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Carnita en el bosque
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Autumn Brackminster
Sofie Luttrell
Shadow Burroughs
Clarisse Brackminster
Luke Rayder
Aldrich Burroughs
Joseph Crawford
Milena Nikonova
Karim Malik
Pearlie F. Burroughs
14 participantes
Página 1 de 1.
Carnita en el bosque
Con todo el asunto de la expulsión y las nuevas reglas que había que seguir a riesgo de ser expulsado uno también, había que encontrar cosas qué hacer para los ratos de ocio. Le había contado a Malik que una vez, en unas vacaciones particularmente horribles, le había pedido a los elfos domésticos de su casa que le enseñaran alguna receta y con eso se había entretenido, él al parecer también tenía algún tipo de dote culinaria aunque sus métodos eran distintos y habían terminado por pensar que era muy buena idea conseguir un asador chiquito y hacer algo en el bosque para matar el tiempo, combinando técnicas y haciéndole un bien a la humanidad con una buena comida de técnica mixta.
Pearlie se había encargado de conseguir los ingredientes. Técnicamente le había suplicado a McCreary, la decana de su facultad y una mujer estricta pero particularmente linda, que la dejara tomar suministros de las secretísimas cocinas de Brigantia. Dado que se había ganado su confianza por estar en el comité organizador de las fiestas y el Samhain estaba próximo, y todo parecía ir más o menos a bien sin contar las polémicas sobre la licantropía y las normas horribles represivas de la expulsión de Immëndorff y Orlowsky, McCreary fue muy amable y al final Pearlie consiguió lo que necesitaba.
Y Malik, pues ya se encargaría de la parte social, que al parecer se le daba bien porque había congregado mucha gente para la fiesta esa donde ella había terminado dándole un batazo a Markus. A ella le daba igual si iban solo dos personas más o veinticinco, aunque no iba a alcanzar la carne si eran veinticinco.
Ella le había dicho a Joe, naturalmente. Y había acompañado la invitación con una ñoñada tipo “para que sepas mis dotes culinarias para cuando nos casemos”, por más que la idea pareciera una locura por donde se le viera, ya había aprendido a estar menos tensa respecto a todas esas cosas, que ya explotarían cuando tuvieran que explotar. Mientras, tenía permiso de ser toda una ridícula.
Malik ya estaba ahí prendiendo el asador pequeñito que también había logrado conseguir siendo buena con McCreary. No esperaba que la decana les hubiera conseguido una súper parrilla, ni mucho menos. Mientras esperaban a la gente –aunque Pearlie tenía a Joe en el concepto de impuntual- ella intentaba convencerlo de que la llevara a la Tate Modern en cuanto salieran del encierro, quería ver cosas nuevas una vez que pudieran huir de ahí, aunque fuera un fin de semana.
Pearlie se había encargado de conseguir los ingredientes. Técnicamente le había suplicado a McCreary, la decana de su facultad y una mujer estricta pero particularmente linda, que la dejara tomar suministros de las secretísimas cocinas de Brigantia. Dado que se había ganado su confianza por estar en el comité organizador de las fiestas y el Samhain estaba próximo, y todo parecía ir más o menos a bien sin contar las polémicas sobre la licantropía y las normas horribles represivas de la expulsión de Immëndorff y Orlowsky, McCreary fue muy amable y al final Pearlie consiguió lo que necesitaba.
Y Malik, pues ya se encargaría de la parte social, que al parecer se le daba bien porque había congregado mucha gente para la fiesta esa donde ella había terminado dándole un batazo a Markus. A ella le daba igual si iban solo dos personas más o veinticinco, aunque no iba a alcanzar la carne si eran veinticinco.
Ella le había dicho a Joe, naturalmente. Y había acompañado la invitación con una ñoñada tipo “para que sepas mis dotes culinarias para cuando nos casemos”, por más que la idea pareciera una locura por donde se le viera, ya había aprendido a estar menos tensa respecto a todas esas cosas, que ya explotarían cuando tuvieran que explotar. Mientras, tenía permiso de ser toda una ridícula.
Malik ya estaba ahí prendiendo el asador pequeñito que también había logrado conseguir siendo buena con McCreary. No esperaba que la decana les hubiera conseguido una súper parrilla, ni mucho menos. Mientras esperaban a la gente –aunque Pearlie tenía a Joe en el concepto de impuntual- ella intentaba convencerlo de que la llevara a la Tate Modern en cuanto salieran del encierro, quería ver cosas nuevas una vez que pudieran huir de ahí, aunque fuera un fin de semana.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Carnita en el bosque
No supe si mis dotes sociales eran lo que Pearl creía, por que seguía atribuyendo el éxito de la fiesta de Finnerty a que los dioses del panteón celta habían querido que todo fuera muy grandilocuente. Quién sabe, la verdad tampoco tenía tantas ganas de ver a todo santo mundo, sólo a Mila, aCrawford (por que de todos modos ahí estaría), Finnerty estaría muy ocupado atendiendo a todos los que pasaban el día en al bar por no tener la libertad de ir a donde les diera la gana y... bueno, yo le había comentado a Regina, a los Stoner y a Marie, por si se querían pasar por ahí.
El asador que Pearl había conseguido no estaba mal, y todo era fácil de resolver con un par de incendios bien conjurados, aunque todo había qué decirlo, me sentía como si estuviera viajando de Londinium a Calumodunum (O sea de Londres a Colchester) en tiempos del imperio romano, y estuviéramos deteniéndonos para cocinar algo pues los caballos estaban cansados. Qué estupidez.
Yo, volvía a decirlo, no era indio, pero vivir en Hounslow me había dotado de ciertos rasgos culturales indios, por que además Tahira vivía con un montón de gente rara bengalí que me había enseñado recetas tradicionales bastante decentes. Como era octubre, los de herbología tenían su jardín de legumbres y no me había costado pedirle a Regina que consiguiera algunas calabazas y papas. Las tenía peladas, y tenía en mi baúl especias ¿Por qué? Por que las especias siempre eran necesarias. Garam masala barato del Sainsburys, cúrcuma, polvo de chile seco. Era simple.
-¡Ya sé! Yo te quería llevar a la exposición de Gerhard Richter, es un gran pintor. Pero bueno, da igual... ya habrá algo genial en la Tate cuando levanten el castigo, no quiero que pierdas tu matrícula. Ni yo la mía, la verdad. Oye ¿Qué vas a cocinar hoy? Yo tengo un plato indio buenísimo para ti. Bueno, para todos, ya sabes, que todos terminen intoxicados hoy
En la parrilla raquítica que habíamos conseguido sería capaz de cocinar un aloo tarkari para envenenar a todo el mundo. La verdad no era malo cocinando pero me gustaba decir que sí sólo para perturbar al prójimo. Miré a todos lados esperando que Mila ya se acercara a las inmediaciones para plantarle un beso. Mientras tanto, el aceite de mostaza se estaba calentando. Sí, había que encontrar maneras de matar el tiempo ahora que sólo teníamos ese lugar para estar. Era como Hogwarts, el encierro, quiero decir. De todos modos, no estaba mal. Admitía que la libertad me había hecho apreciar poco el gran lugar en el que estábamos, y ese claro del bosque era inmejorable.
El asador que Pearl había conseguido no estaba mal, y todo era fácil de resolver con un par de incendios bien conjurados, aunque todo había qué decirlo, me sentía como si estuviera viajando de Londinium a Calumodunum (O sea de Londres a Colchester) en tiempos del imperio romano, y estuviéramos deteniéndonos para cocinar algo pues los caballos estaban cansados. Qué estupidez.
Yo, volvía a decirlo, no era indio, pero vivir en Hounslow me había dotado de ciertos rasgos culturales indios, por que además Tahira vivía con un montón de gente rara bengalí que me había enseñado recetas tradicionales bastante decentes. Como era octubre, los de herbología tenían su jardín de legumbres y no me había costado pedirle a Regina que consiguiera algunas calabazas y papas. Las tenía peladas, y tenía en mi baúl especias ¿Por qué? Por que las especias siempre eran necesarias. Garam masala barato del Sainsburys, cúrcuma, polvo de chile seco. Era simple.
-¡Ya sé! Yo te quería llevar a la exposición de Gerhard Richter, es un gran pintor. Pero bueno, da igual... ya habrá algo genial en la Tate cuando levanten el castigo, no quiero que pierdas tu matrícula. Ni yo la mía, la verdad. Oye ¿Qué vas a cocinar hoy? Yo tengo un plato indio buenísimo para ti. Bueno, para todos, ya sabes, que todos terminen intoxicados hoy
En la parrilla raquítica que habíamos conseguido sería capaz de cocinar un aloo tarkari para envenenar a todo el mundo. La verdad no era malo cocinando pero me gustaba decir que sí sólo para perturbar al prójimo. Miré a todos lados esperando que Mila ya se acercara a las inmediaciones para plantarle un beso. Mientras tanto, el aceite de mostaza se estaba calentando. Sí, había que encontrar maneras de matar el tiempo ahora que sólo teníamos ese lugar para estar. Era como Hogwarts, el encierro, quiero decir. De todos modos, no estaba mal. Admitía que la libertad me había hecho apreciar poco el gran lugar en el que estábamos, y ese claro del bosque era inmejorable.
Karim Malik- Mensajes : 257
Fecha de inscripción : 10/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Cuando le plantearon toda la idea sobre el asado en el bosque, había que decirlo, se había entusiasmado bastante. Lo del castigo seguía teniéndola demasiado inquieta sin mayor motivo aparente, pero ya había prendido a no discutir con esos impulsos caprichosos, sino a tratar de canalizarlos en algo de provecho. Así que mejor canalizar toda esa energía nerviosa en adelantar lecturas (había sacado un par de libros sobre muggleología de la biblioteca, qué decir, no había querido tomar la materia durante el colegio), en escribir más y en no desaprovechar oportunidad para quitarle la ropa a Karim, que como buen novio le tocaba sacrificarse.
A ella realmente no se le había ocurrido pedirle nada a Orlowsky porque de alguna manera le parecía algo extraño pedirle facilidades para el ocio después del castigo levantado, aún y si ella ni siquiera había estado en la cafetería ese día, pero en fin. Además tampoco era demasiado cercana al decanato – de una manera estrictamente académica, vamos – como para sentirse en confianza de hacer esa clase de peticiones. Debió de haberse anotado con Pearlie a lo del comité del Samhain. No entendía mucho de la fiesta aún pero precisamente para eso estaba estudiando. Tal vez en la próxima fiesta se podría involucrar más.
El caso es que era una persona puntual. A la hora en que le habían dicho ahí iba a estar. No llevaba ni ingredientes ni bebida, mucho menos licor, porque no iba a arriesgar su matrícula por salir a comprar algo por mucho que sus modales le dijeran que no era de cortesía llegar con las manos vacías, aunque fuera un asado organizado por sus amigos. Había conseguido algunas órdenes de galletas en la cafetería (que si le gustaban) y zumo de calabaza (que no le gustaba mucho), pero no más. En fin.
- ¡Yo quiero ir! No sé de que hablan, pero yo quiero ir. – Les sacó la lengua al acercarse muy sonriente. Primero dejó las cosas que llevaba junto al resto de ingredientes, y después se fue a saludarlos como se debía: besando primero a Pearlie en la mejilla y luego acercándose a Karim para abrazarlo por la espalda un segundo y besarle el cuello. Era muy mimosa y no le incomodaba mostrarse así en público.
- Ya, díganme, en qué les ayudo. – No era la cocinera de las dotes culinarias más impresionantes en el mundo mágico, vamos, pero no había matado a nadie aún en las veces en que se había aventurado a la cocina. Su madre no preparaba nada, así que en casa casi todo lo preparaban los elfos domésticos bajo supervisión de su abuela, pero en su curiosidad alguna vez se había decidido. Hablando de curiosidad, también sentía mucha por el ahora novio de Pearlie, que no le había dejado la mejor de las impresiones, pero algo a favor debería a tener para que ella estuviera con él, así que iba con buena fe dispuesta a darle una segunda oportunidad. Volvió a besar a Karim en el cuello y luego lo soltó.
A ella realmente no se le había ocurrido pedirle nada a Orlowsky porque de alguna manera le parecía algo extraño pedirle facilidades para el ocio después del castigo levantado, aún y si ella ni siquiera había estado en la cafetería ese día, pero en fin. Además tampoco era demasiado cercana al decanato – de una manera estrictamente académica, vamos – como para sentirse en confianza de hacer esa clase de peticiones. Debió de haberse anotado con Pearlie a lo del comité del Samhain. No entendía mucho de la fiesta aún pero precisamente para eso estaba estudiando. Tal vez en la próxima fiesta se podría involucrar más.
El caso es que era una persona puntual. A la hora en que le habían dicho ahí iba a estar. No llevaba ni ingredientes ni bebida, mucho menos licor, porque no iba a arriesgar su matrícula por salir a comprar algo por mucho que sus modales le dijeran que no era de cortesía llegar con las manos vacías, aunque fuera un asado organizado por sus amigos. Había conseguido algunas órdenes de galletas en la cafetería (que si le gustaban) y zumo de calabaza (que no le gustaba mucho), pero no más. En fin.
- ¡Yo quiero ir! No sé de que hablan, pero yo quiero ir. – Les sacó la lengua al acercarse muy sonriente. Primero dejó las cosas que llevaba junto al resto de ingredientes, y después se fue a saludarlos como se debía: besando primero a Pearlie en la mejilla y luego acercándose a Karim para abrazarlo por la espalda un segundo y besarle el cuello. Era muy mimosa y no le incomodaba mostrarse así en público.
- Ya, díganme, en qué les ayudo. – No era la cocinera de las dotes culinarias más impresionantes en el mundo mágico, vamos, pero no había matado a nadie aún en las veces en que se había aventurado a la cocina. Su madre no preparaba nada, así que en casa casi todo lo preparaban los elfos domésticos bajo supervisión de su abuela, pero en su curiosidad alguna vez se había decidido. Hablando de curiosidad, también sentía mucha por el ahora novio de Pearlie, que no le había dejado la mejor de las impresiones, pero algo a favor debería a tener para que ella estuviera con él, así que iba con buena fe dispuesta a darle una segunda oportunidad. Volvió a besar a Karim en el cuello y luego lo soltó.
Milena Nikonova- Mensajes : 117
Fecha de inscripción : 16/09/2012
Re: Carnita en el bosque
A mi la verdad nunca me había gustado eso de permanecer encerrado por mucho tiempo en un lugar en concreto, por muy grande que este fuera, y ese siempre había sido mi puto problema con el viejo Hogwarts, al que con todo el respeto del mundo, me lo había tenido que pasar por debajo de los huevos con todo y sus jodidas reglas para escaparme de vez en mucho al exterior. Como fuera, de un colegio de esa clase se entendía tener ese tipo de restricciones considerando que dentro solo había un montón de niñitos cagones que no sabían ni cruzar una puta calle muggle.
Sin embargo Brigantia, es decir joder… ya saben lo que ha pasado, con la puta nueva regla que el decanato había impuesto según “las circunstancias” (y había que decirlo, por culpa de Luttrell y el otro hijo de puta), uno tenía que permanecer aquí encerrado cual animal de zoo… justo como sucedía en Hogwarts. Peor, la universidad tenía medidas de seguridad mucho más estrictas y escapar de ella no era como ir de puto día de campo, además de que uno corría el riesgo latente de ser expulsado y venga… no es como si existieran otras 300 universidades mágicas de ese nivel.
Así pues, no nos quedaba más remedio que rifarnos bajo esas métricas y tratar de seguir pasándola bien aun cuando recién acabábamos de salir de una pequeña tormenta de situaciones toca-cojones. Por mi parte, la gran ventaja que tenía era que recién iniciaba una relación formal con Pearlie Burroughs. Ese día, la chica en conjunto con su nuevo amigo del alma Malik, habían organizado una pequeña parrillada dentro del Bosque de Andarta, invitando a unos cuantos colegas y todo con la idea de pasar un buen rato… que en todo caso sería el primero en conjunto de para mí después de la muerte de Dan.
Me puse unos pantalones negros medio deslavados, una camiseta con estampado de los Scorpions y los tennis que me había comprado el mismo día que Ann me había ayudado a elegir un regalo para Pearlie. Como no podíamos salir de Brigantia para hacernos de víveres y tal, tendría que sacrificar un Zyr que guardaba en la reserva personal debajo de mi cama (sí, unas seis botellas añejándose junto a los calcetines olvidados y demás mierdas). Droga no llevaba, ni pastillas ni polvo ni hierba ni nada, así que por esta vez alguien más tendría que compartirle al buen Joe.
-Estoy listo para probar tus dotes culinarias, cariño. Las tuyas también Malik, aunque me esté arriesgando a morir de una puta intoxicación-
Llegué dándole un puñetazo en el hombro a Malik, que como ya les he dicho no era así como mi puto colega… abracé y besé en la mejilla a Milena (con todo y que la idiota me había jodido llevándose as Pearlie aquella vez en Hogsmeade), y finalmente abracé y besé a Pearlie, sin demasiado decoro pero tampoco devorándomela como puto salvaje. Aun estábamos en etapa de medir el terreno y tal, ver cómo iban funcionando las cosas y llevarlas con cuidado con todo y que a veces a Pearlie se le fuera la olla y comenzara a hablar de bodas y esas cosas. Normal pues, no podría esperar otra cosa considerando su impacto al estar con alguien como yo…
-Le dije a Sveinsson y también a Rayder que se pasaran por aquí. ¿No hay problema, verdad?, si no alcanza la carne, voy y les traigo a esos dos unas putas ardillas o algo. Miren, traje un poco de agua celestial...-
Sin embargo Brigantia, es decir joder… ya saben lo que ha pasado, con la puta nueva regla que el decanato había impuesto según “las circunstancias” (y había que decirlo, por culpa de Luttrell y el otro hijo de puta), uno tenía que permanecer aquí encerrado cual animal de zoo… justo como sucedía en Hogwarts. Peor, la universidad tenía medidas de seguridad mucho más estrictas y escapar de ella no era como ir de puto día de campo, además de que uno corría el riesgo latente de ser expulsado y venga… no es como si existieran otras 300 universidades mágicas de ese nivel.
Así pues, no nos quedaba más remedio que rifarnos bajo esas métricas y tratar de seguir pasándola bien aun cuando recién acabábamos de salir de una pequeña tormenta de situaciones toca-cojones. Por mi parte, la gran ventaja que tenía era que recién iniciaba una relación formal con Pearlie Burroughs. Ese día, la chica en conjunto con su nuevo amigo del alma Malik, habían organizado una pequeña parrillada dentro del Bosque de Andarta, invitando a unos cuantos colegas y todo con la idea de pasar un buen rato… que en todo caso sería el primero en conjunto de para mí después de la muerte de Dan.
Me puse unos pantalones negros medio deslavados, una camiseta con estampado de los Scorpions y los tennis que me había comprado el mismo día que Ann me había ayudado a elegir un regalo para Pearlie. Como no podíamos salir de Brigantia para hacernos de víveres y tal, tendría que sacrificar un Zyr que guardaba en la reserva personal debajo de mi cama (sí, unas seis botellas añejándose junto a los calcetines olvidados y demás mierdas). Droga no llevaba, ni pastillas ni polvo ni hierba ni nada, así que por esta vez alguien más tendría que compartirle al buen Joe.
-Estoy listo para probar tus dotes culinarias, cariño. Las tuyas también Malik, aunque me esté arriesgando a morir de una puta intoxicación-
Llegué dándole un puñetazo en el hombro a Malik, que como ya les he dicho no era así como mi puto colega… abracé y besé en la mejilla a Milena (con todo y que la idiota me había jodido llevándose as Pearlie aquella vez en Hogsmeade), y finalmente abracé y besé a Pearlie, sin demasiado decoro pero tampoco devorándomela como puto salvaje. Aun estábamos en etapa de medir el terreno y tal, ver cómo iban funcionando las cosas y llevarlas con cuidado con todo y que a veces a Pearlie se le fuera la olla y comenzara a hablar de bodas y esas cosas. Normal pues, no podría esperar otra cosa considerando su impacto al estar con alguien como yo…
-Le dije a Sveinsson y también a Rayder que se pasaran por aquí. ¿No hay problema, verdad?, si no alcanza la carne, voy y les traigo a esos dos unas putas ardillas o algo. Miren, traje un poco de agua celestial...-
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Se había topado con Malik por los pasillos y entre que le preguntaba por aquello del cine que casi le hizo creer que Pearlie se había enamorado de él perdidamente y de cuándo se iban por unas cervezas se enteró de una reunión pequeña –o eso le asumió Aldrich- que iba a ser en el bosque, algo relacionado a unas carnes, sólo le dijo que llegaría algo tarde porque le tocaba hacer una poción que no llegó a hacer por faltar a una clase gracias a una gripe pasajera.
Sabía que Malik tenía novia y siempre que alguien con pareja organizaba algo a Aldrich le parecía que era un evento para parejas, no para solitarios que fuesen a elegir a una de esas parejas para hacer el mal trío. No iba a ir con su hermana, y de sus amigas en ese momento la primera que se le vino a la mente fue Sofie, era amiga de los que hasta ahora sabía como confirmados asistentes, qué mejor que estar todos entre amigos.
Tras acabar una clase a las tres de la tarde buscó a Luttrell y no fue difícil encontrarla, estaba saliendo del aula de periodismo, le explicó las cosas que sabía y hasta le exageró de forma amigable, se sentía de especial buen humor ese día, tanto que hasta le dijo a su hermana que ella fuese si quería pero que se buscase pareja o no podría, aunque le guiñó un ojo, ojalá lo hubiese visto para que luego no lo acuse de mentiroso.
Se fue con ella hasta su habitación para que ella se duche y haga todas esas cosas que las muchachitas consideraban tan importantes, él iría como estaba, ni que hubiese tenido clase de Quidditch. Se quedó sentado en uno de los sillones de la sala de convivencia esperándola mientras pensaba en algo para llevar, no era de los que guardaban muchísimo licor en su baúl pero podía hacer agua-ron, agua-pisco, agua-vodka y varias cosas interesantes. Necesitaba solo algunas botellas para que pareciese menos clandestino o antihigiénico que el usar una bolsa plástica, no sabía si Aquila estaría allí, ella que era tan quisquillosa como bonita.
Como a las cinco y cuarto finalmente bajó Sofie, estaba muy guapa y así se lo dijo, él ya había encontrado algunas botellas viejas que con un simple hechizo dejó limpias y llenas de agua para después convertirlas en licores distintas. Eran solo tres, una de cada cosa. Le dijo a Sofie que si lo que tenía en su bolso era para la reunión pero no le dijo nada, seguramente por estar de pesado diciéndole que era mentira lo de que sería su casamentera, que ahora los abuelos lo desheredarían.
Llegaron a las cinco y media más o menos y tras pasar a darle un abrazo a su prima saludó a todos para luego presentarle sus botellas, hasta se había olvidado los cigarrillos, volteó entonces hacia Joseph porque lo tenía más cerca.-¿Será que tienes algo para fumar?
Sabía que Malik tenía novia y siempre que alguien con pareja organizaba algo a Aldrich le parecía que era un evento para parejas, no para solitarios que fuesen a elegir a una de esas parejas para hacer el mal trío. No iba a ir con su hermana, y de sus amigas en ese momento la primera que se le vino a la mente fue Sofie, era amiga de los que hasta ahora sabía como confirmados asistentes, qué mejor que estar todos entre amigos.
Tras acabar una clase a las tres de la tarde buscó a Luttrell y no fue difícil encontrarla, estaba saliendo del aula de periodismo, le explicó las cosas que sabía y hasta le exageró de forma amigable, se sentía de especial buen humor ese día, tanto que hasta le dijo a su hermana que ella fuese si quería pero que se buscase pareja o no podría, aunque le guiñó un ojo, ojalá lo hubiese visto para que luego no lo acuse de mentiroso.
Se fue con ella hasta su habitación para que ella se duche y haga todas esas cosas que las muchachitas consideraban tan importantes, él iría como estaba, ni que hubiese tenido clase de Quidditch. Se quedó sentado en uno de los sillones de la sala de convivencia esperándola mientras pensaba en algo para llevar, no era de los que guardaban muchísimo licor en su baúl pero podía hacer agua-ron, agua-pisco, agua-vodka y varias cosas interesantes. Necesitaba solo algunas botellas para que pareciese menos clandestino o antihigiénico que el usar una bolsa plástica, no sabía si Aquila estaría allí, ella que era tan quisquillosa como bonita.
Como a las cinco y cuarto finalmente bajó Sofie, estaba muy guapa y así se lo dijo, él ya había encontrado algunas botellas viejas que con un simple hechizo dejó limpias y llenas de agua para después convertirlas en licores distintas. Eran solo tres, una de cada cosa. Le dijo a Sofie que si lo que tenía en su bolso era para la reunión pero no le dijo nada, seguramente por estar de pesado diciéndole que era mentira lo de que sería su casamentera, que ahora los abuelos lo desheredarían.
Llegaron a las cinco y media más o menos y tras pasar a darle un abrazo a su prima saludó a todos para luego presentarle sus botellas, hasta se había olvidado los cigarrillos, volteó entonces hacia Joseph porque lo tenía más cerca.-¿Será que tienes algo para fumar?
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Lo del ataque en las grutas lo tenía todavía un poco trastocado, como a todos los que habían estado ahí, pero no era nada que le tuviera de ánimo tan decaído como para querer encerrarse en su habitación y no querer salir de ahí nunca jamás. No había sido particularmente cercano a Dan, pero tratándose de Regina, mierda...
Tampoco es que considerara a Angus Finnerty su gran colega. Hasta el momento había sido el amigo de Joe y el hermano de Peach que lo mataba de miedo cuando era un crío torpe de catorce años, pero todo lo tenía con un muy mal sabor de boca. Aunque le hubieran regresado su empleo y todo volviera más o menos a la normalidad, nada quitaba que alguien hubiera muerto y que había ya decenas de personas exigiendo la cabeza del licántropo en una pica (vale, no tan literal, pero el escándalo en protesta por que el lobo siguiera en Brigantia seguía sonando).
Que hablando de Peach, después de que Joe le contara de lo del asado en el bosque, la había invitado tras encontrársela una tarde en la sala de convivencia con una expresión bastante triste en el rostro. Le había comentado a Loulou por si quería pasarse por ahí también, que sabía de sobra era otra que necesitaba relajarse, pero no tenía planes de llegar acompañado de la manita de su hermana, y es que con respecto a Peach Finnerty, más que armarse de valor para invitar a salir a una chica que le había gustado demasiado toda la vida, o por lo menos desde que había comenzado a interesarse en el sexo femenino, la veía tan decaída que esperaba salir un rato de la facultad y distraerse un poco le fueran a subir el ánimo. No podían salir de Brigantia a causa del castigo - que él por lo menos no estaba llevando de tan mala manera -, pero el asado a él le parecía buen plan. Y bien, vale, algo de nerviosismo sentía por el hecho de llegar acompañado de ella, porque la seguía encontrando demasiado guapa. Pensar en alguien así después de todo el fiasco con Sofie creía, era buena señal. De cualquier manera no creía intentar nada demasiado osado, no quería aprovecharse de que ella estuviera pasando un mal rato, Luke no era así. Tan solo distraerse, reír un poco, que él también tenía bastantes cosas encima de las que necesitaba despejarse.
La esperó en la sala de convivencia, vistiendo como siempre lo hacía, con un par de jeans oscuros y una camiseta negra. Le sonrió al verla y de camino se puso a conversar con ella sobre cualquier cosa para mantenerla entretenida. Su cercanía lo seguía poniendo algo inquieto, pero ya no era el mismo lelo que en su adolescencia temprana, aunque se hubiera golpeado con una puerta y una pared no hacía mucho por quedarse idiotizado mirándola.
El también llegó con una botella de whisky de esas que guardaba en su baúl, algo de marihuana en el bolsillo y por supuesto, su tabaco. Cuando llegaron alcanzó a escuchar a Joe diciendo alguna ridiculez sobre cazar ardillas para alimentarlo, lo que casi le arranca una carcajada, pero en vez de eso se acercó a él y le dio un puñetazo en el hombro. - La puta ardilla te la comes tú, ¿vale? -
A Pearlie la saludó besándola en la mejilla - a él en lo personal le daba gusto lo de Joseph y ella, que veía al cabrón bastante interesado y haciendo un gran esfuerzo por portarse como gente decente - y a Karim y a la rubia (a quien se había quedado mirando un poco más de lo debido) con un apretón de manos. - Luke. - Dijo presentándose a los que no conocía. - Y ella es Peach. - Por si alguien no la conocía a ella tampoco, pensando en concreto en Pearlie y la rubia, qué sabía él. - ¿Quieres algo de beber? Antes de que nos vayamos a cazar ardillas por ahí como cavernícolas. - Le dijo a Finnerty, dando además un vistazo alrededor para ver en qué podía ayudar.
En eso vio a Aldrich llegar con Sofie. No, no se le hacía más fácil verla. Sí, seguía dolido y seguía sin intención alguna de hablarle, porque sentía que por una vez en su vida, prefería portarse como un patán egoísta en lugar de regresar a abrazarla y asegurarle que seguían siendo amiguitos como siempre, porque no era así. Que mierda, por una vez en su vida iba a pensar en él primero. No iba a ponerse a sabotear lo suyo con Adair, pero no quería tener nada que ver. A ella apenas y la saludó con un escueto y frío asentimiento, mientras que a Aldrich le ofreció uno de sus cigarrillos. No iba a pensar más de lo necesario en sus problemas con Sofie, ni con Anne, ni en nada más. El iba con Peach a comer y emborracharse como ya iba tocando hacer.
Tampoco es que considerara a Angus Finnerty su gran colega. Hasta el momento había sido el amigo de Joe y el hermano de Peach que lo mataba de miedo cuando era un crío torpe de catorce años, pero todo lo tenía con un muy mal sabor de boca. Aunque le hubieran regresado su empleo y todo volviera más o menos a la normalidad, nada quitaba que alguien hubiera muerto y que había ya decenas de personas exigiendo la cabeza del licántropo en una pica (vale, no tan literal, pero el escándalo en protesta por que el lobo siguiera en Brigantia seguía sonando).
Que hablando de Peach, después de que Joe le contara de lo del asado en el bosque, la había invitado tras encontrársela una tarde en la sala de convivencia con una expresión bastante triste en el rostro. Le había comentado a Loulou por si quería pasarse por ahí también, que sabía de sobra era otra que necesitaba relajarse, pero no tenía planes de llegar acompañado de la manita de su hermana, y es que con respecto a Peach Finnerty, más que armarse de valor para invitar a salir a una chica que le había gustado demasiado toda la vida, o por lo menos desde que había comenzado a interesarse en el sexo femenino, la veía tan decaída que esperaba salir un rato de la facultad y distraerse un poco le fueran a subir el ánimo. No podían salir de Brigantia a causa del castigo - que él por lo menos no estaba llevando de tan mala manera -, pero el asado a él le parecía buen plan. Y bien, vale, algo de nerviosismo sentía por el hecho de llegar acompañado de ella, porque la seguía encontrando demasiado guapa. Pensar en alguien así después de todo el fiasco con Sofie creía, era buena señal. De cualquier manera no creía intentar nada demasiado osado, no quería aprovecharse de que ella estuviera pasando un mal rato, Luke no era así. Tan solo distraerse, reír un poco, que él también tenía bastantes cosas encima de las que necesitaba despejarse.
La esperó en la sala de convivencia, vistiendo como siempre lo hacía, con un par de jeans oscuros y una camiseta negra. Le sonrió al verla y de camino se puso a conversar con ella sobre cualquier cosa para mantenerla entretenida. Su cercanía lo seguía poniendo algo inquieto, pero ya no era el mismo lelo que en su adolescencia temprana, aunque se hubiera golpeado con una puerta y una pared no hacía mucho por quedarse idiotizado mirándola.
El también llegó con una botella de whisky de esas que guardaba en su baúl, algo de marihuana en el bolsillo y por supuesto, su tabaco. Cuando llegaron alcanzó a escuchar a Joe diciendo alguna ridiculez sobre cazar ardillas para alimentarlo, lo que casi le arranca una carcajada, pero en vez de eso se acercó a él y le dio un puñetazo en el hombro. - La puta ardilla te la comes tú, ¿vale? -
A Pearlie la saludó besándola en la mejilla - a él en lo personal le daba gusto lo de Joseph y ella, que veía al cabrón bastante interesado y haciendo un gran esfuerzo por portarse como gente decente - y a Karim y a la rubia (a quien se había quedado mirando un poco más de lo debido) con un apretón de manos. - Luke. - Dijo presentándose a los que no conocía. - Y ella es Peach. - Por si alguien no la conocía a ella tampoco, pensando en concreto en Pearlie y la rubia, qué sabía él. - ¿Quieres algo de beber? Antes de que nos vayamos a cazar ardillas por ahí como cavernícolas. - Le dijo a Finnerty, dando además un vistazo alrededor para ver en qué podía ayudar.
En eso vio a Aldrich llegar con Sofie. No, no se le hacía más fácil verla. Sí, seguía dolido y seguía sin intención alguna de hablarle, porque sentía que por una vez en su vida, prefería portarse como un patán egoísta en lugar de regresar a abrazarla y asegurarle que seguían siendo amiguitos como siempre, porque no era así. Que mierda, por una vez en su vida iba a pensar en él primero. No iba a ponerse a sabotear lo suyo con Adair, pero no quería tener nada que ver. A ella apenas y la saludó con un escueto y frío asentimiento, mientras que a Aldrich le ofreció uno de sus cigarrillos. No iba a pensar más de lo necesario en sus problemas con Sofie, ni con Anne, ni en nada más. El iba con Peach a comer y emborracharse como ya iba tocando hacer.
Última edición por Luke Rayder el Dom Oct 28, 2012 11:13 am, editado 2 veces
Luke Rayder- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Los asuntos con el decano Suberland, todos de trabajo, la habían retenido más tiempo del esperado, su jornada laboral había finalizado. Caminaba por los pasillos cercanos a la enfermería, dirección a tomar el primer traslador que la dejara en Londres (ese prohibido para los alumnos) cuando chocó de frente con su hermano. Ambos Brackminster quedaron anonadados con la presencia del otro en Brigantia, abrieron la boca para decir algo pero la cerraron inmediatamente casi de forma automática. Clarisse desvió los ojos hacia la bolsa que su hermano llevaba en la mano, arrugó el ceño y cuando volvió a poner sus ojos claros en los miel de Adair, el chico sonrío con todo el desdén del mundo.
- ¿Qué llevas ahí? – alargó la mano para quitarle la mencionada bolsa pero el osado era más alto y levantó el brazo – Adair, estás encerrado en Brigantia, ¡no hagas estupideces!
- No hago nada, cálmate Clarisse – como si no lo conociera después de diecinueve años. Cruzó los brazos y su mirada se endureció tanto que hizo bufar a Adair, gruñir un par de cosas y adelantar las manos para mostrar el interior, todas botellas de alcohol y demases. La rubia miró a su hermano como “¿en serio?”, ambos enarcaron la ceja a la vez y el chico sonrío, ya que la suma autoridad había pillado su intento de embriagarse en el asadero, ¿qué más daba? - ¿Ahora vas a reportarme a los decanos?
- Ahora, te voy a patear el trasero por irresponsable – quitó la bolsa y apretó los labios - ¿Tu crees que debes poner tu matrícula en riesgo por un ratito de diversión? - el chico no contestó, encogió los hombros y miró hacia el bosque dónde había un rastro de humo, el que anunciaba el asadero allá lejos en Andarta.
- Es solo una reunión de amigos – usó un matiz inocente mientras pasaba un brazo por el hombro de su hermana que quitó casi de forma automática con un movimiento rápido. El chico volvió a insistir, puso otra vez la mano por encima de su hermana y empezó a caminar a su lado, guiándola sin que ella supiera hacia la fiesta - ¿Cuántos años tienes Clarisse?
- ¿Qué has fumado que ya ni coherente piensas? – el chico negó con la cabeza e hizo un gesto para que respondiera a su pregunta – Veinticuatro, Adair, veinticuatro. ¿Dónde quieres llegar?
- En que pareces una vieja amargada – tenía ganas de enseñarle un par de conjuros de vieja amargada pero entonces cayó en la cuenta de porque la tenía agarrada de ese modo y estaban caminando en dirección contraria a su traslador… iba a la fiesta, asadero, reunión de amigos, lo que fuera, la llevaba a la fiesta. Adair entendió por los gestos de la muchacha que su hermana, tan lista como siempre, ya había pillado sus inocentes intenciones – ¿No quieres rememorar tu vida como universitaria? Prometo que será todo inocente.
Guardó el “si, ya” que iba a salir de sus labios. Miró a su hermano, el reloj y rodó los ojos emprendiendo el paso ella sola, sin ayuda gracias, hacia donde estaba la columna de humo. Iba en calidad de hermana mayor y en especial de auror, vigilaría esa tarde a su hermano menor para evitar que terminara cometiendo estupideces que pusieran en juego su matrícula, solo faltaba un disgusto como aquel para su padre. Adair unos pasos atrás iba muerto de la risa, no podía creerse que hubiera convencido a una de sus correctas hermanas. Los dos llegaron al asadero, el muchacho fue raudo a quitar la bolsa a su hermana para ir a la parrillada dónde estaban Crawford y Pearlie, arrastrando a su hermana con él, quisiera o no. Tan metido estaba en privar a Clarisse de libertad que ni cuenta se dio que estaba Sofie con Aldrich o Luke con Peach, nada, él fue directo a donde había buen aroma.
- Hola a todos. ¿Qué hay para comer? ¿Hamburguesas? – enarcó una ceja y posó los ojos en la chica – No intentes imitar al McDonals – Clarisse carraspeó y miró a su hermano – Esto, es Marie – usó el primer nombre de su hermana para presentarla, no quería sembrar el pánico con una auror presente.
- ¿Qué llevas ahí? – alargó la mano para quitarle la mencionada bolsa pero el osado era más alto y levantó el brazo – Adair, estás encerrado en Brigantia, ¡no hagas estupideces!
- No hago nada, cálmate Clarisse – como si no lo conociera después de diecinueve años. Cruzó los brazos y su mirada se endureció tanto que hizo bufar a Adair, gruñir un par de cosas y adelantar las manos para mostrar el interior, todas botellas de alcohol y demases. La rubia miró a su hermano como “¿en serio?”, ambos enarcaron la ceja a la vez y el chico sonrío, ya que la suma autoridad había pillado su intento de embriagarse en el asadero, ¿qué más daba? - ¿Ahora vas a reportarme a los decanos?
- Ahora, te voy a patear el trasero por irresponsable – quitó la bolsa y apretó los labios - ¿Tu crees que debes poner tu matrícula en riesgo por un ratito de diversión? - el chico no contestó, encogió los hombros y miró hacia el bosque dónde había un rastro de humo, el que anunciaba el asadero allá lejos en Andarta.
- Es solo una reunión de amigos – usó un matiz inocente mientras pasaba un brazo por el hombro de su hermana que quitó casi de forma automática con un movimiento rápido. El chico volvió a insistir, puso otra vez la mano por encima de su hermana y empezó a caminar a su lado, guiándola sin que ella supiera hacia la fiesta - ¿Cuántos años tienes Clarisse?
- ¿Qué has fumado que ya ni coherente piensas? – el chico negó con la cabeza e hizo un gesto para que respondiera a su pregunta – Veinticuatro, Adair, veinticuatro. ¿Dónde quieres llegar?
- En que pareces una vieja amargada – tenía ganas de enseñarle un par de conjuros de vieja amargada pero entonces cayó en la cuenta de porque la tenía agarrada de ese modo y estaban caminando en dirección contraria a su traslador… iba a la fiesta, asadero, reunión de amigos, lo que fuera, la llevaba a la fiesta. Adair entendió por los gestos de la muchacha que su hermana, tan lista como siempre, ya había pillado sus inocentes intenciones – ¿No quieres rememorar tu vida como universitaria? Prometo que será todo inocente.
Guardó el “si, ya” que iba a salir de sus labios. Miró a su hermano, el reloj y rodó los ojos emprendiendo el paso ella sola, sin ayuda gracias, hacia donde estaba la columna de humo. Iba en calidad de hermana mayor y en especial de auror, vigilaría esa tarde a su hermano menor para evitar que terminara cometiendo estupideces que pusieran en juego su matrícula, solo faltaba un disgusto como aquel para su padre. Adair unos pasos atrás iba muerto de la risa, no podía creerse que hubiera convencido a una de sus correctas hermanas. Los dos llegaron al asadero, el muchacho fue raudo a quitar la bolsa a su hermana para ir a la parrillada dónde estaban Crawford y Pearlie, arrastrando a su hermana con él, quisiera o no. Tan metido estaba en privar a Clarisse de libertad que ni cuenta se dio que estaba Sofie con Aldrich o Luke con Peach, nada, él fue directo a donde había buen aroma.
- Hola a todos. ¿Qué hay para comer? ¿Hamburguesas? – enarcó una ceja y posó los ojos en la chica – No intentes imitar al McDonals – Clarisse carraspeó y miró a su hermano – Esto, es Marie – usó el primer nombre de su hermana para presentarla, no quería sembrar el pánico con una auror presente.
Clarisse Brackminster- Mensajes : 53
Fecha de inscripción : 08/10/2012
Re: Carnita en el bosque
Aldrich le había dicho de la fiesta, o no, no era una fiesta, pero estaba organizado por su prima y por eso se sintió con derecho de ir, si no hubiese muerto de vergüenza porque jamás iba a ese tipo de cosas, jamás, siempre encontraba otra cosa para hacer como un trabajo de alguna materia o el acabar un libro que había empezado. Se esforzaba mucho por mantener aquel promedio alto que tenía pero eso no era lo que la detenía la mayoría del tiempo, si no la timidez pues al ser tan poco frecuente de las salidas o reuniones prefería no ir para no hacerse notar tanto.
Habían muchos chicos guapos en Hogwarts pero había uno que le llamaba especialmente la atención y cuando Aldrich le dijo aquella mañana del asuntito hizo algo que no debía, algo de lo que se arrepentiría, le escribió a Hákan para comentarle de esa pequeña reunión y que si quería ir. Sí, prácticamente lo había invitado. Se dio cuenta cuando repasó en su mente el contenido de su nota, había sido solo la mención, pero lo exageró muchísimo. Quiso enviarle una nota para decirle que no piense mal, que no era eso, la comenzó a escribir pero se detuvo, era tonto de su parte hacerlo. Además él ya debía saber, era amigo de los que irían. Era una tonta, tonta, tonta, tonta.
Se iba a arreglar, siempre lo hacía con especial cuidado para salir y aunque fuese en los terrenos no iba a ir con una falda cualquiera, eligió un bonito vestido verde que tenía y tras agregarle algunas cosas se miró al espejo y aprobó su propia imagen reflejada. Se acomodó el cabello suelto para luego ponerse una vincha encima, sí, le gustaba. Frente al espejo y en voz baja para que sus compañeras no la escuchasen se repetía que tenía que comportarse tan resuelta como su madre, que su abuela era una veela y ella debía tener algo de talento para la gente, algo.
Salió sin bolso porque si ya le había dicho eso al islandés y además se iba a presentar frente a un montón de gente que casi nunca la veía en sus reuniones no quería parecer como si se esforzase mucho, quería parecer casual y eso que a algunas les salía de forma natural. No tenía nada para llevar, no tenía nada en su baúl además de un paquete de galletas, ni siquiera podía salir para comprar algo y a las cocinas no iría sola que estaba paranoica desde el asunto de las grutas.
Se puso nerviosa, no llevaba nada, nadie le dijo si debía hacerlo. Pero le podía pedir a alguien que dijese que ella estaba involucrada, por ejemplo a Aldrich, él siempre era correcto y llevaba esas cosas, pero no podía confiarse. Aprovechó que era temprano para almorzar apenas un poco y luego con los nervio de punta fue a la cocina, aunque la puerta apareció mágicamente ante ella tocó como si fuese una puerta normal. Tras un momento en el que se le atropellaban las palabras logró pedirles a los elfos algunos filetes, les dijo que eran para un trabajo con thestrals y que tenía que ser de buena calidad.
Con un paquete sangrante que le daba asco salió de la cocina, inicialmente era casi del doble de su tamaño pero mágicamente lo redujo al tamaño de una mochila y tras envolverlos en plástico los llevó hacia afuera. No estaba dispuesta a usar magia encima, si se deshacía esa carne ensuciaría toda su ropa, mantenía todo algo alejado de su cuerpo que no quería que su perfume acabase siendo un acompañamiento para el olor a carne cruda. Llegó entonces y caminando con pasitos rápidos lo puso sobre un espacio cubierto de pasto para que no quede sobre tierra. Se lanzó un hechizo sobre las manos para limpiarlas.
-Hola. Soy Shadow.-dijo para todos por si no la conocían o por si no la recordaban. Se fue entonces inmediatamente a donde Pearlie para darle un beso en la mejilla todavía con la mueca de asco en el rostro.-Dime que no apesto, por favor por favor.-le pidió para luego decirle al oído lo de la lechuza a Hákan, llevó su índice a la boca para morderlo un poco por los nervios. Volteó y con un movimiento de varita deshizo el hechizo para que quede del tamaño original.-¿Ayudo con algo?-le preguntó a los chicos que estaban a cargo o que lo parecían, Malik y Joseph, saludó con la mano a su hermano, a Luke y a Sofie que a Milena ya le había dado un beso en la mejilla aunque no fuesen tan amigas.-
Habían muchos chicos guapos en Hogwarts pero había uno que le llamaba especialmente la atención y cuando Aldrich le dijo aquella mañana del asuntito hizo algo que no debía, algo de lo que se arrepentiría, le escribió a Hákan para comentarle de esa pequeña reunión y que si quería ir. Sí, prácticamente lo había invitado. Se dio cuenta cuando repasó en su mente el contenido de su nota, había sido solo la mención, pero lo exageró muchísimo. Quiso enviarle una nota para decirle que no piense mal, que no era eso, la comenzó a escribir pero se detuvo, era tonto de su parte hacerlo. Además él ya debía saber, era amigo de los que irían. Era una tonta, tonta, tonta, tonta.
Se iba a arreglar, siempre lo hacía con especial cuidado para salir y aunque fuese en los terrenos no iba a ir con una falda cualquiera, eligió un bonito vestido verde que tenía y tras agregarle algunas cosas se miró al espejo y aprobó su propia imagen reflejada. Se acomodó el cabello suelto para luego ponerse una vincha encima, sí, le gustaba. Frente al espejo y en voz baja para que sus compañeras no la escuchasen se repetía que tenía que comportarse tan resuelta como su madre, que su abuela era una veela y ella debía tener algo de talento para la gente, algo.
Salió sin bolso porque si ya le había dicho eso al islandés y además se iba a presentar frente a un montón de gente que casi nunca la veía en sus reuniones no quería parecer como si se esforzase mucho, quería parecer casual y eso que a algunas les salía de forma natural. No tenía nada para llevar, no tenía nada en su baúl además de un paquete de galletas, ni siquiera podía salir para comprar algo y a las cocinas no iría sola que estaba paranoica desde el asunto de las grutas.
Se puso nerviosa, no llevaba nada, nadie le dijo si debía hacerlo. Pero le podía pedir a alguien que dijese que ella estaba involucrada, por ejemplo a Aldrich, él siempre era correcto y llevaba esas cosas, pero no podía confiarse. Aprovechó que era temprano para almorzar apenas un poco y luego con los nervio de punta fue a la cocina, aunque la puerta apareció mágicamente ante ella tocó como si fuese una puerta normal. Tras un momento en el que se le atropellaban las palabras logró pedirles a los elfos algunos filetes, les dijo que eran para un trabajo con thestrals y que tenía que ser de buena calidad.
Con un paquete sangrante que le daba asco salió de la cocina, inicialmente era casi del doble de su tamaño pero mágicamente lo redujo al tamaño de una mochila y tras envolverlos en plástico los llevó hacia afuera. No estaba dispuesta a usar magia encima, si se deshacía esa carne ensuciaría toda su ropa, mantenía todo algo alejado de su cuerpo que no quería que su perfume acabase siendo un acompañamiento para el olor a carne cruda. Llegó entonces y caminando con pasitos rápidos lo puso sobre un espacio cubierto de pasto para que no quede sobre tierra. Se lanzó un hechizo sobre las manos para limpiarlas.
-Hola. Soy Shadow.-dijo para todos por si no la conocían o por si no la recordaban. Se fue entonces inmediatamente a donde Pearlie para darle un beso en la mejilla todavía con la mueca de asco en el rostro.-Dime que no apesto, por favor por favor.-le pidió para luego decirle al oído lo de la lechuza a Hákan, llevó su índice a la boca para morderlo un poco por los nervios. Volteó y con un movimiento de varita deshizo el hechizo para que quede del tamaño original.-¿Ayudo con algo?-le preguntó a los chicos que estaban a cargo o que lo parecían, Malik y Joseph, saludó con la mano a su hermano, a Luke y a Sofie que a Milena ya le había dado un beso en la mejilla aunque no fuesen tan amigas.-
Shadow Burroughs- Mensajes : 130
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Ya se había enterado del asado por otras fuentes, entre ellas Pearlie misma, gracias al espejo comunicador que ahora, en plena etapa de enamoramiento con el objeto Sofie usaba para cualquier tontería tipo: "que estás haciendo?... ahh bueno chau... " y a los dos segundo "y ahora? que estás haciendo?"... Pero como fuera no se había molestado en aclararle ese punto a Aldrich pues no quería romperle la ilusión ni nada. En conclusión prefería que él la hubiera participado a ella y no al reves.
Otro tema era el qué llevar y era por eso que Sofie había tardádose en alistarse tanto, la ducha y cepillarse el cabello llevaban su tiempo, pero encontrar entre los desastres que hacía el perro de Gianna sus pertenencias costaba mucho más. Tenía que devolverle a Adair un paquete de cigarrillos que le había ocultado por bromearle que estaba fumando tanto que ya ni recordaba cuando terminaba un atado e iniciaba otro y sobre todo tenía que encontrar la caja de bombones mágicos que junto a las chica había comprado en la última salida a Diagon que le fue posible. Debía dejar de comer tantos dulces o Aldrich llevaría la razón y parecería embarazada en cualquier momento.
Saludó a todos con el beso correspondiente. A Joe y a Pearlie, que se veían de lujo justos, y por lo cual se alegraba, luego de tanta charla con ella donde la morocha se había negado rotúndamente, la verdad era que Sofie estaba "orgullosa" de que se animara. A Malik y a Milena que si bien los conocía menos, ya los entendía como pareja funcional y perfecta en su diversidad, se le hacía tan lco ver a esos dos juntos... A esos cuatro más. Y de inmediato pensó como no podía ser de otro modo en la cantidad de cotilleos a los que debería estar atenta.... Para empezar porque ya se había enterado que SI había en Brigantia un folletín clandestino, y o bien iba a descubrir quien estaba con eso para meterse con él, o bien le haría la competencia desleal en cuanto tuviera una buena noticia de inicio.
- tu también desesperado por fumar? - dijo a Aldrich algo enojona pero queriendo poner tono de broma liviana. Todo el mundo parecía fumar allí... que no se daban cuenta que se estaban arruinando la vida?. Y ya iba a con sus manitas tomar las de Aldrich para hacerlo desistir en juego de que buscara quien lo ayudase a intoxicarse cuando Luke apareció saludando a todo mundo menos a ella, y junto con Peach... Pero nada, que fuera acompañado era lo de menos, o debía serlo. El punto era que fuera tan infantil de apenas si mirarla con cara de nada.
Le sostuvo la mirada, pero no dijo nada. Vio como incluso el desgraciado le ofrecía un cigarro a quien ella tenía inmediatamente al lado y seguía sin creer que aun así no fuera capaz de reparar en ella, de hacerse cargo de su enojo injustificado. Esperó a que la situación pasase y de inmediato tomó a Aldrich del brazo para dar dos pasos atrás, alejarse de la parrilla y de la muchedumbre y hablarle solo a él - viste?... te lo dije. Ni me saluda... te parece? No es un poco infantil a este punto?... Es capaz de convidarte un cigarrillo a ti, de poner su presencia a dos pasos de mi y no puede saludarme como una persona normal?. -
No estaba enojada, estaba dolida. Muy dolida. como le había dicho a Aldrich semanas atrás, mil semanas atrás ya: no sabía como arreglar las cosas con Luke, no sabía ni por donde empezar. Y él la odiaba, seguro que la odiaba irremediablemente y eso era dolorosísimo. Frunció lo labios, se cruzó y descruzó de brazos... Miró a Aldrich y trató de recobrar el buen humor con una bromita - Yo también empezaré a fumar- y buscó en su bolso el paquete que debía devolver a Adair... Que justo ahí llegaba... Con Clarisse?... Ahí si sonrió de de veras, un poco boba...- mejor no fumo nada... Pero calma los nervios esta cosa no?
Otro tema era el qué llevar y era por eso que Sofie había tardádose en alistarse tanto, la ducha y cepillarse el cabello llevaban su tiempo, pero encontrar entre los desastres que hacía el perro de Gianna sus pertenencias costaba mucho más. Tenía que devolverle a Adair un paquete de cigarrillos que le había ocultado por bromearle que estaba fumando tanto que ya ni recordaba cuando terminaba un atado e iniciaba otro y sobre todo tenía que encontrar la caja de bombones mágicos que junto a las chica había comprado en la última salida a Diagon que le fue posible. Debía dejar de comer tantos dulces o Aldrich llevaría la razón y parecería embarazada en cualquier momento.
Saludó a todos con el beso correspondiente. A Joe y a Pearlie, que se veían de lujo justos, y por lo cual se alegraba, luego de tanta charla con ella donde la morocha se había negado rotúndamente, la verdad era que Sofie estaba "orgullosa" de que se animara. A Malik y a Milena que si bien los conocía menos, ya los entendía como pareja funcional y perfecta en su diversidad, se le hacía tan lco ver a esos dos juntos... A esos cuatro más. Y de inmediato pensó como no podía ser de otro modo en la cantidad de cotilleos a los que debería estar atenta.... Para empezar porque ya se había enterado que SI había en Brigantia un folletín clandestino, y o bien iba a descubrir quien estaba con eso para meterse con él, o bien le haría la competencia desleal en cuanto tuviera una buena noticia de inicio.
- tu también desesperado por fumar? - dijo a Aldrich algo enojona pero queriendo poner tono de broma liviana. Todo el mundo parecía fumar allí... que no se daban cuenta que se estaban arruinando la vida?. Y ya iba a con sus manitas tomar las de Aldrich para hacerlo desistir en juego de que buscara quien lo ayudase a intoxicarse cuando Luke apareció saludando a todo mundo menos a ella, y junto con Peach... Pero nada, que fuera acompañado era lo de menos, o debía serlo. El punto era que fuera tan infantil de apenas si mirarla con cara de nada.
Le sostuvo la mirada, pero no dijo nada. Vio como incluso el desgraciado le ofrecía un cigarro a quien ella tenía inmediatamente al lado y seguía sin creer que aun así no fuera capaz de reparar en ella, de hacerse cargo de su enojo injustificado. Esperó a que la situación pasase y de inmediato tomó a Aldrich del brazo para dar dos pasos atrás, alejarse de la parrilla y de la muchedumbre y hablarle solo a él - viste?... te lo dije. Ni me saluda... te parece? No es un poco infantil a este punto?... Es capaz de convidarte un cigarrillo a ti, de poner su presencia a dos pasos de mi y no puede saludarme como una persona normal?. -
No estaba enojada, estaba dolida. Muy dolida. como le había dicho a Aldrich semanas atrás, mil semanas atrás ya: no sabía como arreglar las cosas con Luke, no sabía ni por donde empezar. Y él la odiaba, seguro que la odiaba irremediablemente y eso era dolorosísimo. Frunció lo labios, se cruzó y descruzó de brazos... Miró a Aldrich y trató de recobrar el buen humor con una bromita - Yo también empezaré a fumar- y buscó en su bolso el paquete que debía devolver a Adair... Que justo ahí llegaba... Con Clarisse?... Ahí si sonrió de de veras, un poco boba...- mejor no fumo nada... Pero calma los nervios esta cosa no?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Esa misma mañana Adair le había hecho casi prometer que iría a aquella reunión en el bosque con un tajante ”Pásate por la fiesta en el bosque si o si, o te iré a sacar a rastras de la biblioteca. Tu cerebro va a fundirse de tanto estudiar.”. Y aunque le costara reconocerlo, tal vez Adair tenía razón.
Igualmente no hacía falta que bebiera hasta perder el conocimiento. Iría ahí, vería quien había, charlaría un rato con quien fuera, bebería, pasaria un buen rato e iría a dormir a una hora decente. Porqué sabía de sobras que aunque Adair hubiera reclamado su presencia en la mentada fiesta estaría demasiado ocupado con Sofie para darse cuenta de a que hora se iba.
Y por eso, mientras sacaba un jersey del armario porque seguro que acababa por hacer frío en el bosque, intentaba convencerse a si misma que no sería una tan mala idea después de todo. Se dio un último vistazo en el espejo antes de darse por satisfecha con su aspecto y salir hacía el bosque.
Pronto oyó las voces de varias personas, el olor de carne asada y hasta del alcohol, así que debía ser allí. Identificó casi de inmediato a Adair, y hubiera ido a saludarlo con desgana para indicarle que estaba ahí de no ser porque la persona que estaba justo a su lado llamó su atención.
- ¡CLARIIIIISSEEEE!
Por un instante no le importó que todos la oyeran, o que en realidad Clarisse no debería estar en una fiesta llena de universitarios. Simplemente pensó en el muchisimo tiempo que llevaban sin verse y en lo mucho que echaba de menos sus charlas de chicas.
Prácticamente le saltó encima abrazándola como si estuviera loca. No fue hasta pasados unos instantes que se dio cuenta de como estaba ignorando a los demás. Se giró hacía su hermano, Pearlie y Joseph que estaban justo al lado, saludándoles también con una sonrisa.
- ¿Ya ves? Vine. Para que luego digas... – hizo una pausa antes de volver a mirar a Clarisse – ¿Que haces en Brigantia? ¿Y aquí en el bosque? ¡Me tendrías que haber avisado! ¿No ves que Adair no me cuenta nada? Anda demasiado ocupado manteniendo viva su relación.
Dicho esto levantó la cabeza en busca de bebida. Aunque su primera intención no era beber horrores, pero una vez ya estaba ahí el ambiente la llevaba sin remedio hacía aquello. Fue entonces cuando reparó en la bolsa que Adair llevaba con él.
- Lo mínimo que puedes hacer es invitarme a algo de lo que llevas ahí. – fue todo lo que le dijo.
Igualmente no hacía falta que bebiera hasta perder el conocimiento. Iría ahí, vería quien había, charlaría un rato con quien fuera, bebería, pasaria un buen rato e iría a dormir a una hora decente. Porqué sabía de sobras que aunque Adair hubiera reclamado su presencia en la mentada fiesta estaría demasiado ocupado con Sofie para darse cuenta de a que hora se iba.
Y por eso, mientras sacaba un jersey del armario porque seguro que acababa por hacer frío en el bosque, intentaba convencerse a si misma que no sería una tan mala idea después de todo. Se dio un último vistazo en el espejo antes de darse por satisfecha con su aspecto y salir hacía el bosque.
Pronto oyó las voces de varias personas, el olor de carne asada y hasta del alcohol, así que debía ser allí. Identificó casi de inmediato a Adair, y hubiera ido a saludarlo con desgana para indicarle que estaba ahí de no ser porque la persona que estaba justo a su lado llamó su atención.
- ¡CLARIIIIISSEEEE!
Por un instante no le importó que todos la oyeran, o que en realidad Clarisse no debería estar en una fiesta llena de universitarios. Simplemente pensó en el muchisimo tiempo que llevaban sin verse y en lo mucho que echaba de menos sus charlas de chicas.
Prácticamente le saltó encima abrazándola como si estuviera loca. No fue hasta pasados unos instantes que se dio cuenta de como estaba ignorando a los demás. Se giró hacía su hermano, Pearlie y Joseph que estaban justo al lado, saludándoles también con una sonrisa.
- ¿Ya ves? Vine. Para que luego digas... – hizo una pausa antes de volver a mirar a Clarisse – ¿Que haces en Brigantia? ¿Y aquí en el bosque? ¡Me tendrías que haber avisado! ¿No ves que Adair no me cuenta nada? Anda demasiado ocupado manteniendo viva su relación.
Dicho esto levantó la cabeza en busca de bebida. Aunque su primera intención no era beber horrores, pero una vez ya estaba ahí el ambiente la llevaba sin remedio hacía aquello. Fue entonces cuando reparó en la bolsa que Adair llevaba con él.
- Lo mínimo que puedes hacer es invitarme a algo de lo que llevas ahí. – fue todo lo que le dijo.
Autumn Brackminster- Mensajes : 99
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Carnita en el bosque
En parte más que enojada, estaba triste. Sentía que por su culpa habían expulsado a Loreen y que además, estaba mucho más preocupada por todo lo que había pasado que el propio Angus, que estaba como idiota solo atendiendo a su semiveela. Ni siquiera sabía para qué se preocupaba si él estaba tan contento en su luna de miel. Se lo había dicho a Loreen casi a gritos acusando a la semiveela de ser una arpía en vez de una cosa hermosa, pero ninguna de las dos había encontrado manera de entender todo eso más que maldiciendo a Angus. Sentía que no entendía a su hermano, que ese no era el Angus que conocía y podía estar exagerando pero no podía evitar estar así de triste, y que dijeran lo que dijeran.
Y ahora que no podía salir de la universidad, y que la mujer esa estaba como dada de baja o algo porque no se presentaba, ni siquiera podía encontrar lugar para gritarle lo que se merecía. Era una depresión total, así que se refugiaba en estudiar como siempre y olvidarse de eso. Ella tampoco llevaba mal la expulsión a excepción de eso. La invitación de Luke le cayó bien, además de que notó que no le había supuesto ningún esfuerzo invitarla. No se había esforzado demasiado en su vestuario, porque eso de carne asada no le decía que tuviera que ir en galas esforzadas, así que unos jeans y una camiseta le fueron suficientes.
Ella no llevaba nada así que le dijo a Luke que si alguien preguntaba, la dejara anexarse a las ofrendas que él amablemente sí había conseguido. No era de esas que tenían cosas extrañas escondidas en su baúl. Ella sí soltó la carcajada por el comentario de las ardillas, acostumbrada a que Joe dijera esas tonterías y saludó a Pearlie y a Milena con un gesto de la mano y una sonrisa.
-¡Sí quiero! De tu whisky, que me va a caer bien, tiene años que no bebo una gota de alcohol.
Luego vinieron el resto de las personas y le pareció que había bastante gente, más de la que se había imaginado en un principio. Vio a Adair llegar con su hermana y trató de saludarlo de lejos, todavía tenía que pedirle perdón por lo de los arañazos y eso.
-Ah y un cigarro también, ¿sí? Perdón por no traer nada, no me esperaba tener que conseguir suministros para mi encierro. Pero te lo repondré cuando a los decanos se les ablande el corazón. ¿Crees que deba ser buena mujer e intentar ayudarlos con las cosas alimenticias?
Y ahora que no podía salir de la universidad, y que la mujer esa estaba como dada de baja o algo porque no se presentaba, ni siquiera podía encontrar lugar para gritarle lo que se merecía. Era una depresión total, así que se refugiaba en estudiar como siempre y olvidarse de eso. Ella tampoco llevaba mal la expulsión a excepción de eso. La invitación de Luke le cayó bien, además de que notó que no le había supuesto ningún esfuerzo invitarla. No se había esforzado demasiado en su vestuario, porque eso de carne asada no le decía que tuviera que ir en galas esforzadas, así que unos jeans y una camiseta le fueron suficientes.
Ella no llevaba nada así que le dijo a Luke que si alguien preguntaba, la dejara anexarse a las ofrendas que él amablemente sí había conseguido. No era de esas que tenían cosas extrañas escondidas en su baúl. Ella sí soltó la carcajada por el comentario de las ardillas, acostumbrada a que Joe dijera esas tonterías y saludó a Pearlie y a Milena con un gesto de la mano y una sonrisa.
-¡Sí quiero! De tu whisky, que me va a caer bien, tiene años que no bebo una gota de alcohol.
Luego vinieron el resto de las personas y le pareció que había bastante gente, más de la que se había imaginado en un principio. Vio a Adair llegar con su hermana y trató de saludarlo de lejos, todavía tenía que pedirle perdón por lo de los arañazos y eso.
-Ah y un cigarro también, ¿sí? Perdón por no traer nada, no me esperaba tener que conseguir suministros para mi encierro. Pero te lo repondré cuando a los decanos se les ablande el corazón. ¿Crees que deba ser buena mujer e intentar ayudarlos con las cosas alimenticias?
Peach Finnerty- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 16/10/2012
Re: Carnita en el bosque
Joseph había invitado a Hákan pero la invitación que terminó por convencerlo fue la de Shadow Burroughs, la chica con la que había hecho equipo de pociones. Le había sorprendido que la chica quisiera tener más contacto con él después de la clase (Joseph no le había dicho nada de otra cosa) porque se veía una niña bien que no se juntaba con tipos como él por iniciativa, pero se había sorprendido y no se iba a negar.
No le costó dar con el lugar porque el humo ya se alcanzaba a ver a la distancia y eso debía de ser a menos que hubiera descubierto un conato de incendio forestal. No llevaba nada de alcohol, ni de hierba y mucho menos de drogas que no consumía, pero desde la fiesta comunal todavía le debía esas cervezas a Finnerty y no pensaba escapar de la universidad para conseguir algo que llevar a esa reunión que supuestamente era para no extrañar los exteriores o algo por el estilo.
Ya había algo de gente ahí pero él buscó con la mirada inmediatamente a Shadow, que estaba con su prima ahora novia de Joseph cerca de la parrilla chiquita en la que pensaban cocinar. Así que el islandés primero saludó a los que se fue encontrando. A Sofie le dio un abrazo y un beso en el cabello, desde la última plática compartida le había agarrado cariño por sentir que con ella podía compartir ciertas cosas que con los demás no. A Aldrich un apretón de manos, que era buen compañero cuando se trataba de jugar.
A Luke y a su acompañante los saludó por el momento a la distancia. A Joseph también lo saludó con apretón de manos, se presentó con Karim y con Milena, que no recordaba haberlos conocido antes, porque en la fiesta en el piso de Karim y Angus no había estado al pendiente de todos los invitados. Iba a saludar a los Brackminster también a la distancia, pero cuando vio a Autumn le pareció grosero a hacer eso y fue directamente a saludarla como era debido, otro apretón de manos a Adair, presentación formal con la rubia que los acompañaba y un beso a Autumn. Les preguntó cómo estaban y charla corta, sin quedarse mucho porque la que lo había invitado ahí era Shadow. Se despidió por un rato de los hermanos y entonces sí, fue directo a buscar a la rubia.
-No traje nada, perdón. Pero puedo ayudar en lo que sea si lo necesitan-Agregó para las dos, ella y su prima. –Gracias por la invitación- Agregó hacia Shadow sin saber muy bien cómo actuar porque era el primer acercamiento no académico que tenía con ella.
No le costó dar con el lugar porque el humo ya se alcanzaba a ver a la distancia y eso debía de ser a menos que hubiera descubierto un conato de incendio forestal. No llevaba nada de alcohol, ni de hierba y mucho menos de drogas que no consumía, pero desde la fiesta comunal todavía le debía esas cervezas a Finnerty y no pensaba escapar de la universidad para conseguir algo que llevar a esa reunión que supuestamente era para no extrañar los exteriores o algo por el estilo.
Ya había algo de gente ahí pero él buscó con la mirada inmediatamente a Shadow, que estaba con su prima ahora novia de Joseph cerca de la parrilla chiquita en la que pensaban cocinar. Así que el islandés primero saludó a los que se fue encontrando. A Sofie le dio un abrazo y un beso en el cabello, desde la última plática compartida le había agarrado cariño por sentir que con ella podía compartir ciertas cosas que con los demás no. A Aldrich un apretón de manos, que era buen compañero cuando se trataba de jugar.
A Luke y a su acompañante los saludó por el momento a la distancia. A Joseph también lo saludó con apretón de manos, se presentó con Karim y con Milena, que no recordaba haberlos conocido antes, porque en la fiesta en el piso de Karim y Angus no había estado al pendiente de todos los invitados. Iba a saludar a los Brackminster también a la distancia, pero cuando vio a Autumn le pareció grosero a hacer eso y fue directamente a saludarla como era debido, otro apretón de manos a Adair, presentación formal con la rubia que los acompañaba y un beso a Autumn. Les preguntó cómo estaban y charla corta, sin quedarse mucho porque la que lo había invitado ahí era Shadow. Se despidió por un rato de los hermanos y entonces sí, fue directo a buscar a la rubia.
-No traje nada, perdón. Pero puedo ayudar en lo que sea si lo necesitan-Agregó para las dos, ella y su prima. –Gracias por la invitación- Agregó hacia Shadow sin saber muy bien cómo actuar porque era el primer acercamiento no académico que tenía con ella.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Carnita en el bosque
-Aaaaah pues mira, barnizas la carnita con esta salsa primero…¡tiene miel! mira pruébala con el dedo antes de que lleguen todos y sepan que contaminaste con tus manitas su sacra comida.
Y justo llegaba Milena, a la que seguramente no le importaría que Malik metiera los dedos en la salsa para barnizar la carne así que daba igual. Sonrió ante su saludo y luego hizo un gesto con la mano de que no se preocupara, que en cuanto a la carne lo tenía todo calculado, mientras en un tazón se mezclaban cosas con un hechizo y luego empezaban a barnizar los trozos de carne que había ahí para prepararlos para la parrillita. Todo con varita porque así le habían enseñado. Igual y podrían fusionar un poco la cocina mágica y la muggle después.
Sonrió mucho a Joe con su llegada y con el beso que él le dio primero casi se cae el tazón flotante donde estaba la salsita, así que lo tomó por la camisa y le dio otro beso antes de pedirle amablemente que no la distrajera porque se iba a arruinar la carne.
-Cállate, no habrá necesidad de matar ardillas, Shadow me dijo que igual y traía más carne, así que nada. ¿Qué es eso, vodka? No quiero que expulsen a nadie por vomitar ebrios en el bosque de Andarta, eh.
Le sacó la lengua y dejó las carnes barnizándose mágicamente con un utensilio parecido a brocha gorda de pintor que las dejaba parejitas. De pronto empezó a llegar mucha gente, Aldrich con Sofie, Luke con Peach, Adair con quién sabía quién pero era una chica rubia guapetona. Saludó a todos a la distancia y como pudo.
-¿Ya ves? Tus dotes sociales.
Le dijo a Malik antes de reírse por el comentario de Adair de no intentar imitar al McDonalds. Todavía no podía creerse que estuviera cometiendo esas locuras –porque claro que para ella era locura ir a un lugar así, o estar tan fascinada con el cine o planteando ir a la Tate cuando se acabara la condena-, no quería que llegara el momento en que su padre terminara enterándose de todo eso.
-No, jamás podría lograr esa proeza Adair, pero te aseguro que igual te va a gustar, solo que este no viene con juguetitos bonitos.
Cuando llegó Shadow casi la abrazó como loca pero en vez de eso solo le puso máxima atención a lo que le decía sobre Hákan en secreto, haciendo que abriera mucho la boca mientras con la varita hacía que la carne se fuera poniendo sobre la parrilla de una buena vez. Más hechizos aquí y allá para que se cocinara más rápido y terminó olisqueando a Shadow en el cuello.
-No apestas, todo en orden, te lo juro.
La besó rápido en la mejilla justo cuando llegaba el islandés. Empezó a contar mentalmente a la gente, eran más de los que se había esperado de verdad, pero no estaba mal. Ya sin menos necesidad de concentrarse, se acercó a Joe para darle otro beso.
-¿Te mueres de hambre? Yo sí, cocinar me da hambre. ¡Y ya quiero probar lo que hará Malik! Ojalá tuviéramos más espacio, esta parrillita es muy chiquita.
Unos platos desechables que habían conseguido fueron a parar a las manos de cada uno de los asistentes. Como la carne se hacía más rápido con esos trucos de elfo doméstico, que encantada estaría de compartir con la gente, luego lo que salió levitando fueron los cortes de carne ya cocinados para colocarse en los platos de los correspondientes comensales. Iban repartiéndose por orden de llegada.
-SI ALGUIEN ES VEGETARIANO, LO SIENTO, pueden dejar la carne aquí. Y van a tener que comer con las manos.
Y justo llegaba Milena, a la que seguramente no le importaría que Malik metiera los dedos en la salsa para barnizar la carne así que daba igual. Sonrió ante su saludo y luego hizo un gesto con la mano de que no se preocupara, que en cuanto a la carne lo tenía todo calculado, mientras en un tazón se mezclaban cosas con un hechizo y luego empezaban a barnizar los trozos de carne que había ahí para prepararlos para la parrillita. Todo con varita porque así le habían enseñado. Igual y podrían fusionar un poco la cocina mágica y la muggle después.
Sonrió mucho a Joe con su llegada y con el beso que él le dio primero casi se cae el tazón flotante donde estaba la salsita, así que lo tomó por la camisa y le dio otro beso antes de pedirle amablemente que no la distrajera porque se iba a arruinar la carne.
-Cállate, no habrá necesidad de matar ardillas, Shadow me dijo que igual y traía más carne, así que nada. ¿Qué es eso, vodka? No quiero que expulsen a nadie por vomitar ebrios en el bosque de Andarta, eh.
Le sacó la lengua y dejó las carnes barnizándose mágicamente con un utensilio parecido a brocha gorda de pintor que las dejaba parejitas. De pronto empezó a llegar mucha gente, Aldrich con Sofie, Luke con Peach, Adair con quién sabía quién pero era una chica rubia guapetona. Saludó a todos a la distancia y como pudo.
-¿Ya ves? Tus dotes sociales.
Le dijo a Malik antes de reírse por el comentario de Adair de no intentar imitar al McDonalds. Todavía no podía creerse que estuviera cometiendo esas locuras –porque claro que para ella era locura ir a un lugar así, o estar tan fascinada con el cine o planteando ir a la Tate cuando se acabara la condena-, no quería que llegara el momento en que su padre terminara enterándose de todo eso.
-No, jamás podría lograr esa proeza Adair, pero te aseguro que igual te va a gustar, solo que este no viene con juguetitos bonitos.
Cuando llegó Shadow casi la abrazó como loca pero en vez de eso solo le puso máxima atención a lo que le decía sobre Hákan en secreto, haciendo que abriera mucho la boca mientras con la varita hacía que la carne se fuera poniendo sobre la parrilla de una buena vez. Más hechizos aquí y allá para que se cocinara más rápido y terminó olisqueando a Shadow en el cuello.
-No apestas, todo en orden, te lo juro.
La besó rápido en la mejilla justo cuando llegaba el islandés. Empezó a contar mentalmente a la gente, eran más de los que se había esperado de verdad, pero no estaba mal. Ya sin menos necesidad de concentrarse, se acercó a Joe para darle otro beso.
-¿Te mueres de hambre? Yo sí, cocinar me da hambre. ¡Y ya quiero probar lo que hará Malik! Ojalá tuviéramos más espacio, esta parrillita es muy chiquita.
Unos platos desechables que habían conseguido fueron a parar a las manos de cada uno de los asistentes. Como la carne se hacía más rápido con esos trucos de elfo doméstico, que encantada estaría de compartir con la gente, luego lo que salió levitando fueron los cortes de carne ya cocinados para colocarse en los platos de los correspondientes comensales. Iban repartiéndose por orden de llegada.
-SI ALGUIEN ES VEGETARIANO, LO SIENTO, pueden dejar la carne aquí. Y van a tener que comer con las manos.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Lo primero que escuché después de mi tontería fue la carcajada de Peach, y cuando giré para verla me di cuenta que venía con Luke. ¿Qué cojones pretendía ese idiota con Finnerty?, esperaba que nada fuera de hacernos compañía y pasar un buen rato porque joder, el pobre podría llevarse un mal sabor de boca si es que se le ocurría pretender otra cosa. También había llegado Aldrich Burroughs justo en ese instante acompañando a Luttrell, y mientras yo recibía el golpe en el hombro por parte del cabrón de Rayder, saqué mi cajetilla de cigarrillos y se la di para que tomara uno y también le ofreciera a quien se le diera la puta gana.
-Tranquila cariño, que nada más es una botellita. De todas formas yo pretendo tomar pura cerveza, ¿hay cerveza?-
Al parecer no. ¿Qué clase de parrillada era sin una buena lata de cerveza?. Le di un beso en la cabezota mientras ella se encargaba de la carne junto con Malik, y luego llegó más gente. Las buenas tetas de Clarisse Brackminster acompañada de mi antiguo capitán de quidditch, Shadow la prima de Pearlie, y Autumn gritando como puta loca. A todos los saludé simplemente asintiendo con la cabeza y tal, que tampoco era como si todos necesitaran de un puto beso y un abrazo de mi parte. Finalmente hizo su aparición el propio Kristjánsson, ese cabrón que repentinamente le había dado por ponerse de antisocial y no poner un pie en ninguna de las malditas reuniones más que en… esa en donde habíamos compartido tragos con los KAU.
-Pensé que te ibas a quedar en tu puta cueva, cabrón. Ten, ahí hay unos vasos… sírvete un poco de vodka-
Volví mi vista hacia Pearlie y le correspondí el beso, aprovechando para pasarle una mano por la cintura en forma de caricia, luego le arrebaté la cajetilla a Aldrich y encendí mi propio cigarrillo. La verdad sea dicha, yo tampoco esperaba que llegara tanta gente, y ahí ya éramos los suficientes como para montar una buena, solo faltaba la jodida música que de no ser porque estábamos dentro de un lugar en donde nada electrónico funcionaba sin un hechizo especial de por medio, sería fácil de conseguir.
-Tal vez podríamos extenderla… ¿alguien tiene un puto hechizo para extender parrillas?, ¿alguien tiene uno para convertir el agua en cerveza?, ¿alguien tiene uno que haga sonar música de la puta varita-
Comencé a preguntar aquello en obvio tono de broma, y de pronto me dí cuenta que me estaba preocupando como si yo fuera el puto anfitrión. Al carajo, ahí el encargado era Malik, así que no hice más que pararme al lado de la parrilla, servirme un vaso con vodka, mirar como el arianrhod y mi chica preparaban la comida, y hasta dar unas cuantas instrucciones fungiendo el papel del clásico inútil que no ayuda en nada pero se la pasa jodiendo a los cicineros. Alguien tenía que hacerlo, ¿no?
-Tal vez le falta un par de minutos a ese Malik, se ve muy puto rojo todavía y bueno… Angus no viene-
-Tranquila cariño, que nada más es una botellita. De todas formas yo pretendo tomar pura cerveza, ¿hay cerveza?-
Al parecer no. ¿Qué clase de parrillada era sin una buena lata de cerveza?. Le di un beso en la cabezota mientras ella se encargaba de la carne junto con Malik, y luego llegó más gente. Las buenas tetas de Clarisse Brackminster acompañada de mi antiguo capitán de quidditch, Shadow la prima de Pearlie, y Autumn gritando como puta loca. A todos los saludé simplemente asintiendo con la cabeza y tal, que tampoco era como si todos necesitaran de un puto beso y un abrazo de mi parte. Finalmente hizo su aparición el propio Kristjánsson, ese cabrón que repentinamente le había dado por ponerse de antisocial y no poner un pie en ninguna de las malditas reuniones más que en… esa en donde habíamos compartido tragos con los KAU.
-Pensé que te ibas a quedar en tu puta cueva, cabrón. Ten, ahí hay unos vasos… sírvete un poco de vodka-
Volví mi vista hacia Pearlie y le correspondí el beso, aprovechando para pasarle una mano por la cintura en forma de caricia, luego le arrebaté la cajetilla a Aldrich y encendí mi propio cigarrillo. La verdad sea dicha, yo tampoco esperaba que llegara tanta gente, y ahí ya éramos los suficientes como para montar una buena, solo faltaba la jodida música que de no ser porque estábamos dentro de un lugar en donde nada electrónico funcionaba sin un hechizo especial de por medio, sería fácil de conseguir.
-Tal vez podríamos extenderla… ¿alguien tiene un puto hechizo para extender parrillas?, ¿alguien tiene uno para convertir el agua en cerveza?, ¿alguien tiene uno que haga sonar música de la puta varita-
Comencé a preguntar aquello en obvio tono de broma, y de pronto me dí cuenta que me estaba preocupando como si yo fuera el puto anfitrión. Al carajo, ahí el encargado era Malik, así que no hice más que pararme al lado de la parrilla, servirme un vaso con vodka, mirar como el arianrhod y mi chica preparaban la comida, y hasta dar unas cuantas instrucciones fungiendo el papel del clásico inútil que no ayuda en nada pero se la pasa jodiendo a los cicineros. Alguien tenía que hacerlo, ¿no?
-Tal vez le falta un par de minutos a ese Malik, se ve muy puto rojo todavía y bueno… Angus no viene-
Joseph Crawford- Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Agradeció el cigarrillo a Rayder y lo encendió con su varita, saludó a Peach con un movimiento de cabeza porque nunca se habían llevado bien, si tenía que convivir con ella lo haría pero no es que se fuese a emocionar como un loco por verla, y ella tampoco, para qué comenzar con disfuerzos. Le dio una buena calada al cigarrillo y miró a Sofie con una mala fingida culpabilidad por estar fumando, a él le gustaba, si no le tiraba el humo a la cara suponía que no había demasaido problema.
Si bien conocía del problema de Sofie con Rayder no dijo nada ni le hizo una mal cara, Luke era amigo de su hermana y ella le había dicho buenas cosas de él, entonces pese a la información nueva conservaba el buen concepto que le había etiquetado. No notó si intercambiaron miradas, si se sacaron la lengua, si se insultaron o algo de eso porque se le había despertado el apetito y buscaba algo para ir poniendo al fuego. Encontró en vez de comida una bebida pero cuando iba a ir por ella para de paso socializar Sofie lo jalaba hacia atrás sin tregua.
Se acercó a ella al escuchar tu tono de voz, le parecía que le estaba diciendo un secreto y su rostro seguro hasta demostraba una mueca de las que se usan en circunstancias especiales. Pero no conservó por más de tres segundos el gesto. Le parecía que sí, Rayder debió saludarla porque ella era una chica, pero ese era un camino de doble vía.
-Está más podrido que un inferí, pero debiste saludarlo tú. Va a pensar que le temes o algo, no sé, si no te contesta pues que sepa que a ti te importa poco.-no era tanto por aquello de ir presumiendo de ser mejor persona, sino porque esas cosas no se acababan hasta que alguien comenzaba a dar la cara, así el otro bien la daba o acababa de enterrarse. La acercó a él y la abrazó con algo de fuerza antes de revolver su cabello con un par de dedos.-
No se había dado cuenta de la presencia de Adair por irle asintiendo a Sofie para asegurarle que sí, efectivamente el fumar relajaba. Ya le iba a ayudar a encender el que la rubia fumaría cuando su mirada delató el objeto de su deseo, le dio un par de palmadas en la espalda para dejarla bien acompañada y se fue hasta donde iban comenzando a cocinar. Con un accio atrajo hacia sí mismo una de las botellas que había traído, todavía tenía agua y con un simple hechizo transformó el líquido más simple de todos en tequila, tal vez no le saliese tan bueno como el ron pero le gustaba ir practicando esas cosas.
-¿Te atreves a probar tequila? Dicen que es muy fuerte, pero el mío no está tan lleno de alucinaciones.-con otro accio se hizo con algunos vasos, pero sólo necesitaba dos, uno para sí mismo y uno para Pearlie, le sirvió antes de que le contestase. No se ofreció a cocinar porque ya habían demasiadas manos allí como para agregar otro par. Miró cerca a Autumn y la saludó con un movimiento de mano antes de comenzar a ver cómo avanzaban con la comida.-
Si bien conocía del problema de Sofie con Rayder no dijo nada ni le hizo una mal cara, Luke era amigo de su hermana y ella le había dicho buenas cosas de él, entonces pese a la información nueva conservaba el buen concepto que le había etiquetado. No notó si intercambiaron miradas, si se sacaron la lengua, si se insultaron o algo de eso porque se le había despertado el apetito y buscaba algo para ir poniendo al fuego. Encontró en vez de comida una bebida pero cuando iba a ir por ella para de paso socializar Sofie lo jalaba hacia atrás sin tregua.
Se acercó a ella al escuchar tu tono de voz, le parecía que le estaba diciendo un secreto y su rostro seguro hasta demostraba una mueca de las que se usan en circunstancias especiales. Pero no conservó por más de tres segundos el gesto. Le parecía que sí, Rayder debió saludarla porque ella era una chica, pero ese era un camino de doble vía.
-Está más podrido que un inferí, pero debiste saludarlo tú. Va a pensar que le temes o algo, no sé, si no te contesta pues que sepa que a ti te importa poco.-no era tanto por aquello de ir presumiendo de ser mejor persona, sino porque esas cosas no se acababan hasta que alguien comenzaba a dar la cara, así el otro bien la daba o acababa de enterrarse. La acercó a él y la abrazó con algo de fuerza antes de revolver su cabello con un par de dedos.-
No se había dado cuenta de la presencia de Adair por irle asintiendo a Sofie para asegurarle que sí, efectivamente el fumar relajaba. Ya le iba a ayudar a encender el que la rubia fumaría cuando su mirada delató el objeto de su deseo, le dio un par de palmadas en la espalda para dejarla bien acompañada y se fue hasta donde iban comenzando a cocinar. Con un accio atrajo hacia sí mismo una de las botellas que había traído, todavía tenía agua y con un simple hechizo transformó el líquido más simple de todos en tequila, tal vez no le saliese tan bueno como el ron pero le gustaba ir practicando esas cosas.
-¿Te atreves a probar tequila? Dicen que es muy fuerte, pero el mío no está tan lleno de alucinaciones.-con otro accio se hizo con algunos vasos, pero sólo necesitaba dos, uno para sí mismo y uno para Pearlie, le sirvió antes de que le contestase. No se ofreció a cocinar porque ya habían demasiadas manos allí como para agregar otro par. Miró cerca a Autumn y la saludó con un movimiento de mano antes de comenzar a ver cómo avanzaban con la comida.-
Aldrich Burroughs- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Estaba nerviosa, seguía echándose encima hechizos para limpiar sus manos porque podía jurar que le habían quedado residuos de carne, al menos Pear le dijo que no apestaba y se quedó esperando a que le digan si ayudaba con algo, pero como nadie levantaba la voz pues supuso que no, y mejor, que no le gustaban esas cosas y menos si le iba a caer todo ese humo encima. Debieron de haberle pedido ayuda a los elfos domésticos, ellos sabían de esas cosas.
Se había quedado cerca de Pearlie pero fue hasta que Aldrich se le acercó, no iba a poderle comentar nada con su hermano allí cerca y siempre ese par andaba secreteando, como si ella no fuese parte del pequeño club que tenían cada que se juntaban. Se fue a observar cómo es que pensaban armar aquel asador improvisado, ya llevaban las cosas algo avanzadas y estuvo tentada a ir con Milena pero su novio le daba algo de miedo, sabía cómo se llamaba pero no le había hablado nunca que recordase, de todo modo le daba miedo.
Fue entonces medio por atrás de la rubia y se colocó a su lado para hablarle pero no pudo llegar a hacerlo porque vio a Hákan cerca y no pudo hacer más que darse la vuelta muy rápido, como si le hubiese picado una abeja o algo así, miró a Pearlie ya entrada en pánico y sonrojada buscando que le de calma pero le movió las cejas de forma insinuante y solamente logró sonrojarla más. No volteó, deseaba haber llevado un bolso para hacer como si buscase algo en él. Intentó calmarse y aunque su pulso no dio señales de hacerle caso su sonrojo podía pasar por una reacción al calor.
Se dio la vuelta y se juntó mucho a Milena porque estaba nerviosa, quizá ni entendía por qué la cercanía. Pero ya no pudo ni explicarle porque el islandés estaba allí y no es que muriese de amor por él que tampoco era una psicópata como su madre, pero le gustaba y estaba nerviosa porque el verlo no era lo mismo que el haberlo prácticamente invitado, es decir, en qué había estado pensando. Pero ya, debía componerse ya mismo, no es como si le hubiese enviado un anillo de compromiso, era como avisarle a cualquiera de algo, eso se decía.
-Ah, no es nada.-le dijo restándole importancia al asunto y miró hacia los lados como buscando algo, pero al no buscar nada fue infructuoso su intento. De todos modos le dijo que espere un momento y trajo un par de platos para darle uno.-Mejor hay que ir a buscar comida antes de que llegue el resto, creí que íbamos a ser menos. ¿Quieres beber algo? Andan repartiendo no sé qué.-ella no había bebido nada, de hecho bebía poco y cuando lo hacía era de a sorbos para que no le caiga mal. -Deberías poner algo de música.
Se había quedado cerca de Pearlie pero fue hasta que Aldrich se le acercó, no iba a poderle comentar nada con su hermano allí cerca y siempre ese par andaba secreteando, como si ella no fuese parte del pequeño club que tenían cada que se juntaban. Se fue a observar cómo es que pensaban armar aquel asador improvisado, ya llevaban las cosas algo avanzadas y estuvo tentada a ir con Milena pero su novio le daba algo de miedo, sabía cómo se llamaba pero no le había hablado nunca que recordase, de todo modo le daba miedo.
Fue entonces medio por atrás de la rubia y se colocó a su lado para hablarle pero no pudo llegar a hacerlo porque vio a Hákan cerca y no pudo hacer más que darse la vuelta muy rápido, como si le hubiese picado una abeja o algo así, miró a Pearlie ya entrada en pánico y sonrojada buscando que le de calma pero le movió las cejas de forma insinuante y solamente logró sonrojarla más. No volteó, deseaba haber llevado un bolso para hacer como si buscase algo en él. Intentó calmarse y aunque su pulso no dio señales de hacerle caso su sonrojo podía pasar por una reacción al calor.
Se dio la vuelta y se juntó mucho a Milena porque estaba nerviosa, quizá ni entendía por qué la cercanía. Pero ya no pudo ni explicarle porque el islandés estaba allí y no es que muriese de amor por él que tampoco era una psicópata como su madre, pero le gustaba y estaba nerviosa porque el verlo no era lo mismo que el haberlo prácticamente invitado, es decir, en qué había estado pensando. Pero ya, debía componerse ya mismo, no es como si le hubiese enviado un anillo de compromiso, era como avisarle a cualquiera de algo, eso se decía.
-Ah, no es nada.-le dijo restándole importancia al asunto y miró hacia los lados como buscando algo, pero al no buscar nada fue infructuoso su intento. De todos modos le dijo que espere un momento y trajo un par de platos para darle uno.-Mejor hay que ir a buscar comida antes de que llegue el resto, creí que íbamos a ser menos. ¿Quieres beber algo? Andan repartiendo no sé qué.-ella no había bebido nada, de hecho bebía poco y cuando lo hacía era de a sorbos para que no le caiga mal. -Deberías poner algo de música.
Shadow Burroughs- Mensajes : 130
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Tenía la mala costumbre de analizar a todos cuanto estaban a su lado por una cuestión de trabajo. Clarisse paseó la mirada por todos los presentes y gracias a su memoria eidética, los grabó a fuego. Justo había visto a Sofie con otro chico unos metros más allá, iba a darle un codazo a su hermano para que dejara de socializar e hiciera sus labores como novio de la muchacha cuando una voz demasiado conocida, sacó esa idea de su mente. Giró de manera abrupta con una sonrisa enorme en los labios, olvidándose de todo y todos para centrarse en su hermana pequeña. Respondió gustosa a su impetuoso abrazo, tropezando con las botas que llevaba pero recuperando el equilibro antes de caer de culo al suelo. Besó la mejilla de Autumn con mucha fuerza y ruido antes de tomarla de las manos, apretándolas cálidas entre las suyas mientras la chiquita saludaba a todos.
- Vine a hablar con el decano Suberland – una breve pausa donde observó a Adair que ya estaba rodando los ojos y mascullando algo como “Ellos las crían y se juntan solas” antes de ir a husmear en la comida que Pearlie estaba haciendo. Regresó la mirada a Autumn apretó con más fuerza las manos – Me topé con Adair en los pasillos cuando iba de vuelta a coger uno de los trasladores y decidí venir a controlar que no se meta en demasiados problemas – calló cuando Autumn demandó algo de la famosa bolsa que la había llevado hasta allí.
Clarisse negó con la cabeza y suspiró, no podía usar los mismos argumentos para reprenderla por desafiar su matrícula, tal vez porque confiaba más en el sano juicio de su hermana que no en el de su hermano, así que solo la dejó vivir, pasando por alto la discusión que había mantenido con Adair minutos antes en los pasillos. Iba a hablar cuando un chico se acercó para saludar a sus hermanos y a ella algo más formal, usando dos besos para Autumn lo que hizo que cuando el chico se fue, la rubia enarcara una ceja, cuestionando visualmente a la morena aunque dejó el tema por el momento – Era una visita de trabajo, no esperaba quedarme – añadió viendo como Adair pasaba un vaso de vodka a su hermana. Clarisse frunció el ceño y tomó la mano de la smertios para llevarla un par de metros más allá y hablar un tanto más tranquilas.
- ¿Cómo llevas el curso? – no estaba allí para hablar de los estudios de Autumn pero sabía que su hermana entendía que para Clarisse saber que estaba cursando la misma carrera que ella, la llenaba de orgullo - ¿Necesitas algo del otro lado? – río un poco, suavemente, era gracioso que en su primer año ya estuvieran recluidos aunque el motivo de ese encierro no era para reír en verdad llevaba todo su departamento de cabeza - Ya, no te hagas rogar, cuéntame tu vida. Tengo mucho tiempo, ya terminó mi jornada laboral y oficialmente estoy fuera de servicio así que adelante, ponme al día.
- Vine a hablar con el decano Suberland – una breve pausa donde observó a Adair que ya estaba rodando los ojos y mascullando algo como “Ellos las crían y se juntan solas” antes de ir a husmear en la comida que Pearlie estaba haciendo. Regresó la mirada a Autumn apretó con más fuerza las manos – Me topé con Adair en los pasillos cuando iba de vuelta a coger uno de los trasladores y decidí venir a controlar que no se meta en demasiados problemas – calló cuando Autumn demandó algo de la famosa bolsa que la había llevado hasta allí.
Clarisse negó con la cabeza y suspiró, no podía usar los mismos argumentos para reprenderla por desafiar su matrícula, tal vez porque confiaba más en el sano juicio de su hermana que no en el de su hermano, así que solo la dejó vivir, pasando por alto la discusión que había mantenido con Adair minutos antes en los pasillos. Iba a hablar cuando un chico se acercó para saludar a sus hermanos y a ella algo más formal, usando dos besos para Autumn lo que hizo que cuando el chico se fue, la rubia enarcara una ceja, cuestionando visualmente a la morena aunque dejó el tema por el momento – Era una visita de trabajo, no esperaba quedarme – añadió viendo como Adair pasaba un vaso de vodka a su hermana. Clarisse frunció el ceño y tomó la mano de la smertios para llevarla un par de metros más allá y hablar un tanto más tranquilas.
- ¿Cómo llevas el curso? – no estaba allí para hablar de los estudios de Autumn pero sabía que su hermana entendía que para Clarisse saber que estaba cursando la misma carrera que ella, la llenaba de orgullo - ¿Necesitas algo del otro lado? – río un poco, suavemente, era gracioso que en su primer año ya estuvieran recluidos aunque el motivo de ese encierro no era para reír en verdad llevaba todo su departamento de cabeza - Ya, no te hagas rogar, cuéntame tu vida. Tengo mucho tiempo, ya terminó mi jornada laboral y oficialmente estoy fuera de servicio así que adelante, ponme al día.
Clarisse Brackminster- Mensajes : 53
Fecha de inscripción : 08/10/2012
Re: Carnita en el bosque
Que el encierro los fuera a tener a todos metidos en el bar más de lo común era de esperarse, pero que el castigo para todos los estudiantes fuera privativo respecto a las salidas, no quería decir que fuera a ser condescendiente con lo que se podía hacer en el campus. Las Reglas eran las Reglas.
Tenía notificación de una reunión en el bosque que, hasta donde sabía, iba a ser culinaria, pues Pearlie Burroughs le había pedido a la decana McReary el dispositivo necesario para poder asar carne y esas inocentadas que a ningún decano le hacían arquear la ceja, pero empezó a intranquilizarse cuando vio a más que poca gente yendo hacia el bosque y también cuando la auror Brackminster, que tenía asuntos que tratar con Suberland, no había entregado aún su pase de salida, y tampoco estaba en la oficina del decano.
Ya había tenido suficiente. Personalmente y con su hechizo para no hundir los tacones en la húmeda tierra del bosque, caminó hasta donde se suponía iban a reunirse. El licor abundaba, y nadie parecía siquiera intentar ser discreto al respecto. Sí, había un bar dentro del campus, pero la bebida estaba admitida sólo ahí, ni un metro más lejos. Llegó hasta la cada vez más nutrida reunión mirando con una mezcla de admiración y desprecio el licor que se repartían como si nada. Con los brazos cruzados fue hasta donde estaba Pearlie Burroughs.
-Burroughs ¿Puede explicarme qué es todo esto? ¿Quiere que le recuerde el reglamento? Queda PROHIBIDO consumir alcohol o estupefacientes en el Campus. Tengo entendido que le había pedido a la decana McReary, como petición especial que le facilitara elementos para una parrillada. ¿Esta era la idea que tenía?
Después buscó con la mirada a Clarisse Brackminster. Ella mejor que nadie tendría que saber que las normas sobre invitados de los decanos eran también bastante estrictas, ya en el pasado habían tenido incursiones peligrosas y no podían ser flexibles con eso.
-Auror Brackminster, venía usted a tratar asuntos con Suberland. ¿Esos asuntos incluían emborracharse con estudiantes en el bosque, sabiendo que no lo tienen permitido? Poco faltó para que la encontrara yo sirviéndoles el alcohol a sus hermanos
Con la varita juntó todas las botellas, haciendo ruido de cristales. Las hizo diminutas y las condujo a su bolsillo.
-Dudo que cuando sepa esto, la decana McReary vuelva a tener consideraciones especiales con usted, Burroughs.
Tenía notificación de una reunión en el bosque que, hasta donde sabía, iba a ser culinaria, pues Pearlie Burroughs le había pedido a la decana McReary el dispositivo necesario para poder asar carne y esas inocentadas que a ningún decano le hacían arquear la ceja, pero empezó a intranquilizarse cuando vio a más que poca gente yendo hacia el bosque y también cuando la auror Brackminster, que tenía asuntos que tratar con Suberland, no había entregado aún su pase de salida, y tampoco estaba en la oficina del decano.
Ya había tenido suficiente. Personalmente y con su hechizo para no hundir los tacones en la húmeda tierra del bosque, caminó hasta donde se suponía iban a reunirse. El licor abundaba, y nadie parecía siquiera intentar ser discreto al respecto. Sí, había un bar dentro del campus, pero la bebida estaba admitida sólo ahí, ni un metro más lejos. Llegó hasta la cada vez más nutrida reunión mirando con una mezcla de admiración y desprecio el licor que se repartían como si nada. Con los brazos cruzados fue hasta donde estaba Pearlie Burroughs.
-Burroughs ¿Puede explicarme qué es todo esto? ¿Quiere que le recuerde el reglamento? Queda PROHIBIDO consumir alcohol o estupefacientes en el Campus. Tengo entendido que le había pedido a la decana McReary, como petición especial que le facilitara elementos para una parrillada. ¿Esta era la idea que tenía?
Después buscó con la mirada a Clarisse Brackminster. Ella mejor que nadie tendría que saber que las normas sobre invitados de los decanos eran también bastante estrictas, ya en el pasado habían tenido incursiones peligrosas y no podían ser flexibles con eso.
-Auror Brackminster, venía usted a tratar asuntos con Suberland. ¿Esos asuntos incluían emborracharse con estudiantes en el bosque, sabiendo que no lo tienen permitido? Poco faltó para que la encontrara yo sirviéndoles el alcohol a sus hermanos
Con la varita juntó todas las botellas, haciendo ruido de cristales. Las hizo diminutas y las condujo a su bolsillo.
-Dudo que cuando sepa esto, la decana McReary vuelva a tener consideraciones especiales con usted, Burroughs.
Vernice Orlowsky- Mensajes : 12
Fecha de inscripción : 03/09/2012
Re: Carnita en el bosque
Pues ya que nadie le hizo frente a la decana se ganan…
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