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En el bosque de la China
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En el bosque de la China
Hacía exactamente dos semanas que no hacía más que desvelarme leyendo hasta achicharrarme las pestañas para poder entender el mecanismo por el cual podía lograr implantarse vida a un ser que no la tenía. Por lo que había alcanzado a comprender era algo extremadamente difícil de hacerse, y siempre se requería de una fuente de vida para ser trasplantada a lo muerto, ya que no se podía crear vida de la nada.
Lo que venía pensando era encontrar la manera de traer el remanente vital que queda de una persona cuando fallece, traerlo de dónde quiera que esté de vuelta al mundo físico, y darle un nuevo cuerpo. Claro que de esto no había ningún esquema así que por lo pronto tendría que practicar con algo un poco menos imposible, que era el trasplante de energía vital a un ser ya muerto.
Todos esos días a base de café habían sido necesarios para comprender siquiera algo del complejo método necesario para hacer el trasplante. Y hasta ahora solo había conseguido un insomnio del tamaño de un pedo de trol.
Dejé caer el librazo que tenía en las manos sobre la mesita ratona que estaba en frente, dentro de la sala de convivencia, y me quedé sentado, duro y mirando al horizonte a través de una pared. Estaba dormido con los ojazos abiertos como farmacia de turno.
Eran las 10 am. Una figura desalineada salió por la puerta de Brigantia, caminando al mejor estilo de un zombi de película de terror de muy, muy, pero que muy bajo presupuesto. Balbuceando y babeando, con los ojos crocantes ya de secos, se tambaleó hasta la entrada del bosque. Cuando llegé, ya con las piernas algo dobladas por el agotamiento, no vi una raíz que tenía delante de las patotas y me fui de boca a darle un beso al piso. Y allí quedé, entre que desmayado y haciendo gárgaras con saliva y alguito de sangre.
Eso sí, seguía soñando con el hechizo que iba a hacer... si lograba despertame esa hermosa mañana.
Lo que venía pensando era encontrar la manera de traer el remanente vital que queda de una persona cuando fallece, traerlo de dónde quiera que esté de vuelta al mundo físico, y darle un nuevo cuerpo. Claro que de esto no había ningún esquema así que por lo pronto tendría que practicar con algo un poco menos imposible, que era el trasplante de energía vital a un ser ya muerto.
Todos esos días a base de café habían sido necesarios para comprender siquiera algo del complejo método necesario para hacer el trasplante. Y hasta ahora solo había conseguido un insomnio del tamaño de un pedo de trol.
Dejé caer el librazo que tenía en las manos sobre la mesita ratona que estaba en frente, dentro de la sala de convivencia, y me quedé sentado, duro y mirando al horizonte a través de una pared. Estaba dormido con los ojazos abiertos como farmacia de turno.
Eran las 10 am. Una figura desalineada salió por la puerta de Brigantia, caminando al mejor estilo de un zombi de película de terror de muy, muy, pero que muy bajo presupuesto. Balbuceando y babeando, con los ojos crocantes ya de secos, se tambaleó hasta la entrada del bosque. Cuando llegé, ya con las piernas algo dobladas por el agotamiento, no vi una raíz que tenía delante de las patotas y me fui de boca a darle un beso al piso. Y allí quedé, entre que desmayado y haciendo gárgaras con saliva y alguito de sangre.
Eso sí, seguía soñando con el hechizo que iba a hacer... si lograba despertame esa hermosa mañana.
Emmanuel Sarfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: En el bosque de la China
Con un libro llamado "El componente investigativo en materia de derecho: las armas para todo joven mago estudiante de las leyes del universo mágico", Pearlie también estaba muriéndose de sueño. Leía, pero no entendía nada, y hasta donde sabía, ni siquiera era un libro tan difícil, lo que significaba que de verdad estaba bastante cansada. El ajetreo de la universidad, no por los estudios en sí, sino por las emociones que conllevaba, la dejaban exhausta y suponía que todavía le faltaba mucho por descubrir y todo eso. Se sentía como una niña en Honeydukes y suponía que eso estaba más que bien porque significaba que había muchas cosas nuevas por hacer y tal. Probablemente para la mayoría, la universidad no era gran cosa, ya estaban más que vivídos, pero para ella, si era bastante.
Dejó de leer en el momento en que ya no lograba hilar bien las palabras las unas con las otras y cerró el libro, dedicándose mejor a observar el paisaje, aunque no duraría mucho haciendo eso. Si quería mantenerse despierta, tendría que volver a la sala de convivencia y ponerse a socializar. Tal vez ir al bar que tenía entendido, atendía Finnerty, amigo de sus primos. Cualquier cosa con tal de no desaprovechar el día.
Y en eso estaba, levantándose para irse cuando vio que alguien iba con muy mal talante deambulando por ahí. En efecto, parecía un zombie. Entrecerró los ojos tratando de enfocar en el justo momento en que el tipo casi se iba de boca. Tal vez era por una maldición, un veneno, o cualquier cosa extraña. Y podía no ser nada o ser muy peligroso. Se mordió el labio, dubitativa y se levantó para ir en pos de Emmanuel Sarfield.
-Hey! Hey, ¿Estás bien?
Se acuclilló junto a él y con mucha cautela, le puso la mano en la espalda para sacudirlo ligeramente. Ya estaba con la varita preparada y todo para un buen ennervate
Dejó de leer en el momento en que ya no lograba hilar bien las palabras las unas con las otras y cerró el libro, dedicándose mejor a observar el paisaje, aunque no duraría mucho haciendo eso. Si quería mantenerse despierta, tendría que volver a la sala de convivencia y ponerse a socializar. Tal vez ir al bar que tenía entendido, atendía Finnerty, amigo de sus primos. Cualquier cosa con tal de no desaprovechar el día.
Y en eso estaba, levantándose para irse cuando vio que alguien iba con muy mal talante deambulando por ahí. En efecto, parecía un zombie. Entrecerró los ojos tratando de enfocar en el justo momento en que el tipo casi se iba de boca. Tal vez era por una maldición, un veneno, o cualquier cosa extraña. Y podía no ser nada o ser muy peligroso. Se mordió el labio, dubitativa y se levantó para ir en pos de Emmanuel Sarfield.
-Hey! Hey, ¿Estás bien?
Se acuclilló junto a él y con mucha cautela, le puso la mano en la espalda para sacudirlo ligeramente. Ya estaba con la varita preparada y todo para un buen ennervate
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: En el bosque de la China
Todo el cuerpo se sentía helado. Me costaba abrir los ojos, sentía aserrín en los párpados y temblores por todos lados. No podía enfocar la vista, pero podía distinguir un panorama gris oscuro con sombras en movimiento. Yo estaba solo allí, no sabía qué era ese lugar. Lo único seguro era la sensación de estar asustado y desprotegido. Parpadeaba sin parar para que mis ojos se humedecieran un poco y lograr ver algo.
Al cabo de lo que me parecieron minutos, pude darme cuenta que estaba en una pequeña colina. El cielo estaba totalmente oscuro. Soplaba un intenso viento helado que pasaba por mis ropas como si no las tuviera. El césped, que se extendía más allá de mi campo visual, tenía un color extraño, muy azul pero con tonos grises mezclados. A lo lejos solo se veía horizonte nublado. Ninguna referencia para saber dónde estaba.
Una mujer caminaba bajo la colina. No podía ver quien era pero sabía exactamente su identidad. Comencé a bajar lo más rápido posible, no podía evitar sonreírme mucho, estar feliz de encontrarla. La tenía a pocos pasos, por fin iba a poder hablarle, preguntarle tantas cosas... estaba allí. Pero no importaba cuanto corriera ella se alejaba paso a paso. Mientras más bajaba por la colina, más alta esta se hacía y no podía llegar a la base.
Comencé a gritarle que me esperara, que no se fuera, que la estaba buscando, que no me había olvidado de ella. Y me caí, comencé a caer por la colina. Rodé y rodé hacia abajo, sentía el terreno golpeándome en las costillas y sacándome el aire, mientras no podía evitar que la bronca me comiera el alma y las lágrimas me empañaran el rostro. No podía ser, siempre estaba tan cerca pero nunca la alcanzaba.
Al final terminé caído en la colina, con la vista otra vez nublada, no podía distinguir nada. Solo sentía el suelo frío en mi cara. Pero los colores habían cambiado, era todo más agradable, y esa sensación de soledad y frío atravesante ya no estaban. De golpe escuché la voz de una mujer, sentí su mano en mi espalda. No podía ver quien era pero tenía la seguridad de que por fin había logrado alcanzarla así que la abracé con todas mis fuerzas. Me parecía la eternidad en un abrazo.
Al cabo de un par de segundos se me aclaró la vista y me di cuenta que estaba abrazando a otra persona así que la solté rápido y me hice un par de pasos para atrás. -Ups, perdona, je, no era a vos a quien quería abrazar- algo se sintió fiero sobre esa frase -no es que no seas abrazable... o sea, ni ahí, te abrazaría todo el día pero- ya la había embarrado pero mal. Había metido la pata hasta el cuadril. -Ya mejor me cayo, me pegas y te dejo tranquila- Mi cara era ya una caricatura china. Que desastre que era para explicar las cosas. Así que me quedé quietito esperando el soplamocos.
Al cabo de lo que me parecieron minutos, pude darme cuenta que estaba en una pequeña colina. El cielo estaba totalmente oscuro. Soplaba un intenso viento helado que pasaba por mis ropas como si no las tuviera. El césped, que se extendía más allá de mi campo visual, tenía un color extraño, muy azul pero con tonos grises mezclados. A lo lejos solo se veía horizonte nublado. Ninguna referencia para saber dónde estaba.
Una mujer caminaba bajo la colina. No podía ver quien era pero sabía exactamente su identidad. Comencé a bajar lo más rápido posible, no podía evitar sonreírme mucho, estar feliz de encontrarla. La tenía a pocos pasos, por fin iba a poder hablarle, preguntarle tantas cosas... estaba allí. Pero no importaba cuanto corriera ella se alejaba paso a paso. Mientras más bajaba por la colina, más alta esta se hacía y no podía llegar a la base.
Comencé a gritarle que me esperara, que no se fuera, que la estaba buscando, que no me había olvidado de ella. Y me caí, comencé a caer por la colina. Rodé y rodé hacia abajo, sentía el terreno golpeándome en las costillas y sacándome el aire, mientras no podía evitar que la bronca me comiera el alma y las lágrimas me empañaran el rostro. No podía ser, siempre estaba tan cerca pero nunca la alcanzaba.
Al final terminé caído en la colina, con la vista otra vez nublada, no podía distinguir nada. Solo sentía el suelo frío en mi cara. Pero los colores habían cambiado, era todo más agradable, y esa sensación de soledad y frío atravesante ya no estaban. De golpe escuché la voz de una mujer, sentí su mano en mi espalda. No podía ver quien era pero tenía la seguridad de que por fin había logrado alcanzarla así que la abracé con todas mis fuerzas. Me parecía la eternidad en un abrazo.
Al cabo de un par de segundos se me aclaró la vista y me di cuenta que estaba abrazando a otra persona así que la solté rápido y me hice un par de pasos para atrás. -Ups, perdona, je, no era a vos a quien quería abrazar- algo se sintió fiero sobre esa frase -no es que no seas abrazable... o sea, ni ahí, te abrazaría todo el día pero- ya la había embarrado pero mal. Había metido la pata hasta el cuadril. -Ya mejor me cayo, me pegas y te dejo tranquila- Mi cara era ya una caricatura china. Que desastre que era para explicar las cosas. Así que me quedé quietito esperando el soplamocos.
Emmanuel Sarfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: En el bosque de la China
Pearlie no pudo hacer gran cosa por detener el inminente abrazo de alguien que estaba mucho más dormido que despierto y sobretodo, más en otro mundo que en los terrenos de Brigantia. Se mordió el labio nerviosa sin saber qué hacer, dejando los brazos colgados a un lado primero y luego dándole unas palmadas torpes y unas sacudidas débiles para que reaccionara, aunque sin ser demasiado brusca ni parecer como si le fuera a patear los huevos por estarla abrazando así como así, el muy igualado, porque, repetía, no estaba en ese mundo.
Y por fin despertó, soltándola de golpe como se suponía que debía hacer. Pearlie dibujó una sonrisita tímida y asintió lentamente, sin ofenderse por la frase de que no era a ella a la que había querido abrazar, aunque el chico, en vez de callarse, siguió diciendo cosas que le sacaron una risa. Nunca había sabido exactamente como ser coqueta ni mucho menos, ni como aceptar halagos aunque fueran a tropezones como ese que le acababan de dedicar. Así que sonreír era lo que le quedaba, casi con la misma torpeza.
-Bueno, me alegro no ser repelente tampoco.
Se volvió a reír y negó con la cabeza, ¿por qué habría de pegarle? no era como si se hubiera aprovechado de ella, ni mucho menos. Le hizo un gesto con las dos palmas de las manos abiertas como pidiéndole calma.
-No te preocupes, es que...estaba allá y te vi tambalearte e irte de boca. Me asusté, quería asegurarme de que estabas bien....¿estás bien?
No podía decirlo con seguridad, tal vez de pronto decaía de nuevo o seguía mareado, o le dolía el golpe...¿eso en su boca era sangre?.
Y por fin despertó, soltándola de golpe como se suponía que debía hacer. Pearlie dibujó una sonrisita tímida y asintió lentamente, sin ofenderse por la frase de que no era a ella a la que había querido abrazar, aunque el chico, en vez de callarse, siguió diciendo cosas que le sacaron una risa. Nunca había sabido exactamente como ser coqueta ni mucho menos, ni como aceptar halagos aunque fueran a tropezones como ese que le acababan de dedicar. Así que sonreír era lo que le quedaba, casi con la misma torpeza.
-Bueno, me alegro no ser repelente tampoco.
Se volvió a reír y negó con la cabeza, ¿por qué habría de pegarle? no era como si se hubiera aprovechado de ella, ni mucho menos. Le hizo un gesto con las dos palmas de las manos abiertas como pidiéndole calma.
-No te preocupes, es que...estaba allá y te vi tambalearte e irte de boca. Me asusté, quería asegurarme de que estabas bien....¿estás bien?
No podía decirlo con seguridad, tal vez de pronto decaía de nuevo o seguía mareado, o le dolía el golpe...¿eso en su boca era sangre?.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: En el bosque de la China
La verdad que entre el sueño, el dolor que tenía en la cara (que por cierto se sentía doblada para la izquierda y tiesa) todavía no sabía bien en que mundo estaba parado. Lo que sí entendía muy clarito era que me había pasado un poquito de confianza con una chica a la que no conocía más que de vista. Eso sí, que vista! Era un bombón de licor de dulce de leche! A todo esto, no sería que se fue la pesadilla y caí en un sueño espectacular, no?
Con los hombros hacia adelante, y la cara dispuesta al grabado de huellas dactilares a presión, esperé pero no pasó nada. Mis mejillas agradecidas, pero yo estaba sorprendido. A lo mejor era muy chapado a la antigua pensar que por algo como un abrazo vendría una cachetada. Cuestión que fue lo que pensé ocurriría. Menos mal que le pifié a la predicción.
Que sonrisa más linda tenía. Era entre que de niña y de mujer. No sé que cara de tonto habré tenido el segundo en que me quedé pegado al dibujo de sus labios. Calculo que lo más lindo que tenía su sonrisa era el dejo de timidez. No tenía arrogancia ni malicia. Aunque ni se para que digo todo esto, si yo para leer a las personas soy un desastre.
-Si tu fueras repelente con gusto moriría mosquito- Lancé algo que a mí me parecía gracioso, esperaba que para ella también, así por lo menos no la arruinaba completita y con detalles en menos de un minuto. Tenía un sabor a hierro en la boca, y la sensación de adormecimiento en la cara no se me iba todavía. Me llevé las manos a la cara y me llamó poderosamente la atención que mi nariz estaba de costado! Apuntaba hacia mi izquierda. Toqué para cerciorarme y un dolor espantoso me partió la cara en mil piezas. -Aaaaaaaahora sí la cagué lindo!!-
Me dolía mucho, y por tocar a lo bestia ahora sangraba otra vez. Que bobo era, siempre terminaba volando por una explosión o con algo roto, pero la cara me venía zafando hasta hoy. Saqué mi varita y apunté a la nariz para repararla -Episkey!- PEOR!! Se me fue la nariz para el otro lado! -AAAHHH!!- Me puse a saltar por la desesperación del dolor! Tenía a una manada de elefantes bailando tap en mi cara! -No puede ser... a mí me cagó un pterodáctilo! joooo- Empecé a tratar de acomodarme la nariz con la mano porque con la varita la embarré más. Pero no había caso. Encima estaba haciendo un espectáculo digno de primer año de escuela! Que desastre por favor...
Con los hombros hacia adelante, y la cara dispuesta al grabado de huellas dactilares a presión, esperé pero no pasó nada. Mis mejillas agradecidas, pero yo estaba sorprendido. A lo mejor era muy chapado a la antigua pensar que por algo como un abrazo vendría una cachetada. Cuestión que fue lo que pensé ocurriría. Menos mal que le pifié a la predicción.
Que sonrisa más linda tenía. Era entre que de niña y de mujer. No sé que cara de tonto habré tenido el segundo en que me quedé pegado al dibujo de sus labios. Calculo que lo más lindo que tenía su sonrisa era el dejo de timidez. No tenía arrogancia ni malicia. Aunque ni se para que digo todo esto, si yo para leer a las personas soy un desastre.
-Si tu fueras repelente con gusto moriría mosquito- Lancé algo que a mí me parecía gracioso, esperaba que para ella también, así por lo menos no la arruinaba completita y con detalles en menos de un minuto. Tenía un sabor a hierro en la boca, y la sensación de adormecimiento en la cara no se me iba todavía. Me llevé las manos a la cara y me llamó poderosamente la atención que mi nariz estaba de costado! Apuntaba hacia mi izquierda. Toqué para cerciorarme y un dolor espantoso me partió la cara en mil piezas. -Aaaaaaaahora sí la cagué lindo!!-
Me dolía mucho, y por tocar a lo bestia ahora sangraba otra vez. Que bobo era, siempre terminaba volando por una explosión o con algo roto, pero la cara me venía zafando hasta hoy. Saqué mi varita y apunté a la nariz para repararla -Episkey!- PEOR!! Se me fue la nariz para el otro lado! -AAAHHH!!- Me puse a saltar por la desesperación del dolor! Tenía a una manada de elefantes bailando tap en mi cara! -No puede ser... a mí me cagó un pterodáctilo! joooo- Empecé a tratar de acomodarme la nariz con la mano porque con la varita la embarré más. Pero no había caso. Encima estaba haciendo un espectáculo digno de primer año de escuela! Que desastre por favor...
Emmanuel Sarfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: En el bosque de la China
No sabía si sonrojarse, seguirse riendo o pedirle que ya se callara con sus halagos, que nadie le había hablado así nunca, con esas palabras que parecían un chiste pero a la vez eran algo bonitas. Así que terminó haciéndolo todo a la vez, se sonrojó, se rió y le hizo un gesto para que se callara -sin parecer mandona- porque justo se daba cuenta de que tenía algo bastante chueco y seguro hablar le dolería.
Se sobresaltó cuando el chico se tocó la nariz y literalmente aulló de dolor. Apretó los dientes, hizo un gesto tonto y se mordió el labio superior preocupada por todo eso. No estudiaba medimagia pero lo que necesitaba al parecer no era muy complicado de todos modos y aunque tenía mucho que no practicaba ese hechizo, seguramente lo podría hacer. Y justo se lo iba a proponer pero él se adelantó y se lo aplicó él mismo. Esperaba que funcionara, pero sus esperanzas se desvanecieron inmediatamente cuando volvió a gritar y dijo algo sobre un pterodáctilo que ni alcanzó a entender.
-A ver, tranquilízate. Yo te ayudo, no estudio medimagia pero espero que todavía me salga. Yo, yo lo hago.
Lo jaló de la muñeca, sacó su varita y puso cara de concentración.
-Una vez le arreglé la muñeca a una amiga que se la rompió jugando quidditch, se cayó de su escoba y le dolía mucho, pero yo la curé, espero tener la misma suerte ahora, solo no te muevas, ¿sí?
Se puso a contarle para que olvidara el dolor, aunque no creía que esos métodos sirvieran en realidad de mucho. En cambio, si creía en el que su papá le había dicho una vez, que un dolor físico, se curaba con un golpe más fuerte, pero claro, ella no le iba a pegar a nadie para romperle otra cosa. Su papá estaba loco, más bien.
-Episkey
Conjuró y tras el conjuro, escuchó un crujido característico y cerró los ojos con algo de temor. No quería ver ¿y si le había puesto los ojos en la nuca?
-¿Salió bien?. Por favor dime que sí.
Se sobresaltó cuando el chico se tocó la nariz y literalmente aulló de dolor. Apretó los dientes, hizo un gesto tonto y se mordió el labio superior preocupada por todo eso. No estudiaba medimagia pero lo que necesitaba al parecer no era muy complicado de todos modos y aunque tenía mucho que no practicaba ese hechizo, seguramente lo podría hacer. Y justo se lo iba a proponer pero él se adelantó y se lo aplicó él mismo. Esperaba que funcionara, pero sus esperanzas se desvanecieron inmediatamente cuando volvió a gritar y dijo algo sobre un pterodáctilo que ni alcanzó a entender.
-A ver, tranquilízate. Yo te ayudo, no estudio medimagia pero espero que todavía me salga. Yo, yo lo hago.
Lo jaló de la muñeca, sacó su varita y puso cara de concentración.
-Una vez le arreglé la muñeca a una amiga que se la rompió jugando quidditch, se cayó de su escoba y le dolía mucho, pero yo la curé, espero tener la misma suerte ahora, solo no te muevas, ¿sí?
Se puso a contarle para que olvidara el dolor, aunque no creía que esos métodos sirvieran en realidad de mucho. En cambio, si creía en el que su papá le había dicho una vez, que un dolor físico, se curaba con un golpe más fuerte, pero claro, ella no le iba a pegar a nadie para romperle otra cosa. Su papá estaba loco, más bien.
-Episkey
Conjuró y tras el conjuro, escuchó un crujido característico y cerró los ojos con algo de temor. No quería ver ¿y si le había puesto los ojos en la nuca?
-¿Salió bien?. Por favor dime que sí.
Última edición por Pearlie F. Burroughs el Lun Sep 10, 2012 12:55 am, editado 1 vez
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: En el bosque de la China
No, no, no y no, era una sinfonía de dolor acuciante. Un orgasmo tántrico de padecimiento sostenido que me estaba convirtiendo la cara en una masa insensible. No tenía espacio en el cerebro, ya de por sí acá hay poco lugar, como para procesar tanto dolor juntito en paquete. Cerré los ojos para tratar de concentrarme en otra cosa. Pensé en perros jugando, gatos saltando, pechos rebotando, pero nada me sacaba la idea de seguir sufriendo.
Hasta que un tironcito me sacó de ese lugar, sobre todo por la voz que me habló para calmarme. Me estaba contando la historia de cuando ayudó a una amiga pero yo no podía distinguir sus palabras, estaba perdido en el sonido que salía de sus labios. Era una dulce total. Me estaba ayudando sin conocerme. No se podía creer. Ya me había comprado para toda la vida. Me dejó bobo prestándole atención solo a ella. A quien mierda le importa la nariz rota y retorcida cuando tenés a una chica más linda que la puta madre confortándote y ayudándote.
Ella conjuró Episkey otra vez, pero esta vez salió perfecta la cosa. Bueno, en realidad quedó un poco torcidita a la izquierda, pero para mí quedó perfecta y no se discute porque Perlita me dejó la nariz hermosa y no importa más nada, no oigo no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado si alguien me critica la nariz.
-Salió espectacular! Menos mal que no estudias medimagia o tendrían que correr a medio San Mungo a la calle!- Pero que divina era! Un caramelito con envoltura y todo. Encima tenía un cuerpo de mil amores. Pero ni me importaba, estaba contentísimo porque ella me había quitado el dolor. Sus manitas suaves y dulces me curaron la nariz. Ya la quería.
-Gracias, muchas gracias de veras- Le sonreí ya de verdad, saliendo de mi torbellino de zonceras. Me caía bien, pero ni sabía cómo se llamaba. Aquí se planteaba otro dilema, porque yo soy un desastre con los nombres, las caras y todo en general. Si ella ya me conocía, o nos habíamos presentado, y yo no me acordaba quedaría como el culo. Pero ya estaba jugado así que: -Ya me curaste la nariz, pero no sé cómo te llamas. Yo soy Emmanuel, Manu mejor. Y tú, cómo te llamas? Aunque si no me dices yo te diré mi dra personal- me reí solo de una cosa tan estúpida que solo a mí me daría risa.
Hasta que un tironcito me sacó de ese lugar, sobre todo por la voz que me habló para calmarme. Me estaba contando la historia de cuando ayudó a una amiga pero yo no podía distinguir sus palabras, estaba perdido en el sonido que salía de sus labios. Era una dulce total. Me estaba ayudando sin conocerme. No se podía creer. Ya me había comprado para toda la vida. Me dejó bobo prestándole atención solo a ella. A quien mierda le importa la nariz rota y retorcida cuando tenés a una chica más linda que la puta madre confortándote y ayudándote.
Ella conjuró Episkey otra vez, pero esta vez salió perfecta la cosa. Bueno, en realidad quedó un poco torcidita a la izquierda, pero para mí quedó perfecta y no se discute porque Perlita me dejó la nariz hermosa y no importa más nada, no oigo no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado si alguien me critica la nariz.
-Salió espectacular! Menos mal que no estudias medimagia o tendrían que correr a medio San Mungo a la calle!- Pero que divina era! Un caramelito con envoltura y todo. Encima tenía un cuerpo de mil amores. Pero ni me importaba, estaba contentísimo porque ella me había quitado el dolor. Sus manitas suaves y dulces me curaron la nariz. Ya la quería.
-Gracias, muchas gracias de veras- Le sonreí ya de verdad, saliendo de mi torbellino de zonceras. Me caía bien, pero ni sabía cómo se llamaba. Aquí se planteaba otro dilema, porque yo soy un desastre con los nombres, las caras y todo en general. Si ella ya me conocía, o nos habíamos presentado, y yo no me acordaba quedaría como el culo. Pero ya estaba jugado así que: -Ya me curaste la nariz, pero no sé cómo te llamas. Yo soy Emmanuel, Manu mejor. Y tú, cómo te llamas? Aunque si no me dices yo te diré mi dra personal- me reí solo de una cosa tan estúpida que solo a mí me daría risa.
Emmanuel Sarfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: En el bosque de la China
¡Ah! ahÍ estaba otra vez, diciendo halagos. Se rió por lo de correr a medio San Mungo a la calle. Nunca habría tenido la paciencia para estudiar medimagia realmente pero claro, Emmanuel no lo decía porque le hubiera encontrado algo místico misterioso, sino por ser amable. Definitivamente, tenía que aprender a digerir los halagos. Le sonrió y se encogió de hombros como diciendo "no es nada" y lo inspeccionó con los ojos entrecerrados para verle bien la cara. Era bastante lindo ahora que no tenía la nariz chueca. Le volvió a sonreír por default.
-Tu doctora personal Pearlie Burroughs. O Felicia, llámame como quieras.
Para el caso, ninguno de sus dos nombres le gustaba, así que daba igual. Le estrechó la mano acompañando su presentación
-Tienes el nombre de un filósofo muggle que mi papá lee. Y mira que no es muy afecto a lo muggle. No lo tomes a mal, no es purista, solo es raro. ¿Cómo escribes tu nombre, con I o con E? Porque el que te digo creo que con I. No sé, estoy hablando como desquiciada. Manu está bien.
A ver, Burroughs, que el chico apenas te había dicho su nombre y tú ya le contabas la historia de tu vida y te ponías a hablar de filósofos muggles, de tu familia, de lingüistica...Respiró profundo y negó con la cabeza, como avergonzada de su verborrea innecesaria.
-¿Qué te pasó, eh? Bueno, si se puede saber. Casi te matas, pensé que estabas con una maldición encima o envenenado o algo. ¿Quieres sentarte? ¿No estás mareado?
Era como una madre preocupona.
-Tu doctora personal Pearlie Burroughs. O Felicia, llámame como quieras.
Para el caso, ninguno de sus dos nombres le gustaba, así que daba igual. Le estrechó la mano acompañando su presentación
-Tienes el nombre de un filósofo muggle que mi papá lee. Y mira que no es muy afecto a lo muggle. No lo tomes a mal, no es purista, solo es raro. ¿Cómo escribes tu nombre, con I o con E? Porque el que te digo creo que con I. No sé, estoy hablando como desquiciada. Manu está bien.
A ver, Burroughs, que el chico apenas te había dicho su nombre y tú ya le contabas la historia de tu vida y te ponías a hablar de filósofos muggles, de tu familia, de lingüistica...Respiró profundo y negó con la cabeza, como avergonzada de su verborrea innecesaria.
-¿Qué te pasó, eh? Bueno, si se puede saber. Casi te matas, pensé que estabas con una maldición encima o envenenado o algo. ¿Quieres sentarte? ¿No estás mareado?
Era como una madre preocupona.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: En el bosque de la China
Verla era pasarlo de 1000 porque no se podía ser más linda e interesante. Es que me comía la cabeza verla toda tímida y agradable y no siendo puro ego y sacando pecho como una gallina por pelearse. Me dijo su nombre por fin. Dos de hecho, y era uno más lindo que el otro. Se dice que siempre hay algo feo dentro de lo lindo pero hasta ahora no lo encontraba. Igual yo para encontrar cosas soy de lo peor así que mi criterio no vale ni diez centavitos.
-Con tal de poder llamarte te diré como quieras!- Me reí tonto otra vez, era el único capaz de reírse de mi sin sentir lástima o vergüenza ajena, era todita mía la vergüencita. -En mi pueblo, en Santiago del Estero, te dirían "Perlita" porque sería algo como una traducción de tu nombre. Y vaya que te hace honor el nombre!. Perlita y Felicia, una perla feliz- Eso de jugar con los nombres era sin intención escondida, siempre se me dió por retocar palabras para divertirme con alguien, no de alguien porque para divertirse "de" alguien estaba siempre yo para el resto. Ojo, yo haría lo mismo en lugar de los otros.
-jajajaj de filósofo lo único que tengo es el nombre, pero creo que te refieres a Kant, verdad? Ese me es conocido de mi EXTASIS de Estudios muggle- Y bueno che, algún ladito intelectualoide tengo. Hay que rascar mucho para encontrarlo pero está ahí. -Mi nombre empieza con "E", pero dime con I, con H, con J, como quieras!- Y otra vez en el humor barato. Ya me estaba enredando solo, pero no tenía manera de no hacerlo. Me distraía mucho lo linda que era esa chica.
En esta parte, cuando me preguntó qué hacía y cómo había llego a estar así, me acordé de algo que por primera vez, en esta charla, me borró la sonrisa de la bocota. Claro, había tenido ese sueño de mierda otra vez. La misma pesadilla de siempre que solo servía para corroborar mi incapacidad para lograrlo. Todavía no lograba avanzar en serio, y ya habían pasado casi 9 años. -Estaba estudiando algo que me llevó días y días sin dormir. Y llevado por el envión de probar lo que había encontrado no me percaté de que estoy destruído y con sueño así que creo que me caí y me desmayé- Me volví a reir aunque yo me daba cuenta que era un tantito forzada. El recuerdo de mi madre era... la parte más oscura de mi vida.
-Igual estoy bien, no te preocupes- Aparté de mi cabeza las imágenes insoportables para poder volver a estar divertido. Andar triste era perder el tiempo. -Y tú? Cómo me encontraste? Estabas de paseo juntando frutas?- me reí otra vez. Y me quedé bobazo mirándola de nuevo. Pero que linda era!
-Con tal de poder llamarte te diré como quieras!- Me reí tonto otra vez, era el único capaz de reírse de mi sin sentir lástima o vergüenza ajena, era todita mía la vergüencita. -En mi pueblo, en Santiago del Estero, te dirían "Perlita" porque sería algo como una traducción de tu nombre. Y vaya que te hace honor el nombre!. Perlita y Felicia, una perla feliz- Eso de jugar con los nombres era sin intención escondida, siempre se me dió por retocar palabras para divertirme con alguien, no de alguien porque para divertirse "de" alguien estaba siempre yo para el resto. Ojo, yo haría lo mismo en lugar de los otros.
-jajajaj de filósofo lo único que tengo es el nombre, pero creo que te refieres a Kant, verdad? Ese me es conocido de mi EXTASIS de Estudios muggle- Y bueno che, algún ladito intelectualoide tengo. Hay que rascar mucho para encontrarlo pero está ahí. -Mi nombre empieza con "E", pero dime con I, con H, con J, como quieras!- Y otra vez en el humor barato. Ya me estaba enredando solo, pero no tenía manera de no hacerlo. Me distraía mucho lo linda que era esa chica.
En esta parte, cuando me preguntó qué hacía y cómo había llego a estar así, me acordé de algo que por primera vez, en esta charla, me borró la sonrisa de la bocota. Claro, había tenido ese sueño de mierda otra vez. La misma pesadilla de siempre que solo servía para corroborar mi incapacidad para lograrlo. Todavía no lograba avanzar en serio, y ya habían pasado casi 9 años. -Estaba estudiando algo que me llevó días y días sin dormir. Y llevado por el envión de probar lo que había encontrado no me percaté de que estoy destruído y con sueño así que creo que me caí y me desmayé- Me volví a reir aunque yo me daba cuenta que era un tantito forzada. El recuerdo de mi madre era... la parte más oscura de mi vida.
-Igual estoy bien, no te preocupes- Aparté de mi cabeza las imágenes insoportables para poder volver a estar divertido. Andar triste era perder el tiempo. -Y tú? Cómo me encontraste? Estabas de paseo juntando frutas?- me reí otra vez. Y me quedé bobazo mirándola de nuevo. Pero que linda era!
Emmanuel Sarfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: En el bosque de la China
Ya no sabía si se reía por lo que le decía, si porque se contagiaba o cuál era el asunto, pero ella tampoco podía dejar de reírse cada vez y eso estaba bien. Reírse relajaba y ella ya se sentía bastante cómoda con él de todos modos. Le gustó como sonó "Perlita" y trató de repetirlo con un acento ridículo. En Beauxbatons odiaba cuando la llamaban por su primer nombre porque lo pronunciaban con una G ridícula que no iba y que lo hacía sonar espantoso. Y de hecho, estuvo a nada de contar la anécdota del odio, de no ser porque encontró a Manu más interesante por un dato en particular.
-¿Santiago del Estero? ¿Dónde está eso?
No le interesaba quedar como una sabelotodo y cuando algo le daba curiosidad, preguntaba muy genuinamente. No tenía porque pretender que sabía cosas que no sabía. Asintió a lo de Kant y sonrió ligeramente, aunque su sonrisa también se borró al notar que había tocado una fibra sensible en el chico al preguntarle qué le había pasado. Se veía mejor cuando sonreía como loco aunque el aire nostálgico también le pegaba.
-Estaba leyendo un libro, pero también moría de sueño así que iba a ver qué me encontraba y te encontré a ti.
Poco a poco se iba dando cuenta de la manera en que la miraba y no pudo evitar el infantil sonrojo, mientras desviaba la mirada y se acomodaba el cabello tras la oreja. Pero qué tonta se veía de seguro.
-¿Y cuál carrera es la que estudias que tanto te quita el sueño? ¿Te puedo ayudar en algo? Vengo con buenos EXTASIS, lo juro.
-¿Santiago del Estero? ¿Dónde está eso?
No le interesaba quedar como una sabelotodo y cuando algo le daba curiosidad, preguntaba muy genuinamente. No tenía porque pretender que sabía cosas que no sabía. Asintió a lo de Kant y sonrió ligeramente, aunque su sonrisa también se borró al notar que había tocado una fibra sensible en el chico al preguntarle qué le había pasado. Se veía mejor cuando sonreía como loco aunque el aire nostálgico también le pegaba.
-Estaba leyendo un libro, pero también moría de sueño así que iba a ver qué me encontraba y te encontré a ti.
Poco a poco se iba dando cuenta de la manera en que la miraba y no pudo evitar el infantil sonrojo, mientras desviaba la mirada y se acomodaba el cabello tras la oreja. Pero qué tonta se veía de seguro.
-¿Y cuál carrera es la que estudias que tanto te quita el sueño? ¿Te puedo ayudar en algo? Vengo con buenos EXTASIS, lo juro.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: En el bosque de la China
Y si sigo diciendo que estaba más bobo cada segundo que pasaba se van a aburrir? Bueno pues se aguantan porque estaba más bobo cada segundo que pasaba mirando a Perlie hablarme. Era directamente comestible. Lo bueno de una chica que es linda pero no se cree la reina del carnaval por serlo, sino que no le maneja la personalidad. Pero mejor me dejo de bobadas y volvemos al relato.
-Santiago del Estero es una provincia en Argentina. Yo nací allá. Hablo inglés fluido porque mi padre es irlandés y siempre me habló en inglés a propósito para que aprendiera, porque como eventualmente me iban a mandar a Hogwarts, pues...- Había sido una niñez bastante común, pero lo más lindo que tuvo fue la simpleza y sencillez de vivir en un pueblo chico, con un ritmo mucho más sereno que las ciudades. Lo que sí, estaban en el culo del mundo para cualquier tipo de acontecimiento social o cosas por el estilo.
-Hay que pedir que aflojen un poco con la lectura que nos dan, vamos a terminar todos con cataratas por exceso de exposición a las hojas- Y para variar, me reí de nuevo, no me digan que no soy un dulce. Tan dulce que hasta diabetes provoco. Y si encima estaba embobado por la situación... peor.
Esta pregunta siempre causaba un clima raro, no es que yo tuviera algún tipo de duda sobre lo que elegí, de hecho es aquello sobre lo que más seguro estoy en mi vida, pero cuando contaba mi carrera me quedaban mirando raro. Algo así como si no diera el perfil. Aunque a mí, sinceramente, todo eso me chupaba uno. -Estudio Artes Oscuras. Estaba estudiando el mecanismo para infundir vida en un cuerpo fallecido. Pero es realmente complicado- Yo mantuve mi más normal sonrisa, sin percatarme demasiado de que lo que dije por ahí era algo fuerte. Pasa que para mí era lo más normal del mundo.
-Sabes algo de esto? Porque la verdad yo estoy enredado como orgía de serpientes- Y a todo esto me dio curiosidad, qué carrera estudiaba ella? -A todo esto, me dio curiosidad, qué carrera estudias?- Repetitivo yo? Yo repetitivo? Repetitivo? yo? Nooo te habrá parecido nomás.
-Santiago del Estero es una provincia en Argentina. Yo nací allá. Hablo inglés fluido porque mi padre es irlandés y siempre me habló en inglés a propósito para que aprendiera, porque como eventualmente me iban a mandar a Hogwarts, pues...- Había sido una niñez bastante común, pero lo más lindo que tuvo fue la simpleza y sencillez de vivir en un pueblo chico, con un ritmo mucho más sereno que las ciudades. Lo que sí, estaban en el culo del mundo para cualquier tipo de acontecimiento social o cosas por el estilo.
-Hay que pedir que aflojen un poco con la lectura que nos dan, vamos a terminar todos con cataratas por exceso de exposición a las hojas- Y para variar, me reí de nuevo, no me digan que no soy un dulce. Tan dulce que hasta diabetes provoco. Y si encima estaba embobado por la situación... peor.
Esta pregunta siempre causaba un clima raro, no es que yo tuviera algún tipo de duda sobre lo que elegí, de hecho es aquello sobre lo que más seguro estoy en mi vida, pero cuando contaba mi carrera me quedaban mirando raro. Algo así como si no diera el perfil. Aunque a mí, sinceramente, todo eso me chupaba uno. -Estudio Artes Oscuras. Estaba estudiando el mecanismo para infundir vida en un cuerpo fallecido. Pero es realmente complicado- Yo mantuve mi más normal sonrisa, sin percatarme demasiado de que lo que dije por ahí era algo fuerte. Pasa que para mí era lo más normal del mundo.
-Sabes algo de esto? Porque la verdad yo estoy enredado como orgía de serpientes- Y a todo esto me dio curiosidad, qué carrera estudiaba ella? -A todo esto, me dio curiosidad, qué carrera estudias?- Repetitivo yo? Yo repetitivo? Repetitivo? yo? Nooo te habrá parecido nomás.
Emmanuel Sarfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: En el bosque de la China
-¿Pero entonces hablas español? ¡Se me hace un idioma bien bonito! Pero no conocía a nadie que lo hablara.
Le dijo con entusiasmo. No le importaba a veces parecer más una chiquilla que se emocionaba con cosas como la tecnología muggle o conocer un nuevo idioma. Sinceramente tenía cosas más importantes de las qué preocuparse como persona y se sentía segura de si misma tal como era.
-Yo estuve en Hogwarts también, nada más un año. A mi papá lo transfirieron del Ministerio por un trabajo importante y nos tuvimos que ir a Francia, pero me gustaba mucho ese castillo.
Llevaban mucho tiempo hablando parados así que miró a su alrededor buscando alguna raíz salida donde sentarse, mientras Manu le contaba que estudiaba Artes Oscuras. No le parecía raro, ni extraño, si acaso un poco excéntrico. Su primo Niko estudiaba eso, y tenía un modo de ser muy particular. Seguramente lo de esa carrera se debía a características específicas no precisamente o necesariamente peyorativas. Y con la muy breve explicación que el chico le dio, le quedó todavía más claro el panorama.
-Claro, entiendo...
Entendía el qué ¿exactamente? Pues las implicaciones morales de un acto como ese, por supuesto. Y que solo algo como las Artes Oscuras te podía proveer de ese conocimiento, pero podía ser que sus motores no fueran precisamente macabros. No se veía de ese tipo de persona. Se quedó pensando un poco en eso, así que de pronto pareció distraída, pero apenas él le preguntó lo de su carrera, lo miró con una sonrisa de nuevo. Era fácil charlar con él y eso le gustaba mucho.
-Leyes...y no, no sé mucho de estas cosas. Una vez mi primo Niels me leyó ¿Franken...Fra...Frankenst...? Bueno, tal vez sabes de qué hablo. Y ahí usaban la electricidad, pero creo que...bueno, si canalizaras ese tipo de fuerza en tu varita...aunque igual, solo sería un objeto animado, creo que dar verdadera vida es algo realmente más complejo. Dicen que en Hogwarts, hace muchos años, cuando la lucha contra Voldemort, un profesor enseñó como revivir cuerpos con Artes Oscuras, pero al final nunca eran las mismas personas que fueron en vida, porque estaban a merced del conjurador, siempre...Mira, por ejemplo, mi episkey te impregnó un poco de mi energía ¿no? y es un hechizo simple ¡imagínate un hechizo así! El lazo que se crea, la magia que se usa...por los dioses, estoy hablando mucho y no me detienes!
Enrojeció completamente y bajó la vista al libro. Se había puesto intensa y seguro él, tan dinámico, ya estaba aburrido.
Le dijo con entusiasmo. No le importaba a veces parecer más una chiquilla que se emocionaba con cosas como la tecnología muggle o conocer un nuevo idioma. Sinceramente tenía cosas más importantes de las qué preocuparse como persona y se sentía segura de si misma tal como era.
-Yo estuve en Hogwarts también, nada más un año. A mi papá lo transfirieron del Ministerio por un trabajo importante y nos tuvimos que ir a Francia, pero me gustaba mucho ese castillo.
Llevaban mucho tiempo hablando parados así que miró a su alrededor buscando alguna raíz salida donde sentarse, mientras Manu le contaba que estudiaba Artes Oscuras. No le parecía raro, ni extraño, si acaso un poco excéntrico. Su primo Niko estudiaba eso, y tenía un modo de ser muy particular. Seguramente lo de esa carrera se debía a características específicas no precisamente o necesariamente peyorativas. Y con la muy breve explicación que el chico le dio, le quedó todavía más claro el panorama.
-Claro, entiendo...
Entendía el qué ¿exactamente? Pues las implicaciones morales de un acto como ese, por supuesto. Y que solo algo como las Artes Oscuras te podía proveer de ese conocimiento, pero podía ser que sus motores no fueran precisamente macabros. No se veía de ese tipo de persona. Se quedó pensando un poco en eso, así que de pronto pareció distraída, pero apenas él le preguntó lo de su carrera, lo miró con una sonrisa de nuevo. Era fácil charlar con él y eso le gustaba mucho.
-Leyes...y no, no sé mucho de estas cosas. Una vez mi primo Niels me leyó ¿Franken...Fra...Frankenst...? Bueno, tal vez sabes de qué hablo. Y ahí usaban la electricidad, pero creo que...bueno, si canalizaras ese tipo de fuerza en tu varita...aunque igual, solo sería un objeto animado, creo que dar verdadera vida es algo realmente más complejo. Dicen que en Hogwarts, hace muchos años, cuando la lucha contra Voldemort, un profesor enseñó como revivir cuerpos con Artes Oscuras, pero al final nunca eran las mismas personas que fueron en vida, porque estaban a merced del conjurador, siempre...Mira, por ejemplo, mi episkey te impregnó un poco de mi energía ¿no? y es un hechizo simple ¡imagínate un hechizo así! El lazo que se crea, la magia que se usa...por los dioses, estoy hablando mucho y no me detienes!
Enrojeció completamente y bajó la vista al libro. Se había puesto intensa y seguro él, tan dinámico, ya estaba aburrido.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: En el bosque de la China
-"Claro que hablo español, es mi lengua materna"- No sabía si ella entendería algo o no, pero me pasaría todo el día traduciéndole "La guerra y la paz" con tal de seguir compartiendo tiempo con Perlita.
-Te decía que lo hablo desde siempre porque es mi lengua materna. Mi vieja siempre insistió en que hablara ambas lenguas porque aunque fuera a ir a Hogwarts igual tenía que vivir en Argentina en las vacaciones y eso- Mi vieja sonriendo es la foto que me mantiene feliz siempre.
-Así que fuiste a Hogwarts. Me pregunto si habremos coincidido, porque la verdad no me acuerdo. Soy un desastre para acordarme nombres. Soy un poco mejor con las caras, pero apenas- Por más que me devanara todo el conjunto de neuronas, las 12 que tengo, no podría acordarme de si la conocía o no.
-Igual me gusta haberte conocido así, acá y hoy. Yo soy de los que piensan que hay que disfrutar los días y ser felices hoy, porque no se sabe cuándo te vas a ir para el otro lado- Claro que también estaba buscando la manera de abrir la puerta e "ese" lado.
- Tu viejo trabajó en Francia? Wow, cómo le fue? A todo esto, si puedo saber, a qué se dedica?-
Me encantó no encontrarme con la cara rara que a veces me daba la gente cuando les contaba lo que estudiaba. Tampoco me iba por el mundo justificando mis gustos, pero era agradable hablar con gente que no te prejuzga. Nada más aburrido e insignificante que argumentar con un prejuicioso.
-Estudias leyes? Supongo que debe gustarte mucho, a mí me parece que me derretiría del aburrimiento- me reí solo de imaginarme estudiando algo legal, creo que me las corto con una galletita de agua húmeda antes de aprender tomos y tomos de textos normativos. Aunque me encantó pero por demás todo lo que dijo después. La historia de Frankenstein era un clásico muggle, pero todo lo que ella dijo por su cuenta era mucho más interesante. Además de linda como para comerla a mordiscos era muy inteligente e informada. La lotería en persona.
-El Franken ese es un clásico de ficción muggle, pero la electricidad en sí es un tipo de energía que manipulan los muggle y que causa una estimulación en los tejidos, aunque si sobrepasas la energía los matas. Pero no es lo que busco, en realidad lo que leí planteaba algo así como un trasplante de vida. Necesitabas la energía vital de un ser para transfundírsela a otro. Y no lo probaría en humanos, solo en animales de prueba. Aunque de todas formas yo busco ir más allá. Por lo que sé cuándo una persona muere queda un remanente energético en este plano que permitiría lograr invocar el alma del fallecido para traerla de vuelta y darle un nuevo cuerpo. La reanimación que tú dices estaba hecha con la intención de controlar a los "resurrectos", lo que yo busco no tiene nada que ver con eso-
No me interesaba el poder, ni dominar a nadie, simplemente quería ver a mi madre otra vez y a lo mejor crear una herramienta para que nadie más tenga que morir de manera injusta. Seguramente me estaba metiendo con órdenes naturales pero no me importaba, y no era por desdén, simplemente no podía evitarlo.
-Habla todo lo que quieras, me encanta escucharte hablar. Encima eres muy instruida y pensante. Da gusto charlar contigo- Sonreí contento, porque lo que arrancó como una mañana de mierda había comenzado a encaminarse como un día provechoso. Me senté frente a ella y le miré un segundo a los ojos porque me quería grabar la imagen de su mirada. No necesitaba un Imperius para controlarme a estas alturas.
-Lo que yo quiero es hacer que la muerte injusta no sea más una obligación- Si no se entiende lo que digo es porque soy un desastre para hablar. Es lo que hay...
Emmanuel Sarfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: En el bosque de la China
Negó con la cabeza, porque dudaba que hubieran coincidido, solo había estado un año, en Slytherin y se la había pasado pegada a sus amigas infantiles, así que no había sido pececillo sociable ni mucho menos como para conocer hasta a chicos mayores que ella.
-Ahorita está como Jefe de la división de la Confederación Internacional de Magos. Cooperación mágica internacional. Le va de la patada, está estresado todo el tiempo por todo ese lío con Alemania y los bezoares, creo que es al departamento que peor le va ahorita. Él también estudió leyes e historia de la magia. Y mi abuelo hizo lo mismo, las dos carreras y algunos diplomados y terminó en el Wizengamot, cuando los tiempos de Mott quiso ser Ministro, pero la corrupción no le permitió llegar. El caso es que sigo su herencia, pero también me gusta muchísimo. Espero poder estudiar Historia después, como él.
Se desvió hablando, pero eso no quería decir que había olvidado el tema del que habían estado hablando también, de la muerte. Lo seguía digiriendo. No eran sus temas ni era su asunto -al menos no bajo ese trasfondo mágico y místico, menos racional- pero siempre le había gustado platicar y sinceramente, eran pocos los que no se aburrían de una conversación como esa. Le sonrió de nuevo, si seguía sonriendo se le iba a quedar así la cara. Espanto.
-¡Claro! Artes Oscuras, tiene los mismos fundamentos tu hipótesis que el uso de la sangre de unicornio. Pecado, pero necesario. Es lo mismo, eso de quitar una vida por otra. Aunque ya si nos ponemos macabros. Una vida animal nunca transmitiría lo mismo que una vida humana, de ahí que tu carrera sea tan...peculiar. Y que la estudien magos igual de peculiares, magos que no se detienen ante nada. Me da gusto saber que la mala fama es barrida por alguien como tú, ¿sabes? y saber que de verdad hay muchas ideas que no necesariamente tienen un trasfondo de demente asesino. Pero ya me perdí, dices ¿solo traer el alma en un recipiente nuevo? O sea ¿no usando el mismo cuerpo? ¿o cómo?
No le importaba que se me generaran dudas ni exteriorizarlas, prefería eso a quedar como tonta haciéndose la ilustrada aunque no había entendido. Su última frase le caló hondo. Entendió perfectamente, aunque ella tampoco pudiera ser muy capaz de ponerlo en palabras, tal vez sí elaborar un ensayo.
-Tal vez acabas de darme mi tema de tesis, ¿te imaginas? Un ensayo sobre esto, visto desde la perspectiva legal. Aunque creo que si llegara a comprobar que hay mucho de justicia en un acto como este, terminaría quitándole el morbo a AO. Y a mi también me gusta hablar contigo.
-Ahorita está como Jefe de la división de la Confederación Internacional de Magos. Cooperación mágica internacional. Le va de la patada, está estresado todo el tiempo por todo ese lío con Alemania y los bezoares, creo que es al departamento que peor le va ahorita. Él también estudió leyes e historia de la magia. Y mi abuelo hizo lo mismo, las dos carreras y algunos diplomados y terminó en el Wizengamot, cuando los tiempos de Mott quiso ser Ministro, pero la corrupción no le permitió llegar. El caso es que sigo su herencia, pero también me gusta muchísimo. Espero poder estudiar Historia después, como él.
Se desvió hablando, pero eso no quería decir que había olvidado el tema del que habían estado hablando también, de la muerte. Lo seguía digiriendo. No eran sus temas ni era su asunto -al menos no bajo ese trasfondo mágico y místico, menos racional- pero siempre le había gustado platicar y sinceramente, eran pocos los que no se aburrían de una conversación como esa. Le sonrió de nuevo, si seguía sonriendo se le iba a quedar así la cara. Espanto.
-¡Claro! Artes Oscuras, tiene los mismos fundamentos tu hipótesis que el uso de la sangre de unicornio. Pecado, pero necesario. Es lo mismo, eso de quitar una vida por otra. Aunque ya si nos ponemos macabros. Una vida animal nunca transmitiría lo mismo que una vida humana, de ahí que tu carrera sea tan...peculiar. Y que la estudien magos igual de peculiares, magos que no se detienen ante nada. Me da gusto saber que la mala fama es barrida por alguien como tú, ¿sabes? y saber que de verdad hay muchas ideas que no necesariamente tienen un trasfondo de demente asesino. Pero ya me perdí, dices ¿solo traer el alma en un recipiente nuevo? O sea ¿no usando el mismo cuerpo? ¿o cómo?
No le importaba que se me generaran dudas ni exteriorizarlas, prefería eso a quedar como tonta haciéndose la ilustrada aunque no había entendido. Su última frase le caló hondo. Entendió perfectamente, aunque ella tampoco pudiera ser muy capaz de ponerlo en palabras, tal vez sí elaborar un ensayo.
-Tal vez acabas de darme mi tema de tesis, ¿te imaginas? Un ensayo sobre esto, visto desde la perspectiva legal. Aunque creo que si llegara a comprobar que hay mucho de justicia en un acto como este, terminaría quitándole el morbo a AO. Y a mi también me gusta hablar contigo.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: En el bosque de la China
A medida que me iba contando todo lo importante que era su padre se me iba abriendo cada vez más la boca y me comenzó a recorrer la espalda un escalofrío algo feito porque estaba conversando a la ligera con la hija de un "ministrable" o como se diga. No había nada que no fuera interesante sobre ella! Pero que puntería para cruzar gente! Si así hubiese sido la escuela... que lindo hubiera sido.
- A la pelota! Pero tu viejo es alguien groso en serio!- A estas alturas tenía la mandíbula inferior sobre el ombligo. -O sea que tienes una familia bien política, las cenas familiares deben ser una caldera hiriviendo- Me reí de solo imaginarme a todo el mundo discutiendo con la boca llena, tratando de apurarse por tragar para rebatir más rápido el argumento del otro. -Supongo que son una buena combinación de carreras porque para ser una letrada con ideas innovadoras necesitas conocer la historia para analizar aciertos y errores- Eso lo dije yo? OMG o sea que tengo un cachito de cerebro. Que emoción, voy a llorar.
-Las Artes Oscuras han sido bastardeadas por el uso que la han dado ciertos lunáticos con deseos de poder político y con la intensión de plasmar sus ideas sobre el mundo. Pero originariamente el estudio de artes ocultas era lograr avanzar en magia que trascienda los llamados "principios naturales" que en realidad son un engaño porque son naturalización prejuiciosas de orden impuesto por la razón a un caos que no tiene reglas ni principios salvo el cambio constante. La naturaleza no tiene orden, cambia constantemente, su único orden es el cambio. Las artes oscuras han sido llamadas así por gente que las catalogó de inmorales por ir más allá de los límites que ellos mismos crearon y a los que les pusieron el mote de "principios de la naturaleza" para darles jerarquía, pero no son más que inducciones humanas-
Tanto hablar me dio sed. Y sí, se pensar, por algo era Raven. Mi carrera me fascinó siempre. Así como la filosofía, así que no era raro que me soltara hablando tanto. Lo que sí era raro era encontrar alguien que se interese por estas cosas sin asquearse. Que pueda pensar libremente y no atada por los principios sintéticos que están naturalizados en nuestra sociedad mágica. Tomé mi bolsita del cuello, la saqué y la estiré como para meter mi cabeza. A lo lejos vi una botella de limonada. No me acordaba cuando la había guardado, pero no importaba, tenía sed. La invoqué con accio y la enfrié un poco con un suave glacius. La destapé a las apuradas y le di un trago largo. Con jugo en el buche, y una sonrisa dibujada entre cachetes inflados, le extendí la botella a Pearlie, por si quería. Soy del campo, no me pidan que piense en vasos y cosas así, de chico tomé siempre del pico con mis amigos.
-Con respecto a traer de vuelta el alma, en caso que se pueda lograr, nos queda el conflicto del recipiente. Tenemos opciones. O conseguimos uno que ya exista, se le quita su "huesped" y se utiliza, o se regenera el cuerpo original, o bien creamos uno nuevo. Todo esto que te digo es magia puramente experimental, aún no hay mecanismos hechos para hacerlo. Es todo un desafío, pero la meta final me impulsa a seguirlo- Me encantó ese comentario sobre el tema de la tesis. La sola idea de ayudarla en algo me ponía feliz. -Me encanta cooperar con lo que necesites. Y claro que me imagino una perspectiva legal que de normativa sobre cómo se procedería en caso de una muerte. Cuándo se la consideraría justa y cuando no. Lo que pasa es que mi forma de ser me lleva a ignorar las normas porque solo las veo como limitaciones. Convengamos que si a mi personalidad le sumáramos una ambición política desmedida yo sería alguien bastante perjudicial. Pero en mi caso solo busco una manera de remediar las consecuencias del caos natural-
Hacía mucho que me había decidido a encontrar una manera para que mi madre tenga la decisión de vivir o morir y no que sea el cáncer el que decida.
- A la pelota! Pero tu viejo es alguien groso en serio!- A estas alturas tenía la mandíbula inferior sobre el ombligo. -O sea que tienes una familia bien política, las cenas familiares deben ser una caldera hiriviendo- Me reí de solo imaginarme a todo el mundo discutiendo con la boca llena, tratando de apurarse por tragar para rebatir más rápido el argumento del otro. -Supongo que son una buena combinación de carreras porque para ser una letrada con ideas innovadoras necesitas conocer la historia para analizar aciertos y errores- Eso lo dije yo? OMG o sea que tengo un cachito de cerebro. Que emoción, voy a llorar.
-Las Artes Oscuras han sido bastardeadas por el uso que la han dado ciertos lunáticos con deseos de poder político y con la intensión de plasmar sus ideas sobre el mundo. Pero originariamente el estudio de artes ocultas era lograr avanzar en magia que trascienda los llamados "principios naturales" que en realidad son un engaño porque son naturalización prejuiciosas de orden impuesto por la razón a un caos que no tiene reglas ni principios salvo el cambio constante. La naturaleza no tiene orden, cambia constantemente, su único orden es el cambio. Las artes oscuras han sido llamadas así por gente que las catalogó de inmorales por ir más allá de los límites que ellos mismos crearon y a los que les pusieron el mote de "principios de la naturaleza" para darles jerarquía, pero no son más que inducciones humanas-
Tanto hablar me dio sed. Y sí, se pensar, por algo era Raven. Mi carrera me fascinó siempre. Así como la filosofía, así que no era raro que me soltara hablando tanto. Lo que sí era raro era encontrar alguien que se interese por estas cosas sin asquearse. Que pueda pensar libremente y no atada por los principios sintéticos que están naturalizados en nuestra sociedad mágica. Tomé mi bolsita del cuello, la saqué y la estiré como para meter mi cabeza. A lo lejos vi una botella de limonada. No me acordaba cuando la había guardado, pero no importaba, tenía sed. La invoqué con accio y la enfrié un poco con un suave glacius. La destapé a las apuradas y le di un trago largo. Con jugo en el buche, y una sonrisa dibujada entre cachetes inflados, le extendí la botella a Pearlie, por si quería. Soy del campo, no me pidan que piense en vasos y cosas así, de chico tomé siempre del pico con mis amigos.
-Con respecto a traer de vuelta el alma, en caso que se pueda lograr, nos queda el conflicto del recipiente. Tenemos opciones. O conseguimos uno que ya exista, se le quita su "huesped" y se utiliza, o se regenera el cuerpo original, o bien creamos uno nuevo. Todo esto que te digo es magia puramente experimental, aún no hay mecanismos hechos para hacerlo. Es todo un desafío, pero la meta final me impulsa a seguirlo- Me encantó ese comentario sobre el tema de la tesis. La sola idea de ayudarla en algo me ponía feliz. -Me encanta cooperar con lo que necesites. Y claro que me imagino una perspectiva legal que de normativa sobre cómo se procedería en caso de una muerte. Cuándo se la consideraría justa y cuando no. Lo que pasa es que mi forma de ser me lleva a ignorar las normas porque solo las veo como limitaciones. Convengamos que si a mi personalidad le sumáramos una ambición política desmedida yo sería alguien bastante perjudicial. Pero en mi caso solo busco una manera de remediar las consecuencias del caos natural-
Hacía mucho que me había decidido a encontrar una manera para que mi madre tenga la decisión de vivir o morir y no que sea el cáncer el que decida.
Emmanuel Sarfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: En el bosque de la China
Sonrió orgullosa por aquello de que su familia era importante. Lo era, le gustaba saber eso aunque no era tanto un orgullo superficial o tipo “sí, nos encanta salir en El Profeta” sino saber que lo que tenían, lo habían empezado a sembrar gracias a un nombre, pero sin duda, habían cosechado con mucho trabajo y esfuerzo, por más Hufflepuff que sonara eso. En tiempos de Voldemort, su familia no había estado en la mejor posición. En efecto, las cenas familiares eran una caldera hirviendo por la política, Gene, su abuelo, su padre. Pero cuando estaba la tía Frances la caldera explotaba. Pearlie todavía no metía mucho su cucharón en esa poción,no se creía con autoridad. Luego de estudiar, tal vez.
Lo escuchó con suma atención. Le gustaba lo que decía, más que nada porque Pearlie estaba convencida de que una de las características principales de un buen argumento, era que se pudiera refutar. Si alguien decía algo con lo que todo el mundo estaba de acuerdo, era porque tenía fisuras, por ende, teorías como el origen de las Artes Oscuras, aunque estuvieran históricamente detalladas en libros, debían siempre originar el debate, no la verdad absoluta. Le gustaba su argumento, pero para ella, había cosas con posible refutación.
-Pero las cosas necesitan límites, ¿sabes? Sino, el cambio no sería cambio, sería puro caos, no sé si me explico, porque no soy tan buena en filosofía. Los límites se delimitan proporcionalmente a lo que se transgrede, son opuestos necesarios. Así como es de injusto que gente muera, es injusto que la gente mate…y matar es un acto que se extralimita. ¿Lo ves?, cuando matas a alguien, transgredes los principios naturales.
Se mordió los labios, dubitativa. Ni siquiera estaba segura de que se estuviera dando a entender, pero siendo sinceros, le emocionaba poder ponerse a disertar, aunque no fuera a entender precisamente el origen de la humanidad con eso, simplemente era agradable no hablar de los temas de siempre. Lo miró fijo durante un par de segundos mientras conjuraba la botella de limonada y cuando le ofreció de la botella, se negó cortésmente, porque no estaba acostumbrada a ser una hippie, no por nada, no le estaba haciendo ni un asco, al contrario, pero había costumbres muy arraigadas.
Lo miró entornando los ojos cuando admitió, con tanta naturalidad, que si se le agregaran ambiciones políticas, él podía ser perjudicial. Cualquiera que se preguntara por qué un chico como él estudiaba artes oscuras, necesitaba una charla como esa. En detalles a veces se notaban cosas y ella estaba notando bastantes matices inesperados, que le agradaban bastante.
-¿Y cómo estás seguro de que te mantendrás “puro” para siempre? ¿Y si en algún momento del camino decides que quieres algo más? Creo que sería mi deber detenerte.
Bromeó y le sonrió, pero su pregunta era honesta. También le gustó el cambio que se había producido en él al hablar de temas más profundos. Seguía siendo el chico de halagos divertidos, pero afortunadamente, también había más después de rasgar la superficie.
Lo escuchó con suma atención. Le gustaba lo que decía, más que nada porque Pearlie estaba convencida de que una de las características principales de un buen argumento, era que se pudiera refutar. Si alguien decía algo con lo que todo el mundo estaba de acuerdo, era porque tenía fisuras, por ende, teorías como el origen de las Artes Oscuras, aunque estuvieran históricamente detalladas en libros, debían siempre originar el debate, no la verdad absoluta. Le gustaba su argumento, pero para ella, había cosas con posible refutación.
-Pero las cosas necesitan límites, ¿sabes? Sino, el cambio no sería cambio, sería puro caos, no sé si me explico, porque no soy tan buena en filosofía. Los límites se delimitan proporcionalmente a lo que se transgrede, son opuestos necesarios. Así como es de injusto que gente muera, es injusto que la gente mate…y matar es un acto que se extralimita. ¿Lo ves?, cuando matas a alguien, transgredes los principios naturales.
Se mordió los labios, dubitativa. Ni siquiera estaba segura de que se estuviera dando a entender, pero siendo sinceros, le emocionaba poder ponerse a disertar, aunque no fuera a entender precisamente el origen de la humanidad con eso, simplemente era agradable no hablar de los temas de siempre. Lo miró fijo durante un par de segundos mientras conjuraba la botella de limonada y cuando le ofreció de la botella, se negó cortésmente, porque no estaba acostumbrada a ser una hippie, no por nada, no le estaba haciendo ni un asco, al contrario, pero había costumbres muy arraigadas.
Lo miró entornando los ojos cuando admitió, con tanta naturalidad, que si se le agregaran ambiciones políticas, él podía ser perjudicial. Cualquiera que se preguntara por qué un chico como él estudiaba artes oscuras, necesitaba una charla como esa. En detalles a veces se notaban cosas y ella estaba notando bastantes matices inesperados, que le agradaban bastante.
-¿Y cómo estás seguro de que te mantendrás “puro” para siempre? ¿Y si en algún momento del camino decides que quieres algo más? Creo que sería mi deber detenerte.
Bromeó y le sonrió, pero su pregunta era honesta. También le gustó el cambio que se había producido en él al hablar de temas más profundos. Seguía siendo el chico de halagos divertidos, pero afortunadamente, también había más después de rasgar la superficie.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: En el bosque de la China
Antes de darme cuenta ya estaba atrapado en una maratón de palabras y pensamientos pero en vez de molestarme estaba realmente contento y a gusto. No todos los días, de hecho nunca, me tocaba conversar con alguien que reuniera todas las cosas que me gustan y agradan. Más allá de que notaba que tenía un pensamiento regulativo, la verdad que tampoco era una fanática así que se le podía hablar.
-Yo voy más allá que al discusión sobre si se transgrede o no límites. Digo que los límites son creaciones humanas para sellar algo que no alcanzan a comprender. A ver si me logro explicar. La naturaleza en sí es un oxímoron, es un caos ordenado solo por su cambio. Bajo esta realidad cualquier principio es una limitación creada por la razón para intentar comprender algo que excede su capacidad. Un principio funciona bajo la base de que la realidad no se altera, así para cada hecho habrá una consecuencia lineal, pero si la naturaleza es simplemente una estabilidad de cambio entonces nunca es estática y por tanto no hay posibilidad de que tenga principios propios. El principio dice que siempre después de la vida viene la muerte, que después del pasado viene el futuro, pero nada nos garantiza que ese orden no se altere por su cuenta.
Ya me estaba agarrando un poquito de calor, considerando que el solo estaba llegando a su tope en mediodía. Le di otro beso a la botella de limonada, la bajé a mi costado y volví a mirar a Pearl. -En esta bolsita hay diferentes jugos de fruta, sobre todo cítricos, si quieres algo solo haz accio y si hay de lo que buscas, pues volará hasta tí- Me reí un poco, también dando un descanso a mí ya entrada en temperatura cabecita.
-Yo indagaré en las Artes Oscuras tanto como quiera sin atarme a principios que la razón aplica a la realidad para limitarla. Soy un investigador ilimitado- Pero sí que me calaba hondo esa pregunta sobre qué pasaría en un futuro conmigo. Es cierto que todas mis investigaciones apuntan a generar magia que podría ser usada de manera negativa, destructiva. Lo que pasa es que no tenía tiempo tampoco de ponerme a considerar las consecuencias posibles de mis actos. A mí solo me interesaba una cosa.
-No estoy seguro de que me mantendré sin ambiciones políticas para siempre. No tengo la manija de la realidad. La posibilidad siempre existirá. De hecho todo lo que hago podría ser tomado por gente que quiera alterar el balance de poder político en nuestra sociedad- Se me torció el labio hacia la derecha por pensar tanto. Pero me sacudí la sensación de pesadumbre de la cabeza y volví a mi sonrisa normal -Si algo así me pasara entonces ya no sería quien soy hoy, y desde este punto te autorizo a detenerme con cualquier medio si me vuelvo loquito-
Y para salir un poco del aire tan neural, volví a mis chistes de quinta. -Y si vos te volvés loquita, yo qué te hago?- Me carcajee un poquito y después le sonreí cómplice para que no se malentienda lo que decía.
-Yo voy más allá que al discusión sobre si se transgrede o no límites. Digo que los límites son creaciones humanas para sellar algo que no alcanzan a comprender. A ver si me logro explicar. La naturaleza en sí es un oxímoron, es un caos ordenado solo por su cambio. Bajo esta realidad cualquier principio es una limitación creada por la razón para intentar comprender algo que excede su capacidad. Un principio funciona bajo la base de que la realidad no se altera, así para cada hecho habrá una consecuencia lineal, pero si la naturaleza es simplemente una estabilidad de cambio entonces nunca es estática y por tanto no hay posibilidad de que tenga principios propios. El principio dice que siempre después de la vida viene la muerte, que después del pasado viene el futuro, pero nada nos garantiza que ese orden no se altere por su cuenta.
Ya me estaba agarrando un poquito de calor, considerando que el solo estaba llegando a su tope en mediodía. Le di otro beso a la botella de limonada, la bajé a mi costado y volví a mirar a Pearl. -En esta bolsita hay diferentes jugos de fruta, sobre todo cítricos, si quieres algo solo haz accio y si hay de lo que buscas, pues volará hasta tí- Me reí un poco, también dando un descanso a mí ya entrada en temperatura cabecita.
-Yo indagaré en las Artes Oscuras tanto como quiera sin atarme a principios que la razón aplica a la realidad para limitarla. Soy un investigador ilimitado- Pero sí que me calaba hondo esa pregunta sobre qué pasaría en un futuro conmigo. Es cierto que todas mis investigaciones apuntan a generar magia que podría ser usada de manera negativa, destructiva. Lo que pasa es que no tenía tiempo tampoco de ponerme a considerar las consecuencias posibles de mis actos. A mí solo me interesaba una cosa.
-No estoy seguro de que me mantendré sin ambiciones políticas para siempre. No tengo la manija de la realidad. La posibilidad siempre existirá. De hecho todo lo que hago podría ser tomado por gente que quiera alterar el balance de poder político en nuestra sociedad- Se me torció el labio hacia la derecha por pensar tanto. Pero me sacudí la sensación de pesadumbre de la cabeza y volví a mi sonrisa normal -Si algo así me pasara entonces ya no sería quien soy hoy, y desde este punto te autorizo a detenerme con cualquier medio si me vuelvo loquito-
Y para salir un poco del aire tan neural, volví a mis chistes de quinta. -Y si vos te volvés loquita, yo qué te hago?- Me carcajee un poquito y después le sonreí cómplice para que no se malentienda lo que decía.
Emmanuel Sarfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: En el bosque de la China
Le sonrió, ¡claro que iba más allá de la discusión de los límites! Pero para que una sociedad funcionara, necesitaban dibujarse esos límites y de cualquier forma, ni siquiera pensaba que los límites humanos fueran tan estrechos, pues el límite siempre iba encadenado a lo que delimitaba. Esa imagen era mucho más abstracta para ella, como si lo viera en un diagrama, por eso le costaba explicarlo con palabras y se quedó callada, pero el hecho era que estaba muy bien que alguien la pusiera a pensar y le diera algo sobre lo cual meditar durante sus ratos libres. No tenía muchas ganas de llenarse la cabeza de nada. Sabía que la universidad le abría un abanico de posibilidades pero eso no quería decir que no tuviera la ambición de cosechar su intelecto más que cosechar otras cosas. Claro, un poco de distracción no estaba mal, pero lo cierta era que Emmanuel llenaba ambas cosas.
-Se puede decir que formas parte de la naturaleza y que por ende, no tienes principios propios, pero en la mayoría de las personas, necesitar demarcaciones es una necesidad casi física. Y cuando el orden se altere por su cuenta, al menos nosotros tendremos un plan…por lo general…jaja bueno de eso sí no estoy segura,
O tal vez solo le pasaba a ella. Se encogió de hombros. La diversidad estaba excelente, un tipo de persona como Emmanuel llenaba los huecos que podía tener un tipo de persona como ella, por decir algo. Sonrió a lo de los jugos de frutas, y no tenía sed, pero por cortesía, decidió conjurar un jugo de naranja con un accio y darle pequeños sorbos.
Le gustó eso de que era un investigador ilimitado. Eso estaba más que bien, siempre y cuando alguien lo mantuviera en el camino correcto, porque dudaba que él mismo tuviera la suficiente fuerza de voluntad para no ir perdiendo piso conforme más se aventuraba. O quién sabía, tal vez sí que la tenía y ella simplemente se estaba dejando llevar por una preconcepción general de una sociedad a la que nunca había visto libre de pretensiones políticas.
-Está bien, me parece ese trato. Eres muy interesante en estado puro, si te volvieras un ambicioso, entonces cambiaría todo lo que eres ahora. Y eso no estaría bien.
Notó el ligero cambio, así que le sonrió e hizo un gesto con la mano –como si espantara una mosca- queriéndole quitar importancia y solemnidad a todo el asunto.
-Yo tengo en las venas la posibilidad latente de volverme loca en cualquier momento, además vengo de una familia ambiciosa de Slytherins decididos a conquistar el mundo, así que no te prometo nada. Solo no me metas a Azkaban, ¿sí?
No se imaginaba un lugar más feo que ese. Pensó en su tío Tobias y la recorrió un escalofrío que escondió bebiendo más jugo.
-Sé que es muy temprano para pensar en una tesis, pero me ha gustado esto. Anotaré las ideas y las meteré en una cajita y cuando esté a punto de terminar la carrera, veré qué tanto ha cambiado mi pensamiento y claro, estaré atenta de ver que tanto te han cambiado las Artes Oscuras, si es que te cambian. Ojalá no lo hagan, estás bien así. Desde ahora te digo, que regulada o no regulada, tu idea es genial.
-Se puede decir que formas parte de la naturaleza y que por ende, no tienes principios propios, pero en la mayoría de las personas, necesitar demarcaciones es una necesidad casi física. Y cuando el orden se altere por su cuenta, al menos nosotros tendremos un plan…por lo general…jaja bueno de eso sí no estoy segura,
O tal vez solo le pasaba a ella. Se encogió de hombros. La diversidad estaba excelente, un tipo de persona como Emmanuel llenaba los huecos que podía tener un tipo de persona como ella, por decir algo. Sonrió a lo de los jugos de frutas, y no tenía sed, pero por cortesía, decidió conjurar un jugo de naranja con un accio y darle pequeños sorbos.
Le gustó eso de que era un investigador ilimitado. Eso estaba más que bien, siempre y cuando alguien lo mantuviera en el camino correcto, porque dudaba que él mismo tuviera la suficiente fuerza de voluntad para no ir perdiendo piso conforme más se aventuraba. O quién sabía, tal vez sí que la tenía y ella simplemente se estaba dejando llevar por una preconcepción general de una sociedad a la que nunca había visto libre de pretensiones políticas.
-Está bien, me parece ese trato. Eres muy interesante en estado puro, si te volvieras un ambicioso, entonces cambiaría todo lo que eres ahora. Y eso no estaría bien.
Notó el ligero cambio, así que le sonrió e hizo un gesto con la mano –como si espantara una mosca- queriéndole quitar importancia y solemnidad a todo el asunto.
-Yo tengo en las venas la posibilidad latente de volverme loca en cualquier momento, además vengo de una familia ambiciosa de Slytherins decididos a conquistar el mundo, así que no te prometo nada. Solo no me metas a Azkaban, ¿sí?
No se imaginaba un lugar más feo que ese. Pensó en su tío Tobias y la recorrió un escalofrío que escondió bebiendo más jugo.
-Sé que es muy temprano para pensar en una tesis, pero me ha gustado esto. Anotaré las ideas y las meteré en una cajita y cuando esté a punto de terminar la carrera, veré qué tanto ha cambiado mi pensamiento y claro, estaré atenta de ver que tanto te han cambiado las Artes Oscuras, si es que te cambian. Ojalá no lo hagan, estás bien así. Desde ahora te digo, que regulada o no regulada, tu idea es genial.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
Re: En el bosque de la China
Yaa, si seguía así se me iba a secar el poco jugo raquídeo que tengo! Como se puede pasar de andar de zombie en el piso, con la nariz rota, a tener una conversación tan profunda con matices filosóficos y políticos. No sé qué tenía Pearlie, ya que había logrado esto en mí, pero que era impresionante, era impresionante.
Con el último trago me acabé la botella de limonada, y me quedó una sensación de sequedad en la boca. Froté los dientes varias veces porque siempre me gustó hacerlo cuando los tenía pasados por ácido. Escuché atento lo que me decía Perlita, sonriéndome y jugueteando con la boca y los dientes. Me divertía mucho escuchar el sonido del frote de los dientes. Pero no, no dejé de escuchar! Pero no pueden pretender que un monito se concentre por mucho tiempo.
-Jajajaj es que si te preocupás por poner principios y límites siempre vas a estar un paso detrás de la realidad. Además es como uno limita por necesidad pero desconoce cuanto queda fuera de las fronteras de lo que delimita. En fin, ya creo que se me secó el cerebro. La última discusión seria que tuve en mi vida fue sobre si ponerle mayonesa o mostaza a los panchos. Decidí que sería mostaneza- me reí un poco con esto, pero no estaba cansado en realidad, solo que si no me divertía me asustaba.
-Supongo que en las circunstancias adecuadas cualquiera puede perderse en un mar de ambición y poder. Incluso aquellos que son dotados de poder sin quererlo pueden ser consumidos por el- Aunque muchas otras veces resultaba ser que aquellos que parecen menos dotados para encargarse del poder terminan siendo los mejores manejándolo. -Lo bueno de todo esto es que ahora tengo una arcángel guardiana por si me deschaveto y se me vuela la cordura por la ventana- A este punto el calor ya se estaba poniendo denso. Pero como la charla venía tan absorbente, pues me transpiraba todo y ni lo notaba.
-Si se te va el cerebro a pasear y te pones loquita no te voy a llevar a Azkaban, te voy a encerrar en mi casa y no te voy a dejar salir nunca más- Le sonreí con cara de chinito afiebrado. Es que esto era entre chiste y gusto. Qué? No quedó claro todavía que me gusta? O sea... leer entre líneas! -No te preocupes tanto por la sangre y la herencia, si fuera por eso yo tendría que ser un borracho. Uno es lo que hace con lo que han hecho de uno- Tampoco me faltaba tanto para ser un borrachín, ya casi que desayunaba con etílico en la leche.
-Me alegra que te guste la idea. Es lo único valioso que tengo realmente- Me sonreí otra vez, pero me quedó un trasfondo amargo con este pensamiento así que me saqué la imagen de encima. -Y no creo que las Artes Oscuras me cambien, yo ya sé quién soy, esto es lo que me permite controlar mi investigación y no que esta me controle a mí. Por lo menos ahora- Lo de la tesis era toda una proyección. Solo una mente muy organizada estaría pensado en eso tanto tiempo antes de hacerlo. -Y sobre tu tesis, seguro que para cuando la hagas te habrás enriquecido de muchas más experiencias e ideas. Así que seguro será algo mucho más complejo de lo que ahora puedas imaginar- Qué manera de usar "y" todo el tiempo.
Me recosté un poco sosteniendo mi torso con los brazos hacia atrás. -Menos mal que salí y me rompí la nariz, incluso aunque no pude experimentar como quería, porque te conocí y me hiciste usar la cabeza como hacía años no lo hacía. Sacaste el polvillo y las telarañas de mi azotea- me sonreí un poco y tiré la cabeza hacia atrás para mirar el cielo. Cuando uno no quiere definir a la naturaleza, logra captar una parte de su infinita belleza.
Con el último trago me acabé la botella de limonada, y me quedó una sensación de sequedad en la boca. Froté los dientes varias veces porque siempre me gustó hacerlo cuando los tenía pasados por ácido. Escuché atento lo que me decía Perlita, sonriéndome y jugueteando con la boca y los dientes. Me divertía mucho escuchar el sonido del frote de los dientes. Pero no, no dejé de escuchar! Pero no pueden pretender que un monito se concentre por mucho tiempo.
-Jajajaj es que si te preocupás por poner principios y límites siempre vas a estar un paso detrás de la realidad. Además es como uno limita por necesidad pero desconoce cuanto queda fuera de las fronteras de lo que delimita. En fin, ya creo que se me secó el cerebro. La última discusión seria que tuve en mi vida fue sobre si ponerle mayonesa o mostaza a los panchos. Decidí que sería mostaneza- me reí un poco con esto, pero no estaba cansado en realidad, solo que si no me divertía me asustaba.
-Supongo que en las circunstancias adecuadas cualquiera puede perderse en un mar de ambición y poder. Incluso aquellos que son dotados de poder sin quererlo pueden ser consumidos por el- Aunque muchas otras veces resultaba ser que aquellos que parecen menos dotados para encargarse del poder terminan siendo los mejores manejándolo. -Lo bueno de todo esto es que ahora tengo una arcángel guardiana por si me deschaveto y se me vuela la cordura por la ventana- A este punto el calor ya se estaba poniendo denso. Pero como la charla venía tan absorbente, pues me transpiraba todo y ni lo notaba.
-Si se te va el cerebro a pasear y te pones loquita no te voy a llevar a Azkaban, te voy a encerrar en mi casa y no te voy a dejar salir nunca más- Le sonreí con cara de chinito afiebrado. Es que esto era entre chiste y gusto. Qué? No quedó claro todavía que me gusta? O sea... leer entre líneas! -No te preocupes tanto por la sangre y la herencia, si fuera por eso yo tendría que ser un borracho. Uno es lo que hace con lo que han hecho de uno- Tampoco me faltaba tanto para ser un borrachín, ya casi que desayunaba con etílico en la leche.
-Me alegra que te guste la idea. Es lo único valioso que tengo realmente- Me sonreí otra vez, pero me quedó un trasfondo amargo con este pensamiento así que me saqué la imagen de encima. -Y no creo que las Artes Oscuras me cambien, yo ya sé quién soy, esto es lo que me permite controlar mi investigación y no que esta me controle a mí. Por lo menos ahora- Lo de la tesis era toda una proyección. Solo una mente muy organizada estaría pensado en eso tanto tiempo antes de hacerlo. -Y sobre tu tesis, seguro que para cuando la hagas te habrás enriquecido de muchas más experiencias e ideas. Así que seguro será algo mucho más complejo de lo que ahora puedas imaginar- Qué manera de usar "y" todo el tiempo.
Me recosté un poco sosteniendo mi torso con los brazos hacia atrás. -Menos mal que salí y me rompí la nariz, incluso aunque no pude experimentar como quería, porque te conocí y me hiciste usar la cabeza como hacía años no lo hacía. Sacaste el polvillo y las telarañas de mi azotea- me sonreí un poco y tiré la cabeza hacia atrás para mirar el cielo. Cuando uno no quiere definir a la naturaleza, logra captar una parte de su infinita belleza.
Emmanuel Sarfield- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: En el bosque de la China
Pearlie entendió lo dicho como una señal para detener la filosofía de principiantes. En realidad ella tampoco tenía muchas oportunidades de tener discusiones del tipo así que entendía perfectamente que la más reciente encrucijada de Emmanuel hubiera sido la mostaza o la mayonesa. Se rió, se sentía de buenas y hasta un poco motivada a hacer cosas, ¿qué cosas? Ni idea exactamente, pero se sentía bien generar una buena actitud.
Y después de todo lo dicho se dio cuenta de que los halagos y todo eso, habían sido sí, por su personalidad, pero también porque al parecer la veía bonita. Ese pensamiento la hizo sonrojar un poco y no le dijo nada respecto a encerrarla en su casa nada más porque se puso nerviosa. A veces le gustaría ser un poquiiito más aventada en la vida pero no lo era y no sabía como cambiar eso. Lo bueno fue que pudo distraerse con aquello de que no se preocupara por la sangre y la herencia. Eso de la herencia la tenía hasta la tablita de los merengues porque, precisamente, ella era el fruto de una necesidad desesperada de mantener la sangre en su sitio. Alguna vez había pensado que su abuela insistiría en casarla con el mismísimo Aldrich tal y como había sucedido con sus padres.
Lo miró profundamente cuando dijo que su idea era lo único valioso que tenía. Le parecía que había mucho más en él de lo que se podía ver a simple vista pero ahondar en cosas mucho más personales sería abusar de su confianza y tampoco quería ahuyentarlo ni mucho menos. ¿Qué tipo de historia tendría? Quién sabía, no tenía dotes de periodista, así que ya esperaría que, con el tiempo, pudiera contárselo.
-Bueno, no me alegra que te hayas roto la nariz, pero sí que haya podido conocerte. Tú también me hiciste usar la cabeza y estuvo bien.
Tomó más sorbos de su jugo y se quedó callada un momento, no porque se hubiera aburrido, sino porque tenía que digerir toda la cantidad de cosas que habían dicho y hablado en tan poco tiempo. ¡Y todo por un poco de sangre!. Lo miró de reojo, a simple vista, parecía un loco total, pero ahora para ella estaba más que claro que eso era la superficie y que había mucho más por escarbar. Estaba bien, eso hacía todo más interesante en lugar de solo quedarte con la primera impresión.
-¿Crees que me vendría bien entrar como oyente a Artes Oscuras? El profesor es amigo de mi papá, eso me detiene, pero ahora que hablamos, me ha dado mucha mucha curiosidad entrar a una clase y aprender un poco. Imagínate, hacer leyes con conocimiento de causa, experimentando también. Es algo que no se ve mucho, ¿no? Aunque claro, corro el peligro de corromperme.
Soltó una risa, se sentía incorruptible en todos sentidos, pero todo podía pasar en la vida.
Y después de todo lo dicho se dio cuenta de que los halagos y todo eso, habían sido sí, por su personalidad, pero también porque al parecer la veía bonita. Ese pensamiento la hizo sonrojar un poco y no le dijo nada respecto a encerrarla en su casa nada más porque se puso nerviosa. A veces le gustaría ser un poquiiito más aventada en la vida pero no lo era y no sabía como cambiar eso. Lo bueno fue que pudo distraerse con aquello de que no se preocupara por la sangre y la herencia. Eso de la herencia la tenía hasta la tablita de los merengues porque, precisamente, ella era el fruto de una necesidad desesperada de mantener la sangre en su sitio. Alguna vez había pensado que su abuela insistiría en casarla con el mismísimo Aldrich tal y como había sucedido con sus padres.
Lo miró profundamente cuando dijo que su idea era lo único valioso que tenía. Le parecía que había mucho más en él de lo que se podía ver a simple vista pero ahondar en cosas mucho más personales sería abusar de su confianza y tampoco quería ahuyentarlo ni mucho menos. ¿Qué tipo de historia tendría? Quién sabía, no tenía dotes de periodista, así que ya esperaría que, con el tiempo, pudiera contárselo.
-Bueno, no me alegra que te hayas roto la nariz, pero sí que haya podido conocerte. Tú también me hiciste usar la cabeza y estuvo bien.
Tomó más sorbos de su jugo y se quedó callada un momento, no porque se hubiera aburrido, sino porque tenía que digerir toda la cantidad de cosas que habían dicho y hablado en tan poco tiempo. ¡Y todo por un poco de sangre!. Lo miró de reojo, a simple vista, parecía un loco total, pero ahora para ella estaba más que claro que eso era la superficie y que había mucho más por escarbar. Estaba bien, eso hacía todo más interesante en lugar de solo quedarte con la primera impresión.
-¿Crees que me vendría bien entrar como oyente a Artes Oscuras? El profesor es amigo de mi papá, eso me detiene, pero ahora que hablamos, me ha dado mucha mucha curiosidad entrar a una clase y aprender un poco. Imagínate, hacer leyes con conocimiento de causa, experimentando también. Es algo que no se ve mucho, ¿no? Aunque claro, corro el peligro de corromperme.
Soltó una risa, se sentía incorruptible en todos sentidos, pero todo podía pasar en la vida.
Pearlie F. Burroughs- Mensajes : 638
Fecha de inscripción : 07/09/2012
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