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Mierda para el cuerpo
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Mierda para el cuerpo
Ese día había decidido salir por su cuenta a un sitio donde le había dicho su hermano que fuera por él para ayudarle con un trabajo. No le costó mucho convencer a Ayyûb, que con su hermano solía ser bastante obediente. Así que por ello mismo estaba ahí, en el callejón diagon, acabado de salir de la tienda de pociones donde pilló todas las cosas necesarias que le encargó su hermano mayor.
Sabía que ahí solían vender en uno de los locales alguna que otra cosa que en esos momentos, le apetecía consumir; algún porro. Kadar no le había dejado esa última vez que estuvieron juntos y el cuerpo, podría decirse quizás, que le pedía fumar algo, y como era obvio, él no tenía nada. Decidido emprendió el viaje hacia aquél tugurio en el que se solían pillar esas cosas, apareciendose en Hogsmeade y entonces, pasando por la calle de forma tranquila, casi teniendo que ir de una punta a la otra desde donde se apareció; por falta de datos mas exactamente.
Se quedó de pie justo frente al cabeza de cuerpo y se quedó justo en la puerta, dudando un momento; quizás si su hermano se enterase después que había vuelto a pillar mas mierda, en un sitio donde ni siquiera sabía si era medianamente buena, le daría un buen par de hostias. - Joder... - Se giró sobre si mismo para darse la vuelta y volver sobre sus pasos. No tomaría nada hasta que su hermano le diese, pero en cuanto volviese al piso le mandaría un patronus para pedirle algo o sino se iría a pillar cualquier mierda. Al menos que de mientras no podría fumar nada, había visto en el camino una tienda donde posiblemente encontrase algo de su agrado aunque no fuese en el mismo sentido en el que necesitaba “consumir algo”.
Pillaría algo dulce en Honeydukes, tanto para si mismo como para su hermano, y ya después se largaría de allí, no tenía nada que hacer.
Sabía que ahí solían vender en uno de los locales alguna que otra cosa que en esos momentos, le apetecía consumir; algún porro. Kadar no le había dejado esa última vez que estuvieron juntos y el cuerpo, podría decirse quizás, que le pedía fumar algo, y como era obvio, él no tenía nada. Decidido emprendió el viaje hacia aquél tugurio en el que se solían pillar esas cosas, apareciendose en Hogsmeade y entonces, pasando por la calle de forma tranquila, casi teniendo que ir de una punta a la otra desde donde se apareció; por falta de datos mas exactamente.
Se quedó de pie justo frente al cabeza de cuerpo y se quedó justo en la puerta, dudando un momento; quizás si su hermano se enterase después que había vuelto a pillar mas mierda, en un sitio donde ni siquiera sabía si era medianamente buena, le daría un buen par de hostias. - Joder... - Se giró sobre si mismo para darse la vuelta y volver sobre sus pasos. No tomaría nada hasta que su hermano le diese, pero en cuanto volviese al piso le mandaría un patronus para pedirle algo o sino se iría a pillar cualquier mierda. Al menos que de mientras no podría fumar nada, había visto en el camino una tienda donde posiblemente encontrase algo de su agrado aunque no fuese en el mismo sentido en el que necesitaba “consumir algo”.
Pillaría algo dulce en Honeydukes, tanto para si mismo como para su hermano, y ya después se largaría de allí, no tenía nada que hacer.
Ayyûb K. Yesenes- Mensajes : 174
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Re: Mierda para el cuerpo
La parte buena de Brigantia era la facilidad con la que se podían hacer trasladores para salir de ahí. Muchos preferían quedarse tal cual adentro como si se tratase de un estricto internado, pero formando parte de la carrera de quidditch con Ayres y sus horarios de demente, cualquier momento para poder salir era bueno y aprovechable. Aquél día iba a comprar algunas cosas para Juno, curiosamente también para su clase de pociones, ella tenía cosas que hacer y yo me había ofrecido a hacerle el favor sin problemas, porque me apetecía salir de los terrenos conocidos de Brigantia.
Una vez que tuve las cosas en la bolsa, lo más fácil era regresar de una vez a la universidad, pero decidí quedarme un poco más por ahí solamente para perder el tiempo, todavía no era tan tarde como para que ya fuera muy necesario regresar y podía ver qué había por ahí en otras tiendas, tal vez hasta comprar algo y sorprender a Juno. Había visto unos kits de pociones muy bonitos más atrás, en una tienda no especializada, por lo que seguramente solo serían un adorno, pero el detalle era lo que contaba.
Caminaba de frente, al menos hasta que me entró la duda de si llevaba conmigo las carísimas botellitas con veneno de víbora de no sé qué especie y bajé la vista para hurgar en la bolsa con tal de asegurarme. Fue entonces que choqué con un cuerpo dándome en toda la cabezota con su brazo.
-Ouch.-Dije sobándome la cabeza alzando la mirada hacia el tipo. Ni idea que era hermano del tarado de Adnan, dueño de muchos de mis corajes. Ni que estaba falto de droga, ni nada de esas cosas.
-Perdona, no vi por donde iba.-El golpe ni era para tanto y hasta se podía decir que estaba yo de buenas porque no había soltado ninguna barbaridad tipo “fíjate por donde caminas” y estaba consciente de que esta vez había sido mi culpa. Lo inspeccioné con la mirada un segundo como siempre hacía, para catalogar si era guapo, feo o qué. -Te compenso con un cigarro, ¿quieres?-Uno de los normales, tabaco sin más, que no era yo legeremaga.
Una vez que tuve las cosas en la bolsa, lo más fácil era regresar de una vez a la universidad, pero decidí quedarme un poco más por ahí solamente para perder el tiempo, todavía no era tan tarde como para que ya fuera muy necesario regresar y podía ver qué había por ahí en otras tiendas, tal vez hasta comprar algo y sorprender a Juno. Había visto unos kits de pociones muy bonitos más atrás, en una tienda no especializada, por lo que seguramente solo serían un adorno, pero el detalle era lo que contaba.
Caminaba de frente, al menos hasta que me entró la duda de si llevaba conmigo las carísimas botellitas con veneno de víbora de no sé qué especie y bajé la vista para hurgar en la bolsa con tal de asegurarme. Fue entonces que choqué con un cuerpo dándome en toda la cabezota con su brazo.
-Ouch.-Dije sobándome la cabeza alzando la mirada hacia el tipo. Ni idea que era hermano del tarado de Adnan, dueño de muchos de mis corajes. Ni que estaba falto de droga, ni nada de esas cosas.
-Perdona, no vi por donde iba.-El golpe ni era para tanto y hasta se podía decir que estaba yo de buenas porque no había soltado ninguna barbaridad tipo “fíjate por donde caminas” y estaba consciente de que esta vez había sido mi culpa. Lo inspeccioné con la mirada un segundo como siempre hacía, para catalogar si era guapo, feo o qué. -Te compenso con un cigarro, ¿quieres?-Uno de los normales, tabaco sin más, que no era yo legeremaga.
Jet Greenwood- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 27/09/2012
Re: Mierda para el cuerpo
Sintió como alguien acababa de chocar con él, justo ene ese puto preciso momento en el que iba farfullando en su idioma natal que como el azúcar no le medio distrajese, iría a presentarse personalmente en la universidad de su hermano y le buscaría; y si el método tradicional no servía para ello, le buscaría a gritos o amenazando a quien fuese necesario. Cada vez sentía que necesitaba mas distraerse o iría en serio, a buscar cualquier mierda, por que tampoco podía ir a molestar a su hermano cuando le diese la puta gana... joder joder.
Bufó y clavó los ojos claros en los de la chica que se había chocado con él, poniendo una mueca, habiendo tenido que agachar la cabeza para mirarle. Fue a contestar a aquello, de forma borde, pero entonces escuchó lo que le acababa de decir. Alzó una ceja y sonrió un poco ladeado. Él ni siquiera tenía tabaco normal... siempre podía pedirle que le diese todos los cigarros que tuviese o cualquier mierda... a saber. - Preferiría algo con mas sustancia que un maldito cigarro; al menos ahora mismo. - Terminó por añadir en un casi gruñido, girando el rostro para mirar alrededor. Estaba a unos metros de la estúpida tienda que era su destino. El azúcar al fin y al cabo, si en ese mismo momento no le hacía nada, ya le haría bien tanto a él como a Kadar cuando se metiesen algo de mierda al cuerpo y el mismo se lo pidiese.
Clavó los ojos en una mirada fría y penetrante en los de la tía de la que esperaba una respuesta, pero demasiado impaciente, y poco acostumbrado a tratar de forma amigable, amable e incluso educada con nadie, puso la mano, extendiéndola un poco hacia ella, con la palma de la mano bocarriba. - Dame. - Utilizó un tono autoritario, y volvió a hablar en un gruñido.
Bufó y clavó los ojos claros en los de la chica que se había chocado con él, poniendo una mueca, habiendo tenido que agachar la cabeza para mirarle. Fue a contestar a aquello, de forma borde, pero entonces escuchó lo que le acababa de decir. Alzó una ceja y sonrió un poco ladeado. Él ni siquiera tenía tabaco normal... siempre podía pedirle que le diese todos los cigarros que tuviese o cualquier mierda... a saber. - Preferiría algo con mas sustancia que un maldito cigarro; al menos ahora mismo. - Terminó por añadir en un casi gruñido, girando el rostro para mirar alrededor. Estaba a unos metros de la estúpida tienda que era su destino. El azúcar al fin y al cabo, si en ese mismo momento no le hacía nada, ya le haría bien tanto a él como a Kadar cuando se metiesen algo de mierda al cuerpo y el mismo se lo pidiese.
Clavó los ojos en una mirada fría y penetrante en los de la tía de la que esperaba una respuesta, pero demasiado impaciente, y poco acostumbrado a tratar de forma amigable, amable e incluso educada con nadie, puso la mano, extendiéndola un poco hacia ella, con la palma de la mano bocarriba. - Dame. - Utilizó un tono autoritario, y volvió a hablar en un gruñido.
Ayyûb K. Yesenes- Mensajes : 174
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Re: Mierda para el cuerpo
¿Alguna cosa más fuerte? Me hizo alzar la ceja, no por la petición sino por el tono. Me palpé los bolsillos buscando si llevaba conmigo una cajita metálica donde guardaba la hierba que me daba una chica de herbología y que servía la mar de bien. La sentí en mis pantalones. Me dio risa que el tipo extendiera la mano hacia mi y pidiera con un gruñido que le diera el cigarro, casi como si fuera un cavernícola y por supuesto, no aguanté la risa.
-A ver, tranquilízate. En primera, no te vendría nada mal un “por favor”.-Habiéndome criado en una familia de alemanes malhumorados, desde mis abuelos hasta mi padre, poco me importaban las miradas penetrantes de un chico que no parecía tener más de 25, yo qué iba a saber de sus costumbres asesinas. Ah sí, por cierto, la frase que le había soltado me recordaba a mi propia madre cuando me estaba educando en las buenas costumbres, terminando con mis hábitos de huérfana salvaje, una educación que ella seguía fomentando hasta el presente.
Como fuera le dejé uno de los cigarrillos en la mano pero luego saqué la caja metálica y se la enseñé agitándola un poco en su cara.-Tengo algo más fuerte aquí pero no puedo liar esto en medio de la calle.-Arqueé una ceja y le dibujé una sonrisilla sardónica, medio maliciosa.-Menos si sigues lanzándome esos sonidos guturales incomprensibles.-
De hecho, tampoco debería estar socializando mi hierba con extraños en medio de la calle para empezar pero se me estaban olvidando las normas básicas de seguridad, con todo y los rumores que había por ahí. En todo caso el encuentro había sido casual, no provocado. ¿Y qué tal que era un auror encubierto buscando adolescentes con drogas? Bueno, siempre podría decir que padecía de alguna enfermedad rara y que era legal que llevara esos hierbajos.
-¿Quieres o no?-Pues ya al grano, que aprovechara que estaba de buen humor, que quien sabe cuánto me duraría eso con un desconocido.
-A ver, tranquilízate. En primera, no te vendría nada mal un “por favor”.-Habiéndome criado en una familia de alemanes malhumorados, desde mis abuelos hasta mi padre, poco me importaban las miradas penetrantes de un chico que no parecía tener más de 25, yo qué iba a saber de sus costumbres asesinas. Ah sí, por cierto, la frase que le había soltado me recordaba a mi propia madre cuando me estaba educando en las buenas costumbres, terminando con mis hábitos de huérfana salvaje, una educación que ella seguía fomentando hasta el presente.
Como fuera le dejé uno de los cigarrillos en la mano pero luego saqué la caja metálica y se la enseñé agitándola un poco en su cara.-Tengo algo más fuerte aquí pero no puedo liar esto en medio de la calle.-Arqueé una ceja y le dibujé una sonrisilla sardónica, medio maliciosa.-Menos si sigues lanzándome esos sonidos guturales incomprensibles.-
De hecho, tampoco debería estar socializando mi hierba con extraños en medio de la calle para empezar pero se me estaban olvidando las normas básicas de seguridad, con todo y los rumores que había por ahí. En todo caso el encuentro había sido casual, no provocado. ¿Y qué tal que era un auror encubierto buscando adolescentes con drogas? Bueno, siempre podría decir que padecía de alguna enfermedad rara y que era legal que llevara esos hierbajos.
-¿Quieres o no?-Pues ya al grano, que aprovechara que estaba de buen humor, que quien sabe cuánto me duraría eso con un desconocido.
Jet Greenwood- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 27/09/2012
Re: Mierda para el cuerpo
El egipcio entrecerró loa ojos para mirar el rostro de la contraria, torciendo el gesto en una mueca disconforme por que le dijese aquello. Él no pedía por favor las cosas, y en ese momento menos aún se pondría a pedir.
Apretó la mandíbula y se quedó con la vista fija en ella hasta que notó como le ponía uno de los cigarrillos sobre la mano, apartándola entones con intención de guardarlo para fumárselo un poco después, pero entonces vio como de uno de los bolsillos se sacaba aquello; era demasiado obvio de que se trataba, y mas aún cuando la misma chavala lo decía de forma algo abierta.
Sonrió ladeado, casi copiando su gesto, añadiéndole un toque de sadismo, con un ligero brillo en los ojos.
- No gruño. - Se quejó de eso y se quedó mirándole de nuevo a los ojos de forma fija. - Venga... entonces si quieres te acompaño a algún sitio donde poder liar un par de canutos... - Dijo en un tono que intentó sonar algo amigable... todo fuera por conseguir un poco de algo que meterse, aunque fuese un simple porro.
Miró una última vez la tienda que iba a haber sido su destino, pero encontró algo mas “interesante” en el camino. Se quedaría con aquella tía por un rato y ya luego después iría a por las gilipolleces con las que intentaría saciarse.
Ahora su mirada echó un vistazo mas general a su alrededor. Apenas había estado en el lugar como un par de veces contando con esa misma, pero tenía buen sentido de la orientación, no se perdería. El problema en esos momentos era que no tenía ni puta idea de a donde podría querer ir la chavala a liarlos.
- Ayyûb. - Dijo como única presentación, mirándole de reojo, esperando su respuesta para saber como llamarle.
Apretó la mandíbula y se quedó con la vista fija en ella hasta que notó como le ponía uno de los cigarrillos sobre la mano, apartándola entones con intención de guardarlo para fumárselo un poco después, pero entonces vio como de uno de los bolsillos se sacaba aquello; era demasiado obvio de que se trataba, y mas aún cuando la misma chavala lo decía de forma algo abierta.
Sonrió ladeado, casi copiando su gesto, añadiéndole un toque de sadismo, con un ligero brillo en los ojos.
- No gruño. - Se quejó de eso y se quedó mirándole de nuevo a los ojos de forma fija. - Venga... entonces si quieres te acompaño a algún sitio donde poder liar un par de canutos... - Dijo en un tono que intentó sonar algo amigable... todo fuera por conseguir un poco de algo que meterse, aunque fuese un simple porro.
Miró una última vez la tienda que iba a haber sido su destino, pero encontró algo mas “interesante” en el camino. Se quedaría con aquella tía por un rato y ya luego después iría a por las gilipolleces con las que intentaría saciarse.
Ahora su mirada echó un vistazo mas general a su alrededor. Apenas había estado en el lugar como un par de veces contando con esa misma, pero tenía buen sentido de la orientación, no se perdería. El problema en esos momentos era que no tenía ni puta idea de a donde podría querer ir la chavala a liarlos.
- Ayyûb. - Dijo como única presentación, mirándole de reojo, esperando su respuesta para saber como llamarle.
Ayyûb K. Yesenes- Mensajes : 174
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Re: Mierda para el cuerpo
Parecía que el chico tenía una incapacidad crónica de ser amable mientras socializaba. No era algo que me sacara tal cuál de quicio ni mucho menos, tampoco me intimidaba demasiado, tal vez porque aunque no lo admitiera tal cuál, prefería ese tipo de actitudes en la gente que las ternuras, siempre y cuando no se pasaran de listos.
Le indiqué con un gesto de la cabeza que me siguiera. Conocía un lugar cerca, rodeando la ya abandonada y cada vez menos famosa Casa de los gritos, donde había ido muchas veces a hacer el tonto en distintas circunstancias y por el que, por tanto, ya sabía que casi no pasaba nadie. Alcé la ceja por la mención de su nombre, porque el tipo entonces era claramente extranjero o bien, tenía unos papás con gustos exóticos.
-Yo soy Jet.-Dije escuetamente caminando en dirección a su destino, había guardado la cajita de vuelta en los bolsillos de mi pantalón para mantenerla segura. Le señalé la casa en desuso y toda descuidada que se alzaba en la lejanía. No nos íbamos a meter ahí ni nada, solo había que caminar un poco alrededor. El trayecto no se hacía dificultoso porque todavía no había nieve, y de hecho a donde llegaríamos encontraríamos todavía una buena cantidad de pasto.
No hablé mucho en el trayecto, principalmente porque no sabía qué preguntarle o como hacerle conversación considerando que parecía ser muy arisco. Cuando llegamos al descampado, desde donde se veía más lejos el pueblo, le indiqué que se sentara y yo hice lo mismo.-¿Sabes liarlos?-Tenía pinta de que sí pero no me quitaba nada preguntarle, que pretendía que se liara su propio porro para no hacerle yo el servicio pero tampoco quería que desperdiciara mi hierba.
-La verdad no sé que es esto, me lo dio alguien de herbología, es un preparado especial.-Ni siquiera era color verde, ni marrón, nada. Tenía un color violáceo que suponía yo que era artificial para vender más con el impacto de la novedad. Le tendí la caja, esperando que el hombre no se echara a correr con ella o algo así.
Le indiqué con un gesto de la cabeza que me siguiera. Conocía un lugar cerca, rodeando la ya abandonada y cada vez menos famosa Casa de los gritos, donde había ido muchas veces a hacer el tonto en distintas circunstancias y por el que, por tanto, ya sabía que casi no pasaba nadie. Alcé la ceja por la mención de su nombre, porque el tipo entonces era claramente extranjero o bien, tenía unos papás con gustos exóticos.
-Yo soy Jet.-Dije escuetamente caminando en dirección a su destino, había guardado la cajita de vuelta en los bolsillos de mi pantalón para mantenerla segura. Le señalé la casa en desuso y toda descuidada que se alzaba en la lejanía. No nos íbamos a meter ahí ni nada, solo había que caminar un poco alrededor. El trayecto no se hacía dificultoso porque todavía no había nieve, y de hecho a donde llegaríamos encontraríamos todavía una buena cantidad de pasto.
No hablé mucho en el trayecto, principalmente porque no sabía qué preguntarle o como hacerle conversación considerando que parecía ser muy arisco. Cuando llegamos al descampado, desde donde se veía más lejos el pueblo, le indiqué que se sentara y yo hice lo mismo.-¿Sabes liarlos?-Tenía pinta de que sí pero no me quitaba nada preguntarle, que pretendía que se liara su propio porro para no hacerle yo el servicio pero tampoco quería que desperdiciara mi hierba.
-La verdad no sé que es esto, me lo dio alguien de herbología, es un preparado especial.-Ni siquiera era color verde, ni marrón, nada. Tenía un color violáceo que suponía yo que era artificial para vender más con el impacto de la novedad. Le tendí la caja, esperando que el hombre no se echara a correr con ella o algo así.
Jet Greenwood- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 27/09/2012
Re: Mierda para el cuerpo
En un principio de forma algo desconfiada miró a la chica de arriba abajo, pero las ganas de fumarse un buen canuto eran mayores, además de que sabía defenderse de sobra como para andar amariconandose ahora por lo que pudiera pasar, joder.
Siguió a la chavala cuando esta le hizo un gesto, la cual no tardó en identificarse, asintiendo un poco para dar a entender que había escuchado su nombre.
Miró hacia el que parecía ser el destino de ambos, la casa de los gritos, o sus alrededores o la mierda que fuera, pero daba igual, el caso era que él simplemente seguía a la chica de cerca, con cada vez mas ganas de sentar el culo en cualquier parte para hacer lo que iban a hacer. Su cuerpo quería algo de droga, y saber que de un momento a otro podría consumir, solo le hacía estar algo mas impaciente que en un principio cuando había estado paseando por las calles debatiéndose de si pillar una mierda u otra.
Una vez llegaron al que pareció ser el sitio donde se quedaría, se acomodó, dejando la bolsa que llevaba con las compras para su hermano a un lado, donde pudiera vigilarlo obviamente, y miró a Jet, asintiendo con la cabeza su pregunta. - Claro. - Sonrió un poco ladeado, en una mueca algo torcida, y le miró las manos, viendo que era lo que acababa de sacarse.
Él mismo sacó ahora de uno de sus bolsillos el cigarrillo que la chica antes le hubo dado y de paso algo de papel que él mismo llevaba encima; que no tuviese droga ni nada de hierba para fumar, no quería decir que no fuese a tener absolutamente nada. Cogió la cajetilla que le ofrecía y tras coger algo de ello, destrozando el cigarro empezó a hacer la mezcla, mirándola a la chica de reojo, echándose bastante mas mierda que tabaco, no tardando demasiado en terminarlo, ya con quizás, mas costumbre de la que realmente debería de tener.
Miró a la chica y se quedó por un momento mirándola de forma fija, con el ceño fruncido, a los ojos. - Jet ¿Por qué compartes tu mierda con alguien que ni sabes quien es? - Se llevó el canuto a los labios y lo encendió con la varita, dando una honda calada, ofreciéndole el resto del tabaco que a él le había “sobrado” y algo de papel.
Siguió a la chavala cuando esta le hizo un gesto, la cual no tardó en identificarse, asintiendo un poco para dar a entender que había escuchado su nombre.
Miró hacia el que parecía ser el destino de ambos, la casa de los gritos, o sus alrededores o la mierda que fuera, pero daba igual, el caso era que él simplemente seguía a la chica de cerca, con cada vez mas ganas de sentar el culo en cualquier parte para hacer lo que iban a hacer. Su cuerpo quería algo de droga, y saber que de un momento a otro podría consumir, solo le hacía estar algo mas impaciente que en un principio cuando había estado paseando por las calles debatiéndose de si pillar una mierda u otra.
Una vez llegaron al que pareció ser el sitio donde se quedaría, se acomodó, dejando la bolsa que llevaba con las compras para su hermano a un lado, donde pudiera vigilarlo obviamente, y miró a Jet, asintiendo con la cabeza su pregunta. - Claro. - Sonrió un poco ladeado, en una mueca algo torcida, y le miró las manos, viendo que era lo que acababa de sacarse.
Él mismo sacó ahora de uno de sus bolsillos el cigarrillo que la chica antes le hubo dado y de paso algo de papel que él mismo llevaba encima; que no tuviese droga ni nada de hierba para fumar, no quería decir que no fuese a tener absolutamente nada. Cogió la cajetilla que le ofrecía y tras coger algo de ello, destrozando el cigarro empezó a hacer la mezcla, mirándola a la chica de reojo, echándose bastante mas mierda que tabaco, no tardando demasiado en terminarlo, ya con quizás, mas costumbre de la que realmente debería de tener.
Miró a la chica y se quedó por un momento mirándola de forma fija, con el ceño fruncido, a los ojos. - Jet ¿Por qué compartes tu mierda con alguien que ni sabes quien es? - Se llevó el canuto a los labios y lo encendió con la varita, dando una honda calada, ofreciéndole el resto del tabaco que a él le había “sobrado” y algo de papel.
Ayyûb K. Yesenes- Mensajes : 174
Fecha de inscripción : 28/09/2012
Re: Mierda para el cuerpo
Me le quedé viendo con ojo crítico para ver si liaba bien los porros, pero resultaba que el chico sí hacía lo que hacía, y mi hierba si estaba segura. Tampoco había echado a correr. Le regresé la mirada cuando el tipo clavaba los ojos en mí y me hacía una pregunta bastante coherente pero para la que no tenía respuesta concreta. Antes de responder tomé el resto del tabaco y el papel para hacerme lo mío. Lo encendí con la varita también y le di la primera calada profunda antes de tirarme sobre el césped que dentro de poco estaría cubierto de nieve, cuando empezara el invierno.
-Porque me dio la gana.-Así de simple. En realidad nunca me había detenido a buscarle explicación lógica a las tonterías que solía hacer. Eso incluía compartir mi mierda con alguien que ni sabía quién era. La cosa era que hasta el momento siempre había tenido suerte, nunca me había metido en demasiados problemas ni había terminado arrepintiéndome de grandes cosas.
Terminé acostándome dejando todo el peso de un lado de mi cuerpo, recargando la cabeza en un brazo, mirándolo así, de costado. Entrecerré los ojos como si escudriñara cada cosa de él, desde su ceño de aparente enfado perpetuo, hasta la manera en que fumaba.
-¿Y quién eres? Ya sé que Ayyûb, pero dime algo más, para no parecer una loca que comparte sus cosas con desconocidos. En todo caso, ¿por qué aceptas droga de desconocidas?.-Técnicamente era lo mismo, ¿no?. No era descabellado pensar que podía haberle dado alguna sustancia horrible para dormirlo y abusar de él, o llevarme sus órganos para venderlos en el mercado negro de las pociones más malignas.
Al final todo se había reducido a un causal acto de confianza mutua, de esos que no debían ocurrir muy seguido en la vida. Eso o estaba buscándole tres pies al gato para no sentirme rara.
-Porque me dio la gana.-Así de simple. En realidad nunca me había detenido a buscarle explicación lógica a las tonterías que solía hacer. Eso incluía compartir mi mierda con alguien que ni sabía quién era. La cosa era que hasta el momento siempre había tenido suerte, nunca me había metido en demasiados problemas ni había terminado arrepintiéndome de grandes cosas.
Terminé acostándome dejando todo el peso de un lado de mi cuerpo, recargando la cabeza en un brazo, mirándolo así, de costado. Entrecerré los ojos como si escudriñara cada cosa de él, desde su ceño de aparente enfado perpetuo, hasta la manera en que fumaba.
-¿Y quién eres? Ya sé que Ayyûb, pero dime algo más, para no parecer una loca que comparte sus cosas con desconocidos. En todo caso, ¿por qué aceptas droga de desconocidas?.-Técnicamente era lo mismo, ¿no?. No era descabellado pensar que podía haberle dado alguna sustancia horrible para dormirlo y abusar de él, o llevarme sus órganos para venderlos en el mercado negro de las pociones más malignas.
Al final todo se había reducido a un causal acto de confianza mutua, de esos que no debían ocurrir muy seguido en la vida. Eso o estaba buscándole tres pies al gato para no sentirme rara.
Jet Greenwood- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 27/09/2012
Re: Mierda para el cuerpo
La respuesta de aquella tipa hizo que Ayyûb alzase una de las cejas en un gesto que no decía demasiado. Ella se tumbó tranquilamente y él simplemente ignoró aquél gesto, poniéndose de forma distraída a dar una honda calada al canuto que se había liado con la mierda de ella, manteniendo un momento el humo de aquello dentro antes de expulsarlo por la nariz y por la boca.
Se humedeció los labios con la punta de la lengua, notándolos algo secos, y miró de reojo a Jet en el mismo instante que notó el movimiento de ella, mirándola con los ojos entrecerrados, con la mirada afilada, viendo como el gesto de ella podría considerarse algo similar al que tenía él mismo en esos momentos en su rostro. Queriendo saber algo más, queriendo leer lo que la chica tenía en mente, o simplemente, querer dejar de sentir que le estaba mirando fijamente, aquello le molestaba. Mucho.
Sonrió ladeado con la pregunta. - Un tipo raro que necesitaba droga y encontró a alguien que le ofreció. - Se encogió de hombros, quitándole peso a aquello. Pero lo que realmente le hizo gracia, había sido la última pregunta que la tipa le había hecho. ¿Que porqué aceptaba droga de alguien que no conocía? - Me he metido mierdas peores en el cuerpo... además, que si fuese a ser algo jodido, dudo que tú misma te hubieses puesto a fumar. - Lo dijo directamente, no tenía ningún tipo de reparo, era lo que él creía. Si aquello hubiese sido algo jodido ni ella lo habría probado, y ahí estaban los dos fumando de aquellas hierbas de tonos violaceos.
Se desperezó un poco, estirándose y tras lanzarle una última mirada a la chica, para seguir de forma silenciosa fumando.
Se humedeció los labios con la punta de la lengua, notándolos algo secos, y miró de reojo a Jet en el mismo instante que notó el movimiento de ella, mirándola con los ojos entrecerrados, con la mirada afilada, viendo como el gesto de ella podría considerarse algo similar al que tenía él mismo en esos momentos en su rostro. Queriendo saber algo más, queriendo leer lo que la chica tenía en mente, o simplemente, querer dejar de sentir que le estaba mirando fijamente, aquello le molestaba. Mucho.
Sonrió ladeado con la pregunta. - Un tipo raro que necesitaba droga y encontró a alguien que le ofreció. - Se encogió de hombros, quitándole peso a aquello. Pero lo que realmente le hizo gracia, había sido la última pregunta que la tipa le había hecho. ¿Que porqué aceptaba droga de alguien que no conocía? - Me he metido mierdas peores en el cuerpo... además, que si fuese a ser algo jodido, dudo que tú misma te hubieses puesto a fumar. - Lo dijo directamente, no tenía ningún tipo de reparo, era lo que él creía. Si aquello hubiese sido algo jodido ni ella lo habría probado, y ahí estaban los dos fumando de aquellas hierbas de tonos violaceos.
Se desperezó un poco, estirándose y tras lanzarle una última mirada a la chica, para seguir de forma silenciosa fumando.
Ayyûb K. Yesenes- Mensajes : 174
Fecha de inscripción : 28/09/2012
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