Reunión, recomendación.

Había pasado por Ogmios de camino a la cafetería pues estaba en un descanso entre entrenamientos solo por curiosidad de ver sus notas de Zoología. Cuando paró delante del tablón de anuncios y buscó su apellido, no fijó la atención en el extraordinario que había impreso más bien en la nota sobre una reunión con el profesor. Gruñó una impropiedad, miró el reloj que llevaba en su muñeca y cargando el petate con sus enseres de Quidditch, fue directamente hacia el aula pues quería saber que diablos necesitaba Shaun de él cuando había logrado conjurar todas las mierdas y hasta iniciativa por ser el primero había tenido con el grupo.

Tocó la puerta con el mango de la escoba que llevaba y sin esperar la respuesta, sabía que a esa hora no tenía clase, entró en el aula – ¿Tienes ganas de fiesta? Búscate otro que estoy muy ocupado – si, no era exactamente el respeto que debía profesar a un profesor por muy oyente que fuera pero estaban solos, sin más alumnos y suponía que podía saltarse todo el protocolo que tenían delante la sociedad. Dejó la escoba encima de un pupitre, el petate en otro y caminó arrastrando una silla hasta delante de Shaun para sentarse y subir los pies encima de la madera con el suficiente decoro de no manchar sus impolutas solicitudes, colocando las manos en la nuca y cómodo.

Dejó la nuca con una mano para alcanzar un abrecartas plateado que había encima la mesa, empezó a juguetear con él con las dos manos, sujetando su peso encima de las dos patas traseras y mirando a Shaun - ¿Y bien? ¿Para qué me citó? – y en verdad ya que estaba ahí, iban a discutir un par de asuntos más quizás de calibre personal como su pronto y repentino interés en su hermana casada.

Esta vez si Shaun se ganó las dos cejas alzadas de Adair y con una sonrisa infame, volvió a subir las piernas, esta vez poniendo lentamente una encima de la otra y continuando con el abridor de cartas plateado en sus manos Dejó la punta en la yema de su índice dedo, perdiendo la vista en el filo mientras escuchaba de fondo a Shaun hablar sobre sus estudios como si él hubiera demandado un tutor para que organizara su plan de estudio.

Sí, había que darle un punto, quizás se había excedido acudiendo a medimagia y zoología como oyente, tenía un horario apretado de Quidditch profesional pero eso no quitaba que hiciera el trabajo y no había sacado el extraordinario de la nada. Realizó la clase, ayudó a los compañeros más o menos dolorido, más o menos cansado, hizo exactamente lo mismo que Park o Elazar, quitando las ganas pero eso era algo que ni venía ni iba a Shaun a menos que hiera algún ego profesional que dudara que existiera.

No pudo reprimir la carcajada cuando dijo que se había dormido en clase, tendía a caer inevitablemente en un sopor que inducía al sueño cada vez que tocaba una clase teórica pero creía que aún no había dado el cabezazo en Zoología pero no se ofendió, quizás en otro momento pero Adair solía tomarse las cosas con humor y no era la primera bronca, más bien la vigesimo cuarta o quinta.

– ¿Eso es todo, profesor? – esta vez si bajó el las piernas del escritorio, continuó jugando con el abridor en su mano y tiró su cuerpo hacia delante, apartando las solicitudes que quedaban para no desgraciarlas antes de clavar el abridor entre dos de los dedos abiertos sobre la mesa de Shaun y sonreír de forma ladeada – Acláreme una cosa – hizo una pausa y dejando el abridor tal donde estaba, volvió a tirar su cuerpo hacia atrás para dejar descansar la espalda en el respaldo – Esta charla, ¿a qué nivel me la tengo que tomar? ¿Profesor? ¿Amigo? O… ¿Qué es ese repentino interés en mi hermana casada y con un hijo? – y ahí el tema que quería tratar con él desde el principio aunque se hiciera el ignorante, veía las cosas y conocía a ese desgraciado desde hacia muchos años para creer que el interés venía por amor a la profesión de auror. Quedó con una sonrisa misteriosa en los labios esperando la respuesta de Shaun y ya podía guardarse el “esto es solo una visita académica”.

Manos en nuca y mirando el techo prestó atención a la palabrería de Shaun rodando los ojos cuando continuó insistiendo en las clases de Zoología que sí, tomaría en cuenta pero quería pasar a un tema más importante sobretodo cuando en él explosionaba esa vena sobreprotectora, normalmente solía ocurrir con Autumn porque de las cinco hermanas era la más cercana, también con Elizabeth por pequeña pero con Clarisse pocas veces, tal vez porque últimamente la veía más alicaída de lo habitual (quizás porque su marido nunca paraba en casa o porque Thaddeus andaba con su padre pasando un tiempo hasta la famosa boda) fuera como fuera, no parecía la misma rubia de siempre.

- ¿Cuánto hace qué nos conocemos? – alegó bajando la mirada para encontrarse a Shaun algo mosqueado e inversamente proporcional, él parecía más inmerso en el buen humor que nunca como si todo aquello fuera un mal chiste – Cinco o seis años donde juergas, mujeres, alcohol y noches de luna llena nos han ocupado la mayor parte del tiempo – frotó con una mano su barbilla, frunciendo los labios para volver a echarse hacia delante en su silla - ¿Crees que soy imbécil? Bueno, no tan listo como tu… - agregó con sinceridad, las cosas ante todo, él no sería capaz de estudiar las cosas que él hacia pero eso no era el motivo principal de la situación – pero te he visto esa mirada lasciva – mirada inquisitiva de “te quieres follar a Clarisse” y volvió a subir las piernas en el escritorio – Permiso – en verdad solo era para fastidiarlo más.

Vamos, Clarisse y él ya se habían conocido hacía tiempo aquel día que él tuvo que enviar un patronus urgente mientras huía de un licántropo hambriento pero creyó que fue algo profesional y no tenía ni idea si más tarde habían mantenido el tiempo libre pero el día del Samhain, vió, ese interés personal más allá de sacarle las castañas del fuego para que llenara el vaso con alcohol de la petaca de su padre, venga, diablos, no había pedido explícitamente que fuera hasta allí para entretener a la rubia, ella sola parecía inmersa en su trabajo.

- Venga, se hombre y dilo

Ante la confesión de Shaun, Adair alzó los brazos y rodó los ojos, había tenido que clavar un abrecartas para obtener la confesión evidente pero ahora quedaba la parte donde sacaba el hermano controlador (así como su padre) que era y debía cuestionar las maneras del profesor, bien, no era el prototipo a seguir pero había algo de protocolo en el asunto. En posición cómoda, jugó encima de las dos patas traseras de la silla, subiendo bajando y escuchando a Shaun hablar y hablar o más bien justificarse porque ahí no había más confesiones que la primera.

- Sí, ahora cúlpame a mi – alargó una mano para recuperar el abrecartas y continuar jugando con él, sin ánimo de rebanarse un dedo pero por entretener las ansias asesinas en otro lugar para no terminar sacándole la verdad a hostias que ya venían conociéndose y ambos sabían de que pie cojeaba el otro – ¿Olvidarme? Más bien te voy a estar vigilando – y si era una amenaza, incluso hizo el gesto de dos dedos para sus ojos para luego señalarle a él muy serio. Además, estaba jugando con la animagia una vez la controlara, tendría fácil seguirle allá donde fuera, así como licántropo hasta perro cortejando a hermanas casadas.

- Mi madre dijo que te había visto por casa – añadió como quien no quiere la cosa, mirando la nada y jugando aún con el abridor, tomándolo de la punta para lanzarlo hacia arriba – El día que no aparecí – casi cerca de la luna llena antes del incidente con Angus en las grutas – ¿Ahora también me vas a negar que estuvieras con mi hermana encerrado en la bodega? – bufó exasperado y dejó el abridor con hastío encima del escritorio – Venga Shaun que ya me siento como en esas películas americanas en el papel del policía que te tiene que sacar las cosas – pausa- Así que Clarisse… – aunque el tono entredientes no especificaba exactamente eso.