en gemidos, gemidos altos y sonoros que en su conjunto hacían la melodía perfecta para sus oídos. Una vez el pequeño cuerpo se contrajo, Adair jadeó preso de felicidad, sonrío y buscando su propio placer, tocar el máximo exponente del hedonismo, la continuó moviendo de arriba hacia abajo, usando su brazo, pegando su frente a la suya y dejando que su respiración jugara contra los labios de la muchacha sin lograr besarlos pues ya, solo bastaron un par de embestidas, llegó al clímax.
Sudado y con la respiración agitada, abrió los ojos para encararse a los de la chica. Besó superficialmente sus labios sin llegar atinar, solo alcanzando la comisura y abrazó la delicada figura que tenía encima de él, dejándose caer hacia atrás para respirar tranquilo sobre las sábanas blancas de su cama. Resiguió con sus rudos dedos la columna de Sofie, lentamente desde la nuca hasta el trasero y acabó por besar primero su frente para luego apartar el cabello rubio y sudado de su rostro para peinarlo tras su oreja – ¿Sigues creyendo que estamos locos? – agregó con una risa baja mientras negaba con la cabeza y ponía la cabeza sobre la almohada, mirando el techo. Permaneció unos segundos disfrutando de la sensación post coital, sin moverse pero mirando de reojo a Sofie, sonriendo de medio lado.
La movió con cuidado para salir de su interior, suavemente la dejó sobre la cama, boca abajo y él buscó las sábanas para tapar ambos cuerpos sin ninguna prisa por volver junto a su familia. ¿La fiesta de Lizzie? Podía comenzar sin ellos, en verdad mucho mejor, así se ahorraría los clásicos discursos de su padre y él, a modo altruista, podría disfrutar por un rato más de Sofie y su recién descubierta desenvoltura en la cama. Colocó su cuerpo de lado, apoyó su peso sobre un codo en la almohada y empezó a reseguir la columna de la chica con un dedo como si quisiera memorizar la forma en que se arqueaba mientras gemía entre sus brazos.
- Sofie, Sofie…
Apartó el pelo que cubría la nuca de Sofie y empezó a besar la piel que justo un segundo antes había reseguido con el dedo índice. Una vez llegó a la zona baja de su espalda, volvió a subir, ahora lamiendo y colocándose encima de ella, metiendo las manos bajo la espalda para acariciar otra vez los muslos que habían gustado en demasía a sus instintos.
- Eres deliciosa. ¿Repetimos o prefieres bajar a explicarle a mi familia tus gritos desmedidos? - oh si, iba a disfrutar en el momento en que ellos dos bajararn y todos los inquirieran con la mirada a la búsqueda de una explicación más que evidente.
Sudado y con la respiración agitada, abrió los ojos para encararse a los de la chica. Besó superficialmente sus labios sin llegar atinar, solo alcanzando la comisura y abrazó la delicada figura que tenía encima de él, dejándose caer hacia atrás para respirar tranquilo sobre las sábanas blancas de su cama. Resiguió con sus rudos dedos la columna de Sofie, lentamente desde la nuca hasta el trasero y acabó por besar primero su frente para luego apartar el cabello rubio y sudado de su rostro para peinarlo tras su oreja – ¿Sigues creyendo que estamos locos? – agregó con una risa baja mientras negaba con la cabeza y ponía la cabeza sobre la almohada, mirando el techo. Permaneció unos segundos disfrutando de la sensación post coital, sin moverse pero mirando de reojo a Sofie, sonriendo de medio lado.
La movió con cuidado para salir de su interior, suavemente la dejó sobre la cama, boca abajo y él buscó las sábanas para tapar ambos cuerpos sin ninguna prisa por volver junto a su familia. ¿La fiesta de Lizzie? Podía comenzar sin ellos, en verdad mucho mejor, así se ahorraría los clásicos discursos de su padre y él, a modo altruista, podría disfrutar por un rato más de Sofie y su recién descubierta desenvoltura en la cama. Colocó su cuerpo de lado, apoyó su peso sobre un codo en la almohada y empezó a reseguir la columna de la chica con un dedo como si quisiera memorizar la forma en que se arqueaba mientras gemía entre sus brazos.
- Sofie, Sofie…
Apartó el pelo que cubría la nuca de Sofie y empezó a besar la piel que justo un segundo antes había reseguido con el dedo índice. Una vez llegó a la zona baja de su espalda, volvió a subir, ahora lamiendo y colocándose encima de ella, metiendo las manos bajo la espalda para acariciar otra vez los muslos que habían gustado en demasía a sus instintos.
- Eres deliciosa. ¿Repetimos o prefieres bajar a explicarle a mi familia tus gritos desmedidos? - oh si, iba a disfrutar en el momento en que ellos dos bajararn y todos los inquirieran con la mirada a la búsqueda de una explicación más que evidente.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Se dejó caer sobre Adair, dibujando una simple sonrisa tranquila, de gusto total como respuesta a lo lindo que se sentía que le acomodara el cabello o le besara la frente o le preguntara aquella tontería a la respondió afirmando con el mínimo posible movimiento del rostro. Si… estaban locos y capaz que eso era la mejor parte. Le gustaba mucho como se sentía en su espalda esa combinación de las manos de Adair que a la vez de rudas acariciaban con suavidad, y se hubiera quejado de que la quitara de encima sino fuera porque ni ganas tenía de mover un músculo.
Se movió apenas nada por acomodar mejor un brazo, dispuesta a dormirse la siesta del siglo olvidando donde estaba, como y porque, guiada por la paz interior de estar tan asombrosamente cómoda, que si no hubiera sido porque Adair la tapaba pues… con tal de no hacer el mínimo esfuerzo a Sofie le daba igual estar desnuda o vestida… La piel se le estremeció de nuevo al sentir renovado el contacto sobre su espina dorsal, o por como Adair pronunciaba su nombre, o por que le tocaba la nuca, o porque… Ni le importaba porqué!
Buscó una mano de Adair a tientas sobre las sabanas, para jugar con los dedos entre los suyos mientras se dejaba querer sin oponer resistencia alguna, mientras las energías y las ganas de jugar le volvían a la sangre al tiempo que las snitchs ansiosas dentro de su estomago se alborotaban por los dichos de Adair. Era un descarado! Y a la sonrisa infame aunque a ojos cerrados, le siguió el impulso de coger la almohada y golpearlo a ciegas con ella, fuerte, realmente fuerte. Si hubiera estado de frente o menos perezosa le hubiera dado vuelta la cara de una cachetada por defender su honor mancillado. Aunque ambos sabían que expresarse le salía de maravillas a Sofie, el honor primero!
- Eres un tarado! – le dijo con claro tono de insulto. Y dejando la almohada que ya había cumplido la función, buscó las manos de Adair para sacarlas de su culo, sumar más al acting de ofendida y girarse brusco para quitárselo de encima… Cuando lo vio la cara no pudo evitar la carcajada nerviosa a sabiendas que quitaba toda posible credibilidad a sus insultos. Le empujó para hacerse espacio, agarrar las sábanas y taparse bien, rostro incluido... - ay dios! No voy a salir nunca de esta habitación… que lo sepas! Te jodes por que fue tu culpa!!!... Que vergüenza Adair! Te das cuenta? – Ahora que el calentón infame había pasado ya no estaba tan bonito haber estado follando en medio de la familia. Lo buscó debajo de las sabanas y le pellizcó el estómago con malicia – aggg… te detesto!- En realidad lo adoraba, pero si decía eso estaba cambiando de tema.
Se movió apenas nada por acomodar mejor un brazo, dispuesta a dormirse la siesta del siglo olvidando donde estaba, como y porque, guiada por la paz interior de estar tan asombrosamente cómoda, que si no hubiera sido porque Adair la tapaba pues… con tal de no hacer el mínimo esfuerzo a Sofie le daba igual estar desnuda o vestida… La piel se le estremeció de nuevo al sentir renovado el contacto sobre su espina dorsal, o por como Adair pronunciaba su nombre, o por que le tocaba la nuca, o porque… Ni le importaba porqué!
Buscó una mano de Adair a tientas sobre las sabanas, para jugar con los dedos entre los suyos mientras se dejaba querer sin oponer resistencia alguna, mientras las energías y las ganas de jugar le volvían a la sangre al tiempo que las snitchs ansiosas dentro de su estomago se alborotaban por los dichos de Adair. Era un descarado! Y a la sonrisa infame aunque a ojos cerrados, le siguió el impulso de coger la almohada y golpearlo a ciegas con ella, fuerte, realmente fuerte. Si hubiera estado de frente o menos perezosa le hubiera dado vuelta la cara de una cachetada por defender su honor mancillado. Aunque ambos sabían que expresarse le salía de maravillas a Sofie, el honor primero!
- Eres un tarado! – le dijo con claro tono de insulto. Y dejando la almohada que ya había cumplido la función, buscó las manos de Adair para sacarlas de su culo, sumar más al acting de ofendida y girarse brusco para quitárselo de encima… Cuando lo vio la cara no pudo evitar la carcajada nerviosa a sabiendas que quitaba toda posible credibilidad a sus insultos. Le empujó para hacerse espacio, agarrar las sábanas y taparse bien, rostro incluido... - ay dios! No voy a salir nunca de esta habitación… que lo sepas! Te jodes por que fue tu culpa!!!... Que vergüenza Adair! Te das cuenta? – Ahora que el calentón infame había pasado ya no estaba tan bonito haber estado follando en medio de la familia. Lo buscó debajo de las sabanas y le pellizcó el estómago con malicia – aggg… te detesto!- En realidad lo adoraba, pero si decía eso estaba cambiando de tema.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
La carcajada brotó sonora de sus labios cuando notó la almohada impactar contra su cara. Dejó caer su cuerpo a un lado cuando ella se deshizo de su cuerpo y ágil, tomó con firmeza las muñecas de la chica para evitar recibir un golpe de sus manos. El chico se sumó a las carcajadas nerviosas de Sofie por una bizarra situación de contagio más que por comprender donde estaba lo gracioso de la bendita situación. Volvió a subir el volumen de las carcajadas cuando ella empujó su cuerpo antes de taparse avergonzada con la situación. ¿Ahora? Adair arqueó la ceja en ese gesto tan propio de él, pasó una mano por su cara para terminar peinando su pelo hacia atrás - Claro que fue mi culpa.
Aceptó las calumnias con su típico buen humor y toda la infamia del mundo. Dejó que pellizcara su abdomen sin decir nada y cuando ella terminó de demostrar el odio hipotético que sentía hacia él, alargó el brazo para tomar con la mano la sábana y tirarlas hacia atrás con brusquedad, poniéndose encima de ella y apresando sus manos contra la cama. Mordió su labio inferior con fuerza para que callara - ¿Me detestas? ¿Por qué? Ahora podremos dar un tema de conversación en la mesa – agregó mientras usaba una de sus piernas para empujar el muslo de Sofie de dentro hacia afuera a fin de hacerse un lugar cerca de su entrepierna.
- Imagínate, el silencio sepulcral en la mesa – puso la voz en un tono de relato a la par que rozaba su entrepierna con la de ella. Besó su cuello antes de morder el inicio del pecho de ella aún sin ceder ni un milímetro en su agarre – Todos preguntándose que carajo te hice para que gritaras tanto… - dejó la voz y cuando iba a chupar su pezón de nuevo, se detuvo, dejando jugar su respiración sobre la delicada piel antes de soltar una carcajada para subir y besarle los labios – Va a ser una interesante noche – esa vez si dejó libre las manos de Sofie pero para compensar abrazó su cintura, volviendo a caer en el colchón para quedar de lado y poniendo la pierna de Sofie encima la suya para acariciar el lateral de su cintura - ¿Te dije que es el cumpleaños de mi hermana pequeña? Elizabeth, cumple dieciséis – explicaba aquello para que cuando bajara, además de las miradas escrutadoras de todos los presentes, no se sintiera fuera de lugar o algo así, ya tendría suficiente.
Aceptó las calumnias con su típico buen humor y toda la infamia del mundo. Dejó que pellizcara su abdomen sin decir nada y cuando ella terminó de demostrar el odio hipotético que sentía hacia él, alargó el brazo para tomar con la mano la sábana y tirarlas hacia atrás con brusquedad, poniéndose encima de ella y apresando sus manos contra la cama. Mordió su labio inferior con fuerza para que callara - ¿Me detestas? ¿Por qué? Ahora podremos dar un tema de conversación en la mesa – agregó mientras usaba una de sus piernas para empujar el muslo de Sofie de dentro hacia afuera a fin de hacerse un lugar cerca de su entrepierna.
- Imagínate, el silencio sepulcral en la mesa – puso la voz en un tono de relato a la par que rozaba su entrepierna con la de ella. Besó su cuello antes de morder el inicio del pecho de ella aún sin ceder ni un milímetro en su agarre – Todos preguntándose que carajo te hice para que gritaras tanto… - dejó la voz y cuando iba a chupar su pezón de nuevo, se detuvo, dejando jugar su respiración sobre la delicada piel antes de soltar una carcajada para subir y besarle los labios – Va a ser una interesante noche – esa vez si dejó libre las manos de Sofie pero para compensar abrazó su cintura, volviendo a caer en el colchón para quedar de lado y poniendo la pierna de Sofie encima la suya para acariciar el lateral de su cintura - ¿Te dije que es el cumpleaños de mi hermana pequeña? Elizabeth, cumple dieciséis – explicaba aquello para que cuando bajara, además de las miradas escrutadoras de todos los presentes, no se sintiera fuera de lugar o algo así, ya tendría suficiente.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
– no! que haces! – dijo buscando frenética las sábanas hasta que ya ni dueña de sus manos era. – no, Adair enserio lo digo! – prendiendo afirmar un poco más el tono antes empleado, para hacer entrar en razón a Adair, de que dejara los chistecitos, que había un problema allí pues en verdad no iba a aparecer en el comedor nunca. Pero en vez de eso terminaba riendo por sus monetarios y haciendose un lío porque si se le iba a agitar así la respiración cada vez que Adair estuviera cerca nada nada sería creíble.
Imagínate, el silencio sepulcral en la mesa – no quiero – y giró el rostro para hacer puchero con los labios, dándole espacio a que él le besara el cuello sin pretenderlo Todos preguntándose que carajo te hice para que gritaras tanto… – basta…- esbozó con abatimiento total, pues su escalofrío fue notorio, la reacción de sus pechos también, y no estaba ayudando en nada sentir sus cuerpos tan juntos. Porque le jugaba tan lindo? Todo provocador descarado, haciéndole perder la cabeza con cuestiones tan sencillas y pero atinadas.
Quiso reírse con él, pero en verdad estaba preocupada, la calentura insipiente no ayudaba a dejarla pensar con claridad y los comentarios de Adair tampoco. Por lo cual cerro sus ojos otro momento, acomodándose a su lado, apoyando el rostro y una mano en su pecho, para distraerse delineando con suavidad un camino ficticio desde el nacimiento del cuello hasta su ombligo, ida y vuelta.
Si… Elizabeth, va a hogwarts y es la menor… es gryffindor como tu y Autumn? – dijo recordando los datos pertinentes al caso de todos los que sabía de esa familia por comentarios de Gianna, y por estar atenta de cotilla que era a toda vida ajena. – Y…. como son los cumpleaños aquí? Viene mucha gente? Imagino que los compañeros de colegio no han conseguido permiso pero… viene abuelos y tios y esas cosas o son solo ustedes – en general en ese momento la persona sacaba una cuenta rápida y decía el numero de familiares que componían el núcleo mínimo, pero Sofie se tuvo que tomar más de un segundo pues entre las 5 hermanas, los padres, Jonathan que ya estaba allí, el pequeño Taddeus ya sumaban pues… 56789– 10?... 10? – volvió a repetirasombrada… eso era mucho…. Todos los días habría tanta gente en esa casa?...
- Sabes? yo también tengo una familia enorme, pero digamos que mi mamá ya no se lleva con todos… así que pues… solo los veo en año nuevo y algunos días del verano… - Igual y a todo esto venía esquivando el tema trascendental, dejó las caricias a un lado, exactamente al costado de Adair donde abrazarse a sus costillas y se confesó -…. Me muero de vergüenza de pensar que tengo que sentarme al lado de tu mamá… O peor tu papá! Que es tan directo... luego de todo esto… OSEA -… le dio dos palmaditas en la mejilla y se echó a reír sin remedio… - que tal si me desaparezco?...- era una opción no? Bien de brujos pero opción al fin, ella tenía la licencia podía hacerlo supuestamente.
Imagínate, el silencio sepulcral en la mesa – no quiero – y giró el rostro para hacer puchero con los labios, dándole espacio a que él le besara el cuello sin pretenderlo Todos preguntándose que carajo te hice para que gritaras tanto… – basta…- esbozó con abatimiento total, pues su escalofrío fue notorio, la reacción de sus pechos también, y no estaba ayudando en nada sentir sus cuerpos tan juntos. Porque le jugaba tan lindo? Todo provocador descarado, haciéndole perder la cabeza con cuestiones tan sencillas y pero atinadas.
Quiso reírse con él, pero en verdad estaba preocupada, la calentura insipiente no ayudaba a dejarla pensar con claridad y los comentarios de Adair tampoco. Por lo cual cerro sus ojos otro momento, acomodándose a su lado, apoyando el rostro y una mano en su pecho, para distraerse delineando con suavidad un camino ficticio desde el nacimiento del cuello hasta su ombligo, ida y vuelta.
Si… Elizabeth, va a hogwarts y es la menor… es gryffindor como tu y Autumn? – dijo recordando los datos pertinentes al caso de todos los que sabía de esa familia por comentarios de Gianna, y por estar atenta de cotilla que era a toda vida ajena. – Y…. como son los cumpleaños aquí? Viene mucha gente? Imagino que los compañeros de colegio no han conseguido permiso pero… viene abuelos y tios y esas cosas o son solo ustedes – en general en ese momento la persona sacaba una cuenta rápida y decía el numero de familiares que componían el núcleo mínimo, pero Sofie se tuvo que tomar más de un segundo pues entre las 5 hermanas, los padres, Jonathan que ya estaba allí, el pequeño Taddeus ya sumaban pues… 56789– 10?... 10? – volvió a repetirasombrada… eso era mucho…. Todos los días habría tanta gente en esa casa?...
- Sabes? yo también tengo una familia enorme, pero digamos que mi mamá ya no se lleva con todos… así que pues… solo los veo en año nuevo y algunos días del verano… - Igual y a todo esto venía esquivando el tema trascendental, dejó las caricias a un lado, exactamente al costado de Adair donde abrazarse a sus costillas y se confesó -…. Me muero de vergüenza de pensar que tengo que sentarme al lado de tu mamá… O peor tu papá! Que es tan directo... luego de todo esto… OSEA -… le dio dos palmaditas en la mejilla y se echó a reír sin remedio… - que tal si me desaparezco?...- era una opción no? Bien de brujos pero opción al fin, ella tenía la licencia podía hacerlo supuestamente.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
El cumpleaños de Lizzie era un motivo más para reunir a toda la familia. Seis hijos, algunos de ellos casados, prometidos, perdidos por los páramos de una universidad o enclaustrados en Hogwarts hacían difíciles las concentraciones pero estuvieran donde estuvieran si había una ocasión como aquella para hacer contento a algún miembro de la familia se dejaban todas las cosas de lado y bien, se acudía. Adair nunca fue partidario de compartir esos momentos con los miembros Brackminster pero había terminado por acostumbrarse y después de dos años fuera, perdido en algún lugar, incluso necesitó de su compañía. Tal vez por eso en el decimosexto cumpleaños de la más joven de la familia cedió a las peticiones de Autumn para hacer un buen regalo a Lizzie. Nada del otro mundo, solo un viaje los tres, lejos del nido de locos y sobretodo fuera del alcance del radar de Darren que podía ser incluso más sobre protector que él con sus hijas.
- Gryffindor, sí.
No cabía en orgullo cuando mencionaba esas palabras y se le notaba, además, Lizzie para felicidad de su hermano era la flamante nueva buscadora de la casa del león. La mente del smertios viajaba entre las distintas etapas de su hermana pequeña mientras paseaba sus manos por las piernas desnudas de Sofie sin dejar de mirar sus ojos y decidió que como bien hizo con Autumn (esa ferviente decisión de dejarla hacer su vida solo para conservar su hermana) así haría con Lizzie, alguien mucho más tímido que la lanzada de Autumn.
Ignoró por completo la sugerencia de desaparecerse, río y besó los labios de la Sofie de manera corta – Jajaja. No te vas – la tomó con firmeza para evitar que se fuera- Respondiendo a tu pregunta, mi madre es hija única así que solo vendrán mis abuelos… por ciertos son muggles – soltó el comentario como si más, paseando la punta de su nariz por el rostro de Sofie – En cuanto a la familia de mi padre, tengo un tío mortifago el cual dudo que invite mi padre… - susurró a la oreja de la chica desviando sus manos hacia el trasero – mi abuela creo que desapareció hace años y mi otra tía esta demasiado lejos. Resumiendo, solo seremos mis padres, mis hermanas, los maridos o prometidos y mis sobrinos – mordió con algo de fuerza el hueco bajo su oreja – y tu.
No contestó sobre el tema Darren pues ya su padre se había encargado de dejar constancia de su poco pudor a tratar temas antiguos en la mesa cuando todo el mundo estaba comiendo. Estaba casi convencido que el mayor Brackminster no iba a decir nada a Sofie por no incomodarla pero probablemente él se ganaría el discurso del año, una de esas conversaciones padre – hijo que tan aburrida se le antojaba, seguro, terminaría el tema en discusión.
- Mi madre es bastante permisiva… - dejó eso en el aire y la subió otra vez encima de él - ¿Bueno qué? ¿Prefieres a mi familia o a mi?
- Gryffindor, sí.
No cabía en orgullo cuando mencionaba esas palabras y se le notaba, además, Lizzie para felicidad de su hermano era la flamante nueva buscadora de la casa del león. La mente del smertios viajaba entre las distintas etapas de su hermana pequeña mientras paseaba sus manos por las piernas desnudas de Sofie sin dejar de mirar sus ojos y decidió que como bien hizo con Autumn (esa ferviente decisión de dejarla hacer su vida solo para conservar su hermana) así haría con Lizzie, alguien mucho más tímido que la lanzada de Autumn.
Ignoró por completo la sugerencia de desaparecerse, río y besó los labios de la Sofie de manera corta – Jajaja. No te vas – la tomó con firmeza para evitar que se fuera- Respondiendo a tu pregunta, mi madre es hija única así que solo vendrán mis abuelos… por ciertos son muggles – soltó el comentario como si más, paseando la punta de su nariz por el rostro de Sofie – En cuanto a la familia de mi padre, tengo un tío mortifago el cual dudo que invite mi padre… - susurró a la oreja de la chica desviando sus manos hacia el trasero – mi abuela creo que desapareció hace años y mi otra tía esta demasiado lejos. Resumiendo, solo seremos mis padres, mis hermanas, los maridos o prometidos y mis sobrinos – mordió con algo de fuerza el hueco bajo su oreja – y tu.
No contestó sobre el tema Darren pues ya su padre se había encargado de dejar constancia de su poco pudor a tratar temas antiguos en la mesa cuando todo el mundo estaba comiendo. Estaba casi convencido que el mayor Brackminster no iba a decir nada a Sofie por no incomodarla pero probablemente él se ganaría el discurso del año, una de esas conversaciones padre – hijo que tan aburrida se le antojaba, seguro, terminaría el tema en discusión.
- Mi madre es bastante permisiva… - dejó eso en el aire y la subió otra vez encima de él - ¿Bueno qué? ¿Prefieres a mi familia o a mi?
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Eso de las casa de Hogwarts era tan extraño; las veces que Sofie había fantaseado con poder sentarse en el banquillo para que el famoso sombrero le dijera que color le tocaría, eran incontables. Pero bueno, esa realidad no le había tocado a ella y tenía que vivirla a través de los demás. Por ejemplo, se había hecho a la idea de que Gryffindor era genial, pues su madre había sido roja, todo Luttrell que se precie de tal lo era y la gente que mejor le caía también, como Luke, Gianna o Adair … Y pues, llevada por aquel razonamiento, los Slytherin no eran tan bonitos, y Sofie conocía a varios que tenían sus rarezas como para verificarlo, Aldrich y Shadow eran especiales y los hijos de su madrina mucho más… De las otras casas no contaba con mucha referencia, o quizá hasta tal punto se quería creer gryffindor que había terminado por dualizar el cuarteto. Que decir? También Sofie estaba orgullosa de que Adair fuera Gryffindor, era como un buen augurio, totalmente injustificado e imaginario pero que se sentía bien.
Le escuchó con atención, pestañeando a cada palabra para memorizar los datos. Lo de los muggles no le sorprendió pero lo del mortífago sí. Sabía lo que significaba, pero hasta ahí nomás, Sofie de por si no era una persona muy adentrada en cuestiones políticas y además la cultura mágica le llegaba de libro, igual pesaba en su mente un mortífago que un nazi, no lo había vivido no tenía contacto con eso, eran como categorías de malvados de cuentos… Diferente era el concepto de conservador intransigente, así llamaba su abuela a la gente que su madre si acaso nombraba, lo hacía con la expresión: idiotas mal paridos .
A todo esto, divagara en pensamientos o no, Sofie aun tenía mente para suavemente tomar la mano de Adair, controlarla un poco o responderle los besos y quejarse con un auch ficticio por la mordida. También para besarle y reírse sobre sus labios cuando le preguntaba que prefería. – te escojo a ti con familia incluida – le tomó el rostro con las manos y lo besó primero suave, luego profundamente por distraerlo, pues en su mente aquella frase se le había ocurrido mucho más liviana de lo que le sonó al escucharse decirla finalmente. Le acaricio la mejilla, luego el cuello, mientras jugaban sus lenguas entre si, y se acoplaba el resto de su cuerpo a estar sobre él, percibiéndolo de ese modo tan desnudo y tan… desnudo!... Ya había dicho la palabra desnudo?... pues eso: desnudo.
Buscó una mano de Adair y la llevó hasta sus caderas, a la vez que llegaba a su oído en un recorrido de puros besos fugaces por el cuello – en que casa crees que podría haber estado yo?... – le lamió el lóbulo y continuó – la mayoría de los Luttrell son rojos… pero no se si la genética importa… y en todo caso como no se quien es mi padre, tampoco sirve de mucho…- se encogió de hombros por naturalidad, pues en esa posición en que sus brazos acariciaban el torso de Adair, no se notaba el gesto y desestimó ella el tema por encontrar más atinado gastar el tiempo en mimarlo antes de tener que bajar a morir de vergüenza. - bajamos? - pues si! se quedaría! que más daba ya?
Le escuchó con atención, pestañeando a cada palabra para memorizar los datos. Lo de los muggles no le sorprendió pero lo del mortífago sí. Sabía lo que significaba, pero hasta ahí nomás, Sofie de por si no era una persona muy adentrada en cuestiones políticas y además la cultura mágica le llegaba de libro, igual pesaba en su mente un mortífago que un nazi, no lo había vivido no tenía contacto con eso, eran como categorías de malvados de cuentos… Diferente era el concepto de conservador intransigente, así llamaba su abuela a la gente que su madre si acaso nombraba, lo hacía con la expresión: idiotas mal paridos .
A todo esto, divagara en pensamientos o no, Sofie aun tenía mente para suavemente tomar la mano de Adair, controlarla un poco o responderle los besos y quejarse con un auch ficticio por la mordida. También para besarle y reírse sobre sus labios cuando le preguntaba que prefería. – te escojo a ti con familia incluida – le tomó el rostro con las manos y lo besó primero suave, luego profundamente por distraerlo, pues en su mente aquella frase se le había ocurrido mucho más liviana de lo que le sonó al escucharse decirla finalmente. Le acaricio la mejilla, luego el cuello, mientras jugaban sus lenguas entre si, y se acoplaba el resto de su cuerpo a estar sobre él, percibiéndolo de ese modo tan desnudo y tan… desnudo!... Ya había dicho la palabra desnudo?... pues eso: desnudo.
Buscó una mano de Adair y la llevó hasta sus caderas, a la vez que llegaba a su oído en un recorrido de puros besos fugaces por el cuello – en que casa crees que podría haber estado yo?... – le lamió el lóbulo y continuó – la mayoría de los Luttrell son rojos… pero no se si la genética importa… y en todo caso como no se quien es mi padre, tampoco sirve de mucho…- se encogió de hombros por naturalidad, pues en esa posición en que sus brazos acariciaban el torso de Adair, no se notaba el gesto y desestimó ella el tema por encontrar más atinado gastar el tiempo en mimarlo antes de tener que bajar a morir de vergüenza. - bajamos? - pues si! se quedaría! que más daba ya?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
La endiablada sabía como comprar su compañía y las caricias de Luttrell sobre su cuerpo, sí, desnudo, solo corroboraban las hipótesis iniciales de Adair respecto a que Sofie tras esa máscara de niña buena tenía más libido que incluso él. Ladeó el cuello para dejarle libre disposición a la rubia y acarició con los dedos la cintura de la chica mientras la otra se movía entre el muslo y trasero – Ni puta idea pero mejor Gryffindor así podríamos haber tenido interesantes “charlas” en la sala común – y el comentario iba con todo el doble sentido que había podido dotarlo - ¿Bajar? Tu deberías bajarme otra cosa – tomó la mano de la chica sin pudor alguno y la bajó para que tocara las consecuencias de sus actos. Besó su cuello ahogando una carcajada sonora contra él.
Durante un segundo dudó en si darse la vuelta para hacerle comprender la importancia de no calentarlo o bajar a hacer compañía a su familia y en contra de sus propios deseos, besó por última vez los labios de la chica y suavemente, tal como si fuera porcelana, la bajó de encima de su propio cuerpo para dejarla sobre las sábanas blancas - No pienso perderme ese famoso momento del sepulcro – añadió, bajando del colchón y poniéndose en pie sin preocuparse en cubrir su desnudo cuerpo. Rodeó la cama, tras unos pasos acabó tras Sofie para abrazar su cintura con las manos y alzarla en volandas – Vamos a la ducha, no me fió de ti – Capaz y en su descuido, la española se largaba a su Barcelona natal, lejos de las miradas inquisitivas de los Brackminster.
Sin indulgencia, la arrastró con él hacia el pequeño baño que tenía en su habitación, un lujo obtenido por ser el único chico entre hermanas La condujo directamente hasta la ducha. Sujetando su liviano cuerpo con un brazo, logró encender el agua, caliente, no necesitaba bajarse el calentón – A ver Luttrell, ¿Dónde quieres que te enjabone? – la dejó sobre la resbaladiza superficie de la ducha pero pronto la arrinconó contra las baldosas del baño. Paseó su nariz desde el hueco bajo su oreja hasta el cuello de la chica, sonriendo como un infame mientras el agua empezaba a mojar los dos cuerpos. Qué no fueran a retozar en la cama no significaba que no fuera a aprovecharse de ella, optimizando el tiempo para bajar a ver a su familia, podían matar dos pájaros de un tiro en aquella ducha. La volteó de manera abruta, empotrando su pecho contra las frías baldosas del baño y pegó su cuerpo a ella, dejando la nariz en la nuca de la chica, la entrepierna en su trasero y su mano derecha “por casualidad” entre la pared y la intimidad de Sofie, empezando a acariciar con suavidad.
Durante un segundo dudó en si darse la vuelta para hacerle comprender la importancia de no calentarlo o bajar a hacer compañía a su familia y en contra de sus propios deseos, besó por última vez los labios de la chica y suavemente, tal como si fuera porcelana, la bajó de encima de su propio cuerpo para dejarla sobre las sábanas blancas - No pienso perderme ese famoso momento del sepulcro – añadió, bajando del colchón y poniéndose en pie sin preocuparse en cubrir su desnudo cuerpo. Rodeó la cama, tras unos pasos acabó tras Sofie para abrazar su cintura con las manos y alzarla en volandas – Vamos a la ducha, no me fió de ti – Capaz y en su descuido, la española se largaba a su Barcelona natal, lejos de las miradas inquisitivas de los Brackminster.
Sin indulgencia, la arrastró con él hacia el pequeño baño que tenía en su habitación, un lujo obtenido por ser el único chico entre hermanas La condujo directamente hasta la ducha. Sujetando su liviano cuerpo con un brazo, logró encender el agua, caliente, no necesitaba bajarse el calentón – A ver Luttrell, ¿Dónde quieres que te enjabone? – la dejó sobre la resbaladiza superficie de la ducha pero pronto la arrinconó contra las baldosas del baño. Paseó su nariz desde el hueco bajo su oreja hasta el cuello de la chica, sonriendo como un infame mientras el agua empezaba a mojar los dos cuerpos. Qué no fueran a retozar en la cama no significaba que no fuera a aprovecharse de ella, optimizando el tiempo para bajar a ver a su familia, podían matar dos pájaros de un tiro en aquella ducha. La volteó de manera abruta, empotrando su pecho contra las frías baldosas del baño y pegó su cuerpo a ella, dejando la nariz en la nuca de la chica, la entrepierna en su trasero y su mano derecha “por casualidad” entre la pared y la intimidad de Sofie, empezando a acariciar con suavidad.
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Adair la juzgaba mal, no había hecho nada de nada por comprarlo (en ese momento! =P), menos aun por excitarlo, solo sucedía que Sofie era así, y había llegado a un nivel tal de confort con él que hasta reparar en que mejor pensarse las cosas dos veces le estaba costando, simplemente estaba siendo ella misma y nadie debía sorprenderse si de buenas a primeras continuaba perdiendo estructuras y terminaba por ejemplo hablando en español… o peor en catalán!
Entre risas, quejidos fingidos y sentencias sinceras desde el alma – haces bien en no fiarte! – no pudo más que dejarse llevar, y encogerse en si misma al primer contacto con el agua, que si bien templada no dejaba de ser un elemento extraño y repentino…- puedo hacerlo sola – arremetió a la defensiva al sentirse cohibida, incluso mientras acariciaba su hombro con los labios, estaba con los brazos cruzados sobre el pecho como si hubiera algo que ocultar. Que tontería!! Pero eran así ciertos momentos donde el nudo en el estomago se hacía tan intenso que asustaba.
Al sentir el frió del mosaico, el cuerpo se le tensó de un jalón escapándosele un grito áfono y el impulso lógico de alejarse, pero Adair no pensaba dejarle espacio para eso y ya estaba recorriendo su intimidad, sin permiso ni aviso. De inmediato Sofie sintió que iba a desfallecer del sofocón, pero en vez de dejarlo hacer apretó las piernas lo más que pudo y empujó sus caderas para atrás pretendiendo alejarse de esa mano, pero terminando de sentir la dureza de Adair con claridad. Arrepentida volvió a pegarse contra la pared, solo logrando que los dedos de Adair jugaran más y más con ella – basta!... Adair… así no se puede!! – dijo entre suspiros con resignación. Nunca iba a salir de buena gana de esa habitación, si allí dentro sucedían esas cosas que la volvían loca.
Todo la había puesto a mil y sería estúpida si no aceptaba que quería follar de nuevo en ese mismo instante, y de todos modos no podía dejar de sentirse abrumada por la posición, pues se le presentaba bastante grotesca, encantadoramente grosera, y aunque sonara tonto todo aquello a oídos de quien gustara del sexo, Sofie no estaba lista para dejarse tocar sin poder verlo a la cara o besarlo en los labios o lo que se le ocurriera hacer, a horas de haberlo hecho por primera vez en la vida.
A sabiendas que podía resbalarse, se escabulló de entre sus brazos y se dio la vuelta sacándole la lengua peleadora, buscando el sitio donde la lluvia era más intensa, acomodándose el cabello que llevaba demasiado largo para esas cosas, una y otra vez hasta que quedó conforme de que no le molestaba ni se vería como peluquín de payaso dragón. Estiró una mano para buscarlo y lo abrazó a ella de frente, juntando sus manos en su nuca y exigirle – beso! – No esperó que le complaciera, ella lo besó y ya y le volvió a sonreír feliz, y lo besó de nuevo y así jugando para sin aviso y sin que el chico se diera cuenta, tomar el pote de shampu y estrujarlo sobre la cabeza de Adair, carcajeándosele en la cara – Báñate! Sucio! – lo besó y como no podía con su personalidad le susurró – no me toques más o no respondo de mi… - Y lo soltó para poder ella lavarse el cabello.
Entre risas, quejidos fingidos y sentencias sinceras desde el alma – haces bien en no fiarte! – no pudo más que dejarse llevar, y encogerse en si misma al primer contacto con el agua, que si bien templada no dejaba de ser un elemento extraño y repentino…- puedo hacerlo sola – arremetió a la defensiva al sentirse cohibida, incluso mientras acariciaba su hombro con los labios, estaba con los brazos cruzados sobre el pecho como si hubiera algo que ocultar. Que tontería!! Pero eran así ciertos momentos donde el nudo en el estomago se hacía tan intenso que asustaba.
Al sentir el frió del mosaico, el cuerpo se le tensó de un jalón escapándosele un grito áfono y el impulso lógico de alejarse, pero Adair no pensaba dejarle espacio para eso y ya estaba recorriendo su intimidad, sin permiso ni aviso. De inmediato Sofie sintió que iba a desfallecer del sofocón, pero en vez de dejarlo hacer apretó las piernas lo más que pudo y empujó sus caderas para atrás pretendiendo alejarse de esa mano, pero terminando de sentir la dureza de Adair con claridad. Arrepentida volvió a pegarse contra la pared, solo logrando que los dedos de Adair jugaran más y más con ella – basta!... Adair… así no se puede!! – dijo entre suspiros con resignación. Nunca iba a salir de buena gana de esa habitación, si allí dentro sucedían esas cosas que la volvían loca.
Todo la había puesto a mil y sería estúpida si no aceptaba que quería follar de nuevo en ese mismo instante, y de todos modos no podía dejar de sentirse abrumada por la posición, pues se le presentaba bastante grotesca, encantadoramente grosera, y aunque sonara tonto todo aquello a oídos de quien gustara del sexo, Sofie no estaba lista para dejarse tocar sin poder verlo a la cara o besarlo en los labios o lo que se le ocurriera hacer, a horas de haberlo hecho por primera vez en la vida.
A sabiendas que podía resbalarse, se escabulló de entre sus brazos y se dio la vuelta sacándole la lengua peleadora, buscando el sitio donde la lluvia era más intensa, acomodándose el cabello que llevaba demasiado largo para esas cosas, una y otra vez hasta que quedó conforme de que no le molestaba ni se vería como peluquín de payaso dragón. Estiró una mano para buscarlo y lo abrazó a ella de frente, juntando sus manos en su nuca y exigirle – beso! – No esperó que le complaciera, ella lo besó y ya y le volvió a sonreír feliz, y lo besó de nuevo y así jugando para sin aviso y sin que el chico se diera cuenta, tomar el pote de shampu y estrujarlo sobre la cabeza de Adair, carcajeándosele en la cara – Báñate! Sucio! – lo besó y como no podía con su personalidad le susurró – no me toques más o no respondo de mi… - Y lo soltó para poder ella lavarse el cabello.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Im so sorry! +18
Quería jugar y Adair estaba dispuesto a hacerlo, siguiendo o no sus propias reglas. Admiró su desnudo cuerpo casi sin moverse, apoyando una mano en las frías y húmedas baldosas mientras sostenía la sonrisa torcida en los labios sin abrir la boca para nada que no fuera un jadeo ahogado. Sofie era atrayente en todos los aspectos, atractiva y más aún cuando el agua acariciaba su piel en lo que ella jugaba con su pelo bajo la manguera de la ducha. La rubia jaló su cuello hacia su torneado cuerpo, el muchacho soltó una carcajada, apartando la mano de la pared para tomar la cintura de la chica y apretándola contra su cuerpo. Pensó un “no quiero” ante sus palabras pero servil, accedió cuando ella junto sus labios en ese bizarro juego. Las carcajadas de Luttrell contagiaban así que Adair se sumó a la felicidad que desprendía aquel día la española solo que la dicha se vio interrumpida cuando la osada tiró encima de su pelo el champú.
- ¿Sucio? – levantó la ceja derecha y subió las manos para masajear algo su cabello de cualquier manera pues en realidad ni tenía la atención en los quehaceres capilares todo su cuerpo era enteramente de la chica que estaba lavándose el pelo con total naturalidad ante sus narices – Permíteme – dijo con una paz nada propia de él. Tomó el bote de las manos de la chica, dejó que algo de su contenido se derramara sobre el nacimiento de los pechos de la rubia y luego apoyó el envase en una pequeña rejilla. Mezcló los dedos entre las hebras doradas de Sofie y empezó a mezclar, dando pequeños pasos hacia ella, uno tras otro hasta arrinconarla contra la pared, bajo el chorro más intenso de agua y esta vez de cara – Me gusta ser sucio – añadió deslizando las manos desde el cabello a través del rostro de la española hasta alcanzar la zona donde había derramado el producto. Tocó y acarició sin llegar a sus pezones, inclinó su cabeza hacia abajo y la besó, suave primero para luego ir subiendo paulatinamente de intensidad.
- ¿Y a ti? – agregó contra sus labios, tomándola de las nalgas para alzarla a volandas y empotrarla contra la pared sin ninguna necesidad de pedirle permiso. Ahora si se la iba a follar por segunda vez y solo porque ella había sido tan sutil de pedírselo con aquellas palabras que acabaron por enloquecerlo – Pídemelo, va – mordió su cuello que era donde tenía los labios y tanteo la entrada de la intimida de la chica con su miembro - ¿No que no ibas a responder de ti?
- ¿Sucio? – levantó la ceja derecha y subió las manos para masajear algo su cabello de cualquier manera pues en realidad ni tenía la atención en los quehaceres capilares todo su cuerpo era enteramente de la chica que estaba lavándose el pelo con total naturalidad ante sus narices – Permíteme – dijo con una paz nada propia de él. Tomó el bote de las manos de la chica, dejó que algo de su contenido se derramara sobre el nacimiento de los pechos de la rubia y luego apoyó el envase en una pequeña rejilla. Mezcló los dedos entre las hebras doradas de Sofie y empezó a mezclar, dando pequeños pasos hacia ella, uno tras otro hasta arrinconarla contra la pared, bajo el chorro más intenso de agua y esta vez de cara – Me gusta ser sucio – añadió deslizando las manos desde el cabello a través del rostro de la española hasta alcanzar la zona donde había derramado el producto. Tocó y acarició sin llegar a sus pezones, inclinó su cabeza hacia abajo y la besó, suave primero para luego ir subiendo paulatinamente de intensidad.
- ¿Y a ti? – agregó contra sus labios, tomándola de las nalgas para alzarla a volandas y empotrarla contra la pared sin ninguna necesidad de pedirle permiso. Ahora si se la iba a follar por segunda vez y solo porque ella había sido tan sutil de pedírselo con aquellas palabras que acabaron por enloquecerlo – Pídemelo, va – mordió su cuello que era donde tenía los labios y tanteo la entrada de la intimida de la chica con su miembro - ¿No que no ibas a responder de ti?
Adair Brackminster- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 08/09/2012
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