Adaptándose

Angus agradeció haberse puesto al menos algo de ropa, aunque fueran los bóxers, porque los siguiente que vio pasar por su puerta, fue a Pearlie, a la que respondió torpe el saludo para luego buscar un pantalón. Se asomó por la puerta de la habitación para mirar a Karim y señalarlo.-Tú vas a pagar la pizza.-¿Por qué? Por haber visto a su mujer en calzones, por eso.

Cuando entró Aquila y cerró la puerta, se empezó a reír por el drama que hacía de que Karim la hubiera visto. No se lo tomó en serio y solo se siguió riendo mientras la miraba buscar ropa en ¿otra bolsa de ropa? Que al parecer Pearlie le había llevado. Cuando pasaban esas cosas volvía a recordar lo muy raro que era todo. ¿Una Burroughs y una Lillyvick en fachas en su casa viendo películas con él y con Karim? No podía ser normal. Se rió también por eso.

El licántropo tampoco se había acordado de lo de las películas. Karim tenía muy mal gusto para el cine, como Angus decía, era muy pretencioso. Pero Angus se sentía envidioso de que su abuela Georgia seguro quería más a Karim que a él. Angus no era muy entendido, le gustaba lo que le gustaba, y lo que le gustaba era Rec, Texas Chainsaw Massacre y Hellraiser. Era raro que disfrutara con otra cosa. Pero Karim parecía empeñado, le había dicho que Pearl estaba entusiasmada y Aquila no había puesto peros en su momento. No sabía qué estupidez había llevado Karim pero esperaba que al menos fuera algo ligero.

Recibió con gusto su beso y luego también viajó por el cuello y por el hombro descubierto. Se embriagó de su olor en un segundo y quiso aprovechar que la puerta estaba cerrada para volvérsela a follar pero solo la llevó contra la puerta azotándola contra ella a propósito para hacer ruido. Sin lastimarla, ni ser un bárbaro ahí adentro pero asegurándose de que sonara como tal. Se rió con ella y la besó una vez más antes de salir con su compañero de departamento y la visita.

-¿No habrás traído una cosa aburrida de mierda, verdad?-Le preguntó a Karim al abrir la puerta. Antes de salir se acordó que no se había puesto el pantalón y terminó por regresar por él. Sin camisa, que así acostumbraba cuando estaba en su casa y además, no iban a hacer nada importante, solo matar el tiempo.

Disimulé como si también creyera que ver a Lillyvick en la camiseta de Finnerty era lo más atrevido del universo y hasta me cubrí teatralmente los ojos aunque estaba ya poniendo más atención al DVD que otra cosa luego de que hiciera su escándalo, hasta pensé que Finnerty iba a salir con su manodoble a retarme a un duelo o algo así. Puse los ojos en blanco con la amenaza de pagar la pizza, por que no iba a pagar ninguna pizza, ella era la que andaba paseándose en paños menores por mi habitación, o sea la sala-cocina aunque estrictamente mi habitación era el sofá donde veríamos Inland Empire.
Le sonreí un poco a Pearl cuando me preguntaba sobre el DVD, ya sabía que estaba más que entusiasmada con el asunto de las películas y además teníamos la buena fortuna de tener un gusto similar. Estaba seguro que le iba a gustar Lynch aunque muchos pudieran encontrarlo poco digerible.

Sinceramente, no esperaba que Angus fuera a adorar el filme. De hecho, estaba seguro de lo contario, lo iba a detestar cada minuto de las cuatro horas que dudaba y la verdad si había llevado esa película en particular era por joderlo un poco y ver las caras que pondría. Hubiera sido más sencillo todo de haber elegido algo bueno y fácil de ver, algo de Woody Allen, algo de Stephen Frears, cosas así, con una narrativa más convencional. Pero no. Iban a sufrir. Y de paso, de verdad esperaba que a Pearl le gustara la película, por que era de mis favoritas.

-Mira, los aparatos muggles son cada vez más simples. Estos tres cables van al DVD en cada entrada del mismo color, y lo mismo con la televisión. Cada entrada en su color, eso es todo. ¿Y cómo vas a usarlo en tu casa? No creo que tengan instalación eléctrica ¿O si?

Por que una cosa era pedir un televisor, y otra pedir una instalación eléctrica de cumpleaños, con un montón de trabajadores muggles en casa Burroughs haciendo agujeros y dando martillazos. Pensé que Pearl ni siquiera había recordado que en cuestión de muggles casi todo funcionaba con electricidad, aunque bueno, también había soluciones. Me senté en un sillón individual dejando el sofá para los demás antes de negar enérgicamente con la cabeza y abrir la botella de vino con un accio, la mejor manera de hacerlo. Tuve que levantarme por un vaso, y de paso contestarle a Finnerty.

-Que tengas la capacidad de atención de un niño de seis años no es mi culpa. Además ya sabes cuál es el trato, mi selección, tú selección. Y todos salimos ganando.

Pues claro-que-no había recordado lo de la instalación eléctrica pero había maneras de lograrlo sin que eso fuera necesario, ¿no? Dudaba que su papá le fuera a cumplir un capricho de mayor magnitud, aunque ya se veía chantajeándolo con que ya se iría a verlas a casa de su tía Frances entonces. Soluciones había, mágicas o muggles, o de chantaje, de eso no había ninguna duda. Solo sonrió a Malik como respuesta tal cual le dijera “por favor, lo tengo todo controlado”.

Ella ya quería ver la película pasara lo que pasara, así que se quitó las zapatillas planas que llevaba y subió los pies al sillón acomodándose en una esquina porque tampoco quería estar muy cerca de Aquila y de Angus. Ella también encontraba cosas raras en todo eso, por ejemplo, saber lo que había pasado y no tenerle miedo a Angus, al menos no le temía en su estado hombre, con todo y que se aferrara a demostrar que era un bárbaro andando sin camisa todo el tiempo. Bueno, estaba en su casa pero ahora entendía de dónde había agarrado Joe sus mañas de siempre andar sin la mentada camisa.

Se acomodó y conjuró con la varita la misma tacita en la que Aquila le había servido la champaña la primera vez que habían ido Milena y ella a dejarle ropa, la quería para servirse vino. Retuvo la tacita entre sus manos como si estuviera tomando chocolate caliente de viejita. Sobraba decir que no le dio ni un ápice de vergüenza ser tan igualada con los utensilios de cocina pero es que ya tomaba a Aquila como ama y señora de la casa, y con Aquila tenía esa confianza. Ya lo que pensaran los verdaderos dueños ni lo tomaba mucho en cuenta.

Cuando empezó la película le hizo cara a Aquila de “pon muchísima atención, que esto va a ser realmente emocionante”. Y señaló la pantalla de la televisión con un dedo ansioso, aunque no sabía con qué iba a encontrarse. Entendió casi de inmediato a qué se refería Malik con que eso era otro nivel. Apenas había empezado y ella ya tenía los ojos entrecerrados tratando de captar las escenas. La música potente ya llenaba sus oídos. No era lo mismo que cuando estabas envuelta por la oscuridad en una sala de cine, pero le estaba agarrando el gusto a eso también. Y por cierto, era la primera vez que compartía eso con alguien que no fuera Malik y le daba emoción eso también.

No entendió casi nada de lo que vio en blanco y negro, pero luego captó algo interesante. La pantalla dentro de la pantalla, eso le llamaba más la atención que las amargas lágrimas de la mujer de rojo, se trataba de la idea, como si lo visual se pudiera repetir, repetir y repetir; de nuevo comenzaba a formar cosas en su mente que difícilmente encontraban buen puerto a la primera, pero que la emocionaban. Y luego llegaron los conejos.

Antes de que Angus saliera por la habitación le daba un pellizco en el trasero y se guardaba una sonrisa, poniéndose en ambiente para convivir en sociedad y quitarse ya de la mente el volver a encerrarlo para seguir follando. Respiró profundo y recuperó el humor, aunque en sí estaba bastante felíz y se suponía que, además, lo que iban a hacer esa tarde iba a ser interesante, con las películas y todo eso. Había encendido el televisor dos veces, en la primera sólo había visto joyas que vendían por televisión sin entender cómo se compraban, y en la otra había visto a un tipo rubio cocinando cosas que se veían deliciosas, y no usaba ningún artefacto muggle extraño.

Le daba un poco de desconfianza que Angus le hiciera esa pregunta sobre lo aburrido de su película a Malik, y se fue a la cocina por el par de cervezas que había sacado y pretendía llevar a la habitación. Le dio una a Angus mientras Pearlie y Karim hablaban de instalaciones, cables y cosas que sólo la hacían fruncir el ceño. Se acercó a Angus y le dio una lata viendo que Pearlie usaba la misma taza donde habían bebido champaña, sintiendo ese detalle como algo muy lindo. Contempló por un momento esa escena rarísima de estar precisamente con ellos, en esa situación, planeando una tarde de convivencia con esas cosas muggles de las que ya se enteraría. Volvió a pellizar a Angus por que todos estaban distraídos y luego se sentó en el sillón, agarrando una manta que ella misma había dejado ahí desde que Pearlie y Milena hubieran estado ahí.

Se tardó mucho en acomodar así que se perdió los segundos iniciales de la película. Se sentó normal, después subió las rodillas, después se recargó en Finnerty y al final se quedaba con las rodillas dobladas, pegada como mono a él y antes de decidirse a poner atención se miró las uñas, que ya necesitaban una manicura. Antes de que Pearlie la mirara acusadora, puso toda la atención del mundo a la pantalla y empezó a fruncir el ceño con esa rubia de cara trágica que era actriz e iba a filmar una película.

-¿Es una película sobre hacer una película? Eso es estúpido

Le dio un trago a la cerveza y escuchó unas risas grabadas con unos bichos humanoides con cabeza de conejos. Lo describía rápido, pero todo era lento. Muy lento. Lentísimo. ¿Por qué las risas?

-No entiendo el chiste. ¿Y esos conejos de dónde salieron, son animagos?

Para Angus, conocer esa parte juguetona de Aquila lo estaba matando de ganas de olvidarse del maldito Lynch y encerrarse con ella en su habitación a seguir follando y que Karim y Pearl tuvieran su follada intelectual en la sala si querían. Pero lo había prometido y era una promesa de hombres.-Pero Karim, esta mierda dura 180 minutos, eso significa que en mi turno vamos a ver dos de las mías, no seas cabrón.-Sabía que no iba a salirse con la suya, pero valía la pena intentar. Seguro Karim había escogido esa madre en plan con maña para que todos se durmieran a las dos horas y despertaran muy tarde para ver películas.

Se sentó en el sillón cerveza en mano, sin molestarse con la familiaridad con la que Pearl agarraba sus cosas. Extendió el brazo para recibir a Aquila e hizo ruidos sonoros con la garganta para incomodar al prójimo (a Karim) con su poca disposición a creerse que se la iban a pasar magnífico. Al menos él con Aquila al lado sí lo iba a pasar bien. La estrechó, esperando a que se acomodara y de hecho tampoco vio lo primero de la película por estarla viendo que se acomodara, procurándola.

Tomó su cerveza y se sintió como todo un gran hombre. Puso atención a la pantalla intentando de verdad llevarlo bien pero esos putos conejos. ¿Por qué? ¿Qué estaba pasando? Siempre lo puto mismo con las películas de Karim Malik. No quiso decir nada primero para no quedar como un imbécil pero se rió cuando Aquila dijo que una película sobre hacer una película era estúpido.

-No es, esa de REC que luego vamos a ver es casi la misma idea. -Se agachó y le besó el lóbulo de la oreja, no estaba defendiendo la película de Karim pero cuando le tocara ver a Aquila esa que a él le gustaba, no quería que dijera lo mismo. Otra carcajada cuando su mujer dijo de los animagos. -Sí, son animagos y los malportados no se registraron ante el Ministerio de Magia, por eso quedaron a la mitad, de castigo.

Le dio un larguísimo trago a su cerveza, aunque se estuviera parando al baño después. Karim se había puesto muy exquisito con su vino, otra trampa en la que él no iba a caer.

Claro que estaba subestimando a Lillyvick y hasta me reí cuando Pearl le insistía en que iba a tener su catársis y su momento de identificación aristotélica con una película de 180 minutos de David Lynch. Era como tener sexo duro sin estar mínimamente excitado, en seco. Lo sabía bien, y también tenía cierta impresión de Lillyvick que creía que no estaría equivocada, por que la había visto en Hogwarts. Está bien, nos había sorprendido a todos estando ahora con Finnerty, pero era quien era y no creía que se hubiera despertado siendo otra persona.

Yo puse atención a lo mío después de otro trago de vino, subí los pies al baúl que teníamos por centro de mesa y me dispuse a disfrutar de mi película, hacer algunos comentarios a Pearl y también regodearme con la tortura que eso sería para Finnerty y para Lillyvick de paso. Lo tomaría como una especie de venganza, a ella, a él sólo por joder, sobre todo por las veces que me había puesto a ver basuras de la peor clase donde había mucho gore y muchos gritos. Lo había odiado de verdad.

-Las películas no son la documentación de un hecho, pueden ser incluso sobre nada

Mi comentario fue para refutar a Lillyvick pero la verdad no estaba esperando una discusión muy profunda sobre si el cine debía ser descriptivo al menos en alguna medida, por que estaba seguro que nadie (salvo Pearl) querría hablar de eso, y no me iba a frustrar si ese par de filisteos no entendían nada. Menos cuando Angus salía con sus idioteces de los animagos no registrados, negué con la cabeza sonriendo.

-¿Se callan?

Me gustaba honestamente David Lynch aunque llevar específicamente ese DVD hubiera tenido que ver con la crueldad mental que quería ejercer sobre Finnerty, que seguramente se recetaría al menos las primeras tres horas sin quejarse (demasiado) con tal de que después viéramos alguna de sus basuras de terror. Y lo vi bebiendo cerveza, seguro en nada estaría yéndose al baño, se pondría a escudriñarse la barba a ver si no le había crecido un nido de golondrías, se untaría alguna de las cremas olorosas de esencia de pastelitos sonrientes que Lillyvick dejaba en cada repisa y volvería sólo para darse cuenta que apenas habían pasado siete minutos de los 180 que tendría qué aguantar.

Insistía, tenía razón Malik en eso de que ya era el otro nivel, porque le estaba costando algo de trabajo seguir el hilo. O más bien, hacer las conexiones necesarias para que ese hilo tuviera algún sentido. Tenía una cara de confusión parecida a la de Laura Dern cuando llegaba la vecina a explicarle cosas que parecían muy complejas en términos de tiempo y espacio. Mantenía el ceño fruncido y también los labios, tratando de no perderse, pero era condenadamente difícil con Aquila y Angus diciendo tonterías de animagia y Ministerio.

-Shhhht! Si no pones atención menos le vas a entender.

Le dijo a Aquila en una especie de regaño parecido al de su abuela o algo así, antes de tomar un sorbo a su taza de vino. ¡Pero era cierto! Si estaban hablando de animagos y del Ministerio que nada-que-ver menos iban a saber de qué iba todo eso, de por sí complicado como para encima no poner atención.

Esta película, para ella, no estaba siendo tan visualmente bonita como otras que ya había visto, al menos si no se contaban los decorados de las casas que de hecho le recordaban a la de sus abuelos. Era todo, la imagen parecía preocuparse más por las expresiones de los rostros.

Para ella, las imágenes no iban tan lento, ni los diálogos, pero eso era solamente porque de verdad estaba muy concentrada en entender, tal vez en un estado menos esforzado, habría sentido que en efecto, todo era lento. Le parecía que eso de los rostros tan cerca era algo muy sórdido y quiso comentárselo a Malik en voz alta pero le dio vergüenza con Aquila y con Angus y solo se encogió en el sillón, sin quitar los ojos de la pantalla y con el mismo ceño fruncido.

Ni hablar de que pensar que una escena como esa –no la que sucedía en la película, sino en su propio espacio- le hubiera parecido improbable e irrisoria en otro tiempo. Ella y Aquila, con ropa de holgazanas, viendo películas en un departamentito así, con personas así. Era igual de aparentemente inconexo e inesperado que las escenas de Lynch.

Aquila había preguntado muy en serio sobre los animagos después de reflexionar que estaba viendo una manifestación artística muggle. Muggle. Seguía con el ceño fruncido pero no por concentración como Pearl sino por indignación, mirando eso se sentía poco inteligente, y ya sabía que no era una lumbrera pero tampoco podía tener un nivel tan corto de entendimiento como para no saber qué ocurría. Eso eran un montón de cosas inconexas, no había nada que entender.

Se rió por lo bajo cuando sentía que Angus besaba su oreja, sintiendo una corriente de calor agradable en su cuerpo que la hacía pegarse más a él y recargar la cabeza en su pecho. Lo cubrió con la manta hasta los hombros sólo para abrazarlo bajo y volver a dejar atorada la mano en la pretina de su pantalón mientras fingía que le interesaba más ver la película que manosearlo. Se rió por que le había tomado la mano y se la había puesto en el pecho, mezclando su risa con el toqueteo "discreto" y lo de los animagos que no se habían registrado.

-¿Qué le pasa a esa mujer, por qué gimotea? No veo a ningún hombre con ella, esto no tiene sentido.

Volvió a fruncir el ceño y empezó a gemir igual que la protagonista, riéndose respués por que seguro Pearlie iba a empezar a perder la paciencia. Le había hablado muchas veces de lo fascinante que era el cine pero ella lo encontraba muy desesperante y lo único que se le ocurría pensar era que prefería ver al rubio que cocinaba diciendo que no se preocuparan si no encontraban zarzarmoras frescas por que podrían conseguirlas de lata. ¿Qué sentido tenía ver todas esas locuras? Agarró el brazo de Angus y empezó a olisquearle el antebrazo antes de darle unas mordiditas.

Repitió el gemido sexual de la protagonista que soltaba por quién sabe qué razón y volvió a reírse, viendo a Pearlie y a Karim clavadísimos como si estuvieran escuchando un mensaje del Ministro de Magia o algo así.

-¿Por qué llegó al patio trasero de alguien? No quité mis ojos de la pantalla y ocurrieron cosas estúpidas. Su película es estúpida

Le dio un trago muy largo a la cerveza y volvió a mordisquear a Angus, antes de acercarse a él y besar su cuello, acariciarlo con la punta de la naríz y remedar una de las líneas de la película cuando la mujer gemía, antes de que llegara a otro lado y estuviera como perdida en un montón de ideas inconexas. No entendía qué podía ver Pearlie de interesante en todo eso.

-Pues por eso gimotea, porque no tiene a ningún hombre con ella. Los está llamando, como las banshees.-Angus no sabía ni de lo que estaba hablando, ni estaba haciendo referencias reales, solamente estaba diciendo tonterías. Cuando le parecía que seguro ya habían pasado 180 minutos, veía el cronómetro del dvd y la cosa no iba más allá de 40 o menos. Se rió muy fuerte cuando Aquila comenzó a gemir como la mujer y le puso la mano en la boca pero luego la calló besándola y restregándole la barba en la cara para picarla.

Intentó poner los ojos en la pantalla y poner atención. De ese modo, Karim vería que al menos estaba haciendo el intento y no que ni siquiera lo estaba considerando, aunque ¿cómo pretendía que no dijera que era una película aburrida cuando escogía esas cosas? Podía estar teniendo su catarsis, pero el resto del mundo no tenía la culpa de que a él le gustaran ese tipo de cosas.

Apretó a Aquila entre sus brazos y le susurró que no fuera grosera con lo de la película estúpida. Sentía que él lo podía decir y bromear abiertamente, pero no quería que tuviera tensiones con Karim tan temprano, ni sabía cómo se iban a tomar los humores de uno y otro. Mejor la besó y también dio un trago largo a su cerveza. No estaba haciendo nada de provecho y veía las imágenes en la pantalla pero no les prestaba verdadera atención. Su cabeza estaba muy desconectada de las imágenes, no era como las de terror, que veías aunque no quisieras porque el morbo te empujaba, aquí no encontraba el licántropo nada de eso.

Se reacomodó en el sillón, tapó a Aquila como un bebé y olisqueó su cabello como perro también. Se dio otra media hora (un minuto en traducción Lynch) para ver parte de la película y siguió sin entender. Sabía que Malik, como su abuela, captaba cosas que él no podía pero no le interesaba aprender a leer eso tampoco, en caso de que de verdad se aprendiera a ver algo así.

-Voy por algo de comer.-Dijo haciendo a un lado a Aquila con cuidado para ir por una bolsa de frituras que abrió ruidosamente, cruzándose por encima de Aquila para ofrecerle a Pearl y luego aventarle dos a Malik en la cabeza. Se volvió a sentar abrazando a su mujer. ¿Cuánto iba, como tres minutos?

Por supuesto que iba a encontrar chocantes las preguntas de Lillyvick y me aguanté las ganas de decirle "TÚ eres estúpida" cuando decía lo de la película después de no entender lo que ocurría. Tampoco la culpaba pero sí pensaba que era algo estúpida de cualquier manera. En fin, me reí un poco como cuando uno se ríe de lo poco sensible que puede ser la humanidad pero sabiendo que, la verdad, no juzgaba a mi amigo por su nivel de paciencia con Lynch. A los diecisiete años lo hubiera hecho, ahora me daba bastante igual, y me divertía por dentro con sus reacciones sobre cómo matar el tiempo ante Inland Empire.

Pearl por su parte estaba poniendo toda la atención del mundo y podía ver que estaba concentrada. Definitivamente íbamos a comentar la película después, quería escuchar las cosas que iba pensando por que seguro se iban a parecer a lo que yo pensaba, por más que Finnerty me distrajera con sus tonterías de las banshees, las risitas de colegiales acariciándose bajo la cobija y todas las tonterías que estaban haciendo. No lo pensé mirándolos, pero después de lo de Dan y el horror de las grutas, de verdad me daba gusto que se sintiera capaz de pasar un buen rato. Le pondría todo el cine de arte infumable (como decía él) para que lo viera al lado de la semiveela con tal de que se sintiera mejor. Era una ridiculez que jamás iba a decirle, claro, pero me daba gusto no verlo hecho una mierda como pensé que iba a estar.

-Ok, le voy a poner pausa.

No le puse pausa, pero quise voltear a ver su cara de horror, seguro así dejaría de hacer tiempo con ir por algo de comer, o ir al baño, o ir a ver si había correspondencia o a llamar a su madre por si se le ofrecía algo. Volví a concentrarme cuando había en la pantalla unas escenas en blanco y negro. Le di otro trago al vino y pensé que todo hubiera sido mejor con un porro... pero mejor guardar ese porro para cuando Finnerty pusiera sus películas de sangre y tripas. Nunca había entendido cómo podía ver hasta las de hombres lobo, con todas las interpretaciones que los muggles tuvieran al respecto. Él era uno de verdad y le gustaba ver esas basuras. Quizás también había vampiros puros (no los semivampiros miserables de Cabeza de Puerco) mirando Entrevista con el Vampiro o algo así. Había pasado ya una hora.

Me comí lo que me había aventado Finnerty y me tuve que quitar del cabello, algo que jamás hubiera hecho frente a Milena, por ejemplo, y decidí que era hora de quitarme los zapatos y cambiar de acomodo en el sillón. Me gustaba la película, pero no iba a negar que era larga y el cuerpo tenía sus exigencias. Me seguía riendo por dentro de Angus horrorizado con los ciento ochenta minutos y de Lillyvick si comprender por qué alguien querría hacer una película sobre hacer una película.

A ella también la estaban distrayendo y en su caso, al contrario del de Malik que al menos ya habría visto una vez la película, las distracciones le constaban caras porque sentía que si no ponía atención al cien luego no iba a entender nada. Lo que le quedaba claro de todo eso era que, en definitiva, era la película que más le había angustiado de las que había podido ver hasta ese momento. Y no se trataba de una angustia por no terminar de entenderle a todo lo que pasaba, sino que era llanamente la sensación que le provocaban las escenas, los gestos y la combinación con la música, que era estresante.

No en el mal sentido de “me estresa, no quiero ver esto más” como seguramente se sentía Aquila, sino precisamente dentro de esa capacidad que tenía todo eso del cine, de crear un sentimiento de la nada con una combinación de factores. Hasta el momento, esa era una de las mejores cosas de su descubrimiento muggle, esas sensaciones intensas e imposibles, las reacciones de su cuerpo que no eran ocasionadas por nada físico, sino por esas imágenes que no podía tocar.

-Mejor deja que corra y cuando vuelva Angus, le regresas.

Dijo en una especie de chistesillo que pudo hacer solo porque había aprendido esas cosas básicas de "pausa, regresarle y adelantarle".

Definitivamente le encantaba todo eso. Y solo por esa razón encontró fastidioso que Aquila y Angus estuvieran como niños de diez años con sus caricitas y sus risas, bueno, ¿qué no se podían esperar? Estaba segura de que si la semiveela le hubiera puesto más atención a todo, estaría viéndolo con otra perspectiva, pero simplemente no se podía controlar. Por eso la jaló del tobillo por debajo de la cobija –esperando no encontrarse con ninguna sorpresa- y la volvió a chitar.

-¡Es que no estás viendo bien!

Y para colmo, mientras ella estaba concentrada y pensando en como interpretar a Laura Dern viendo a Laura Dern y luego cambiando de escenarios –esos eran los saltos que le costaba entender- Angus hacía un ruidazal con una bolsa de frituras. Tomó unas con la mano más por compromiso que por otra cosa, pero sentía que cada que masticaba se hacía un ruido del interior de la boca hasta su cabeza que no la dejaba pensar. Casi se ríe por pensar esa estupidez.

Se tapó la boca para reír con lo de las banshees, le puso cara de niña regañada cuando le decía que no fuera grosera con la película e hizo caso, intentando poner atención antes de que Angus se levantara y la arropara, a lo que sólo respondió con más cariñitos ridículos que se le daban bastante bien. Le susurró un "no te vayas, no me abandones" como siempre hacía cuando hacía las cosas más triviales y lo observó yendo a la cocina por las frituras que quería desde antes de que llegaran Pearlie y Malik. Le quitó unos cuantos de la bolsa , se comió uno y le dio otro a Angus en la boca, antes de limpiarle la barba.

Miró a Pearlie y a Malik con los ojos muy abiertos por la tontería esa de detenerle a la película o peor, por esa idea de Pearlie de regresarle como si no fuera ya suficiente suplicio. Le sacó la lengua con eso de su complicidad por tenerlos viendo la película más larga y extraña del universo.

-¡Pero qué tengo que ver! Es como estar viendo una pesadilla ¿Esa era la idea, ilustrar una pesadilla? Pues si es así, entonces debe ser una buena película.

No creía que eso significaba estar siendo grosera con lo de la película por que sólo estaba diciendo cosas que pensaba de verdad. Se acurrucó en el pecho de Angus y volvió a acariciar su pecho desnudo, repegándose a su piel como si no encontrara el acomodo definitivo. Lo besó de nuevo, le quitó una de esas frituras triangulares de la mano y de nuevo frunció el ceño con un montón de cosas que se repetían, aunque no eran exactamente iguales. De verdad que no podía encontrar nada de sentido a lo que veía.

Empezó a parpadear lento, siguió pasando la mano por la piel de Angus y jaló su brazo para que la mantuviera abrazada aunque estuviera comiendo. Empezó a parpadear lentamente, pero al menos ya no estaba haciendo ruido para que Pearlie mirara en paz esas locuras. Lo único que podía pensar de esa película era que parecía de esas veces en que uno está despierto pero el cuerpo está dormido y todo se mezcla de una manera extraña y sin posibilidad de despertar... ¿Pero de verdad, tanto tiempo? Podía entenderlo con la mitad. Por supuesto, cuando iban ya casi dos horas de filme y no había para dónde caminara la "historia", Aquila se quedaba dormida.

-Esto no se termina hasta que vuelvan a salir los conejos. Me despiertas Le dijo a Angus muy bajito, ya con los ojos cerrados.

Angus abrió mucho los ojos con espanto y terror cuando Karim y Pearl hacían sus bromas de poner pausas y regresarle a la película. Si lo hubieran hecho de verdad no se hubiera levantado nunca más para ir al baño, por frituras o por más cerveza. Pasó cerca de media hora haciendo todas esas cosas como Karim había bien anticipado. Al baño se levantaba por la cerveza y cuando se le acababa la cerveza, iba por más cerveza. Cuando se acababan las frituras, iba por más frituras y cuando se acabaron las frituras casi fue a la tienda, pero terminó dándole más flojera eso que Lynch.

Además se divertía con Aquila y con sus comentarios, sus mordidas y sus besos. Le olía el cabello, le regresaba los pequeños mordiscos, se reía de sus comentarios que ya estarían sacando de quicio a Karim. Él seguía viendo las imágenes y en ocasiones hasta ponía atención a los diálogos, a los que tampoco les entendía nada. Le picaba las costillas a Aquila y le daban ganas de jalarle los pies a Pearl cada que los regañaba, pero se reservaría esos sustillos para cuando fuera su turno y el momento de su venganza.

Bostezó muchas veces a lo largo de la maravillosa proyección, pero se atrevió a cerrar los ojos cuando Aquila se acomodaba entre sus brazos para echar una siesta en lo que los otros dos seguían con sus cosas. Entre risas por las cosas que Aquila decía, él también cerró los ojos. El sonido seguía llegando a sus oídos pero en algún momento se quedo tan profundamente dormido que se despertó con su propio ronquido ensordecedor y un salto, que seguro también despertó a Aquila. Se rió de su propia estupidez, muy ruidosamente.

Era momento de atrever a verse el cronómetro del DVD, pero casi se mata cuando vio que iban solo 135 minutos.-¿Cuánto más Karim? ¿Cuánto más de esta tortura? No se vale.-Se quejó como un niño pequeño. Nunca habían respetado mucho sus gustos, pero ese día se había pasado de la raya.

La verdad me reí de muy buena gana con la idea de Pearl, que era mucho mejor que la de la pausa. Regresarle a todos los minutos que Finnerty se perdía por estar haciendo tiempo yendo al baño, por más cerveza y de nuevo al baño en ese círculo vicioso de la diurética bebida, seguramente terminaríamos viendo Inland Empire en 8 horas. Estiré mi mano para que Pearl la chocara con la mía en un 5five, ya lo había hecho cuando había dicho algo muy genial y yo quería corroborarlo y le decía cosas como "eres una máquina, chócalas" o sus similares.

Yo seguía en lo mío, o sea, poniendo atención a los delirios de Lynch que siempre me habían parecido por demás fascinantes, y entendía la frustración de Pearl cuando les decía que no estaban viendo bien. Yo me había frustrado suficiente queriendo que Bleek y Angus vieran "Reconstrucction" logrando sólo que los idiotas se pusieran más borrachos de lo normal y terminaran no poniendo nada de atención a la película. Ya se me habían pasado esas preocupaciones, pero ahora me daba igual, por que sabía a quién ponerle qué cosa y sobre todo con quién comentarla.

De hecho, el comentario de Lillyvick no me parecía tan idiota como había esperado y eso de ilustrar una pesadilla tenía bastante sentido, pero claro que no iba a darle el gusto de darle la razón por que me daba cuenta que se quedaba dormida, además de todo. Yo también había llegado a pensar que las películas de Lynch eran muy oníricas y esa en particular ilustraba mucho de los delirios de la mente pero no, no se merecía nada de crédito por el comentario. Menos por que se quedaban dormidos hasta que el idiota de Finnerty despertaba con sus propios ronquidos.

-Uy te perdiste lo más ineresante, deja le regreso...

Tomé el control queriendo asustarlo antes de que dijera lo de los minutos y yo me riera. Pearl no estaba aburrida y yo tampoco, menos sabiendo que ellos no podía más con su alma. Los quejidos de Finnerty eran música para mis oídos.

-¿Te calmas? Ya viene el desenlace.

Ese desenlace la estaba angustiando, incluso le sacó un par de sustos que se sintieron como paros cardiacos minitoy. Luego de chocar la mano con Malik no pudo quitar los ojos de la pantalla por el mismo terror y la angustia que le provocó la escena de los disparos, con esas caras distorsionadas que le hacían querer cerrar los ojos, que le provocaban dar un brinco, o querer mirar hacia otro lado aunque no hacía ninguna de esas cosas y terminaba con los ojos bien abiertos, acumulando todo ese terror inesperado. Seguía fascinada por ese asunto del rostro.

Mientras los créditos comenzaban a correr, y ya habiendo hecho caso omiso total de las locuras de Aquila y Angus, Pearlie sentía que volvía a respirar con normalidad, como si ya no estuviera tensa, porque lo había estado, al menos los últimos minutos. Había habido partes que, naturalmente, se le habían hecho largas, muy confusas, muy extrañas. Seguramente no había entendido ni 1/3 o en todo caso, no terminaría por concretar cualquier pensamiento que le hubiera saltado, pero había aprehendido algunas cosas y quería asumir que para su nivel de iniciación, esos detalles eran importantes, que no era necesario hacer un análisis minucioso y concienzudo de genio mientras mirabas la pantalla, sino pensarlo después, comentarlo, saber qué pensaba el otro. Claro, le quedaba claro qué pensaban Aquila y Angus.

-Son unos latosos.

Dijo levantándose del sillón. Apenas y se había tomado la taza de vino completa, así que se sirvió más, sentía la boca seca. Se estiró como un gato, se tronó la espalda –un gesto que su mamá odiaba por encima de todas las cosas- y tuvo que sonreír a Malik porque sí, porque nunca la defraudaba. Todo eso había sido muy raro, pero le gustaba quedarse con la cabeza embotada de pensar y que tuviera en qué ocuparse después, o que se le quedara durante días. Y se había terminado sorprendiendo en la parte visual, también.

Le dieron ganas de besarle la mejilla y darle las gracias otra vez, como la primera ocasión en que le había presentado el cine, pero no hizo ninguna de esas cosas y ya, solo sonrió. Le dio unas palmaditas a Aquila en las piernas como último resabio de la reprimenda.

-¡No puedo creer que te hayas dormido. Y tú roncas horrible.

Lo último se lo había dicho a Angus, la verdad la había hecho soltar una risita cuando se despertaba con su propio ronquido-gruñido. Quería hablar y hablar y hablar con Malik, pero tampoco era cosa de agobiar a nadie. Además le estaba dando hambre.

Sí se había dormido un rato, por que tuvo sueños extraños de estar ahí mirando la película pero con los conejos animagos sin registro sentados con ellos. Se despertó un poco espantada con el ronquido de Angus y se sobresaltó pero después se carcajeó sin reparos de que él mismo se hubiera despertado con sus ruidos de oso. Los dos se rieron muy fuerte cuando seguían pasando cosas raras en la pantalla, otra vez a blanco y negro, con una mujer que sufría mucho ¿Qué no era la actriz polaca? Eso era lo que había entendido, si es que había algo qué entender.

Volvió a besar a Angus luego de sus quejas frustradas y bebió la cerveza que le quedaba antes de haberse dormido. Estiró las piernas, las volvió a doblar y finalmente se acostó en el regazo de Angus para terminar de ver la película. Tenía razón, los conejos estaban ahí de nuevo, y la vieja siniestra del principio. Al fin terminaba ¡Terminaba! Levantó las manos como si los Appleby Arrows hubieran ganado y hasta soltó un woo-hoo de porrista cuando Pearl se levantaba. Había sobrevivido a su primera película ¿Todas eran así de largas y desquiciantes? Si era así, le gustaban más las ventas por televisión. También se levantó pero no se puso de pie en el piso, sino en el sofá, sentándose en el respaldo para abrazar a Angus con las piernas.

-¿Como que no puedes creerlo? Pearlie, en serio... hubieran elegido algo bonito, algo de amor. ¿Qué vamos a poner nosotros, eh? Vamos a buscar el DVD

Eso último se lo había dicho a Angus, empujando un poco su cabeza y después levantándose para jalonearlo de la mano hacia la habitación. Era su turno de torturarlos, pero la verdad no tenía ni idea de qué clase de películas le gustaban a él, aunque por lo que se veía en las portadas todas incluían sangre, monstruos y cosas como de Halloween. Es sonaba mucho más divertido.

Se levantó a la cocina, bebió agua y se puso a mirar los papeles pegados al refrigerador pensando que tenía hambre y habría que pedir algo, aunque también le comían las ansias por ir al fin a su curso de buena esposa para hacer cosas por sí misma. Era totalmente mágico y se preguntó si había cursos de esos para muggles ahora que había tantos aparatos ahí alrededor, pero se sentía absolutamente perdida al respecto. Sería mejor ver el programa del tal Jamie Oliver.

A Angus le dio mucha risa entre que hacía muchos años que no le decían latoso y el grito de felicidad de Aquila. También se rió por lo bonito y lo de amor. Ahora que le tocaba escoger, no iba a escoger una bonita ni de amor, pero seguro que mantendría atenta a Aquila, a la que le dio unas palmadas en el muslo cuando se sentaba en el respaldo del sillón. La dejó levantarse mientras él pensaba en cuál sería la película adecuada para la ocasión. Y fue hacia la habitación para rebuscar entre sus DVDs, aunque Malik ya estaría adivinando qué tipo de cosas iban a ver ahora, conocía bien sus gustos.

Le gritó a Aquila desde adentro para que fuera a ayudarlo y a darle el visto bueno a lo que había elegido en vez de estar viendo el refrigerador. –Ahorita pido la pizza- Le dijo con el teléfono en la mano, llamando para hacer la orden que ya sabía que Malik no pagaría aunque se lo había ordenado, él también tenía hambre. No pidió la opinión de los demás porque a todo mundo le gustaba la pizza, y les iría bien con el vino y a ellos con la cerveza, todos contentos.

-Mira, esto es lo que les voy a poner, verdadero cine de calidad.-Le dijo a la semiveela enseñándole la caja de El Exorcista, muy orgulloso de su elección. Podía haber montones de películas con la misma temática, pero seguía asegurando que ninguna como esa y que le seguía poniendo la piel de gallina. Ya se moría por ver las reacciones de Pearl y de Aquila, que parecían tener gustos muy dispares respecto al cine, esperaba que a su mujer sí le gustaran esas cosas, porque si tenía una reacción negativa hacia El Exorcista, jamás iban a poder ver películas juntos.

-Una obra maestra, te lo digo yo. No como esas cosas pretenciosas que trajo Malik, esto es bueno de verdad. Te va a erizar la piel, vas a ver. -Le dijo agarrándola por la cintura para luego darle unas palmadas en el trasero y darle la caja para que ella misma hiciera la presentación de su turno.

Le di un trago al vino, y de la botella, me dio absolutamente igual el vaso o la taza o el tazón de cereal de donde estuviera bebiendo y también me levanté a estirar el cuerpo como Pearl, que buena falta hacía. También fui al baño, por eso me perdía los comentarios de Lillyvick sobre llevar algo lindo y de amor, que la verdad no me hubiera costado trabajo. De hecho antes de ir allá pensé que quizás algo de Woody Allen era una buena manera de iniciarse en el cine pero al final había preferido torturarlos con Lynch, y la verdad no me arrepentía. Cuando salí del baño Angus ya iba por su selección especial y yo me acerqué a Pearl, tomando la botella entera de vino de la "mesa" de centro y chocándola con su taza.

- Esto fue demasiado intenso ¿Qué te pareció? Ya sabía que ibas a poder con Lynch, y no sólo con Lynch, con esta en particular. Después tenemos que ver "Solaris", también es larga, pero esta vez podríamos prescindir de Finnerty y de Lillyvick.

Bueno, de todos modos se dormirían. Ya se imaginaba que Angus les pondría a ver algo de horror y no sabía qué clase de aguante pudiera tener Pearl al respecto, por eso se me ocurrió que había sido buena idea pedir de comer antes y no hacerlo durante la película, pero luego cambié de opinión. Que no fuera algo de gore o terminaría vomitando todo. Yo no, ella. A mi no solían provocarme ninguna reacción esas películas más que fruncir el ceño preguntándome dónde estaba la trama y el desarrollo de personajes. Había muy pocas cosas rescatables en el género.

-Ah, además fue tu primer DVD. Te vas a tener qué acostumbrar, aunque a mi también me gustaría ver todo en pantalla grande.

Escuchaba las voces lejanas de Finnerty desde su habitación cuando me fui a hurgar la alacena y encontré una pop tart que seguramente alguien estaba guardando para un momento especial por que estaba bien oculta.

-Encontré tu pop tart, lobo estúpido.

La abrí y le corté un trozo, ofreciéndole también a Pearl. Teníamos esa regla absurda en casa de que no había propiedad alimenticia y si alguien quería reservarse algo más valía que se escondiera bien. Por eso a veces había cosas bajo los sillones del sofá, en las repisas del baño o cosas así de absurdas. Finnerty no había sido muy creativo y había creido que guardándola en una caja de detergente iba a lograr algo. Una vez más mi astucia para saber dónde escondía la chatarra lo derrotaba.

Angus era muy feliz. Había terminado la tortura Lynch, estaba manoseando a Aquila en su habitación sin que a nadie le importara seguramente porque Karim y Pearl estarían hablando sobre Lynch y a él no le importaba nada sus percepciones cinematográficas, iba a llegar la pizza e iban a ver El Exorcista.

Se sentía bien todo eso, sentir que lo tenía momentáneamente todo aunque técnicamente siguiera siendo el mismo de siempre y peor, es una versión no precisamente mejorada, sino terrible. Ahora sabía que eso de los licántropos era un asunto mucho más delicado, ahora sabía que podía matar. Pero ni eso, ni la película de seiscientas horas, le iba a quitar la buena disposición para el resto de la noche.

Hasta estuvo a punto de cerrar la puerta para follarse a Aquila otra vez, total, si Lynch había durado cien años, su conversación podía durar cien años también o al menos el tiempo en que él se la follaba. Pero la voz de Karim diciéndole que había encontrado su pop tart que tan bien había escondido en la caja de detergente lo hizo correr hacia la puerta.

-NOOOOOOOOO, MIS BEBÉS-Gritó con drama asomándose para ver como el maldito bastardo se estaba comiendo su chatarra, victorioso. Aquila ya había encontrado un paquete de lo mismo entre sus calzones y una bolsa de doritos atrás de su shampoo, empequeñecida con un hechizo.

Miró a Karim con cara de reproche-La pizza llegará en nada, al menos espero que pongas la mitad, parásito.-Se lo dijo ya con toda la ira de saber que había perdido la ronda de la contienda de la comida. Que se fuera al diablo, mañana se iba a comprar una caja entera y la iba a esconder en la basura, a ver si así.

Algo bonito, algo de amor, le hubiera gustado también, pero Inland Empire no le había desagradado para nada y le había dejado mucho en qué pensar. Se había vuelto a acomodar en el sillón cuando regresaba Malik y chocó su taza con la suya.

-Mira, no alcancé a entender todo, se me escapan un montón de cosas, pero voy a pensarlas. ¿Sabes qué? Hay algo muy básico que sí llamó mi atención, casi todo eran close ups, poner particular atención en el rostro y en los gestos, como si en eso radicara parte de la potencia de lo que está contando. Ya sabes, que eran parte esencial del fenómeno. No sé qué estoy diciendo, lo pensaré durante mis noches de insomnio.

Hizo gesto de que olvidara todo lo dicho, porque hasta ella sabía que no había terminado de procesar gran cosa, y tampoco quería ponerse intensa porque Aquila pensaría que ya había perdido la razón. Asintió, prescindir de Angus y Aquila sonaba esencial en ese momento. Tal vez a Aquila le habría gustado Delicatessen si la hubiera visto, la escena del tipo del circo y la hija del carnicero. Todavía estaba tratando de medir el grado de malicia de Malik en su elección.

-¡Sí! Brindemos por mi primer DVD, ahora viene el segundo.

O sea, la elección de Angus, que en cierta medida también le emocionaba porque tenía ganas de ver sus gustos y ver cosas distintas. Todo era cosa de conocer más y más, porque se le había creado una adicción extraña, que estaba en su punto, porque seguía casi con la misma emoción de la primera vez.

No supo qué le dio más risa de lo que pasó después, si que Malik le dijera a Angus “lobo estúpido” o que Angus saliera de la habitación corriendo y gritando “noooo, mis bebés”. Soltó una risa casi incontrolable por las dos cosas, apenas y pudo tomar el pedazo del bebé de Angus que Malik le ofrecía. Las veces que había visto a Angus en el bar, en los terrenos y hasta en las fiestas, había pensado que era un tipo completamente diferente: misterioso, hasta medio callado, siempre sensato excepto en su borrachera, pero aún así con ciertos portes ante la vida que no incluían llamarle “bebés” a sus pop tarts. Se siguió riendo mientras se llevaba el pedazo a la boca. Eran unos tontos.

La verdad era que la portada no le decía gran cosa sobre la película, pero sí que se veía algo siniestra. Tenía que confiar en los gustos de su hombre así que eso hizo, asintiendo convencida mientras echaba un ojo a la descripción de la película que había atrás y sonriendo cuando le palmeaba el trasero, manoteando como si no le gustara sólo por reflejo, justo cuando Malik le decía a Angus que era un lobo estúpido y él salía gritando como un loco.

Ya sabía de la historia de esconder comida por la casa. El primer día, en un momento muy solemne en el que ella se sentía como una invitada ahí, algo le había incomodado al recostarse en su cama y sacó de abajo de la sábana un paquete de algún tipo de galletas. Le había contado de qué se trataba y desde entonces le había dicho que si quería lograr algo tendría que ser más creativo, por que al menos ella se había encontrado con muchas cosas. Fue a abrazar a Angus por detrás, como si lo consolara por la gran pérdida aunque se rió con Pearlie a escondidas de ambos, poniendo los ojos en blanco hacia ella como queriéndole decir ¿Puedes creerlos?

En esos pasos que había regresado al licántropo a la habitación volvió a besarlo y dejó la puerta emparejada, tomando una de sus manos para que la metiera bajo su short y de paso su ropa interior, agachando la mirada al sentir ese súbito golpe de calor cuando lo tenía cerca, aunque fuera así, a las carreras y con Pearlie y Malik afuera esperando. No se tomó mucho tiempo aunque con gusto hubiera cerrado la puerta para follárselo de nuevo, y de nuevo, y de nuevo, pero El Exorcista los esperaba.
Salió de la habitación a toda prisa, con toda la intención de dejar a Angus sólo con esa provocación, agitando la caja de la película en el aire.

-Prepárense, esto es verdadero cine de calidad.

No tenía idea de lo que decía, sólo estaba parafraseando a Angus y como toda una conocedora se acercó al DVD pero se quedó congelada frente a los pocos botones del aparato negro, delgado y minimalista como todos, o la mayoría de los aparatos muggles.

De la pop tart, Angus ya no tenía más qué hacer, pero el dolor por haber perdido se le pasó rápido cuando Aquila lo metía de nuevo a la habitación y lo hacía meter la mano debajo de su ropa interior. La besó con ahínco y la acarició, la otra mano la había vuelto a meter entre su cabello y su nuca porque ahora que tenía ese permiso no paraba de aprovecharse de ello. Le encantaba su cabello. La arrinconó contra la pared más cercana con todo y la puerta apenas cerrada, pero no tuvo tiempo de hacer nada porque ella tomaba su distancia. El Exorcista esperaba.

Se quedó en la habitación haciendo tiempo porque tenía una obvia e inminente erección que no quería dejar de manifiesto enfrente de Pearl y de Karim, así que hizo como que se quedaba buscando más cosas y sonrió solo por escuchar a Aquila parafrasearlo. Ya que volvió a la normalidad regresó a la sala y se acercó a su mujer para ayudarla a poner el DVD, para luego lanzarle la caja a Karim para que evaluara su elección.

Miró a Pearl y la sintió indefensa, pero eso era una justa venganza.-Vas a ver, te va a gustar.-Y si no le gustaba que culpara a Karim, porque el grado de espantosidad de su elección era proporcional al grado de tortura que él les había aplicado primero.

Se sentó en el sillón y le hizo señas a Aquila para que se sentara otra vez a su lado dándole unas palmaditas a un cojín. Se sentía contento y también tenía ganas ya de ver sus reacciones, ya quería ver las caras de las dos. En gran medida como fuera a reaccionar Aquila a eso marcaría algo muy importante en su vida de pareja. Le besó la oreja y luego le dio un beso más intenso aunque estuvieran enfrente de quien fuera, porque se había quedado con la sensación que ella le había provocado ahí adentro.

-La voy a poner ya, tú te paras cuando llegue la pizza.-Le dijo a Karim. Debería haber un servicio de pizza mágico en el que las pizzas aparecieran en la mesa y ya, en lugar del molesto proceso de pararte a abrir la puerta. Podrían inventar un negocio así. Pero primero lo primero, El Exorcista.

Me reí con la boca llena pero procurando no verme como un completo asco ante Pearl por que, bueno, quedaba mal, pero no me iba a quedar con las ganas de burlarme de Finnerty como cuando él se había comido mis crumpets ocultos en un libro falso del librero. Y me había hecho mirar, casi ahogándose de risa por su triunfo. Era algo así, pero menos dramático, y hasta le había compartido a Pearl. Me terminé la pop tard con todo el placer del mundo, como si estuviera comiendo caviar de beluga o algo así, enseñándole el dedo del medio cuando me decía que iba a pagar la mitad.

Me gustó ver reír a Pearl con las tonterías y sólo me reí más hasta que Lillyvick salía agitando un DVD, robándose una frase de Finnerty y haciéndome temer por mi vida. Me había hecho ver cosas del calibre de Wishmaster, Leprechaun y el Muñeco de gengibre asesino. Esperaba el peor de los tormentos con la novia de Chucky o algo así, pero no, de hecho, la selección estaba bastante decente. Era una buena película.

Como sonó el timbre y yo ya estaba parado no tuve problemas con abrir la puerta, y de hecho pagué la estúpida pizza sólo por alardear de mis ahorros con los malabares el verano pasado, en la operación muggle más anodina del mundo. Como siempre que llegaba una pizza, el hambre se me triplicaba y la puse en la mesa de centro, prescindiendo de platos por que ahí había suficientes servilletas.

-Pearl, si tienes hambre más vale que comas ahora. Después será demasiado tarde.

Lo decía por la película, nadie querría estar masticando pizza al ver vomito verde salir de la boca de Linda Blair. Empecé a comer voraz y sin delicadeza, como siempre que había pizza y películas y nada de qué preocuparse. Estaba comiendo parado y le señalé a Pearl el sillón individual.

-¿Quieres cambiar lugar? Mira, te cuento... aunque el director nunca quiso que esta fuera considerada una película "de terror" lo es. Tuviste suerte, es buena, una joya comparada con las porquerías que suele poner Finnerty.

Se tardó un poco en que se le fuera la risa, pero hasta la pop tart le supo más rica por los dramas de Finnerty, aunque fuera una cosa infame de pensar. Sonrió a Angus con la inocencia de la vida cuando le dijo que la película le iba a gustar. ¿Por qué iba a ser demasiado tarde si no comía de una buena vez? No se lo quiso preguntar, porque el olor de la pizza ya le había provocado muchísima hambre, así que se arrodilló sobre el baúl – mesa de centro para tomar un trozo y comerlo en servilleta. Nunca había hecho tal cosa, eso de no comer en plato, podía parecer una estupidez pero era cierto, tenía miedo de terminar toda batida. De todos modos olvidó sus miedos cuando se dio cuenta de que no era tan difícil maniobrar y se quedó en el piso mientras Finnerty ponía la película que ya moría de curiosidad por ver.

Asintió cuando Malik le ofreció cambiar de lugar pero no se levantó inmediatamente del piso, al menos hasta que no dejó de hablar. Qué bueno que era una joya y uno una porquería, entonces sí que tenía suerte, aunque no estaba muy segura todavía de cuáles eran los parámetros del cine de “terror”, ella ya se había medio asustado con las caras horribles en la película de Lynch.

Se levantó del suelo y se sentó en el sillón donde antes había estado Malik, con un par de rebanas de pizza de reserva y los pies sobre el piso porque sino sentía que no estaba comiendo correctamente. La película empezó muy normal, e inofensiva. Con excavación arqueológica y el demonio Pazuzu, pero nada terrorífico ni espantoso. Se daba cuenta que todo parecía mucho más fácil de hilar que las otras películas que había visto, o sea que todo era muy sencillo.

Incluso cuando apareció la actriz temiendo por los cambios hormonales de su hija creyó que todo era bastante fácil de digerir, por suerte ya había terminado la pizza antes de que todo se pusiera demasiado feo. Las cosas que habían sucedido hasta el momento en pantalla no eran nada fuera de lo común, ya comenzaba a preguntarse en qué momento pasaría lo emocionante como para que Malik la catalogara de joya. Por un momento hasta se había puesto a pensar en que ya quería que Aquila se casara para que ella fuera la madrina y tonterías por el estilo, perdió el hilo pero a diferencia de otras ocasiones, siguió entendiendo todo lo que sucedía. Muy lejos estaba la pobrecita de saber que venía la parte espantosa.

Aún intentendando manipular los botones del DVD, seguía pensando en la sensación de los dedos de Angus entre su cabello y la presión con la que la había arrinconado en la pared de la habitación. Le sonrió cuando se acercaba con ella para operar el aparato y sentía que ya no se le iban a olvidar lo símbolos pues después de todo los muggles habían hecho funcionar sus cosas de manera muy práctica, como había dicho Malik cuando intentaba explicarle a Pearlie sobre los cables.

De cine no sabía nada y después de su primera experiencia sentía que podría vivir sin volver a ver un filme pero confiaba en las decisiones de su hombre y tenía ya muchas ganas de ver qué tan distintas eran las cosas que a él le gustaban. De Pearlie no podría saber nada, seguro le llevaba ya varias películas de ventaja y tenía un criterio más definido. Llamaron la puerta como la primera vez que Angus había llamado por teléfono y al poco rato llevaban comida al apartamento. Tomó sólo una rebanada con la ridícula costumbre de quitarle algo de la superficie a la pizza y dársela en la boca a su hombre. Siempre había sido demasiado demostrativa con su cariño, pero era el primer momento en que alguien se acoplaba bien a sus modos y no le estaba diciendo todo el tiempo que se comportara y se dejara de tonterías, como cuando lo había intentado con Jeremiah.

El exorcista. Había escuchado del término "exorcismo" en algunos libros de principios de las artes oscuras y trabajo con magia demónica y esas locuras, los magos aparentemente no tenían esos conflictos de fe que parecían tener los protagonistas de la película con sus íconos, sus curas y sus "pecados". Era interesante, también había pensado que la parte de la excavación era algo lenta pero después de todo no parecía ajena, como un historiador de la magia recolectando ídolos de antaño y cosas así. Después de comer se acurrucó en Angus de nuevo.

-¿Qué tiene que ver el cura anciano y Pazuzu con esta señora? ¡Mira! También es actriz y está haciendo una película. ¿Todas las películas son sobre hacer películas?

Lo tenía que volver a preguntar por que lo veía, y trataba de entender qué tenían que ver las escenas del desierto con las de la ciudad pero seguramente esa respuesta iba a llegar sola en la película. O eso esperaba, por que en la película de Karim nunca habían llegado sus respuestas sobre los malditos conejos. Miró la pantalla con atención, preguntándose qué clase de relación iba a haber entre las dos cosas y perdiendo un poco la paciencia pero confiando plenamente en que la película de su hombre iba a tener más sentido.

-¿Han oído de posesiones demoniacas en magos? Qué miedo. ¿Quién va a ser el poseído? Ya quiero saber.