Un rato de calma, para los dos

Llevaba unos días un tanto ajetreados con la carrera. La incorporación del nuevo profesor de Leyes había sido un tanto abrupta. Habían empezado con un tanto más de materia de lo esperado, sobre todo teniendo en cuenta que habían quedado un poco colgados antes de aquella sustitución, pero bueno... había tratado de sacar huecos en todo momento para poder encontrarse con Bettina, y ahora, aprovechando que había llegado el fin de semana, había decidido mandarle una nota el día antes por una lechuza, entre una clase y otra del viernes, donde le indicaba a la chica que quedarían para ir a algún lugar juntos.


Aquella relación que habían tenido ya de conocerse de años atrás, se había vuelto algo bastante más cercana que lo que en un principio él habría imaginado. Era una chica preciosa, bastante animada y que rezumaba alegría, al menos en una vista más general, era lógico que toda persona tenía sus buenos y malos días. Que aquél inocente beso que le dio años atrás no hubiese sido el único que se dieran, y que sobretodo, hubiese llegado a hacer que algo más que amistad naciera entre ambos llegaba a resultar quizás hasta fortuito.

Blake se había vestido tras darse una ducha, y salió de su facultad para dirigirse hacia donde había quedado, esperando a la chica en el lugar en el que le había citado. En realidad no había tenido un plan concreto, solo sabía que después de tomar algo en la cafetería, podrían ir a donde fuera, aprovechando el día que tenían permitido para salir, a no ser que ella decidiese que preferiría gastarlo en cualquier otra cosa. Si resultaba ser aquello segundo, simplemente pasarían un rato juntos.

Miraba de forma distraída a su alrededor, esperando que la chica no tardase en llegar, ya que fuera hacía una temperatura bastante fría y no es que se hubiese abrigado demasiado pensando que no estarían mucho tiempo al descubierto.

Una de las cosas que a Bettina le llamaba mucho la atención de Blake era que se trataba de un chico muy educado, súper correcto. La verdad no estaba acostumbrada a chicos así, por lo que más que solo llamarle la atención, era una señal para que ahora sí le echara ganas. Sobraba decir que era solo la segunda relación que tenía en su vida. La primera la había echado a perder, pero en esta tenía la intención de ser más acomedida, más atenta, fiel y dedicada. No estaba acostumbrada a ese tipo de cosas, pero a nadie le quitaba nada intentarlo, siempre y cuando no hubiera posibilidades altas de que terminara mal.

Por recibir su nota se abstuvo de desvelarse mucho el viernes. No hubo pijamada interminable con vodka con las chicas de la facultad, sino nada más una charla tranquila y nada que le provocara resaca. Así, a la mañana siguiente, se había levantado completamente fresca para bañarse, vestirse y abrigarse. Caminó desde la facultad hasta la cafetería tiritando un poco porque la chamarra de piel café que llevaba puesta no le estaba haciendo mucho el favor de resguardarla del frío.

Vio a Blake a la distancia y la chica dibujó una muy amplia sonrisa. No sabía si tenía preparado algún plan o no, pero ella sí que tenía ganas de salir. Llevaba el cabello multicolor amarrado en un chongo, así que no le estorbó nada cuando decidió echarse a correr para alcanzarlo y trepársele encima sin violencia para darle un abrazo invasor.

-Te extrañé muchísimo.-Le dijo a modo de saludo después de plantarle un beso y bajarse de él para no hacerlo perder el equilibrio.

No sabía si en algún punto a Blake le iba a molestar que fuera una encimosa, pero había costumbres que no se quitaban y esa era una. Se acomodó la ropa cuando tuvo los pies en el suelo y rápidamente le tomó la mano, después de soltar un bostezo de león, porque siendo sábado seguía siendo algo temprano para ella.

-Por ti me levanté temprano, ¿no tienes frío?-Le preguntó frotándole los brazos como para calentarlo, aunque parecía más estar jugando que estar pasándole calor. -¿Qué vamos a hacer hoy?

Se quedó de pie, tranquilamente mirando alrededor hasta que pudo identificar aquella melena multicolor, que a pesar de estar recogida, era inconfundible, de Bettina.

Sonrió a la chica y en el mismo momento que la tuvo bien cerca, habiendo visto que había acelerado el paso solo para llegar a él, sintió como le abrazaba con fuerza, alzándola él mismo un poco para que se mantuviese un poco al menos en alto, notando de paso el beso y correspondiendo al mismo. - Realmente yo también te extrañé a ti, Bett. - Le dijo mientras le bajaba de su amarre, respondiendo a sus palabras de paso.

Vio como la chica bostezo y entrelazando un poco mejor los dedos con los de ella al haber sentido su mano algo fría, tratando de darle calor, habló. - ¿Estás cansada? Si me lo hubieses dicho podríamos haber quedado a una hora mas tarde, no pensé que fuese a costarte trabajo despertarte para estar a esta hora en pie. - Le dijo algo preocupado, sintiéndose algo mal por haber sido un tanto descuidado de no haber pensado de que quizás la chica habría preferido dormir a despertarse temprano para ir a desayunar juntos. - Lo siento si hice mal, pero realmente extrañaba no poder estar contigo, y pensé que podríamos desayunar juntos y de paso pasar el día en algún lado sin que nadie nos vaya a molestar. - Le guiñó el ojo y rió un poco.

Entonces las palabras de ella hicieron que se calmase un poco. No le había molestado el tener que despertarse temprano, por estar con él. Agradeció el gesto de ella, y sin dejarla hacer más aquello, ya que quedaba algo tonto, le abrazó con fuerza contra su mismo. - No tengo frío, pero será mejor que pasemos dentro de la cafetería y ahí te explico cual fue el plan que pensé.

Abrió la puerta del establecimiento y tras que la chica pasase delante, él entró detrás, yendo directamente ambos a una mesa, donde se sentaron el uno al lado del otro.
- Si no tienes pensado ir a visitar a tu tía en esta semana, te propongo que salgamos juntos a pasar el día fuera de la universidad. No es bueno tampoco que nos pasemos el día aquí encerrados, o terminarán por fundirse nuestras neuronas con tanta asignatura y tanta presión académica.

A la chica le hacía bien levantarse temprano para variar, porque nunca aprovechaba las mañanas del fin de semana, así que cuando le preguntó si estaba cansada meneó la cabeza muchas veces, negando, y sintiendo mucha ternura porque estuviera preocupado por eso.

Era un encanto, Blake. -Siempre me pasa los sábados, es crónico, pero estoy entera.-No prefería quedarse en la cama a pasar tiempo con él y sobretodo, le siguió dando más ternura que se justificara diciendo que extrañaba pasar tiempo con ella, que podían desayunar juntos y pasar un rato a solas sin gente molestando.

Lo volvió a besar como cuando se habían saludado antes de hacer caso de su petición de pasar a la cafetería. Claro que no tenía frío, iba bien tapado, no como ella. Sonrió y le hizo un gesto exagerado parecido a una venia cuando la dejaba pasar primero, riéndose después por su tontería.

Eligió la mesa sin mucha ciencia, sentándose en la primera que vio que tenía asientos contiguos. No había mucha gente en sábado por la mañana en ese lugar, por lo que los cafés que levitaban pasaban más lento que de costumbre.

-Lo que sí es que siempre me despierto con un hambre atroz, así que ¿qué se te antoja? Yo algo muy dulce.-Como waffles cubiertos de miel para aventar para arriba, moras y mucha mantequilla. -¡No, no tengo pensado visitar a mi tía! Ni siquiera está, fue a Luxor y los tiempos no le permitían llevarme.-Lo cual era una lástima porque a Bettina le hubiera encantado visitar ese lugar, llevar a Blake también tal vez.

-No quiero de ningún modo que se me fundan las neuronas, así que una salida fuera de la universidad está bien. ¿Qué tienes en mente?-Le preguntó, ya con el bostezo, el cansancio y la hora completamente olvidados. Recargó la barbilla sobre una mano y lo miró como si estuviera algo embobada. Qué bonito se veía cuando sonreía.

Sonrió a Bettina y asintió un poco con la cabeza cuando escuchó decir que estaba bien, que no le iba mal madrugar, era bueno escuchar eso, así no se sentiría mal por verla bostezar y con el gesto algo adormilado, al menos, a esas horas del día.
Pasó uno de sus brazos por la cintura de la chica, y notó el beso que ella misma volvía a darle, girando después él el rostro para darle un suave y tierno beso sobre la comisura de los labios.

Una vez ya dentro del establecimiento, el chico dejó a la novia elegir el sitio en donde se sentarían, pero estaba claro que eso a ella no le costó mucho decidirlo, y él simplemente aceptó el lugar que ella eligió, ocupando el asiento contiguo al de ella.

No evitó sonreír de nuevo cuando escuchó a su novia decir que era de mucho hambre cuando se despertaba. - Pide todo lo que quieras, invito yo. - Le dijo con una suave sonrisa y se quedó un momento pensativo, decidiéndo a ver que se tomaría él. El al contrario que ella no era de comer en cantidades grandes a la hora del desayuno. - Creo que con un par de tostadas y un zumo voy bien. - Miró a la chica de reojo y escuchó feliz como no tendría nada que hacer ese día.

- Entonces podremos pasar el día juntos, fuera. - Era agradable poder salir con ella de forma tranquila, después de tener unos días un tanto ajetreados en los que ni siquiera se encontraban el uno con el otro, la verdad.

Se quedó un momentito en silencio, simplemente mirando a Bettina a los ojos, con una media sonrisa, notando como ella se inquietaba y acababa por insistirse en si tenía un plan o no,entonces Blake se rió un poco mientras asentía con la cabeza.

- Pensé que podríamos ir a algún parque de atracciones, o incluso al cine. - Sonrió ladeado. - A mi no me importa, eso ya te dejo a ti elegirlo.