¿Esto es una cita?

Cuando la muchacha terminó de enumerar toda la comida que llevaba metida en la mochila Adnan no intentó disimular un pequeño suspiro. De verdad a veces Rang se excedía con tantas atenciones hacía él. No se le hacía nada difícil imaginar el porqué había hecho tanto, si no le gustaba uno que comiera otro, bien… pero arroz, fideos, carne y calamares… eran cuatro platos y no serían dos para cada uno, aquello era algo fácil de adivinar.

-Nunca es demasiado, si no nos lo comemos todo ahora me lo llevo y me lo como yo más tarde. La comida nunca sobra – sonrió un poquito y le abrazó fuerte contra él, correspondiendo a los mimos de la chica.
Soltó el abrazo para dejarla marchar, viendo como cogía las cosas y se sentaba. Fue viendo toda la comida que le dejaba y después, pasando un poco del tema alimentario, se sentó tras ella, poniendo una pierna a cada lado de su cuerpo, los brazos alrededor de su cintura y la barbilla apoyada en un hombro de la chica.

-Tienes pinta de estar helada - dijo mientras le daba un besito en el cuello y la abrazaba con fuerza. Él no estaba mucho más calentito ni nada, pero al menos así intentaba reconfortarla un poco. Viendo que no servía de mucho, pues seguía teniendo la piel de gallina, se estiró un poco para coger su toalla y la interpuso entre los dos cuerpos, abrazándola ahora con la intensión firme de secarla del todo – no voy a calentar la comida antes de hacer que tu entres en calor.

Lo dijo de manera totalmente firma, además, ella era quien sabía cómo calentar aquello de la mejor manera posible, si lo hacía él seguro que terminaría todo arruinado o algo, mejor hacer de pinche ayudándola, en este caso calentándola un poco, y ya que después ella terminara con la misión de cocinera.

Negó con la cabeza, aún medio abrazado a ella, mirándola fijamente a los ojos.

-Te prometo que si algo no me gusta no lo comeré – dijo muy seguro de que todo lo que ella había hecho sería de su gusto. Dejó que le diera aquel besito más bien tímido y se quedó mirándola en todo momento, desviando la mirada hacía las comidas según ella hablaba. Seguía insistiendo en que no le iba a gustar algo, o que no querría todo o algo así. Era una chica sumamente insegura, no le veía sentido pues él en todo momento había dejado bien claro que cualquier cosa de ella le gustaba, pero bueno, no iba a andar insistiéndole en que cambiara de forma de ser ni nada.

Decidió que si iban a comer lo mejor sería no atosigarla mucho, de modo que colocándole bien la toalla sobre los hombros para asegurarse de que no pasara nada de frio se fue a colocar al otro lado del mantel, miró todo. La chica había llevado tanto palillos para comer como cubiertos ordinarios. En un principio pensó que sería mejor usar lo mismo que ella, que ya tenía en la mano un par de palillos y estaba echándose en un platito (si, había llevado de todo, así de apañada) un poco de arroz del que tenía ya preparado, dejando para Adnan por si quería. El problema era que no estaba del todo seguro de poder comer con ellos.

-Rang, algún día me tienes que enseñar a comer con eso - desvió la mirada un poquito de la trayectoria de la de la chica, no saber hacer algo era una cosa que no solía llevar muy bien, y quería poder comer como ella y con ella, así que tenía que aprender a manejarlos. Alcanzó el par de palillos que había llevado para él e intentó cogerlo – creo que es totalmente imposible para mi… - miró los fideos que el había hecho y frunció el ceño – creo que sería incapaz de comerme los fideos con esto.

Estaba totalmente quejica, en cierto modo esperaba que ella le explicase o algo así, pero también podía darse el caso de que le pidiera que esperase al día siguiente o algo así para enseñarle.

Se sentía muy torpe con el tema de los palillos, era un inútil total con eso, llevaba mucho tiempo intentando aprender, más concretamente desde el medio verano, cuando estaba viviendo en la casa de la chica y cuando nadie más comía/desayunaba con él intentaba aprender a usarlos solo.
El problema es que incluso en ese momento, en el que había decidido ya de una vez tragarse su orgullo y pedir ayuda para aprender a usarlos, se encontraba en la situación de que no había forma humana, no era lo suyo, la comida se le caía, o los palillos se le resbalaban, o simplemente no era capaz de mantener la posición correcta.

Cuando ella se rió un poquito al principio se sintió avergonzado, después suspiró, total, era ella, si fuera cualquier otra persona habría una pequeña posibilidad de que se hubiera puesto un tanto agresivo y molesto por aquello, pero de esa muchacha no.

-Bueno, gracias, pero no tienes que preocuparte, comeré con los cubiertos normales y ya… – volvió a coger aquel invento de la chica y con algo de cuidado intentó comer de nuevo. No se le dio taaan mal como la vez anterior, pero no fue ningún éxito, al principio medio bien, después perdió la paciencia y suspiró cansinamente dejando de lado los palillos y volviendo al tenedor original – no te preocupes más, ya iré practicando y aprenderé por mi cuenta… y ya me enseñarás a hacer esto, es bastante más fácil así.

Le tendió los palillos de vuelta por si acaso quería recuperar la goma del pelo. Y volvérsela a poner o algo así. Él por su parte comenzó a comer de manera normal sin tener que pelearse con nada, picó un poquito de todo para probarlo y asegurar que estaba todo rico. Absolutamente todo. Y se quedó demasiado lleno, tanto que juró no poder moverse en una semana mientras la ayudaba a recoger los pequeños recipientes.

-Yo… estaré un ratito aquí antes de volver al agua, porque creo que podría estallar – le dijo aquello según la chica volvía a sacar los dulces, claro, ella había comido más bien poquito, y se sentiría mal de rechazarle algo, de modo que para abrir estómago se sacó un cigarro del bolsillo – ¿te importa que fume un poco?

Ante el asentimiento de la chica, el egipcio se cogió un cigarro de su cajita, la que llevaba a todas partes, y se lo encendió gustoso. Lo mejor es que llevaba algo de maría, así podía calmar todo tipo de nervios, tanto el mono como lo que ella despertaba en él.
Asintió a que se comería algún dulce cuando se terminara el cigarrillo. Aquella era su principal intención, para empezar porque necesitaba. En serio. Fumar. Y además de eso porque obviamente el dulce quitaría un poco el sabor a tabaco de su boca y así no sería después tan desagradable besar a su chica.

La miraba mientras ella seguía comiéndose el postre, disfrutándolo como una niña. Poco a poco se terminó cigarro y él mismo acabó tumbado en el suelo, mirando al cielo tranquilamente.

-Rang… ¿Te apetece volver a quedar conmigo? – lo dio sin más, mientras exhalaba el humo despacio, suavemente. Ni siquiera se giró a mirarla mientras hablaba y eso era porque no estaba acostumbrado a hablar de esas cosas, a veces resultaba un poco raro para él decir o hacer determinadas cosas… como la que estaba punto de sacar a coalición – Me gusta pasar el rato contigo y… supongo que esto ¿cuenta como nuestra primera cita? - se medio giró un poco en el mantel sobre sí mismo, para quedarse cara a la chica, quería ver su reacción, verla sonrojarse como solía hacer – y bueno… podría hacer algo fuera la próxima vez. El próximo fin de semana…

Se quedó callado por un momento, mirándola fijamente, encantado de tenerla ahí con él, y sabiendo que seguramente no se negaría, aunque bueno, cursar dos carreras no era poca cosa, así que igual estaría ocupada.

-Solo si no tienes mucho que hacer. Ya sabes que no quiero robarte tiempo ni nada así.

Dejó que la chica se tumbara sobre él, abrazandola fuertemente contra su pecho, ahora que por suerte había terminado de fumar, si no, sería un poco incómodo para ambos.
Se sintió bien que ella le dijera que si quería otra cita con él. Era la primera vez, a sus 21 años, que le pedía una cita a alguien. ¿Quizás aquello era un tanto raro? Para él realmente no, no había soportado demasiado a las chicas nunca, sobre todo porque solían ser muy pegajosas. Rang lo era, pero de un modo muy distinto al resto, ella lo era de manera adorable, o quizás es que ella le gustaba demasiado y por ello le agradaba que lo hiciera.

Le acariciaba con cuidado el pelo, sin hacer más, aunque la muchacha estuviera totalmente pegada a él, aunque la tuviera sobre su cuerpo, aunque sintiera su calor y oliera el leve perfume de su piel… aunque el busto de ella hiciera presión sobre sus pectorales, y su respiración le acariciara el cuello como si intentaba tentarle con cada pequeño trocito de su cuerpo.

-Pues si para quedar el próximo día hoy debes aprovechar la tarde será mejor que vayamos ya, podría quedarme contigo en la zona común de la facultad mientras haces cosas, yo tengo que leerme el libro del otro día aún… así estamos juntos pero aprovechamos el tiempo.

No lo había pensado demasiado. Igual Rang prefería estar sola para hacer las tareas. Fuera como fuese el egipcio se puso en pie, ayudando a ella, primero a quitarse de encima y después a que se levantara con él.

-Recogemos… y bueno, la próxima cita podría ser… fuera de la escuela mejor, ir a cualquier sitio que conozcas.

Si, le gustaba decir aquello de la cita, a ella parecía gustarle el término y además se sonrojaba.