¿Esto es una cita?

Habían pasado varios días desde lo ocurrido en la biblioteca y en el lago. Desde entonces su pequeña relación con la coreana había sido, como poco, rara.
Se encontraban para comer alguna vez, coincidían en clases (en la que Adnan siempre tenía alguna escusa para apuntarse aunque no tuvieran nada que ver con su carrera) y también habían estado en la biblioteca, juntos, haciendo tareas.
Pero Yesenes no estaba acostumbrado a tener relaciones y ella, pues tampoco al parecer, y todo era demasiado forzado para el chico. Rang le cogía de la mano de manera aleatoria, tranquila, como si fuera lo más natural del mundo, pero para él no lo era, y seguía viéndola muy pequeñita… cosa que no le impedía sentir deseos de besarla cada cinco minutos.

La cosa es que al fin era domingo. No habían vuelto a hablar sobre ir juntos al lago, bañarse en una de los pequeños estanques de aguas termales y así pasar el día juntos. Pero Adnan lo recordaba perfectamente, llevarían comida y ropa de baño. Irían en domingo para que los estudiantes resacosos no pudieran molestarles… todo estaba planeado, solo quedaba esperar por si ella lo recordaba tan bien como él. Para ello cogió un trozo de pergamino y rápidamente escribió una nota en él.

Rang, ¿vamos hoy al lago?
Estaré en el salón de convivencia dentro de una hora si te apetece acompañarme.
Att. Adnan Yesenes

No había puesto más y le puso “una hora” por si tenía que arreglar cosas o si la pillaba haciendo algo. Él ya estaba arreglado y con las cosas listas, pero para no molestar mucho ni ir teniendo el mono ni nada se sentó en una de las ventanas a fumarse un porro, esperando hasta que se acercó un poco la hora y bajó al lugar convenido, donde, mochila en mano, se quedó esperando a que apareciera.

Sabía que era lo que pasaría el domingo, habían quedado juntos, Adnan y ella, para pasar el día juntos. Estaba claro que podían haber decidido salir fuera de la universidad o lo que fuera, pero el tema de darse un baño en el agua caliente de las termas que formaban el lago de la escuela, había sido demasiado perfecto.

Para cuando la chica recibió la notita de Adnan, sonrió de forma tonta mientras la leía. Por suerte en ese momento estaba en su habitación, y sola, sin nadie que pudiese estar mirándola raro por estar con el bikini puesto, uno blanco con algún que otro volante cubriendo algunas partes mas concretas, tirada en la cama con una sonrisa de oreja a oreja, abrazando un pequeño pedazo de pergamino.

La chica suspiró y no tardó en incorporarse para ponerse algo mas de ropa. Un pantalón cortito con unos calcetines largos debajo, un calzado cómodo y una camiseta que el quedaba anchita, pero al llevar el bikini, tampoco se le vería nada que no se le fuese a ver después, ¿no?

Cuando quedaban unos quince minutitos a la hora que el egipcio le había citado abajo, ya no podía estar quieta, ni tampoco mas nerviosa. Así que, asegurándose como quinta vez de que lo tenía todo metido en la mochila, bajó abajo, a la sala de convivencias, para esperar ahí a Adnan, viendo que justamente, en el momento en el que ella misma bajaba, él también lo hacia.
Con una sonrisita se acercó a él, sonriéndole ámpliamente, mirándole las manos un momento, dudando de si cogerle una de ellas para caminar. - Hola Adny. - Le dijo ladeando un poquito la cabeza hacia un lado, de forma adorable. - Tenía muchas ganas de que nos viésemos hoy.

Sonrió ámpliamente al escuchar decir que él también tenía muchas ganas. Y ahí estaban los dos como un par de idiotas, sonriéndose mutuamente, aunque el egipcio de forma bastante mas disimulada que como sonreía la coreana, de forma tan abierta como siempre, aunque en esta ocasión con un brillito especial. Pasaría un día entero, perfecto y a solas con el chico que le gustaba y que bueno... el chico que ahora era su...¿novio? Se le hacía muy extraño.

Se sonrojó un poquito solo de pensar aquello y suspiró, mordiéndose la boquita.

Cuando el chico le cogió la mano, ella correspondió a aquél gesto de forma gustosa, entrelazando los dedos con él, suspirando un poquito, y sonriendo de forma tonta, cmainando felizmente junto a él, al menos hasta que escuchó la pregunta del chico, sintiendo como se iba parando poco a poco hasta que acabaron ambos simplemente quietos.

Negó con la cabeza y tras soltar la mano de Yesenes se quitó la mochila, colocandola delante y abriéndola para poder enseñarle desde esa misma posición, una especie de tuppers donde tenía la comida. - No hace falta. - Rió un poquito. - A la mañana... aproveché a ir a casa, como ayer ya acabé de hacer todos los trabajos, aproveché y preparé la comida. - Asintió un poco con la cabeza, sonrojada, agachando un poco la cabeza después. - Umm... Es... comida típica coreana, aunque no se si te gustara... - Musitó y le miró fijamente a los ojos.- Y también hice algunos postres, como los del verano y parecidos. - Le dijo sonriéndole tiernamente. - Sé que a veces te hace falta azúcar, así que por si acaso... y por que los dulces están muy ricos.

Tras colocarse bien la mochila de nuevo a la espalda, volvió a coger la mano del chico, dando un suave tirón de él para seguir caminando.

Asintió a las preguntas del chico y se mordió un poquito la boca. - Si... lo preparé todo yo. - Sonrió un poquito. - La verdad... es que no sabía que preparar, así que hice muchas cosas diferentes... seguro que no nos lo acabamos, pero bueno, con magia se puede conservar la comida para que dure un poquito mas... y te podrías quedar si quieres la comida tu, para... para que cenes, o comas mañana o algo así. - Comentó poniendo morritos y suspirando, terminando por darle un fuerte abrazo al acabar de colocarse bien la mochila.

Le agradeció los cumplidos y en el resto del camino, mientras tenía el brazo protector del egipcio sobre su cuerpo, le fue explicando un poquito que eran las cosas que había preparado para comer, pero sobre todo profundizó en el tema de los dulces. A ambos les gustaban mucho, bastante, así que no les costó derivar a cualquier tipo de comida dulce, acabando ambos por decidir que comerían uno al poco de darse un primer baño.

Cuando llegaron la chica se adelantó unos pasitos al egipcio y sonrió, mirando todas las cosas alrededor y acabando por asomarse un poco al estanquito que les serviría como terma de agua caliente, dando un par de botecitos emocionada, acercándose a él. - ¡Si! - Dijo respecto a su proposición y, tras dejar la mochila en donde no se pudiese mojar, se sacó la camiseta sin tardar nada, después sentándose sobre una toalla que sacó previamente de forma rápida y hubo colocado donde había algo de hierba que parecía mullidita, se descalzó, sacó los calcetines y tras doblarlo todo perfectamente, se volvió a poner en pie para sacarse los pantalones, doblándolos y acercándose rápido, con cuidado de no pisar nada con lo que poder hacerse daño, al agua.

Giró un momentito el rostro para mirar a Adnan y se rió, metiendo primero con cuidado un pie en el agua, seguido del siguiente, y terminando por meterse de golpe, soltando un suspirito de placer. - Que rica está...

La chica suspiró y asintió a sus palabras, sonriéndole de forma tierna, cerrando un poco los ojitos mientras se estiraba un poco ahí mismo, volviendo después a abrir los ojos para girar el rostro hacia él, mirándole fijamente mientras veía como terminaba por sacarse la camiseta y se acercaba a donde estaba ella, viéndole como entraba al agua.

Rang se había quedado mirando los tatuajes que adornaba el cuerpo del chico, y con la cabeza un poquito ladeada, siguió mirándolos fijamente, los que alcanzó a ver, hasta que él volvió a hablar, haciendo que saliese de aquella especie de abstracción, y le sonriese abiertamente, asintiendo con la cabeza de nuevo a sus palabras. - Me gusta nadar. - Añadió a las palabras de él justo antes de girarse e incorporarse un poquito para, acercarse a Adnan y achucharle, pasándole los brazos por el cuello en un abrazo, apoyando sus pechos contra los pectorales de él, aprovechando aquella posición para girar un poco la cabeza hacia la derecha para quedarse mirando el tatuaje que tenía el egipcio en todo el brazo derecho. - ¿No te dolió?

Alzó la vista a los ojos de él, aquellos que tanto le gustaban, y suspiró.

- He visto que tienes muchos. - Asintió un poquito y se miró ella un poco uno de los brazos, el primer pedazo de piel propia que vio. - Seguro que a mi me dolería... no se. - Se encogió un poco de hombros y negó con la cabeza, soltando el abrazo que había formado por la nuca de Yesenes y se quedó de pié frente a él. - ¿Qué quieres hacer? ¿Quieres hablar de algo en concreto Adnan? Podemos hacer todo lo que quieras, ¿si?

Puso morritos con la primera respuesta que el chico le había dado y negó con la cabeza, poniendo morritos aún mas que antes. - Si eres bonito, ¡a mi me gustas! Y si no le gustas a nadie, es que tienen muy muy mal gusto... Aunque así mejor para mi... así no te gustará otra y no me dejarás... – Asintió un poquito y se quejó dando un pequeñito bote en el mismo sitio donde estaba, algo apoyada sobre el cuerpo de él. Pero entonces suspiró de forma pesada y su gesto cambió a una amplia sonrisa, haciéndole de paso asentir con la cabeza. - Si... tú eres mi guardián... y mi amigo, mi mejor amigo... y y mi novio. - Acabó por añadir, sonrojada, antes de ponerse en pie, quedándose tal cual frente a él.

Curiosa cuando el egipcio empezó a hablar, ladeó hacia un ladito la cabeza, quedándose en completo silencio, esperando escucharle seguir hablando. Y entonces, cuando él lo soltó, la coreana se sonrojó completamente, girando sobre si misma para quedarse dándole la espalda al chico, tímida, totalmente... vergonzosa por aquella pregunta, confesión o lo que fuera.

- B-bueno... yo... yo no sé... - Bajó la vista al agua, que, aunque no estuviese mirando directamente a Adnan, seguía dándole vergüenza. - Yo... por mi... está bien, somos novios pe... pero... - Se mordió la boquita y apenas giró un poco el rostro para mirarle de soslayo, apenas teniendo que estar girada de frente a él o moriría de vergüenza.

- Yo... yo no se besar. - Acabó por aclarar, poniendo morritos, un puchero, sin haberse girado para mirar a Adnan. Ya le había dicho que nadie mas le había besado nunca. Ella solo había dado besos a sus padres y a su primo, y apenas en la mejilla, de forma familiar... para ella, todo aquello era algo nuevo, algo que no sabía.

Nerviosa empezó a jugar con sus propias manos, uniendo ambos dedos indices en un gesto repetitivo en el que chocaban los dedos, aún estando dándole la espalda a Adnan.

Sintió las manos de Adnan en su cintura, las cuales hicieron que poco a poco las distancias entre ambos fueran menores. El chico iba haciéndole retroceder poco a poco, y lo había conseguido hasta el punto de hacer que las piernas de ambos se rozasen, que la chica acabase situada entre las piernas de él, justamente en el hueco que quedaba, que suspirase, y poco a poco se fuese tranquilizando un poco, dejando aquello de que no sabía besar de lado, tal y como le había pedido él que hiciera.

Notó el besito en la espalda, suspiró, y no tardó en quedarse acomodada sobre la pierna de él como le había indicado, pedido que hiciese; por suerte para Yesenes, ella apenas era pesada, mas bien era muy ligera, él era fuerte y ademas de ello, al estar en el agua metidos, pesaba aún menos.

Se abrazó al cuello de él, apoyando una de las manos sobre su nuca y la otra prácticamente en el pecho, quedándose por un pequeño ratito con los ojos cerrados y tras coger una honda bocanada de aire, suspirar, asintiendo un poquito, haciendo caso de lo que él le acababa de pedir que hiciera. - Si... - Murmuró.
Entonces él volvió a hablar, haciendo que la chica abriese los ojos de golpe y negase repetidas veces con la cabeza. - Yo.. si que confío en ti Adnan... - Dijo con un pucherito, achuchándole de pronto, apretando sus pechos contra el pecho del egipcio, poco después separándose, mirándole seria, decidida a los ojos, con un tono carmín sobre sus mejillas, sonrojada. - Si... si que confío en tí, si que... que lo haré.

Repitió el mismo gesto de antes de coger una honda bocanada de aire y expulsarla antes de cerrar los ojitos y quedarse un poquito con los labios entreabiertos, esperando.

Seguía nerviosa, como no, ¡y Adnan estaba tardando mucho en darle el beso!

Justo cuando fue a abrir uno de los ojos para mirar, sintió el contacto de los labios de él contra los propios; un beso superficial, seguido de otro... a los que intentó corresponder ella misma, imitándole.
Se pegó un poquito mas a él apoyando ambas manos sobre su pecho, con los ojos aún cerrados, dándole un suave besito, esta vez iniciado por ella, al que el chico correspondió, y no tardaron mucho mas en separarse por un gesto principal de Yesenes, no sin antes que el chico le hubiese regalado un nuevo gesto en el que le lamió los labios y consiguió arrancarle un suave suspirito, haciendo que se pusiese un poquito mas roja de lo que ya estaba.

Abrió los ojos cuando aquello se detuvo por completo, sintiendo el beso en la frente, escuchando después hablar al egipcio y sonriendo un poquito de forma boba, negó con la cabeza.

- No... no es difícil. - Ladeó la cabecita hacia la mano del chico y sonrió tiernamente, dejándola ahí apoyada hasta que él mismo la quitó.

Agradeció en silencio el abrazo, achuchándole con fuerza, ya que tras escuchar aquello de que le gustaban sus besos y sus labios eran suaves, había vuelto a enrojecer bastante.
Asintió y se quitó de encima de Adnan para, colocarse justo en la esquina y poniéndose de puntillas e inclinándose hacia delante, apoyándose en el borde de donde estaban metidos, se puso a estirarse, con intención de ir a llegar a por su mochila.- A ver si... si llego y cogemos el dulce...- Murmuró mientras trataba de estirarse un poquito mas, quedando en una posición un tanto... comprometida. Apenas le quedaban unos centímetros para llegar, por lo que siguió tratando de llegar, estirando el brazo y los dedos de la mano por completo, poniendo morritos.

Si quería cogerlo, tendría que ponerse en pie. Pero se estaba tan bien ahí dentro...

Puso morritos al ver que Adnan si que llegaba a coger la mochila y se quedó mirándole hacer, acomodando después la mochila en una de las zonas secas que había justo al borde, apoyándola, para así meter la mano y buscar entre las cosas y las comidas, la cajita en donde había metido todos los dulces, sacándola con una sonrisita, y apoyándola al lado tras alejar un poquito la mochila.
- Quería poder cogerla sin molestarte. - Murmuró poniendo un poquito morros y suspiró al ver que cerraba los ojos, que dejaría que ella le “sorprendiera” por decirlo de algún modo.

La chica se rió un poquito y suspiró, abriendo un poco la caja; estaba llena de pequeñitos dulces que, probablemente cualquier goloso acabaría con cada uno de ellos de un solo bocado del tamaño que tenían, aunque a ella solían durarle un par de bocados o tres...

Al escuchar el dato de la nata, al mirarlos sonrió un poquito, cogiendo uno exactamente como el que el egipcio acababa de mencionar; de ese estilo ya los hizo cuando él estuvo en casa en verano.

Cogió con un par de dedos el dulce; un poco de bizcocho, nata y algún pedacito de fresa fresa adornandolo y así también, dándole sabor.
Miró una vez mas al chico y acabó por decidirse en sentarse en su regazo de nuevo, acomodándose un poco antes de ponerse a ofrecerle el dulce. Lo acercó con cuidado a los labios de Adnan y los rozó con el mismo dulce, sonriendo un poco, divertida, mordiéndose la boquita, el labio inferior mas exactamente. - Abre la boca... - Susurró por si acaso a pesar de que la nata ya había manchado un poquito los labios de Yesenes. - Espero que te guste, Adny... aunque hay muchos, algunos iguales, y otros diferentes. - Susurraba en voz baja.

Sonrió ámpliamente, disfrutando de que a Adnan le gustase aquello que había hecho simplemente para él.

Rang se quedó mirándole, viendo como se cubría, como parecía realmente haber acertado en hacer esos dulcecitos; a veces fijarse y estar atenta en todo momento a lo que decía la gente era bueno, ahí había quedado comprobado. Había hecho bien en llevar varios pastelitos de ese tipo, a Adnan le gustaban.

Suspiró un poco y cerró los ojos, mordiéndose la boca mientras le veía disfrutar de aquél dulce, sonriendo un poquito, riendo después. - Umm... - Se quedó mirando los dulces que ella misma había hecho y ahora estaban siendo sujetos por el mismo Adnan. - No sé cual coger... - Puso un momento morritos, moviendo un poco las piernas, y acabó por lanzar una rápida mirada a los ojos de Adnan, de nuevo después a los dulces. Seguía sin saber, pero cogería uno cualquiera, al menos... el primero que se le antojase al acercar la mano.

Estiró un poquito la mano y terminó por coger uno de los dulcecitos de chocolate y nata, relamiéndose un poquito antes de llevárselo a la boca, apenas dando un mordisquito, quedándose con la otra mitad del pastelito entre el dedo indice y el pulgar, relamiéndose antes de masticar y acabar por tragar el dulce, con una suave y tierna sonrisita.

Una vez tragó lo de la boca se quedó mirando al chico. - Me gusta mucho hacer dulces, es entretenido y después están siempre muy ricos. - Dijo riendo de forma boba, mirando la mitad que sostenía entre los dedos, y después mirando al egipcio. - ¿Quieres... probar el dulce? - Le preguntó de forma inocente, sonriéndole aún, enseñándole el pedacito que tenía sujeto.

Se quedó sonriéndole de forma tierna al escuchar que si que probaría el dulce, y se quedó quieta, tal cual, e incluso le acercó la mano en la que sostenía el dulcecito en la mano un poco al egipcio para que le quedase algo mas cerca. Se había sonrojado con el cumplido de que todo le salía bien, y ella negó segura de que no era cierto eso mismo. Suspiró. - Eso no es verdad Ad... hay muchas cosas que no se me dan bien o que no sé... las pociones siempre me eran mas complicadas que el resto... - Suspiró un poquito y cerró los ojos apenas un instante, volviendo a abrirlos.

La chica asintió, acercándolo un poquito más, instándole a que lo comiera; pero el problema llegó en el momento en el que Adnan agarró un poco la muñeca de ella, la mano y no tuvo ninguna pinta de ir a comer el pedacito que ella aún tenía en la mano. Rang ladeó la cabeza confusa y frunció un poquitito el ceño, poniendo morritos. - ¿Aquí donde? - Mirando de reojillo el dulce.

La chica no pudo evitar sonrojarse completamente, mas que en cualquier momento antes. ¿Qué pasaba? Entrecerró los ojos y suspiró al sentir el contacto de la lengua del egipcio, entreabriendo un poco la boca tras notar aquella presión con la lengua del chico, en un primer instante con intención de ir a decir algo, pero simplemente acabando por cerrar los ojos, llevando la mano que tenía libre al chico del pecho, dejándola tal cual apoyada en un puño.

Estaba muy nerviosa, era obvio, era la primera vez que hacía algo así, la primera vez que... bueno, eso que ya había dicho mas de una vez. Nunca había besado a nadie, nunca había tenido novio... aquello era tan nuevo para ella que lo único que pudo acertar a hacer, fue tratar de imitarle, apenas un momentito, cuando consiguió reaccionar y salir de aquellos nervios que le llegaron hasta el estómago y le hicieron sentir aquellas maripositas..

Cuando el egipcio se separó, suspiró y tras entreabrir los ojos para mirarle, con los labios humedecidos por el beso, y enrojecidos por lo mismo, se escondió en un abrazo por el cuello al chico, sin soltar el dulcecito.

- ¿P-por... que hiciste eso? Que... que vergüenza... - Susurró, mas como una pregunta que nada, no fuese a pensarse él que era un reproche ni nada parecido.

La chica negó repetidas veces con la cabeza, escondida aún contra su cuello, así evitando ser vista aún con el sonrojo tan llamativo sobre las mejillas. Estaba sonrojada, mucho, muchísimo... Claro que no estaba mal aquello, ¿verdad? No, no estaba mal. Y menos aún lo estuvo cuando le escuchó hablar diciendo aquello. - Tú... tú también me gustas a mi, Adnan... mucho. - Apretó un poco mas el abrazo, haciendo que sus pechos quedasen mas aplastados contra su cuerpo, y suspiró, mordiéndose la boquita justo antes de separarse lo justo para poder apoyar la frente contra la de él, quedarse un poquito mirándole a los ojos, y acabando por separarse para mirarle con algo mas de distancia entre ellos.

Suspiró un poquito y volvió a pasar el brazo que sostenía el dulce al frente, con el otro aún abrazando el cuello de su novio, dejándolo un poquito entre ambos, acabando por hacérselo comer al egipcio, mirándole como masticaba; ella le sonrió un poco y cuando el chico le dijo que así estaba rico pero no tanto, el sonrojo se volvió a intensificar. - Adnan... bobo. - Susurró poniendo morritos, achuchándole de nuevo, pero esta vez con la diferencia de que unió sus labios a los de él en un besito tierno.

- Que digas esas cosas me da vergüenza... - Susurró rozando sus labios antes de volver a unirlos, lamiéndole un poquito los labios, queriendo copiar el gesto que había hecho él hacía un rato, suspirando contra los mismos, calcando su aliento en ellos, separándose después para mirarle a los ojos con estos algo brillosos.

- No está mal. - Bajó un poquito la mirada, la cabeza y suspiró, mordiéndose la boca, pensando en que decir o hacer para no estar así de tonta, pero no se le ocurría nada en esos momentos.

Asintió un poquito a sus palabras. Tendría que dejar de sentir vergüenza, es lo que estaba diciéndole Adnan, ¿no? Y era su novio, darse besos entre novios se suponía que era algo normal... y el no quería que ella sintiera vergüenza... Suspiró y sonrió un poquito, levemente. Intentaría que no le diese tanta vergüenza hacer ese tipo de cosas, por él.

Se rió un poquito cuando escuchó al chico repetir aquello de que los besos no estaban mal, sintiendo de seguido como le empezaba a besar de nuevo, un besito tras otro, a los que de vez en cuando ella correspondía, o simplemente se dejaba mimar, habiendo pasado los brazos por detrás de su cuello, abrazandole.
Le vio dejar los dulces con cuidado y entonces escuchó como le llamaba, a lo que ella simplemente ladeo un poco la cabeza, esperando por sus siguientes palabras, sonriéndole de forma suave, tierna, cálida.

Las manos grandes del chico estaban sobre su diminuta cintura, acariciándole de vez en cuando un poquito. Entonces sintió como el sonrojo volvía, una vez mas, a sus mejillas. Un nuevo beso.

Rang simplemente asintió un poquito con la cabeza. - Podemos... nadar un poquito... o nose... y luego comer, y y bueno... si quieres podríamos... - Desvió la mirada y habló con los morritos un poco puestos. - Darnos... algún beso mas... somos novios, y bueno... los novios se besan, los besos no son malos... y son suaves y cálidos, se sienten bien. – Suspiró de forma tonta y le miró a los ojos fijamente. - Me gustan... los besos de Adnan.