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Otra pieza
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Otra pieza
El islandés se lo había vuelto a pedir a Sofie con vehemencia. Seguía creyendo que ninguna mujer con hijos se rehusaría a hablarle a un chico sobre su padre del que no sabía nada, que ya estaba muerto y que lo había dejado en el desconocimiento absoluto respecto a su vida. Aunque también temía porque si Sofie tampoco sabía mucho de su padre, podía de verdad no estar apelando a ese sentimiento fraternal que pensaba que tendría una mujer con hijos, carecer de él. Pero se iba a arriesgar, no perdía nada. Tampoco quería crearle un problema a Sofie así que si su mamá no soltaba nada al segundo o a lo mejor tercer intento, entonces él no insistiría más. Y buscaría por otro lado.
Se arregló lo mejor que pudo, aunque sin exagerar, tampoco se había vestido como para los bailes Brigantes. Con arreglarse se refería a pantalones limpios, camisa presentable y zapatos formales, no los tennis con los que entrenaba o con los que andaba diario. Ya había quedado con Sofie de que esa salida que tenían la gastarían en ellos, no en sus respectivas parejas del momento, aunque lo suyo no fuera viento en popa como lo de Sofie. Agradecía que la chica, tan popular y tan ocupada, de todos modos le estuviera haciendo un espacio, entendiendo lo que era querer encontrar el pasado de uno. Era más bien el pasado de su papá, pero Hákan sentía que tenía derecho.
Esperó a Sofie en un punto en concreto en el que ya habían quedado en el lago de Dagda, ella llevaría el traslador porque era la que conocía la ubicación así que solo le quedaba esperar ahí. No se quiso sentar en ningún lado para no ensuciarse y se acordó de los tiempos en que su madre era muy fijada en esas cosas, lo había aprendido de ella, no de Kristján.
El islandés creía que por fin estaba de verdad cerca de obtener al menos una pieza más de todo ese rompecabezas cada vez más complicado, por eso esperaba que Sofie no lo dejara plantado en primer lugar y después, que Jessy tuviera la compasión necesaria para al menos contarle de qué hablaba el recorte que llevaba guardado en el bolsillo del pantalón.
Se arregló lo mejor que pudo, aunque sin exagerar, tampoco se había vestido como para los bailes Brigantes. Con arreglarse se refería a pantalones limpios, camisa presentable y zapatos formales, no los tennis con los que entrenaba o con los que andaba diario. Ya había quedado con Sofie de que esa salida que tenían la gastarían en ellos, no en sus respectivas parejas del momento, aunque lo suyo no fuera viento en popa como lo de Sofie. Agradecía que la chica, tan popular y tan ocupada, de todos modos le estuviera haciendo un espacio, entendiendo lo que era querer encontrar el pasado de uno. Era más bien el pasado de su papá, pero Hákan sentía que tenía derecho.
Esperó a Sofie en un punto en concreto en el que ya habían quedado en el lago de Dagda, ella llevaría el traslador porque era la que conocía la ubicación así que solo le quedaba esperar ahí. No se quiso sentar en ningún lado para no ensuciarse y se acordó de los tiempos en que su madre era muy fijada en esas cosas, lo había aprendido de ella, no de Kristján.
El islandés creía que por fin estaba de verdad cerca de obtener al menos una pieza más de todo ese rompecabezas cada vez más complicado, por eso esperaba que Sofie no lo dejara plantado en primer lugar y después, que Jessy tuviera la compasión necesaria para al menos contarle de qué hablaba el recorte que llevaba guardado en el bolsillo del pantalón.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
Sofie había hecho el traslador para aparecer a la vuelta de su edificio, no podía hacerlo para llegar directo a su casa por dos razones de peso, la primera que no confiaba en sus habilidades de maga experta y si se corporizaban dentro del hueco del ascensor sería trágico, la segunda no quería encontrar a Jessy en paños menores y con un tipo semi desnudo. Bueno, ella no tenía mayores problemas con eso, pero Hakan no tenía porque ver ciertas cosas.
- No le avisé a mamá, porque creo que es mejor si la tomamos por sorpresa, ella nunca quiere hablar del pasado y si le avisaba es como que le estaba dando herramientas para que se invente escusas… - Le comentó a Hakan, después del beso pertinente cuando llegó a su encuentro en el lago. Ahora a rezar por dentro para no encontrarla borracha, o con resaca, o muerta en la tina.
Le compartió al muchacho una hebilla de cabello que sería el traslador de turno, y luego del jalón del estómago, miró hacia ambos lado para ver el tino que había tenido o no, al armar el traslador. – bien… estamos cerca, tenía miedo de que apareciéramos en medio del mar o que se yo donde… - le compartió riendo, y le tomó del brazo por indicarle el camino. – Estamos en Barcelona, así que… pues la gente habla mil idiomas, pero sobre todo español, no te preocupes si no entiendes, yo te traduzco… Igual mamá es inglesa, no tendremos problemas con ella. – No recordaba si le había dicho con anterioridad a Hakan que estaban en el sur del continente, en otro horario, con otras costumbres, con otro idioma.
Los edificios eran altos algunos antiguos, otros modernos, pero todos impecables. Las aceras llenas de árboles, la gente paseando muy bien vestida, maquillada como de fiesta, se sentía la brisa del mediterráneo que unas cuadras más allá tenía lugar. – este es – Señaló Sofie, y se metió primero en el gran hall no de mal educada sino para que el cuidador del edificio la reconociera les diera espacio y saludo en perfecto español. – buenas tardes José, podrías avisar a mamá que estoy aquí con visitas. – sonrió a otro señor que detrás de un escritorio, también hacía las veces de recepcionista. No era un hotel pero parecía, y la gente allí era bastante estricta con la entrada de visitas, también con los empleados domésticos de cada familia y todas esas cosas obsesivas de la seguridad.
Sofie fue con Hakan hasta el ascensor pero antes de presionar el anteúltimo botón, las advertencias, o su estrategia. – Yo pienso que mamá se va a negar rotundo, pero que hay que insistir e insistir… y vas a tener que hacerlo tu, pues sino pensará que son caprichos míos de chusma, sabes?...– presionó finalmente el botón- y…. – miró a Hakan dudosa, Sofie ni siquiera había querido que Adair conociera a su madre, por las mismas razones para con todo el mundo. – mamá puede ser un poco… como decirlo?... mmm… mala onda y agresiva?... Pero es buena persona, quizá te trate un poco mal al principio, pero… solo hay que darle tiempo… - y ese no era el miedo concreto de la rubia -… solo prométeme que pase lo que pase, no me juzgarás por ella, si?
- No le avisé a mamá, porque creo que es mejor si la tomamos por sorpresa, ella nunca quiere hablar del pasado y si le avisaba es como que le estaba dando herramientas para que se invente escusas… - Le comentó a Hakan, después del beso pertinente cuando llegó a su encuentro en el lago. Ahora a rezar por dentro para no encontrarla borracha, o con resaca, o muerta en la tina.
Le compartió al muchacho una hebilla de cabello que sería el traslador de turno, y luego del jalón del estómago, miró hacia ambos lado para ver el tino que había tenido o no, al armar el traslador. – bien… estamos cerca, tenía miedo de que apareciéramos en medio del mar o que se yo donde… - le compartió riendo, y le tomó del brazo por indicarle el camino. – Estamos en Barcelona, así que… pues la gente habla mil idiomas, pero sobre todo español, no te preocupes si no entiendes, yo te traduzco… Igual mamá es inglesa, no tendremos problemas con ella. – No recordaba si le había dicho con anterioridad a Hakan que estaban en el sur del continente, en otro horario, con otras costumbres, con otro idioma.
Los edificios eran altos algunos antiguos, otros modernos, pero todos impecables. Las aceras llenas de árboles, la gente paseando muy bien vestida, maquillada como de fiesta, se sentía la brisa del mediterráneo que unas cuadras más allá tenía lugar. – este es – Señaló Sofie, y se metió primero en el gran hall no de mal educada sino para que el cuidador del edificio la reconociera les diera espacio y saludo en perfecto español. – buenas tardes José, podrías avisar a mamá que estoy aquí con visitas. – sonrió a otro señor que detrás de un escritorio, también hacía las veces de recepcionista. No era un hotel pero parecía, y la gente allí era bastante estricta con la entrada de visitas, también con los empleados domésticos de cada familia y todas esas cosas obsesivas de la seguridad.
Sofie fue con Hakan hasta el ascensor pero antes de presionar el anteúltimo botón, las advertencias, o su estrategia. – Yo pienso que mamá se va a negar rotundo, pero que hay que insistir e insistir… y vas a tener que hacerlo tu, pues sino pensará que son caprichos míos de chusma, sabes?...– presionó finalmente el botón- y…. – miró a Hakan dudosa, Sofie ni siquiera había querido que Adair conociera a su madre, por las mismas razones para con todo el mundo. – mamá puede ser un poco… como decirlo?... mmm… mala onda y agresiva?... Pero es buena persona, quizá te trate un poco mal al principio, pero… solo hay que darle tiempo… - y ese no era el miedo concreto de la rubia -… solo prométeme que pase lo que pase, no me juzgarás por ella, si?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
Hákan desconfió un poco de que su mamá no hubiera sido avisada, ¿y si no estaba en casa? ¿y si tenían la mala suerte de no encontrarse con ella? Esperaba que Sofie estuviera al pendiente de sus viajes, sus entradas y salidas para que no hubiera contratiempos. Él pensaba más en eso que en las posibilidades trágicas de encontrarla borracha o muerta.
Miró con curiosidad la hebilla pero no tuvo tiempo de preguntar qué era eso cuando sintió el tirón. No conocía de nada el lugar a donde habían llegado pero Sofie lo llevaba del brazo y se dejó guiar, mirando a todas partes no porque fuera muy mago y no conociera el mundo muggle, sino porque estaban en un lugar completamente nuevo para él y si no hubiera sido tan importante para él saber sobre su padre, le había pedido a Sofie que lo dejara turistear un rato. Tal vez después podrían. Aquel era el segundo lugar que conocía fuera de Islandia.
Le gustaba el sonido del español, pero no le llamaba la atención hablarlo, solo escucharlo. Tuvo tiempo de pedirle a Sofie que le dijera algunas palabras en español, para escucharla y comparar idiomas, tonterías así. Estaba con muchos nervios encima, que le recordaban a sus primeros partidos de quidditch. Ahora seguía poniéndose nervioso pero no de esa forma tan infantil. ¿Y cómo sería la mamá de Sofie? Porque él se imaginaba que al otro lado de la puerta se iba a encontrar al chico de la foto, aunque fuera obviamente imposible.
Caminó con Sofie al interior del grande y en apariencia caro y lujoso edificio. Sonrió al recepcionista para no parecer antipático como si tuviera poder sobre su entrada y su salida. La siguió hasta el ascensor y la miró a los ojos cuando comenzó con las advertencias, poniéndolo todavía más nervioso. Una cosa era manejar mujeres a los veintes y otras manejar señoras que le llevaban media vida por delante. Asintió con la cabeza a todo lo que le dijo y se pasó una mano por la cabeza como tic nervioso. Sofie le pedía que insistiera e insistiera, y él que había pensado solo pedírselo dos veces de buen modo. Le haría caso a Sofie porque si ella no tenía nada que perder llevándolo ahí, él menos.
La segunda advertencia le enterneció, no por el contenido sino porque Sofie se preocupara por advertírselo. Antes de que el ascensor se detuviera en el piso que debía, Hákan abrazó a Sofie por los hombros y la besó en la sien, pegándole los labios más de tres segundos antes de soltarla. –Tú eres tú y te agradezco todo lo que estás haciendo por mi- se lo decía de corazón porque pocos le habían puesto tanto interés a ayudarlo con su pasado como Sofie. No iba a juzgarla si tenía una mamá loca porque ella ya le había demostrado a él no serlo.
Miró con curiosidad la hebilla pero no tuvo tiempo de preguntar qué era eso cuando sintió el tirón. No conocía de nada el lugar a donde habían llegado pero Sofie lo llevaba del brazo y se dejó guiar, mirando a todas partes no porque fuera muy mago y no conociera el mundo muggle, sino porque estaban en un lugar completamente nuevo para él y si no hubiera sido tan importante para él saber sobre su padre, le había pedido a Sofie que lo dejara turistear un rato. Tal vez después podrían. Aquel era el segundo lugar que conocía fuera de Islandia.
Le gustaba el sonido del español, pero no le llamaba la atención hablarlo, solo escucharlo. Tuvo tiempo de pedirle a Sofie que le dijera algunas palabras en español, para escucharla y comparar idiomas, tonterías así. Estaba con muchos nervios encima, que le recordaban a sus primeros partidos de quidditch. Ahora seguía poniéndose nervioso pero no de esa forma tan infantil. ¿Y cómo sería la mamá de Sofie? Porque él se imaginaba que al otro lado de la puerta se iba a encontrar al chico de la foto, aunque fuera obviamente imposible.
Caminó con Sofie al interior del grande y en apariencia caro y lujoso edificio. Sonrió al recepcionista para no parecer antipático como si tuviera poder sobre su entrada y su salida. La siguió hasta el ascensor y la miró a los ojos cuando comenzó con las advertencias, poniéndolo todavía más nervioso. Una cosa era manejar mujeres a los veintes y otras manejar señoras que le llevaban media vida por delante. Asintió con la cabeza a todo lo que le dijo y se pasó una mano por la cabeza como tic nervioso. Sofie le pedía que insistiera e insistiera, y él que había pensado solo pedírselo dos veces de buen modo. Le haría caso a Sofie porque si ella no tenía nada que perder llevándolo ahí, él menos.
La segunda advertencia le enterneció, no por el contenido sino porque Sofie se preocupara por advertírselo. Antes de que el ascensor se detuviera en el piso que debía, Hákan abrazó a Sofie por los hombros y la besó en la sien, pegándole los labios más de tres segundos antes de soltarla. –Tú eres tú y te agradezco todo lo que estás haciendo por mi- se lo decía de corazón porque pocos le habían puesto tanto interés a ayudarlo con su pasado como Sofie. No iba a juzgarla si tenía una mamá loca porque ella ya le había demostrado a él no serlo.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
Musitó un gracias al muchacho, luego de los ojos estrellados pero antes de respirar profundo inflando el pecho con exageración y alzando la frente, dando el paso fuera del ascensor al instante que el plin electrónico lo indicara. El hall no era nada, pues allí los departamentos ocupaban todo el piso y no se necesitaba más. Pero al pasillo que dieron ni bien Sofie abrió con tarjeta magnética la puerta, ya demostraba lo grandilocuente y moderno del estilo.
- Ma!!!!... ya llegué!!! - Dijo Sofie al aire alzando la voz pero sin ser alarido desgarrado, para señalar su presencia acompañada a donde fuera que estuviera su madre, contando con que José habría hecho bien su trabajo. Y luego ya con tono normalito volvió a Hakan, a andar con él los metros que los separan de la sala… - Esta es mi casa… esta es mamá, esta soy yo… acá las dos…- Iba señalando al chico unas fotos que parecían tomadas por profesional, y que demostraban entre tanto cuadro de galería de arte, el ego narcisista de ambas mujeres que residían allí. Entre todas ellas había una que Jessy amaba y Sofie se lo indicó al chico, era la tapa de una revista para la que su madre había posado por ser la figura de la temporada o algo así.
-Sofie mi amor!... un segundito… con quien has venido?... Dime que me trajiste a Adair… - Se escuchaba la voz de Jessy alegre, hablando en perfecto británico desde algún sitio detrás de esas paredes. Sofie aguantó la risa y gesticuló a Hakan cuando te vea, se muere . Había que decirlo, Sofie contaba con que fuera así, pues si ella había reconocido al islandés en aquella foto, sin siquiera haber frecuentado demasiado al chico, su madre que supuestamente era amiga del padre no podía no hacerlo, y entonces… cuando fuera obvio que lo reconocía, tampoco podría negarlo y hacer como que ella jamás de los jamases se había cruzado con un islandés, brujo y pelado.
- ya era hora, de que se lo presentaras a tu pobre madre… Voy a abrir el mejor vino!... Eso si, dime que es cierto que levantaron las restricciones, porque no pienso pagarle un galeón más a ese alemán... Y MENOS, escribirle una carta para pedirle que te reincorpore…- Seguía hablando Jessy desde algún punto, cuando los chicos pusieron pie en la única sala frente a un florero que llegaba hasta el techo.
Apunto estaba Sofie de decir alguna tontería sobre las decoraciones de su madre, o la vista genial al mediterraneo, cuando Jessy con sus tacones y su vestido gris, botella en mano a punto de descorchar, se hizo presente frente a ellos y todo profecía se cumplió, al irse al carajo la sonrisa que llevaba junto a la botella cuyo estruendo contra el suelo impecable robó todo protagonismo.
Sofie vaciló un momento buscando su varita, ya empezaba las escenas. Pero peor Jessy, que de inmediato quitó sus ojos vestidos de lente de sol naranja de Hakan, para ver el desastre que había provocado y empezar a los insultos limpios - FUCK, fuck, fuck…. CARMEN!!!- gritó huyendo atrás de la barra de la cocina, como si aun la señora de la limpieza estuviera allí cumpliendo horario… - Deja deja… ya limpio yo - decía agachándose buscando quien sabe que cosa, pasando tan por alto saludar y reparar en el invitado que no podía ser más obvia su reacción.
-Má… ya déjalo, tenemos varitas recuerdas? – Sofie tomó la palabra invitando con un gesto de mano a que Hakan hiciera lo propio y le ayudase con su varita también a limpiar aquello… Un par de fregoteos, un par de evanesco, lo básico. También pidiéndole perdón con los ojos a su amigo. Y haciéndose la tonta socó el tema a relucir, mientras limpiaba y su madre se escondía agachándose por buscar otra botella o quien sabe que. - A que lo has reconocido, no?... Pues te cuento, el es un compañero de Brigantia… Se llama… – y ahí le cedió la palabra a Hakan para que juntos se animasen a lo que habían venido…
Ya estaban ahí, cuanto peor podía ponerse la situación?… Jessy tomaba sus distancias perdiendo el tiempo buscando más vino, copas y trapos, también sus cigarrillos, pero de todos modos estaban los tres en el mismo sitio, mirándose aunque fueran las espaldas.
Mi casa feliz - completa
- Ma!!!!... ya llegué!!! - Dijo Sofie al aire alzando la voz pero sin ser alarido desgarrado, para señalar su presencia acompañada a donde fuera que estuviera su madre, contando con que José habría hecho bien su trabajo. Y luego ya con tono normalito volvió a Hakan, a andar con él los metros que los separan de la sala… - Esta es mi casa… esta es mamá, esta soy yo… acá las dos…- Iba señalando al chico unas fotos que parecían tomadas por profesional, y que demostraban entre tanto cuadro de galería de arte, el ego narcisista de ambas mujeres que residían allí. Entre todas ellas había una que Jessy amaba y Sofie se lo indicó al chico, era la tapa de una revista para la que su madre había posado por ser la figura de la temporada o algo así.
-Sofie mi amor!... un segundito… con quien has venido?... Dime que me trajiste a Adair… - Se escuchaba la voz de Jessy alegre, hablando en perfecto británico desde algún sitio detrás de esas paredes. Sofie aguantó la risa y gesticuló a Hakan cuando te vea, se muere . Había que decirlo, Sofie contaba con que fuera así, pues si ella había reconocido al islandés en aquella foto, sin siquiera haber frecuentado demasiado al chico, su madre que supuestamente era amiga del padre no podía no hacerlo, y entonces… cuando fuera obvio que lo reconocía, tampoco podría negarlo y hacer como que ella jamás de los jamases se había cruzado con un islandés, brujo y pelado.
- ya era hora, de que se lo presentaras a tu pobre madre… Voy a abrir el mejor vino!... Eso si, dime que es cierto que levantaron las restricciones, porque no pienso pagarle un galeón más a ese alemán... Y MENOS, escribirle una carta para pedirle que te reincorpore…- Seguía hablando Jessy desde algún punto, cuando los chicos pusieron pie en la única sala frente a un florero que llegaba hasta el techo.
Apunto estaba Sofie de decir alguna tontería sobre las decoraciones de su madre, o la vista genial al mediterraneo, cuando Jessy con sus tacones y su vestido gris, botella en mano a punto de descorchar, se hizo presente frente a ellos y todo profecía se cumplió, al irse al carajo la sonrisa que llevaba junto a la botella cuyo estruendo contra el suelo impecable robó todo protagonismo.
Sofie vaciló un momento buscando su varita, ya empezaba las escenas. Pero peor Jessy, que de inmediato quitó sus ojos vestidos de lente de sol naranja de Hakan, para ver el desastre que había provocado y empezar a los insultos limpios - FUCK, fuck, fuck…. CARMEN!!!- gritó huyendo atrás de la barra de la cocina, como si aun la señora de la limpieza estuviera allí cumpliendo horario… - Deja deja… ya limpio yo - decía agachándose buscando quien sabe que cosa, pasando tan por alto saludar y reparar en el invitado que no podía ser más obvia su reacción.
-Má… ya déjalo, tenemos varitas recuerdas? – Sofie tomó la palabra invitando con un gesto de mano a que Hakan hiciera lo propio y le ayudase con su varita también a limpiar aquello… Un par de fregoteos, un par de evanesco, lo básico. También pidiéndole perdón con los ojos a su amigo. Y haciéndose la tonta socó el tema a relucir, mientras limpiaba y su madre se escondía agachándose por buscar otra botella o quien sabe que. - A que lo has reconocido, no?... Pues te cuento, el es un compañero de Brigantia… Se llama… – y ahí le cedió la palabra a Hakan para que juntos se animasen a lo que habían venido…
Ya estaban ahí, cuanto peor podía ponerse la situación?… Jessy tomaba sus distancias perdiendo el tiempo buscando más vino, copas y trapos, también sus cigarrillos, pero de todos modos estaban los tres en el mismo sitio, mirándose aunque fueran las espaldas.
Mi casa feliz - completa
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
a Hákan le gustaba la casa de Sofie, era muy diferente a la suya que era grande pero no con ese estilo sino rústica, para que combinara con los grandes campos abiertos de Islandia, porque su papá (eso sí que lo sabía), había querido construir su casa en el mismo descampado casi donde había crecido. Vio a la mamá de Sofie en la revista, seguía pareciéndose a la chica del recorte de periódico, con el mismo aire altivo y todo. Era guapa.
Su voz no pegaba con lo que se había imaginado, cuando le gritó desde otra zona de la casa como respuesta. Pues resultaba que Hákan no era Adair así que se encogió de hombros y sonrió a Sofie, gesticulándole también que su madre se iba a llevar una gran decepción. Ya quería impedirle Hákan que abriera su mejor vino soltando alguna palabra pero en vez de eso se dejó guiar por Sofie y guardó absoluto silencio hasta poder ver a la cara a la mujer. Estaba poniéndose cada vez más nervioso y toda esa expectativa que se estaba creando lo tenía al borde de la paciencia. Los preámbulos los aguantó mirando fijamente el florero ese raro, también mirando a través de las ventanas.
Las cosas dieron un giro cuando Jessy por fin salió. Parecía una rockstar en retiro, no por lo vieja lo del retiro, sino por el look. No lo pensaba al modo ofensivo, sino porque se veía interesante, aunque más interesante fue que al verlo tirara la botella del que seguramente era el mejor vino como había dicho. Su reacción al verlo fue alarmante, le subió todos los colores a la cara y además aumentó sus nervios al triple.
Él también buscó la varita entre sus bolsillos y hasta caminó unos cuantos pasos para ayudar a la señora Luttrell a recoger el desorden. Le estaba gritando a una Carmen y antes de que Hákan pudiera terminar por acercarse, Jessy huyó a la cocina. Eso estaba saliendo mal. Dejó de pensar pesimista y ayudó a Sofie a limpiar con la varita, aunque seguía mirando la espalda de Jessy que parecía dispuesta a llevarse la vida en evitarlo.
-Hákan…Kristjánsson- Si conocía a su papá, el apellido le iba a saltar estuviera familiarizada o no con las costumbres de Islandia. Miró a Sofie buscando apoyo porque ya no sabía que decir, estaba en blanco por los nervios. Sacudió la cabeza rapada y guardó la varita en el bolsillo luego de limpiar el desastre- Perdón la…-¿la qué? ¡la qué! De pronto se le olvidó el idioma y todo-Perdón la…llegada intempestiva, insistí a Sofie en que quería conocerla- Empezar echándose las culpas parecía buen modo de quitarle a Sofie peso de sus hombros por la sorpresa (al parecer desagradable) que se había llevado su madre- Me alegra conocerla. Sé que usted conoció a mi padre.-
Su voz no pegaba con lo que se había imaginado, cuando le gritó desde otra zona de la casa como respuesta. Pues resultaba que Hákan no era Adair así que se encogió de hombros y sonrió a Sofie, gesticulándole también que su madre se iba a llevar una gran decepción. Ya quería impedirle Hákan que abriera su mejor vino soltando alguna palabra pero en vez de eso se dejó guiar por Sofie y guardó absoluto silencio hasta poder ver a la cara a la mujer. Estaba poniéndose cada vez más nervioso y toda esa expectativa que se estaba creando lo tenía al borde de la paciencia. Los preámbulos los aguantó mirando fijamente el florero ese raro, también mirando a través de las ventanas.
Las cosas dieron un giro cuando Jessy por fin salió. Parecía una rockstar en retiro, no por lo vieja lo del retiro, sino por el look. No lo pensaba al modo ofensivo, sino porque se veía interesante, aunque más interesante fue que al verlo tirara la botella del que seguramente era el mejor vino como había dicho. Su reacción al verlo fue alarmante, le subió todos los colores a la cara y además aumentó sus nervios al triple.
Él también buscó la varita entre sus bolsillos y hasta caminó unos cuantos pasos para ayudar a la señora Luttrell a recoger el desorden. Le estaba gritando a una Carmen y antes de que Hákan pudiera terminar por acercarse, Jessy huyó a la cocina. Eso estaba saliendo mal. Dejó de pensar pesimista y ayudó a Sofie a limpiar con la varita, aunque seguía mirando la espalda de Jessy que parecía dispuesta a llevarse la vida en evitarlo.
-Hákan…Kristjánsson- Si conocía a su papá, el apellido le iba a saltar estuviera familiarizada o no con las costumbres de Islandia. Miró a Sofie buscando apoyo porque ya no sabía que decir, estaba en blanco por los nervios. Sacudió la cabeza rapada y guardó la varita en el bolsillo luego de limpiar el desastre- Perdón la…-¿la qué? ¡la qué! De pronto se le olvidó el idioma y todo-Perdón la…llegada intempestiva, insistí a Sofie en que quería conocerla- Empezar echándose las culpas parecía buen modo de quitarle a Sofie peso de sus hombros por la sorpresa (al parecer desagradable) que se había llevado su madre- Me alegra conocerla. Sé que usted conoció a mi padre.-
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
El apellido confirmó el impacto anterior de verlo, de espaldas los escuchaba limpiar y hablar mientras ella tragaba saliva y abría indistintamente alacenas y heladera sin decidirse que cosa sería mejor beber. Jessy sabía perfectamente quien era y por tal cuestión el susto que se dio al sentir que estaba viviendo de nuevo eso de ver gente muerta. Primero fue el espanto ingenuo de creer que era Kris en su cocina, luego se puso peor en su cabeza la cuestión, cuando entró en razón y captó con todos los sentidos que era el hijo del islandes.
- No pasa nada muchacho… - dijo por decir. No le interesaban las disculpas ni nada, solo quería ver la forma de cómo lo sacaba de su casa, antes de hacer alguna otra idiotez, que la delatase y la pusiera sin remedio a tener que hablar de más. Le sorprendía de Sofie que siguiera insistiendo con eso del pasado. Incluso estaba algo enojada con su niña y no importaba lo que dijera el muchacho, para Jessy todo era cosa de su pequeña rubia. - Que quieren tomar?... cerveza? Un buen merlot?... – Seguía de espaldas apoyada en la mesada con una mano y con la heladera abierta en la otra. Si, se había pasado por alto aquella afirmación infame sobre que ella conocía al padre del chico. Claro que lo conocía, y otros mil detalles como su esposa muggle, sus hijas bonitas, los otros hijos que tenía por allí… Que se había matado, el muy idiota hijo de p… - Bueno cerveza entonces. –
Jessy estaba muy alterada como para perder tiempo o convencerlos de nada, se le hacía que ambos niños eran demasiado correctos y bien portados como para cuestionar beber cómo y qué… y nunca había tenido tantas ganas de echar a alguien de su casa (sentimiento que incluía a su propia hija en ese momento). Se dio la vuelta, latas en mano y esperó a que ambos niños la mirasen y dejasen ya de limpiar para arrojarles una lata a cada uno. - No entiendo muy bien porque tantas ganas de conocerme…. Pero lo agradezco. – Sonrió forzado para luego abrir su propia lata y servirse en un vaso largo, estirar la mano hasta agarrar su atado de cigarrillos e irse con ambas manos ocupadas a sentarse a un sillón.
Sofie guardó su varita y buscó dos vasos para él y ella, pues su madre parecía no tener muchas ganas de ser buena anfitriona, y cediéndole uno a Hakan lo empujó por la espalda para ir a sentarse con él frente a su madre y tal. – Tiene un mal día… - susurró al muchacho. – Ma, vamos a quedarnos a cenar, así que cancela tus planes… - Sonrió ampliamente así como era ella, intercambiando una mirada cómplice con Hakan, a quien dio dos palmaditas en la pierna a modo de ánimo. Por favor que no se asustara por el mal principio. Todo mejoraría, todo mejoraría, Sofie tenía fe y esperanza y un optimismo gigante.
- No me digas que cambiaste a Brackmister por este?... – Acotó Jessy, con exagerado tono de indignación al ver tantas confianzas entre los chicos. En algún punto no sabía que pensar: si estaban allí para presentársele formalmente a la suegra o si venían por lo del padre del muchacho. Como fuera, los chicos iban a tener que aclarar las cosas antes de que ella pudiera echarlos y dormir tranquila.
- No pasa nada muchacho… - dijo por decir. No le interesaban las disculpas ni nada, solo quería ver la forma de cómo lo sacaba de su casa, antes de hacer alguna otra idiotez, que la delatase y la pusiera sin remedio a tener que hablar de más. Le sorprendía de Sofie que siguiera insistiendo con eso del pasado. Incluso estaba algo enojada con su niña y no importaba lo que dijera el muchacho, para Jessy todo era cosa de su pequeña rubia. - Que quieren tomar?... cerveza? Un buen merlot?... – Seguía de espaldas apoyada en la mesada con una mano y con la heladera abierta en la otra. Si, se había pasado por alto aquella afirmación infame sobre que ella conocía al padre del chico. Claro que lo conocía, y otros mil detalles como su esposa muggle, sus hijas bonitas, los otros hijos que tenía por allí… Que se había matado, el muy idiota hijo de p… - Bueno cerveza entonces. –
Jessy estaba muy alterada como para perder tiempo o convencerlos de nada, se le hacía que ambos niños eran demasiado correctos y bien portados como para cuestionar beber cómo y qué… y nunca había tenido tantas ganas de echar a alguien de su casa (sentimiento que incluía a su propia hija en ese momento). Se dio la vuelta, latas en mano y esperó a que ambos niños la mirasen y dejasen ya de limpiar para arrojarles una lata a cada uno. - No entiendo muy bien porque tantas ganas de conocerme…. Pero lo agradezco. – Sonrió forzado para luego abrir su propia lata y servirse en un vaso largo, estirar la mano hasta agarrar su atado de cigarrillos e irse con ambas manos ocupadas a sentarse a un sillón.
Sofie guardó su varita y buscó dos vasos para él y ella, pues su madre parecía no tener muchas ganas de ser buena anfitriona, y cediéndole uno a Hakan lo empujó por la espalda para ir a sentarse con él frente a su madre y tal. – Tiene un mal día… - susurró al muchacho. – Ma, vamos a quedarnos a cenar, así que cancela tus planes… - Sonrió ampliamente así como era ella, intercambiando una mirada cómplice con Hakan, a quien dio dos palmaditas en la pierna a modo de ánimo. Por favor que no se asustara por el mal principio. Todo mejoraría, todo mejoraría, Sofie tenía fe y esperanza y un optimismo gigante.
- No me digas que cambiaste a Brackmister por este?... – Acotó Jessy, con exagerado tono de indignación al ver tantas confianzas entre los chicos. En algún punto no sabía que pensar: si estaban allí para presentársele formalmente a la suegra o si venían por lo del padre del muchacho. Como fuera, los chicos iban a tener que aclarar las cosas antes de que ella pudiera echarlos y dormir tranquila.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
Lo que menos le importaba a Hákan era lo que podrían tomar, ya fuera cerveza o un buen merlot. Él lo que quería era saber sobre su papá, por más que la mamá de Sofie pareciera haberse llevado la peor sorpresa del mundo por tenerlo ahí. Terminó de limpiar con Sofie y como buen cazador, aunque no se requería muchas habilidades, atrapó en el aire la lata de cerveza que abrió para tomar directo de la lata sin tomarse que no le diera un vaso como ofensa directa, porque él siempre tomaba así. Sobre el interés por conocerle, le contestaría más adelante cuando no fuera grosero decirlo y poner las cartas sobre la mesa con un interés egoísta y no porque Jessy fuera de farándula.
El islandés le sonrió a Sofie, porque no tenía que justificarle si tenía su madre o no un mal día. Con todo lo que le había advertido, Hákan ya iba con la idea de que todo eso no iba a ser fácil. Le hizo una caricia de arriba hacia abajo en la espalda y fue a sentarse donde le indicaban, sorprendiéndose por la decisión que Sofie tenía de dejarle claro a su mamá que no se iban a ir así como así. No estaba asustado, pero sí más nervioso aunque intentaba no mostrarlo. Era como el quidditch, podías estar todo lo nervioso que quisieras pero no lo debías dejar notar a los contrarios, porque si lo hacías, iban a darte inmediatamente en tus puntos débiles.
Se rió como muy de buenas porque Jessy parecía indignada de que Sofie hubiera cambiado a Brackminster por él. Se aguantó las ganas de decirle que esa habría sido una muy sabia decisión de parte de Sof no solo porque él era mejor jugador sino porque siempre estaba bien la ventaja del extranjero. Pero se aguantó sus comentarios ególatras porque no eran buena idea en ese momento. –No se preocupe, amigos nada más. –Le tomó la mano a la rubia como aquella vez en el comedor y tras un sorbo a la cerveza que ahora estaba en un vaso, volvió a mirar a Jessy. Se aclaró la garganta porque era hora del primer intento.
-Le decía, sé que usted conoció a mi padre. Estaba buscando cosas sobre él y los encontré en un periódico. Le pedí a Sofie el favor. –Hizo una pausa, mirando la cosa larga que sobresalía del florero y luego mirando otra vez a Jessy- Verá…no sé nada de él, de la vida que tuvo aquí. Y me gustaría saberlo, porque soy su hijo, creo que tengo derecho. Y todos aquí parecen conocerlo mejor que yo. Pero…no quiero saber lo que todos saben, sobre el quidditch y todo. Quiero saber lo demás. La vi a usted con él en el recorte, no tenía nada que ver con el quidditch, ¿quiere verlo?.
El islandés le sonrió a Sofie, porque no tenía que justificarle si tenía su madre o no un mal día. Con todo lo que le había advertido, Hákan ya iba con la idea de que todo eso no iba a ser fácil. Le hizo una caricia de arriba hacia abajo en la espalda y fue a sentarse donde le indicaban, sorprendiéndose por la decisión que Sofie tenía de dejarle claro a su mamá que no se iban a ir así como así. No estaba asustado, pero sí más nervioso aunque intentaba no mostrarlo. Era como el quidditch, podías estar todo lo nervioso que quisieras pero no lo debías dejar notar a los contrarios, porque si lo hacías, iban a darte inmediatamente en tus puntos débiles.
Se rió como muy de buenas porque Jessy parecía indignada de que Sofie hubiera cambiado a Brackminster por él. Se aguantó las ganas de decirle que esa habría sido una muy sabia decisión de parte de Sof no solo porque él era mejor jugador sino porque siempre estaba bien la ventaja del extranjero. Pero se aguantó sus comentarios ególatras porque no eran buena idea en ese momento. –No se preocupe, amigos nada más. –Le tomó la mano a la rubia como aquella vez en el comedor y tras un sorbo a la cerveza que ahora estaba en un vaso, volvió a mirar a Jessy. Se aclaró la garganta porque era hora del primer intento.
-Le decía, sé que usted conoció a mi padre. Estaba buscando cosas sobre él y los encontré en un periódico. Le pedí a Sofie el favor. –Hizo una pausa, mirando la cosa larga que sobresalía del florero y luego mirando otra vez a Jessy- Verá…no sé nada de él, de la vida que tuvo aquí. Y me gustaría saberlo, porque soy su hijo, creo que tengo derecho. Y todos aquí parecen conocerlo mejor que yo. Pero…no quiero saber lo que todos saben, sobre el quidditch y todo. Quiero saber lo demás. La vi a usted con él en el recorte, no tenía nada que ver con el quidditch, ¿quiere verlo?.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
((perdón la demora... el fin de semana fue mortal ¬¬))
Sofie estaba expectante a ver qué pasaría y también reírse de los comentario de su madre la delataba un poco. Con una mano sostenía la de Hakan, pues por más tonteras que se inventara jessy, a ella le gustaba ser afectiva con sus amigos y no le implicaba ningún doble sentido enredoso mental incluso con lo guapo y codiciado que era el islandés, y con la otra su vaso de cerveza porque eso de tomar de la lata no era que no le pareciese sino que se le daba fatal y terminaba escurriéndose el líquido por la comisura de los labios.
Hubiera querido decir algo para acompañar las palabras de Hakan, pero simplemente se le hicieron tan precisas que no podía colaborar con otras propias. Ella también miraba a su madre, pero Jessy detrás de sus lentes, del humo de su cigarrillo, del vaso de cerveza solo miraba a Hakan y se tomó unos segundos evaluando antes de volver a actuar sin pensar – a ver… dame – increpó dejando el cigarrillo en el cenicero y estirando la mano hacia Hakan para que primero de todo le diera la supuesta fotografía.
Jessy no tenía idea de qué diablos hablaba el muchacho, así que primero contextualizarse. Todo era en función de no hablar de más, incluso sus siguientes palabras. – Sería idiota decir que no conozco a tu padre… - evidencias muchas y a la vista - pero de ahí a que tenga algo que contarte sobre él hay un trecho… - Se inclinó algo hacia delante, con actitud peleadora – Tampoco sé cuanto derecho real tengas de saber sobre su vida… Al fin y al cabo era la de él, no la tuya. – volvió a apoyarse en el respaldo y a tomar su cerveza, casi vaciando el vaso dejándolo al lado del cenicero.
- No crees que si tu padre hubiera querido que tu sepas alguna cosa, te la hubiera contado él mismo? – y ladeó la cabeza para ver a Sofie. Las cosas claras: si Jessy o Kris no hablaban en demasía del pasado, a sus hijos o a nadie, debía ser por algo. Era más que evidente… pero en algún punto le estaba generando buenos sentimientos el muchachito, era tan parecido a Kris… demasiado como para soportarlo con cordura. Apuró el cigarrillo y lo apagó aun sin terminar con dos dedos delicados pero sañosamente, girándolo una y otra vez contra el vidrio del cenicero. – Que es lo que quieres saber?... Acaso has pensado con seriedad que es, lo que quieres saber?... Y te advierto que “todo” no es la respuesta correcta… - con cara de enfadada y la mala actitud, pero al menos para Sofie parecía ser un “si, pregunta muchacho”.
Sofie estaba expectante a ver qué pasaría y también reírse de los comentario de su madre la delataba un poco. Con una mano sostenía la de Hakan, pues por más tonteras que se inventara jessy, a ella le gustaba ser afectiva con sus amigos y no le implicaba ningún doble sentido enredoso mental incluso con lo guapo y codiciado que era el islandés, y con la otra su vaso de cerveza porque eso de tomar de la lata no era que no le pareciese sino que se le daba fatal y terminaba escurriéndose el líquido por la comisura de los labios.
Hubiera querido decir algo para acompañar las palabras de Hakan, pero simplemente se le hicieron tan precisas que no podía colaborar con otras propias. Ella también miraba a su madre, pero Jessy detrás de sus lentes, del humo de su cigarrillo, del vaso de cerveza solo miraba a Hakan y se tomó unos segundos evaluando antes de volver a actuar sin pensar – a ver… dame – increpó dejando el cigarrillo en el cenicero y estirando la mano hacia Hakan para que primero de todo le diera la supuesta fotografía.
Jessy no tenía idea de qué diablos hablaba el muchacho, así que primero contextualizarse. Todo era en función de no hablar de más, incluso sus siguientes palabras. – Sería idiota decir que no conozco a tu padre… - evidencias muchas y a la vista - pero de ahí a que tenga algo que contarte sobre él hay un trecho… - Se inclinó algo hacia delante, con actitud peleadora – Tampoco sé cuanto derecho real tengas de saber sobre su vida… Al fin y al cabo era la de él, no la tuya. – volvió a apoyarse en el respaldo y a tomar su cerveza, casi vaciando el vaso dejándolo al lado del cenicero.
- No crees que si tu padre hubiera querido que tu sepas alguna cosa, te la hubiera contado él mismo? – y ladeó la cabeza para ver a Sofie. Las cosas claras: si Jessy o Kris no hablaban en demasía del pasado, a sus hijos o a nadie, debía ser por algo. Era más que evidente… pero en algún punto le estaba generando buenos sentimientos el muchachito, era tan parecido a Kris… demasiado como para soportarlo con cordura. Apuró el cigarrillo y lo apagó aun sin terminar con dos dedos delicados pero sañosamente, girándolo una y otra vez contra el vidrio del cenicero. – Que es lo que quieres saber?... Acaso has pensado con seriedad que es, lo que quieres saber?... Y te advierto que “todo” no es la respuesta correcta… - con cara de enfadada y la mala actitud, pero al menos para Sofie parecía ser un “si, pregunta muchacho”.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
El islandés se rebuscó en los bolsillos el recorte de periódico y se lo pasó a Jessy poniendo cuidado de no ser torpe y tirar el florero que tanto había estado viendo en ese rato. La miró profundamente cuando Jessy comenzó a hablar más, pero sintió que se enojaba cuando le decía que no sabía cuanto derecho real tenía de saber sobre la vida de su padre. Se recordó que no tenía que ser grosero de ninguna manera porque Jessy, en ese momento, era la única que le podía dar una respuesta. Pero se enojó más con la pregunta que le hizo, que si hubiera querido que supiera algo, se la hubiera contado el mismo Kristján.
Iba a abrir la boca para refutar después de todo, para decirle que entonces en primer lugar, si los padres no iban a ser totalmente honestos con los hijos poco sentido tenía que los hubieran concebido, que ese egoísmo le parecía de lo más estúpido y que hasta pensaba que no querer hablar solo era sinónimo de algo deshonesto y turbio. La gente podía enmendar el camino, al menos se notaba que Jessy quería a su hija, la cuidaba y le había dado una buena vida, pero su propio padre no había hecho más que terminar embutiéndose de droga hasta no poder más y matarse, quién sabía por qué, dejando cuatro hijos (o más, eso él no lo sabía) y una esposa desolada, a un hijo lleno de dudas que había llegado a un lugar donde todo mundo parecía saber más que él de su propio padre. Eso era deshonesto y claro que tenía todo el derecho, podría haber sido el pasado de Kristján, no suyo, pero si había decidido darle la vida a él, entonces se debían algo. Todo eso no se lo dijo a la mamá de Sofie, aunque se moría de ganas. Le podía más la idea de que sí podía decirle cosas, que sí podía sacarle al menos algunas dudas.
Volvió a mirar fijo a Jessy y asintió. Claro que había pensado con seriedad lo que quería saber, que lo estaba subestimando pero a él no le importaba si llegaba a conseguir algo de su padre. No quería saber de sus logros en el quidditch, ni si había sido buen estudiante o no, porque ya tenía gente que podía contarle eso, hasta sabía que el bastardo había estado con muchas otras chicas, que probablemente hasta se había enamorado de un par, aunque la versión de su madre fuera que había sido su novia durante toda la vida. Quería saber lo importante.
-¿De qué los estaban acusando? Parece que acaban de salir de un juicio, no es difícil intuir eso, ¿de qué era ese juicio? Por esos años hubo una guerra, ¿qué papel jugó él?. ¿Por qué engañó a mi mamá toda su vida diciéndole que no pasaba nada?. Eso, por ahora. –De ahí irían saliendo más cosas, si era que de verdad Jessy iba a contestar.
Iba a abrir la boca para refutar después de todo, para decirle que entonces en primer lugar, si los padres no iban a ser totalmente honestos con los hijos poco sentido tenía que los hubieran concebido, que ese egoísmo le parecía de lo más estúpido y que hasta pensaba que no querer hablar solo era sinónimo de algo deshonesto y turbio. La gente podía enmendar el camino, al menos se notaba que Jessy quería a su hija, la cuidaba y le había dado una buena vida, pero su propio padre no había hecho más que terminar embutiéndose de droga hasta no poder más y matarse, quién sabía por qué, dejando cuatro hijos (o más, eso él no lo sabía) y una esposa desolada, a un hijo lleno de dudas que había llegado a un lugar donde todo mundo parecía saber más que él de su propio padre. Eso era deshonesto y claro que tenía todo el derecho, podría haber sido el pasado de Kristján, no suyo, pero si había decidido darle la vida a él, entonces se debían algo. Todo eso no se lo dijo a la mamá de Sofie, aunque se moría de ganas. Le podía más la idea de que sí podía decirle cosas, que sí podía sacarle al menos algunas dudas.
Volvió a mirar fijo a Jessy y asintió. Claro que había pensado con seriedad lo que quería saber, que lo estaba subestimando pero a él no le importaba si llegaba a conseguir algo de su padre. No quería saber de sus logros en el quidditch, ni si había sido buen estudiante o no, porque ya tenía gente que podía contarle eso, hasta sabía que el bastardo había estado con muchas otras chicas, que probablemente hasta se había enamorado de un par, aunque la versión de su madre fuera que había sido su novia durante toda la vida. Quería saber lo importante.
-¿De qué los estaban acusando? Parece que acaban de salir de un juicio, no es difícil intuir eso, ¿de qué era ese juicio? Por esos años hubo una guerra, ¿qué papel jugó él?. ¿Por qué engañó a mi mamá toda su vida diciéndole que no pasaba nada?. Eso, por ahora. –De ahí irían saliendo más cosas, si era que de verdad Jessy iba a contestar.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
Sin que ninguno de allí lo supiera, el chico había hecho muy bien en no decir nada de lo que pensaba, no porque aquel tipo de cuestiones llevaran a Jessy a cerrar las puertas del diálogo, sino porque se enfrascarían en una discusión interminable que si bien atravesaba todo tema no era el punto en cuestión. Jessy primero miró a la foto dos segundos para corroborar su veracidad y que no había sido un simple cuento de los niños para llegar hasta ella, se notaba incluso en el gesto que no se había querido detener a verla.
Después detuvo la mirada en Hakan para oír su respuesta, sintiendo la puntada de odio dentro por tener que volver sobre sus pasos a observar con detenimiento el recorte pues lo que el muchachito pretendía salía de allí… A ver qué tan malo es lo que quieren saber… de qué demonios se trata esto? Pensó volviendo a poner el recorte a distancia prudente de sus ojos, mientras Hakan terminaba de formular. – eso es todo? – Levantó la mirada dejando la foto en su propia falda, buscando los cigarrillos ya de nuevo, agradeciendo a quien sabe que dios llevar sus lentes puestos.
Y lo decía, con la intención de que se entendiera que lo que el muchacho preguntaba era mucho. Quizá no mucho para un pergamino de historia, pero para lo que les increpaba a ambos que era cuestión sentimental, pues era demasiado. – Sofie saca este florero, por Merlín – Si, le tenía las pelotas llenas el coso ese estorbando las vistas y moviéndose sutil, como si nada estuviera pasando ahí, tannnn Ahhh… Y de paso ganaba tiempo, pues Sofie tampoco sabía esas historias, y Jessy no se había planteado hasta ese momento contárselas.
- Nos acusaron de matar a un par de hijos de puta. – Sentenció largando el humo del cigarrillo. Y lo dijo con dilación pero una vez iniciada la frase sin pausas hasta el final. – Pero como se lee en el título, no pudieron encarcelarnos – no iba a decir que no eran culpables. No ese día quizá, pero otros anteriores y posteriores si habían matado gente y a mucha honra.
Se repasó la frente con la mano en que llevaba el cigarrillo mientras veía volver a Sofie con más cerveza. Que agradeció obviamente y extendió su vaso para ser servida. Aprovechando que Sofie se sentó a su lado, se inclinó hacia delante, para poner el recorte en la mesa y señalar… Se veían tan jóvenes, que casi le daban ganas genuinas de llorar, pero solo sonrió y a penas – Este es Simon Miller, el papá de Frank – dijo a Sofie que lo conocía por ser ahijado de Jessy-… este es Syd Crawford… Esta la tía Frances… y Tobías… está irreconocible, no? pues eso pasa cuando te meten en Askaban y la vida te atropella… - Repasó con la yema de los dedos la figura de Kristján, pero no lo mencionó, por imposibilidad en la garganta o por obviedad. Como fuera, respiró profundo, descargó su cigarrillo en el cenicero y volvió a apoyarse en el respaldo del sillón dejando la foto.
-Hakan… Hakan era tu nombre, no?... – como si no lo supiera ya! Pero nunca estaba de más el acting - No sé porque engañó a tu mamá – y no mentía. Tampoco sabía porque las había engañado a ellas… y a ellos también, Jessy dudaba de que Crawford hubiera sabido de la tal Sunneva, incluso. – Yo puedo contarte de tu padre, pero entiendes que será mi versión de las cosas, no? – no se veía estúpido el chico, aunque quizá algo quedado – Digo, si no, pónganse a leer libros de historia, que mal no les haría tampoco. – y ahí el reto de toda madre eso de la educación blabla. – Y luego ya sacas tu, tus propias conclusiones, con lo que los libros digan, con lo que yo o cualquiera te diga… con tu propia experiencia con él. –
No quería ser comprensiva pero si algo no era Jessy, era insensible. Quizá todo lo contrario y por eso iba por su segunda botella de cerveza. Ahí estaba por largarlo todo, cuidándose hasta donde pudiera y solo a decir lo que viniera al caso. Fumó y recobró coraje apartando la sensiblería que quedara, al menos por un rato. por favor! . – Que más habías preguntado? Aprovéchame que nadie sabe más que yo. – Y sonrió por primera vez, solo para afianzarse en su ego.
Después detuvo la mirada en Hakan para oír su respuesta, sintiendo la puntada de odio dentro por tener que volver sobre sus pasos a observar con detenimiento el recorte pues lo que el muchachito pretendía salía de allí… A ver qué tan malo es lo que quieren saber… de qué demonios se trata esto? Pensó volviendo a poner el recorte a distancia prudente de sus ojos, mientras Hakan terminaba de formular. – eso es todo? – Levantó la mirada dejando la foto en su propia falda, buscando los cigarrillos ya de nuevo, agradeciendo a quien sabe que dios llevar sus lentes puestos.
Y lo decía, con la intención de que se entendiera que lo que el muchacho preguntaba era mucho. Quizá no mucho para un pergamino de historia, pero para lo que les increpaba a ambos que era cuestión sentimental, pues era demasiado. – Sofie saca este florero, por Merlín – Si, le tenía las pelotas llenas el coso ese estorbando las vistas y moviéndose sutil, como si nada estuviera pasando ahí, tannnn Ahhh… Y de paso ganaba tiempo, pues Sofie tampoco sabía esas historias, y Jessy no se había planteado hasta ese momento contárselas.
- Nos acusaron de matar a un par de hijos de puta. – Sentenció largando el humo del cigarrillo. Y lo dijo con dilación pero una vez iniciada la frase sin pausas hasta el final. – Pero como se lee en el título, no pudieron encarcelarnos – no iba a decir que no eran culpables. No ese día quizá, pero otros anteriores y posteriores si habían matado gente y a mucha honra.
Se repasó la frente con la mano en que llevaba el cigarrillo mientras veía volver a Sofie con más cerveza. Que agradeció obviamente y extendió su vaso para ser servida. Aprovechando que Sofie se sentó a su lado, se inclinó hacia delante, para poner el recorte en la mesa y señalar… Se veían tan jóvenes, que casi le daban ganas genuinas de llorar, pero solo sonrió y a penas – Este es Simon Miller, el papá de Frank – dijo a Sofie que lo conocía por ser ahijado de Jessy-… este es Syd Crawford… Esta la tía Frances… y Tobías… está irreconocible, no? pues eso pasa cuando te meten en Askaban y la vida te atropella… - Repasó con la yema de los dedos la figura de Kristján, pero no lo mencionó, por imposibilidad en la garganta o por obviedad. Como fuera, respiró profundo, descargó su cigarrillo en el cenicero y volvió a apoyarse en el respaldo del sillón dejando la foto.
-Hakan… Hakan era tu nombre, no?... – como si no lo supiera ya! Pero nunca estaba de más el acting - No sé porque engañó a tu mamá – y no mentía. Tampoco sabía porque las había engañado a ellas… y a ellos también, Jessy dudaba de que Crawford hubiera sabido de la tal Sunneva, incluso. – Yo puedo contarte de tu padre, pero entiendes que será mi versión de las cosas, no? – no se veía estúpido el chico, aunque quizá algo quedado – Digo, si no, pónganse a leer libros de historia, que mal no les haría tampoco. – y ahí el reto de toda madre eso de la educación blabla. – Y luego ya sacas tu, tus propias conclusiones, con lo que los libros digan, con lo que yo o cualquiera te diga… con tu propia experiencia con él. –
No quería ser comprensiva pero si algo no era Jessy, era insensible. Quizá todo lo contrario y por eso iba por su segunda botella de cerveza. Ahí estaba por largarlo todo, cuidándose hasta donde pudiera y solo a decir lo que viniera al caso. Fumó y recobró coraje apartando la sensiblería que quedara, al menos por un rato. por favor! . – Que más habías preguntado? Aprovéchame que nadie sabe más que yo. – Y sonrió por primera vez, solo para afianzarse en su ego.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
Hákan asintió a su pregunta. Era todo, y era poco en comparación a lo que quería saber así que no le pareció imprudente asentir con toda seguridad a que sí era todo, por más que entendiera el tono de Jessy de increparle que era mucho. Hizo todo el cuerpo hasta adelante cuando Jessy contaba que los habían acusado de matar a gente, pero que no habían podido encarcelarlos. Que no habían podido encarcelarlos, no que no lo habían hecho. Volvió la mirada a Sofie sin saber si ella había escuchado o si sabría algo de esas cosas. Luego miró el recorte mientras Jessy le indicaba quienes eran quién.
No sabía cuál era el estado actual de Tobias Alechinsky así que no podría decir si estaba o no irreconocible. Pero había visto a su hijo en el departamento de Angus Finnerty y de Karim. Y sabía algunas cosas sobre la KAU, aunque no estuviera tan metido en el tema. Volvió a intentar mirar a Jessy a través de esos lentes, hubiera querido ver al cien su expresión y adivinar cosas, ponerse suspicaz pero ella no lo dejaba.
-Sí, Hákan- dijo haciendo énfasis en la pronunciación, no por corregir a Jessy, sino solo por dar el dato curioso de que se escribía con A pero la primera se pronunciaba con O. Resultaba que no, que Kristján no le había contado ni siquiera a Kovac o a Crawford de su relación islandesa. Ya bastante había tenido cuando Kovac lo había regañado por haberse follado a Jessy estando con Esmerée, haber confesado algo así habría sido demasiado para él. Y había sido muy cobarde, en sus relaciones y en sus decisiones. Eso Hákan no lo podía saber.
Sonaba a un trato justo, que le diera su versión de las cosas. Era lo que el islandés quería, porque no le iba a servir de nada juntar recortes de periódicos de la época, o de revistas de quidditch para saber lo que cualquiera podía saber. Pero Jessy había sido cercana a Kristján y eso era lo que de verdad buscaba, amoldar información veraz, subjetiva, de primera mano y no una interpretación histórica o periodística. Quería saber qué clase de persona había sido para las personas cercanas a él.
-¿Por qué nadie sabe más que usted? ¿Qué relación tenían?-Inmediatamente se hizo todavía más hacia delante e hizo un gesto con la mano a Jessy como para que esperara- Si en algún momento pregunto algo demasiado personal y la incomodo, perdóneme por favor. Agradezco mucho de verdad lo que está haciendo y no es mi intención pasarme de los límites- Ojalá no hubiera límites en todo eso.- Estas personas a las que mató o intentó matar, ¿quiénes eran? ¿qué lo empujó a eso?.-Porque si su padre había sido un héroe revolucionario, él no estaba haciendo gran cosa con su juventud.
No sabía cuál era el estado actual de Tobias Alechinsky así que no podría decir si estaba o no irreconocible. Pero había visto a su hijo en el departamento de Angus Finnerty y de Karim. Y sabía algunas cosas sobre la KAU, aunque no estuviera tan metido en el tema. Volvió a intentar mirar a Jessy a través de esos lentes, hubiera querido ver al cien su expresión y adivinar cosas, ponerse suspicaz pero ella no lo dejaba.
-Sí, Hákan- dijo haciendo énfasis en la pronunciación, no por corregir a Jessy, sino solo por dar el dato curioso de que se escribía con A pero la primera se pronunciaba con O. Resultaba que no, que Kristján no le había contado ni siquiera a Kovac o a Crawford de su relación islandesa. Ya bastante había tenido cuando Kovac lo había regañado por haberse follado a Jessy estando con Esmerée, haber confesado algo así habría sido demasiado para él. Y había sido muy cobarde, en sus relaciones y en sus decisiones. Eso Hákan no lo podía saber.
Sonaba a un trato justo, que le diera su versión de las cosas. Era lo que el islandés quería, porque no le iba a servir de nada juntar recortes de periódicos de la época, o de revistas de quidditch para saber lo que cualquiera podía saber. Pero Jessy había sido cercana a Kristján y eso era lo que de verdad buscaba, amoldar información veraz, subjetiva, de primera mano y no una interpretación histórica o periodística. Quería saber qué clase de persona había sido para las personas cercanas a él.
-¿Por qué nadie sabe más que usted? ¿Qué relación tenían?-Inmediatamente se hizo todavía más hacia delante e hizo un gesto con la mano a Jessy como para que esperara- Si en algún momento pregunto algo demasiado personal y la incomodo, perdóneme por favor. Agradezco mucho de verdad lo que está haciendo y no es mi intención pasarme de los límites- Ojalá no hubiera límites en todo eso.- Estas personas a las que mató o intentó matar, ¿quiénes eran? ¿qué lo empujó a eso?.-Porque si su padre había sido un héroe revolucionario, él no estaba haciendo gran cosa con su juventud.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
Sofie no sabía absolutamente nada. Bueno en realidad se había enterado de oídas muchas cosas a lo largo de los años, frecuentando a los distintos brujos amigos de su mamá en vacaciones o a la mismísima familia Luttrell para navidad. Pero una cosa era oír comentarios azarosos al pasar, fragmentos de anécdotas y otra muy distinta era presentada una evidencia y un interlocutor válido como Hakan, escuchar de boca de su madre semejantes cosas.
Y estaba bastante asombrada de que Jessy hablara del pasado; y algo ofendida de que lo hiciera por Hakan, un desconocido total y no por ella que tanto había insistido en reiterados momentos y que debería haber contado con ciertos derechos mayores por ser hija, no? Como fuera, se estaba callada, pues mucho más le interesaba saber que iniciar una lista de reproches que anulara toda conversación. Eso sí, poco a poco se bebió toda su cerveza pues la ansiedad era mucha y fue y volvió a la nevera por más, sentándose al lado de Hakan, como si alternara puestos.
Era menester aclarar que si Sofie a ese punto no había leído la mente a su madre no era por respeto, sino por imposibilidad y de todos modos no terminaba de cerrarle que hiciera tanto por un desconocido cualquiera. Pero lo dicho, no iba a abrir la boca. Jessy estuvo a punto de seguir con el descaro de su ego, soltando algo al estilo “follábamos mientras tu madre lo esperaba en el invierno eterno”, pero debió que ahorrárselo porque el chico tenía más para decir.
- Que lo empujó a eso?... bueno… - por dónde empezar? – Era otra época, tienen que entender eso. En aquel momento los puristas ya estaban agrupados bajo un líder, no eran ni sospechas, ni ataques menores… Habían tomado el mando del ministerio, de Hogwarts… La sociedad también era conservadora…. Mucho más que ahora, un grupo como la KAU era impensable… Mataban a los sangresucia, a los que defendieran a los sangre sucias, a cualquiera que estorbara… -
Quería dar un contexto, sobre todo para que no se creyeran que hoy por hoy ellos debían ir varita en mano a buscar a quien secuestró a Angus o cosa similar. Jessy si, ya temía y estaba a nada de secuestrar a su propia hija para irse a Cancún, pero mientras sus sospechas fueran sospechas, no iba a alzar la voz, sobre todo porque no pensaba volver a involucrarse en esos conflictos, ni aunque fuera advirtiendo.
- Kris venía con un historial complicado de Durmstrang, y tuvo la suerte de juntarse con nosotros en Hogwarts, que no éramos de los “sumisos”… Además el era hijo de muggles, no tenía mucha más opción. Cuando el ambiente se puso insostenible, era atacar o morir. No había otra cosa. – prendió otro cigarrillo – estábamos en clase, sin más aparecían mortífagos y mataban a un par de compañeros. Íbamos al mundial y lo mismo… Hacíamos una fiesta en el mundo muggle y los dementors de a cientos aparecían a besarnos… - descargó la colilla y concluyó – … Porque la idea que tenía el líder de ellos era hacerse del mundo muggle. No era como ahora, secretismo o no secretismo por métodos más o menos violentos… Era una lucha por el mundo entero.
- Lo que empezó como supervivencia, terminó convirtiéndose en ataques planificados tratando de adelantarnos a los pasos de ellos, porque… - y tuvo que hacer una pausa… - creíamos que todos tenían derecho a la magia, y si los adultos eran unos estúpidos inútiles, pues nosotros íbamos a morir intentándolo, que tampoco teníamos nada que perder… y de hecho, varios murieron. –
Y concluida la clase de historia se levantó apoyándose en sus propias rodillas para estirar las piernas, miró el reloj de su muñeca a la distancia de quien necesita anteojos pero se niega a admitirlo, con la otra mano en la cintura – Que quieren cenar? El invitado elije, Jessy paga. – Aclaró yéndose para la barra a apoyar se allí y sacarse los tacos uno a la vez, los lentes también, repasándose los párpados inferiores con cuidado de no correrse el maquillaje.
Sofie se inclinó sobre Hakan para secretearle – esta esquivando lo personal, viste?... pero ya encontraremos como...– y rápido se separó guiñándole un ojo, para sonreírle y preguntarle a viva voz – Bueno, que quieres comer, Pizza? De qué gusto? -
Y estaba bastante asombrada de que Jessy hablara del pasado; y algo ofendida de que lo hiciera por Hakan, un desconocido total y no por ella que tanto había insistido en reiterados momentos y que debería haber contado con ciertos derechos mayores por ser hija, no? Como fuera, se estaba callada, pues mucho más le interesaba saber que iniciar una lista de reproches que anulara toda conversación. Eso sí, poco a poco se bebió toda su cerveza pues la ansiedad era mucha y fue y volvió a la nevera por más, sentándose al lado de Hakan, como si alternara puestos.
Era menester aclarar que si Sofie a ese punto no había leído la mente a su madre no era por respeto, sino por imposibilidad y de todos modos no terminaba de cerrarle que hiciera tanto por un desconocido cualquiera. Pero lo dicho, no iba a abrir la boca. Jessy estuvo a punto de seguir con el descaro de su ego, soltando algo al estilo “follábamos mientras tu madre lo esperaba en el invierno eterno”, pero debió que ahorrárselo porque el chico tenía más para decir.
- Que lo empujó a eso?... bueno… - por dónde empezar? – Era otra época, tienen que entender eso. En aquel momento los puristas ya estaban agrupados bajo un líder, no eran ni sospechas, ni ataques menores… Habían tomado el mando del ministerio, de Hogwarts… La sociedad también era conservadora…. Mucho más que ahora, un grupo como la KAU era impensable… Mataban a los sangresucia, a los que defendieran a los sangre sucias, a cualquiera que estorbara… -
Quería dar un contexto, sobre todo para que no se creyeran que hoy por hoy ellos debían ir varita en mano a buscar a quien secuestró a Angus o cosa similar. Jessy si, ya temía y estaba a nada de secuestrar a su propia hija para irse a Cancún, pero mientras sus sospechas fueran sospechas, no iba a alzar la voz, sobre todo porque no pensaba volver a involucrarse en esos conflictos, ni aunque fuera advirtiendo.
- Kris venía con un historial complicado de Durmstrang, y tuvo la suerte de juntarse con nosotros en Hogwarts, que no éramos de los “sumisos”… Además el era hijo de muggles, no tenía mucha más opción. Cuando el ambiente se puso insostenible, era atacar o morir. No había otra cosa. – prendió otro cigarrillo – estábamos en clase, sin más aparecían mortífagos y mataban a un par de compañeros. Íbamos al mundial y lo mismo… Hacíamos una fiesta en el mundo muggle y los dementors de a cientos aparecían a besarnos… - descargó la colilla y concluyó – … Porque la idea que tenía el líder de ellos era hacerse del mundo muggle. No era como ahora, secretismo o no secretismo por métodos más o menos violentos… Era una lucha por el mundo entero.
- Lo que empezó como supervivencia, terminó convirtiéndose en ataques planificados tratando de adelantarnos a los pasos de ellos, porque… - y tuvo que hacer una pausa… - creíamos que todos tenían derecho a la magia, y si los adultos eran unos estúpidos inútiles, pues nosotros íbamos a morir intentándolo, que tampoco teníamos nada que perder… y de hecho, varios murieron. –
Y concluida la clase de historia se levantó apoyándose en sus propias rodillas para estirar las piernas, miró el reloj de su muñeca a la distancia de quien necesita anteojos pero se niega a admitirlo, con la otra mano en la cintura – Que quieren cenar? El invitado elije, Jessy paga. – Aclaró yéndose para la barra a apoyar se allí y sacarse los tacos uno a la vez, los lentes también, repasándose los párpados inferiores con cuidado de no correrse el maquillaje.
Sofie se inclinó sobre Hakan para secretearle – esta esquivando lo personal, viste?... pero ya encontraremos como...– y rápido se separó guiñándole un ojo, para sonreírle y preguntarle a viva voz – Bueno, que quieres comer, Pizza? De qué gusto? -
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
Hákan escuchaba con mucha atención todas y cada una de las palabras de Jessy. No recordaba haberle puesto siquiera a una clase de Ayres tanta atención como se la ponía a la mamá de Sofie en ese momento. Había sido una suerte que Sofie hubiera encontrado ese recorte y que hubiera accedido a llevarlo con su mamá porque sabía que lo que estaba oyendo era algo que no iba a poder encontrar en otro lado. La historia que habían vivido sonaba mal desde el principio, con los puristas toando el ministerio y las matanzas indiscriminadas.
No sabía que su papá había ido a Durmstrang, empezando por ahí y que hubiera tenido un historial complicado. Hákan nunca le había dado problemas al colegio, siempre había sido popular, bien recibido y con pocos problemas por cuestiones de sangre. Era la primera diferencia. Lo que seguía de la historia también sonaba muy mal y la mente no le alcanzaba para imaginarse hechos como los que Jessy contaba, que parecían sacados de un libro o de una película. Sí que le había hecho falta leer algo de la historia de ese país antes de llegar a él, o estar más al pendiente de los periódicos internacionales. A los magos les hacía falta una buena televisión.
Cuando Jessy terminó de hablar y se levantó para ir a la barra, Hákan sintió que todavía tenía muchos vacíos, si no era que más. Afortunadamente se estaba formando una buena imagen de su padre, imaginando que no le había dicho nada a su mamá porque no había querido ponerla en peligro de muerte y que había sido un héroe humilde. En cambio no se estaba envenenando con la única verdad que era que no le había dicho nada a Sunneva por la sensación gratificante de estarla engañando logrando mantener su amor a distancia mientras hacía de su vida lo que quería. Para Hákan, poco a poco su padre estaba convirtiéndose en alguien a quien admirar.
-Sí…-contestó a Sofie escuetamente sobre lo personal, no por ser grosero sino porque seguía digiriendo lo que había escuchado-…eh, lo siento, perdón, sí, quiero saber, no es suficiente-le contestó también cuchicheándole- y cuatro quesos está bien, gracias, aunque no es necesario- que gastaran y lo invitaran, aunque se veía que el dinero no les faltaba así que a él qué.
-¿Y sí mató a alguien? Me refiero a si es un hecho que lo hizo, ¿a muchos?-Preguntó alzando un poco la voz para que Jessy lo escuchara desde donde estaba aunque el lugar daba para que casi todo sonara claro dicho a buen tono-¿eran amigos cercanos o solo personas con las que encontró afinidad ideológica?
No sabía que su papá había ido a Durmstrang, empezando por ahí y que hubiera tenido un historial complicado. Hákan nunca le había dado problemas al colegio, siempre había sido popular, bien recibido y con pocos problemas por cuestiones de sangre. Era la primera diferencia. Lo que seguía de la historia también sonaba muy mal y la mente no le alcanzaba para imaginarse hechos como los que Jessy contaba, que parecían sacados de un libro o de una película. Sí que le había hecho falta leer algo de la historia de ese país antes de llegar a él, o estar más al pendiente de los periódicos internacionales. A los magos les hacía falta una buena televisión.
Cuando Jessy terminó de hablar y se levantó para ir a la barra, Hákan sintió que todavía tenía muchos vacíos, si no era que más. Afortunadamente se estaba formando una buena imagen de su padre, imaginando que no le había dicho nada a su mamá porque no había querido ponerla en peligro de muerte y que había sido un héroe humilde. En cambio no se estaba envenenando con la única verdad que era que no le había dicho nada a Sunneva por la sensación gratificante de estarla engañando logrando mantener su amor a distancia mientras hacía de su vida lo que quería. Para Hákan, poco a poco su padre estaba convirtiéndose en alguien a quien admirar.
-Sí…-contestó a Sofie escuetamente sobre lo personal, no por ser grosero sino porque seguía digiriendo lo que había escuchado-…eh, lo siento, perdón, sí, quiero saber, no es suficiente-le contestó también cuchicheándole- y cuatro quesos está bien, gracias, aunque no es necesario- que gastaran y lo invitaran, aunque se veía que el dinero no les faltaba así que a él qué.
-¿Y sí mató a alguien? Me refiero a si es un hecho que lo hizo, ¿a muchos?-Preguntó alzando un poco la voz para que Jessy lo escuchara desde donde estaba aunque el lugar daba para que casi todo sonara claro dicho a buen tono-¿eran amigos cercanos o solo personas con las que encontró afinidad ideológica?
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
No invitaba Jessy la comida por ostentar o porque el dinero no le faltase, ya cuando se enterase de que Hakan estaba con beca y mal interpretara este hecho como que Kris no le había procurado a su familia ni un puto céntimo sus intenciones podrían ser otras, pero en ese caso solo sucedía que en su casa era obvia anfitriona quisiera o no. En su mente de madre tampoco cabía la opción que el amiguito de su hija pusiera un euro para nada. Y mientras se repasaba los ojos por debajo con el pulgar muy cuidadosamente recibió la pregunta sobre asesinatos que dudó en responder o no.
Dudó muchísimo, acto reflejó empezó a negar con el rostro aun de espaldas. A pesar de todas las putadas del islandés mayor Jessy se acababa de dar cuenta que seguía con esa manía de serle solidaria, de respetarle, incluso cuidarlo; de no querer inmiscuirse de más y hacer lo que él había decidido no hacer. Si él no había informado a su hijo por algo sería, si él había ocultado por algo sería o por nada pero su propia elección, había pensado hasta el momento, como si ella no tuviera derecho a cobrarse unas cuantas. Se giró sentándose en una butaca alta de la barra, miró al chico y miró a Sofie que buscaba su celular para encargar la pizza, queriendo hacer como que no esperaba las respuesta pero Jessy sabía que estaba tan atenta como Hakan… Y viendo a los chicos, apuñalada por las preguntas, creció en ella ese disgusto acumulado contra Kris que había por años echo a un lado, y también en esa charla improvisada.
Frunció las cejas fijos sus ojos en los de Sofie que no la miraba, y le dio tal odio toda la puta situación, que solo así pudo dejar los sentimentalismos que la acosaban desde visto aquel niño tan parecido a su padre. Que se jodiese el islandés por haberse matado, pensó entre mil otras cosas. Ella no le debía nada, siquiera cuidarse en las palabras con su primogénito. Suficiente de cuidaditos, de justificar las cosas, de andar allí velando por lo que el hijo ajeno podía llegar a interpretar. Aunque sus respuestas no fueran a sembrar ninguna discordia seguramente, por dentro estaba viendo que era lo peor que podía decir sobre Kris.
- Si… mató a un par… Y se le daba bien eso. - y ella también pero eso no venía a cuento. – Y me gustaría creer que éramos amigos, muy buenos, que no se trataba de follar y asesinar nada más… Pero con tu padre nunca se podía estar seguro, porque era un hijo de puta egoísta que se cagaba en todo y en todos…. – Sonrió bien amplió y abrió las manos como diciendo “así, tal cual como lo escuchas”. – en las putas instituciones – musitó recordando idioteces que podrían haberle robado ojos estrellados si no fuera porque Jessy no era de esas. Y estaba por decir más pues una vez que Jessy soltaba la lengua ni a punta de varita podía parar pero su propio móvil sonó con el ringtone que al trabajo correspondía y no le quedó más que atender yéndose por el pasillo.
Sofie levantó la vista y miró a su madre ir, pero rápidamente ya estaba volteando a Hakan para dar las escusas del caso… pero no se le ocurría que decir. O sea, el padre del chico era un asesino? Quizá su madre también? Y sobre todo estaba diciendo cosas horribles sobre el progenitor… - No le hagas caso, mamá detesta a todo el mundo… si fueron amigos seguro era buena persona… y eso… - De fondo se escuchaba que Jessy discutía sobre estar llegando tarde a la reunión importantísima, por eso seguro la había encontrado de vestido arreglado, que no, que no podía ir ahora, que bueno pero que se tardaría un poco, que entretuvieran a los alemanes con prostitutas baratas o cualquier cosa, que si! que ya iba, que media hora y estaba ahí, que si, por dios santo!!, que adiós!.
- Putos alemanes! – volvió insultando más rápido de lo previsto. Y parecía más amargada, irritada y apurada de lo que se había ido. – Me tengo que ir Sofie, pidan la pizza hay dinero en el tarro de galletas… ya sabes… - se puso un zapato, miró a Hakan, pero bajó de nuevo a ponerse el otro tacón – Lo siento, no creo que encuentres nada bueno mirando hacia atrás… Da curiosidad y tal, pero hay mierda y más mierda… así las cosas – decía a Hakan acercándose hacia los chicos acabándose de un trago la cerveza de alguno que aun yacía en la mesa enana. - Se feliz, disfruta la vida, juega a las pelotitas esas, no te drogues, ni te folles a mi hija y todo estará bien – inclinándose tomó a Sofie con ambas manos por el rostro para darle un beso en la mejilla y volviendo a mirar el reloj preguntó por despedirse – alguna pregunta más?
Dudó muchísimo, acto reflejó empezó a negar con el rostro aun de espaldas. A pesar de todas las putadas del islandés mayor Jessy se acababa de dar cuenta que seguía con esa manía de serle solidaria, de respetarle, incluso cuidarlo; de no querer inmiscuirse de más y hacer lo que él había decidido no hacer. Si él no había informado a su hijo por algo sería, si él había ocultado por algo sería o por nada pero su propia elección, había pensado hasta el momento, como si ella no tuviera derecho a cobrarse unas cuantas. Se giró sentándose en una butaca alta de la barra, miró al chico y miró a Sofie que buscaba su celular para encargar la pizza, queriendo hacer como que no esperaba las respuesta pero Jessy sabía que estaba tan atenta como Hakan… Y viendo a los chicos, apuñalada por las preguntas, creció en ella ese disgusto acumulado contra Kris que había por años echo a un lado, y también en esa charla improvisada.
Frunció las cejas fijos sus ojos en los de Sofie que no la miraba, y le dio tal odio toda la puta situación, que solo así pudo dejar los sentimentalismos que la acosaban desde visto aquel niño tan parecido a su padre. Que se jodiese el islandés por haberse matado, pensó entre mil otras cosas. Ella no le debía nada, siquiera cuidarse en las palabras con su primogénito. Suficiente de cuidaditos, de justificar las cosas, de andar allí velando por lo que el hijo ajeno podía llegar a interpretar. Aunque sus respuestas no fueran a sembrar ninguna discordia seguramente, por dentro estaba viendo que era lo peor que podía decir sobre Kris.
- Si… mató a un par… Y se le daba bien eso. - y ella también pero eso no venía a cuento. – Y me gustaría creer que éramos amigos, muy buenos, que no se trataba de follar y asesinar nada más… Pero con tu padre nunca se podía estar seguro, porque era un hijo de puta egoísta que se cagaba en todo y en todos…. – Sonrió bien amplió y abrió las manos como diciendo “así, tal cual como lo escuchas”. – en las putas instituciones – musitó recordando idioteces que podrían haberle robado ojos estrellados si no fuera porque Jessy no era de esas. Y estaba por decir más pues una vez que Jessy soltaba la lengua ni a punta de varita podía parar pero su propio móvil sonó con el ringtone que al trabajo correspondía y no le quedó más que atender yéndose por el pasillo.
Sofie levantó la vista y miró a su madre ir, pero rápidamente ya estaba volteando a Hakan para dar las escusas del caso… pero no se le ocurría que decir. O sea, el padre del chico era un asesino? Quizá su madre también? Y sobre todo estaba diciendo cosas horribles sobre el progenitor… - No le hagas caso, mamá detesta a todo el mundo… si fueron amigos seguro era buena persona… y eso… - De fondo se escuchaba que Jessy discutía sobre estar llegando tarde a la reunión importantísima, por eso seguro la había encontrado de vestido arreglado, que no, que no podía ir ahora, que bueno pero que se tardaría un poco, que entretuvieran a los alemanes con prostitutas baratas o cualquier cosa, que si! que ya iba, que media hora y estaba ahí, que si, por dios santo!!, que adiós!.
- Putos alemanes! – volvió insultando más rápido de lo previsto. Y parecía más amargada, irritada y apurada de lo que se había ido. – Me tengo que ir Sofie, pidan la pizza hay dinero en el tarro de galletas… ya sabes… - se puso un zapato, miró a Hakan, pero bajó de nuevo a ponerse el otro tacón – Lo siento, no creo que encuentres nada bueno mirando hacia atrás… Da curiosidad y tal, pero hay mierda y más mierda… así las cosas – decía a Hakan acercándose hacia los chicos acabándose de un trago la cerveza de alguno que aun yacía en la mesa enana. - Se feliz, disfruta la vida, juega a las pelotitas esas, no te drogues, ni te folles a mi hija y todo estará bien – inclinándose tomó a Sofie con ambas manos por el rostro para darle un beso en la mejilla y volviendo a mirar el reloj preguntó por despedirse – alguna pregunta más?
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
El efecto que la mamá de Sofie provocaba en Hákan era muy raro. En un momento estaba admirando a su padre pensando que había sido un gran luchador, librepensador, alguien honorable que había peleado en una guerra por el bien de todos, y al segundo le estaba diciendo que era un egoísta hijo de puta. Meneó la cabeza y arrugó la frente tratando de entender, si acaso se estaba refiriendo al terreno personal y no al ideológico, porque ya sabía que no necesariamente tenían que corresponder.
Para Hákan estaba claro como el agua que si había podido engañar así a su mamá, no se podía esperar de él una intachable calidad moral. Dicho todo, seguía preguntándose todavía porque había decidido volver a Islandia si en realidad no lo había deseado, porque su depresión debía ser por eso, por no tener lo que quería, por no sentirse lleno, pero entonces, ¿por qué había vuelto?
Maldijo que el móvil de la mamá de Sofie hubiera sonado, justo cuando la mujer se veía mucho más abierta a hablar. Cuando Sofie se justificó en nombre de las duras pero necesarias palabras de su mamá, el islandés le tomó una mano y la llevó a su mejilla en un gesto tal vez exagerado de cariñoso, pero no quería que creyera que estaba incómodo o enojado por la honestidad de Jessy Luttrell, quien de todas maneras le había advertido de una visión subjetiva. Y eso era lo que el islandés había ido a buscar, algo íntimo, menos complaciente.
Asintió a sus palabras cuando Jessy regresó. El pasado podía estar lleno de mierda y más mierda pero él estaba completamente anonadado y de ser posible, más curioso que nunca. Pensaba disfrutar la vida, ser un excelente jugador de quidditch, no drogarse y…no follarse a Sofie si ella no se lo pedía o si no dejaba de ser novia de su compañero de carrera.
¿Alguna pregunta más? Solo una- ¿Puedo visitarla otra vez y volver a hablar un poco?- Era la pregunta más atrevida que tenía en el repertorio, ella le estaba diciendo que dejara correr el pasado pero él no iba a permitírselo tan fácil. Con tener la certeza de que no sería la última vez que iba a unir las piezas de ese rompecabezas intentando construir algo sólido y verdadero, se daba por bien servido.
Para Hákan estaba claro como el agua que si había podido engañar así a su mamá, no se podía esperar de él una intachable calidad moral. Dicho todo, seguía preguntándose todavía porque había decidido volver a Islandia si en realidad no lo había deseado, porque su depresión debía ser por eso, por no tener lo que quería, por no sentirse lleno, pero entonces, ¿por qué había vuelto?
Maldijo que el móvil de la mamá de Sofie hubiera sonado, justo cuando la mujer se veía mucho más abierta a hablar. Cuando Sofie se justificó en nombre de las duras pero necesarias palabras de su mamá, el islandés le tomó una mano y la llevó a su mejilla en un gesto tal vez exagerado de cariñoso, pero no quería que creyera que estaba incómodo o enojado por la honestidad de Jessy Luttrell, quien de todas maneras le había advertido de una visión subjetiva. Y eso era lo que el islandés había ido a buscar, algo íntimo, menos complaciente.
Asintió a sus palabras cuando Jessy regresó. El pasado podía estar lleno de mierda y más mierda pero él estaba completamente anonadado y de ser posible, más curioso que nunca. Pensaba disfrutar la vida, ser un excelente jugador de quidditch, no drogarse y…no follarse a Sofie si ella no se lo pedía o si no dejaba de ser novia de su compañero de carrera.
¿Alguna pregunta más? Solo una- ¿Puedo visitarla otra vez y volver a hablar un poco?- Era la pregunta más atrevida que tenía en el repertorio, ella le estaba diciendo que dejara correr el pasado pero él no iba a permitírselo tan fácil. Con tener la certeza de que no sería la última vez que iba a unir las piezas de ese rompecabezas intentando construir algo sólido y verdadero, se daba por bien servido.
Hákan Kristjánsson- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 08/09/2012
Re: Otra pieza
Si Hakan tenía al menos momentáneamente sentimientos encontrados en cuanto a su padre, entonces coincidía su sentir con el adquirido por Jessy durante largos años. Por el contrario, Sofie que no conocía de nada a aquel señor y rara era su madre, no podía formarse ninguna idea ni mínima pues le era confuso y ajeno el asunto y más preocupada estaba en lo que verdaderamente le concernía en su egoísmo: que Hakan se quedara contento con su ayuda, que no pasara un mal rato, cumplir como amiga insipiente que era, y que su madre no enloqueciera ni le guardara rencor por demasiado tiempo.
Por eso su participación era tan escueta, a la vez que era ajena, se sentía en medio, y así era que no quería actuar de más para no arruinar aquella locura. Locura que debía admitirse, a pesar de todo pronóstico, marchaba bastante bien. Podría haber sido peor, siempre podía ser peor e imprevisible con su madre en medio.
El bochorno por la mención sexual se lo ahorró su propia madre por tomarle de las mejillas. A ojos fruncidos por la vergüenza recibió los besos, dio los propios y se quedó mirándola por no voltear ni un ápice a ver a Hakan. Lo que si le haría ruido un segundo después, sería el porqué Jessy, tan liberal y siempre insistente con esos temitas, había negado a Hakan. Era curioso, jamás había escuchado nada menor que invitaciones explícitas de su madre a que se acostara con cuanto chico guapo pudiera conquistar.
- Como los besos… no se piden, se roban – Sentenció Jessy, con las pausas pertinentes, en cambio de un simple si en respuesta a Hakan, sonriéndole de lado coquetamente y avanzando dos pasos hacia tras, para terminar de voltear, tomar dos tonterías que había dejado sobre la barra y taconear por el pasillo, perdiéndose de vista su cuerpo y su andar, sonando el ascensor electrónico, abandonando el piso, el recibidor, el edificio.
Sofie, suspiró profundo, puso una mano en cada rodilla y se levantó del sitio. Giró hacia Hakan abriendo los brazos, sonriendo entre la pena y la ineludible realidad y concluyó – esa es mi madre. – volvía a ese punto, pues con aquellos miedo había comenzado todo. Ahora sí, no había más que decir.
Por eso su participación era tan escueta, a la vez que era ajena, se sentía en medio, y así era que no quería actuar de más para no arruinar aquella locura. Locura que debía admitirse, a pesar de todo pronóstico, marchaba bastante bien. Podría haber sido peor, siempre podía ser peor e imprevisible con su madre en medio.
El bochorno por la mención sexual se lo ahorró su propia madre por tomarle de las mejillas. A ojos fruncidos por la vergüenza recibió los besos, dio los propios y se quedó mirándola por no voltear ni un ápice a ver a Hakan. Lo que si le haría ruido un segundo después, sería el porqué Jessy, tan liberal y siempre insistente con esos temitas, había negado a Hakan. Era curioso, jamás había escuchado nada menor que invitaciones explícitas de su madre a que se acostara con cuanto chico guapo pudiera conquistar.
- Como los besos… no se piden, se roban – Sentenció Jessy, con las pausas pertinentes, en cambio de un simple si en respuesta a Hakan, sonriéndole de lado coquetamente y avanzando dos pasos hacia tras, para terminar de voltear, tomar dos tonterías que había dejado sobre la barra y taconear por el pasillo, perdiéndose de vista su cuerpo y su andar, sonando el ascensor electrónico, abandonando el piso, el recibidor, el edificio.
Sofie, suspiró profundo, puso una mano en cada rodilla y se levantó del sitio. Giró hacia Hakan abriendo los brazos, sonriendo entre la pena y la ineludible realidad y concluyó – esa es mi madre. – volvía a ese punto, pues con aquellos miedo había comenzado todo. Ahora sí, no había más que decir.
Sofie Luttrell- Mensajes : 524
Fecha de inscripción : 08/09/2012
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